LA GESTIÓN DE RIESGOS EN INSTITUCIONES EDUCATIVAS: ENTRE EL CONOCER Y EL HACER

[ 1 ] [ 2 ] LA GESTIÓN DE RIESGOS EN INSTITUCIONES EDUCATIVAS: ENTRE EL CONOCER Y EL HACER USAID/OFDA-LAC [ 3 ] 2014 Ministerio de Educación y
Author:  Juan Bustos Rubio

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LISTADO DE INSTITUCIONES EDUCATIVAS
LISTADO DE INSTITUCIONES EDUCATIVAS COD DEPARTAMENTO 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 0

CATÁLOGO DE INSTITUCIONES EDUCATIVAS
INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DE LOS TRABAJADORES DEL ESTADO DIRECCIÓN DE PRESTACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y CULTURALES SUBDIRECCIÓN DE

CAMBIO ORGANIZACIONAL EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS
Universidad Veracruzana José Luis Hernández Marín CAMBIO ORGANIZACIONAL EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS Centro de Iniciación Musical Infantil de la U

Story Transcript

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LA GESTIÓN DE RIESGOS EN INSTITUCIONES EDUCATIVAS: ENTRE EL CONOCER Y EL HACER

USAID/OFDA-LAC

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2014 Ministerio de Educación y Cultura Instituto Superior de Educación “Dr. Raúl Peña” © Laura Zayas © María Luz Miranda © Gerda Palacios © Lilian Rodríguez © Félix Caballero Ficha Técnica Cuidado de Edición Departamento de Publicación y tecnología Diagramación Gilberto Riveros Arce Dirección de Investigación Directora Laura Zayas Departamento de Investigación Agustina Subeldía María Luz Miranda Gerda Palacios Lilian Rodríguez Félix Caballero Departamento de Publicación y Tecnología Elina Arriola Sergio Cáceres Mercado Natalia Rodríguez

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Instituto Superior de Educación “Dr. Raúl Peña” Decreto de creación del 16 de enero de 1968 Ley de Autonomía Institucional Nº 1.692 del 7 de mayo de 2001

Mg. María Victoria Zavala Saucedo Dirección General Mg. Myriam Segovia Martínez Dirección Académica Mg. María Gloria Armele de Di Pardo Dirección de Extensión Mg. Laura Inés Zayas Rossi Dirección de Investigación Lic. Digna Lorena Samaniego Zarza Dirección de Recursos Humanos Sr. Adolfo Centurión Preda Secretario General

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Índice

Presentación ......................................................................... Resumen ............................................................................... Introducción .......................................................................... Problematización .................................................................. Marco Referencial ................................................................. Metodología ........................................................................... Resultados y Análisis ............................................................ Discusión final y recomendaciones ....................................... Anexo 1: Fotografías ............................................................. Anexo2: Glosario ................................................................... Bibliografía ...........................................................................

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Presentación

El Instituto Superior de Educación “Dr. Raúl Peña” (ISE) en el marco de sus líneas de acción tiene como desafío aportar desde la investigación a la construcción del conocimiento. En este sentido, desde la Dirección de Investigación se ha realizado una indagación sobre la temática de gestión de riesgos, al considerar que en nuestro país se ha iniciado el desarrollo de un plan, cuya finalidad es establecer la cultura de la prevención y de ese modo preservar la vida misma. El abordaje de esta temática en las instituciones educativas participantes de los procesos facilitados en el ISE desde la práctica profesional, requiere de una mirada holística. Investigar sobre los procesos de apropiación de una propuesta por los que atraviesa una institución educativa, permite valorar en gran medida toda su complejidad, puesto que el fenómeno educativo se desarrolla en contextos en donde median diferentes aristas como las actitudes, las creencias, los recursos económicos, entre otros. Uno de los cuatro pilares de la visión de la EIRD (Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres-ONU) menciona que es necesario “habilitar a las sociedades para resistir a los peligros naturales y desastres tecnológicos y ambientales, con el propósito de reducir las pérdidas ambientales, humanas, económicas y sociales”. Por lo tanto, la manera en que cada institución educativa se ocupa de este desafío es fundamental porque se trata de

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enseñar la prevención. De ahí que desde el ISE se proyecta estos resultados a fin de contribuir en el proceso formativo de los docentes y en la sistematización de las experiencias ligadas a la gestión de riesgos. (Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres, 2004) Esta producción investigativa llamada “La gestión de riesgos en instituciones educativas: entre el conocer y el hacer” corresponde a una de las metas propuestas en el marco del proyecto “Educando en gestión del riesgo de desastre desde la Educación Superior” referida al diseño y la difusión de una investigación innovadora sobre la gestión de riesgo en instituciones educativas apoyado por USAID/ OFDA-LAC.

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Resumen

Este estudio plantea indagar sobre el abordaje de la gestión de riesgos en instituciones educativas y la percepción de los estudiantes del ISE desde sus experiencias de práctica profesional en esta temática, con la intención de: caracterizar dichas intervenciones, observar las adecuaciones en infraestructura física y describir las actitudes de los actores hacia la gestión de riesgos. Para ello, se concretó una investigación de corte cualicuantitativo, se realizaron observaciones y entrevistas en instituciones educativas que participaron de capacitaciones, se aplicó una encuesta a través de un cuestionario a los estudiantes, futuros docentes del ISE en los meses de junio y setiembre del 2013. Como hallazgos principales se destacan, en relación a la capacitación, existe una variedad de modalidades y tiempo de duración. Según los actores consultados, la gran mayoría participó del Curso de Seguridad Escolar desarrollado a través del ISE, el MEC, en algunos casos la presencia de otras instituciones como el Cuerpo de Bomberos Voluntarios, entre otras. En cuanto a los procesos institucionales de participación y toma de decisiones, por ejemplo, se observó que aún es incipiente la incorporación en el PEI el tema Gestión de riesgos, el desafío para la implementación de estos procesos está dado en la dificultad de articular el componente curricular que de por sí tiene configurado tiempos, asignaturas y competencias a tratar. El desarrollo de las acciones concretas en relación a riesgos está ligado a múltiples factores, se percibe que

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en algunas instituciones la adquisición de equipos de seguridad responde al factor económico y en otras a la gerencia directiva. Se menciona como dificultad mayor la falta de seguimiento de las autoridades para que el proyecto continúe. En líneas generales, los actores manifiestan estar sensibilizados, sin embargo requiere de más capacitaciones y recursos para invertir en seguridad institucional. Palabras Clave: gestión de riesgos, seguridad institucional, práctica docente-concientización, actitudes, planificación, prevención.

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Introducción

El ISE desarrolló un plan de formación en Gestión del Riesgo, con un periodo de cinco años (del 2009 al 2013) cuyo objetivo principal fue promover acciones que fomenten la cultura de seguridad institucional; en ese sentido realizó varias actividades educativas como talleres de sensibilización, cursos de seguridad escolar, capacitaciones, simulacros, etc. En este estudio se apunta a indagar sobre aspectos relacionados a gestión de riesgos en las instituciones de práctica y en aquellas donde al parecer hubo mayor respuesta por parte de la comunidad educativa,describir las modalidades de capacitación,identificar los mecanismos de decisión en la implementación de adecuaciones en la infraestructura física-educativa en las instituciones focalizadas y, por último, describir las actitudes de los actores hacia la gestión de riesgos en cuanto a la concepción de la calidad de vida y la conciencia crítica que guía el hacer. Se ha tomado como fundamento las Políticas de Seguridad Nacional, el Plan Nacional de Educación para Gestión de Riesgos, los procesos de implementación del mismo desarrollados desde el ISE y los procesos en las instituciones educativas. Este estudio se enmarca en un diseño cualicuantitativo, no experimental, de corte transversal, cuyos actores son directivos y docentes de las siguientes instituciones educativas: Colegio Nacional Eudoro Cáceres, Colegio Nacional Pablo L. Ávila, Colegio Verbo

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Divino, Colegio Maristas Champagnat, Colegio Virgen de Nazareth y Escuela Agrícola San Francisco, como así también los docentes egresados del ISE que en el área de práctica educativa han desarrollado la temática de gestión de riesgos en el último año de su formación. Se ha recurrido a la construcción de cuestionarios para las entrevistas y la encuesta. En el desarrollo del presente trabajo se encuentra la problematización del estudio, el marco referencial, la metodología, el análisis de resultados, la discusión y las recomendaciones emanadas del mismo. Los hallazgos del estudio ofrecen evidencias empíricas que permiten valorar los procesos de implementación de las acciones enmarcadas, tanto en el Plan Nacional de Educación para la Gestión de Riesgos cuyo objetivo primordial es garantizar la educación en gestión de riesgos, la prevención y reducción de riesgos, y la preparación de las instituciones educativas ante emergencias y desastres en los diferentes niveles y modalidades del sistema educativo, como así también el plan institucional del ISE referido a la temática.

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Problematización

El Instituto Superior de Educación (ISE), reconocido por Ley de la Nación N°1.692, como institución de educación superior apunta a formar profesionales de nivel de grado y posgrado y en ese marco diseña un proyecto denominado “Educando en gestión de riesgo de desastres desde la Educación Superior”. El cambio tecnológico experimentado durante los últimos cincuenta años ha sido notable y se prevé que el ritmo de este cambio se incrementará dramáticamente en las próximas décadas. Las prácticas dirigidas a reducir los riesgos deben resultar beneficiadas en este proceso. El conocimiento, especialmente las investigaciones científicas y técnicas, al igual que sus aplicaciones, juegan un papel esencial en el desarrollo de sociedades resistentes a los desastres, al predecir la probable evolución de los requerimientos para la reducción de los mismos. El cambio tecnológico y los avances en las investigaciones realizadas están ampliando las oportunidades para mejorar la evaluación de los riesgos, el intercambio de información, la ingeniería resistente a los desastres, la educación, la capacitación y las alertas tempranas, los cuales son elementos esenciales para diseñar una estrategia efectiva para la reducción de desastres. Se ha alcanzado un progreso significativo durante los últimos diez años al lograr traducir el conocimiento científico y tecnológico en estrategias locales, nacionales y regionales para la prevención

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de desastres. El Comité Científico y Técnico (CCT) del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales jugó un papel importante en el apoyo de la aplicación de la ciencia y la tecnología en la prevención de desastres, tal como lo indica el Informe Final del CCT (DIRDN, 1999). Sin embargo, se deben encontrar futuras soluciones para la transferencia de tecnología, incluyendo la transferencia sur-sur, con respecto a la aplicación de las investigaciones, y de la ciencia y la tecnología en la reducción de los desastres. Con respecto a la concientización pública, el intercambio horizontal tanto de experiencias como de enfoques entre las comunidades locales, las ciudades, los países y las regiones, podría incrementar las capacidades y promover la transferencia de conocimiento. Las investigaciones, la ciencia y la tecnología son temas transversales con relación a la reducción de desastres.La promoción y la aplicación de los mismos en esta área representa un reto fundamental, con miras a construir un mundo más seguro en el siglo XXI. (Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres, 2004).

