José Enrique Covarrubias En busca del hombre útil. Un estudio comparativo del utilitarismo neomercantilista en México y Europa,

José Enrique Covarrubias En busca del hombre útil. Un estudio comparativo del utilitarismo neomercantilista en México y Europa, 1748-1833 México Unive

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Un estudio comparativo
60 REVISTA Universidad EAFIT. Vol. 41. No. 137 | enero, febrero, marzo 2005 REVISTA Universidad EAFIT Vol. 41. No. 137. 2005. pp. 60-76 Un estudio

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José Enrique Covarrubias En busca del hombre útil. Un estudio comparativo del utilitarismo neomercantilista en México y Europa, 1748-1833 México Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas 2005 472 p. (Serie Historia General, 21) ISBN 970-32-2970-0 Formato: PDF Publicado en línea: 17 de agosto de 2016 Disponible en:

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III. L ACORRIENTE ALEMANA

Christian Wolff (1679-1754).

La utilidad de la sabiduría

Como M u r a t o r i , el filósofo a l e m á n C h r i s t i a n Wolff parte de la posibilidad de definir objetivamente los bienes y fines que deben guiar la vida del hombre, en lo que sigue las líneas trazadas en fechas previas por el t a m b i é n filósofo Gottfried W i l h e l m Leibniz. L a c o n d i c i ó n objetiva de la ética wolffiana la hace aspirar a la validez científica, de a h í que la recta c o m p r e n s i ó n de la felicidad y la s a b i d u r í a adquiera en ella este carácter. 1 Ya en lo relativo a la fuerza y la opulencia del Estado, Wolff postula u n modelo de e v o l u c i ó n e c o n ó m i c a o r g á n i c a que será continuado por los llamados cameralistas de la escuela austríaca, J o h a n n H e i n r i c h G . von Justi y J o s e p h v o n Sonnenfels. E l cameralismo es u n a corriente de pensamiento e c o n ó m i c o y administrativo surgida en A l e m a n i a con relación al manejo de los recursos de los dominios principescos. 2 S e ñ a l e m o s aspectos básicos de la p s i c o l o g í a de Wolff, tal como los resume E r n s t Cassirer, 3 para ver d e s p u é s con detalle lo relativo a su filosofía m o r a l . L a e x p o s i c i ó n requiere, desde luego, tomar t a m b i é n en cuenta lo dicho por Leibniz, el maestro de Wolff en m á s de u n sentido. 1 Para Leibniz y Wolff es inconcebible una ética que no infunda a los hombres la "ciencia de la s a b i d u r í a " , aquella que e n s e ñ a la manera de conseguir la felicidad, Schwaiger, Problem des Glucks, p. 195-197. S e g ú n Wolff, su ética se basa en premisas tan evidentes que hasta u n ateo d e b e r á admitirla como racional y fundamentada, Ilting, "Sitte, Sittlichkeit, Moral", en Brunner, Conze, Koselleck, Grwndbegriffe, V , p. 889; Schwaiger, op. cit., p. 183. 2 A l cameralismo se la ha definido como una línea de pensamiento mercantilista integrada a los temas internacionales, alejada de una exposición de tipo j u r í d i c o y representada principalmente por funcionarios y consejeros del p r í n c i p e , al que asesoran sobre el manejo de sus ingresos o la "cámara", K u r t Zielenziger, "Kameralismus", en Ludwig Elster, Adolf Weber y Friedrich Wieser (eds.), Handwórterbuch der Staatswissenschaflen, J e n a , Verlag von Gustav Fischer, 1923, V , p. 573-576. Una exposición breve de los o r í g e n e s y el perfil del cameralismo como corriente de pensamiento, en Johannes Jenetzky, System und Entwicklung des materiellen Steuerrechts in der wissenschafilichen Literatur des Kameralismus von 1680-1840, dargesteüt anhand der gedruckten zeitgenósischen Qjiellen, Berlín, Duncker & Humblot, 1978 (Schriften zum Steuerrecht, 17), p. 9-40. Karl-Heinz Osterloh, Joseph von Sonnenfels und die ósterreichische Reformbewegung im Zeitalter des aufgeklarten Absolutismus. Eme Studie zum Zusammenhang von Kammeralwissenschafi und Verwaltungspraxis, L ü b e c k / H a m b u r g , Matthiesen, 1970 (Historische Studien, 409), es uno de los estudios que mejor ilustran sobre la aplicación del cameralismo en Austria, s e g ú n el caso de las ideas de Joseph von Sonnenfels. s E r n s t Cassirer, La filosofía de la Ilustración, trad. Eugenio Imaz, M é x i c o , Fondo de Cultura Económica, 1984, p. 142-143.

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L e i b n i z y Wolff postulan la idea de u n alma independiente y d i n á m i ca por sí m i s m a . Esto implica que dichos filósofos no aceptan la t e o r í a de las impresiones de que se ha hablado ya en p á g i n a s previas, aquella que formula Locke y que retoman Montesquieu y H u m e y sólo hasta cierto punto M u r a t o r i y los italianos. Frente a esa t e o r í a sensualista, L e i b n i z y Wolff f o r m u l a n la t e o r í a de la espontaneidad, en la que el a l m a es vista corno u n a m ó n a d a , esto es, como u n a substancia e s p i r i t u a l cuyas fuerzas activas consisten en representaciones. L o esencial del a l m a h u m a n a es hacer, no padecer. S e g ú n esta c o n c e p c i ó n , u n estudio del alma en función de sus facultades no puede tener sino u n sentido relativo, pues fundamentalmente nos la habernos con u n a unidad. L o que se h a tomado como facultades del a l m a no es m á s que la pluralidad de direcciones y m a n i festaciones de u n a sola fuerza elemental, llamada por L e i b n i z "fuerza de r e p r e s e n t a c i ó n " . De esto resulta la necesidad de u n a p s i c o l o g í a de la función y no de la s e n s a c i ó n . E l a l m a es capaz de producir m á s y m á s representaciones, y conforme m á s lo hace m á s perfecta es. S i el á n i m a ostenta cualidades t a m b i é n reconocibles en el mundo e x t e r n o , 4 ello no se debe a que dicho m u n d o externo se las " i m p r i m a " sino a que ella m i s m a las puede preformar. U n a a r m o n í a divinamente preestablecida determina que u n a cosa concuerde con esta otra y no con a q u é l l a , de suerte que en el alma ocurren dichas concordancias. O r d e n , belleza y amor se encadenan así de m a n e r a a r m ó n i c a e infalible. C u a n d o el a l m a representa estas cualidades, es imposible que no sienta a l e g r í a o deleite. I m p o r t a sobremanera al hombre que esta a l e g r í a o deleite sea duradero, pues de él y de la p e r f e c c i ó n del á n i m a depende el provecho de ésta aun d e s p u é s de la vida terrenal. Dentro de esta filosofía, la felicidad individual (Glückseligkeit o felicitas) es algo muy distinto de la mera fortuna, la suerte o como se quiera llamar a la c o n s t e l a c i ó n de circunstancias externas favorables. L e i b n i z y Wolff la identifican con u n estado de a l e g r í a o deleite duradero. 5 E s de recalcar es que el deleite al que se hace referencia debe ser "verdadero", por lo que estos filósofos excluyen los afectos brutales. L e i b n i z distingue cualitativa y no cuantitativamente entre el goce del a n i m a l y el del hom4

Como por ejemplo amor, perfección, vigor, ser, libertad, orden, belleza, e t c é t e r a . Ambos filósofos emplean alternativamente las palabras " a l e g r í a " y "deleite", sin que se pueda establecer u n a d i s t i n c i ó n definitiva entre sus contenidos. Dada la importancia concedida por Leibniz a la c u e s t i ó n de la felicidad, justificado es calificar su filosofía m o r a l de eudemonista. Sobre esto, sin embargo, existen opiniones dispares entre los estudiosos, como lo muestra Schwaiger en Problem, p. 166, nota 736. Respecto del Wolff maduro se h a n expresado objeciones similares, acaso m á s comprensibles, pues a diferencia de Leibniz no se afana tanto en buscar el contenido del concepto "felicidad" sino de "bien m á x i m o " y " s a b i d u r í a " , cuya a d q u i s i c i ó n traería siempre consigo la felicidad, ibidem, p. 180-187, 195-196. E l hecho, sin embargo, es que el contenido "felicidad" está a h í , explícito o no. 5

