La medicina anterrornana en Sagunto. '

322 S ANALESDE LA REAL ACADEMIA DE MEDICINAY CIRUG~A DE BARCELONA . ~ La medicina anterrornana en Sagunto . ' Comunicación a la Real Academia

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S

ANALESDE

LA

REAL ACADEMIA DE MEDICINAY CIRUG~A DE BARCELONA .

~

La medicina anterrornana en Sagunto

.

'

Comunicación a la Real Academia de Medicina de Barcelona, por el docior

JOAQUIN TUIXANS Y PEDRAGOSA .

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Correiponnal laureado de la Real Academla de .

Medicina de Barcelena

eh Villarreal

INTRODUCCION IIISTORICA

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. «Ea e: bello p i i s d e los Eiireos, Donde so el anclio mar la playa Ibera Forma el iiltimo termino del mundo, Viven vida larguiiime las hombres; Al18 no :legael fria, oi la nieve, Y corren spaeibles, de conxinuo.

Los marirlmos e46ros susver &'recrear los hombres d u l c e m e n t e 8 Hordeao.

En el jardín de las Hespérides, en la lozana y feracisima vega de Valencia, hay una meseta, tributaria de las estribaciones del monte' Idubeda (Sierra de Espadán) que eleva Iiacia el cielo su, histórica prosapia, de un heroico solar; y a sus pies se extienden las tierras bajas d.e labor, que el río Palancia fecunda con sus aguas. Cuando en el año 6jo antes d e J. C. llegaron falanges d i hombres extrafios, que desembarcaron en las playas, por vez primera en Iberia,.según los historiadores, eran griegos samienses, que adrnfrando la iiqueza de Tharsis y la bondad de los españoles, o tartesios, que así se llamaron los primeros que llamando poderosamente a los invasores las riquezas del suelo, la cultuta y las leyes religiosas; antes de?erminar cl siglo, una nueva expedición, con caracteres de potencial riada, procedentes de Marsella, llegan los griegos Jocenses, que atravesando el mar latino, fundan en el litoral me; diterráneo las colonias de Alo, Menace, Daimion, Hemeroscopion, Rhodon; Ernporie, Saguntium, y l a s d e Tyde, Olisipo y Castulon en el Atlántico. Hallaron establecidos aquí a.jos jenicios, gente que había arribado antes, oriundos del Asia ~nienor,que se caracterizaban por su activo y rico comercio por las costas de¡ Nediterráneo, que habiendo fundado Hipona en Africa, hacia el año r r j o antes de J. C., enviando en sucesivas expedi-. ciones colonos para fundar Gadir, Erythia, Carteya, Sex, Malaca, Corduba, Hispalis y otras. muchas llamadas libifenicias, porque los fundadores eran oriundos.de la Libia o del suelo africano. La avaricia de los fenicios fué la causa de que los iberos se sublevasen contri ellos y pidiesen auxilio a Cartago, ciudad africana fundada en, 872 antes de J. C. Penetraron los cartagineses como aliados, pero residenciados ya en la península, habiendo dejado traslucir sus prqyectos de conquista, empeharón bien pronto los resquemores, las luchas y enconos contra los griegos, iberos, celtas, h&ta que los hijos de Cartago decidieron la conquista de toda la Iberia o peninsula española. La altura y situación especial de csta pequeña meseta, fuéel baluarte donde se puso a prueba la ambición de los dominadores, donde elferoz Anib+l sitió y destrny6 la Saguntiym, de griega fisonomía y de la antigua ciudad, sus objetos de valor incalculable, son y constituyen una prueba vidente parael estudio de la medicina .en la época anterromana. Pero Cartago al fin no pudo burlar el factor geográfico de nuestra ciudad, y después de cruentas guerras los iberos lograron iibertar el yugo,. el más duro que registra l\a historia; este suelo fué el teatro donde se apreció el choque de dos civilizaciones tan contrarias, tan'opuestas entre la grande Roma con la guerrera Cartago. .Está perfect-,-ente admitido por todos los geógrafos e historiadores, que los primitivos habitantes llamaron a esta región o cuenca de este río, que ha sido testigo de tantas heroicidades y al mismo río, apellidáronle Pe~kes;podemos citar como tcstigos de más valor a Stefano de Bizancio, hace en su Geogvafia do los Iberos y dica asi: uEn el Betis, llamado Peikes por los naturales y se hailaba en la Berkelius, pág. 207.) región del Ebro (Kata iberias)>>(Edic. Apiano, historiador griego del siglo 11, en su magnífico libro &e rebus laisíbaniensibua, en uno de los pasajes de las guerras uiriatenses, cuando las. huestes de Tántalo marchaban contra S a p n t o dice: @Pero rech%+dos de Sagunto como se prepararan a pasar el río Bietiu (Beithiu P a t a ~ o n )si. .