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Marco referencial

Fundamentos: los por qués y para qué de la gestión del riesgo, hacia la comprensión de la problemática actual. La educación es un derecho inalienable de toda persona y un bien social que el Estado debe asegurar, aún en las emergencias y los desastres. Es la principal y más efectiva estrategia para la protección, el desarrollo de la capacidad de resiliencia de los seres humanos ante estas situaciones. Es tanta la trascendencia y sensibilidad de la gestión de riesgos, que el sistema humanitario internacional ha crecido y evolucionado en los últimos tiempos conforme el desafortunado aumento de nuevas y prolongadas emergencias y la frecuencia e intensidad de los desastres naturales. Las ingentes pérdidas humanas, sociales y económicas que los desastres han ocasionado a la región exigen tomar conciencia del imperativo de hacer todo cuanto sea necesario para minimizar su impacto y estar preparados ante su ocurrencia. (Acuña, 2013) Analizar la complejidad de la gestión de riesgos necesariamente trae consigo dimensionar el proceso de desarrollo socioeconómico que está íntima y recíprocamente ligado a las áreas y componentes de la temática identificada. En la misma conceptualización la gestión de riesgos es el proceso eficiente de planificación, organización, dirección y control dirigido al análisis de riesgos, la reducción de

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riesgos, el manejo de desastres y la recuperación ante eventos ya ocurridos. Los documentos orientadores para la formación en gestión de riesgos desde la educación establecen asertivamente la siguiente definición: la educación para la gestión de riesgos es el proceso de comunicación social que forma integralmente al ser humano para comprender científicamente los riesgos, ser capaz de evitar, mitigarlos y de responder en forma efectiva a sus consecuencias. (USAID, s.f.) La gestión de riesgos es el proceso de adopción de políticas, estrategias y prácticas orientadas a evitar y reducir los riesgos de desastres o minimizar sus efectos. La Gestión de Riesgo de Desastres puede ser: (Chuquisengo, citado en PNUD Chile, 2012) • Prospectiva: Implica abordar medidas y acciones en la planificación del desarrollo para evitar que se generen nuevas condiciones de riesgo. • Correctiva: Se refiere a la adopción de medidas y acciones de manera anticipada para reducir los riesgos ya existentes. • Reactiva: implica la preparación y respuestas a emergencias. Cualquiera sea el tipo de intervención que se pretenda, está claro que requerirá un carácter interinstitucional e interdisciplinario que involucre a los diversos actores de la sociedad. Por otra parte, el desarrollo de programas educativos para la gestión de riesgos contempla las cuatro áreas de la “Educación para la Gestión del Riesgo” que son las siguientes: análisis del riesgo, reducción del riesgo (la prevención y mitigación), manejo del desastre (preparativos para desastres, alerta y respuesta), Recuperación (rehabilitación, reconstrucción).

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Estas áreas suponen el aprendizaje de contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales que los proyectos educativos deben implementar con el fin de promover e instalar competencias en los estudiantes, a fin de que los mismos den respuestas a problemáticas referidas a la gestión de riesgos. En cuanto a los aspectos legales, la Constitución Nacional de la República del Paraguay del año 1992, establece el derecho a la educación integral y permanente, resalta la obligación de la autoridad gubernamental para brindar protección y seguridad a la ciudadanía y al medio ambiente. El Código de la Niñez y la Adolescencia de Paraguay (Ley Nº 1.680/01) por su parte establece que los niños y los adolescentes tienen derecho a una educación que les garantice el desarrollo armónico e integral de su persona, y que les prepare para el ejercicio de la ciudadanía. Asimismo, la Ley General de Educación (Ley Nº 1.264/02) dispone como fines del sistema educativo el mejoramiento de la calidad de la educación, la adquisición de conocimientos científicos, técnicos y humanísticos, la preparación para participar en la vida social como actor reflexivo y creador, la capacitación para la protección del medio ambiente, entre otros. El Ministerio de Educación y Cultura trabajará en esfuerzos mancomunados con los gobiernos departamentales y municipales. La Ley Nº 2.615/05 crea la Secretaria de Emergencia Nacional (SEN) dependiente de la Presidencia de la República con el enfoque de gestión de riesgo. Frente a la complejidad de los desafíos globales presentes y futuros, la educación superior tiene la responsabilidad social de mejorar la comprensión de cuestiones que presenten múltiples aristas, al involucrar dimensiones sociales, económicas, científicas, cul-

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turales, y demuestre habilidad para responder a ellas. (UNESCOIESALC, 2009). Implementación: escenarios y niveles de planificación Edgar Morín señala que la educación del futuro necesariamente debe centrarse en la condición humana mediante una enseñanza universal o global, en donde el ser humano es un individuo singular, pero que al mismo tiempo es diverso. Resulta necesario aprender a considerar al ser humano como ciudadano del mundo y aprehender una “identidad planetaria”, pues las dificultades han dejado de ser regionales o locales para convertirse en parte de la responsabilidad compartida que, como seres humanos conscientes de su condición en el planeta, se debe resolver. La educación para la gestión de riesgos representa un desafío y que para afrontarla requiere de una planificación en la que la gestión en sí misma se constituya en una herramienta para mejorar la calidad de la toma de decisiones y pasar a la acción. La implementación (es decir, la ejecución) de acciones en lo que respecta a la gestión de riesgos resulta el tema crucial. La Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) y su Oficina Regional para América Latina y el Caribe de USAID/OFDA pretende instalar la cultura de la prevención ante inesperados eventos de amenaza, y en este sentido cada comunidad deberá asumir el compromiso de responder asertivamente según las necesidades, y pensar que gestión de riesgo es un tema a ser planificado. Cabe señalar que OFDA/LAC, a través de la capacitación y la educación, ha logrado en términos de reducción de riesgo resultados interesantes en mucho de los países de la región y está comprometida a desarrollar acciones que permitan obtener respuestas orien-

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tadas a manejar el riesgo. Este trabajo lo está desarrollando a nivel de la educación básica, media y universitaria, explorando posibles respuestas a la idea de incorporar en la escuela y en las universidades el tema de riesgo en algunas de las siguientes áreas: capacitación de la comunidad y del docente (graduado y en formación), incorporación en el currículum en todos los niveles y reducción del riesgo en la infraestructura edilicia de las instituciones educativas. (Santana, 2005). Al respecto cabe recordar los mandados de USAID/OFDA, que son: salvar vidas, aliviar el sufrimiento humano y reducir el impacto social y económico de los desastres. En el 2011 se revisó la estrategia regional USAID/OFDA siendo adaptada al formato del Marco de Acción de Hyogo, pasando a ser el Plan para la Reducción del Riesgo de Desastres América Latina 2012-2014. Este Plan incluye los siguientes objetivos estratégicos: (1) Reducción de la pérdida de techo; (2) Salvaguardar los activos productivos y los medios de subsistencia; (3) Fortalecimiento de la capacidad de respuesta. Nuevos elementos fueron incorporados; el énfasis en el riesgo urbano, el enfoque de género y la protección de grupos vulnerables, además se visibilizan dos nuevos actores estratégicos: el sector privado y el sector educativo. (USAID/OFDA, 2012) En este sentido la educación en gestión de riesgos fue asumida como una estrategia válida, necesaria para fomentar una cultura de prevención, comprensión de los factores y causas del riesgo al que las comunidades educativas están expuestas. El desarrollo de esa cultura de prevención depende del cambio de actitud en las personas, basado en una sólida educación para lograr las condiciones favorables que permitan continuar avanzando, estableciendo de manera sostenible las nuevas estrategias, las acciones sociales sobre los riesgos y sus consecuencias. (MEC, 2011).

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Experiencias significativas relacionadas con la gestión de riesgo se dieron desde el 2004 bajo iniciativas de diferentes instituciones y organizaciones, las mismas han cimentado el conocimiento y la práctica sobre el abordaje de esta problemática y la necesidad de hacer frente a procesos estructurales desde las políticas nacionales a las comunidades más cercanas, atendiendo las realidades personales, que de una u otra forma pudieran estar dispuestas a encarar desafíos de esta índole. En Paraguay, el planteamiento y aplicación de políticas, estrategias, instrumentos y medidas orientadas a reducir los efectos adversos de fenómenos peligrosos sobre la población, los bienes, servicios y el ambiente ha llevado a las instancias comprometidas con la seguridad nacional y al Ministerio de Educación y Cultura (MEC) a elaborar un Plan Nacional de Educación en Gestión de Riesgos PNEGER, en el año 2011. Este documento se construyó con la participación democrática de varios actores institucionales y civiles vinculados a la temática, además de ONG y Organismos Internacionales, proceso que duró cinco años, siempre siguiendo los ejes estratégicos de organización y gestión, desarrollo curricular y gestión institucional y el objetivo primordial del PNEGER cual es garantizar la educación en gestión de riesgos, la prevención y reducción de riesgos y la preparación de las instituciones educativas ante emergencias y desastres en los diferentes niveles y modalidades del sistema educativo. Se postula que todos los miembros de la comunidad deben comprender y vivir plenamente los delineamientos pedagógicos y organizacionales del PNEGER ya que son inherentes a la formación integral tales como el derecho a la vida, a la educación en situaciones de emergencia y a un ambiente seguro. Se lo considera un importante aporte a la cultura de prevención.

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En el Plan Nacional de Educación para la gestión de riesgo se caracteriza esta problemática a partir de cinco componentes que explican la vulnerabilidad humana: la fortaleza y estabilidad de los medios de vida, bienestar inicial o condición básica, auto-protección, protección social y el ejercicio del poder. Además, el documento contempla líneas estratégicas que en el sector educativo se deben priorizar, a saber: seguridad de la infraestructura educativa, planificación del desarrollo curricular, capacitación docente, elaboración de materiales didácticos, implementación de sistemas de alerta temprana en las escuelas, desarrollo de capacidades para la prevención y mitigación del impacto de los desastres, las emergencias sobre las comunidades, participación de niñas y niños en acciones de reducción de riesgos y por último, la continuidad de la educación en situaciones de emergencia. La decisión colectiva y participativa para implementar las medidas de seguridad y protección en los entornos donde se desenvuelven los estudiantes permitirá instalar una cultura que va más allá de la adopción de medidas preventivas, ante posibles acontecimientos adversos, implica una sólida formación ética enraizada en valores como la solidaridad, la cooperación, el respeto a las personas y el medio ambiente. El interés por los temas de gestión del riesgo se inicia en el año 2005, cuando los directivos del ISE inician una relación de gestión con la USAID/OFDA/LAC con el propósito de abocarse a la difusión de programas educativos dentro de la temática. Eventos trágicos, como el incendio del Supermercado Ykuá Bolaños, fueron los disparadores que movilizaron la inteligencia y la voluntad de la ciudadanía. En ese marco, en agosto del 2005 se inicia el “Primer Curso de Seguridad Escolar”. En la medida que crecía la expectativa se fueron sucediendo los cursos de capacitación y de preparación de instructores. La ges-

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tión compartida entre el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la Secretaria de Emergencia Nacional (SEN) y la Oficina de Asistencia a Desastres en el Exterior de la Agencia del Gobierno de Estados Unidos de América para el Desarrollo Internacional (USAID-OFDA), Cruz Roja Paraguaya, Global Infancia, la Universidad Columbia del Paraguay y Cooperazione Internazionale, UNICEF- Paraguay, ha hecho posible el abordaje interinstitucional. Desde el año 2007 se plantea la inclusión de la temática Gestión de Riesgos en el currículum de los planes de formación del ISE. Desde ese entonces se realizan diferentes modalidades y tipos de intervención que han enriquecido las experiencias formativas tanto de estudiantes como de docentes internamente, así también en las instituciones donde realizan los futuros docentes sus prácticas educativas. En cuanto a la ubicación del tema en el currículum, el ISE ha construido un abordaje que vincula la práctica docente con la preparación práctica para abordar la gestión de riesgos. Se han identificado las capacidades, las competencias, los objetivos y los contenidos para explicitar aspectos relacionados con la “Educación para la Gestión del Riesgo”, desde el eje de la docencia. Según refieren las documentaciones emanadas desde la dirección de Extensión del ISE se ha elaborado el Plan de Desarrollo de la Educación para la Gestión del Riesgo, como herramienta efectiva para viabilizar decisiones tendientes a convertir al ISE en un centro educativo de formación y promoción de la Educación para la Gestión del Riesgo. Los ejes de trabajo definidos en la planificación se centran en tres líneas de acción, una es, convertir al ISE en institución segura; otra, la incorporación de Gestión del Riesgo en el Curriculum de las diferentes ofertas brindadas por el ISE y por último, la definición

