Gatos y gatas en el Vocabulario de refranes y frases proverbiales de Gonzalo de Correas (1627)

CRITICÓN, 70,1997, pp. 33-52. Gatos y gatas en el Vocabulario de refranes y frases proverbiales de Gonzalo de Correas (1627) Françoise Cazal LEMSO,

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CRITICÓN, 70,1997, pp. 33-52.

Gatos y gatas en el Vocabulario de refranes y frases proverbiales de Gonzalo de Correas (1627)

Françoise Cazal LEMSO, Universidad de Toulouse-le Mirail

En el Vocabulario de Correas, los refranes relacionados con el gato, estructuralmente hablando, se dividen entre los que nos hablan del gato mismo, y los que nos hablan de la naturaleza humana, tomando el gato como punto de comparación. Pero como lo que nos interesa es más bien el contenido informativo sobre las mentalidades del Siglo de Oro, adoptaremos otra clasificación, con apartados dedicados a la morfología del gato, su carácter, sus comportamientos, sus interacciones con otros animales y sus interacciones con los hombres (cómo los hombres tratan a los gatos, cómo les hablan, etc.). Alrededor del tema del gato, veremos cómo se dibujan ciertos rasgos que pueden servirnos para reconstituir el espacio doméstico áureo. En Correas, las referencias gatunas aparecen o en el texto del refrán mismo, o en los comentarios del recopilador, entre los cuales figuran unos datos no menos valiosos que los que proceden de la mera fuente paremiológica, y que nos informan tanto sobre la personalidad de Correas como sobre la percepción del gato que tendrían sus contemporáneos1. 1

Transcribimos mezclados los refranes y frases proverbiales de tema gatuno, listándolos por el orden alfabético «normal» de hoy, o sea de modo distinto a la clasificación de Correas que optó, como se sabe, por un orden alfabético que le era propio. Separamos con barra oblicua doble (//) el texto de los refranes y frases proverbiales del texto de los comentarios del recopilador. Y, conforme a los criterios adoptados por el equipo LEMSO de la Universidad de Toulouse-Le Mirail en su preparación de una nueva edición informatizada del Vocabulario, modernizamos la grafía, abandonando el sistema gráfico singular del compilador áureo.

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FRANÇOISE CAZAL L I S T A DE R E F R A N E S

A Azuaga por aceite, y a la Granja por naranja. // Ironía, porque no lo hay en estos lugares; son en Estremadura. Como: «Pedir peras al olmo», y «cinco pies al gato». A las veces está la carne en el plato por falta de gato. A su amigo, el gato siempre le deja señalado. Ahí2 los ojos, y el gato cerca. // Esto dicen a los que estropiezan. «Ajos majan y bien comerán». Dijo el gato: «Quizá maP». Al gato goloso y a la moza ventanera, tapallos ja gatera. Al gato por ser ladrón, no le eches de tu mansión. Al gato viejo, ponle en el cerro la mano y levantarte ha el rabo. // Que cada uno corresponde a su natural, y aunque encubra sus mañas, en la ocasión las muestra. Al ratón que no sabe más de un agujero, el gato le coge presto. Al ratón que no sabe más de un horado, aquél tapado, presto le toma el gato. Al viejo gato, ponle en el lomo la mano y levantarte ha el rabo. // Que por viejo que uno sea, puesto en la ocasión podrá aprovecharse della, Amor de suegra, halagos de gata. Andan en celo, como gatos en enero. Ansí está el labrador entre dos abogados, como el pece entre dos gatos. Antes cabeza de gato que cola de león pardo. // Desta opinión hay otros refranes. «Ara bien» y araba con dos gatos la barriga de su mujer. // «Ara bien» se dice amenazando o consolándose. «Ara» es abreviado 2 O «¡Ay, los ojos!». «Caer de ojos», «Dar con los ojos» son expresiones que expresan que alguien tropieza. 3 Este refrán deja suponer que el gato ha robado ya lo que habían previsto comer.

Y FRASES

Criticón, 71,1997

PROVERBIALES

de «ahora», y parece al verbo «arar», y en su sinificación crecieron lo demás. ¡Aún no me han dado la carne, y ya me pides los güesos! // Habíase descuid[ad]o el repartidor de raciones de un pupilaje de dar [a] un pupilo, y miaba un gato junto a él, y para acordar de buen modo que le diesen su porción, dijo al gato: «¡Zape allá, aún no me han dado la carne, y ya me pides los güesos!». Un muchacho de pocos años, sobrino mío, dijo otro tanto con más agudeza y menos edad: y era que comían él y otro muchacho juntos en un canto de la mesa de los criados, y dábanseles unas pasas al principio, y habiéndose descuida[do] el despensero, dijo Ambrosico, que ansí se llamaba, al otro que se apartó al aparador: «Juanillo, trae un plato en que nos echen las pasas»; y con este dicho se las dieron, y causó a todos harta risa la agudeza; y se podía hacer refrán: «Juanillo, trae un plato en que nos echen las pasas». Azotan a la gata si no hila nuestra ama. Bendígalo Dios, no lo lama el gato. Bien se lava el gato después de harto. Buen amigo es el gato, sino que araña la mano; o rasguña la mano. // Contra algunos malos amigos. «Bueno está el tocino». Y andaban con él los gatos. Bueno para entre dos compañeros. —No, sino tres: uno yo, el otro un gato, y el otro un palo que yo tenga a mi lado. // Lo primero dice el que ve alguna cosa buena de comer, como pavo, capón, trucha o barbo; y otro segundo escoge ser solo, diciendo lo demás. Buscáis cinco pies al gato, y él no tiene más de cuatro. —No, que cinco son con el rabo. // Contra ocasionados a que los sacudan, y vanamente solícitos. Varíase: «Busca cinco pies al gato, y él no tiene sino cuatro»;

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GATOS Y GATAS EN EL VOCABULARIO DE REFRANES «Anda buscando cinco pies al gato...»; «Buscar...»4. Buscar cinco pies al carnero. Buscar siete (o cinco) pies al gato. // Todo es uno, por: andar buscando ocasión de pesadumbre, y su daño». Caer de pies como gato. // A buena suerte; y del que hablando vuelve al punto. Camino francés, venden gato por res. // Es el que llevan peregrinos franceses y otros a Santiago; y tómase por el muy pasajero de mesones y ventas. Casóse con gata, por amor de la plata; gastóse la plata, y quedóse la gata en casa. Catalina, el gato te comió la pajarilla, y después que la comió, por los ríñones volvió. Come el gato lo que halla a mal recaudo. Como gato de desván. // Por: áspero o mal tratable. Suelen parir y criarlos gatas en desvanes sin ver gente, y salen los gatos ariscos. Como gato por brasas. // Pasar apriesa por algo. Como gato por brasas; o sobre brasas. // Pasar por algo de corrida. Como perros y gatos. // Para decir que algunos se avienen mal, dicen : «Están como perros y gatos»; «Son como perros y gatos». Como una gata (o gato) de desván. // La mujer que es escabrosa y sacudida. Como una gata. // La que es maniaca, para poco. Con hijos el gato, bien caza ai rato.

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El comentario de Correas muestra que este refrán estigmatiza a los que buscan complicaciones. Es muy notable que las explicaciones propuestas por Correas para este refrán sean totalmente distintas de las que formula para «A Azuaga por aceite, y a la Granja por naranja». // Ironía, porque no lo hay en esto lugares; son en Estremadura. Como: «Pedir peras al olmo», y «cinco pies al gato».

