La transfiguración de Brigham Young y la crisis de sucesión de 1844

La transfiguración de Brigham Young y la crisis de sucesión de 1844 Richard S. Van Wagoner Los hermanos testifican que Brigham Young es el sucesor le

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La transfiguración de Brigham Young y la crisis de sucesión de 1844 Richard S. Van Wagoner

Los hermanos testifican que Brigham Young es el sucesor legal del hermano José. Nunca me oyeron decir eso. Yo digo que soy una buena mano para mantener a los perros y a los lobos fuera del rebaño.—Brigham Young (1860)1

EL MORMONISMO, LA MANIFESTACIÓN RELIGIOSA ÚNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS, tiene un pasado extraordinario. Alimentado por lo espectacular, la fe cuenta con mártires heroicos, viajes épicos, y manifestaciones aparentemente sobrenaturales. Profundo en la mente mormona hay una atracción a la postura y el fanfarroneo profético. En particular, José Smith hijo y Brigham Young son íconos que han pasado a dominar el mundo mormón como colosos mitológicos. Después del asesinato inesperado de José Smith en 1844, Brigham Young y un enfermo Sidney Rigdon, el único sobreviviente de la Primera Presidencia, se enfrentaron en una pelea eclesiástica por el liderazgo. Young, un estratega maestro con una gran habilidad política y una

*

Este artículo apareció por primera vez en Dialogue Journal, Vol. 28, No. 4 (Winter 1995): 1-24.

1

Journal of Discourses, 26 vols. (Liverpool: LDS Bookseller's Depot, 1855-86), 8:69 (3 June 1860); en

adelante referido como JD.

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vitalidad física que Rigdon no tenía, fácilmente ganó el manto.2 Sin embargo, a medida que pasó el tiempo, los eventos prosaicos que rodearon a este drama por el liderazgo se metamorfosearon en una maravilla mítica. La leyenda no tiene comparación en el folklore mormón excepto por el relato de Smith de su ministerio angélico y su “primera visión”. Mientras que es típicamente difícil verificar la autenticidad de visitaciones angélicas, apariciones, y milagros debido a la falta de evidencia corroborativa, la afirmación de la “transfiguración de Brigham Young” puede ser escudriñada en detalle en los relatos en periódicos, diarios, proclamaciones oficiales, observaciones retrospectivas, y otros ejemplos. El relato oficial del mormonismo del post martirio fue escrito después del hecho por miembros del Cuórum de los Doce o sus defensores. Estos hombres, bajo la dirección de Brigham Young, protegieron cuidadosamente sus papeles en la historia en la luz más favorable. La Historia de José Smith, como fue originalmente llamada, fue serializada en el Deseret News a fines de 1850, pero estaba obscurecida por censuras editoriales, cientos de eliminaciones, adiciones, y alteraciones. No sólo se muestra a la poligamia y al significado eclesiástico de Brigham Young en la luz favorable de la aceptabilidad política, sino que también perjudica monumentalmente a Sidney Rigdon y a otros que desafiaron el acenso de los Doce al poder. La maquinaria propagandista de los Doce en el siglo XIX era tan efectiva, que pocos fuera del círculo íntimo de Brigham Young sabían de las alteraciones que se hicieron a la historia de la iglesia detrás de las cortinas. Charles Wesley Wandell, un asistente historiador de la iglesia que más tarde abandonó la iglesia, estaba espantado con estas enmiendas. Comentando sobre los muchos cambios hechos en las obras históricas cuando fueron serializadas, Wendell escribió en su diario: Noto las interpolaciones porque, habiendo estado empleado en la oficina del Historiador en Nauvoo por el Doctor Richards, y empleado, también, en 1845, para compilar esta misma historia, sé que después de la muerte de José, su biografía fue modificada para que encajara con el nuevo orden de las cosas, y esto, también, bajo la orden directa de Brigham Young al Doctor Richards y sistemáticamente por el Doctor Richards.3 Se puede encontrar más de una docena de referencias a la participación de Brigham Young en las transposiciones de la historia escrita en el registro publicado después del martirio en 1902 en

2

Por cinco años Rigdon se había debilitado por ataques episódicos de malaria y depresión. Para más

información, véase Sidney Rigdon: A Portrait of Religious Excess, de Richard S. Wagoner. 3

Inez Smith, “Biography of Charles Wesley Wandell”, Journal of History 3 (Ene. 1910): pp. 455-63.

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la forma de la Historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Por ejemplo, una cita mencionó a Young cuando dijo “Comencé a revisar la Historia de José Smith en la oficina del Hermano Richards: Elder Heber C. Kimball y George A. Smith estaban conmigo”.4 Hay evidencia de que esta revisión, o censura, de la historia oficial comenzó con Brigham Young. Wilford Woodruff, mientras estaba trabajando en la oficina del historiador de la iglesia, escribió en su diario en el día 11 de julio de 1856 sobre una pregunta que le hizo a Young sobre “una pieza de historia en el libro E-1 página 1681-2 con respecto a Hyrum liderando esta Iglesia y trazando el Sacerdocio Aarónico”. Young aconsejó: “No era esencial insertarlo en la Historia y era mejor omitirlo”. Woodruff entonces le preguntó sobre “las palabras de José en Carolina del Sur” (véase DyC 87; 130: 12-3) las cuales habían sido publicado recientemente en el Deseret News. Young dijo que no “quería que fuera publicado”.5 Años más tarde, Charles W. Penrose, llamado a la Primera Presidencia en 1911, admitió que después de la muerte de José Smith se hicieron algunos cambios en el registro oficial “por razones de prudencia”.6 La censura ha ensuciado severamente la imagen histórica de Sídney Rigdon. Contrario a la perspectiva mormona oficial, por ejemplo, Rigdon no viajó a Pensilvania antes de la muerte de José Smith en el verano de 1844 para escapar de la confusión en Nauvoo o para abandonar la iglesia, como se lo acusó retrospectivamente. No había “apostatado y dejado al hermano José”, como Brigham Young declaró el 24 de junio de 1868.7 En vez de eso, Rigdon fue enviado a su estado original por el profeta José por al menos tres razones. La primera era política: la candidatura presidencial de José Smith había declarado residencia en Illinois y Rigdon, su candidato a vicepresidente, era requerido por ley que estableciera una residencia en algún otro lado. Segundo, en un tiempo anterior cuando Rigdon y Smith estaban viviendo en Kirtland, Ohio, el profeta, tal como fue recordado por el testigo del Libro de Mormón David Whitmer, profetizó que “mi siervo Sydney

4

Joseph Smith, History of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, B. H. Roberts, ed., 7 vols. (Salt

Lake City: Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 1902), 7:389; en adelante referido como HC. Para ver otras referencias con respect a las revisiones, véase ibid., pp. 389-90, 408, 411, 414, 427-28, 514, 519, 520, 532, 533, 556. 5

Scott Kenney, ed., Wilford Woodruff's Journal—Typescript, 9 vols. (Midvale, Utah: Sig- nature Books,

1983), 3:429. 6

Charles W. Penrose diary, 10 Jan. 1897, Utah Historical Society, Salt Lake City.

7

Las declaraciones falsas de Young fueron hechas durante el funeral de Heber C. Kimball's funeral (véase

Journal History, 24 June 1868, archives, Historical Department, Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, Salt Lake City, Utah; hereafter LDS archives).

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debe ir tarde o temprano a Pittsburg”.8 Por lo tanto la mudanza a Pensilvania era para cumplir con una revelación así como una necesidad política. Además, el profeta, temiendo por la vida de Rigdon después de la destrucción del Nauvoo Expositor, quería que su consejero sobreviviera. El diario personal de Smith del 22 de junio de 1844 deja esto bien en claro: “Envié al Hno. R[igdon]”, escribió el profeta, “[y] quiero enviar a Hiram para salvarlo [también], para vengar mi Sangre”.9 Por designio oficial, Rigdon no estaba en Illinois durante el tiempo de los famosos homicidios en la Cárcel de Cártage. El 18 de junio, nueve días después del martirio de los hermanos Smith, la familia Rigdon partió a Pittsburgh en el barco a vapor Osprey. Según Wickliffe, el hijo de Rigdon, José Smith y “muchos de los miembros prominentes de la iglesia vinieron en bote a despedirlo”.10 Ebenezer Robinson, enviado con Rigdon para establecer un periódico mormón en Pittsburgh, recordó que antes de embarcarse, Smith le habló aparte y le pidió que estuviera junto a Rigdon “bajo toda circunstancia, y que tomara su mano en toda ocasión, y que nunca lo abandonara. . . porque él es un buen hombre y lo amo más de lo que lo he amado en toda mi vida, porque mi corazón está enredado con el suyo con cuerdas que nunca pueden ser rotas”.11 Llegando a Pittsburgh el 27 de junio, los Rigdon, quienes no se habían enterado de la muerte de José y de Hyrum, visitaron a miembros de su familia el siguiente día. Luego encontraron una casa para alquilar el 1º de julio. Cinco días después, Sidney leyó la primera noticia de las trágicas muertes en un Nauvoo Neighbor que trajo a la ciudad Jedediah Grant en su camino a Filadelfia.12 Rigdon le dijo 8

David Whitmer a Joseph Smith III, 9 de dic. 1886, citado en Saints' Herald, 5 Feb. 1887.

