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INDICE • Contexto sociocultural • Partes implicadas • Desarrollo de la guerra • Consecuencias de la guerra • Reflexión personal CONTEXTO SOCIOCULTURAL En el siglo XVI, año en el que ocurrió La Batalla De Lepanto, hay que destacar ciertos aspectos para llegar a entender este suceso. En el siglo XVI el crecimiento demográfico aumentó la población en un 50%. El aumento de la producción agrÃ−cola trajo como consecuencia la ampliación y la multiplicación de los núcleos urbanos. Sevilla, con 100.000 habitantes fue la ciudad más poblada de la PenÃ−nsula Ibérica.
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Los grupos privilegiados y la monarquÃ−a optaron por la exportación de materias primas y la importancia de los productos manufacturados, donde las colonias americanas tuvieron un papel fundamental. La economÃ−a estuvo en todo momento gobernada por la polÃ−tica, lo que provocó algunos periodos de crisis. La demanda americana de mercancÃ−as impulsó una gran prosperidad agrÃ−cola en AndalucÃ−a. También se beneficiaron las industrias textiles, de armas, de cueros, de sedas y construcción naval. Fue un momento esplendoroso para las ferias. Pero la abundancia de oro y plata hizo bajar su valor en relación a las mercancÃ−as destacando una revolución de precios. En AndalucÃ−a y en Castilla se cuadruplicó el precio a lo largo de este siglo. Los imperios de Carlos V y Felipe II se basaban en una polÃ−tica económica destinada a obtener recursos para sufragar las maniobras polÃ−ticas. El dinero que poseÃ−a la monarquÃ−a, además de oro y plata de América, de los bienes del Patrimonio Real y de los impuestos; la mayor fuente de ingresos para los monarcas eran los impuestos. HabÃ−an dos tipos: directos e indirectos. Los directos eran los servicios y entre los indirectos destacaba el impuesto de la alcabala (impuesto en el que el dinero a pagar era función del dinero que se ganaba con el comercio, a mayores ventas mayor era el impuesto). Posteriormente el rey Felipe II impuso otro impuesto indirecto que grababa los productos de necesidad básica. Este impuesto se produjo por las deudas que debÃ−a pagar. Uno de los mayores acontecimientos del siglo XVI a nivel Europeo y con repercusión en todos los reinos europeos, es La Reforma, impulsada por MartÃ−n Lutero que enfrentó a la Iglesia Católica a su mayor crisis en toda la historia. Esta reforma hizo que la Iglesia Católica perdiera la mayor parte de sus creyentes occidentales. Esta ruptura se produjo por varios factores: el lujo exagerado en el que vivÃ−a la jerarquÃ−a eclesiástica, la escasa cultura y relajación del clero, la compraventa de cargos eclesiásticos y la venta de bulas e indulgencias para obtener el perdón de los pecados. Algunos humanistas criticaron esta práctica. Como consecuencia de ello la Iglesia empezó a tener dificultades en el año 1515.
Retrato de MartÃ−n Lutero MartÃ−n Lutero inició a criticar a la Iglesia en 1517 con la publicación de Las 95 tesis y rápidamente fue apoyado por los emperadores alemanes deseosos de hacerse con las tierras que poseÃ−a la Iglesia. 2
Como respuesta, la Iglesia Católica elaboró una serie de mandatos, dictados en Concilio de Trento (1545-1563), llamados la Contrarreforma. A nivel cultural hay que destacar en el siglo XVI el Cinquecento, etapa del renacimiento. En cuanto a la arquitectura los papas ejercieron un papel muy importante porque ejercÃ−an como mecenas. El Papa Julio II mandó construir la BasÃ−lica de San Pedro del Vaticano y encargó las obras a Bramante y a Miguel à ngel. En cuanto a la escultura destaca Miguel à ngel. Era pintor y estaba considerado como el mayor escultor de su tiempo y de los mejores de la historia. Destacan esculturas como David, La Piedad o Moisés.