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Conciencia de Portalegre, que venden el gato por liebre. // En Portugal. Cuando el zapatero dice «boj», mete la casa en alboroj ; piensa el mozo que dice «coj» , la mujer que dice «a vos», el gato que dice «moj» , la polla que dice «hoj», y el perro que dice «to», y el gallo que dice «cío», y el cochino que dice «coche», y mete la casa en alborote; o Cuando el zapatero pide el boj, dice el ama al mozo: «A vos»; y el mozo a la moza: «A vos»; y la moza: «No, sino a vos»; el gallo piensa que dicen «hoj» , y anda la casa en torno. // «Boj» es istrumento del zapatero, que le sirve de maceta; «coj» por «coge», de «coger»; «moj» es voz con que se llaman los gatos; «hoj», con que se espantan y ahuyentan las gallinas y aves. Cuando en casa no está el gato, estiéndese el rato. Cuentas5 de beato y uñas de gato. Dar de pies como gato. // Lo que: «Caer siempre de pies»; aplicase a los que salen bien de las pláticas, aunque hacen digresiones; y otras cosas difíciles. Darse con la mano del gato. // Dícese de las que se afeitan. Darse con la mano del gato. // Por: afeitarse. Lo que: «Alcanzarse a la cara». De ahí viene la tos a la gallina. De ahí le vino la tos al gallo; o al gato. // Ironía en lo que se cree al revés. De casa del gato, no va harto el rato. De hombre que anda manso como gato, y de viento que entra por horado, Dios te guarde. De noche los gatos todos son pardos. De tal pelo, ni gato ni perro*. Deciros he palabras de santo y echaros he las uñas como gato. s

Las cuentas del Rosario. Este refrán es una increpación contra los pelirrojos. 6

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FRANÇOISE CAZAL Delante, perros y gatos ; detrás, como hermanos. Dijo el gato al unto: «Bien te lo barrunto». El amistad del gato, buena es si no arañase la mano. El buey viejo, arranca la gatuña del barbecho. // «Gatuña» es hierba con espinas a manera de uñas de gato. El caballo pie de pato y mano de gato. // Que la mano sea derecha y el vaso derecho como mano de gato, que clave de punta como chapín; y el pie, al contrario, más llano y largo. El gato de Marcos Ramos, halaga con la cola y araña con las manos. El gato halaga con la cola y muerde con la boca. // El perro lo mesmo. El gato saca las uñas cuando las ha menester. El hijo de la gata, ratones mata. El hijo del gato, mata ai rato. El mur que no sabe más de un horado, presto le toma el gato. El oficio del gato, matar el rato. // De los que no dejan sus mañas. El perro en el güeso, y la gata en el mueso. // «Mueso», por : la pulpa. El perro y el gato comen lo mal guardado. El que ríe mucho es tenido por insensato, y el que no ríe es de casta de gato. Ellas a hilar, y el gato al tortero; o Ella a hilar, y el gato al tortero. Ellos a burlar, y el gato a las longanizas. En enero, el gato en celo; febrero, merdero; marzo, sol como mazo; en abril, aguas mil; en mayo,toro y caballo;en junio, hoz en puño; en julio, calentura y aúllo; en agosto, frío en rostro; en setiembre, el rozo y la urdiembre; en otubre, uñe los bueyes y cubre; noviembre y deciembre, coma quien tuviere, y quien no tuviere, siembre. En marzo, cuanto moje el rabo al gato. // Poca agua, por lo dicho antes.

Criticón, 71, 1997

En todas las artes hay engaño, sino en el que vende la estopa por cerro, y el vinagre por vino, y el gato por liebre. // Razones con ironía. Entre Gata y Morata, fuese la gata; o perdióse la gata. // Villas de Aragón. Entre Mata y Morata, fuese la gata; o perdióse la gata. Es hecho al revés, como gato en tejado; o en desván. Escapó de la de Mazagatos. ItDe dificultad y peligro, como los perros y gatos que escapan por gran ventura de las mazas, palos y pedradas del Antruejo. Véase: «La de Mazagatos», en la «L». ¿Está parida la gata? // Dicen esto cuando en casa están encendidas muchas luces, para que se apaguen las que sobran, y no se gasten las velas y aceite de balde. ¿Está parida la gata? // Dícese cuando hay encendidas más velas de las que bastan, para que se maten las que sobran, y no se gasten de balde. Estáse la asadura en la clavera, porque el gato no va a ella. Febrerillo corto, con sus días ventiocho, si tuviera más cuatro, no quedara perro ni gato Febrero, el mes de los gatos; cayeron en la cuenta, y toman todo el año. Fi de gata, mur mata. // Del catalán. «Hijo de gata, ratón mata». Garabato trae tu gato, Marina Gómez, con que le tomes; o tiene tu gato... Gata bermeja, cuales las hace, tales las piensa. Gata rubia, cuales las hace, tales las cuida. Gato del mes de enero, vale un carnero. Gato escaldado, del agua fría ha miedo. Gato hurtado, parécesele el rabo. Gato maullador, nunca buen murador. Gato miador, nunca buen cazador.

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GATOS

Y GATAS

EN

E L VOCABULARIO

Gato que no come, morre. Gato segoviano, colmillos agudos y fíngese santo. Gatos, ¿queréis bofes? —No, echaldos allá, detrás de esos tinajones7. Gorda como una nutria. Gordo como una nutria. // «Nutria» es gato de río; es muy ordinaria comparación. La nutria, que es de forma de gato, se ceba de los peces de los ríos donde anda, ya en agua, ya en tierra. Ha de volver el gato a la ceniza. // Que se ha de hacer, aunque no quieran, alguna cosa; y que han de volver al regosto y pagadero. ¿Habéis visto, mozas, mi gato en galochas? Habernos de ver quién lleva los gatos al agua. Haced fiesta a la gata ([o] al gato) y saltaros ha a la cara. Hacer como vaca, y cubrir como gata. // Ganar y guardar. Hacer de la gata muerta. // Contra los disimulados y cautelosos. Hacer de la gata muerta. // Fingir y disimular, mostrarse manso. Hacer del gato de Juan Hurtado. // Es: hacerse mojigato. Hacer sudar. Hacer sudar como gato de algalia8. Hacer sudar el agua mala. Hacer sudar la gota tan gorda. // Por: fatigar, y cansar, y castigar. Hebrero, gatos en celo. Iráse el gato, y saldrá el rato. Jugar al gato repelado. La de Mazagatos. Viose en la de Mazagatos. // Varíase de muchas maneras, denotando 7

Este refrán apuntaría a los que se muestran melindrosos a la hora de aceptar algo que les ofrecen. 8 La algalia es uno de los componentes de ciertos perfumes.

DE

REFRANES

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peligro y trance, o revuelta. Fórmase el nombre «Mazagatos» d^jJas masas que ponen por el Antruejo a perros y gatos, y los gatos atados a perros por maza, de donde unos y otros escapan con dificultad; y al que escapó decimos que «escapó de la de Mazagatos», y que «se vio en la de Mazagatos», esto es: en tribulación; y úsase el nombre como propio de algún lugar en que se dio batalla, como «la de Olmedo», «la del Salado», «la de las Navas», «la de Roncesvalles». Y no ha faltado quien fingiese historia de Mazagatos para comedia. La gata de Juan Ramos, cierra los ojos y abre las manos. La gata de Mari Ramos, que está muerta y caza ratos; o ratones. La gata de Mari Ramos, que se hacía mortecina para cazar los ratos. // En éstos, unos dicen Juan Ramos, otros Mari Ramos, otros Marcos. La gata de Mari Ramos, que se tapaba los ojos por no ver los ratos. La gata de Venus. // Por: gata muy hermosa, que la pidió un mozo hecha doncella, y estando en el tálamo corrió tras un ratón. Denota que la natural inclinación nunca se deja. La gata, desque ha comido se lava. La habla de beato y el alma de gato; [o] las manos, de garabato. La mujer airada, el humo, y la gata, y la sartén agujerada, son de gran daño en casa. La mujer que no sabe cocinar y la gata que no sabe cazar, nada val. Las tocas de beata y las uñas de gata. // Lo que «Cuentas de beato y uñas de gato». Llevar los gatos al agua. Habernos de ver quién lleva los gatos al agua. // Haciendo fieros que podremos. Lo mal guardado lleva el gato. Lo más encomendado lleva el gato. Lo más guardado lleva el gato.