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de acciones tendientes a la promoción de Gestión del Riesgo hacia la comunidad, formando a otros actores sociales en este campo. A partir de los ejes se desarrollan acciones orientadas a la concienciación y capacitación de los actores educativos para comprender científicamente los riesgos, evitarlos, mitigarlos y dar respuestas en forma efectiva. Actualmente se realizan actividades de formación tanto para estudiantes, docentes, técnicos y administrativos de la institución como de otras instituciones de la capital y de varios departamentos del país. En el año 2012 se concreta la adjudicación y desarrollo del Proyecto “Educando en Gestión del Riesgo de Desastre desde la Educación Superior”, cuyo objetivo general es implementar estrategias que garanticen el fortalecimiento de la seguridad en la institución, la ejecución de planes de gestión del riesgo de desastres en el ISE y en instituciones educativas, además la investigación acerca de la gestión del riesgo en los centros educativos. Por otra parte, una descripción del diagnóstico, de la temática referida a reducción de riesgos a desastres, la encontramos en documentaciones de la Cruz Roja Paraguaya (2010). Los puntos sobresalientes se relacionan con el abordaje genérico y aislado de la educación en prevención y reducción de riesgos por lo que no se visualiza en el currículum; las estrategias pedagógicas no están dirigidas a la prevención, debilidad en las áreas de capacitación docente y la producción de materiales adecuados; las condiciones de riesgo en que se encuentran las instituciones educativas y las políticas de gestión de riesgos en el sector de educación, además de escasa visualización de la problemática por parte de las autoridades. Ante todo lo expuesto, se reafirma la convicción de lo que se estableció en la conferencia mundial de Educación Superior: “Las

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instituciones de educación superior, a través de sus funciones de docencia, investigación y extensión, desarrolladas en contextos de autonomía institucional y libertad académica, deberían incrementar su mirada interdisciplinaria y promover el pensamiento crítico y la ciudadanía activa, lo cual contribuye al logro del desarrollo sustentable, la paz, el bienestar y el desarrollo, y los derechos humanos, incluyendo la equidad de género”. (UNESCO-IESALC, 2009). El papel de las actitudes en la construcción social de esta problemática: de la actitud personal a la cultura de la prevención. La era planetaria exige, como dice Savater, “la camaradería vital que ha de existir entre los seres humanos y los valores para ser compartidos no han de reclamar más requisitos que la pertenencia a la especie humana”. Basado en esta reflexión Ander-Egg plantea la necesidad de una ética planetaria que lleve a la humanidad a una solidaridad intergeneracional donde la supervivencia esté dada por los más cooperativos y solidarios, y se resalte el valor de la vida. (Ander-Egg, 2009) Según se establece en el Plan Nacional de Educación para la Gestión de Riesgos la cultura de la prevención de riesgos debe trascender lo meramente informativo e institucional para convertirse en recurso promotor de un nuevo sentir, pensar, actuar social, así como el medio para alcanzar un desarrollo sostenible y sustentable. El desarrollo de esa cultura de prevención depende del cambio de actitud en las personas y este cambio de paradigma requiere de procesos educativos participativos y contextualizados en distintos escenarios de riesgo. Al nivel de la institución es importante fortalecer los marcos conceptuales y prácticos referidos a la gestión de riesgo. Asimismo,

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resultará significativo situar a los estudiantes como actores principales en lo que tiene que ver con la comprensión de la problemática, la seguridad personal e institucional y la preparación para el fortalecimiento del carácter, la curiosidad por la información para el conocimiento, el apoyo mutuo y la solidaridad como instrumentos eficaces para obtener logros y alcanzar metas y objetivos. El desarrollo humano y social sustentable debe construirse, entre otras cosas, con garantía de seguridad, tanto cotidiana como eventual o coyuntural. Indudablemente la educación para la gestión del riesgo desde una perspectiva preventiva debe trabajar para movilizar las actitudes hacia una visión informada por la participación activa de la sociedad en la que los individuos sean conscientes de la existencia de condiciones de riesgo. Los afanes de los organismos internacionales, el Estado y las instituciones educativas apuntan a construir una actitud colectiva que sólo puede lograrse mediante un largo proceso social, donde cada ser humano sea capaz de cambiar situaciones amenazantes que coadyuvan con la dinámica social en los procesos de desarrollo y de ser coherente en las decisiones y en la práctica de sus acciones. Se insiste mucho en la idea de que la educación formal, con su modelo curricular y sus prácticas, posibilitará la adopción de nuevas conductas y una actitud responsable y de respeto por la protección a la vida, el entorno, por las futuras generaciones; lo que en suma constituye la cultura de la prevención. Para instalar la cultura de la prevención es indudable que se deben articular la coherencia en las decisiones y la práctica de acciones. Coherencia en cuanto a las decisiones cotidianas de «cuidarse y cuidar a los otros», cómo llevarlo a la práctica para lograr que las actitudes, creencias y acciones lleven a privilegiar la vida, la integridad y la seguridad.

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El desarrollo humano y social sustentable debe construirse, entre otras cosas, con garantía de seguridad, tanto cotidiana como eventual o coyuntural. La educación para la gestión del riesgo desde una perspectiva preventiva debe trabajar para movilizar las actitudes hacia una visión informada por la participación activa de la sociedad en la que los individuos sean conscientes de la existencia de condiciones de riesgo. Para que se produzca un cambio de actitud es sabido que la experiencia debe ser significativa para que las disposiciones adquiridas, aprendidas a partir de la interacción, permanezcan de manera duradera. Se hace mención en sucesivos momentos de este estudio de hechos trascendentes que han impactado en las personas (Ykua Bolaños, inundaciones, accidentes, etc) y han despertado la conciencia ciudadana, pero no es menos cierto que esa conciencia y sensibilización se esfuman muy rápidamente, pues a diario sorprenden nuevos eventos traumatizantes con pérdidas de vidas humanas, enteramente prevenibles, por lo que los procesos de formación y sensibilización hacia la temática del riesgo deben conjugarse con el día a día de las personas. La literatura referente al cambio de actitudes puntualiza cuatro condiciones que se deben considerar para cambiar: las creencias y opiniones, lo afectivo, lo normativo y el comportamiento, es por ello que los procesos de formación que apunten al cambio de actitud deben considerarlos desde sus propuestas. En lo que hace al ámbito de la educación formal, muchas de las prácticas docentes se quedan en el conocimiento de las normas, pero se vislumbra pocas transformaciones en la infraestructura y hasta en las prácticas preventivas. Es por ello, que es de esperar que las instituciones logren incorporar como meta de su proyecto educativo institucional (PEI) la construcción de la cultura de la prevención.

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Esa decisión debe ser asumida por la comunidad educativa, con una labor decidida, participativa y de autogestión. Actualmente, la sociedad espera que los profesionales sean personas resilientes ante cualquier adversidad (incendio, derrumbe, accidente, negligencia en los servicios y otros) por lo cual es necesario conceder un espacio para que estos episodios sean abordados durante la formación y se proyecten en las instituciones donde desempeñen su rol profesional.

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Metodología

En este apartado se presenta la metodología utilizada para la realización del estudio, se describe el tipo de estudio, el diseño, el alcance, la población, la selección de la muestra, las técnicas, los instrumentos empleados, etc. Enfoque, Diseño y Alcance Esta investigación se realizó dentro del enfoque cualicuantitativo, con el propósito de triangular la información y así lograr una perspectiva más precisa del abordaje institucional de la gestión de riesgosen las instituciones educativas. No se previó la disposición de ninguna situación, construida ex profeso, para exponer competencias específicas por lo que se optó por un diseño no experimental. El análisis y alcance de los resultados de la información recogida respecto a la formación en gestión de riesgos, procesos institucionales de participación y toma de decisiones, y la construcción personal e institucional de la cultura de la prevención, es descriptivo. Población y muestra La población en estudio constituida por directivos de las instituciones educativas participantes en los procesos de gestión de riesgo promovidos desde el ISE, supervisores de la zona así como estudiantes de la licenciatura del ISE.

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La muestra intencional de 6 directores de instituciones que de una u otra forma se vincularon con el ISE con acciones inherentes a gestión de riesgos (CUSE, Taller de sensibilización, Taller de capacitación) y 2 supervisores de la zona se constituyeron en informantes claves, en la primera etapa de la investigación. En la segunda etapa también fueron seleccionados intencionalmente 28 estudiantes facilitadores1 que en el año 2013 cursaron el primer o segundo curso de la licenciatura para la muestra. Técnicas y procedimientos Los técnicos de la Dirección de Extensión del ISE proveyeron el listado de instituciones educativas participantes en los procesos de gestión del riesgo promovidos desde el ISE. De esta manera se establecieron los contactos con los responsables de las instituciones seleccionadas y se ejecutó la investigación. Entrevista a directores y supervisores Se hizo observación de la infraestructura edilicia de los colegios que de una u otra forma se vincularon con el ISE con acciones inherentes a gestión de riesgos (CUSE, Taller de sensibilización, Taller de capacitación). Además se entrevistaron a directores de las instituciones observadas y a supervisores de la zona. Las instituciones en estudio fueron 4 de Asunción, 1 de Coronel Oviedo y 1 de Villa Hayes.

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Estudiantes del ISE que fueron formados en gestión de riesgos y se dispusieron a trabajar el tema en instituciones de prácticas educativas.

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Las entrevistas se realizaron durante los meses de mayo y junio del 2013. Encuestas a estudiantes facilitadores Se encuestó a estudiantes facilitadores como una forma de conseguir mayor información respecto a la gestión de riesgos. En este sentido, el cuestionario fue el instrumento de recolección de datos utilizado, en el cual fueron considerados ejes tales como: formación en gestión de riesgos, procesos institucionales de participación y toma de decisiones, y la construcción personal e institucional de la cultura de la prevención. La aplicación del instrumento se llevó a cabo en el mes de setiembre 2013, se entregó el cuestionario a cada uno de los profesionales docentes componentes de la muestra en estudio, y éstos lo completaron individualmente, el mismo fue de carácter confidencial, de manera a obtener datos más precisos.

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Resultados y análisis

En este estudio, se pone especial hincapié en la formación y en la metodología desarrollada en el marco de la gestión de riesgos, a más de observar los procesos institucionales de participación y la toma de decisiones conjuntamente con la construcción personal e institucional de la cultura de la prevención. 1.

FORMACIÓN EN GESTIÓN DE RIESGOS

La formación en gestión de riesgos constituye un aspecto clave, ya que mediante la misma un individuo conoce y se adhiere a una nueva cultura de la seguridad en la que necesariamente se debe preparar para afrontar uno de los nuevos desafíos de este siglo. En la medida que la tecnología avanza en la sociedad, mayor es la necesidad de talento humano que se requiere, o sea, de personas competentes tanto en lo técnico como en lo emocional capaces de crear valor, innovar, afrontar retos que contribuyan a que la organización aprenda a mantenerse en un mercado globalizado. 1.1 Capacitación La capacitación en gestión de riesgos apunta a ampliar la formación académica, con nuevos conocimientos, habilidades y procedimientos de los miembros de una institución y les permite desenvolverse con responsabilidad.

