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EL DUENDE DE LOS CAF^E§.^^^^^^ ,^ • ! ' ; i •>
, DEL VIERNES 17 DE SETIEMBRE DE 1813^} JJESÜS Qüi MIEBol
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Mi corazón inquieto y sin admitir consuelo alguno por.Ia ílerna despedida qu2 en la maiíana del 14 liice de los dignísimos Diputados que nos haa puesto en posesión de •nuestros derechos, devolviéndonos la libertad que tan pérfidamente nos hablan robado los tiranos, rae anunciaba el mal jatQ.-qttS después pasé, el quai quiero coatar a'mis lectores* n •;if.« i; /(ÍU)>^ Luego que se concluyó el acto de la disolución del Con* f:^^Ú?r< greso , me dirigí a' mi casa, y siii comer,.hice que cerraseit; todas las puertas y ventanas, con orden de que no rae inquietasen niinterrumpiesen el sueño. Acostéme.en seguida, y no tardé ea quedarme dormido. Al momento me vi cercado de 3; frai-lecitos laa pequeííitos^ que parecían niños de 4 años; jpero su cerrada barba, grandes manos y abultados pies, ma. dieron á conocer que eran pigmeos: el i? que era francis-i eo , mz enseñaba el cordón con los cinco nudos; el 2? que-, traía el hábito de agustino, la gran correa; y el 3? vestidoí de cartuxo ,, la prolongada cogulla ; todos me liacian señase» paro yo no me cuidaba da otra cosa , mas que de santiguar^.,. me diciendo; i Jesús qué miedo \ Cansados ya de la escena muda , dixo el francisco con voz penetrante y acaponada. Reverendísimo Padre General, ¡no duerma vuestra reverendísiraíi tanto , que ya es Hora dé ir al locutorio, y ISLS Madres C/a*[ í"^í esperan con un magoííicQ refresco! Vaya:- dispiértese v u e ^ sa reverendísima....; y estodiciendo se mg acercaba para asiffí) Kie de la mano, la qual levanté yo al, mismo tiempo para santiguarme, y repetí,... ¡ Jesús qae míddo i Pero cobrando, tía: pP'QO valor , me incorppré y les dixe: ¿QO vsh q«e jiojM'.sojf^-
-el' Pád?e txéiieral cíe la drJen , como éste mentecato acaíra cíe "llamanña, sino el Duende de los Cajees mondo y lirondo como mi madre p e parió? No bien había acabado da pronunciar esto, quando vi que todos se ecliaron á tierra, en adema» dé pedirme perdón. \ Bueno!, dixe para mi ; esta gente me tiene respeto , pues cJepongamos el miedo-. Así lo hi.ce^ mandándolos levantar, y que me dixssen quienes eran.ir: Señor, respoadie'ron, somos tus fíele» criados Cabriolas, Respinguitos y Zurrabeatos , que hemos tomado este trage , uni. có con que en el dia podemos entrar en las casas de los iním• ducantes^ Yo, (prosiguió Cabriola, que estaba vestido de frai* ie francisco) al pronto no le conocí á v d . , y como lo vi que .dormia y roncaba tan fuertemente, me pareció que era el 1\ General de mi Orden. Grandes cosas hemos visto de dos dias á esta parte ; prero yo principalmente tengo mucho que con.r' t a r , y lo dexo para quando estemos mas. despacio, ahora ea ' preciso que vd^ nbs accMnpañe , y le enseñaremos cosas taa extraordinarias , que le llamarán mucho la atención. PUQS vamos pronto , les dixe ,. y sin que nadie nos interceptase el pasp, atravesamos una calle muy ancha , donde habia un considerable número de personas en conversación. A pocos pasos; de dicha calle , entramos ea una casa regular, y al subir la escalera se llegó- á mí el cartuxo, y me dixo : Aquí es dondese trata el plan mas horrendo para echar por tien'^ la soééram'a de la Nación. Ya vd. verá: entramos.en la sala.y á n^die .encontramos : pasamos^ al g.abiríete que hay á mano derecha ,. y en un