9

Diario de Joseph Smith, hojas sueltas bajo la fecha, copia de microfilm en Special Collections, Brigham

Young University, Harold B. Lee Library, Provo, Utah; en adelante referido como BYU Library. 10

J. Wickliffe Rigdon, “Life of Sidney Rigdon”, 178-79, LDS archives.

11

Latter Day Saint's Messenger and Advocate (Pittsburgh), 6 dic. 1844. Richard Savary, Benjamin

Stafford, y Ebenezer Robinson formaron un comité de seguidores de Rigdon para refutar las acusaciones del Cuórum de los Doce de que Smith y Rigdon estaban distanciados cuando él fue a Pittsburgh. Publicaron una noticia tardía de 1844 en Pittsburgh que afirmó que Rigdon “disfrutaba de la mayor confianza de José hasta el momento de su muerte”. Afirmaron que Smith deseaba que Rigdon “estuviera a su lado en temas políticos, así como religiosos”, y eso era la razón por la que fue elegido como su candidato a vicepresidente (ibid). 12

Aunque en ese tiempo Rigdon estaba choqueado al enterarse de la muerte del Profeta, en una carta del

25 de mayo de 1873 a Charles F. Woodard (después de que la mente de Sidney quedó confundida por una serie de apoplejías, dijo: “El Señor nos informó que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días iba a ser destruida y que nos fuéramos. Lo hicimos y los Smith fueron asesinados unos días después de que partimos” (Rigdon Collection, LDS archives).

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a Grant que se sentía preparado para reclamar “el manto profético” y que tomaría “su lugar a la cabeza de la iglesia, a pesar de los hombres o de los demonios, al riesgo de su propia vida”.13 Sabiendo que Grant tenía planeado partir el próximo día para ir a Filadelfia, Rigdon le pidió que le diera un mensaje a cualquiera de los Doce que encontrara, de que “era su deseo que vinieran a Pittsburgh antes de ir a Nauvoo, y que tuvieran un concilio”.14 Sidney también preparó una carta para Brigham Young a la atención de The Prophet, un diario mormón en el este, sugiriendo una fecha para reunirse en Pittsburgh. Pero los Doce, con aspiraciones de sucesión propias, ignoraron los deseos de Rigdon. Wilford Woodruff le escribió a Brigham Young desde Boston el 26 de julio, y sugirió que excluyeran a Rigdon.15 Los Doce entonces pidieron a Orson Hyde que le escribiera a Rigdon, informándole que “pensaban que era mejor para su seguridad que regresaran” por Buffalo y Chicago, pidiéndole que “los encontrara en Nauvoo, donde iban a tener un concilio”.16 Inicialmente, Rigdon no tenía planeado regresar a Illinois. Según su propia narrativa, sin embargo, escuchó la voz espectral de José Smith dirigiéndole, “No debes quedarte. Debes ir”.17 A pesar de los frecuentes secuestros e intentos de asesinato, José Smith no estableció políticas firmes con respecto a su sucesión presidencial en el evento de su muerte. La confusión resultante causó mucha agitación en el proceso. Smith simplemente no esperaba morir a los treinta y ocho. Nunca mencionó un plan detallado, y las declaraciones públicas y privadas del profeta entre 1834 y 1844 sugieren al menos ocho diferentes métodos de sucesión, cada uno apuntando a sucesores con algún reclamo de validez.18

13

Jedediah M. Grant, A Collection of Facts Relative to the Course Taken by Elder Sidney Rigdon in the

States of Ohio, Missouri, Illinois and Pennsylvania (Philadelphia: Brown, Bicking and Guilbert, 1844), 44-45. 14

Ibid., 17.

15

Woodruff a Young, 16 de julio,1844, en “Brigham Young Collection of Wilford Woodruff

Correspondence, 1840-44”, Brigham Young Collection, LDS archives. 16

Grant, A Collection of Facts, 17.

17

Esta cita es del diario de Willard Richards o de William Clayton, los cuales no están disponibles

actualmente para los investigadores. La cita fue tomada de la tesis del master de la universidad de Brigham Young de Andrew F. Ehat, “Joseph Smith's Introduction of Temple Ordinances and the 1844 Mormon Succession Question”, 1982,197. 18

D. Michael Quinn, “The Mormon Succession Crisis of 1844”, BYU Studies 16 (Winter 1976): 187-233.

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Consecuentemente, Rigdon encontró a los santos en un dilema de liderazgo cuando llegó a Nauvoo el sábado 3 de agosto. Los apóstoles Parley P. Pratt, Willard Richards, y George A. Smith lo invitaron a reunirse con ellos a las 8:00 de la mañana el siguiente día en el hogar de John Taylor. Los hombres esperaron una hora. Pratt envió que trajeran a Rigdon y lo encontraron hablando con un abogado, y ya era tarde para reunirse con los apóstoles, ya que tenía un compromiso para dar un discurso durante los servicios de adoración. Tomando como su texto el concepto de las escrituras, “porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos”, el Presidente Rigdon contó a la audiencia de una visión que dijo haber recibido en Pittsburgh. Rigdon declaró que su manifestación era una “continuación de la misma visión que él y José habían tenido en Kirtland. . . con respecto a las diferentes glorias o mansiones en ‘la Casa del Padre’”, y testificó que el profeta “había ascendido al cielo, y que estaba a la mano derecha del Hijo de Dios, y que él lo había visto allí, vestido con todo poder, gloria, majestad, y dominio en los reinos celestiales”. Agregó que José todavía tenía las “llaves del reino. . . y continuaría teniéndolas por toda la eternidad. . . y que ningún hombre podrá tomar su lugar, ni tendrá el poder de edificar el reino para ninguna creatura o ser excepto José Smith”.19 Rigdon, enfatizando su papel de larga duración como “vocero del Señor”, el cual había sido pronunciado por José Smith tanto en la forma de revelación como de bendición especial, reportó el deseo del Señor de que “debe haber un guardián asignado para edificar la iglesia hasta José”.20 Entonces explicó que “él era el mismo hombre del que los profetas antiguos habían cantado, escrito y con quien se habían regocijado; y que él había sido enviado para hacer un trabajo idéntico al que había sido asignado a los profetas en toda generación precedente”.21 Declarando que los caminos del Señor no son nuestros caminos, se desvió a su tema favorito: las profecías de Armagedón. El tiempo estaba cerca, advirtió, cuando los santos “verían cien toneladas de metal por segundo tiradas a los enemigos de Dios”, y sangre fluirá tan profunda como “frenos de caballo”. Con su usual aplomo y fraseología extravagante, Sidney trompeteó: 19

Orson Hyde, Speech of Elder Orson Hyde, Delivered before the High Priest's Quorum, in auvoo, April

27th, 1845, upon the Course and Conduct of Mr. Sidney Rigdon, and upon the Merits of His Claims to the Presidency of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints (Liverpool: James and Woodburn, 1845), 12. 20

Ibid., 12. En una bendición especial dada a Rigdon el 13 de diciembre, 1833, José Smith lo designó como

“vocero ante el Señor. . . todos los días de su vida” (Patriarchal Blessing Book 1, 12, en Richard L. Anderson, “The Mature Joseph Smith and Treasure Searching”, BYU Studies 24 [Fall 1984]: 529. Véase también D y C 100:9,11). 21

Journal History, 4 de ago. 1844.

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Lucharé una batalla realmente sangrienta con espada y con armas de fuego. . . Lucharé las batallas del Señor. También cruzaré el Atlántico, me enfrentaré con las fuerzas de la reina y les venceré—plantaré el estandarte estadounidense en tierra inglesa, y entonces marcharé al palacio de su majestad y exigiré una porción de sus riquezas y dominios, los cuales, si ella se rehúsa, tomaré a la pequeña madame de la nariz y la guiaré hacia afuera, y no tendrá poder para evitarlo. Si no hago esto, el Señor nunca habló con ningún mortal.22 Durante la reunión de la tarde, mientras Charles C. Rich estaba hablando, el Presidente de Estaca de Nauvoo, William Marks, a pedido de Rigdon, interrumpió y dio una noticia pública de una asamblea especial del jueves 8 de agosto para escoger a un guardián de la iglesia. Algunos sugirieron esperar hasta que todos los miembros del Cuórum de los Doce regresaran, pero Rigdon dijo que estaba a “alguna distancia de su familia” y quería “saber si había algo que esta gente quería que él hiciera”. Si no, entonces quería partir, “porque había una gente, miles y decenas de miles que lo recibirían, que quería visitar otras ramas alrededor, [pero] primero [a Nauvoo]”.23 Muchos pensaron que Rigdon estaba presionando sus demandas demasiado rápido. El lunes 5 de agosto por la mañana, Parley P. Pratt, Willard Richards, John Taylor, George A. Smith, Amasa Lyman, y Obispo Newel K. Whitney llamaron a Sidney para preguntarle cuál era su apuro. Él negó que esperaba que la gente eligiera a un guardián ese jueves, diciendo que deseaba tener sólo “una reunión de oración, e intercambiar pensamientos y sentimientos para acalorar nuestros corazones”.24 Más tarde esa noche cinco o más miembros de los Doce llegaron a Nauvoo, subiendo el número a nueve. El próximo día una reunión combinada de los Doce, el Sumo Concilio de Nauvoo, y el Cuórum de los Sumo Sacerdotes se llevó a cabo en el segundo piso del nuevo Seventies Hall. Brigham Young, quien había organizado la reunión, pidió a Rigdon a que hiciera una declaración a la iglesia sobre su revelación de Pittsburgh. Rigdon explicó que la manifestación, si bien no era una visión abierta, fue presentada a su mente. Se le mostró que el profeta mantenía la misma relación con la iglesia en muerte que la que tenía en vida. Nadie debía ser el sucesor de José, dijo Rigdon. El Reino debe ser “edificado en Cristo” a través del profeta muerto. La revelación todavía era requerida, y como Rigdon había sido ordenado como el vocero de Smith, él debía continuar hablando por él en este lado del velo “hasta que José Smith mismo descienda como un ángel

22

Hyde, Speech, 16.

