OM-28-02

LAS FASES DE LA LUNA LA MENSTRUACION DE LA MUJER Y SU INFLUENCIA EN EL SER HUMANO

DOS CONFERENCIAS EXTRAORDINARIAS DEL MAESTRO

OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV 16-4-1958 LOS PERIODOS DE LA LUNA 11-9-1958 LAS FASES DE LA LUNA Y LA MENSTRUACION DE LA MUJER

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OMRAAM Institut Solve et Coagula Reus www.omraam.es Primer Centro De difusión de la obra Del Maestro OMRAAM En lengua Española

Conferencia del Maestro

OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV 16-Abril-1958 nº925

LOS PERÍODOS DE LA LUNA Observo los rostros y constato que algunos, un día, están radiantes de alegría y de vida como la luna creciente que va hacia la plenitud, y al día siguiente están totalmente cambiados, están tenues, apagados. Es la luna decreciente. Un día todo va bien, están animados y lúcidos, y al día siguiente la voluntad está paralizada y no pueden pensar claramente. En el transcurso de un solo día, nuestra luna puede crecer y decrecer. No hay que enloquecer, es normal. Ayer era verano, hoy llega el invierno, y en invierno el trabajo ya no se hace al exterior sino que se centra en las raíces. Después en primavera las energías acumuladas saldrán de nuevo, el rostro encontrará de nuevo la expresión, los ojos se iluminarán, el pensamiento se esclarecerá y será vivo. He aquí, estos son los flujos y reflujos de la vida, la periodicidad de los cuales varía según las personas. La Luna está ahí, nos muestra que hay una alternancia, que hay cambios. El período varía, para cada uno, según el planeta que le dirige. Y en la vida, los períodos difieren para una cosa o para otra. Un período no es siempre de la misma duración que el de la Luna física. Puede ser de un día, un año, una vida y seguir incluso hasta la siguiente encarnación. Lo que es difícil de determinar, son los períodos de cada cualidad, de cada virtud. El período de la voluntad puede ser muy largo mientras que el de los sentimientos será corto. En ese caso, el estado psíquico cambia a menudo y rápidamente, estás alternativamente triste y alegre. O bien estás activo mucho tiempo, y después te vuelves perezoso. En algunos el pensamiento trabaja demasiado, viven en el estudio, y después se detienen un tiempo. Alguien lee algunas páginas, y después durante algunos días no quiere ni tocar un libro, después vuelve a leer. En los seres, la duración de la

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Luna creciente es por una parte más o menos larga, y de la otra puede diferir del tiempo de la decreciente. Para el vientre y para la vida sexual ocurre lo mismo, pues este fenómeno se manifiesta en todos los terrenos. Es importante conocerse y es muy interesante observarse. No habéis constatado, por ejemplo, que algunos días meditáis y rezáis fácilmente, y os imagináis enseguida que ese estado seguirá toda la vida? Al día siguiente no llegáis a concentraros, ya no es lo mismo. Ayer todo era maravilloso y os prometisteis trabajar siempre para los demás, ayudarles, comprenderles, y hoy, vuestro afán ha desaparecido. Son períodos. Os acordáis de la luz que hemos tenido estos últimos días? Hoy todo el mundo está somnoliento! Son los períodos, como los de la Luna. Qué hacer durante el período de decrecimiento? Esperar pacientemente el retorno del crecimiento! Actualmente, en occidente, la gente se agita y cambian a menudo, sus períodos son muy cortos.

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Conferencia del Maestro

OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV Nº 5, Serie III 11 de Agosto de 1958

Para las hermanas: las fases de la Luna

Esta tarde me dirijo solamente a las hermanas para responder a algunas preguntas. Otro día, hablaré a los hermanos (Conf. Nº 6, Serie III- está en OM-06-08-LA CIENCIA TANTRICA ), y después a las parejas. Todo lo que os voy a decir es muy importante. Es un poco delicado para mí hablaros de cosas que conciernen a vuestra naturaleza femenina, pero me han dado la orden de ocuparme de este tema esta tarde. Para vuestro bien, es necesario que sepáis ciertas cosas. Hubiera querido disponer de mucho tiempo para poder presentaros lo que os voy a decir con imágenes y en detalle. Sólo tenemos una hora, podré cumplir mi tarea? Hay tantas cosas para explicaros. Me esforzaré en abreviar, generalizar y sintetizar, sin entrar en los detalles técnicos. ¿De qué se trata? De la mujer y de sus lazos con la Luna, dicho de otra manera, de sus periodos. La menstruación ha sido desde siempre un gran misterio para la mujer tanto como para el hombre. La medicina ha penetrado mucho en el lado fisiológico de los fenómenos femeninos, pero ignora todo el lado oculto. Ya estáis al corriente, en cuanto a esta cuestión, de cosas que se refieren a la higiene y la salud. Yo sólo me referiré, pues, al aspecto oculto. La mujer está muy fuertemente unida al magnetismo de la Luna. La norma sería que todas las mujeres tuvieran la regla según las fases de la Luna. Pero para la mayoría hay un desfase entre su ritmo y el de la Luna. Muy pocas tienen el periodo según las fases lunares. Aquí tenéis las cuatro fases de la Luna: Luna creciente, Luna llena, Luna decreciente, y Luna

