HISTORIA, VIAJES, CIENCIAS, ARTES, LITERATURA

HISTORIA, VIAJES, CIENCIAS, ARTES, LITERATURA. ITALIA.—La vuelta del g-anado. T. V U l . ¡PRIMERA SERIE).—T. I V . (SEGUNDA S É R I E ) . — 1 3 . 9
Author:  Javier Plaza Cruz

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HISTORIA, VIAJES, CIENCIAS, ARTES, LITERATURA.

ITALIA.—La vuelta del g-anado. T. V U l . ¡PRIMERA SERIE).—T. I V . (SEGUNDA S É R I E ) . — 1 3 .

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Ul MtjKDO ILÜSTÍÍADO.

Ernici, no puede menos de preguntarse maravillado: «¿Qué hacen aquí estos hombres? ¿de qué viven?» pues allí no se ve nada, absolutamente nada de lo que la tierra ofrece: allí en vez de pan se encuentran peñas; V I A J E P I N T O R E S C O D E LOS A L P E S AL E T N A , allí no verdea ninguna planta, no canta ninguna ave, y POR en San Pietro la madre tierra hasta se resiste á acoger en su seno á sus hijos: efectivamente, el terreno es deC. 8 T I E L E R , E. PAULUS Y W. KADEN. masiado duro para excavar una sepultura. Alrededor de Alatri las condiciones son mejores: en las laderas del monte florecen las huertas, los árboles LIBRO TERCERO. crecen hasta cerca de los muros ciclópeos, y aun en el DEL. TÍBER AL ETNA. interior de la ciudad. Aunque sea fatigoso el cultivo, abundan el vino y los cereales, y exquisitas frutas y agua abundante forman las delicias del estío. í)o quiera (CONTINUACIÓN). que la Naturaleza se muestra pródiga con los hombres, éstos la pagan con su buen humor y su vivacidad. ¡Qué CAPÍTULO IX. pueblo más alegre y hermoso son los alatrinos! Así los hombres como las mujeres son altos y robustos; los DE LAS MARGENES DEL LAGO FUCINO A LAS LAGUNAS PÜNTINAS Y A TERRAGINA. hombres tienen anchos hombros, las mujeres casadas y hasta las solteras seno turgente y ojos grandes y brillan(CONTINUACIÓN). tes. Los hombres llevan chaleco colorado, calzones cortos Hemos atravesado un paisaje espléndido, y tendiendo y negros y sombrero adornado con muchas flores artila mirada de lo alto de las colinas á través de las que- ficiales y con cintas de varios colores plegadas sobre la bradas de los lejanos montes, hemos contemplado una cabeza. Las mujeres también son aficionadas á los colodorada y resplandeciente llanura, la campaña romana; res chillones, pues usan faldillas encarnadas ó azules, empero ahora nos encontramos entre negras y arboladas corpino negro sujeto á los hombros por grandes lazos alturas de formas - las más variadas-. Míseros pastores, de cintas, resaltando las mangas de la camisa siempre campesinos ocupados en sus ordinarias faenas, uno que limpia. La frente y las mejillas están protegidas por la otro jinete envuelto en su parda.capa y con el fusil atra- íMí?^íJWá« adornada de encajes, que tanto realce presta -Vesado en la silla; grandes perros-lobos de pelo blan- al verdadero -perfil romano. Cuando vuelven de la fuente quecino, que corren veloces para ocultarse entre la ' con una grande y elegante ánfora de cobre sobre la camaleza, hé aquí los únicos seres vivientes que pueblan beza, un brazo apoyado en la cadera y el otro levantado esta comarca montuosa. El valle se vá ensanchando graciosamente para poder sostener el cántaro, ó entramgradualmente, apareciendo espléndidos olivares y viñe- bos replegados sobre el turgente seno, adelantando con dos resguardados por blancos muros: antiguos torreones paso lento y reposado, tomaríaselas por princesas que cubiertos de hiedra, refugio de Itis guarda-bosques, se dirigen al palacio de un rey de la antigtiedad. Pasan surgen en medio de los árboles. Grupos de campesinos impávidal, sin mlTar á ningún lado, aunque se crucen en traje multicolor atraviesan los caminos ó aparecen con su noviol Pero'en la jovialidad de esta pequeña en medio de los senderos de la montaña; ligeros carros población alpina seíecharde^ ver. cierto prg-ullo, velado de dos ruedas pasan rápidamente. El monte y el llano entre sus negras y bien arfuéadas cejas; orgullo que presentan la misma animación. tJna empinada montaña tiene su disculpa al consideran el vigor de esas gentes y se alza en medio de las floridas huertas, sosteniendo en más (Jüé todo stj Sangriento pasado :.ejétciíbs españoles, sus laderaSj aprisionada en antiguas murallas, una alemanés, franceses dejaron impresas ¡sus féirréás huellas éiüdad de aspecto pulido y hospitalario. Es Alatri, una en la ciudad'^ue üos ocupaí íLos Sufrimiento^ qíiíeexpede las poblaciones fundadas, dícese, por el mitológico rimentara en'la antigüedad á"causa de lasg'uérí^as civiles Saturno, con sus célebres muros ciclópeos, los más bien de Mario y déSila, han sido completamenteolvidados, gracias al dilatado período de paz quedes siguió; mas conservados de toda Italia. Estamos en los montes del Lacio. Las poblaciones aun quedan vgstigips deles infortuniosxicaecidos desde surgen por do quiera sobre las alturas, divisándose de el primer período de ío^Hohenstaufeñ'iiasta da Revolui i-i: 'u!; •;: lejos, y á causa de su situación no han gozado como los ción francesa;'^ . • , •. Hoy nadie i^cimbate Sen favopaáe AlatriÍ La vetusta lagares del llano de las ventajas que llevan en sí los adelantos modernos. Asi ;Como la golondrina Vuelve á puerta Belona 5?a nó sé cierra y ha trocado su antiguo fabríoai'su nido en el mismo sitio que albergó á sus belicpso nomtoe por«Idie San Pedro. D e ^ z e u ' c u a n d o ascendientes, del mismo modo el moderno habitante del salen por ella algún pintor ó algún poeta eo busca de las . Lacio levanta su vivienda sobré el emplazamiento donde ruiéas de la antig'üedad y de la Edad Media y á la hora del medio dia, duando todo reposa, se instalan sobremos la tuvieron sus padres en la antigüedad. Hé aquí un rasgo coniiiOTedor de tradicional revereñ^ ciclópeos muros que han resistido á los sigios; par^^icon-^ cia, ya que en medio de estoá montes, sobre las alturas teínplar el silencioso paisaje. Fácil seria peTmanefeer aisladas y faltas de agua> y de vida, el hombre h a d e sentado y soñando dias enteros, pues el espectácuío ^a& luchiar con todas las necesidades: el frió, la sed, el Se ofrece ante los ojos' es verdaderamente magnífico. *• b«mbre. Más allá existen los floridos y resplandecientes ¡Qué silencio todo alrededor! Las rosas florecen sobre ' valles donde medran la vid y los cereales y murmuran las murallas, las brisas estivales murmuran entre las las beñéñcas corrientes, mientras estos habitantes alpi- ramas de hiedra y un suave perfume se desprende de nos soportan el frió y el hambre guarecidos en sus nidos las laderas de los montes. Las cigarras, guarecidas en y las golondfiíí •, de águila, contemplando sin envidia á sus, hermanos los viñedos, jrepiten sil canto, mofió ñas revolotean en torno de los pardos muros. más afortunados. Desde este sitio se divisan, desparramadas por la-coAquel que ha visitado alguna de estas poblaciones, como San Pietro sul Monte, detrás de la risueña Pales- marca, sobre las cimas de los montes inmediatos, varias trina, ó Copellarelo, oculta entre las gargantas de los risueñas poblaciones alpinas. Aquí VeroU, la Verulae de