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bre, pues el h u m a n o supone percatamiento y r e f l e x i ó n . 6 N o obstante, el hombre no necesita tener todo el tiempo actos de percatamiento que le recuerden que es feliz; basta con la posibilidad de r e p r e s e n t á r s e l o en cualquier momento. Específico de Wolff es calificar de "falsa felicidad" a aquella que se convierte en tristeza. 7 E l principal momento psicológico en la vida de u n a persona es cuando ésta toma conciencia de que el actual goce o a l e g r í a puede dejar el lugar al enojo y la frustración, sea porque aquel estado afectivo se transmuta o bien porque genera circunstancias nuevas que conllevan infelicidad. 8 Esta reflexión, ya en sí racional, persuade al individuo de la necesidad de recurrir a ú n m á s decididamente a la r a z ó n para prever el futuro y prevenir, con el apoyo en la experiencia y la voluntad, los cambios indeseables. De esta toma de conciencia en favor de la r a z ó n depende, pues, que la a l e g r í a termine siendo duradera. 9 L a cuestión de la a l e g r í a involucra de manera prioritaria la de las metas, y Wolff está persuadido de que para mantenerse felices los individuos no pueden contentarse con u n a sola meta fija cuya c o n s e c u c i ó n g a r a n t i z a r í a aparentemente la a l e g r í a . E l hombre necesita siempre acariciar nuevos bienes en u n a s i t u a c i ó n de p r o g r e s i ó n o perfectibilidad i n i n t e r r u m p i d a que desarrolle nuevas fuerzas, origen potencial a su vez de otras distintas. A q u í aparece el concepto de Seligkeit o beatitudo, por el que se hace referencia a este c a r á c t e r d i n á m i c o , progresivo, de la c o n s e c u c i ó n de los bienes, no implicado forzosamente en el concepto ya referido de felicidad. Wolff da t o d a v í a u n paso m á s que Leibniz al afirmar que esta beatitudo constituye el bien m á x i m o o summum bonum al que puede aspirar el hombre. 1 0 Wolff la entiende como el desarrollo de las propias fuerzas intelectuales y volitivas, que se distinguen de las corporales por no estar sujetas a u n l í m i t e insuperable, n i siquiera en la vejez. L a beatitudo es entonces un permanente crecer sobre sí mismo gozando cada vez de m á s bienes y siendo progresivamente m á s feliz. Se trata, pues, de u n progreso que en esencia es perfeccionamiento, fin ú l t i m o al que todos deben aspirar. 1 1 L a ciencia de la s a b i d u r í a , que es fundamentalmente conocimiento ético, establece los fines que corresponden a los actos libres, de a h í la relevan6 U n a visión exactamente opuesta en este punto a la de Galiani, como se puede constatar si se consulta el apartado H. 7 Schwaiger, Problem, p. 167, 177. 8 L a infelicidad supone u n pasar constante de aflicción en aflicción. 9 Leibniz lo explica así en el texto intitulado Von der Weisheit: "Pues quien simplemente se cree feliz (glückselig) lo será mientras le dura esta creencia; quien racionalmente cree ser feliz, lo creerá durante todo el tiempo que se norme prioritariamente por la r a z ó n y permanezca en ella", cit. por Schwaiger, Problem, p. 169. 10 Ibidem, p. 180. 11 Ibidem, p. 95-106, expone c r o n o l ó g i c a m e n t e la i n t e r p r e t a c i ó n e importancia que Wolff da a la idea del perfeccionamiento humano a lo largo de su p r o d u c c i ó n escrita.

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cia de conocer la s u b o r d i n a c i ó n de unos fines a otros, siempre con vistas al perfeccionamiento. L a c u e s t i ó n de lo útil es asunto central en la ciencia de la s a b i d u r í a porque, como se verá, está directamente relacionado con la r e l a c i ó n de medios y fines. Antes de continuar con lo relativo al concepto de felicidad de Wolff, es conducente mencionar a q u í la importancia de la ley de la naturaleza en el pensamiento de este filósofo.12 Influido t a m b i é n en esto por Leibniz, Wolff asume que el hombre, como todos los d e m á s seres creados, se i n clina por las acciones que lo llevan a la p e r f e c c i ó n de su naturaleza, de la misma m a n e r a que r e h ú y e las que i m p i d e n esta p e r f e c c i ó n . L a perfección es la r e a l i z a c i ó n de la esencia de cada ser, u n estado m á s allá de la salud o la n o r m a l i d a d . E n el caso del hombre, sin embargo, los actos hacia la p e r f e c c i ó n no se verifican por u n seguimiento e s p o n t á n e o de su ley, que es lo que ocurre con los animales. E n los seres humanos se requiere de la o b l i g a c i ó n , cuya exigencia se refiere a lo que el hombre conoce como moralmente posible, esto es, a la rectitud m o r a l que es propia de la esencia h u m a n a . 1 3 E n el hombre hay coincidencia entre la acción libre y lo dictado por la naturaleza propia, pues ésta lleva inscrita y a lo que por la libertad se c o n v e r t i r á en actualidad. L a naturaleza contiene así en potencia los fines a los que el hombre se m o v e r á en el ejercicio de su r a z ó n . Por asumir que la libertad no se sale del campo de vigencia de la ley de la naturaleza humana, Wolff sitúa el surgimiento de la sociedad civil — y por ende del Estado— como u n cumplimiento de dicha ley. Retomemos la c u e s t i ó n de la felicidad. Tanto al hablar de Glückseligketi (estado de felicidad duradera) como de Seligkeit ( p r o g r e s i ó n de dicha felicidad), Wolff se mantiene en u n plano inmanente: habla de u n a felicidad terrenal y marca así u n contraste con Leibniz, quien h a b í a vinculado estrechamente la d i m e n s i ó n progresiva de la felicidad con la plenitud u l t r a t e r r e n a . 1 4 Wolff concibe el bienestar general en t é r m i n o s tales que para efectos de vida colectiva corresponde a lo que en la i n d i v i d u a l es la beatitudo, es decir, u n progreso hacia el " ó p t i m o bien c o m ú n " que sólo puede ser calificado de ininterrumpido. E l bienestar general precede al particular tanto en el derecho como en el hecho, aunque t a m b i é n aclara Wolff que es en el á m b i t o de las unidades comunitarias elementales —matrimonio, familia y u n i d a d e c o n ó m i c a d o m é s t i c a — donde los indi12 Sobre esta idea de la naturaleza y su importancia para la f u n d a m e n t a c i ó n filosófica del principio del perfeccionamiento en Wolff, véase H a n n s - M a r t i n B a c h m a n n , Die naturrechtliche Staatslehre Christian Wolffs, Berlín, Duncker & Humblot, 1977 (Schriften zur Verfassungsgeschichte, 27), p. 78-89. 13 E n cuanto a la idea de esencia humana en Wolff, t a m b i é n A l a i n Renaut, Qu'est-ce que le droit? Avistóte, Wolff et Fichte, Paris, Librairie Philosophique J . V r i n , 1992 (Pré-textes, 3), p. 49-51. M Schwaiger, Problem, p. 183-184.

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viduos substancialmente contribuyen a este bienestar y al mantenimiento de la seguridad, los dos fines fundamentales de la sociedad civil. Existe, pues, u n a complementariedad entre la meta del perfeccionamiento propio y el de los d e m á s , lo cual es natural en quien asume que el individuo e x p e r i m e n t a deleite por el perfeccionamiento que constata en sus semejantes y las cosas m i s m a s . 1 5 L a vida colectiva reta a conseguir un perfeccionamiento consistente en la a r m o n í a en la pluralidad, meta nunca del todo realizada pero siempre generadora de la e v o l u c i ó n econ ó m i c a hacia el bienestar general. Esta a r m o n í a requiere, por cierto, que los individuos asuman como propia tanto la voluntad de quienes los gobiernan como la de sus conciudadanos, lo que da sentido a la teoría del contrato s o c i a l . 1 6 E n esta teoría, por cierto, el pueblo delega su s o b e r a n í a en el supremo poder constitucional y no vuelve a ejercerla sino cuando se modifica la C o n s t i t u c i ó n o cuando amenaza al Estado alguna r u i n a . 1 7 Wolff habla, pues, de bienestar y seguridad como fines de la vida social en dependencia del principio de la a r m o n í a . E n el p á r r a f o siguiente se e x p o n d r á el p r i n c i p a l proceso psicológico y m o r a l por el que el individuo se ve impelido a aportar al bienestar, lo que se enmarca en u n a b ú s q u e d a obligatoria de la s a b i d u r í a . E n cuanto a la meta de la seguridad, s e ñ a l e m o s que Wolff incluye en el contrato social la o b l i g a c i ó n de contribuir a ella y no desarrolla el punto de manera muy a m p l i a . E n Wolff no hay u n a t e m á t i c a del dolor y el placer que m i n i m i c e o condicione la m o t i v a c i ó n estrictamente racional del hombre, tal como 15 Su famoso principio de perfeccionamiento reza así: " H a z lo que te hace m á s perfecto o lo que hace m á s perfecto tu estado y el de los otros; abstente de lo que lo hace imperfecto", m á x i m a contenida en Vernünfftige Gedancken von der Menschen Thun und Lassen, zu Befórderung ihrer Glückseligkeit [obra t a m b i é n conocida como la Etica alemana de Wolff] (1720) § 12, citado por Ilting, "Sitte", p. 889. Sobre la idea de Wolff del deleite experimentado por el hombre a causa del perfeccionamiento de sus semejantes y de las cosas, en lo que va m á s lejos que Leibniz, Schwaiger, Problem, p. 124-125. 16 Wolff postula dos grandes momentos en la f o r m a c i ó n de la República. E n u n primer contrato ("pacto de u n i ó n " ) queda establecida la civitas, y por tanto hay Estado (gemeines Wesen). Luego ocurre el acuerdo sobre la forma de gobierno y u n contrato entre la superioridad política y los s ú b d i t o s sobre las condiciones de la transferencia del poder p ú b l i c o . Verificado esto, considera Wolff constituida la res publica, que supone u n orden legal y constitucional, con una forma de gobierno definida. Posterior a este contrato es el relativo a la d o t a c i ó n de los cargos del gobierno (elecciones de gobernante o gobernantes). De no buscarse el establecimiento de una democracia, el contrato de sujeción queda ya validado con el pacto de u n i ó n y las disposiciones de tipo constitucional. E l establecimiento de la República ocurre, s e g ú n Wolff, para que abunde lo necesario, lo c ó m o d o y lo deleitable. Esta secuencia de contratos es expuesta por Wolff en su Jus naturae methodo (1740) y resumida por Klaus-Gert Lutterbeck, Staat und Gesellschaft bei Christian Thomasius und Christian Wolff. Eine historische Untersuchung in systematischer Absicht, Stuttgart/Bad Cannstatt, Frommann-Holzboog, 2002 (Forschungen u n d Materialien zur deutschen A u f k l á r u n g ; Abt. I I : Monographien, 16), p. 194. 17 Ibidem, p. 195.