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FRANÇOISE

CAZAL

Criticón, 71,1997

Lo que ha de comer el rato, dalo al gato. Lo que ha de comer el rato, cómalo el gato. Lo que ha menester el odrero, es un gato rascador para los cueros. Lo que ha menester el vidriero, es un gato saltador.

el gato le alcanzó un rasguño sobre el ojo, que fue menester ponerse un pegote. Otra vez después le volvió a convidar, y él, escarmentado de la primera, respondió las palabras del refrán. Aplícase a cosas semejantes, y dice lo que el otro: «Más vale vaca en paz que pollos con agraz».

Lo que has de dar al mur, dalo al gato, y quitarte ha de cuidado; aunque más come un gato de una vez, que un ratón en un mes.

Más vale flaco en el garabato, que gordo en el papo del gato. // El placentino de mano lee: «Más vale flaco en la mano...»; el Comendador lee: «Más vale flaco en el mato... o en el manto...». «Manto» no hace sentido; «mato» será el monte: que más valdrá estar por cazar que comido del gato.

Los amores de los gatos, empiezan riñendo y acaban bufando; [o] entran riñendo y salen bufando. Los amores del gato, entran riñendo y salen rifando. Los ojos y el gato, cerca. // Cuando uno estropieza. Madalena, el gato te coma la cena, y el perro la merienda9. Mandan al gato, y el gato manda a su rabo. Mandan al mozo, y el mozo al gato, y el gato manda a su rabo. Mando yo a mi gato, y mi gato manda a su rabo. Manojo de llaves10, mierda de gato. // A desdén de persona. Más come un gato de una vez, que un ratón en un mes. Más regalado que gato de tripera. Más vale al garzón ser cabeza de gato que cola de león. Más vale comer grama y abrojo que traer capirote sobre el ojo. // Un ratón de una despensa convidó a otro, campesino, que se viniese con él a hartar de buenas comidas. Hízolo ansí, y estando ambos comiendo entró el gato, y el ratón de casa, como sabía bien su guarida, escondióse presto; el campesino tardó más, y se vio en peligro, y

Mete el gallo en el garbanzal, que él dirá la verdad; o Mete el gato... Mío, dice el gato, por si le diesen algo. Mío, dijo el gato a las morcillas. Mío, mío, dice el gato; o ansí dice el gato. // Cuando uno dice «mío», añaden estotro. Morcilla que el gato lleva, gandida va; o Sardina... // «Gandir» por: tragar. Morcilla que lleva el gato, tarde vuelve al garabato. Mucho sabe el rato, pero más el gato. Muera gata y muera harta. // Pónele el Comendador, y nunca le oí a nadie. Muérense los gatos, regocíjanse los ratos. Nadie diga ¡zape!, hasta que destape. // En Valladolid sacó un caballero en una máscara un arca llena de gatos, y acomodó por letra este refrán. Natura revertura, el gato a la asadura; o el gato a la ceniza. // Que cada cosa sigue su natural o costumbre. Ni al gato ni al rato; comerlo luego y perder cuidado, y excusóme el plato. // Responde al otro: «Lo que has de dar al ratón, dalo al gato, y quitarte ha de cuidado». Ni mozo dormidor, ni gato maullador.

9

Le desean a la Madalena del refrán una serie de desgracias repetidas. 10 «Manojo de llaves» significa «ojo del culo». Esta frase asesina se decía a los pretendientes.

Ni mozo goloso, ni gato cenizoso. No eches la gata en tu cama, o no la acocees después de echada.

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GATOS Y GATAS EN EL VOCABULARIO DE REFRANES No es para nada. No es para dar migas a un gato. // Quien es para muy poco. No está la carne en el garabato por falta de gato. // Contradice al otro: «Estáse la carne...»; y ambos son verdaderos. No hará mal a un gato. No hará mal a un gato. // Del que es muy bueno, modesto y piadoso. No hay necesidad de enseñar al gato a arañar. No le faltaba al vidriero sino un gato retozón y juguetero. No quedó alma viva. No quedó hombre a vida. No quedó perro ni gato. No quedó piante ni mamante. No quedó roso ni velloso 38. No quedó hombre con hombre. // Que fueron desbaratados.

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Por falta de gato, está la carne en el garabato. // Como suena; y mejor con ironía: que no está en él por falta de gato. ¿Qué culpa tiene la gata, si la moza es mentecata y disparata? ¿Quién echará el cencerro al gato ? Quien más pudiere, que Heve los gatos al agua. Ratón que no sabe más de un horado, aquél tapado presto le toma el gato. Ratones, arriba, que todo lo blanco no es harina. // Es lo de la fábula: que el gato se enharinó por desconocerse y engañar a los ratones; mas uno viejo, que le espió y conoció, dio este aviso a los otros. Regala a la gata, y saltarte ha a la cara.

No quedó perro ni gato. No quiero gato con pollos, ni perro con cencerro. // Dícese a propósito de quitar ocasiones de daño. No quiero perro con cencerro, ni gato con pollos. No te fíes en can que ladra, ni en gato que miaña.

Regalado como gato de tripera. Regalado como gato de tripera. // Desdeñando un regalón.

Ojos garzos, perros y gatos. // Los tienen. Dicho en defensa de los negros.

Sacar la brasa con la mano del gato; o con la mano ajena; [o] Sacar la castaña con la mano del gato. // Una mona dicen que sacaba castañas de la lumbre con la mano del gato, con sutileza, por no quemarse ella.

Olla sin sal no es manjar; al gato se puede dar. Ora en juego, ora en saña, siempre el gato mal araña. Otro pie le nace al gato, y nácele al revés. // Cuando sale nuevo inconveniente en algo. Metáfora de la cola del gato. Palabras de santo y uñas de gato. Pasar por ello, como gato por brasas. // Pasar apriesa sin detenerse. Pasito, que duerme un gato. // Cuando guardan sueño a un casi nadie. Pedro, por ser grande zanquipatas, anda a gatas.

Rey de Mandinga; o de Zape. // Burla de un reyezuelo y su chico reino, y de presuntuosos. «Mandinga» se dice por menosprecio apodando, y es provincia en Guinea; «zape» es amenaza a los gatos.

Sardina que el gato lleva, gandida va. Secóse el ojo al gato mirando la luna, pensando que era enjundia. Sepan los gatos que ha venido el Antruejo. Sepan los gatos que es mañana Antruejo. Sepan gatos que es Antruejo. // En desdeño de alguno que publica mucho una cosa. Sesitos de gata. Sesitos de cascabel. Sesos de mosquito. // Por: vanos. Si da, non da, no quiere que le tanga. // Fingen que estaban a la lumbre negro y negra, y él sin bragas, y el gato dábale con la manica en lo que colgaba, y ella espantábale.