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Datos ofrecidos por los actores consultados de la mayoría de las instituciones educativas, dan cuenta de que directores y docentes fueron participantes del Curso de Seguridad Escolar (CUSE) desarrollado a través del ISE, el MEC, y en algunos casos con la presencia de otras instituciones como el Cuerpo de Bomberos Voluntarios, en charlas puntuales para el estudiantado. Al respecto en el texto: ¨Educación para la Gestión del Riesgo en la Formación de Docentes¨ se menciona: “Una cuestión que quizá valga la pena comentar, es que para la incorporación de la gestión del riesgo en una institución educativa, es fundamental la gestión en alianza con otros sectores de la sociedad e instituciones públicas o privadas, que se declaren en favor de la preservación de la vida y de la seguridad de las personas, tales como: la Secretaría de Emergencia Nacional, la Cruz Roja, la Policía, el Ejército, el Cuerpo de Bomberos, los municipios, entre otros”. (García de García, 2011). El propósito fundamental del CUSE es capacitar a educadores y técnicos en emergencias, con experiencia en docencia, para que participen, de manera efectiva en la organización, desarrollo y evaluación de planes de seguridad en centros educativos. (USAID, s.f.) Una docente participante del curso de CUSE comenta acerca de la modalidad empleada en el curso con las siguientes palabras: “se forman grupos para ver cómo evacuar, en ese caso fue incendio. ¿Qué hizo la brigada de incendio para evacuar de la zona de riesgo?... identificar primero qué va a hacer la brigada de evacuación y segundo suponer la situación. Se hizo el simulacro, vinieron los bomberos también y la capacitación llegó a los alumnos en diferentes ciclos”. (DO-CNPLA) En otra institución, los docentes fueron capacitados en temas relacionados con la gestión del riesgo tales como: señalizaciones,

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uso de rampas, abertura de puertas, cuidado de cables, uso de extintores, normativas para la evacuación, ubicación de alarmas, procedimientos de salvataje en incendios. (DO-CVN). Otra de las prácticas realizadas en grupo fue la del simulacro, en la que se determinaron orientaciones como ser: zonas de alarma y salida al patio, entre otras. En la práctica de la evacuación se detectaron dificultades relacionadas con la inexistencia de rampas y la dirección de salidas de emergencia (puertas, escaleras), etc. (DI-CVN). En este sentido un director comenta: “Valoramos la importancia de las rampas, extintores y otros elementos que hacen a la gestión de riesgos, pero urge encontrar estrategias para la compra de estos recursos ya que los mismos tienen un alto costo económico”. (DI-CNPLA) Está visto que los diversos procesos trabajados a lo largo de la capacitación pueden contribuir a crear una cultura de la seguridad preventiva, sin embargo la gestión de riesgos está ligada a la toma de conciencia y su respectiva sensibilización que posibilite dimensionarla en toda la complejidad, atendiendo que también requiere inversión para la adquisición de equipos y adecuación de la infraestructura, por lo que el Plan Nacional de Educación para la Gestión de Riesgos establece tres ejes estratégicos: organización y gestión, desarrollo curricular y gestión institucional. 1.2 Metodología En el programa de capacitación (CUSE) propone el método de enseñanza interactiva ya que éste le ¨permite obtener resultados previsibles y confiables en el aprendizaje¨ (H.Humes), y además promueve y facilita la participación y el enriquecimiento mutuo del instructor y el participante. El programa, sin embargo, reconoce la

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existencia de otros métodos y técnicas que se utilizan con éxito en distintos escenarios educativos. (USAID, s.f.) Un directivo de una de las instituciones visitadas señaló: “Uno de los cursos para mi criterio más serio que tuvo digamos educativamente hasta el momento: porque era puntualidad, era seriedad y trabajo. Porque generalmente vienen, se ajusta el horario, a la una ya se hace la síntesis y jaohopáma lo mita; era puntualidad y era un programa bien hecho, pero lastimosamente la continuidad y quién hace el seguimiento…”. (DI-CMC) En la entrevista realizada a una docente la misma mencionó que al principio la metodología del curso les pareció conductista: “nosotros estamos acostumbrados a construir sobre los aprendizajes previos; sin embargo, el curso se desarrollaba de otra manera y al final se realizaban exámenes donde la memoria era todo”. Más adelante dijo que logró entender que era necesario el manejo de los conceptos (de simulacros, simulación, amenazas, zona de riesgo) y elementos que hacen a la gestión de riesgo como la prevención, mitigación, las brigadas, qué función cumple cada una de las brigadas, etc. Otra docente señaló que en el curso se abordó la metodología expositiva y prácticas relacionadas con eventos y primeros auxilios (DO-CVD). Al decir de uno de los actores sobre la capacitación… “realmente fue muy lindo, muy interesante, porque primero era la primera vez que tuvimos más o menos, nunca antes tuvimos una jornada como ésa sobre gestión de riesgos y realmente para mí por lo menos en lo personal fue muy útil”. Además menciona: “Realmente para los profesores era muy interesante también, porque nosotros desconocíamos totalmente lo que era por ejemplo el riesgo para las instituciones. Había cosas que jamás nosotros podríamos imaginar verdad porque no teníamos conocimiento entonces acerca de las emer-

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gencias, desastres, todas esas cosas verdad… y fue una experiencia nueva para ellos también” (SU-Cnel. Oviedo). Al parecer la capacitación tuvo buena aceptación ya que en general los docentes entrevistados manifestaron su satisfacción con el desarrollo del curso. Al respecto el director manifestó: “…la que estuvo participando de lleno en este curso es la coordinadora pedagógica que en este momento, por situaciones de salud está con reposo, pero estuvimos trabajando con ella…, estuvimos viendo entonces ¿qué es lo que a partir de ese curso nos queda? Lógicamente es un trabajo interesante, nos pareció muy significativo. Según ella nos comentó era un curso muy vivencial y donde se pone en evidencia digamos la seguridad, o sea, la seguridad escolar…la importancia de la seguridad escolar por lo menos a nivel de concienciación llegó, ella estuvo en la dinámica, el proceso, todo lo que se fue dando, eso…la metodología digamos fue oportuna, fue pertinente”. (DI-CMC) Otra de las instituciones visitadas es un colegio que ofrece educación media y técnica en el área agropecuaria, hotelería y turismo. Directivos y coordinadores coinciden en relación a las normas de seguridad que tienen en la institución. Al respecto el director señala: “Con relación a los riesgos de los chicos ésta es una escuela agropecuaria y hay muchos equipos que de por sí tienen sus riesgos y contamos con las herramientas y con los equipos como cascos, guantes…si se va a usar motosierra tenemos los equipos de anteojos de seguridad y todo eso, porque nuestra escuela es 50% práctica y 50 % teoría, es decir no es que viene el profesor y le muestra cómo funciona una motosierra el chico viene y agarra la motosierra y usa la motosierra”. Estas palabras mencionadas por el director permiten comprender el nivel de apropiación por parte de los gestores institucionales.Lo

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que puede visualizarse es que es incipiente lo que llegó a trabajarse al interior de las instituciones educativas, si bien los participantes del curso refieren que lo aprendido y en la modalidad en que lo desarrollaron el CUSE les permitió tener conocimientos más acabado del tema. Cabe mencionar que la modalidad cascada en que la que se desarrollaron los cursos, al parecer, no fue la más adecuada atendiendo que una experiencia recurrente en las instituciones visitadas es que en los mismos participaron docentes referentes de la institución lo que no facilitó la instalación de los conceptos y prácticas del CUSE. Además la propuesta desafía a tomar decisiones gerenciales relacionadas a la planificación institucional, la infraestructura ligada al componente financiero y los procesos actitudinales de toma de conciencia de la problemática. 2.

PROCESOS INSTITUCIONALES DE PARTICIPACIÓN Y TOMA DE DECISIONES

2.1 Proyecto Educativo Institucional (PEI) La educación en gestión del riesgo requiere de un currículum dinámico, acorde con las características, necesidades de las poblaciones y sus contextos, que proporcione una visión, un abordaje integral de la temática, y oriente su incorporación como una dimensión del Proyecto Educativo Institucional. Este nivel de concreción del currículum plantea retos a nivel pedagógico, organizacional y administrativos. (MEC, 2011) Se ha consultado a algunos actores sobre la incorporación del tema gestión de riesgos en la planificación institucional a lo que los mismos manifestaron lo siguiente: “En el PEI todavía no integra-

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mos pero a nivel de… digamos de acciones específicas sí hicimos; pero en el PEI como una forma de digamos ir trabajando desde Ética o desde otras disciplinas como Orientación no incorporamos”. (DI-CMC) La gestión de riesgos no está explicitada en el PEI, pero se ha respondido satisfactoriamente en experiencias de crisis según manifiestan algunos docentes entrevistados; se menciona también: “Hay muchas acciones que se realizan en relación a gestión de riesgo pero no está incorporado en el PEI” (DI- CVD). Sin embargo, en las expresiones de los entrevistados de otra institución se aprecia que la ausencia de eventos en donde se vea comprometida la seguridad otorga esa «sensación» de falta de preocupación, así una docente se expresa en los siguientes términos: “En el colegio, por suerte, nunca pasó nada y esperamos que nunca ocurra” (DO-CNEC). Está visto que los procesos que pretenden instalarse al interior de la dinámica de la escuela si no se los plantea desde la gestión directiva y posteriormente como parte de la planificación institucional son más difíciles de lograr que se instalen y más aún que la comunidad educativa se apropie de la intención. En este sentido se menciona: “Como institución vemos las cosas puntuales pero no una reflexión seria de introducir en un esquema de… digamos de malla curricular, no tuvimos, pero sí hubo concientización” (DI-CMC). El desafío para la implementación de estos procesos está dado en la dificultad de articular el componente curricular que de por sí tiene configurado tiempos, asignaturas y competencias a desarrollar. En cuanto a la toma de decisiones, con relación a las adecuaciones que realizan las instituciones educativas se dan casos en los que pudieron organizar para concretar algunas acciones y en otros mencionan la variable económica relacionada a los altos costos de los elementos o insumos que hacen a la gestión de riesgos.

