- Llego tarde, llego tarde!

1 - ¡Llego tarde, llego tarde! Jonghyun corretea por toda la casa buscando sus prendas, repartidas por varias habitaciones, mientras me siento tranq

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Las puertas de la tarde
Dolores Aleixandre Las puertas de la tarde Envejecer con esplendor 2a edición SALTERRAE Santander - 2007 Queda prohibida, salvo excepción prevista

"Tarde Social de Navidad Dominicana
......La Sociedad Cultural Dominicana .......................Dallas-Fort Worth, Texas www.Dominicanosdfwtx.org ...Facebook Page Consejo@DominicanosDFW

Story Transcript

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- ¡Llego tarde, llego tarde! Jonghyun corretea por toda la casa buscando sus prendas, repartidas por varias habitaciones, mientras me siento tranquilamente a desayunar mi taza de café americano. - La corbata está en el baño.- Digo con calma absoluta. - ¡Voyyy! Parece que la encuentra, porque rápidamente llega al comedor y se pone los zapatos. - ¿Lo has encontrado todo? - Sonrío. - Afortunadamente.- Se acerca, bebe un sorbo de mi taza y me da un beso en la mejilla-. La próxima vez, procura desnudarme en una sola habitación. - Eso le quitaría la gracia.- Le miro de un modo provocativo que sé que le encanta. - No me mires así, que me tengo que ir, y si me miras así sabes que soy incapaz de hacerlo. - Ok, ok.- Me levanto y le empujo suavemente hacia la puerta. En realidad no me importaría tener una nueva sesión de sexo matutino pero acabaría llegando yo también tarde y eso es algo que detesto.- La próxima vez ven un poco antes, no me gusta hacerlo deprisa y corriendo sólo porque no tienes tiempo. - Lo siento, ya conoces mi situación actual.- Me agarra por la cintura con esa expresión triste que conozco de sobras-. Jessica apenas me deja respirar. - Lo sé.- Me suelto de su agarre-. No digo nada, sólo que me gusta tener un poco más de tiempo, eso es todo. - Te lo compensaré-. ¿Cómo no voy a creer a esos ojos de cachorrito? - Eso espero.-Le acompaño a la puerta y me cuelgo en su cuello.- ¿Me llamarás pronto? Asiente. - Creo que el jueves tengo la tarde libre. Tengo una reunión a mediodía y me puedo escapar. - Eso sería genial. Abre la puerta. - ¿Te pondrás lo que te regalé? - Adoro esa mirada pervertida expectante. - Depende. Si no me haces esperar demasiado, seré un chico bueno para ti. Se ríe y me da un último beso. Poco o nada nos importa que yo esté usando simplemente un kimono rosa y los vecinos estén subiendo y bajando las escaleras (desventajas de vivir en un edificio de renta antigua sin ascensor). Hace tiempo que dejó de importarme lo que pensaran los demás. Justo cuando conocí a Kim Jonghyun. - Te quiero. bebé. Le veo bajar las escaleras mientras suspiro, apoyado a la puerta. Me encanta empezar los días así. - Ejem…- Alguien carraspea a mi lado. Me giro, esperando encontrarme la cara de alguna vecina cotilla. Pero no. Es un chico. Un chico que no había visto antes. Le miro de arriba a abajo. ¿Esto es real? Moreno, alto, atlético. Totalmente mi tipo. Guapo. Buen cuerpo. Buen gusto para la moda. Serio. Me mira penetrantemente. Muy serio. Totalmente hetero. Shit!

- Hola.- Sonrío. Justo entonces, cuando noto que me está analizando, me doy cuenta de que sigo con el kimono rosa como única vestimenta. Y apuesto a que mi pelo es un completo desastre. - ¿Kim Kibum? Abro los ojos, sorprendido. - ¿Nos conocemos? - No todavía.- Dice rápido. Pone ante mi una bolsa transparente con algo dentro y no puedo evitar dar un paso atrás para fijarme en lo que contiene. Pero es bastante difícil ver algo sin gafas o lentillas, que reposan en la mesita de noche de mi habitación en este preciso momento. - ¿Qué es esto? - Creo que es tuyo. Agita la bolsa y me acerco un poco a mirar. Es una revista. Veo...veo… ¡unos abdominales perfectos! - ¡Dios! - Mi “Men’s Health” mensual está en manos de este chico. - ¿Es tuya? - ¡Sí! - La agarro rápidamente e intento darle la vuelta, pero en la contraportada hay una fotografía de un anuncio de ropa interior masculina y opto por enroscarla, claro que al estar todavía metida en la bolsa, sólo consigo arrugarlo todo y hacer mucho ruido. - Creo que la dirección está mal, el cartero la dejó en mi buzón. - ¿Eh?- La revista se me cae al suelo al escuchar una frase tan larga con esa voz tan profunda. La recojo, mientras él continúa observando todos mis movimientos-. Sí… sí… Siempre se equivocan. - Vivo encima.- Señala el piso de arriba. - ¿En serio? ¿Desde cuándo? Creí que ahí vivía el señor Kang… - Me mudé hace unos días. El señor Kang se ha ido a vivir a una casa en las afueras. - Ah… claro… - Deberías rectificar la dirección de envío. - ¿Eh? - ¿De qué habla? - La revista. Es obvio que hay un error en tus datos. - Ah, eso. Siempre es igual. Hace un año que me suscribí y nunca ha llegado a mi buzón.- Me río.- No sé cuántas veces les he escrito pero no hay forma de que lo arreglen. - Oh…- Se forma un silencio incómodo. Creo que en este momento él debería irse, o yo entrar en casa, o ese tipo de cosas que se hacen cuando se ha acabado el tema de conversación y uno de los interlocutores está medio desnudo.- Así que… ¿también eres deportista? - ¿Eh? - ¿Habla de mi?

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- La revista.- Señala el bulto arrugado que todavía sujeto-. ¿Te gusta mantenerte en forma? “Sólo en la cama”. - B...bastante, sí. - Anda, pues eso es genial.- ¿Por qué de repente se ha puesto tan contento? - Sí que lo es…- Ni idea de por qué, pero lo es, porque está sonriendo y juro por mi Vogue que diré y haré lo que sea por seguir viendo esa sonrisa. - Yo salgo a correr por las mañanas. Algo rutinario, un pequeño paseo. 5 kilómetros más o menos. ¿5 kilómetros? La única vez en mi vida que CAMINÉ 5 kilómetros fue un año que decidí ahorrar el transporte para ir de compras al centro comercial y así poder comprarme más cosas. - WOW. - Será poco para un deportista como tú. Es que por las tardes tengo entrenamientos más duros y no me quiero sobreesforzar... DURO. SOBREESFUERZO. Es todo lo que mi mente puede procesar en este momento. Pero algo detiene la progresión de mi ictus cerebral. Un mensaje de mi móvil. - Shit! - Chillo, histérico al comprobar la hora y leer el mensaje diario de Sulli.- Voy a llegar tarde. - Oh… - ¡Maldito dinosaurio! siempre igual… - Yo también me voy…- El chico se aleja lentamente de mi puerta.- Nos vemos. - Oh, claro, claro.- Apenas le veo subir las escaleras-. Cualquier cosa que necesites… ehm.. ¡aquí estoy…! - Sexo, sexo o sexo… - ¡Vale! -Escucho cómo llega a su puerta-. Ya te llamaré para ir a correr juntos un día. CORRER. Oh sí, definitivamente quiero correr con este chico.Pero no en la calle. Oh shit! ¿en serio cree que voy a acompañarle a correr? ¿Por qué le he dejado que piense que soy un deportista? ¡Odio sudar! Odio el deporte y lo que más odio en el mundo es la ropa de deporte. Pero si tengo que correr para volver a ver a ese pedazo de hombre, correré. - No tengo dignidad.- Cierro la puerta y echo un vistazo a mi indumentaria.- Ninguna.

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- No puedo creer que lo hayas vuelto a hacer.- Onew deja su café en la mesa en un gesto brusco, haciendo que Taemin pegue un salto en la silla. Yo sólo suspiro.- ¿Cuántas veces van ya? ¿4? - En realidad es la quinta vez.- Corrijo-. Parece que a nuestro pequeño le encanta sufrir. Es como una especie de sadomasoquista. Taemin se deja caer sobre el respaldo de la silla, derrotado. Puedo ver cómo sus lágrimas empiezan a asomar entre sus pestañas. - No diré nada esta vez. Tenéis razón, hyungs. Me cruzo de brazos, observándole. - ¿Por qué pareces tan arrepentido si justo anoche te acostaste con él? Me mira, como suplicando que le remate por ser tan idiota. - Porque me dejó claro que no significo nada para él. Sólo fue un polvo. - Eres imbécil.- Onew estrangula el aire frente a él para evitar matarle-. Ese chico es tu ruina psicológica. Y aún así, sigues cayendo. - No tengo excusa. Sé que soy tonto, pero… es que él es tan… - Perfecto…- Me burlo. - Sexy…- Añade Onew, con cara de asco. - La tiene tan grande…- Me río, quejándome acto seguido porque Onew me ha dado una patada por debajo de la mesa.- ¡Auch! - No volveré a caer.- Dice Taemin, seguro, mientras se limpia un poco los ojos-. Esta vez ha sido la última. Eso no se lo cree ni él. - Cambiemos de tema o terminaré golpeándole.- Onew vuelve a coger su taza y me mira, interesado-. Estás muy enérgico hoy, Kibum… ¿pasó algo interesante? - ¡Sí! - Me agarro a su brazo con tanta emoción que casi derramo toda su bebida. - ¿Viste a Jonghyun hyung? -Pregunta Taemin. - Oh, sí, esta mañana pasó por mi casa, pero no es eso. - ¿Entonces? - He conocido al padre de mis futuros hijos.- Ambos me miran con un gesto aterrador. Sé que esa frase la repito demasiado, pero aunque ellos no puedan sentirlo, yo sé que en esta ocasión todo es diferente-. Creo que no voy a poder seguir con mi vida si no le obtengo. - Dime que al menos éste no tiene novia.- Suplica Onew, compadeciéndome. - O que no está casado.- Le ayuda Taemin. - Bueno… todavía no sé mucho sobre él… -Reflexiono acerca de la información que tengo hasta el momento. Realmente no sé nada.- Pero sé que es guapo. Y muy educado. ¡Y tiene un cuerpo impresionante! - ¿A qué gimnasio va? - Onew siempre clasifica a los hombres por el tipo de restaurantes en los que comen, las peluquerías a las que van o los clubs que frecuentan. - Mmmmm, ni idea. Pero sé que corre por las mañanas. - ¿En la calle? - Parece asustado ante la idea-. Eso es que no tiene dinero. - Tal vez le guste sentir la brisa de los árboles… - Es pobre. Olvídate de él. - Quizá sea un pez gordo y su trabajo sea muy estresante y así consiga relajarse un poco. - No tiene ni dónde caerse muerto. NEXT.- Insiste. - No puede ser un pobre muerto de hambre, ¡es mi vecino! Y mi edificio es un edificio muy exclusivo. - De renta antigua. - ¡Por eso mismo! Ningún inquilino nuevo obtiene alquileres baratos, por lo que debe de estar pagando el triple que yo. Además, llevaba ropa de marca. - Hoy en día todo el mundo lleva ropa de marca. ¿Algún diseñador? - No sé… Sólo ropa de marca deportiva. - Nada exclusivo.- Mira la carta de postres.- ¿Deberíamos pedir un poco de tarta? - ¡Sí, hyung, yo quiero! - A veces Taemin sólo abre la boca para pedir comida. Por eso es como un bebé para mi. - ¡Creía que estábamos hablando del amor de mi vida! - Me quejo. - Hablamos del amor de tu vida una vez al mes, Key. Te enamoras con tanta facilidad que ya no tiene ni emoción. - ¡No mientas! -Chillo, pegándole en el brazo-. Hace como 6 meses que no me gusta nadie, lo sabes. - ¿Qué va a pasar con Jonghyun hyung? - Pregunta Taemin, con su mirada puesta en la carta de helados-. ¿Vas a dejarle? - ¿A Jonghyun? - Me callo un momento-. No lo había pensado.- Mi móvil vibra en mi bolsillo y lo cojo, leyendo el mensaje : “El jueves seré todo tuyo, gatito. Te quiero”. - No lo creo.- Lo guardo de nuevo-. Es demasiado bueno en la cama. - ¿Ya ha dejado a su novia? - Pregunta Onew, llamando a la camarera para pedir el postre, y así ignorar mi mirada furiosa. - ¿Cuánto tiempo hace que no follas, HYUNG? - Nunca llamo “hyung” a Onew a no ser que me harte demasiado de sus sarcasmos-. Te noto muy tenso. Me devuelve la mirada furiosa, pero continúa con su mano levantada. - Esta noche he quedado con Yunho. Y seré requetefollado. - ¿¡Con Yunho!? - Exclamamos Taemin y yo-. ¡Egoísta! Yunho es la clase de tío que uno no puede tener en exclusividad. Sólo puedes usarlo una vez y liberarlo para el disfrute general. Pero por algún motivo Onew tiene la capacidad de acostarse con él cada cierto tiempo, y por lo que cuenta, es increíble. - Anoche volvió a la ciudad y me llamó. Eso puede significar algo.- Arqueó las cejas. - Que está cachondo.- Explico tranquilamente. - Yo también lo estoy. Y espero que ambos podamos satisfacernos juntos. - Ehm… perdón….- La camarera ha escuchado parte de nuestra conversación y está visiblemente sonrojada, de lo cual nos reímos descaradamente-. ¿Ya saben lo que van a pedir? - ¡Banana split! - Afirmamos a la vez, aumentando su sonrojo mientras se va para traernos lo que hemos pedido. Nos reímos como desquiciados. Taemin incluso patea el suelo. Onew recoge las cartas de postres y coloca sus brazos en la mesa, mirándome fijamente. Dejamos de reir.- Lo mío con Joonnie no avanza. - ¿Acaso le has dicho algo, pedazo de animal? - Le pego en el brazo. - Nop. Creo que sería una estupidez. Somos amigos desde la guardería… - “Él no me ve de esa manera, bla bla bla”.- Repito la retahíla que estoy cansado de escuchar.- Si nunca le dices nada, nunca lo sabrás. - No hay posibilidades. Tenemos esa clase de odiosa relación fraternal. - “Friendzone”.- Aclara Taemin, poniéndose serio. - Es peor que eso. Es la “brotherzone”. Ni siquiera salimos juntos. Sólo nos vemos en la oficina y en las reuniones de trabajo. ¿Por qué no puede pedirme una cita?

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- A lo mejor es hetero.- Intervengo. - No lo es. - ¿Tú qué sabes? - No le gustan las chicas. Eso se nota. Sé de algunas que han intentado atacarle y no consiguieron nada. - Quizá sea exigente. - No es hetero, Key. - A lo mejor siente lo mismo que tú pero no se atreve a dar el paso-. Opina Taemin, con los ojos brillantes. - Lo dudo.- Onew se peina el flequillo, siempre lo hace cuando una conversación le incomoda. Habitualmente, hablar de Lee Joon, su amor platónico, le incomoda a morir-. Si simplemente me mirara de forma diferente una sola vez, ya me lo habría llevado a mi casa-. Coloca los platos que la camarera acaba de traer-. Y me habría follado como si no hubiera mañana-. Las cucharillas abandonan la mano de la camarera y caen al suelo. - Perdón…- Las recoge y se las lleva, para después traernos otras limpias.- Aquí tienen. - ¿Entonces vas a seguir sin hacer nada? ¿Te vas a quedar sin el “polvo de tus sueños”? - ¡Hyung! - Taemin me empuja un poco-. No es “el polvo de sus sueños”, ¡él está enamorado! - Tampoco exageres.- Interviene Onew. No le gusta en general que nadie le mencione nada acerca del amor. Por eso se burla tanto de mis enamoramientos obsesivos y de la fijación que tiene Taemin con su ex-novio.- Sólo quiero probarle y la cosa se está demorando demasiado, lo cual sólo hace que le desee más. - Eso es muy enfermo, hyung. - ¡Tú cállate! - Le señalo con mi cuchara-. Tu obsesión con Kai se ha convertido en una relación de dominación en la que eres el puto esclavo sumiso sin dignidad. - ¡Chtsss! - Me silencia Onew-. No menciones al “innombrable”. Miro a los ojos, de nuevo aguados, de Taemin, y bajo el tono. A veces mi enfado hace que me olvide de que Kai se convirtió en “el innombrable” la primera vez que abandonó a Taemin, rompiéndole el corazón. - Lo siento, bebé.- Coloco en su banana split mi bola de helado de chocolate-. Aquí tienes. Su expresión se ilumina como por arte de magia. Sonrío inconscientemente. Hacerle feliz me hace feliz, pero eso es algo que apenas soy capaz de notar en mi mismo. - Entonces…- Onew sigue hablando con la boca llena-. Ese vecinito tuyo… ¿cómo se llama? - ¿Eh? - Le miro durante un momento sin saber qué responder a eso-. Aún no lo sé.- Me mira sorprendido. En realidad yo también me sorprendo de no haber ido como un loco a su buzón a leer su placa-. Pero ya lo averiguaré. - De eso estoy seguro.- Se ríe, comiendo más helado-. Sólo intenta que esta vez no te pongan una orden de alejamiento.- Ambos ríen. - ¡Eso sólo pasó una vez! - Me defiendo-. ¡Y fue un mal entendido! - Claro… - Además… lo de su nombre no es lo peor-. Jugueteo con la nata en mi plato. Ambos me miran, expectantes, con sus cucharas en la boca-. Creo que es totalmente hetero.

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Me despierto antes de que suene el despertador porque Jean Paul me aprisiona las piernas para que le dé de comer. - ¡Maldito gato obeso! - Pataleo un poco, lo poco que me deja mi poco despierto subconsciente, pero el bicho ni se inmuta. Miro el reloj.- ¿No podías haber esperado 15 minutos más? Le miro, enfadado, pero él sólo va trepando lentamente hasta mi cintura y se queda ahí quieto, mirándome.- “Los gatos son animales muy independientes” -repito la frase de Onew, intentando convencerme para que me lo quedara, casi un año atrás-... ¡y una mierda! Eres más egocéntrico que yo.

Al sentarme en la cama capta que ha logrado su cometido y de un salto ya está en la cocina. “Bueno, al menos es un gato ágil a pesar de su obesidad”.

Tras alimentarnos a ambos y dejarle durmiendo placenteramente, me ducho y me preparo para ir a trabajar. Le miro con envidia : “¿me despiertas para después dormirte tú?”. Estoy cabreado. Mis 15 minutos de sueño robado acaban de estropear mi recién iniciado día y sé que nada va a poder cambiar eso.

- ¡Buenos días! - Un jadeo junto a mi oreja hace que pegue un salto y las llaves caigan al suelo justo cuando intento cerrar la puerta de casa.- Perdón, te he asustado.

Antes de que me dé cuenta, mi vecino las ha recogido y me las ofrece educadamente, con una sonrisa un tanto tímida. Tengo que parpadear un par de veces antes de darme cuenta de que le tengo delante y de que tendré que hacer algo si no quiero que piense que soy un lerdo.

- Oh… sí… - Las cojo intentando no rozarle ni un milímetro de la piel de su mano, no creo que pudiera soportarlo tan temprano.- Es culpa mía, todavía estoy dormido-. “¿En serio me estoy echando la culpa de que él me haya asustado? No me conozco…” - Supongo que es demasiado temprano…- Se rasca la cabeza en un gesto tierno. Pero pronto ese gesto acaba evolucionando en otro que hace que me olvide del anterior . Se está secando la frente con la camiseta, lo cual provoca que alcance a ver (muy sutilmente) sus abdominales desnudos. Me prohíbo a mi mismo ponerme a gritar como una niñata en celo, este tipo está increíblemente bueno. - Sudas...mucho….- Bueno, supongo que balbucear como una niñata en celo es igual de patético. - Lo sé.- Se ríe, dejando de secarse, y suspira-. He corrido 10 kilómetros hoy, lo necesitaba. - ¿¡¿Por qué?!? - Nunca he entendido por qué la gente corre sin ningún motivo. - He estado una semana de vacaciones, y con todo el follón de la mudanza no he tenido mucho tiempo. - Ah… vacaciones… ¿a dónde has ido? - Ehm… a ningún sitio. Sólo he estado descansando-. Genial, el tipo es un muermo-. Y quiero volver al entrenamiento al 100%. - Ah… entrenamiento…- Susurro, como si me importara, mientras cierro mi puerta. - Ya que ambos madrugamos, un día podríamos ir a correr juntos.- Propone, de un modo tan natural que tengo que callarme antes de rechazar esa oferta. - Yo es que soy más de gimnasio.- Miento descaradamente. - ¿Vas al gimnasio de esta calle? Me apunté ayer. He oído que es bastante exclusivo. “Exclusivo” quiere decir que va tan poca gente que es imposible pasar desapercibido en ese lugar. Onew lleva años yendo y me cuenta todo tipo de historias sobre eso. Sobre cómo se puede sobrevivir siendo el único hombre gay en medio de un selecto grupo de impresionantes hombres heteros. Aunque alguno resultó no serlo tanto… Me río recordando aquella historia cuando me doy cuenta de que mi vecino me sigue mirando, imagino que esperando una respuesta a su pregunta. - ¡Gimnasio! -Articulo rápidamente-. Sí, voy a ese gimnasio, es demasiado genial.- Odio la forma en la que la mentira ha salido tan rápidamente de mis labios. - ¿En qué horario vas? - ¡Temprano! - Sigo mintiendo. - Ah… supongo que ya has vuelto…- Parece decepcionado-. Entonces mañana me levantaré antes e iremos juntos, ¿te parece? Bendita mierda. - ¡Perfecto! - “¿Por qué coño no cae una bomba nuclear en medio del rellano para que me calle de una maldita vez?” - ¿Te recojo a las 6? A las… ¡Dios!, a esa hora ni Jean Paul está despierto… Pero todo sea por una buena causa… - Ok! - Bien, nos vemos mañana.- Sonríe, dándose la vuelta para subir a su apartamento-. ¡Que tengas un buen día! Esa última frase me ha parecido tan encantadora que ni siquiera he logrado que escuche el “igualmente” que ha salido de mi boca agonizante. Es tan… guapo…. Que creo que voy a tener que ir a hacerme una revisión médica para comprobar que no me ha dado una embolia. ¿Por qué no puedo hablar con sinceridad y coherencia cuando le tengo delante? ¿Por qué no puedo tratarle como a un chico normal? La respuesta es tan obvia que me pego un golpe en la cabeza por si quiera habérmelo cuestionado : PORQUE NO ES UN CHICO NORMAL.

Estoy a punto de salir del portal cuando me doy cuenta de que mi estado comatoso ha provocado que aún no haya conseguido averiguar su nombre. En un movimiento rápido, corro al buzón y busco el suyo. Sólo hay 5 pisos, con lo que no es difícil localizarlo. CHOI MINHO. Acaricio inconscientemente la placa del buzón, se ve tan reluciente y nueva que sólo puedo pensar que está exactamente a la misma altura que la persona cuyo nombre tiene escrito. Suspiro con cansancio, me duele la cabeza. Entre Jean Paul y todas las mentiras que he tenido que soltar en un momento, mi mañana ha empezado de un modo muy estresante.

Justo antes de subir al coche, me asalta una gran preocupación. Ahora es cuanto reacciono ante todo lo que se me viene encima. Cojo el móvil y tecleo un mensaje rápido a Onew : “Hyung… necesito tu tarjeta del gimnasio para mañana”. Creo que no podré evitar el interrogatoriio por más que lo intente. “Sin preguntas”.

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- Sigo sin entender para qué tienes que ir a mi gimnasio. - Ya te lo expliqué todo, hyung.- Cojo la tarjeta que me ofrece y la guardo rápido en mi cartera.- Es sólo un proyecto a largo plazo que tengo entre manos.- “Y tan largo”. - ¡Perdón por el retraso! - Taemin se sienta frente a mi, parece que ha venido corriendo. - ¿Dónde demonios andabas? ¡necesito mi café YA! - Estaba en una entrevista de trabajo.- Explica sonriente, mientras le miramos asombrados-. Necesito tener un poco de independencia económica, no puedo dejar que mis padres paguen todos mis caprichos. O sea que voy a trabajar a media jornada en una tienda de ropa. - ¿Qué tienda? - Pregunto, emocionado. - ¿Qué pasa con la universidad? - Onew es el encargado de preocuparse de las cosas importantes. - Sólo trabajaré días sueltos, de modo que no afectará a mis estudios, ¡me esforzaré mucho! Sólo me queda un año para terminar y voy a trabajar duro. - Así me gusta.- Onew le acaricia el pelo, orgulloso. - ¿Pero en qué tienda? - Ash… una del centro comercial. Forever21. - Oh… tan tierno… tú tienes 21… - Lo sé, ha sido como… ¡el destino! - ¡Vamos a celebrarlo! - Onew alza su mano para llamar a la camarera. - ¡Hoy invito yo! - Chilla, emocionado, Taemin. - Pero si no tienes dinero… Ya nos invitarás cuando obtengas tu primer sueldo, ok? - Ok…- Baja la cabeza, avergonzado. - Espero que no te obliguen a llevar esos uniformes horribles… - Key-hyung, es trabajo. Ganaré dinero. Me pondré lo que me digan que tengo que ponerme. - Nos veremos menos… - Analiza Onew, leyendo la carta de postres. - De cualquier manera, yo voy a estar bastante liado con la nueva colección…- Explico. - ¿Ya es primavera? - No, pero pronto lo será. Y eso significa que mis días pasan a tener 30 horas. - Suerte, hyung… - Bueno, ¿entonces tu plan de ligarte a tu vecino se quedará en “stand by” mientras trabajas en la nueva colección? - Ni de coña. - ¿Qué plan, hyung? - El muy absurdo va a ir al gimnasio sólo para hacerle creer que ama el deporte. - Que tú… ¿qué? - Ambos estallan en carcajadas. - Bastardos…- Me quejo, mientras cojo mi móvil, que está sonando en el interior de mi bolso-... como se nota que no le habéis visto. - Sí que debe de estar bueno… Ignoro a Onew mientras atiendo la llamada. Es Jonghyun. Como cada jueves por la tarde. - Jjongie… - Bebé, te extrañaba tanto… Estaré ahí en una hora. Hoy he tenido un día duro. - Tranquilo, aún no he llegado a casa. Estoy con los chicos. - Ah ok, salúdalos de mi parte. ¿Entonces cuánto tardarás? - En una hora estaré allí, ya hemos pedido los cafés.- Miento mientras hago un gesto a Onew para que llame a la camarera de una vez por todas.- ¿Bañera? - Me encantaría…

Salimos del cuarto de baño envueltos en unos albornoces y caminamos hasta la cocina. Jonghyun tiene el don de despertar mi apetito con esas sesiones tan intensas de sexo. Menos mal que no nos vemos cada día, porque no creo que pudiera soportarlo. A veces creo que no es humano. - Creo que tengo un calambre en la pierna.- Me quejo, sentándome en un taburete de la barra de desayunos.- El agua ya estaba muy fría. - Quejicas…- Abre el microondas y calienta la comida china que trajo hace ya una hora. - Yo quería sushi… - Lo siento, bebé, sé que querías sushi.- Me rodea con sus brazos la cintura-. Pero es realmente difícil encontrar un restaurante japonés abierto a estas horas. - Esos japoneses vagos… Jonghyun ríe y me peina con las manos. - Tienes una preciosa marca aquí.- Señala mi cuello con su dedo-. ¿Te acordarás de mi cuando la veas en el espejo? Asiento, sonriente. Le encanta marcarme y que sus chupetones duren hasta la siguiente cita. - Jonghyun… ¿puedo preguntarte algo? - Claro.- Saca los envases del microondas y sirve la comida. - ¿Te… importaría mucho si saliera con otra persona? - Deja de sonreir y me mira, confundido-. Es decir : tú y yo no somos nada. O sea, no tenemos una relación, ni nada por el estilo. Tú tienes una novia a la que amas y lo nuestro es sólo sexo ocasional. No estamos comprometidos de ninguna manera y eso… - Sabes mejor que nadie que no amo a Jessica. - Lo que sea. Ambos somos adultos y hemos estado de acuerdo en conservar esto durante todo este tiempo, y no me malinterpretes, quiero seguir con ello, es sólo que quería advertirte si de repente empiezo a salir con alguien. - ¿Es que hay alguien que te gusta? - Me acerca la comida y se sienta frente a mi. - Más o menos… - ¿Habéis follado? - Noto algo de rabia en sus palabras. ¿Está celoso? - ¡Por Dios, Jjong, no! - No sé por qué me parece tan increíble, no es que tengamos una relación en exclusiva-. Es sólo que… me gusta un chico que… podría ser algo… - ¿Algo como qué? - Algo a largo plazo. - Ahá.

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- Pero aún no voy a dar ningún paso definitivo porque no estoy seguro ni siquiera de que le gusten los hombres. Es más, probablemente no le gusten en absoluto. Jonghyun empieza a reirse como un loco, tapándose la boca con la mano para evitar que lo que está comiendo termine por ser arrojado a mi cara. - ¿Te has enamorado de un tío hetero? No me jodas, Key. - Sabía que no debería haberte dicho nada.- Hago un puchero y sigo comiendo-. Y todavía no está demostrado que sea hetero. Mañana tenemos una cita. - ¿Una… qué? - Ya no se ríe. - Hemos quedado para ir al gimnasio juntos. - ¿Al….?- De nuevo una risa nerviosa se hace presente-. Esto es tan ridículo. - Oye, Jjong, si vas a reirte mientras te cuento mi vida, dejaré de hacerlo. Sólo te lo cuento porque creí que merecías saberlo, después de todo en estos 6 meses que llevamos viéndonos, no he estado con nadie más y me pareció un acto de confianza contártelo. Pero si realmente vas a reaccionar como un idiota, aquí se acaba toda mi explicación. - Vale, vale, lo siento.- Se limpia la boca y me mira, muy atento-. Es sólo que se me hace raro que me cuentes algo así. Supongo… que en el fondo me gusta pensar que sólo yo entro en tus sábanas. - Hipócrita… - Lo sé, lo sé… No tengo derecho a pedirte exclusividad, pero… como hasta ahora ha sido siempre así, yo… no sé… es raro. - Tranquilo, no volveré a mencionar el tema. De hecho, puede que no llegue a ocurrir nada. - Ok, hagamos un trato : no me cuentes nada hasta el momento en el que las cosas se pongan serias. Entonces sí será algo de lo que deba preocuparme. - ¿Preocuparte? Pfff.- Bufo-. Ni que fuera a quitarte el sueño. - No quiero pensar que otras manos acarician tu cuerpo, eso me enferma. - ¡Ja! - Chillo, riéndome-. Experimenté esa sensación hace unos cuantos meses hasta que asumí lo idiota que estaba siendo.- Fue dificil no acabar completamente enamorado de él-. Pero tranquilo, creo que este chico va a ser un proyecto que me exigirá una gran dedicación.- Me mira, sin entenderme del todo-. Puede que nunca llegue a fijarse en mi. Sólo al decirlo me doy cuenta de lo absurdo que es mi plan. Ni siquiera es un plan, es sólo un lanzamiento kamikaze que estoy seguro de que terminará por completo con mi pobre dignidad.

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- Debes de estar de coña.- Onew no paraba de reirse. - Hyung, voy a colgar. - ¡Ok, ok!, ya paro… -Le oigo respirar profundamente, está intentando controlarse, el muy cabrón-. ¿En serio todo esto es por tu vecino? - Oye, tengo prisa, ¿vale? Entro a una reunión en 5 minutos. - Vale, luego hablamos. “Seguro…” De nuevo le he mentido a uno de mis mejores amigos sólo para tratar de salvaguardar mi dignidad. ¿Es que me queda algo de ella? En realidad estoy en el almacén de la oficina, buscando en la colección de otoño del año pasado algo que pueda llevar al gimnasio sin parecer un desastre total. Aún no puedo creer que haya llegado tan lejos con todo esto (lo pienso mientras sujeto un chándal azul celeste en la mano izquierda y otro azul marino en la derecha). - El azul marino es el mejor.- Me giro rápidamente y distingo a Sulli asomando la cabeza por la puerta-. Se vendió mucho el año pasado. - Lo sé, pero es demasiado oscuro para mi.- Lo observo cuidadosamente. - Ah… pensaba que se lo querías regalar a algún amigo… Pienso en ello. - Un deportista de verdad escogería algo de un color neutral y poco llamativo, ¿verdad? - Eso creo. Algo negro o gris. - El negro me hace mayor.- Respondo, cortante-. Y el gris es aburrido. Me quedaré con el azul marino. - ¿Es que vas a hacer deporte de ahora en adelante, oppa? Salgo del almacén y la miro descuidadamente, tratando de quitarle importancia a la media hora que llevo aquí dentro. - Sólo he pensado en empezar a mantenerme en forma. - Ah…- Me fijo en que mira su reloj disimuladamente. - Puedes irte ya, es tarde y tu horario ha terminado. - Si no necesitas nada más… - Todo está bien, tranquila. Ve y sal con tu novio o algo.- Sonríe-. Por cierto, me han regalado un par de invitaciones VIP para la inauguración de un nuevo restaurante-. Las busco en mi escritorio y se las entrego-. Dicen que va a ser muy “cool”. - Pero oppa… - Divertíos.- La empujo fuera de la oficina y me dispongo a probarme el chándal. Esto es muy ridículo.

- ¡Kibum! - Veo a Minho saliendo de los vestuarios mientras permanezco inmóvil mirando a un montón de chicos sudados corriendo en las cintas. “No pienso sudar”.- ¿Has empezado sin mi? - ¿Cómo? - Le miro. - Estás sudando, ¿qué has estado haciendo? - Mira a mi alrededor intentando encontrar la respuesta a su propia pregunta. - Ehm… estaba….- “Viendo cómo los tíos buenos del gimnasio sudan como cerdos”-... Creo que hoy hay mucha gente, ¿por qué no vamos mejor a tomar un café? - ¿Café? - Me mira de forma extraña-. ¿Tomas café? - Ehm… claro, como todo el mundo. - Es muy malo para la salud. No puedo creer que estemos teniendo esta conversación. - A veces necesitamos un aporte extra de energía.- Sonrío, motivado. - Para eso entreno.- Me imita y rodea mis hombros con su brazo. Me siento en el paraíso. Creo que incluso todos los chicos de las cintas nos están mirando en este preciso instante. “No te sonrojes, no te sonrojes”-. ¡Vamos allí! - Sólo asiento para evitar sonrojarme y alejarme cuanto antes de todas aquellas miradas furtivas, pero al llegar a las máquinas me entra el pánico-. ¿Por cuál quieres empezar? De repente me imagino a mi mismo intentando siquiera mover un centímetro alguno de esos artilugios y los nervios se apoderan de mi. - Eso lo hice ayer.- Al menos se me ha ocurrido algo-. Todo eso.- Señalo las máquinas. - ¿Todas? - Asiento, inseguro. Se acerca a mi y levanta uno de mis brazos. Lo observa un buen rato y vuelve a sonreir. Lo suelta y se cruza de brazos.- Entonces, ¿qué quieres que hagamos? Decenas de posturas sexuales vividas a través de mis cientos de vídeos porno empiezan a pasar como un huracán por mi cerebro. “Joder, Key, para, no pienses, no pienses”. Lo peor de todo es que empiezo a notar que mi cuerpo reacciona a mis pensamientos enfermizos y tengo que hacer algo antes de que Minho se dé cuenta de que me estoy excitando ante la simple idea de hacer realidad alguna de esas fantasías. JODER, ESTOY FATAL. - En realidad creo que ayer me provoqué una tendinitis con tanto ejercicio y hoy debería descansar un poco… Sus ojos se abren, no entiende nada. Yo tampoco. - ¡Choi! - Un chico que parece un portero de discoteca se acerca a nosotros-. ¡Qué rápido te estrenas! - Se chocan las manos, parecen muy amigos-. No sabes la cantidad de gente que se quiere apuntar al gimnasio desde que saben que eres socio. Yo incluido. Espera, ¿qué? - No será para tanto. - En serio, hemos tenido que cerrar la matriculación y todo. No queremos que esto se acabe convirtiendo en un centro comercial. - ¡Oh no! - Exclamo, haciendo que ambos me miren. - ¿Y tú eres…? - El chico me mira. Minho sólo parece aturdido. - Creo que es mejor que vayamos a la cafetería.- Agarro a Minho del brazo y le alejo lo suficiente de ese tipo para que deje de acosarnos.- Estoy sediento, ¿tú no? - Estoy bien. - ¡Ya nos veremos! ¡Encantado! Nos vamos de allí prácticamente corriendo y nos sentamos en la barra de la cafetería. Por un momento, creí que esa especie de guardaespaldas me interrogaría para averiguar mi identidad y acabaría dándose cuenta de que estoy ocupando el lugar de Onew. Por suerte, Onew va tan poco al gimnasio como yo. - Qué raro…- Minho se rasca la cabeza. Ese gesto empieza a parecerme tan adorable que le miro con una sonrisa bobalicona. - ¿El qué? - Apoyo mi mejilla en mi mano, mirándole fijamente. - Que no conozcas a Taecyeon, es el relaciones públicas del gimnasio. Recupero mi postura rígida en el taburete. - No me gustan los relaciones públicas. En general no me gusta relacionarme con la gente del gimnasio. - ¿Por qué? - No tengo nada en común con ellos. Mierda. - ¿Cómo dices? - O sea…- Más mierda-. La mayoría de estos tipos son incapaces de mantener una conversación más allá de sus bíceps, y lo odio.- Salió sin más.

9

- Estoy de acuerdo con eso.- Se ríe de un modo un tanto disimulado-. Usualmente no voy al gimnasio por esa misma razón. - Yo estoy pensando en dejarlo.- Perfecto. Simplemente perfecto. - ¿En serio? ¿Sólo por eso? - Estoy bastante ocupado en el trabajo… y el sitio realmente no me acaba de convencer… - ¿En qué trabajas? - Soy diseñador.- Contesto rápidamente, bebiendo gran parte de mi zumo a través de una pajita morada. Escucho cómo Minho tose y aleja su vaso de su boca para evitar atragantarse. - ¿En serio? - ¿Es que parezco abogado? Me mira de arriba a abajo. - En absoluto.- ¿Se está riendo? - ¿Y qué parezco? - Exactamente lo que eres.- Se está riendo MÁS. - No lo entiendo. - ¿Qué parezco yo? - Sigue sonriendo y eso empieza a ponerme nervioso. - Un modelo publicitario.- Lo suelto sin más, pero al momento me arrepiento porque acabo de dejar en evidencia que creo que es muy guapo. - ¡Qué dices! ¡NO! - Mueve las manos en un gesto negativo elegante-. He hecho algo de eso, pero lo odio de verdad. Sólo lo he hecho para recaudar fondos para alguna fundación o algo similar. - ¿Recaudar fondos? - Estoy demasiado atónito-. ¿Es que eres una celebridad? Se ríe, ya de forma abierta. - Un poco. - ¿Qué clase de celebridad? - ¿Sigues la liga de fútbol? - Ehm… sólo algunos partidos sueltos... no tengo mucho tiempo.- Odio el fútbol casi tanto como los gimnasios. - Entonces olvídalo.- Coge su vaso y continúa bebiendo. - Si eres el hijo del presidente o algo así, deberías decírmelo, no me importará. O sea, no voy a juzgarte por ese tipo de cosas. - Tranquilo, no soy el hijo del presidente. - Genial. Odio la política.- Casi tanto como el fútbol y los gimnasios. - Tengo que irme.- De repente se levanta. - ¿A dónde? - A mi entrenamiento.- Se pone la chaqueta.- Y tú deberías ir a trabajar. En un gesto ultra-dramático miro mi reloj. - ¡Mierda! - Me pongo en pie de un salto y me despido con la mano-. ¡Llego tarde, nos vemos, Choi! Ni siquiera sé por qué le he llamado “Choi”, imitando al desconocido relaciones públicas del gimnasio al que no pienso volver. Creo que es debido a que me resulta más fácil mentirle al señor Choi que a Minho, el vecino encantador que vive en el piso encima del mío.

EXO PLANET

- Creía aún conservabas algo de cordura, pero veo que no.- Onew me da un golpe con su dedo en mi frente.- Estás perdiendo el tiempo.- Me grita al oído para conseguir que le oiga en medio de la discoteca. - Lo sé, pero ya es demasiado tarde para echarme atrás.- También hablo demasiado fuerte. - ¿Y eso? - He llegado demasiado lejos con mis mentiras. - No está bien mentirle a alguien que te gusta sólo porque quieres impresionarle. ¿Qué tiene de malo que conozca al verdadero Kibum? - No creo que esté preparado para conocerme. - Tonterías. Tienes más prejuicios tú que él. - Sé lo que digo.- Miro a nuestro alrededor-. ¿Dónde está Taemin? - Ni idea. Tiene el móvil apagado y no ha contestado a mis mensajes en toda la tarde. - Habrá estado ocupado con su nuevo trabajo. - Sí, claro…- Toma su copa y la alza, brindando consigo mismo. - No pensarás… - Más claro, el agua. Coloco mis manos en mis caderas y me enciendo. Lo noto. - Como ese malnacido de Kai le haya vuelto a engañar… como Taeminie haya vuelto a…. ¡como haya vuelto a enrollarse con él, te juro que los mato a los dos! ¡Están acabando con mi paciencia! - Es joven… - Se apoya en la columna de al lado del cuarto de baño.- Aún no le han roto el corazón lo suficiente. - ¡Onew-hyung! - Alguien se abraza al cuello de mi amigo, empujándome a un lado con su efusividad. - Hola Luhan.- Onew le sonríe y le agarra por la cintura.- ¡Cuánto tiempo! - ¿Quieres bailar? - ¡Claro! Sostenme esto.- Me entrega su copa y se mueven hacia la pista. Será… Desde mi rincón observo cómo poco a poco bailan más y más pegados hasta que a los pocos minutos ya se están enrollando. No tardan en decidir perderse en los baños de la discoteca y yo abandono su copa olvidada para explorar el lugar. Lo que no me esperaba era ver a Joon con la mirada perdida en el pasillo frente al lugar por donde mi amigo ha pasado besuqueándose con su hermano pequeño.

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Saco las galletas del horno justo en el momento en el que el timbre de la puerta suena. Abro y Onew se abre paso en mi salón-cocina para olisquearlas. - Menuda pinta.- Las observa detenidamente-. Siempre me he preguntado cómo tienes tanto tiempo para cocinar. - No lo tengo. Es sólo que me organizo muy bien.- Le sonrío, ofreciéndole una taza de té que agarra encantado, sentándose en uno de los taburetes de la barra.- ¿Qué tal fue la otra noche? Sopla su té, sonriendo de un modo pícaro. - Muy bien. - Eso ya lo sé. Pregunto si te follaste al pequeño Luhan o todavía te queda algo de sentido común. Sonríe tan abiertamente que sus orejas se mueven. - No creo que haga falta que responda a eso, ¿no? - ¡Maldito salido! - Le golpeo con mi trapo rosa de cocina-. Apenas puedo creer que te hayas follado al hermano pequeño del chico que te gusta, pero que además lo hicieras con él en la discoteca es… - Qué dices, loco, Joonie no estaba allí… - ¡Claro que estaba allí! ¡Y te vio! ¡Comiéndote a su hermanito! Onew suelta su taza un momento. Noto que le tiembla un poco el pulso pero sigue sonriendo. - No pensarás que voy a estar esperando a Joonie eternamente.- Mira a la pared. Está mintiendo, lo sé, y sabe que lo sé.- Y Luhan siempre ha estado interesado en mi. No he tenido ni que esforzarme, él simplemente vino a mi. - No tienes escrúpulos. - Creo que no eres el más indicado para hablar de escrúpulos. Y por cierto, aún estoy esperando a que me devuelvas la tarjeta del gimnasio. El timbre suena de nuevo. Suelto el trapo y abro la puerta. Ante mi veo el compungido rostro de Taemin. Sus ojos enrojecidos y su piel pálida y ojerosa. - ¡Una ración extra de chocolate caliente para el amante abandonado! - Chillo, caminando a la cocina mientras Taemin me sigue. - No me jodas, Taeminie…- Onew se pone en pie para recriminarle, una vez, más su estupidez. Taemin hace un gesto con su mano, deteniéndole, y se sienta en el taburete de al lado. - Eres realmente idiota.- Le sirvo el chocolate y una de las galletas.- Ya no sé si odiar a ese chico por hacerte sufrir tanto o admirarle por conseguir que le creas una vez tras otra. En serio, ¿cómo lo haces? Ambos le miramos, pero él sólo encoge los hombros. Al hacerlo, una de las mangas de su camiseta se escurre ligeramente y puedo ver una marca rojiza en uno de sus hombros, seguramente producto de su última noche de pasión. De pronto siento más lástima que rabia y le abrazo con cuidado, momento en el que me doy cuenta de que está congelado. - Kai debería ser actor, en serio.- Dice Onew masticando descuidadamente una galleta.- No lo entiendo. - Déjalo, hyung.- Susurro. Doy un beso a Taemin en la coronilla y le paso las manos por sus brazos, tratando de que entre en calor. Apuesto a que lleva horas deambulando por la calle porque no sabía cómo decirnos que había vuelto a creer en las mentiras de su ex novio-. ¿Tienes frío? - Asiente y le obligo a ponerse mi chaqueta de lana-. Quédate a dormir esta noche, ¿sí? Veremos películas y comeremos hasta que nos duela la tripa.- Sonríe levemente.- Y mañana te llevo a la facultad.- Sirvo más galletas y me siento frente a ellos.- Todos hemos hecho muchas gilipolleces últimamente, cariño, en realidad no somos mucho más maduros que tú. - Eso dilo por ti. - Hyung, no me hagas hablar… - Ok, hagamos algo. Tenemos que conseguir que ese maldito deje de llamar a Taemin y de utilizarlo cada vez que quiere revolcarse con alguien. - ¿Y qué podemos hacer? Taemin nos mira como si fuera el árbitro de un partido de tenis. - ¡Ya sé! - Onew busca en los bolsillos de los pantalones de Taemin, mientras éste sólo le mira, confundido. Onew extrae del bolsillo de Taemin su teléfono móvil y lo tira al suelo en un gesto exagerado, y luego lo pisa varias veces hasta romperlo del todo. - ¿Pero qué cojo…? - No tengo palabras. Taemin sólo mira al suelo, estupefacto. - Hyung… era mi teléfono…. - Te compraré otro. Con un nuevo número.- Se vuelve a sentar y continúa comiendo, mientras Taemin y yo seguimos mirando atónitos los restos de su teléfono móvil-. Ese bastardo no volverá a llamarte y tú no volverás a llamarle a él. Taemin y yo nos miramos, en silencio. Tal vez no haya sido la forma más inteligente de acabar con todo, pero después de ver todos esos trozos de plástico esparcidos por el suelo, parece que Taemin se siente un poco más ligero. - ¿Me comprarás un smartphone, hyung? - De repente una sonrisita y un brillo en sus ojos nos muestran a un Taemin levemente ilusionado.- Este móvil ya era muy viejo y me lo quería cambiar. - Lo que quieras. Mañana vamos y lo elegimos. - ¡Vale! - Llama a tu madre.- Le doy mi teléfono.- Dile que dormirás en mi casa o se preocupará. -Coge el teléfono y se va al salón. Miro a Onew.- Eres un puto troglodita, ¿lo sabías? Has dejado a nuestro bebé incomunicado. Si algún día me haces algo parecido, juro que te mataré. - El fin justifica los medios. Sonríe, orgulloso. Y en este momento sólo la promesa que nos hicimos unos 15 años atrás, esa de protegernos el uno al otro en las adversidades, me impide pegarle una bofetada. Siempre he sabido que Onew haría lo que fuera para protegerme. Y desde que conocimos al pequeño Taeminie, también para protegerle a él.