23

Journal History, 4 de ago.1844; Hyde, Speech, 40-41.

24

HC, 7:226.

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poderoso, ponga sus manos sobre mi cabeza y me ordene y diga, ‘adelántate y actúa por mí’”. Concluyendo, agregó, “He cumplido con mi deber y hecho lo que Dios me mandó. . . La gente puede complacerse ya sea que me acepten o no”.25 Young dijo que quería oír la voz de la iglesia entera antes de que se tomara una decisión. Comentó irónicamente que “no le importaba quién guiara la iglesia de Dios si Dios dijo que debía ser así, aun si era ‘Ann Lee’ misma, pero debía saber que Dios lo había dicho”.26 Young agregó que él tenía “las llaves y los recursos para conocer la mente de Dios sobre este asunto”.27 Como parte de sus derechos al haber sido ordenado “Profeta, Vidente y Revelador” en 1841, Rigdon tenía derecho a tener experiencias visionarias. Pero Wilford Woodruff dijo que la de Rigdon era “un tipo de visión de segunda clase”.28 Young, quien tendía al sarcasmo y a ridiculizar, llamó a Sidney un tonto en su cara.29 El “León del Señor” no tenia paciencia con los tontos. Rigdon subestimó a Young, quien pronto se convertiría en uno de los estadounidenses más poderosos de su generación. Rigdon, cuando tenía buena salud, era sin duda superior a Young para dar discursos, pero Young, quien nunca fue un observador pasivo, era más ingenioso, más ambicioso, y más políticamente astuto. Sin permitir que el manto del liderazgo se le fuera de las manos, simplemente luchó con Rigdon. Young, como Rigdon, estupefacto con la noticia del asesinato del profeta José Smith, no parecía haber concluido inmediatamente que la muerte del profeta ubicaba la corona de liderazgo sobre la cabeza de los Doce o sobre él. De hecho Young inicialmente se preguntó si el profeta se había llevado las llaves de autoridad. “No tenía una mejor idea de que el manto hubiera descendido sobre mí que de la cosa más improbable del mundo”, les dijo más tarde a sus familiares.30 25

Las minutas originales de esta reunión del 7 de agosto, 1844, controlada por el Cuórum de los Doce, “no

están disponibles para el escrutinio público” (F. Michael Watson, secretario de la Primera Presidencia, a Richard S. Van Wagoner, 14 de junio,1993). El relato de la reunión en el diario de William Clayton (en posesión de la Primera Presidencia) tampoco está disponible. Por lo tanto cito a Ehat, “Joseph Smith's Introduction”, 197-98. 26

Ann Lee Stanley (1736-84) dijo ser la encarnación femenina de Jesucristo y era la líder de la Sociedad

unida en creyentes en la segunda venida de Cristo, los “Shaking Quakers”. 27

Ehat, “Joseph Smith's Introduction”, 198.

28

Kenney, Wilford Woodruff's Journal, 2:434.

29

Reporte de la reunión especial de la tarde del 8 de agosto de 1844 por Thomas Bullock, General Minutes

Collection, LDS archives. 30

Minutas en manuscrito del sermón de Brigham Young “en la ocasión de una reunión con su familia,

hecha en su residencia”, 25 de dic., 1857, Brigham Young Collection.

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Pero equipado con una mente brillante, Young se convenció en ruta a Nauvoo de Boston “por una visión del Espíritu”, como más tarde les dijo a sus colegas, que los Doce constituían una presidencia de la iglesia interina de la cual la Primera Presidencia eventualmente se levantaría.31 Pero Young no le dijo a nadie de su intuición sobre el asunto por tres años. “Sabía entonces lo que sé ahora con respecto a la organización de la iglesia”, proclamó en retrospectiva, pero “no se lo revelé a ningún ser vivo hasta que los pioneros en este valle regresaron de Winter Quarters. El hermano Wilford Woodruff fue el primer hombre a quien hablé del asunto”.32 Para el 8 de agosto de 1844, el escenario estaba listo para una obra teatral de moralidad entre Young y Rigdon, una competición eclesiástica en la que el ganador podría reclamar la posición primaria de poder mormón. Aunque estos eventos constituyen uno de los cambios más cruciales en el liderazgo mormón, hubo gran confusión rodeando los eventos del día. Gran parte de la confusión provino del hecho de que se llevaron a cabo dos reuniones públicas ese día. Muchos comentadores asumieron que la alegada “transfiguración de Brigham Young” ocurrió en la reunión de esa tarde, o han combinado ambas reuniones en una única narración.

31

Miscellaneous Minutes, 12 de feb. 1849, Brigham Young Collection.

32

Journal History, 7 de oct. 1860. Woodruff confirmó en su diario del 12 de oct.: “El Presidente Young me

pidió mi opinión con respecto a que uno de los Doce Apóstoles fuera ordenado como Presidente de la Iglesia con sus dos consejeros. Yo respondí que un cuórum como los Doce, quienes habían sido ordenados por revelación y conformados por revelación de tiempo en tiempo, pensé que requeriría una revelación para cambiar el orden de ese Cuórum” (Kenney, Wilford Woodruffs Journal, 3:283). Woodruff también registró otra referencia de Brigham Young sobre este asunto en su diario del 28 de julio de 1830: Cuando me reuní con los santos en Nauvoo en la primera reunión después de la muerte de José, defendiendo la verdadera organización contra Sidney Rigdon, tenía en mi mente todo el tiempo que debía haber una Presidencia de tres llamados, pero sabía que no podía aceptarlo en ese tiempo, y al regresar como pioneros al valle llevé el tema primero al Hermanos Woodruff y después al resto del Cuórum. Ellos lo recibieron y finalmente lo sostuvieron (Ibid., 5:478). Mientras que la organización oficial de la Primera Presidencia puede no haber tomado lugar hasta 1847, las minutas en manuscrito del 7 de abril 1845 de la conferencia general muestran que Brigham Young fue votado de manera unánime como el “Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles de esta Iglesia y nación, y todas las naciones, y también como el Presidente de toda la Iglesia de los santos de los últimos días”.

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Varias minutas de la reunión de la tarde, cada una con letra de une escriba diferente, dejan en claro que no hubo ninguna ocurrencia mística durante la reunión. Además, virtualmente todos los relatos en retrospectiva mencionan que Young fue “transfigurado” cuando comenzó a hablar después de Rigdon. Rigdon sólo se dirigió a la congregación durante la sesión de la mañana, y no habló en la tarde. Si bien existen minutas de la reunión de la mañana, en la letra del estenógrafo Thomas Bullock, nunca fueron transcriptas. Por orden del actual Cuórum SUD de los Doce Apóstoles, continúan siendo inaccesibles “para el escrutinio público”.33 Sin embargo, varios otros relatos de los eventos de la mañana sobrevivieron. A las diez de la mañana ya había 10.000 santos congregados en la arboleda al este del templo como respuesta del anuncio de William Marks. Cuando Rigdon comenzó a hablar, un fuerte viento silenció su voz, por lo que se movió en la otra dirección del viento encima de una carreta. Desde ese lugar se dirigió a los santos hasta las 11:30 de la mañana. Mientras que algunos pintaron al discurso de Rigdon como muy poco inspirado, otros, incluyendo a Orson Hyde, un crítico de Rigdon por mucho tiempo, dijo que había presentado “sus argumentos con toda la elocuencia y poder que podría haber evocado”.34 A pesar de las afirmaciones de que la convocación no era más que una reunión de oración, Rigdon trabajó duro para ganarse el apoyo de la multitud de fieles SUD. Hyde reportó que Rigdon casi “pidió el voto de la gente; ¡pero ved! Para su aflicción y su humillación, [Brigham Young] subió a la plataforma . . . y con una palabra detuvo todos los procesos del Sr. Rigdon”.35 Young, recordando el evento en 1860, dijo: “Cuando conocí a Sidney Ridgon en el campo de reuniones fui solo, y estaba listo para, solo, hacer correr a los perros del rebaño”.36 Los recuerdos de Jacob Hamblin de la mañana del 8 de agosto indican que la voz estruendosa de Young y su sorprendentemente arriesgada exhibición causó que la audiencia se volteara en sus asientos y observara su imponente presencia en la plataforma. “Él no preside aquí. Este niño [refiriéndose a sí mismo] dirigirá a este rebaño por una temporada”.37 Entonces tácticamente despidió a la reunión, permitiendo que la retórica de Rigdon se disipara, y anunció una asamblea especial a las 2:00 de la tarde. El diario de Wilford Woodruff de la misma fecha dice: 33

Watson to Van Wagoner.

34

Hyde, Speech, 13.

35

Ibid.

36

Journal History, 6 de oct. 1860.

37

Citado en James A. Little, Jacob Hamblin (Salt Lake City: Deseret News, 1909), 20-21.

