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Instituto de Estrategia Internacional
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Las Tesis de Mangabeira Unger _________________________________
Buenos Aires, Julio 2009
Presentación Después de describir, en 2005, al actual gobierno de Brasil como “el más corrupto de la historia” y de haber sugerido el enjuiciamiento del presidente Lula; en junio de 2007, Roberto Mangabeira Unger, fue nombrado Ministro de Asuntos Estratégicos a cargo de una Secretaría de Planeamiento a largo plazo. Hace poco, en junio de 2009, sin mayores comentarios renunció a dicho cargo. ¿Qué sabíamos, en ese momento del nuevo Ministro?. No demasiado, sólo sus slogans: “Todo es política”, “El hombre es el hacedor”, “La Sociedad es un artefacto”, “El conflicto es un instrumento”. Su posición de constructivista social donde la emancipación de la imaginación y la voluntad presente crean la posibilidad de pensar un mundo a partir de premisas diferentes. La idea que Colón descubrió América porque partió de la premisa falsa que llegaría a la India es una de sus metáforas, pero se resalta como clave la voluntad de encontrar “algo” nuevo. Nuestra primera impresión fue que era un pensador utópico. Pero ¿pensador de utopías realizables?. Como en 2007 apareció su libro: “Free Trade Reimagined: The World Division of Labor and the Method of Economics”, creímos oportuno analizarlo y evaluar qué debíamos esperar si su influencia pudiera tener alguna clase de concreción en la política comercial de Brasil. El ejercicio fue realizado en el 2008 y presentamos aquí el documento de base elaborado por el Lic. Alonso P. Ferrando, Director de Proyectos del Instituto de Estrategia Internacional (IEI) de la CERA. Cordialmente,
Enrique S. Mantilla Presidente
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Las tesis de Mangabeira Unger Índice Introducción I Parte: Críticas I.1. De carácter General I.2. De carácter Específicas II Parte: Ideas y Tesis II.1. Ideas II.2. Tesis III. Algunos corolarios finales del autor IV. Comentarios de las apreciaciones de Mangabeira
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Introducción El presente trabajo analizará las tesis y propuestas del ex Ministro de Asuntos Estratégicos de Brasil, Roberto Mangabeira Unger, basándose en su libro “Free Trade Reimagined: The World Division of Labor and the Method of Economics” 1 . Más allá de que el libro contenga cinco capítulos, hemos decidido dividir su análisis en tres grandes secciones. En la primera, el autor realiza una serie de críticas, tanto generales como puntuales, al actual sistema de comercio internacional, basado en la economía de mercado y el libre comercio. En la segunda sección, Mangabeira presenta un conjunto de ideas y tesis con la intención de solucionar las limitaciones y problemas que, según su criterio, existen en el comercio internacional y en la actividad económica en general, los cuales se encuentran enmarcados en el proceso de globalización. En la tercer parte, el autor expone una especie de conclusión con algunas propuestas y corolarios finales. Finalmente, se exponen nuestros comentarios a las críticas y tesis de Mangabeira Unger.
