INTRODUCCIÓN A LA SERIE DE RETIROS SOBRE DISCERNIMIENTO TERESIANO

INTRODUCCIÓN A LA SERIE DE RETIROS SOBRE DISCERNIMIENTO TERESIANO A lo largo del próximo semestre vamos a ir profundizando en diferentes aspectos que

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INTRODUCCIÓN A LA SERIE DE RETIROS SOBRE DISCERNIMIENTO TERESIANO

A lo largo del próximo semestre vamos a ir profundizando en diferentes aspectos que nos muestren el modo en el que Teresa de Jesús vivió el discernimiento. Se trata de ir adoptando perspectivas múltiples que nos ayuden a caminar como mujeres de discernimiento iluminadas por la experiencia teresiana. Los temas que iremos abordando son: - El Dios de Teresa presente en la hondura humana. - Discernir con Teresa en la propia verdad personal en relación. - Entrar y decidir en la propia historia de salvación. - Entrar y decidir en la realidad. - Discernir en la oración. - Discernir en la convocación. Trataremos de ofrecer claves para el discernimiento desde la Palabra de Dios y de Teresa, así como cuestiones que nos ayuden a conectar existencialmente con el tema propuesto. En cada retiro habrá una propuesta de celebración-reunión comunitaria. Puede ayudar el ir haciendo una lectura pausada de Vida 32-36 (fundación de San José) desde las distintas claves. En estos capítulos Teresa nos revela cómo fue el discernimiento de esta obra. Comenzamos esta serie de retiros con una introducción que nos sitúe ante Teresa como mujer de discernimiento. 1

Para iniciar esta serie de retiros de discernimiento teresiano queremos partir de la figura de Teresa como mística y por tanto especialista en escuchar y tratar los mensajes y mociones de Dios, en discernirlos desde su estilo personal de vivir el encuentro con Dios y con la vida. Teresa fue una mujer profundamente abierta a la acción de Dios y al milagro de su creatividad en la vida, y porque supo que nada hay imposible para Dios fue testigo de su vida y su acción fecunda. Su forma de escuchar, de tratar, de preguntar y de reconocer el camino y el querer de Dios, los intereses de Jesús en su vida, fue muy personal, muy femenina, muy apasionada y afectiva como lo fue su propia vida. Supo leer esa vida que Dios le iba regalando con su lenguaje característico, con su forma de ser y vivir en su tiempo. Por eso hoy nos acercamos a ella como maestra de discernimiento en la vida, y la elegimos de nuevo como acompañante y mediación de nuestros discernimientos interiores. Partimos de un concepto de discernimiento: Discernir para percibir el paso del Espíritu por nuestra vida, no una vida en abstracto sino siempre contextualizada en una cultura, supone aprender su lenguaje. La experiencia más personal del espíritu del Señor Jesús es siempre una experiencia "mística" y por lo tanto últimamente inefable. Inefable es lo que difícilmente se puede expresar con palabras, lo que 2

difícilmente se puede decir. Cuando esta experiencia se intenta "decir" no hay modo de decirla sino es en palabra y esta palabra ya no me pertenece. 1 Esta es una de las claves desde las que nos referimos a Teresa como mujer de discernimiento, como mujer que percibe el paso del Espíritu en su vida. Teresa, cuando escribe tiene en cuenta su realidad personal y los grandes acontecimientos de su época. Parte de la experiencia situada en un contexto histórico. Y desea responder a la situación de la Iglesia y la sociedad de su tiempo. Su escritura no es intimista (es decir, evasiva, despreocupada de la realidad entorno). Su escritura nace de las preocupaciones de la sociedad y de la Iglesia en que ella vive. Sus libros son respuestas. Lo mismo que sus fundaciones. Para descubrir y orar enclave de discernimiento teresiano hemos de hacer lo que hizo nuestra maestra: A) Situarnos en el contexto B) Configurar la vida desde la gratuidad c) Vivirse desde la alteridad A)- Situar el contexto, el nuestro como mujeres con una historia concreta, con una vida concreta, en un mundo concreto. - Colocar la reflexión en los grandes acontecimientos de nuestra época