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Aquiri') es la Aquiímm de los antiguos, patria del los antiguos; más allá Frosinone, la Fmsino tomada á los volscos por los romanos el año 304 antes de Jesu- poeta satírico Juvenal y del emperador Péscenlo Níger, cristo, y luego 5ft«co, Ripi, Tornee, Pofi, Amarara y empero el más ilustre de sus hijos es el filósofo y teólogo otras. Todos estos lugares, estos montes, estos ríos Tomás de Aquino, apellidado el «doctor angélico,» hijo y llanuras están enlazados en la historia de la anti- del conde Landulfo, nacido en 1224 en el inmediato casgüedad, la mayor parte de las veces con lazos de sangre, tillo de Rocca-Secca y criado en Monte Casino. Aquino y el espíritu de esta historia nos lleva como por la mano está situada junto á un torrente, en medio de una co"hasta la infancia del mundo, hasta las nieblas primiti- marca risueña. Por aquí pasa la Vía Latina, que las tropas romanas vas. Estos muros, cuyas formas colosales causan nuestra admiración, fueron construidos por los Titanes, que un recorrian cuando se dirigían al Volturno, la cual atradia osaron poner sus temerarias plantas sobre el dorado viesa una comarca grandiosa, el valle del Sacco, alzándose en dirección al solio de los dioses, y mar los montes de los luego c o n s t r u y e r o n Volscos. En este punto sus obras terrenales sees donde más resalta el gún aquellos diseños. tinte característico de El pueblo atribuye esla campaña romana. El tas construcciones á Sallano, á trechos cultiturno, quien además de vado y á trechos desierAlatri fundó en esta coto, o s t e n t a todos los marca Anagni, Arpiño, matices, desde el amaAquino y Atina. La hoz rillo claro al pardo terdel segadoryla podaderoso más subido; á mera del viñador eran sus dida que se vá elevando atributos; armados con en d i r e c c i ó n de los ellos viajaba en aquemontes cambia de colla edad de oro en comlor, ofreciendo un tono p nía de su benévola puro y reluciente gris consorte Ops, prodiganplateado. Por encima do bendiciones á los resplandece la purísima campos y á los viñedos, bóveda celeste. Empero bendiciones que aun al el mismo contraste que presente ejercen su beel llano presenta en este néfica influencia sobre sitio la vida humana, el vino y sobre los cee s p e c i a l m e n t e en la reales. proximidad de los monLas murallas de Alates de los Volscos. Semitri llevan impresas las arruinados entre aquehuellas de los remotos llas alturas calizas apatiempos en que domirecen villas y lugares naban los dioses; en tristísimos, bañados por Anagni, por el contrauna luz intensa, semerio, está personificada jantes á mendigos mola Edad Media papal. ribundos: a q u í están Aquí fué hecho prisiopara hacer bueno nuesnero el anciano papa tro aserto Supino, PaBonifacio VIII, el 7 de trica. Morolo y otros, setiembre de 1303, por cuyo n o m b r e apenas el c a b a l l e r o francés suena entre sus mismos Guillermo de Nogaret, conciudadanos. aliado de los Colonna é Los habitantes de esinstrumento de F e l i ta r e g i ó n son sumaCeniontoriu en Muiite Sci' pe IV llamado el Hermente pobres y contemmoso, habiendo sido liplan con envidia los brado por el pueblo tres montes Ernici, donde entre una verde corona de pámdías después. La catedral (Sania Mario,), obra del panos y de olivos surgen Alatri, Anagni, Ferentino, siglo XI, se conserva en muy buen estado: tiene un pavimento de mosaico y antiguos frescos en la cripta. Veroli y Frosinone. Las colinas cubiertas de viñedos que Anagni dista ocho kilómetros de la estación de la vía rodean á Anagni, también ostentan innumerables flores. Toda suerte de árboles frutales florecen junto á esta férrea y está situada sobre una altura. Ferentino, la antigua Ferenlium, ciudad de los volscos ciudad privilegiada; la vegetación ha erigido un very luego de los ernicos, distante unos 20 kilómetros de dadero baluarte en torno de ella. Muy apartados de las grandes vías internacionales se Anagni, fué destruida en la segunda guerra púnica; ocultan entre las gargantas de los montes, especialdespués fué colonia romana. mente en el clásico Lacio, otros lugares que merecen A 14 kilómetros de Ferentino encuéntrase Ceccano, emplazada muy pintorescamente sobre la vertiente de nuestra atención. Por Genazzano vamos á encaminarnos á Palestrina y una montaña, en la margen derecha del Sacco. Al pié de esta montaña, á mano izquierda del rio, se extendía á Tívoli. ^ la antigua Fahraieria velus, donde fueron encontradas La comarca es más risueña y se distingue por sus muchas inscripciones. bosques frondosos; la carretera atraviesa campos bien

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cultivados, y la vid, el trig-o y el olivo con su exuberante veg-etacion dan testimonio de la riqueza del terreno y del bienestar de sus moradores. Genazzano tiene el aspecto de una ciudad de la Edad Media, y al igual de Anagni ha conservado religio-a-

mente su carácter. Las antig-uas y sólidas murallas y la puerta almenada todavía se conservan en pié, asi como la mayor parte de las casas llevan impreso el sello de la arquitectura gótica. Las calles son angostas y empinadas, y todas conducen al palacio de los Colonna, en otra

Calle de Cavi, en Genazzano.

época dueños de la ciudad. Sobre las elevadas murallas que ciñen este espléndido y antiguo castillo, la lozana vegetación ha sembrado un mundo de flores; pero el interior ofrece el más triste aspecto. Aves de corral y caballos discurren tranquilamente por el patio, ocupado como depósito de leña; pocas estancias son habitables, y el noble estema de los Colonna,—una columna con corona real,—hace muy triste papel en medio de aquel

polvo y de aquella inmundicia. Las salas de respeto están convertidas en establo; una sirve de almacén de aceite, mientras que en otra aun se conserva una docena de retratos de familia destrozados y cubiertos de telarañas. Las estatuas de mármol han perdido la cabeza y sirven de punto de refugio á las bandadas de palomas que por allí revolotean. Genazzano parece ser un puesto avanzado del paraíso

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«Seggiola del Diavolo,» en la campaña romana.

