En México existe un proceso histórico migración en el cual la población más

NIÑOS MIGRANTES QUE TRABAJAN EN LA CENTRAL DE ABASTO DE LA CIUDAD DE MÉXICO: una aproximación a su mundo laboral Jobsan A. Ramírez Hernández Resumen

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EXISTE UNA HISTORIA DIPLOMÁTICA EN EL HISPANISMO?
Alvar de la Llosa Alvar de la Llosa Université de Paris X-Nanterre ¿EXISTE UNA HISTORIA DIPLOMÁTICA EN EL HISPANISMO? “Fue a través de este reconoci

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NIÑOS MIGRANTES QUE TRABAJAN EN LA CENTRAL DE ABASTO DE LA CIUDAD DE MÉXICO: una aproximación a su mundo laboral Jobsan A. Ramírez Hernández Resumen

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n México existe un proceso histórico migración en el cual la población más vulnerable se concentra en lugares donde pueda ofrecer su mano de obra; esto ha originado que en el Distrito Federal haya un excedente de la fuerza de trabajo y muy poca demanda, aunada a la concepción sociocultural que se tiene del trabajo en las familias indígenas la cual origina, entre otras causantes, el aumento del trabajo infantil en México. Poco se sabe del mundo laboral de los niños trabajadores de la Central de Abasto de la ciudad de México, mi intención como investigador del fenómeno social y de las relaciones humanas es describir las condiciones laborales de los niños migrantes en un espacio que, por tradición, va configurando un escenario conformado por redes sociales constituidas hace más de 30 años, dado que son sus padres, familiares o conocidos quienes han migrado tiempo atrás, marcando la ruta y dando las pautas para las nuevas formas de vivir. Estos niños repiten, por convicción o porque no hay otro tipo de oportunidades en su comunidad, este proceso complejo que entre otras características implica acoplarse a nuevas actividades y estilos de vida que vulneran el potencial de crecimiento y desarrollo, afectando en muchas de las ocasiones su salud física y emocional.

Un mundo laboral dentro de la Ciudad de México La Central de Abasto de la Ciudad de México (CEDA) es un centro importante de atracción de fuerza laboral debido a su proceso histórico-migratorio, además de su flexibilidad laboral (la cual continúa con el rol que jugaba desde el siglo XIX el viejo mercado de La Merced ubicado en el centro de la capital) en la cual se insertan un número importante de niños migrantes para laborar y competir al mismo nivel que los adultos. La CEDA abastece de alimentos a la capital y a las principales ciudades del sur y sureste del país, se estima que el movimiento económico asciende aproximadamente a 4300 millones de dólares anuales, lo que la convierte en uno de los centros comerciales más importantes del país y por su extensión (304 Licenciado en Antropología Física, actualmente estudiante de Posgrado en Antropología Física de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Miembro académico del Seminario Permanente de Estudios Chicanos y de Fronteras DEAS - INAH. A partir del año 2000 ha participado y operado en distintos proyectos educativos con niños y jóvenes altamente vulnerables en distintas zonas marginales del Distrito Federal y del Estado de México. Ha trabajado desde el año 2005 problemáticas relacionadas con migración, educación y trabajo con jóvenes de distintos estados de la República Mexicana. Contacto: job_ [email protected].

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hectáreas) en la más grande de América Latina cuya oferta laboral se estima en aproximadamente 70 mil fuentes de empleo (CEDA: 1999). Por lo anterior fue diseñada con accesos vehiculares viables para el transporte de carga, grandes bodegas, un área de descarga accesible, ubicada en un lugar estratégico para el transporte y otras características más, sin embargo por dentro quedó constituida como una mole maciza de concreto, con espacios reducidos en pasillos y andenes, poca luz natural y condiciones insalubres en distintas épocas del año. Lo cual originó que el desplazamiento de mercancías en esta zona sea deficiente y tenga que hacerse de forma manual y tradicional, por lo que se requiere el uso intensivo de mano de obra barata, para que funcione, la cual es aportada en su gran mayoría por migrantes de los estados de Michoacán, Puebla, Oaxaca, Guerrero, Toluca, y en los años recientes de Chiapas.