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FRANÇOISE CAZAL

Criticón, 71,1997

El negro dice : «¿Qué se te da?». Ella respondió : «Si da, no[n] da, no quiero que le tanga». Si el gato come miel, no estamos aquí bien.

vida, porque los ojos estaban amortecidos, y al cabo de una hora le saqué y estaba bueno como si tal no le hubiera sucedido, y comió de lo que echaba de la mesa.

Tarde se arrepiente el rato, cuando en la boca le tiene el gato. Tarde se arrepiente el rato, cuando está en la boca del gato; o cuando1 por la cola le tiene el gato.

Un ojo al plato, y otro al gato. Una fue, y llévesela el gato. Uñas de gato, y hábitos de beato; o y cuentas de beato. // Y trocado: «Hábito, o cuentas, de beato, y uñas de gato...

Tarde vino el gato a la longaniza; o con la longaniza. // Al que tarda. Tarde volvió el gato con la longaniza al garabato. Tarde volvió el gato por la longaniza. // Ansí el Comendador. Tiene siete vidas como gato. Tiene más vidas que un gato. // El vulgo dice por esperiencias que los gatos tienen siete vidas, o siete almas, porque después de tenidos por muertos, y echados al muladar, suelen volver vivos a casa. Destos ejemplos hay muchos. A mí me aconteció coger a uno por el pescuezo con el pie de una silla en que estaba sentado, y ahogado allí por media hora quererle arrojar a la calle; y por ver alguno destos milagros lo dejé entonces y le arropé sin esperanza de

Vanse las gatas y ensánchanse las ratas. Vanse los gatos y estiéndense los ratos. Vender gato por liebre. Venden... Dan gato por liebre. // Los que, en lugar de buena mercaduría, engañan con la mala. Venteros y gatos, todos son latros. Ventura revertura, el gato a la asadura; o Ventura reventura... Volver el gato a la ceniza. Volver tiene... Volverá el gato a la ceniza. Yo bueno, tú bueno, ¿quién llevará el gato a la agua? Yo mando a mi gato, y mi gato manda a su rabo.

MORFOLOGÍA

Los refranes «descuartizan» el cuerpo del gato en varios elementos entre los cuales destacan la cola o rabo, los pies, la mano, las uñas, la piel, los ojos, la cabeza, los colmillos. Entre las características físicas clasificaremos también el maullido y la «tos» del gato. COLA. A la cola o bien se la designa por su nombre: «El gato halaga con la cola y araña con las manos», «El gato halaga con la cola y muerde con la boca», «A gato viejo ponle en el cerro la mano y levantarte ha el rabo» o de modo metafórico, considerándola como «el quinto pie»", como comenta el propio Correas: «Otro pie le nace al gato, y nácele al revés. // Cuando sale nuevo inconveniente de algo. Metáfora de la cola del gato». Existe otro refrán que menciona el «quinto pie»: «Buscáis cinco pies al gato, y él no tiene más de cuatro. —No que cinco son con el rabo».

11 Se consideraría la cola como un quinto pie por servir de punto de equilibrio en las caídas del gato, o cuando está sentado.

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G A T O S Y G A T A S EN EL VOCABULARIO

DE

REFRANES

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Se privilegia gráficamente la representación de la cola del gato en su posición levantada verticalmente, en señal de satisfacción: «El gato halaga con la cola, y araña con las manos». Como este «quinto pie» es un falso pie, «Pedir cinco pies al gato» viene a expresar un imposible12. Este rabo viene a ser la quintaesencia del gato, el elemento que mejor sugiere este animal: «Yo mando a mi gato, y mi gato manda a su rabo». «Mandan al mozo, y el mozo al gato, y el gato manda a su rabo». Hasta viene a ser la cola del gato un pluviómetro natural. El proverbio dice: «En marzo, cuando moje el rabo al gato». Este refrán que evoca el mes de marzo y otros sobre el mes de enero y de febrero (el período del celo y de la prosperidad para el gato) asocian al gato con el calendario. Además de la cola, también cobra gran presencia gráfica el lomo del gato designado en su postura encorvada: «A gato viejo, ponle en el cerro la mano y levantarte ha el rabo». Este mismo sentido del equilibrio del gato se vuelve a encontrar en «Dar de pies como gato. // Lo que caer siempre de pies». PIES.

La mano del gato es evocadora sea de agresividad: «Araña con las manos», con asimilación al tema de las uñas, sea de delicadeza: «Sacar la brasa con la mano del gato», «Darse con la mano del gato. // Dícese de las que se afeitan». La mano juguetona del gato inspiró el famoso cuentecillo13 recogido por Correas: «Si da, non da, no quiere que le tanga. // Fingen que estaban a la lumbre negro y negra, y él sin bragas, y el gato dábale con la manica en lo que colgaba, y ella espantábale. El negro dice: "¿Qué se te da?". Ella respondió: "Si da, no[n] da, no quiero que le tanga"». El refranero se fija también en otra actitud gráfica del gato, la distensión, observable en la postura de las manos: «¡La gata de Juan Ramos cierra los ojos y abre las manos». El gato es un animal tan familiar, que sirve de referencia descriptiva para evocar detalles anatómicos de otros animales, como el caballo: «El caballo, pie de pato y mano de gato. // Que la mano sea derecha y el vaso derecho como mano de gato». MANO.

Las uñas del gato se mencionan en numerosos refranes: «El gato saca las uñas, cuando las ha menester», «Uñas de gato y hábitos de beato», sin contar los refranes en los que se evocan implícitamente: «A su amigo el gato lo deja siempre señalado», «¡Ay14 los ojos! y el gato cerca. // Esto dicen a los que estropiezan», o «Buen amigo es el gato, sino que araña la mano; o rasguña la mano. // Contra algunos malos amigos», «Ora en juego, ora en saña, siempre el gato mal araña», «No hay necesidad de enseñar al gato a arañar», «El buey viejo arranca la gatuña del barbecho. // "Gatuña" es hierba con espinas a manera de uñas de gato». UÑAS.

12 En las transcripciones modernas de este refrán prevalece una variante extraña: «Buscarle tres pies al gato», lo que, desde luego, parece mucho más fácil que buscarle cinco pies. ^ Cuentecillo escenificado por Diego Sánchez de Badajoz en la Recopilación en metro. H O «Ahí».

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PIEL. El refranero se muestra sensible a las variaciones de espesor de las pieles del gato, según el momento del año: «Gato del mes de Enero vale un carnero», refrán que además de describir literalmente el gato (¿para indicar el mejor momento de recoger sus pieles?) serviría para ponderar el aspecto próspero de una persona. El color variado de la piel del gato se menciona indirectamente en «De noche todos los gatos son pardos». El odio a los pelirrojos (por haber sido pelirrojo Judas) se extendía a los animales domésticos: «De tal pelo, ni gato, ni perro», «Gata bermeja, cuales las hace, tales las piensa».