*Flashback*

- ¡Hyung, hyung! - Llegué corriendo al patio, en la zona del arenero donde Onew siempre comía su merienda, lejos de los demás niños. - Gatito…- Me miró, sonriente.- ¿Quieres un poco? Negué con la cabeza. - Hyung, otra vez están molestando al niño que parece una niña. ¡Tenemos que hacer algo, es tan bonito! - Di una pequeña patada en el suelo que provocó que algunas partículas de arena se metieran dentro de su bollo de chocolate. - Acabas de arruinar mi comida. - ¡Hyuuunnng! - Me quejé de nuevo. - Está bien, está bien… Vamos… Fuimos directos a la parte de atrás del colegio. Onew, a pesar de ser tan sólo dos años mayor que yo, era mucho más fuerte y corpulento (beneficios de que su madre regentara una tienda de alimentación en nuestro barrio) y su imagen imponía bastante. - Vamos, enséñanos lo que tienes ahí o no te creeremos.- Una panda de niños pequeños, de unos 6 años, tenían rodeado a Taemin, que en ese entonces contaba sólo con 4. - ¡No quiero! - Chilló, al borde del llanto. Justo cuando uno de ellos le agarraba de la camisa, Onew se acercó despacio y le detuvo, sosteniéndole por los hombros. - ¿Qué crees que le estás haciendo a mi hermano? Todos los chicos se giraron al escuchar la, en proporción, varonil y grave voz de Onew detrás de ellos. - Esta niña… es…¿es tu hermano? - Balbuceó alguno de esos parásitos.

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- No es un niña, y sí, es mi hermanito pequeño.- Separó a Taemin del grupito y le cogió la mano-. Y como volváis a ponerle un sólo dedo encima…- Les señaló uno por uno-. Os podéis despedir de eso que tenéis ahí abajo.- Todos se miraron, atemorizados.- Mi padre tiene una pistola. Se giró y los niños salieron corriendo. Yo entonces no sabía que el padre de Onew trabajaba en una fábrica de juguetes, con lo que también me creí la historia de la pistola y durante años no fui capaz de negarme a nada de lo que me proponía. - Gra...gracias, hyung. - No hay de qué.- Se arrodilló para quedar a la altura de Taemin, que para su edad era muy delgado y bajito-. No dejes que se vuelvan a meter contigo.- Le puso las manos sobre los hombros.- Sólo diles que Lee Jinki, de 3º de primaria, es tu hyung y matará a todos los que intenten hacerte daño. Taemin asintió, sonriente, y yo me acerqué un poco a ellos. - ¿Cómo te llamas? - Lee Taemin.- Dijo, con un tono seguro y visiblemente más tranquilo. - ¿Quieres una galleta, Taeminie?

*End Flashback*

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Aún no sé exactamente en qué momento le di mi número de teléfono a Minho. En realidad no recuerdo ni siquiera que me lo haya pedido. Creo que fue el día en que me ofrecí a recoger un paquete que llegaría a su casa mientras él estaba entrenando, o quizá cuando le dije que me llamara si seguía recibiendo por error mi correo… Pero el caso es que en el momento menos esperado, un mensaje llegó.

“¿Ocupado? está muy silencioso hoy”.

En situaciones como esta es cuando me doy cuenta de que Minho vive justo encima de mi. ¿En qué momento lo olvidé?

“Trabajando… ¬¬ ¿Cómo ha ido el día?”

Remuevo papeles mientras intento buscar un sitio visible para dejar el móvil, a la espera de su respuesta, pero el escritorio está lleno de bocetos y me lo quedo en la mano, hasta que vuelve a vibrar.

“¿Tienes un minuto? Tengo algo para ti”.

Me pongo nervioso, aunque no sé exactamente por qué.

“Claro”.

Apenas se ha enviado el mensaje escucho el timbre de la puerta. Voy corriendo a abrir y al hacerlo, me doy cuenta de que voy en pijama y tengo el pelo hecho un asco. Desventajas de llevar 3 días sin dormir por culpa de los malditos diseños de la nueva colección. Pero ya no puedo hacer otra cosa, ya me ha visto. - Hola…- Veo que contiene la risa con esfuerzo. - Siento lo de mi aspecto.- Intento no mirarle a la cara para que no se fije en mis ojeras y recoloco mis gafas (mi escudo contra el mundo cuando no llevo maquillaje) -. No he dormido mucho estos días y tengo que acabar unas cosas… - ¡Ah sí, perdona! - Se apresura, entregándome algo-. No te quiero entretener, sólo venía a traerte tu revista. Miro lo que acaba de entregarme y me doy cuenta de que es mi “Men’s Health” mensual. - ¿Otra vez llegó a tu buzón? ¡No me lo puedo creer! - Empiezo a dar vueltas por la cocina, con la revista en la mano, haciendo aspavientos y hablando sin parar.- O sea, ya ni sé cuántas veces les he llamado para que cambiaran mi dirección. Me he dado de baja y me he vuelto a dar de alta sólo para que esta vez lo tuvieran todo correcto, pero ¡NO!, los muy inútiles siguen enviándote a ti la maldita revista. - Bueno…- intenta tranquilizarme-... tampoco es que me moleste traértela…- Se rasca la cabeza mientras le miro con los brazos en jarra, aún enfadado por lo anterior-. Hace días que no te veo ni nos cruzamos en el portal y empezaba a pensar que estabas enfermo o algo.

Se… ha… dado... cuenta….

- Oh… sólo…. llevo varios días sin salir. Tengo poco tiempo para entregar la nueva colección, y quiero que esté todo a punto porque siempre hay alguien que hace mal su trabajo y me obliga a hacer el mío deprisa y corriendo.- No sé por qué todo lo que sale de mi boca suena a recriminación. Será por la falta de sueño. - Bueno… pues te dejo seguir. - ¿No...quieres un té o algo? - No, tranquilo. Sigue trabajando. Ya nos veremos cuando pase la tormenta.- Sonríe tímidamente y se va, haciéndome sentir un completo capullo. Sin embargo, me siento tan avergonzado que no hago nada, sólo continúo trabajando hasta cerca de las 3 de la madrugada, hora en la que noto que mis párpados pesan más de la cuenta y mi cerebro no procesa con normalidad. Me tiro en la cama, boca arriba, con el móvil en la mano, y decido que tengo que disculparme. “Voy a llamar a Minho”. Tarda bastante en cogerlo, lo cual me desespera, y casi me quedo dormido esperando, hasta que escucho su voz susurrante. - ¿Kibum? ¿Qué…? ¿Pasó algo? - Minhooo….- no sé por qué ha sonado a niña cursi -.... Minho, perdónameee… - ¿Estas borracho? -Se ríe. - No estoy borracho, estúpido.- Golpeo el aire con una pierna-. Sólo estoy cansado. Quiero dormir. Hace muchos días que no duermo, ¿sabes? - Me lo imagino. - No creo que puedas imaginarlo-. Bostezo largamente y mis ojos se cierran lentamente-. En realidad no eres capaz de imaginar casi nada. - ¿Qué dices? - ¿Me cantarás una nana para que me duerma? - Qué tonto… yo no sé cantar.- Escucho su risa lejana. - Jjongie-ssi siempre me canta una nana para que me duerma. - Entonces llámale a él y que te la cante.- Ya no se ríe. - ¡No quiero hablar con él ahora, quiero hablar contigo! -Protesto. - Ok, ok, pero deja de hacer pucheros, te saldrán arrugas. Separo el teléfono de mi cara y lo miro, sorprendido de que pueda saber tanto sobre mi cuando apenas nos conocemos. Es entonces cuando me doy cuenta de que en la pantalla está su cara adormilada, y abajo a la derecha, la mía. Por alguna razón, cuando le he llamado he iniciado una videoconferencia y a pesar de que son las 3 de la madrugada, ¡él la aceptó! - Te estoy viendo.- Susurro. - Y yo a ti.- Se burla-. Aunque en estos momentos ambos deberíamos estar durmiendo. Veo que sopla su flequillo y se acomoda en su cama. ¡Oh dios! ¡Minho está hablando conmigo desde su cama! Cuando se remueve y la sábana deja al descubierto sus hombros me doy cuenta de que no lleva camiseta. ¡Tengo que acabar con esto ya! - Esto… Minho… perdona por haberte llamado a esta hora… lo siento de verdad. Estoy tan dormido que no sé lo que hago, pero… yo…. lo siento de verdad… Descansa. - Tranquilo, no estoy enfadado. Sólo duerme todo el tiempo que necesites y mañana verás las cosas con más claridad, ¿sí? - Claridad…. - Buenas noches, Kibum. - Buenas noches… Choi….Ojalá… - ¿Qué?

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- Ojalá estuvieras….- Justo aquí. - ¿Qué dices? - Ojalá… La llamada se corta y el móvil cae al suelo. Pero por mucho sueño que tengo mi cuerpo se niega a obedecer a mi cerebro, y obra por si mismo. Ver a Minho en la cama me ha excitado y eso es algo que no puedo dejar pasar. Necesito alejar el calor.

Bebo un trago de mi café recién hecho mientras miro la pantalla de mi móvil, dividida en 3 partes porque estoy teniendo una multiconferencia con Onew y Taemin. - ¿Hoy tampoco sales, hyung? Es jueves de Starbucks. - No puedo, de verdad que no. Me quedan un par de vestidos y quiero tenerlos antes de comer. - ¿Pero vas a comer? ¿seguro? -Onew me conoce bien y sabe que cuando trabajo me olvido de todo lo demás, incluso de alimentarme a mi mismo. - Te lo jurooooo. - Ok. - Pero, ¿entonces qué pasó con el vecino buenorro? - Taemin se acerca al móvil, aunque de repente suena una especie de sirena-. ¡Mierda, tengo que volver a clase! ¡haz un resumen! - Nada. Le llamé a las tantas de la madrugada sólo para decirle estupideces.- Las palabras venían a mi como una tortura-. Y me puse tan cachondo que tuve que masturbarme. ¡Me masturbé después de hablar con él por teléfono! Soy un puto enfermo. - Dios, hyung, vas a tener que hacer algo con eso.- Se ríe, mientras veo que camina apresurado-. ¡Hablamos luego, entro en clase, adiós, os quiero! Cuelga la llamada y sólo veo la cara de Onew, impasible, con su periódico en la mano. - ¿No vas a decir nada? - Lo dobla y mira a la cámara. - ¿Qué quieres que diga? ¿Deja de perder el tiempo y fóllatelo? Sabes perfectamente que eso no va a pasar. - Lo sé… - Entonces no sé qué es lo que esperas. O si realmente te gustan las relaciones imposibles con hombres que sabes que no puedes tener… - No practiques tu psicología barata conmigo, hyung, no es así. Es sólo que estoy un poco inestable últimamente. Pero no es nada grave. Trabajo mucho, y eso. - Ya. - Bueno, te dejo, que me voy a poner con esos vestidos antes de enloquecer del todo. ¡Hablamos luego! - Ok, cuídate. Y no bebas mucho café. - ¡Ok! En cuanto cierro la videoconferencia veo que tengo un mensaje de mi otro gran imposible.

“Bebé… ¿qué te apetece cenar hoy?”

¡Mierda! Había olvidado que además de ser “jueves de Starbucks” es “jueves de Jonghyun”.

“Lo siento, Jjong, tengo mucho trabajo. Hoy no podremos vernos”.

Apago el teléfono y dedico el resto de la tarde a trabajar. Mi vida ya es bastante complicada sin hombres como para añadirle más problemas. Son casi las 8 de la tarde cuando por fin he terminado de organizar mi maletín y doy por finalizada mi tarea. Jean-Paul se atreve a asomar la naricita por primera vez en todo el día, pidiendo comida (cómo no). Hasta él sabe alejarse de mi cuando no estoy de buen humor. Ronronea satisfecho cuando le acaricio al verle comer. Me doy un baño relajante, me aplico unas cuantas cremas regeneradoras y me siento mucho mejor. Llevo mi kimono rosa con la intención de cenar algo rápido y meterme en la cama, cuando llaman a la puerta. Rezo internamente porque sea Minho, pero al abrir me encuentro con la sonriente y preocupada cara de Jonghyun. - Hola bebé. ¿Estás bien? - ¿Qué haces aquí? Te dije que tenía trabajo. - No creo que estés trabajando con eso puesto.- Señala mi kimono-. ¿Estás con alguien? - Entra al salón sin esperar mi respuesta. - Estoy solo. Iba a cenar y a meterme en la cama. - Me gusta la idea.- Levanta una bolsa, orgulloso.- Traje sushi. Tu favorito. Jonghyun y sushi en la misma frase no puede ser nada más que la perfección. Por primera vez en varios días, sonrío. - Me consientes demasiado. Niega con la cabeza. - Tú me das demasiado a mi, bebé. A veces no sé ni siquiera por qué sigues conmigo. Me abrazo a su cuello, aprisionándole contra la barra de la cocina. - Porque la tienes grande. Ambos sonreímos y nos besamos, dejando el sushi sobre el mármol. Jonghyun me desabrocha el kimono y se sorprende al comprobar que no llevo nada debajo. - ¿De verdad estabas solo? Pequeño pervertido….- Me acaricia las nalgas, estremeciéndome. - ¿Estás celoso? - Jugueteo con mi lengua en su oreja. - Sabes que sí.- Me estruja contra su cuerpo, haciéndome notar su creciente erección sobre su ropa.- Pensaba que ya me habías cambiado por ese idiota de tu vecino. De repente me siento extrañamente ofendido al oirle hablar así de Minho. - ¡Eh! - Me separo un momento y le golpeo el brazo. - ¡Perdón! -Ríe-. Había olvidado que es tu “gran amor”. - Se burla pero en el fondo sé que no le hace ninguna gracia.- Además, si estás tan de mal humor es porque ese… chico…. no sabe complacerte como yo.- Me suelta, desabrochándose la camisa y sonriendo de lado-. No sabe lo que se pierde… En el momento en que mis piernas rodean su cintura y me tumba sobre el mármol me doy cuenta de lo que más necesitaba para calmar mi mal humor de todos estos días era algo que sólo Jonghyun me puede ofrecer : un buen polvo.

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POV Minho

Abro los ojos con mucho esfuerzo. Estoy realmente agotado, lo cual es comprensible, teniendo en cuenta que mi sueño rutinario de 10 horas fue interrumpido por “cierta personita”. Reconozco que desde que conocí a Kibum nunca he pensado que sea un chico común, pero si llego a saber que era del tipo de los que llaman a sus amigos en plena madrugada, jamás le habría dado mi teléfono.

*Flashback* - ¿Qué? - Ojalá estuvieras…. justo aquí…. Me sorprendió eso, pero lo atribuí a que estaba tan cansado que ni siquiera era capaz de arroparse a sí mismo… - ¿Qué dices? - Ojalá….- La frase inconclusa empezó a ser acompañada de unas respiraciones lentas que me indicaban que Kibum se había quedado dormido. Ya no podía verle. - Kibum… cuelga, te has dormido. - ….. - ¿Para eso me llamas? - …. - ¡Increíble! - Me empecé a reir con fuerza, aquello era tan surrealista-. Ok, cuelgo yo pero no se te ocurra echármelo en cara mañana, ¡te has dormido!- Me reí. - Minho…. ven a mi cama… Apenas fue audible pero lo escuché perfectamente, porque siempre parece que tengo el don para escuchar las cosas que no debería. - Kibum, cuelga el teléfono. - Tócame así, Minho… Su voz se escuchaba realmente lejos y sólo podía ver algo que parecía el suelo de su habitación. ¿Su teléfono estaba en el suelo? - Kibum, voy a colgar. - ¡Minho! - Qué. - Minho… Choi Minho… Estaba completamente dormido y yo perdiendo el tiempo esperando a que me colgara el teléfono, de modo que lo hice yo. *End flashback*

- ¡Maldito friki! - Río, aunque un poco enfadado por la falta de sueño, mientras termino mi sandwich. - Te la devolveré, te lo juro. De pronto el silencio y la paz de los últimos días dejan de ser una ensoñación y empiezo a escuchar ruidos. “Debe de tener una visita”. Sonrío al pensar que el “amigo” de Kibum estará sufriendo su mal humor en persona y yo me alegro de haberme quedado atrincherado en casa después del entrenamiento. Kibum cabreado es como una pesadilla.

- ¡Oh, sí, Jjong, métemela ya! -Escupo el agua que estaba bebiendo por la mesa de la cocina. No puede ser. Dejo de comer. Me quedo quieto un momento pero parece que me lo he imaginado y vuelvo a agarrar el sandwich con las manos-. ¡Más, Jjong, más, sí… sigue…!

Es oficial. Se me ha quitado el apetito.

END POV MINHO

Jonghyun me da el último trozo de sushi y lo mastico despacio. Este restaurante japonés es el mejor de Seúl y él lo sabe. Es tan delicioso… - Ojalá pudiera vivir así siempre.- Me estiro en la cama mientras él coloca la bandeja en la mesita. - Así, ¿cómo? - En la cama, con sushi. Y contigo. Sonríe de un modo tierno y me peina con los dedos. - Estabas como un poco… frustrado, ¿no? - Necesitaba sexo.- Escondo la cabeza en la almohada, boca abajo. En realidad me avergüenza demasiado reconocerlo-. Y no creí que me afectaría tanto eso. Pero realmente lo necesitaba. - Qué tierno.- Se ríe y se desliza hasta quedar pegado a mi, a un costado, pasándome un brazo sobre la cintura.- ¿Sería tan genial? - ¿El qué? - Le miro. - Estar juntos. Ya sabes. Siempre. - Sería…. raro. - Sí, supongo que sí. Se da media vuelta y mira al techo. - ¿Ocurre algo? - Me siento, y le observo, tiene una expresión preocupada que me intranquiliza. - Ya hay una fecha. - ¿Eh? ¿Para qué? - Para la boda. - ¿La boda de quién? - Mi boda. - Ah…

“Shit”.

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Nos quedamos en silencio durante un momento, no creo que ninguno de los dos pueda sacar algo de lo más profundo de su cerebro que pueda estar acorde a esa frase. - Lo siento.- Casi puedo ver sus ojos humedecidos, pero pestañea tan rápido que no puedo asegurar que esté a punto de llorar-. En realidad no quería decírtelo aún, pero sabes que no puedo ocultarte nada. - No… no te preocupes.- Balbuceo-. O sea, es algo que iba a pasar, tarde o temprano. Jessica y tú… - Jessica y yo nada. Sólo es por la fusión de las compañías de nuestros padres. Yo no siento nada por ella, ni siquiera la toco, ni ella me toca a mi. Eso no es una relación ni será un matrimonio. Le acaricio el pelo. - Lo siento. - ¿Por qué? - Me mira. - Por no poder hacer nada para ayudarte. - Puedes hacer algo. - ¿Sí? ¿el qué? - Continúa a mi lado. - ¿Eh? - Nada va a cambiar cuando me case. Seguiré queriendo venir a verte. Seguiré escapándome para venir a hacerte el amor, bebé. Yo sólo quiero estar contigo.- Aprecio un ligero tono desesperado en sus palabras, más al agarrarme las muñecas de la forma en la que lo hace. - Jjong…- me libero poco a poco de sus manos-... puede que no esté bien que nos sigamos viendo cuando seas un hombre casado. - ¿Qué dices? nada cambiará. Yo te quiero, y estamos bien juntos. Cuando la situación en las empresas mejore, me divorciaré de Jessica y no tendremos que escondernos. - Yo no puedo estar esperando con fecha ilimitada a que eso suceda, Jjong. Yo también quiero algo estable en mi vida. Algo de verdad. - Esto es de verdad, bebé, te lo juro. - No lo suficiente. En un rápido gesto se coloca encima de mi. - Dime que mis besos no son de verdad.- Me besa-. Que todo esto no lo es.- Se contonea sobre mi cuerpo desnudo, provocándome-. Esto es lo más de verdad que he tenido nunca y no voy a permitir que se acabe.

Y mientras tengo una nueva ronda de sexo salvaje con Jonghyun un jueves a medianoche, ya fuera de nuestro horario habitual, empiezo a plantearme si yo voy a permitirme a mi mismo acabar siendo el amante homosexual de uno de los mayores empresarios de Seúl, recién casado con Miss Corea.

POV Minho

Me quito los auriculares pero sigo escuchándolo. ¿Es que esos dos nunca duermen? No voy a poder dormir en toda la noche por culpa de sus gritos. ¿En serio es para tanto? Ese chico, el novio de Kibum, debe de ser un fuera de serie… ¿Qué coño estoy pensando? Ambos son un par de degenerados sin consideración por el resto de los habitantes del edificio. ¿Debería ir y pedirles que se callen y me dejen dormir? Mmmmm… eso sería muy raro. Pero más raro es que parezca que estén rodando una película pornográfica en su casa y… ESPERA. ¿Y si en realidad Kibum es un actor porno y todo eso del diseño es una mentira? A veces parece que me está ocultando cosas, puedo notarlo. Creo que voy a empezar a investigarle un poco…

- ¿Un actor porno? - Max me ayuda a recoger los vestuarios mientras le cuento mis teorías acerca de mi vecino-. ¿Y es famoso? ¿me lo presentarás? - Hyung, ni siquiera sé si lo es, sólo tengo hipótesis. Lo único realmente seguro es que es gay. - ¿Cómo puedes saber eso? No eres muy avispado en el tema.- Lo sé, hasta que Max cumplió los 17 años y me lo confesó, ni siquiera se me había pasado por la cabeza. - Le he visto besarse con su amante. O su cliente. Puede que sea un prostituto.- Una nueva teoría ve la luz.- Se nota que tiene dinero, tiene cosas caras en su casa. - Puede que sea diseñador de verdad. - Sí, claro. - A ver, vamos a buscarlo.- Se sienta en uno de los bancos mientras yo sigo recogiendo. - Es inútil, hyung. - ¿Cómo decías que se llamaba? ¿Kim…? - Kim Kibum. - Ok.- Se pone a toquetear su teléfono móvil y yo termino de cambiarme de ropa. Se pasa varios minutos enseñándome fotos de chicos que tienen ese nombre y viven por los alrededores. ¿En serio uno puede averiguar ese tipo de cosas por internet? Finalmente me enseña una foto ante la que no puedo dudar.- No puede ser. - ¿El qué? ¿las has encontrado en alguna clase de web de encuentros? - Choi, no me digas que tu “vecino el prostituto” es Key. - ¿Quién? - ¡Key! Gira la pantalla de su teléfono y me enseña una fotografía de Kibum recibiendo un gran ramo de flores en medio de un montón de chicas altas que parecen modelos y todos van vestidos de colores extravagantes. - Qué hortera es todo. - ¡Es la Seoul Fashion Week! ¡El año pasado le dieron el premio al diseñador más prometedor de Corea! ¡Es toda una eminencia! - ¿En diseñar trapitos…? - Me burlo, sentándome a su lado.- Es absurdo. ¿Te impresiona esto? - Me encantan sus diseños. Es muy… transgresor y atrevido. Es… - De pronto se gira y me sujeta por los hombros-. ¡Dios, Choi, tienes que presentármelo! ¡Quiero uno de sus diseños exclusivos! - Olvídalo. La idea de juntar en el mismo espacio físico al friki de mi vecino y a mi mejor amigo, mi entrenador, mi casi hermano… me da pánico. Definitivamente, no quiero que Max tenga nada que ver con Kibum, Key, o quienquiera que sea.

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- ¿Se casa? - Taemin suelta su jarra de cerveza sobre la mesa como si no pudiera sostenerla. - Dentro de dos meses.- Explico. - Se veía venir.- Analiza Onew.- Y te dije que pasaría. - No me vengas con el “ya te lo dije” porque no es como si yo no fuera consciente durante todo este tiempo de que algo así llegaría. - Entonces dime por qué tienes esa cara de incredulidad. - Es… sólo…- Que no puedo ni entenderme a mi mismo-... que no… me entra en la cabeza que puedas…. ya sabes… casarte con alguien a quien no amas… y… no sé…. amar a otra persona con la que en realidad no te puedes casar. Es...todo…. bastante… extraño… - ¿De verdad crees o has creído alguna vez que Jonghyun te ama? - Onew no puede evitar que una sonrisa de superioridad se ubique en su rostro-. Eres muy estúpido. Y ya te lo dije hace 6 meses, cuando te lo follaste por segunda vez. - ¡Hyung! -Taemin interviene, lo cual agradezco, porque empiezo a quedarme sin palabras-. Estás siento muy cruel con omma.- Me abraza por los hombros-. Debe de ser muy duro para él aceptar todo esto, tenemos que apoyarle. - Ash, tienes razón.- Se apoya en el banco de madera del pub irlandés en donde acabamos de cenar-. Supongo que contigo agoté toda mi paciencia para apoyar a mis amigos en sus traumas amorosos. - Tampoco es que me hayas apoyado mucho, hyung. Rompiste mi teléfono. Empiezo a reir sin parar. Onew no es la mejor ayuda en estos momentos y Taemin sólo me apoya porque siente que “estamos pasando por lo mismo” aunque en realidad no es así en absoluto. Ambos me miran alucinados mientras me limpio las lágrimas provocadas por tanta risa y pido otra ronda. - En realidad…- Consigo controlarme un instante-. No necesito que me apoyéis o me deis consejos o… me hundáis moralmente.- Miro especialmente a Onew-. Sólo os lo cuento porque probablemente voy a cortar con Jonghyun y quería que conocierais mis motivos. - ¿Vas a dejarle? - Taemin parece aterrado y Onew simplemente incrédulo. - Seamos realistas : esta relación no conducía a ninguna parte y lo sabíamos desde el principio. Nos dejamos llevar porque, siendo sinceros, en la cama nos divertimos mucho, pero no hay nada más. Sólo… somos dos personas que tienen citas sexuales. No hay nada más. Nadie ama a nadie, sólo… compartimos sexo. - Jonghyun te ha regalado muchas cosas.- Analiza Taemin, toqueteando el borde de su vaso, fijando en él su mirada.- Se preocupa por ti cuanto te resfrías, te escribe cada día… Kai nunca fue así conmigo. - Reconozco….- Onew carraspea, se nota que no le gusta hablar bien de él-... que sabe jugar su papel de Don Juan bastante bien. Incluso nos invitó a chupitos la última vez que salimos. Es… bastante legal. - ¿Qué? ¿Ahora que le dejo, vas a empezar a defenderle? - No digo que me caiga bien, sólo que no creo que sea una muy mala persona. Aparte de fingir ser hetero y de casarse con una chica sólo por dinero… me parece bastante mejor que la mayoría de los tíos con los que he estado yo. - Reconozco que habría sido genial si no hubiera tenido novia, pero las cosas son así.- Digo, simple-. Pero desde el principio me prometí a mi mismo que no me enamoraría de él y ha funcionado. O sea que… quizá ha llegado la hora de dejar ir ese tren y esperar por uno nuevo. - Todo eso lo dices con tanta seguridad sólo porque ya tienes a alguien en el punto de mira. Serás falso… - ¡No es así! - ¡Sí lo es! Ese maldito Minho te tiene sorbido el cerebro, no dices y haces más que incoherencias. Y total… ni siquiera tienes la más mínima posibilidad de que se fije en ti. ¡Es hetero, joder! Taemin permanece al margen de nuestra discusión y yo no tengo ni ganas de argumentar nada más. Supongo que en el fondo, y no tan en el fondo, sé que tiene razón. - Si él va a casarse, hyung…- Susurra Taemin-... quizá lo mejor sea… dejarle ir…- Parece más triste que yo. - Sí. Definitivamente. - Pero quizá…- Onew también ha bajado el tono de su voz-... antes deberías… ya sabes… regalarle la mejor despedida de soltero que se pueda imaginar. Sonreímos. Por fin mi mejor amigo me dice algo que se puede parecer remotamente a un consuelo.

POV Minho

- ¿Qué haces? Te toca salir.- Max me golpea un tobillo para que me levante del asiento. - Voy.- Termino de enviar el mensaje y guardo mi móvil en el bolsillo del pantalón de deporte. - ¡Eh! ¿a dónde crees que vas con eso? - ¿El qué? - El móvil. Sabes que está prohibido que esos aparatitos entren en mi campo. - No seas malvado, estoy en mitad de una conversación. - ¡Estás en mitad de un entrenamiento! - Ok…- Muevo la cabeza a ambos lados y saco el móvil de mi bolsillo para dejarlo dentro de la mochila.- ¿Contento? - Mucho. Media hora corriendo y una hora más de repeticiones y ejercicios que nos dejan agotados. Después de las últimas noches, sólo pienso en agarrar mi almohada y no soltarla en varios días. Por suerte, mañana es mi día libre y me lo voy a pasar durmiendo. - Ash, estoy molido.- Abro mi mochila para coger la toalla y veo el móvil lleno de notificaciones. Son más mensajes. Empiezo a leerlos, emocionado. - ¿A quién te estás tirando? - ¿Qué? ¡A nadie, hyung! - Exclamo, ofendido. - Entonces explícame quién te escribe tanto y por qué pones esa cara de idiota cada vez que lees sus mensajes. - No pongo cara de idiota-. Hasta eso lo he dicho con cara de idiota. Sí, yo también lo había notado-. Sólo me hacen gracia los mensajes. - ¿Por qué? ¿te cuenta chistes? - En realidad no. - ¿Entonces? - Es…. tierno a su manera.- Pulso el botón de enviar para que reciba la foto que acabo de hacerle a los cordones de mis zapatillas. Por muy extraño que parezca, estábamos hablando de ello. - ¿Tierno….? ¡Oh Dios! Te estás colgando de tu vecino gay, ¡lo veo! - No me estoy colgando de nadie, sólo somos amigos. En realidad casi ni eso. - Amigos que se mensajean sin parar y tienen videoconferencias a altas horas de la noche, ¿no? Mierda, no debí haberle contado eso. - Sólo-somos-amigos. No todo el mundo es gay, hyung. - No, claro.- Sonríe, dándose la vuelta-. Ya me lo dirás en un par de semanas… - No tenemos ese tipo de relación ni la vamos a tener. Sólo hemos hablado unas cuantas veces, un poco más últimamente por mensajes porque ha estado varios días sin salir de casa por su trabajo. Pero no es que seamos nada más que simples...vecinos… - Mi propia frase se ahoga en mi garganta cuando leo el último mensaje.

“Mi cumpleaños es la semana que viene, ¿vendrás?”

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End POV Minho

- ¿En serio le has invitado? - Pregunta Taemin mientras le acompañamos a la tienda. - Sólo… se lo dejé caer. De hecho, no creo que venga, al fin y al cabo apenas nos conocemos… Pero ya que voy a organizar una fiesta en mi casa y va a haber mucho ruido, prefiero que venga y se una a que le jodamos la noche y no pueda dormir por nuestra culpa.Hasta a mi me ha sonado estúpido. - ¿Desde cuándo te preocupa el descanso de tu vecino? - Onew siempre dice lo que todos pensamos de esa manera, directo a la frente. - No es que me preocupe, es sólo que no quiero que se lleve una impresión equivocada de mi. Onew se echa a reir y deja de caminar, obligándonos a hacerlo a nosotros también. - ¡No me jodas, Key! ¿Es que crees que no te ha oído follar con Jonghyun? Tú mismo dijiste que las paredes de tu edificio son de papel. Shit. No había caído en eso. - Aquí es, hyungs.- Taemin señala una pequeña tienda justo delante de nosotros.- Tengo que entrar ya o llegaré tarde. Miro el lugar, analizándolo con cuidado. No es un mal sitio, aunque por supuesto Taemin se merece algo muchísimo mejor. - No olvides que mañana hemos quedado.- Insiste Onew, el programador-. Tenemos que comprar todo para la fiesta de Juliette.- Me señala. - Aprende inglés, ¿quieres? ¡Adiós, Taeminie! - ¡Eh, espera! - Olvídame. - ¿Qué te pasa? - Acelero el paso y me sigue. - Eres muy estúpido, ¿lo sabías? - ¿Por qué SIEMPRE todo lo que tiene que ver con Minho tiene que ser tan dramático? Dime. - No es dramático, sólo que parece que no quieres que sea feliz. - ¿Feliz? Sólo estás obsesionado con ese chico porque sabes que lo de Jonghyun tiene fecha de caducidad. - ¡No estoy obsesionado, él me gusta! - ¿Por qué te gusta? Dime. ¿Qué sabes realmente de él? ¿Qué tiene de especial? - No voy a darte una lista de las cosas que me gustan de Minho. - No creo que tengas una lista sobre ello, apenas hace unas semanas que le conoces y lo único que has hecho ha sido mentirle una y otra vez. - ¡Sólo le mentí en lo del gimnasio! - Él te vio con Jonghyun, ¿no? ¿Qué le dijiste sobre eso? - Nada, ¿qué iba a decirle? Tampoco preguntó. - Ah… te vio medio desnudo, besándote en la puerta con un chico y no dijo nada. - ¡No estaba medio desnudo! - Eso no fue lo que me contaste. - Por si no lo habías notado, hyung, ¡tiendo a exagerar mis historias! - Ok, eso sí es verdad. - Uff… - Entonces, dime, ¿qué crees que pensó Minho cuando te vio en esa “actitud extraña” con Jonghyun aquella vez? - No lo sé, no nos conocíamos entonces. - ¿Crees que no ha pensado en eso desde que os conocéis? Seguro que esa imagen se repite en su mente cada vez que os veis. Joder, me pasa hasta a mi y yo no estaba… - ¿Alguna vez te han dicho que eres único dando ánimos a los demás? - Kibum, despierta. Ya no estás en la guardería. Tus poderes mágicos no funcionan a este nivel. - ¿Qué dices? ¿qué poderes? - Choi Minho no va a volverse homosexual sólo porque tú lo desees.

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No sé en qué pensaba cuando invité a Minho a mi fiesta de cumpleaños. La mayoría de mis amigos, que parecen recién salidos de un desfile del Día del Orgullo van a estar ahí y creerá que somos una secta que trata de captarle. Miro el móvil con el deseo oculto de que le haya surgido algo repentino y no pueda venir, pero lo único que encuentro son un montón de mensajes de felicitación y llamadas perdidas de mis padres. - Miauuuu.- A Jean-Paul parece importarle muy poco o nada que sea mi cumpleaños. Quiere su comida y la quiere ya. - Ya voyyyy, impacienteeeeee.- Me arrastro a la cocina para ponerle su comida y me siento a desayunar. Todo está lleno de bolsas con todo lo que compramos para la fiesta. La fiesta. De repente, la idea de Minho en mi fiesta me vuelve a producir escalofríos. Creo que la estoy cagando en mayúsculas y no tengo ni idea de cómo reconducir esto.- Soy tan estúpido que no sé ni cómo sigo vivo.- Jean-Paul me mira un segundo, y continúa comiendo. Parece molesto por la interrupción. Cuando ya me estoy terminando el café y parezco un poco más activo y optimista, empiezo a responder mis mensajes, pero el timbre suena y me detengo. - Buenos días, felicidades.- Choi Minho y la sonrisa más maravillosa del universo están en mi puerta a las 9 de la mañana.- Sé que es temprano, pero escuché ruido y supuse que ya te habías levantado. - El maldito de mi gato tiene un apetito muy puntual. Echa un vistazo a Jean-Paul, comiendo tranquilamente, mientras nosotros pasamos a la cocina. - Está muy… redondo, ¿no? - Es un gato obeso. No te andes con remilgos. Se ríe, provocando que Jean-Paul le mire enfadado, no le gusta el ruido mientras come, es así. - Parece que se ha ofendido.- Se sienta en un taburete de la barra de la cocina-. Deberías sacarlo a pasear de vez en cuando o sufrirá problemas cardíacos. - Jean-Paul no puede salir de casa. Tiene alergia a los gatos.- Le sirvo a Minho un poco de zumo de naranja (ya que él no bebe café) y un panecillo tostado. - ¿Un gato con alergia a los gatos? ¿No es eso muy raro? - Lo es…- Unto su panecillo con algo de mermelada y se lo coloco de nuevo en el plato-. Es un gato extrañamente antisocial. Y juntarlo con otros seres de su especie podría ser…. fulminante. Vuelve a reirse mirando a mi mascota, que harto de ser el tema principal de nuestra conversación, se larga a dormir a mi cuarto. - Es muy raro.- Coge el panecillo y empieza a morderlo. De pronto se detiene y me mira-. ¿Por qué me estás dando el desayuno? - No sé, pensé que no habrías desayunado aún. - Pues no, no he desayunado. - Entonces bien.- Apoyo mi cara en mis manos y le miro fijamente. Podría pasarme horas viéndole comer un panecillo tostado. - ¿Ocurre algo? - ¿Eh? - Me estás mirando. Shit! Sí que debo de ser evidente. - Oh…- Empiezo a toquetear tazas por la encimera para desviar los ojos de su rostro-... Es que creo que aún estoy algo dormido… - Puedes seguir durmiendo, si quieres, yo ya me iba. - ¡No, no! - Le detengo-. He dormido suficiente y tengo muchas cosas que preparar para la fiesta. - ¿Necesitas ayuda con eso? Le miro. - ¿Te estás ofreciendo? - Asiente-. Bueno, necesitaré a alguien lo suficientemente alto como para colgar todos esos adornos-. Señalo las bolsas-. También podrías ayudarme con las bandejas de aperitivos, pero no los tendré listos hasta la tarde. - Ok, pues después vuelvo y te ayudo-. Se levanta-. Gracias por el desayuno. - ¿Ya te vas? Asiente. - Tengo que ir a recoger tu regalo. Me he quedado tan congelado que no he podido responder a eso. No sólo va a venir a mi fiesta sino que me va a traer un regalo. Doy brinquitos de emoción entre nubes de colores mientras entro a la ducha para terminar de espabilarme del todo y conseguir averiguar si todo lo que acaba de pasar ha sido producto de mi imaginación.

18:30

- Puntuales, como siempre.- Refunfuño, abriendo la puerta. - Lo siento, hyung, salí tarde.- Taemin me abraza y casi me estrangula-. ¡Feliz cumpleaños! - Gracias, gracias. - Felicidades.- Onew pasa casi sin mirarme, él odia este tipo de celebraciones, será porque odia ser el mayor de los tres-. ¿Ya está todo colgado? - Mira a las paredes, repletas de globos y carteles y serpentinas y todo lo que Minho y yo hemos estado colgando durante media tarde. - Se supone que íbais a venir hace una hora.- Protesto-. Por suerte tuve ayuda extra. - ¿Quién? - ¡Abre nuestro regalo! Taemin me da una bolsa y casi exploto de la emoción al ver que se trata de un maletín de Gucci para el portátil. Es realmente perfecto y chillo como un endemoniado al verlo. - ¡Perdonados! Onew sonríe como pensando “lo sabía” y se va a buscar algo de beber. El timbre suena y poco a poco van llegando más invitados. Joon y Luhan, Heechul, un compañero de trabajo de Onew, y su novio Siwon, Sulli con su amiga Amber, a quien conocí en la fiesta de Navidad de la empresa y con quien conecté enseguida, y Tao, el único amigo que Taemin tenía en el instituto. Ya hay bastante ruido cuando el timbre suena de nuevo y Taemin anuncia : - ¡Yo abrooooo! La puerta se abre y desde donde yo estoy alcanzo a ver la figura impresionante de Minho. Con unos jeans ajustados y una americana oscura. Oh dios, está tan increíble que hasta mi amigo se ha quedado helado delante de la puerta. - ¿Está Kibum? - Pe… ¿perdón? - Soy Minho, el vecino de arriba.- Señala con un dedo al techo. Taemin mira arriba, no dice nada, y sólo se mantiene ahí quieto, mirando a donde ha señalado Minho. - ¿Hola? - Minho insiste hasta que Taemin vuelve a mirarle-. ¿Está Kibum? - ¿Quién? - ¡Choi! - Consigo llegar hasta ellos antes de que Minho piense que mi amigo tiene problemas psicológicos-. Lo siento, hay mucha gente y no escuché el timbre-. Miento, miento de nuevo-. Bienvenido. Todo quedó genial, ¿verdad? - Mucho.- Sonríe. Noto un ligero tirón en mi camisa y me giro para ver a Taemin totalmente pálido.

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- Ah… perdona, este es mi amigo Taemin.- Les presento y veo que Taemin asiente levemente y se va. ¿Qué le pasa? - Discúlpale, creo que ha bebido demasiado.- Vuelvo a mentir, pero no tengo más remedio que hacerlo si no quiero que piense que mi amigo es extremadamente raro, algo que yo mismo pienso. - Ok… toma.- Me da una bolsa-. Espero que te guste.

“Aunque sea un rollo de papel higiénico me va a parecer el mejor regalo del mundo”.

Abro el paquete y desenrollo lo que parece ser una camiseta naranja con un número. Me parece realmente horrible pero no voy a decírselo. - Es… muy…. original.- Otra más. - Está firmada. - ¿Eh? - Me la quita de las manos y me muestra la parte delantera, con algo escrito ahí. “Para el dueño del gato más raro del mundo, tu vecino, Choi Minho”.- Ah, qué gracioso.- Y ahí vamos de nuevo. - Es la camiseta de la selección nacional. Aún no está a la venta. Esta es exclusiva porque tiene mi firma. Asiento, totalmente desconcertado e intentando disimular que no me importa en absoluto esa estúpida camiseta. Un lazo rojo sobre un Choi Minho desnudo me parecería un regalo más apropiado. Shit! creo que los Margarita empiezan a hacer efecto. - Felicidades, bebé.- Noto que un par de brazos me rodean y alguien me ha susurrado al oído. La cara de Minho es de total incomprensión, pero al girarme y ver a Jonghyun abrazado a mi cintura, un sentimiento extraño me sacude. - ¡Jjong! -Me abrazo instintivamente a su cuello.- Creí que estabas ocupado hoy. - Busqué un hueco para verte. No podía no venir.- Sonríe seductoramente. - ¡Hyung! - Taemin viene corriendo a saludarle-. ¡No sabía que vendrías! ¡Toma! -Le ofrece un Margarita que Jonghyun acepta sin rechistar. - Tenía que traerle su regalo a mi bebé.- Me extiende una gran bolsa que identifico al momento. - No puede ser.- Asiente, divertido-. No me lo puedo creer, Jjong, no puedes haber hecho esto. Abro la bolsa y, efectivamente, lo ha hecho. El grito es tan fuerte que todo el mundo en la fiesta nos mira. Es una cazadora rosa de Moschino. Una que vimos en un escaparate hace unas semanas cuando fuimos de compras al centro comercial y me negué a gastarme tanto dinero en una prenda de ropa cuando yo mismo diseño todo lo que quiero ponerme. - ¿Te gusta? - Pregunta, más emocionado que yo porque sabe que me encanta el regalo. - Jjong, estás loco, ¿por qué te has gastado tanto dinero? - Quería hacer feliz a mi bebé.- Vuelve a abrazarme y SÓLO ENTONCES caigo en la cuenta que Minho no ha dejado de mirarnos en todo este rato. - Oh… shit… Jjong…- Me suelto y trato de recomponer la situación.- No conoces a … - ¡Choi Minho!, ¡capitán de la selección nacional de fútbol! - Exclama, extendiéndole la mano-. Nunca pensé que conocería al gran héroe de la nación en el cumpleaños de Kibum. Minho le agarra la mano y se miran unos segundos. ¿Qué es todo ese rollo del “héroe de la nación”? - ¿Os conocíais? - Pregunto, desubicado. - Todo el mundo conoce a Choi Minho.- De repente, Jonghyun ha comenzado a comportarse como una fangirl histérica.- La pregunta es, ¿de qué le conoces tú? Que yo sepa, odias el fútbol. Minho y yo nos miramos fijamente y me dan ganas de coserle la boca a ese maldito perro que tengo por amante y que acaba de destrozar una de mis mentiras más “elaboradas”. - Soy su vecino.- Explica Minho, simplemente.- De arriba. - ¿Su…?- Jonghyun me mira y acaba por atar los cabos-. Ah….. ¡su veciiiiino! Dios, juro que quiero matarle en este preciso instante. - ¿Un Margarita? - Empujo a Minho lejos de él. - Sabes que no bebo alcohol. Shit! No tengo ni la menor idea de cómo voy a conseguir que estos dos dejen de compartir espacio físico. Por suerte, Taemin y su Margarita han captado la atención de Jonghyun y consigo apartarle un poco de allí. - Ese es tu novio, ¿verdad? - ¿Mi qué? - El otro día… bueno…. En la puerta. Vosotros… Miles de flashbacks me abofetean. - No es nadie.- Me apresuro a decir-. ¿Has probado los canapés de cangrejo? ¡Están deliciosos! - Le arrastro a la cocina y le obligo a probar casi todo lo que he preparado mientras veo que el resto de personas de la fiesta bailan o beben o ambas cosas. - Creo que mi regalo no fue tan bueno como el suyo.- Apenas susurra pero le he oído perfectamente. - No digas tonterías, la camiseta es genial. - Supongo que no te conozco tan bien como él.- Noto algo de tristeza en su voz, pero me parece demasiado imposible. Quizá esté decepcionado por lo materialista que he parecido justo hace un rato. - El mejor regalo es que estés aquí ahora mismo.- Creo que es la única verdad que le digo en mucho tiempo. He sido tan sincero que parece realmente sorprendido y me observa, atónito.- O sea, tenía muchas ganas de que vinieras, me gusta pasar tiempo contigo. - Podríamos hacer algo algún día. - ¿Eh? - Eso no me lo esperaba. - Ya que lo del gimnasio no salió muy bien, podríamos salir a correr. No, por Dios. Aquí vamos de nuevo. - ¡Claro! - ¿Mañana crees que tendrás demasiada resaca? - ¡Qué va, estoy muy acostumbrado al alcohol, nunca tengo resaca!

No recuerdo haberme odiado tanto a mi mismo en mi vida. El despertador suena como un martillo en mi cabeza. Son las 6 de la mañana y dentro de 15 minutos Choi Minho estará llamando a mi puerta con la intención de llevarme a correr. Y ni siquiera puedo levantarme de la cama.

