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Introducción Los felinos son los cazadores más efectivos del reino animal. Animales seductores y peligrosos, de cuerpos fuertes, veloces y miradas inquietantes. Son animales vertebrados, mamíferos y carnívoros. Viven en casi todo el mundo, a excepción de Australia, Madagascar, algunas islas oceánicas y la Antártida. Todos ellos tienen muy desarrollados los órganos de los sentidos, especialmente la vista. Sus pupilas pueden dilatarse y contraerse con extraordinaria facilidad. Por eso estos animales ven muy bien cuando hay luz o en la más completa oscuridad. Casi todos cazan al asecho. Se aproximan sigilosamente hasta sus presas para luego lanzarse sobre ellas en un ataque rápido y fulminante. Desarrollo La familia de los gatos Desde un gato doméstico hasta el majestuoso tigre de más de dos metros de largo, una serie de mamíferos de cuerpos esbeltos y poderosos componen la familia de los felinos. Algunos tienen la piel de color uniforme, muchos con manchas y otros con rayas, pero a pesar de las diferencias físicas, su comportamiento es similar. Los gatos tienen hábitos nocturnos y pasan gran parte del día durmiendo. Cuando cae el sol se disponen a cazar. Como los osos, perros, hienas y comadrejas, matan a otros animales para comer, pero de todos los carnívoros, los felinos son los más eficientes para combinar fuerza, agilidad y velocidad. Pocos igualan el desarrollo de sus sentidos agudos y su capacidad de asecho. La elasticidad de su cuerpo les permite salir ilesos de situaciones que, para otros, significarían la muerte segura. Gracias a la rapidez de sus movimientos equilibrados, son capaces de enderezarse en plena caída para llegar al suelo parados y evitar golpes peligrosos en el lomo y la cabeza.
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Con la excepción del león, los felinos son animales solitarios que marcan con su orina y excremento un territorio que defienden de los demás individuos de su misma especie. Esta zona de pertenencia puede ser tan modesta como el jardín de una casa, en el caso de un gato domestico, o tan vasta como una región de varios kilómetros cuadrados de un bosque, llanura, estepa, desierto o selva, cuando se trata de felinos más grandes. Así ven y sienten el mundo Como la gran mayoría de los animales, los felinos perciben un mundo distinto al nuestro. Con cuerpos ágiles y rápidos diseñados para cazar, sus sentidos terminan por convertirlos en los carnívoros más desarrollados. La información que reciben de su entorno les permite localizar con facilidad a su presa. La mayor parte de los felinos caza de noche. Se mueven con sigilo, en absoluto silencio, abriéndose camino entre la oscuridad. Detectar a sus presas en estas condiciones no significa ningún problema. Ven todo a su alrededor, escuchan el más mínimo sonido y huelen a sus víctimas cuando estas están próximas. Los ojos de un gato son grandes y abarcan un buen ángulo de visión. Sus pupilas, que durante el día están convertidas en rayitas en los gatos pequeños, y en diminutos círculos en los más grandes, pueden dilatarse enormemente para permitir una mayor entrada de luz. Tienen, además, una capa extra de células reflectantes que aumentan la sensibilidad de los ojos y les permite ver en la oscuridad seis veces mejor que el hombre. Esta capa se llama tapiz lúcido. Cuando la noche es muy cerrada, confían en sus oídos que determinan con preescisión el origen y la dirección de cualquier sonido. Así ubican a las victimas de sus ataques y a los posibles peligros también. Por medio del tacto de sus pies, los bigotes y el resto de los pelos del cuerpo y la cola, se mueven casi a ciegas con comodidad. Sensores Cada pelo de su piel es muy sensible al tacto y le ayuda a percibir obstáculos que no puede ver. Los bigotes son órganos que captan la más mínima presión. Con ellos
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calculan distancias y espacios. Si sus bigotes pasan por una abertura estrecha, también pasa el cuerpo entero del animal. Leones al ataque Los leones se diferencian de los demás felinos porque viven y cazan en grupo. Cuando encuentran una manada de cebras, organizan una emboscada. Se acercan y la rodean en silencio. Luego se abalanzan, las víctimas se dispersan y al menos una corre hacia donde una leona agazapada la espera para atacar.