Ojos. Tampoco se apreciaba mucho el color claro de los ojos de gato: «Ojos garzos, perros y gatos. // Los tienen. Dicho en defensa de los negros». Las dimensiones reducidas de la cabeza del gato y su aspecto de miniatura leonina sirven para alabar las ventajas de una vida de ambiciones reducidas: «Antes cabeza de gato que cola de león pardo»15. CABEZA.

colmillos están citados en un solo proverbio de gran poder descriptivo: «Gato segoviano, colmillos agudos y fíngese santo». COLMILLOS. LOS

gatos del refranero no son gatos mudos. Se evoca su grito mediante tres verbos: «Miar», «Maullar», «Miañar»:«Mío, mío, dice el gato, o así dice el gato. // Cuando uno dice mío, añaden estotro», «Mío, mío, dice el gato, por si le diesen algo», «Mío, dijo el gato a las morcillas». Correas nos transmite una escena estudiantil observada en una casa de pupilaje: «Habíase descuidado el repartidor de raciones de un pupilaje de dar [a] un pupilo, y miaba un gato junto a él, y para acordar de buen modo que le diesen su porción, dijo al gato: "¡Zape allá, aún no me han dado la carne, y ya me pides los güesos!"»16. Los maullidos demasiado frecuentes son objeto de crítica: «Gato maullador —Gato miador, nunca buen cazador», «No te fíes en can que ladra, ni en gato que miaña», «Ni mozo dormidor, ni gato maullador». MAULLIDOS. LOS

Tos. La «tos del gato» se menciona en una explicación burlesca, para indicar que uno no cree lo que le dicen, pero la referencia al gato es sustituible por la de los animales de corral17: «De ahí viene la tos a la gallina. De ahí viene la tos al gallo; o al gato. // Ironía en lo que se cree al revés». El refranero subraya la vitalidad de los gatos, aludiendo a la conocida creencia en su siete vidas: «Tiene siete vidas como gato. Tiene más vida que un gato». A propósito de este proverbio, Correas nos cuenta una sabrosa experiencia que llevó a cabo él mismo: «El vulgo dice por esperiencias que los gatos tienen siete vidas, o siete almas, porque después de tenidos por muertos, y echados al muladar, suelen volver VIDAS.

15 16 17

Más conocida es la variante :«Más vale ser cabeza de ratón que cola de león». Cuentecillo utilizado por Juanete, el gracioso de El pintor de su deshonra de Calderón. Vid. más lejos: el gato y los animales de sustitución.

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GATOS Y GATAS EN EL VOCABULARIO

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vivos a casa. Destos ejemplos hay muchos. A mí me aconteció coger a uno por el pescuezo con el pie de una silla en que estaba sentado, y ahogado allí por media hora quererle arrojar a la calle; y por ver alguno destos milagros lo dejé entonces y le arropé sin esperanza de vida, porque los ojos estaban amortecidos, y al cabo de una hora le saqué y estaba bueno como si tal no le hubiera sucedido, y comió de lo que le echaba de la mesa». Esta vitalidad aunada con los desperfectos que se le achacan al gato y que evocaremos a continuación hacen que se le considere generalmente como una calamidad en los refranes áureos: «La mujer airada, el humo, y la gata, y la sartén agujerada, son de gran daño en casa», «Lo que ha menester el odrero, es un gato rascador para los cueros», «Lo que ha menester el vidriero es un gato saltador», «No le faltaba al vidriero sino un gato retozón y juguetero». CARÁCTER

Los refranes consagrados a los peculiares rasgos de carácter de los gatos son mucho más numerosos que los que se refieren a la morfología, por ser muchos de ellos evocadores de defectos humanos. Las características son mayoritariamente negativas, como prolongación de la mala fama que tenía el gato durante la Edad Media. Se le tacha de «goloso» (glotón), «ladrón», «hipócrita», «traidor», «peligroso», «sucio», «tonto» (si es gata), «arisco», y de algunas cualidades, en muy pocos refranes: «limpio» (si es gata), «hábil», «prudente». Se dibujan dos grupos semánticos principales: el gato es goloso y ladrón; es hipócrita, hasta el hecho de ser traidor, lo que lo hace peligroso. Estas cinco características están representadas de modo múltiple en los proverbios. En cambio, «sucio», «tonto», «arisco», «inhábil» tienen escasísimas ocurrencias, tan poco numerosas como las cualidades («limpio», «hábil», «prudente»). GOLOSO. «Goloso» es el rasgo de carácter estigmatizado en primer lugar por el refranero: «¡Aún no me han dado la carne, y ya me pides los güesos!», «Al gato goloso y a la moza ventanera, tapallos la gatera», «Ansí está el labrador entre dos abogados como el pece entre dos gatos», «Bendígalo Dios, no lo lama el gato», «Bien se lava el gato después de harto», «Dijo el gato al unto: "Bien te lo barrunto"», «Gatos ¿queréis bofes? —No echaldos allá, detrás estos tinajones», «Olla sin sal no es manjar; al gato se puede dar», «Regalado como gato de tripera», «Muera gata y muera harta; // Pónele el Comendador, y nunca le oí a nadie» —dice Correas18—,«Secóse el ojo al gato mirando la luna, pensando que era enjundia». Al gato se le caracteriza definitivamente por su adicción a la comida: «Gato que no come, morre». LADRÓN. Aún más representado es este rasgo: «Venteros y gatos, todos son latros». Pero al gato se le disculpa, achacando sus robos a los descuidos humanos: «Al gato por ser ladrón, no le eches de tu mansión», «El perro y el gato comen lo mal guardado», «Lo mal guardado lleva el gato», «Come el gato lo que halla a mal recaudo». '8 Es una contaminación de «Muera Marta y muera harta».

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Eso no impide la existencia de un refrán inverso aunque muy cercano en la fonética: «Lo más encomendado lleva el gato. Lo más guardado lleva el gato». El refrán aconseja tener «Un ojo al plato y otro al gato», y se burla de los que imprudentemente se regocijan de antemano de la buena comida que van a hacer, teniendo gatos en casa: «"Bueno está el tocino". Y andaban con él los gatos», «"Ajos majan, y bien comerán". Dijo el gato: "Quizá mal"», «Ellos a burlar, y el gato a las longanizas». Una amplia serie de refranes da cuenta del latrocinio mismo: «Mío, mío dijo el gato a las morcillas», «Morcilla que el gato lleva gandida va; o sardina. //: "Gandir" por: tragar», «Sardina que el gato lleva, gandida va», «Morcilla que lleva el gato, tarde buelve al garabato». Otras veces se imagina el robo que hubiera podido ocurrir: «Estáse la asadura en la clavera, porque el gato no va a ella», «A las veces está la carne en el plato por falta de gato», «Por falta de gato está la carne en el garabato. // Como suena y mejor con ironía: que no está en el por falta de gato19», «No está la carne en el garabato por falta de gato», «Tarde volvió el gato con la longaniza al garabato», «Tarde volvió el gato por la longaniza», «Tarde vino el gato a la longaniza. // Al que tardó», «Más vale flaco en el garabato que gordo en el papo del gato». El robo no se hace sólo a base de fiambres, también están supuestos robar «cosa viva» los gatos: «No quiero gato con pollos, ni perro con cencerro. // Dícese a propósito de quitar ocasiones de daño», «No quiero perro con cencerro, ni gato con pollos». De ladrón, el gato se hace hurtado, cuando lo han transformado en monedero: «Gato hurtado, parecésele el rabo». Al pasar a los rasgos «morales» el número de los refranes disminuye algo, salvo para el de «hipócrita», muy rico en ocurrencias: «El que ríe mucho es tenido por insensato, y el que no ríe es de casta de gato», «Ratones, arriba, que todo lo blanco no es harina. // Es lo de la flabula: que el gato se enharinó por desconocerse y engañar a los ratones; Mas uno viejo, que le espió y conoció, dio este aviso a los otros». La hipocresía va asociada con comportamientos falsamente devotos: «Gato segoviano, colmillos agudos y fíngese santo», «Palabras de santo y uñas de gato», «Deciros he palabras de santo y echaros he las uñas como gato», «De hombre que anda manso como gato, y de viento que entra por horado, Dios te guarde», «Hacer del gato de Juan Hurtado. // Es: hacerse mojigato». Notable cantidad de los proverbios consagrados a la hipocresía escenifican preferentemente gatas: «La gata de Juan Ramos, cierra los ojos y abre las manos», «La gata de Mari ramos que se hacía mortecina para cazar los ratos», «La gata de Mari Ramos, que está muerta y caza los ratos», «La gata de Mari Ramos que se tapaba los ojos por no ver los ratos». HIPÓCRITA.

es un rasgo de menos ocurrencias: «Buen amigo es el gato, sino que araña la mano; o rasguña la mano. // Contra algunos malos amigos», «El amistad del gato,

TRAIDOR

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La segunda versión parece indicar que Correas enriende «falta» como «culpa».