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*Flashback*

- Bebé, ¿qué haces tan solo? - Jonghyun me agarra por la cintura-. ¿A dónde se ha ido el “hombre perfecto”? - Ha ido a su casa a por hielo. Se nos ha acabado. - Aún no te has probado la cazadora. Y me muero de ganas de vértela puesta. - Ahm… ok… Miro a mi alrededor para buscarla, cuando recuerdo que mis regalos están en mi habitación. Jonghyun me sigue hasta allí y cierra la puerta una vez que estamos a solas. Cojo la bolsa y extraigo la cazadora. Dios, es demasiado preciosa. La miro durante mucho rato, como si tuviera que pedirle permiso para ponérmela. - Vamos…- Jonghyun me mira desde la puerta.- Póntela.- Asiento y empiezo a colocar mis brazos dentro-. Así no. - ¿Eh? - Se acerca a mi, agarrando los botones de mi camisa. - Quiero verte con SÓLO la cazadora. Se me escapa una risa nerviosa. - ¿Estás loco? Tengo el salón lleno de invitados. - Que están demasiado borrachos como para darse cuenta de que no estás.- Me desabrocha la camisa completamente. - Jjong, no es una buena idea….- Sus labios empiezan a recorrer mi pecho-.... Dios, Jjong… ahí fuera… - Ahí fuera está el chico que te gusta.- Sonríe entre los besos, lo noto-. Y con el que no tienes ni la más mínima oportunidad. Sube hasta quedar frente a mi. - Eso no lo sabes. - Choi Minho es el hombre más hetero del país. Y aunque tú eres demasiado irresistible… me temo que no juega en la misma liga que nosotros. Olvídate de eso. - Jjong… - Él nunca te dará lo que quieres.- Siento la puerta en mi espalda, aunque no sé cómo he llegado ahí.- En cambio yo… - Tú te vas a casar dentro de un mes. Suspira. - Las cosas… - Lo hemos hablamos cientos de veces, Jjong. Lo asumí desde el principio, eso es todo lo que obtendré de ti, lo sé. - Las cosas pueden cambiar. Alguien llama a la puerta. - ¿Kibum? Es Minho. No puedo evitar mirar a Jonghyun con pánico. - ¡Me estoy cambiando! - No sé por qué chillo, ya que estoy pegado a la puerta. Jonghyun sonríe travieso y me quita la camisa. Lo siguiente que siento son sus dedos jugueteado en mis pantalones. - He traído el hielo.- Comenta, tranquilo, mientras yo estoy a punto de morir de los nervios. - Ok, llévalo a la cocina, en seguida salgo. - De eso nada.- Jonghyun me desabrocha los pantalones y me gira, haciendo que mi cara roce la madera. - ¿Qué haces? - Darte lo que ese idiota nunca te dará. Apenas balbuceo un par de tonterías y ya estoy completamente desnudo, excepto por la cazadora rosa de Moschino, teniendo uno de los mejores orgasmos de mi vida con quien no debería.

*End Flashback”

Abro los ojos completamente al notar una pequeña molestia en mi trasero. ¡Maldito perro! Apenas tuve tiempo a reaccionar y ya le tenía dentro. No puedo creer que no pudiera ni resistirme. Aunque tengo que reconocer que follar con Jonghyun es increíble. Tanto, que ahora tengo un doble problema : mi resaca y un posible desgarro. Bueno, un triple problema : sólo 10 minutos y Minho llamará a la puerta.

Me visto como puedo e intento tomarme un café pero apenas lo pruebo ya lo estoy vaciando en el cuarto de baño. Todo me da vueltas y no puedo moverme. Ese Taemin y su idea de los margaritas… juro que lo mataré… si sobrevivo.

Llaman a la puerta y me obligo a mi mismo a caminar hasta ella. - Buenos…. ¡dios! ¿qué te ha pasado? - Minho y sus pantalones cortos me saludan con preocupación. - Creo que… - ¿Tienes resaca? - Creo que voy a morir.- No tengo fuerzas ni para engañarle. - No puedes salir de casa en ese estado.- Cierra la puerta y me empuja hasta el sofá. Me tumba y tapa con una mantita, a pesar de que no hace frío y no estoy enfermo.- Creía que nunca tenías resaca.- Se burla. - He hecho una excepción sólo para que me veas así y puedas reirte de mi.- Ironizo. - El zumo de naranja es bueno en estas circunstancias. - No puedo beber nada, ya lo intenté y vomité el café. - La leche no es buena, pero el zumo de naranja es lo mejor. Te haré un poco. Le escucho trastear por la cocina. - No tienes que hacerlo, Minho, se me pasará, sólo tengo que dormir unas horas y estaré bien. - Me sentiré mal si me voy sin ni siquiera hacer esto. - No creo que encuentres nada, esto parece el apocalipsis. - Buenos días.- Nos sobresaltamos al ver a Taemin arrastrando pesadamente sus pies por el salón. - ¿Qué coño….? ¿Has dormido aquí? Con los ojos prácticamente cerrados señala la puerta del baño. - Bañera. - ¿En serio? - Mañana tengo un examen.

21

- Ah… - Pero creo que no me quedan suficientes neuronas para aprobarlo. - Normal. - ¿También quieres un poco de zumo? - Minho sonríe mirándonos como si tuviera delante un par de zombies ridículos, que es exactamente lo que somos. Taemin resbala y cae al suelo al girarse para mirarlo. Yo me río y Minho corre a ayudarle. - ¿Te has hecho daño? - Wow… eres realmente… - Aquí.- Ordeno. Intento evitar que Taemin derrame más baba alrededor de mi chico.- Siéntate aquí. Minho le trae al sofá y nos sirve el zumo mientras fulmino a mi amigo con la mirada. - Anoche….- Minho rompe el silencio con esa frase que me descoloca-... me fui pronto. Tenía sueño y tú… no salías de la habitación… Taemin me mira. - Tampoco vi a Jonghyun después del margarita. Ambos me miran, esperando una explicación. - Se fue pronto.- Fluye, sólo fluye. - Vi su coche aparcado cuando fui a por más tequila. Creo que eso fue más tarde. - ¡Venga ya, has dormido en la bañera! ¿Cómo vas a acordarte de algo? - Yo me voy.- Minho se agacha delante de mi-. Después hará demasiado calor para correr.- Me toca la frente.- ¿Estarás bien? -Me hipnotizo ante sus ojos y asiento tímidamente-. Trata de dormir, después volveré a traerte algo de comer. No te levantes del sofá, ok? Vuelvo a asentir. Es muy surrealista que Choi Minho esté haciendo de enfermera.- Descansad, pequeños borrachos.- Se ríe y sale de mi casa. Inmediatamente las ideas vienen a mi y pego a Taemin en el brazo. - ¡Idiota! ¡has estado a punto de arruinarlo todo! Si es que no lo has hecho. - ¿Qué he hecho? - Se soba el brazo, adolorido. - Si Minho tiene más neuronas que nosotros, lo cual es bastante probable en estos momentos, ya se habrá dado cuenta de que anoche follé con Jonghyun mientras tenía la casa llena de gente. - ¿Follásteis? - No, leímos cuentos en mi habitación desnudos. Se ríe. - No entiendo por qué te acuestas con él si te gusta Minho. - No nos acostamos. Sólo me atacó. Me mira, incrédulo. - No te creo. - Ok, le dejé atacarme, pero en realidad no quería, sólo… que es demasiado provocador. Le odio por eso. - Seguro… - Todo da vueltas… Cierro los ojos. - Ahora que Jonghyun-hyung es libre, supongo que ya no te interesa más Minho, ¿me lo puedo quedar? Es muy guapo. - Qué dices de Jonghyun…- No entiendo nada y ni siquiera puedo armar una frase con sentido. - Lo de su novia. - ¿Qué pasa con su novia? - Lo de su boda. Ya sabes. - ¿Qué pasa con su boda, Taemin? - Abro los ojos cabreado. O yo no enlazo ideas o Taemin se explica como el culo. - Por eso vino ayer, ¿no? Me lo dijo. - ¿De qué demonios hablas? - Canceló su boda, hyung.

*Flashback*

- Jjong… sigue…- Sus embestidas provocan que me golpee el pecho contra la puerta pero me da igual. - Soy sólo tuyo, bebé. Nadie más. - Sigue... - Di que serás sólo mío… Mis gemidos le silencian. - Dios, Jjong, no pares.- En cualquier momento siento que voy a desmayarme. - Lo he dejado todo por ti.

*End flashback*

- Shit!

Es oficial : la he cagado del todo. Tengo que conseguir que Jonghyun no vuelva a nublarme el sentido de esa manera y dejar atrás esa historia que no nos conduce a ningún sitio. Pero lo más importante de todo : tengo que conseguir que Choi Minho se enamore de mi. Empujo a Taemin con los pies hasta que cae del sofá y se queja, adolorido. Nuestras cabezas están a punto de explotar y aún así, la única idea que me obsesiona es : ¿cómo diablos voy a conseguir que el hombre perfecto se fije en mi?

22

El día de la resaca fue más largo de lo que me habría gustado. Tuve que obligar a Taemin a abandonar mi piso para evitar matarle tras lo que le había dicho a Minho. Si mi vecino dejaba de hablarme o empezaba a evitarme por su culpa, tendría que castigarle severamente. Por suerte, Minho no pareció darle importancia al asunto (o directamente no entendió la situación) y aquella noche volvió a mi casa para asegurarme de que me alimentaba. Fue la peor sopa de mi vida pero está claro que un hombre no puede ser perfecto hasta en la cocina. Me imaginé que sus cualidades positivas las reservaba para sus noches de pasión e intentar dormir con ese pensamiento fue bastante duro.

Saco la bandeja del horno y observo mi creación. Realmente soy bueno en esto, quizá hasta debería hacerme profesional en el tema. Espero a que se enfríen y las coloco cuidadosamente en una cesta decorada con unos lazos verdes de raso. Sé que me estoy esmerando demasiado pero no puedo evitar la sonrisa boba de mi rostro al mirar tremenda obra de arte. Subo las escaleras y llamo al timbre. Apenas unos segundos más tarde, una señora de unos 50 años abre la puerta y mis ojos se deslizan rápidamente al número que hay inscrito en ella para comprobar que no me he equivocado de piso. - Hola, ¿puedo ayudarte? Efectivamente, es el piso de Minho. - Ahm… buscaba a Choi Minho pero creo que me he equivocado.- Ya me doy la vuelta para irme cuando la señora me detiene. - No, no, no te has equivocado, cielo, es aquí. Me giro de nuevo y observo cuidadosamente a la señora frente a mi, vestida de una forma elegante y con una sonrisa amable en el rostro. - ¿Quién es, omma? Minho abre del todo la puerta y me quedo congelado ante la escena familiar. Un hombre que sujeta una copa de vino de pie en medio del salón también nos mira. - Hola…- Balbuceo. - ¡Kibum! - La expresión de Minho podría ser definida entre asombro y vergüenza. Sí, creo que se ha sonrojado al verme ahí. - Yo sólo…. - Levanto la cesta que llevo en las manos-... Hice galletas y pensé en traértelas. El otro día me cuidaste y…- Su madre permanecía atenta a todas mis palabras-... ¡gracias por cuidar de mi, hyung! - Hago una reverencia rápida y le entrego la cesta, que sólo mira desconcertado. En primer lugar : Minho no es mi hyung. Ambos nacimos el mismo año e incluso yo soy 3 meses mayor que él. En segundo lugar : debido a nuestras edades similares, acordamos desde el principio no usar lenguaje formal entre nosotros, ¿por qué coño ahora sale sin más? En tercer lugar : ¿por qué estoy deseando huir de aquí como si los padres de Minho pudieran leer mi -pervertida- mente? - Pasa a tomar un té, pequeño.- Su madre me toma de la muñeca y me da un pequeño tirón para que entre al salón. Minho ha desaparecido con la cesta y yo estoy ahí en medio con aquellos dos desconocidos escrutándome. - Él es Kim Kibum. Vive abajo.- Explica Minho entregándome una taza de té.- Somos… amigos. ¿POR QUÉ LA PAUSA? ¿ES QUE NO LO SOMOS EN REALIDAD? - Ah… entiendo…- La madre sonríe satisfecha. Minho señala al señor que continúa de pie. - Éste es mi padre. El entrenador Choi Yoon Kyum. Hago una reverencia rápida e insegura. - Encantado, señor, Choi. - ¿Eres aficionado? - Pregunta, de la nada. - ¿Eh? - Supongo que también sigues a la selección. - ¿Qué selección? - Appa… déjalo.- Minho entra en la conversación, aunque no sé que tiene de “conversación” porque no entiendo de qué me está hablando-. A Kibum no le gusta el fútbol. ¡Maldito Jonghyun! - ¿Cómo puede ser eso? ¿A qué chico no le gusta el fútbol? Me mira de un modo severo y yo me siento extrañamente culpable. ¿Qué puedo decir? ¿Que soy un diseñador gay que odia sudar en cualquier sitio que no sea en el dormitorio de algún tío bueno como por ejemplo, su hijo? - Kibum es diseñador. - Explica Minho, sentándose, haciendo que los demás le imitemos. Casi me caigo del sofá intentando mantener una postura recta entre él y su madre. - ¡Eso es maravilloso! - Exclama de repente la señora Choi.- ¡A mi me encanta la moda! - Es una obsesa.- Protesta el señor Choi antes de dar un sorbo a su bebida. - Kibum ganó el premio al diseñador promesa de Seúl el año pasado. Espera, ¿cómo puede Minho saber eso? Yo no se lo he dicho. - ¿No me digas que tú eres el famoso Key? - La señora empieza a aplaudir, emocionada-. ¡Mis amigas se vuelven locas por conseguir tu ropa! Pero siempre es tan difícil, es todo tan exclusivo… - No me gusta fabricar en serie.- Sonrío, tímidamente. Y ni siquiera sé por qué de repente soy tan tímido. - Me encantaría que alguna vez me reservaras alguno de esos vestidos fabulosos. Aunque ya sé que vestir a una señora de 50 años no es tan genial como vestir a esas modelos tan jóvenes. - Pero su figura es estupenda.- Lo digo de verdad-. Cualquiera de mis vestidos le sentaría como un guante. - Oh, dios, este niño es un encanto.- Me agarra la mano emocionada. Creo que quiere adoptarme. El señor Choi se ve inevitablemente excluído de la conversación y se dedica a comer algunas galletas que Minho ha colocado en un platito para la merienda. - Están buenas. Pero ¿no son demasiadas? - Señala la cesta. -Ehm… no sé calcular las cantidades cuando cocino…- Respondo-... Creo que lo heredé de mi madre. - ¿Hace mucho que vives aquí, cielo? - La señora Choi es demasiado encantadora. - Dos años ya. De hecho he estado negociando con el propietario porque me gustaría comprar mi apartamento. - ¿En serio? - Minho parece muy sorprendido ante mis palabras. - La zona es tranquila y puedo aparcar fácilmente delante del edificio. Además está cerca de mi oficina y hay muchos supermercados y tiendas alrededor. - ¿No son muy pequeños estos apartamentos? - Pregunta el señor Choi. - Bueno, el de Minho…-hyung… -¿por qué mierda me vuelve a salir eso?-... es un poco más pequeño que el mío. La distribución es un poco diferente… - Un piso de una sola habitación no me parece la mejor inversión, la verdad. Espero que no te moleste mi apreciación. La verdad es que me molesta, porque no le he pedido opinión. - Bueno, está en el mejor barrio de la ciudad, tiene una estructura y unos materiales de primera calidad, aunque sea antiguo se mantiene en excelentes condiciones… - Las paredes son de papel.- Golpea una de ellas, intentando demostrar sus palabras. - No son muy gruesas, pero la mayoría de los vecinos aquí son silenciosos y civilizados. Minho carraspea, aunque no entiendo bien por qué. Me imagino que no le gusta la idea de que su padre y yo estemos “discutiendo”. - Eso cambiará continuamente. Mi hijo se mudó hace poco, los demás pisos también serán un ir y venir constante.

23

- Como sea… mi padre es director de la entidad bancaria que posee la hipoteca del edificio y esta parece ser una muy buena oportunidad.- El señor Choi cambia súbitamente de expresión y noto que Minho también-. Los tipos de interés están bajos y no hay muchos compradores solventes allá fuera. Con que simplemente ofrezca un poco más de lo que vale en realidad, será mío. Probablemente la semana que viene estaré escriturándolo.- Bebo mi té con total seguridad mientras el ambiente se vuelve algo incómodo. - Eres un chico…- comenta la señora Choi en voz baja-... con muchas preocupaciones por su futuro. - ¿Cómo dice? - Imagino que estarás intentando estabilizarte económicamente para poder casarte y tener hijos pronto, ¿no? - ¿Perdón? - Pues no sé dónde los va a meter, porque en estos apartamentos apenas cabe una lavadora… - ¡Appa! - No tengo intención de casarme, la verdad.- Explico, creando una nueva tensión, como si la que ya había no fuera suficiente-. Quiero vivir solo, así estoy bien. - Tiene un gato.- “Ayuda” Minho. - ¿Están permitidas las mascotas en este edificio? - El señor Choi habla como si ese detalle le restara “glamour” al lugar donde vive su hijo. - Jean-Paul es tranquilo y apacible. No se mete con nadie ni molesta nunca. Sólo a la hora de comer. Y tampoco le gusta esforzarse en maullar o protestar demasiado. Es… como un gato de peluche que come. - Está realmente gordo.- Ríe Minho. - No tan gordo.- Le defiendo, ¡pobrecito mío! - Es sólo que no sale a la calle por lo de su alergia y se pasa el día tumbado haciendo nada. - ¿Es alérgico? Aigooooo .- La señora Choi siente una repentina compasión por el animal, al que ni siquiera conoce-. ¿A qué tiene alergia? - A los demás gatos. Los tres estallan a reir y yo acabo sucumbiendo también. La verdad es que Jean-Paul no es útil como compañero de piso, ni divertido como mascota, ni un buen apoyo cuando necesito cariño (porque normalmente es arisco con todo el mundo, incluso conmigo) pero acaba de lograr eliminar toda la tensión acumulada en el pequeño apartamento de Choi Minho.

- Oppa, ¿no vas a contestar? - Sulli señala mi teléfono móvil, tirado en el sofá de mi despacho. - Estoy ocupado.- Muevo unos papeles fingiendo leerlos mientras muerdo mi sandwich. - Es tu hora de la comida. Relájate un poco.- Sonríe. La miro un segundo y continúo comiendo. - No me apetece contestar, ¿vale? - Uhhh… ¿algún acosador? - Se burla. - Nada de eso. Sólo alguien con quien no quiero hablar en estos momentos. - Oh… ¿pasó algo? - Nada importante. Pasea su mirada alrededor de mi escritorio, contando mentalmente los ramos de flores marchitas. - Esta semana llegaron más flores que de costumbre.- Asiento, sin mirarla-. Pero no las has puesto en agua y se están secando.- Me giro a mirarlas y compruebo que tiene razón.- Intuyo que alguien se ha estado portando mal contigo y no vas a perdonarle fácilmente. Niego con la cabeza. - Él es un buen chico. Sólo que ya no quiero estar más con él. - ¿Por qué no? Si es un buen chico. - Porque ha cancelado su boda con la esperanza de tener algo conmigo. Y eso es imposible. Sulli se atraganta con su comida y se levanta de su asiento. - ¿Has rechazado a un chico que canceló su boda por ti? Espera, ¿salías con un chico comprometido? - No salíamos. Sólo follábamos.- Explico brevemente y sin mirarla a los ojos. - Wow, oppa, realmente eres algo. - ¿Podemos seguir comiendo? Se sienta y recupera su posición, aunque se la nota más incómoda que antes. - Me da pena ese muchacho. Parece que le importas de verdad. - Si lo hubiera hecho hace un tiempo, seguramente me habría conmovido hasta la lágrima. Pero ahora sólo pienso que no tiene sentido. Yo no siento nada por él y las cosas no van a cambiar. - Algo debes de sentir si te acostabas con él… - Sí. Que la tiene muy grande. Reímos, yo más que ella, pero acaba entendiendo aquello que Jonghyun es incapaz de entender en mi negativa a responder sus llamadas : lo que fuera que hubiera entre nosotros, ha muerto.

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Tras el “accidentado” encuentro con los padres de Minho hace unos días, intento escabullirme cada vez que entro en el edificio para no encontrármelo en ningún sitio, estoy demasiado avergonzado por haber discutido de semejante manera con ellos, ya que apenas les conocí ese día. Espero que Minho no me odie por haber sido demasiado sincero. Pero la sorpresa que me espera en el portal es mayor que ninguno de mis planes de huida. - Cuánto tiempo…- Jonghyun permanece apoyado en la barandilla que hay junto a las escaleras. - Jjong… - Si no te conociera, diría que me estás evitando. Pero como te conozco soy capaz de afirmar con total seguridad que lo que haces es ignorarme. Me quedo parado, con las llaves de mi casa en la mano, pensando una buena excusa. Reconozco que no me esperaba una situación como esta y no tengo ni idea de cómo salir de ella. - Yo… lo siento, Jjongie, he estado muy ocupado. - Lo sé, Sulli me dice lo mismo cada vez que llamo a tu oficina. - ¿Has llamado a mi oficina? - Prácticamente cada día en las últimas 3 semanas. Ahora me siento verdaderamente mal. - Lo siento, de verdad, pero no tengo tiempo para nada. - Paso por su lado para entrar en mi casa, pero me agarra por el brazo y me detengo. - ¿Ni siquiera para un polvo histórico? - Sonríe. Tengo que reconocer que estoy demasiado cachondo por haber sobrevivido sin sexo todos estos días, pero no puedo dejar que suceda, sin más. - Jjong, en serio que no puedo, estoy cansado y… - Yo haré que te relajes.- Siento sus manos apretar mis hombros y su pecho pegado en mi espalda-. ¿Qué tal un masaje?

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- O sea….- Jonghyun bebe un poco de su copa y me la entrega, recolocando su codo sobre la almohada-... que me has estado “evitando” -hace comillas con los dedos- sólo porque quieres serle “fiel” -de nuevo hace ese odioso gesto- a este “novio” tuyo que en realidad no lo es. - Ya te lo he explicado.- Bebo el resto del vino y me hundo entre las sábanas.- He decidido apostar fuerte por Minho. Y si eso implica que no puedo estar con nadie más, lo haré. - Creo que te estás volviendo loco, bebé.- Me acaricia el pelo-. ¿Apostar por un caballo perderdor? Deberías olvidarlo antes de salir lastimado. - Sí, ya sé que es difícil, ¿te crees que soy idiota? - Sonríe. En realidad lo cree-. Pero sé que hay algo especial. Algo que me impide rendirme definitivamente. - Sí, tus ganas de llevártelo a la cama. - Dios, Jjong, contigo es imposible hablar en serio. - Joder, yeobo, ¿cómo voy a tomar en serio esto? Él ni siquiera te mira. Sólo eres su vecino “el de las galletas”, o mejor dicho “su vecino gay de las galletas”, apuesto a que no te ve ni como un amigo. - Eres muy cruel, ¿lo sabías? - Sólo intento devolverte a la realidad antes de que sea demasiado tarde para ti. - Pues hazme un favor y déjalo. No quiero escucharte más. Me tapo hasta la cabeza y Jonghyun me imita, quedando ambos bajo las sábanas, mirándonos completamente desnudos. - ¿Esto quiere decir que no volveremos a vernos? Suena fatal ahora que lo escucho en voz alta. - Deberíamos. - ¿Ni siquiera vamos a ser amigos? - Nunca lo hemos sido. - Tienes razón.- Me acaricia el vientre-. Pero no creo que pueda dejar de verte así, sin más. - Seamos amigos, entonces. Sonríe, soplando en mi hombro. - Deberíamos tener algo así como… un polvo de despedida. Sonrío. 3 semanas en abstención de Jonghyun es suficiente como para conseguir energía extra para varias sesiones de sexo descontrolado. Esta noche no creo que duerma demasiado.

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Desecho la tercera revista y tiro todos esos malditos artículos. No creo que me sirvan de nada todos esos estúpidos consejos para niñas sobre “Cómo lograr que él se fije en ti”. ¿Cuál debería ser el siguiente paso a seguir? Me miro en el espejo y me doy cuenta de lo oscuro que estoy vistiendo hoy, parece que voy a un funeral. Rápidamente comienzo a revolver mi armario y decido usar un jersey rojo con unos pantalones blancos. También localizo un gorro rojo que hace destacar mi cabello rubio todavía más. Sonrío, orgulloso e intento inmortalizar el momento con mi móvil cuando llaman a la puerta. - Buenos días.- No puede ser que el plan haya funcionado tan pronto. Ni siquiera me ha visto. - Hola, Minho. - Toma, de nuevo en mi buzón.- Me entrega mi bendita revista mensual. - ¿Otra vez? - Ellos no acaban de entenderlo.- Parece serio. - Oh… lo siento. Creo que acabaré cancelando mi suscripción. - No es para tanto…- Sonríe, pero sólo de un modo cansado- Que tengas un buen día. - Igualmente. - Ah. Bonito gorro.- Sonríe ahora sí más abiertamente y baja las escaleras hasta llegar al portal. - ¡Choi! - Grito desde la puerta para lograr que se detenga-. ¿Haces algo mañana por la noche?

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En algún momento fui iluminado por el espíritu de un hombre listo y capaz y acabé invitando a Minho a mi desfile de presentación de la colección de verano y ahora estoy sufriendo un doble ataque de nervios. - ¿Quieres que te traiga algo? - Sulli se muestra preocupada por mi, como siempre. No sé qué haría sin ella. - No, gracias, apenas soy capaz de tragar mi propia saliva.

25

- Lo harás bien, oppa.- Acaricia mis brazos dándome energía-. Ellos se quedarán encantados, ya lo verás. - Sonríe y parece que consigue relajarme un poco-. Por cierto, ha levantado mucha expectación que Hyeon Seop sea quien cierre el desfile. Muchos medios de comunicación vinieron a cubrirlo gracias a él. - ¡Malditos paparazzi! La idea de Sulli de contratar a Park Hyeon Seop para el evento no ha podido ser más acertada. El modelo mejor cotizado del país, y que justo hace unas pocas semanas declaró públicamente su homosexualidad, va a estar como estrella principal en el desfile. - Mírale, es realmente apuesto.- Me empuja con el codo para que me fije en él mientras atiende a la prensa por si mismo. - Sí que lo es.- Le miro, orgulloso de que el traje que le hicimos a medida se le vea tan bien. Termina su entrevista y viene hacia nosotros, parece muy feliz. - Gracias por contar conmigo, Kibum. - No hay de qué, ya sabes. Por los viejos tiempos. Sonríe y me da una palmada en el hombro. - Eres el mejor. Va a reunirse con el resto del casting de modelos y empiezan a apostar sobre quién será el primero en caerse en la pasarela. Y yo empiezo a rezar para que eso no suceda.

Las luces se encienden y camino por la pasarela de la mano de Hyeon Seop, que me suelta al final del camino y se une a los aplausos efusivos del público. Hago una reverencia exageradamente lenta y doy mi discurso de agradecimiento como está previsto. Bajo a saludar a algunos de mis invitados más célebres, cuando soy apresado por unos fuertes brazos. - ¡Enhorabuena, bebé! - ¡Jjong! - Realmente no esperaba verle aquí-. ¡Has venido! Asiente, eufórico. - No podía perdérmelo. Ya que has estado tan ocupado trabajando en esto que no has podido ni quedar conmigo. - Bobo.- Le pego suavemente.- ¿Qué te ha parecido? - ¡Quiero comprarlo todo! ¿Puedo? - Deberías dejar que alguna prenda llegue a las tiendas.- Río.- Pero te he reservado un par de cosas que sabía que te gustarían.- Le guiño un ojo. - Ah… me conoces tan bien… - ¡Hyung, hyung! -Taemin corre hacia mi, arrastrando a un desanimado Onew tras él-. ¡Ha sido demasiado espectacular! - No ha dejado de aplaudir en cada segundo.- Comenta Onew, quejándose. - Es que… es todo tan bonito… ¡Hyung! ¿crees que yo podría ser modelo, como esos chicos? ¿Me contratarías? - Eres demasiado bajo.- De un golpe rompo sus ilusiones-. Y no tienes suficiente masa corporal. Me mira, ofendido. - Tienes tanto tacto para decir las cosas…- Onew se ríe y coloca un brazo sobre sus hombros-. Al menos podrías dejarle participar en alguna campaña publicitaria. Es mucho más guapo que muchos de tus modelos. Sus facciones son diferentes a la mayoría de los hombres. - ¿Me estás diciendo que debería contratarle porque parece una niña? - El estilo andrógino está muy de moda hoy en día.- Ayuda Jonghyun. - Ash… sois agotadores… - Omo! - Taemin señala hacia alguien detrás de mi-. ¿Ese de ahí no es el increíble Choi Minho? -Me giro y le veo levantándose y caminando hacia mi junto a su madre.- ¡Voy a saludarle! Onew le detiene y Jonghyun se despide. - Nos vemos otro día, chicos. Enhorabuena por el éxito, bebé. - Gracias, Jjong. - ¡Espéranos, vamos contigo! -Onew odia este tipo de eventos y está buscando escaparse de este lo antes posible. - ¡No olvidéis la cena en el Plaza!

Mientras mis amigos huyen descaradamente, veo a Minho acercarse como a cámara lenta.

- ¡Ha sido maravilloso! - Su madre me agarra las manos con fuerza-. De verdad eres un chico talentoso, con un don muy especial. - Gracias, señora Choi. - No sabría ni decirte qué es lo que más me ha gustado porque me ha parecido todo espectacular. Sonrío, orgulloso, mientras espero a que Minho diga algo, pero no lo hace. Sólo escucha nuestra conversación como si no tuviera nada que ver con él. - Oppa, tenemos que irnos al Plaza.- Sulli va tachando cosas en su libreta-. Ya nos están esperando allí. - Ok, vamos. Invito a Minho y a su madre a que vayan al hotel en mi limusina. En realidad odio este tipo de cosas, pero Sulli insiste en que debo usarlas en situaciones como ésta para darle “más glamour” al desfile.

En el salón principal del hotel se encuentra un reducido número de invitados : modelos, diseñadores, empresarios y algunas celebridades a las que forzosamente tengo que invitar a todo lo que hago, aunque ni siquiera me guste saludarlos. En este momento preferiría estar bebiendo margaritas con mis amigos en la cocina de mi piso. Sin embargo hoy todo parece bastante diferente : que Choi Minho haya venido a mi presentación ha sido como un gran fenómeno de masas, y todo el mundo quiere entrevistarlo. Todavía no he conseguido preguntarle qué le han parecido mis diseños.

- Choi… - consigo que se dé cuenta de mi presencia cuando los reporteros abandonan el salón principal-... ¿es muy agotador? - Bastante. - Bebe un poco de su botella de agua y la deja sobre la mesa.- Es un poco tarde. Creo que deberíamos irnos.- Mira a su madre, que parece muy animada charlando con otras señoras, esposas de importantes empresarios de la ciudad. - Yo también estoy cansado. - No me extraña. No sé por qué, pero todo lo que dice hoy Minho suena a reprimenda. Está como… extrañamente ofuscado. - ¿Te pasa algo? - ¡Omma! - La llama y esta se gira a mirarle-. ¡Tenemos que irnos, es tarde! No acabo de entender a qué viene esa repentina prisa, ni esa forma tajante de tratarme, es como si realmente le hubiera hecho algo horrible. - Llamaré al chófer. - No hace falta, iremos en taxi. - De ninguna manera, sois mis invitados y os llevaré a casa.- Sonrío, poniéndole una mano en el hombro. Él sólo la mira y se aleja a buscar a su madre. ¿Qué te está pasando, Choi Minho?

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La noche termina y la limusina deja a la señora Choi en su casa, para luego dejarnos a Minho y a mi en nuestro edificio. Apuesto a que el chófer cree que somos amantes, por eso de que nos bajamos en el mismo sitio, pero no me voy a molestar en explicarle nada.

- ¿Te apetece un trago? ¿Un té? - Me mira, dudoso-. No hemos hablado en toda la noche. Asiente y me sigue hasta mi apartamento. Sirvo un par de tazas de té y me tiro en el sofá, agotado. Me encantaría cambiarme de ropa por algo más cómodo, pero no quiero dejar de estar espectacular ante él. - Creí que habías roto con Jonghyun.- ¿Eh? ¿a qué viene eso? Su voz suena fuerte, sigue sentado en el taburete de la cocina. - Y así es. - Parecíais muy…. acaramelados hoy, en el desfile. - Ahm… nos llevamos bien, eso es todo. - Todo el mundo os vio. Apuesto a que mañana seréis portada de muchas revistas. - Dudo que esta tontería eclipse el desfile. - Te sorprendería la cantidad de cosas estúpidas que se llegan a publicar. Deberías ir preparando un comunicado en respuesta. - No voy a hacer eso. Nunca he hablado de mi vida privada ni me he escondido de nadie. Vivo naturalmente y eso pienso seguir haciendo. Si hablan, que hablen. - ¿No te importa que crean que Jonghyun es tu amante? ¡Dios!, ¿tan efusivos fuimos cuando nos abrazamos? - No, porque es una chorrada. - Ya veo.- Se levanta y camina hacia la puerta-. A lo mejor no te importa porque en realidad quieres que todo el mundo lo piense.- Me mira. - ¿Por qué iba a querer eso? - Porque él te gusta. - Eso no es cierto. - Entonces, ¿por qué te acuestas con él? Me quedo callado. En realidad no sé ni qué responder a eso. ¿Cómo lo sabe? ¿Es que acaso él… nos ha oído? - ¿Cómo….? - ¿Recuerdas lo que dijo mi padre sobre las paredes? - Golpea una con fuerza, ¿qué está pasando? - Son de papel.

Abre la puerta y sale de mi casa. Intento reagrupar toda la información que acabo de recibir pero no consigo darle sentido a nada. ¿Es por eso que está tan cabreado conmigo? ¿Porque mis noches de pasión junto a Jonghyun le quitan horas de sueño? O quizá… ¿Está celoso? No puede ser, esa no es una posibilidad. Ni siquiera sé por qué él sabe que he roto con Jonghyun, de hecho, creo que en muy pocas ocasiones hemos hablado de él. No entiendo nada. La noche había sido tan perfecta… hasta que tuvo que pasar esto.

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- No puede ser. Será otra cosa.- Analiza Onew, sentándose en medio con su jarra de cerveza.- No es posible que esté celoso. No tiene ningún sentido. - Ni siquiera es gay.- Apoya Taemin. - ¡Lo sé, lo sé! Pero si hubiérais visto el modo en que me miraba… ¡parecía que quería matarme! Estaba tan enfadado que daba miedo. - Eso no tiene sentido, sois algo así como “amigos”... ¿no? - Analiza Onew, usando esas mismas comillas que Jonghyun usa cuando habla de él. Las odio. - En realidad no sé lo que somos. Pero lo que está claro es que le doy asco. Puede que sea homófobo. - A lo mejor está hasta los huevos de que tus gemidos no le dejen dormir.- Se ríe, contagiándonos. - Eso tendría más sentido. Pero entonces, ¿por qué no me lo dice abiertamente? - Sí, claro.- Interviene Taemin -. Me lo imagino totalmente : “a ver si dejas de chillar como una puta cuando te corres, necesito dormir”. - Idiota.- Le saco la lengua-. No chillo tanto. - Todavía recuerdo aquel fin de semana… - Fin de la conversación, Jinki-ssi. Cada vez que puede, Onew saca el tema de un viaje que hicimos hace un par de años con unos chicos con los que salíamos. Obviamente el viaje fue una excusa para poder acostarnos con ellos, ya que todavía vivíamos con nuestros padres. - ¿Qué habrá sido de Junsu…? - FIN-DEL-TEMA. Taemin sigue riéndose mientras me sonrojo recordando la mañana siguiente, mi extraña forma de caminar y los reproches de mi hyung por mi escándalo. - Pervertidos.- Taemin coge su refresco-. Me voy a bailar, ¿alguien viene? Onew le da la espalda fingiendo no haber oído nada y yo le agarro de la mano. - Voy. Ambos nos lanzamos a la pista de baile y empezamos a saltar como locos. - ¡Hyung, mira, allí está Kai! - Lo señala con el dedo. - ¡Idiota! - Le bajo la mano y me pongo delante de él para obstaculizarle la visión-. Ni le mires o dejo de hablarte para siempre. - Esta vez no caeré, hyung, he aprendido la lección. - Si no te hubiera oído decir eso cien mil veces… - Hola.- Un par de chicos se plantan delante de nosotros y nos sonríen con seguridad-. ¿Os apetece tomar algo? Taemin y yo negamos con la cabeza. - ¡Estamos bailando! - Genial. - Uno de ellos me agarra de la cintura.- Me llamo Kris. Y él…- señala a su amigo-... es Lay. El tal Lay hace lo mismo con Taemin, que me mira asustado. ¿Deberíamos huir? - Perdona…- Intento zafarme de alguna manera, pero no la encuentro. - Te mueves muy bien, ¿sabes? Los dos sois increíbles, bailando.- Me mira demasiado directamente a los ojos. No sé qué decir.- Te veo algunas veces con un chico bajito y fuerte, pero hoy estás solo.- Este chico es tan alto y tiene una expresión tan tétrica que me impone-. ¿Debo suponer que has venido con tus amigos o alguien va a partirme la cara? -Sonríe, y no puedo evitar contagiarme por su apreciación. - Con mis amigos. Y no busco nada. - A veces no hay que buscar algo para encontrarlo.- Se acerca más a mi y baja un poco la cabeza para ponerse a mi altura-. ¿Sabes que tus labios son muy apetecibles?

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Asiento, claro que lo sé. Llevo un gloss de frambuesa carísimo en ellos. - No voy a enrollarme contigo esta noche, Kris. - ¿Ni siquiera un beso…? - Parece decepcionado. Echo un rápido vistazo a Taemin y veo que él está bailando con el otro chico, Lay. Miro a la barra y veo a Onew charlando animadamente con el camarero. ¡Qué demonios!

POV Minho

Oh Dios, estoy tan tenso que me duele todo el cuerpo. Hoy he hecho más ejercicio que nunca y no he conseguido relajarme. Tanto así, que son casi las 4 de la madrugada y no consigo dormir. ¿Qué me está pasando?

Me pongo un chándal y decido bajar a la calle para tomar un poco el aire, y quizá correr y cansarme un poco para poder conciliar el sueño.

Pero en cuanto bajo las escaleras escucho un ruido y me paralizo en mitad del rellano. Me asomo y veo a Kibum besándose con un chico en la puerta de su piso. ¿¡Otro más!? ¿Pero este chico qué es, un gigoló? Voy a seguir bajando pero veo que se separan y Kibum le empuja un poco. - Lo siento, Kris, ya te dije que no buscaba nada. “Pues qué mal disimulas” - Venga ya, bombón, me has dejado traerte a tu casa, ¿y no me vas a invitar a entrar? - Has insistido tanto que no he podido negarme, pero de verdad que no quiero nada más.- Desliza un dedo por su pecho. “Sí, claro”.- Esta noche no quiero sexo. Ni contigo, ni con nadie. “Vaya, eso es una novedad”. - ¿¡Por qué!? -El tipo se ve muy desesperado. Apuesto a que Kibum lo ha calentado al límite y ahora le va a dejar con las ganas. Es tremendo. Me río para dentro y me siento en las escaleras. Quiero saber cómo va a terminar esto.

*Flashback*

- ¿En serio vas a ir al desfile? - Max me lanza una toalla a la cabeza, mientras termino de vestirme-. ¿No es eso algo así como una...cita? - Nada de eso.- Se la devuelvo-. Voy a ir porque mi madre se muere por comprar algo de su nueva colección. La acompañaré como un buen hijo y me iré a casa. - Aigoo….- Se lamenta, sentándose en los bancos-... me gustan tanto sus diseños… ¡Yo también quiero ir al desfile! - De repente parece como si todo el mundo le admirara terriblemente. - ¡Él es un genio! Ha cambiado completamente el estilo de vestir de los hombres del país. - Yo sigo vistiendo igual. - Eso es porque tú eres el “aburrido y predecible Choi Minho”.

*End flashback*

28

- En serio, Kris, esta noche no.- Le aparto suavemente con las manos, hasta que por fin consigo que lo entienda. - ¿Sabes que puede que no vuelvas a verme? Le miro, sorprendido. - ¿Y eso? - Mañana vuelvo a China, tengo trabajo allí. Y me gustaría… me habría gustado… llevarme un buen recuerdo de Corea. - Lo siento. Creo que si vuelves a EXO Planet, encontrarás lo que buscas. Hay muchos chicos impresionantes allí. - Yo sólo quería estar con uno. El más impresionante…- Apenas lo susurra.- En fin…-Alarga su mano-... Ha sido un placer, Kibum. La tomo delicadamente y noto su fuerte agarre. - Igualmente. Espero que nos volvamos a encontrar en otra ocasión en la que esté más… receptivo. Hoy… bueno… últimamente no sé muy bien qué es lo que quiero. - A veces cuesta manejar determinadas situaciones.- Sonríe, no sé por qué-. Pero si esa persona te gusta de verdad, no deberías rendirte.- Abro los ojos impactado por lo que acaba de decir-. Eres demasiado obvio. Ese… sentimiento de culpabilidad…. lo leo en tus ojos. Espero que él lo merezca. Miro al suelo. - Ni siquiera me mira. Él no puede ni verme. - Pues menudo imbécil. En fin.- Se acomoda la ropa-. Descansa mucho y ten dulces sueños.- Me besa la mano-. Suerte. Baja las escaleras y sale del portal.

POV Minho

¿Y ahora por qué susurran? No me estoy enterando de nada de lo que dicen. Aunque por lo que parece, el chico-pulpo ya ha asumido que no se va a acostar con Kibum. Puede que este chico sea un poco más exigente de lo que parece. Pero entonces, ¿de verdad ha cortado con el otro, el que parece un dinosaurio? Anda que ha tardado en buscarse un sustituto… Por eso es que no soporto conocer todos los detalles de la vida sentimental y sexual de mis amigos gays. Son todos tan increíblemente promiscuos… - Ah…- Me quejo al levantarme. Mis piernas se han quedado dormidas de estar tanto tiempo sentado en una postura tan incómoda para no ser descubierto. - ¿Choi…? Mierda. Bajo como puedo las escaleras y veo a Kibum mirándome con preocupación. - Buenas. - Oí un ruido… ¿Te lastimaste? - Sólo fue un tropezón. Nada grave.- ¿Por qué estoy mintiendo? ¡Ah, ya! porque no puedo decirle que le estaba espiando. - ¿A dónde vas a estas horas? Mira mi chándal, creo que no hay que ser un genio para entenderlo. - Voy a hacer algo de ejercicio. Consulta su reloj y me maldigo a mi mismo por mi insomnio. - Hace frío fuera. Te resfriarás. - Yo nunca me resfrío. Salgo del portal y empiezo a trotar. ¿A qué viene ahora esa preocupación por mi salud?

End POV Minho

Tengo que reconocer que el manoseo ligero con Kris me dejó un poco cachondo, pero definitivamente no era eso lo que andaba buscando. Espero que Taemin y Onew hayan tenido una mejor noche que yo. Yo sólo quería dormir durante horas y olvidarme de mi estúpida obsesión.

No he salido de casa en 24 horas y habría continuado mi encierro si no fuera porque tengo que ir a trabajar. Tampoco ayudó la maldita tos nocturna de mi vecino del piso de arriba. El invencible Choi Minho ha sucumbido a un resfriado. ¿A quién se le ocurre salir a correr en plena madrugada? Debe de creerse Superman, el muy maldito.

Llamo al timbre y espero pacientemente a que abra la puerta. Cuando lo hace (después de lo que ha parecido una eternidad) le veo en pijama, despeinado y tapándose media cara con un pañuelo. - ¿Te estás muriendo ya? Me mira, con una expresión agotada. - Estoy enfermo. - Lo sé. No he podido dormir por tu culpa. Entro en su casa y me dirijo a su cocina. - Lo siento. - Ya lo dijo tu padre.- Le miro-. Las paredes. Son muy finas. Hace un intento de sonreir pero sin muy buen resultado. - ¿Qué es todo eso? - Señala mis bolsas. - Tu enfermera particular te trae medicina.- Saco un tupper, un termo y una pequeña olla.- Esto es una sopa que te ayudará con el resfriado.- Voy señalándolo todo-. Un poco de kimbap para que comas, ya que seguramente no lo has hecho, y esto una infusión para la garganta. Es realmente buena, tienes que tomártela entera a lo largo del día o no hará efecto.- Pongo la olla en la placa de inducción-. Tómala cuando esté caliente.- Observo que no se ha movido de la puerta-. Perdona por no haberte traído algo más consistente, pero no me dio tiempo de hacer nada más esta mañana. Por la noche traeré un estofado, ¿de acuerdo?- Camino hacia la puerta-. Descansa y no salgas de casa. Ah, y vigila eso-. Señalo de nuevo la olla. - ¿Por qué haces esto? - ¿El qué? - Cuidar de mi. - Somos vecinos. Me preocupo por ti. Además, no quiero tener que seguir soportando tu tos. Me gusta dormir por las noches, ¿sabes? Sonríe forzado y me voy, insistiendo una vez más en que se tiene que comer todo lo que le he dejado preparado.

- Oppa, ¿no vienes a comer? - Sulli irrumpe en mi despacho a la misma hora de siempre. - No, vete sin mi. - ¿No estarás a dieta de nuevo? Sabes que no necesitas eso.

29

- Tranquila, no es ninguna dieta. Es sólo que quiero adelantar trabajo para salir temprano. - ¿Y eso? - Se acerca a mi mesa-. ¿Es que tienes una cita? Levanto la vista de los papeles. - Para nada. - Hablando de citas, oppa…- Se sienta enfrente-. ¿Qué hay de lo que hablamos? ¿Me arreglarás una cita a ciegas con Choi Minho? Y aquí viene de nuevo. - Ya te dije que no creo que seas su tipo. - Eso no lo sabes. - Le conozco bastante mejor que tú. - Y nunca le has visto con ninguna chica. Eso dijiste. Además tampoco se le ha conocido ninguna novia oficial, y lo único que han circulado son rumores absurdos de alguna modelo que quería hacerse famosa a su costa. Toda la información que tenemos nos conduce a la idea de que Choi Minho es soltero o asexual. Y es el momento de averiguar eso. ¿Es que me crees tan imbécil como para dejarte libre de peaje la “autopista Minho”? - No sé si está interesado en las chicas, en realidad. - ¡Omo! Dijiste que no era gay. - ¡Dije que no lo sabía seguro! - ¡Dijiste que no lo era! - Bueno, ahora que le conozco más… - ¡No me digas que Minho también es gay! ¿qué pasa con los hombres de este país? Dios, no puedo hacerle algo así a Minho. ¿Qué tal si Sulli se lo cuenta a sus compañeros y el rumor acaba llegando a la prensa y termino con su reputación heterosexual? - Ok, ok, olvídalo. Seguramente es hetero pero está esperando por la mujer indicada. - ¿Tú crees? - Me mira con los ojos brillantes. - Apuesto a que sí.