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pasaba con las corrientes a t l á n t i c a e italiana. L a m e r a luz de la r a z ó n basta para que el hombre aspire a la utilidad y perciba la necesidad de las m á x i m a s sobre las obligaciones individuales dirigidas al aumento del bienestar general de la R e p ú b l i c a . Wolff presenta u n a serie de m á x i m a s en su Etica alemana o Pensamientos racionales sobre el hacer y no hacer de los hombres (1720), en las que se reconocen dos situaciones importantes: 1) el c a r á c t e r no siempre evidente del ajuste entre medios y fines cuando se trata de la utilidad p ú b l i c a ; 2) la í n d o l e diferida de la utilidad por su componente de honestidad. E n el p á r r a f o 259 de esa misma Etica alemana1* Wolff dice que el hombre suele equivocarse respecto de si u n conocimiento le es útil en su profesión. Por lo tanto, a quien ya esté convencido de la importancia de conocer todo aquello que le puede ser útil, en caso de duda sobre la pertinencia de u n caso concreto, Wolff le recomienda hacerse del conocimiento en c u e s t i ó n , lo cual es u n camino que en todo caso lo llev a r á a aprender algo útil sin olvidar por ello lo necesario. 1 9 O p e r a r de otra m a n e r a i m p l i c a r í a arriesgarse a dejar de conocer algo que p o d r í a redituar en beneficio propio o de otros. E l conocimiento es siempre el camino m á s seguro, aquel en que nunca se pierde n i n g ú n bien. Percatado cualquier individuo de que alguna empresa cognitiva cae dentro del umbral de sus posibilidades, desde ese mismo momento debe intentarla. E n cuanto a la c o n s e c u c i ó n retardada de la honestidad, este principio queda explicado de m a n e r a ó p t i m a mediante el ejemplo de la ciencia misma. Wolff constata que el hombre experimenta a l e g r í a a corto y largo plazo. L a m a y o r í a vive de la a l e g r í a transitoria sin considerar que el limitarse a ésta puede derivar en desagrado o m e r m a r los grandes deleites de largo plazo, como lo es la a l e g r í a del saber. Para facilitar a los individuos el orientarse a los deleites de largo plazo, Wolff propone la f u n d a c i ó n de u n a gran academia de ciencias y artes que congregue a los m á s sabios, con lo cual se d a r á el prestigio necesario a estas actividades, tan descuidadas por u n a m a y o r í a social que se atiene a la a l e g r í a transit o r i a . 2 0 L a mencionada academia v e r á de obtener conocimientos científi18 Esta Ética alemana tiene u n contenido diferente de la "doctrina de las obligaciones", contenida en su Philosophia moralis sive Ethica (1750-1753). L a Ética alemana es tomada como fuente por Reinert y Daast0l, " E x p l o r i n g " , quienes en el a p é n d i c e I (p. 154-159) incluyen una selección de m á x i m a s e x t r a í d a s de esa obra que revelan mucho del sentido dado por Wolff a la actividad e c o n ó m i c a . L a Ética alemana ha sido reeditada en fechas relativamente recientes bajo el cuidado de J e a n Ecole: Christian Wolff, Vernünfftige Gedancken von der Menschen Thun und, Lassen, zu Befórderung ihrer Glückseeligkeit [facsimilar de la edición de Frankfurt/Leipzig, 1733], en Christian Wolff, Gesammelte Werke, I. Abteilung. Deutsche Schriften, Hildesheim/Nueva York, Georg Olms Verlag, 1976, v. 4. E n adelante esta obra será citada como Ética alemana. 19 Ibidem, § 2 9 3 , p. 190. 20 Esto lo dice Wolff en su Política alemana o Vernünfftige Gedancken von dem gesellschaftlicfien Leben der Menschen und insonderheit dem Gemeinem Wesen, zu Befórderung der Glückseeligkeit des menschlichen Geschlechts (1721). De esta obra hay reedición bajo el cuidado de Hans-Werner Arndt

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eos a partir de las artes y los trabajos manuales, al tiempo que servirá de ejemplo para la f u n d a c i ó n de academias y escuelas similares a nivel de las localidades. E n v i r t u d de su t e o r í a del conocimiento, de la que se h a b l a r á m á s adelante, Wolff piensa que el hombre siente deleite por la p e r f e c c i ó n que aprecia en sus c o n g é n e r e s y las cosas, de a h í que dicho deleite aparezca siempre que los toma como motivo de su actividad. S i n embargo, el ocuparse con los semejantes y las cosas no puede ser u n a actividad ilimitada: en sus fuerzas y alcances el hombre es finito. E l filósofo aborda entonces el interrogante que tal s itu ació n plantea de inmediato: ¿ q u é criterio determina los límites de lo que puede pedirse a u n hombre? S u respuesta afirma que nadie lo puede saber mientras dicho hombre no intente lo que en p r i n c i p i o se le presenta como posible. Wolff s e ñ a l a la habitual inclinación h u m a n a a esgrimir la aparente imposibilidad de algo para no hacer el esfuerzo correspondiente. 2 1 Su fundamento ú l t i m o es t e o l ó gico: si los resultados demuestran que la obra intentada estaba m á s allá de sus capacidades, el individuo queda justificado porque Dios —origen ú l t i m o de las obligaciones— no le puede pedir lo que supera sus fuerzas. L a b ú s q u e d a de conocimiento o ciencia como eje p r o g r a m á t i c o de la vida h u m a n a útil deriva de las fuerzas m á s importantes concedidas por Dios al hombre: el entendimiento y la v o l u n t a d , 2 2 capacidades que tend r á n u n a parte fundamental en el cumplimiento de las obligaciones b á sicas. L a o b l i g a c i ó n de conocer todo lo posible refuerza el gran momento psicológico de la p r e v i s i ó n del futuro, pues dentro de esta p r e v i s i ó n se contempla que u n conocimiento aparentemente inútil pueda ser útil en fechas ulteriores. E x h o r t a r o ayudar a u n a persona a hacer esta consideración mediante ejemplos pertinentes, 2 3 se perfila como u n a regla objetiva de honestidad comparable a la de Muratori, ya antes mencionada. L a diferencia, como se puede ver, es que ahora se aplica la regla a u n p r ó j i m o p a r a que se perfeccione; 2 4 no se trata así, como en el caso del italiano, de u n a regla a que el sujeto se someta fundamentalmente a partir de la p e r c e p c i ó n de sí mismo, de su ciudad o de su p a í s — e n suma, de todo lo identificable con "yo" o " m í o " — sino desde su conocimiento como Christian Wolff, Gesammelte Werke, I . Abteilung. Deutsche Schriften, Hildesheim/New York. Georg O l m s Verlag, 1996, v. 5, con el pasaje en c u e s t i ó n en § 305, p. 248. 21 Etica alemana, § 12, § 248, p. 160. Afirma el filósofo que la creencia en la imposibilidad de mejorar las ciencias y las artes heredadas de los griegos ha impedido la c o n t r i b u c i ó n de muchas mentes brillantes al perfeccionamiento de esas mismas ciencias y artes. 22 Ibidem, § 253-255, p. 163-165. Ibidem, § 2 5 8 , p . 166-167. 24 L a lógica de Wolff en este punto es que si la sociedad verificada en los t é r m i n o s m á s racionales (el Estado) surge de la necesidad humana de perfección, todo hombre tiene a h í la obligación de contribuir al perfeccionamiento de los otros.