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GATOS

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buena es si no arañase la mano», «Haced fiesta al la gata (o al gato) y saltaros ha a la cara», «Regala a la gata y saltarte ha a la cara». «peligroso» del gato se manifiesta sobre todo cuando los hombres se dedican a juegos tradicionales con él20: «Quien más pudiere, que lleve los gatos al agua», «Yo bueno, tú, bueno, ¿Quién llevará el gato al agua?», «Llevar los gato al agua; habernos de ver quién lleva los gatos al agua. // Haciendo fieros que podremos», «¿Quién echará el cencerro al gato?», «No eches la gata en tu cama, o no la acocees después de echada». PELIGROSO. LO

OTROS DEFECTOS. LOS defectos representados de modo minoritario son el carácter vano, arisco y inhábil. Vano: «Sesitos de gata; Sesitos de cascabel; Seso de mosquito. // Por: vanos»; arisco: «Como una gata de desván. // La mujer que es escabrosa y sacudida», «Como gato de desván. // Por: áspero y mal tratable. Suelen parir y criarlos gatas en desvanes sin ver gente, y salen los gatos ariscos»; inhábil: «No le faltaba al vidriero sino un gato retozón y juguetero».

El grupo hábil/inhábil es el único en construirse sobre dos términos antinómicos, siendo las caracterizaciones del gato en el refranero muy poco reversibles. El imaginario áureo imagina el gato de modo hiperbólico como un animal que camina fuera de las leyes de la atracción universal: «Es hecho al revés, como gato en tejado; o en desván». La querencia que el gato manifiesta por la lumbre y las cenizas genera tres refranes: «Sacar la brasa con la mano del gato; o con la mano ajena; [o] sacar la castaña con la mano del gato. // Una mona dicen que sacaba castañas de la lumbre con la mano del gato, con sutileza por no quemarse ella», «Pasar por ello como gato por brasas», «Como gato por brasas». HÁBIL.

La limpieza es un atributo genérico de la especie que inspira otros tres proverbios: «Hacer como vaca, y cubrir como gata. // Ganar y guardar», «Como una gata. // La que es maníaca, para poco», «Bien se lava el gato después de harto». LIMPIO.

La prudencia del gato sólo aparece, además de los refranes que mencionan su modo rápido de pasar por las brasas, en el célebre «Gato escaldado, del agua fría ha miedo».

PRUDENTE.

Se nota que el gato concentra en sí las culpabilidades de todo el universo doméstico, y sirve de pararrayos a las manifestaciones de la agresividad casera: «¿Qué culpa tiene la gata, si la moza es mentecata y disparata?», «Azotan a la gata si no hila nuestra ama». Sirve asimismo de insulto, por lo menos a través de la mención de sus excrementos: «Manojo de llaves, mierda de gato. // A desdén de personas».

Vid. más tarde los comportamientos humanos respecto al gato.

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En señal de menosprecio se dice: «Pasito, que duerme un gato. // Cuando guardan un sueño a un casi nadie», «Sepan los gatos que ha venido el Antruejo... // En desdeño de alguno que publica mucho una cosa». COMPORTAMIENTOS

En complemento a las caracterizaciones físicas y morales el refranero describe ciertas costumbres comportamentales de los gatos, que esta vez, son esencialmente descriptivas del animal y desprovistas de empleo metafórico relativo a la especie humana. Se refieren a los juegos, al celo, al parto y a la caza. El gato no sólo juega con las castañas en el fuego y con «lo que cuelga » del negro sin braga, sino con los productos de artesanía: afila sus uñas sobre los odres del odrero, y, «retozón y juguetero», rompe los vidrios del vidriero.

JUEGOS.

CELO. El período del celo sirve para marcar el calendario invernal: «Andan en celo, como gatos en enero», «En enero, el gato en celo; febrero, merdero; marzo, sol como mazo; en abril aguas mil; en mayo toro y caballo, etc.», «Febrero, gatos en celo». Los amores de los gatos merecen sin embargo una observación eventualmente aplicable a la especie humana: «Los amores del gato entran riñendo y salen rifando». Gran copia de refranes aluden a la actividad principal del gato, la caza de los ratones, como veremos más adelante21. Pero de momento citaremos uno que se fija en el rendimiento superior del gato como cazador cuando «tiene hijos»: «Con hijos el gato, bien caza el rato». Lo curioso es que, probablemente por necesidades de la rima, no se emplea el término de «gata». El masculino muestra bien además que prevalece en la mente del que pronuncia este refrán la aplicación metafórica al hombre. PARTO. Esta traslación de un sexo al otro no corre riesgo de operarse en el refrán consagrados al parto de la gata: «Está parida la gata. // Dícese cuando hay encendidas más velas de las que bastan, para que se maten las que sobran, y no se gasten de balde»22.

Muy notables son precisamente por su cantidad y calidad los refranes que estigmatizan la tozudez inquebrantable de los gatos: «Ha de volver el gato a la ceniza», «Ni mozo goloso, ni gato cenizoso», «Natura revertura, el gato a la asadura; o el gato a la ceniza. // Que cada cosa sigue su natural y costumbre», «Catalina, el gato te comió la pajarilla, y después que la comió, por los ríñones volvió», «Al gato viejo, ponle en el cerro la mano y levantarte ha el rabo. // Que cada uno corresponde a su natural, y aunque encubra sus mañas, en la ocasión las muestra», «El oficio del gato, matar al rato», «El hijo del gato, mata al rato», «El hijo de la gata, ratones mata», «La gata de TOZUDEZ.

21

Vid.: interacciones entre el gato y otros animales (gato/ratón). El comportamiento de los gatos para cubrir sus excrementos y su obstinación por hacer sus necesidades en las cenizas dieron lugar, como vimos ya, a varios refranes: «Hacer como vaca y cubrir como gata», «Ha de volver el gato a las cenizas», «Ni mozo goloso ni gato ceniciento». 22

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Venus. // Por: gata muy hermosa, que la pidió un mozo hecha doncella, y estando en el tálamo, corrió tras un ratón. Denota que la natural inclinación nunca se deja». LAS CON LOS ANIMALES. DOS animales