“Imbécil, imbécil, imbécil”. Me golpeo mentalmente mientras apago la cocina. ¿Por qué tengo que mantener las ilusiones de Sulli cuando nadie se esfuerza en mantener las mías? Oigo a Minho toser levemente, al menos no tan fuerte como anoche, y me decido a subir. Debe haberse despertado ya. Tarda bastante en abrir y cuando lo hace, su estado es todavía más deprimente que el de esta mañana. - Hola.- Gruñe. - ¡Dios! estás horrible.- Voy directo a la cocina y dejo la olla en el mármol, echando un rápido vistazo a todo lo que dejé esta mañana-. No has comido. - No tenía hambre. - Al menos te tomaste la infusión.- Veo el termo vacío en el fregadero. - Odio la tos. - He traído estofado. - No tengo hambre.- Se sienta en el brazo del sofá. - Si no comes, la medicina no hará efecto. - No estoy tomando medicina. - ¿¡Qué!? - Es como si acabara de escuchar la mayor barbaridad del mundo-. No me lo puedo creer.- Me acerco a él-. ¿Tú te has mirado al espejo? - ¿Para qué? Le toco la frente. - Estás ardiendo. Apuesto a que llevas todo el día con fiebre.- Se aleja de mi mano.- Y hueles fatal. Ve a ducharte. - Kibum, estoy hecho polvo, apenas puedo mantener esta conversación. - El agua tibia bajará la fiebre, vamos. Ponte ropa limpia.- Le arrastro a su dormitorio-. No sé dónde está ni voy a rebuscar en tus cajones. Coge lo que necesites, la comida estará lista para cuando salgas de la ducha. Creo que está demasiado agotado para discutir y simplemente abre uno de los cajones de la cómoda y busca un par de calzoncillos y un pijama. - Eres peor que mi madre.- Y se encierra en el baño. De repente la idea de estar en el dormitorio de Minho se vuelve extraña. Su cama es pequeña, mucho más que la mía. Una plaza. Una sola. Eso quiere decir… ¿que no suele dormir acompañado? El armario tampoco es grande y no hay apenas decoración. Entiendo que se mudó hace poco, pero esta casa es… no sé… demasiado impersonal. Me deshago de todos esos pensamientos de interiorista y acomodo las sábanas, encendiendo un poco de incienso para que el ambiente se vuelva algo más cálido. Minho sale de la ducha ya con el pijama puesto y secándose el pelo con una toalla. - Ven aquí-. Le siento en la cama y agarro la toalla para secar poco a poco su pelo.- ¿Te sientes mejor? - Me va a estallar la cabeza. - Es porque la tienes muy grande-. Le regaño, haciendo que sonría. Le peino un poco e inevitablemente olfateo su pelo.- Qué bien que ya hueles como una persona.- Me mira.- Vamos a cenar. Le arrastro a la cocina y le obligo a tomarse la sopa, un poco de estofado y algunos trozos del kimbap que preparé por la mañana. Después le obligo a tomarse su medicina y preparo algo más de la infusión para su garganta. - Creo que me voy a la cama.- Se levanta de la mesa con pesadez.- Me cuesta mantener los ojos abiertos. - Tranquilo, haz eso. Yo recogeré todo esto y me iré. - No hace falta que recojas nada, yo lo haré mañana. - Mañana deberías dormir todo el día. No te preocupes, no me molesta recogerlo. Acuéstate. Mañana volveré para traerte más sopa. - ¿Es que te sientes responsable de mi? Esa pregunta me descoloca. - No. Es sólo que no me gusta ver a la gente enferma. Y tu tos no me deja dormir.- Eso es cierto. Ambas cosas. - Ok, entiendo. Pero no hace falta que te tomes tantas molestias. - En realidad me gusta. Y así tampoco como solo. No me gusta mucho comer solo, ¿sabes? - Me mira como intentando descifrarme.- ¿Qué? - Eres muy extraño, Kibum. - Lo sé. Mañana nos vemos. - Espera.- Camina hacia la entrada y remueve algo en un cajón-. Toma.- Me entrega unas llaves-. Por si acaso estoy durmiendo o no me puedo levantar de la cama. - ¡Sí, claro! Lo que quieres es que me haga responsable de tu cadáver. Ríe flojito. - Me has pillado. Aprieto las llaves en mi mano. - Gracias por dejarme cuidar de ti. - Gracias por cuidarme. Sobre todo después de cómo te traté la otra noche. No sé por qué dije todo eso, no es asunto mío con quién te acuestas. Sonrío y le acaricio el pelo. - Buenas noches, Minho. Debería haberme abofeteado un par de veces para no salir de su casa y simplemente dejar que las cosas siguieran su curso, pero realmente, ¿cuál era el curso de las cosas? Minho sólo estaba agradecido. Yo sólo era su enfermera. Y no había nada más que eso entre nosotros. Y probablemente tampoco lo habría.

30

- Vete a casa, oppa.- Sulli me cierra la carpeta y aleja mi silla del escritorio. - Tengo mucho trabajo, no puedo dejarlo así como así. - Estás agotado. Seguramente tienes fiebre y no has comido en todo el día. - Estoy bien. En cuanto llegue a casa, me meteré en la cama y estaré mejor. - Aigoo, es imposible hacerte entrar en razón. - Recoge unos documentos de mi mesa y los ordena en las bandejas. - ¿Ya han llegado los socios para la reunión? - Sí, están todos esperándote. - Ok. Vamos, entonces.

Debí haber hecho caso a Sulli desde el principio. La reunión ha sido larga y agotadora. Me duele la cabeza y estoy medio desfallecido. Opto por volver a casa en taxi, ya recogeré mi coche mañana. Dejo mi maletín en el sofá y me dirijo a la cocina para preparar algo rápido. Temo que Minho hoy tampoco haya comido algo y decido subirle un poco de arroz con verduras. Aprieto la llave contra mi pecho durante un minuto antes de abrir la puerta. Me siento como un ladrón, como un invitado no deseado, a pesar de estar entrando en su casa con la llave que él mismo me dio. El silencio me indica que duerme y dejo la comida sobre el mármol de la cocina. Debería despertarle y obligarle a comer, pero realmente no tengo ganas de pelear con él. Sólo le informaré de que le he traído comida y me iré. Sí, exactamente eso es lo que voy a hacer.

Entro en la habitación, apenas iluminada ya que las cortinas están prácticamente corridas en su totalidad. En la oscuridad diviso su rostro hermoso relajado y siento un irrefrenable instinto de abalanzarme sobre él. Pero no voy a hacerlo, no soy tan estúpido.

- Minho…- Le susurro, arrodillado frente a su cama-... Minho, ¿cómo estás? - Pongo mi mano en su frente y me tranquiliza comprobar que su fiebre ha bajado-. Ya no tienes fiebre.

- Kibum…

Abre los ojos con dificultad y sonríe un poco. Me derrito.

- Tienes mejor aspecto. ¿Te has tomado la medicina? - Asiente, como un niño bueno-. Eso está bien. Come lo que te he dejado en la cocina.

- No hace falta que me sigas trayendo comida, ya estoy bien.

- Reserva tus energías para cuando estés completamente curado.- Sonrío. No sé por qué me saca este lado tan tierno, es muy absurdo.

- Tu cara…- Coloca su mano en mi mejilla-. Estás ardiendo.

No me toques o será peor.

- Será por la calefacción de la oficina.- Me levanto rápido-. Ve a comer-. Me mareo un poco y tengo que agarrarme a la cama para no caerme. No tenía que haberme levantado de esa forma tan brusca.

- ¿Estás enfermo? - Pregunta mientras se levanta.

- No.. sólo cansado.

Me agarra por la cintura para enderezarme y me toca la frente.

- No sé si tienes fiebre, en realidad nunca he hecho esto.- Se ríe de forma tonta-. Pero apuesto a que te he contagiado mi resfriado. - ¿¡Cómo!? ¿¡Tengo en mi interior los gérmenes de Choi Minho!? ¡Hoy es el día más feliz de mi vida! - Deja que cuide de ti.

Me dirije al salón y me sienta en el sofá.

- Minho, no estoy enfermo, en serio.

- Nada de protestar-. Se acerca con una bandeja y me obliga tomarme la medicina que yo mismo le traje a él-. Di “ah”.

- Ahhhhh…. - ¿Por qué estoy tomándome la medicina, si no estoy enfermo?

Cuando la cuchara entra en mi boca me juro internamente que este es el momento más erótico que he vivido con él y estoy a punto de morir de un paro cardíaco.

- Buen chico. Y ahora, a comer.

- He sido yo quien te ha traído la comida.

- Entonces estoy 100% seguro de que te gustará.- Me guiña un ojo y se va a la cocina a buscar todo lo que he preparado.

¡Oh Dios!, ¿en qué momento se torcieron tanto las cosas como para pasar de enfermero a enfermo? O mejor dicho : ¿por qué Minho está cuidando de mi?

Tras cenar y prometerle a Minho que voy a acostarme temprano y quemañana no iré a trabajar, vuelvo a mi piso y me dejo caer sobre la cama, suspirando. Realmente no entiendo a dónde demonios se dirige todo esto y tampoco consigo esclarecer qué es lo que hay entre nosotros. ¿Somos amigos?

El teléfono móvil indica que ha llegado un mensaje. Es de Onew.

31

“¿Reunión familiar?”

Sonrío.

“Espera, voy a cambiarme”.

Me pongo el pijama y me acomodo entre las almohadas. Veo que Taemin se ha agregado a la conversación y Onew nos envía la videoconferencia.

- Joder, qué mala cara tienes.

- Tú siempre tan amable… Estoy enfermo.

- ¿En serio? - Se acerca a la cámara de su ordenador mientras yo alejo el teléfono de mi cara.

- Choi Minho me ha contagiado sus gérmenes.

- Apuesto a que estás eufórico por ello.

- Hyungs…- Taemin suspira, cansado-... mañana tengo un examen… ¿Podemos dejar la reunión para otro día?

- Imposible.- Onew se recoloca en su silla y empieza a explicar-. Necesito soluciones.

- Aigoooo… ¿ahora qué has hecho?

- Creo que la he cagado con Joonie definitivamente.

- ¿Y eso?

- Hoy por primera vez desde que le conozco me ha invitado a comer.

- ¿En serio? - Taemin suelta su bolígrafo y se apoya en la palma de la mano.- Por fin…

- No ha sido bueno.- Ambos nos quedamos callados-. Fue para advertirme que deje en paz a Luhan.

- Te lo dije.- Lo lanzo directo.

- No empieces, Key...

- Te dije que no era una buena idea enrollarte con su hermano pequeño, ¡es menor, maldita sea, ni siquiera sé por qué le dejan entrar en ese local!

- Uno de los porteros es un antiguo ex suyo…

- ¿¡¿Quéééé?!? - No puedo evitar tener una fugaz imagen mental de “Luhan el tierno” en brazos de uno de esos gorilas-. Ese chico es una caja de sorpresas.

- No lo sabes bien…

- ¡Al grano, hyung! - Apresura Taemin.

- Cierto… El caso es que a Joon no le gustó la idea de que me foll… estuviera con su hermano, y aunque confía en mi y me conoce bien y todo eso… no quiere ver a Luhan involucrado con nadie hasta que sea mayor de edad.

- Menuda gilipollez-. Lo suelto, sin más.

- Ya… Por eso le dije que en realidad ese polvo no significó nada para mi.

“LOL”

- Eres tonto.

- Tomo nota. En realidad sí significó algo : Luhan está muy bueno.- Se ríe. De verdad es extremadamente tonto-. Pero no sólo eso : por un momento era como si estuviera besando a Joon.

- ¡Vamos, no me jodas! - Casi tiro el teléfono del cabreo-. No se parecen en nada, recuerda que son hermanastros, apenas comparten el libro de familia… Espera, ¿no le habrás dicho eso también a Joon, no?

- Aún no he llegado a ese punto de idiotez. Aunque creo que voy por buen camino.

- Totalmente.

- Hyungs…- Taemin bosteza.

- ¿Y cómo va lo tuyo con Minho? Ya que compartis gérmenes… ¿debo suponer que habéis compartido algún fluido…?

- Qué va…- Suspiro, frustrado-... sólo he estado ocupándome de él… ya sabes, cocinando y asegurándome de que come…

- Omma mode on.

- Soy tan patético…

- Hyungs… en serio…- Taemin sube el volumen de su micrófono-.. Tengo que terminar este tema y acostarme temprano para estar descansado mañana. Dejad de cotillear como dos viejas solteronas.

32

- ¡Omo!

- ¡Maldito niño!

- Onew-hyung, no creo que acostarte con el hermano del chico que te gusta te ayude a conseguirlo, sino todo lo contrario, pensará que eres un degenerado. Key-hyung… cuidar a Minho como si fuera tu hijo tampoco creo que sea la mejor idea si quieres llevártelo a la cama.

- ¿Quién ha dicho que quiero llevármelo a la cama? - Exclamo, ofendido.

Ambos me miran agotados mentalmente.

- No creo que pretendas bailar por el bosque mientras recogéis flores para haceros preciosas coronas de hadas…

Su idea provoca que nos echemos a reir imaginándolo.

- Ok, ok… la estamos cagando mucho todos.

- Yo por ahora no.- Se apresura a decir-. Kai es historia (gracias a mi difunto móvil cortesía de Onew-hyung) y no tengo a nadie en el punto de mira.

- Pues no lo parece : cada vez que ves a Minho le desnudas con la mirada.

- Yo también lo hago.- Ríe Onew, comiendo patatas de una bolsa-. Sólo que soy más discreto.

- Nah… yo te he visto.- Ayuda Taemin.

- ¡Omo! ¿queréis follaros al chico que me gusta?

- ¡Está bueno! - Se disculpa Onew-. ¿Qué quieres que hagamos, que nos arranquemos los ojos?

- Hyung… es evidente que tu Minho es increíblemente sexy…

- Aigooooo… traicionado por mis propios hermanos…- Dramatizo-... Sabía que no tenía que habéroslo presentado. Es demasiado tentador.

- Tranquilo. No soy rival para ti.- Se defiende Onew, echándose hacia atrás en su silla-. Los heteros me estresan.

- Y yo no quiero otro hetero que se fije en mi creyendo que soy una chica.- Taemin hace un puchero y todos recordamos repentinamente a su primer “casi novio” Eli. Estaba completamente obsesionado con que Taemin fingiera ser una chica para que sus padres no se enteraran de que había cambiado de acera.

- Ok, así me gusta.- Me recoloco en la cama, satisfecho-. De todos modos, creo que yo también estoy cerca de esa “brotherzone” que Onew conoce tan bien. Y ahora no sé cómo coño salir de ella.

- Emborráchale.

Onew y yo nos quedamos de piedra al escuchar a nuestro bebé decir eso.

- ¿Cómo dices?

- Una vez me dijiste que tooooodo se arregla con alcohol. Que las verdades salen a flote. Y que dejamos de luchar contra nuestros instintos.

- ¿Yo dije todo eso? - Asiente-. Estaría borracho.

33

Tiro mi “Men’s Health” sobre la mesa del salón, frustrado. Últimamente, la frustración es el estado de ánimo que más tiempo me acompaña.

http://blogs.menshealth.es/vecinita/claves-para-triunfar-en-una-primera-cita/

Este tipo de artículos no ayudan demasiado en mi maquiavélico plan de ataque. Minho no es una chica ni se comporta como una. Pero quizá la idea de organizar una cita con él (sin que él sepa que es una cita, claro) no sea tan mala. Le invitaré a salir directamente y que sea lo que Dios quiera.

“¿Haces algo el sábado?”

Ayer nos encontramos brevemente en el portal y, tras asegurarnos el uno al otro que ya nos hemos curado de nuestros resfriados, comentamos algo acerca de ir a correr juntos algún día (aún no me explico cómo lo he hecho) de modo que ninguno de los dos permanece encerrado en casa luchando contra sus gérmenes.

Mientras espero horas y horas a que conteste a mi mensaje (que sé que ha leído porque así me lo indica el sistema de mensajería del móvil) anoto unas direcciones en mi agenda. Jonghyun, quien no se puede decir que sea un perdedor (como nosotros) en asuntos amorosos, me dio algunos buenos consejos que puedo utilizar. Claro que él pensaba que estaba ayudando a Taemin y no a mi…

Conduzco hasta el pabellón de deportes según la dirección indicada en el GPS y aparco con facilidad. Es bueno que hoy no sea día de partido o esto estaría lleno de coches con sus impacientes conductores iniciando una batalla campal por una plaza libre.

Camino entre las gradas y me siento a observar el césped. Esos chicos que corren incansablemente me agotan. Saco mi botella de agua del bolso y bebo un trago. Reflexiono acerca de lo aburrido y monótono que es cualquier tipo de deporte (sobre todo desde el punto de vista del espectador). Aunque viendo a todos esos preciosos muslos correteando de un lado a otro casi puedo entender a Minho. O tal vez desear verle en las mismas condiciones. Me río estúpidamente ante la idea.

- ¿Puedo ayudarte?

Aparto la mirada del campo y miro a mi izquierda, para encontrar a un hombre moreno y alto, fuerte y con actitud decidida.

- ¿Ehm? No.- Me relamo, apartando la mente de los futbolistas. Mierda, lo ha visto.- Estaba… buscaba a… sólo me estaba… relajando.

- No pareces muy relajado.

- Ya, es que no me siento muy… cómodo aquí. Hay… - “tantos hombres semi-desnudos”-... mucho campo…

- Es lo que tienen los campos de fútbol.- Se ríe, alargando su mano-. Choi Minseok.

- Oh…- La tomo y la suelto rápidamente, para que no note lo sudada que está-. Kim Kibum. En realidad soy amigo de tu hermano Minho.

Abre los ojos sorprendido, aunque no más que yo, que pretendía simplemente curiosear el lugar y DE NINGUNA MANERA hablar con él y menos de Minho.

- ¿Le ha pasado algo a Minho?

- No, no, para nada-. Niego, nervioso-. Es sólo que sentí curiosidad por saber qué tal lo estabas haciendo como… entrenador-. “¿Eso era a lo que se dedicaba?”

- Ah...bien… Es muy divertido entrenar adolescentes. Tienen un fuerte potencial.

“Y mejores abdominales”.

- Tu familia realmente adora el deporte, ¿eh? Minho siempre está entrenando y… corriendo… y esas cosas...

- Es un fanático-. Sonríe, y por un segundo siento que veo rasgos de Minho en su cara-. Nuestro padre se encargó de obsesionarnos por ello.

- Ah sí, tu padre. Le conocí el otro día.

De pronto su cara se vuelve seria.

- ¿Le conociste?

- Sí, fui a casa de Minho a llevarle unas galletas… ¿o eran magdalenas? ¡No lo recuerdo! El caso es que estaban allí tus padres y me obligaron a que me quedara a tomar el té y luego hablamos un montón sobre vuestra infancia...

- Típico de mamá.

- Ella vino a mi desfile también. Oh, tiene un gran sentido de la moda.

Me mira con un gesto extrañado.

- Vaya, os habéis hecho muy cercanos.

- Podría decirse.- Sonrío. ¿En realidad somos cercanos?

34

- ¿Qué sois realmente mi hermano y tú?

Esa pregunta acaba de sonar exactamente igual que cuando me la hago yo.

- Vecinos. Amigos. - Ha salido en un modo automático terrorífico-.Ya sabes. - Eso no.

- Ya sé, ¿qué?

- Vecinos.- Repito-. Nos… cuidamos mutuamente en las enfermedades. Como un viejo matrimonio, ya sabes.- “Mierda, ¿por qué coño he dicho eso?” - No es que seamos un matrimonio ni nada.- OBVIAMENTE-. Ya sabes… compañeros de… soledad…- Eso no sé si ha sido mejor o peor.

Me río para intentar restarle importancia al asunto y poder cambiar de tema lo antes posible, pero no parece que funcione.

- ¿Quieres un café? - Me mira de un modo tan serio que no sé si es una invitación a tomarlo o a irme.

- Ehm.. la verdad es que tengo trabajo hoy…

- Cinco minutos.- Insiste, serio.

- Ok… - Bajo la cabeza y le sigue. Creo que me merezco lo que sea que va a decirme.

Nos sentamos en la cafetería y pedimos un par de capuccinos.

- El sitio no es muy glamouroso, pero el café es bueno-. Sonríe. “Al fin”.

- Creí que los deportistas no tomábais café.

- Ah, yo no estoy en ese nivel. Minho pertenece a esa élite de deportistas de alta competición y no puede excederse. Tiene que cuidar muy bien su alimentación.

“Pues yo le estoy cebando a dulces”.

- Debe de ser duro.- De pronto empiezo a notar que una sensación lastimera hacia él crece en mi pecho.

- Él lo eligió, después de todo.

- Lo sé. Le gusta de verdad. Esas cosas no se puede fingir.

Termina su café y aparta su taza para acercarse levemente a mi.

- En realidad, ¿qué te trae por aquí, Kibum?

- Ehm…

- No me trago todo ese rollo de que querías relajarte. En realidad parece como si estuvieras pidiéndome permiso para salir con mi hermano.

Me atraganto con mi café y empiezo a toser. Ahora sí que estoy asustado. ¿Cómo salgo de esta? ¿Qué digo, qué digo?

- Hyung… no es lo que crees… en serio, no…

- ¿Vas a decirme que no te gusta Minho?

Tendría que estar ciego.

Es más, creo que debería arrancarme los ojos como castigo por haberme fijado en él alguna vez.

- Creo que te equivocas conmigo, hyung.- Me levanto de la mesa-. Perdona que te haya quitado tanto tiempo. Cuídate y sigue adelante con tu trabajo. He oído que lo estás haciendo muy bien. Me alegro por eso.

- Espera.- Se levanta y nos quedamos mirándonos de frente-. No sé qué demonios tenéis Minho y tú… si es que tenéis algo… Pero no es asunto mío. En realidad tampoco soy un experto en el tema… y… bueno… él es bastante inocente… - ¿Qué?- No me gustaría verlo sufrir…- Eso significa que… ¿¡Minho es virgen!? - Siempre he cuidado de él…- ¡Dios, me estoy poniendo cachondo sólo de pensarlo!-... ¿me escuchas?

- ¿Eh? - No puedo ocultar mi sonrojo, es demasiado evidente.- Sí, sí… sólo… pensaba…

- Cuida de él.- Pone una mano sobre mi hombro, espero que no note que estoy temblando-. Es lo más preciado que tengo, después de mi esposa.- Asiento, más sonrojado todavía-. Pásate otro día para charlar.

- Lo haré.- Sonrío tímidamente.

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- ¿¡Es virgen!? - Onew tropieza con las raíces de un árbol que hay en la zona peatonal y casi se cae.- ¡Déjamelo a mi! ¡Tú nunca has lidiado con ese tipo de cosas!

- No digo que sea virgen, sólo que hay una posibilidad de que lo sea.

- ¡Dios, es tan perfecto! - Ahora mismo actúa como una fangirl histérica.

- ¿Quién es virgen? - Taemin acaba de salir de la tienda, a donde le hemos venido a buscar para ir a cenar, y se interesa por nuestra conversación.

- SU Minho.

35

- ¿¡Qué!? ¿Me lo puedo pedir? - Cruza las manos y me ruega prácticamente de rodillas-. Por favor, hyung...

- Malditos viciosos…

Empiezo a caminar para deshacerme de ellos cuando noto una vibración en el bolsillo.

“Estoy libre, ¿por?”

http://blogs.menshealth.es/vecinita/curiosidad-interes-o-atraccion/

36

- Si ha dicho que viene, es que viene.- Insisto, mirando mi reloj y viendo cómo Onew y Taemin se tiran en el sofá.

- Tengo hambre.- Se queja Taemin, agarrando su estómago-. ¡Y quiero sushi ahora!

- Calma, - Onew le acaricia el pelo de forma tierna-. el príncipe azul llegará pronto y podremos comer. O puede que no venga nunca y tengamos que devorarnos los unos a los otros.

- ¡Hyung!

- ¿Por qué tenemos que ir nosotros a tu cita? Suspiro, pero no tengo tiempo a responder porque el timbre suena y me lanzo a abrir la puerta.

- Lo siento-. Minho suena como si hubiera venido corriendo-. Vinieron mis padres y no podía echarles.

- ¿Y por qué no les dijiste que habías quedado? - Onew se pone la chaqueta y nos empuja hacia fuera.

- No se lo creerían. Nunca salgo los sábados por la noche.

Onew deja de caminar mientras Minho y Taemin salen del portal.

- Enhorabuena, Kibum, tu chico es un soso.

Le pego en un brazo y salimos. En el restaurante he conseguido sentarme al lado de Minho aunque tener en frente a Taemin y a Onew babeando por él toda la noche me está causando una ligera indigestión.

- Y dime, hyung…. - Taemin se apoya en la mesa, descansando su cabeza en sus manos-... ¿tienes novia?

Minho niega con la cabeza y noto que la sonrisa de Onew crece.

- ¿Y eso?

- No sé, no es mi prioridad en estos momentos.

- ¿Y novio?

Le pego una patada a Taemin por debajo de la mesa, haciendo que sus manos dejen de aguantar la cabeza y rápidamente acomode una nueva postura.

- No, no, yo - se pone la mano en el pecho- soy hetero. Me gustan las chicas. Aunque mi mejor amigo es gay y me cuenta todo tipo de sucios detalles…-Noto que se aguanta el gesto de repugnancia que involuntariamente se estaba formando en su rostro-... No es que tenga nada contra eso… - Me mira, mientras mastico un trozo de jengibre lentamente, ¿POR QUÉ ME ESTÁ MIRANDO?- … pero no comparto ese… gusto.

- ¿Está bueno tu amigo? - Pregunta Onew, de pronto.

- Ehm… no lo sé. No es que yo entienda nada sobre la belleza de los hombres… -Me mira de nuevo. Ahora parece que me está suplicando con la mirada que le salve de la situación.

- ¿Tiene novio tu amigo ahora? - Pregunta Taemin. ¡Oh Dios, juro que voy a matarlos en cuanto Minho vaya al lavabo! Puede que incluso no espere ni a que lo haga…

- Ya está bien, niños.- Digo tranquilamente, sirviendo un poco de sake-. Hay un montón de chicos guapos en la ciudad como para estar interesándoos en alguien a quien ni siquiera conocemos…

Minho suspira y noto que se siente más aliviado.

- ¡Kampai! - Onew levanta su tacita de porcelana para que brindemos pero Minho no se mueve.- ¡Vamos!

- Lo siento, pero no bebo alcohol.

Onew hace un gesto irritado y yo insisto.

- Vamos, Minho-ah… un día es un día. Además mañana no tienes entrenamiento.

- En realidad no me gusta el alcohol, todo sabe fatal y no tiene ninguna gracia para mi…

- Hyung, ¡es sake! - Taemin ha cruzado prácticamente la mesa y le ha puesto la taza en las manos. Se mantiene observándole de forma penetrante, haciendo que se sienta incómodo. Puedo oirle tragar saliva.- Vamos…

Minho asiente tímidamente y alza su taza para brindar. No puedo creer que Taemin siga con ese estúpido plan

37

- ¡Hyung, en serio!, ¡Doraemon era el Pokemon original! - Taemin grita en medio de la calle agarrado a la chaqueta de Minho.

- ¡No puedo creerte! ¡su tamaño era el de un humano!

- ¡Pero hay Pokemon que tienen tamaños diferentes!

- Pero es que mira su dibujo-. Saca el móvil y le muestra algo-. Mira este otro…- Siguen mirando cosas-. ¡Son muy diferentes!

- ¿Qué está pasando justo ahí? - Onew les señala mientras caminamos tras ellos.

- Debaten acerca de si Doraemon es un Pokemon o no.

- No me refiero a eso. ¿Qué está haciendo Taeminie?

- ¿Coqueteando con el chico que me gusta? - Me encojo de hombros-. Salvo que me haya perdido algo.

- ¡Es aquí, es aquí! - Taemin da saltitos mientras se pone a la cola de la entrada de EXO Planet. Onew y yo nos agregamos y en poco más de diez minutos estamos dentro.- ¡Vamos al baño! - Agarra a Onew y me susurra al oído-. Es tu turno.- Y desaparecen.

Observo que Minho está analizando detalladamente el lugar y que parece molestarle que la música esté tan alta.

- ¿Quieres beber algo?

- ¿Qué? - Se acerca.

- ¡Que si quieres beber algo! - Me acerco para gritarle un poco.

- No sé, ¿qué se suele beber aquí? - Sentir sus labios cerca de mi oído me estremece.

- Yo pido.- Le agarro del brazo y le conduzco a la barra, en donde pido un par de Margaritas.

- ¿Intentas emborracharme? - Se apoya en mi hombro. En realidad ya está semi-borracho por culpa del sake del restaurante japonés.

- Yo nunca haría eso.- Miento. Bueno, quizá no tanto. La idea fue de Taemin.

Ya en la pista, intentamos conseguir que se mueva un poco, pero su cuerpo parece anclado al suelo, apenas consigo que dé un par de pasos.

- ¡Yo no sé bailar! - Nos grita, agitando los brazos-. ¡No tengo sentido del ritmo y no hay nada que pueda hacer al respecto!

Onew parece más exasperado todavía creando mentalmente una lista de todas las cosas divertidas que Choi Minho no sabe o detesta hacer.

- ¡Todo el mundo sabe bailar! - Taemin le agarra de las manos, haciendo que el contenido de sus copas se derrame parcialmente sobre ellos.- ¡Ups!

- ¡Ya basta, déjale! - Río, apartándole de un empujón.- No le presiones más.- Me río-. Las discotecas no están hechas para el gran Choi Minho.- Me apoyo en su hombro y le miro. De pronto él me mira y siento una conexión increíble. Sus ojos brillantes y oscuros me provocan un dolor repentino, algo así como pinchazos cerca del corazón. Oh Rain, creo que estoy enamorándome de Minho. O necesito un médico.

- ¡Bebé!...- Esa voz me desconcentra y soy arrastrado lejos de ahí-... No me dijiste que saldrías esta noche.- Jonghyun me agarra por la cintura.

- Ah, es que hemos quedado…

- Con Choi Minho. Ya lo veo. - Le lanza una mirada fugaz.- Pero parece que no sabe moverse muy bien-. Aferra su agarre-. ¿Bailamos?

- Es que he venido con él…- Me giro a buscarle pero no le encuentro. Taemin y Onew ya no parecen preocupados por él y bailan animadamente haciendo absurdas coreografías.

- Olvídate de ese chico aburrido.

Volvemos a donde están los chicos y nos unimos a ellos.

POV Minho

¿Por qué tuve que venir aquí? Es lo más ridículo y extraño que he hecho en mi vida. Encima esto está lleno de chicos vestidos y maquillados de forma extravagante intentando llamar la atención de todo el mundo. Ni una chica. ¿Dónde coño estoy?

- ¿Un orgasmo?

Me giro y veo al barman ofreciéndome un pequeño vaso con un líquido blanco y espeso.

- ¿Esto qué es? - No suelo beber y ya estoy algo mareado por el sake y el par de margaritas que me he tomado esta noche. Creo que mezclar clases diferentes de alcohol no es una buena idea.

- Tranquilo, no lleva droga.- Sonríe. No me fío-. ¿Crees que alguien te daría droga gratis? - Se ríe con descaro pero no acabo de entender el por qué.- Además, no me arriesgaría a arruinar la carrera del Héroe de la Nación.- Me acerca el vaso-. Invita la casa.

- No acepto invitaciones de desconocidos.- Saco la cartera.

38

- Ok, nos invitaré a ambos-. Saca otro vaso y mezcla algunos chorros de varias botellas-. Brindemos por la maravillosa salida del armario del gran Choi Minho.

- Te advierto que yo no soy gay.- Cojo el vaso y le miro, serio-. Sólo he venido con unos amigos.

- Como todos, cariño.- Sonríe y bebe todo su chupito de un trago. Le imito.

- Está bueno.- Me relamo.

- Lo sé.

- Ponme otro.- Me mira con estupefacción-. Y otro para ti. Yo invito.

End Pov Minho

Jonghyun besa mi cuello mientras sus manos resbalan hacia mi cinturón. Joder, estoy demasiado borracho (y cachondo) como para detenerle.

Unas manos tiran de mi y abro los ojos despacio, como si me costara, para encontrar a Taemin frente a mi.

- ¡Hyung, este no era el plan!

- ¿Eh?

- ¿Qué haces aquí, enrollándote con Jonghyun mientras Minho está en la barra emborrachándose con Jung Shin?

Miro en dirección a la barra y les veo bebiendo totalmente ajenos al mundo, riendo y dejando vasos vacíos alrededor.

- Esa maldita puta…- Creo que la borrachera ha quedado empañada por la rabia.

- Wow, es rápido-. Onew se une-. Si se lo folla antes que tú, le doy un premio.

Les aparto a ambos y camino furioso hacia la barra. Ni siquiera me he disculpado con Jonghyun pero no es como si pudiera simplemente volver atrás.

- Minho.

Se tambalea al escucharme y trata de recuperar una postura erguida, pero no lo logra.

- Bummie… - Dios, apesta a alcohol-... Shinnie me está enseñando muchas cosas interesantes acerca de los cocktails…

- No lo dudo.- Le fulmino con la mirada y él me guiña un ojo, para después ir a atender a algunos clientes-. ¿Cuánto has bebido?

Se mira las manos y empieza a contar con los dedos pero noto que se pierde un par de veces y vuelve a empezar. Me estoy desesperando.

- ¡Así! - Me muestra nueve dedos.- ¡O puede que así! - Muestra los diez-. Así-. Muestra los diez dos veces.

- ¿¡Veinte….!?- Casi rompo los cristales con mi grito-. Olvídalo. Nos vamos a casa.

- ¿Por qué? ¡Es divertido!

Me coge de la mano y me lleva a la pista de baile, justo en medio de nuestros amigos, Jonghyun incluido, y empieza a saltar como un loco.

- ¿Qué le pasa? - Onew se aleja un poco, aterrorizado.

- Creo que es su primera borrachera.

Jonghyun se une a él (aunque creo que sólo lo hace para burlarse) y empiezan a entonar uno de esos himnos que suenan en los campos de fútbol, los típicos “oeeee oeeee oeeeee oeeeeeee o-eeeeeeeeee o-eeeeeeeeeeeee” y nos agarramos como si estuviéramos presenciando el Apocalipsis.

- Minho-hyung es muy gracioso.- Taemin se apoya en nosotros-. Hasta parece una persona.

- Me ha llamado “Bummie”.- Mis amigos me miran asombrados-. Creo que oficialmente….

- No…

- No lo digas, hyung….

- … Me he enamorado de Choi Minho.

Caminamos calle abajo en silencio, mientras Jonghyun y Minho dan vueltas como si estuvieran en el patio de una guardería.

- ¡Gooooooool! - Nos sobresaltamos con su grito y vemos cómo una lata de refresco vacía aterriza sobre un coche rojo aparcado.

- Corramos.- Apunta Onew.

39

Después de que Jonghyun se subiera a un taxi, y Taemin y Onew compartieran otro hasta su casa, empujo a Minho para que suba las escaleras hasta mi casa. Al entrar veo a Jean-Paul durmiendo tranquilamente en su camita junto a la puerta de mi cuarto y procuro hacer poco ruido para no molestarle. Se irrita demasiado cuando le despiertan contra su voluntad.

- Voy a prepararte un café.- Anuncio tras sentarle en el sofá con bastante esfuerzo.

- ¡Estoy bien! - Chilla.

- ¡Chtssss! - Le callo-. ¿Es que quieres despertar a toda la comunidad?

- Ups…- Se tapa la boca con las manos y se ríe como un niño pequeño. Sería mortalmente adorable si no estuviera mortalmente borracho.- ¿Puedo poner la tele? - Pregunta, bajito.

- Puedes, pero con poco volumen. Es muy tarde para estar molestando…

Unos gritos en la televisión casi provocan que derrame todo el café por el mármol de la cocina.

- ¡Perdóooooooooon! - El grito de Minho es peor todavía.

- ¡Chtssss! - Me acerco con su café y un vaso de zumo de naranja para mi.- Al final me echarán del edificio.

- Eres muy exagerado.- Ríe, apretando los botones del mando a distancia.

- Bébete eso.- Ordeno.

- En cuanto encuentre algo bueno. ¿Es que no hay películas de acción a esta hora?

- Son las 5 de la mañana, Minho.

- Algún canal habrá con películas interesantes…

- No creo que a estas horas…

- ¡No me jodas! - Pega un salto en el sofá y se acerca un poco más a la televisión.- ¿Esos son dos hombres? - Me giro hacia la pantalla.

Shit!...

- Ya… ya te dije que no daban nada interesante a esta hora…

- ¿Qué canal es éste? - Empieza a inspeccionar el mando a distancia y a deletrear el nombre del canal, que está en inglés.- Paradox Five.- Concluye-. Este canal yo no lo tengo. ¿Por qué no?

- Es un canal de pago.- Le quito el mando a distancia de las manos-. Y estoy suscrito.

- ¡No, espera, déjalo! - Me arrebata el mando y lo coloca en el brazo del sofá, lejos de mi alcance-. Siempre he tenido curiosidad acerca de esto.

¿Qué coño está diciendo? ¿Como que siempre? ¿Qué clase de curiosidad?

- Minho, esto no está hecho para personas como tú, en serio…

- Chtss, calla, mira, están hablando en… japonés…- Tuerce la cabeza (imagino que para poder entender el ángulo en que los dos actores están follando)-. Estás suscrito a cosas muy…

- Ya…- Suspiro y me apoyo en el respaldo del sofá-. Soy un puto enfermo.

Se ríe.

- Todos hemos visto porno alguna vez.

Le miro, asombrado.

- ¿Incluso el perfecto Choi Minho?

- Claro. Durante mi adolescencia creo que alquilé todas las películas porno de todos los videoclubs de la ciudad.

- ¡Qué dices!

- Mi hermano se hizo una tarjeta clandestina y me la dejaba para que mis padres no sospecharan nada.

- Uhh… Choi Minho, eres un chico malo…

- Luego nos reuníamos todos en casa de mi amigo Max y las veíamos. Él tenía un sótano y una gran pantalla de 50 pulgadas.

- ¡Omo! ¿veíais porno en grupo? - Eso SÍ que es gay.

- Todos los niños de 15 años hacen eso.

- Yo no hice eso.

- ¿No has jugado nunca a “La galleta”?

- ¿Qué?

40

- ¡No me jodas, Bummie! ¡no me lo creo!

- Yo veo porno a solas o con alguien que esté dispuesto a follarme.

Ambos nos quedamos callados durante unos segundos.

De repente, Minho estalla a reir.

- ¡Era tan divertido!

- Va, venga, cuéntamelo. Ya que es tan divertido.

- No puedo hacerlo adecuadamente sin reirme-. Se tapa tímidamente la boca con una mano-. Sólo te diré que nunca perdí.

Parpadeo un par de veces.

- Tómate el café y vete a tu casa.

- No tomo café, ya lo sabes.

- ¡Tampoco alcohol!

- ¡Ok ok! -Alza los brazos en gesto de rendición y se lo bebe.

- ¿Quieres galletas?

Casi escupe todo lo que se acaba de beber del ataque de risa que le está dando.

- ¡Oh por Dios, galletas! ¡Buahahahahahhahhaa!

Suspiro y me arrepiento de dos cosas : de haber mencionado las galletas y de haberle emborrachado. Cruzo los brazos y sólo espero a que se calme.

- Qué noche tan larga…

- Entonces… - Vuelve a fijar la vista en la televisión-. ¿Quién hace de chica?

- ¿Perdón?

- Siempre hay uno en la pareja que es como más… femenino. El que siempre recibe, vamos-. Hace gestos con las manos intentando explicarse mejor.

- No siempre es así, Minho.

- ¿Ah no? Pensaba que los roles estaban establecidos. Uke y seme, esas cosas.

- Sabes mucho al respecto.

- Ya te dije que mi mejor amigo me cuenta más cosas de las que quiero saber.

- ¿Y él es….?

- Un vicioso.- Se ríe, mirándome-. Se folla a todo lo que se mueve. Aunque ahora está en una fase introspectiva porque está buscando el amor verdadero.

- Qué mono…

- Idiota Changmin…

Se acomoda en el sofá y veo que agarra un cojín y lo aprieta contra su pecho.

- Si quieres… podemos poner una peli…- Aunque lo cierto es que me muero de sueño.

- No, espera, quiero ver cómo acaba esta.

- ¡Ja! - No puedo evitar la risa chillona, se me escapa sin más-. Se casan y tienen un montón de niños japonesitos preciosos…

- Quiero decir : llevan un montón de rato follando y ninguno se ha corrido.

De pronto mi atención se centra en la pantalla. Porque no puedo soportar la idea de que Minho esté usando ese vocabulario en mi presencia.

- Eso es… porque cortan las escenas.

- ¿Y eso por qué?

- Para que… esperes con más ansia… el clímax…

- Ah…

Un silencio incómodo se instala en mi sala de estar. Escuchar los gemidos de esos chicos y verles cambiar de postura cada cinco minutos no hace las cosas más llevaderas.

41

- ¿Quieres… otro café?

- ¿No es eso demasiado lubricante?

- ¿Q…. qué?

- O sea… ¿tan grande la tiene? Porque te juro que ha vaciado medio bote ahí.- Señala la pantalla y yo sólo puedo mirar fijamente ese dedo e imaginarlo untado en toneladas de lubricante.- ¿No crees?

Salgo de mi momento lobotómico.

- Ehm… sí, supongo.- Miro de nuevo la película-. Pero al final no es para tanto. Tamaño medio tirando a pequeña.

- ¡Omo! - Ahora me señala a mi-. ¡Ya la has visto!

- Sí, no tienen demasiado repertorio en este canal.

- Entonces dime, - me agarra del brazo-, ¿cómo acaba?

El señor Choi debe de creer que está viendo una película probablemente nominada a los Oscar.

- Se corren.- Me acerco a su cara y lo susurro, aunque me ha salido más excitante de lo que quería.

- ¿Quién primero? - Él no ha apartado la mirada de la televisión.

- El teñido de rubio.

- Me gustan los rubios… - Me estremezco. ¿Qué ha dicho? Me siento de nuevo en mi lugar y acaricio mis mechones rubios…- ¡Quiero decir, las rubias! - Me mira, rascándose el cuello-. ¡Joder, estoy muy borracho!

POV Minho

En todo el rato que llevo en casa de Kibum no paro de decir gilipolleces. De mi boca no sale ni una sola cosa con sentido. Y lo más absurdo de todo es que me he empeñado en ver la maldita película porno gay y ahora no puedo dejar de verla. Nunca he entendido qué puede tener de interesante para un chico hacerle cosas a otro pero… esos chicos de la pantalla… parecen divertirse mucho.

- Hace… calor…- Veo que Kibum se ha quitado el jersey y vuelvo a ver la camiseta blanca que llevaba en la discoteca. Se veía tan… sexy… ¡Mierda! ¿por qué estoy pensando en esto? Me estoy volviendo loco. No debí aceptar salir de fiesta con una panda de locas, acabarán convirtiéndome en una de ellas-. ¿Tienes calor?

- Un poco.- Mi respuesta automática va acompañada de mi jersey cayendo lejos del sofá. ¿Qué coño estoy haciendo-. No sé por qué he bebido tanto, la verdad-. Porque me ponía de los nervios ver a ese pequeño Dinosaurio comiéndote a besos-. Me he descontrolado un poco-. Me paso una mano por el pelo y noto que estoy sudando.

- Ya lo vi.- Se ríe, moviéndose un poco y haciendo que el escote de su camiseta exponga un poco de perfecta piel blanca. WHAT???? - ¿En serio vas a verla hasta el final? - Señala la televisión y asiento.

- Podríamos jugar a “La galleta”. -Bromeo. ¿POR QUÉ COÑO HE DICHO ESO?

- Prefiero ni imaginar cómo se juega.- Se cruza de brazos.

- Sólo es un inocente juego de niños. - Y UNA MIERDA.

- Un montón de adolescentes con granos en la cara cascándosela en grupo. Lo veo.

En ese momento decido concentrarme en la pantalla para no tener que imaginar a Kibum jugando a ESO. Y el calor aumenta cuando veo que uno de los chicos esposa al otro a la cama y empieza a lamerlo. El otro se retuerce y suplica agónicamente frases en japonés que no consigo entender. Pero me gusta.

End Pov Minho

42

“Minho…”

- Esto es tan… raro…- Hace rato que no miro la película. Sólo a Minho, tanteando torpemente el cierre de su pantalón. ¿Decía en serio lo de ese juego estúpido? - Son…. hombres… - Lo sé-. Pero… me gusta ver eso.- También lo sé-. ¿Por qué? - Me mira. Me encojo de hombros lentamente.. “¿Porque estás borracho?” “¿Porque no te importaría experimentar algo así?” “¿Porque tú también eres gay?” Alejo todos esos pensamientos de mi mente (sobre todo el último) bebiendo lo que queda de mi vaso de zumo. También estoy algo cachondo, y a la vez incómodo, viendo este canal. Más, estando con él. Busco el mando a distancia con desesperación, pero no lo encuentro.

- ¿Quieres que cambie de canal? Creo que ya han empezado los informativos...

- Diossss.

Al mirarle me doy cuenta de que se ha abierto la cremallera del pantalón y su mano se ha deslizado dentro. “Oh, por dios, para Minho, vas a volverme loco”.

- Creo que… creo que es tarde…

- Hagámoslo.

- ¿Eing?

Me agarra la muñeca y me mira fijamente.

- Como cuando éramos niños.

- Yo no jugaba a eso de pequeño, Minho.

- Ok.- Su mano continúa palpando su ropa-. Esta noche ha sido mi primera vez bebiendo. Que sea tu primera vez en esto.

- Esto es ridículo.

- Vamos, los amigos hacemos estas cosas. Es divertido.

No cuando no tienes 15 años.

Ni somos amigos.

Ni quiero que lo seamos.

- Es raro, Minho.

- ¿En serio tú estás diciendo eso? - Se ríe.- Siéntate aquí.- Tira de mi hasta hacer que me siente a su lado y nuestros brazos se rocen.- El que se corra en último lugar, pierde.

Si esta noche no hubiera oído a Minho mencionarlo tantas veces no estaría tan empalmado como para no poder negarme a su petición. También cabe destacar que he bebido bastante (no tanto como él) y mi cuerpo actúa por su cuenta. Llevo más de media hora tratando de ocultar esta erección.

Veo cómo se relame y en un gesto lento y elegante (o así lo ha captado mi enferma mente) saca su miembro de sus pantalones y empieza a tocarse. Apenas puedo respirar ante la fugaz visión de ese trozo de carne entre sus dedos. Quiero-necesito que sea mío.

- Ahh…- El suspiro sale sin más, al sentir en mi brazo el brazo nervioso de Minho. He empezado a tocarme por encima de la ropa pero eso dejó de ser una opción cuando Minho abrió la cremallera de mi pantalón para que abandonara la timidez y me insistió en que “fuera un hombre”. Me giro para comprobar que no se ha asustado demasiado al escucharme pero no es así. Puedo ver que sus movimientos son torpes mientras los míos son rápidos y ansiosos. Él no me mira pero yo no puedo desclavar mis ojos de su miembro.

- ¡Mierda! - Sus manos van totalmente descoordinadas, no es capaz de correrse. Conozco esa sensación totalmente.

- ¿Necesitas…. ayuda? - ¿POR QUÉ DICES ESO? ¿ERES TONTO?

Nos miramos brevemente pero es suficiente para que entienda mi pregunta.

- No.- Hasta en la oscuridad de la sala puedo ver sus mejillas sonrojadas.

- Estás borracho y no conseguirás nada así.- Intento sonar convincente-. Te ayudaré.

- No hace falta. Y nunca pierdo una apuesta.- Sonríe indeciso.

- Ok, hagámoslo más interesante.

Aprovecho que tiene las piernas abiertas y me pongo de rodillas entre ellas.

43

- ¿Qué haces?

Vuelvo a masturbarme, esta vez a un ritmo lento, moviendo mis caderas al unísono, mientras veo que muerde sus labios con nerviosismo.

- Esto… no…

- Tranquilo, no voy a hacerte nada.- Se ha quedado mirándome y ya no se mueve. Mira mi mano, lo que sostiene y veo a su lengua humedecer su labio superior.- A menos que tú quieras.

No responde. Sólo coge mi mano libre y la conduce a su miembro.

“Oh Dios, esto no puede estar pasando”.

Mi mano se dirige temblorosa allí y lo acaricia sutilmente, provocando que Minho recueste su cabeza en el respaldo del sofá. Jugueteo con la punta observando cómo levanta la cadera sutilmente. Me muero por probarlo, quiero metérmelo en la boca y saborearlo completamente, que me llene y que nos pasemos toda la noche haciendo el amor. Todo eso es lo que quiero en estos momentos y lo que tengo que ocultar para evitar que salga corriendo de mi casa.

- Sigue…

- Ok, haré lo que quieras.- Le masturbo despacio, con miedo a hacerle daño o a que se haga plenamente consciente de lo que estamos haciendo-. Así… ¿te gusta? - Me acerco a su oreja para susurrárselo y sus ojos se abren al escuchar mi voz tan cerca.