Actividades laborales dentro de la Central de Abasto

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Dentro de la CEDA se distinguen varias actividades laborales, cada una de ellas con sus riesgos, desgaste físico y emocional que varían de acuerdo al tipo de actividad que se desempeñe, la hora de la jornada laboral, la zona y la remuneración económica. La situación en que el niño se inserta en el mundo laboral depende de varias circunstancias: puede ser que venga con su familia y que a lo largo de su estancia y las relaciones sociales que los padres realizan, llegan a incorporarlo en alguna actividad, o, en muchos de los casos, realizan la misma actividad que desempeña el padre o la madre; aunque comúnmente los niños se insertan por sus propios medios en las distintas actividades, ya que en muchas de las ocasiones los niños migran solos a la ciudad; en estos casos la actividad más recurrente para ellos es la de “diableros”1 y en el caso de las niñas vendiendo, preparando o repartiendo comida. A continuación se describirán las principales actividades laborales en las que se emplean los niños migrantes. Hay que destacar que la información que se expondrá es el resultado de dos años de investigación (2004 - 2006) realizada con un grupo de niños trabajadores que asistían con regularidad al Centro de Apoyo al Menor Trabajador de la Central de Abasto I.A.P, llamado comúnmente “El CAMT”, institución creada hace más de 15 años con la finalidad de atender a menores trabajadores y a los hijos de los de trabajadores de la CEDA en las áreas de educación, salud, higiene y recreación, el cual es muy significativo para la mayoría de los niños que viven y trabajan en la CEDA ya que les confiere, entre otras cosas, una poca de la identidad que han perdido en el proceso de migrar y trabajar.

Los niños “diableros” de la Central de Abasto En esta actividad se desempeñan en su gran mayoría personas adultas, incluso ancianos, pero por la facilidad con la que se renta la carretilla es muy común encontrar niños, debido a que la renta de la carretilla es relativamente sencilla, sólo se necesita presentar una identificación (acta de nacimiento o credencial de elector) sino se cuenta con este documento basta con “estar recomendado” por algún amigo, familiar, paisano o conocido quien se presenta como su aval, esta segunda opción es la más recurrente ya que la mayoría de los niños migrantes viajan a la capital sin ningún tipo de documento. La renta dependerá del sector o del estado de la carretilla, la cual oscila entre los 15 y 20 pesos por día (no tiene límite de tiempo). Una vez que el niño ha adquirido el “diablo” y dependiendo de sus contactos va a iniciar su jornada de trabajo, por lo que se puede encontrar a grupos de carretilleros a mitad de los pasillos esperando a que llegue “su cliente” o recorriendo la Central ofreciendo su servicio. La ganancia que se obtiene trabajando de “diablero” es variable, no tiene una paga establecida, hay días en los que los niños no ganan nada y en otros logran obtener de trescientos a quinientos pesos. La carga y la paga no van relacionados, se pensaría que a mayor carga o desgaste físico Reciben comúnmente este nombre debido a la similitud que existe entre los manubrios de la carretilla con los cuernos del diablo. 1

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la paga será mayor, pero esta lógica no opera en la CEDA muchos de los niños son “explotados” al no haber quien regule o establezca una mínima “tarifa” o proteja sus derechos, la paga dependerá en mucho de la relación carretillero - cliente.2

Jornada laboral Hay variaciones en las jornadas laborales de esta actividad, con distintas ganancias que dependen en parte de la inteligencia emocional del niño, de la zona en que se instale y de sus redes sociales. A continuación se muestran las más comunes, obtenidas a partir de las entrevistas realizadas a niños que se desempeñan como carretilleros. • El niño que inicia su día de trabajo a las cuatro de la mañana y a las siete ya obtuvo una buena “ganancia”, deja de trabajar, él mismo se pone tarifa. • Aquel que inició su jornada laboral a la misma hora, pero no ha conseguido ningún viaje puede alargarse su jornada hasta las once de la mañana, generalmente sin haber ingerido algún alimento y recorriendo varias veces los pasillos de la Central. • Si el niño tiene un “cliente que paga bien” seguro y sabe que éste llega a las 10 de la mañana, él inicia su jornada a esa hora, espera al cliente y a las once de la mañana obtuvo la misma ganancia que aquél que se levantó a las cuatro y que aun no ha terminado de trabajar.

