JORNADAS sobre SOSTENIBILIDAD TERRITORIAL Intervención de Antonio Cosculluela, Presidente DPH Zaragoza, 19 de Noviembre de 2005

En primer lugar, y aunque sea recurrente, quiero felicitar a los organizadores de estas Jornadas, tanto a los que han intervenido a nivel Federal, como quienes han trabajado a nivel de Aragón. Creo que abordar este tema, la sostenibilidad, es importante porque es un concepto que está calando en nuestra sociedad, especialmente entre los sectores más jóvenes. Por eso, para nuestro partido –aunque durante mucho tiempo no hemos sabido qué hacer con el medioambienteempieza a ser un requerimiento imperioso fijar posiciones propias y estrategias diferenciadas de las de cualquier otra opción política, sin que ello signifique desoír, ni menospreciar, ni desestimar aportaciones ajenas. En el caso de Aragón, este interés por construir un discurso propio, se ve reforzado por otras dos cuestiones: una –evidente, simbólica e inmediata- por su vinculación con el tema estrella de la Expo, y otra, a más largo plazo, por la dificultad que puede suponer–en Aragón, con un gobierno de coalición- diferenciar con claridad los planteamientos de partido y la acción de gobierno. Muchos de cuantos estáis aquí, procedéis de fuera de Aragón y por eso creo que es necesario hacer esas precisiones previas, y también creo que es conveniente dar

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algunos de los rasgos más destacados de la provincia de Huesca: ese será el modo de que podáis comprender mejor el sentido de mis argumentaciones. Huesca, situada entre Cataluña y Navarra, se extiende desde los Pirineos hasta el Valle del Ebro. La biodiversidad es la característica más destacada de su territorio. De norte a sur, en Huesca se pasa desde el Pirineo axial, por los somontanos, a la estepa monegrina. De este a oeste, nuestra provincia es la divisoria bioclimática entre el mediterráneo y el atlántico. A su vez, toda esta diversidad natural, ha dado lugar a distintas estructuras económicas y a una gran riqueza social y cultural. Además, Huesca, es una Provincia fundamentalmente rural. Cuenta con una extensión de más de 15.500 kilómetros cuadrados y con una población de 207.000 habitantes. Para que podáis haceros una idea, os diré que Huesca esta constituida por 10 comarcas; una de ellas, por ejemplo, Sobrarbe, supera en extensión a la provincia de Guipúzcoa. Pero las cosas cambian si hablamos de población. Huesca, tiene una densidad habitantes/kilómetro cuadrado.

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Detrás de esa media, como siempre suele ocurrir, se oculta la realidad: cerca del 60% de esta población se agrupa en siete puntos; el resto, se distribuye por el territorio de forma dispersa.

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Más de doscientos ayuntamientos, articulados en más de 700 pequeños núcleos habitados, componen el mapa municipal oscense. Trabajar sobre esta realidad, para modificarla, no es sencillo. El esfuerzo que se exige a la administración, para la dotación de infraestructuras y servicios dignos, es importante. Sin embargo, ambos –infraestructuras y servicios- son imprescindibles para posibilitar cualquier forma de desarrollo. Y, en esto, la administración está sola. Es evidente que, los mecanismos de la “librecompetencia”, no funcionan en escenarios como el de nuestra provincia, con gran peso territorial y escasez de población. Estoy hablando de telefonía, de conexiones telemáticas, incluso de televisión, pero también de educación, de sanidad... Sólo desde el ámbito público, cuando la acción política obedece a principios de ordenación territorial y a criterios sociales, se interviene en unas zonas que siempre son calificadas como “mercados no interesantes” por la iniciativa privada. Esta es una cuestión que, los territorios con características similares al nuestro, debemos señalar ante todos los foros en los que participemos para que se revisen unos principios, cuya aplicación -aunque quizá sea eficaz en el medio urbano- está siendo una traba para el desarrollo rural.

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Y esta situación, que afecta a la práctica totalidad del interior español, atenta frontalmente contra los principios de solidaridad y de igualdad de oportunidades –para ciudadanos y territorios- que como partido siempre hemos defendido. Pero las administraciones, por ser generalmente los agentes más activos del territorio rural, además de trabajar en la línea de proporcionar infraestructuras y servicios adecuados al tiempo actual, debemos implicarnos también en los procesos de reestructuración económica y social del medio rural. Esa es la segunda clave para invertir la recesión demográfica y lograr su revitalización. Y, si además, se le quiere dar perspectiva de futuro a esa reestructuración, habrá de hacerse descartando modelos caducos y buscando fórmulas viables. Fórmulas que, basadas en el concepto de desarrollo sostenible, permitan la supervivencia del medio rural dentro del actual sistema económico y social. Fórmulas, que nos alejen de los modelos de desarrollo sostenido –poco estimulantes desde el punto de vista social- y que nos alejen, también, de la cultura de la subsidiariedad. Y, fórmulas, que nos permitan evitar reproducir modelos de desarrollo insostenible por agotamiento de recursos naturales, por inviabilidad económica o porque conduzcan a la desertización humana de los territorios. La Conferencia de Río de Janeiro del 92 propuso un instrumento de trabajo que hoy estamos ensayando en la provincia de Huesca: la Agenda Local 21.