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DISCERNIMIENTO Y VIDA COTIDIANA, Toni Català,.Cuadernos EIES

22, Barcelona

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Las reglas ignacianas para aprender a discernir pretenden orientamos en un doble movimiento de espíritus, en una doble dinámica de sensaciones y mociones, orientarnos en aquello que "ocurre por dentro" cuando nos ponemos en camino de seguimiento del Señor Jesús. Es evidente que lo que ocurre por dentro no está al margen de nuestro modo de estar en la vida. Lo de dentro y lo de fuera están en interacción, no podemos caer en la trampa de aislar el yo. Este riesgo hoy es real en muchos ambientes cristianos. Ante una realidad experimentada como sin gracia y en la que en el fondo da la impresión que no hay mucho que hacer porque no está discernido, recurrimos al "pobre yo" como lugar de experiencia. Así este yo es sometido a muchos interrogatorios personales y comunitarios, sometido a exhaustivas sesiones de comunicación con el "gurú" o con la comunidad y esto es agotador. No podemos confundir las mociones interiores como un sentir aislado de nuestra vida pasada y de nuestro entorno actual. Ignacio tiene mociones porque ha vivido y vive. Cuando se vive poco o lo que se vive no se tiene en cuenta, porque se vive en lugares que a priori se consideran "seculares" y que no tienen que ver con el evangelio, parcelamos la realidad de tal manera que volvemos a creer que el ámbito cristiano de experiencia es la pura interioridad. Esto es tramposo y peligroso. Esta reducción "existencial" nos aleja de la vida. 2

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Op.cit

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Por eso Teresa parte justamente de un conocimiento propio desde los ojos de Dios, el yo en Teresa no tiene la última palabra porque es un yo conectado siempre a la mirada de Dios, y a su acción que se revela en nuestra historia personal, que va haciendo camino desde nuestro pasado , ayudándonos a interpretar el presente. “Pues mientras estamos en esta vida no hay cosa que más nos importe que la humildad (…) Y a mi parecer jamás nos acabamos de conocer si no procuramos conocer a Dios; mirando su grandeza, acudamos a nuestra bajeza, y mirando su limpieza, veremos nuestra suciedad; considerando su humildad veremos cuán lejos estamos de ser humildes” (1M 2,9) B) Antes de entrar en las reglas o criterios de discernimiento que nos propone Ignacio es conveniente detenernos en la "llave" para entrar en él. Si no se abre esta puerta no habrá discernimiento sino un alambicado serpentín que siempre nos devuelve al punto de partida: del yo al yo. Discernir es adiestrarse para configurar la vida desde la Gratuidad. Ignacio en el nº43 del libro de los Ejercicios, en adelante (EE nº), propone un primer punto: "El primer punto es dar gracias a Dios por los beneficios rescibidos". Este primer punto tan obvio para el creyente cristiano en la formulación no lo es tanto en la vida cotidiana y en su modo de estar en ella 3 Teresa es la mujer de la gratuidad y la gratitud profunda. Es quizá una de las características más esenciales de la mística teresiana. Cuando mira hacia atrás en su vida y hace memoria, siempre aparecen lo primero los dones de Dios y sus mercedes. Las referencias 3