ANALESDE

LA

REALACADEMIA BE MEDICINAY CIRUG~A DE BARCELONA

guióles Cipíónn (hacia $1 año I Scipión los siguientes xersos:

~ O antes ~

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3.Q3

de J. C.). El poeta Silio Itálico, pone en boca de Publio Cornelio . .

$Nos miser= muros et t e d a renata Sagunto nos dedimus Bretiu nullo potare sub hoste.~ (caPuniwrumu, CXIII,

V, 9 5 )

cuyo significado &e levantado los. muros de la ciudad de Sagunto, he hecho renacer de sus cenizas lo$ hogares y permitirles beber en paz ¡as aguas del Betiu, sin temor alguno al [email protected] verdadero nombre de este río es el que lleva actualmente, y se lo dió Ptolomeo al escribir sus tabulas cuando referia que el río Pallantiz nace en el Idubeda, pasa por la región de Bastitania y entrando luego en la Edetania; cuyo nombre bautizáronle los griegos zacynthios (adoradores de Jacinto, hermano del dios Apalo), derivándolo del de Pallas, con que aquéllos conocieron y apellidaron a l a diosa Minerva. Los arqueólogos modernos distinguen huellas.de un templo griego consagrado a Pallas, diosa protectora de las Acrópolis. Llorente, Fita y Delgado opinan que la leyenda o inscripción Arze que aparece, en algunas monedas saguntinas se deducen de las alas que ostentaban el carro de la diosa Pallas, grabados en aquéllas. Otras investigaciones que en el transcurso y exposición de esta monografía llamarán justamente la atención, son los instrumentos', prácticas religiosas, los gimnasios y prácticas médicas que vale la pena de ser estudiados, fuentes de estudio, para estudia1 las ideas médicas de los iberos y celtas que poblaban antiguamente la ciudad de Sagunto, pues los medicos aficionados a estos estudios, dejando aparte los trabajos valiosísimos de los arqueólogos, podemos Contribuir al esclarecimiento de inucbos y obscuros problen;as, y esta labor, que aquí tendréis ocasión de apreciar en grado mínimo, es un grano de arena a esta obra común, que llevan a cabo lo< profesionales doctos en la materia, en los difíciles estudios de Historia y Arqueología. .