Genazzano.

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napolitano. Contemplando el histórico valle del Sacco se tiene ya un presentimento de la alegre Campania: los ojos se fijan en los matorrales, en los viñedos y en los g-rupos de árboles que pueblan las laderas de los montes, los cuales á la izquierda están dominados por el altivo Serrone, que forma el oscuro fondo, el elevado núcleo de todas las colinas que en la reg-ion del lag-o Fucino se confunden con el azulado horizonte. Imponentes castillos ó negras poblaciones coronan las alturas de casi todas aquellas colinas que ciñen el fértil valle que de Roma desemboca en la Campania. Por allí pasaron las huestes de los Hohenstaufen, enganchadas bajo las banderas que hablan de conducirlas á Italia, sueño dorado de los germanos; en aquellos verdes campos se ejercitó la caballería francesa y la española; en aquellos sitios hollados un dia por las plantas de los francos, de los ostrogodos y los vándalos, reina el silencio más completo. El culto de la Virgen llena el ambiente, pues nos encontramos en una de las comarcas donde se ama más

á la Madre del Redentor, donde ésta quiso ser transportada por mano de ángeles desde la Albania. En este punto fué erigido un templo, y en breve la buena nueva corrió en alas del viento por todos los montes del Lacio y de la Campania. El mísero pastor que vive metido entre breñas, el campesino de las cercanías de Ñapóles, el extenuado jornalero de las lagunas Pontinas, el pueblo marso de Avezzano, todos acuden, siquiera una vez en la vida, á esta Meca romana para implorar misericordia y confesar sus culpas al pié de la Madonna del Bon Consiglio. Estas peregrinaciones se celebran dos veces al año: en los primerosdias de la primavera, antes de proceder á la sembradura, y durante la vendimia, en setiembre. Esta comarca ofrece una vegetación exuberante: los árboles no sólo son frondosos sino sumamente bellos y delicia de los ojos por sus variadas formas y los tonos subidos de sus hojas. A lo largo de la Vía Prenestina aparecen altísimos y añosos cipreses, los cuales, seme-

V^'2 ,v^-^ Ceccano.

jantes á negras columnas, se alzan en medio de verdaderos bosques de verdes castaños; aquí se ven rectos pinos, más allá robustos olmos cuyo tronco ciñen estrechamente las ramas de las vides que medran debajo. Los nogales también prosperan en este sitio mejor que en parte alguna. Pasada Cañe el viajero transita bajo un dosel de maleza y de plantas trepadoras: en el fondo, á mano izquierda, corre un riachuelo, y de las laderas de la carretera se desprenden continuamente argentadas hebras de agua que resplandecen entre las grandes y verdinegras hojas de hiedra silvestre, formando grandes charcos, donde acuden las mujeres á lavar la ropa, las muchachas á llenar los cántaros, y los campesinos y pastores á abrevar sus caballerías y ganados. Más allá se ven soldados paseando; mujeres con gavillas y cestas llenas de fruta sobre la cabeza, que van amamantando á sus pequeñuelos; sacerdotes, frailes con los ojos clavados en el suelo; colegiales en busca de esparcimiento; ingleses, alemanes, franceses montados en jumentos, y sobre la cúspide de la colina, con sus casas apiñadas aparece la risueña Palestrina, la célebre ciudad de la Fortuna. Estudiando sus murallas pueden reconocerse cinco épocas: la prehistórica, la de ROma

republicana, la época imperial, la de la Edad Media, y sobre las ruinas cubiertas de jardines, de elegantes quintas, de lindas casas, la época actual. En el sitio que ocupa la Palestrina moderna estaba emplazado el templo de la Fortuna, que se levantaba sobre imponentes terraplenes y tenia un pórtico semi-circular. Los romanos la llamaban Prcenesie. Tomada por Camilo el año 380 antes de Jesucristo, y luego sometida á Roma, fué plaza de armas del joven Mario durante las guerras civiles. Después de un dilatado asedio Sila la tomó y arrasó hasta los cimientos; más tarde fué reconstruida con magnificencia por este mismo general como colonia romana. Bajo el imperio era morada favorita de los romanos por su clima benigno, habiendo merecido á este respecto los elogios de Horacio. Durante la Edad Media Palestrina sufrió no poco á consecuencia de las luchas entre los Colonna y los Sumos Pontífices, y en 1463 fué nuevamente destruida. Dos siglos más tarde adquiriéronla los Barberini, sus actuales dueños. En esta ciudad vio la luz primera, el año 1524, el gran compositor Giovanni Pierluigi, de Palestrina, que murió en Roma en 1594, siendo maestro de capilla de' la basílica de San Pedro. Uno de los edificios que merecen visitarse en Pales-

