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ENCUENTROS EN VERINES 2015 Casona de Verines. Pendueles (Asturias)
La relación entre el artista y su público. Elisa Bravo Gabriel Septiembre 2015 1. OBJETIVO DE ESTA CHARLA: Explorar cómo son las relaciones entre las diferentes disciplinas artísticas y su público. Me gustaría analizar, en concreto, la situación del sector de la ilustración e indagar, en base a estas conclusiones, cómo puede mejorarse. 2. ¿POR QUÉ HE PLANTEADO ESTE TEMA? La relación con el público puede determinar de forma decisiva el desarrollo de una disciplina. Hay algunas que han tenido graves problemas relacionados con esta cuestión. La ilustración vive un buen momento y es una oportunidad para sentar unas bases óptimas que conduzcan a una buena relación entre creador, obra, mediador y público. ¿Cuáles son esos problemas? 2. MI TESIS A) EL PROBLEMA Dos ejemplos de lo que considero una mala relación entre público y disciplina artística: 1) El primero tiene que ver con el arte contemporáneo. Juanjo Sáez lo explica de maravilla en su libro El arte: conversaciones imaginarias con mi madre (Random House, 2006).
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- Mamá, el arte es un tesoro que nos han robado. Sólo los “intelectuales” pueden disfrutar del TESORO. LA ÉLITE de la cultura. - Han encerrado el arte en un cofre de conocimientos, para abrir la cerradura es necesario haber leído mucho. Pero cualquier persona mínimamente sensible puede romper la cerradura y encontrar el tesoro.
- E incluso desarrollando tu creatividad puedes hacer tu propio TESORO.
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- A los intelectuales esto les molesta mucho y no quieren permitir que suceda, a ellos les ha costado mucho, han tenido que cultivarse mucho para llegar a ser “los guardianes”. - Y no toleran a los “listos” que se saltan sus reglas, entonces no paran de intentar hacernos sentir mal, recordándonos nuestra incultura y nuestra incapacidad para almacenar datos.
- El que no siente no vive. Acumular y analizar datos no es vivir. Al fin y al cabo la vida es un cúmulo de sensaciones. - Mamá, mis conocimientos dejan mucho que desear, pero lo que siento cuando veo una obra de Chillida, o un móvil de Calder, es superior a todos los conocimientos que pueda tener. Y eso no me lo puede discutir NADIE. - “iros a la mierda, nosotros somos más” “mío, mío, mío” (los intelectuales).
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En este caso, los “ladrones” han sido los gestores, los creadores, los críticos, los periodistas… Todos aquellos que se han sumado a ese discurso y que lo han amplificado. 2) El segundo caso nos traslada a otra disciplina, el cine. ¿Quién no ha escuchado alguna vez la frase “el cine español es una mierda” seguida de argumentaciones del tipo “yo es que voy al cine a entretenerme”? No es raro encontrar a gente que el fin de semana, ante la cartelera, se decida por una película norteamericana desconocida antes que por una española, por mucho que ésta reluzca. En este caso no tengo tan claro en quién recae el peso de esta catástrofe, pero estoy convencida de que si en los colegios se proyectaran algunas de estas (y otras tantas) películas: - Bienvenido Mr. Marshall - El verdugo - Amanece que no es poco 4
- La niña de tus ojos - El milagro de P. Tinto - Solas - Volver - Belle Epoque - Celda 211… no tendríamos que volver a escuchar estas frases despectivas. 3. Una buena relación: plataformas de consumo online. No sólo hay ejemplos negativos. Todos recordamos los pánicos que acompañaron a la expansión de Internet y uno de los que viví con curiosidad fue la etapa de histeria de las industrias culturales. Algunas anunciaron su muerte definitiva ante la llegada de programas informáticos y páginas web que difundían contenidos audiovisuales de forma gratuita. Afortunadamente la realidad no era tan dramática, lo fundamental es que cambiaron los hábitos de consumo y fuimos muchos los que nos sumamos y llenamos plataformas como YouTube, Spotify y Netflix, o las salas durante la Fiesta del cine; demostrando que ni había ausencia de producto ni de público: la clave residía en su formato y en el canal de consumo. La mentes pensantes que hay detrás de estas cuatro exitosas fórmulas de consumo de entretenimiento y cultura tenían un objetivo común: lograr un canal que se ajustara a los requerimientos de su público. B) MI CONCLUSIÓN: Es preciso que las personas que participan en el desarrollo y la difusión de una obra de arte se interesen y se involucren en su consumo: cómo es, quién lo hace, cuándo, tendencias… Quizás no hace falta que lo adopte el 100% de los creadores/ mediadores/ etc., pero estoy en contra de que éste sea el punto de partida estándar. Como gestora, ayudar a crear o a difundir obras que nadie disfruta/ experimenta es TIEMPO PERDIDO (y recursos, a veces, públicos). Pero, además, me parece que ignorar sistemáticamente al público sería una actitud peligrosa, ya que genera DESAFECCIÓN entre el público y el arte.