Otro tipo de “diableros” a) Carretilleros de bodega: Trabajar en una bodega significa un logro para el niño ya que consigue un sueldo seguro, una jornada laboral establecida, además de pertenecer a una bodega le brinda identidad y cierta jerarquía dentro de su grupo social. El trabajar en bodega tiene dos variantes una de ellas consiste en estar en la parte trasera o en pasillo y descargar la mercancía de los camiones de carga o llevar el producto del comprador hacia su auto. La otra consiste en ir a subasta por algún producto que este por terminarse en bodega, lo cual implica un enorme desgaste físico por la carga (que va desde 100 a 300 kilos) por lo que en esta actividad encontramos a niños de entre 15 y 17 años que se “han comprometido” con el responsable de la bodega a cuidar la mercancía y responder a las exigencias del trabajo. b) Carretilleros de subasta:3 Tienen en general las mismas características que los carretilleros de los pasillos y bodega, esperan a su cliente o lo buscan, otros más laboran para un puesto, la diferencia radica en que en muchas de las ocasiones cargan productos de bajo peso (flores y hortaliza) por lo que el cliente les paga poco, además de que entre la construcción cultural de la masculinidad de los propios niños trabajadores sólo van a subasta los que no pueden cargar mucho niños de entre 8 y 12 años de edad.

Pela nopales Esta actividad tiene una jornada laboral distinta a la de los carretilleros, se realiza en un lugar fijo, con un horario establecido (10 p.m., a 8 a.m., aproximadamente) la contratación de los niños se hace por cuadrillas de amigos, paisanos o familiares. Se les paga a “destajo”, por lo general de acuerdo al ciento de nopales pelados, esta De acuerdo a las entrevistas realizadas a los niños “diableros” hay ocasiones en las que un cliente lo hizo cargar una gran cantidad de mercancía (100 kilos por ejemplo), lo trajo por casi toda la Central por más de tres horas y al final sólo le paga 10 pesos. En otras ocasiones se pueden obtener por un desgaste mínimo (cargar y caminar poco) y en menos tiempo sesenta o setenta pesos, porque tienen un cliente que compra flores las cuales pesan 20 kilos y sólo trabajan media hora para esa persona. 3 Mercado de hortalizas comúnmente llamado subasta ya que cuando llegan las mercancías a la zona de descarga de este sitio, literalmente se “subasta” el precio de los alimentos entre los comerciantes para llegar a un precio fijo de venta. 2

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paga a destajo depende de la relación empleado - patrón y así podemos encontrar lugares donde se les paga $8 pesos y en otros hasta $12 pesos por cada cien nopales pelados, es muy común encontrar en esta actividad a niños de entre ocho y 14 años que generalmente son hermanos o primos hermanos.

Peladores de cebollas, tomates y chiles Esta actividad es muy peculiar, ya que aquí se emplean varias familias completas, aquí trabajan personas de distintas edades, abuelas, madres e hijos pequeños, en su mayoría indígenas pelando cebollas, chiles o tomates, cuando estas cuadrillas están laborando pueden contarse de 30 a 40 personas aproximadamente. La actividad se realiza en varias zonas de la Central de Abasto, existe una persona que va “acomodando” a estas personas en donde haya trabajo. También esta actividad es pagada a destajo, se les paga de acuerdo a la cantidad de costales que hayan pelado, la paga va de los $10 a los $12 pesos por costal. Como esta actividad se realiza en familia participan todos los integrantes, incluso niños de dos años en adelante, y aunque su participación parezca como de “juego” y su ayuda casi mínima, al final de la jornada laboral se nota su participación. Estas familias (con más de cinco integrantes) en una jornada normal logran pelar de 20 a 30 costales lo que se traduce en $200 a $300 o más diariamente, por lo que es una fuente de trabajo recurrente y reñido por lo que las personas que laboran allí procuran mantenerla no faltando y cumplir con una cuota aceptable.