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racional objetivo de las cosas y las personas. 2 5 O t r a c a r a c t e r í s t i c a de la e x h o r t a c i ó n wolffiana al m á x i m o acopio de conocimiento es que no supone identificar la felicidad con una mera a c u m u l a c i ó n de saber. L a ciencia y el saber teórico acumulados no son fines en sí mismos sino instrumentos de la vida p r á c t i c a . 2 6 E l saber útil elevado a ciencia es la meta en este r e n g l ó n , ya que esta ú l t i m a actividad ilustra sobre la a d e c u a c i ó n entre los fines y los medios que ya h a b í a , quizás de m a n e r a u n tanto oculta, en dicho saber. L a idea de lo útil en Wolff tiene así que ver preponderantemente con la estructura de medios y fines que la inteligencia h u m a n a descubre en el mundo. L a ciencia, que es p r o l o n g a c i ó n de la filosofía, consiste en u n saber superior en cuanto que llega a la esencia o contorno del ser (en sentido metafísico) deducible de las determinaciones regulares en las cosas. L a esencia de u n reloj, por ejemplo, se refiere al orden o regularidad en el preciso engranaje de sus volantes y sus dientes, lo que le permite marcar exactamente las h o r a s . 2 7 Cuanto m á s regularidades o concordancias se constaten en las partes componentes de u n a cosa o los elementos relacionados por a l g ú n proceso, tanto m á s p e r f e c c i ó n h a b r á que reconocer en a q u é l l a o é s t e . 2 8 A h o r a bien, como el hombre vive en u n mundo de cosas, a la ciencia relacionada con él no le puede ser indiferente la pregunta por la u n i d a d ú l t i m a de los seres y cosas, con a t e n c i ó n muy precisa a las correspondencias o regularidades en ellos, llegando al conocimiento de u n orden supremo en que todas las esencias resultan ser perfecciones y por lo mismo acaba siendo u n orden del deber ser. L a gran consecuencia para efectos de ciencia ética es que el estudio de las cosas no se puede deslindar de u n orden de fines jerarquizados, así como que la c u e s t i ó n de la p e r f e c c i ó n por las concordancias o regularidades (esencias) marca u n enlace definitivo entre el m u n d o físico y el moral. C o m o afirma B a c h m a n n , 2 9 u n a c o n s i d e r a c i ó n de las cosas en aras del simple aprovechamiento personal no es algo con significación ética para Wolff. E l uso de las cosas tiene que ser referido al orden del ser, que es orden del deber ser. Para no caer, por otro lado, en u n a i n t e r p r e t a c i ó n que descuide el continuo vuelco de la filosofía wolffiana al m u n d o de las cosas, s e ñ a l e m o s que Lutterbeck llama " t e o r í a m o r a l de tipo e c o l ó g i c o " 25 Dado que Wolff niega que para sentir deleite, alegría y amor tenga que mediar u n juicio que establezca la r e l a c i ó n entre el bien involucrado y la propia persona (Schwaiger, Problem, p. 161), su p o s i c i ó n en esto no es subjetivista. 26 Ibidem, p. 195-196. 27 Lutterbeck, Staat, p. 174. 28 Esta c o n c e p c i ó n de la perfección lleva a Wolff a adoptar y difundir en forma notable la m e t á f o r a política de la m á q u i n a . Sobre las ideas y significado de Wolff a este respecto, StollbergRibnger, Staat, p. 6 1 , 65, 89-92, 101. 29 Staatslehre, p. 83.

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a la e n s e ñ a n z a de Wolff en este respecto. 3 0 C o n ello quiere recalcar L u t terbeck el substrato natural de la existencia h u m a n a (un orden de cosas) que Wolff toma siempre en cuenta al establecer u n continuo correlato entre el ser y el deber ser del todo creado. Muy importante es la idea de Wolff sobre la "intuición deleitable de la perfección". 3 1 Por i n t u i c i ó n el hombre conoce la perfección o imperfección en las cosas, en los otros y en sí mismo. J u n t o con este conocimiento ocurre u n deleite o disgusto — s e g ú n haya p e r f e c c i ó n o i m p e r f e c c i ó n — que no es u n resultado de tal conocimiento sino algo que surge simultáneamente con é l . 3 2 Wolff habla así de u n a fuerza cognitiva que supone un gozo d e l m i s m o tipo que el proporcionado por la v i r t u d . 3 3 E l h o m bre sabio-útil que realiza el designio ético de Wolff vive en u n a situación de deleite intelectual continuo. Su utilidad se relaciona sobre todo con la a p o r t a c i ó n a l a ciencia, principalmente en lo relativo a la f o r m u l a c i ó n de nuevos conocimientos aplicables. L a m á s valiosa a p o r t a c i ó n pública de este hombre se resume en la f ó r m u l a del "arte de la i n v e n c i ó n " , s e g ú n el cual n a d i e i n v e n t a n a d a ú t i l si antes no ha realizado l a a p r o p i a c i ó n o el mejoramiento importante en alguna parcela del conocimiento. Imperioso le es a este individuo descubrir verdades hasta entonces desconocidas a partir de u n a r e f o r m u l a c i ó n filosófica de las conocidas. E l descubrimiento en c u e s t i ó n puede darse de tres maneras: por experiencia, p o r e x p e r i m e n t a c i ó n o por ejercicio estricto de la r a z ó n . 3 4 Quien descubre por experiencia sólo debe observar las cosas y eventos que la naturaleza trae a la luz por sí misma, como sucede en la astronomía. E l descubrimiento por e x p e r i m e n t a c i ó n implica "ayudar" a la naturaleza en esta r e v e l a c i ó n . E n cuanto al descubrimiento por la r a z ó n , éste consiste en obtener nuevas verdades desde las ya establecidas, pues la fuerza racional alcanza para penetrar las relaciones entre las verdades y obtiene conclusiones que ponen dichas relaciones a la vista. Decisivo en esta ú l t i m a o p e r a c i ó n es el silogismo como procedimiento que evidencia la certeza de los juicios formulados. Wolff asume que sólo quien conoce 30

Lutterbeck, Staat, p. 179. Para designar dicha intuición Wolff utiliza el t é r m i n o a l e m á n Lust y el latino intuitio deleitans. 32 Schwaiger, Problem, p. 52-53, señala que con esta teoría Wolff desecha la tradicional idea aristotélica y escolástica de u n a s e p a r a c i ó n entre entendimiento y voluntad. 33 Ibidem, p. 83. Schwaiger expone c ó m o en la idea de virtud de Wolff influye visiblemente el t a m b i é n filósofo E h r e n f r i e d W. Tscbirnhaus, quien se a p r o x i m a en algunos puntos a la filosofía espinocista pero rechaza la negativa de Espinosa a aceptar que el conocimiento del bien y el mal influya en el á n i m o humano. Este contraste con Espinosa existe t a m b i é n en el pensamiento ético de Wolff. M Wolff, Ética alemana, § 295-354, p. 191-235, donde trata precisamente del arte de la i n vención. 31

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las perfecciones de Dios está en la situación de proclamar su g l o r i a , 3 5 lo cual forma parte del perfeccionamiento personal. N o hacer ciencia por quien tiene las dotes p a r a ello equivale a desobligarse frente a l Creador. L a idea de v i r t u d tiene en esto u n a función importante, pues Wolff la entiende leibnicianamente como u n a i n c l i n a c i ó n a lo bueno por u n a voluntad que desea esto bajo la i l u m i n a c i ó n de la r a z ó n . E d u c a r a la voluntad desde el entendimiento para desear lo bueno y procurarse así el conocimiento provechoso c o n s t i t u i r á el gran programa de vida del hombre sabio-útil de Wolff. Desde u n punto de vista epistem o l ó g i c o lo central a q u í es el descubrimiento de la verdad o verdades, como en Montesquieu lo es el de la \ey-rapport o en Muratori el del orden universal. S i el hombre útil de Montesquieu despliega el m é t o d o científico v el de Muratori busca la c o n t e m p l a c i ó n , el de Wolff consolida una experiencia científica a partir de sus vivencias corregidas por la r a z ó n , muy concretamente por el razonamiento silogístico. Por esta ú l t i m a vía se ponen a prueba t a m b i é n los postulados hechos previamente por las ciencias y se gesta la sabiduría del hombre de mundo. E l individuo sabio-útil está en un ir y venir continuo entre lo que la r a z ó n le muestra como posible y lo que él verifica de ello, pero desde luego, la p r o p i a e x p e r i e n c i a no puede c u b r i r todos los campos del conocimiento, y y a en los hechos se parte de clasificaciones existentes de los distintos ramos del saber. U n o de los aportes de Wolff m á s conocidos es precisamente su nueva clasificación de los ramos del conocimiento filosófico,30 aquella que permite, en su o p i n i ó n , la m á s coherente e s t r u c t u r a c i ó n p a r a u n saber total. Aquí importa decir que, por lo que toca al proceso mismo del discurrir y el conocer, Wolff es e m p i r i s t a sólo en cuanto que considera a los conceptos m á s elementales producto de u n a o p e r a c i ó n v i s u a l i z a d o r a de los sentidos y la i m a g i n a c i ó n . L o s conceptos así ganados pueden ser, sin embargo, inexactos o "turbios". 3 7 E l concepto en sí se refiere a algo posible y s e ñ a l a la p r i m e r a fase del discurrir; le siguen la f o r m u l a c i ó n de los juicios y las deducciones o conclusiones. E s en las fases de juicios y deducciones que se establece la necesaria claridad y verdad de los concep85 Ibidem, § 665, p. 459-460. Afirma a h í que el perfeccionamiento del hombre conforme a su naturaleza, así como a su c o n t r i b u c i ó n al bienestar general y a la honra de Dios, constituyen fines inseparables. Véase t a m b i é n Schwaiger, Problem, p. 97-98. 36 L a estructura de dichos ramos es la siguiente: I . Filosofía teórica, dividida en: 1. Lógica, 2. Metafísica (dividida a su vez en o n t o l o g í a , c o s m o l o g í a general, psicología y teología racional) y 3. Física (dividida en experimental y d o g m á t i c a ) ; I I . Filosofía práctica, que se divide en: 1. Filosofía práctica universal, 2. Etica o moral, 3. E c o n o m í a y 4. Política. H a z a r d , Lapensée européene au XVIIIe siécle. De Montesquieu a Lessing, Paris, Fayard, 1963, p. 47, ve en esta clasificación de Wolff una prueba de su " m a n í a de rigor formal". 37 Sobre el proceso del conocimiento s e g ú n Wolff, B a c h m a n n , Staatslehre, p. 58-65, donde explica la secuencia cognitiva que va de los conceptos a los juicios y las conclusiones.

