LA REVELACIÓN DE LA REALIDAD DE LA VIDA DE LA IGLESIA

LA REVELACIÓN DE LA REALIDAD DE LA VIDA DE LA IGLESIA La iglesia es revelada Semana 18 Las siete iglesias de Apocalipsis (Ap 1:4-5) Alimento Diario w

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LA REVELACIÓN DE LA REALIDAD DE LA VIDA DE LA IGLESIA La iglesia es revelada Semana 18 Las siete iglesias de Apocalipsis (Ap 1:4-5)

Alimento Diario www.dailyfood.ca 1

Lunes Leer con oración: Hch 22:22-25; 25:10-11, 21; 2 Co 12:1-4 “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 P 1:20-21)

LA IMPORTANCIA DE LAS ESCRITURAS Por las cartas escritas a las siete iglesias mencionadas en Apocalipsis, conocemos la historia de la iglesia. Allí, la descripción de cada iglesia no se relaciona sólo a la condición espiritual de los hermanos en Asia en la época en que Juan escribió ese libro, sino que también nos revela la situación de la iglesia en cada periodo histórico hasta los días de hoy. Éfeso es la primera iglesia citada en Apocalipsis 2. Su significado es deseable, es decir, ella debía ser una iglesia deseable a los ojos de Dios. Para que esto sucediera, el apóstol Pablo, durante su ministerio, intentó ayudar a los hermanos allí, al visitarlos y escribirles la Epístola a los Efesios. Lamentablemente, antes del martirio del apóstol, la situación de la iglesia en aquella ciudad no tenía nada de deseable. En sus primeros viajes, Pablo cuidó a las iglesias y, en ese periodo, escribió las siguientes epístolas: 2

Romanos, Gálatas, Tesalonicenses y Corintios. En ellas, no registró de manera completa las revelaciones que había recibido. Sin embargo, era muy importante que Pablo escribiera todas las palabras que el Señor le había revelado. Sin el registro de ellas, la obra de Dios en toda la tierra hubiera sufrido pérdida. Por eso, por la soberanía del Señor, Pablo salió a salvo de Jerusalén, cuando intentaron matarlo por dar testimonio del evangelio (Hch 22:22-25). Él fue apresado, pero como era un ciudadano romano, apeló al tribunal de Cesar (25:10-11, 21). Mientras esperaba el juicio, Pablo permaneció en Roma. Su vida fue preservada para que él concluyera su ministerio epistolar, escribiendo sobre la importantísima revelación del plan eterno de Dios que había recibido directamente del Señor (2 Co 12:1-4), hecho que ocurrió probablemente durante el tiempo que pasó en las regiones de Arabia (Gá 1:17). En aquella ocasión, Pablo había sido arrebatado al tercer cielo, donde oyó palabras inefables de parte de Dios. Como era fundamental que estas palabras fueran registradas, fue necesario que Pablo continuara escribiendo. Por eso, durante su encarcelamiento domiciliario en Roma, él escribió las siguientes 3

epístolas: Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón. Todos estos libros son preciosos, pues tratan del propósito eterno de Dios y de Su plan, Su economía, en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, el plan de Dios para Su pueblo había sido revelado a Moisés, quien lo registró en los cinco primeros libros de la Biblia, el Pentateuco. ¡Gracias al Señor! Por medio de estos escritos, al igual que todo lo que fue registrado en las Escrituras, principalmente en el Nuevo Testamento, podemos tener acceso a la revelación completa del propósito eterno de Dios para nuestra vida. Punto clave:

Valorar la revelación que recibimos de Dios. Su punto clave es: Pregunta:

¿Por qué motivo Dios preservó la vida de Pablo en Jerusalén?

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Martes Leer con oración: Ef 3:3-6; Fil 3:12-14; Col 1:25-27; 2:2; Flm 8-17 “El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (Col 1:26-27)