- Ni se te ocurra besarme.

- No iba a hacerlo.

“Pero ahora que lo has dicho, me muero de ganas”.

- Mejor. Porque esto sólo es…

- Un favor.- Digo, secamente, comenzando a mover mi mano, esta vez de forma brusca y acelerada. Estoy cabreado : me encantaría follármelo y que mañana no recordara nada. Pero tampoco puedo hacer eso.

- Sí… sí…- Su mano se sitúa sobre la mía y me ayuda a tocarle. Todo se vuelve todavía más extraño en ese momento. - Tú también…. hazlo…

- ¿Qu.. qué?

- Quiero verte.

- Como… como cuando eras pequeño y nadie te veía.

Sonríe.

- Igual.

Vuelvo a tocarme y ahora nuestras miradas están totalmente inmersas la una en la otra. La película suena de fondo y entre gemidos ajenos se confunden los nuestros.

Apenas sin darnos cuentas, mis movimientos se le contagian y él también balancea su pelvis para marcar el ritmo de la masturbación, que acelero y ralentizo a sus deseos.

- Oh, por Dios, voy a correrme…

Y el simple hecho de saber que va a pasar hace que yo me corra primero, aunque apenas 10 segundos después noto su cuerpo vibrar y mi mano humedecida. No puedo evitar colocar mi cabeza en su hombro mientras noto cómo nuestro semen resbala por mis manos. Es una sensación increíble.

Su rostro sudoroso, su pecho subiendo y bajando rápidamente a causa del orgasmo, sus manos torpes cerca de mis piernas…

- Has perdido.- Río, jadeando.

Sonríe.

- Debería volver a mi casa.

- No hace falta.- “Estás demasiado borracho para subir las escaleras”-. Duerme en el sofá. Iré a lavarme.

Me levanto, dejándole solo. Un minuto más ahí y habría acabado besándole. Y eso no puede suceder. Cuando vuelvo del lavabo, ya no está y suspiro pensando en si lo que acaba de pasar ha sido real o sólo producto de mi imaginación.

Cojo mi móvil y estoy tentado a escribirle un mensaje, pero ¿qué le pongo? ¿“Gracias”? Eso sonaría demasiado patético. Decido ignorar esa idea y entretenerme en buscar en internet un poco de información acerca del famoso juego de “La galleta” al que jugaba el gran Choi Minho cuando era pequeño.Ya en la cama, recordando todo lo que acaba de pasar hace unos minutos, sólo puedo volver a masturbarme y fantasear con que en esta ocasión sean las manos de Minho las que me acarician.

http://www.cremademono.com/2008/01/28/el-juego-de-la-galleta/

- ¿Se la cascaba con todos sus amigos delante? ¿Ahí en grupo? - Onew se muere de la risa después de leer la página web que visité anoche.- ¡No me jodas! ¡Eso sí que es gay!

- Pienso lo mismo.

- Yo nunca lo he hecho-. Añade Taemin.- Creo que todos sabían que era gay y no me invitaban a sus reuniones.

Le acaricio el pelo. Pobrecito.

44

- Creo que todos esos rituales de paso de los hetero, no son otra cosa que experimentos cobardes con la homosexualidad.- Onew coge los cafés de la bandeja de la camarera-. Gracias, Luna.- Nos mira de nuevo-. En realidad seguro que mientras se la meneaban pensaban en pasar a otro nivel.- La bandeja de la camarera acaba en el suelo y ella la recoge rápidamente.

- Algún día te echarán por escándalo público.

- Como sea. ¿Puede que haya una ínfima posibilidad de que conviertas al “Sr. Soso” en uno de los nuestros?

- ¡Él no es soso, deja de llamarle así!

- Eso es cierto.- Ayuda Taemin-. Anoche gracias al sake pudimos conocer al verdadero Minho. Y fue divertido. No creí que de verdad él y Jonghyun pudieran hacerse amigos.

- Nadie lo creía…- Onew empieza a beber su café.

- Eso no fue todo.- Alejo un poco la taza por miedo a que Onew dé un golpe en la mesa y su contenido me salpique.- Cuando os fuísteis… llevé a Minho a mi casa…

- ¡No me digas que te obligó a jugar a La Galleta!

- ¡Hyung, no, joder! - Taemin nos mira impactado.- ¡Eso no sucedió!

- Ok…

- Pero…

- ¿Te lo follaste aprovechando que estaba borracho? ¡Ese es mi pequeño!

- No seas idiota, ¿cómo voy a hacer eso? Somos vecinos, no podría ni mirarle a la cara.

- ¿Qué pasó entonces, hyung?

- Estu...vimos viendo una peli.

- Aha.

- Porno.

- ….

- Gay.

Un silencio repentino se instala en el ambiente. Es como si de repente alguien hubiera pulsado el botón de “MUTE” en la cafetería. Ni se escucha el ruido de una simple cucharilla.

- Eso…- Taemin rompe el silencio, susurrando-... tuvo que ser… incómodo.

- Lo fue.

- ¿Qué cojones…? - Onew golpea la mesa y me libro de ensuciarme gracias a que mi premonición hizo que alejara el peligro de mi-. ¿Hicisteis algo? - Me escruta seriamente., haciéndome perder la serenidad.

- Algo…

- ¡Omo! - Taemin se tapa la boca con sus manos en un extraño gesto maternal de sorpresa.

- Maldito Kibum… - Onew se ríe, moviendo la cabeza a ambos lados.

- ¡No pasó ESO! - Me apresuro a explicar-. Sólo…. algo…

- ¿Qué clase de algo, concretamente?

- Bueno…

- ¿Os besásteis? - La voz de Taemin sale entre sus dedos, pues conserva su boca tapada.

Niego con la cabeza.

- ¿Os… metísteis mano? - Onew arquea las cejas en un gesto cómplice.

Asiento.

- ¿En serio, hyung?

- ¡Maldita mierda! - Se levanta de la mesa como un torbellino y me señala-. ¡Tú! ¡Ash! - Se despeina con las manos-. No puedo creer que me hayas hecho perder una apuesta.

- ¿Una qué?

- Paga y calla.- Taemin sorbe su batido de chocolate por la pajita mientras estira su mano en su dirección.

- ¡No puedo creer que esto esté pasando!

Onew saca su billetera del bolsillo y le entrega unos cuantos billetes.

45

- Gracias.

- ¿Apostaste que fracasaría, hyung?

- Parecía muy evidente, yo qué sé. Eres una caja de sorpresas.

- Te odio.

- Nadie diría que la cosa acabaría así. Te veía más llorando y lamentándote por tu estupidez, la verdad.

- Qué confianza tienes en mi.

Se sienta a mi lado y me da un codazo.

- Y dime… ¿qué tal la tiene Choi Minho? ¿Es… “El Gran Hermano”?

- ¡Hyung! - Le pegamos mientras escuchamos varios vasos de cristal romperse y la camarera recogiendo todo muerta de la vergüenza. Genial, no podremos volver a este lugar.

Tras mi aventura de “reconocimiento corporal” con Choi Minho en el sofá de mi casa no hemos vuelto a encontrarnos. No hemos hablado por teléfono, ni nos hemos mensajeado, y apenas escucho ruidos provenientes de su piso. Es como si se hubiera evaporado.

- Miauuuu…- Jean-Paul se acurruca en mi regazo en un inusual gesto en él, ya que no suele ser cariñoso conmigo.

- ¿Tienes hambre? - Le miro, pero cierra los ojos, cansado-. Ah… finalmente has aceptado que tú también necesitas algo de amor, eh? - “Pequeño cabrón, cada mañana me levanto marcado por tus arañazos para que te prepare el desayuno”.- ¿Qué harías tú si estuvieses en mi lugar? - Le miro, ya prácticamente dormido-. ¿Debería llamarle?-. Quizá eso sea ridículo, teniendo en cuenta que vivo justo debajo, pero por otro lado, ir a visitarle sería como muy… incómodo… teniendo en cuenta lo que pasó. Por otro lado existe la pequeña posibilidad de que él lo haya olvidado todo debido a todo el alcohol que bebió… Aunque dudo que de la manera en que se fue sin despedirse haya olvidado nada de aquello. Creo que lo más sensato sería olvidar el tema. Dejaré que sea él quien dé el primer paso. Aunque eso suponga que no vuelva a verle. No puedo seguir perdiendo más pedazos de mi dignidad.

46

Pov Taemin

- ¡Es genial! - Admiro la nueva funda de mi teléfono nuevo mientras tiro el envoltorio en una papelera del centro comercial-. ¡Así no se romperá si hyung vuelve a lanzarlo contra el suelo! - Aunque de verdad espero que eso no ocurra.

Lo guardo en el bolsillo y camino hacia una de las tiendas de ropa favoritas de Key. Necesito una camisa nueva pero sin él escogiendo mi ropa y haciéndome probar miles de modelitos, todo se vuelve demasiado complicado.

- ¡Hey, Taeminie! - Me sobresalto al escuchar mi nombre y ver a Jonghyun caminar hacia mi, con las manos llenas de bolsas-. ¡Qué casualidad!

- ¡Hyung! - Sonrío, es imposible no contagiarse con su alegría. Desde que él está en la vida de Key se ha convertido en una especie de “cuñado” al que todo el mundo adora. Aunque a Onew le cueste un poco más admitirlo.

- ¿Shopping?

Asiento.

- Pero no encuentro nada que me guste.

- Ash… ojalá yo pudiera dar un descanso a mi tarjeta de crédito…- Se ríe, soltando las bolsas y ayudándome a separar la ropa del colgador.- Creo que esta te quedaría bien.

- Es demasiado atrevida para mi.

- Eres joven, nada es demasiado atrevido.

- No me gusta llamar la atención.

- Mentiroso… Te he visto bailar en EXO Planet.

- Bueno, digamos que no me gusta llamar la atención más allá de la pista de baile.

Reímos.

- ¡Lee Taemin! - Me giro al escuchar mi nombre completo. Esto no puede estar pasando-. ¡Hasta que por fin te encuentro!

Kai camina de modo decidido hasta mi con su archiconocida sonrisa ladeada a la que sabe que nadie puede resistirse.

- Hola Kai.

- ¿Dónde te has estado metiendo? - Me acaricia un mechón de pelo e involuntariamente doy un paso atrás.- Te he estado llamando pero tu teléfono siempre está apagado.

- Ah, eso. Se me rompió.

- ¿Entonces qué es eso? - Señala mi nuevo móvil, asomando en el bolsillo trasero de mi pantalón.

- Es un móvil nuevo. Cambié de número.

- Con que ese era el misterio… Entiendo.- No me da tiempo a detener sus manos de que me lo arrebate y empiece a teclear-. Llamaré a mi móvil para que me quede registrado tu número-. Suspiro, frustrado, justo un segundo antes de que Jonghyun (que no recordaba ni que estaba ahí) coja el aparato de sus manos y me lo devuelva.

- Aigooo, Taeminie, ¿no me digas que has vuelto a perder el teléfono?

- No exactamente.

- Siempre te digo que lo lleves lo más cerca posible.- Me lo guarda en uno de los bolsillos delanteros del pantalón-. O vas a acabar montando tu propia compañía telefónica.- Me pellizca un moflete. ¿Esto de qué va?

- Perdona…- Kai nos interrumpe-... pero él estaba dándome su número.

- ¿En serio? - Jonghyun me mira de un modo un tanto dramático.

- En realidad no, sólo me cogió el teléfono.

- Ash, qué niños tan maleducados tenemos hoy en día. Eso me estresa.- Coge sus bolsas en una mano y me agarra por el brazo con la otra-. Vámonos, anda.

Titubeo levemente pero le sigo, aunque las piernas me tiemblan tanto que camino como a cámara lenta.

- Espera-. Noto que mi otro brazo es levemente aferrado por Kai-. ¿Qué está pasando contigo? - Me pregunta, casi interrogándome-. ¿Dónde te escondes?

47

- Yo no…

- Conmigo.- En un delicado pero rotundo gesto, Jonghyun retira la mano de Kai de mi brazo-. Soy su novio.- Abro los ojos, impactado ante la declaración-. O sea que déjale en paz, quienquiera que seas. Él es mío ahora.

Me rodea la cintura con un brazo y me obliga a caminar delante de él. No me atrevo a mirar atrás y simplemente obedezco como un robot, aunque no tengo ni la más mínima idea de lo que acaba de ocurrir.

Tras el incidente con Kai, nos sentamos en una cafetería cercana, ya que mis piernas apenas me responden, y ordenamos un par de cervezas. De verdad necesito tranquilizarme.

- Lo siento, hyung. Él era… fue…- Lo pienso durante un momento-. En realidad no fue más que un error.

- Eso me pareció.- Agarra su jarra y empieza a beber-. Espero que no te haya molestado que le dijera que era tu novio, pero me dio la impresión de que te ibas a echar a llorar y eso no es algo que pueda soportar así como así.

- A decir verdad… si no hubieras estado ahí, probablemente me habría puesto a llorar como una niña y habría acabado repitiendo ese error por vez número….- dudo acerca de ello…- número un millón.

Se ríe.

- Todos tropezamos varias veces con la misma piedra. No es para avergonzarse.

- Él rompió mi corazón. - Digo, tajante.

- Lo sé, lo vi en tus ojos. Temblaste. Y sé lo que sigue.- Se apoya en la mesa y me mira fijamente-. Pero estás yendo por un buen camino, no vaciles acerca de ello. No dejes que intente dominarte más.

- Es que él es tan…

- ¿Guapo?

- Iba a decir “persuasivo”, pero supongo que “guapo” es un buen adjetivo también.

- Si lo vuestro acabó, deberías pasar página de eso.

- No es que haya habido nunca un “nosotros”. Él sólo me llamaba cuando no tenía nada mejor que hacer. Nunca fui su novio, ni su compañero, ni su amigo. Sólo alguien fácil de engañar.- No puedo evitar que mi ojos se humedezcan ante mi propia evidencia, y comienzo a pestañear de un modo nervioso.

- Ok, olvidemos a ese idiota.- Levanta su jarra-. Brindemos por los nuevos comienzos.- Le imito y juntamos nuestras jarras-. Después de todo, yo también estoy solo ahora y no sé muy bien cómo afrontarlo.

- Lo siento, hyung. Creí que cuando le dijeras a Key-hyung lo de que tu boda se canceló, él gritaría de felicidad…

- Es demasiado tarde para nosotros.- Admite, derrotado-. Él se cansó de esperarme y no puedo culparle por ello. Tenía demasiado miedo. Y cuando conseguí vencerlo… él ya no estaba ahí para mi.

- Minho le tiene sorbido el cerebro. No sé cómo ha podido pasar algo como eso.

- Ese Choi es un buen tipo.- Sonríe, sincero-. Mal bebedor, pero buen tipo.

- La otra noche le emborrachamos expresamente. Pero sigue siendo muy extraño.

Reimos.

- Supongo que mi Key aún tiene esperanzas de convertirle.

- Supongo que ya no es tan imposible que eso suceda como hace dos meses.- Bebo un sorbo de mi cerveza y observo el gesto serio de Jonghyun, expectante.

- ¿Pasó algo?

- ¿Eh?

- Entre ellos, digo.

¿Y ahora qué se supone que tengo que decir? ¿Voy a decirle que han tenido su primer “encuentro sexual no fácilmente explicable” o por el contrario voy a mentir al hombre que me está abriendo su corazón tan directamente? Diga lo que diga, sé que la voy a cagar irremediablemente.

- No sé nada, Key no cuenta esas cosas.- Susurro, mirando a la mesa para evitar encontrarme con sus ojos.

- Mientes muy mal, pero gracias.- Suelta un risita nerviosa-. Aunque tengo que confesar que si hay alguien que pueda convertir en gay al “Héroe de la Nación” , ese es mi bebé. Sus encantos son demasiado irresistibles.- Mueve la cabeza a ambos lados-. Ese gatito sensual…- Entonces soy yo el que alcanzo a ver un brillo delator en sus ojos.

- Lo siento, hyung.- Hablo todavía más bajo que antes-. Él realmente es bobo por no darse cuenta de lo que está dejando escapar…

Jonghyun palmea mi mano, que descansa inerte sobre la mesa, para darme ánimo y quitarle importancia al asunto.

- ¿Tienes hambre? Porque yo sí.

Le miro y asiento. Coge la carta en un gesto decidido y empieza a pasar las páginas. Y aunque parezca extraño, por primera vez desde que le conozco, puedo entender un poco mejor lo que siente, porque yo también puse todas mis esperanzas en algo que resultó ser la cosa más absurda del mundo.

Pov Minho

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Maldigo al timbre y a quienquiera que lo haya tocado porque me he visto obligado a abandonar el maldito partido de fútbol online que estaba ganando contra mis amigos.

- Espero que sea importante…- Me quejo mientras dejo el mando y voy a abrir la puerta-. ¡Hyung!- Esto sí que no me lo esperaba.

- Minho- ah.- Me abraza-. ¿Cómo te está yendo la vida solitaria? - Me agarra por los hombros en un gesto paternal-. No me jodas que has vuelto a crecer.

- Creo que voy a crecer toda mi vida, hyung.

- Maldito seas.- Siempre ha odiado que sea más alto que él, a pesar de ser menor.

- Ya iba siendo hora de que vinieras a visitar la casa de tu dongsaeng, ¿no crees?

- He estado ocupado.- Se pasea por el piso mirando la decoración de pasada-. Mamá te ha estado ayudando con la decoración, ¿no?

- Por supuesto.- Admito-. Sabes que yo no tengo idea de eso.

- ¿No? - Me mira.- Creí que tus gustos habían cambiado un poco.

- ¿Mis gustos? ¿Qué quieres decir?

- Nada…- Se sienta en el sofá-. ¿Estabas jugando?

- Sí.- Me siento a su lado-. ¿Una partida?

- Vale.- Pongo el juego.- ¿Sabes? Jia está insistiendo mucho últimamente en que deberíamos empezar a buscar un bebé.

- ¡Omo!, ¿me vais a hacer tío?

- Probablemente.

- ¡Ese es mi hyung! - Le doy un codazo, orgulloso.

- ¿Te gustaría eso?

- Claro, siempre he querido ser tío.

- Me refiero a… si eso te gustaría para ti.

Dejo de mirar la pantalla mientras el juego se carga.

- ¿Bebés? Sí, claro, cuando me case. Bueno, cuando encuentre alguien con quien quiera casarme, entonces pensaré en ello. Así son las cosas, ¿no?

- Así suelen ser.

- Pues eso.

El juego empieza y ambos lo damos todo durante varias rondas, hasta que él acaba rindiéndose cuando asume que no va a poder ganarme nunca.

- Ah, maldito viciado.- Se levanta del sofá-. Seguro que te pasas el día entero jugando con esa cosa.

- Entreno muchas horas, hyung, ya lo sabes.

- Deberías salir más.- Coge su chaqueta-. Así no vas a encontrar novia nunca.

Trago saliva. ¿Y qué?

- No es una de mis prioridades ahora mismo.

- Lo sé, lo sé. Nunca lo es.- Le acompaño hasta la puerta-. Ah, por cierto,- se gira justo antes de cruzar el umbral-, el otro día conocí a un amigo tuyo.

¿Qué?

- ¿Qué? ¿A quién?

- Kim Kibum. -Mierda. - Un chico encantador. Extrañamente… encantador-. Puta mierda-. Parece que os habéis hecho grandes amigos.

¿Qué cojones sabe él de mi relación…. de mi…. lo que sea…. con Key?

- No sé de qué me hablas, hyung.

- De tu vecino.- Me mira como diciendo una obviedad-. ¿O es que acaso me mintió y era un simple fanático? Me sentiría muy estúpido si ha conseguido engañarme.

- Ahhh, ese Kibum….- finjo recordarlo súbitamente-.... sí, es un… amigo…

- De todas las personas que han venido a pedirme una cita contigo….- ¿¡Qué!?-... es el único que no me lo ha dicho directamente. Y mira que estoy acostumbrado a que tus fans (hombres y mujeres de todas las edades) vengan a preguntarme intimidades tuyas pero… por lo que sea… ese chico no parece ser alguien demasiado...común.

- No lo es-. En absoluto.

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- ¿Ah no?

Quizá he sido demasiado sincero en mi repentina respuesta.

- Es diseñador y demasiado….

- ¿...Gay?

- … ¡Raro!

- Ya. Me pregunto cómo habéis llegado a haceros tan amigos.

- No somos tan amigos.- Río, nervioso-. Sólo…. vecinos.

- Eso dijo él.- ¿En serio? ¿Kibum no me considera su amigo? Eso sí que es inesperado.- Tal vez sea así, después de todo.- ¿De qué coño está hablando? - Pero si fuera de otra forma, no sería la cosa más descabellada del mundo. O sea, todo puede pasar.

- ¿Qué intentas decirme, hyung?

- Nada.- Se pone la chaqueta-. Ya eres mayorcito para tomar tus propias decisiones. Sólo espero que seas capaz de vivir coherentemente.

Creo que el alcohol del otro día ha destruido gran parte de mi masa encefálica porque apenas soy capaz de entender lo que mi hermano me está queriendo decir. ¿Es que cree que Kibum y yo tenemos algo más que… una relación amistosa? Eso es ridículo. Aunque… teniendo en cuenta lo que ocurrió aquella noche… ¿qué es exactamente lo que tenemos?

End Pov Minho

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Revuelvo los papeles que hay encima de la mesa tratando de encontrar los malditos contratos pero parecen haberse esfumado en el universo paralelo de mi despacho. Registro los cajones, vuelvo a mirar en la fotocopiadora, pero aún no tengo idea de cómo han podido desaparecer ni dónde los dejé la última vez que los tuve en las manos. Me despeino, desesperado y pateo el suelo cuando la puerta se abre.

- Oppa… la reunión empieza en 5 minutos…

Sulli capta mi estado de ánimo en seguida y camina despacio al interior de mi despacho.

- ¡Maldita sea! no encuentro los malditos contratos…

- Oppa…- me muestra un par de carpetas - están aquí.

- ¿Cómo…?

- Me los diste esta mañana para que les hiciera un duplicado para la reunión.

- Oh dios, estoy perdiendo la cabeza.

Ríe, como siempre, de un modo infantil.

- Estás demasiado estresado. Deberías cogerte unas pequeñas vacaciones.

- Vacaciones. Ya no recuerdo ni qué es eso.

Cojo las carpetas y me dirijo a la sala de reuniones, donde me encuentro con el responsable de marketing, Seungho, y el de contabilidad, Jaejoong.

- Nuestro diseñador estrella por fin hace su aparición.- Ríe Seungho, invitándome a sentarme.

- ¿Dónde estabas? - Acusa Jaejoong, el enfermo de la puntualidad.

- Lo siento, he tenido unos problemas con… conmigo mismo.- Me siento-. Estoy agotado mentalmente. Pero olvidemos eso. La campaña.

- Toma.- Seungho me acerca un vaso de zumo de naranja-. Y deja el café.

- Como si eso pudiera suceder.

- Relájate un poco, ¿quieres?

Jaejoong hojea los papeles que les entrego y observo un par de muecas horrorizadas.

- ¿Hyeong Seop de nuevo?

- ¿Qué hay de malo? Es el mejor modelo de Corea.

- No digo que haya nada de malo en Seop, él es perfecto.

- Tiene un culo genial.- Admite Seungho.

- Controla tus hormonas, ¿quieres? Según los estudios de mercado…

- Allá vamos con esa mierda…

Les miro, atónito. ¿Qué pinto exactamente en esta reunión?

- Hyeong Seop es uno de los modelos favoritos de los hombres. Es abiertamente gay y todo el mundo le adora por eso. Pero tenemos que enfocarnos en un modelo que también sea capaz de atraer a las mujeres, que son el gran público consumidor.

- Perdona, pero ¿no soy yo el experto en marketing? - Se queja Seungho-. No te metas en mi terreno.

- No sé nada de eso. Sólo os expongo lo que me han pedido los jefes.

¿Qué?

Nos extiende un montón de papeles con gráficas.

- ¿Esto qué es?

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- Necesitamos a alguien mucho más potente. Alguien capaz de movilizar masas.

- ¿Un cantante? - Pregunta Seungho-. Todos tienen contratos cerrados con marcas de ropa común, no van a firmar un contrato exclusivo con nosotros.

- Alguien que sea considerado algo así como “el héroe de la nación”.- Oh no, por favor, no.- Habíamos pensando en… - Me mira - … un deportista.

Esto no es real, es una pesadilla.

- ¿Qué deportista? - Seungho se ajusta sus gafas.- Todos son aburridos y feos. Y sin estilo.

- Choi Minho.

Juro que mis labios tiemblan al escuchar su nombre y un montón de imágenes en flash llegan a mi cabeza.

- ¡Omo! ¡Minho! - Seungho aplaude emocionado-. ¡Él es muy guapo! ¿Cómo no pensé en él?

- Es el ídolo de todo el mundo en los últimos tiempos.

- Pero ¿cómo vamos a llegar a él? Tengo entendido que sólo hace reportajes con fines benéficos.

- Tenemos un contacto.

- ¿Quién?

- Kibum.- Ambos me miran-. Por lo que vi en tu desfile, sois bastante cercanos.

- ¿Minho es marica? - Seungho se levanta de su asiento de un salto.

- No somos tan cercanos…

- Incluso vivís en el mismo edificio, todo el mundo sabe eso.

Mierda.

- Tú…- Seungho me señala-... ¿te estás tirando a Choi Minho?

La puerta se abre con Sulli y una bandeja de tazas de café y todos nos quedamos en silencio. Ella me mira, esperando mi respuesta, mientras Seungho se sienta de nuevo y Jaejoong vuelve la vista a los papeles.

- Nada de eso. Somos amigos. Es más, él va a salir con Sulli.

- ¿C… cómo? - Tartamudea ella.

- ¿No te lo dije? Le hablé de ti.- Miento. Allá voy otra vez.-. Espero que estés libre este fin de semana.

Y por lo que más quiera, espero que Minho también.

POV Onew

“Maldito niño calentorro” me río y guardo el teléfono de nuevo en el bolsillo de la chaqueta. Luhan no ha dejado de enviarme mensajes esta semana mientras yo trataba inútilmente de darle largas por el bien de mi relación con Joon. O al menos para intentar salvar algo de lo que queda de nuestra amistad.

Suspiro, cansado, y me dejo caer en la silla.

- ¿Cómo va el programa? - Joon me acerca una taza de café y no puedo evitar una sonrisa tonta.

- Mal.- La agarro y recupero una postura erguida-. He encontrado un bug y no sé cómo arreglarlo.- En realidad, tengo dos bugs : el del maldito programa y el de su maldito hermano pequeño.

- Descansa un poco, llevas horas con eso.- Apaga el monitor de mi ordenador y acerca su silla-. ¿Por qué no vamos a cenar y mañana lo retomas?

La última vez que Joon me invitó a comer fue para advertirme que dejara de follarme a su hermano. Ahora me da miedo simplemente estar a solas con él.

- Tengo que hacer una demo del programa la semana que viene, - enciendo de nuevo el monitor-, y si no funciona, los clientes se van a cabrear. No puedo arriesgarme a que eso suceda, teniendo en cuenta lo mucho que han invertido en el proyecto.

- Tienes tiempo.- Agarra mi mano antes de que agarre de nuevo el mouse.- Vamos a despejarnos un poco, ¿sí?

En realidad ha sonado más como una amenaza que como una invitación. Asiento lentamente. Sea lo que sea lo que tiene que decirme esta vez, que lo haga cuanto antes.

Caminamos un par de calles en silencio y entramos en un pequeño restaurante de comida tradicional. Pedimos comida y bebida y simplemente esperamos igual de callados a que nos la traigan. Empieza a ser incómodo.

Suena un mensaje en mi móvil y lo saco del bolsillo para leerlo. Es de Luhan de nuevo. Lo borro rápidamente y no puedo evitar sonreir al imaginar la cara que pondría Joon si supiera que su hermanito me envía ese tipo de ofrecimientos.

- Bobo…

- ¿Estás con alguien? - Suelta de repente, y me atraganto con mi cerveza, pues aún no ha llegado la comida.

- ¿Cómo...?

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- Estos días te he visto muy pendiente del teléfono. Eso sólo puede significar dos cosas : o que estás con alguien o que tienes algún tipo de interés en esa persona.

- Te equivocas del todo.- Agarro los platos de las manos de la dueña del restaurante y le ayudo a colocarlos por la mesa.- Gracias-. Se retira-. Hay alguien que está insistiendo mucho en verme y a pesar de que le rechazo, continúa insistiendo.

- Estará muy colgado de ti.

- Creo que más bien soy como un reto personal para él. No podemos estar juntos y eso es lo que más le atrae.- Me río, como un idiota integral.

- ¿Por qué no podéis estar juntos?

- Porque su hyung piensa que es demasiado pequeño para estar teniendo encuentros en baños de discotecas.- Le miro mientras su cara se transforma.- Pero en realidad su hyung no sabe que su dongsaeng es la cosa más pervertida que el mundo ha creado.- Me río abiertamente mientras veo que cierra el puño que tiene encima de la mesa.

- En cuanto llegue a casa…

- Olvídalo, Joonie.- Le acerco su cerveza, deseando que beba un poco y se relaje-. Tu hermano es activo sexualmente y es algo que tienes que aceptar.- Bebo un par de sorbos de mi cerveza y espero a que él me imite, lo cual hace tímidamente, todavía perplejo por mis palabras-. A mi también me costó asumir que Taeminie ya no era un niño. Cuando vino a contarnos que había perdido la virginidad, estuve a punto de llamar a sus padres para que le castigaran.- Sonríe, supongo que contagiado por mi tono de voz-. Sabía que se estaba equivocando de tipo desde el principio. Ese Kai no era de fiar y le rompió el corazón no 1 ni 2 veces, muchas más, y él siguió cayendo hasta que le rompí el teléfono.- Abre sus ojos, asustado-. Ahora ya no se llaman, al menos. Y Taemin está enfocado en su futuro.

- ¿Dices… que debería romperle el teléfono a Luhan? - Mierda, ¿yo he dicho eso? Bueno, al menos así dejaría de llamarme.

- O sea, NO, pero… quiero decir que….- Me he perdido-... ya no sé ni lo que quiero decir. - Como un poco de carne y mastico descuidadamente.- Yo en realidad no planeé esto. - Miro al techo, cansado-. Lo de Luhan, no es algo que quería que pasara.- Le miro-. Tú y yo somos… ya sabes, amigos… y él es como… bueno, siempre ha sido algo así como una mascota para mi…

- ¿Una mascota?

La sigo cagando en mayúsculas.

- Ya sabes lo que quiero decir.- Espero que él lo sepa porque yo no tengo ni idea-. Tu hermano siempre ha sido para mi el “dulce Luhan”. Le conozco desde que tenía…¿cuánto? ¿siete años? Le he llevado al colegio, de excursión, y hasta le he dado clases de inglés. No esperaba que de un día a otro se convirtiera en… - cuida tus palabras, Onew-... un hombre.

- ¡Pero es que él no es un hombre, aún! ¡Tiene 17!

- Que tú le veas como a un niño, no significa que lo sea.- Sigo comiendo despreocupadamente.- A mi también me costó quitarme la venda de los ojos. Pero cuando me tocó el culo, vi la luz.

Joon se atraganta con la comida y le doy unos pequeños golpecitos en la espalda.

- Demasiada información.

- Lo siento, Joonie.- Le miro, serio-. De verdad siento lo que pasó. No puedo negar que Luhan es guapo y tiene… bastante… ehm… experiencia… En fin, eso no es una excusa. Él es tu hermano y debería haberlo tenido presente.

- No importa tanto, en realidad.

- Tú y yo somos amigos desde hace tanto…

- Prefiero que se acueste contigo a que lo haga con cualquier otro extraño, la verdad…

- O sea, ¡él es como mi pequeño cuñado! Es algo así como… ilegal…

- ¿Qué dices?

¿Qué digo? ¿Qué mierda estoy diciendo?

- Ah, no sé lo que digo…

Vuelvo a comer con ánimo y dejo de mirarle.

- Gracias.

- ¿Por? - Mascullo con la boca llena de comida.

- Respetar mi petición.

- Eres mi amigo, Joonie. Nunca te haría daño.

Genial. ¿Ahora qué coño haré? No puedo follarme a Joon porque somos demasiado amigos, pero tampoco puedo follarme a Luhan porque eso le decepcionaría. Creo que él debería hacerse cargo de toda mi frustración sexual.

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A pesar de que he intentado por todos los medios hacer cambiar de opinión a mis socios proponiéndoles el nombre de innumerables estrellas Hallyu para el photoshoot, no lo he conseguido, o sea que mi plan de evitar encontrarme con Minho ha sido un completo fracaso. ¿Por qué siempre que planeo algo que tiene que ver con él acabo obteniendo resultados inesperados? Creo que es porque me nubla la noción de la realidad.

Tras casi una semana de negociaciones en el trabajo y de cambio estratégico de horario (para conseguir no encontrar a Minho en ninguna parte del edificio) no tengo más remedio que ir a visitarle para aclarar un par de puntos con él : su cita con Sulli y conseguir que quiera hacer de modelo principal en mi nueva campaña de publicidad. ¿Por qué la vida es tan cruel conmigo?

Me tomo tres tazas de café seguidas y apenas noto efecto alguno salvo un temblor leve en mis manos, pero puede ser debido al nerviosismo de tener que ir a verle y proponerle cosas que sé que no serán de su agrado. En estos momento odio ser yo.

- Kibum… qué… sorpresa…- Noto que baja la mirada para evitar la mía, y me contagio inconscientemente del gesto.

- Perdona que te moleste, ¿estabas ocupado? Si es así, lo dejamos para otro día. - Empiezo a marcharme, pero su voz me detiene.

- No, tranquilo, no hacía nada importante.- Se hace a un lado indicándome que pase y lo hago, observando atentamente a mi alrededor.

- Vaya… ¿has estado redecorando?

- Un poco.- Admite, tímidamente-. He estado bastante tiempo en casa estos días y me he dado cuenta de que todo el piso era bastante… impersonal.

- ¿Este eres tú? - Señalo una foto en la pared de un niño sosteniendo un trofeo.

- Sí, tenía 9 años.

- ¡Wow! ¿Ya tenías esos ojos enormes entonces?

Se ríe.

- En el colegio me llamaban “rana” o “alien”.

Me río por dentro al recordar que Jonghyun también suele llamarle cosas como ésa.

- Apuesto a que siempre has sido un niño deportista.- Miro más fotos con la ternura propia de una madre orgullosa.

- Lo he vivido así desde que nací.

- Es normal.

- ¿Hoy no traes galletas?

Me giro y le miro, extrañado ante la pregunta.

- ¿Por?

- Siempre que vienes, traes algo.

- Ah, eso… Recientemente descubrí que los deportistas de élite no toman demasiados alimentos altos en grasas. Me sentí un poco mal por no ayudar con eso.

- No te preocupes, no hiciste nada irremediable.

“Nada irremediable” de repente se convierte en algo que no me apetecía escuchar.

- No he traído galletas, pero sí esto.- Le extiendo una carpeta con el contrato y evito mirarle directamente a los ojos, ahora que él se ha decidido a sí hacerlo.- No es vinculante, pero no me han dejado opción. En realidad no quería…

Lo agarra y empieza a pasar las hojas.

- ¿De qué va esto?

- Antes que nada, me gustaría dejar claro que es una propuesta. No fue idea mía ni he pensado en ningún maldito momento que aceptarías algo así, pero mis socios creen que eres el mejor candidato y me han amenazado con suspender la campaña si no la haces tú.- Ok, eso es una exageración muy propia de mi dramatismo habitual.

- ¿Me estás diciendo que quieres que forme parte de una campaña de publicidad? - Su cara de asco lo dice todo.

- No. Te estoy PROPONIENDO que seas el maldito protagonista de nuestra campaña de lanzamiento de la nueva colección de primavera.

Lo que se supone debería haber sonado a proposición, ha terminado pareciendo una petición desesperada de “por favor, no lo hagas”. Me devuelve la carpeta.

- Yo no hago estas cosas. Ya lo sabes.

54

- Lo sé, lo sé.- Cojo la carpeta en el gesto más natural del mundo, porque así es como tienen que ser las cosas según la lógica aplastante de Choi Minho.- Le transmitiré tus palabras a mis socios, tranquilo.

Camino hasta la puerta, más relajado al haber conseguido mi propósito.

- No estaré metiéndote en problemas con esto, ¿verdad?

- No te preocupes, lo sabré manejar.

- Espero que no hayas pensado que soy un borde por rechazarlo.

- Conozco tus principios, sé que odias la moda, y no voy a obligarte a hacerlo.- Abro la puerta.

- No es que odie la moda, es sólo que no me interesa.

- Ya, ya.- Es el momento perfecto para soltarlo.- Por cierto, - me giro, antes de marcharme-, esto sí que te lo pido como un favor personal.

- Dime.- Se coloca las manos en las caderas, esperando.

- Si no haces nada este fin de semana, ¿podrías salir con alguien?

Me mira, visiblemente contrariado.

- ¿Con quién?

- Mi asistente. Sulli. Es realmente hermosa y divertida, además de muy inteligente. Fuimos juntos la universidad y es una auténtica joya.

- ¿Una chica?

- Sí, claro.- Es lo normal para un hetero, ¿no?

- No salgo en citas a ciegas. No me gusta que intenten emparejarme.

- Vamos, no es que esté organizándote una cita para matrimonio de esas. Sólo que salgas con ella una noche. Acaba de romper con su novio y ahora mismo se siente bastante… menospreciada.- Capítulo 4634613 de “cómo mentir a Choi Minho”.- Le vendría bien distraerse un poco.

- Eso lo entiendo, pero, ¿por qué yo? Todo el mundo sabe que no tengo citas.

- Porque no conozco a muchos heteros y seguro que a ella le gustarás. Vamos, le gustas a todas las mujeres. ¿no? - “Hombres, cabras, mamíferos en general y cualquier tipo de vida de otros planetas” añado mentalmente.

- Es que se me hace muy… antinatural todo esto, ¿sabes?

- Sólo llévala a cenar.- Me apresuro a salir-. Te mandaré un mensaje con su número. Llévale unas flores, las rosas rojas son sus favoritas. Ponte un traje gris, le encantan los hombres que llevan colores poco comunes. Sé puntual, odia que la hagan esperar.- ¿Hablo de mi o de Sulli? - Y sobre todo, sé bueno con ella, es una chica extraordinaria.- Eso lo digo de verdad.

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- ¿En serio la has lanzado a los brazos de Minho? - Taemin agarra su café en vaso de plástico de la máquina del café del centro comercial y se sienta junto a nosotros en el banco.

- Eres idiota.- Onew abre mi ejemplar mensual de “Men’s Health” y suspira al ver el poster central.

- El mal ya está hecho.- Suspiro.- Después de comprobar que él no tiene ningún tipo de interés en mi…

- Eso no lo sabes, hyung.

- No supe nada de él durante más de una semana. ¡Y después de lo que pasó! Ni siquiera hemos hablado de ello, ¡ni lo ha mencionado! Eso sólo puede significar que no le importó nada.

- También puede ser que se avergüence.- Dice Onew, perdido entre sus babas, girando la revista para ver con mayor detenimiento los músculos del modelo del poster-. O que lo haya visto como un simple retroceso a sus actividades adolescentes.

- ¡Exacto! Voy a tomarme los próximos días como un reto personal. Lo he decidido.- Mis amigos me miran fijamente.- Voy a olvidarme de Minho.

Creía que este nuevo plan era con diferencia la cosa más inteligente que había hecho en los últimos meses y la única salida lógica a toda aquella situación, pero no conté con que a veces el destino (si es que esa mierda existe y no la bipolaridad humana) te pone a prueba de las maneras más insospechadas.

- ¡Sabía que lo lograrías! - Seungho me ofrece un capuccino mientras sonríe con los ojos brillantes.- ¡Esto va a ser muy épico!

- ¿Eing?

- ¡Es tan perfecto que me he tenido que ir del estudio o acabaría abalanzándome sobre él!

- ¿De qué hablas?

- Kibum…- Jaejoong camina con las manos llenas de papeles-... enhorabuena. No sé cómo demonios lo has hecho pero eres un maldito genio.

55

Continúa caminando hacia su despacho mientras yo intento entender algo de lo que me están contando. Como Seungho parece haber sufrido un aneurisma o algo similar, doy un sorbo a mi café y entro al estudio a supervisar el trabajo de HyeonSeop y el orden de las prendas para la sesión de fotos.

- ¡Perfecto, Choi, ahora mira a la izquierda!

Me paralizo al escuchar la orden del fotógrafo y mis ojos pasean por todo el lugar hasta encontrarle. Delante de la cámara. Con esa chaqueta abierta. Ese peinado sexy. Ese delineado perfecto.

- ¿Qué haces…- Susurro, pero nadie lo escucha.

Noto que él me ha visto y me lanza una sonrisa seductora (¿o ha sido a la cámara?). Perfecto. Todo mi maldito plan se acaba de ir a la mierda.

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Ayudo a recoger y reorganizar toda la ropa tras la sesión de fotos y me concentro en salir del estudio lo antes posible, cosa nada fácil porque todo el mundo parece tener algo que opinar acerca de la sesión. Me doy tanta prisa que mi portafolios acaba cayendo al suelo y todos mis papeles con los nuevos diseños acaban esparcidos por todos lados.

- Desastre…- Minho se agacha y los recoge, entregándomelos con una sonrisa.

- Gracias.- Los guardo rápidamente sin mirarle.

- ¿No vas a preguntarme por qué he cambiado de opinión?

Trago saliva. En realidad no sé si quiero saberlo.

- Supongo que Jaejoong subió la oferta.

- Te equivocas.- Se apoya en una de las mesas.- Acordamos que la mitad de mi caché se donaría a una organización de beneficencia.

Me muero.

- Eso… es… genial…

- La otra mitad creo que la guardaré para pagar a los guardaespaldas que voy a tener que contratar cuando las fotos salgan a la luz.

- ¿Qué?

- Las chicas se me tirarán encima.- Ríe abiertamente y abro los ojos, sorprendido ante tal declaración.

- Oh… será…. estupendo…- ¿O no? ¿Qué coño estoy haciendo? ¿Por qué le estoy lanzando al mundo como si no quisiera tenerle sólo para mi?

- ¿Comemos juntos?

- ¿Eh…?

- Todos van a ir a comer a un restaurante japonés que está aquí cerca.

- Ah… sí… Yo… tengo mucho trabajo… Lo siento, otra vez será.

- Oh…

- Oppa, la reunión empieza en 10 min… ¡Omo!

Sulli acaba de entrar en el estudio y sufre una especie de colapso semejante al mío. Minho rápidamente cierra su chaqueta para cubrirse la poca piel expuesta (para mi gusto) y encuentro la oportunidad de oro.

- ¡Sulli, querida, ven aquí!

Ella se acerca lentamente, realmente la estoy obligando a ello.

- ¿Quieres… algo…?

- Mira, este es Choi Minho, capitán de…- ¿De qué coño era capitán? - ¡Da igual!, es un amigo mío y está soltero, ¿no es increíble? - Me río exageradamente mientras ambos me miran con incredulidad-. ¿Por qué no la invitas a cenar? - Le miro.- Sulli es un encanto.La empujo delante de mi para que la vea bien (pobrecita, debe de sentirse como en un escaparate en época de rebajas).- ¿Te va bien el sábado?

- ¿Mañana? - Sulli me mira horrorizada.

- ¿Mañana es sábado? - Dios, no sé ni en qué día vivo. Miro a Minho, que todavía parece en shock-. El sábado es un día perfecto, ¿no crees? - Asiente, poco convencido-. Bueno, os dejo con los detalles, que tengo mucho que hacer.- Empujo un poco más a Sulli para que no pueda escabullirse, cosa que yo sí hago y de una forma muy poco sutil. Lo siento por ella, supongo que la compensaré de alguna forma, pero necesitaba salir de ahí o acabaría teniendo serios problemas con mi plan.

De vuelta a la oficina, no consigo dejar de pensar en lo idiota que soy, y tiro papeles aquí y allá para intentar canalizar mi ira. IDIOTAAAAAAAAAAAAAAAA.

- ¿Oppa? - Sulli entra mirando con asombro cómo decoro el suelo con papel.- ¿Estás… bien?

- Perfectamente.- Cruzo mis brazos y trato de devolver a mi pelo a una posición normal. Nadie se lo cree.

- Aún no puedo creer que vaya a salir con Minho… - Se sienta en mi sofá.

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- Yo tampoco…- suspiro.

- Él no es…. ya sabes… ¿también gay?

- En absoluto, para nada, es muy obvio, ¿no? - Recojo torpemente los papeles esparcidos por el suelo de la oficina.

- Deberías haberme avisado de que iba a ir a tu fiesta el otro día. Me habría puesto un vestido y así le habría impresionado (o al menos recordaría mi cara)... Claro, como todos tus amigos son gays no pensé que tendría posibilidades…

- Estabas preciosa.

- No lo suficiente, ¡es Choi Minho!

Su exclamación parece haber salido de mis labios, a veces siento que nos parecemos demasiado.

- Aceptó la cita, ¿no? Eso ya es una buena señal.

- No lo entiendes, ¿verdad? La presión es enorme. Ahora no tengo ni idea de qué voy a ponerme para salir con él.

Y como además de idiota soy un idiota integral, ayudo a Sulli a escoger el vestido perfecto para su cita con Minho. ¿A que me merezco un premio?

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- Hyung… no puedo creer que hayas hecho algo tan estúpido.

Me acuesto sobre el regazo de Taemin, en mi sofá, dramatizando (como siempre).

- ¿Qué pasará si se atraen? - Onew corta el bizcocho que horneamos hace un rato y lo coloca en la mesa de centro.- Si… te acabas convirtiendo en una de esas agencias matrimoniales.

Suspiro.

- Entonces… me alegraré por ambos, porque los dos son buenas personas y merecen ser felices.

- ¿Quién eres tú y qué has hecho con mi hyung? - Taemin sacude sus piernas para que me mueva.- ¡Espabila!

Me giro, aún acostado, y miro a la televisión, donde la protagonista de un dorama llora a moco tendido porque su novio rico acaba de mandarla a la mierda.

- ¡Ese soy yo! - Señalo a la víctima.

Taemin y Onew miran a la pantalla y se ríen.

- Porque tú has querido.- Onew empieza a comer el bizcocho-. Eres un puto cobarde. - Habla con la boca llena, como de costumbre, porque piensa que comer nunca debe ser relegado a un segundo plano, incluso cuando estás manteniendo una conversación.- Creía que después del “momento paja” habíais estrechado… lazos…

- ¡No menciones ese momento! ¿quieres?

- No haberlo contado.

- Es que… ¡joder! - Me siento en el sofá-. ¿Cómo pude permitir que pasara eso? O sea, estaba claro que no iba a significar nada, sólo fue una… descarga… Pero yo estaba perfectamente sobrio, podría haberlo ayudado a irse a su casa y nada habría ocurrido, ¡pero no! Como soy imbécil, tuve que traerle y dejar que viera mi puto porno.

- Hyung, cálmate.- Taemin me alcanza un trozo de bizcocho y me acaricia un brazo-. Déjalo pasar. ¿No querías olvidarte de él? Así no vas por buen camino.

- Tienes razón.- Suspiro de nuevo.- Pero es que… ¡se la toqué!

Ambos sueltan sus bizcochos porque saben que se avecina otro nuevo relato de la noche fatídica en la que toqué a Minho más de lo que jamás creí que haría.