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“Hubo una reunión para la Iglesia prevista en la arboleda para orar juntos. Pero como consecuencia de algunas emociones entre la gente y una disposición de algunos espíritus de tratar de dividir a la Iglesia, se consideró mejor atender los negocios de la Iglesia en la tarde de lo que era considerarlos el martes”.38 La reunión de la tarde estaba organizada como una asamblea solemne con varios líderes apropiadamente ordenando sus cuórums. Después de la oración, Brigham Young se paró en frente de la gente. Era una ocasión trascendental. Por primera y única vez en la historia mormona, el liderazgo de la iglesia estaba por ser determinado por la voluntad de la gente. El Hermano Brigham, quien tenía un ojo muy agudo para entender la voluntad de las masas, se enfocó en la mayoría que se había acostumbrado a que les dijeran lo que hacer. Mientras que Rigdon había estado hablando retórica sobre el Armagedón durante la semana previa, Young percibió que los santos, “como niños sin un padre, y una oveja sin pastor”, más que nada querían confort.39 Solitarios y afligidos, más de un tercio de los mormones fieles eran inmigrantes ingleses de clase media y trabajadora, convertidos por Young y sus amigos apóstoles. Estos nuevos inmigrantes, condicionados desde sus primeros años, estaban acostumbrados a trabajar bajo la dirección de un maestro en sus tierras nativas. Young notó esta dependencia, y su incapacidad de proveer por sus propias sustancias emocionales y económicas. Estaban acostumbrados a seguir direcciones de José Smith y estaban apenas familiarizados con Rigdon, quien había estado enfermo por años; el que Brigham Young les dijera lo que hacer era un alivio. Totalmente confiados, derramando clichés y pronunciamientos, el discurso de Young de la tarde del 8 de agosto fue una afirmación maravillosa del derecho de los Doce de gobernar, así como su afirmación personal de ser el pastor del rebaño mormón. “Por primera vez desde que me hice miembro de la iglesia”, comenzó Young, “los Doce Apóstoles del Cordero, elegidos por revelación, en esta última dispensación del evangelio en la conclusión de la escena, se presentan ante los santos para cumplir con su parte según sus llamamientos”.40 Después de explicar “los asuntos tan 38

Kenney, Wilford Woodruff's Journal, 2:434-35.

39

Journal History, 8 de ago. 1844. Este estado sin normas, de no saber cómo actuar en situaciones nuevas o

confusas, es llamado “anomia” por científicos sociales (véase William Kornblum, Sociology in a Changing World, 3rd ed. [Fort Worth: Harcourt Brace College Publishers, 1994], 257). 40

Times and Seasons 5 (2 Sept. 1844): 637. Mientras que mi narración generalmente sigue el relato de

Journal History del 8 de agosto de 1844, el cual en su mayoría describe las minutas de Thomas Bullocks de la tarde (General Minutes Collection), otras importantes referencias con los relatos del diario de Wilford Woodruff (Kenney,

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satisfactoriamente que cada santo podía ver que el manto de Elías realmente había recaído sobre los Doce”, escribió un reportero el 2 de septiembre de 1844 en el Times and Seasons. Young, el eterno estratega, entonces preguntó, “Yo quiero ahora pedirle a cada uno de ustedes que me digan si quieren elegir a un guardián, a un profeta, a un evangelista o algo más como el líder para guiarlos. Todos los que están a favor háganlo manifiesto levantando la mano derecha”. Nadie lo hizo.41 Asumiendo el papel de padre autoritario del mormonismo que cumplía tan bien, Young respondió, “¿entiendo sus sentimientos—quieren decirme sus sentimientos?” Respondiendo a los murmullos y a los asentimientos con la cabeza del dócil rebaño, continuó: Aquí están los 12, un cuerpo independiente, quienes tienen las llaves del reino para todo el mundo entero, así me ayude Dios, y ellos son, como la 1ª presidencia de la iglesia. . . No pueden llamar a un profeta, no pueden llamar al Élder Rigdon o a Amasa Lyman ellos deben ser ordenados por los 12. . . Dios no quiere tener nada que ver contigo. No pueden poner a nadie a la cabeza de los 12 (Gramática como en el original en inglés).42 Young continuó: “Tal vez algunos piensen que nuestro amado hermano Rigdon no sería honrado, no sería considerado un amigo, pero si él hace lo correcto, y se mantiene fiel, no actuará en contra de nuestro consejo, ni nosotros contra el suyo, sino que actuaremos unidos, y seremos como uno”.43 “¿Quieren a un vocero?” preguntó Young entonces. “¿Quieren que la iglesia esté apropiadamente organizada, o quieren a un vocero para que sea cocinero en jefe y lavador de vajillas?” Hablando del llamado de Rigdon como vocero del profeta, Young consintió, “Muy bien. Él lo fue”, pero agregó, “si ahora quiere ser un vocero del Profeta, debe ir al otro lado del velo para ver al Profeta, quien está allí, pero Élder Rigdon está aquí. ¿Por qué será el Élder Rigdon un tonto? ¿Quién sabe algo de la [plenitud del] sacerdocio, o de la organización del reino de Dios [a saber, el Concilio de los Cincuenta]? Yo lo sé muy bien”.44 A medida que la reunión progresó, el sentimiento

Wilford Woodruff's Journal, 2:434-40); el diario de Brigham Young 8 de agosto, 1844; diario de William Clayton del 8 de agosto 1844, en George D. Smith, ed., An Intimate Chronicle: The Journals of William Clayton (Salt Lake City: Signature Books in Association with Smith Research Associates, 1991), 142; and HC, 7:231-42. 41

8 de aug. 1844, minutas de la tarde con la letra de un escriba desconocido (General Minutes Collection).

42

Ibid.

43

Journal History, 8 Aug. 1844.

44

Ibid.

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que había cambiado tan recientemente en favor de los Doce era palpable. Cuando Amasa Lyman subió a la plataforma para hablar, se posicionó en la esquina de Young. Sacudido por el efecto de las palabras de Young sobre la audiencia, el usualmente locuaz Rigdon se negó a hablar cuando se le dio la oportunidad para refutar a Young. Considerando las proclividades retóricas de Rigdon, su decisión se vio como una admisión de derrota. Con su cara enterrada en sus manos, el enfermo Rigdon pidió que un viejo enemigo, W. W. Phelps, apoyara su causa. El reservado editor, dándose cuenta que la de Rigdon era una causa perdida, dio una ardiente confirmación de la posición de los Doce. Después de que Parley P. Pratt se dirigió a la multitud, Young otra vez tomó la plataforma. Testificando que si los hombres “se mantienen firmes con nuestro consejo, irán directamente al reino. . . tenemos todas las señas para darle al Portero y él nos dejará entrar en el embarcadero”. Young propuso un voto. “¿Quieren que el Hno. Rigdon interfiera entre ustedes y su líder, su guía, su vocero?”45 Rigdon entonces interrumpió, diciendo que él “quería que hiciera la otra pregunta primero”. Entonces Young preguntó, ¿gente? Aquí están los apóstoles, la Biblia, el Libro de Mormón, la doctrina y convenios están aquí y aquí (cabeza y corazón) está escrito en las tabletas de mi corazón. . . Si la Iglesia quiere que los 12 permanezcan en su llamado si es su voluntad manifiéstenlo levantando la mano (Gramática como en el original en inglés). El voto, según Young, fue unánime, lo cual, anunció, “suplanta a cualquier otra pregunta”.46 Young anunció entonces que “Rigdon es . . . uno con nosotros—queremos a tales hombres como el H[erma]no R[igdon] él fue enviado para edificar un R[eino] permítanle mantener la instrucción [y el] llamamiento dejen que edifique un r[eino] en Pittsburgh [y] levantaremos su mano. Supongo que tendremos una imprenta y nos reuniremos allí” (Gramática como en el original). Deseando apoyar a Rigdon en su llamamiento como su consejero, Young continuó, “Siento que debemos traer al H[erma]no Rig[don] somos de una misma mente. . . lo apoyará esta con[gregación] en el lugar . . . [y] lo dejaran ser uno con nosotros [y] nosotros con él”.47 El voto fue unánime.

45

8 de ago. 1844 p.m. minutas con la letra de Thomas Bullock.

46

Ibid. El diario de William C. Staine, citado en HC, 7:236, reportó que hubieron “algunas voces

disidentes”. La “History of William Adams, Wrote by himself January 1894”, 15, agrega que “de la gran multitud, unos veinte votaron por Rigdon para ser guardián” (Special Collections, BYU Library). 47

8 de ago. 1844 p.m. minutas con la letra de Thomas Bullock.

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El liderazgo afirmó que los Doce estaban más allá de sus ordinaciones apostólicas de febrero de 1835, la revelación de marzo de 1835 dando autoridad semejante a la de la Primera Presidencia y la revelación de julio de 1837 de que los Doce compartían las llaves del reino con la Primera Presidencia. Su aseveración de “mantenerse en sus posiciones según sus asignaciones”, como Brigham había declarado el 8 de agosto, estaba basada enteramente en el hecho de que José Smith les había conferido a ellos y a otros las “llaves del reino” durante la reunión del Concilio de los Cincuenta en la primavera de 1844, la organización a la que Young se refirió en el 8 de agosto diciendo, “si dejan que los 12 mantengan las llaves del R[eino] están en ellos. . . tenemos una organ[izació]n que no han visto”.48 Orson Hyde comentó en un discurso de 1869 sobre el poder otorgado por José Smith, comúnmente llamado su “último encargo”: En un lugar en particular, en la presencia de unos sesenta hombres, [José Smith] dijo, “Mi trabajo está casi terminado; voy a dar un paso al costado por un tiempo. Voy a descansar de mis labores; porque he llevado la [carga] y el calor del día, y ahora voy a dar un paso al costado y descansar un poco. Yo paso la [carga] de mis hombros a los Doce Apóstoles. ‘Ahora’, dijo, ‘levanten sus hombros y carguen este reino’. ¿Él le dijo esto a alguien más? No lo sé; no me importa. Es suficiente para mí saber que él lo dijo al Cuórum de los Doce Apóstoles”.49 El relato de Wilford Woodruff de esta reunión cita al profeta diciendo: “Les digo que la carga de este reino ahora descansa sobre sus hombros; deben soportarlo en todo el mundo, y si no lo hacen serán maldecidos”.50 Pero la declaración más explícita sobre este encargo vino de Benjamin F. Johnson, el miembro más joven del concilio. Él escribió que el profeta Se paró ante la asociación y Amigos Selectos incluyendo a todos los Doce y con gran Sentimiento & Animación gráficamente Repasó su Vida y Persecución Labor & Sacr[ificio] Por la iglesia y Reino de Dios—Los-Cuales—él declaró estaban ahora organizados en la tierra. El peso del cual había sido demasiado grande para él para cargar. Que estaba cansado con el peso él lo había cargado por Tanto tiempo y él entonces Dijo con gran Veh[e]mencia “Y en el nombre de . . . el Señor ahora Sacudo de mis Hombros las Responsabilidades de

48

Ibid.