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2.2 Proyectos En el 2008 un colegio (docentes y estudiantes) concursó y ganó un proyecto promovido por la Universidad Columbia para participar de jornadas de capacitación. En esta ocasión, estuvieron presentes como facilitadores miembros del ISE y bomberos para concienciar sobre la cultura de prevención. (DI CNPLA) También el director de una institución menciona que gracias a la capacitación tomaron conciencia de la parte de infraestructura del local y comenta: “La importancia de la seguridad escolar por lo menos a nivel de concienciación llegó… ¿Qué hicimos nosotros a partir de eso? … Esto era todo un predio baldío, esta muralla no existía…Uno es eso, el otro teníamos solamente una entrada…una sola entrada y también teníamos un poquito esta parte todo unido. Hicimos un auxilio de… digamos… se hizo acá un auxilio de accidente. En qué tiempo un incendio por ejemplo, un incendio en qué tiempo se evacua se verificó, hasta ese momento teníamos solo uno, una sola calle, una sola entrada y esta alternativa, no teníamos todavía aquél; y entonces habilitamos después de eso habilitamos los chicos se prestaron y entonces habilitamos el otro alternativo que hacen al nivel de equipo directivo, o sea, una reflexión al nivel de los que animamos el centro y entonces vimos eso con la gestión de los padres. Esta habilitación se hizo con la gestión de la asociación de padres, ellos pusieron, económicamente ellos aportaron…buscamos soporte, entonces ellos aportaron para eso”. (DI-CMC) En otra institución visitada, ante la consulta de qué cambios se implementaron a partir del curso de seguridad escolar, el director y los docentes manifiestan que constantemente apelan a la asociación de padres para la adquisición de recursos, razón por la cual cuentan con elementos de seguridad (extintores, carteles de salida

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de emergencia, señalados de humo), además participan de proyectos como el que promovió la USAID para la mejora en cuanto a infraestructura, si ganaban podían construir rampas. (DI y DOCNPLA) En el caso de la escuela agrícola el director manifiesta: “Respecto al progreso de ese curso, nosotros cumplimos todo una norma de seguridad, nos dieron curso de capacitación, tuvimos bomberos acá, sobre evacuaciones, incendio forestal y todas las instalaciones de la escuela cuenta con sistema de seguridad contra incendio. Teníamos ya algunos elementos, pero no teníamos la precisa, verdad, hasta que vino la capacitación y bueno…, ahí nos fuimos adecuando también. El hotel, por ejemplo, desde que funcionó sí hubo un acompañamiento de gente especializada, porque necesitamos para habilitar sí o sí el hotel, verdad, pero después fuimos comprando, por ejemplo, extintores de acuerdo a las características”. Además menciona en la entrevista que se fueron adecuando según las especificaciones aprendidas en el curso que también tienen que ver con la seguridad como el cuidado de los equipos informáticos, el director comenta: “De acuerdo a las características de los equipos por ejemplo, la computadora tiene que tener un tipo de polvo químico para apagar el fuego y todo eso, y fuimos adecuando y ahora creo que estamos totalmente en condiciones de decir que en ese sentido estamos cubiertos”. (DI-CSF) La indagación referente al equipamiento disponible para la seguridad deja en evidencia la nula disposición de recursos específicos en algunas instituciones visitadas, al parecer muchas de las mismas deben cubrir una infinidad de necesidades primarias como la compra de tiza, pinceles, insumos de limpieza, etc., y se deja de adquirir los elementos para casos de emergencia. Sin embargo, existe la intención de comprar los elementos que hacen a la gestión de riesgo como comenta una docente: “La institu-

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ción no cuenta con recursos para la seguridad, ni hay proyectos concretos para adquirirlas; esperamos que podamos hacerlo” (DOCNEC). Se menciona permanentemente la falta de recursos para equipar la institución pues no hay presupuesto para tal fin, al respecto la docente entrevistada manifiesta: “Se tuvo la intención de construir una rampa, pero el director dijo que era muy costoso y no se contaban con los recursos” (DO- CNEC). En el caso de una institución privada subvencionada se observa que existen matafuegos y carteles señaladores, además tienen un contrato con una empresa para el mantenimiento de los extinguidores (CVD). Al parecer la disposición de recursos económicos ayuda a concretar las acciones pertinentes para cumplir con las normas de seguridad. Al decir de una docente: “El colegio es una caja de inseguridad, en cuanto a la entrada se necesita más escaleras de emergencia y la instalación de extinguidores” (DO-CNEC). Si bien la participación de los docentes en cursos de capacitación es auspiciosa, deberán darse ingentes procesos internos para que el mismo sea una prioridad institucional. Otra directora sostiene: “La cantina es un foco de cuidar, por las garrafas, la disposición de los extractores en la zona exterior y los conductos de gases”. Otra dependencia que requiere atención, son los laboratorios en donde se manipulan los compuestos químicos que podrían ser explosivos, asimismo, se tendrían que atender las áreas de acceso fácil y rápido en el lugar (DI-CVN). Se observa que existe la conciencia de la importancia de la gestión de riesgos, sin embargo, el factor económico al parecer cumple un rol fundamental para la toma decisiones. La gestión eficaz de los riesgos implica una combinación entre el aprendizaje de aquellas cosas que han ido mal (reactivo) y la

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prevención ante riesgos potenciales para evitar que impacten en el servicio que una organización presta. Esta combinación es un proceso tan efectivo como costoso de implementar 2.3 Dificultades Una dificultad señalada por una docente para la realización de la réplica del CUSE es que en la institución se encuentran disparidad de turnos y horarios de asistencia. En este sentido otro docente expone como inquietud personal la idea de organizar la réplica del CUSE en un día de jornada sindical. Señala que espera contar con la aprobación de las autoridades para implementar la capacitación e involucrar al alumnado. (DO-CNEC) En la visita a otra de las instituciones, una docente manifiesta que no se han podido replicar las técnicas aprendidas, ni se ha formado un grupo de trabajo permanente. Las razones son la poca posibilidad de disponer del horario de los profesores y estudiantes para tareas extracurriculares. (DO-CVD). Esta institución privada subvencionada tiene la particularidad de que debe pagar a sus docentes en caso de que éstos tengan la iniciativa de reunirse para abordar un tema, en este caso gestión de riesgos. Cabe destacar que en otra de las instituciones visitadas, ante la consulta al director, sobre su conocimiento acerca de alguna intervención sobre gestión de riesgo en la institución educativa a su cargo, él refirió: “Los docentes referentes que participaron en el curso son los que manejan las informaciones respecto al tema”. Llama la atención que desde la instancia directiva se desconoce el desarrollo del trabajo sobre gestión de riesgo en la institución, lo que dificultaría la instalación de los procesos de concienciación sobre la importancia de la cultura de la prevención.

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Además, al parecer, el abordaje sobre gestión de riesgo, en las prácticas pedagógicas desarrolladas por los alumnos del ISE, quedaba a cargo de los mismos con el curso y respectivo grupo de estudiantes asignados. Este aspecto refleja la falta de articulación y la necesidad de revisión de los canales de comunicación internos. Al respecto Mintzberg, citado en “Módulos de formación en competencias para la gestión escolar en contextos de pobreza”, señala que: “Una de las tareas inherentes de la función directiva es la de establecer redes de comunicación, es decir, saber comunicar internamente y con el entorno”. (Jabif, Liliana-IIPE-UNESCO, 2004) Partiendo de la premisa que en la planificación se explicitan las intencionalidades educativas, se espera que las instituciones elaboren planificaciones que orienten las acciones y estrategias a ser llevadas a cabo. Temas trasversales como la gestión de riesgos plantean desafíos mayores, atendiendo que traen consigo componentes valóricos y actitudinales que requieren de procesos de sensibilización y concienciación que muchas veces implican cambios. 2.4 Seguimiento Una inquietud de algunos de los actores involucrados en el proyecto tiene que ver con el seguimiento, uno de ellos menciona: “Lo que yo siento que de todos los cursos que se hacen lo que falta es la continuidad también del seguimiento, o sea, yo les felicito a ustedes que vengan ahora a ver pero eso fue hace 2 años, si no me recuerdo hace 2 años. Entonces no hay seguimiento más sistemático de lo que se hace de los cursos, eso es lo que yo veo que falta. Se quedó como una visión de conformar un equipo digamos a nivel de distrito, a nivel de Oviedo, pero eso nadie a… ¿quién hace el seguimiento…la supervisión académica…la supervisión pedagógica… la supervisión

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administrativa…la coordinación…la gobernación… la Municipalidad… ¿quién hace? Ahí es donde… a quién se le implica para el seguimiento es lo que falta, porque lindísimo fue el curso” (DI-CMC). Según el supervisor de la ciudad de Coronel Oviedo, han tenido la intención de conformar una red de seguimiento, manifiesta: “Habíamos constituido más o menos una comisión para hacerle un seguimiento pero después quedó allí nomás, no hemos avanzado; y realmente habíamos presentado un proyecto pero no tuvimos seguimiento porque tampoco no venían para monitorear y demás cosas”. Resulta interesante la reflexión sobre la idea de compromiso que a nivel local debían de tener todos los actores involucrados en el proyecto: “Hicimos…como comentábamos… hicimos una pequeña charla con los compañeros directores los que estuvimos en esa capacitación, pero habíamos quedado en que íbamos a avanzar un poco pero tampoco la supervisión… no se planificó bien diríamos; entonces como yo era director y tenía también mis responsabilidades no podía tampoco solo avanzar mucho, yo era nada más un director en aquel entonces. Al principio todos hemos cuidado pero después de a poco se iba un poco apagando esa digamos…siempre ipyahu aja lo mita otypeipora y después sique ya se vuelve ya lo que conocemos todos verdad” (SU-Cnel. Oviedo) Está visto que las posibilidades de implementación y de empoderamiento por un lado requieren su tiempo y por otro lado se debe estructurar conforme a la organización existente y a los niveles de planificación tanto a nivel central como a nivel departamental e institucional.

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3.

CONSTRUCCIÓN PERSONAL E INSTITUCIONAL DE LA CULTURA DE LA PREVENCIÓN

La cultura de la prevención requiere de una educación que propicie la conciencia para adoptar nuevas formas de actuar ante eventos inesperados, donde la actitud responsable de respeto por la vida y el entorno constituya la base fundamental. Además, cuando se habla de educar para crear un nuevo estilo de vida de manera implícita que todos los actores de la comunidad se involucren, aunque cabe mencionar que esto al parecer demandaría un largo proceso social. Prevenir tiene que ver también con la noción de que cada persona se sienta parte importante dentro de la sociedad, y de esa manera sea capaz de responder con acciones concretas ante situaciones amenazantes. En este sentido los testimonios recogidos en la investigación dan cuenta de un incipiente proceso de construcción tanto institucional como personal de la cultura de la prevención, se mencionan deseos de llevar adelante iniciativas y proyectos, continuar las capacitaciones, organizar grupos de trabajos. En el caso de una de las instituciones la participante del curso fue una coordinadora. El director de la institución reproduce manifestaciones de la misma en estos términos: “A ella le impactó mucho el tema, digamos de la experiencia que vivió (en el curso) porque fue vivencial, la dinámica le hizo vivencial una situación de… creo es de accidente, esa parte digamos de tocar la vida, tocar la importancia del cuidar la vida y la seguridad escolar eso es lo que más a ella le llegó… y también la importancia de generar equipos de trabajo institucional, o sea ella sola no va a poder, tenemos que incorporar un elemento a nivel institucional”. (DI-CMC). Cabe destacar que existe la idea de incorporar gestión de riesgo en el PEI y desarrollar acciones en comunión con los actores

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clave de la comunidad educativa, los actores consultados se muestran sensibilizados ante la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad, un director manifiesta: “Yo pienso que es una sensibilización grande sobre la importancia de tomar en serio el riesgo que genera el no tener los seguros que una escuela debe ofrecer; eso es importante”. (DI-CSF) La seguridad como eje prioritario tiene mayor realce si se la encara desde la prevención, es decir, instalando una cultura que movilice a los actores hacia acciones previas a acontecimientos inesperados. En el caso de los miembros de un colegio, ante los episodios de amenazas de bombas recibidas desde la cárcel de Tacumbú, manifestaron que la comunidad educativa estaba sensibilizada y abierta al abordaje de la problemática, a partir de dichos eventos se han intensificado los encuentros con los bomberos voluntarios. En expresiones del director y profesor guía, durante dichos episodios “los miembros de la comunidad actuaron con mucha serenidad y presteza en los procedimientos de evacuación, permitiendo una salida ordenada y sin pánico” (DI-CVD). Además se ha manifestado en la entrevista que como fortalezas en los momentos de crisis vividas se pueden citar la celeridad y predisposición efectiva de los profesores y la disciplina de los estudiantes, además que la seguridad es importante para la institución ya que se hacen inversiones y se toman cuidados para que todos estén protegidos. Es fundamental enfatizar que instalar la cultura de la prevención tiene relación con las posibilidades económicas con que dispone una institución, en este sentido la gran mayoría de las instituciones visitadas comentaron que con el curso han aprendido a tener conciencia, pero que los equipos necesarios para gestión de riesgo tienen un alto costo. “El problema es que uno se siente impotente

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ante esta situación de falta de recursos, soñamos con esto hay que luchar de todas maneras buscando apoyo financiero, golpear puertas”. (DI-CNPLA) Al parecer la participación y el compromiso de todas las personas son condiciones importantes para alcanzar el éxito, ya que una sociedad que adopta la prevención como un modo de vida está más preparada para enfrentar los desafíos de este siglo. 4.