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trina, es el palacio Barberini, que entre otras curiosida- liilm), muy frecuentados en la antigüedad y nuevades encierra un g-ran mosaico antiguo encontrado cerca mente restaurados. En las cercanías existen las canteras de la catedral y que data probablemente del reinado de de travertino (la'pis tilmrtinus) de las que han sido Domiciano: representa este mosaico unos paisajes del arrancados los materiales de construcción de la Roma Nilo, con" innumerables personajes en trajes eg-ipcios y antigua y ,de la Roma moderna, lo mismo del Coliseo griegos. En la capilla funeraria de este palacio hay un que dé la basílica de San Pedro. croquis de una Pieiá, debido á Miguel Ángel. Treinta minutos dista el puente de Zucano, sobre el A un cuarto de hora de Palestrina, junto á la iglesia Anio, junto al cual existe el sepulcro de la familia de Sania María della Villa, vense las vastas ruinas de Platitia, muy bien conservado, y parecido al de Cecilia la quinta de Adriano, donde fué encontrado el precioso Métela, que se remonta al tiempo de los primeros empeAntinoo Braschi que se conserva en el muséü del Vati- radores." ''''"• cano. En 1773 fué descubierto, sobré el foro de la ciudad ha, quintxíAdriaiM e&Xk SÍÍXI&A& sobre la vertiente de antigua, el calendario de Verrid'rlacp,,trasladado ai pa- las alturas'dé TívoliV Encella había reunido el emperalacio Vidoni de Roma. Las fex.caváciorie,s de Palestrina dor Adriano ctiáñto puede Imaginar la magnificencia han producido muy buena cosecha de objetos antiguos, imperial, palacios, teatros, üií circo, academias, etc., entre ellos varios cistds (cofrecillos de tocador), incluso para deséfensaT de las ^fatigas que proporcionan los el de Ficorini. '' '''•''. negocios públicos. íAllí debieron existir reproducciones Por un estéril monte se sube fa;tigosamenté al punto de todoS'ios édí'áttios y dé tudas las comarcas célebres más elevado del collado de Palestrina' donde estaba em- visitadas por el emperador, especialmente de las cosas plazada una de las más antiguas' fortalezas del Lacio, notables de Grecia y de Eg-ipto. Esta magnífica residencuya construcción atribuye la leyenda á Ceculo. Éste, cia fué saqueada en el siglo vi por Totila, rey de los hijo de Vulcano y dé tina esclava, fué encontrado cuando ostrogodos, habiéndose extraído de ella muchas y muy niño por las vestales junto á uno dé sus'fuegos sagrados, ' buenas obras artísticas, gala de varias iglesias y museos creció, como los hiJQ§Üe MáHé', Rómulo y Reiaao, entre modernos. Todavía quedan'g-randes restos de-edificios, los ganados (je la campaña y fué proclamado rey de los cuidadosamente estudiados y clasificados por el caballero pastores.' Ayaídádo por üria'iiiésnádadé^-compañeros Rosa, en cumplimiento de las órdenes del gobierno salvajes'como él, erigid uha fortaleza en aquella ciína; italiano. en el ~^iglo v r áe'nuestra era suré^íó" un convento El edificio más antiguó es el palacio de Adriano, que junto 4 las antiguas ruinas, y ínás tarde los Colonna al parecer estaba situado en el punto más culminante, establecieron ,áilí su inorada. . détráá del hipódromo y de la academia, dependiendo de El belicoso Bonifacio VIII, enemigo acérrimo dé esta él un téktró con salas y pórticos. Luego se atraviesa el familia, destruyó, auxiliado por el traidor Guido de Canope y se Uepfá á Í'ás'-termas: el Canope, construido Montefeltro, el Casirum montis .Penesiri; reedificado de en estilo'egipcio, con tenia estatuas y otras antigüedanuevo, volvió á ser destruido por la mano del tiempo, y des egipcias,' que han sido trasladadas al palacio Vatihoy es ün montón de ruinas sobre las cuales se extiende ^ cano. Al'este corre el rio Alféo; al norte del palacio un verde manto de hiedra',' d'é vides y flores silvestres. vense el Elíseo y el Tártaro, ün gran espacio situado El míserd lugar que se alza en este sitio lleva el nombre encima del Canope lleva él hombre de hipódromo; pero del antiguo convento, > Supo el profeta Eliseo lo ocurrido é hizo decir al rey: «¿Por qfté,^abeis rasgado vuestros vestidos? Qué venga á mí este hambre y que sepa que hay un profetaen Israel.» Fuese Naaman en efecto á la puerta de la casa de Eliseo y el profeta. Ig dijo: «Lavaos siete veces,e:E^;el Jordán y quedareis curado.» Irritado Naaman, se retiró diciendo: «Yo pensaba que él hubiera salido luego á recibirme y que^ puesto en pié, invocarla el nombre del Señor Dios suyo, y tocarla con su mano el lugar de la lepra y me curaria,.» A ío cual añadió las palabras que anteriormente hemos citado al hablar del Aban.%: «Pues qué ¿no son mejores el Abana, y el Farfar, rios de Damas.CQ, ¡que todas las^ aguas de Israel, para lavarme en ellos y limpiarme?» Como volviese, pues, enojado las espaldas, se llegaron á él sus criados y le dijeron: «Padre, aun cuando i^| profeta te hubiese ordenado una cosa dificultosa, cla,rQ .está que debieras hacerla: ¿pues cuánto más ahora que te.hQ dicho: lávate y quedarás limpio?» «Fué, pues, a nade ^1 Litro IV de los Reyes y lavóse siete veces en el Jordán, conforme á la orden del varón de Dios, y volvióse su carne como la carne de un niño tierno, y quedó limpio.» Poco tiempo después el mismo rey de Siria Ben-Hadad invadió nuevamente el país de Israel, pero las emboscadas que tendió á su adversario fueron descubiertas y desbaratadas una tras de otra por el espíritu profético de Eliseo, que reveló anticipadamente á Joram los proyecto* de su enemigo. Puso éste sitio á Samarla y una hambre terrible diezmaba á la ciudad, cuando fué libertada por el inesperado auxilio del Todopoderoso, según lo habia vaticinado el profeta. De regreso á sus estados Ben-Hadad, es atacado tres veces consecutivas pof los asirlos, perdiendo gran número de sus soldados en cada una de estas refriegas. En esta ocasión Eliseo fué á Damasco. Ben-Hadad se hallaba enfermo á la sazón y habiendo sabido la llegada del varón de Dios, dijo á Hazael, uno de sus servidores: «8... Toma.contigo unos regalos y sal á encontrar al varón de Dios y consulta por su medio a l Señor preguntando: ¿si podré escapar de esta mi enfermedad?» «9. Fué, pues, Hazael á encontrarle llevando consigo presentes de todas las cosas más¡ preciosas de Damasco eiitruarénta camellos cargados y al llegar á sü presencia dijo: Ttt hijo Beh-Hadad, rey de Siria, me ha enviado á tí paí» saber si podrá él sanar de su enfermedad.» «10. Respondió íllseó: Vé y díle: tu eníermedád no es

mortal; pero el Señor me ha hecho conocer que él ha de morir sin remedio.» «11. Y se estuvo el varón de Dios *in rato parado con él, y se conturbó hasta demudar el semblante y echó á llorar.» «12. Díjole entonces Hazael: ¿Por qué llora mi- señor? Porque sé, respondió, los males que has de hacer á los hijos de Israel. Tú entregarás á las llamas sus ciudades fuertes y pasarás á cuchillo sus jóvenes y estrellarás contra el suelo sus niños y abrirás el vientre de las mujeres preñadas.» «13. Replicó Hazael: Pues qué, ¿soy yo, siervo tuyo, otra cosa más que un perro muerto para que pueda ejecutar cosas tan grandes y terribles? A lo que respondió Eliseo: El Señor me ha manifestado que tú serás rey de Siria.» «14. Habiéndose separado Hazael de Eliseo volvió á su amo, el cual le preguntó: ¿Qué te ha dicho Eliseo? Respondió él: Díjome que recobrarlas la salud.» «15. Llegado el dia siguiente tomó Hazael un paño acolchado; empapóle en agua y extendióle sobre el • rostro del rey, él cual murió y reinó Hazael en su lugar.» (Libro IV délos Reyes, cap. VIII). Vencido por los asirips en la región del Anti-Líbano, rechazó Hazael el ataque dado por Joram, rey de Israel, y por Ocozías,. rey de iJudá, contra Ramoth-Galaad, en el año 884 aates de Nuestro Señor Jesucristo y asoló en seguida las comarcas de la Palestina situadas al este del Jordán. Algún tiempo después, en el año 839 antes de Jesucristo, se apoderó de Gath y.se disponía á mar¡qhapsobreJérusalen para hacerse dueño de esta ciudad. Cuando Joas^ hijo de Ocozías, que entonces reinaba en Judá, conjuró.»esté peligro y evitó tamaña, desgracia entregándole los tesoros, que pudo reunir, del templo y del palacio real. Hazael tuvo por sucesor á un hijo á quien llamó Ben-Hadad, como el rey destronado, y que, A ejemplo de. su padre, hizo; padecer á Israel males sin jcuento;piíis?il fin Joas, hijo de Joacas, rey del mismo Isirael, le venció e^ distintas .ocasiones y recobró en el año 836 las ciudades de que el segundó Ben-Hadad se habia;.apoderado» Veinte años más íarde Jje.i"óboam II, rey dé Jferael é hijíO de Joas, se apoderó de Damasco y de Emath.,-;,.„,

