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La estrategia más común en la educación intercultural bilingüe: conocer a los alumnos. Profa. Irma Valdés Ferreira* noviembre, 2001 Presentación. En esta ponencia se enuncian las características de la educación intercultural bilingüe con la finalidad de analizar sus objetivos para la comprensión de los procesos de interacción cultural entre individuos y grupos sociales, resaltando la importancia de que el docente que trabaja en contextos interculturales observe, describa y explique las diversas manifestaciones culturales que se evidencian al interior de su aula. También, se recupera la inquietud sobre: ¿cómo iniciar la educación intercultural? porque esta cuestión, permite analizar la importancia de conocer de manera cualitativa al alumno, mediante las acciones, conocimientos y valores propios que se pueden recuperar como estrategia de enseñanza con la finalidad de respetar su cultura y su lengua, y a su vez como elementos de análisis y valoración para evitar estereotipos y discriminación a su bagaje cultural e identidad. 1. Caracterización de la Educación Intercultural Bilingüe. En el planteamiento de la educación intercultural bilingüe, es el reconocimiento de la diversidad y la pluralidad cultural, es su característica particular porque la primera es aceptada como una riqueza y no como obstáculo, y la segunda en la necesidad de reflexionar sobre importancia de aprender a convivir con la diferencia. También, es percibida como una alternativa donde la igualdad de oportunidades, la justicia y el derecho a la diferencia constituye los principios fundamentales que sustentan este modelo de educación que pretende la construcción, por parte del alumnado de sus valores de forma racional y autónoma. El reconocimiento de la diversidad cultural y lingüística –entre otros elementos- que se evidencia en la sociedad conlleva a la acción y la actitud de respetar la lengua, los saberes tradicionales y las formas de organización social de una comunidad; por lo que en esta educación no importa solamente: captar y respetar tal o cual cultura, sino comprender la complejidad cultural en su conjunto (culturas con bases lingüísticas, geográficas,
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religiosa...)[1][1], al preguntarse como se percibe el terreno de juego[2][2]: qué es la diversidad cultural, quiénes la configuran y cómo se produce el intercambio y la interacción cultural. La tarea de entender esta complejidad cultural, permite valorar la interculturalidad como un concepto que se manifiesta en: a. Observar las diferentes formas de relación entre diferentes culturas, para reconocer los procesos[3][3] que se generan en esta interacción de culturas en una relación de intercambios recíprocos. Desde este punto de vista, el contacto cultural entre culturas diferentes, no presupone la desaparición de alguna de ellas, más bien supone su enriquecimiento o su interinseminación y, por lo tanto, implica un contacto dinámico desde todas las partes que habría que analizar en cada caso para conocer el proceso que se da concretamente en las fronteras culturales y la forma de mantenimiento de cada una de las culturas a partir de ese contacto[4][4]. b. Respetar las manifestaciones culturales y lingüísticas de dos individuos o grupos sociales que interactúan, para observar las diferentes en su forma de actuar y hablar, pero que comparten un contexto social y ambiental común c. Reconocer los valores de los modos de vida, de las representaciones simbólicas de una cultura para transmitir la sabiduría, la tradición, la literatura y demás conjunto de valores con el objetivo de comprometer a sus miembros. Estas manifestaciones de la Interculturalidad en el campo educativo permiten plantear los siguientes propósitos[5][5], para su implementación en la escuela con base en: a. El reconocimiento explícitico del derecho a la diferencia cultural. b. El reconocimiento de las diversas culturas. c. Las relaciones e intercambio entre los individuos, grupo e instituciones de las varias culturas. d. La construcción de lenguaje comunes y normas compartidas que permitan intercambios.