“Pepenadores”

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Al igual que en las cuadrillas de peladores de cebollas y tomates, destaca que esta actividad la realizan familias completas que van de contenedor en contenedor de basura seleccionando fruta y verdura de segunda calidad, la cual no fue ofrecida o escogida por los compradores debido a su mala presentación. A lo largo de la investigación y en las entrevistas con los “pepenadores” se notó que ellos no consumen todo lo que colectan, sino que lo venden en los distintos mercados de la zona, a precios muy económicos y otros más ofrecen su producto vendiéndolo por caja o por kilos a precios muy económicos en la misma Central. En esta actividad es muy importante la participación de niños, que van de los cuatro años en adelante, debido a su agilidad física y su poco peso son introducidos en los contenedores de basura por los adultos (en muchos de los casos los propios padres) quienes les dan indicaciones desde fuera del contenedor para seleccionar las frutas y verduras. Esta actividad se realiza por la tarde, después de que han concluido las actividades en bodega y antes de que lleguen los camiones de basura (de 11 a.m., a 15 horas aproximadamente). Cuando la familia ya ha terminado su colecta se puede observar varios montones de frutas y verduras que superan los 20 Kg., en promedio. Existe otro tipo de “pepenadores” que son muy escasos a comparación con los que recolectan alimentos en la Central de Abasto, estos se encargan de recolectar cartón, metal, y envases de plástico, andan de contenedor en contenedor, su mayor concentración está en la zona conocida como abarrotes, porque allí el material no está tan sucio o maltratado como el área de frutas y legumbres, algunos traen un medio de trasporte (carro de madera, de supermercado o un triciclo) en el cual van acomodando lo seleccionado, su ingreso es variado, de acuerdo a la cantidad de cartón que recolecten, el ingreso mínimo es de $ 50.00 pesos y el máximo se sitúa alrededor de los $200 pesos por día.

Trabajadores dentro de bodega Las actividades que se desempeñan dentro de las bodegas son: acomodar y seleccionar el producto por tamaño y calidad, atender a los clientes; en la parte trasera de la bodegas hay que supervisar y contar las mercancías que llegan. Por último al final de la venta hay que limpiar la bodega y preparar la mercancía sobrante para el siguiente día.

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Trabajadores en subasta Desempeñan distintas actividades que varían de acuerdo al producto que ofrecen, pero todos se concentran en “atender el puesto”. Por ejemplo, si un niño se encuentra en un puesto que vende zanahorias sus actividades serán separar aquéllas que ya no presentan buena calidad, las mismas que se venden en un precio más barato, regar agua constantemente a los costales de zanahoria. Sí el local vende elotes, la actividad del niño es separarlos por tamaños, elaborar “montones” por docena, separar aquéllos que no estén en buen estado o calidad, o bien, se concentran en desgranarlos, con un cuchillo y empaquetarlos en bolsas de plástico. Cuando la venta ha terminado los niños se encargan de recoger el producto, barrer el lugar, cubrir las mesas con lonas. En algunos puestos, sí el producto sobrante requiere refrigeración, éste se empaqueta se lleva a los frigoríficos aledaños. En un puesto de subasta se encuentran laborando normalmente de tres a diez individuos, entre ellos es común encontrar a más de un niño, sea este familiar o un empleado asalariado.

Trabajadoras en cocinas Toda la construcción de género sobre las actividades que deben desempeñar las mujeres se aplica en la CEDA por la reproducción de patrones socioculturales propios de su comunidad de origen por lo que la gran mayoría de niñas se emplean en esta zona de la Central, de la cual se distinguen tres variantes dentro de esta misma actividad: a) Trabajar dentro de la cocina: Colaboran ayudando a las cocineras, de mayor edad encargadas de preparar los alimentos, principalmente picando verduras, preparando las distintas carnes, elaborando salsas, colocando y atendiendo las distintas mesas. Al final de la jornada las niñas ayudan en la limpieza del local. b) Trabajar fuera de la cocina: Algunos trabajadores de las bodegas de la Central de Abasto hacen convenios con las cocinas para recibir su servicio de comida durante un tiempo determinado, que van de días a un mes aproximadamente. Estas niñas son las encargadas de llevar a la hora establecida los alimentos del día a las distintas bodegas con quienes existe el convenio. c) Vender para la cocina: Estas niñas en su gran mayoría venden por la mañana café y pan en pasillos asignados, y se les puede observar cargando su termo y su charola de pan, ofreciendo de bodega en bodega su servicio.