Felinos en las sombras Bajo una gran variedad de árboles altos, de 30 metros, entre pocas hierbas y matorrales, circulan silenciosos y elegantes dos temibles predadores: el tigre y el leopardo. El tigre es el más grande de los felinos: llega a medir hasta 4 metros de largo, incluyendo la cola. El leopardo es bastante más pequeño, pero igualmente feroz. Aunque habitan distintas regiones, prefieren las zonas arboladas porque necesitan del camuflaje para cazar. Estos predadores comen desde animales chicos como aves, monos y roedores, hasta otros mas grandes como los cerdos salvajes, venados y búfalos. Cerca del hombre, un tigre puede comer ganado domestico, caballos y hasta al hombre mismo. Dueño y señor No es fácil encontrar dos tigres o dos leopardos juntos. Cada macho delimita su territorio y lo defiende de otros de su misma especie. Solo acepta compartirlo con alguna hembra. Al concluir una casería, el felino marca con pis el lugar para advertir a otros machos que ese territorio de caza tiene dueño y señor. De día, las rayas y manchas del pelaje de estos animales les permiten no ser vistos entre los troncos de los árboles y los pastos. Sin embargo, prefieren cazar de noche porque en la oscuridad se ocultan mejor. Además, los animales que podrían alertar a la presa con sus gritos, como los monos y los pájaros, están durmiendo. 3
El leopardo suele llevar sus presas hasta la rama de un árbol para comer. Allí estará a salvo del robo que, carroñeros como las hienas o los buitres, puedan intentar. Es un trepador fuerte capaz de subir a un árbol sosteniendo con sus mandíbulas un cuerpo casi su mismo peso. El acecho final Cuando uno de estos cazadores detecta una presa, se aproxima en silencio ocultándose entre la vegetación. Se mueve con la panza rozando el suelo y la cabeza gacha. Si sus víctimas se lanzan a la carrera pueden dejarlo atrás, por lo que necesita estar muy cerca de su presa para desatar el ataque final y alcanzar con sus mandíbulas el cuello del animal. Juguetones y suaves Todos los felinos dan a luz a cachorros pequeños e indefensos. Durante los primeros nueve días de vida son ciegos. Sus movimientos son torpes e inseguros y están expuestos a los ataques de otros predadores, enfermedades y problemas de nutrición. Para sobrevivir, deben aprender bien rápido a valerse por sí mismos. Los cachorros crecen después de meses de golpes, pruebas y fracasos divertidos. Muchas de las acciones y reacciones de un cachorro responden al instinto, al comportamiento que el animal trae incorporado desde su nacimiento. Pero a lo largo de sus primeros meses de vida, ira también desarrollando un proceso de aprendizaje. Ni bien nace, la cría de un felino permanece cerca de su madre y hermanos. Pronto empieza a caminar e incursiona en el entorno. Mira, toca y huele todo lo que llega a su alcance. Luego corre, trepa árboles o rocas y empieza a jugar. Jugando entre hermanos y con su madre aprende a luchar y a llevarse bien con sus compañeros. Ejercita los músculos y pone a prueba sus rápidos reflejos. Cuando ya ha crecido lo suficiente acompaña a su madre de casería. Observando e imitando sus movimientos, incorpora la última lección. Poco tiempo
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después la abandona, ya convertido en un temible cazador. Un lugar seguro En estado salvaje, los felinos dan a luz en madrigueras, rincones escondidos, oscuros y protegido del viento y los intrusos. Sin la ayuda del padre, la madre se encarga de cuidar a sus hijos. Al menor asomo de peligro, los traslada tomándolos con los dientes de la piel floja que rodea sus cuellos. El rey y su corte El león es el único felino sociable, habituado a vivir en familias de entre 3 y hasta 40 individuos. Se lo puede encontrar en África, en las llanuras cubiertas de hierba y apenas