TRASTORNO DE ANSIEDAD EN FELINOS

TRASTORNO DE ANSIEDAD EN FELINOS Prof. Dr. Rubén E. Mentzel Médico Veterinario (UBA), Diploma de Docente Autorizado (UBA), Diplomado en Etología Clíni
Author:  Juana Ruiz Mora

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TRASTORNO DE ANSIEDAD EN FELINOS Prof. Dr. Rubén E. Mentzel Médico Veterinario (UBA), Diploma de Docente Autorizado (UBA), Diplomado en Etología Clínica (CLECVe) Especialista en Docencia Universitaria (UBA), Especialista en Clínica y Etología de Caninos y Felinos (CVPBA) Profesor Titular de Etología, Facultades de Veterinaria de la UJAM y USAL Miembro Fundador y Ex-Directivo de la Asociación Veterinaria Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ) Presidente Fundador del Colegio Latinoamericano de Etología Veterinaria (CLECVe) Miembro del Centro de Especialidades Médicas Veterinarias (CEMV) [email protected] – www.doctormentzel.wordpress.com

Definición La ansiedad en animales de compañía, a diferencia de lo que sucede con el ser humano, es considerada siempre como patológica. Por eso debemos utilizar la denominación de trastorno, y la podemos definir con mayor o menor grado de descripción, mencionando o no el componente emocional. Por ejemplo Overall, K. (1997) la define como: Anticipación aprensiva del futuro peligroso o infortunado, acompañada por un sentimiento de disforia (en humanos) y/o síntomas somáticos de tensión (vigilancia y búsqueda, hiperactividad autónoma, actividad motora aumentada). El foco de la ansiedad puede ser interno y/o externo. En cambio Pageat, P. (1998) la define como: Estado reaccional caracterizado por una mayor posibilidad de emitir respuestas conductuales y autonómicas similares al miedo frente a variaciones del medio interno o externo, con alteración de autocontroles y por lo tanto pérdida de la capacidad de adaptación. Ambas definiciones no se contraponen, sino que por el contrario se complementan, y por lo tanto se podrían resumir en la siguiente definición: Estado de alerta mental y movilización somática ante un peligro sin determinar. Epidemiología Las conductas alteradas como resultado de un trastorno de ansiedad son el motivo más frecuentes de consultas sobre comportamiento felino. Esas conductas incluyen principalmente problemas de eliminación inadecuada y agresividad (Landsberg, G. y col. 2003). En un trabajo sobre la presentación de actos correspondientes a conducta agonística (Voith, V. y Borchelt, P. 1996), 80 % de los gatos silba a otro gato; 85 % pega a otro gato; 70 % pelea con otro gato ocasionalmente; 25 % silba o gruñe a la gente; y 60 % araña o muerde a la gente ocasionalmente. En un estudio descriptivo fenomenológico sobre problemas de comportamiento felino en una población de 28 pacientes atendidos en el servicio de etología clínica (Mentzel, R. y col. 2006), la eliminación inadecuada (35,71 % micción inadecuada; 28,57 % defecación inadecuada; 14,28 % aspersión; 3, 57 % enuresis) y la agresión (asertiva 46,43 %; irritativa 35,71 %; territorial 21,43 %; intraespecífica 21,43 %; por miedo 14,28 %; desviada 10,71 %; predatoria 10,71 %; por caricias 7,14 %; por juego 3,57 %) fueron los más frecuentes. Etiología La causa de la ansiedad no está completamente aclarada, pero sabemos al menos que es el resultado de la interacción entre factores biológicos, genéticos y ambientales. Si bien hay reportes de signos conductuales y neurovegetativos con mayor frecuencia en ciertas razas de gatos, hasta el momento no se pudo demostrar un origen genético claro debido a la falta de marcadores o de estudios controlados donde se pueda evitar la influencia ambiental. Las alteraciones neurobioquímicas primarias se han supuesto a partir del desbalance detectado en los niveles en líquido cefalorraquídeo (LCR), sangre y orina, de ciertos neurotransmisores (NT) como la serotonina (5HT) y la noradrenalina (NA). El temperamento y los cuidados maternos sí han pudido