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tos. L a e n t r o n i z a c i ó n de la d e d u c c i ó n como forma superior del discurso constituye el distintivo del m é t o d o de Wolff, aquel que lo hace famoso en su tiempo y que aspira al rigor a x i o m á t i c o de las m a t e m á t i c a s . E n este sentido se trata de u n " m é t o d o m a t e m á t i c o " aplicable a la generalidad del conocimiento científico. L a existencia del sujeto en tren de perfeccionamiento es vista como llevada de u n movimiento que en lo medular supone progreso cognitivo, para lo que debe contar con u n cierto margen de libertad que le permita fijar las estaciones o metas provisionales en su camino. ¿ C ó m o debe proceder el individuo al hacer esto? Mediante el d i á l o g o , o mejor dicho mediante la i n t e r p e l a c i ó n consigo mismo y con los otros, por la que de manera continua se le recuerda el imperativo de e m p r e n d e r lo que parezca m o r a l m e n t e posible y hacer así honor a l concepto é t i c o . L a interp e l a c i ó n es l a s i t u a c i ó n m o r a l fundamental dentro del pensamiento wolffiano, aquella que despierta en el sujeto el sentido de u n a esfera propiamente m o r a l de las conductas y que corresponde a la del observador s i m p á t i c o de H u m e o la identificación m o r a l de M u r a t o r i . T a m b i é n en Wolff existe una correspondencia entre esta situación moral y la jurisprudencia que propone. Como padre de la jurisprudencia conc e p t u a l , 3 8 Wolff intenta fijar la vida h u m a n a en conceptos de derecho y ordenar é s t o s en u n todo sistematizado que deje a t r á s los tratamientos compartimentalizados de lo j u r í d i c o o "estudios de las instituciones", que a menudo tienden a perder de vista el principio de igualdad y por ende el de justicia como inherentes al derecho. Sólo a nivel del sistema completo de las verdades j u r í d i c a s hay g a r a n t í a de u n a justicia racionalmente demostrada, esto es, de u n a justicia que exprese la c a t e g o r í a de la necesidad. N o sucede así al nivel del estudio aislado de las leyes civiles (positivas), en muchas de las cuales Wolff sólo reconoce la calidad de probables, 3 9 con lo que se adhiere a u n a de las premisas de los autores antes vistos: la imposibilidad de asumir que las reglas pueden cubrir el universo entero de las conductas y sus consecuencias. L a j u r i s p r u d e n c i a de Wolff pide u n a a t e n c i ó n j u r í d i c a prioritaria al problema de la j e r a r q u i z a c i ó n 38 Así la ha llamado el historiador a l e m á n del derecho privado Franz Wieacker, como lo señala B a c h m a n n , Staatslehre, p. 72. L a a p r e c i a c i ó n de B a c h m a n n sobre la a p o r t a c i ó n de Wolff a la ciencia del derecho (ibidem, p. 70-72) remite a otras evaluaciones por autores previos. 39 Wolff, Política alemana § 430, p. 457. No sorprende, por tanto, que u n seguidor frecuente de las ideas j u r í d i c a s de Wolff, el cameralista J o h a n n Gottlob H e i n r i c h von J u s t i (a tratar en el siguiente apartado), hable de la concordancia entre "leyes posibles" (dadas por los fines generales y particulares del Estado, la forma de gobierno, la naturaleza del país y la destreza de los habitantes) y "leyes verdaderas" (las efectivamente formuladas y reconocidas como tales) como factor de la felicidad del Estado, Marcus Obert, Die naturrechtliche "politische Metaphysik" des Johann Heinrich Gottlob von Justi (1717-1771), F r a n k f u r t a . Main, Peter L a n g , 1992 ( E u r o p á i s c h e Hochschulschriften; Reihe 2; Rechtswissenschaft; B d . 1202), p. 264.

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de los fines situados m á s acá de la seguridad y el bienestar, aquellos que justifican la vida en Estado. Por lo que se refiere a lo e c o n ó m i c o , en este campo i m p o r t a mucho el hombre sabio-útil que g e n e r a r á verdades nuevas y j u n t o con éstas formas nuevas de aumentar el bienestar, lo que forma parte de las obligaciones, 4 0 pero a partir de la vida social ya existente y de m a n e r a similar a Montesquieu y Muratori, Wolff sitúa la utilidad del individuo en varios medios sociales, concretamente en dos: el d o m é s t i c o y el civil. E l medio d o m é s t i c o abarca tres tipos de sociedades —conyugal, patriarcal y de dominio d o m é s t i c o — 4 1 y lo característico de la u t i l i d a d en dicho medio, particularmente en la sociedad patriarcal, es el representar u n estado de f o r m a c i ó n para la vida civil, en contraste notable con el esquema de discontinuidades de Montesquieu a este respecto. Los padres no sólo transmiten el conocimiento a los hijos sino tamb i é n les despiertan el ingenio, la agudeza y la profundidad p a r a ver las cosas, de lo que se v e r á n los beneficios sociales con el paso del tiempo. Particularmente b e n é f i c a es la e d u c a c i ó n en la familia cuando inculca el sentido de la gloria, el comedimiento, la veracidad y la religiosidad, con particular a t e n c i ó n a que el hijo no se vuelva codicioso y altanero. E s decisivo, por tanto, que el hijo aprenda en casa que el dinero se gana sólo con esfuerzo y necesita ser cuidado. E l j u i c i o sobre el honor de las personas no lo pueden hacer ciertamente los n i ñ o s ; sin embargo, los padres deben e n s e ñ a r l e s los gestos y conductas propios de quien conoce dicho honor, con lo que terminan preformados para apreciar y vivir como adultos esta virtud social, que Wolff entiende como la respetabilidad que se concede a los otros. E l hijo abandona el hogar cuando y a sabe bastarse y gobernarse a sí mismo, esto es, cuando h a realizado ya u n a toma de conciencia en favor de la r a z ó n . 4 2 Este gobernarse a sí mismo consiste por tanto en actuar en función de la utilidad diferida y no inmediata de las cosas. C o m o puntal en la g e n e r a c i ó n de bienestar, la u n i d a d d o m é s tica destaca por ostentar u n c a r á c t e r coordinado y comunitario bajo el dominio patriarcal. Frente a la utilidad inculcada en el á m b i t o d o m é s t i c o tenemos la que priva en sociedad civil. E n la casa el hijo se ha hecho útil conforme ha 10 Punto recalcado por Reinert y Daast0l, " E x p l o r i n g " , passim, para contraponer la visión wolffiana del hombre como u n ser hecho para crear (de a h í su o b l i g a c i ó n a esto mismo) a la del liberalismo smitbiano, que lo destina al mero intercambio (barter). 11 Son respectivamente las sociedades de c ó n y u g e s , de familia y de p a t r ó n - s e r v i d u m b r e o p a t r ó n - a u x i l i a r e s en á m b i t o d o m é s t i c o . V é a n s e su Política alemana § 16-191, p. 10-135. Cuando Wolff habla de " e c o n o m í a " , se refiere a la buena a d m i n i s t r a c i ó n de la e c o n o m í a d o m é s t i c a . Wolff se mantiene así en la t r a d i c i ó n aristotélica de considerarla u n campo específico de la filosofía práctica: su Ókonomik se refiere al viejo oikos. 12 Vide supra nota 9.

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madurado en la tarea de gobernarse en función de la utilidad a largo plazo, de a h í que en su mente se haya establecido ya la distinción entre lo necesario y lo superfino en relación con la supervivencia, sin embargo, la vida en sociedad civil es u n á m b i t o de especialización y m u l t i p l i c a c i ó n de tareas en que lo necesario y lo s u p e r í l u o terminan por confundirse. E l simple abasto de alimento supone y a la p a r t i c i p a c i ó n de muchos hombres y numerosas fases de labor. Por lo tanto, la d i s t i n c i ó n o la misma g r a d a c i ó n tajante entre lo necesario y lo superfluo resulta contraproducente a q u í : limitado a hacer o esperar de los d e m á s sólo lo necesario, un individuo no p r o p i c i a r á siempre el empleo y la subsistencia de los otro.s. Por tanto, la convivencia p ú b l i c a debe sustentarse en la comodidad, que para Wolff es la e x p r e s i ó n quizás m á s acabada de la utilidad pública; la misma actividad científica de la gran academia de ciencias y artes debe contribuir a verificar esta comodidad. U n a utilidad particular propiamente dicha no es contemplada por Wolff como no sea el perfeccionamiento a que el individuo debe aspirar en todo momento de su vida, el cual lo lleva naturalmente al de los d e m á s , s e g ú n vimos. Así, cualquier utilidad privada se identifica de manera a u t o m á t i c a con la pública, que supone el entramado de derechos y obligaciones establecidos en el contrato social y necesarios para que el individuo no desmerezca en su c o n t r i b u c i ó n a los fines del Estado. E n este sentido, el individuo útil en sociedad civil es a u t o m á t i c a m e n t e individuo útil en y para el Estado. A h o r a bien, ¿ q u é condiciones se requieren para que el aumento del bienestar o c u r r a en forma de e v o l u c i ó n o r g á n i c a , conforme al principio de la a r m o n í a en la pluralidad? L a pregunta es importante porque el punto devela la a r t i c u l a c i ó n entre la utilidad d o m é s t i c a y la estatal como estructura fundamental de la o r g a n i z a c i ó n colectiva. G r a n relevancia adquiere en esto el llamado p r i n c i p i o del subsidiarismo, constatable de manera i m p l í c i t a en el pensamiento de Wolff. S e g ú n este principio, la unidad productiva básica o d o m é s t i c a tiene que ser asistida por u n a instancia superior en todo aquello que por sí misma no pueda ofrecer a los individuos.43 E l Estado del bienestar interviene para compensar estas deficiencias, lo que hace mediante u n selecto grupo de b u r ó c r a t a s iniciados en la ciencia del Estado y dispuestos a ejercer las virtudes de la justicia y la pruden43 j ü r g e n G . Backhaus explica esto, con base en los Grundsatze des Natur- und Vólkerrechts o Principios del derecho natural y de gentes (1754) de Wolff, en "Christian Wolff on Subsidianty, the División o f L a b o u r a n d Social Welfare", en Backhaus (comp.), Wolff, p. 25-29. E l énfasis en la e c o n o m í a d o m é s t i c a como unidad productiva básica delata la influencia del modelo de la llamada "casa completa" o Ganzes Haus, de i n s p i r a c i ó n aristotélica, tal como lo describe Otto B r u n n e r en su clásico artículo "Das Ganze Haus u n d die a l t e u r o p á i s c h e Okonomik", en Neue Wege der Sozialgeschichte. Vortráge undAufsatze, Gotinga, Vandenhoeck & Ruprecht, 1956, p. 33-61.