quartito que está dentro de é l , vi á un sayoa amo|amado, que parecía colambre de aceyte recien estrujada. Se hallaba vestido de una bata de coco pintado, y su cabeza adornada con im gorro blanco^ A su lado se veía un v e jete de pequeña estatura, color cetrino , ojos traidores, cara de gitano en el acto de agonizar i y tajn cargadO'da e s p e d í s , que ya tiene joroba. :'Aci.' i^'ihncnovsi se Este es , me d i x o , el Respingititos (que era el agustin o ) , uno^ de los picaros mayores que ha sostenido la nacioni emanóla eo alto rango j pero es laQt* SM soberv4a » q^ue resís-
t'íú i su rálstno soberano, y quiso probar que era una quimera su soberao/a y su pod-T. Es2 otra bribón que está al frent e , es el amo ó cabeza de esta'casa, y sostiens con tesou al vejite ; pues como en e'I nó se encuentra ni la ciencia, ni la virtud, y solo ha debido'a laintriga y á'Iáadulación lo que tiene, quiere que vuelvan aquellos tiempos en que un gabinete disoluto disponía de ías vidas y haciendas de los ciuda-* danos, para hacer él de las suyas, pues según dicen', tiena también las puntas de alcahuete. Entretanto que esto rae decia Respinguitos, no cesaba yo de mirar con atención al de la bata , porque mj pareció que sus faccibaes no me efan desconocidas , tanto' que le dixe al oido á mi criado: sabes qu© >ste tunanton, si na es el hijo de aquel alpar^'atero de Ara*gon , que después aprendió á hacer testamentos, y-á' estender poderes y testimonios de verdad ^ le es muy parecido! ¿Á quiéni, ¿1 Chelíto ? (rae contestó Respinguitos), pues á U i fe qué estoy para creerlo, porque según lo qui2 me «contaron en Madrid, el picarueló áe introduxo con un señorón muy c36a//c>-o, J este lo hizo escribiente de una oficina,- después pasó á oficial , en cuya plaza halló campo ancho para extender y dái: pábulo á su genio adulador y perdulario, tanto, que llegó hasla los gabinetes de otros dos personages.de la corte", que tíréd eran entonces ministros. En aquella época apareció el déspota Godoy, y el tal Chelíto fue uno de los que mas frecuentaban su corte inmunda, y seguti refieren las personas sensatas que en aquellos tiempos calamitosos observan con dolor esta» escenas, quien lo introduxo en ella fué una maldita hembra, llamada por mal nombre, la Quajada.... Sí.... poco raas ó meóos, asj la nombraban; y aun dicen malas lenguas que el Chelíto le hacía el amor, y que ella le dispensaba su favor á trueque de malos tratamientos y de mandarlo^ como se suele decir, á zapatazos. Sería nunca acabar si me detuviese acontarlas fazañas de este fantasmilla; pero no omitiré el referirá vd. qua quando Murat apareció en Madrid , fué llamado por él á las juntas de Estado que aquel sátrapa tuvo, á las quales concur* ció. A pocos dias desertó de ellas, porque corno es un gran-
ifo4 díáiroo: boío-qne.nada sabe mas que enredai' y chismorrear^ previó.quersiasí no lo hacia descubririan su insuficiencia é-^ ineptitud. Se vino-á Sevilla donde ya estaba reunido el Gobierno legítimo Español 5 y aquí fue donde él , auxiliado dü^ sus compinches siguió la marcha raages-tuosa de sus picardías^ aparentando un patriotismo feroz. Criticaba públicamente U' q.uanto& se hablan detenido en vertir al centro del Gobierno^ hablaba-pes'tes de los que habían jurado, pero al mistpo tie'ii^ po los visitaba y procuraba unir a su partido, fomentando y patrocinando uno qife se decidió injustamente entonces contra el duque del Infantado.. ' . ' 1 Vino al ña á Cádiz y quandó