CONTEXTUALIZACIÓN: El día a día en las escuelas.

En el curso de seguridad escolar se desarrollaron temas relacionados a desastres como evacuaciones, simulacros, primeros auxilios, sin embargo los hallazgos evidencian la trasferencia de aprendizaje que en muchos casos realizan los participantes. Así, el contexto en el que se desenvuelven les presenta situaciones específicas que requieren adecuaciones para hacer frente a situaciones de riesgo conforme a sus necesidades y su problemática. La movilización en términos de actitudes y acciones concretas que se gestan en los actores de las instituciones educativas constituye un interesante hallazgo ya que posibilita confrontar con aspectos culturales de la realidad paraguaya. En forma muy peculiar Helio Vera, en su libro “El país de la sopa dura”, describe cuanto sigue: “El paraguayo cree en el destino, y en que los acontecimientos que lo esperan están prefijados desde el momento mismo de su nacimiento. Cuando alguien muere, se dirá: hi´ áraguahë (le llegó su tiempo), porque nañamanói la vísperape (no se muere en la víspera), y porque, en una frase frecuentada por León Cadogan, un eminente paraguayo oiméiplanétape (está en su planeta), por alusión a que la vida y la muerte están regidas por el movimiento de los astros y las constelaciones”.

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En este sentido la gestión de riesgo, en determinadas instituciones, tiene relación con las formas en que cada comunidad da respuestas a los problemas emergentes según los casos investigados en los que se evidencian temas relacionados con las instalaciones eléctricas, la seguridad vial en relación a la utilización de las motos y las condiciones sanitarias. 4.1 Infraestructura En cuanto a infraestructura una de las preocupaciones es el sistema de cableado eléctrico. Algunas de las instituciones tienen el desafío de mejorar las instalaciones eléctricas al decir de los actores consultados. En este sentido menciona el supervisor: “Y lo que ahora por ejemplo lo que yo veo de que en cuanto a infraestructura por ejemplo estamos bien ya, el 90% de nuestras instituciones ya están mejoradas. La electrificación por ejemplo, ese es un problema, para accionar por lo menos se debería revisar como está, hay algunas instituciones en donde se habían instalado pero fueron hechos por no profesionales, entonces esa parte por ejemplo yo veo como un riesgo, la parte eléctrica” (SU-Coronel Oviedo). También el director de una institución comenta: “Entonces eso es un poquito digamos a nivel de concienciación, después fuimos viendo por ejemplo tenemos… seguimos teniendo vacíos, trasladamos también la sala de informática, tenemos allá lejos, con cablerío, ahora tenemos acá una sala de informática que está ya con resguardo digamos cuidando los aspectos de seguridad, solamente allí nos falta un extintor en este momento pero por lo menos la instalación, toda la parte eléctrica ya está”.(DI-CMC). Notoriamente se instaló la conciencia de los efectos que pueden producir los accidentes de origen eléctrico, ya que eso implica mini-

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mizar las causas de accidentes producidos por la electricidad debido a la ignorancia o negligencia de los usuarios. 4.2 Letrina y piojos Un supervisor, quien se desempeña en escuelas de una zona rural, mencionó que los conceptos que se manejaron en los talleres de gestión de riesgo sirvieron para tomar conciencia de un problema de salud de los estudiantes de las escuelas a su cargo. El profesional refirió que uno de los problemas a afrontar en las instituciones es la pediculosis (afección cutánea producida por la infestación por un piojo, se localiza fundamentalmente en el cuero cabelludo). En este sentido menciona: “Los estudiantes tienen piojos y al comenzar el año lectivo se presenta como un problema a ser solucionado, pero se vuelve reiterativo. Es una amenaza para la seguridad escolar en el día a día de las escuelas, es como una interferencia que a veces se vuelve grave si no se trata con un plan organizado como nos enseñaron en los talleres”. Si bien esta afección aparentemente se presenta de manera cotidiana, las manifestaciones de la misma impiden las posibilidades de buena concentración de los estudiantes para el logro efectivo de sus aprendizajes. Esto requiere de la toma de conciencia y de la concreción de un conjunto de actividades que los docentes y padres puedan trabajar de manera participativa, así el alumno se convierte en el verdadero protagonista de la acción y de los cuidados referidos a su salud. Es innegable que el mejoramiento de las condiciones de vida de niños y niñas escolares y sus familias tiene varias aristas, una en particular referida por uno de los supervisores que desempeña funciones en la zona rural se refiere a la adecuación de las letrinas que

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se encuentran en los hogares de los estudiantes que asisten a la institución. La atención a este tema con cuidados de saneamiento y educación baja el riesgo de contagio de enfermedades o infecciones provocadas por la insalubridad y contaminación ambiental. El abordaje de estas problemáticas requiere de implementación de estrategias y mecanismos que se nutren de la articulación y coordinación interinstitucional (familia, centros de salud, entre otros) para el mejoramiento de las condiciones de salud y de desarrollo del niño/a, por lo que a través de acciones de promoción, prevención, detección y asistencia-tratamiento se minimizan los problemas que afectan a su bienestar integral. 4.3 Seguridad vial Otra modalidad de intervención se dio a través de la municipalidad de Cnel. Oviedo con el desarrollo de un curso de Seguridad Vial, un tema preocupante para la población por la cantidad de motos que circulan en la vía pública y los jóvenes que las conducen. En este sentido las familias y las instituciones deben aunar esfuerzos para generar conciencia ciudadana y comportamientos encaminados para la creación del sentido vial y las pautas adecuadas para la movilidad segura. Un director comenta: “Por ejemplo, está la seguridad… no solamente la seguridad de accidentes, en este momento nosotros estamos con un desafío de la cuestión de accidentes de motos. Ahora sí, ahora vamos a incorporar como programa y estamos buscando cómo hacer la cuestión vial, es un problema digamos día a día, muchos de nuestros chicos vienen en moto entonces tenemos los espacios, le damos el informe a los padres pero en este momento se hace más necesario. Ahora sentimos la necesidad de ir aplicando en el PEI (seguridad vial)”. (DI-CMC)

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En otra institución se ha tomado decisiones en el plano curricular en relación a la seguridad vial. Una docente manifiesta: “Así mismo, una propuesta de trabajo en el colegio se dio en la dimensión curricular. En el plan de estudios existe una asignatura que se llama Investigación Social y la metodología asumida es trabajar por proyectos con la asistencia de profesores tutores. Este año, el tema a ser trabajado por los bachilleratos de los énfasis de Ciencias Básicas y Sociales es seguridad vial”. (DO-CNPLA). De una u otra forma la concienciación y la implementación de acciones desde esta perspectiva sin duda posibilitarían la disminución de los riesgos de los incidentes viales al promover el compromiso de los distintos sectores de la sociedad a través de programas de información, concienciación y sensibilización de seguridad vial para la población. Es interesante destacar cómo los actores trasfieren los aspectos metodológicos: teóricos y procedimentales a la realidad en la que ellos se desenvuelven. Así, se puede observar que en algunas instituciones visitadas el CUSE los ha movilizado en entender la prevención y la necesidad de la prevención y la toma de decisiones en situaciones que tienen que ver con la cotidianidad del contexto donde se desenvuelven. El planteamiento que hace OFDA/LAC para Latinoamérica, el cual está orientado a fomentar una mayor participación de las universidades en materia de gestión de riesgo; promover un mejor proceso de capacitación dirigido a los docentes, a fin que puedan trabajar el tema “riesgo” en aula, al incluirlas como materias en Educación Inicial, Básica y Media; apoyar la reducción de vulnerabilidad de su planta física educativa, orientar a través del trabajo con los alumnos el aprendizaje de los padres en materia de riesgo y finalmente, cooperar en la capacitación para cubrir problemas de des-

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empeño en el personal perteneciente a organismos de primera respuesta. (Santana, 2005). A continuación se describen los datos recogidos de la encuesta realizada a los facilitadores (docentes egresados del ISE que en área Práctica Educativa abordaron el tema Gestión de Riesgo). La consulta pretendió obtener información desde las experiencias de los mismos en contextos reales de las instituciones educativas. Gráfico 1: Sector al que pertenece la institución de práctica

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional .

Las pasantías de práctica profesional se realizan en los diversos sectores de instituciones educativas del sistema educativo nacional, posibilitan la experiencia de los estudiantes en cada uno de

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ellos. Como se observa en el gráfico es mayor el porcentaje (45%) de las instituciones oficiales donde los alumnos hacen sus pasantías de práctica. Estas pasantías son importantes porque constituyen un espacio en el que los estudiantes desarrollan competencias específicas relacionadas con aspectos técnicos directamente ligados a su ocupación. Gráfico Nº 2: Nivel donde se realizó la práctica

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

El desarrollo de la práctica profesional se da en instituciones educativas del sistema educativo nacional, lo que posibilita la interacción del estudiante con lo que sería su futuro contexto laboral. Como se aprecia en el gráfico, es en la media donde hacen sus prácticas el 37% de los alumnos del ISE que fueron encuestados y

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hay paridad entre los que están estudiando el profesorado de EEB y el de Inicial. Gráfico Nº 3: Tipo de curso y duración

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

El gráfico presenta la variedad de modalidades y tiempo de duración por la que atravesaron los estudiantes del ISE como instancia de capacitación en el tema para su posterior intervención en las instituciones de práctica. Como bien se señala en los módulos de formación sobre gestión de riesgo (USAID-CUSE), los programas educativos que se ejecutan en el área de gestión de riesgo y desastre promueven la educación de los estudiantes a partir de la capacitación y del entrenamiento que se da a los docentes y a otros agentes educativos para que contribuyan en la formación de los mismos a partir del diseño y la ejecución de planes de seguridad en los centros educativos.

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Llama la atención el tiempo de asistencia a los cursos, ya que la mayoría manifiesta haber asistido un día y esta temática requiere de la apropiación de aspectos conceptuales, procedimentales y actitudinales a fin de instalar capacidades en la comunidad educativa para estar atentos a las condiciones que pueden provocar riesgos. Gráfico Nº 4: Porcentaje de instituciones organizadoras de cursos

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

La mayoría de los estudiantes refiere que el ISE “Dr. Raúl Peña” es la institución organizadora de los cursos en los que participaron. Asimismo, el Cuerpo de bomberos es otra de las instituciones que apoya los procesos de formación en gestión de riesgo. Cabe señalar que el ISE tiene un convenio con esta institución, lo que facilita la concreción y articulación de acciones en esta línea.

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Conforme a la planificación de la Dirección de extensión este es uno de los ejes estratégicos que viene trabajando al interior del ISE. Gráfico Nº 5: Contenidos propuestos en los cursos

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

Los contenidos que se plantean en el curso constituyen experiencias en el campo de la educación en gestión de riesgos, susceptibles de ampliar y enriquecer, como así mismo debe considerarse como un medio para contribuir al desarrollo de planes de seguridad en los las instituciones educativas y a la formación integral del estudiante en este tema. Es importante que entre el 60 al 75% de los estudiantes destaque que los temas desarrollados en los cursos fueron llevados al

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plano práctico, atendiendo que el enfoque educativo es el pragmático. Gráfico Nº 6: Metodología propuesta en los cursos

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

El marco curricular contempla aspectos conceptuales fundamentales para dimensionar la gestión del riesgo en toda su complejidad. En este sentido se observa que los encuestados (en un 50 %) manifiestan haber sido capacitados en temas específicos relacionados a los conceptos claves. Seguidamente refieren que vivenciaron las técnicas de simulación y simulacro, ambas utilizadas en la capacitación de personas que tienen o pueden tener responsabilidades en operaciones de dar respuesta a posibles emergencias.