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cia p o l í t i c a . 4 4 Esta ú l t i m a dicta la pertinencia de preservar las unidades elementales de la R e p ú b l i c a , de suerte que exista u n subsidiarismo lateral —de distrito a distrito y provincia a provincia— con tanto derecho como el vertical, que integra las partes a u n a c o o r d i n a c i ó n c o m ú n . Wolff no pretende, por tanto, que la autoridad o las instancias superiores i n tervengan para cubrir sin m á s cualquier necesidad que la u n i d a d d o m é s tica no satisfaga. E l subsidiarismo lateral permite atacar este problema en muchos casos, pues para estos efectos tanto se toma en cuenta a las unidades d o m é s t i c a s como a las asociaciones surgidas de los v í n c u l o s de religión, vecindario, amistad, historia c o m ú n , e t c é t e r a . Se puede decir que u n a sociedad civil ha surgido a h í donde las familias se han unido para gozar de las comodidades de la vida, avanzar de una p e r f e c c i ó n a otra conforme a la o b l i g a c i ó n natural y defenderse cabalmente frente a cualquier ofensa. L a a r t i c u l a c i ó n social mediante el subsidiarismo es la m a n i f e s t a c i ó n m á s completa del ya antes mencionado modelo de e v o l u c i ó n o r g á n i c a del gemeines Wesen, t é r m i n o que hasta ahora hemos traducido como Estado, pero que t a m b i é n implica u n a dim e n s i ó n d i n á m i c a que a p r i m e r a vista no se asociaría con este concepto: un desenvolvimiento colectivo que por ser cada vez m á s o r g á n i c o (por el entrelazamiento de los hombres en sus necesidades) supera progresivamente los o b s t á c u l o s que surgen en la p e r s e c u c i ó n de la seguridad y el bienestar. Wolff ha asumido el principio leibniciano de u n a a r m o n í a profunda en todos los ó r d e n e s , incluso el internacional, que sólo puede consistir en Estados equivalentes a personas m o r a l e s . 4 5 T a n infinito como el perfeccionamiento del individuo es el del Estado, que por ahora es una forma tendiente a la civitas máxima, aunque u n a vez alcanzada esta meta será el punto de partida para u n Estado m u n d i a l federado, proveedor de bienestar general a toda la humanidad en el m á x i m o nivel posible. 4 6 Grandes son las diferencias entre los planteamientos de Wolff y los de la corriente a t l á n t i c a e italiana, en lo que la i n s e r c i ó n del primero en la t r a d i c i ó n m á s racionalista del derecho natural destaca en p r i m e r término. C o n todo, no faltan en Wolff las referencias al comercio que dejan ver u n talante p r a g m á t i c o , alejado de la t ó n i c a racionalista mencionada. 44 Para Wolff la figura principal como colaborador del p r í n c i p e no es tanto el ministro como el consejero de Estado o Staatsrath, cuya trayectoria es m á s de carrera y especializada que la del simple ministro. 43 "Dado que en u n Estado se busca preservar, mediante la u n i ó n de las fuerzas, aquello que cada hombre está obligado a buscar por su naturaleza, entonces puede vérsele como una persona individual. Y conforme a ello muchos Estados se comportan entre sí como lo hacen las diversas personas entre sí", dice Wolff en sus Grundsatze des Natur- und Vólckerrechts, Halle, 1754, § 220, citado por Backhaus, "Christian Wolff", p. 30, 35. 46 Lutterbeck, Staat, p. 184. Tenemos a q u í la v e r s i ó n wolffiana de esa utilidad humanitaria en sociedad internacional a la que Montesquieu o Muratori se han referido t a m b i é n .

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Wolff opta por u n a serie de consejos que matizan o corrigen los principios mercantilistas clásicos, como el primado de la e x p o r t a c i ó n de manufacturas o la i m p o s i c i ó n de prohibiciones para u n beneficio mercantil a costa de otros E s t a d o s . 4 7 E l aparente alejamiento de la mentalidad mercantilista no debe llamar a e n g a ñ o : todo esto lo expone Wolff en f u n c i ó n de la p e r m a n e n c i a y el aumento del m e t á l i c o en el propio Estado. Acorde con esto va también su c o n v e n c i m i e n t o sobre las grandes ventajas de la m i n e r í a , así como sobre la a t m ó s f e r a de comodidad y seguridad que se crea con u n a intensa c i r c u l a c i ó n y d i s t r i b u c i ó n del m e t á l i c o entre los habitantes. C o n un dinero circulante y b i e n distribuido se consigue la confianza y el est í m u l o que evitan cualquier estancamiento o d e p r e s i ó n en la generación de riqueza. D i c h a c i r c u l a c i ó n es tanto causa como consecuencia de una a g r i c u l t u r a e i n d u s t r i a bien llevadas. De igual m a n e r a , con el d i nero circulante y distribuido se contribuye a dar prestigio a l propio E s tado, que atrae de esta m a n e r a la i n m i g r a c i ó n , la residencia temporal y el turismo de los extranjeros, así como el paso de é s t o s por el p a í s en sus viajes hacia otras partes, rubros que a d e m á s de incrementar el metálico —ventaja que comparten con el comercio— favorecen el aumento de p o b l a c i ó n . E l potencial de riqueza atribuida a cada individuo "nuevo" que se conecta provisionalmente con la e c o n o m í a nacional, sino es que se integra definitivamente a ella, destaca en el ideario de Wolff si se le compara con el de los autores antes vistos. Se trata del "principio de p o b l a c i ó n " , al que ahora se le da mucho m á s alcance que en cualquiera de los autores antes vistos. J u n t o con esto es preciso reconocer la conciencia de Wolff respecto de que el tema del desarrollo de las provincias y ciudades no se agota con lograr la r e t e n c i ó n y a t r a c c i ó n del m e t á l i c o a nivel de todo el Estado. C a d a provincia o ciudad es u n caso distinto y pide consideraciones específicas. Wolff toma muy en cuenta los impactos regionales de la inserción de u n Estado en el comercio internacional, de m a n e r a que el contraste entre los beneficios comerciales obtenidos por las provincias, la a p o r t a c i ó n de sus pobladores en conocimientos y destrezas, y la integ r a c i ó n de estas entidades p e q u e ñ a s al todo estatal, constituyen puntos a evaluar con gran detenimiento. ¿ C ó m o se configura entonces la p r o b l e m á t i c a del individuo gobernable en Wolff? L o que dentro de su pensamiento corresponde a la situación de individuos meramente agregados es aquella en que éstos persiguen su perfeccionamiento s e g ú n las propias fuerzas, lo que implica que hasta su "de17 L o s pasajes de la Política alemana dedicados a la c u e s t i ó n del comercio y el dinero, en § 477-489, p. 550-591.

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recho perfecto" 4 8 m á s importante para la socialización, el de obligar a los otros a cumplir sus obligaciones humanitarias, se ejerce t a m b i é n s e g ú n la lógica del m á s fuerte. 4 9 Esta situación de mera a g r e g a c i ó n de individuosá t o m o s o "estado natural" es de una precariedad notable en cuanto a la nula g a r a n t í a de todos para ejercer éste y otros derechos individuales, lo que afecta m á s evidentemente a los menos fuertes, pero t a m b i é n los m á s fuertes padecen a h í y se sienten impelidos a superar u n estado de cosas en que ellos mismos se ven frenados en la p e r s e c u c i ó n de su perfeccionamiento, pues sus fuerzas tienen límites y topar con éstos significa no avanzar m á s en dicho perfeccionamiento, que es la obligación suprema. L a s o l u c i ó n a la insuficiente racionalidad de este "estado natural" ocurre, s e g ú n Wolff, de dos maneras: 1) por una convenida u n i ó n para el apoyo mutuo indispensable que garantice a cada uno el ejercicio de sus derechos, entendidos éstos como los espacios de libertad que por la naturaleza misma de las cosas (en este caso, el libre juego de esos derechos) se deja a los hombres para que logren perfeccionarse; 2) por una comunidad de partes contratantes que no comienza con el i n t e r é s compartido en que se verifiquen los apoyos concretos sino con la verificación misma de estos últimos, esto es, con una u n i ó n ya realizada de las fuerzas. Se accede entonces al "estado adventicio", en que el perfeccionamiento es ya por acciones libres (conformes a la esencia humana) y no meramente naturales. Se forma así la sociedad conyugal, la patriarcal y la d o m é s t i c a , y por ú l t i m o la sociedad civil, que es u n a "sociedad mayor" que permite la vida en Estado y m á s concretamente s e g ú n los fines del Estado. L o anterior deja en claro que s e g ú n Wolff la c o n d i c i ó n natural del hombre sigue presente en todas las etapas o formas de su existencia, pues nunca deja de tender a la realización de su propia naturaleza e integrarse a su vez a u n a naturaleza m á s amplia que le impone rasgos comunes con los otros seres. A h o r a bien, el lado natural del hombre garantiza una tendencia, no u n verificación infalible, a las obligaciones sociales. L a principal i m p e r f e c c i ó n h u m a n a es u n continuo déficit de racionalidad frente a las obligaciones sociales, así como de amor al p r ó j i m o . L a diferencia entre la situación de i n d i v i d u o s - á t o m o s y la sociedad civil no consiste por tanto en ser fases distintas de u n desarrollo h i s t ó r i c o . 5 0 E l sentido de toda 18 E s decir, derecho vinculante o que obliga a los otros al cumplimiento de las obligaciones correspondientes. 49 Otros derechos innatos (jura connata) y perfectos reconocidos por Wolff son: a la igualdad en las obligaciones y derechos naturales; a la seguridad; a la defensa de sí y de otros; al castigo y guerra contra quienes violen derechos y obligaciones, Lutterbeck, Staat, p. 186. Véase asimismo, B a c h m a n n , Staatslehre, p. 116-117. 30 A l hablar del status naturalis originarius con p o s e s i ó n c o m ú n de las cosas, Wolff incorpora a su esquema racionalista la idea cristiana protestante de un hombre integral en el estado previo a la C a í d a , Lutterbeck, Staat, p. 187.