I Parte: Criticas I.1. De carácter General ► Crítica directa al sistema mismo de comercio internacional, proponiendo cambiar sus normas y disciplinas. Para Mangabeira, la doctrina del libre comercio, como 1
Editado por Princeton University Press (2007). 3
ha sido originalmente enseñada y entendida, es fundamentalmente defectuosa e incompleta. La alternativa no implica adoptar otra teoría que justifique el proteccionismo, sino en rever, repensar o directamente rechazar algunos de los términos sobre los cuales el debate entre estos dos extremos ha tenido lugar. ► Los actuales métodos económicos analíticos son inadecuados para encarar esta tarea intelectual. El ensayo del análisis económico inaugurado a fin del siglo XIX por Walras, Jevons y Menger bajo la llamada teoría “marginalista” y que guió la corriente dominante de las subsecuentes teorías económicas culminando en la teoría del equilibrio general, no es sólo insuficiente para realizar dicho trabajo, sino que en cierto sentido es incompatible con el. ► Existencia de una falencia teórica en la manera de entender y definir el libre comercio y, por lo tanto, en el análisis de sus consecuencias: sus beneficios. Para este autor no tiene sentido tener todo un sistema de comercio internacional basado en la búsqueda de la maximización del libre comercio, si antes no se presta atención a las necesidades reales de cada país, sea este rico o pobre, por evitar una especialización determinada de su producción en función de su ubicación en la división internacional del trabajo o de sus ventajas comparativas. ► Extensión de esta falencia en la teoría al análisis práctico. Según Mangabeira, los aportes prácticos mediante el uso de modelos y esquemas que intentaron representar la realidad, también han sido incompletos en sus supuestos y predicciones, llevando incluso a equivocadas estrategias nacionales de desarrollo. En esta línea de razonamiento, afirma que, por un lado, no hay bases para inferir una relación inversa entre libre comercio y crecimiento económico, pero, por otro lado existen dudas sobre la tesis de la relación positiva entre estas dos variables. Además, no solo no se pudo establecer una relación negativa entre crecimiento económico y restricciones al comercio, sino que ha sido mucho más difícil de demostrar la relación negativa entre proteccionismo e incremento en los flujos de comercio (muchos países expandieron su participación en el comercio mundial, así como la importancia de sus flujos de comercio en relación a sus propios PBI, durante períodos en que incrementaron su protección al comercio). Estas críticas de carácter general que Mangabeira realiza, le plantean a su vez interrogantes, los cuales revelan dificultades y ambigüedades en la propia concepción del sistema, sugiriendo que el libre comercio, la división internacional del trabajo y el sistema de comercio global, podrían tener diferentes significados, ser organizados de diferentes maneras y con diferentes consecuencias. Esto implica, según el autor, que en lugar de elegir más o menos libre comercio, se podría pensar el libre comercio de diferentes maneras y organizarlo en consecuencia.
I.2. De carácter Específicas Los reparos y objeciones específicas que plantea Mangabeira, no solo son respecto a la teoría y práctica del libre comercio, sino también al argumento central del comercio que es la idea de la ventaja comparativa. Estas objeciones y complicaciones específicas de la doctrina son:
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► Al supuesto de una única asignación eficiente de especialización productiva entre países en la división internacional de trabajo: quien produce qué (o qué y quien lo produce). Aun asumiendo que las ventajas comparativas sean dadas mas que creadas, resulta mas realista, dice Mangabeira, suponer que existen conjuntos alternativos de asignaciones eficientes ventajosas entre las economías, tanto como hay múltiples caminos a través de los cuales cualquier economía pueda estar en equilibrio, donde cada uno de los ellos implica diferentes consecuencias para el bienestar y el crecimiento nacional. Una menor ventaja comparativa esta determinada por la naturaleza, en cambio una mayor ventaja dependerá de la elección de esas múltiples soluciones de asignación de roles especializadas a nivel nacional en el comercio mundial. Cada una de estas soluciones tendrá diferentes resultados tanto para el bienestar como para el crecimiento. ► Al supuesto de que las ventajas comparativas vienen dadas más que elaboradas. Supuesto defendible solo al hablar de ventajas naturales. Sin embargo, dice Mangabeira, sabemos que el ejemplo mas tangible de “hacer” ventajas es desarrollando economías de escala y oportunidades, así como concentrando habilidades. Además, aclara, uno de los principios admite que la ventaja puede ser deliberadamente creada por la iniciativa gubernamental o la acción colectiva. La posibilidad de crear ventajas comparativas ha sido reforzada por la incorporación del supuesto de retornos crecientes a escala reemplazando el supuesto de retornos constantes a escala del análisis clásico. Sin embargo, cuando tratamos de entender las formas y los limites que tienen los países, sus empresas y gobiernos, para hacer o reformar sus ventajas comparativas, rápidamente nos encontramos en apuros, ya que la propia teoría ha tenido dificultad en explicar cómo ocurre la construcción o creación de las ventajas comparativas. De hecho, afirma Mangabeira, las ventajas comparativas se han formado por la combinación de empresas privadas y la acción pública. Tan pronto como se reconozca este hecho, sin embargo, se caerá en la cuenta que no hay un conjunto cerrado de posibles formas institucionales para tal combinación. De hecho, no hay una única institución que no sea controvertida a lo largo del mundo relacionado con el libre comercio. ► Al supuesto de que siempre y cuando se corrijan las “imperfecciones del mercado”, nos podremos mover de una situación de eficiencia estática del libre comercio a la eficiencia intertemporal, y de ésta ultima a los efectos benéficos del crecimiento económico. A criterio de Mangabeira, el concepto de “imperfecciones del mercado” se ha aplicado a los argumentos de la “industria naciente” o al del “poder monopólico en el comercio” como esquemas de protección, trivializando así el punto central: que no es cómo se restablece el mercado o qué se hace cuando el mercado falla, sino qué clase de mercado (sobre la base de que instituciones y prácticas) se establece en primer lugar. Este punto, dice M. Unger, no se podrá alcanzar focalizándose únicamente en las ventajas comparativas, ya sea dadas o creadas.