INTERACCIONES

se asocian verbalmente al gato: son el ratón, o mur,

o rato, y el perro. Gato/rato Siendo la definición principal del papel casero del gato áureo la caza de ratones, no nos extraña encontrar tantos refranes que reflejan esta actividad. Hasta se le define al gato como «murador»: «Gato maullador, nunca buen murador». Algunos de estos numerosos refranes (son veintidós) se centran más sobre el ratón que sobre el gato: «Al ratón que no sabe más de un agujero, el gato le coge presto», «Al ratón que no sabe más de un horado, aquél tapado, presto le toma el gato», «El mur que no sabe más de un horado, presto le toma el gato», «Tarde se arrepiente el rato, cuando en la boca le tiene el gato», «Tarde se arrepiente el rato, cuando está en la boca del gato: o cuando por la cola lo tiene el gato». Otros le devuelven el protagonismo principal al gato: «El oficio del gato, matar al rato», «Con hijos el gato bien caza al rato», «Cuando en casa no está el gato, estiéndese el rato», «Fi de gata, mur mata», «Iráse el gato y saldrá el rato», «La gata de Venus. // Por gata muy hermosa, que la pidió un mozo hecha doncella, y estando en el tálamo, corrió tras un ratón, denota que la natural inclinación nunca se deja», «La gata de Mari Ramos, que está muerta y caza ratos». Menos frecuentes son los proverbios en los cuales el gato funciona con animal de sustitución del ratón: «Lo que ha de comer el rato, dalo al gato. Lo que ha de comer el rato, cómalo el gato», «Más come un gato de una vez que un ratón en un mes», «Ni al gato, ni al rato; comerlo luego y perder cuidado, y excusóme el plato. // Responde el otro: "Lo que has de dar al ratón, dalo al gato, y quitarte ha de cuidado"». Gato/perro La asociación del perro y del gato en el refranero se produce según tres modalidades. La primera, es la alusión a las relaciones difíciles entre ellos en el espacio doméstico: «Delante, perros y gatos; detrás, como hermanos», «Como perros y gatos. // Para decir que algunos se avienen mal dicen: "Están como perros y gatos"; "Son como perros y gatos"». La segunda modalidad los trata como animales contrastados: «El perro en el güeso, y la gata en el mueso». La tercera los considera como elementos sustituibles: «El gato halaga con la cola, y muerde con la boca23. // El perro, lo mesmo», «No quedó perro ni gato. No quedó alma viva. No quedó hombre a vida. No quedó piante ni mamante. No quedó roso ni velloso. No quedó hombre con hombre. // Que fueron desbaratados», «El perro y el gato comen lo mal guardado», «No quiero gato con pollos ni perro con cencerro», 23 Este refrán parece haber sido concebido primitivamente para el perro, y aplicado por extensión al gato.

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«Madalena, el gato te coma la cena, y el perro la merienda», «No te fíes en can que ladra, ni en gato que miaña»24. Gato/gata No se trata propiamente de interacciones, sino de observar cómo se reparten semánticamente el masculino y el femenino de la noción de «gato» en los refranes del Siglo de Oro. El aspecto intercambiable de las dos palabreas se ilustra en dos refranes: «Haced fiesta a la gata ([o] al gato) y saltaros ha a la cara», «Como una gata (o gato) de desván», y en la existencia de refranes que van por pares, con una versión masculina y una versión femenina: «Vanse los gatos y estiéndense los ratos», «Vanse las gatas y ensánchanse las ratas». Correas subraya él mismo esta doble declinación de los proverbios: «Las tocas de beata, y las uñas de gata. // Lo que "Cuentas de beato y uñas de gato"». Los temas de la hipocresía y del «natural» se ilustran también por refranes con gatas: «La gata de Mari Ramos, que está muerta y caza ratos», «La gata de Mari Ramos que se hacía mortecina para cazar ratos», «La gata de Mari Ramos, que se tapaba los ojos para no ver los ratos», «La gata de Juan Ramos, cierra los ojos y abre las manos», refrán en el que el tema de la hipocresía puede combinarse con el de la mujer pedigüeña. Los refranes sobre el «natural» que no se puede borrar son más numerosos en su versión masculina, pero figuran sin embargo en tres refranes con gatas: «Hacer de la gata muerta», «Regala a la gata y saltarte ha a la cara», «La gata de Venus». El aspecto «profesional» del animal (la caza de los ratones) parece expresarse preferentemente en la versión masculina. De los veintidós refranes dedicados a este tema, sólo siete corren a cargo de gatas y, en este caso, esencialmente por las necesidades de la asonancia: «El hijo de la gata ratones mata», «Fi de gata, mur mata», «Entre Gata y Morata fuese la gata; o perdióse la gata». Cuando la mención de la gata no se debe a la verosimilitud biológica («Está parida la gata»), la opción femenina se explica a veces porque se retratan o satirizan comportamientos femeninos humanos: «Amor de suegra, halagos de gata», «"Como una gata" // La que es maníaca para poco», «Gata bermeja, cuales las hace, tales las piensa», «Gata rubia, cuales las hace, tales las cuida», «Sesitos de gata. Sesitos de cascabel, sesos de mosquito. Por: vanos». Quizá el refrán: «No eches la gata en tu cama, o no la acocees después de echada» pueda tener aplicación en las relaciones conyugales...». A veces se opera una proyección de un personaje femenino escenificado por el refrán que, por contaminación, determina la elección de la palabra gata (por coherencia y por 24 Por razones de homofonía se alternan a veces en los refranes otros animales con el gato, como el gallo o el carnero: «Mete el gallo en el garbanzal, que él dirá la verdad; (o el gato)», y «Buscar cinco pies al carnero (o cinco pies al gato)».

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la asonancia): «Azotan a la gata si no hila nuestra ama», «¿Qué culpa tiene la gata, si la moza es mentecata y disparata», «La mujer airada, el huma y la gata y la sartén agujerada, son de gran daño en casa». Pero este fenómeno de atracción no siempre se produce: el gato de la «tripera» es gato y no gata. CON LOS HOMBRES. Se pudiera creer que en aquellos tiempos lejanos del Siglo de Oro sólo consideraban al gato como una máquina de cazar ratones, que tenía por añadidura y por desgracia el defecto de ser ladrón. De hecho, la cantidad de refranes que hacen del gato un ladrón parece indicar que no se le alimentaba, para estimular sus dotes de cazador. Sin embargo, ciertos refranes parecen mostrar que se les daba de comer comida propia: «El perro en el güeso y la gata en el mueso. // "Mueso", por: la pulpa», «Gatos queréis bofes? —No echaldos allá, detrás de esos tinajones», « No es para dar migas a un gato». Se le darán los desperdicios de la comida mal preparada: «Olla sin sal no es manjar; al gato se puede dar», y los restos que sobran en los platos, como en el refrán «Aún no me han dado la carne, y ya me pides los güesos», o en la experiencia personal que nos cuenta Correas a propósito de las «siete vidas» del gato: «Comió lo que le echaba de la mesa». Al gato se le considera, sin embargo, como excesivamente glotón, y el balance entre lo que come el gato y lo que impide que los ratones coman parece inquietar la sabiduría popular: «Más come un gato de una vez, que un ratón en un mes», «Ni al gato ni al rato; comerlo luego y perder cuidado y excusóme el plato. // Responde el otro: "Lo que has de dar al ratón, dale al gato, y quitarte ha de cuidado"». El menú natural del gato (los desperdicios) era tan conocido de todos que una excepción notable en este menú sirve de parangón de anormalidad: «Si el gato come miel, no estamos aquí bien».