Vendedores ambulantes Generalmente se encuentra a familias completas realizando esta actividad y de acuerdo a la zona en la que estén vendiendo, su producto de venta varía, hay familias que venden dulces, artesanías, cerillos, ajos, verdura picada, utensilios de cocina, ropa tejida, carpetas, entre otros artículos que en general son elaborados por ellos mismos. Su actividad comienza desde muy temprano, la familia llega en conjunto a la CEDA y se dividen para vender sus productos en distintas zonas, su ingreso es muy variado, no obstante son los que tienen mayor posibilidad de relacionarse y así poder trabajar en otra actividad, aunque hay que hacer notar que estas familias pocas veces cambian de giro económico.

Boleros Esta es una de las pocas actividades que se realiza de manera individual y es una opción en la cual el niño busca un área de trabajo, y sus ganancias dependen directamente de los clientes que atiende. Al iniciarse en dicha actividad, el niño anda de bodega en bodega ofreciendo el servicio de “bola”,4 con lo que logra hacerse de 4

Expresión mexicana que hace referencia a lustrar “bolear” el calzado.

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clientes específicos que regularmente hacen uso de este servicio. Las ganancias derivadas en este rubro son variadas, el ingreso mínimo diario puede variar entre $20 y $30 pesos y un “buen día” rebasa los $100 pesos. A lo largo de las entrevistas se resalta que la meta de estos niños es “hacerse de un lugar fijo, con el equipo necesario, y no andar buscando, sino que a él lo busquen”. Por lo general, en la ciudad de México los clientes que “piden bola” son adultos, con calzado de vestir, en la CEDA se destaca que hay niños que son cuidadosos en su presentación y es común encontrar a los propios niños pidiendo “grasa” no sólo a calzado de vestir sino a zapatos deportivos.

Estibadores/descargadores

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Esta actividad se realiza en la zona de andenes, detrás de las bodegas y en subasta, en ésta casi no participan niños por la excesiva carga de trabajo. Sin embargo, como se ha mencionado en repetidas ocasiones, las relaciones sociales que establecen los niños en la CEDA son la llave que les permite introducirse en una gama diversa de actividades incluso en la descarga de mercancías de los tráileres y camiones. Hay niños que a lo largo de su estancia en la CEDA buscan emplearse en la descarga de camiones ya sea por la “confianza” que han despertado en el encargado de la bodega o por sus relaciones con los camioneros. Hay bodegas que tienen a sus propios trabajadores que descargan mercancía; en otros casos, en los andenes, hay personas que ofrecen su servicio para descargarlos, éstas se agrupan en cuadrillas que por lo general son migrantes de un mismo lugar de origen. Aunque encontramos en esta zona grupos heterogéneos, en los cuales se puede encontrar a niños mayores de 15 años con personas mayores de distintos lugares de origen. Dependiendo de la mercancía que contenga, el camión va a instalarse en una zona específica de la CEDA destinada a la venta de esos productos, pues ya existe un convenio establecido con las bodegas.5 De lo cual también se desprende que la bodega tenga a sus propios “descargadores”, o el conductor de este medio de transporte tenga que “contratar” los servicios de cuadrillas.6 En la negociación entre conductores y cuadrillas se observa siempre que existen intentos por aprovecharse y pagar menos por más o cargar menos y cobrar más, es decir, hay una constante fuente de oferta y demanda. Existen cuadrilleros, que por necesidad o por no saber negociar venden su fuerza de trabajo a muy bajo costo; o por el contrario, hay cuadrilleros muy astutos que en ocasiones se aprovechan de conductores “novatos”. Esta es una de las actividades más “pesadas” dentro de la Central de Abasto, pero que en general es bien remunerada. La paga por descargar un camión va generalmente de $800 a $ 1500 en promedio. Existen cuadrillas que pueden descargar hasta tres camiones en un día. Finalmente con el objetivo de apreciar las características de las actividades laborales que desempeñan los niños en la CEDA, se presenta el siguiente cuadro en el cual se destaca las horas de trabajo y la ganancia por día.