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esta t e o r í a sobre los distintos estados sociales es s e ñ a l a r u n creciente proceso de i n s t i t u c i o n a l i z a c i ó n política y j u r í d i c a de la vida social, en lo que las "sociedades mayores" (la sociedad civil y el Estado) son universos de institucionalidad con mayor grado de racionalidad en cuanto a la convivencia social. 5 1 E l problema del individuo gobernable en Wolff es el del individuo que por sus propias fuerzas nunca llega a tener la suficiente consistencia racional para el estado social en que se desenvuelve. L a u n i ó n de fuerzas y voluntades se hace entonces necesaria para él, si es que está en sociedad natural o de a s o c i a c i ó n elemental. L a superioridad p o l í t i c a (Obrigkeit) y la división del trabajo fomentada por dicha superioridad le son indispensables si es que vive ya en sociedad civil, con lo que los remanentes de i r r a c i o n a l i d a d y d e s a m o r se a t e n ú a n p o r l a e x h o r t a c i ó n constante desde el mismo Estado a perseguir los fines comunitarios. E l concepto de los s ú b d i t o s respecto del Estado suele ser "turbio" y no conllevar forzosamente el conocimiento de los fines de é s t e / ' 2 a d e m á s de que no se tiene el conocimiento suficiente de la naturaleza y la situación precisa de la cosa p ú b l i c a . 5 3 L a d i r e c c i ó n tutelar del Estado no es prescindible si se quiere mantener el perfeccionamiento como el sumo bien de los individuos en la sociedad civil. Sólo a partir de esto Wolff pronuncia su famosa convicción de que "los gobernantes se comportan con sus s ú b d i t o s como los padres con los hijos", ' 4 que tan repulsiva resultará a K a n t en su ideario liberal ilustrado. No hay que olvidar, sin embargo, que Wolff sitúa la i n t e r p e l a c i ó n moral básica (la situación moral fundamental) en u n vínculo de tipo horizontal, a manera de d i á l o g o interpelativo del sujeto consigo mismo y con los demás, no en u n a relación vertical de obediencia del s ú b d i t o al E s t a d o . " 51

Este proceso de r a c i o n a l i z a c i ó n en el sentido de institucionalización j u r í d i c a supone, por cierto, la renuncia de los derechos naturales y la aparente p é r d i d a de lo que pudo ser la libertad originaria del individuo, ibidem, p. 191, 197-199. 52 Ibidem, p. 201 (apoyado a su vez en Jutta B r ü c k n e r , Staatswissenschaften, Kameralismus und Naturrecht. Ein Beitrag zur Geschichte der Politischen Wissenschaft in Deutschland, des spaten 17. und frühen 18. Jahrhunderts, M ü n i c h , Beck, 1977, p. 218 y ss., nota 36) señala esta insuficiencia del concepto de Estado para cubrir el de sus fines, si es que se ha de seguir el criterio del mismo Wolff. Lutterbeck se ha referido ya antes (Staat, p. 186) a los fines del Estado como algo complementario de los derechos innatos. 53 Wolff, Política alemana § 433, p. 460. 54 Ibidem, § 264, p. 200. 33 Schwaiger en Kategorische und andere Imperativen. Zur Entivicklung von Kants prakt/scher Philosophie bis 1785, Stuttgart/Bad Cannstatt, Frommann-Holzboog, 1999 (Forschungen und Materialien zur deutscben A u f k l á r u n g . Abt. I I . Monographien, 14), passim, ha demostrado el poco conocimiento de K a n t respecto de la verdadera filosofía moral de Wolff, a lo que ciertamente se puede contraponer el que sí tuvo de las tesis de algunos seguidores de este ú l t i m o filósofo. Esto ayuda a entender el colosal malentendido kantiano en este punto.

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Varios autores h a n reconocido en Wolff la convicción de que el poder del Estado, justificado sólo por sus fines, debe tener límites frente a u n a l i bertad original del individuo que en realidad éste nunca p i e r d e . 5 6 Concluiremos estas consideraciones s e ñ a l a n d o que en el caso de Wolff el imperativo del individuo gobernable no se plantea tanto en función del dominio de las pasiones sino de la i n s e r c i ó n de dicho individuo en u n sistema de o r g a n i z a c i ó n colectiva racional que combina instancias de utilidad diferida ( p r e p a r a c i ó n en sociedad d o m é s t i c a ) con otras de utilidad inmediata (comodidad). A l seguimiento del propio i n t e r é s sólo se le reconoce legitimidad en el caso del comercio, que de suyo lo exige: el comerciante tiene que sentir que nada lo coerciona y que no se lo hace objeto de m a n i p u l a c i ó n alguna en los tratos. M á s allá de esto, en ninguna otra actividad o ramo de subsistencia le parece a Wolff que el propio i n t e r é s sea justificable por causa de utilidad. L a suya es u n a filosofía política que se remonta a la visión o t r a d i c i ó n del Estado de Aristóteles, aquella en que hasta las asociaciones formadas exclusivamente p a r a la utilidad particular contribuyen a la utilidad de la R e p ú b l i c a . E n el derecho natural norteeuropeo previo (Pufendorf, T h o m a s i u s ) se ha perdido de vista este antiguo ideal de utilidad global, toda vez que la vieja a s u n c i ó n de la esencia social del hombre se ha vuelto inoperante. L a "socialidad" o c o n d i c i ó n naturalmente social del hombre ha terminado como algo indemostrable para la filosofía m o r a l : no se encuentra el v í n c u l o profundo entre tal c o n d i c i ó n y el principio ético — y por ende normativo— del perfeccionamiento. 5 7 L a tendencia al beneficio particular y e g o í s t a ha sido tomada como u n a especie de verdad sociológica inexpugnable. E n este contexto aparece Wolff para relacionar la vieja idea aristotélica del apetitus societatis con el principio normativo del perfeccionamiento, y de esto resulta u n a compatibilidad esencial entre la socialización y el perfeccionamiento perseguido por cada uno. No significa esto que el individuo concebido por Wolff no necesite entonces de u n a cierta d i r e c c i ó n y p r e s i ó n m o r a l desde el Estado, sobre todo p a r a establecer 56

C o n v i c c i ó n a la que dan importancia B a c h m a n n , Staatslehre, p. 138-140, 206-207 y Obert, Metaphysik, p. 109-110, 114, quien demuestra que el cameralista J u s t i , inspirado en Wolff, defiende u n a libertad originaria que debe permanecer intocada por las leyes relacionadas con los fines del Estado. Esta fructificación de la c o n v i c c i ó n de Wolff en u n autor posterior es ignorada por Lutterbeck (Staat, p. 192-203), quien se limita a s e ñ a l a r que no la encuentra j u r í d i c a m e n t e establecida en ninguna parte de la obra de Wolff. Cierto es entonces que Wolff no pasa de postular u n tanto en abstracto esta libertad o r i g i n a r i a , pero también que seguidores suyos la desarrollan y llevan m á s lejos bajo su influencia. Por tanto, su postulado no queda a la larga sin efectos, como llevaría a pensar u n a lectura exclusiva del estudio de Lutterbeck. 57 B a c h m a n n , Staatslehre, p. 79-80 recurre al ejemplo concreto de Pufendorf como un autor que no supera este dilema.