ser relacionados con el desarrollo de crías ansiosas y se lo conoce como efecto (o ambiente) materno, a diferencia del perfil comportamental del padre que no parece influir. La estimulación ambiental temprana deficiente por aislamiento, pobre manipulación y/o falta de juego o ejercicio, no permite el desarrollo de una buena homeostasis sensorial con consiguientes fallas en los mecanismos de adaptación frente a los estímulos físicos habituales. De igual manera la pobre o nula socialización, tanto homo como heteroespecífica, son importantes factores de ansiedad. Estímulos incondicionados potencialmente peligrosos, experiencias tempranas inadecuadas (castigos) y el reforzamiento voluntario o involuntario de las respuestas de miedo o ansiedad generan un condicionamiento aversivo a ciertas situaciones. La inestabilidad territorial por falta de espacio, mudanzas, reformas, cambios de mobiliario, o imposibilidad de huir, muchas veces son detonantes del trastorno. Así como los conflictos sociales por la llegada de otro animal o persona, el reingreso de uno que se fue y volvió (por pensión, internación o viaje), o cambios en la rutina del grupo. En definitiva cualquier situación de estrés crónico o repetido, así como la presencia de otras patologías físicas, comportamentales o combinación de ambas, en un animal predispuesto, pueden resultar ansiogénicas. Etopatología Los conflictos sociales y las alteraciones territoriales crónicas, que en el gato generalmente están asociadas, producen en el paciente epigenéticamente predispuesto una falla en la capacidad de adaptación. De esta forma la respuesta del animal a su entorno se encuentra permanentemente alterada. El comportamiento ha perdido su plasticidad, se vuelve rígido e invariable, y los animales resultan incapaces de volver al estado de equilibrio. Estos estados patológicos del comportamiento se expresan bajos diferentes formas clínicas de morbilidad variable, como resultado de los siguientes procesos patológicos elementales (Pageat. P. 1998): Sensibilización con aumento progresivo de la respuesta de miedo con tendencia a fijarse, acompañada con aumento de la vigilancia y la reactividad. Anticipación que acompaña a la sensibilización y consiste en el desencadenamiento del miedo aún antes del estímulo sensibilizante y frente a otros estímulos asociados, como consecuencia de la hipervigilancia. Instrumentalización de las respuestas con rigidez y desorganización de las secuencias de comportamiento como resultado de un aprendizaje por condicionamiento operante. Fisiopatología En la ansiedad se produce una desregulación de mecanismos neurofisiológicos localizados en el locus coeruleus (LC), núcleo dorsal del rafe, hipotálamo, amígdala, hipocampo y corteza frontal, pero sin lesión neuropatológica, que a nivel neurobioquímico involucran principalmente a la noradrenalina, pero también a la serotonina, GABA y dopamina. Los cambios se caracterizan por alteración en la secreción, concentración y autorregulación sináptica, así como en la interacción entre los distintos neuromediadores, neuromoduladores, y su acción sobre diferentes receptores en distintas zonas, principalmente a nivel del sistema límbico. La vía noradrenérgica que tiene su origen en el Locus Coeruleus (LC), principal núcleo noradrenérgico de la base del cerebro que envía conexiones a la corteza frontal, tálamo, hipotálamo, cuerpo amigdaloide, hipocampo, bulbo raquídeo, cerebelo, cerebro medio y médula espinal, es la responsable de la amplia gama de respuestas fisiológicas, comportamentales y emocionales del miedo. Regula la tensión, vigilancia, ciclo sueño–vigilia, aprendizaje y memoria, ansiedad, humor e irrigación cerebral. La desregulación de este sistema con activación del sistema límbico es la responsable del proceso de sensibilización característico del cuadro. El núcleo dorsal de rafe, principal núcleo serotoninérgico central, envía proyecciones hacia caudal, modulando el dolor a nivel de la médula espinal. Hacia rostral establece conexiones con el LC, cuerpo amigdaloide, tálamo, hipocampo y corteza. Por estas vías