49

JD 13 (6 Oct. 1869): 180.

“Wilford Woodruff's Testimony On Priesthood and Presidency”, dado el 23 de feb. 1892, en Liahona: The Elders' Journal 7 (16 Apr. 1910): 682. 50

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cargar al Reino de Dios a todo el mundo—y-aquí-& ahora pongo la Responsabilidad con todos las Llaves de Podr & privilegio correspondientes sobre los Hombros de ustedes los Doce Apóstoles en Conexión con este Concilio” (Gramática y ortografía como en el original).51 Pero el reino que el profeta dirigió a los Doce que cargaran en sus hombros era la teocracia política, el Reino de Dios, una organización fantasma separada de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Fue esta organización, mejor conocida como el Concilio de los Cincuenta, no el Cuórum de los Doce, que el profeta intentó ayudar a obtener las responsabilidades de administrar los negocios temporales y seculares de la iglesia. Aunque el voto mormón del 8 de agosto de 1844 pidió estabilidad y continuidad eclesiástica, algunos han interpretado a las acciones de la asamblea como una afirmación del papel de Brigham Young como el sucesor profético de José Smith. El que esto no haya sido el mensaje real es clarificado en una epístola de los Doce publicada el 15 de agosto de 1844 en el Times and Seasons. La circular anunció: “Ahora están sin un profeta presente para guiarlos en la carne. . . No dejen que ningún hombre presuma por un momento que el lugar [de José Smith] será llenado con alguien más; porque, recuerden que él ocupa su propio lugar y siempre lo hará”.52 El Times and Seasons del 2 de septiembre también editorializó: “Gran emoción prevalece a través del mundo por saber ‘quién es el sucesor de José Smith”. El diario también amonestó, “sean pacientes, sean pacientes un poco, hasta que el tiempo apropiado venga, y les diremos a todos. ‘Grandes ruedas se mueven despacio’. En el presente, podemos decir que una conferencia especial de la iglesia se llevó a cabo en Nauvoo el 8, y se hizo sin voces disidentes, que los ‘Doce’ deben presidir sobre toda la iglesia, y que cuando se requiera alguna alteración en la presidencia, se dará noticia apropiada”.53 Si bien no hay registros contemporáneos que apoyen una ocurrencia supernatural en la mañana ni en la tarde del 8 de agosto, a través de los años algunos han improvisado perspectivas surrealistas de ese día. En fraseología mormona, la supuesta experiencia trascendental de esa mañana

51

Dean R. Zimmerman, I Knew the Prophets, An Analysis of the Letter of Benjamin F. Johnson to

George F. Gibbs, Reporting Doctrinal Views of Joseph Smith and Brigham Young (Bountiful, Utah: Horizon, 1976) 35. 52

Times and Seasons 5 (15 de ago. 1844): 618.

53

Ibid. 5 (2 de sept. 1844): 632.

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es conocida como la “Transfiguración de Brigham Young” o el “Incidente del manto del profeta”.54 Cuando Brigham Young se levantó para dirigirse a la gente”, escribió el futuro apóstol George Q. Cannon dos décadas más tarde: Si José se hubiera levantado de los muertos y hablado otra vez en esa audiencia, el efecto no podría haber sido más sorprendente de lo que lo fue para los presentes en la reunión, fue la voz del mismo José; y no solamente fue la voz de José la que se oyó, pero le pareció a la gente como si la misma persona de José fue quien se paró en frente de ellos. De un evento más maravilloso y milagroso del que se dio ese día en la presencia de la congregación no hemos oído jamás. El Señor le dio a Su gente un testimonio que no dejó lugar para la duda con respecto a quién fue escogido para guiarlos. Ambos vieron y oyeron con sus ojos y oídos naturales, y las palabras que fueron pronunciadas llegaron, acompañadas del poder convencedor de Dios, a sus corazones, y fueron llenados con el Espíritu y con gran gozo. Había reinado la melancolía, y en algunos corazones, probablemente, duda e incertidumbre, pero ahora era claro para todos que aquí había un hombre sobre el cual el Señor había conferido la necesaria autoridad para actuar en el lugar de José. En esa ocasión Brigham Young pareció haberse transformado, y un cambio como los que leemos que le sucedieron al Profeta Eliseo en las escrituras, cuando Elías fue trasladado en su presencia, pareció haber tomado su lugar. El manto del Profeta José había sido dejado para Brigham. . . La gente se dijo mutuamente: “El espíritu de José descansa sobre Brigham”: Ellos supieron que había sido el hombre escogido para liderarlos y ellos correspondientemente lo honraron.55 D. Michael Quinn, la principal autoridad en la crisis de sucesión mormona de 1844, ha descubierto varias referencias que cita como supuesto apoyo al incidente de transfiguración. Una 54

Esta terminología tardía probablemente evolucionó de una descripción figurativa o

alegórica tal como la hecha en una carta anónima publicada el 15 de octubre de 1844 en el Times and Seasons (5:675). “¿Quién no puede ver”, comenzó la comunicativa, “que el manto del profeta había recaído sobre el Pres Young y los Doce? El mismo espíritu”, continúa la carta, “que inspiró a nuestro querido hermano José Smith, ahora inspira al Pres Young”. 55

Kate B. Carter, comp., Heart Throbs of the West (Salt Lake City: Daughters of Utah Pioneers,

1943), 4:420; véase también Andrew Jenson, The Historical Record, Book 1:789-91, and JD 23 (29 Oct. 1882): 358.

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carta del 15 de noviembre de 1844 de Henry y Catharine Brooks dice que Young “favorece al Hno. José, tanto en persona y manera de hablar más que cualquier otra persona que hayas visto, se ve como otra persona”56 Cinco días después Arza Hinckley se refirió a “Brigham Young en quien el manto del profeta José ha caído”.57 El diario de William Burton de mayo de 1845 (quien murió en 1851) nota que “los lugares de [José y Hyrum Smith] fueron llenados por otros mucho mejores de lo que yo una vez pensé que eran”. Burton escribió, “El espíritu de José apareció para descansar sobre Brigham”.58 Sin embargo ninguna de estas referencias describe una transfiguración explicita, una metamorfosis física de Brigham Young en la forma y voz de José Smith. El uso de la frase “espíritu de José” es meramente oratorio. Brigham Young mismo usó la misma forma de expresión retórica durante un discurso del 19 de julio de 1857 a los santos reunidos en Salt Lake City. Refiriéndose a la posibilidad de su propia muerte, Young informó a sus oyentes que “el espíritu de José que cayó sobre mí está listo para caer sobre alguien más cuando yo sea removido”.59 El reporte detallado más temprano de la supuesta transfiguración no comenzó a aparecer hasta mucho después de que los santos se establecieron en el Great Basin. El hecho de que ningún relato incluido en la “Historia de José Smith”, completada en agosto de 1856, o en la Autobiografía de Parley P. Pratt, completada antes de su muerte en 1857, sugiere que el mito no estaba completamente desarrollado en ese período. Es posible que la primera referencia pública a la “transfiguración” haya sido una declaración del 19 de julio de 1857 de Albert Carrington ante una inmensa reunión de santos, diciendo que “no podía diferenciar [a Brigham Young] de José Smith” cuando Young “estaba hablando en el púlpito en Nauvoo” durante la convocación del 8 de agosto de 1844.60 “Alguien vino y pasó su dedo sobre sus ojos”, declaró Brigham Young, “y no podía ver a nadie que no fuera José Smith hablando, hasta que terminé de dirigirme a la asamblea de santos durante la tarde del 8 de agosto de 1844”, confirmando que no había ocurrido ninguna experiencia quimérica 56

Henry y Catharine Brooke a Leonard y Mary Pickel, 15 de nov. 1844, Leonard Pickel

papers, Beinecke Library, Yale University, citado en D. Michael Quinn, The Mormon Hierarchy: Origins of Power (Salt Lake City: Signature Books, 1994), 167. 57

Diario de Azra Hinckley, 20 de vov. 1844, Special Collections, BYU Library.

58

William Burton diary, May 1845, LDS archives.

59

“Remarks by President Brigham Young, made in the Bowery, Great Salt Lake City, 19

July 1857”, en JD 13 (19 de julio, 1857): 57-58. 60

Ibid.

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ese día. “Por primera vez en el reino de Dios en el siglo 19”, declaró, estamos “sin un profeta para dirigirnos”. Por lo tanto, agregó, somos “llamados a andar por fe, no por vista”.61 Recuentos retrospectivos de una “transfiguración” en una variedad de formas, pueden ser encontradas en decenas de fuentes, pero ninguno parece concordar en los detalles precisos.62 Elizabeth Haven Barlow, una prima de Brigham Young, por ejemplo, escribió que su madre le dijo que “miles en la asamblea” vieron a Young “tomar la forma de José Smith y escucharon su voz cambiar a la del Profeta”.63 Eliza Ann Perry Benson recordó que los santos se levantaron “de sus asientos en masa” exclamando “¡José ha venido! ¡Él está aquí!”64 Mientras que Eliza Ann Haven

61

HC, 7:232; la cursiva es mía.