FotografÃ−a de la Capilla Sixtina Refiriéndonos a la pintura destacan Leonardo Da Vinci, Rafael Sanzio y Miguel à ngel .Leonardo fue uno de los mejores pintores de la época y de la historia, alguna de sus obras son La Gioconda y La à ltima Cena. Rafael destaca por el dominio de la técnica de sus retratos y la elegancia y armonÃ−a de sus obras. Destaca La Escuela de Atenas situado en los aposentos del Vaticano. Miguel à ngel decoró La Capilla Sixtina en la que dibujó la Creación del Mundo y el Juicio Final. Del siglo XIV al XVI los literarios empezaron a interesarse por autores grecolatinos considerando al hombre como el centro del universo. Este movimiento se llamó Humanismo. Sus caracterÃ−sticas eran: • El rechazó a la mentalidad medieval y la exaltación del ser humano. • Inspiración en la cultura grecolatina. • El interés por la ciencia y el espÃ−ritu técnico es decir espÃ−ritu cientÃ−fico. • Utilización de lenguas vernáculas, como francés, inglés, italiano, en sustitución del griego. PARTES IMPLICADAS En la Batalla de Lepanto participaron dos grandes civilizaciones: el Imperio Turco y la Liga Santa. • IMPERIO TURCO: El imperio Turco duró desde el 1300 hasta 1922, y durante su mayor expansión territorial abarcó tres continentes, desde HungrÃ−a al norte hasta Adén al sur, y la región actual de TurquÃ−a. 3
El primer estado otomano fue un pequeño principado al noreste de Antolia. Las guerras incesantes y las alianzas acertadas supusieron el éxito de los otomanos. En1325 conquistaron Bursa que se convirtió en su capital y hacia el 1338 habÃ−an expulsado a los Bizantinos de Antolia. En 1361 los otomanos tomaron Andrianápolis (Edirne) que se convirtió en su capital. En el 1389 Murat I derrotó a los serbios en la batalla de Kosovo. La derrota otomana a manos del conquistador mongol de Asia Central Tamerlán en 1402, fue el único contratiempo para los otomanos, quienes rápidamente reconstruyeron, consolidaron y aumentaron su poder. En 1453 el sultán Mehmet II conquistó Constantinopla. Las conquistas continuaron durante el siglo XVI, cuando fueron derrotados los SafawÃ−es persas de Irán que se unió a l imperio junto a Antolia. El hijo y sucesor de Selim Solimán I el MagnÃ−fico uno de los mejores gobernadores otomanos durante su reinado Irak fue añadido al Imperio. También Solimán llevo su ejército a Europa: Belgrado fue capturada en el año 1521 y los Húngaros fueron derrotados. Pero la invulnerabilidad fue expuesta en el año 1571 con la importante derrota de su flota en La Batalla de Lepanto a manos de La Liga Santa formado por el Papado, Venecia y La MonarquÃ−a Hispánica. Ahora hablaremos sobre las principales instituciones de gobierno. La principal ocupación del Estado era la guerra, con lo cual la institución más importante era el Ejército. Las primeras fuerzas otomanas estaban compuestas por una caballerÃ−a turca o sipahis, pagada a través de ganancias del gobierno, que normalmente procedÃ−an de ganancias en tierras. Pero desde mediados del siglo XIV comenzaron a reclutar tropas asalariadas compuestas por esclavos y prisioneros de guerra. Desde estas fuerzas, llamadas las kapikulli surgió la famosa y disciplinada infanterÃ−a otomana, cuyos miembros se llamaban jenÃ−zaros. Los otomanos también disponÃ−an de un cuerpo especial de artillerÃ−a y de ingenieros. La administración otomana operaba en función de las necesidades del Ejército. La administración provincial era fundamentalmente un sistema de distritos militares regidos por oficiales cuyo objetivo era reunir impuestos para las campañas. El trabajo de la administración central era la obtención de suministros para las fuerzas kapikulli. En su apogeo la administración era muy eficiente.
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También existió la institución religiosa musulmana compuesta por funcionarios musulmanes que se preocupaban por la educación y la legislación, agrupados bajo el sayj al-islam. • REINOS CRISTIANOS: estaba compuesto por tres civilizaciones: • MonarquÃ−a Hispánica: En el siglo XVI gobernaron dos grandes monarcas: Carlos de Austria, o Habsburgo y Felipe II. Retratos de Carlos de Austria y Felipe II respectivamente.