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Sagunlum, Sapuntium o Muniheter.-Situación.-Valor cdtural del Pueblo celta-ibero y fenicio.Raza de los saguntiuos.-Ecologia celtibera. . . , . . La famosa Saguntium, celebériima ciudad de la España Citerior, situada en la Edetania, en un monte, separado del mar por una hermosa llanura de siete mil metros, tiene por coordenadas geográficas de su antiguo castillo, las siguientes: 3958'34" latitud N. y los 3O25'14" longitud 0.; antiguamente poblada de griégos y tartesios, inslruidos &r los fenicios, fomcntaban las ciencias y las artes, ricos y próspero el comercio y por la fertilidad del suelo, una riqueza exuberante en la producción agrícola y a más protegida de Roma, en virtud delpacto del año 245 (de la fundación de ésta) estipulóse que sería respetada Squntium y demás colonias griegas del litoral, dando el placet lo propio Cartago que Roma; trato que rompió Aníbal sitiándola en el mes de marzo del añoz16 ante$ de J. C. y el 532 de la fundación de Roma; sitio que resistió ocho 'meses, mantenido por un ejército de I~O,OOO hombres. Sagunto era la primera ciudad, después de Tarragona; tenía fama la elaboración de sus vinos (Cicerón, en la oración a Cornelio), aceite e higos exquisitos (oinio, lib. XIX, cap. r . O i , habia .muchas fábricas de telas d i lino y entre ellas de carbasos, que eran unos lienzos finisiinos; construianse muchas armas deguerra, llamándoseies a los industriales, según frase de Cicerón, fabros, que más contribuyeron a realzar. el prestigio y esplendor dela antigua Sagunto, con un comercio de exportación que alcanzaba importancia suma por las hermosas vasijas fabricadas con gredas de su tkmino, que tanto alaban Plinio y Marcial.. Las primitivas coloñizaciones fijaron su residexia en la parte más elevada de la colonia, que habia de Servirles de morada y refugio contra los ataques probables; eligiendo, al efecto, los puntos más inaccesibles que aun circunvalaban con elevados y sólidos muros.. A l crecer el establecimiento colonial debieron extenderse por las laderas del monte, y aun por los vallets inmediatos, pero en la primitiva ciudad, en la acrópolis, quedaba encerrado todo cuanto de valor tenia de religioso, tesoro público, archivo y divinidades tutelares. La antigua Saguntum estaba situada cerca de l a costa marítima, pues tenía un puerto que, a la par de embarque, servía de refugio a las naves. La historia nos dice que en el puerto de Sagunto se cobijó la armada romana par? aprovisionar al ejército de tos Escipiones, acampados cerca del templo de Venus, a unos trece mil metros de Sagunto,.hacia el E., en término de Almenara,' para proceaer a la conquista de aquella ciudad. También desembarcaron los representantes delsenado romano, P. Valerio Flaco y (2. Bebio Tamphilo, que debían hacer comprender a Aníbal que faltaba al pacto, sitiando a una ciudad amiga de Roma. Y sin-&bargo. este puerto ha desaparecido por la acción lenta, arrolladora, de los aluviones, depósitos y arrastres del mar y del

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ANÁLES DE LA REALACADEMIA DE