interviene en la regulación de la ansiedad, el miedo, el ciclo sueño-vigilia, el humor y la agresividad. La sensibilización de sus receptores postsinápticos con desensibilización de los presinápticos se relaciona con la aparición de ansiedad. Los núcleos dopaminérgicos de la base del cerebro envían conexiones a la corteza frontal a través de la vía mesocortical y al cuerpo amigdaloide a través de la vía mesolímbica, estimulando la vigilancia y la conducta exploratoria. La hiperreactividad de estas vías asociadas a la patología ansiosa es la responsable de la hipervigilancia y la anticipación del evento aprensivo. El GABA, un importante neurotransmisor inhibidor distribuido ampliamente en el SNC, modifica el tono simpático y serotoninérgico, disminuyendo la tensión y el miedo, produciendo relajación y sueño. El bloqueo del GABA produce ansiedad, con ausencia de señal de parada y aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca. En resumen la alteración del sistema noradrenérgico es el responsable de la sensibilización, el dopaminérgico es responsable de la hipervigilancia que lleva a la anticipación, y la inhibición del sistema GABAérgico y serotoninérgico precipitan el estado patológico de ansiedad. Y a nivel neuroanatómo-funcional se detecta un aumento crónico de la reactividad y/o falta de desactivación del complejo amigdaloide después del evento ansiogénico. Signos Clínicos Las manifestaciones clínicas del trastorno de ansiedad en gatos son muy variadas y pueden predominar uno u otro signo, los cuales incluyen: Aspersión urinaria, consistente en rociado de orina sobre una superficie generalmente vertical, a unos 30 cm del piso, de escaso volumen y en varios lugares estratégicos o sobresalientes de la vivienda. Eliminación de orina, heces o ambas en lugares inadecuados fuera de la bandeja sanitaria, sobre superficies horizontales, en uno o pocos lugares de la vivienda. Agresión por miedo, irritativa, redirigida, territorial o asertiva, con amenazas y/o ataques o en forma explosiva, con instrumentalización de la secuencia perdida de la fase de amenaza y/o apaciguamiento. Signos neurovegetativos como taquicardia, midriasis, hiperreactividad a estímulos, sudoración de la almohadillas plantares y secreción de las glándulas perineales. Estos signos son una clara manifestación de la activación del sistema noradrenérgico. Dispepsia (ptialismo, vómitos y anorexia) como resultado de la alteración dopaminérgica. Y signos comportamentales que pueden incluir hipervigilancia, hipermotricidad, exploración ambiental aumentada, arañado intenso de muebles, huida o inmovilización ante cualquier estímulo novedoso, hiperapego al dueño, vocalización excesiva, disomnia, disorexia, falta de acicalado, o lamido excesivo como actividad de sustitución. En estos casos el compromiso es principalmente serotoninérgico. Diagnóstico Se debe realizar un completo examen médico comportamental que incluye la reseña; una detallada y ordenada anamnesis sobre el motivo de consulta, la historia previa del animal, los patrones del comportamiento actual y las condiciones de vida; la observación directa del paciente y su interacción con el ambiente físico y social; el examen físico general y particular que sea necesario; y los métodos complementarios habituales para descartar o confirmar una patología física, que por sí sólo no descarta un trastorno de ansiedad. Específicamente para el trastorno, hasta el momento sólo se cuenta como parámetro bioquímico con la medición de la prolactinemia (no disponible aún de rutina en nuestro país), con un significativo aumento en los animales con ansiedad severa. En un futuro probablemente se identifiquen marcadores genéticos asociados y alteraciones funcionales a nivel cerebral observables por tomografía computada por emisión de fotón único (SPECT) o tomografía por emisión positrones (PET). Por lo tanto el diagnóstico (al igual que en psiquiatría) es clínico y se sustenta sobre la base de un criterio que consiste en la necesidad