Carlos I, hijo de Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso, y nieto por vÃ−a paterna de Maximiliano I de Austria (Habsburgo) y MarÃ−a de Borgoña (de quienes heredó los PaÃ−ses Bajos, los territorios austrÃ−acos y derecho al trono imperial) y por vÃ−a materna de los Reyes Católicos, de quienes heredó Castilla, Navarra, las Islas Canarias, las Indias, Nápoles, Sicilia y Aragón.
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Mapa de los territorios que heredó Carlos de Austria. Carlos I durante su reinado tuvo varios problemas que se pueden clasificar como internos y externos. En la parte de internos destacan las revueltas que tuvo en Castilla, llamada la revuelta de las Comunidades, en los que protestaban los hidalgos, artesanos y comerciantes por la falta de respeto a las leyes del reino. Esta revuelta finalizó en Villalar y acabaron con sus principales diligentes. En Aragón se sucedieron las germanÃ−as, que fue provocada porque los artesanos y campesinos querÃ−an acceder a tener cargos municipales. La gran mayorÃ−a de guerras que tuvo fuera de España fueron por la reforma protestante ya que él era muy católico. Mantuvo guerras con Francia, turcos y principalmente contra prÃ−ncipes alemanes. Felipe II heredó un gigantesco imperio por parte de sus padres Carlos I e Isabel de Portugal, en los que también se incluyen los dominios americanos. El monarca puso la capital en Madrid donde construyó el Monasterio de El Escorial que fue la sede de gobierno y la residencia real. Felipe II impuso el espÃ−ritu de la Contrarreforma para evitar la difusión del protestantismo dictando unas leyes que prohibÃ−an la importación de libros y estudiar en el extranjero. La existencia de judÃ−os conversos y moriscos hizo que se sospechara que practicaran su religión en sus casas lo que impulsó la labor de la Inquisición. Las persecuciones llegaron a tal punto que expulsó a 80000 moriscos a distintas partes de la penÃ−nsula. Felipe II para mantener la hegemonÃ−a polÃ−tica mantuvo las siguientes guerras: mantuvo la guerra con Francia a quien derrotó definitivamente en la Batalla de San QuintÃ−n en 1557. Contra Inglaterra, Felipe II envió una enorme flota que fue destruida en la batalla de La Armada Invencible en 1558. El mayor problema que tuvo fue con Flandes, el malestar por los impuestos levantó un fuerte impulso de nacionalismo que acabó en sublevación. Finalmente, Flandes se independizó formando los PaÃ−ses Bajos. Su mayor éxito fue la anexión de Portugal en el año 1580. • Venecia:
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En el siglo XVI la República de Venecia siguió siendo la primera potencia en la penÃ−nsula de Italia. El poder real mantuvo durante quinientos años un importante poder polÃ−tico, pues intervenÃ−a en las disputas internacionales ya que poseÃ−a un poder tanto territorial como marÃ−timo que heredaba anteriormente como potencia mediterránea. Con un sistema de gobierno y administración que mostraba eficacia, una organización social bastante representativa, sin graves problemas internos que combatir y con disponibilidad económica podÃ−an disponer de un ejército para las necesidades defensivas que supo defender su puesto como primera potencia italiana. La aristocracia republicana era una alternativa de rotación y alternancia en las esferas gubernamentales. TenÃ−a un orden peculiar de su constitución con alguna renovación. La representación del estado recaÃ−a, de forma vitalicia, en el Dux. Este recibÃ−a un sueldo con el que difÃ−cilmente podÃ−a pagar sus deudas. Al ser Dux estaba prohibido mantener negocios privados por lo que habÃ−a que disponer de una amplia fortuna antes del nombramiento. El Dux veneciano estaba obligado a pagar impuestos y a no abandonar el Palacio Ducal, excepto por motivo de fiestas. No podÃ−a salir al extranjero sin permiso y sin la compañÃ−a de un miembro del Collegio, salvo en caso de guerra. El Consejo