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► A la no introducción, en la controversia entre el libre comercio y el proteccionismo, de la idea de que tanto el concepto de economía de mercado como el de libre comercio están “institucionalmente indeterminados”. Esto significa que son capaces de llevarse a cabo en diferentes direcciones y por diferentes instituciones y, que si bien actúan bajo un mismo marco legal multilateralmente aceptado, existen espacios legales en blanco. Cada una de esas direcciones pueden tener consecuencias dramáticas para cada aspecto de la vida social, incluyendo la estructura de clases de la sociedad y la distribución de la riqueza y el poder. Cuál de estas institucionales prevalezca tendrá una inmensa importancia para el futuro de la humanidad. ► A no incluir en ese debate la división política y territorial. La distinción entre el caso particular del comercio como tal y el caso mas general del intercambio basado en el mercado es simplemente la división política de la humanidad, y todo lo que este asociado a dicha división. Ante un mundo dividido en Estados soberanos o en otras entidades supranacionales o subnacionales con algún atributo de soberanía, cabría preguntarse: ¿cuál es la relación de esa división con la idea preconcebida de libre comercio?; ¿es la división un obstáculo o una oportunidad para alcanzar los beneficios del libre comercio?; o ¿cuál es la relación entre los intereses y los ideales que inspiran la división y los ideales e intereses que deban conducir la causa del libre comercio?. Uno podría pensar que estas preguntas deberían estar entre las primeras al entablar cualquier discusión sobre libre comercio. Por el contrario, estas cuestiones no han sido mencionadas, sus consecuencias, afirma Mangabeira, están de hecho en proporción con su casi completa ausencia de la elaboración teórica de la ventaja comparativa.
II Parte: Ideas y Tesis II.1. Ideas Mangabeira expone algunas ideas para repensar y reelaborar los términos del debate sobre el libre comercio y el sistema internacional de comercio, con el objetivo de clarificar los problemas conceptuales existentes en este ámbito. Se exponen dichas ideas: ► La primera idea se basa en el aprendizaje colectivo y sobre la diferencia entre las circunstancias en las cuales la competencia incontrolada con países competidores (socios comerciales) más avanzados fomenta el aprendizaje y las circunstancias en las cuales tal competencia impide el aprendizaje. La doctrina del libre comercio afirma que bajo presión competitiva, un país o sector de su economía o empresa determinada, se beneficia por el aprendizaje y el incentivo a producir mejor algo que ya se sabe hacer o hacer algo nuevo que sea valorado. La eficiencia que uno alcanza a través de la especialización dentro de una división internacional del trabajo ayudará a volverse más competitivo.