62

Anson Call, Salt Lake City School of the Prophets minutes, 26 de ago. 1871, LDS archives; Caroline

Barnes Crosby, “Retrospective Memoirs Written in 1851”, LDS archives; Homer Duncan Journal, LDS archives; Zadok Knapp Judd, “Reminiscence Written at Age Seventy-five”, Utah Historical Society; Catharine Thomas Leishman Autobiography, LDS archives; George Morris Autobiography, Special Collections, BYU Library; John Riggs Murdock, in J. M. Tanner, A Biographical Sketch of John Riggs Murdock (Salt Lake City: Deseret News, 1909), 71; Zera Pulsipher, in Terry and Nora Lund, comps., The Pulsipher Family History Book (Salt Lake City: n.p., 1953), 10-24; William Lampard Watkins Autobiography, LDS archives; Samuel Amos Woolley Autobiography, LDS archives; Eliza Westover, “2 July 1916 Letter to Her Son”, LDS archives; Emily Smith Hoyt, “Reminiscenses and Diaries (1851- 1893)”, LDS archives; Robert Taylor Burton, “Statement of 28 July 1905”, LDS archives; Jacob Hamblin, in Pearson H. Corbett, Jacob Hamblin—The Peacemaker (Salt Lake City: Deseret Book Co., 1952), 22; “Wilford Woodruff's “Testimony on Priesthood And Presidency—Delivered on 23 February 1892”, in Liahona—The Elders' Journal 7 (16 Apr. 1910): 683; “Wilford Woodruff Statement”, in Deseret News, 15 Mar. 1892; Journal History, 9 Oct. 1867; Benjamin F. Johnson, in Zimmerman, 17; Robert T. Taylor, in Janet Burton Seegmiller, The Life Story of Robert Taylor Burton (Salt Lake City: Robert Taylor Burton Family Organization, 1988), 49; William C. Staines, in The Contributor 12 (1891): 315; William Van Orden Carbine, in Kate B. Carter, comp., Our Pioneer Heritage (Salt Lake City: Daughters of Utah Pioneers, 1963), 6:203; Albert Clements, ibid., 12:219; William L. Watkins, ibid., 19:390-91; Talitha Cheney Autobiography, ibid., 15:118-19; Ezra T. Benson, in John Henry Evans and Minnie Egan Anderson, Ezra T. Benson—Pioneer, Statesman, Saint (Salt Lake City: Deseret News Press, 1947), 88-89; and “Typescript Account of Testimony of Bishop George Romney”, by Mary R. Ross, LDS archives. 63

“Autobiography of Six Pioneer Women”, en Kate B. Carter, ed., Our Pioneer Heritage (Salt Lake City:

Daughters of Utah Pioneers, 1976), 19:327. 64

Donald Benson Alder y Elsie L. Alder, comp., The Benson Family—The Ancestry and Descendants of

Ezra T. Benson (Salt Lake City: Ezra T. Benson Genealogical Society, Inc., 1979), 151.

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Westover, escribiendo en 1918 recordó que “miles vieron la [transfiguración], pero no todos los que estaban allí tuvieron ese privilegio”.65 John D. Lee, escribiendo de los eventos del 8 de agosto de 1844 en su autobiografía dijo: Sidney Rigdon fue el primero que apreció en el podio. Él había sido considerado estar en la retaguardia por algún tiempo antes de la muerte del Profeta. Él reclamó débilmente . . . Entonces Brigham Young se levantó y rugió como un león, imitando el estilo y la voz de José, el Profeta. Muchos de los hermanos declararon que vieron el manto de José reposarse sobre él. Yo mismo, en ese tiempo, me imaginé que vi y oí una fuerte similitud con el profeta en él, y sentí que él era el hombre para guiarnos hasta que el sucesor legal de José creciera hasta la adultez, cuando debía rendir la presidencia al hombre que tenía el derecho de nacimiento.66 A pesar de afirmar lo contrario, Lee no podría haber visto esto. Su diario personal deja en claro que no regresó a Nauvoo hasta el 20 de agosto, casi dos semanas más tarde.67 El apóstol Orson Hyde, quien tendía a exagerar, particularmente cuando trataba de socavar los reclamos de su archienemigo Sidney Rigdon,68 no llegó a Nauvoo hasta el 13 de agosto.69 Pero dejó dos recuerdos personales muy elaborados de una “transfiguración” de la que tampoco podría haber sido testigo. Cuando Young comenzó a hablar esa mañana, el presidente de los Doce Hyde recordó en 1869, “sus palabras me atravesaron como electricidad”. Este es mi testimonio, agregó

65 66

Eliza Westover a su hijo Lewis, 2 de julio, 1916, LDS Archives. John D. Lee, Mormonism Unveiled; including the Remarkable Life and Confessions of the Late Mormon

Bishop, John D. Lee (St. Louis: Scammell and Company, 1881), 155. 67

Citado en Juanita Brooks, John Doyle Lee: Zealot—Pioneer Builder—Scapegoat (Glendale, California:

Arthur H. Clark, 1961), 62. 68

Aunque Rigdon fue el mentor de Hyde tanto en el Movimiento bautista reformado y en el mormonismo,

nunca le perdonó a Rigdon el haberse opuesto a su regreso a la iglesia después de abandonarla durante las dificultades de Missouri. También hubo problemas adicionales entre los dos cuando la esposa de Hyde, Nancy, sirvió entre intermediaria en el intento de seducción de la hija de Rigdon, Nancy, por parte de José Smith. Véase Van Wagoner, Sidney Rigdon, 266, 282, 294-95, 320, 324, 354. 69

Véase el diario de Wilford Woodruff bajo esta misma fecha en Kenney, Wilford Woodruff's Journal,

2:441.

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Hyde como énfasis especial, “no era solamente la voz de José Smith, sino que también sus facciones, los gestos, y hasta la estatura de José ante nosotros en la persona de Brigham”.70 Ocho años más tarde, Hyde declaró en la conferencia general que tan pronto como Young abrió la boca Oí la voz de José a través de él, y me resultaba tan familiar como la voz de mi esposa, las voces de mis hijos, o la voz de mi padre. Y no sólo la voz de José oí distintivamente y sin confusión, sino que también vi los gestos de su persona, los mismos rasgos en su cara, y si no me equivoco, el mismo tamaño de su persona apareció en el podio. Y me atravesó con la excitación de la convicción de que Brigham era el hombre para guiar a esta gente. Y desde ese día hasta el presente no ha habido duda en mi mente con respecto a la divinidad de esta asignación; yo sé que él es el hombre elegido de Dios para ocupar la posición que ahora tiene.71 Wilford Woodruff, el principal cronista de la historia mormona temprana, también dejó varios relatos de primera mano de un “incidente de transfiguración”. Su diario del 8 de agosto de 1844, sin embargo, deja en claro que él no atendió la reunión de la mañana cuando ambos Young y Rigdon se dirigieron a la multitud. “Los Doce pasaron su tiempo temprano ese día en la oficina”, escribió, y “en la tarde se reunieron en la arboleda”.72 Aunque el relato de Woodruff de ese día consiste de uno de los escritos más largos en su voluminoso diario, unas 2.200 palabras, no hace ninguna mención a algo milagroso. Un año más tarde, en una carta a los miembros de la iglesia en Gran Bretaña, Woodruff reportó que durante la conferencia especial del 8 de agosto de 1844 Nos reunimos en una conferencia especial, todos los quórums, las autoridades, y los miembros de la iglesia que podían reunirse en Nauvoo. El élder Brigham Young, el

70

JD 13 (6 de oct. 1869): 181.

71

Ibid. 19 (5 de abr. 1877): 58. In 1860 Hyde también exageró su recuerdo de la organización de la Primera

Presidencia en 1847. Él dijo que oyó la voz de Dios declarar: “Dejad que mi siervo Brigham se adelante y reciba el poder completo del sacerdocio presidente en mi Iglesia y reino” (JD 8 [7 de oct. I860]: 234). Pero cuando al Presidente Wilford Woodruff se le preguntó en una reunión de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce de 1894 si había observado algunas de las manifestaciones especiales descriptas por Hyde en conexión con la organización de 1847, él dijo que no recordaba “ninguna manifestación particular en el tiempo de la organización de la Presidencia” (Abraham H. Cannon journal, 30 de ago. 1894, Special Collections, BYU Library). 72

HC, 2:435.