58

Normalmente salir de compras me relaja. En cuanto la tarjeta de crédito cambia de manos, las taquicardias y la respiración agitada se detienen y puedo pensar con mayor claridad. Pero hoy no está sucediendo. Mis manos van cargadas de bolsas y ni un ápice de tranquilidad. Sólo… más estrés… ESTÚPIDA OBSESIÓN POR MINHO.

- ¡Kibum-ah!

Abandono mis maldiciones y de regreso al planeta tierra me encuentro a Jonghyun, alguien a quien en realidad no quería encontrar en estos momentos.

- Jjong… - Pero mis ojos se cristalizan en cuestión de segundos.

Regla número 1 cuando estás deprimido al nivel Kim Kibum : nunca NUNCA intentes socializar con nadie. No funciona.

- ¿Está todo bien? - Pregunta, preocupado.

Sólo entonces capto que está más alejado de lo que normalmente suele estar cuando hablamos y de que no va solo.

Sacudo la cabeza rápidamente.

- Todo bien. Sólo… cansado.

- Ah… ok…

- Oppa… - La chica que está a su lado parece que tiene más prisa que nosotros-... yo voy entrando a la tienda, no quiero que cierren sin que firmemos todo.

- Oh sí, claro…- Me mira-. Kibum… ella es… Jessica.

Y el momento se convierte en uno de esos momentos en los que desearías ser teletransportado a otro… planeta.

- Encantado.- Hago una reverencia rápida y al levantar la cabeza observo su ceño fruncido.

- Igualmente.- Se gira hacia Jonghyun-. Voy yendo, nos vemos ahí.

Se va tan deprisa que no es difícil imaginar lo que está pasando.

- Ella sabe quién soy, ¿verdad?

Jonghyun la sigue con la mirada, y responde.

- Encontró algunas fotos en mi teléfono.

- ¿¡QUÉ FOTOS!? - No, hoy no va a ser un día de relajación para mi.

- Sólo algunas tontas. Pero no es difícil relacionar las cosas cuando tengo más fotos tuyas que suyas…

- ¿Le contaste…?

- ¿Lo nuestro? - Asiento-. Sí. No tenía sentido ocultarlo más.

- Pero nosotros…

- Ahora no es un buen momento, bebé.- Se acerca a mi y me rodea por la cintura, haciéndome sentir incómodo.- Voy a ir a cancelar la lista de bodas con Jessica en estos momentos.- Genial, esto me hace sentir mucho mejor, dónde va a parar.- Si esperas unos minutos podemos tomar un café.

Jonghyun y yo tomando un café en un centro comercial no es una escena que imaginé que pasaría en esta vida.

- Creo que no me apetece tomar café.- Imposible, con mis pulsaciones a punto de llevarme a la sala de urgencias más cercana.

- Ok, que sea un cocktail.- Me señala un lugar y sonríe.- Espérame, ahora vuelvo.

Aunque inicialmente dudé en aceptar, finalmente decidí que un cocktail me sentaría bien. Y aunque sea martes, puede que ayude a que la semana pase más rápidamente.

*Flashback*

- Él es tan increíble… - Sulli parece caminar entre nubes de algodón-... pagó la cuenta del restaurante, y aunque todo el mundo le reconoció, no alardeó de ello en ningún momento.

59

Su-polla-en-mi-mano es todo lo que mi mente puede procesar pero no puedo dejar que salga de mi boca.

- Aha…

- Pensaba que él estaría acostumbrado a salir con super modelos cabezas huecas pero para nadaaaaa…- No sé por qué su tono de voz se ha vuelto de repente cursi-. Me dijo que no tiene citas porque está concentrado en su trabajo.

- Psss…. es lo que tiene la NASA. - Murmuro.

- ¿Qué dices?

- Nada…

- Realmente sabe cómo tratar a una mujer. Es dulce y amable, atento y caballeroso…

Y millones de adjetivos más que podría añadir pero me dejarían tan en evidencia que simplemente me callo y sigo comiendo.

- Se te va a enfriar eso.- Apunto a su sopa.

- No me importa, en realidad pensaba ponerme a dieta.

- Pero qué dices, si estás perfecta.

- Quiero ponerme un vestido impresionante para salir con Minho el sábado.

- ¿V...vais a volver a salir?

*End flashback*

Dos cocktails después, aparece Jonghyun.

- Perdona el retraso.- Se sienta y busca rápidamente al camarero con la mirada.

- No importa.- Levanto el brazo y chillo.- ¡Yongwha, aquí!

Dos cocktails después, el camarero y yo nos hemos hecho amigos.

- ¿Qué quieres esta vez? - Sonríe, amable.

- Mmmmm… - Balanceo mis pies. contento-. Algo dulce. ¿Qué recomiendas?

- Puede que te guste un mojito de frambuesa.

- Mmmmm…. mojito…. suena muy…. exótico.

- Así es.

- Él tomará un margarita.- Señalo a Jonghyun.- Está bien eso, ¿no?

- Está perfecto.- Sonríe, divertido por mi forma de actuar.

Yonghwa se va y sigo mirando la carta.

- Quizá debería pedirme un Bloody Mary después…

- Basta, basta…- Jonghyun me arrebata la carta de las manos-. ¿Es que piensas beberte el local entero?

- Si lo mezclan todo junto en un gran vaso y con una pajita enorme, ¿por qué no? - Me río, contagiándole.

- Sé que tardé, pero no tanto como para que estés en este estado.- Se burla.

- El alcohol es rápido en mi sangre.- Le echo la lengua.- Ah…. necesitaba relajarme…

Jonghyun me peina con una mano, parece absolutamente relajado.

- Me alegro de que estés mejor.

- ¿Cómo ha ido?

- ¿Eh?

- Jessica. Parecía cabreada.

- Lo está, y mucho. Hemos tenido que pagar una fortuna por cancelar la boda y muchas fianzas por anular encargos florales, regalos, y toda esa mierda.

- Qué rollo.

60

- Un consejo : nunca, NUNCA, te cases.

- No pensaba hacerlo.

- Ni yo.

Yonghwa trae los cocktails y brindamos.

- ¡Por la soltería!

- ¡Por las gardenias jasminoides de China!

- ¿¡Qué!?

- Las putas flores que Jessica quería para la boda.- Bebe un trago.

- Wow, debe de tener un gusto exquisito.

- Lo tiene.

- Digo… para elegirte a ti.

- Ya te lo dije : ella no me eligió, sólo fue un contrato. Bueno, al final ni eso.

- ¿Qué va a pasar ahora? Tu padre debe de estar muy decepcionado.

- Más que eso. Ahora tiene un hijo marica.- Se ríe, pero no está borracho, sólo se ríe con cierta melancolía.

- Lo siento.

- Yo no, me siento bastante aliviado ahora. Tendré que trabajar muy duro porque la familia Jung, que iba a ser nuestra socia, ahora se ha convertido en nuestro enemigo número uno.

- Vaya…

- Pero siempre me ha gustado pelear.

- Eres fuerte y listo, sé que lo conseguirás.

- Eso espero, o me desheredarán.- Sigue bebiendo.

- No sé por qué nos gusta tanto complicarnos la vida. Somos iguales en eso, ¿no?

- Almas gemelas.- Sonríe.

- Sólo que mis padres ya saben todo lo que tienen que saber de mi.

- Oh cierto, me he independizado.- Saca un pequeño bloc de notas y un bolígrafo y escribe algo.- No llegué a convivir con Jessica, pero obviamente ninguno quería quedarse con la casa, o sea que me he comprado un dúplex.- Me pasa el papel.- Esta es la dirección. Ven cuando quieras.

- No creo que sea una buena idea.

- ¿Por?

-…

- Ah… Choi Minho,... cierto…. ¿cómo va ese… proyecto? - Se está burlando.

- Desestimado.- Bebo hasta acabar con mi cocktail y le pido al camarero otro igual con una seña.

- ¿Tan pronto?

- Ya me conoces : no me gusta esforzarme demasiado.

- No mientas, estás hablando conmigo.

Oh, cierto.

- No sé en qué maldito momento pensé que aquello tenía alguna posibilidad.

- Fue bastante kamikaze, la verdad.- Me acaricia el brazo, consolándome.

- Gracias.- Me quejo por su sinceridad.

- Pero puedo entender tu interés, el chico está muy bueno.

- Demasiado.

- ¿Seguro que es hetero?

61

- Completamente.

- Es una pena.

- Aunque…

- Qué.

- En alguna ocasión...dudé un poco.

- ¿Y eso?

- Pasó… algo raro entre nosotros…

- ¿Follásteis?

SÍ, CLARO, ESO MISMO.

- ¿¡NO TE ESTOY DICIENDO QUE ES CONDENADAMENTE HETERO!?

Sí, Jonghyun y la mitad del centro comercial lo han escuchado perfectamente.

- Vale, vale, explícate.

- Tuvimos…. un pequeño…. acercamiento.

- Como qué.

- Ahora no te lo puedo explicar.- Llega mi mojito y empiezo a saborearlo.- Con detalles no, al menos.

- Ah….- Hace un gesto con su mano y su boca bastante evidente.

Estallo a reir.

- ¡No, no se la chupé!

Sí, de nuevo todo el mundo nos mira pero nos da igual, ambos reímos como locos. Yo, porque he bebido más de la cuenta, y Jonghyun porque cree que soy muy mono cuando estoy totalmente fuera de mi mismo.

- ¿Entonces? - Me tranquilizo un poco y me acomodo en mi asiento. Hago un sutil -para nada sutil- movimiento con mis manos y Jonghyun abre los ojos, impresionado.- ¡No me jodas!

- Fue una gilipollez, en realidad.- Me río de nuevo.- No fue nada. Estaba borracho.

- ¿Él o tú?

- Él.

- ¿Quién empezó?

- Él.

- Ah… - Nos quedamos en silencio unos segundos.- Interesante.

- No te burles.- Le lanzo una servilleta de papel.

- ¡No lo hago! - Se defiende.- Sólo me parece increíble que lo hayas conseguido.

- El qué.

- Abre los ojos, bebé : Minho no es hetero.

62

Pov Minho

Max no deja de hacer dibujos extraños en la pizarra y todos asienten y opinan sobre las tácticas de ataque y defensa a seguir en el siguiente partido, pero yo no consigo concentrarme. Ni siquiera sé dónde he dejado mi libreta y no puedo tomar nota de nada. Ni tengo intenciones de hacerlo. Si por mi fuera, en estos momentos estaría metido en mi cama en posición fetal. Y me levantaría cuando la tormenta pasase.

Terminamos de cambiarnos y Max se acerca a mi con varios esquemas.

- Estoy esperando.- Le miro, sin comprender nada.- No has abierto la boca durante todo el entrenamiento, ni durante la explicación. No has anotado nada, y ni siquiera has prestado atención a mis ideas. ¿Vas a decirme lo que opinas, capitán?

Le miro. Serio.

- Me gusta Kibum.

- ¿Cómo dices…?

- Digo que me… me gusta Kibum. Mi vecino… gay…. Me gusta.

- No me lo creo.- Se ríe y se sienta en un banco, palmeándolo para que me siente a su lado.- ¿Estás hablando en serio? - Me siento, en silencio, ni siquiera me atrevo a mirarle.- A ver, Minho…- Toma aire-. Creo que lo que pasa aquí es que quieres follártelo.- Le miro, con la boca abierta por su apreciación.- Si sólo te gustara, no me lo contarías porque sería algo que tú creerías poder controlar. Pero si me lo estás contando es porque… hay algo más.- Pero qué….- Te quieres follar a esa Diva rubia.

- ¡No me lo quiero follar! - Mi grito hace que algunos de mis compañeros abandonen sus conversaciones y se centren en la nuestra. Bajo el tono-. Ni siquiera pienso en esas cosas cuando pienso en él.

- ¿Piensas en él?

- Nop.- Miento.

No sé en qué momento esa estupidez de que me gusta Kibum decidió por su cuenta salir de mi boca. Pero no puedo seguir con esto. Si yo mismo apenas puedo asimilar lo que me está pasando… ¿cómo voy a contárselo a alguien más? ¿a alguien que, probablemente, está deseando llevarme al desfile del Día del Orgullo?

End Pov Minho

- Vaya mierda.- Onew se sienta delante de la televisión, quejándose de nuevo, mientras Taemin le pasa un bol de palomitas.- ¿A partir de ahora todos nuestros sábados por la noche van a ser así? - Mira mi cuerpo inerte en el sofá, boca abajo-. Porque estoy considerando seriamente dejar de ser tu amigo.

- ¡Hyung! - Protesta Taemin.- Tenemos que apoyarle, no devastarle.

Levanto una mano.

- Es igual. Nada de lo que diga ya me afecta. Estoy seco. Ya no siento nada. En general.

- Si eso fuera verdad, estaríamos en EXO Planet conociendo a algún turista chino en profundidad.- Onew está realmente molesto.

- Pues no sé qué haces aquí.

- Si me voy, tu pequeño cachorrillo me ladrará hasta dejarme sordo. Paso.

Taemin me acaricia el pelo.

- Hyung, en serio, no entiendo cómo puedes ser así. Tú también sufres por un amor imposible y nosotros te apoyamos.

- Joder, ¿otra vez? ¡que no es amor! - Se levanta y camina por el salón-. Es otra cosa. Es…

- ¿Atracción?

- No…

- ¿Deseo…?

- No… no…

- Es amor, hyung.- Me siento en el sofá, apoyando la cabeza en el respaldo del sofá.- Ponle el disfraz que quieras, pero eso es exactamente lo que es.

- ¡Yo no soy como vosotros! - Chilla, casi histérico, señalándonos.- Yo puedo olvidar a Joon con sólo proponérmelo.

- Suenas como un adicto, hyung.- Ríe Taemin.- Y sabes perfectamente que no puedes.

63

- Lo haré.

- Si lo consigues de verdad, ya nos contarás el secreto.- Opino.- ¿Pedimos unas pizzas?

- Yo prefiero sushi, la verdad.

- Yo pollo.

Nos miramos como si fuera a estallar la Tercera Guerra Mundial y no tenemos más remedio que echarlo a piedra, papel y tijera. Para nuestra desgracia, a Taemin se le da asquerosamente bien ese juego. Cuando nos jugamos quién pagaría la cena, de nuevo la suerte le sonrió y me ha tocado a mi pagar.

- Aigoooo… aún encima que yo pongo la casa…- Me quejo, mientras voy a abrir.- Me dejaréis pobre… ¡Ahora soy propietario!

- Nadie te pidió que compraras el apartamento.- Onew se sienta delante de la mesa, esperando la comida.

- “Las paredes son de papel” .- Imito al padre de Minho, aunque nadie más que yo se ríe-. ¡Que te jodan!

Al abrir la puerta veo la cara de Minho y todo parece transportarme a miles de años luz de aquí. ¿Qué cojones hace aquí? Se supone que debería estar cenando con Sulli. Se supone que no debe estar en mi puerta. Se supone que no vive aquí.

- Buenas noches, Bummie.- Se acerca y al segundo ya le veo subir las escaleras hacia su piso.

- ¿Qué coño ha sido eso? - Onew me rodea con un brazo, mirando al rellano, ya vacío.

- Hyung… - Taemin se pone delante de mi, asegurándose de que no estoy mirando nada en concreto, sólo a la pared.- ¿Por qué te ha llamado “Bummie”?

- No… no lo sé…

- ¿Por qué te ha besado? - Pregunta Onew, agitándome para que reaccione.

- ¿Q… qué?

- Choi Minho acaba de besarte.

- Creo… creo que me voy a la cama.

Camino a mi habitación, seguido de mis amigos.

- Deberías ir a hablar con él.

- Hyung, él está sintiendo algo, ve a exigirle una explicación. ¡Es ahora o nunca!

- Tengo sueño.- Me meto en la cama y me tapo hasta la cabeza.

- Esto es increíble.- Suspira Onew.- Voy a hablar con ese idiota.

Debería detenerle. Debería fingir que esto no ha sucedido, al igual que lo anterior. Debería quedarme en la cama y no salir de aquí nunca más. Sería más fácil que enfrentar la realidad de que exista una posibilidad entre un millón de que le guste a Minho.

64

Pov Minho

- ¿Sólo vas a comer eso? - Sulli mira mi ensalada y apuesto a que empieza a sentirse mal por haber pedido una pizza entera para ella sola.

- Es que mañana tengo entrenamiento y no puedo excederme.- Al menos soy capaz de decirle algo sinceramente.

- Oh… de modo que la alimentación de los deportistas de élite es así de dura.

- Bastante.

- Ahora me siento mal por haber pedido la pizza…

Bingo.

- Come tranquila. Me gustan las chicas con buen apetito.

Ni siquiera sé por qué he dicho esa tontería.

- Oppa…- Noto su sonrojo y mira a su plato vacío.

- Quiero decir, que estoy aburrido de conocer chicas que viven en dietas innecesarias y son incapaces de masticar algo sólido.- Sonríe de un modo tímido y me doy cuenta de que estoy metiendo demasiado la pata.- Sulli…

- Dime.- Me mira tan fijamente que no sé ni por dónde empezar. En realidad ni siquiera sé lo que quiero decir. No puedo ni organizarlo en mi mente.

- Kibum no mintió sobre ti : eres auténtica.- A decir verdad, siento que es la única verdad que Kibum me ha dicho desde que le conozco.

- Gracias.- Mira su pizza sin ni siquiera agarrar un trozo, debe de estar demasiado impresionada. No sé qué decir. No es que sea un conversador demasiado interesante (al margen de temas deportivos, en esos casos necesito que me amordacen para dejar intervenir a alguien más). - La selección nacional lo está haciendo muy bien, ¿no? - Noto que esquiva mi mirada y empieza a comer.

Gracias, Sulli, por entenderme aunque sea un poco.

- De momento vamos los primeros con mucha ventaja.- Empiezo yo también a comer mi ensalada.- Aunque no sé qué pasará cuando nos enfrentemos a Japón.

- Cierto… Está ese chico… mmmmm…. Ikuta, ¿no? Le he visto hacer cosas increíbles en el terreno de juego. Apuesto a que es uno de esos rivales míticos.

- Lo es. En realidad es un buen amigo.- Sonreímos-. Pero también uno de los mejores jugadores del mundo.

- Y muy guapo.- Añade. Aunque automáticamente se sonroja y vuelve la vista a su pizza. Apuesto a que eso salió demasiado naturalmente.

- ¿Te interesan los futbolistas? - Río, mientras ella niega, atragantándose con su comida.- Eso tiene buena pinta. ¿Puedo? - Asiente mientras corto un pedazo de pizza y lo saboreo.- A veces odio mi estúpida dieta.- Noto que vigila mis movimientos.

- Oppa…

- Dime.

- En realidad… no sé por qué estás siendo tan amable conmigo.- Mastica despacio, y ahora sí que me mira, de hecho está haciendo que me sienta incómodo.- Key te obligó a salir conmigo… yo estaría muy enfadada en tu lugar…

- Vamos, no exageres. No me obligó, sólo… nos presentó.

- No hace falta que le excuses. Le conozco bastante bien.

- No importa eso, tranquila. En realidad hacía mucho que no salía de este modo.- Tampoco es que estuviera realmente interesado en hacerlo, pero ya qué puedo hacer.- Y es realmente cómodo hablar contigo.

- ¿No sueles estar cómodo con las chicas?

La verdad es que no.

- Ya sabes… hay… tensión…. Y a veces no sé ni qué decir… ¿Ya te dije que no soy un buen conversador? - Se ríe-. Me siento mucho más tranquilo cuando estoy con hombres. - Me río, pero ella no.

- Entonces… ¿no sueles tener citas?

- No suelo.

- ¿No es aburrido?

- Pues… no se me había ocurrido pensarlo. Estoy bastante ocupado, de todos modos.

65

- ¿No es… muy solitario el domingo por la tarde?

- Como casi todos los domingos tengo entrenamiento, las tardes las dedico a descansar. No creo que a ninguna chica le parezca demasiado interesante mi vida.

- Podríamos… ir al cine un domingo que no estés demasiado cansado.

¿Cómo? ¿Vernos otra vez?

No he podido evitar mirarla con sorpresa, quizá hasta hay algo de espanto en mi cara porque observo que se tapa la boca mientras se ríe descaradamente.

- ¿Q...qué pasa?

- Me miras absolutamente aterrado.

- No… sólo me sorprendió eso.

- No te sientas obligado. Sólo si realmente te apetece.

Me quedo en silencio unos instantes. ¿Si le digo que sí sería como pasar al siguiente nivel? ¿Eso se podría considerar como que “estamos saliendo” ? Oh, no, tengo que detener esto ahora mismo.

- Me gustan las películas.- Genial, Minho, genial.

- ¿Sí? ¿de qué tipo?

- No sé… cualquier película está bien.

- Me gustan las películas de terror. Me encanta verlas con Key y luego tener que acompañarle al baño porque se muere de miedo.

No puedo evitar estallar de la risa al imaginarme al gran Key siendo acompañado al baño por una chica. Sulli me mira sonriente, como si le encantara revelarme detalles sórdidos de la vida de su amigo.

- Vas a tener que contarme más cosas de tu amiguito.- Exijo-. Creo que podré burlarme de él durante años.

- Oh, dios.- Se tapa la boca-. Me odiará por esto.

- Es increíble.- No puedo detenerme. Realmente no puedo hacerlo. Quiero saber más, TODO, acerca de Kibum.

Sulli me observa con un gesto divertido.

- ¿Te contó lo de aquella vez en el parque de atracciones?

- JAJAJAJAJA, no, pero quiero saberlo YA.

En realidad la cita con Sulli no ha sido tan horrible. Por una simple razón : nos hemos pasado toda la noche hablando de Kibum. Creo que de hecho no ha sido obvio solamente para mi. La acompaño a su casa dando un largo paseo, la temperatura es baja pero se siente bastante cálido al estar con ella.

- ¿En serio no tienes coche? Pensaba que conducirías uno de esos impresionantes coches de importación.- Se ríe.

- No tengo carnet de conducir.- Me encojo de hombros.- Odio el tráfico de Seúl.

- Yo también.- Ríe.- Es aquí.- Nos detenemos delante de un lujoso edificio.- No te dejes impresionar, mi apartamento es realmente pequeño.

- El mío también, en realidad.

Se hace un breve silencio entre nosotros, aunque no es muy incómodo porque ya no me siento así con ella.

- Gracias por la cena, estuvo bien.

- Gracias a ti por tener tanta paciencia conmigo. Sé que soy un desastre socializando.

- ¡No lo eres! - Ríe, palmeando mi pecho, haciendo que dé un paso hacia atrás. Wow, eso fue fuerte.- ¡Perdona!

- ¡Tranquila!

De repente estoy sintiendo que algo no va bien.

- Creo que haberme criado rodeada de chicos me ha hecho poco femenina.

Noto pequeñas taquicardias que no por ello dejan de ser molestas.

- Estoy bien, no te preocupes.

Algo va mal, me cuesta respirar.

- ¿Te apetece un café? ¿o… algo?

Algo va MUY MAL en este preciso instante.

66

- Lo siento, tengo que irme. Mañana madrugo.

- Oh… Vale… espero que nos volvamos a ver. Podemos ir a cenar con Key la próxima vez…

Realmente NO NECESITABA escuchar su nombre justo ahora.

- Hablamos.- Apenas puedo enlazar las letras.- Buenas noches, Sulli.

Literalmente, HUYO de allí porque noto que de haberme quedado sólo un poco más, me habría desmayado. Todo esto me está superando, no entiendo qué me pasa pero el mínimo pensamiento de que Sulli llegue a sentir algo por mi y tener que enfrentar esa situación, me aterra. No quiero tener que rechazarla, porque en realidad quiero que me guste. Pero parece que mi cuerpo no está de acuerdo y actúa por su propia cuenta.

Camino furioso, casi corriendo, y en tiempo récord llego a mi edificio. Ni siquiera me planteo hacer nada más que meterme en la cama y dormir 12 horas seguidas, pero de nuevo mi cuerpo toma la iniciativa y mi dedo se ha posado sobre el timbre de la puerta de Kibum y ahora ya es demasiado tarde para desaparecer. MIERDA.

- ¡Que te jodan!

Pego un brinco al escuchar su voz y me quedo paralizado delante de él cuando abre la puerta. No sé exactamente cuánto tiempo pasa mientras nos miramos. Está despeinado, pálido y visiblemente cabreado, aunque no sé por qué. Y de repente viene a mi mente la idea de que es hermoso. Lo es. Realmente es la cosa más hermosa que he visto en mi vida. Y no puedo quitármelo de la cabeza por más que lo intento. Debe de ser el fin.

- Buenas noches, Bummie.

No sé por qué me sale eso, supongo que es lo único que mi mente puede procesar. No contesta, sólo se mantiene ahí delante, con los ojos brillantes, con un evidente gesto de incomprensión que enciende el interruptor en mi cuerpo. Me acerco a él, le tomo por la nuca y le beso. Podría contar al menos unos 5 segundos de beso, pero en realidad ni lo sé. Acaricio sus labios dulces, con sabor a frambuesa, cálidos y delicados, que apenas corresponden a los míos. En realidad no están correspondiendo, creo que está demasiado abrumado. O simplemente, no quería esto para nada. Debo de ser muy estúpido al pensar que arreglaría todo con este beso. Que pondría mis ideas en orden y él lo entendería todo también. Pero no es así. Me separo un poco y le veo prácticamente sin expresión. La he cagado de la peor forma posible. ¿Experimentando para descubrirme a mi mismo? Es la peor excusa que se me ocurre para darle sentido a todo esto. Aunque dudo que él sea tan comprensivo conmigo.

“Lo siento de verdad, Bummie, soy un maldito egoísta”.

Subo las escaleras hasta mi piso y me meto en la cama, siguiendo mi plan original, pero sé que no podré dormir 12 horas. Sé que ni siquiera podré dormir. Y los golpes que escucho en mi puerta al minuto corroboran mi teoría. ¿Es que viene a matarme?

End Pov Minho

67

Pov Onew

Ese maldito Minho va a acabar con mi paciencia y con la de todos nosotros. ¿Se puede saber a qué ha venido esto? ¿Y por qué Kibum es tan idiota que lo único que puede hacer al respecto es meterse en la cama y llorar como un bebé? Definitivamente, alguien tiene que darles una lección acerca del mundo adulto a estos dos.

Llamo a la puerta tan insistentemente que escucho que algunos vecinos se quejan. Espero por su bien que Minho abra antes de que llegue la policía.

- Hyung… - Abre la puerta susurrando, y me abro paso a través del salón.

- ¿Qué mierda te pasa, eh?

Me cruzo de brazos mientras me sigue, todavía en shock por mi intromisión.

- ¿Eh?

- ¿Te crees que puedes ir por ahí dándole esperanzas a la gente para luego fingir que no ha pasado nada?

- ¿Cómo?

- Esta noche has salido con Sulli .- Enumero con mis dedos-. He tenido que aguantar a un Kibum lloroso sin ganas de salir de fiesta porque estaba demasiado deprimido gracias a ya-sabes-quién, como la protagonista de un dorama, en plan Drama Queen desesperada… y vas tú y haces eso.- Se sienta en el sofá, con la mirada clavada en el suelo.- No es que esté diciendo que tengas que casarte con él, pero no debes dar un paso así si en realidad no quieres nada. O no tienes idea de lo que quieres, que es lo que parece.

Me mira con una expresión seria, casi podría decir que se va a echar a llorar, pero no creo que lo haga. Apuesto a que va en contra de sus normas.

- No sé por qué lo hice.

- ¿Ah no? Pues yo creo que sí.- Me estoy enervando y lo noto.- Lo hiciste porque te gusta Kibum, aunque no te guste ese hecho.

- No deberías hablar tanto de cosas de las que no tienes ni idea.- Se levanta y siento el enfrentamiento.

- ¿Que no tengo idea? ¡Salí del armario con 12 años, claro que tengo idea! ¿Crees que fue fácil entonces? ¿Crees que lo es justo ahora? - Mi tono de voz ha pasado de cabreado a victimista-. Nunca lo será. Siempre habrá alguien que te trate como si tuvieras una maldita enfermedad contagiosa. Siempre habrá alguien que sienta lástima por ti por haber “cruzado la acera”. Pero es algo con lo que tendrás que vivir.

- Yo no puedo simplemente hacer eso.

- ¿Por qué? ¿Qué te asusta tanto? ¿Dejar de ser el héroe de la nación y convertirte en el “marica de la nación”? ¿Que tus padres se sientan decepcionados? ¿Que tus compañeros de equipo eviten quedarse a solas contigo en los vestuarios?

Vuelve la mirada al suelo y asumo que he dado en el blanco. Suspiro con pesadez.

- Ni siquiera sé lo que siento en estos momentos. No voy a ser tan estúpido como para lanzar las campanas al vuelo sin saber exactamente lo que me está pasando.

- Yo te diré lo que te está pasando : - Pongo una mano en su hombro, aunque no sé por qué ahora he decidido reconfortarle- has salido con una chica y te has dado cuenta de que eso podría convertirse en algo para ti, pero realmente no es lo que querrías tener.

Me mira. Ahora sí que veo lágrimas en sus ojos.

- Estaba bien solo. No necesitaba toda esta mierda.

- Pero ahora le necesitas. Y no puedes hacer nada contra eso.

En un gesto desesperado me agarra el cuello de la camiseta.

- Hyung, por favor, no le digas nada a Kibum. No quiero que él se ilusione, no podría soportar hacerle daño y tener que encontrármelo a diario en las escaleras…

- Minho, ya lo has hecho : ya le has ilusionado. Acabas de besarle.

Me suelta y vuelve a derrumbarse en el sofá.

End Pov Onew

Doy vueltas en la cama, tratando de calmarme, pero no funciona en absoluto. Mis dedos acarician sutilmente mis labios y la sensación de los labios de Minho sobre ellos vuelve a posarse en mi piel.

- ¡Mierdaaaaaaaaaaaaa!

68

Taemin entra corriendo en mi habitación.

- ¡Hyung!, ¿qué pasa? ¿estás bien?

- ¡Maldito alien! - Me siento en la cama, echando a un lado las sábanas.- ¿Se cree que puede hacer lo que quiera conmigo?

- Hyung, tómate un té, anda…- Me acerca la taza.

- ¡Al diablo con el té! - Voy a la cocina en pasos rápidos, abro la nevera y saco una botella de soju. Le doy un sorbo y respiro con rabia mientras Onew entra de nuevo en mi apartamento.

- ¿Has vuelto del coma?

- No sólo he vuelto, sino que ahora voy a provocarle un coma a Minho.

- No creo que sea una buena idea que subas a verlo.

- En estos momentos nada puede detener lo que tengo que decirle.

- Kibum.- Onew me detiene agarrándome un brazo justo antes de que abra la puerta.- Déjale solo.

- Lo siento, hyung, es un poco tarde para eso.

Me deshago de sus manos y subo las escaleras con decisión. ¿De qué va todo esto? ¿Ahora Onew es el defensor del héroe? No me jodas.

Toco el timbre una sola vez y espero a que abra con los brazos cruzados. Cuando lo hace, ignoro ese aspecto descompuesto y entro en su piso.

- Ki…

- Deja las formalidades para otro día.- Espero a que cierre la puerta y quedamos frente a frente, mirándonos.- Vengo a por una explicación y no me iré sin ella.

Minho desvía los ojos hacia la cocina.

- ¿Una copa?

- Creía que no bebías alcohol.

- Lo necesito.

Asiento y él va a buscar algo mientras me siento en el sofá. Vuelve con un par de copas de champagne.

- ¿Celebramos algo? - Pregunto, con ironía.

- Lo siento, es lo único que tengo en casa.

- Está bien.- Vacío la copa y cruzo mis brazos de nuevo.

Minho sostiene la suya con ambas manos, dudoso, y bebe pequeños sorbos evitándome.

- Fue una estupidez.

- ¡No me vengas con esa mierda! - Me levanto del sofá, furioso y le señalo-. ¡No puedes venir a mi casa y hacerme eso! ¡No puedes besarme después de que haya decidido olvidarme de ti, no es justo!

Levanta la cabeza, atónito.

- ¿Qué?

- Dijiste que eras hetero, que te gustan las chicas, que jamás de los jamases estarías con un tío, que la simple idea te repugnaba…

- ¿Dije eso?

- ¡Tu cara lo dijo! - Me defiendo-. Todas esas chorradas sobre tu amigo y sus relatos, el maldito juego de la galleta… ¿es que estabas jugando conmigo?

- ¿Yo?

- ¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué? Por fin había aceptado que era imposible, y estaba bien con ello…

- Supongo que no he podido evitarlo.

- ¿¡Que “no has podido evitarlo”!? - Ahora estoy oficialmente desquiciado-. ¿¡Tienes idea de cuántas veces he tenido que evitar hacer lo mismo sólo por temor a que me alejaras para siempre!? ¿¿¡¡Crees que fue fácil!!??

Minho se levanta del sofá y veo en sus ojos algo parecido a lo que estoy seguro que muestran mis ojos justo ahora.

- Fácil.- Sonríe irónicamente.- No creo que hayas intentado llevar esto con calma en ningún momento.

- ¿Tú qué sabrás?

69

- Yo qué sabré… Desde que te conozco, me has dicho más mentiras que verdades.- Me callo. Es la primera vez que Minho me dice algo así, pero tiene toda la razón.- No has dejado de inventarte estupideces difícilmente creíbles para acercarte a mi. ¿Eres un acosador? ¿Un enfermo? ¿O sólo has estado interesado en mi porque sabes que no podías tenerme y querías conseguirme como un trofeo para poder contar a tus amigos moñas que te has tirado a tu vecino heterosexual, el capitán de la selección nacional de fútbol, el increíble y perfecto Choi Minho…? - Se detiene-. Debes de estar completamente loco o ser completamente estúpido.

- No es lo que piensas. Yo no sabía quién eras.

- ¿Ah no? ¿entonces no has estado intentando seducirme mientras te follabas a otros? ¿No me invitaste al desfile para eso? ¿No has estado queriendo impresionarme a como diera lugar? Pues enhorabuena, lo has conseguido : estoy impresionado. Me impresiona que seas capaz de fingir interés por una persona mientras guardas a otras en el armario.- ¿Qué coño está pasando?

- Pero…

- Mientras tus estrategias funcionaban dudosamente, tú no dejabas de entretenerte con quien se te ponía delante. Incluso me invitaste a salir contigo y tus amigos y no perdiste la oportunidad de enrollarte con Jonghyun delante de mis propios ojos.

- Pensaba que no tenía ninguna posibilidad contigo.

- No la tenías.

- ¿Entonces a qué viene todo esto?

- ¡Deja de utilizarme para tus jueguecitos!, ¿quieres?

- ¿Y a ti qué mas te da? - Le sigo hasta la puerta, a donde veo que me está dirigiendo, y noto que esa frase ha salido sola de mi boca y él se mantiene mirándome, sorprendido-. ¡Yo no te gusto! No debería afectarte en absoluto.

- ¡Y no me afecta! Porque no me gustas.

- ¡Perfecto! Porque tú a mi me gustabas estúpidamente, pero eso es historia a partir de ahora. Gracias por traerme de vuelta a la realidad.

Minho abre la puerta y me dispongo a salir. Pero antes me giro, le encaro y le doy un beso. Apenas es un roce, pero puedo sentirlo dentro como algo increíble. Mi piel se eriza y noto que la suya también cuando me separo y sus mejillas están sonrojadas.

- ¿Es que nunca escuchas lo que digo?-

- En un 40%, sí.- El 60% restante me lo paso desnudándote con los ojos-.

- ¿A qué coño ha venido esto?

Me encojo de hombros.

- Quería.

- No sé si te cuesta entender las cosas o sólo te gusta provocarme.

- Ambos.

- ¡Dios! - Antes de un nuevo arranque de ira, me deslizo hacia fuera del apartamento pero Minho me devuelve adentro, abrazándome.- Eres un maldito testarudo.- Agarra mi cara con las manos y abre su boca para morder mis labios, dejándome completamente inmóvil, por segunda vez en la noche.

Creo que pasan algunos minutos antes de que nos separemos, puesto que la sensación de sus labios sobre los míos es tan extasiante que me fallan las fuerzas hasta para separarme, y su agarre es tan fuerte sobre mi cintura que puedo decir que es lo único que me mantiene en pie en esos instantes. Mis brazos han rodeado su cuello y me entrego al beso, introduciendo lenta pero generosamente mi lengua en su boca, consiguiendo desgraciadamente que se aleje de mi.

- Qué…

- Lo siento.- Se limpia los restos de mi saliva con la manga de la chaqueta-. Esto no tenía que pasar.

Fantástico. Sencillamente genial. Si ya Minho odiaba el hecho de que me gustara, ahora creo que le repugna completamente el hecho de que yo le guste a él.

70

- Entonces… - Onew se sienta en el sofá, a mi lado, visiblemente molesto-... podemos decir que estamos exactamente igual que al principio.

- No es así, hyung.- Opina Taemin-. Se han besado. Eso lo cambia todo.

¿Por qué Taemin parece más optimista que yo al respecto?

- Eso no cambia nada.- Susurro-. Sólo el hecho de que ahora sé que también le gusto. Pero que es demasiado cobarde como para vivir con ello.

Nos quedamos en silencio durante un rato. Onew toquetea su móvil y acaba tomando la iniciativa.

- Vamos a salir.

Le miramos, atónitos.

- No me apetece salir en estos momentos.

- Vamos a intentar despejar nuestras mentes de lo que acaba de pasar. Después lo veremos todo de otra manera.

- No creo que pueda despejarme ni olvidar nada. Salid vosotros, yo me voy a la cama.

- A mi tampoco me apetece salir.- No entiendo por qué Taemin se está solidarizando conmigo, después de todo, ya ganó la maldita apuesta.- ¿Puedo quedarme a dormir contigo, hyung?

- Sí, claro. ¿Hacemos unas palomitas y vemos una peli?

- ¡Vale!

- Allá vosotros con vuestra dramática autodestrucción.- Onew se pone la chaqueta-. Yo voy a ver si consigo un buen polvo.- Reímos-. ¡Buenas noches!

Nos acurrucamos bajo una manta y moqueamos como estúpidos viendo “A Frozen Flower” por decimoquinta vez.

- Deberíamos haber puesto una comedia romántica americana.- Taemin sorbe sus mocos-. Esto es muy deprimente.

- Supongo que…- mi hipo me corta la frase-... estoy demasiado deprimido para reirme.

Ambos reímos patéticamente.

- No lo entiendo, hyung… si a Minho le gustas, ¿por qué no podéis estar juntos?

*Flashback*

- ¿Y por qué esto no tenía que pasar? - A pesar del shock por el beso, esa frase me molestó considerablemente.

- Porque no planeaba que sucediera. No está bien.

- ¿Y por qué no está bien?

- ¡Porque no puede ser y punto! - Minho camina hacia la cocina y se sirve un vaso de agua mientras le sigo con pasos decididos-. Entiendo que para ti esto sólo sea una historia más, pero para mi es diferente.

- Nadie ha dicho que esto sea “una historia más” para mi. De verdad me gustas, Minho.

Se me queda mirando un momento, para después centrar su atención en el vaso de agua.

- No quiero volver a hablar del tema.

- ¿Quieres decir que vas a olvidar lo que acaba de pasar? ¿Que me has empotrado contra la puerta… - le señalo “el lugar de los hechos”-... y me has hecho sangrar los labios con tu arrebato de pasión?

Me mira a los labios y comprueba que lo que digo es cierto. Mi herida duele, pero menos que el desprecio que estoy leyendo en sus ojos.

- Sólo he respondido a tus provocaciones. No es justo que me eches la culpa.

- Perdona, pero no fui yo quien interrumpió tu noche pacífica con tus amigos. ¿No estabas en una cita? ¿Tan mal ha ido? ¿Y qué es eso de que yo te he provocado? ¡Estaba en mi puta casa!

71

- Y ahora estás en la mía, así que si haces el favor… déjame solo.

- Perfecto.- Me rindo-. Sigue viviendo en tu mundo de perfección y olvida que algo tan imperfecto como yo entró en él alguna vez.- Me giro para marcharme.

- Kibum…. - Me quedo quieto, pero no me giro de nuevo-... Bummie…

- No me llames así.- Susurro-. No lo hagas.

- Bummie… - Noto que ha avanzado unos pasos hasta colocarse detrás de mi. Noto sus dedos acariciando mi nuca-... Necesito algo de tiempo para asimilar todo esto…

- Y mientras tú asimilas “todo esto”... ¿qué se supone que tengo que hacer yo? ¿esperar?

- Bummie…

- Olvídalo. Tienes todo el tiempo del mundo para pensar. No volveré a pisar tu apartamento. Lo siento por confundirte. Supongo que no calculé el alcance de mis acciones. Perdóname, por favor, y sigue con tu vida.- Vuelve a detenerme, esta vez aferrando mi muñeca con su mano.- Suéltame.

- Seamos amigos, ¿de acuerdo?

- No puedo ser tu amigo, Minho. Perdóname por eso también. Pero nunca quise serlo y ahora menos.

- ¡Pero Jonghyun y tú lo sois!

- Nunca me enamoré de Jonghyun. - Su silencio es suficiente para mi. El agarre en mi muñeca se hace ligero y me suelto-. Cuídate y no te enfermes. Odio tu tos.

Sin girarme ni una sola vez (o de lo contrario habría visto mis lágrimas y no habría podido marcharme) salgo del apartamento de Minho y cierro la puerta lentamente. No pienso volver a pisar ese lugar nunca más.

*End flashback*

- Cuando aposté con Onew-hyung… en realidad no pensé que ganaría.- Confiesa Taemin-. Pero de verdad deseaba que lo consiguieras. Nunca te había visto tan ilusionado con nadie. Y eso que te enamoras con mucha facilidad.- Reímos-. Pero supe desde el principio que era diferente.

- Y tan diferente. Era imposible.

- Pero le invitaste a tu cumpleaños y vino. Después salió con nosotros aquella noche. Pasó “ESO”... Todos esos detalles demuestran claramente que él sintió algo de interés en ti.

- También demuestra que fui muy insistente para que saliera conmigo.

- ¡Pero él aceptó todas las veces!

- Déjalo, Taemin, no merece la pena.- Meto un puñado de palomitas en mi boca-. Sabes perfectamente que no puedes obligar a alguien a salir del armario. Es algo que uno tiene que hacer cuando sienta que tiene que hacerlo. Quizá yo no soy el indicado para abrir la puerta.

- Pues si no eres tú, ya me dirás quién es…

Después de una noche infernal de películas dramáticas con Taemin, comimos golosinas hasta que nos dolió la barriga y no nos acostamos hasta bien entrada la madrugada. Y ni todo el azúcar del mundo pudo quitarme la amargura del cuerpo. Por eso ahora estoy horneando pastelitos.

Suena el timbre y abro.

- Hola. - Jonghyun levanta una botella de vino delante de mis ojos.- Perfecto, pasa.

- ¿Estabas cocinando?

- Sólo me entretenía un poco. Mantener la mente ocupada, ya sabes.

- Uh… ¿las cosas van mal?

- No me apetece hablar de eso.- Coloco las copas sobre la encimera y descorcho la botella, leyendo la etiqueta-. Buena reserva.

- La mejor.- Sonríe, para colocarse detrás de mi y abrazar mi cintura-. No creí que volverías a llamarme.- Clava su mentón en mi hombro.

- Eres mi enfermera favorita.- Río-. Siempre preparada para atender una urgencia.- Le ofrezco su copa y la toma.

- ¿Tienes una urgencia ahora?

- Justo aquí.- Señalo el cierre de mi pantalón y observo su sonrisa lasciva.

- ¿Estás seguro de esto?

- Completamente.

Jonghyun me agarra con fuerza de la cintura y me sienta sobre el mármol de la cocina.

72

- No sabes cuánto te he extrañado, bebé.- Nos besamos con fuerza, sin remordimientos, y con muchas ganas. Su lengua recorre mi cuello mientras sus manos me desabrochan el pantalón con rapidez. Me deshago de su camisa negra y acaricio su escultural torso. ¡Dios, es tan increíble! Intenta besarme de nuevo pero lo esquivo, es realmente raro besar sus labios teniendo aún en los míos la sensación de haber besado a Minho. Jonghyun introduce una de sus manos dentro de mi pantalón y me acaricia. Noto que me tenso. ¿Qué te pasa?

- ¿Eh?

- ¿Dónde estás, bebé?

- … - Me quedo inmóvil.

- Porque justo en este momento, soy el único en la habitación.

- Lo siento… estoy… un poco cansado.

- ¿Puedo hacer algo?

- ¿Eh?

- Para que vuelvas a la tierra.

Sonrío.

- Perdóname, Jjong, no sé qué me pasa, soy incapaz de concentrarme en nada.

- Deberías dormir más.- Me acaricia los hombros en un gesto cariñoso.- Mira tus ojeras.- Acaricia ahora la piel bajo mis ojos.

- No creo que sea ése el problema.- Le empujo un poco para soltarme de su agarre-. Creo que… necesito estar solo.

- ¿Me estás pidiendo que me vaya? ¿Eso quieres?

- En realidad no quiero.- Le abrazo-. Pero es lo mejor que puedo hacer por ti. Por tu bien.

Se ríe.

- ¿Estás teniendo… una especie de ataque de culpabilidad? Conozco esa sensación.

- Puede… aunque no tengo motivos para ello.

- Eres demasiado bueno.- Me acaricia suavemente el pelo.

- ¿Y por qué me siento tan horrible?

- Porque es la primera vez que te pasa.- Me besa la coronilla.

- Jjong… de verdad quiero estar contigo. Siempre me haces sentir tan bien… Pero, ¡maldita sea!, soy incapaz de quitarme a ese idiota de la cabeza. Y sé que es una gilipollez, pero no puedo hacer nada al respecto.

Aprieta su abrazo.

- No vamos a follar, ¿no? - Se ríe.

- No.

- Nunca más.

- No deberíamos.

- ¿Entonces por qué me has llamado?

- No lo sé. Creo que te quiero mucho. Y me gusta que me consueles. Soy egoísta, lo sé.

- Yo lo fui también. ¿Cuánto tiempo soportaste ser mi “cita de los jueves”? Nunca te quejaste por eso.

- No sé por qué no te mandé a la mierda.- Me río.- Supongo que porque no quería estar solo.

- No creo que yo haya sido algo así como una buena compañía. Sólo nos veíamos unas horas a la semana.

- Pero me hacías sentir tan bien cuando te veía… que el resto del tiempo no te echaba de menos. Esa sensación perduraba.

- Mmmm… será que no me quieres tanto como piensas.

- Será.

- O que te dejaba demasiado hecho polvo.

Ambos reímos y llaman a la puerta.

- Abre tú, anda.

73

Me bajo de la encimera mientras Jonghyun va a abrir y abrocho mis pantalones.

- Hey… ¡hola!

- Hola hyung. ¿Está Kibum?

Me congelo al oir su voz. Esto no puede estar pasando. No ahora. Con un Jonghyun semidesnudo en la puerta.

74

Minho camina hacia la cocina sin apartar los ojos del torso desnudo de Jonghyun. Luego hace un rápido recorrido visual por la escena y me imagino que termina de atar los cabos.

- ¿Interrumpo algo? - Su voz suena más grave de lo habitual.

- Hacíamos pastelitos.- Responde Jonghyun rápidamente mientras se vuelve a poner la camisa.- Pero este horno da demasiado calor.- Se ríe y bebe un sorbo de su copa. Después coloca un corazoncito de azúcar sobre uno de los pasteles y me da un beso en la mejilla.- Listo, ya puse mi parte. Ya me puedo ir.- Le miro. ¿En serio va a dejarme a solas con Minho?