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Sin embargo, en determinadas circunstancias esto no ocurre. Dichas circunstancias dependen, según Mangabeira, del desarrollo relativo de las economías que comercializan. Cuando los socios comerciales tienen un nivel de desarrollo muy diferente o, en el otro extremo, cuando su nivel es similar, lo planteado por la doctrina del libre comercio es mas factible que se de. Una situación intermedia tiene sus desventajas, como la de depender de una producción con mano de obra barata como única vía de competitividad, lo cual pospondrá la adopción de tecnologías y prácticas que ahorran mano de obra. Lo que Mangabeira sugiere con esta idea es que los diversos elementos del aprendizaje colectivo, en y a través de la especialización competitiva bajo la división internacional del trabajo, no están predestinados a trabajar el uno con el otro. Hay situaciones que pueden trabajar uno contra el otro. ► La segunda idea se ocupa de la relación entre la política y la economía. Los dilemas planteados en la primera idea, no podrán ser resueltos por la propia economía, sino que deben ser resueltos por factores políticos. En este sentido, Mangabeira hace referencia a la necesidad de profundizar y mejorar el sistema democrático a través de la renovación de sus formas institucionales, así como a hacer más eficiente a su administración pública. Sin embargo, esto presenta también algunas restricciones. Entre ellas, Mangabeira destaca la organización rígida de las administraciones públicas, tanto en sus conceptos como en la ejecución de tareas, rechazando la cooperación y tratando a la innovación como episodios aislamos más que como una práctica continua. Otra restricción, ya a nivel de política, resulta ser el grado en el cual ésta puede creíblemente representar a los amplios intereses de la sociedad en su conjunto por sobre los intereses particulares de una facción o sector con influencia en el gobierno y en sus políticas. ► La tercera idea se basa en la relación entre la manera que un régimen comercial se desarrolla y la capacidad de sus participantes de evolucionar (autotransformación). La doctrina del libre comercio trata a estos dos procesos como desconectados, a menos que se suponga que un mayor comercio implique una más rápida mejora de la especialización, de la competencia, y de la emulación. Mangabeira, mediante esta idea quiere remarcar que nunca debemos pensar a la doctrina del libre comercio simplemente en una dimensión, relativa a tener libertad de comercio o tener restricción sobre el comercio. Se debe hacer el esfuerzo de pensar en ella en una segunda dimensión: considerando cualquier nivel de libertad o restricción del comercio, así como también cuánta apertura el régimen comercial concede a las partes contratantes y cuántas restricciones les impone. Lo realmente relevante, dice el autor, no es cuánto libre comercio hay sino que clase de libre comercio existe. ► La cuarta idea se basa en la relación entre el concepto de economía de mercado y los acuerdos o disposiciones institucionales sobre el cual ésta se organiza. Más generalmente, trata la relación entre los conceptos institucionales abstractos, tales como “mercado” o “democracia”, con sus expresiones institucionales tangibles. Lo esencial de esta idea, afirma Mangabeira, es que el mercado no tiene
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necesariamente una única y natural forma. No existe un límite ideal al cual la economía de mercado debería o podría convergir. Si converge en algún período histórico determinado, se revertirá en otro. No sólo no hay una única y natural forma en que la economía de mercado pueda estar organizada, sino que tampoco hay una lista cerrada de posibles tipos de economías de mercado, o de democracia representativa o de una sociedad civil libre, o de hecho, de cualquier proyecto institucional general. Según el autor, la simple idea de que la economía de mercado puede asumir diversas formas legales e institucionales nunca ha sido totalmente introducida en la práctica del análisis económico ni en el debate político ► La quinta idea trata sobre la división del trabajo. El libre comercio entre los diferentes países, basado en la especialización de la producción y de las ventajas comparativas (naturales o creadas), resulta ser, después de todo, una especia de división internacional de trabajo. Sin embargo, los supuestos detrás de este enfoque deben ser corregidos, expresa Mangabeira. Los supuestos tradicionales se basan en que la división de trabajo toma la forma de una especialización rígida de tareas, bajo supervisión jerárquica también rígida (recordemos la fabrica de alfileres de Adam Smith o la línea de ensamblaje de Henry Ford). Para salir de este esquema, debemos movernos hacia otra forma de entender y organizar la división de trabajo: una forma de producción basada en el aprendizaje colectivo y la innovación permanente. El punto no es ahorrar tiempo haciendo tareas repetitivas; sino que es ahorrar tiempo evitando la repetición. Bajo esta premisa, la tendencia de la división del trabajo debe ser debilitar más que fortalecer las discontinuidades jerárquicas entre los trabajos de supervisión y los de implementación. El plan de producción debe ser revisado en el curso de su ejecución, con la ayuda de todos los involucrados, teniendo en cuenta los obstáculos y las oportunidades encontrados a lo largo del camino. El dominio de un conjunto genérico y conceptual de habilidades, llegará a ser más útil que cualquier conjunto de habilidades específicas o que imiten a las máquinas.