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La simulación y el simulacro son complementarios en los procesos de capacitación y en gran medida responden a un propósito común, cual es el de contribuir a la reducción del riesgo a la respuesta para casos de emergencia, según se señala en el documento orientador de los procesos de formación. Gráfico Nº 7: Materiales de apoyo utilizados

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

Las experiencias de capacitación que apuntan a la apropiación de aspectos conceptuales básicos y a la movilización de actitudes hacia una cultura de la prevención requieren de ser posible el mayor acercamiento a recursos y/o materiales, por lo que es positivo que los estudiantes manifiesten haber utilizado materiales de primeros auxilios, extinguidores y materiales de primeros auxilios. Una de las funciones básicas por cumplirse en la atención de emergencias es la de primeros auxilios y rescate, por lo que estar

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preparados con procedimientos y materiales básicos es fundamental para el cumplimiento de la labor. Gráfico Nº 8: Logros de los cursos

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

Al observar el gráfico se percibe que los estudiantes del ISE en su mayoría (alrededor del 70 %) mencionan que hubo apropiación de contenido y sensibilización. Sin embargo, es limitada la puesta en práctica de lo aprendido. Cabe señalar que los estudiantes realizan sus prácticas profesionales en las instituciones, los mismos están sujetos a la planificación de actividades propias de la institución y al nivel de apertura que encuentren o dispongan al interior de las mismas.

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Gráfico Nº 9: Incorporación al PEI de la institución

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

Al consultarles a los estudiantes sobre la posibilidad de incorporar en el PEI de la institución de práctica profesional temas relacionados con la gestión de riesgo, alrededor del 50 % señala que desconoce o que no se incorporó; mientras que la otra mitad manifiesta que medianamente hubo alguna inclusión. Es importante que para la concreción de las metas institucionales se haga explícita la intencionalidad de incorporar la gestión del riesgo desde la planificación.

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Gráfico Nº 10: Acciones ejecutadas en instituciones

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

Las experiencias de prácticas desarrolladas, con mayor porcentaje, focalizaron las estrategias de sensibilización (32 %), prácticas de seguridad escolar (32 %) y la enseñanza de contenidos (29 %). Cabe señalar en este sentido la concreción de dos líneas de acciones explicitadas en el plan institucional para el desarrollo de gestión de riesgo en el ISE, son: la seguridad institucional y la formación de gestión de riesgo en el currículum. Sin embargo, la línea de acción referida a proyección a la comunidad aún es incipiente lo que requerirá de un análisis de las condiciones existentes para fortalecer este eje.

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Gráfico Nº 11: Dificultades en el nivel institucional visualizadas

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

Las condiciones institucionales para concretar acciones referidas a la gestión de riesgo están relacionadas con el conocimiento del alcance del tema, la sensibilización, concientización y la disposición de recursos. Al parecer resulta necesario desarrollar más capacitaciones en las instituciones de práctica, ya que los estudiantes mencionan que esa dificultad representa un gran desafío. El 50 % de los estudiantes manifiesta que el factor tiempo es fundamental. El tiempo en las instituciones educativas indudablemente es un recurso limitado, y por el conocimiento de su “brevedad”, se precisa de estrategias que permitan sacarle el mayor provecho, asegurando el logro de los objetivos fijados como ya los señalan muchas investigaciones en esta línea.

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Cuando en las escuelas se propone el desarrollo de una nueva temática, en este caso gestión de riesgo, es necesario reflexionar sobre el sentido y el significado de las acciones que se plantean y más aún cuando ello desafía el compromiso social y lo que habitualmente se logra en el aula y fuera de ella. Gráfico Nº 12: Respuesta de la comunidad educativa sobre el tema de gestión del riesgo desde la práctica

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

Los estudiantes (del 36 al 50 %) percibieron de buena a muy buena el nivel de involucramiento de los miembros de la comunidad educativa en las propuestas de intervención que los mismos realizaron en las instituciones educativas. Cabe señalar que desde el área educativa se entiende gestión del riesgo como el proceso de planificación, organización, dirección y control, dirigido al análisis y la reducción de riesgos, así como el manejo de desastres y la recuperación ante eventos ocurridos (US-

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AID-OFDA/LAC, 2004). Por lo que se plantea la necesidad de intervenir desde las diferentes dimensiones que definen la organización y el funcionamiento institucional. Gráfico Nº 13: Condiciones para generar estrategias

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

A partir de las experiencias realizadas en el ámbito profesional de la práctica educativa, los estudiantes perciben que se dan las condiciones para la implementación de estrategias de gestión del riesgo en la comunidad educativa, si bien refieren, como se menciona en el gráfico 11, existen dificultades ligadas a la capacitación, el tiempo y los recursos.

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Gráfico Nº 14: Cambios en las instituciones

Fuente: Cuestionario aplicado a estudiantes del ISE “Dr. Raúl Peña” que desarrollaron actividades sobre gestión de riesgo en el marco de la práctica profesional.

En general los estudiantes (el 79 %) perciben que las acciones emprendidas por ellos en el marco de la práctica educativa propiciaron espacios de concientización para sensibilización de la implicancia de la gestión del riesgo. Algunas de las instituciones adquirieron insumos necesarios para implementar acciones en el marco de la gestión de riesgo. La tarea de educar en una cultura de prevención de desastres debe ser parte integral del desarrollo de toda sociedad y tener su fundamento en la promoción de valores como la autoprotección, la solidaridad, la participación y el respeto a sí mismo y a los otros. La gestión de riesgo implica una acción educativa para forjar una cultura de prevención en la que debe desarrollarse capacidades individuales, sociales, interacción y compromiso con el entorno na-

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tural y cultural. Se trata de un proceso en el que se va construyendo un trabajo colectivo, desde una nueva visión sobre la persona y sus relaciones con la comunidad, basadas en la dignidad y en los derechos que son inherentes a todas las personas por su condición humana. Conclusión En base a lo analizado, el reto que impone la gestión de riesgos es instalar la cultura preventiva con una visión integral, así como diseñar sólidos planes de contingencia y estrategias de acción que permitan a los diferentes actores sociales actuar de manera efectiva, cooperativa y coordinada. La capacitación para la gestión de riesgos fue facilitada por técnicos del ISE, MEC y la participación de bomberos voluntarios. Los temas declarados por los participantes, directivos y docentes fueron: señalizaciones, uso de rampas, apertura de puertas, cuidado de cables, uso de extintores, normativas para la evacuación, ubicación de alarmas, procedimientos de salvataje en incendios. Las prácticas realizadas en grupo fueron: simulacro con orientaciones sobre zonas de alarma y salida al patio, entre otras. En la práctica de la evacuación se detectaron dificultades relacionadas con la inexistencia de rampas y la dirección de salidas de emergencia (puertas, escaleras), etc. En el programa de capacitación (CUSE) se propone el método de enseñanza interactiva, que visto desde los actores corresponde a un curso bien planificado y desarrollado. Los contenidos que se plantean en el curso constituyen experiencias en el campo de la educación en gestión de riesgos, susceptibles de ampliar y enriquecer, como así mismo considerarse como un medio para contribuir al desarrollo de planes de seguridad en los

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las instituciones educativas y a la formación integral del estudiante en este tema. Entre el 60 al 75% de los estudiantes facilitadores destacan que los temas desarrollados en los cursos fueron llevados al plano práctico, atendiendo que el enfoque educativo es el pragmatismo. Cabe señalar que los estudiantes facilitadores realizan sus prácticas profesionales y están sujetos a la planificación de actividades propias de la institución y al nivel de apertura que encuentren o dispongan al interior de las mismas. El 50 % de los estudiantes manifiesta que el factor tiempo es fundamental. El tiempo en las instituciones educativas indudablemente es un recurso limitado, y por el conocimiento de su “brevedad”, se precisa de estrategias que permitan sacarle el mayor provecho, asegurando el logro de los objetivos fijados como ya los señalan muchas investigaciones en esta línea. Los directivos y docentes entrevistados manifestaron satisfacción con el desarrollo de los cursos. Los procesos trabajados a lo largo de la capacitación contribuyeron a la sensibilización hacia la seguridad preventiva, sin dejar de considerar que la gestión de riesgos está ligada a la toma de conciencia y al cambio de actitudes. La implementación de la modalidad de capacitación en cascada no fue la más adecuada, atendiendo que la réplica de los contenidos y prácticas requieren de un proceso organizativo en las instituciones, de manera que la información pueda llegar a los miembros de la comunidad educativa. La gestión de riesgos no está explicitada en el PEI en las instituciones visitadas, pero han respondido satisfactoriamente en experiencias de crisis. Está visto que los procesos que pretenden instalarse al interior de la dinámica de la escuela si no se los plantea desde la gestión directiva y posteriormente como parte de la plani-

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ficación institucional son más difíciles de lograr que se efectivicen y más aún que la comunidad educativa se apropie de la intención. En cuanto a la toma de decisiones, en relación a las adecuaciones que pudieran realizar las instituciones educativas, depende de la capacidad de gerenciamiento de recursos, pues la variable económica relacionada a los altos costos de los elementos o insumos que hacen a la gestión de riesgos condiciona el obrar. Sin embargo, se ha constatado que con una gestión proactiva se pueden conseguir los insumos pertinentes incorporando en proyecto que son elaborados desde la planificación institucional. La indagación referente al equipamiento disponible para la seguridad deja en evidencia la nula disposición de recursos específicos en algunas instituciones visitadas, al parecer muchas de las mismas deben cubrir una infinidad de necesidades primarias como la compra de tiza, pinceles, insumos de limpieza y se deja de adquirir los elementos para casos de emergencia. Cuando en las escuelas se propone el desarrollo de una nueva temática, en este caso gestión de riesgo, es necesario reflexionar sobre el sentido y el significado de las acciones que son planificadas, más aún cuando ello desafía el compromiso social y lo que habitualmente se logra en el aula y fuera de ella. Está visto que las posibilidades de implementación y de empoderamiento por un lado, requieren su tiempo y por otro lado, se debe estructurar conforme a la organización existente y a los niveles de planificación tanto a nivel central como a nivel departamental e institucional. Es fundamental enfatizar que instalar la cultura de la prevención tiene relación con las posibilidades económicas con que dispone una institución. Al parecer la participación y el compromiso de todas las personas son condiciones importantes para alcanzar el

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éxito, ya que una sociedad que adopta la prevención como un modo de vida está más preparada para enfrentar los desafíos de este siglo. Haciendo un recuento de las actitudes de los actores hacia la gestión de riesgos, en cuanto a la concepción de la calidad de vida y la conciencia crítica que guía el hacer, los actores intervinientes declaran que la seguridad como eje prioritario tiene mayor realce si se la encara desde la prevención, es decir, instalando una cultura que movilice a los actores hacia acciones previas a acontecimientos inesperados. Ahora bien, si se consideran las actitudes que subyacen en el tema gestión de riesgo, tienen relación con las formas en que cada comunidad da respuestas a los problemas emergentes según los casos investigados en los que se evidencian temas tales como: las instalaciones eléctricas, la seguridad vial, condiciones sanitarias, así como temas emergentes que hacen a las necesidades que se van incorporando en cada comunidad. El abordaje de estas problemáticas requiere de implementación de estrategias y mecanismos que se nutren de la articulación y coordinación interinstitucional (familia, centros de salud, entre otros) para el mejoramiento de las condiciones de salud y de desarrollo del niño/a, por lo que a través de acciones de promoción, prevención, detección y asistencia-tratamiento se minimizan los problemas que afectan a su bienestar integral. Los estudiantes facilitadores están sujetos a la planificación de actividades propias de la institución y al nivel de apertura que encuentren o dispongan al interior de las mismas. Cabe señalar, en este sentido la concreción de líneas de acción explícitas en el plan institucional para el desarrollo de gestión de riesgo en el ISE, son: la seguridad institucional y la formación de gestión de riesgo en el

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currículum. Sin embargo, la línea de acción referida a proyección a la comunidad aún es incipiente lo que requerirá de un análisis de las condiciones existentes para fortalecer este eje. En general, los estudiantes facilitadores perciben que las acciones emprendidas por ellos en el marco de la práctica educativa propiciaron espacios de concientización para sensibilización de la implicancia de la gestión del riesgo. Por tanto, este tema trasversal plantea un desafío mayor atendiendo que trae consigo componentes valóricos y actitudinales que requieren de procesos de sensibilización y concienciación que muchas veces exige cambios.