LA REVELACIÓN DEL MINISTERIO Y EL CAMINO PARA ALCANZAR LA META DE DIOS En la prisión en Roma, Pablo escribió sus cuatro libros principales: Efesios, Colosenses, Filipenses y Filemón. Antes de su encarcelamiento, las epístolas que había escrito ya hablaban de la voluntad de Dios, de la revelación de la economía neotestamentaria de Dios, como la Epístola a los Gálatas, pero no lo hacían de una manera tan completa. Como este asunto es importante, necesitaba ser detallado, y eso hizo Pablo mientras esperaba su juicio en Roma. La Epístola a los Colosenses muestra que Cristo es el misterio de Dios (1:25-27; 2:2); la de Efesios revela que la iglesia es el misterio de Cristo (3:3-6). Si comparamos la función de estos libros con la estructura de un avión, Gálatas sería el fuselaje, mientras que Efesios y Colosenses serían las dos alas. El libro de Filipenses, a su vez, indica la dirección: avanzar hacia la meta, olvidando lo que queda atrás, y extendiéndose a lo que está delante, prosiguiendo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (3:12-14). Comparativamente hablando, Filipenses sería la dirección del 5

vuelo. En la carta escrita a Filemón, vemos el cuidado amoroso de Pablo para con Onésimo, el esclavo de Filemón que había huido. Él fue encarcelado junto con Pablo y tuvo la oportunidad de oír el evangelio y convertirse. Probablemente en la prisión, él no sólo fue engendrado como hijo de Dios, sino también perfeccionado. Tras ser liberado, fue enviado de vuelta a Filemón, con la recomendación de Pablo de que lo recibiera nuevamente, pero ahora ya no como esclavo, sino como un amado hermano (Flm 8-17). Aunque en el pasado Onésimo fue inútil a Filemón, su situación cambió por causa del cuidado y del celo amoroso de Pablo. Finalmente, él se volvió especial y útil. El libro de Filemón muestra que cuando ejercitamos el amor fraternal en el trato con los hermanos, ellos se vuelven útiles para Dios. Este libro, con relación a los demás, indica que el amor es el camino a seguir para alcanzar la meta de realizar el plan de Dios. Por consiguiente, la “pista de despegue” del “avión” que mencionamos arriba es el amor fraternal. Punto clave:

El cuidado amoroso entre los hermanos. Su punto clave es: Pregunta:

¿Cómo alguien inútil puede llegar a ser útil a Dios?

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Miércoles Jn 1:1, 14; 4:24; 6:63; 14:2-3, 16-20; 20:21-22; 1 Ti 1:3-4; 2 Ti 3:2-5 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Jn 14:6). No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad” (3 Jn 4) Leer con oración:

PRACTICAR LA PALABRA DE DIOS La epístola que Pablo escribió a los Efesios aborda el propósito eterno de Dios y muestra cómo Él desea dispensar Su vida hacia dentro del hombre. Después de pasado cierto tiempo de Pablo haber escrito a los efesios, él visitó aquella iglesia y constató que la condición de los hermanos no era buena. La Palabra ministrada por medio de la epístola era excelente, pero los hermanos no la practicaron y se limitaron a debatir y a discutir sobre doctrinas. Pese a las amonestaciones, los efesios permanecieron ocupándose de las otras doctrinas, fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por Fe (1 Ti 1:3-4). En vez de profundizar en la revelación contenida en la epístola y buscar practicarla, ellos permanecieron en la esfera natural, anímica. Por esta razón, Pablo dejó a Timoteo como cooperador en Éfeso, con la esperanza de que pudiera ayudar a los hermanos a practicar la Palabra que habían recibido. Timoteo era un joven fervoroso en el espíritu y con una fe genuina, pero enfrentó muchas dificultades al intentar ayudar a la iglesia en Éfeso, al punto de que su espíritu casi se apagó (2 7

Ti 1:3-6). A los efesios les gustaba discutir sobre quien estaba en lo correcto y quien en lo equivocado, despreciando las palabras que promovían la Fe. Asimismo, por vivir en la esfera del ego y de las opiniones, eran influenciados por la situación social de aquel momento, porque los hombres eran amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, ingratos, calumniadores, aborrecedores de lo bueno, traidores, amadores de los deleites más que de Dios, que tenían apariencia de piedad, pero negaban la eficacia de ella (2 Ti 3:2-5). Por vivir en un ambiente así, Timoteo se entristeció, llegando incluso a enfermarse, pues no lograba ayudar a la iglesia a salir de aquella situación negativa. Esta situación perduró hasta el final del ministerio de Pablo. Por ese motivo, podemos decir que la iglesia en Éfeso no era, como su nombre significaba, deseable a los ojos de Dios. Después de muchos años, la situación de la iglesia cambió. Esto ocurrió por la ayuda del ministerio ulterior de Juan, en su madurez. Él había sido exiliado durante veinte años en la isla de Patmos, en donde recibió mucha revelación por parte del Espíritu y, de ese modo, escribió el libro de Apocalipsis. Según los historiadores, tras salir del exilio, Juan fue a Éfeso, donde escribió su evangelio y sus tres epístolas. Al escribir su evangelio, Juan mostró que Dios es la Palabra, que Dios es Espíritu y que el Espíritu es el que da vida (Jn 1:1; 4:24; 6:63). Del mismo modo, relató que la palabra de Dios se hizo carne en la persona del Señor Jesús. Antes, Dios era inaccesible, pero un día Él vino hasta nosotros por medio de Jesucristo. Pero aun así, Dios no estaba completamente 8