de identificar conductas de agresión, aspersión, eliminación inadecuada, algunos signos neurovegetativos, interferencia social y ausencia de estímulos disparadores de esas conductas. Comorbilidad Dada la íntima relación que hay a nivel molecular entre el comportamiento, el sistema nervioso, el inmune y el endócrino, hoy día considerado un macrosistema al que con justa razón podemos denominar “etoneuroinmunoendócrino”, es frecuente encontrar otras patologías asociadas al trastorno de ansiedad. Por ejemplo la presencia de infecciones oportunistas o ciertas neoplasias; diabetes o hipertiroidismo; y la epilepsia. También se observa una alta incidencia de problemas dermatológicos como alopecia o atopia, alteraciones digestivas con gastritis o colitis intermitentes, y hasta urinarios siendo el caso más común la cistitis intersticial. Tratamiento El tratamiento debe ser global e incluye al propietario, el ambiente, la terapia comportamental, los psicofármacos, las feromonas sintéticas y los complementos nutracéuticos. a. El propietario debe comprender el problema, y entender que es una falla en los mecanismos de adaptación y no actos voluntarios con determinada intencionalidad. Tiene que conocer los objetivos del tratamiento, los distintos medios que se utilizaran para lograrlos y el tipo de seguimientos. Establecer claramente que se necesita su compromiso terapéutico para lograr resultados favorables, ya que son los únicos que pueden implementar nuestras indicaciones. b. El ambiente debe ser tranquilo o tener espacios dentro de la vivienda donde pueda estar aislado y relajado. Enriquecer el territorio con superficies elevadas, escondites, comida escondida, juguetes colgantes y rodantes para gatos (de pequeño tamaño, movimiento rápido y con sonidos agudos). Distribuir los recursos en la casa (comida, agua, bandeja sanitaria, rascadores, torres de juego y dormidero) de tal forma que sean fácilmente accesibles. La higiene de la bandeja se mantiene retirando todos los días los excrementos, cambiando el sustrato en promedio 1 vez por semana, lavando el recipiente solo con agua y jabón neutro dejando secar bien, y si hay más de un gato colocar una bandeja por gato más una (N+1). c. La terapia comportamental consiste en la implementación de técnicas de modificación de conductas por aprendizaje asociativo y en aportar información al animal para que cambie su percepción del entorno. • Extinción, ignorando los comportamientos y signos de ansiedad cada vez que se presenten para que la conducta se debilite al no tener ninguna consecuencia. • Iniciar las personas los contactos con el gato, sólo cuando está tranquilo. • Desensibilización sistemática exponiendo al animal a los estímulos ansiogénicos a una intensidad por debajo del umbral de respuesta, y gradualmente y ante la falta de reacción aumentar la intensidad y/o proximidad. • Contracondicionarlo enseñándole a responder a una orden que desencadene una conducta incompatible a la ansiedad y, una vez que aprendió, en las situaciones ansiogénicas se le indica que la realice. • Juego interactivo con juguetes con alimento escondido, y juego social para interactuar y recibir atención de sus dueños. • Estímulo disruptivo aplicando un estímulo distractor que no genere aversión, pero que pueda distraerlo y reorientarlo a otra actividad. • No castigar ninguna de las conductas problemas ya que puede generar miedo o dolor que agravan la ansiedad. • Hospitalización durante una o dos semanas hasta que el aislamiento y la medicación lo estabiliza.