Actividad y jornada laboral en la CEDA Actividad

Lugar

Tiempo laboral (promedio)7

Ingresos obtenidos por día8

Carretilleros en pasillos

Todos los pasillos de la CEDA

De 3 a 7 horas

De $20 a $100

En el caso de productos agrícolas no procesados, cuando el introductor es una persona que no tiene un convenio establecido para la venta de su producto, éste es interceptado por intermediarios “coyotes” que le “compran” toda su mercancía a muy bajo costo, si el introductor no cede a esta negociación en ocasiones se le niega el acceso o no puede competir con la negociación desleal qué se ha establecido ese día en la CEDA. Estos coyotes son los que al conseguir cierta cantidad de mercancía encarecen el precio de los productos, de allí el nombre de “subasta” que ha adquirido esta zona de la central. 6 Cuando se sabe que el producto que lleva el camión no es descargado por la bodega, al camionero dentro de los viáticos que le entrega la empresa viene incluido la paga para la descarga de mercancía, y en muchas ocasiones estos camioneros pagan menos de lo estimado para dicha actividad. 7 Este dato se obtuvo a través de entrevistas abiertas a niños y niñas trabajadores sobre su jornada laboral y se registro el menor y mayor tiempo de la jornada de varios entrevistados. 5

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Carretilleros en subasta

En la zona conocida como subasta

Carretilleros contratados por una bodega

En la parte trasera de las bodegas o en los pasillos

Pela nopales

En los negocios ubicados en subasta

Peladores de cebollas, tomates y chiles

En las bodegas en donde se solicite su apoyo

De 5 a 9 horas

De $100 a $300 (cuando la actividad se realiza en grupo)

Vendedores en subasta

En los locales comerciales de subasta

8 horas

De 80 a $120

Trabajadoras en cocinas

En los cruces de pasillos, con mayor concentración en el pasillo I - J

De 5 a 8horas

De $100 a $120

Repartidoras de comida

En bodegas, pasillos, subasta

De 5 a 8 horas

De 80 a $120

Vendedores ambulantes

En toda la CEDA

De 4 a 9 horas

De $50 a 150 (depende del tipo de producto que venda)

Boleros

En toda la CEDA

De 4 a 6 horas.

De $30 a $200

De 3 a 6 horas

De $30 a $200

Pepenadores

En los contenedores de basura ubicados en los andenes de carga y descarga detrás de las bodegas y en el basurero de subasta

De 3 a 7 horas

De $20 a $100

8 horas

De $80 a $100

De 5 a 11 horas. De $40 a $80 (se paga En esta actividad por destajo) encontramos turno nocturno y diurno

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Conclusiones Tuve la oportunidad de colaborar directamente con el Centro de Apoyo al Menor Trabajador “El CAMT” y aún hoy día recuerdo con nostalgia y orgullo a cada uno de los niños que vivían y trabajaban en la Central, esta etapa laboral marcó mi vida como antropólogo y más como ser humano, pude ver, sentir y escuchar las vivencias de aquellos chicos, lo cual me hizo reflexionar sobre los diferentes aspectos que implica ser un niño trabajador, ya que al convivir diariamente con ellos y oírlos hablar sobre su vida y trabajo o alentarlos a seguir con sus estudios o atenderse algún padecimiento que estaba mermando su calidad de vida, pude entender lo que significa para ellos y para los demás integrantes de su familia migrar y emplearse en la Central de Abasto de la Ciudad de México, pude conocer las expectativas económicas y proyectos de vida que elaboran en torno a la ganancia y su estancia en esta zona de la ciudad, en muchos de los casos los niños decidían o asumían darle todo el dinero a sus padres o hermanos para apoyar a la economía familiar, enviar casi todo el ingreso obtenido a su comunidad de origen para construir una mejor vivienda; intentar sobrevivir en la ciudad de México o en algunos casos ahorrar para proseguir su ruta migratoria hacia los Estados Unidos, entre otros proyectos que le dan significado a ser un niño trabajador en la enorme Central de Abasto de la Ciudad de México. Hago hincapié en que además de las características de la jornada laboral existen tres constantes discriminatorias a las que los niños trabajadores están continuamente expuestos: la primera es debido a su calidad de migrantes, que en primera instan8

Ibídem.