satisfecho, pues Él quería estar para siempre con nosotros. Por eso, el Señor Jesús murió y resucitó, haciéndose el Espíritu de realidad, el cual fue soplado sobre Sus discípulos, para que, de ese modo, Él pudiera morar en ellos como el Espíritu (1:14; 14:2-3, 16-20; 20:21-22). Mediante la palabra de Dios revelada a Juan, los hermanos de la iglesia en Éfeso fueron llenos de Espíritu y vida, y dejaron de ser influenciados por los debates doctrinales y los demás asuntos provenientes de la vida del alma. Ellos tuvieron un nuevo comienzo, porque empezaron a practicar la Palabra. Con esto, la iglesia en Éfeso pasó a ser el centro de la obra de aquella época, de donde varios cooperadores de Juan fueron enviados para ayudar a otras iglesias (3 Jn 4-8). Punto clave:

Cristo hoy es el Espíritu en nosotros. Su punto clave es: Pregunta:

¿De qué modo podemos tener un nuevo comienzo delante del Señor?

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Jueves Leer con oración: Mt 13:33; 1 Co 12:3; Ap 2:8-9, 13 “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución (2 Ti 3:12). Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Ap 2:10c)

FIEL EN LA TRIBULACIÓN Conforme a la secuencia presentada por Juan en Apocalipsis 2, después de la iglesia en Éfeso, viene Esmirna. Históricamente, Esmirna comprende la iglesia que existió desde el siglo primero hasta el tercero – es una continuación de la iglesia en Éfeso. En la carta escrita a la iglesia en Esmirna, el Señor no la reprende en ningún momento, porque ciertamente los hermanos habían recobrado su primer amor, volvieron a invocar el nombre del Señor y estaban creciendo en vida (Ap 2:8-11). Por vivir en el espíritu, los hermanos de Esmirna fueron fieles incluso cuando pasaron por tribulaciones. Esto ocurrió cuando el imperio romano persiguió a los cristianos y los llevó a la muerte para intentar eliminarlos. Pero el número de cristianos no disminuía, sino que aumentaba, porque al invocar el nombre del Señor, los hermanos eran sustentados con la vida y el espíritu de poder. Así, aunque eran martirizados, los 10

cristianos daban testimonio de su fe, de modo que otras personas, alentadas por sus testimonios victoriosos, también se convertían al Señor. Antipas fue un ejemplo de mártir (Ap 2:13). Él fue fiel al Señor y se opuso a aquellos que, inducidos por Satanás, querían destruir a la iglesia. Después de la muerte de Antipas comenzó la iglesia en Pérgamo. En esa época, el emperador romano no perseguía más a los cristianos, sino que introdujo a personas en la iglesia, prometiéndoles beneficios de parte del gobierno. De esta manera, muchos incrédulos comenzaron a denominarse cristianos, sólo para obtener el beneficio de las autoridades. La iglesia creció, pero de manera anormal, como el gran árbol citado en Mateo 13:31-32. Puesto que la Fe dejó de ser promovida, dando lugar a los intereses políticos en la iglesia, surgió la mezcla entre la política y la religión. Esta fue la artimaña de Satanás para perjudicar a la iglesia: sembrar la cizaña en medio del trigo. Al corromper el cristianismo, surgieron los falsos cristianos. Por eso la Biblia dice que en la iglesia en Pérgamo estaba el trono de Satanás (Ap 2:13). A partir de allí, las autoridades eclesiásticas 11

introdujeron en la iglesia enseñanzas que no tienen nada que ver con la palabra de Dios. Estas enseñanzas se remiten al culto a las personas en contraposición al Señor Jesús, trayendo la práctica de la idolatría y las otras doctrinas relacionadas con Satanás. Esto marcó el surgimiento de la iglesia en Tiatira (vs. 18-29), representada por la mezcla entre una medida de levadura y tres medidas de harina, conforme a la parábola relatada por el Señor en Mateo 13:33. Con la añadidura de la “levadura a la harina”, es decir, con la mezcla de enseñanzas que imitan la palabra de Dios, pero que en realidad son heréticas, surge la doctrina que Dios rechaza y abomina. Sin embargo, afortunadamente incluso en la iglesia en Tiatira hay cristianos que no conocen esta doctrina. Ellos son los que permanecen invocando y exaltando sólo el nombre del Señor. Punto clave:

Invocar y exaltar sólo el nombre del Señor. Su punto clave es: Pregunta:

¿Qué debemos hacer para permanecer fieles y ser sustentados con Espíritu y vida? 12

Viernes Leer con oración: Ro 10:13; 14:3-4; Ef 2:4-8; Ap 3:1-3 “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso está dividido Cristo?” (1 Co 1:10, 12-13a)

EN EL NOMBRE DEL SEÑOR HAY UNIDAD La iglesia en Éfeso fue restaurada de su condición negativa con la ayuda del ministerio del apóstol Juan. De esa condición deseable surgió Esmirna. A partir de Pérgamo y Tiatira, la iglesia se degradó totalmente, al mezclarse con la política, el mundo y la idolatría. Después de este período de degradación, que duró más de mil años, en el cual los laicos no tenían acceso a la Biblia, era necesario recobrar el nombre y la palabra del Señor. Afortunadamente, con la reforma promovida por Martín Lutero, se abrió de nuevo el acceso a la palabra de Dios, de modo que las verdades fundamentales, como la justificación por la fe, fueron restauradas. Este fue el surgimiento histórico de la iglesia en Sardis (Ap 3:1-3). El evangelio de la gracia, el cual presenta que la salvación es por la fe en Cristo (Ef 2:4-8), fue restaurado y la salvación llegó a muchos lugares. El nombre Sardis significa restauración. Pero aun así, el recobro de lo que se había perdido en los períodos de Pérgamo y Tiatira no fue completo. A partir de Sardis, varios grupos cristianos se dividieron, siguiendo el ejemplo de países que fundaron sus propias iglesias nacionales. Varios estudiosos de la Biblia siguieron este mismo camino. Puesto que deseaban enfatizar ciertas verdades bíblicas en detrimento de otras, cada cual prefirió formar su propio grupo. Mientras algunos prefieren dar espacio sólo al estudio de la Biblia, otros desean recibir 13

únicamente la manifestación exterior del poder del Espíritu. Esta situación no es nueva, pues la tendencia a la formación de grupos exclusivos existía desde la época de Pablo, cuando él advirtió a los corintios con respecto a que no hubieran divisiones entre ellos (1 Co 1:10). En estos últimos tiempos hemos aprendido a recibir a todos los hermanos, sin imponer nuestras prácticas como requisito para acogerlos. Nuestro corazón debe ser ensanchado para no limitarnos en nuestras propias preferencias (2 Co 6:12-13). No podemos rechazar a quien Cristo recibió. Si alguien cree en el Señor Jesús y recibe la salvación y la vida de Dios, convirtiéndose en un miembro del Cuerpo de Cristo, es suficiente para que lo recibamos, pues ciertamente no debemos rechazar a ningún miembro del Cuerpo de Cristo (Ro 14:3-4). Tenemos la misma vida y somos parte del mismo Cuerpo. No debemos utilizar el nombre de ningún hombre, ni siquiera el nombre de Cristo, para dividirnos de los demás hermanos. Cuando invocamos el nombre del Señor, estamos en el espíritu y en Él somos salvos de todo pensamiento divisivo. En el nombre del Señor, hay unidad y no división (Ro 10:13; 1 Co 1:9, 11-13; 12:3). Punto clave:

Recibir a todos los hermanos. Su punto clave es: Pregunta:

¿Podemos utilizar alguna práctica de la iglesia para dividirnos de los demás hermanos? ¿Por qué?

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Sábado Leer con oración: 2 Co 7:9; Ap 3:7-8, 17-18 “Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz (Sal 36:9). Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Ro 12:3)