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una sociabilidad útil de signo e c o n ó m i c o , 5 8 pero es u n hecho que en las obras de S a m u e l Pufendorf, Christian T h o m a s i u s y d e m á s j u s n a t m alistas alemanes previos a Wolff campea u n fuerte pesimismo a n t r o p o l ó g i c o - r e ligioso de vena luterana que impide el optimismo desbordante de este último en torno a los alcances de la r a z ó n h u m a n a y de la vida social guiada por ésta. Este talante optimista permite a Wolff creer en la i r r u p ción plena del ius publicum universale o derecho p ú b l i c o universal. Ya en lo relativo a la a u t o r i d a d p ú b l i c a , Wolff resalta por la confianza absoluta en la capacidad del i n d i v i d u o de obligarse a l c u m p l i miento de sus tareas por medio de la s u p e r i o r i d a d p o l í t i c a , y esto sobre la base de u n gobierno definido como "ejercicio de p o d e r y autoridad". 5 9 Este ejercicio ocurre, sin embargo, tanto a nivel general como provincial y local. Para el c u m p l i m i e n t o de las obligaciones naturales de la autoridad vale t a m b i é n el p r i n c i p i o a r i s t o t é l i c o de que las diversas instancias locales e intermedias se integran sin dificultad alguna en la entidad completa. L o que siempre debe buscar la superioridad p o l í tica es la "felicidad del Estado", entendida como la seguridad y el bienestar t r a í d o s por el gobierno de u n rey filósofo o u n filósofo r e y . 6 0

Johann Heinrich

Gottlob von Justi (1717-1771).

La utilidad de la virtud

civil

Johann H e i n r i c h Gottlob von Justi, representante destacado de la corriente de pensamiento conocida como cameralismo, desarrolla una idea de la "metafísica p o l í t i c a " que para efectos p r á c t i c o s confirma el designio wolffiano de descubrir las relaciones entre las verdades, particularmente en lo relativo al gobierno. 6 1 Esta a t e n c i ó n al tema del gobierno no impli38

Veíamos la necesidad de esta p r e s i ó n y dirección por causa del déficit de racionalidad que el hombre siempre trae consigo, de consecuencias decisivas en lo e c o n ó m i c o . Por tanto, el Estado tiene que mostrarle que mediante un consumo opulento da o c u p a c i ó n a la p o b l a c i ó n menesterosa o menos favorecida en lo material. 59 Política alemana, § 467, p. 507. Como se ha dicho, Wolff admite que la s o b e r a n í a emana del pueblo pero no deja a éste mayor a t r i b u c i ó n soberana d e s p u é s de celebrarse el contrato por el que se establece la C o n s t i t u c i ó n , Lutterbeck, Staat, p. 195. Muy importante a este respecto es Sinarum philosophia practica o Filosofía, práctica ele los chinos, un discurso pronunciado por Wolff en la universidad de Halle en julio de 1721, publicado en versión completa en 1725 en las Teto Eruditorum de Leipzig. Se ha consultado para los fines presentes la versión inglesa, facsimilar de la primera en esa lengua de 1750 (Londres, Cooper): Christian Wolff, The Peal Hapiness of a People under a Philos ophical King (1750), s. 1., Kessinger Publisbing, 2003. 01 Obert, Metaphysik, p. 4 1 , explica el significado de la e x p r e s i ó n completa, que es "metafísica política de todas las ciencias del gobierno". Se trata de una ciencia que fundamenta a todas las ciencias e c o n ó m i c a s y cameralistas (finanzas públicas), s e g ú n la justificación y el modo de surgimiento del Estado, así como en función de la doctrina de la m o d e r a c i ó n del poder de éste. L a expresión aparece en el Vorbericht de Justi a su importante libro Natur und Wesen der Staaten (1760).

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ca, sin embargo, que se aleje del derecho natural, que en Wolff h a b í a representado la matriz del pensamiento. Obert subraya el p l a n de J u s t i de construir u n a filosofía política sobre la base del derecho natural, lo cual desmiente a quienes h a n s e ñ a l a d o a este cameralista como u n t e ó r i co — e l p r i m e r o en A l e m a n i a — que h a b r í a explicado la existencia del Estado a partir de los procesos sociales. 6 2 L o que sí distingue a J u s t i de Wolff es su deseo de desterrar de la filosofía cualquier c o n s i d e r a c i ó n que no repercuta en conocimientos directamente útiles en la p e r s e c u c i ó n de la felicidad p ú b l i c a o del E s t a d o . 6 3 L a s verdades relativas a esta meta se convierten en asunto directo de las "ciencias del gobierno" (la d i r e c c i ó n del Estado s e g ú n su justificación, origen y m o d e r a c i ó n ) , por lo que dejan de navegar de m a n e r a u n tanto indiscriminada entre las aguas mezcladas de los tres mares de la filosofía p r á c t i c a de Wolff a p l i c a d a a l E s t a d o : la ética, la e c o n o m í a (en el sentido a r i s t o t é l i c o de oikos) y l a p o l í t i c a . J u s t i retiene, sin embargo, la i n v o c a c i ó n wolffiana de los fines del Estado para precisar las m á x i m a s del gobierno. E n su caso existe u n gran fin del Estado, que es la "felicidad c o m ú n " . 6 4 Ya en concreto, esta felicidad consiste en la c o n s e c u c i ó n de: 1) la l i bertad política o del Estado frente a los otros Estados; 2) la libertad civil o del ciudadano; 3) la seguridad (interna y externa); 4) la fuerza interna del Estado conforme a la cantidad de p o b l a c i ó n , la s itua c ión geográfica, el abasto material, el estado m o r a l y las destrezas de los habitantes. 6 5 De estos cuatro aspectos, el m á s importante es la libertad civil, que J u s t i considera el m á s grande bien de las sociedades humanas. Se trata, de hecho, del componente m á s autosuficiente e indispensable de la felicidad c o m ú n ; gracias a la libertad civil, los individuos pueden emprender tratos y actividades en forma ó p t i m a sin que la ley relacionada con la naturaleza y los fines del Estado interfiera. L o s dos ú l t i m o s puntos (seguridad interna y externa, así como la fuerza interna del Estado) revelan al Esta62

Ibidem, p. 8 1 . Ibidem, p. 79. U l r i c h Engelhardt, " Z u m Begriff der Glückseligkeit in der kameralistischen Staatslehre des, 18. J a h r h u n d e r t s ( J . H . G . v o n J u s t i ) " , en Zeitschrift für historische Forschung, v. V I I I , 1981, p. 4 3 , 50, documenta la influencia directa de Wolff en J u s t i en cuanto al concepto de felicidad y perfeccionamiento progresivo, que el segundo aplica m á s directamente al Estado, esto es, a una entidad colectiva. 64 C o n todo, los fines del Estado no dan la definición de éste, de acuerdo con Justi. Para él, el Estado es u n a o r g a n i z a c i ó n concebible independientemente de sus fines. L o que lo define son sus cuatro elementos: 1) la familia como unidad elemental (sin incluir en ella a servidumbre o aprendices); 2) el territorio; 3) la u n i ó n de fuerzas; 4) la u n i ó n de voluntades, Obert, Metaphysik, p. 118-127. A h í mismo Obert señala la correspondencia de esta definición con la del jurista positivista Cxeorg Jellinek, quien sustituye la u n i ó n de voluntades y fuerzas por el concepto de autoridad suprema. li -'Ibidem, p. 108-112. m

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do concebido por J u s t i como u n a entidad dispensadora de bienes y seguridad, como u n Estado del bienestar. Para efectos de conseguir estas metas, dos circunstancias precisas son necesarias, la p r i m e r a de ellas e c o n ó m i c a : 1) u n a elevada productividad que p e r m i t a la c i r c u l a c i ó n permanente de riquezas de mano en mano y negocio en negocio, pues los recursos guardados en el tesoro p ú b l i c o o las talegas de los particulares no acarrean en sí mismos n i n guna prosperidad; 2) un alto grado de poder del propio Estado frente a los otros, derivado de u n uso razonado de las fuerzas de todos los i n d i viduos y de u n a s i t u a c i ó n de vigilancia p e r m a n e n t e que garantice la seguridad. E l énfasis de J u s t i en las necesidades materiales m e r m a u n tanto el contenido ético de su idea de f e l i c i d a d . 0 6 S i bien J u s t i retiene la idea de Leibniz y Wolff sobre u n a a l e g r í a d u r a d e r a y u n perfeccionamiento moral del i n d i v i d u o y el E s t a d o , 6 7 lo cierto es t a m b i é n que la socialización le parece m o t i v a d a en ú l t i m a instancia por el instinto de supervivencia, de n i n g u n a m a n e r a por la o b l i g a c i ó n . 6 8 C o n todo, J u s t i tiene en alto la beatitudo o f e l i c i d a d e s p i r i t u a l , cuya p e r s e c u c i ó n l l e v a a c u m p l i r fielmente l a o b l i g a c i ó n d e l c o m p o r t a m i e n t o virtuoso frente a los conc i u d a d a n o s . 6 9 J u s t i encarece la capacidad d e l i n d i v i d u o de plegar la propia v o l u n t a d frente a la del gobernante, aunque t a m b i é n piensa que sobre este ú l t i m o recaen obligaciones m á s apremiantes que las del resto. Para J u s t i la p r o c u r a c i ó n de la felicidad p ú b l i c a no es u n problema técnico —o exclusivamente t é c n i c o — sino ante todo u n reto m o r a l dirigido a la autoridad p ú b l i c a , obligada a normarse por el criterio eudemonista en lo concerniente al gobierno. L a felicidad de la R e p ú b l i c a , identificada wolffianamente con la del Estado, ha de ser el anhelo permanente de la superioridad política, al grado de que todo gobernante se debe avergonzar cuando no se muestra fiel a este p r o p ó s i t o . L a c o o r d i n a c i ó n desde el Estado de las actividades dirigidas al bienestar e c o n ó m i c o y m o r a l resulta evidente en esta corriente alemana. E s p e c í f i c a m e n t e es la ciencia de la policía o Polizeiwissenschaft, u n a de las 6

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