tenÃ−a derecho a abrir el correo del Dux. • El Papado: El siglo XVI fue una época muy importante para el Papado si tenemos en cuenta los graves acontecimientos que se iban a producir y las difÃ−ciles circunstancias que tendrÃ−a que afrontar, especialmente las motivadas por la ruptura protestante. No obstante, tras una fase de desconcierto y debilidad, lograrÃ−a salir adelante con fuerzas hasta alcanzar, desde la perspectiva de su poder temporal como titular de la soberanÃ−a del Estado pontificio, un claro auge en la segunda mitad del Quinientos. Si del primer Papa elegido, PÃ−o III en 1503 no se puede resaltar nada, dado su brevÃ−simo mandato, el siguiente, por contra, no pasarÃ−a precisamente desapercibido, ya que por su personalidad y sus acciones de gobierno alcanzarÃ−a a ser una figura clave en los años de la primera década del siglo XVI, tanto en el marco de la polÃ−tica italiana como fuera de sus fronteras. Julián Della Rovere, el papa Julio II (1503-1513), fue un tÃ−pico soberano belicoso y audaz. Al igual que de sus predecesores inmediatos, casi nada podrÃ−a resaltarse en él desde el punto de vista espiritual, sin embargo, supo consolidar de una forma bastante definitiva el poder de la Santa Sede: controló de nuevo a los inquietos señores feudales que continuamente desobedecÃ−an la autoridad soberana del PontÃ−fice; expulsó de su ámbito de poder al peligroso César Borja; recuperó Bolonia y Perusa, se apoderó de Ravena, que habÃ−a sido tomada por Venecia, logrando incluso anexionarse las posesiones milanesas de Parma y Piacenza.
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Retrato del Papa Julio II El Estado de la Iglesia quedó asÃ− fortalecido territorialmente y por el autoritarismo papal de Julio II que no dudó en empuñar personalmente la espada y en dirigir sus ejércitos, mostrándose públicamente en su faceta de Papa guerrero. Tampoco desperdició su capacidad de intrigar, cambiando de bando en las alianzas interestatales cuando la ocasión lo requerÃ−a, como lo demostró al organizar la lucha contra Venecia atrayendo a su causa al rey francés para poco tiempo después aliarse con los venecianos contra los franceses, tan presentes aún en los acontecimientos italianos. Por esta rivalidad polÃ−tica, los últimos años del pontificado de Julio II estuvieron marcados por el pulso que se planteó entre él y el monarca francés Luis XII. à ste, utilizando en su propio beneficio las tesis conciliaristas, promovió en 1511 una asamblea eclesiástica en Pisa, contando con cardenales adictos, con el claro propósito de minar la autoridad papal y de contrarrestar la polÃ−tica exterior de la Santa Sede, que estaba resultando bastante perjudicial para la Corona gala. Julio II contraatacó de inmediato convocando a su vez otro Concilio general en Letrán (1512), donde reunió a la mayor parte de los prelados, dictándose a continuación fuertes penas de orden espiritual del rey francés y de sus partidarios. DESARROLLO DE LA GUERRA La batalla de Lepanto se produjo en aguas griegas, concretamente en Corintio. Para poder comprender el desarrollo de esta batalla hay que aclarar ciertos puntos. • Preparativos de los turcos AlÃ− habÃ−a llamado a todos sus almirantes para concentrar sus fuerzas en Lepanto. El último en llegar fue Mahomet, rey de Negroponte, con 60 galeras y 3.000 soldados. En total reunieron 210 galeras, 63 galeotas y 92.000 combatientes, de los cuales 34.000 eran soldados, 13.000 tripulaciones y 45.000 galeotes. Los esclavos estaban compuestos por prisioneros cristianos capturados en distintas batallas. Además, las piezas artilleras llegaban a 750, menos que las cristianas, aunque los arqueros llevaban flechas envenenadas y fueron muy útiles en los abordajes. Estaban divididos en cuatro cuerpos y su formación era de media luna. • El primero, cuerpo derecho, al mando de Mahomet Siroco, gobernador de AlejandrÃ−a, formado por 54 galeras y 2 galeotas.