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En elvafio 74? antes díí Jesucristo nos, dice la Biblia que Rasin,*eyrderSiriai;se unió ¡con Eaéee,^ rey Israel, para atacar ¿Jerusalen.; Al versé Acaz, rey de Judá, ame' nazado por dos contrarios tan poderosos, envió embajadores al rey de Asicia Teglathphalasar con todo el oro que pudo hallar en el templo del Señor y en el tesoro real, y pidió á aquel príncipe que le salvara de las manos de los dos monarcas ligados e~n contra suya. Teglathphalasar marchó inmediatamente contra Damasco, mató á Rasin que habia acudido en auxilio de su capital, destruyó la ciudad y trasladó á sus moradores á Kir, en el año 740'antes de la era cristiana. Libre entonces Acaz de su adversario, fué á Damasco para recibir al rey de los asirlos y viendo el altar de aquella ciudad, envió al sumo sacerdote üriasún modelo de él que representaba exactamente todas sus labores; con encargo de que mandara labrar en Jerugalen otro eompletameiite igual. Los prcífetas Isaías y Amos predijeron la ruina de Damasco, cuando esta ciudad se hallaba en su más grande esplendor. El primero de ellos dice en el capítulo XVII de sus Profecias: «1. Duro anuncio contra Damasco. Hé aquí que Damasco dejará de ser ciudad y parará en un montón de ' piedras, en un edificio arruinado.» «2: Las ciudades de Aroer serán abandonadas á loS' ganados, que tendrán allí sus apriscos; y nó habrá quien los espftiité.» . i

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«3. Y Efraim perderá su sosten, y se acabará, el reino más elocuentes é intrépidos campeones. Con gozo feroz de Damasco y será de los restos de la Siria lo que de los habia asistido eh Jerusalen al martirio del diácono san hijos g-loriosos de Israel: perecerán, dice el Señor de los Esteban y á sus mismos pies los falsos testigos que debían ser los verdugos de la inocente víctima, dejaron ejércitos.» «4. Pues en aquel dia se marchitará la gloria de la sus vestidos antes de lapidarle. Anheloso sólo por lograr la muerte de los discípulos del Señor, habia partido de casa de Jacob y desaparecerá la gordura de su carne.» Jerusalen con cartas recomendatorias del sumo sacer, Amos, en el capítulo I, se expresa así: «3. Esto dice el Señor: Después de tres, cuatro y más dote para las sinagogas de Damasco, á fin de poderse maldades que ha cometido Damasco, ya no la convertiré: llevar prisioneros á la capital de Palestina á los adeptos pues ella con carros de trillar ha despedazado á los is- que encontrase de la nueva secta, hombres y mujeres. «3. Caminando, pues, á Damasco, ya se acercaba á esta raelitas de Galaad.» ciudad, cuando de repente le cercó de resplandor una «4. Yo entregaré, pues, á las llamas la casa de A?ael luz del cielo.» y serán abrasados los palacios de Ben-Hadad.» «4. Y cayendo en tierra asombrado oyó una voz que «5. Y destruiré todo el poder de Damasco, y exterminaré los habitantes de las, campiñas del ídolo, y el que le decia: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» «Y él respondió: ¿Quién eres tú. Señor? Y el Señor le empuña el cetro le arrojaré de la casa délas delicias y el pueblo de Siria será transportado á Cirene, diceel Señor.» dijo? Yo soy Jesús, á quién tú persigai€|s; dura cosa es Jeremíáá pinta en estos términos la desolación de Da- para tí dar coces contra el aguijón.» "^ ' «6. Él entonces temblando, y despavorido, dijo: Señor, masco en el capítulo XLIX de sus Profeeias: ' ¿qué quieres que haga?» ' «23. ...Confundidas han sido Emat y Arfad: porque «7. Y el Señor le resfjondló: Levántate y entra en la han oido una malísima nueva, se han turbado los de ciudad, donde se te dítít lo qué'debes hacer. L®s que las islas del mar: su inquietud no la deja sosegar.» «24. Damasco está azorada: ha echado á huir: &\\k, venían acompafiántioleést&ba'tt asombrados, oyendo sí está temblando toda: oprimida se halla de congojas y sonido de vbz, pero'si'fl''te| ámadie.» «8. Levantóse Sáuíó'de lá-tierra, y aunque tenia dolores, como la mujer que está de parto.» «25. ¡Cómo han abandonado ellos la ciudad famosa, la abiertos los Ojos, nadá'veia. í d r lo cual, llevándole de la mano, le mecieron en Í5amáS6o.» ciudad de delicias!» «9. Aquí sé ínsttiíufci:tr€!s dlíls primado de la vista, y «26. Serán degollados sus jóvenes por'las calles; y quedarán exánimes en aquel dia todos sus guerreros, sm comer nr béftieirS'V',' ; «10. Estaba''á' la sázó'ü' en Damasco un discípulo dice el Señor de los ejércitos.» «27. Y .aplicaré fuego al muro de Daiíiasco, el cual llamado Ananias, al cual dijo el Señor en una visión. ¿Ananías? Y él respondió: Aquí me tenéis, Señor.» consumirá las murallas-del rey Ben-Hadad.» «11. Levántate, le dijo el Señor, y vé á la calle llamaDamasco pasó sucesivamente por el dominio de los aáirios, de los babilonios y de los persas y al decir de da Recta: y busca en casa de Judas á un hombre de £strabon fué una de las t;iudades más itnportantes del Tarso, llamado Saulo, que ahora está en Oración.» «12. (Yéñ éste mismo tiempo veía Saiilo en una visión ultimo dé los citados imperios: gracias á su ventajosa posición, á la fertilidad de su suelo y á sps rios y cana- á un hombre''líáiükdó'Ánan'ías, que entraba, y le impoles, habia id.o reponiéndose de su abatimiento y pasada nia'las manos párá que recobrase la vista).» ruina. Sabemos-por Arriano que antes de la batalla de «13. Respondió, empero,' Ananias: Señor, he oído decir Isso, la escogió ÍDarío para poner en seguro á su familia á láuéhos que este ^hombre ha hecho grandes daños á y tesoros y que después de esta batalla cayó en poder tus sanios en" jerusalen:» del vencedor en el año 333 de Nuestro Señor Jesucristo. «14V Y'aun'aquí ést'áoon poderes de los príncipes de Los seleucidas reunieron Damasco á sus estados después los sacerdotes para prender á todos los que invocan tu del gran reparto verificado al morir Alejandro 'Magno. Nordbre.» En el ano 3 ántés de-la era cristiana Antíoco Grlpo y su «15. Vé á encontrarle, le dijo el Señ^r, que ese mismo cuñado.. Antíoco de Cizico se dividieron la Sitisi, reci- es ya un instrumento elegfido por, mí para llevar mi biendo el último la Fenicia y la Cffite-Siria y haciendo á Nombre y anunciarlo delante de tddas las naciones y de Damasco capital de sus dominios. Gobernaron entonces los reyes, y de los hijos de Israel.'» esta ciudad diversos príncipes, que se sucedieron unos «16. T y o lé haré ver cuántos trabajos tendrá que pa. á otros tras dé efímeros reinados y de continuas disputas decer por mi nombre.» para suplantarse mútuamente,'hasta que los romanos la «17. Marchó, pues, Ananias, y entró en la casa: é imabsorbieron en ¡eus vastos. estados. Allí, en el año 94 poniéndole las manos, le dijo: Saulo, hermano mío, el antes dé Jesucristo recibió. Pompeyo á los embajadores Señor Jesús, que se te aípareció en el camino que traías, de los reyes vecipos que le. aportaron valiosS^ pressentes. me ha enviado para que recobres la vista, y quedes El año siguiente la Siria fué convertida en provincia lleno del Espíritu Santo.» romana*, y los procónsules residieron de ordinario en «18. Al móínénto cayeron dé~sus ojos unas como escaAntioquía y muy raramente en Damasco. Cuando mas, y recobró la vista: y levantándose fué bautizado.» Herodes subió al trono de Palestina hizo gala de su «19. Y habiendo tomado después alimento, recobró mag'nificencia, conforme en otra ocasión hemos dicho, sus fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos que levantando en todas partes numerosas, y soberbias construcciones, entre las que se cuentan un teatro y un habitaban en Damasco.» «20. Y desde luego empezó á predicar en las sinajg^ogas gimnafeio eu Damasco, á Jesús, afirmando que éste era el Hyo de^Dios.» En el.año 34 de nuestra era; esta población se hallaba «21. Todos los que lé oían estaban pasmados, y decían: comprendida en el reino de Aretas, príncipe árabe so- ¿Pues no es éste aquel misnao.que con tanto furor persemetido á Icte romanos. Entonces vio entrar por Sus muros guía en Jerusalen á los que invocaban este Nombre: y á un joven, de nombre Saulo, originario de Ta.rso, que que vino acá de propósito pora conducirlos presos á los habia sido hasta aquellos momentos encarnizado ene- príncipes de los sacerdotes?» migo, de la naciente Iglesia de Cristo, y que con el «22. Saulo, empero, cobraba cada dia nuevo vigor y nombre de Pablo-debia convertirse luego en uno de sus esfuerzo, y confundía á los judíos que habitaba|kH.§s