salpicadas por matorrales y bosques abiertos. No más de tres machos dominan una manada de leones, compuesta en su mayoría por hembras y cachorros de diferentes edades. Como nunca abandonan el grupo, las hembras son todas parientes, hermanas, tías, primas... Los machos jóvenes, en cambio, dejan la manada o son expulsados entre los 2 y 5 años de edad. Forman pequeños grupos nómadas, y cuando llegan a adultos disputan a otros leones el dominio de alguna familia. Entre las hembras existe una relación amistosa y todas juntas protegen y alimentan a los cachorros. Organizando emboscadas grupales, ellas son las que realizan gran parte de las cacerías. Reunir fuerzas les permite atrapar animales de gran tamaño. Las cebras y antílopes son sus comidas predilectas, pero pueden llegar a abatir búfalos y jirafas. Aunque las hembras derriben la presa, los machos son quienes comen primero. Los machos permanecen mucho tiempo aislados. Su principal función es la defensa de la manada y la demarcación y protección de su territorio. Lo recorren a diario, rugiendo para intimidar a los posibles intrusos. Puede medir más de 2 metros de largo y pesar cerca de 230 kilos.
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Melena Las crines que rodean la cabeza del macho hacen parecer más grande al animal y le sirven para intimidar a otros machos rivales. Mordida Un león es capaz de romper un gran hueso de un mordisco con sus fuertes mandibulas. Pelaje Dependiendo de la región que habita, el color de su piel varia entre el gris y el amarillo rojizo. Patas Entre los felinos es el que tiene las extremidades más fuertes y desarrolladas. Feroces gigantes de la selva Los tigres son los felinos más grandes del planeta. Al sur de Siberia viven machos que pueden medir alrededor de tres metros y medio de largo, incluyendo la cola, y pueden pesar más de 260 kilos. El cuerpo del tigre es más flexible, ligero y elegante que el del león. Viven en zonas de clima húmedo y densa vegetación. Se los puede encontrar en junglas y bosques de árboles altos o en llanuras bien pobladas de matas y cañaverales. La mayoría prefiere temperaturas cálidas, pero existen los que se manejan en la nieve con absoluta comodidad. Los machos delimitan territorios de caza que tardan semanas enteras en recorrer. Algunos llegan a abarcar hasta 5.000 kilómetros cuadrados. Exceptuando a gigantes como el elefante o el rinoceronte, atacan casi cualquier otro animal. Los ciervos, antílopes y jabalíes son sus presas preferidas, pero suelen contentarse
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con monos, lagartos, aves, peces y hasta tortugas. Cazan de noche, muchas veces teniendo emboscadas en aquellos lugares a donde los animales se acercan a beber o escondiéndose a orillas de algún sendero transitado. Se abalanzan sobre sus presas y las matan en el acto quebrándoles el cuello con sus mandíbulas mientras las derriban. Lucha de titanes Los tigres son animales solitarios que solo se juntan para tener crías. Cuando dos de estos felinos se encuentran, pueden trenzarse en violentos combates para reclamar un territorio, adueñarse de una presa o ganar el favor de una hembra. Un refugio invisible Los tigres establecen sus guaridas en zonas de vegetación densa e impenetrable. Gracias a las rayas de su pelaje, se vuelven invisibles entre los juncos y el pastizal. Tigres albinos En la naturaleza los casos de albinismos son excepcionales y por eso corren más riesgos de no perpetuarse como especie. Es común encontrarlos en zoológicos como una curiosidad. Todo Terreno La agilidad de su cuerpo le permite correr, dar saltos de más de 5 metros y nadar. Muy Alto El tigre supera en altura al león. Andar Silencioso