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nueva. Los encontramos en los periodos de la menstruación. El fenómeno vuelve sobre un ritmo de veintisiete a veintinueve días según las mujeres. ¿Por qué los periodos de la mujer han cesado de corresponder exactamente con las fases de la Luna? Algunas, por ejemplo, cuando la Luna es creciente atraviesan el periodo decreciente de sus menstruaciones. Es un misterio que aun no ha sido revelado y es algo que escapa totalmente a los sabios. Yo os lo revelaré, pero os pido de guardarlo preciosamente para vosotras. Son hechos extremadamente profundos que conocen solamente los iniciados muy avanzados. En el pasado lejano la mujer poseía pureza y luz, pero lo perdió transgrediendo ciertas leyes de su naturaleza. La mujer tenía poderes mágicos que tomaba de la Luna y que le permitían actuar sobre la materia. La Luna actúa fuertemente sobre la materia, mientras que el Sol lo hace sobre el espíritu. La providencia quitó esos poderes a la mujer modificando sus periodos que ya no correspondieron más con los de la Luna. Las mujeres que tienen la regla perfectamente armonizada con las fases lunares tienen todavía poderes antiguos. No han cortado la unión con el orden universal. Hay muchas cosas en la tierra que dependen de las cuatro fases de la Luna, de forma notable toda la vegetación. La mujer, que está destinada para dar nacimiento a los niños, está dotada, con este objetivo, de órganos, de aparatos muy delicados y perfeccionados gracias a los cuales puede guardar la materia, alimentarla, y hacerla crecer. Admirad con estupefacción la inteligencia de la naturaleza que lo ha arreglado y organizado todo para el crecimiento del niño en el vientre de su madre. El óvulo se forma en los ovarios y puede realizar una concepción, se separa y se pone a viajar para ir a buscar a otra partícula viva. En ese desplazamiento el óvulo es empujado por determinadas

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fuerzas. Es la primera fase que corresponde a la Luna creciente. El óvulo alcanza el cuello del útero; entra en la segunda fase, la de la Luna llena. Se queda allí dos días, estable y tranquilo, y es en ese momento cuando la mujer se dilata, cuando está más bella, con más magnetismo, más atractiva. Si el óvulo no hace el encuentro deseado y no hay fecundación, la mujer es invadida por un descorazonamiento que a veces llega al desespero. Porque el óvulo se prepara para morir y eso la sume en la tristeza. La mujer está unida con todas sus fibras a esos órganos que la resumen. Siente la muerte del óvulo sin saber siquiera qué es lo que la vuelve melancólica, deprimida, solitaria, con ganas de llorar. Las mujeres insensibles no conocen esos estados; la tercera fase unida a la Luna decreciente no la perturba. Después el óvulo penetra en la matriz, y la sangre interviene para eliminar del organismo este óvulo muerto, para levantar ese cadáver y proceder a su expulsión, a su entierro de alguna manera. Durante ese proceso la mujer tiene una sensación rara de nerviosismo, de irritabilidad; es susceptible, inquieta, tiene necesidad de que se la proteja, que se sea tierno con ella, o bien quiere estar sola. Para la mujer es el peor periodo, el de la Luna nueva. Después el ciclo vuelve a empezar. No puedo, por falta de tiempo, expandirme sobre todas las correspondencias de esos procesos con la naturaleza. En ese proceso de la menstruación, todas las fases son importantes por razones determinadas, pero la que más cuenta es la del periodo de purificación: el tiempo en el que se derrama la sangre. Pues con la sangre se van las fuerzas que la hacen salir del cuerpo, y todo lo que llevan atrae a entidades que esperan poder apropiarse de esas emanaciones. La sangre transporta energías; entidades inferiores que se quieren aprovechar de ellas. La mujer ignorante que se abandona puede ser la víctima de los elementales, las larvas del plano astral que se quieren alimentar de su sangre. La sangre es