se publico el decreto para los •descuentos de los sueldos , procuró este patriota de convenien-' •cia poner á salvo el sayo. Consúmese de envidia guando- sabe . los ascensos de algunos; pero lo disimula tanto que sufre vitircon un digno ciudadano condecorado justamente porsuciiencia y verdadero patriotismo. Todas sus amistades; son anti-cons* íitucionales , y contó él se ha hecho proclamar el oráculo d* todos los pancistas. ^ consultan estos con él todos sus asuntosV •En nada encuentra reparo lú se acobarda porque cuenta coa los auxilios y rica bolsa de una sesentona,, armario de hueso* .con pellejo , y cnya lengua de eseorpioíi ^ sa ha dexado deciri^ que mas -quisiera ver por tierra la soberanía "de la nación, qaa -volverá dar un abrazo á la reyna María Luisa , que es la ma* yor dicha que pudiera tener en los pocos dias que le quedari de vida::: pero dexemos ahora á este perillán y vamos por acá .dentro qne aua hay que. ver- Pasamos- á otro quarto y vinros á una figura la mas horroro'.sa que puede criar la naturaleza: estaba sentada en una mesilla pequeíía y escribiendo con mucho cuidado, su cara pare,cida y del mismo corte que la de un perro podenco, llena de costurones' y picaduras de viruelas,. hombre de pocas barbas» .y las pocas colocadas a ntanera de lunares de capón, pescuezo 'largo como camello y cabeza, de melón invernizo, formabat» ,ia persona de este feísimo ente , tanto que al verlo- no pade gpaiiios que decir»..» ¡Jesús que miedo I No se asombre vd»;SÍ;
amo, me díxomi criado^ este'es uno (\z los instrumentos de que se vale C'mlíto para sus infamias: ahora está componiendo na papelote que se titula ./ípo/og/a délos quedefiendsn las prerrogativas de los reyes y niegan la Soberanía de la Nación. El pof bretón estáconíd. vd¿ de muy atareado por Jo difícil del asunto ^ y no encontrando bastantes materiales para acabar sumalr ditísima obr¿i', le ha aconsejado Chdito que eche mano dé las desvergüenzas contra. Jos qae quieren ser libres; y él con este salvoconducto la está ensartando sin temor de Dios. Se. precia ese feo bestia de que sabe leyes, y quiere criticar.á todo jur rista que con fiaa elocuencia manifiesta en estrados su aplicar» clon, aprovechamiento, buen juicio y bellos talentos. Nopue-; de prescindir de estos encargos , porque sus principios son iguales á los de Chelíto., tiene unap^arienta muy inmediata que á este último: cuida la ropa , se la admidona y se la plancha; .- Con que en suma , repuse yo, esta casa es la mas perjudi-tial que hay en esta ciudad !: Sin duda alguna, me contestó Respinguitos, y por lo mismo hemos traído a vd. á ella, para que vea el remedio que se ha de aplicar Á tanto mal. ; ; Yo no encuentro otro, les contesté*, que denunciar á estos picaros, que con capa de patriotas se abrigan en ella , tanto al público, como al gobierno,. para que los envíen en compañía del de la joroba y otros muchos que ya irá vd. descubriendo á Constantinopla , que es la única tierra donde podrán vivir con quietud , pues en España ya no la podrán go2ar jamas, y sí, están expuestos á un lance desastroso que acabe con ellos, , Vamonos, vamonos de aquí, porque sí me-detengo mas, creó que he de hacer lo que ya debia estar hecho. Salimo-' nos de la casa , y al volver la esquina, nos encontramos con una.gran música que venia de conducir á su casa al Señor .•Presidente d.e las Cortes, con cuyo ruido me desperté, y me; hallé en mi cama. Dios quiera que este sueno desvele á algnnosr^ y. pr