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Los tigres, como todos los felinos están dotados de almohadillas elásticas en las plantas de los pies que les permiten caminar sin dejarse oír, incluso cuando lo hacen sobre hojas secas. Animales de cuerpos perfectos Ningún felino los supera en gracia y belleza. Los leopardos y yaguares se destacan por sus formas armoniosas y sus movimientos, sensuales, ágiles, elásticos. Ambos son excelentes trepadores. Los primeros viven entre los árboles de parte de África y Asia. Los yaguares, en las selvas y bosques americanos. Los leopardos pueden vivir en llanuras, zonas montañosas y hasta regiones semi− desérticas, pero prefieren los bosques y junglas de árboles altos y vegetación densa. Sin contar la cola, miden hasta 1,5 metros de largo. Son más bajos que el tigre y el león y apenas pesan 90 kilos. Son cazadores feroces y oportunistas, capaces de atrapar desde escarabajos hasta monos, antílopes, jabalís y cebras jóvenes. Tan fuertes son, que pueden levantar el cuerpo de una presa de su mismo peso sin dificultad para llevarla a lo alto de un árbol y comer con tranquilidad. Los yaguares son parecidos a los leopardos, pero de aspecto más robusto y rollizo. Son un poco más altos y pesan hasta 150 kilos. El color amarillo rojizo de su piel es similar, pero las manchas difieren: algunas son bien grandes, de forma anillada. Y encierran uno o más puntos negros en su interior. Son animales solitarios que viven en los pantanos y selvas húmedas de América Central y del Sur. Es el felino más grande de nuestro continente y se lo puede encontrar en el norte de Argentina. Al yaguar le gusta bañarse y atrapar peces en el agua. También se alimenta de aves, reptiles, tapires y monos. Sombra de la selva Las panteras negras son leopardos afectados por un fenómeno de melanismo. Si
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observamos su piel a donde le da de lleno la luz, vamos a poder ver las manchas de un negro ligeramente distinto. Generalmente se las encuentra en Malasia y la Isla de Java. Nacido para correr El guepardo es un animal esbelto, liviano y, entre los felinos, es el que tiene las patas más largas. Es un gran corredor, el más veloz sobre la Tierra, y puede atrapar a su presa o escapar de sus enemigos con unos pocos saltos. Al no tener necesidad de esconderse en la vegetación, habita las llanuras descampadas de África y Asia. Es el único felino con cuerpo diseñado para correr, y no para saltar; el único preparado para atrapar a su presa a la carrera. Sus garras no son retráctiles, están siempre descubiertas, y le proporcionan una buena sujeción al suelo mientras corre. La flexibilidad de su cuerpo le permite realizar maniobras súbitas y violentas, y la larga cola lo ayuda a mantener el equilibrio. Cuando detecta a una presa comienza al acecho. El guepardo lanza su ataque sólo si logra acercarse al menos a 50 metros de su víctima sin ser notado. A 3 segundos de haber comenzado la carrera ya alcanza los 90km/h, y durante 400 metros puede mantener velocidades cercanas a los 110km/h. Pero sus victimas son rápidas y ágiles también, y si la persecución se prolonga, el cazador abandona agotado el intento. El guepardo caza solamente de día, en las horas de menos calor. Necesita buena luz para ver su camino y evitar accidentes peligrosos. Suelen reunirse cada tarde en un mimo árbol a descansar. El futuro de una familia Cuando las crías hembras crecen, abandonan a su madre para llevar una vida solitaria. Los hermanos macho también se van, pero pueden permanecer juntos, incluso de por vida. Un banquete fugaz El guepardo caza gacelas y antílopes y otros animales menores como liebres
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y aves. Está habituado a comer rápido y empezando por la parte más rica y nutritiva de su presa porque grupos de hienas o leones y hasta buitres suelen atacarlo para robarle su comida.