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Para el cumplimiento de estos objetivos, es importante destacar la importancia del desarrollo de la psicología del aprendizaje y de la pedagogía, porque las nuevas teorías insisten en que el aprendizaje depende sobre todo de la actividad del alumno, lo que tiende o redefine el papel del maestro: de dispensario del saber, se convierte en creador de situaciones de aprendizaje, organizador del trabajo escolar. De la imagen de un saber transmitido a través del discurso magistral, pasamos a la imagen de un saber construido mediante una actividad disciplinada, un trabajo que implica nuevas formas de trabajo escolar y un proceso reflexivo por parte del docente, lo que ofrece que la interculturalidad sea una realidad en el aula, es decir se trata de construir una nueva cultura escolar en torno a la diversidad cultural lo que lleva a preguntarse: ¿cómo debe desarrollarse una práctica docente para una educación intercultural? En este caso, la práctica docente se define como el proceso mediante el cual el maestro se constituye y se recrea cotidianamente como tal, inventando estrategias didácticas, probando técnicas y métodos, aprobando unos y desechando otros y encaminándose al desarrollo de prácticas que lo lleven a lograr los propósitos educativos[6][6]; en el caso de los docentes que se desarrollan en un contexto intercultural bilingüe, el reconocer la diversidad en su práctica docente permite que la desvalorización de la lengua y de la cultura, se vaya reinvirtiendo a través de la búsqueda de propuestas viables y pertinentes al contexto sociocultural y sociolingüístico de los alumnos. La educación intercultural bilingüe implica atreverse a empezar a reconocer las diferentes formas que tiene la diversidad de expresarse en el aula[7][7], por lo que es relevante que el docente observe, describa y explique cómo expresan sus alumnos su cultura, y la forma en que él se acerca mediante: a. El reconocimiento del salón de clases como el lugar donde se dan intercambios, y sus integrantes establecen los vínculos de solidaridad la compartir una finalidad y empatìa en el proceso de enseñanza-aprendizaje. b. La convivencia que se da entre sus integrantes mediante el intercambio de sus valores y modos de vida, afines a unos y diferentes a otros; es decir, en comprender y observar como han aprendido convivir con la diferencia y aceptar la diversidad
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entre ellos mismos; lo que implica aceptar al otro a través de su lengua, su historia o religión, su indumentaria y los modismos regionales que se expresan el aula[8][8]. c. La pertinencia de que los contenidos escolares que se aprendan sea través de la integración de los propios porque tienen un significado cultural para los alumnos, lo que puede hacer que sean significativos para ellos a través de actividades que rescaten y empleen contenidos y formas de enseñanza de la comunidad, lo que evitaría una disociación entre la escuela y comunidad. Este acercamiento a la comunidad permite reconocer las relaciones prácticas y cotidianas de la comunidad para comprender los roles y funciones sociales que tienen los miembros; valorar el entorno ambiental y social de los alumnos y comunidad e identificar los valores, los conocimientos y actitudes que pueden ser enseñados en la escuela, principalmente aquellos que comprenden los distintos tipos de producción, la vida familiar, el cuidado del cuerpo, las relaciones comunales y las relaciones de autoridad[9][9] como expresiones de una dinámica de desarrollo donde es importante el mantenimiento del equilibrio y la armonía. La educación intercultural bilingüe implica una corresponsabilidad entre la comunidad y la escuela, los indígenas y no indígenas, entre los maestros y sus alumnos para que en la escuela y al interior del aula se manifieste una serie de actitudes y actividades escolares que lleven al conocimiento y valoración de la cultura y de la lengua materna de los niños, así como de la segunda lengua; valorar las costumbres y tradiciones de la comunidad con la finalidad de adaptar, adecuar e implementar las que se consideren convenientes al programa escolar según el tipo de escuela y grado escolar. 2. ¿Cómo conocer a los alumnos en un contexto intercultural bilingüe? Reconocer que la educación intercultural bilingüe es un proceso activo de comunicación e interacción entre culturas para su mutuo enriquecimiento, y donde se acepta que la diversidad cultural como un elemento valioso de la cual puede derivarse acciones pedagógicas que permitan articular las lenguas, culturas, conocimientos y actitudes de los grupos que se relacionan en condiciones equitativas, lleva al planteamiento de: ¿cómo se puede iniciar la educación intercultural?.[10][10] Entre las estrategias[11][11] educativas que se proponen para la construcción de la interculturalidad en la escuela y en el aula, destacan las siguientes:
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a.
a.