LUZ PARA EL ARREPENTIMIENTO La iglesia en Filadelfia está compuesta por aquellos que, al ser rechazados por Sardis, comenzaron a guardar el nombre y la palabra del Señor (Ap 3:7-8). Filadelfia significa amor fraternal, por eso siempre debemos invocar el nombre del Señor, y orar y rumiar la Palabra, teniendo un amor intenso para con los hermanos. De esta manera, podemos ser agradables a Dios. Debemos permanecerhumildes, conlapurezaysimplicidad debidas a Cristo. Si comenzamos a ser influenciados por la vida del alma, nuestro corazón se puede enorgullecer y cerrar por causa de las insatisfacciones, corriendo el riesgo de caer en la situación de la iglesia en Laodicea. Cuando nos dejamos influenciar por nuestros propios pensamientos, comenzamos a exigir que nuestra opinión prevalezca, y nos sentimos insatisfechos. Quien está en esa situación no logra ejercitar el amor en el trato con los hermanos, porque puede incluso usar la Palabra para buscar argumentos para debatir. Cuando discutimos con los demás con el propósito de convencerlos a cualquier precio, nos exaltamos, damos brecha a nuestra vida del alma y no logramos seguir el sentir del Espíritu. Es como si no pudiéramos vislumbrar nuestra propia situación, ni 15

amar a los otros. Esta es la condición de la iglesia en Laodicea: por estar ciega, ella se siente rica y autosuficiente y dice que no necesita ninguna cosa. Pero el Señor le aconsejó que comprara colirio para que ungiera sus ojos y viera (Ap 3:17-18). Nuestros ojos espirituales sólo son iluminados cuando recibimos la palabra del Señor, sin que ésta sea una herramienta para acusar a otros. Cada vez que la rumiamos, orando y meditando en ella, somos llevados a distinguir nuestra verdadera condición y arrepentirnos (2 Co 7:9). Mientras más luz recibimos por la palabra de Dios, más percibimos nuestra necesidad de arrepentirnos. No debemos tener un concepto más alto de nosotros mismos que el que debemos tener, ni tampoco pensar que no necesitamos nada (Ro 12:3). Al contrario, al percibir que tenemos poca fuerza, reconocemos que nuestra suficiencia viene de Dios y que nos necesitamos unos a otros. Escojamos el camino de depender del Señor e invocar Su nombre en toda situación. Sigamos al Señor, negándonos a nosotros mismos y dejando de lado nuestras opiniones. Así, cederemos espacio en nuestra alma para que el Espíritu nos pueda llenar. Punto clave:

Ser iluminado y arrepentirse. Su punto clave es: Pregunta:

¿Cómo podemos ceder espacio en nuestra alma para que la vida de Dios crezca? 16

Domingo Leer con oración: Mt 16:19; 24:14; Tit 3:9; 2 P 1:8-11 “Todas vuestras cosas sean hechas con amor” (1 Co 16:14)

PREDICAR CON AMOR EL EVANGELIO DEL REINO Las cuatro últimas iglesias mencionadas en Apocalipsis – Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea – permanecerán hasta la venida del Señor. Debemos estar preparados para la manifestación del reino del Señor, mediante la práctica de la Palabra y la predicación del evangelio del reino. La iglesia en Filadelfia tiene una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; además, tiene la llave de David, que se refiere a las llaves del reino. Hemos visto que el camino para seguir al Señor es negar la vida del alma y desempeñar nuestro ministerio. Cuando nos negamos a nosotros mismos y nos arrepentimos, estamos utilizando esta llave para entrar en el reino (Mt 16:19). Lo mismo sucede cuando somos perfeccionados en el ejercicio de nuestros dones. Si vivimos y andamos en el espíritu, nos será otorgada una amplia entrada al reino (2 P 1:8-11). Históricamente, a la iglesia en Sardis le correspondía restaurar el evangelio de la gracia. Pero 17

hoy el evangelio de la gracia ya fue predicado en toda la tierra. Puesto que la restauración no ha sido completada, Dios necesita personas para propagar el evangelio del reino, y para ello, Él cuenta con nosotros (Mt 24:14). Debemos evitar los debates doctrinales y las discusiones que sólo generan contiendas, para predicar con amor el evangelio del reino (Tit 3:9). Esta es nuestra comisión y debemos cumplirla como siervos fieles y prudentes. Puesto que tenemos poca fuerza, necesitamos fortalecernos invocando el nombre del Señor. De esta manera, estaremos en el espíritu, aptos para suministrar la vida de Dios a las personas, llevándolas a la fe por medio del Espíritu y de la Palabra. Que el Señor esté con nosotros, para que retengamos nuestra corona hasta el final. Punto clave:

Usar las llaves del reino. Su punto clave es: Pregunta:

¿Cuál es nuestra comisión con relación al evangelio del reino?

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Lectura de apoyo La lectura de su Alimento Diario será enriquecida con el acompañamiento simultáneo de los libros que a continuación sugerimos:

Venga Tu reino – caps. 22-24 – Dong Yu Lan. La iglesia deseable – cap. 5 – Dong Yu Lan.

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