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A partir de la firma de un convenio con la Diputación Provincial de Barcelona, en julio de 2001, Huesca inició un proceso de elaboración de Agendas Locales, en colaboración con Ayuntamientos y Comarcas. Hoy, Sobrarbe, Barbastro, Binefar, Fraga, Jaca, Alto Gállego, Monzón y Huesca, se encuentran en proceso de elaboración o de implantación de Agendas 21. Se trata, por lo tanto, de dos comarcas, la capital y –salvo una- todas las ciudades intermedias de la provincia, las que están inmersas en este proceso y que, junto a la Diputación, han constituido la RETE 21: red provincial de carácter abierto a nuevas incorporaciones, creada para la coordinación de los procesos y el intercambio de información. Este proceso, por otra parte, en Huesca, tiene una particularidad: se desarrolla en ciudades medias y espacios rurales. Porque, es cierto, que las Agendas 21 Locales tienden a ser elaboradas en grandes concentraciones urbanas, dónde la degradación ambiental es mayor y dónde el consumo de recursos naturales está siempre por encima de los disponibles. Sin embargo, las Agendas 21 también pueden ser un eficaz instrumento de trabajo en el medio rural. Su objetivo es dotar a las comunidades locales -auténticas gestoras del territorio- de una herramienta de control sobre su modelo de desarrollo y sobre sus recursos. Bajo este punto de vista, las Agendas 21, son instrumentos para propiciar la implantación de modelos de desarrollo sostenible, nacidos del acuerdo entre la sociedad rural y sus administraciones locales. 5

Devolver al mundo rural el protagonismo que le corresponde en la planificación de su futuro, significa reforzarlo frente a agentes externos que -desde una visión y unos intereses ajenos al territorio- se vienen atribuyendo la capacidad de gestionar y explotar sus recursos, sin que medie ningún tipo de beneficio para los habitantes locales y su medio. Pondré un ejemplo. Huesca, ha soportado procesos de expoliación de recursos naturales. El más significativo fue el que nosotros denominamos “fiebre del agua” y fue, particularmente agudo, desde 1920 hasta la década de los 70. Estuvo ligado a la explotación hidroeléctrica de los ríos pirenaicos por parte de empresas privadas, procedentes del exterior. La inundación de las tierras fértiles de los fondos de valle, supuso la desaparición de los núcleos más dinámicos y la ruptura de la red de comunicaciones; todo ello, a su vez, condujo a la paulatina despoblación de los pueblos situados en las laderas. El resultado es que Huesca cuenta, en la actualidad, con las zonas con mayor densidad de pueblos deshabitados de España. La energía generada se puso al servicio, casi exclusivamente, de los centros urbanos industrializados. Los beneficios de carácter privado, obtenidos a partir de la explotación gratuita de un recurso público, huyeron del territorio en busca de productos y mercados que ofrecieran una rentabilidad rápida y alta.

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Este ejemplo ilustra un modo ya clásico de apropiación externa, en la explotación de un recurso natural. Sin embargo, en la actualidad, las circunstancias han variado notablemente y la “colonización” adquiere nuevas formas. El mundo rural se ha transformado en un polo de atracción para los habitantes urbanos, y la población local –siempre numéricamente inferior- se encuentra sometida a una constante presión, ejercida unas veces desde posiciones ultraconservacionistas y otras, desde posiciones, de especulación –fundamentalmente- urbanística. En consecuencia, para unos sectores y otros, el medio rural se ha constituido en una interesante reserva medioambiental desde el punto de vista de las sociedades urbanas. Aragón cuenta con 1.106 Km2 destinados a Espacios Naturales Protegidos; de ellos, 996 pertenecen a la provincia de Huesca. También contamos con más de 4.500 Km2 declarados LICs y con 4.415 calificados como ZEPAs. Estamos hablando de unas superficies numéricamente importantes y que reflejan el valor medioambiental de nuestra provincia. Somos concientes de ello y somos conscientes de que, el medioambiente, es nuestro principal valor de futuro y, lógicamente, queremos conservarlo. Desde ese convencimiento, propugnamos la necesidad de preservar la presencia humana en el territorio, porque no sólo es compatible con el medio ambiente, sino que es imprescindible para su conservación. 7