Reconocer y analizar los rasgos culturales y lingüísticos que comparten los
alumnos[12][12] lo que nos permite conocer quienes son nuestros alumnos, porque se puede apreciar la interacción entre ellos en ciertas actividades al interior del aula y en otros espacios escolares. Este tipo de estrategia implica valorar cualitativamente cómo se vive la diversidad lingüística y cultural en el escuela y aula, conduce al maestro con sus alumnos a realizar estrategias que les permitan describir y desarrollar sus formas de expresión oral y escrita, sea mediante relatos de experiencias cotidianas, fiestas de la comunidad, manifestaciones artísticas y artesanales, juegos, encuentros culturales -entre otras actividades- donde se ofrezca la oportunidad de que se describan ellos, su familia y comunidad. Esta acción es la oportunidad para reflexionar sobre la condición socio-cultural y sociolingüística de los participantes en el aula, así como el rol de la escuela en la construcción de la autoestima y de la identidad y la diversidad sociocultural y el papel que tales aspectos tienen en la construcción de los aprendizajes de los educandos[13][13]. b.
b.
Proporcionar el alumnado los instrumentos de análisis, valoración y crítica de
las diferentes realidades socioculturales que se presentan en una sociedad para estudiar la diversidad cultural, a través del conocimiento y análisis crítico de los rasgos culturales compartidos y propios de los diferentes grupos para detectar y analizar los estereotipos culturales que se utilizan para identificar a los individuos y grupos sociales. Estas estrategias de reconocer los rasgos culturales de los alumnos para analizar el valor de su cultura y su lengua en el proceso de enseñanza-aprendizaje permite conocer a través de la reflexión, y ésta permite reconocer la importancia de la investigación cualitativa en la construcción de la Educación Intercultural. La investigación cualitativa tiene la intención de describir e interpretar situaciones de interacción humana que se dan como producto de un marco socio-histórico; lleva a explicar los distintos aspectos y fenómenos de la realidad educativa, pero asume que esa realidad no es solamente externa, observable y cuantificable numéricamente, sino que también depende de cómo los actores educativos lo interpretan y vivencian. También, ofrece la oportunidad que las técnicas que se utilizan, deducen la importancia del lenguaje, en una concepción de la realidad social como mundo construido a partir de significados y símbolos y al que sólo se accede a partir del análisis de los relatos de las personas implicadas, por lo que los datos
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que se recogen son más procesos de pensamientos, análisis, interpretación, comprensión de situaciones sociales que conductas, habilidades, conocimientos observables y medibles. Conocer cualitativamente a los participantes de la Educación intercultural ofrece la oportunidad de evitar los estereotipos que conducen al racismo y a la marginación en la enseñanza; así como a la desvalorización del bagaje cultural de los alumnos y del maestro, aspectos que evitarían calificar a la educación intercultural como una educación compensatoria, porque conocer en la construcción de la educación intercultural lleva a indagar la noción de identidad; interpretar las diversas culturas dentro del respeto y el derecho a la diferencia; comprender sus expresiones, sus costumbres y su historia; así como su contribución en el desarrollo humano de la sociedad. Referencias bibliográficas. AVILÉS Quezada, Ma. Victoria. La experiencia de las LEP y LEPMI’90 como punto de partida para la construcción de la Educación Intercultural. UPN Ajusco, México, febrero 2001, 5 p. (ponencia). BARTOLOMÉ, Miguel. Pluralismo cultural y redefinición del estado, en: Gente de costumbres y gente de razón. Las identidades étnicas en México. INI-XXI, México, 1998. pp. 23-38. CISNEROS Paz, Erasmo. Reflexiones sobre la llamada educación intercultural, UPN Ajusco, México, mayo 2001, 9 p. (ponencia). FABRA, María Luisa y Miquel Doménech. La investigación cualitativa, en: Hablar y escuchar. Relatos de profesor@s y estudiant@s. Piadós, Barcelona, 2000, pp.27-33. FERNÁNDEZ Herrería, Alfonso. Paz, derechos humanos y educación, en: Derechos humanos, educación y comunicación, Centro UNESCO de Andalucía, Granada, 1998, pp. 144-163. LÓPEZ, Luis Enrique. La diversidad étnica, cultural lingüística latinoamericana y los recursos humanos que la educación sugiere, en: Muñoz Héctor y Pedro Lewin. El significado de la diversidad lingüística y cultural. UAM-INAH, México, 1996. pp. 279330. LUCH, Xavier y Jesús Salinas. Del proyecto educativo al aula. 21 ideas para ponerse en marcha, en: Cuadernos de Pedagogía, Laia, Madrid, 1996, No. 264, pp. 54-60.