d. Los psicofármacos están indicado en todos los trastornos del comportamiento, ya que son imprescindibles para poder implementar un a terapia, y no se debe perder tiempo en su prescripción alargando el sufrimiento de nuestros pacientes y la angustia de sus propietarios. Para tal fin se utilizan varios grupos de medicamentos. • Benzodiacepinas (BZD): Ansiolítico específico, GABA-érgicos en el sistema límbico y tronco cerebral. Inhiben las vías colinérgicas, serotoninérgicas y noradrenérgicas. Tienen acción ansiolítica, hipnosedante, miorelajante, anticonvulsivante, orexígena, antiinflamatoria leve y disminuyen el aprendizaje. Como efectos colaterales presenta polifagia, ataxia transitoria, desinhibición de la agresión ofensiva, aumento de la impulsividad y conductas afiliativas (mayor apego), excitación paradójica 10 a 20% (ansiedad, alucinaciones espasticidad muscular, insomnio), tolerancia, dependencia física y síntomas de abstinencia, y casos raros de hepatotoxicidad en los felinos. Está contraindicado en hepatopatías, nefropatías, preñez y agresividad ofensiva. Alprazolam, de corta vida media, elevada potencia, bajo efecto motor, leve analgesia, amnesia transitoria y menores efectos colaterales (sedación, ataxia, miorelajación). 0,125-0,25 mg/kg/6-8-12 hs PO. Clonazepam, de larga vida media, elevada potencia y menos tóxico en felinos. 0,15 mg/kg 6-24 hs PO. Clorazepato dipotásico, mayor vida media, menor potencia, absorción de 1 a 3 hs, vida media 9 hs, también se transforma nordiazepam y oxazepam, con menor sedación que el diazepam. 0,2-0,5 mg/kg/12-24 hs PO. • Azapironas: Ansiolíticos inespecífico, agonistas de la 5-HT pre y postsinápticos y agonistas/antagonistas de la DA. No asociar con IMAO. Producen menor sedación, disrupción psicomotora, deterioro cognitivo y recaídas que las BZD. Respuesta es errática, con acción antidepresiva atípica. Latencia de 2 a 3 semanas. Los efectos colaterales son leves, desaparecen dentro de la semana y se caracterizan por mayor apego al propietario, inquietud, agitación, bradicardia, espasmos musculares, irritabilidad, insomnio, hiporexia, hipermotricidad, estereotipias, vómitos y diarrea, efecto paradojal ocasional. Buspirona, de larga duración. 0,5-1 mg/kg/12 hs PO. • Antidepresivos tricíclicos (ATC): Inhiben la recaptación de 5-HT, DA y NA. Tienen efecto ansiolítico, estimulan el ánimo y promocionan un estado de tranquilidad disminuyendo la agresión. Facilitan el aprendizaje y las conductas sociales, pudiendo desinhibir la agresión ofensiva. Latencia de 1 o 2 semanas. Como efectos colaterales presentan leve sedación, acción anticolinérgica periférica y central (xerostomía, xeroftalmia, constipación, diarrea, retención de orina, taquicardia, arritmias, nauseas, inapetencia, ataxia y reacciones alérgicas) y alteran las enzimas hepáticas. Evitar su administración en epilépticos y reproductores. Están contraindicados en disrritmias cardíacas, uropatías obstructivas y glaucoma de ángulo cerrado. Clomipramina, inhibe principalmente la recaptación de serotonina y en menor medida de NA y DA a través de un metabolito activo, la desmetilclomipramina. Tiene mayor sensibilidad antidepresiva y ansiolítica. Los efectos anticolinérgicos son de muy rara presentación y casi exclusivamente gastrointestinales. 0,25-0,5 mg/kg/24 hs PO. • Inhibidores selectivos de la recaptación de 5-HT (ISRS): Inhiben específicamente la recaptación de serotonina. Tiene una latencia de acción de menos de un mes. Son antidepresivos, levemente ansiolíticos y anticompulsivos. Disminuyen la impulsividad y la agresión en los pacientes no deprimidos. Como efectos colaterales pueden producir hiporexia y pérdida de peso, sedación, temblores, xerostomía, xeroftalmia, cambios hepáticos, alteraciones gastrointestinales, vasculitis, eritema, irritabilidad, ansiedad, agitación, insomnio, agresión, disomnias, disminución de la libido, hiponatremia, hiperglucemia, extrapiramidalismos y convulsiones. Fluoxetina, el alimento interfiere con