MEDICINA Y CIRUFIA

DE

BARCELONA

río Palaniia, que itan cegado y rellenado el antiguo puertc; aun en el siglo XVIII se reconocí& e< las colinas de Almenara algunos vestigios y ruinas; en los Estanys (estanques) podeinos ver algo, que necesita investigaciones laboriosas. Falta también investigar y exGavar las ruinas de pueblos desaparecidos que nos darían abundantes materiales arqueológicos de antiguas civilizaciones ibero-griegas, la antigua Afrodisio, Albacet, Larap; Rubau y Liogarets, todos en ia cuenca del Palancia. Losautores antiguos (Varron y Plinio) dicennos que los primeros habitantes de la Iberia fueron los iberos, fenicios, griegos'y persas o razas caucásicas blancas, oriundas de razas rnuy 'civilizadas (kotischitassemitas) que ilustrados en la ciencia caldea, babilónica y egipcia, eran los semitas babilónicos y'ni-' uivitas de gran poder cultural, cazadores, regidos por monarquías militares, de carácter mistico-religioso, enseñados por el colegio de los arzispzces, con un cuerpo niédico muy organizado, los akanim, constituyendo una clase sacerdotal superior en el orden sacerdotal, siendo de carácter tradicion.al. Los celtiberos, influidos por los invasores, adoraban a un dios innominadoiy daban culto al Sol, a la Luna, en 10,s templos deDiana y de Serapis. La educación física y los ejercicios gimnásticos'recibian asiduo cultivo, obedeciendo a toques de trompeta, como observado, muy bien representado, .+u r+ . tos de frisos sagnntinos, de minas de antiguos edificios; trompetas de barro, quepor su fragilidad no podían ser trompetas de uso guerrero, sino ciertaniente musicales, cuyo uso era común emplearlo eri los juegos y gimnasios de los antiguospueblos egipcios, persas y griegos. Falta estudiar con detención y calma, sin apasionamiento alguno, laacción y educación artística, además de la colonizadoia y especial~nentecducadora que ejerció en Sagunto el pueble fenicio y persa, como ilustres promotores de las ciencias y artes metálicas (trabajo del estaño,cobre, plata y oro), donde hallando grandes yacimientos remontando el río Perkes, facilitóles sus exploraciones mineras. Debémosle a la cultura del pueblo fenicio elalfabeto, cosa por todos reconocida, aunque hay quien establece conjeturas y entre: dichos acerca la civilización fenicia. Gentes de procedencias distintas y lenguas variadas, mucho antes de los romanos, hollaron con sus plantas la Hispania Citerior, en la que estuvo enclavado el solar hoy sometido a nuestro estudio, haciendo: vibrar en él los sonidos de sus respectivas patrias. Los íinicos testimonios fehacientes e incontrovertiblcs quenos pueden'asegurar, bajo sólidas. bases, el rastreo' de las huellas de primitivas d&~iories,son las inscripciones primitivas que reciben el nombre de'ibéricas, contando al efecto de dos clases: las epigráficas y las numísticas; esto es, las esculpidas en piedra y las 'inscriptas en cobre o monedas. Pertenecen a Sagunto en número de nueve, de indudable autenticidad.(Chabret; Sagunto, tomo 11, 182), perfectamente conocidas y estudiadas con toda escrupulosidad. Nutridisima es la colección numística, pues monedas'ibéricas las hay de las 11,amadasautónomas o sea monedas acuñadas por la ciudad, en el antiguo solar saguntino; llevando escrito el nombre de la ciudad y algunas veces cl del magister que dispuso o que intervino en la acuñación y a veces por notas, el'valor de ellas. (Delgado. 'Medallas autbdonas, pág. 60.) S.agunto es la ciudad que ofrece piezas de.incuestionable origen, pues hay en las monedas ibéricas (,4?ze Swguniz,m) anteriores a la segunda guerra púnica, algunas inscripciones bilingües latinoibéricas; conocemos el ejemplar curioso dado a conocer por Lumiares, que ha hecho 'pensar a los numísticos en la existencia de una alianza para batir moneda (omo noia) entre diversos pueblos, Jitiba, Sagunto, Empurias, Barcino, Bztulo, siguiendo en laacuñación el tipo de la dragma emporitana, sistema fenicio, cuyo peso'era de 7'04 gramos. Laépoca a que pertenecen las monedb iberas podemos remontarla al año 226 antes de J. C . y también algunas hemos visto de inscripción triple.leyenda ibérica. Demostrándonos que la cultura fenicia fué muy elevada; aunque sufrió modificaciones muy profundas, en virtud de las influencias ejercidas por el habla de opuestas razas y cuya lengua desapareció humillada bajo el piélago inmenso de la triunfante romanizacibn.

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* '* a ¿a lectura de las leyendas, con caracteres exóticos, d e las piedras y monedas de Sagunto, es un empeño de dificil resolución, para Aiois, Heiss, Delgado, Fita, Hübner, Ribelles, Algorfa, porque las gallardías de ingenio de los iberistas y turanios se han estrellado al pretender saber a ciencia cierta los orígenes, la unidad o la pluralidad del idioma.primitivo español, sin saber a punto fijo cuáies fueron lac lenguas quese hablaron en la Edetania, además de la latina y en qué período de la protohistoria saguntina. No hay duda que, como ya he anunciado en el prólogo, los libiotartesios; de idioma muy parecido entrambos; fué la más hablada por los primitivos pobladores de Saguntium. Ni la invasión griega, ni la fenicia, lograron cambiar la lengua del pueblo, aunque más tarde sufrieran muchos cambios las palabras, principalmente las de origen griego;:los fenicios canibiaron la forma de las letras, pero no introdujeron su~léxico:los griegos e iberos dieron a Ia ciudad el nombre con tema vocálico largo, ' SAGUNTX= SAGUNTI-ÜM,

terminación neutra, debida a los romanos, que así modificaron.la onomástica de las p.oblaciones todas, lo propio que la organización político-administrativa, y en la formación de los nombres étnicos conservaron el nombre ibero con su primer subfijo y añadiendo los subfijos latinos ense, perdida la vocal temática y admitían el subfijo ibero t = c, cn la forma siguiente: SAGUNTI, = SAGUN-C-ENSE. De esta manera iban las palabras iberas transformándose en latinas.