También pudiéramos pensar que el gato áureo sólo es objeto de tratamientos rudos, crueles o que en el mejor de los casos se le ignora. Sorprendentemente, el refranero da una visión más matizada de los comportamientos humanos hacia los gatos. Es evidente que el gato es objeto de persecuciones burlonas, pero también es objeto de cariño: «Al gato viejo ponle en el cerro la mano y levantarte ha el rabo», «No eches la gata en tu cama etc.» (señal de que algunos lo hacían), «Haced fiesta a la gata y etc.», «Regala a la gata y etc.» En cambio, el refranero evidencia que los gatos eran objeto de malos tratamientos de diversos tipos, algunos relacionados con los rituales carnavalescos: «Escapó de la de Mazagatos», «La de Mazagatos. Viose en la de Mazagatos. // Varíase de muchas maneras, denotando peligro y trance o revuelta. Fórmase el nombre "Mazagatos" de las masas que ponen por el Antruejo a perros y gatos, y los gatos atados a perros por maza, de donde unos y otros escapan con dificultad; y al que escapó decimos que "escapó de la de Mazagato", y que "se vio en la de Mazagatos", esto es: en tribulación; y úsase el nombre como propio de algún lugar en que se dio batalla, como "la de Olmedo", "la del Salado", "la de las Navas", "la de Roncesvalles". Y no ha faltado quien fingiese historia de Mazagatos para comedia», «Sepan los gatos que ha venido el

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Antruejo. Sepan los gatos que es mañana Antruejo. Sepan los gatos que es Antruejo», «¿Quién echará el cencerro al gato?», «Jugar al gato repelado», «Llevar el gato al agua». La ocurrencia del caballero de Valladolid que «sacó en una máscara un arca llena de gatos y acomodó por letra» el refrán de «Nadie diga ¡Zape!2* hasta que destape» da testimonio del tipo de farsas que se inventaban con los gatos. Los tratamientos más brutales también están atestiguados: «No eches la gata en tu cama, o no la acocees después de echada», «Bueno para entre dos compañeros. —No, sino tres: uno yo, el otro un gato, y el otro un palo que yo tenga a mi lado etc.» Lo más llamativo en este dominio es, sin lugar a dudas, el propio experimento llevado a cabo por Correas para medir la vitalidad gatuna, y no sería de extrañar que los cadáveres de gatos fueran a parar frecuentemente en los muladares después de malos tratamientos. Por otra parte, al gato se le mataba y daba de comer a los huéspedes de ciertas ventas poco recomendables: «Conciencia de Portalegre, que venden el gato por liebre», «En todas las artes hay engaño, sino en el que vende la estopa por cerro, y el vinagre por vino, y el gato por liebre. // Razones con ironía», «Vender gato por liebre. Venden... Dan gato por liebre. // Los que en lugar de buena mercaduría, engañan con la mala». Observamos, sin embargo, que para ponderar la dulzura de los modales de un hombre, se dice: «No hará mal a un gato». EL ESPACIO D O M É S T I C O

Todo un universo casero surge alrededor de los refranes gatunos. El gato acompaña la comida de los hombres que le tiran desperdicios, como hace el propio Correas, o el pupilo de la casa de pupilaje. También le echan trozos de carne de baja calidad26. Roba en los platos de la mesa, y presencia los preparativos de la comida: «"Ajos majan y bien comerán". Dijo el gato: "Quizás mal"». Acompaña particularmente con su presencia a las mujeres, en sus quehaceres domésticos, al ama que está hilando, y a la moza que está «disparatando». El gato goloso es evocado a la par que la moza «ventanera» porque formarán parte del mismo cuadro familiar y quizá por sugerir la gula del gato otros apetitos en la moza ventanera. A veces es toda una escena casera la que surge de las explicaciones aducidas por Correas, como en el caso del negro sin bragas, que se calienta al amor de la lumbre, mientras su mujer prepara la comida, o la escena privada de Correas sentado en su mesa de trabajo, que se dedica, sin robar tiempo a su labor paremiológica, a unos experimentos sobre la vitalidad del gato. Con los gatos se dibuja el espacio de las viviendas, del sótano27 al desván, tejado y muladar, pasando por la cocina y el cuarto de dormir. El gato está perfectamente 2

^ La expresión con que se ahuyenta ai gato: «¡Zape!» se encuentra en otro refrán, asociada con la expresión contraria, con la que los llamaban: «Diz con la boca "zape", y con los ojos "miz"». 26 Unos «bofes, echados tras unos tinajones». 27 Los «tinajones» se guardarían en el sótano.

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GATOS

Y GATAS

EN EL VOCABULARIO

D E REFRANES

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integrado en la arquitectura doméstica, ya que (as casas están equipadas con gateras28 para facilitar su circulación nocturna por todos los sitios. La chimenea, con el fuego y las cenizas es un lugar de atracción privilegiado para los gatos, por el calor, para defecar, o para jugar con las castañas. También en la chimenea o en la despensa se encontrarían los numerosos clavos, claveras o garabatos de los cuales cuelgan los alimentos codiciados por el gato. Están expuestos a la vista y asequibles, en las cocinas y despensas, el pez, las sardinas, el tocino, la pajarilla y los riñones del puerco, el unto, la «asadura en la clavera», la morcilla o la carne que cuelga del garabato. Así se reconstituye parte de la dieta cotidiana aúrea. Otro objeto casero relacionado con el gato es el «tortero»29, donde dormiría, o robaría comida. Toda la casa se «alborota» cuando pare la gata, parecen estar despiertos todos los moradores, y las velas están encendidas hasta horas avanzadas de la noche30. RAREZAS

Terminaremos llamando la atención en seis refranes de particular interés. Uno se refiere al aprovechamiento de la algalia del gato: «Hacer sudar. Hacer sudar como gato de algalia». El segundo y tercero se citan en señal de originalidad: «Garabato trae tu gato, Marina Gómez, con que lo tomes31», «¿Habéis visto, mozas, mi gato en galochas?» El cuarto y quinto aluden al mito sacado de las fábulas de Esopo: «Casóse con gata por amor de la plata; gastóse la plata, y quedóse la gata en casa», «La gata de Venus. // Por gata muy hermosa, que la pidió un mozo hecha doncella, y estando en el tálamo, corrió rras un ratón. Denota que la natural inclinación nunca se deja». El sexto es el más raro de todos: «Ara bien, y araba con dos gatos la barriga de su mujer. // "Ara bien" se dice amenazando o consolándose; "Ara" es abreviado de «ahora», y parece al verbo "arar", y en su sinificación crecieron lo demás».

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«Al gato goloso y a la moza ventanera, tapallos la gatera». «Ellas a hilar y el gato al tortero». 30 «¿Está parida la gata?» // Dicen esto cuando en casa están encendidas muchas luces, para que se apaguen las que sobran, y no se gasten las velas y aceite de balde». «¿Está parida la gata?» // Dícese cuando hay encendidas más velas de las que bastan, para que se maten las que sobran, y no se gasten de balde». Correas repite dos veces este refrán sin enterarse, con una ligera variación en el comentario. 31 La homofonía entre gato y garabato parece explicar en gran parte este misterioso refrán, de modo parecido a lo que ocurre en «Entre Gata y Morata, fuese la gata». 29

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FRANÇOISE

CAZAL

Criticón, 7 1 , 1997

CAZAL, Françoise, «Gatos y gatas en el Vocabulario de refranes y frases proverbiales de Gonzalo de Correas (1627)». En Criticón (Toulouse), 71, 1997, pp. 33-52. Resumen. Recopilación y clasificación de los refranes de Correas que se relacionan con el tema de los gatos, y nos informan sobre las mentalidades, permitiéndonos además reconstruir ciertos aspectos del espacio doméstico áureo. Resume. Compilation et classement des proverbes de Correas en rapport avec le thème du chat, qui nous informent sur les mentalités et vous permettent de surcroît de reconstituer certains aspects de l'espace domestique du Siècle d'Or. Summary. This ¡s a compilation and classification of Correas's proverbs that are connected with cats. They tell us about people's mentalities and also allow us to reconstruct some aspects of domesticity during the Golden Century. Palabras clave. Vocabulario de refranes y frases proverbiales. Gato. Espacio doméstico.

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