El león americano El continente americano está poblado, desde Canadá hasta el sur de la Argentina, por el puma, un felino fuerte y poderoso parecido en color y constitución física a un pequeño león sin melena. Ningún otro felino se extiende por una región tan vasta como el puma. Se adapta a las selvas y llanuras pero prefiere las zonas montañosas para vivir. Tiene la piel sin manchas, de color que varía entre el gris y el amarillo rojizo, dependiendo del lugar que habita. Establece un enorme territorio de caza que puede llevarle más de dos semanas. Se alimenta de la carne de venados, antílopes, guanacos, burros y de animales más pequeños como roedores y aves. Es un gran trepador y puede atrapar monos saltando de rama en rama. Su alimento preferido es la sangre de sus victimas y, si se le presenta la oportunidad, es capaz de matar más presas de las que necesita comer solo para disfrutar el manjar. El puma pesa hasta 100 kilos y puede medir más de 1,2 metros de largo. Este felino habita las zonas boscosas y estepas del hemisferio norte del planeta. Su cola es corta, de hasta 25 centímetros, y sus orejas terminan en un mechón de pelo en las puntas. Durante el invierno, su pelaje se vuelve denso y largo para protegerlo del frío. Pequeños y elegantes Entre las hojas y ramas de los bosques y a lo largo de las llanuras hebáceas del mundo, pueden encontrarse varias especies diferentes de gatos salvajes. Son 10
cazadores solitarios, excelentes trepadores, se camuflan muy bien y procuran nunca dejarse ver. No se llama gatos pequeños a los felinos de tamaño reducido, sino a aquellos que por la constitución anatómica de un hueso de la laringe solo pueden maullar y ronronear cuando están satisfechos. A diferencia de los grandes gatos como el león, el tigre y el leopardo, estos no son capaces de rugir. Entre los gatos pequeños se encuentran animales tan grandes como el puma. La mayor parte de los gatos pequeños del mundo habita junglas, bosques y montes. Estos animales tienen cuerpos fuertes y flexibles, piel con barras o manchas y ojos bien grandes para cazar en la noche. El ocelote es uno de los de mayor tamaño. Incluyendo la cola de 40 centímetros, puede medir más de 1,4 metros de largo. Caza mamíferos, lagartos y aves que despluma completamente antes de comer. Entre los que viven en praderas y desiertos se destacan el serval y el caracal. Tiene patas más altas que aquellos habituados a andar por los árboles. Son muy veloces en distancias cortas porque necesitan escapar frecuentemente de los ataques de predadores como las hienas. Al lince rojo o bobcat que vive en América septentrional se lo ha visto cazar venados que superaban ocho veces su peso. Compañía salvaje Los gatos pequeños se acercaron al hombre cuando descubrieron que sus almacenes estaban llenos de ratas y ratones que les resultaban muy fácil de cazar. Los humanos se liberaron de una plaga y aceptaron gustosos la nueva compañía. No solo los gatos pequeños pueden ser domesticados si se los cría desde cachorros, muchos felinos grandes suelen volverse inofensivos para el hombre e incluso mansos y cariñosos. En el pasado, en la India y Europa, se entrenaban guepardos y leopardos para
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ayudar a los ricos a cazar venados. Algunos felinos viejos o disminuidos físicamente como para atrapar a sus presas habituales pueden perderle el miedo al hombre y atacarlo para comerlo. Pero son realmente pocos, y el ser humano siempre resulta más cruel. Durante el Imperio Romano se capturaban leones y tigres para hacerlos luchar y morir en el circo. Tal cantidad de leones capturaron en Asia, que ya en aquella época comenzaron a extinguirse. Hoy los hombres persiguen con furia a aquellos felinos que atrapan ganado domestico para comer y las matanzas por deporte o negocio parecen nunca acabar. Varias especies ya se encuentran en peligro de extinción.
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