El hombre en el territorio debe empezar a entenderse como un agente positivo para el buen mantenimiento del medio natural. Mantener humanizado el territorio, es la mejor política de prevención frente a fenómenos naturales como la erosión o los incendios. Sin embargo, la presencia humana en el medio rural, sólo estará garantizada cuando las infraestructuras y los servicios que reciba el ciudadano sean dignos, y cuando exista una perspectiva definida de reestructuración económica. Esa perspectiva puede trazarse a través elaboración de las Agendas Locales 21.

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Las comunidades locales deben tener un marco dentro del que dibujen su futuro, teniendo en cuenta sus recursos y sus necesidades. Esa proyección, nacida del consenso entre los habitantes y las administraciones locales, será su documento más firme frente a cualquier tipo de presión exterior. Será preciso también, si queremos que sea efectiva la implantación de esos modelos de desarrollo sostenible, que los poderes públicos impulsores de este proceso, articulemos soluciones económicas para su puesta en marcha. Entiendo incluidos en ello, a los Municipios, las Comarcas, las Provincias, los Gobiernos Regionales, los Estados nacionales y la Unión Europea. Sólo así daremos fiabilidad a estos procesos.

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Finalmente -desde el punto de vista de una provincia española, periférica y de interior- con dificultades, pero con una enorme voluntad de vivir, querría acabar haciendo una reflexión sobre el concepto sostenibilidad, concepto que mayoritariamente se asocia de forma exclusiva a “medioambiente”. La sostenibilidad hace referencia a tres cuestiones: economía, medioambiente y justicia social. Sólo el equilibrio entre esos tres aspectos, garantiza que un sistema no sea insostenible. Se trata, por lo tanto, de buscar una armonización que siempre pasará por reducir o incentivar el elemento que distorsione el conjunto. En la mayor parte de los casos, cuando se habla de Agendas 21, se habla de medios urbanos, y el componente más deteriorado siempre es el medioambiente. Pero esto no siempre es así. En Huesca, y en el amplísimo interior rural español, ese esquema se rompe por la parte humana, no por la medioambiental. Se trata de zonas con unos magníficos recursos naturales, a las que, paradójicamente y en paralelo, se ha protegido y se ha destinado instalaciones-estigma cuya proximidad no acepta el medio urbano. Son territorios poco poblados, pero ha sido esa población la que ha conservado el medio natural que hoy despierta admiración y, desde luego, no ha sido esa población, ni sus hábitos, ni sus recursos económicos, los que han protagonizado las mayores agresiones contra el medio. Por el contrario, la actividad y la presencia humana, con carácter estable, es la que ha forjado el medio que hoy 9

conocemos y, en consecuencia, es la mejor garantía probada para la preservación de la riqueza medioambiental. En este sentido, es urgente la necesidad de resituar al hombre y sus actividades dentro de la escala medioambiental. Vincular definitivamente los términos “medioambiente” y “sostenibilidad”, cuando hablamos de mundo rural, nos permitirá dar cabida a los principios sociales que preconizamos como partido. Ello hará posible armonizar las actividades y necesidades de la población, con el medioambiente y la conservación de unos recursos naturales, cuya preservación futura, hoy – precisamente, por su actual infrautilización- está en cuestión. Ello nos permitiría, en definitiva, superar contradicciones paralizantes –letales con nuestras pirámides de edad- y nos ayudaría a establecer claramente prioridades. Este es el objetivo con el que hemos puesto en marcha las Agendas 21 en Huesca y el criterio de sostenibilidad con el que estamos trabajando. Quedaría pendiente hablar de otras cuestiones como la conveniencia o no de considerar la transversalidad del medioambiente, especialmente si lo vinculamos a sostenibilidad, lo que lo dota de carácter “social” y lo adentra en un terreno cómodo para nosotros, los socialistas. Bajo ese punto de vista, también podríamos entrar en si las políticas medioambientales no deberían incidir en el desarrollo rural, con el objetivo de propiciar el mantenimiento de la población, o incluso el asentamiento 10

de nuevos pobladores a través de la diversificación económica. También, puesto que estamos representantes de distintas Comunidades Autónomas, debería plantearse la conveniencia de crear una red nacional que ayude a diferenciar –especialmente, en lo que se refiere a participación ciudadana- los procesos impulsados desde instituciones en las que gobernamos. Pero hay más intervinientes, veremos que temas se plantean…

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