II.2. Tesis Las críticas e ideas exploradas y antes presentadas impulsaron a Mangabeira a realizar tres conjeturas o deducciones teóricas, que denominaremos “tesis”. En realidad, estas tesis ofrecen un punto de partida a otras formas de pensar sobre el libre comercio. Además, afirma el autor, dichas tesis tienen implicaciones para la práctica del análisis económico más allá del alcance de la teoría del comercio internacional. Tesis de la Ventaja Relativa Mangabeira divide la relación comercial entre países dependiendo de sus grados de desarrollo. Presenta dos situaciones bien extremas que son la de los socios
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comerciales que tienen un desarrollo económico y productividades muy similares y la de los socios con niveles de desarrollo y productividades totalmente divergentes. En estas dos situaciones, dice el autor, el libre comercio será probablemente más beneficioso y no se justificaran imponer restricciones al comercio. Pero además presenta una situación intermedia, en la que los socios comerciales pueden tener niveles de desarrollo y productividades desiguales pero no extremadamente desiguales. En esta situación el libre comercio puede generar daños y se podrían justificar algunas restricciones. A pesar de tener diversos niveles de desarrollo y de productividad, estas diferencias no son tan grandes como para impedir que el país relativamente menos desarrollado pueda moverse de manera eficiente dentro de las líneas de negocios o sectores donde el país relativamente más avanzado se especializa. A esta situación Unger la llama de ventaja relativa. En las primeras dos situaciones, tendrán mayor preponderancia la especialización en la producción basada en la división del trabajo y en las ventajas comparativas establecidas, mientras que en la situación intermedia debería darse preponderancia a la innovación, el aprendizaje y los estímulos para la emulación, que serán normalmente compatibles con la competencia internacional, que a su vez animará a mayores prácticas innovadoras. Para Mangabeira entonces, una situación de ventaja relativa es aquella en la que se da una particular combinación de características de la economía mundial actual, en la que drásticamente se expande el rango de circunstancias mediante las cuales la economía relativamente menos desarrollada podrá entrar repetidamente dentro de los sectores o líneas de negocios donde la economía relativamente mas desarrollada se especializa y así competir. Esta situación podría generar tensiones en el mercado de trabajo del socio relativamente mas desarrollado si es que el socio menos desarrollado basa su competitividad en salarios bajos. Sin embargo, Mangabeira presenta objeciones a esta tesis de ventajas relativas. Entre las que cabe destacar: - la ausencia de una medida métrica que no sea controvertida mediante la cual poder medir si una economía esta relativamente cerca de otra; - la preeminencia en el debate sobre los problemas que el libre comercio podría causar a los trabajadores y firmas de los países ricos, cuando en realidad la tesis de las ventajas relativas predice problemas tanto en las economías relativamente menos avanzadas como en las relativamente mas avanzadas; - la focalización sobre la idea de que los países pueden competir, cuando solo las firmas o los agentes económicos particulares pueden competir en el sentido de la teoría del comercio internacional y el análisis económico. Tesis de lo Político por sobre lo Económico Las restricciones al libre comercio podrían ser deseables en circunstancias de ventaja relativa. Sin embargo, aunque esta circunstancia puede ser un requisito necesario para que las restricciones al comercio sean justificadas, no es suficiente. La conveniencia y los peligros de tales restricciones dependen también de la manera
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en que el Estado se organiza y de la ejecución e implementación de sus políticas. Las restricciones requieren selectividad en proteger, y la selectividad es una invitación a los intereses privados así como a la burocracia sectorial, corriendo el riesgo de caer en lo que Mangabeira define como males gemelos: el favoritismo y el dogmatismo. El debate sobre libre comercio abre, ineludiblemente, la pregunta acerca de cómo se entiende mejor la relación entre economía y política. Para Mangabeira, nada es más importante para el crecimiento económico que la relación entre la cooperación y la innovación: el mejor régimen cooperativo, desde el punto de vista del crecimiento, sería aquel que sea el más hospitalario para la innovación –en tecnología, organización, prácticas e ideas. El objetivo, dice el autor, debería ser evolucionar hacia ese ideal, el cual en primera instancia resulta ser una cuestión institucional y política. Tesis de la auto-transformación Un régimen de comercio internacional debe ser juzgado por las oportunidades de crear posibilidades