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cia se presenta de manera verbal y de exclusión social, lo cual crea enfrentamientos constantes entre diferentes miembros llegando incluso al uso de armas blancas; la segunda es por ser niños, debido a que tradicional y culturalmente ser niño significa ser un persona incompleta, o inmadura, lo cual lo coloca en una situación vulnerable al no reconocerle y respetarle sus derechos, además de que el mismo niño no conoce sus garantías; la tercera constante discriminatoria ocurre cuando se es mujer debido a que existe un constante acoso por parte de los varones ya sean empleados, dueños de locales y carretilleros, a ellas generalmente sólo se les emplea en la cocina, como edecanes y en algunas ocasiones, gracias a las relaciones sociales de sus padres o conocidos logran laborar en alguna bodega en la caja o como tenderas. Vale resaltar que la dinámica cotidiana de la CEDA y los intereses económicos que se manejan en este lugar, hacen que existan “mafias” mismas que controlan el ambiente laboral, por demás difícil de sortear, lo que se traduce en situaciones de abuso y vulnerabilidad para los trabajadores mismas que repercuten en su calidad de vida. Sin embargo el grado de escolaridad, la edad, el sexo y el tipo de ocupación crean desigualdades económicas las cuales se acentúan en las distensiones sociales generando una mezcla compleja que repercute en una mayor diferenciación social de los grupos de niños. Por lo que deben de adaptarse rápidamente a sus nuevas condiciones de vida y trabajo, ya que si no lo hacen, son doblemente vulnerables, ya que se encuentran en desventaja con respecto a los individuos que ya tienen más tiempo en la capital; es decir, son trabajadores sin redes sociales o capital social. Para finalizar, hablar sobre migración y trabajo infantil en el ámbito académico, se ha convertido en un tema recurrente de discusión a nivel nacional e internacional en las últimas dos décadas, lo que ha originado que existan alternativas teóricas, herramientas metodológicas, estadísticas, así como esbozos del escenario actual y futuro de dicho proceso. La Antropología Física como ciencia abordó esta problemática desde los enfoques de crecimiento y desarrollo, ergonómicos, de nutrición y en estudios en hueso (Murguía: 1982, Forastieri: 1983, Silva: 1986. Entre otros). Una aproximación relativamente reciente dentro de dicha disciplina pone de manifiesto la importancia de estudiar el cuerpo no sólo como objeto, sino como sujeto que produce su realidad social y en consecuencia está en interacción constante, elaborando nociones, explicaciones y prácticas sobre dicha realidad. Tomando en cuenta esta nueva formulación resulta interesante acercarnos a explicar el escenario y las condiciones en las que los niños migrantes que trabajan en la Central de Abasto desarrollan su actividad laboral.

Referencias BETANCOURT, Alberto (coordinador). La Merced ayer y hoy, Texto de información de la Delegación Venustiano Carranza. México. 2000., p 15 - 60. CORONA Caraveo, Yolanda(coordinadora). Infancia, Legislación y Política. México.Universidad Autónoma Metropolitana. UNICEF. 2000. 107p. DEL RÍO Lugo, Norma (Coordinadora). La Infancia vulnerable de México en un mundo globalizado. México. UAM, UNICEF. 2000. 193 p. DÁVALOS, José. Derecho de los Menores Trabajadores. México. UNAM. Cámara de Diputados LVII Legislatura. 2000. 120 p. INTERNATIONAL ORGANIZATION FOR MIGRATION (IOM). Glossary on Migration International Organition for Migration 2004. RAMÍREZ, J. Condiciones laborales de vida y salud menores trabajadores migrantes de la Central de Abasto de la Ciudad de México. Tesis de Licenciatura en Antropología Física. Escuela Nacional de Antropología e Historia, INAH (2006). SÁNCHEZ, M. y Pineda, J. Influencia de las condiciones ambientales en los procesos de morbilidad en un grupo de preescolares de San Gregorio Atlapulco Xochimilco. Tesis de Licenciatura en Antropología Física. Escuela Nacional de Antropología e Historia, INAH. 1998.

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