EL MUNDO ILUSTRADO.

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Damasco, demostrándoles que Jesús era el Cristo.» El número de los judíos que en aquella época residían en Damasco debía ser considerable, puesto que Josefo en su pasaje de La guerra de los judíos, dice que los habitantes de la ciudad citada degollaron en un g-imnasio en el reinado de Nerón diez mil personas que seguían la religión judaica. En los siglos siguientes la religión cristiana hizo grandes progresos en aquella población que fué sede de un obispo dependiente del patriarcado

de Antioquía. El metropolitano de Damasco estuvo en el concilio de Nicea con siete de sus sufragáneos: setenta años más tarde, próximamente, el principal templo de la ciudad fué convertido en iglesia cristiana y dedicado á San Juan Bautista. Traducido y adicionado por F . MlQÜEL Y B A U Í A .

(Continuara).

Un barbero al aire libre en Damaaco.

HISTORIA NATURAL DEL HOMBRE, D. JUAN MONTSERRAT Y ARCHS.

LOS PUEBLOS DEL INTERIOR. (CONTINUACIÓN).

Esta descripción coincide con la que ha hecho Schweinfurth de los acas, que pudo ver en número de algunos centenares y cuya estatura media encontró ser

de 1™47. Los olongos que describe Du Chaillu se difirencian de los enanos citados en que tienen el cuerpo cubierto de espeso pelo. El teniente Wissmann llama á los vatvas, batuas, y los encontró entre Cubí y el Tanganica, creyéndolos descendientes de los habitantes primitivos del país. Viven en malas chozas sueltas ó bien en aldeas pequeñas, despreciados por los pueblos vecinos. Su aspecto es sucio y salvaje, no cultivan ninguna planta y de animales domésticos sólo tienen algunas gallinas y una casta de perros galgos muy buenos para la caza; hablan un idioma particular, y sus útiles

EL MUNDO ILUSTRADO. y armas son muy primitivos; sólo excepcionalmente se ven allí saetas con puntas de hierro. Al mediodía de esta raza enana se extiende por el interior desde el Casai hasta mucho más allá del rio Saneara, una gran rama bantu ó abantu que se designa

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colectivamente con el nombre de ialuia. Compónese de gran número de pueblos y tribus, entre los cuales citaremos los iacMlangos (plural de muchilango), pueblo ribereño del Lubey que se pinta el cuerpo de un modo realmente magnífico. Los lasongues (plural de muson-

PALESTINA.—Fuente pública en una calle de Damasco.

gues) son una raza hermosa, robusta, numerosa y que hasta ahora se ha podido conservar libre de toda influencia extraña. Su país feracísimo les da en abundancia todo lo que necesitan. Sus viviendas son vistosas, grandes y están rodeadas de un huertecito cercado, y construidas á la sombra de sus palmeras y bananeros, formando una calle recta y larguísima. En las ca.^as y aldeas reina mucha limpieza. Están muy adelantados

en industria y trabajan muy bien el hierro, el cobre, la arcilla, el barro y la madera; son hábiles cesteros y fabrican tejidos conocidos por mabeles. Nominalmente son subditos del rey Cachiche, cuyo reino se llama Coto y se compone del territorio de los basongues y de los de otras tribus que ha sometido. Su residencia está en la orilla izquierda del Lubilache, á los 5°7'18" latitud Fur. El gran poder de este rey viejísimo, ciego y misterioso,

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EL MUNDO ILUSTRADO.