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• El segundo, centro, mandado por AlÃ− Bajá, general en jefe, con 87 galeras y 32 galeotas. • El tercero, cuerpo izquierdo, lo manda el corsario Cara Hodja (Kodja) con 61 galeras y 32 galeotas. • El cuarto, o escuadra de reserva o socorro, lo manda Murat Dragut, y tiene 8 galeras y 21 galeotas y fustas. Las órdenes eran terminantes; el rey Selim II ordenó a AlÃ− salir a la mar en busca de los cristianos y combatirlos donde los encontrara. Cuando avistan a la flota cristiana, Pentev y Uluch AlÃ− recomiendan retroceder y ponerse bajo la protección de los castillos, pero AlÃ−, cumpliendo órdenes, manda atacar. • El origen de la Liga Santa: Tras la toma de Constantinopla, los turcos fueron imparables durante un siglo, tanto en mar como en tierra contra los cristianos europeos. En 1507 fracasó el intento del Papa PÃ−o V de formar una alianza naval entre las principales potencias mediterráneas para parar a los turcos. Cuando Chipre, territorio veneciano cayó en manos turcas, fue un impulso para que naciera la Liga Santa olvidando las rivalidades entre naciones. En ellas, se incluye a España, Génova, Malta, el ducado de Saboya, Toscana y los Estados PontÃ−ficios. Esta alianza contaba con 212 barcos, la mayorÃ−a conducida por remos, veloces, de conducción manual y con el casco plano. • La Liga Santa: Gracias al empeño personal del papa, el 24 de mayo de 1571 se llega a una solución de compromiso: • La duración será ilimitada. • Servirá tanto para atacar a TurquÃ−a como para atacar las plazas turcas del norte de à frica. • La armada estará formada por 200 galeras, 100 naves, 50.000 infantes y 4.500 jinetes. • Esta armada deberá estar preparada para entrar en acción en abril de cada año. • España sufragará tres sextos de los gastos, Venecia dos sextos y la Santa Sede el sexto restante. • El generalÃ−simo de la liga será Juan de Austria, y cada nación aportará un Capitán General. Estos tres capitanes generales, reunidos en consejo, acordarán el plan anual de operaciones. • Ninguna de las partes podrá ajustar tregua ni paz con el enemigo sin participación y acuerdo de las otras dos. • El generalÃ−simo no llevará estandarte propio ni de su nación, sino el especial de la Liga. Una vez aprobado el tratado, el Papa intenta que se unan al mismo Portugal, Francia y Austria, sin conseguirlo. Francia incluso pactó con los turcos. • Preparativos de los cristianos: Una vez escogido el puerto de Mesina como punto de reunión, comienzan a llegar al mismo las diferentes escuadras. Los primeros son los venecianos, que llegan el 23 de julio y traen, por ahora, 48 galeras y cinco galeazas; poco después llegan las 12 galeras del Papa bajo el mando de Colonna. Juan de Austria y Sancho de Leiva salen de Barcelona el 20 de julio con las galeras del rey, recalan en La Spezia para recoger tropas alemanas e italianas, y llegan a Nápoles el 9 de agosto, donde el 14 recibe Juan de Austria el estandarte y las insignias de la Liga Santa, diseñados por el Papa y en el que aparecen los sÃ−mbolos de los tres comandos. Arriban a Mesina el 23 de agosto. Los últimos fueron: à lvaro de Bazán, Juan Andrea Doria, Juan de Cardona y 60 galeras venecianas. A primeros de septiembre ya está toda la flota reunida, y su composición es: España:
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♦ 90 galeras ♦ 24 naves ♦ 50 fragatas y bergantines. • Venecia: ♦ 6 galeazas ♦ 106 galeras ♦ 2 naves ♦ 20 fragatas. • Estados Pontificios: ♦ 12 galeras ♦ 6 fragatas. Las piezas artilleras de toda la escuadra eran 1.250. Pese a la gran cantidad de navÃ−os reunidos, a Juan de Austria le preocupaba el mal estado de muchos de ellos, debido a que muchas de las galeras italianas se habÃ−an construido rápidamente y otras tenÃ−an los espolones desgastados o podridos a causa de sus largas esperas en los puertos de amarre. Pese a ello se decidió que podrÃ−an aguantar. La Liga Santa logró reunir un total de 91.000 soldados, marineros y chusma. 34.000 soldados, 13.000 tripulantes y 45.000 galeotes. Por la parte real eran 20.231 los soldados, de los cuales sólo 8.160 eran nativos de la penÃ−nsual Ibèrica, italianos 8.160 y alemanes 4.987. Además se unieron 1.876 caballeros y aventureros. A causa de la escasez de gente en las galeras venecianas, Juan de Austria decide embarcar en ellas a 4.000 infantes españoles, para reforzar su guarnición. También embarca a 500 arcabuceros españoles en cada galeaza. • Los barcos: Las galeras, que eran uno de los barcos que se usaba en las guerras del Mediterráneo, eran muy similares a las de la Edad Media en su forma, pero no es su equipamiento y su empleo. Necesitaron embarcar armas de fuego, como cañones y bombardas. PoseÃ−a cinco piezas de artillerÃ−a en la proa, una de mayor calibre en la parte central y unas más pequeñas a los extremos. El combate se abrÃ−a con las armas pesadas y después, dejando al barco sin remeros para dejar el barco a la deriva, se procedÃ−a a la lucha cuerpo a cuerpo. También estaban las galeras que eran unos barcos accionados por remos y que llevaban treinta y seis gigantes cañones que estaban sobre una gran torre de madera en la proa, reforzada con pequeños trozos de metal. Este barco tenÃ−a una potencia, autonomÃ−a del viento, discreta velocidad y mucha capacidad de maniobra. • El combate A las 7 de la mañana las dos escuadras se divisan. En el lado cristiano, Barbarigo, al mando del cuerpo izquierdo, recibe órdenes de pegarse a la costa todo lo que le sea posible, para evitar que las galeras turcas lo sobrepasen y hagan una maniobra envolvente. El centro se coloca a su lado, pero la parte derecha, al mando de Juan Andrea Doria, tarda en incorporarse a la formación, dejando un espacio libre entre el centro y el ala derecha. Las galeazas, fuertemente armadas y artilladas, están situadas una milla por delante de la formación cristiana. 10
Los turcos tienen el viento en popa, pero, cuando están aproximándose, cambia el viento, lo que les obliga a emplear los remos. Al llegar las primeras galeras turcas a la altura de las galeazas, éstas abrieron un gran fuego de artillerÃ−a y fusilerÃ−a, lo que hizo que algunas naves turcas empezasen a hacer ciaboga. AlÃ− aceleró su ritmo de ciaboga, para asÃ− estar menos tiempo sometido al castigo, y los demás le imitaron. Pero al acelerar la ciaboga, la parte derecha turca se adelantó sobre el resto de la formación, por lo que entabla el combate contra el cuerpo izquierdo cristiano. Algunas galeras turcas consiguen pasar entre las fuerzas de Barbarigo y la costa, y la galera de Barbarigo, la capitana del cuerpo izquierdo cristiano, es atacada por varias galeras turcas. Barbarigo muere en el combate de un flechazo en un ojo, y, cuando su nave está a punto de ser apresada, todas las demás galeras de su grupo acuden en su auxilio, dando la vuelta y haciendo que los turcos se retiren. Varias galeras turcas paran en la costa, y sus tripulaciones huyen por tierra. En el centro, la capitana de AlÃ− (la Sultana) embiste, proa con proa, a la de don Juan (la Real), dejando unidas a las dos embarcaciones en una plataforma de 110 metros. Al orzar con el golpe, recibe en su cubierta todo el fuego de artillerÃ−a y fusilerÃ−a de que es capaz la galera de don Juan, lo que le produce muchas bajas, repuestas inmediatamente desde otras galeras. Las galeras de Colonna, Veniero, el Duque de Parma y Urbino se ponen al costado de la de don Juan, con lo que se forma una piña de galeras cristianas y turcas en las que se lucha cuerpo a cuerpo. à lvaro de Bazán, con sus naves de socorro, interviene impidiendo que otras galeras turcas puedan unirse a esa piña, y envÃ−a 200 hombres de apoyo a la galera de don Juan. Cae rendida la