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MESA DE EDUCACIÓN INTERCULTURAL. Una lectura crítica, en Cuadernos de Pedagogía, Laia, Madrid, 1996, No. 264. pp.10-13. MILLÁN Dena, María Guadalupe e Irma Valdés Ferreira. Reflexiones de la práctica docente para la educación intercultural. UPN Ajusco, México, octubre 1998, 8 p. (ponencia). MUÑOZ Sedano, Antonio. ¿Cómo iniciar la educación intercultural?, en: Educación Intercultural. Teoría y práctica, Editorial Escuela Española, Madrid, 1997, pp. 51-73. MONEREO, Carlos. et.al. Las estrategias de aprendizaje: ¿Qué son? ¿Cómo se enmarcan en el currículum?, en: Estrategias de enseñanza y aprendizaje. Formación del profesorado y aplicación en la escuela. 8ª ed., Graó, Barcelona, 2000, pp. 11-44. TOVAR Gómez, Marcela. Los retos epistemológicos de la educación intercultural, UPN Ajusco, México, mayo 2000, 12 p. (ponencia). VALDÉS Ferreira Irma. La interculturalidad y su expresión en el salón de clases. UPN Ajusco, México, octubre 2001, 9 p. (ponencia). VÁZQUEZ Sibaja, Hermisendo. La educación intercultural bilingüe: una propuesta en construcción. UPN Tuxtla Gutiérrez, México, 15 p. (ponencia).
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Académica del proyecto de LEP y LEPMI’90, UPN Unidad Ajusco. Fernández Herrería, Alfonso. Diseño e integración de programas de educación para la paz en el currículum escolar, p 130. [2][2] Mesa de Educación Intercultural. Una lectura crítica, p. 12 [3][3] Informe de España en Primeras Jornadas Iberoamericanas de Educación Intercultural Bilingüe, citado por Hermisendo Vázquez Sibaja. La educación intercultural bilingüe: una propuesta de construcción, p. 4 [4][4] Cisneros Paz, Erasmo. Reflexiones sobre la llamada educación intercultural, p. 4 [5][5] Muñoz Sedano, Antonio. Educación Intercultural. Teoría y práctica, p. 120 [6][6] Millán D. Ma. Guadalupe e Irma Valdés F. Reflexiones de a práctica docente para la educación intercultural, p. 1 [7][7] Avilès Quezada, María Victoria. La experiencia de las LEP y LEPMI’90 como punto de partida para la construcción de la educación intercultural, p. 4. [8][8] Bartolomé, Miguel. Gente de costumbre y gente de razón, p. 48 [9][9] Tovar Gómez, Marcela. Los retos epistemológicos de la educación intercultural, p. 2. [10][10] Muñoz Sedano, Antonio. Op.cit.. p. 51. [11][11] Las estrategias son acciones conscientes e intencionales, dirigidas a un objetivo relacionado con el aprendizaje, por lo que se considera como una guía que hay que seguir. Ver: Monereo Carlos. Estrategias de enseñanza y aprendizaje, p. 23. [1][1]
8 [12][12]
Lluch Xavier y Jesús Salinas, Del proyecto educativo al aula, 21 ideas para ponerse en marcha, p. 55 [13][13] López Enrique, Luis. La diversidad étnica, cultural, lingüística latinoamericana y los recursos humanos que la educación sugiere, p.