de auto-transformación de sus participantes así como por su efectivo nivel de apertura a los flujos de comercio. Los beneficios del comercio entre países varían directamente con el rango de oportunidades ofrecidas por el régimen comercial en relación a la innovación de prácticas e instituciones de los socios comerciales. Estos beneficios no pueden ser adecuadamente alcanzados simplemente sobre la base de las ventajas comparativas establecidas o creadas por la división internacional de trabajo. Ellos varían de acuerdo al grado efectivo de libertad que las naciones que comercializan experimentan para innovar las formas que organizan sus prácticas productivas y comerciales así como sus gobiernos e instituciones económicas. Esta tesis trata la relación entre los movimientos que se hacen dentro del marco del comercio y de su evolución. En el análisis de las ventajas y desventajas del libre comercio, es engañoso centrarse solamente en los grados y las formas de restricciones al comercio. Es necesario considerar también el grado en el cual las reglas y normas del régimen comercial fomentan o inhiben la auto-transformación de los socios comerciales. Debe analizarse los costos y beneficios. Si el libre comercio es alcanzado a costa de tener una fuerte inhibición de tal auto-transformación, es probable que se este pagando un alto precio. Si en cambio, se logra de una manera que evita tales inhibiciones y que anima la auto-transformación, las ventajas del libre comercio serán realzadas. Los beneficios del comercio entre productores especializados están relacionados a las consecuencias del régimen comercial a través de la capacidad de los socios comerciales, las economías nacionales y las firmas particulares de reorganizarse continuamente.
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III. Algunos corolarios finales del autor ► El libre comercio de bienes y servicios no es incondicionalmente beneficioso, su valor dependerá de las condiciones especificadas en las tres tesis expuestas. Facilitar la libre movilidad del factor trabajo entre las fronteras nacionales es un objetivo que debiese ser inmediato, aunque se reconoce su inviabilidad. Su extensión despierta una multitud de problemas prácticos (el derecho y los intereses de los trabajadores, el financiamiento de los derechos sociales en los países receptores, la pérdida de capital humano en estos países, etc.) que demandan difíciles soluciones. ► El enfoque teórico y práctico del libre comercio sugerido por la combinación de las tesis de las ventajas relativas y de la política por sobre la economía resulta ser incompleta, tanto en teoría como en la práctica. Es incompleta en teoría porque solamente es un fragmento de una manera más general de pensar el mercado orientado a la división del trabajo. Y es incompleta en la práctica porque los países podrán fracasar o triunfar en sus reformas tendientes a disminuir la política comercial selectiva. ► Los planteos que se realizan en el trabajo, según Mangabeira, poseen un gran interés práctico, que es la forma y el destino de la globalización. El sistema internacional de comercio es el corazón de la forma visible de la globalización. La idea detrás de esta propuesta de organización del comercio mundial se basa en que no se necesita un enfoque de la globalización sobre la base de “tómela o déjela”, resignándose a tener mas o menos de ella, o esperar a que sea más rápida o mas lenta. Sin duda se pueden hacer mas cosas en diferentes aspectos. Se puede entonces repensarla y rehacerla. ► El punto no debe ser maximizar el libre comercio, sino maximizar la posibilidad de coexistencia entre diversas estrategias de desarrollo, sistemas institucionales, y formas de vida social, para, sobre ésta base avanzar con un comercio mas libre. No debería insistirse con el libre comercio en circunstancias (tal como es la situación de la ventaja relativa) en la cual el libre comercio desaliente la divergencia institucional y el desarrollo equilibrado. El objetivo formativo del régimen comercial debería ser la reconciliación de las estrategias alternativas de desarrollo y las versiones alternativas de pluralismo económico, político y social más que la maximización del libre comercio. ► El mundo debería multiplicar y no restringir las decisiones de los países por no participar del régimen comercial general. Tal derecho a no participar debería ser explícito y debería ser ejercido mediante procesos multilateralmente acordados. Para Mangabeira, la prerrogativa de no participar debería garantizarse para un interés universal y no debería ser reducido a la condición de un odioso privilegio de los que primeros pensaron e idearon el actual sistema de comercio internacional. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que este ejercicio de “decidir por no participar” enfrentará una limitación natural, un país perderá acceso al mercado de otros países en la medida que cierra su propio mercado.