galera capitana turca y los cristianos se apoderan de su estandarte. La lucha duró una hora y media. De esta forma, el centro de la flota turca queda deshecho, al igual que antes su flanco derecho. AlÃ− fue abatido por siete disparos de arcabuz y un soldado de los Tercios, Andrés Becerra, descolgó el estandarte otomano y un galeote cortó la cabeza de AlÃ− ofreciéndosela a Juan de Austria. à ste la despreció con gesto de asco y ordenó que la arrojase al mar. En el ala izquierda turca, Uluch AlÃ− ve que hay un hueco entre el centro y el ala izquierda cristianos, por lo que hace ademán de apartarse del centro turco, para que Juan Andrea Doria le siga y asÃ− aumentar la brecha. Cuando ve que ésta es suficiente, se lanza contra el costado derecho del centro cristiano, con sus 93 buques y la gente fresca, produciendo grandes daños a la capitana de Malta, a 10 galeras venecianas, a dos del Papa y a otra de Saboya. Juan de Cardona acude con 8 galeras y el de Bazán con la escuadra de reserva, consiguiendo detener el Ã−mpetu del ataque turco, que estuvo a punto de cambiar la suerte del combate. Uluch AlÃ−, viendo que todo el centro cristiano se dirige a atacarle y que las galeras de Doria están a punto de llegar, corta los remolques de las galeras que habÃ−a apresado y consigue huir con 16 galeras. Hasta la puesta del sol continúa el combate a base de escaramuzas entre galeras aisladas, y, al anunciarse mal tiempo, ordena don Juan reunirse y marchar con las presas al puerto de Petala. Al dÃ−a siguiente volvieron los cristianos al campo de batalla para recoger y auxiliar a los buques desmantelados y a los naúfragos. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA Las consecuencias de la batalla de Lepanto son importantes porque se manifestaron en los distintos frentes del escenario polÃ−tico europeo y en el cambio de la hegemonÃ−a naval en el Mediterráneo. La derrota otomana tuvo el efecto de mostrar al mundo que, la hasta ahora invencible flota turca no era tan invencible, y que la Cristiandad unida podÃ−a doblegar al Islam. 11
Lepanto no fue sólo la mayor batalla de galeras de la Historia, sino la confirmación del fin de la expansión mediterránea del imperio turco, lo que a su vez trajo el declive de este mar como principal núcleo comercial y de comunicaciones del mundo conocido. Hasta Lepanto el imperio otomano sólo habÃ−a experimentado expansión militar y, consecuentemente, territorial. Desde este momento comenzará su declive y dejará de ser la grave amenaza que habÃ−a sido para los paÃ−ses cristianos de Europa. Para la España de Felipe II, la batalla de Lepanto marca el máximo en su potencia polÃ−tica y militar, decidiendo la hegemonÃ−a en el Mediterráneo frente a la expansión turca. Y lo que es importantÃ−simo, la contención otomana en el sur de Europa fue un hecho muy importante para que España pudiera dedicar sus esfuerzos, dinero y energÃ−as a explorar, conquistar y colonizar el nuevo continente. AsÃ− pudo reforzar el llamado Eje Atlántico, formando por los territorios del Nuevo y Viejo Mundo, verdadero sostén del poder de la MonarquÃ−a Hispánica. Cervantes calificó esta batalla como la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros. En Estambul, quedó prohibido hablar de tan seria derrota bajo pena de ser empalado. Desde ese momento, los turcos intentaron deshacer la coalición de la Santa Liga, asÃ− como ésta buscó aliados contra aquéllos tanto en à frica como en Asia: se abrÃ−a el siguiente capÃ−tulo en la lucha entre la Media Luna y la Cruz en el Mediterráneo. REFLEXIà N PERSONAL Personalmente, este trabajo me ha parecido más interesante del que hice el año pasado (la guerra de Troya), porque me gusta más esta época. Haciendo este trabajo he aprendido más de lo que ponÃ−a el libro ya que he investigado bastante. 17 2ºD E.S.O
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