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presidente del quórum de los doce, se dirigió a ellos. Era evidente para los santos que el manto de José había reposado sobre él, la senda que nos apuntaba no podría haber sido más clara, y nadie podía errar en ella; el espíritu de sabiduría y consejo atendieron a todas sus enseñanzas, él tocó una cuerda en todos nuestros corazones, los cuales sonaron al unísono.73 Pero en 1872, Woodruff, como muchos otros mormones de Nauvoo, había comenzado a describir el truinfo de Brigham Young sobre Sidney Rigdon del 8 de agosto de 1844 como algo más arcano que una mera conquista estratégica. “Cada hombre y cada mujer en esa asamblea, los cuales quizá llegaban a los miles”, declaró, “podrían compartir el mismo testimonio. Yo estuve allí, los Doce estuvieron allí, y muchos otros, y todos pueden compartir el mismo testimonio”. Continuando con su extensa explicación de ese día tan lejano en el pasado, le preguntó a su audiencia: ¿Por qué se le dio la apariencia de José Smith a Brigham Young? Porque aquí estaba Sidney Rigdon y otros hombres adelantándose y reclamando ser los líderes de la Iglesia, y los hombres se adelantaron, como en un pivote, sin saber a qué lado ir. Pero tan pronto como Brigham se levantó en esa asamblea, su cara era como la de José Smith—el manto de José había reposado sobre él, el poder de Dios que había estado sobre José Smith estaba sobre él, tenía la voz de José, y era la voz del pastor. No había una persona en esa asamblea, Rigdon, yo mismo, sin excepción, que no estuviera satisfecho en su mente que Brigham era el líder apropiado de la gente, porque él [Rigdon] no quiso que su nombre fuera presentado, por su propio consentimiento, después de que ese sermón fue dado. Había una razón para esto en la mente de Dios; convencer a la gente. Ellos vieron y oyeron por ellos mismos, y fue por el poder de Dios.74 Veinte años más tarde, mientras discutía otra vez la guerra de palabras de 1844 entre Young y Rigdon, Woodruff fue citado diciendo: No sé si hay alquien presente aquí esta noche más que yo que haya participado en esa conferencia [del 8 de agosto de 1844]. Hay pocos que todavía estan vivos que estuvieron presentes en esa ocasión. . . y cuando Brigham se levantó y comenzó a hablar, como ha sido dicho, si mis ojos no hubieran sido capaces de ver, no hay nadie que pudiera convencerme de que no era José Smith hablando. Era la voz y la cara de José Smith; y muchos pueden testificar de esto que conocieron a ambos hombre.75 73

“To the [Church] Officers and Members”, en Latter-day Saints' Millennial Star, Feb. 1845.

74

JD 15 (8 de abr. 1872): 81.

75

Deseret News, 12 de mar. 1892.

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Mientras que todas las anécdotas de transfiguración, como las de Lee, Hyde y Woodruff, son relatos tardíos, una referencia del diario de George Laub fue considerado por mucho, hasta hace poco, que había sido escrita en 1846. “Ahora, cuando el Presidente Young se levantó para hablar a la congregación”, comienza el relato de Laub, “su voz era la voz del Hno. José y su cara parecía como la cara de José y si no hubiera visto su cara sino que sólo hubiera oído su voz, hubiera declarado que era José”. Este pequeño diario de color marrón, el cual engañó a muchos estudiosos, ha sido determinado que es una copia del original de Laub, con adiciones.76 El diario original, el cual también existe, no contiene ninguna referencia a una transfiguración de Brigham Young. 76

La copia marrón, la cual se creyó incorrectamente que era el diario original, fue publicado en completo

por Eugene England, ed., “George Laub's Nauvoo Journal”, BYU Studies 18 (Winter 1977): 151-78. Mientras que el diario original de color bordó está escrito en una variedad de tintas, como uno esperaría de un diario escrito durante varios años, la copia está escrita sólo con dos tintas diferentes (copy, 1-43, una tinta oscura; 44-139, una tinta más clara). Una genealogía familiar extensa también está incluida en el interior de las tapas del diario original, pero no en la copia. La tinta más clara usada en la copia también es evidente después de la página 195 del original. Esto refleja la primera página del diario de Laub en Deseret (Utah). Mientras que no llegó al territorio de Utah hasta el 25 de agosto de 1852 (p. 266 del original), la copia fue probablemente hecha después de esta fecha. La página del 25 de agosto es retrospectiva, ya que nota el 1 de marzo de 1857, “este día comienzo mi diario”. La inserción de Laub en el original (139, no 140 como nota England) “aquí termina la copia del primero”, es en la misma tinta clara de la copia, no dejando ninguna ninguna duda cuál es el original. El tratamiento de Rigdon por parte de Laub es mucho más negativo en la copia del diario, así como más positivo hacia Brigham Young, reflejando el cambio de corazón retrospectivo. Por ejemplo, cuando José Smith acusó a Rigdon de conspirar para entregarlo a los oficiales de Missouri en octubre de 1843, el diario original de Laub reporta a Rigdon diciendo: Si el presidente Smith no quiere que sea más su Vocero, le daré una mano amistosa de despedida, y lloró, después de lo cual el Presidente Smith se levantó inmediatamente y le dio la mano de Partida. . . Pero la Gente tuvo misericordia de él después de que Hyrum Smith pidió misericordia por él y la voz de la gente estaba a su favor (p. 155 del original). Pero la copia había sido modificada para sonar más como las revisiones similares hechas por los historiadores del Cuórum de los Doce criticando a Rigdon: José nos dijo que ya no quería que [Rigdon] fuera su consejero, que si la gente lo ponía allí, podían hacerlo. Pero dijo yo lo despediré. Él le dio la mano y lo despidió. Pero los ruegos misericordiosos por Rigdon por parte del Hno Hyrum Smith el patriarca ablandaron los corazones de la gente, y lo reestablecieron por su Voz. Pero José nunca lo reconoció más allá de eso. Sin embargo, Rigdon lloró y rogó. Pero José Smith dijo que él había maldecido a dios en los problemas en Misouri (Gramática y ortografía como en el original. England, 159).

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La alteración más importante hecha por Laub en la copia de su diario fue la adición de dos párrafos que no aparecen en el original. Esta inserción llevó a England y a otros a creer que la página era “el relato más temprano de la ‘transfiguración’ de 1844 de Brigham Young cuando se le dio el ‘manto’ profético de autoridad (England, 151). Evidencia adicional apoyando la autenticidad del diario original es que en el lugar exacto donde la “transfiguración” es agregada en la copia, un signo + es agregado en la tinta clara en el diario copiado. El diario original en este punto dice: Ahora después de la muerte de Jos & Hyrum, Rigdon vino de Pittsburgh (Porque Jos. Lo había enviado allí para sacárselo de encima como Rigdon Deseaba ir) para hacer que la presidencia de la iglesia no guiara a la iglesia. Pero como el señor haría que su sirviente Brigham Young el Presidente de los Doce viniera justo a tiempo para decirle a la gente quién era el pastor falso o quién era el buen pastor y Rigdon pronto tembló y se estremeció y estas cosas que declaró el día antes que eran revelaciones que fueron entonces creídas, inferidas y esperadas y sus palabras cayeron al piso porque eran Mentiras del comienzo al Fin (Gramática y ortografía como en el original. 115 en el diario original). El diario copiado en este punto ha sido profundamente alterado por Laub para reflejar la imagen retrospectiva de la “transfiguración” que comenzó a evolucionar en el folklore de Utah a fines de los 1850: Ahora después de la muerte del Hno. José & Hyrum, Rigdon habiendo recibido Una misión de José a Pittsburg antes de su muerte. Ahora después de su muerte Sidney vino con toda prisa a Nauvoo desde Pittsburgh para reclamar la presidencia de la iglesia, sin saber que José lo Envió para sacárselo de encima. Ahora cuando regresó a Nauvoo llamó a toda la gente a que se reuniera para elegirlo guardian, como Él mismo se Llamó, Dijo, la iglesia tiene 14 años y es la obligación de la iglesia elegir a un guardián & predicó allí por Dos días sobre el tema del guardianismo & el camino del Señor no es como el camino del hombre. Pero como los cielos son más altos que la tierra Así son los caminos del Señor por encima de los caminos del hombre, etc. Al tiempo que el voto iba a ser hecho en su favor para que fuera presidente & guardián. Pero el Señor hizo que los Doce vinieran a casa & sentí que debía agradecer a Dios al Ver al Hno Brigham Young subir al estrado. Estas Revelaciones positivas de Rigdon eran sólo suposiciones e ideas, mientras que el señor le había dicho como proceder antes según su [propia] boca & después sólo Supuso que era así. Ahora cuando el Presidente Young se levantó para dirigirse a la congregación su Voz era la Voz del Hno. José y su cara parecía como la cara de José. & Si yo no hubiera visto su cara y sólo hubiera oído su voz yo Hubiera declarado que era José. Ahora él se levantó y comenzó a Hablar, Diciendo Hubiera preferido estar de luto por cuarenta días antes de venir aquí, & si Rigdon era el heredero Legal para guiar a la Iglesia por qué no Permaneció en Pittsburg hasta que viniéramos y lo acompañáramos como le escribí. Pero él temía que no pudiera llevar a cabo sus designios & solapadas conspiraciones, etc. Inmediatamente los seguidores de Rigdon los armaron con las armas de muerte & con la Jarra de Brandy Para que pudieran tener sus Espíritus de sus llamados (England, 166).