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IV. Comentarios de las apreciaciones de Mangabeira A continuación se expone un análisis respecto de las ideas y tesis más relevantes de Mangabeira Unger. 1. Una de las primeras críticas de Mangabeira es a los términos sobre los cuales se desarrolla el debate entre el libre comercio y el proteccionismo y en la necesidad de repensar o rechazar dichos términos. Sin embargo, creemos que esta disputa ha evolucionado hacia otra más acotada y no tan general, pero que también afecta a los flujos de comercio y a las políticas nacionales. Es el debate entre el multilateralismo versus el regionalismo, donde el centro del debate no es el libre comercio sino si el regionalismo favorece u obstruye el proceso de liberalización multilateral y cómo este puede lidiar contra un creciente regionalismo 2 . 2. Las críticas que realiza Mangabeira Unger a la teoría y práctica del libre comercio en realidad es una crítica al método de asignación de recursos basado en el libre mercado. Un mercado cimentado en la doctrina del libre comercio y la ventaja comparativa (establecidas o construidas). Dichas críticas no son nuevas en absoluto, forman parte de la evolución que ha dado la teoría del comercio internacional. Las nuevas teorías del comercio internacional han analizado en profundidad las limitaciones comentadas por Mangabeira. 3. Estas objeciones presentadas tampoco son las únicas. Los neoclásicos como Haberler (1936), Leontief (1933) y Lerner (1932, 1934) reformularon algunos supuestos rígidos de la teoría de la ventaja comparativa. Es sabido que la teoría de la ventaja comparativa, en su versión original, sólo explica la dirección de los flujos internacionales de mercancías, sin determinar la relación de precios a que se intercambian dichos bienes, esto es, lo que se conoce con el nombre de relación real de intercambio 3 . Fue la nueva teoría del comercio internacional de los años 80 la que examino los determinantes y patrones del comercio internacional bajo condiciones que difieren de los supuestos restrictivos y poco realistas en que se baso la teoría tradicional de la ventaja comparativa (competencia perfecta, rendimientos constantes a escala y ausencia de externalidades) 4 . 4. El autor centra su crítica a esta teoría respecto de su ambigüedad para explicar las fuentes de la ventaja comparativa. Sin embargo, esta ambigüedad dio origen a la aparición de teorías que trataron de explicar el origen de dichas ventajas, como por 2
Ver entre otros a: Jaime De Melo y Arvind Panagariya (1996): “New Dimensions in Regional Integration”, New York: Cambridge University Press; Bhagwati, Jagdish (1996): “Regionalism and multilateralism: an overview” en J. De Melo y A. Panagariya Edit.; Baldwin, Richard (2006): “Multilateralising Regionalism: Spaghetti Bowls as Building Blocs on the Path to Global Free Trade”, The World Economy Nr. 29, 11. 3 John S. Mill, en 1894 mediante su obra “Principios de economía política”, introduce su teoría de la demanda recíproca, mediante la cual incorpora el lado de la demanda al análisis ricardiano, determinado con ello la relación real de intercambio. 4 Según Krugman: “desde hace mucho, la mayoría de los estudiantes de comercio internacional han tenido al menos una ligera sospecha que los modelos tradicionales de la ventaja comparativa no proporcionan una explicación adecuada del comercio internacional..…Es difícil conciliar lo que vemos en el comercio de manufacturas con los supuestos de la teoría convencional del comercio”, Krugman (1983): “New Theories of Trade among industrial countries”, American Economic Review, Papers and Proceeding 73, num. 2. Ver además: “Una política comercial estratégica para la nueva economía internacional”, Paul Krugman compilador, Fondo de Cultura Económica (1991). 12
ejemplo la teoría de Heckscher – Ohlin, según la cual la ventaja comparativa se origina en las diferentes dotaciones factoriales relativas de los países que comercian (Ohlin, Bertil: “Interregional and International Trade”, 1933). 5. De todas maneras es importante remarcar, lo cual no es menor, que la teoría de la ventaja comparativa ha constituido el punto departida para la mayor parte de las teorías explicativas de la dirección y composición del comercio internacional. Otra cosa que debe señalarse sobre esta teoría, es que es susceptible de generalizaciones más allá del estrecho marco en que fuera planteada de dos países, dos bienes y libre comercio. Se ha demostrado que, en un modelo de varios bienes, con costos de transporte, aranceles y restricciones cuantitativas, la teoría de la ventaja comparativa se mantiene, no para cada bien en particular, aunque si en promedio. Si bien no es suficiente, las nuevas teorías señalan que la teoría de la ventaja comparativa es un concepto poderoso para explicar el comercio internacional (Krugman. 