la absorción y se debe darse alejado de las comidas. 0,5-1 mg/kg/24 hs PO. Paroxetina, leve acción ansiolítica y vida media más corta. 0,25-0,5 mg/kg/24-48 hs PO. e. Las feromonas faciales de los gatos se pueden intercambiar, aunque pobremente, frotando un paño limpio, seco y sin perfumes por la cara del gato y después frotarlo por el cuerpo de los otros animales y las manos de las personas que conviven con el gato, con un posible efecto apaciguante para el gato afectado. De las muchas moléculas presentes en las secreciones faciales de esta especie, se han identificado 5 compuestos funcionales diferentes, de los cuales dos de ellas, la fracción F3 y F4, y sus análogos sintéticos (“Feliway” y “Felifriend”, respectivamente), tienen cierto efecto ansiolítico sobre la conducta. Feliway se comercializa en forma de aerosol para ser aplicado sobre las superficies rociadas con orina, o como difusor ambiental para una superficie de 50 a 70 m2 con un mes de duración. Felifriend se aplica en las manos y antebrazos de las personas que conviven o tienen que manipular al gato (por ej. veterinarios), o sobre el cuerpo de otros animales con los que convive. f. Los nutracéuticos son sustancias químicas presentes en los alimentos que poseen efectos beneficiosos para la salud. Se están empezando a utilizar como suplementos para los casos de ansiedad los siguientes: Alfa-casozepina (“Lactium”), un decapéptido optenido por hidrólisis de la α-S1 de la caseína de la leche, similar al GABA con afinidad por R-GABAA, que previene los efectos del estrés. 15 mg/kg/24 hs. Tritofano (“Calmonil”), aminoácido presente en la dieta, que asociado a bajo % de proteína disminuye la impulsividad y la agresión ofensiva. Lteanina (“Anxitane”), aminoácido del té verde con ligeros efectos calmantes y relajantes, aumenta el GABA, reduce la neurotoxicidad del glutamato y estimula la 5HT. Prevención El trastorno de ansiedad se puede prevenir o disminuir su incidencia, asegurando el desarrollo comportamental óptimo del gato, adoptándolo a la edad correcta de 7 semanas, guiando al propietario en la una crianza adecuada, brindándole un ambiente seguro donde pueda establecer sus distintas áreas de actividad y descanso, y asegurándose de que tenga los recursos adecuadas y suficientes para cubrir todas sus necesidades (comida, agua, bandeja sanitaria, juguetes, superficies elevadas, escondites, dormideros). Bibliografía 1. Beata, C. et al: Effect of alpha-casozepine (Zylkene) on anxiety in cats. Journal of Veterinary Behavior (2007) 2, 40-46. 2. Beaver, B. V.: Feline Behavior: A Guide for Veterinarians. Philadelphia, Saunders, 1992. 3. Crowell-Davis, S. L.; Murria, T.: Psicofarmacología Veterinaria. Zaragoza, Acribia, 2006 4. Hart, B. L.; Hart, L. A.; Bain, M. J.: Tratamiento de la Conducta Canina y Felina. 2ª ed. Buenos Aires, Inter-médica, 2009. 5. Horwitz, D.; Mills, D.; Heath, S.: Manual de Comportamiento en Pequeños Animales. Madrid, Ediciones S, 2006. 6. Horwitz, D.F.; Neilson, J.C.: Comportamiento de Perros y Gatos. Buenos Aires, Inter-Médica, Consulta Veterinaria en 5 Minutos, 2010. 7. Houpt, K. A.; Virga, V.: The Veterinary Clinics of North America, Small Animal Practice. Update on clinical veterinary behavior. Philadelphia, Saunders, 33: 2, 2003. 8. Houpt, K. A.: Domestic Animal Behavior for Veterinarians and Animal Scientis. 5a. Edic. Ames, Wiley-Blackwell, 2011. 9. Landsberg, G.; Hunthausen, W.; Ackerman, L.: Handbook of Behavior Problems of the Dog and Cat. 2ª ed., Philadelphia, Saunders, 2003. 10. Landsberg, G. M.; Horwitz, D. F.: Veterinary Clinics of North America, Small Animal Practice. Practical applications and new perspectives in veterinary behavior. Philadelphia, Saunders, 38: 5, 2008. 11. Manteca Vilanova, X.: Etología Clínica Veterinaria del perro y del gato. 3ª ed. Barcelona, Multimédica, 2003. 12. Mentzel, R. y col.: Diagnóstico fenomenológico de los problemas de comportamiento en felinos. VI Congreso Nacional de AVEACA. 2006. 13. Overall, Karen L.: Clinical Behavioral Medicine Small Animals. St. Louis, Mosby, 1997. 14. Schroll, S.: Alimentación y comportamiento - ¿Puede influir la alimentación en el comportamiento? En McNeill, E.: Comportamiento felino y canino. Veterinary Focus, Vol. 20 (1), 2010.

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