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3. LA SITUACIÓN DEL SECTOR DE LA ILUSTRACIÓN CON SU PÚBLICO ¿Cómo es la relación del sector con el público, y cómo querríamos que fuera? A) ¿Cómo es? Aquí hay que ser atrevido, no tenemos muchos datos al respecto. Desde mi experiencia y punto de vista, el público general: -
no sabe qué es la ilustración. Si le preguntas por la diferencia entre ilustración y pintura, creo que no sabrían la respuesta.
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no se sabe “para qué sirve” la ilustración. ¿Es arte? ¿Está en museos? ¿Sólo se emplea para packaging? ¿Cómo decoración en artículos de prensa o libros? No se tienen clara las aplicaciones.
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no se conoce a los ilustradores, a algunos extranjeros, puede, pero españoles, poco.
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se desconoce la relevancia que tienen en el exterior ilustradores patrios. No somos conscientes del valor que se genera en nuestro propio país.
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Dudo que tengan claro cómo acceder a la ilustración. ¿Se difunde en revistas? ¿tengo que seguirla en blogs? ¿Hay libros recopilatorios?
Estas son mis propuestas. B) ¿Cómo queremos que sea? ¿Qué oportunidades tenemos? Vamos a imaginar como primer paso para la materialización de nuestros anhelos. Propuestas ambiciosas: -
Conseguir que la ilustración sea apreciada por su singularidad frente a otras disciplinas.
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Accesible a diversos tipos de público. ¿Los ancianos leen libros ilustrados?
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Con autores reconocibles y apreciados por el público. Por ejemplo, se pueden generar contenidos divulgativos sobre éstos con cabida en medios de comunicación y plataformas de difusión audiovisual, físicas y digitales. Han de incluirse en los libros de historia del arte, en los planes de estudio artísticos de los que aún no forme parte.
Propongo pensar a lo grande, creo que las circunstancias nos lo permiten y que, por encima de todo, hay un talento indiscutible capaz de afrontar estos retos. 6
Por eso, mi última propuesta, con la que cierro la intervención es: ¿podría la ilustración colarse en espacios de consumo masivo? ¿por qué no se contrata a los grandes profesionales de este país para cubrir las necesidades de los organismos públicos en cuanto a comunicación visual? Os lo diré de una forma más concreta: ¿por qué la gráfica de Televisión Española no la realiza un autor como Arnal Ballester? ¿Es una cuestión económica? ¿de falta de interés?
Con una acción de este tipo, la ilustración se adentraría de una forma ágil y orgánica en la vida cotidiana de muchos habitantes. Y a partir de ahí sería mucho más sencillo resolver otras de las cuestiones que anteriormente hemos mencionado: para qué sirve, qué tipo de creadores se dedican a esto, con qué herramientas trabajan, etc. En definitiva, es un acercamiento con el “gran público”. ¿Qué otras oportunidades tenemos?
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