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Cuando eliminamos todas las emociones del 8 de agosto de 1844, no hay una sola evidencia irrefutable de contemporáneos que apoye la ocurrencia de algo místico en las reuniones de la mañana o de la tarde de ese día. Lo que más probablemente ocurrió es que la fuerza de la presencia imponente de Young, su oportuna llegada la mañana de la reunión, y tal vez un poco de mimetismo teatral77 persuadieron a la multitud, más que una transfiguración metafísica de su cuerpo. El obispo mormón George Miller, presente durante la reunión, más tarde recordó que nada sobrenatural había ocurrido ese día. Young hizo una “larga y ruidosa arenga”, escribió Miller, en los cuales “no vi ningún punto en el curso de sus palabras más que había que rechazar las pretensiones de Sidney Rigdon”.78 El mismo Rigdon, en una carta del 6 de diciembre de 1870 a Brigham Young, acusó a su antiguo contendiente de falsedad al animar que las anécdotas de una transfiguración se propagaran: “Oh, hombre vano . . . Supusiste que tu hipocresía y tus pretensiones mentirosas de que el espíritu de José Smith había entrado en ti, iba a prevalecer con Dios y el hombre. Sabes que mentiste cuando hiciste esas pretensiones. Tu ignorancia era tal que no sabías que hay personas vivas que saben que nunca hubo, hay, o habrá tal metamorfosis en esta tierra como tu malvadamente . . . simulaste que había sucedido contigo.79 Los apóstoles Brigham Young, Heber C. Kimball, Willard Richards, y Wilford Woodruff, todos los cuales escribieron en sus diarios el 8 de agosto de 1844, no hacen referencia a ninguna epifanía. Tal evento, si realmente hubiera sucedido, habría estado en la cúspide de la historia mormona, una metamorfosis física sin igual excepto por la transfiguración y resurrección de Jesucristo. Sin embargo ni el Times and Seasons ni el Nauvoo Neighbor, periódicos locales pertenecientes a la iglesia, mencionan tal maravilla. Tampoco lo hacen los relatos de 1844 y 1845 de Jedediah Grant

77

Orson Hyde, comenta en 1869, tocó el tema de que Brigham Young sonaba como José Smith el 8 de

agosto de 1844 notando que “el Presidente Young es un imitador completo, y puede imitar a cualquiera”, aunque agregó, “quisiera ver al hombre que puede imitar a otro en la estatura que era unos 10 o 12 centímetros más alto que él mismo (JD 13 [6 de oct. 1869]: 181), énfasis en el original. 78

Correspondence of Bishop George Miller with the Northern Islander from His Acquaintance with

Mormonism up to Near the Close of His Life, 1855 (Burlington, Wise: W. Watson, 1916), 20-21. 79

Una copia sin fecha puede encontrarse en la Stephen Post Collection, caja 1, carpeta 1, LDS archives; y

también está listada como Sección 61 en Copying Book A. La carta enviada a Young está en la Brigham Young Collection (box 42, fd. 2, reel 73).

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y Orson Hyde, específicamente escritos para refutar el fuerte desafío de Sidney Ridgon de que debía reemplazar al Cuórum de los Doce. La evidencia más reveladora para las afirmaciones de una transfiguración es el hecho de que en ese 8 de agosto de 1844 la congregación sostuvo a un comité en vez de a un individuo para dirigir a la iglesia. Confirmaron a todo el Cuórum de los Doce como autoridad presidente. Lo que es más, el ascenso de Young a la presidencia no fue una ceremonia solemne, como uno esperaría después de que sucediera algo tan increíble como una transfiguración. Su surgimiento como la fuerza dirigente y sin oposición del mormonismo no se completó hasta fines de 1847, después del viaje de los pioneros al oeste. Aun entonces hubo gran oposición a que Brigham Young fuera el líder único sin el resto de los Doce. Orson Hyde, quien reemplazó a Young como presidente del cuórum dijo más tarde: “¿Requirió argumentos el demostrar que el hermano Brigham Young tenía la posición de José, el Profeta mártir? ¿Requirió pruebas de que José estuvo allí en la persona de Brigham, hablando con la voz de un ángel? No requirió ningún argumento; entre quienes temían a Dios y amaban la verdad no requirió ninguno”.80 Pero esta observación no era correcta. Es evidente, en los relatos originales y sin alterar, que hubo considerable oposición a que Brigham Young estableciera una Primera Presidencia. Los más vocales sobre el tema eran Wilford Woodruff, Orson Pratt, y en un grado menor, John Taylor, Parley P. Pratt, George A. Smith, y Amasa Lyman. El número de reuniones sobre el tema es amplia prueba de contención. Woodruff le dijo a Young el 12 de octubre de 1847 que sentía que “haría falta una revelación para cambiar el orden de ese cuórum”.81 Seis semanas más tarde, Woodruff, retabiendo otra vez la formación de Young de una Primera Presidencia, dijo que si se sacaban a tres de los Doce, sería como “cortar un cuerpo en dos”. Además, si el Cuórum de los Doce rendía su poder “en tres [personas]”, agregó, “estaré totalmente opuesto a ello”. El punto de vista de Pratt era que la “cabeza de la iglesia consistía del apostolado unido”.82 El asunto no fue resuelto hasta la fecha de una extensa reunión muy llena de emociones del cuórum el 5 de diciembre de 1847.83

80

JD 13 (6 de oct. 1869): 181.

81

Kenney, Wilford Woodruff's Journal, 3:283.

82

5 de dic. 1847, Miscellaneous Minutes, Brigham Young Collection, ms. 1234 box 47, fd. 4.

83

“Minutes of the Quorum of the Twelve Apostles”, bajo esta fecha, LDS archives. Aunque ni el diario de

Wilford Woodruff's ni las minutas oficiales mencionan nada inusual sobre la reunión del 5 de diciembre, Brigham Young y Orson Hyde más tarde dijeron que hubo una ocurrencia sobrenatural ese día también. Young en abril de

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El principal dilema con las narrativas retrospectivas de la transfiguración es que tantas personas que de otra manera eran honorables y pías contaron algo que probablemente nunca sucedió. Una explicación racional y probable para esta falla grupal de la memoria es que un pensamiento “contagioso” puede esparcirse por la población para crear una “mente colectiva”. Este fenómeno es lo que los científicos llaman “teoría de contagio” o “cumplimiento de la situación”, donde uno ve lo que espera ver, especialmente en recuerdos. La memoria es más que simplemente recordar cosas. Se origina de historias compartidas en un fondo común, el que tal vez luego puede remodelar el sentido de identidad de una comunidad. José Smith realmente había dado comienzo a una era de milagros y maravillas. Cada meteoro en el cielo parecía presagiar cosas maravillosas para las masas mormonas. Brigham Young, aunque no era tan carismático como José Smith, ciertamente era más pragmático. Sin embargo, el mormonismo fue fundado en el atractivo profético, y visto en la vaga luz del período de Utah, el hecho de que Brigham Young simplemente le había ganado a Sidney Rigdon en Nauvoo, mano a mano, hombre a hombre, no era lo suficientemente fascinante como para mantener y sostener la psique mormona después del martirio. Un sello místico con la aprobación de Dios o un mito que promoviera la fe era necesario. Young debía ser separado de las masas, y aun del mismo Cuórum de los Doce, por medio de un milagro sorprendente. Los santos de los últimos días del siglo 19, en un ejemplo clásico de comportamiento colectivo espontáneo,84 comenzaron a interpretar una simple batalla de territorio y de cambio de guardia como algo milagroso. Lo que claramente es una historia folclórica devota, por una misma fuerza de repetición, todavía se mantiene fuerte en el mormonismo de hoy día. Las fabulas son útiles para una cultura. ¿Quién puede negar que Santa Claus hace que la navidad sea más memorable para el niño que llevamos dentro? Y que maravillosa es la historia de

1860 le dijo al cuórum: ‘En lo de O. Hyde el poder recayó sobre nosotros, una conmoción que alarmó al vecindario” (“Minutes of the Quorum of the Twelve Apostles, 4 de abril, 1860”, LDS archives). Hyde expandió el tema en la conferencia de octubre afirmando que los apóstoles organizaron la Primera Presidencia porque la voz de Dios declaró: “Dejad que mi siervo Brigham se adelante y reciba todo el poder del Sacerdocio presidente en mi Iglesia y reino” (JD 8:223-24). 84

Por un tratado sobre el comportamiento colectivo y las masas públicas, Véase Kornblum, Sociology,

243-71. Otro ejemplo de comportamiento colectivo mormón controversial n los 1840 y comienzos de los 1850 fue la negación grupal de la poligamia, la cual estaba siendo practicada en secreto pero negada vehementemente hasta 1852.

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George Washington y el árbol de cerezas Mason Locke Weems inventó de la nada no “para dar información sobre George Washington, sino para sugerir una conducta virtuosa entre los jóvenes americanos”.85 Pero en asuntos religiosos, poner a las historias folclóricas en el mismo nivel que la realidad puede a la larga destruir la convicción cuando es finalmente revelada. Los santos de los últimos días que basaron su fe en historias irresolutas como las alegorías de Paul H. Dunn86 o la “transfiguración de Brigham Young”, cuando se enfrentan con la evidencia de que su sistema de creencias se basa en fuentes dudosas, o, en el peor de los casos, falsas, pueden terminar como el élder Brigham H. Roberts una vez advirtió “que ya que estas cosas son mitos y nuestra Iglesia ha permitido que se perpetúen . . . que los otros fundamentos de la historia real de la Iglesia, las cosas en las que tuvo origen, no sean todas mentiras y nada más que mentiras”. Respondiendo su propia pregunta, Roberts dijo, “encuentro que mi propio corazón es fortalecido en la verdad al eliminar las falsedades, lo espectacular, y lo bizarro, tan pronto como aprendí que estaba basado en testimonios sin valor”.87 Ese consejo, como una voz espectral de razón que viene del pasado, es tan firme hoy como lo fue hace seis décadas.

85

A. B. Hart, American Historical Review 15 (1910): 242, citado en Robin W. Winks, ed., The Historian

as Detective (New York: Harper and Row, 1968), 183. 86

Elder Dunn, quien basó su carrera en relatar alegorías que promovían la fe sobre sus logros personales

exagerados, es ahora una autoridad general emérita. Véase Lynn Packer, “Paul H. Dunn: Fields of Dreams”, Sunstone 15 (Sept. 1991): 35-44; “Elder Dunn Apologizes For Inaccuracies”, Sunstone 15 (Nov. 1991): 60. 87

Truman G. Madsen, Defender of the Faith: The B. H. Roberts Story (Salt Lake City: Bookcraft, 1980),

363.

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