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Discusión final y Recomendaciones

Si bien en situación de crisis o de desastres se observa solidaridad durante las emergencias, respuestas de las instituciones y de las personas, y sensibilidad ante esta problemática sería importante: – Fomentar programas de capacitación de las personas para hacer frente a las intervenciones a nivel local. – Desarrollar espacios de sensibilización, concienciación para el conocimiento y alcance de la gestión de riesgo, en casos de emergencia accionar de manera rápida y eficaz. – Diagnosticar las condiciones de infraestructura a fin de adecuar a estándares básicos de seguridad. - Articular en los diferentes niveles de planificación el alcance de las intervenciones y niveles de responsabilidad para hacer frente a la problemática en tiempo y forma. – Fortalecer los mecanismos, estrategias y acciones para que desde la gestión local se den respuestas a las necesidades de contexto referidas a la gestión de riesgos. – La implementación de programas para la educación en gestión de riesgos, requiere de un currículum más flexible, acorde con las características, necesidades de las poblaciones y sus contextos, que proporcione una visión, un abordaje integral de la temática, y oriente su incorporación como una dimensión del Proyecto Educativo Institucional.

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Establecer mecanismos de empoderamiento local e incentivo en el marco de un proceso que posibilite paulatinamente instalar la cultura de la prevención. Desarrollar programas formativos relacionados con los aspectos teóricos y prácticos de la gestión de riesgos, con variedad de modalidades, que apunten al tratamiento de actitudes favorables.

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Anexo 1: Fotografías

En Caaguazú las motos representan un riesgo.

Sala de Informática en “Cuidando el sistema eléctrico”.

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Salida de emergencia en el Colegio de Cnel. Oviedo.

Entrevista con técnica y docente respecto al curso de CUSE.

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Las rampas en uso.

En la Escuela Agrícola, con las mangueras contra incendios.

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Los materiales utilizados por los docentes y técnicos con alumnos para prevenir.

Extintor.

Entrevista con la Directora, en Asunción.

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Anexo 2: Glosario Glosario Gestión del Riesgo.2 Amenaza: Un fenómeno, sustancia, actividad humana o condición peligrosa que pueden ocasionar la muerte, lesiones u otros impactos a la salud, al igual que daños a la propiedad, la pérdida de medios de sustento y de servicios, trastornos sociales y económicos, o daños ambientales. Amenaza hidrometeorológica: Un proceso o fenómeno de origen atmosférico, hidrológico u oceanográfico que puede ocasionar la muerte, lesiones u otros impactos a la salud, al igual que daños a la propiedad, la pérdida de medios de sustento y de servicios, trastornos sociales y económicos, o daños ambientales. Amenaza natural: Un proceso o fenómeno natural que puede ocasionar la muerte, lesiones u otros impactos a la salud, al igual que daños a la propiedad, la pérdida de medios de sustento y de servicios, trastornos sociales y económicos, o daños ambientales. Amenaza socio-natural: El fenómeno de una mayor ocurrencia de eventos relativos a ciertas amenazas geofísicas e hidrometeorológicas, tales como aludes, inundaciones, subsidencia de la tierra y sequías, que surgen de la interacción de las amena2.

Extraído del Plan Nacional de Educación para la Gestión de Riesgos.

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zas naturales con los suelos y los recursos ambientales explotados en exceso o degradados. Amenaza tecnológica: Una amenaza que se origina a raíz de las condiciones tecnológicas o industriales, lo que incluye accidentes, procedimientos peligrosos, fallas en la infraestructura o actividades humanas específicas que pueden ocasionar la muerte, lesiones, enfermedades u otros impactos a la salud, al igual que daños a la propiedad, la pérdida de medios de sustento y de servicios, trastornos sociales o económicos, o daños ambientales. Capacidad de afrontamiento: La habilidad de la población, las organizaciones y lo sistemas, mediante el uso de los recursos y las destrezas disponibles, de enfrentar y gestionar condiciones adversas, situaciones de emergencia o desastres. Capacidad: La combinación de todas las fortalezas, los atributos y los recursos disponibles dentro de una comunidad, sociedad u organización que pueden utilizarse para la consecución de los objetivos acordados. Código de construcción: Una serie de ordenamientos o reglamentos relacionados con estándares que buscan controlar aspectos de diseño, construcción, materiales, modificaciones y ocupación de cualquier estructura, los cuales son necesarios para velar por la seguridad y el bienestar de los seres humanos, incluida la resistencia a los derrumbes y a los daños. Concienciación/sensibilización pública: El grado de conocimiento común sobre el riesgo de desastres los factores que conducen a éstos y las acciones que pueden tomarse individual y colectivamente para reducir la exposición y la vulnerabilidad frente a las amenazas. Desarrollo de capacidades: El proceso mediante el cual la población, las organizaciones y la sociedad estimulan y desarrollan

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sistemáticamente sus capacidades en el transcurso del tiempo, a fin de lograr sus objetivos sociales y económicos, a través de mejores conocimientos, habilidades, sistemas e instituciones, entre otras cosas. Desarrollo sostenible: Desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. Desastre: Una seria interrupción en el funcionamiento de una comunidad o sociedad que ocasiona una gran cantidad de muertes al igual que pérdidas e impactos materiales, económicos y ambientales que exceden la capacidad de la comunidad o la sociedad afectada para hacer frente a la situación mediante el uso de sus propios recursos. Evaluación del riesgo: Una metodología para determinar la naturaleza y el grado de riesgo a través del análisis de posibles amenazas y la evaluación de las condiciones existentes de vulnerabilidad que conjuntamente podrían dañar potencialmente a la población, la propiedad, los servicios y los medios de sustento expuestos, al igual que el entorno del cual dependen. Gestión correctiva del riesgo de desastres: Actividades de gestión que abordan y buscan corregir o reducir el riesgo de desastres que ya existe. Gestión de emergencias: La organización y la gestión de los recursos y las responsabilidades para abordar todos los aspectos de las emergencias, especialmente la preparación, la respuesta y los pasos iniciales de la rehabilitación. Gestión del riesgo de desastres: El proceso sistemático de utilizar directrices administrativas, organizaciones, destrezas y capacidades operativas para ejecutar políticas y fortalecer las capacidades de afrontamiento, con el fin de de reducir el im-

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pacto adverso de las amenazas naturales y la posibilidad de que ocurra un desastre. Gestión del riesgo: El enfoque y la práctica sistemática de gestionar la incertidumbre para minimizar los daños y las pérdidas potenciales. Gestión prospectiva del riesgo de desastres: Actividades de gestión que abordan y buscan evitar el aumento o el desarrollo de nuevos riesgos de desastres. Grado de Exposición: La población, las propiedades, los sistemas u otros elementos presentes en las zonas donde existen amenazas y, por consiguiente, están expuestos a experimentar pérdidas potenciales. Mitigación: La disminución o la limitación de los impactos adversos de las amenazas y los desastres afines. Plan para la reducción del riesgo de desastres: Un documento que elabora una autoridad, un sector, una organización o una empresa para establecer metas y objetivos específicos para la reducción del riesgo de desastres, conjuntamente con las acciones afines para la consecución de los objetivos trazados. Planificación de contingencias o emergencia: Un proceso de gestión que analiza posibles eventos específicos o situaciones emergentes que podrían imponer una amenaza a la sociedad o al medio ambiente, y establece arreglos previos para permitir respuestas oportunas, eficaces y apropiadas ante tales eventos y situaciones. Plataforma nacional para la reducción del riesgo de desastres: Un término genérico para los mecanismos nacionales de coordinación y de orientación normativa sobre la reducción del riesgo de desastres, que deben ser de carácter multisectorial e interdisciplinario, y en las que deben participar los sectores

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público y privado, la sociedad civil y todas las entidades interesadas en un país. Preparación: El conocimiento y las capacidades que desarrollan los gobiernos, los profesionales, las organizaciones de respuesta y recuperación, las comunidades y las personas para prever, responder, y recuperarse de forma efectiva de los impactos de los eventos o las condiciones probables, inminentes o actuales que se relacionan con una amenaza. Prevención: La evasión absoluta de los impactos adversos de las amenazas y de los desastres conexos. Pronóstico: Una declaración certera o un cálculo estadístico de la posible ocurrencia de un evento o condiciones futuras en una zona específica. Recuperación: La restauración y el mejoramiento, cuando sea necesario, de los planteles, instalaciones, medios de sustento y condiciones de vida de las comunidades afectadas por los desastres, lo que incluye esfuerzos para reducir los factores del riesgo de desastres. Reducción del riesgo de desastres: El concepto y la práctica de reducir el riesgo de desastres mediante esfuerzos sistemáticos dirigidos al análisis y a la gestión de los factores causales de los desastres, lo que incluye la reducción del grado de exposición a las amenazas, la disminución de la vulnerabilidad de la población y la propiedad, una gestión sensata de los suelos y del medio ambiente, y el mejoramiento de la preparación ante los eventos adversos. Reforzamiento: El refuerzo o la modernización de las estructuras existentes para lograr una mayor resistencia y resiliencia a los efectos dañinos de las amenazas. Resiliencia: La capacidad de un sistema, comunidad o sociedad expuestos a una amenaza para resistir, absorber, adaptarse y

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recuperarse de sus efectos de manera oportuna y eficaz, lo que incluye la preservación y la restauración de sus estructuras y funciones básicas. Respuesta: El suministro de servicios de emergencia y de asistencia pública durante o inmediatamente después de la ocurrencia de un desastre, con el propósito de salvar vidas, reducir los impactos a la salud, velar por la seguridad pública y satisfacer las necesidades básicas de subsistencia de la población afectada. Riesgo de desastres: Las posibles pérdidas que ocasionaría un desastre en términos de vidas, las condiciones de salud, los medios de sustento, los bienes y los servicios, y que podrían ocurrir en una comunidad o sociedad particular en un período específico de tiempo en el futuro. Riesgo: La combinación de la probabilidad de que se produzca un evento y sus consecuencias negativas. Sistema de alerta temprana: El conjunto de capacidades necesarias para generar y difundir información de alerta que sea oportuna y significativa, con el fin de permitir que las personas, las comunidades y las organizaciones amenazadas por una amenaza se preparen y actúen de forma apropiada y con suficiente tiempo de anticipación para reducir la posibilidad de que se produzcan pérdidas o daños. Vulnerabilidad: Las características y las circunstancias de una comunidad, sistema o bien que los hacen susceptibles a los efectos dañinos de una amenaza. Mitigación: Medidas estructurales y no-estructurales emprendidas para limitar el impacto adverso de las amenazas naturales y tecnológicas y de la degradación ambiental.

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