1991). 6. Mangabeira afirma que una menor ventaja comparativa esta determinada por la naturaleza, sin embargo, se advierte que la falta de políticas comerciales estratégicas es una importante causa de la no creación de nuevas ventajas comparativas allí donde en principio no la había. Por lo que su no creación implica que se tendrá una menor ventaja comparativa en términos relativos respecto a nuestros socios comerciales. 7. Se coincide con las críticas de Mangabeira al análisis práctico de estas doctrinas. No solo muchos de ellos se basaron en supuestos demasiado restrictivos que simplificaban la realidad en gran medida, pecando entonces de falta de realismo, sino que otros arrojaron resultados contradictorios con las teorías (como el famoso trabajo de Leontief de 1953 que dio origen a la conocida “paradoja de Leontief” 5 ). Sin embargo, si se ha encontrado evidencia empírica que demuestra la existencia de una relación positiva y significativa entre exportación y productividad, tal y como predice la teoría de la ventaja comparativa (la crítica fundamental a este tipo de contrastaciones de la teoría de la ventaja comparativa es que la relación que demuestra también se obtienen a partir de otras teorías del comercio internacional como la de Heckscher – Ohlin). 8. En definitiva, Mangabeira realiza una crítica contra el “generalismo” y por que no decirlo, el “simplismo” de los supuestos de la teoría clásica del libre comercio. Sin embargo, el desarrollo y discusión que luego realiza en su libro mediante sus ideas y tesis también contienen un alto grado de generalidad de análisis, careciendo de la rigurosidad analítica que el mismo Mangabeira critica. 9. Mangabeira afirma que para la organización del comercio mundial no se necesita un enfoque de la globalización del tipo “tómela o déjela”. Por supuesto, la apreciación del autor es correcta, pero se considera que este tipo de enfoque hace varios años fue dejado de lado en el sentido de que existe un amplio consenso acerca que el proceso globalizador es inevitable y, por lo tanto, alcanza indefectiblemente a todos los países y todos los mercados, aunque estos intenten 5
Leontief, Wassily W. (1953): “Domestic Production and Foreign Trade: The American Capital Position Re-examined”. Proceedings of the American Philosophical Society 97:4, Sept. 1953, págs. 332 – 349. 13
denodadamente desacoplarse del sistema internacional. Hace años que los especialistas coinciden en que la clave esta en maximizar sus beneficios y minimizar los riesgos que la globalización implica. 10. Dentro de sus pensamientos sobre reforma del régimen de comercio mundial, Mangabeira propone la legalización mediante un proceso multilateral acordado del derecho a no participar del régimen comercial general. Más allá de que también propone diferenciarlo de otras exenciones históricas arbitrarias, como fue la excepción al sector agrícola de las normas y disciplinas del GATT, el actual sistema multilateral de comercio bajo el paraguas de la OMC ya tiene suficientes cláusulas de escape, mediante las cuales sus países miembros han evitado “legalmente” cumplir algunos de sus principios fundamentales, como por ejemplo el de la Nación Más Favorecida. 11. Consideramos que en su intento de re-imaginar el libre comercio, el autor ha obviado algunas variables de significativa importancia. Mangabeira no trata el papel del financiamiento y el crédito en la dinámica del comercio internacional así como tampoco los sistemas de paridades cambiarias. 12. Para finalizar, pero no agotando aquí los comentarios a las ideas y tesis de Mangabeira, se considera que este autor ha relativizado, por lo menos en esta obra comentada, la relación entre el comercio y el medio ambiente. Recién en las últimas tres páginas de su libro hace mención a la necesidad de proteger el medio ambiente y la naturaleza como parte del cambio del actual sistema de comercio internacional. Muy poco interés para un tema que ha crecido en importancia, tanto en la agenda de las políticas nacionales como en los foros de discusión internacional.
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