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portadora de fuerzas. Desde la creación del mundo, todos los que hacen magia para el bien o para el mal lo saben. Las brujas se servían de ella para hechizar a la gente. Tomaban incluso su propia sangre para esas operaciones, cosa que no se debe hacer nunca, nunca, caeríais en grandes maldiciones. La sangre atrae del astral a ciertas entidades. Si la mujer no instruida se deja ir, en el momento de sus reglas, a pensamientos y sentimientos inferiores de sensualidad, cólera, celos, si incluso maldicen a alguien, esos seres invisibles se amparan con esas exhalaciones, esas emanaciones y los vapores de su sangre, y pueden, con esas fuerzas, hacer mal a toda la humanidad. Esta es la causa por la cual Moisés prohibió la entrada al templo a las mujeres durante su menstruación. (tampoco preparar comida para otras personas y bañarse en piscinas públicas) Esta prohibición no era para todas las mujeres. Aquellas que saben dirigir las fuerzas y dominarlas no se vuelven impuras y tienen el poder de hacer mucho bien durante sus periodos. No son las reglas las que hacen a una mujer impura, sino quizá los malos pensamientos a los que se abandonan. Las mujeres iniciadas esperaban al contrario esos días para enviar al mundo pensamientos magníficos. La menstruación en sí misma es neutra, no tiene nada de impuro. Es la mujer que es pura o impura según lo que alimenta en su corazón. Pues todo actúa muy fuertemente en ella. Puede actuar sobre los demás o sobre ella misma. Seres sensibles reciben lo que emana de la mujer durante la menstruación, y algunos sucumben. La mujer puede ser la causa de numerosas desgracias. Si se corrige, se puede volver, al contrario, portadora de un gran bien para su familia, su marido, sus hijos, su prójimo, y para la Fraternidad. Vosotras, mujeres, debéis tomar conciencia de que tenéis una tarea sublime en la Fraternidad. No os está permitido querer atraer, seducir, o provocar a los hermanos. Por vuestra actitud, vuestros gestos y

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vuestras miradas debéis ser los vehículos de la Madre Divina. Desde ahora, este es el papel que debéis asumir en el mundo. La nueva mujer debe conocer muchas cosas y ponerse al servicio de las fuerzas blancas. Ella llevará al hombre sobe el buen camino. Fue ella quien lo arrastró antaño. Era bonita, encantadora, radiante, y un suave perfume emanaba de ella. Cuando cayó, perdió su perfume. Ahora tiene que reconquistarlo, y por su comportamiento y su actitud, despertar el amor divino y puro en los hombres. Abandonad los viejos métodos si no queréis tener más complicaciones, dificultades, desgracias y enfermedades. También me han encargado que os diga esto: durante un cierto tiempo, mientras no dominéis vuestros pensamientos y vuestros sentimientos, absteneros de ir a la Roca de la plegaria los dos primeros días que tengáis la regla, (En Francia centro fraternal del Bonfin, se practica el Surya Yoga – Salida de Sol- en un montículo rocoso que se le llama La Roca) porque atraéis espíritus muy inferiores si estáis en ese estado. En efecto, es en ese momento que las fuerzas de la mujer se esparcen lejos de ella y pueden hacer daño. ¿Por qué no venir a la Roca? Porque la Roca ahora es un templo, un verdadero templo. Si algunas se quieren oponer a esta consigna, que no vengan a quejarse ante mí, yo no soy responsable. Obedezco ordenes del mundo invisible. Y sobretodo que no se quejen si su estado de salud se agrava. En Bulgaria, teníamos un pequeño santuario que también estaba prohibido para las hermanas cuando estaban en ese estado. Esperaban el momento de poder volver y no estaban descontentas. Más tarde os revelaré muchas otras cosas. Mis queridas hermanas, no os vais a reconocer a vosotras mismas. Las entidades más luminosas se manifestarán a través vuestro. Dios ha construido todas las cosas maravillosamente. Para aquellos que lo

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aman, no ha dado prohibiciones, pero actualmente, por su comportamiento y su ignorancia, los hombres destruyen, saquean y lo profanan todo. Estoy aquí para ayudaros, como un padre. Si me escucháis, podréis superar las dificultades y vuestros periodos penosos se volverán maravillosos, cuando sabréis actuar positivamente para el bien. La nueva mujer debe liberarse de esa naturaleza que es suya para dominarla, ponerla a su servicio. Que no busque más poner a los demás en su bolsillo! Su papel es muy alto. Está llamada para salvar al mundo. Ignoráis las fuerzas que la naturaleza ha puesto en vosotras. Hasta hoy ignorabais vuestros poderes, pues habéis vivido lo mejor posible, como podíais. Desde ahora, haréis el bien y el cielo os revelará cómo hacerlo. El cielo espera que la mujer esté preparada para actuar para el bien de la humanidad. Cuántas cosas ignora la medicina en este tema! Busca sin encontrar, por ejemplo, qué debe hacer una pareja para concebir un niño o una niña según elijan. Ese secreto, también lo conozco, y un día os lo revelaré.

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