- Jjong…

- Tranquilo, de todos modos no puedo comérmelos. Arruinarían mi figura.

Sonrío enternecido por su mentira. Jonghyun se come todo lo que cocino siempre sin rechistar.

- Mañana te enviaré alguno a la oficina. Estoy seguro de que no podrás dejar de pensar en ellos.

Me devuelve la sonrisa y mete un dedo en el bol de crema para probarla.

- Eres una maldita tentación.- Me pone un poco de crema en los labios y me besa fugazmente.- Nos vemos.- Ofrece su mano a Minho, quien se la toma muy en contra de su voluntad.- Hasta la vista, Choi.

Y se va, dejándome con el peor marrón de la historia justo en mi cocina.

- ¿Qué ha sido… eso? - Minho señala la puerta por donde Jonghyun acaba de salir.

- Jonghyun saliendo de mi casa.- Cojo la manga pastelera y me concentro en decorar los pasteles.

- Te ha faltado tiempo.

- ¿Perdona? - Le miro, dejando salir más crema de la que debería sobre uno de los pastelitos.

- Ayer me estabas diciendo que estás enamorado de mi y hoy te estás follando a tu ex.

- En primer lugar, no estábamos follando (cosa de la que me arrepiento terriblemente porque al menos así se me habría alegrado el día), y en segundo lugar, no creo que sea de tu incumbencia quién viene o no a mi casa.

- ¿Tan voluble eres? ¿O es que tu cuerpo y tu mente van en direcciones opuestas?

En ocasiones, así es.

- No creo que tengas derecho a recriminarme nada, Minho. El tren pasó por tu estación y decidiste no tomarlo, es lógico que siga su recorrido hasta llegar a su destino.

- ¿Y qué destino es ese?

- Ciudad orgasmo.

Bromeo. Aunque se nota bastante que a él no le ha hecho gracia.

- ¿Y mientras tú visitas “Ciudad orgasmo”, qué se supone que voy a hacer yo?

- Supongo que permanecerás en el aburrido pueblo “Cobardía”, haciendo cosas aburridas.

- ¿Se puede saber por qué me estás atacando cuando debería ser yo el ofendido?

- ¿Ofendido por qué? - Suelto la manga pastelera dentro del fregadero.- ¿Porque estoy rehaciendo mi vida después de que me rechazaste?

- Yo no te rechacé.

- Vete a la mierda, Choi. Y de mi casa.- Señalo la puerta.

- Espera, joder, no escuchas.

- Ya he escuchado bastante.

- Espera…- Se acerca a mi, rascándose la cabeza. Está completamente perdido-. Sé que no supe manejar lo de ayer, me tomó por sorpresa. No estoy acostumbrado a estas cosas y no sabía qué hacer.

- Me trataste como si fuera un enfermo contagioso.

75

- Lo siento de verdad. Pero ponte en mi lugar al menos un minuto. Esto es demasiado extraño. Déjame acostumbrarme a la idea de… de que me gustes.

Abro los ojos al escuchar eso último.

- Quieres decir… ¿que de verdad te gusto?

- Más de lo que estoy dispuesto a admitir.- Peina un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.- Y si no la he cagado demasiado, me gustaría empezar a trabajar en eso.

- ¿Cómo?

- Bueno… poco a poco…- Asiento, torpemente-. De momento no quiero que vuelvas a ver a Jonghyun.

- Pero él es mi amigo.

- Pues queda con él para tomar un café. No para hornear pastelitos semi-desnudos.

Me río, pegándole en un brazo.

- Me lo habría follado si no hubiera sido por ti.

- Lo sé. Y le odio por eso.- Me abraza suavemente y por primera vez (porque cuando nos besamos estaba demasiado en babia) me doy cuenta de la diferencia de altura entre nosotros y de lo bien que se siente que mi nariz roce su largo cuello mientras trata de acariciarme con naturalidad.- Estoy harto de verte con otros hombres. Prométeme que no habrá nadie más.

Eso sí que no me lo esperaba.

- Pero si ni siquiera estamos saliendo…

- Bueno… intentaré arreglar eso también… Sólo dame un poco de tiempo...

- Está bien. Te lo prometo.

Tras mi voto de castidad a Minho acepto que soy el peor negociador del mundo. Al menos debería haber conseguido a cambio algo más que un simple “buenas noches”.

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Llego a la oficina extrañamente contento. Estoy frustrado, sí, pero el abrazo con Minho anoche mantiene mi piel erizada todavía. Sólo imaginar en tener algo más con él me nubla los sentidos.

- Oppa…

Sulli camina detrás de mi al interior de mi despacho.

- Oh…- Y de repente un nuevo sentimiento de culpabilidad se apodera de mi. Unido a ese otro, la traición.

- Llegó esto para ti. De nuevo.- Me acerca un centro de flores violetas y me ayuda a colocarlo sobre la mesa-. ¿Esto quiere decir que has vuelto con ese tipo que la tenía grande? - Me lanza una mirada curiosa.

- No creo que estas flores sean de ese tipo.

Analizo detalladamente el centro. Es pequeño, sencillo y discreto. Nada que ver con los suntuosos ramos de rosas coloridas que solía enviar Jonghyun.

- Vaya… hay alguien nuevo en escena, entonces…

- Más o menos.

- Ya me contarás.- Sale del despacho asumiendo que no va a obtener más información de mi hoy y me apresuro a coger la tarjeta.

“Perdóname por ser un novio horrible. Lo haré mejor la próxima vez. Ten paciencia.

M.”

Me desplomo en mi silla.

N O V I O

- Espera…- Taemin busca un lugar no demasiado ruidoso en la facultad y acerca el teléfono a la cara-... ¿eso quiere decir que ahora sois novios?

- Creo que lo pone bien claro.- Acerco la tarjeta a la cámara del móvil y veo que ambos se esfuerzan por leerla.

76

- No entiendo a los heteros.- Se queja Onew-. Te acuestas con otro y te envía flores para disculparse. Esto es de locos.

- ¡No me acosté con Jonghyun!

- Lo que sea, pero ha funcionado. Increíble. Me dejas sin palabras, Kibum.

- Al final voy a ganar otra apuesta…- Ríe Taemin.

- ¿¡Qué!?

- Nada, nada…

- Maldito niño… - Onew está a punto de explotar.

- ¿Qué coño habéis apostado ahora?

- Tengo clase, adiós hyungs. - Cuelga la llamada y sacudo mi teléfono como si en realidad estuviera sacudiendo la cabeza de Onew.

- Será mejor que hables ahora que todavía conservo la calma.

- Sí, claro, y llevarme yo solo toda la mierda. Paso. Tengo trabajo. ¡Hasta la noche!

- Será…

- Oppa…- Sulli entra de nuevo-... faltan 20 minutos para la reunión y aún no tengo las actas.

- Shit!

No sé cómo lo ha hecho, pero desde que Choi Minho ha entrado en mi vida soy un completo inútil.

77

Pov Minho

Anoche no pude dormir demasiado pensando en todo lo que había dicho (y hecho) en los últimos días con Kibum. Me había comportado como un estúpido celoso cuando ni siquiera podía decir que éramos nada más que… ¿amigos?

Cuando le vi con Jonghyun algo ocurrió en mis conexiones neuronales y tuve que dar un paso al frente si no quería quedarme al margen. Maldita sea, hasta ese momento ni siquiera me había planteado declararme. Sólo quería dejarlo pasar… Pero está claro que con Kibum nada puede ser obviado.

- Choi, ven aquí.- Me acerco a Changmin mientras los demás abandonan el vestuario.- ¿Estás sordo? Llevo un rato llamándote.

- No te oí, perdona.

- Llevas varios días muy extraño, pero lo de hoy ha batido todos los récords. Parecías una marioneta sólo corriendo de aquí para allá, ¿me quieres explicar lo que te está pasando?

Me siento en el banco frente a las taquillas y suspiro.

- Es complicado.

- No creo que sea tan complicado. Tu vida es muy simple.- Se ríe, sentándose junto a mi-. Sólo comer, dormir y entrenar.

- Digamos que mi “vida simple” ha pasado a la historia.

- ¿Y eso?

- No es algo que haya planeado, simplemente sucedió. Y ahora no puedo dar marcha atrás. Ni tampoco es que quiera hacerlo.- Me mira, incrédulo-. Me he declarado.

-…

- A Kibum.

Abre los ojos, impactado.

- Esto…- Se levanta y empieza a revisar todo el lugar. Cierra la puerta de los vestuarios y vuelve a sentarse-... ¿estás seguro de lo que estás haciendo?

- Ya me has visto cómo estoy últimamente, hyung. Si lo dejo pasar, sólo irá a peor.

- Tampoco parece que haya mejorado.

- Pero al menos ya no me duele tanto el estómago.- Se calla, observándome con lástima-. Era horrible tener que verle con todos esos tipos, o sea que tuve que hacerlo.

- ¿Es que crees que después de tu declaración ya no va a estar con nadie más?

- Bueno… también nos besamos un poco…

Sonríe con una expresión tierna.

- Aigoooo… tendrías que verte la cara en este momento.

- ¿Qué le pasa a mi cara?

- Estás completamente absorbido.- Me rodea los hombros con un brazo-. Pero, ¿cómo vas a conseguir que no se acueste con otros?

- ¡Ahora somos novios! No puede estar con nadie más.

- ¿Lo habéis firmado delante de un notario? - Se burla.

- Idiota…- Me deshago de su brazo-. Me lo prometió, y eso me basta.

- Qué romántico… Tu novio te promete que no se va a follar a nadie más y le crees. Sí que debió de ser bueno. ¿Te gustó? ¿Fue raro?

- ¿Eh?

- El polvo, digo. ¿Tiene fetiches raros? Apuesto a que se pone conjuntitos sexies para follar…

- ¡Hyung, no hemos follado!

78

En ese momento se abre la puerta y uno de los compañeros entra a recoger una camiseta, sin quitarnos la vista de encima. Guardamos silencio hasta que se va y Changmin retoma la conversación.

- Pero supongo que piensas hacerlo en un futuro cercano…

- Pues la verdad es que no me lo había planteado aún…

- O sea que planeas mantenerlo a tu lado en exclusiva pero sin sexo.- Ríe-. No lo aguantará.

- Claro que lo aguantará. Si de verdad le gusto, esperará. Seguro que lo hace.

- Eres muy optimista.- Recoge su bolsa y me empuja hasta la puerta-. Pero ¿estás seguro de que puedes hacer feliz a alguien sin tener sexo? Sobre todo a alguien que está acostumbrado a tenerlo en cualquier momento y con una sola llamada.

En este momento es cuando odio haberle contado tantas cosas de Kibum a mi hyung. Pero todavía odio más pensar que tiene razón en lo que dice. Imágenes de Kibum con su kimono rosa besando a Jonghyun en la puerta de su casa se agolpan en mi cabeza y odio que esto suceda justo ahora que creía que todo iba a estar bien.

Al salir del campo pasamos por delante de una floristería y la idea acude rauda a mi cerebro : si le envío flores a la oficina todo el mundo allí sabrá que tiene a alguien en su vida y se lo pensará un par de veces antes de acercarse. Sí, eso haré, le enviaré flores. Será una buena manera de empezar a alejarlos.

- Las violetas son preciosas.- Acerco la nariz a un ramo y las huelo.

- Justo ahora estás siendo muy gay.- Max se ríe y le lanzo una mirada feroz.

- Sigue por ahí y no te lo presentaré nunca.

Se acobarda por mi amenaza y sólo espera con los brazos cruzados a que pague las flores y le indique a la vendedora la dirección de entrega.

- ¿Quiere escribir una tarjeta?

- ¿Eh? - Max me da un codazo y asiento, torpemente.- C… claro…- Cojo el bolígrafo, que no se mueve sobre el papel-. ¿Y qué le pongo?

End Pov Minho

Entro con prisa al edificio y subo las escaleras hasta el piso de Minho de la misma manera. Me muero de ganas de verle y que me explique cara a cara eso de que somos “novios”. Es tan extraño que me sonrojo ante la simple idea (y me parece completamente ridículo sonrojarme tan fácilmente a estas alturas de mi vida). Aún estoy sonrojado cuando él abre la puerta.

- Hola…- Esquivo levemente su mirada y sonrío.

- Kibum…. tú por aquí….- Su voz parece advertirme que algo raro pasa.

- Ehm… - ¿Ya no soy “Bummie”?-... Venía a darte las gracias por… ya sabes… las flores…

- Ah, eso, no fue nada.- Se rasca la cabeza. Está nervioso.

- La nota me gustó mucho.- Le miro directamente, con la esperanza brillando en mis pupilas.

- ¿En serio? Él la escribió-. Me señala hacia la cocina y me asomo para comprobar a quién se refiere.

- Hola.- Me saluda con la mano.

- ¿Quién es?

- Mi hyung, Shim Changmin.- Me empuja un poco hacia él-. Este es Kim Kibum.

- Imposible no conocerte.- Me estrecha la mano-. Soy un gran admirador de tu trabajo. Y Minho no para de hablar de ti.

Minho le empuja para que se calle.

- También me ha hablado de ti.- Las palabras “mi hyung me da demasiada información sobre su vida sexual” inundan mi cerebro en mal momento.

- Bueno, es agradable saber que en algún rincón de su cerebro aún ocupo algún lugar…

Minho le tapa la boca.

- No le escuches.

- ¿En serio él escribió la tarjeta?

Ambos me miran.

- Sí, ¿por?

- Qué cutre…

- No se me dan bien esas cosas…

- Yo la escribí y no dejé que la leyera.

79

- Si pone alguna obscenidad, te pido disculpas en su nombre también.

- Obscenidad… - “N-O-V-I-O” realmente empieza a parecerme una.

- ¿Fue demasiado lejos? - Le amenaza con el puño mientras Changmin retrocede.

- No mucho.- Vale, ahora estoy oficialmente decepcionado.- Tengo trabajo, nos vemos.

- ¿Te quedas a cenar? - Minho se apresura a agarrarme del brazo.

- Ya he cenado.- Miento.- Un placer conocerte, hyung.- Miro a su amigo, que nos observa boquiabierto-. Descansa bien, Minho.

Me sigue hasta la puerta,y justo antes de que desaparezca por ella, me susurra :

- ¿Estás enfadado por lo de la tarjeta?

Niego con la cabeza. Sí, también miento en eso.

- Sólo un poco… no sé cómo decirlo… Me siento idiota por haber pensado cosas que no son.

- ¿Qué cosas?

- Nada, tonterías…

- Bummie…

- Me tengo que ir.

- … Ok….

Bajo las escaleras antes de que mis lágrimas me delaten. Sí, hasta ese punto me ha vuelto idiota Minho.

- Entonces… ¿no sois novios? - Pregunta Onew, suspirando.

- Al final pierdo la apuesta.- Taemin apoya su cabeza en sus manos y me mira a través de la cámara.

- Me trató con mucha indiferencia delante de su hyung. Además dejó que él escribiera la tarjeta. ¿Qué puedo esperar?

- Odio a los tipos que ni siquiera pueden escribir una frase.

Nos quedamos en silencio un rato.

- Supongo que todo esto ha sido una ilusión bonita a la par que estúpida.

- Hyung, no digas eso, os besásteis.

- Y al momento se arrepintió.- De repente los buenos momentos me parecen todos producto de mi imaginación y sólo lo veo todo de color negro-. Creo que mis fantasías llegaron demasiado lejos, como de costumbre.

- ¡Maldito Choi! - Onew mastica gominolas cabreado-. Mañana volveré a visitarle y se va a enterar.

- No hagas nada, hyung, por favor. Bastante jodida está ya la cosa.

- Pero no puedo dejar que te tenga confundido todo el tiempo.

- Así son siempre las cosas con él. No debí intentar llegar más allá, es todo culpa mía.

De nuevo nos quedamos callados. Acaricio la cabeza de Jean-Paul, que se ha quedado dormido en mi regazo. Parece que es capaz de notar que necesito un poco de consuelo. Y en medio del silencio, mi teléfono móvil vibra y un mensaje inesperado llega.

“Duerme bien, Bummie. Y no te acuestes tarde”.

80

- Es evidente que de alguna manera él se preocupa por ti.- Jonghyun sirve un poco de vino en ambas copas.- Pero seguramente en estos momentos las circunstancias le superan. Deberías entenderlo.

- ¿El qué? ¿que es un puto cobarde?

- Que está asustado.- Levanta la mano para pedir la carta.- ¿Cuánto más van a tardar estos?

- Ni idea.- Miro el reloj.- Se supone que Onew hyung les traía…

- Entonces estarán babeando chinos en EXO Planet.

- Que no te extrañe.

- Me encanta el aprecio que me tenéis, cabrones.- Onew coloca sus manos en nuestros hombros y se coloca a nuestra altura.- Si este pequeño presumido no tardara tanto en arreglarse, habríamos llegado puntuales.

Señala a Taemin, que se mantiene rígido tras él.

- Me han dicho que la comida aquí es exquisita.- Lee Joon, el amor platónico (no “platónico”) de Onew separa una silla.- Ya tenía ganas de venir.

- Hola hyung, cuánto tiempo.- Le ofrezco la botella.

- Hola Key.- La toma y sirve las demás copas.

En un movimiento super rápido, Onew se sienta a mi lado y empieza a darme codazos y a susurrarme incoherencias. Hasta que noto que Taemin sigue en pie y no ha ocupado su lugar.

- ¿Vas a quedarte ahí toda la noche?

- Ehm… no… ya voy…

Jonghyun le tira de la manga de la chaqueta y hace que se siente a su lado.

- ¿Cómo ha ido el trabajo? - Pregunta, intentando relajarle.

- Bien…- Contesta, bajito.

- ¿Y a ti qué te pasa hoy? - Pregunto, intentando entender su comportamiento.

- ¿Eh?

- Déjale, debe de estar cansado. Trabajar y estudiar para todos esos exámenes tiene que ser agotador.- Le acaricia la coronilla, y Taemin sólo asiente tímidamente.

- Entonces…- Onew desvía la conversación-... ¿el señor M. no ha puesto sus cartas sobre la mesa?

- Yo diría que más bien las ha retirado.

- ¿Quién es el señor M.? - Pregunta Joon, dejando la carta a un lado.

- El amor imposible de Key.

- Todos tenemos uno, después de todo.- Ayudo. Onew me lanza una mirada fulminante.

- ¿Y si fue un malentendido? - Murmura Taemin mientras lee el menú-. A lo mejor él realmente quería decírtelo pero no se atrevía y usó a su hyung para eso.

- ¿De qué estamos hablando justo ahora? - Joon obviamente no se entera de nada.

- Le escribió “novio” en una tarjeta.- Explica Onew.

- Ah…

- Pero luego resultó que no fue él quien la escribió.

- Oh… entiendo…

- Por los heteros que resultan no serlo.- Jonghyun alza su copa y brindamos con él.

- Entonces… - Taemin ni prueba el vino-... ¿en qué punto estáis ahora?

81

- Eso me gustaría saber.- Vacío mi copa y me sirvo más.- Hoy se ha pasado el día enviándome mensajes.

Onew rápidamente coge el móvil de encima de la mesa y empieza a leer :

- “¿Has comido bien?” - Se ríe-. ¿Es que ahora se ha convertido en tu madre? - Refunfuño y sigue leyendo-. “No trabajes mucho y toma mucho gingseng”.- Levanta las cejas-. ¿Esto es una proposición?- Intento quitarle el teléfono pero lee un nuevo mensaje-. “Supongo que has tenido un día muy duro hoy, duerme bien”. Ah, mira, hay uno nuevo que no has leído.- Me abalanzo sobre él, pero aún acierta a leerlo.- “¿Cenamos juntos mañana?”.- Me quedo quieto y nos miramos durante un rato-. Wow, quiere salir contigo.

- ¿Salir?

- Te está invitando a cenar.

Mi cara se ilumina y todos en la mesa se ríen de mi mientras ordenan la comida. Cojo el móvil y tecleo una respuesta.

“Mañana es perfecto. Y sí, estoy tomando gingseng, mamá”.

Sonrío al leer el mensaje enviándose y rápidamente llega la respuesta.

“Así me gusta. No quiero tener un novio enfermo”.

Suelto el móvil como si quemara y todos se pelean por agarrarlo, pero quien consigue el trofeo es Jonghyun :

- Woah, ha escrito “novio” de nuevo.

- Querrás decir “por primera vez”.- Corrige Taemin.

- Si es que no lo ha escrito su amigo.- Opina Onew.

- ¡Ya basta!, ¿vamos a comer o qué? - Le quito el móvil y lo guardo en el bolsillo de mi chaqueta.

No quiero volver a hacerme ilusiones, de modo que decido ignorar que Minho acaba de llamarme “novio” o no seré capaz de comer nada.

Pov Minho

No entiendo la actitud de Kibum. En general. Pero la forma en la que se fue anoche fue… simplemente… desconcertante. Empezaba a creer que estábamos bien, es decir, envié las flores con el maldito mensaje de Max (que nunca debí dejar que escribiera) y fui amable con él. Y de repente se comporta como un extraño.

- De verdad que no le entiendo.- Gruño mientras ayudo a Max a limpiar el campo-. ¿Qué hice mal? Dijiste que lo de las flores era una buena idea y de repente se comporta como un psicópata.

- No fueron las flores.- Se ríe-. Fue la tarjeta.

- No me recuerdes lo de la dichosa tarjetita porque de verdad que te mataría.

- Aún encima que te ayudo…

- ¿Qué me ayudas? ¡No me jodas! ¿por qué le escribiste esa mierda sobre ser novios? ¿Ahora con qué cara le voy a mirar? Dios, no puedo creer que lo hayas hecho.

- Obviamente a él le gustó la idea.

- Probablemente le habría gustado más si hubiera salido de mi.

- Bueno, no entiendo dónde está en drama. Ya admitiste que te gusta. Os besásteis más allá de lo que creías que harías jamás. Lo de ponerle una etiqueta sólo es un trámite.

- El problema es que aún no sé si quiero etiquetar esto.

- ¿Qué estás diciendo? - Pone sus manos en ambos lados de su cintura y me observa con expresión cabreada-. Choi Minho, nunca en mi vida desde que te conozco (y ya van muchos años de eso) te he visto perder la cabeza por absolutamente nada, ni siquiera en las finales de ningún campeonato. Y de repente ese chico te ha vuelto loco, ha conseguido que no puedas pensar en nada más que no sea en él, que lleves una sonrisa permanente en la cara, y que incluso empieces a plantearte tu sexualidad… ¡No me digas que no quieres a Kibum para ti porque entonces creo que te voy a pegar una paliza para que entres en razón!

No puedo evitar que se me caigan todas las cosas que tenía en las manos. Mi mejor amigo, mi entrenador, mi casi hermano, me está amenazando con pegarme por primera vez en mi vida. Y me asusto.

- Hyung… tú mejor que nadie deberías entenderme.

- Minho, no creas que no puedo ponerme en tu pellejo, claro que puedo.- Pone su mano sobre mi hombro, cosa que lejos de tranquilizarme, me produce un escalofrío.- Pero ya no eres un niño. Tienes la edad suficiente como para saber salir de esto tú solito.

- ¿¡Entonces para qué me “ayudas”!? - Pataleo como un maldito crío.- ¡No tenías que haber escrito esa maldita tarjeta!

Sonríe y me despeina un poco.

- Porque a veces incluso los adultos necesitan un pequeño empujoncito.

End Pov Minho

82

Pov Taemin

- Estoy agotada.- Min, mi compañera de la planta 1 se apoya en el mostrador y suspira.

- Venga, sólo nos quedan unos minutitos.- La empujo hacia la estantería donde estamos colocando la ropa de temporada.

- No sé cómo puedes acabar el día con tanta energía y luego ponerte a estudiar al llegar a casa. Yo casi no puedo sólo con esto…

- Es un esfuerzo que merece la pena por la recompensa.

- Pff… aún falta una semana para cobrar…

- Ya…

- En serio, ¿cómo lo haces? ¿tomas drogas? - Me da un ligero codazo.

- Noooo.- Me río-. Pero tengo un hyung que no para de obligarme a tomar gingseng.

- Oh… con que es eso…

- Buenas tardes.

- ¡Buenas tardes cliente! - Min y yo hacemos una rápida reverencia y nos colocamos correctamente ante él.- ¿En qué podemos ayudarle?

- Ehm… buscaba una camiseta.

Levanto la mirada y veo ante mi a Jonghyun.

- Hyung…

- Hola Taeminnie.

Min abre los ojos sorprendida y retrocede un poco para darnos algo de privacidad.

- No creí que tú compraras ropa en esta tienda.

- Nunca lo he hecho.- Comenta, toqueteando prendas-. Pero parece muy interesante todo.- Coge una camiseta-. ¿Crees que esta me pega? - Me enseña una del Capitán América.

- Diría que no.- Me río.- Me pareces más del estilo…- Cojo una camisa negra con topos blancos-... del estilo serio.

- ¡Venga ya, no soy tan serio!

- ¿No?

- No no no.- Pero aún así decide que le gusta la camisa y se la queda.- Creo que me llevaré las dos.- Asiento-. Así podrás ver mis dos facetas. ¡Cielos! parece que nunca has salido de fiesta conmigo…

- Lo siento, estoy acostumbrado a verte con ese aire sofisticado… ya sabes…

- Sí, sí, ya sé, es todo culpa mía por usar esa ropa de diseño tan cara…- Me río de nuevo. En realidad nunca creí que Jonghyun pudiera comprar ropa en un sitio como este.- ¿Trabajas a comisión?

- ¿Eh? Ehm… sí…

- Bien, entonces también me llevaré esto.- Añade una gorra, un par de pantalones y una chaqueta.

- Hyung, no te has probado nada.

- Eso es aburrido. Cóbrame.- Me da su Visa y me empuja hasta la caja.

- Si no te sirve, lo puedes devolver durante 15 días…

- No hay problema, todo me sirve.

Meto toda la ropa en una bolsa y le devuelvo la tarjeta.

- Gracias por venir a comprar aquí, hyung, ha sido divertido.

83

- De nada, estaba aburrido, y hoy ha sido un día duro.

- ¿Sigue tu padre presionándote mucho?

- Demasiado.- Se apoya en el mostrador-. Creo que va a volverme loco.

- Ten paciencia, se le pasará.

- Es extraño que tú trates de reconfortarme a mi. Soy tu hyung.

- Ya…

- Vais a cerrar ya, ¿no?

- ¿Eh? - Señala a mis compañeras, que se agolpan junto a la puerta.- Sí, ya cerramos.

- ¿Cenamos juntos? - Ha sido tan rápido que apenas he podido pensarlo.

- ¿Ahora? ¡V.. vale!

Sonríe y coge su bolsa con las compras.

- Hay un restaurante japonés muy bueno aquí. Te gusta mucho el sushi, ¿verdad?

- Mucho.- Recojo mis cosas y ayudo un poco a recoger la tienda, aunque Min me empuja hacia fuera.

- Oppa… vete ya, hoy me toca a mi limpiar.

Eso no es cierto, sé que me está “ayudando” para que Jonghyun no me tenga que esperar mucho rato.

- Ok, gracias.- Le guiño un ojo-. ¡Nos vemos mañana! - Noto que las chicas susurran cosas entre ellas y cojo mi teléfono.- Avisaré a mi madre de que no voy a cenar o se enfadará.

- Ah… qué tierno.- Me mira ladeando su cabeza-. Así que eres del tipo “hijo perfecto”.

- Más bien mi madre es del tipo “loca controladora”.

- Como todas las madres.

- No no, en serio, es peor que Key.

Ambos reímos y termino de enviar el mensaje para ir al restaurante con Jonghyun.

End Pov Taemin

El timbre suena y me levanto con cansancio del sofá. Hoy ha sido un día duro y quiero acostarme temprano. Ni siquiera me apetece cenar.

- Hola.- Y un Minho de radiante sonrisa aparece al otro lado de la puerta.

- Oh… ¿habíamos quedado? ¡Lo había olvidado!

- Tranquilo, traje la cena.- Me enseña una bolsa-. Supuse que estarías cansado.- Pellizca mi mejilla y no puedo evitar sonrojarme. ¿Qué me pasa? - ¿Tienes hambre?

- No mucha, la verdad.

- Perfecto.- Deja la bolsa en la cocina y me enseña una caja-. Así podemos estrenar esto.

- ¿Qué es?

- Ábrelo.

Abro la caja con expectación y veo algo así como un collar de cuero negro con tachuelas plateadas. Le miro, con una ceja levantada.

- Sabía que en el fondo eras un degenerado…

- ¿Qué?

Saco el collar de la caja, es extremadamente… largo.

- ¿Esto cómo se pone?

Capta mi intención de colocármelo alrededor del cuello y me lo arrebata.

- ¡No es para ti, bruto! - Se agacha, mientras pestañeo con incredulidad-. ¡Es para Jean-Paul! - Mi gato levanta las orejas al escuchar su nombre y Minho le susurra para que se acerque.- Ven, gatito…

- Lo llevas claro.- Me cruzo de brazos.- Sólo se mueve para comer.

84

- Lleva una vida demasiada insana.

Jean-Paul le mira con arrogancia.

- No creo que vaya a cambiar sólo porque tú quieras. Es demasiado vago.

- Verás como sí. - Se acerca al sofá en donde mi gato reposa tranquilamente hasta que nota la presencia amenazadora de Minho y se hace una bola.- ¿Va a saltar sobre mi o algo así? - Minho me mira con miedo.

- Lo dudo, eso supondría demasiado esfuerzo para él. Nunca le he visto hacer nada como eso.

- Mejor.- Se acerca despacio pero Jean-Paul se mueve lentamente en dirección contraria.- ¿Me arañará?

- Puede.

Se detiene, haciendo que el gato le imite.

- No me gustaría que eso pasara.

- Entonces no te acerques más. No le gustan los extraños.

- Pero yo no soy un extraño.- Se gira a mirarme-. Soy tu novio, maldita sea.

Trago saliva. ¿En realidad acaba de decir eso?

Jean-Paul capta mi nerviosismo y salta del sofá hasta venir a esconderse entre mis piernas. Minho se rinde y suspira.

- Vamos, no seas así.- Me agacho y cojo al gato-. Minho sólo quiere hacerte un regalo.- Me dirijo hacia él mientras Jean-Paul se revuelve entre mis manos.

- Es por tu bien.- Le acaricia con cuidado mientras intenta ponerle el collar-. Iremos a pasear, ya verás cómo te gusta el mundo exterior.

- ¿¡Qué!? - Nos alejamos de él-. Jean-Paul no puede salir a la calle, ya te conté sobre su alergia.

- No va a pasarle nada.- Se acerca a nosotros y fija la correa.

- ¿Eso es una correa?

- Para que no salga huyendo y para protegerlo de otros gatos.- Le acaricia la cabeza mientras mi gato intenta quitarse el collar con las patitas.

- Pero los gatos no se sacan a pasear como los perros.

- Bueno, no es que Jean-Paul sea un gato muy común.- Ríe-. Vamos.

Abre la puerta y dejo a Jean-Paul en el suelo.

- Venga, camina.- Me mira, extrañado.- Vamos al mundo exterior. Apuesto a que te gusta.

Ninguno de los dos se mueve.

- Tira de la correa, te seguirá.

- Cómo se nota que no le conoces.

Se acerca y me quita la correa de las manos.

- Vamos, Jean-Paul, vamos a pasear. - Lo arrastra un poco y el pobre gato opta por mantener algo de su dignidad y empezar a caminar tranquilamente.- ¿Ves? No es tan traumático.

- Creo que me odiará por esto.

- No exageres, sólo es un gato.

- Claro…- Bajamos a la calle y Jean-Paul se queda paralizado cuando sus patitas tocan el cemento. Se gira a mirarme y se acurruca junto a mi pierna. Tomo la correa y tiro suavemente.- Esto es el mundo exterior. Y hay que caminar.

Empiezo a andar y me sigue tímidamente.

- No era tan dífícil.- Ríe Minho.

- Sabes que a ti también te odiará para siempre, ¿no?

- Lo tengo asumido.

- Bien.

Ríe más fuerte.

- ¿En serio creías que el collar era para ti?

- Camina.

85

Sigue riéndose mientras vigilo cómo Jean-Paul camina con desconfianza mirando a su alrededor. Puede que él se sienta extraño, pero tampoco es una sensación muy normal para mi el hecho de estar paseando a mi gato en plena noche junto a Choi Minho. ¿Puede que esto empiece a parecer una relación de verdad?

86

Onew aleja su plato vacío y reposa sus manos en su barriga, satisfecho.

- Creo que voy a reventar.

- No debiste haber pedido tanta comida.- Le miro con repugnancia, ¿dónde lo mete?

- Pero es que tenía todo tan buena pinta…

- Este maldito niño…- Miro de nuevo mi teléfono y sigo sin ver ningún mensaje entrante de Taemin.- No puedo creer que nos haya dejado tirados.

- No nos ha dejado tirados, dijo que no podía venir.

- Y el “jueves de Starbucks” tampoco apareció. Nunca falta al “jueves de Starbucks”. Ni siquiera por exámenes.

- Se estará tirando a alguien.

Bebe el resto de su copa de vino y ambos nos quedamos mirándonos durante un buen rato.

- Por lo que más quiera, espero que no sea a Kai. Porque te juro que saldré en los informativos.

- Pff… sería demasiado patético que hiciera eso. Aunque no puedoa decir que me sorprendería. Ya hemos pasado por esto.

- Si no fuera Kai, nos lo habría dicho. Si nos lo oculta, es que obviamente es él.

- Pues lamentablemente no nos queda más remedio que esperar a que le deje de nuevo y vuelva a nosotros con el rabo entre las piernas.

- No, en serio, ¿qué le pasa a este niño idiota? - Marco su número pero me sale el contestador.- Ahora lo tiene apagado, ¿esto qué es?

Tiro mi móvil sobre la mesa y me cruzo de brazos.

- Si está con alguien y no nos lo quiere contar, sus razones tendrá.

- ¿Qué razones pueden ser esas salvo que sea Kai, el que le rompió el corazón un millón de veces?

- Quizá no es Kai.

Le miro, desafiante.

- ¿Es que acaso tú sabes algo?

- ¿Yo? ¿Qué voy a saber?

- Le defiendes demasiado.

- Todos nos hemos tirado al tipo equivocado alguna vez. Dale un par de días y nos presentamos en su facultad.

- Ok.- Cojo el móvil y abro la agenda-. ¿Te va bien el martes?

- Tengo dermatólogo.- Coge su móvil también-. Pero el miércoles estoy libre.

- Ok, el miércoles vamos a investigar. ¡No te olvides!

- Que no, pesado.

Agendamos la cita mientras escucho un sonidito proveniente del teléfono de Onew.

- ¿Es él?

- No, es Joon, dice que ya están en EXO Planet. Y que hoy está a tope.

- Genial, orcos oliendo a sudor de días. Lo veo.

Nos levantamos de la mesa.

87

- Es por lo de la fiesta hawaiana.

- ¿Qué fiesta?

- Joder, Key, ¿es que nunca te lees los eventos?

- Pfff… ni los abro. La gente no para de comentar estupideces.

- Pues deberías haberlo hecho.- Me rodea los hombros con su brazo-. Porque hoy te vas a hartar de ver tíos en bolas.

- ¿¡Qué!? ¡No puede ser! ¡Le prometí a Minho que nada de tíos en bolas!

- Idiota.- Se ríe-. EXO Planet y tíos en bolas es algo así como una redundancia.

- Dios, Minho me dejará cuando se entere.- Bajo la cabeza, temiendo lo que creo que se va a avecinar.

- No tiene por qué enterarse.- Onew levanta las cejas en un gesto cómplice.- Sólo vamos a bailar. Bueno, y yo a intentar tirarme a Joon.

- Espero que tengas suficiente dinero en tu cartera.

- ¿Eh?

- Porque vas a tener que emborracharle mucho para que eso suceda.

Pov Taemin

Apago el teléfono y me siento junto a Jonghyun, tras no poder evitar soltar un ligero suspiro.

- ¿Todo bien?

Apoyo la cabeza en la butaca y miro al techo.

- Odio mentir a mis hyungs. Sé que voy a ser sometido a un tercer grado muy pronto. Si es que sobrevivo.

Ríe burlonamente y me acaricia la coronilla.

- Te dije que no tenías que ocultar esto.- Me da mis palomitas y me muestra su móvil-. ¿Quieres que se lo explique? Kibum y yo tenemos una relación honesta y sincera. Lo entenderá.

- Es mi hyung prácticamente desde que entré al colegio. No puedo dejar que se entere por ti.

- Madre mía, hablas como si estuviéramos acostándonos o algo así.

Me sonrojo y bajo la cabeza. No, por mucho que siempre haya admirado a Jonghyun jamás se me ha pasado por la mente acostarme con él. O puede que un par de veces. Pero de forma muy fugaz. O no tan fugaz.

- No es por lo que hacemos, sino porque lo hacemos sin que lo sepa.- Susurro-. Y esto se parece demasiado a lo que hacía cuando estaba con Kai. Y ya entonces me sentía culpable por mentir.

- ¡Sólo es una película! - Señala la gran pantalla y me encojo en el asiento al notar que la sala se está oscureciendo.- No estamos haciendo nada malo.- Habla más bajo-. Deja de preocuparte, Taeminie.

Asiento lentamente.

- Vale.

- Pero díselo a Key o terminará imaginándose cosas.

*Flashback*

- ¿Entonces no pasó nada? - Min me persigue por la tienda mientras muevo las cajas vacías al almacén.

- Nada de nada. Ya te dije que es un amigo.- No pienso contarle la forma estúpida en la que me comporto cuando estoy con él, se burlaría demasiado.

- Pero vino a buscarte. E incluso te invitó a cenar.

- Vino a comprarse una camisa y se le hizo tarde.

- Despierta, oppa.- Se planta frente a mi-. Ese chico anda detrás de ti, es obvio.

- Creo que tienes demasiada imaginación y ves demasiados doramas. - Dejo las cajas en el suelo exhalo, cansado.- Le conozco hace tiempo y no tenemos esa clase de relación. Además, es el ex de uno de mis hyungs. No podría…

- ¡Ja! - Se burla, señalándome-. Tu cerebro ya se lo está planteando.

- ¡Eso no es cierto!

- ¿Me vas a decir que no te gusta? ¡Tiene un cuerpo increíble y es muy guapo! Además, parece que tiene dinero.- Me da un codazo.

88

- Somos amigos.- Zanjo la discusión.- Y eso no va a cambiar.

Mi teléfono vibra en mi bolsillo y consulto el mensaje entrante. Que son varios. Todos de Jonghyun.

“Mañana estrenan “La venganza del Reno Renardo” por fin, ¿vamos juntos?” “Si mañana tienes planes, no importa, podemos ir otro día, pero estoy completamente seguro de que va a ser muy divertida, y ninguno de mis amigos quiere ir a verla (aburridos XD).” “Tú eres el único freak que conozco que se ríe con este tipo de películas y creo que si la veo con alguien más no será lo mismo.” “¿Qué dices?” “¿Mañana?” “¿Pasado mañana?” “¿Soy un acosador?” “... “ “Ok, puede que lo sea.” “Por cierto, me divertí mucho cenando contigo la otra noche. Si te digo que también quiero repetir eso, ¿sonará muy desesperado?”

Me siento en uno de los taburetes del almacén, bastante sorprendido por todo eso. ¿Jonghyun me está proponiendo una cita? ¿Qué debería hacer? Pero… ¿y si no es una cita? Dos amigos yendo al cine no tiene por qué serlo. Pero, mi duda es : ¿Jonghyun y yo somos amigos?

Tecleo.

“Lo siento, hyung, estaba trabajando y no podía contestar. Mañana estoy libre. ¿Estaría bien que fuéramos?”

La respuesta llega en seguida.

“Más que bien^^ Te paso a buscar a la salida”.

“No le digas nada a Kibum-hyung.” Tecleo de forma automática.

“¿Por?”

“Yo se lo diré”.

Hasta que escribí eso no me di cuenta de que tal vez yo era el único que estaba pensando que aquello era realmente una cita con el ex amante de uno de mis mejores amigos.

*End Flashback*

La película ha acabado y Jonghyun ha insistido en llevarme a casa porque está completamente seguro de que Key le mataría si se entera de que me ha dejado caminar solo en mitad de la noche.

- Eres un exagerado. Ya soy mayorcito.

- Sé lo que digo.

- ¿Quieres ver mi identificación? - Saco mi cartera-. Dentro de unas semanas seré licenciado en Bellas Artes y mandaré tu curriculum a tu empresa, que lo sepas.- Le enseño mi carnet de identidad y lo coge con curiosidad.

- Yo hago la selección de personal, o sea que lo tendrás fácil.- Lo acerca para mirarlo bien-. ¿Cuántos años tenías en esta foto? ¿Doce? - Se ríe.

Se lo quito de las manos y lo guardo de nuevo.

- Es del año pasado.- Murmuro-. Idiota.

- Pareces mucho más joven. Apuesto a que te piden el carnet cada fin de semana en EXO Planet.- Asiento, avergonzado-. Tan adorable… - Me toquetea la oreja levemente y no puedo evitar estremecerme-. ¿Qué pasa?

- ¡Nada! - Me pongo tieso en el asiento y agarro la manilla de la puerta para abrirla-. Gracias por traerme, hyung.

- Espera.- Abre su puerta y sale del coche, mientras yo hago lo mismo-. Te acompaño al portal porque no me fío de que no te secuestren de aquí a allí.

Mido mentalmente la distancia.

- Hyung, son apenas 20 metros.

- Por si acaso.

Me empuja hacia el edificio y camino torpemente sabiendo que me sigue tan de cerca. Llegamos más rápido de lo que me gustaría a pesar de que he caminado lo más lento que he podido para alargar la agonía de la despedida..

- La peli fue genial.- Me detengo. Noto que él también ha dejado de caminar.- Aunque creo que tendré pesadillas con ese reno durante días.- Me giro pero veo que él no se ríe. Da un paso hacia mi y coloca su mano en mi nuca.

- Me gustas.- Y antes de que pueda reaccionar tengo sus labios sobre los míos. No es un beso tímido, sino seguro y directo, que no sé ni cómo corresponder (aunque me encantaría acorralarle en cualquier lugar en este preciso instante). Pero estoy en shock-. Y quiero volver a verte mañana.- Me da otro beso-. Y pasado mañana.- Me besa de nuevo, esta vez sin separarse, hasta que reacciono y le empujo suavemente.

- Hyung…

- Sea lo que sea, no lo digas.- Coloca su dedo índice en mis labios.- Estás tan lindo así sonrojado…- Sonríe de un modo tierno y se acerca de nuevo, apartando el dedo.- Que tengo que estar muy enfermo para estar pensando las cosas que estoy pensando ahora mismo.

Me estremezco nuevamente. Porque odio el hecho de que yo también esté pensando todas esas cosas.

- T..tengo que irme…- Balbuceo. Es todo lo que sale.

89

- Ok.- Pone sus manos sobre mis hombros-. Mañana hablamos.- Junta nuestras frentes.- Quiero soñar contigo esta noche. Y mañana hacerlo real.

Me alegro mucho de estar tan cerca de mi casa o me desmayaría en plena calle. Abro la puerta del portal y me agarro a la barandilla de la escalera mientras veo cómo se va despacio.

¿Cómo ha podido pasar todo esto? ¡Sólo era una película!

Llego a casa y me derrumbo sobre la cama sin nisiquiera pensar en quitarme la ropa. Estoy metido en un buen lío. Un mensaje suena y cojo el móvil con pereza.

“Descansa bien, Taeminie”.

Suspiro y ruedo por la cama hasta quedar boca arriba. Un nuevo mensaje.

“¿Fui muy precipitado? Mi culpa. Soy así”.

Me río. Otro.

“Estabas demasiado irresistible.”

Otro más.

“De hecho, ahora mismo estoy todavía enfrente de tu edificio planteándome si subir a tu casa sería demasiado esquizofrénico”.

Me siento en la cama rápidamente y respondo antes de que haga una locura :

“¡Hyung, no! ¡no lo hagas! Mis padres están despiertos”.

“Ok. Me conformaré con un emoticono de un besito”

“...”

“Vamos, no cuesta tanto”.

“... Yo no soy así”.

“Sólo es un emoticono”.

Me pongo a buscar el dichoso emoticono (que ni siquiera sé dónde está porque nunca lo he usado) y finalmente, después de maldecirme un par de veces, lo envío.

“Así me gusta. Se parece un poco a ti. Pero menos rojo”.

“Buenas noches, hyung”.

Apago el teléfono sin esperar su respuesta. ¿Por qué tiene que ser tan encantador siempre? Me pongo el pijama y me meto en la cama. Pero no puedo ni siquiera cerrar los ojos. ¿Habrá respondido? ¿Habrá enviado otro emoticono de besito él? Apuesto a que sí…

Me siento en la cama y veo la pantalla iluminarse con un par de mensajes.

“Me tienes hipnotizado”. Ese mensaje va acompañado de una foto de Jonghyun mirando a las estrellas.

Un nuevo mensaje.

“¿DÓNDE COÑO TE HAS METIDO?”

Ese no es de Jonghyun.

End Pov Taemin

90

Pov Onew

El maldito móvil no deja de sonar y siento que me va a estallar la cabeza. La luz del día atraviesa las cortinas y me hace daño en los ojos. ¿Qué hora será? Me coloco boca arriba, soltando un suspiro y dejando mis manos caer sobre mi pecho desnudo. ¿Desnudo? Me observo un momento, “joder, sí que bebí anoche…”

- Eso que suena, ¿no es tu móvil?

- Lo es.

Dejo que pare de sonar y cierro de nuevo los ojos. Estoy a punto de caer dormido de nuevo pero una idea me hace incorporarme de golpe : ¡no estoy solo!

Cuando consigo enfocar la vista mi mandíbula se ha quedado paralizada y los brazos de Joon me arrastran hasta quedar pegado frente a él.

- Buenos días.- Murmura de forma risueña, aún con los ojos cerrados.

- ¿Hemos follado?

Vale, no soy un ejemplo de diplomacia.

Se ríe y me aprieta un poco, haciendo crujir mi espalda.

- Sí que debió ser una mala experiencia, para que la hayas olvidado.

Como conozco a Joon, doy por hecho que se está burlando de mi y levanto un poco las sábanas. La evidencia me abruma. Ambos estamos desnudos.

- ¡Joder! - Vuelvo a mirar bajo las sábanas para apreciar bien el cuerpo de Joon, después de todo es la primera vez que le veo desnudo. Tras la incertidumbre inicial, me levanto de la cama, sin ni siquiera tratar de ponerme algo de ropa encima, y le señalo, atónito.¿Por qué dejaste que te emborrachara?

- ¿Yo? - Se sienta -. Que yo sepa, íbamos los dos igual de mal.

- ¡Ahhhh!, voy a volverme loco. ¿Cómo he podido permitir que pasara? ¡Ahhhh! .- Intento dar un paso atrás pero un dolor agudo me recorre la espalda y suelto un quejido.

- ¿Estás bien?

Me quedo quieto. Respiro hondo y analizo la situación.

- Me diste duro, ¿eh?

- Lo siento.- Ríe-. Me lo pediste.

¿¡¿Qué?!?

- ¡Me cago en mi puta suerte! - Me arrastro hasta la cama y me tumbo boca abajo. El dolor es importante.- ¿Cómo puede ser que me hayas follado y no recuerde nada?

Me acaricia el pelo.

- Yo sí lo recuerdo.

“Genial, doble mierda”.