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a la gratitud por tantos dones de “Su majestad” son constantes: “¡Quien dijera que había tan presto de caer , después de tantos regalos de Dios ¡” “Bendito seáis por siempre que, aunque os dejaba yo a Vos no me dejasteis del todo Vos a mi tan del todo que me tornase a levantar ,con darme Vos siempre la mano”( V.6,9 ss) C) Cuando la vida es un don se vive de otra manera. El dar gracias por la vida para adiestrarse en el discernimiento es mirar la muerte de cara y decirle cada día que no tiene la última palabra. Es necesario pasar por este vértigo, pasar esta frontera para ser mujeres y hombres de discernimiento. Si nos vivimos como criaturas en este mundo nos des-centramos y se puede entonces empezar a vivir con una actitud "reverente" ante Dios, las criaturas y la naturaleza. Actitud reverente es vivirse en alteridad.4 Teresa de Jesús es la mujer de la alteridad. El Otro con mayúsculas y con minúsculas son los que van configurando y recreando su vida, su encuentro, su amistad, su misión. Lo que pretende «sacar a la luz» es la convicción de que el hombre, su ser relacional y relacionante, es una realidad esencial de la revelación de Dios en él, siempre desde la paradoja y ambigüedad que conlleva lo humano. La dimensión social-relacional en la persona humana es lugar privilegiado de la presencia de Dios que lo habita y se revela en ella, desde su realidad de grandeza y de pobreza. ¿Por qué? Porque es precisamente ese rasgo el que nos constituye e identifica como imágenes de Dios, como condición de 4

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posibilidad de acoger una revelación-encarnación divina. Como dice el teólogo L. Boff: « El tú es anterior al yo. El tú asiste al alumbramiento del yo. Pero el tú no es algo indefinido. Es, concretamente, un rostro con una mirada y una fisonomía propias. El rostro del otro me hace imposible la indiferencia. El rostro del otro me obliga a tomar partido, (…) en especial del más otro, que es el oprimido. En la acogida o rechazo, en la alianza o en la hostilidad hacia el rostro del otro, se establecen las relaciones mas primarias del ser humano »5 La relacionalidad es el humus de la espiritualidad de Teresa de Jesús. La Humanidad de Jesús fue para ella la mediación que la llevó a Dios, al Misterio. Dar gracias por los beneficios de la redención supone dar gracias cada día por habemos encontrado con Jesús de Nazaret y su Buena Noticia. Quien vive el encuentro con Jesús como un proceso de encuentros y situaciones que te han sido dadas, siempre tiene motivos para la acción de gracias, para recordar personas, lugares, situaciones que han hecho posible el encuentro con la Buena Noticia sobre nuestra vida. Se cae entonces en la cuenta que el encuentro con Jesús viene preparado desde muy lejos, desde mucho tiempo atrás, nos encontramos con él porque otros se han encontrado mucho antes. Incluso en los momentos que se cree que el encuentro con el Señor ha sido 5

L. BOFF., El

cuidado esencial, Trotta, Madrid 2002, 113

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"directo" con Jesús. Si se puede pronunciar su nombre al calificar la experiencia de encuentro como encuentro con Jesús es porque muchos otros han pronunciado su nombre.6 Teresa de Jesús mujer del encuentro con los otros y con el Otro y ese es elemento esencial de su discernimiento. Acoge todo y a todos los que le llevan a Dios. “Este concierto querría hiciésemos los cinco que al presente nos amamos en Cristo (…) procurásemos juntarnos alguna vez para desengañar unos a otros “ (v,16,7) Cuando se dan gracias por los beneficios recibidos entonces es cuando comienza el discernimiento, caemos en la cuenta ("de los pecados que son nuestro desenfoques, de nuestras exigencias e intransigencias, de nuestros engreimientos y orgullos. Este caer en la cuenta de cuándo y en qué situaciones nuestra vida cotidiana se va a adaptando a lo "normal y natural" es discernir. Entonces descubrimos que lo "normal y natural" es una coartada para dejar fuera de la Buena Noticia aspectos fundamentales de nuestro vivir, valorar, actuar, decir, sentir... Sin esta actitud de examen no puede haber discernimiento. Por lo tanto discernir, examinar, ponemos a prueba, pleitear con la realidad para vivir desde la Gratuidad supone vida cotidiana: vivimos en el tiempo, en espacios concretos, en lenguaje (conversación) y en un modo de relacionamos con la sociedad y con la naturaleza. 6

Op.cit

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