se basa en su fama de fetichero-exorcisla ó sacerdote. Al este confinan con los basongues los lenequis (plural de munequé), cuyas aldeas se extienden hasta una longitud "* de 17 kilómetros, y lueg-o los calebiies, que llegan hasta el rio Lómame. Todos estos pueblos son caníbales. Respecto á los idiomas del África occidental conviene saber que el ginga, n'gola (angola), hoIo,'iondo, bangala, songo y minungo, cada uno de los cuales comprende cierto número de dialectos, forman entre todos un grupo idiomático que puede llamarse el mbunda, aunque este nombre no se aplique á ninguno de estos idiomas en particular, ni al ambaquisto, que es el de los negros civilizados y subditos de Portugal. Este grupo de idiomas y el que sigue, no tienen ninguna afinidad con los anteriores. , . El segundo grupo es el ?wMáa, que se diferencia del mbunda como las lenguas gerniánicas de las neo-latinas. Los idiomas principales del grupo lunda son el quisama, éiWie y el Milunda 6 quiwMnda, y el tránsito entre ambos grupos forma el taula, el Aaco, los dialectos que se hablan en la orilla izquierda del Cuansa, el quioco, lovaJe, macaco y njuchísimos otros. En Musumba, (^pde reside Muata-Yamvo ó Matiamvo, soberano poderoso, y en toda aquella comarca se llaman los calnndas, que forman el nácleo del pueblo lunda, «íoZwrtí,,bajo cuyo nonibre son mi&s conocidos de los europeos y negros de la costa. Los moluas son de gran estatura, por lo menos en comparación con los negros costaneros, que también son un poco más oscuros que aquellos, y en general tienen los moluas los labios un poco menos abultados. Sujndole es pacífica, sociable y bondadosa; sus leyes son adaptadas á su carácter y el extranjero puede recorrer todo el país sin temor y aun con placer, mientras no sea en la proximidad'de la ruta de las, caravanas, porque allí son los calundas perezosos,^mendigos, vanidosos, embusteros, estafas, granujas, cobardes y desponfiados, ya que los traficantes los han engañado siempre y corrompido. Al otro lado d«l Calangi ya no son a.8Í. Son cazadores y pescadores poco hábiles; ni crian abejas como sus vecinos los qujocos, ñi saben sacar la goma elástica de los hules. El laoluá traflcan,|;&> hace trabajar sus esclavos y vende sijf productos para gastar lo que gana en chucherías para adornarse; porque el mólua qué puede no se vistig de pieles como I9S negros más salvajes, ni de tejido8jiacionales,sino de percal europeo, queusa sin coserlo con una tira del mismo género & la cintura á manera de saya que le llega hasta la rodilla y aun hasta mejdia pántbrpilla. Las mujeres llevad .^stai saya más corta y no íes^ílegaálf rodilla, pero las más ricas llevan la tira de percal de cosa de un metro de. ancho, que haqe las veces de faja ó cinturon en vari?^ líueltas en la cintnm, d^ando colgar por detrás eí extremo ó arrastrando ebsa de un-tóetro hasta por el suelo á manera de cola. El pecho lo cubren las mujeres ricas con un pafluelo de percal ó con una pequefiíi piel de leopardo, más para adornó que por otra cosa. Los pobres se visten, según su posición, con tejidos del país, pieles ó estera. Moda es entre las mujeres limarse y redondear los dos incisivos superiores medios y sacarse los dos inferiores, hacerse figuras permaijentes en el pechó, •^ientre y brazos, pero el cabello llévanlo todas, libres ó esclavas, corto y en la frente hasta completamente rap§4o, de modo que forma un claro en figura de piftilll^^licha. En cambio llevan los hombres principarles peinados muy artísticos. Los tejidos de algodón y otros que se fabrican en el país pjor los esclavos de loa mismos negros no bastan

al consumo, sino que se importan'también de las comarcas del norte, donde suelen sacar sus esclavos, y del extranjero. Cestería y esteras se hacen también, y también fabrican hierro, pero asimismo lo importan del Quioco; el cobre se extrae en el mediodía y este del país, y lo mismo sucede con la sal;, el alambre de latón les viene de la costa; no conociendo otros metales. Los pobres que no pueden comprar sal se sirven en su lugar de la ceniza de una gramínea. Los herreros son por lo general negros de Quioco. Sólo los ricos suelen tener armas de fuego, esto es, mosquetes y fusiles que compran á los traficantes de la costa. Para la caza del elefante se sirven de balas de hierro, que se fabrican en Musümba, y para otros animales cargan, en lugar de balas, piedras ó pedacitos de hierro. Las armas usuales, tanto para ^a guerra como para la caza, son azagayas largas de hierro con punta del mismo metal en forma de lanceta larga y estrecha, y otras ligeras de madera con punta de hierro de la misma forma, pero con contra-ganchos en el extremo inferior, donde el asta es tan adelgazada, que suele quebrarse cuando la punta ha penetrado en la carne. También gastan arco y flechas;" estas últimas con punta de hierro como las azagayas, ó de madera con incisiones de sierra para suplir bien ó nial los contraganchos de hierro que prefieren para la caza, También saben envenenar los moluas, sus flechas, pero según dicen no es su veneno ni tan peligroso ni tan eficaz como el que usan sus vecinos septentrionales y antropófagos, los canandas. En la guerra usan también los moluas una espa,da ó machete de doble filo, largo de 60 centímetros aproximadamente y ancbo de 5 á 7, que llevan párs), hacer gala metido eñ uña vaina de madera ó dé cuero y pendiente de una cuerda pasada por el hombro. Para el uso casero tienen cuchillos pequeños y puntiagudos con mango de madera, que llevan comunmente consigo metidos en la faja con la punta hacia arriba. Se afeitan con una lámina delgada de acero; para los trabajos agrícolas usan la azada pequeña que se encuentra en todas las tribus negras del África, y para cortar árboles, hasta corpulentos, tienen un hacha de hierro en forma de cuña con el extremo opuesto al filo acabando en punta redonda que clavan en un palo de madera que sirve de maígo y mide ¡de 30 á 45 centímetros de largo. También hacen los moluas bacías de madera de formas muy variadas, culatas de fusil, banquillos-almohadas, que los ricos usan para no echarse á perder el peinado cuando duermen ó descansan. La almohada de los pobres es un tarugo dé madera ó cualquiera otra cosa. También hacen cucharas de madera, toda clase de adornos y fetiches representando cabezas y figuras enteras humanas é infinidad ele otros objetos pequeños, amuletos, alfileres -de madera ó marfil con adornos hechos con cuchillo. Sillas y mesas no gastan. Entre los objetos metálicos que los moluas fabrican hay^que mencionar los a^FOs, llanos de hierro 6 cobré que llevan por adorno en los brazos, muñecas y en los tobillos, donde añaden regularmente un dije hecho de hoja de latón en forma de concha con una j)iedrecita metida dentro, para servir de cascabel, sólo que el ruido es más seco. El latón, es el uie,tal más precioso para los moluas, y de él hacen coilares y ajorcas, ya gruesos, ya compuestos de alambre muy fino que sacan los herreros á fuerza de martiljiazos, como igualmente hacen alambre finó de cobre. También confeccionan aros para los brazos de la piel d«l elefante, y en Musumba hay sujetos que fabrican pelucas muy artísticas de los cabellos de sus esclavos.

EL MUNDO ILUSTRADO.