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* ** . . Lo S

castros o fuertes, que se encuentran en las ruinas más antiguas y lagare; cercanos y donde es posible se refugiaran en épocas. anteriores la población ibera y celta confluente, son de factura muy antigua: basta recorrer Sagunto y sus barrios; vemos, sin embargo, acusan ya un progreso notable, y ocupaba la antigua ciudad, el recinto,murado de la fortaleza y los recios paredones, algunos de factura anterromana. Muchos campamentos y obras, que se atribuyen a los romanos, y que eran arrabales y castros para lamejor defensa de la ciudad; aunque desgraciadamente no podamos hoy admirar el orden y el plan que siguieron en sus construcciones y las condiciones higiénicas más apetecibles que reunían, para más asegurar la habitabilidad. Descúbrense calles, empedrados, como pasaderos, en dirección de E. a O., con iapidez pendiente, los muros de gruesas piedras.con argamasas endurecidas por las centurjas; de la edificación y de lo que fueron las casas de Sagunto, poco puede decirse; ladestrucción de la ciudad fué tan completa, que es difícil formarse idea exacta de sus edificios por los cimientos que quedan, aunque en verdad fueron viviendas pobres y modestas, por las que supieron hacer el sacrificio más horroroso que registra la historia de nuestri patria: el sacrificio de la vida total de un pueblo culto.

11 Antigua medicina ibero-saguntina.-Cavlicter de la medicina' gviega sacerdotal.-Datos grafia de! Estrabón.-Ritos religiosos.

según la Geo-

La medicina ibero-griega, que se formó en todos y cada uno de los pueblos de la antigüedad, siempre de una manera y traza práctica, fué por propio arte; a la cabecera de la cama de los dolientes y desde remotísima fecha que asístese a los enfermos; antigüedad y verdad histórica que nadie puede dudaf. Herodoto y otros autores dicen ya de los iberosque sacaban los enfermos a la vía pública; el médico era el vulgo:.la persona que había sufrido o visto padecer la enfermedad, podía. aconsejar al enfermo, manifestando los alimentos o qué clase de medicamentos comió o bebió, si a beneficio de sajas o de cauterios; así fuéronse multiplicando los conocimientos médicos, después procuróse buscar la razón, el por qué d$ ?a medicina, hasta que llegarían a constituir el arte médico. Estrabón relata: .@Quehubiera sido un.crimen el no detenerse a ver los enfermos y que no había un hombre tan malvado que no les diese un consejo útil.$ Así se formarfa la medicina popular, parallegar a formarse los médicos populares, más tarde científicoc. Los antiguos iberos empleaban tábulas a las puertas, con .los . remedios que les habían. aprovechado. recogiéndolos u&a llevarlos a los temulos de Diana. de , . Venus y de ESculapio. Que fué poco cultivada la medicina, nada tiene de extraño, pues su habitual salud, el horrOr que tenían a las enfermedades, y las condiciones topográficas de nuestro suelo, las ocupaciones de estos hombres, de continuo en la caza y en la pesca,' la diilce vida pastoril y después en la labranza, constituían la tnejor garantía de su salud, amén de sus alimentos de bellotas, su bebida de agua y vino, sus rústicas cabañas, sus senci&s vestidos, su larga barba, sus bailes y juegos gimnásicos antes de las comidas y el horror que tenían a todos los males, en los que se lamentaban mirando como cosa torpe e1 morir por ellos, son otras pruebas, para demostrar que el cultivo de los estudios médicos f i i C Inri! esca.0 en la antijiu:~Ibcri; v por tanto r n la Edctariia p:irticiil;iriii,~iitt~. Por lo que se rcficrr a I:I tL~rnt~6uticn. rrfii re Ilstrnlión:

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