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Con perlas hacen gran número de dijes y adornos muy esclavo pertenecen al amo. Las mujeres fecundas son más consideradas que las estériles, y cuanto más hijos, elegantes. En el ramo de alfarería fabrican la cacharrería de tienen más. En las familias distinguidas comprimen á Cocina que usan, cántaras para el aceite, y los crisoles los recien nacidos la cabeza de un modo monstruoso. de pipa para los narg-ilés, que llam&n mutopa y que Las mujeres viven separadas en sus períodos críticos; si fuman hombres y mujeres con la particularidad de tra- son pobres, pasan los dias en una choza aislada, y la,; garse el humo. Consiste esta pipa en una calabacita que costumbre les prohibe guisar ni ir por agua para los contiene el agua, y á manera de botijo en un lado la demás miembros de la familia: la que es rica se retira boquilla y en el otro una caña vertical en cuyo extremo cün sus esclavas particulares también á una vivienda está el crisol con el tabaco ó cáñamo, que también apartada y solitaria. fuman y que embriaga. Así chupan el humo al través Los muertos son enterrados dentro de una pequeña del agua con el ruido consiguiente que causa el paso choza distante, pero los cadáveres de los esclavos son del humo por el líquido. arrojados simplemente al agua. Las ideas religiosas de los moluas se reducen entre Los instrumentos de música son la marimba, l&ffinffuva, el tambor y la cítara usual de los negros, que son los calundas á la creencia en un espíritu bueno que los instrumentos que se encuentran con ligei as mo- llaman Zambi, al que atribuyen los sucesos favorables y dificaciones en toda el África meridionaL La marimba para tenerle propicio le dedican de cuando en cuando consiste en una tablita delgada de madera que por lo fiestas. Además temen todos la influencia maligna y general está cortada en forma de herradura con un mágica del fetiche, que á lo visto representa el espíritu diámetro que varia entre 60 y IGO centímetros; en la del mal, porque para contentarle llevan y ostentan todos cara inferior hay adaptadas, según el tamaño y valor estos negros ciertas figuras y remedios preventivos m¿- 'del instrumento, 6, 8 y más calabazas de diferente volu- gicos que por lo común consisten en cuernos de antílope. men formando escala. El tañedor hace resonar la tablita El representante ,ó intérprete del fetiche, es decir, el como un timbal con dos baquetas largas como de 30 exorcista, agorero ó sacerdote adivino se llama cuponffo centímetros, con un extremo apelotonado con tiras de y se recurre á él en casos de desgracias que naturalgoma elástica. Las calabazas huecas sirven para au- • mente atribuyen á algún malévolo, que al cupongó mentar la resonancia y modifican de paso por su dife- toca adivinar y designar; pero como los abantus en rente volumen la intensidad de los sonidos que son general creen en la vidaé influencia détes espíritu* de claros, armoniosos y parecidos á los de nuestros anti- los difuntos que llaman mohambas, el agore.ro si es algo quísimos timbales. .^ humanitario y no quiere pefder á una persona inocente, La ginguva, que sirve de acompañamiento á la ma- da la culpa á algún mohamba. A éstos espíritus conrimb^j,. no efs más que otro timbal en forma de caja cua- viene, pues, también tenerlos contentos, .por cuya razón drada de madera abierta arriba, y el artista tamborilea les dedican fiestas especiales. con las dos baquetas en dos caras laterales. La costumbre requiere que el rey ó sea el muatajamvo La cítara de loa negros que usan los mblucas es tam- sea un individuo bello y sin defectos corporales, porque bién una caja cu-adrada d«^lW.«ra abierta por un lado, eá una persona divina, que por esta misma cualidad larga como de treinta c e n t í m ^ t ^ por quince de ancho seria u n ' crimen inconcebible matar; pero habiendo y dos y medio de profundiUdE^En uno de los costados reyes allí, como en otras partes, que olyidan demasiado hay de ocho á doce barrítápSelgadas y elásticas de lo que deben á los subditos, y como conforme á las trahierro fijadas sol)re un puente bajo, que el tañedor hace diciones antiquísimas en aquéllas regiones africanas el vibrar apretándolas con el pulgar hacia abajo'y soltán- rey ha de asistir á las cacerías y á las bafallas, se valen dolo vibran y suenan muy armoniosamente. Esté es el de esta circunstancia los negros dé Lunda para deshainstrumento más popular y que todo el mun(io toca, cerse de sus soberanos molestos, provocando una guerra tanto que en Musumba se ven hombres y mujeres que con sus vecinos los- vandas, y cuando los dos pueblos ¿o teniendo otra cosa que hacer van de una parte á otra están frente á frente y á punto de venir á las manos, con la cítara y tocándola pasan el tiempo. Los pobres y huyen de repente todos los lundas iá una señal convehasta los ñiños construyen su cítara, contentándose' nidar, y dejan á su soberano, abandonado en su trono, con una tablita y en lugar de barritas de hierro con cuidándose los enemigos de despacharlo al otro mundo cafiitas huecas. El ruido que producen es un castañeteo en pocos instantes. seco. El doctor Pogge, que estuvo allí hace apenas Vecinos de los lundas son Ips guiocos, pueblo cazacuatro años, dice que.no vio instrumento alguno de dor que ya hemos mencionado y que. extiende sus |Hento. • correrías por una gran parte del África central hasta . L a s viviendas de los calundas son chozas en forma de Umbarl, en la proximidad del Lualaba. La práctica Binaos de pan cotier, cuyo esqueleto compónenlo fuertes constante de la caza ha desarrollado en ellos instintos tóílps ó^^tacas que soportan el techo cónico cubierto de admirables: encuentran y trazan huellas donde padie ^l^ífea-toga del campo, y que llega casi á tocar el suelo, lo sospecharía, y no solamente esto sino que ^iertasfel ii-gunt^'ea'truncada. Las familias acomodadas tienen tiempo en que pasó la persona ó animal qtte'Ja^^í|s3^, y i alrededor de la choza una cerca de estacas en- si les conviene ya no las abandonan hasta q : ^ ' ^ hairan de rama, junco ó espadaña como obra de •frente á frente de su presa por lejos que baya ido y por '%JL^ altura varía de. dos metros hasta siete y oculta que esté. Para la caza mayor usan armas de fuego, ^Isegún, la pfosicion más ó menos brillante del y la pequeña cógenla con tr¿ñEai>as;;Jodo a n i m a l e s \ pero'la puerta, ó.mejor dicho, el agujero de para ellos buena presa, hasta 1 ^ ;pajaHtos,^ ^M^r ^^: ',i^a;tieneentodas las chozas ricas ó pobres Esta pasión de cazar ha despéflbíado .ya sus sefvaa y Ua^ f'l^ü^tosiones, es decir, de 60 á 100 centíme- nuras. Son de estatura pequeña, flacos, esbeltos y bien Sífilw^ -de'modo que una persona corpulenta, proporcionados; su cuerpo parece hecho sólo de huesos'' tiene trabajo de pasar, porque es preciso doblarse mucho. y tendones, pero la piel es blanda y de color pardo Los calundas en general y los moluas en especial son, oscuro saturado como loa-colores del terciopelo. "El ca«orno todas las demás tribus, polígamos, y los hijos per- bello es lanudo y por lo regular muy limpio, á lo más tenecen al padre, se entiende si es libre, porque los del suavizado con aceite; no lo cortan ni usan peinados

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ITALIA.—Restos de la quinta de Adriano, cerca de Tívoli.

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