End Pov Onew

La teoría de pasar la tarde viendo películas en el piso de Minho era interesante, pero aún lo es más el hecho de que llevamos un buen rato besándonos en el sofá..Necesitaba volver a sentir sus labios de nuevo, he esperado varios días por esto y por fin se ha abierto la veda. En un par de ocasiones intenté tumbarle, pero es una misión complicada porque no parece dispuesto a dejarse llevar.

- Minho…- Me quejo un poco y él se ríe, abrazándome y tumbándonos a los dos (yo encima) mientras me peina con las manos.

- Debería castigarte por haberte pasado la noche rodeado de tíos desnudos.

Me acurruco en su pecho.

- ¡Fue idea de Onew-hyung! Yo sólo quería cenar y volver pronto a casa, pero había esa estúpida fiesta hawaiana y toda esa gente con los paipais…

91

- Espero por tu bien que no tocaras ninguno de esos paipais…

- ¡Minho! - Le pego en un hombro-. Ya te dije que yo no quería ir. Además, no tenía intenciones de enrollarme con nadie...más…

Dejo escapar eso último porque en realidad tampoco es que anoche me enrollara con Minho.

- ¿Nadie más?

- Sólo contigo. Pero eres un poco estrecho.- Me recoloco sobre él haciendo que los botones de mi pantalón rocen descaradamente los suyos.

Se ríe mirando al techo, como si acabara de decir algo muy gracioso y me agarra por la cintura.

- No pensé que estaba siendo estrecho. Hace un momento hacíamos algo caliente aquí.

“Si esta es tu idea de algo caliente, vamos mal”.

- Minho, no me malinterpretes, me gusta que nos besemos, ¡me encanta, de hecho! Pero eso sólo hace que tenga más ganas de dar el siguiente paso.

Su cara se acaba de transformar y su sonrisa se ha esfumado.

- ¿Qué paso es ese?

- ¿De verdad te lo tengo que explicar?

- Sólo por si acaso yo estuviera pensando otra cosa.

- Minho…

- No, no, no…- Se levanta del sofá y me quedo abrazando el cojín, mirándole-. Yo… yo no puedo… aún no tengo ni idea… o sea…- Se detiene y respira profundamente-. Bummie, aún no puedo hacer algo como eso.- Se rasca la cabeza. Ok, está nervioso y eso lo puedo entender.- Eso son palabras mayores, apenas estamos empezando algo y…

- No hay que ser tan tremendista, sólo es sexo.

Algo cae de sus manos cuando acabo de pronunciar la frase y veo que es su móvil. ¿Qué hace?

- Para ti puede que sea sólo sexo, pero para mi… es importante.

- Para mi también lo es.- Me agacho a recoger su teléfono y se lo entrego. Lo recibe casi congelado.- Es muy importante.

- Entonces no debemos tomarlo a la ligera.

- Nadie lo está tomando a la ligera. Sólo quiero hacerlo.- Le agarro por la muñeca-. Mucho.

- Ah…- Se suelta-... No estoy seguro de que estemos en ese punto aún…

- Yo creo que estamos totalmente en ese punto.

- Apenas llevamos unos días juntos. Ni siquiera nadie sabe que estamos saliendo.

- Eso no es necesario.

- ¡Sí lo es!

Dios, como sigamos así, me veo el slogan “abstención hasta el matrimonio” tatuado en mi frente.

- Mis amigos te conocen. Yo conozco a Max, y a tu familia. Creo que se puede decir que la gente lo sabe.

- Mi familia cree que sólo somos vecinos.

- Bueno, ya sabrán la verdad. De hecho, tu hermano ya la sospecha.

- ¡Dios, mi hermano! - Se pasa una mano por la cara, abrumado-. Tengo que hablar con él antes de que algún cotilla le vaya con la noticia a mis padres.

- Bueno, si otro se lo cuenta, te ahorrarás el mal trago.

Me mira seriamente. Otra vez no.

- No puedo dejar que mi familia se entere por alguien más de que me gustan… de que estoy… con un hombre… - Agacha la cabeza.

- Entonces cuéntaselo.

- ¡No puedo hacer eso tan fácilmente! No es algo fácil de decir.

- Ya lo sé.- Me siento en el sofá.- Y creo que todas esas ideas te asustan tanto que no puedes dejarte llevar por lo que deseas.

Se sienta a mi lado.

- Puede ser.

92

- Entonces quizá sería mejor que no hiciéramos nada hasta que aclares la situación con tu familia.

¿¡¿Qué?!? ¿¡¿Qué coño estoy diciendo?!?

- Puede que tengas razón.- Ambos miramos al suelo-. Gracias por entenderlo.

- De nada.- Me odio a mi mismo-. Pero Minho.

- ¿Sí?

- Tengo muchas ganas.

Nos miramos brevemente y salto encima de sus piernas para atacar sus labios de nuevo. Lo siento, Choi Minho, soy comprensivo pero sólo hasta cierto punto.

Pov Jonghyun

Sonrío como un idiota y sé que él tiene la culpa. Taeminie me gustó desde la primera vez que le vi. Mis ojos le encontraron en medio de la pista de baile de EXO Planet y ya nunca pudieron obviarle. Pero entonces él estaba ocupado con Kai y yo empezaba a tener algo con Key. Supongo que ambos estábamos haciendo algo equivocado con la persona menos indicada. Pero desde el principio no pude evitar que ese instinto de protección hacia él me invadiera, y que tratara por todos los medios de conseguir que esa sonrisa aflorara para mi.

Confieso que durante el cumpleaños de Key y gracias a los famosos margaritas que Taemin preparó, estuvimos tonteando un buen rato, aunque no quise salirme de mi papel. No podía hacerle eso a Key… Pero ahora… todo es diferente. Incluso él. La otra noche en la cena con todos sus amigos estaba serio y extrañamente incómodo conmigo. Pensé que quizá Kibum le había contado alguna de nuestras intimidades, pero en seguida me di cuenta de que no era así. De repente se comportaba distante y seco.

*Flashback

- ¿Todo bien? - Pregunto, poniendo una mano amigablemente sobre su rodilla.

- ¡Todo bien! - Exclama, quitándome la mano y agarrando su vaso para beber.

- Estás un poco nervioso, ¿no?

- Tomo mucho café para poder estudiar hasta tarde.- Sonríe-. Me juego la licenciatura.

- Tonterías. Apuesto a que eres el mejor de la clase.

- ¿Qué tramáis vosotros dos? - Pregunta Key, levantando una ceja.

- ¡Nada! - Chilla Taemin levantando sus manos en un gesto de inocencia-. ¿Ya habéis pedido? Tengo hambre.- Empieza a leer la carta y sonrío.

- Ese tipo…- intento recordar-... Kai. ¿Ha vuelto a molestarte?

- No, todo está bien. Gracias hyung.- Me sonríe una décima de segundo y vuelve su mirada a la carta.

- Me alegro. Si algún día te molesta, llámame y le pondré en su sitio.

- No hace falta, en serio. Ya no nos vemos ni nada.

- Por si acaso.- Cojo su móvil de la mesa y guardo mi número en sus contactos-. No dejes que te moleste nunca más. Es un imbécil.

- Sí que lo es.- Nos miramos durante un momento y puedo notar pequeñas corrientes de electricidad entre nosotros. Esto es nuevo.

- Llámame cuando quieras.- Susurro, en un tono… ¿seductor?, que hasta el momento no había sido capaz de usar con él.

Asiente y creo que mi sonrisa bobalicona es demasiado evidente. Otra vez.

*End flashback

Desde aquel día no he podido ver a Taemin como antes. Desde que noté, al mirarle, que él estaba sintiendo algo parecido a lo que yo sentía : unas ganas terribles de que todo a nuestro alrededor desapareciera. Y ahora ya no hay nada que pueda frenar nuestros impulsos porque estamos totalmente disponibles el uno para el otro.

“¿Quieres venir a cenar a mi casa? Estoy cocinando”.

Lo escribo y envío rápidamente junto a una foto de mi kimbap.

“Desnudo”.

Ok, eso es mentira pero se me ocurrió escribirlo para burlarme de él. Me río como un histérico mientras espero una respuesta. Esta ha sido buena.

Pero un mensaje llega y me deja atónito.

“Me muero de hambre”. Junto a un emoticono de una carita sonriente y sonrojada que no puede parecerse más a mi dulce Taeminie.

End Pov Jonghyun

93

Sulli sale de mi despacho y me maldigo una vez más por no haber sido capaz de contarle (todavía) que tengo una… ¿relación? con Minho. Prometí que esperaría a que Minho se lo contara a su familia pero… siento que esto no es justo para la gente que me rodea.

Suspiro justo cuando mi móvil suena y me despierta de la hipnosis.

- ¡My Bum!

Oh, Dios.

- ¡My Hyun!

- ¡Hola precioso! ¿cómo has estado?

Una sonrisa despreocupada se cruza en mi cara.

- Trabajando como un poseído.- No puedo evitar usar un exagerado aegyo siempre que hablo con él.

- ¡Maldito sistema capitalista!

- ¿Pero qué dices? ¡Si tú vives en USA!

- También la maldigo.

Ambos reímos.

- Hace meses que no sé nada de ti.- Vuelvo al aegyo-. Pensaba que ya me habías olvidado.

- Eso nunca, my Bum, ya sabes que tú eres mi alma gemela, siempre estoy pensando en ti.

- Pues me envías pocos mensajes, para estar pensando en mi todo el día.

- Me lo merezco, lo siento, pero he estado muy ocupado con la gira.

- Lo sé. He visto fotos.

- Pero ahora por fin tengo una semana de vacaciones y pienso ir a visitarte.

- ¡Omo!, ¿en serio? ¿Te quedarás en mi casa como la última vez?

- ¡Claro!

- ¡Perfecto! ¡Tengo que contarte tantas cosas! -Como por ejemplo, que mi nuevo novio vive justo encima de mi.- Ups.

- ¿Qué pasa?

- Nada, nada. ¿Cuánto vuelves?

- Mañana.

Genial. Tengo 24 horas para explicarle a Minho que Nam Woohyun, mi primer novio, el que una vez juré que era el hombre de mi vida, al que amaría siempre por encima de todas las cosas… viene a pasar una semana de vacaciones a mi casa.

Necesitaré ayuda.

“Estás jodido”. Es toda la ayuda que recibo de Onew. “Aunque no más que yo. Ya te contaré”.

“Hyung, dile la verdad” como siempre, Taemin opta por la vía realista. “Esta noche estoy ocupado, pero mañana podemos tomar un café”. ¿Con quién está ocupado Taemin? Nunca sale de noche entre semana.

Tecleo un mensaje rápido a Onew : “Mañana vamos a la facultad de Taemin a investigar. Me intriga demasiado todo esto”.

“Ok”.

“¿Por qué te da tanto miedo que Minho sepa cosas de ti?” Es el mensaje que Jonghyun, el reflexivo, me envía para “tranquilizarme”. “Dile la verdad”. Empiezo a odiar que hable como Taemin.

94

POV Taemin

Desde el momento en el que entré en casa de Jonghyun la idea de cenar desapareció de mi cerebro. Apenas le vi al otro lado de la puerta con su sonrisa perfecta y esa camiseta sin mangas, mi cerebro se bloqueó. Intenté iniciar una conversación, pero él tiene esa mirada penetrante que no me deja concentrarme. - ¿Vino? - Me ofrece una copa.

- No me gusta el vino, hyung.- Me sonrojo. Sí, me estoy comportando como un auténtico niñato.

- ¿Prefieres cerveza?

- Estoy bien, gracias.

No es cierto. estoy sentado en el sofá a su lado y nada puede estar bien. Tiemblo como un flan.

- ¿Cómo están yendo los exámenes?

- Bien.

- Aha.

Juego con mis dedos, nervioso. Empiezo a considerar que es un error haber venido.

- Creo que tomo demasiado café.- Me río como un bobo-. Y me tiembla el párpado, mira.

Se lo enseño y lo observa atentamente.

- Wow, es cierto. Deberías dejar de tomarlo.

- Necesito mantenerme despierto para estudiar.

- Pero si eres muy listo.- Me acaricia el pelo-. Apuesto a que aprobarías todo sin abrir un libro.

- Hyung, yo no quiero aprobar, quiero sacar las mejores notas.

- Ah… entiendo… ¿Y cómo van las cosas en la tienda?

- Mucho trabajo.

- Deberías descansar.

- El mes que viene el curso habrá terminado. Volveré a tener una vida.

- Necesitas relajarte un poco.- Masajea mi hombro con eficacia-. O acabará dándote un ataque de ansiedad.

- Tranquilo, estoy acostumbrado a la presión.

Termina su copa y se levanta, haciendo que le siga.

- ¿Tienes hambre?

En ningún momento se me ha pasado por la cabeza cenar. Sólo le quiero a él. Me lanzo a sus brazos, sorprendiéndole, y empiezo a besarle. Lo demás ya sólo son tropezones hasta el dormitorio. Me siento como un loco desesperado.

Hace varios minutos en los que ni siquiera puedo pensar, sólo dejar que me acaricie. Nos tumbamos en la cama lentamente y no opongo resistencia. Nos besamos despacio, saboreándonos, y sus manos se cuelan debajo de mi camiseta para empezar a acariciar mi piel. No puedo evitar soltar un ligero gemido cuando sus dedos rozan mis pezones, mi cuerpo entero se ha estremecido.

- Me encantas.- Se burla al escucharme, levantando mi camiseta para tener mejor acceso.

Baja sus labios hasta mi abdomen y por ahí reparte besos dulcemente, mientras con sus manos sigue levantando la camiseta. Le ayudo y me la quito completamente, haciéndole reir. Hace lo mismo con la suya y desabrocha sus pantalones justo antes de volver a tumbarse sobre mi y desabrochar los míos. Roza descaradamente nuestras entrepiernas mientras gime, lo cual me hace ponerme todavía más duro.

- Hyung…

- Mmmm…. dime….

- Bésame.

No sé en qué preciso momento me volví tan cursi, pero su sonrisa satisfecha me indica que no le ha molestado demasiado mi petición y me besa. Mientras su lengua entra profundamente en mi boca dirijo una de mis manos a su miembro y lo empiezo a masajear por encima de la ropa interior. Está increíblemente duro, creo que más que el mío, y sobresale levemente por encima de la goma de los boxers. En un abrir y cerrar de ojos veo volar la ropa interior de ambos y Jonghyun sonríe de forma triunfal mientras se aparta y se agarra su propio miembro con las manos, como intentando detenerse, mientras me mira fijamente.

- No sé si debería hacer esto.

Creo que no puedo evitar que un puchero se forme en mis labios.

- ¿Po… por qué?

- No quiero hacerte daño. Y te deseo demasiado.

95

Me incorporo, sosteniendo mi peso en mis codos.

- Yo también te deseo, hyung, y estoy seguro de que no me harás daño. Confío en ti.

Rodeo con mis brazos su cuello y le acerco hasta notar su miembro casi rozando mis nalgas.

- Espera.

Abre su mano para mostrarme un condón, que saca lentamente de su envoltorio y se lo coloca. Abro las piernas con anticipación sólo al ver eso, y él se inclina ligeramente para buscar una buena posición.

- Mételo ya.- Ordeno, y Jonghyun me acaricia el pelo justo antes de introducir la punta.

- Si te duele, dímelo, ¿ok?

Asiento. En realidad ya está doliendo, pero no quiero detener esto por nada del mundo. Abro todavía más mis piernas mientras él se introduce del todo y gruñe, haciéndome gruñir a mi también.

- Oh dios, hyung, es enorme…

Se ríe ante mi asombro y se queda quieto un momento.

- ¿Te duele?

- Estoy bien.- Sonrío y elevo mis caderas, incitándole a moverse, algo que capta en seguida y empieza a hacerlo.

Sin preparación previa, sin medias tintas… Ni siquiera puedo entender cómo todo ha ido tan rápido, pero no quiero detenerme. Me encanta sentirle dentro de mi y que se mueva de esa manera; tanto, que he perdido la cuenta del tiempo que llevamos moviéndonos sin parar; de las posturas que hemos probado; de la cantidad de orgasmos que hemos contenido sólo para alargar el clímax final… Yo sentado sobre él, cabalgando en un ritmo frenético, hasta que una sensación electrizante nos recorre a ambos y dejamos escapar un grito sonoro, para después detenernos poco a poco, yo me derrumbo sobre su pecho, y él acaricia mi flequillo.

- Joder Taeminie, esto ha sido increíble.

Suspiro. Ni siquiera puedo hablar. Después de un rato consigo que mi cerebro se tranquilice y el mareo disminuye. Ruedo por la cama mientras escucho a Jonghyun quejarse por haberme alejado. Me mira de una forma tan dulce que en realidad me duele haberme separado.

- Es tarde.- Susurro, incorporándome para buscar mi ropa interior.

- ¿Para qué? - Pregunta sosteniendo su cabeza en su mano, acariciando mi espalda con la otra.

- Mis padres, tengo que volver a casa.

Me coloco la ropa interior.

- Diles que estás en casa de un amigo.

- ¿Entre semana? Me castigarían.

- Ya eres un adulto para que te anden castigando.

- Lo sé. Pero mi madre no.- Río.

Cuando me levanto por completo noto que Jonghyun me ha abrazado por la cintura, y pega su rostro a mi espalda.

- Quédate.

- Ya te dije que no puedo, hyung.

- Hazlo por mi. Quiero despertar mañana a tu lado.

- Hyung… no me hagas esto...

Desenlazo sus manos para que me suelte y lo escucho suspirar. Se queda de rodillas sobre el colchón.

- Entonces déjame llevarte a casa.

- No es necesario, de verdad. El metro está cerca y llega directo.- Me voy vistiendo-. No me pasará nada.

- Como quieras.- Se rinde-. ¿Te paso a buscar mañana y hacemos algo?

- Esta semana es imposible, tengo los últimos exámenes del trimestre.

- Ok… - Puedo apreciar en su murmuro una cierta desilusión. ¿En realidad está tan interesado?

- Hyung…

- ¿Eh? - Me acerco a él y le tomo por la barbilla.

- No estoy acostumbrado a que quieran dormir abrazados a mi después del sexo.- Me río. No sé por qué ese arranque de sinceridad ha salido tan de golpe.

- Aigooo…- Me abraza con fuerza-... Has debido de sufrir mucho…- Me acaricia el pelo-... Pero yo no te haré sufrir, Taeminie, te lo prometo.

96

- Tampoco creo demasiado en las promesas post-sexo.- Río-. Estoy bien, tranquilo.- Le doy un beso en la mejilla-. Aunque todo esto va a ser muy difícil de contar.

- Yo lo haré.

Niego con la cabeza.

- Es mi mejor amigo.

End Pov Taemin

97

Onew y yo nos mantenemos “semi-ocultos” detrás de una de las columnas del hall, viendo cómo Taemin charla animadamente con algunos de sus compañeros.

- ¿Crees que es el rubio? - Onew señala a un chico alto y fuerte que se apoya en el hombro de Taemin.

- No sé qué decirte, la verdad. No lo veo muy su tipo.

- ¿El de las gafas?

- Creo que ese es hetero.

Miramos de nuevo y vemos a una chica unirse al grupo, saludando a todos muy efusivamente.

- ¡Oh Dios!, ya lo tengo.- Onew me empuja para que pueda ver mejor, justo desde su perspectiva-. Es una chica-. Susurra.

- ¿Una chica?

- Eso tendría sentido.- Volvemos a detrás de la columna-. Que no nos quiera decir que sale con una chica después de todos estos años jurando que es homo.

- No veo a Taemin saliendo con una chica, hyung.

- A lo mejor apenas está experimentando.

- Ha estado fuera toda las noches en los últimos días. No creo que esté experimentando. Está follando.

- Sip. Y quizá con ella.

La señala de nuevo y volvemos nuestra atención al grupo. Ahora el chico rubio agarra a la chica de la mano y caminan hacia la cafetería, seguidos de los demás.

- Creo que el chico rubio y la chica están saliendo.- Opino.

- Puede que sea una tapadera para que no les descubramos.

- Hyung, no saben que estamos aquí, ¿por qué iban a ocultarse?

Onew toma su barbilla para pensar mientras no aparto los ojos de Taemin, que está hablando por teléfono.

- ¡Mira eso! - Le arrastro de nuevo a un lado de la columna-. Está hablando con alguien.

- Puede que sea su madre.

- Nunca pone esa cara cuando habla con su madre.

- A lo mejor le está diciendo cosas buenas.

- Habla con él, mira su cara.

En efecto, incluso a un kilómetro de distancia uno podría ver perfectamente la carita iluminada de Taemin mientras habla con esa persona, sea quien sea.

- Deberíamos preguntarle directamente.

Volvemos a ocultarnos detrás de la columna.

- Ya lo he hecho, y siempre cambia de tema.

- ¿Crees que sale con alguien que conocemos?

- No, ¿por qué iba a creer eso? ¿Tú lo crees?

- Sólo lo digo.

- Hyung, ¿tú sabes algo?

- ¡Yo no sé nada, joder! - Alza los brazos en gesto de inocencia-. Sólo que al menos eso tendría algo de sentido.

- Puede que esté saliendo con alguien comprometido.

98

- O feo.

- ¡O quizá es un profesor!

Nos miramos un momento como si acabáramos de dar en el clavo.

- ¡Madre mía, esa siempre ha sido mi fantasía!

- ¡Y la mía!

- ¿Crees que se ven a escondidas en el gimnasio?

- En la universidad no hay gimnasio.

- Cierto.

- Pero puede que se citen en su despacho.

- Y follen sobre su escritorio.

- Lanzando los papeles al suelo en un arrebato de pasión.- Hago el gesto-. Incluso los exámenes sin corregir.

- Apuesto a que por eso nuestro bebé saca tan buenas notas.

- A lo mejor están esperando a que se licencie para hacerlo público.

- ¿Será un profesor sexy? ¿El típico guapo con gafas y pantalones apretados?

- Ojalá…

- Hyungs, ¿qué hacéis aquí? - La voz de Taemin nos hace pegar un brinco y le miramos completamente asustados-. ¿No deberíais estar trabajando?

- Nos hemos tomado un descanso.- Rápidamente invento algo. Es mi especialidad-. Y como estás tan ocupado estudiando que casi no nos vemos, hemos venido a secuestrarte.

- ¿Secuestrarme?

- Ya es la hora de comer.- Onew le quita la mochila y le agarra de un brazo-. Me apetece carne, ¿y a ti?

- También. Pero no tengo mucho tiempo, mañana tengo examen.

- Ok, comamos juntos y te puedes ir.

- Vale.

Onew nos lleva a un restaurante cercano, puedo oler la barbacoa desde fuera.

- A la mierda mi dieta.

- ¿Otra vez estás a dieta? - Llama a la dueña para que nos tome el pedido.

- Si hay una mínima posibilidad de que Minho me vea desnudo, no quiero que salga corriendo.

- Pobre ingenuo.- Me da unas palmaditas en el hombro-. Mucho me temo que eso no va a pasar en un futuro cercano.

- ¿Pedimos ya? - Pregunta Taemin con prisa.

La comida no tarda en llegar y procuro seleccionar con cuidado lo que como. Sí, es desesperado prepararse tanto para algo que ni siquiera sé cuándo va a pasar, pero prefiero que no me pille desprevenido. Incluso he pedido cita en una clínica estética para hacerme una limpieza facial y ehm…. una depilación.

- ¿Vas a contarnos lo que pasó el sábado? - Pregunto a Onew, que come como si no hubiera mañana-. Os fuísteis sin mi y completamente borrachos.

Tose un poco y termina de tragar lo que estaba masticando.

- No te vi muy preocupado por mi mientras bailabas con Kris.

- ¿Kris ha vuelto? - Pregunta de repente Taemin.

- Sólo unos días. Por cierto, Lay te manda recuerdos.

- Oh… Lay…

- ¿Por qué no viniste? Al menos no me habría quedado tan solo.

- Tenía que estudiar, te lo dije.

- ¿¡Pero hacía falta que apagaras tu teléfono!?

- Joon y yo hemos follado.- Susurra Onew.

99

Mis palillos caen sobre el plato y Taemin deja de comer. Alguien carraspea a nuestro lado. Es la dueña, que nos trae los acompañamientos a los platos principales. Hacemos sitio en la mesa y cuando por fin se va, retomamos la conversación.

- ¿Qué estás diciendo?

- Ah… por eso has puesto esa frase hoy en Twitter…

- ¿Qué frase? No he visto nada.

- “Despertarme de un sueño es doloroso” o algo así.

- ¡Dios, he estado dos días sin poder moverme!

Taemin y yo estallamos a reir mientras Onew se sonroja y vuelve a comer.

- ¿Tan fuerte te dio?

- Ojalá pudiera recordarlo.

- ¿¡Qué!? - Chillamos.

- Que estaba tan borracho que no recuerdo nada. Sólo bebidas gratis durante la Happy Hour y una competición con Jung Shin para ver quién bebía más chupitos.

- Joder, ese tipo debe de ser alienígena. Cómo aguanta el cabrón.

- Como consecuencia… no recuerdo nada desde que pusieron “It’s my life” y empezamos a saltar como locos.

- Oh, recuerdo eso. Yo estaba bailando con Kris y me quería poner unos cocos y una falda hawaiana, jajaja.- Me río mientras ellos me miran-. ¿Qué pasa?

- ¿No decías que no ibas a engañar a Minho?

- No lo hice, sólo bailamos.

- Ya…

- Pero sí que recuerdo que empezaste a saltar y te agarraste al cuello de Joon y él te levantó en plan “Dirty Dancing” y todo el mundo empezó a hacer un círculo a vuestro alrededor.

- ¿Eso pasó? - Se interesa Taemin, riendo.

- Y alguien lanzó un cubata que aterrizó en la camiseta de Joon y Onew-hyung empezó a chupársela…- Me detengo porque la risa no me deja continuar.

- ¿Chuparle...qué? - Pregunta Onew, asustado.

- ¡La camiseta! - Grito-. Y él la escurría para que pudieras beber mejor. JAJAJAJAJAJA-. Sigo riéndome.

- Hyung, eres realmente único.- Taemin pone su mano sobre su hombro mientras Onew agacha la cabeza, avergonzado-. Qué pena que no pude ver todo eso.

Por fin consigo calmarme y me acomodo de nuevo en mi silla.

- Entonces, ¿cómo fue el día siguiente?

- ¿Cómo fue? - Nos mira a ambos-. Raro.

Pov Onew

*Flashback*

Salgo de la ducha y veo que Joon se está vistiendo.

- Puedes ducharte tu también, es decir, si quieres.

El cuarto de baño fue el único lugar que se me ocurrió para huir de la cama.

- Tranquilo, ya me ducharé cuando llegue a casa.

Se peina con las manos. Creo que podría grabar esa imagen en mi mente para siempre.

- ¿Tienes hambre? Yo iba a desayunar ahora.

- No sé…

- Vamos.- Le agarro del brazo y al hacerlo veo un moratón en el mío.- Anda, ¿y esto?

- Supongo que fue de cuando te até.

- ¿Qué?

100

*End flashback

- ¿Te ató? - Taemin me mira, alucinado.

- No preguntes. Ya te dije que no recuerdo nada.

- Entonces… - Continúa Key liderando la conversación-. Ya sabemos lo que hicimos todos el sábado por la noche.- Silencio-. Y con quién nos estamos acostando (o queremos acostarnos).- Más silencio-. Ahora, Taemin, ¿vas a explicarnos quién te ha hecho esa marca en el cuello?

Miro a Taemin en el justo momento en el que se tapa el cuello con una mano. Puto niño.

End Pov Onew

101

- No… no es nada…

- Mentiroso…

- Va, venga, suéltalo ya. Deja de darle vueltas al asunto.

- Ya os he dicho que no es nada.

- No puede ser nada si deja esas marcas.

- Salvo que sea un “nada” muy apasionado…

- ¡Ya, dejadlo de una vez!

Mientras Taemin sigue sin soltar prenda sobre su actual vida sexual, intento conseguir buenos consejos de Onew.

- En fin, visto que no vamos a conseguir información… Centrémonos en mi problema : ¿Qué puedo hacer para que Minho caiga de una vez por todas?

- Emborráchale.- Insiste Taemin.

Le miro, pestañeando un par de veces.

- Realmente es tu respuesta para todo.

- Ya hemos visto que funcionó en el pasado.

- ¡No quiero violarle!

- ¡Chtss! - Me calla Onew-. ¿Quieres que nos prohíban la entrada a este restaurante también?

- Perdón… Es que empiezo a estar un poco desesperado.

- No puedo creer que el gran Kim Kibum esté pidiéndonos consejos sobre cómo seducir a su novio. Esto no puede estar pasando.- Se ríe.

- Yo te entiendo, hyung. Minho no es como el resto.

- ¿Qué quieres decir?

- Bueno… ya sabes… él nunca antes se ha sentido atraído por un hombre. Debe de ser algo raro.

- ¡Tu culo! - Exclama Onew, y definitivamente se me ha ido el apetito-. Tienes que conseguir centrar su atención en tu culo.

- ¿Y cómo voy a hacer eso? Sin desnudarme delante de él en plan patético.

- Tenemos unos pantalones muy apretados que están de oferta.- Se apresura Taemin-. El blanco siempre es una baza ganadora.

- Se nota que trabajas a comisión, maldito.

- ¡Un tanga! - Vuelve a exclamar, Onew, levantando el dedo como si fuera la mejor idea del mundo.

- ¡No voy a ponerme un tanga!

- No tienes que ponértelo. Sólo que él piense que lo usas.- Levanta las cejas.

- A lo mejor le repugna la idea de que lo use.

- Que le guste… que lo odie… no importa. Lo que importa es que piense en tu culo con un tanga.

- No sé si te sigo.

- En tu edificio tenéis esos… patios de luces donde se tiende la ropa, ¿no? - Asiento-. Cuélgalo ahí de modo que él lo vea.

- Hyung… ¿estás seguro de eso? - Taemin parece tan escalofriado como yo-. A lo mejor se ríe de él.

- Hazme caso.- Mete un trozo de carne en su boca-. Pensará en tu culo.

102

- ¿A Japón?

- Son las semifinales.

Levanto la cabeza de su regazo, me siento como si me hubieran arrojado un jarro de agua fría. Jean-Paul maúlla molesto porque le he interrumpido la siesta.

- Apenas nos vemos porque siempre estás entrenando y ahora te vas una semana a Japón. ¿Qué voy a hacer mientras tanto?

- Puedes echarme de menos.- Me da un toquecito en la nariz.

- Genial.

- Piensa en lo increíble que será el reencuentro.- Su expresión maliciosa me hace sonreir instantáneamente.

- Será mejor que te vayas haciendo un seguro de vida.

- Oh Dios.

Me coloco sobre sus piernas, frente a él, y le acaricio el pelo.

- Al menos no estaré solo.

- Claro que no. Seguro que Onew y Taemin vendrán cada día. Nunca estás solo.

El timbre suena y voy corriendo a abrir.

- ¡My Bum, my Bum! - Ese aegyo exagerado sólo puede provenir de una persona.

- ¡My Hyun, my Hyun!

Nam Woohyun acaba de llegar a mi casa y me está abrazando con todas sus fuerzas mientras yo me anclo, literalmente a su cintura con mis piernas.

- ¡Mi precioso Bum! - Me da vueltas agarrando mi trasero y me río emocionado.

- Te extrañé tanto…

- Oh…- De pronto se detiene y me bajo, recolocándome la ropa-. Hay un hombre sexy en tu sofá.

Mis ojos encuentran a un Minho desconcertado, con los brazos cruzados, que nos observa atentamente.

- Es mi novio, Choi Minho.- Me acerco a él y le obligo a levantarse-. ¿A que es muy alto?

- Y muy guapo, también.- Se acerca y le da la mano, sonriente-. Nam Woohyun.

Puedo notar que Minho está mirando fijamente la maleta abandonada junto a la puerta.

- Namu se quedará una semana en casa.- Explico-. Vive en USA, ¿sabes?

Minho me mira sin decir nada, lo cual hace completamente imposible que pueda entender lo que está pensando. Pero sea lo que sea, parece que no le gusta.

- Somos amigos desde el instituto.- Explica Woohyun, buscando algo entre las bolsas.

- ¡Almas gemelas! - Enfatizo-. Nadie me entiende mejor que Namu.

- ¿Namu? - Balbucea, pero apenas lo escucho porque Namu acaba de sacar una bolsa de Dolce&Gabanna y he soltado un grito memorable. Sus regalos siempre han sido los mejores.

Pov Minho

¿Qué clase de nombre es “Namu”? ¿Es que acaso es un árbol?* (*Namu en coreano significa árbol).

Kibum se comporta de una manera infantil y ñoña con él. Durante la cena no han dejado de hablar de sus días de instituto, dejándome totalmente al margen hasta que por fin se dieron cuenta de que no estaban solos.

- Debemos de estar aburriendo mucho a tu novio.- Ríe Woohyun-. Pero es que hacía tanto que no nos veíamos… - Acaricia un mechón de pelo de Kibum y puedo notar que mi sangre hierve.

- Él se alegrará de que estés aquí, así no estaré solo mientras él está en Japón.

Mierda y más mierda.

- Oh, ¿te vas? - ¿Soy yo o he apreciado un brillo peligroso en sus ojos?

103

- Sólo unos días. Tengo partido.

- Minho es el capitán de la selección nacional de fútbol.- Explica Kibum.

- Oh… Wow, debes de ver a muchos hombres desnudos cada día.

- Bastantes, sí.- ¿A todo mi puto equipo? Ni siquiera sé por qué estoy pensando esto ahora.

- Mi Minho sólo tiene ojos para mi.- Kibum se cuelga de mi cuello y me da un beso rápido.- ¿No es cierto? - Asiento-. Nunca antes había estado con un chico.

Tampoco era necesario explicarle eso al desconocido.

- Wow, qué suerte tienes.

- Creo que sí, soy muy afortunado.- Descansa su cabeza en mi hombro-. Aunque me deje tirado y se vaya a otro país.

Woohyun se ríe y yo no sé cómo salir de la situación. De verdad que irme de Corea y dejar a mi novio al lado de este personaje no es la mejor de las ideas.

- Siempre puedes venirte conmigo.- Le agarro por la cintura, sorprendiéndole-. Tómate unos días de vacaciones.

- No puedo hacer eso…- Se suelta-. Tengo trabajo y Woohyun acaba de llegar…

- Entonces no te quejes de que estamos separados.

Me mira extrañado.

- Tenéis todo el tiempo del mundo.- Nos interrumpe Woohyun-. Y estoy seguro de que el reencuentro merecerá la pena. Tan adorables…

Sigue comiendo mientras Kibum y yo permanecemos en silencio. ¿Este tipo se está burlando de mi?

End Pov Minho

Creo que la cena no fue muy agradable gracias a las bromas de Woohyun, que apuesto a que no se siente muy cómodo viéndome con alguien más. Aprovecho que ha ido a deshacer su maleta para acompañar a Minho a la puerta.

- No sé si me iré tranquilo sabiendo que ese tipo está aquí.- Refunfuña.

- Es mi amigo, Minho, no va a pasar nada.

- Ya lo sé, pero se me hace raro que tengas a alguien en tu casa.

- Sólo es una semana. Cuando vuelvas, todo estará igual que siempre.

- Prométemelo.

- Choi Minho, ¿es que no confías en mi?

- En quien no confío es en ese tipo.

- Maldito niño celoso…- Me río y rodeo su cuello con mis brazos-. Con las ganas que tengo de tenerte en mi cama, no puedo conformarme con nadie más.

- ¿Seguro? - Levanta una ceja, dudando.

- Seguro.

- Ok, mañana por la mañana vendré a despedirme.- Asiento, mientras me agarra por la cintura-. Va a ser duro estar lejos de estos labios-. Me mira la boca mientras habla-. Puede que me vuelva loco.

- Cada vez que creas que te vas a volver loco, llámame. Se te pasará.

- ¿Y si no se me pasa?

- Siempre podemos tener sexo telefónico.- Bromeo, pero él me mira intensamente.

- Creo que ya me estoy volviendo loco.

Me besa con fuerza y correspondo de la misma manera. Nos dejamos llevar sin pensar en nada más hasta que un carraspeo a mi espalda hace que nos separemos.

- Perdón… Bum… - Me giro a mirarle-. ¿Ahora tienes un gato?

Me fijo en que Jean-Paul está a su lado, mirándole con desconfianza, completamente quieto.

- Es Jean-Paul. Tranquilo, no hace nada.

- Creo que me odia.

Minho se ríe y le doy un codazo.

- Es algo esquivo con los humanos, dale tiempo.

104

Jean-Paul se acerca a nosotros y ronronea restregándose contra la pierna de Minho, quien lo coge en brazos y lo acaricia dulcemente. ¿Desde cuándo estos dos son amigos?

- Mi gatito precioso, ¿te asustan los desconocidos? - ¿Por qué Minho se comporta así?-. No te preocupes, papá está aquí.- Le da un beso en la cabeza y Jean-Paul parece tan en shock como yo.

- Sí que se llevan bien.- Dice Woohyun, asombrado.

- Es increíble.

Hasta mi gato parece que está juzgando nuestra relación y se inclina evidentemente hacia el lado de Minho.

105

- Entonces, ¿dices que aún no te has acostado con Minho? - Namu cree que es realmente divertido y se está muriendo de la risa mientras se termina su cerveza.

- Nos lo estamos tomando con calma.- Explico, aunque ni yo mismo me lo creo.

- No mientas.- Sigue riéndose-. Estás hablando conmigo, - me aprieta una mejilla- el que te enseñó a hacer mamadas.

- ¡Cállate, idiota! - Le pego en el hombro y le obligo a bajar el volumen-. ¿Quieres que nos oiga Minho?

- ¿Tan finas son las paredes?

- Más.

- Entonces… digamos que Minho se está haciendo el difícil.

- No se lo hace. Lo es.

- Bueno, si es la primera vez que sale con un hombre… es comprensible.

- Eso sólo agrega más presión y más ganas.

- Woah, daría lo que fuera por volver a desvirgar a alguien…- Le miro, impresionado por sus palabras-. ¿Qué? Hoy en día todo el mundo tiene un pasado. Ya tenemos una edad.

- Siempre puedes enrollarte con estudiantes de instituto.

- No, que luego se enamoran y tengo que bloquear sus llamadas. Un rollo.

- Maldito vicioso…

- Ni que fuera el único. ¿Vas a decirme que tu abstención con Minho es un campo de rosas?

- No, pero puedo esperar. Al menos unas semanas.

- ¿Más de una semana sin follar? ¿¡¿TÚ?!?

- ¡Chtss! - Le vuelvo a pegar-. Puedo hacerlo y lo haré.

- Menos mal que he venido.

- ¿Eh?

- Si en esta semana, en la que Minho no estará por aquí, sientes… necesidades… yo puedo hacerme cargo.

- No seas cavernícola. Ni voy a engañar a Minho, ni mucho menos a tener nada contigo.- Le picoteo con el dedo índice en el pecho-. Hace años que pasamos esa fase y no vamos a volver a ella.

- Aburrido…

- Necesito un plan. Algo como… aleccionar a Minho en el sexo gay sin tener que explicarle… todos los detalles. Creo que sería demasiado bochornoso.

- Dale un par de vídeos.

- ¿Cómo?

- Porno, querido.- Camina hacia el mueble del salón-. Si mal no recuerdo, por aquí tenías una hermosa colección…- Abre uno de las puertas laterales y empieza a rebuscar entre los dvd’s.

- No puedo hacer eso, Namu.- Le sigo, aguantando las películas que el deshecha-. Me moriría de la vergüenza sólo sugiriéndoselo.

- Le harás un favor. A ambos.

- Pensará que soy un pervertido.

- Lo eres..- Se ríe de nuevo-. Al menos mi antiguo Bum lo era.

- Lo soy.- Agacho la cabeza-. Aunque no quiero que Minho sepa eso.

- Seguro que él también lo es.

106

- Lo dudo.

- Créeme. Los que van de santitos son los peores.

Pov Minho

Entro en casa de Max y él capta inmediatamente mi desesperación.

- Creí que estarías haciendo la maleta en estos momentos.

- Olvida eso. Ya está hecha.

- Qué previsor.

- Hyung, necesito tu ayuda.

- Dime.

- Un amigo de Key ha venido. Parece que son muy íntimos y hablan de cosas que yo no puedo entender porque pasaron hace muchos años y eso me mantiene aislado en todas sus conversaciones.

- Eso sucede siempre en las parejas, Minho, es normal.

- Ya, pero es que tienen una relación muy… rara.

- Rara, ¿por qué?

- Porque hacen mucho aegyo y se abrazan y se suben uno encima del otro… ¡es muy raro!

- Serán muy íntimos.

- Pues yo no sabía ni que existía hasta hoy.

- Bueno… tu novio es sociable, irán apareciendo personas que no conoces…

- ¡Pero es que se va a quedar una semana en su casa!

- ¿En su casa? ¿Justo cuando tú te vas?

- Ha sido casualidad. Lo sé porque ha llegado justo hoy, después de decirle que yo me iba.

- Como un golpe del destino.

- Gracias por el apoyo, hyung.

- ¿Y por qué se queda en casa de Key? ¿Por qué no se va a un hotel?

- ¡Pues porque son así de amigos!

- Entiendo.

- Hyung, creo que ellos tienen un pasado. Y no me puedo ir sin asegurarme de si es sólo mi imaginación.

- Pregúntaselo.

- ¿Cómo voy a hacer eso? ¡Pensará que estoy celoso!

- Lo estás.

- ¡No lo estoy, estoy preocupado!

- Ok, digamos que estás preocupado. ¿Qué te preocupa realmente en todo este asunto?

- Me preocupa que mi novio se está manteniendo “en ayunas” para mi y ahora tiene delante de sus narices un bufet libre completo.

Max se echa a reir y se deja caer en el sofá.

- ¿De verdad crees que Key sigue sin follarse a nadie más?

Hasta que lo has preguntado, lo creía.

- No voy a desconfiar de él.

- Minho, despierta.

- Ok, olvida ese punto. Necesito prepararme para esto.

- ¿De… de qué hablas?

107

- Hyung, sé que es desesperado y no es algo que tu dongsaeng haría. Pero por una vez olvida quiénes somos y sólo ayúdame.

- ¿Cómo voy a ayudarte?

- Necesito que me entrenes.

- ¿Qué?

- Que me expliques con todo detalle qué es lo que tengo que hacer para complacer a Kibum y que no quiera acostarse con nadie más.

- ¿Quieres… que te enseñe a complacer a tu novio? Pero Minho, ¿es que nunca te has acostado con nadie?

- Olvida eso también. Vamos al grano, ¿sí?

- Minho, en serio, esto es importante, ¿¡ES QUE ERES VIRGEN!?

- Ash….¡me voy a volver locooooo! - Me despeino con ambas manos-. ¡No estamos hablando de eso, estamos hablando de vídeos!

- ¿Vídeos?

- ¡Páginas webs, libros, revistas, lo que sea! - Me agacho frente a él, noto que empiezo a sudar-. Por favor, hyung, no quiero que deje de estar interesado en mi, ¡dime cómo!

- Woah… No sabía que estabas tan enamorado…

- ¿Eh? - Me levanto lentamente-. ¿Amor? No, no es nada de eso. Es sólo que… es la primera vez que salgo con alguien y… quiero hacer bien las cosas.

- Ok. Espera aquí.- Va un momento a su habitación y vuelve con algo entre las manos-. Tómatelo con calma, ¿sí? Sólo lee y mira las fotografías atentamente.- Me da unas revistas-. Cuando haya cosas que no… entiendas bien… puedes mirar en internet… ya sabes… tutoriales… y esas cosas…

- ¿No puedo preguntarte a ti? - Pregunto, ilusionado.

- Mejor no. Sería demasiado incómodo. Y vete a tu casa ya porque mañana el avión sale temprano.

- Ok, gracias, hyung.- Le doy un abrazo rápido-. Me has salvado la vida.

Se rasca la cabeza y me hace un gesto para que me vaya de una vez por todas. Creo que esta noche va a ser muy larga.

End Pov Minho Camino bostezando hasta la cocina odiando a Minho mentalmente por tenerme toda la noche pendiente de sus mensajes. “¿Habéis cenado ya?” “¿Cómo se lo está pasando tu amigo?” “Cuando vuelva, podemos hacer algo los tres juntos”. Creo que se está esforzando mucho en no parecer celoso pero no da resultado. Es tan tierno.

Me sirvo el café mientras veo a Namu espatarrado en el sofá. Anoche insistió en dormir juntos en mi cama pero haciendo acopio de una fortaleza interior desconocida para mi, me negué. Le conozco demasiado bien. Y él me conoce demasiado bien a mi.

Un mensaje suena.

“Estoy en tu puerta”.

Sonrío y voy a abrir.

- Buenos días, bonito.- Un enorme ramo de flores oculta la mitad de Minho.

- Anda, ¿y esto?

Entra, entregándome las flores y besándome sonoramente en la mejilla.

- Para que te acuerdes de mi cada vez que las mires.

- Ah…

- Será una larga semana.

- Sí, claro.

- Pero pasará rápido.

- Minho… ¿por qué se supone que debo pensar en ti al mirar las flores?

- Bueno, las flores… ya sabes… se marchitan poco a poco. Cuando ya estén muy mustias y feas y empieces a considerar tirarlas a la basura, yo ya estaré aquí y ya no necesitarás cuidarlas más.

- Eso es… cruel.

- ¿Lo es?

- Bastante.- Miro las flores, apenado. ¿Qué demonios está queriendo decir con todo eso?

- Ok, olvida las flores.- Me las quita de las manos y se las lleva a la cocina. Le sigo-. Te voy a echar mucho de menos, ¿y tú a mi? - Asiento-. Bien, eso es bueno. Porque significa que queremos estar juntos.

108

- Minho… ¿por casualidad estás teniendo un ataque de inseguridad acerca de esto?

- ¿Eh? No.

- Lo parece.

- No, no es eso. Es sólo que… bueno… es la primera vez que nos separamos y… no sé muy bien qué actitud tomar…

- Minho.- Le rodeo el cuello con mis brazos-. Sólo me gustas tú. No saldré de fiesta ni me veré con nadie más que con mis amigos. Pensaré en ti todo el día y trabajaré duro en la oficina para que se pasen rápido las horas. Y cuando llegues te daré un beso taaaaan largo, que necesitarás una máquina de oxígeno.

Me observa seriamente y acto seguido me besa, apoyándome contra el mármol de la cocina, introduciendo su lengua inmediatamente en mi boca en busca de la mía. Puedo notar una cierta urgencia en su forma de restregarse contra mi y se me ocurre deducir que quizá las cosas no van tan mal, quizá él también empieza a sentir una cierta necesidad.

- Cuando vuelva…- Me susurra al oído, tras lamer el lóbulo de mi oreja-. Terminaremos esto.

Su afirmación consigue impactarme, y permanezco varios minutos sin moverme. Sólo reacciono al ver a Namu sentándose en uno de los taburetes y sirviéndose un café.

- ¿Ya se ha ido tu novio?

- Sí.

- Es bastante caliente.

- Lo es.

- ¿Estás bien? - Chasquea los dedos frente a mi.

- Más o menos.

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- Eso significa que el gran día está llegando…- Bromea Onew, dándome un codazo.

- Aún no sé cómo reaccionar.

- Compra condones.

- Hyung, no es como si no tuviera ninguno.

- Compra una caja nueva. Da buena suerte.

- ¿Qué clase de leyenda urbana es esa?

- Hazme caso.

- Ok.- Miro mi reloj-. ¿No tendría que haber salido hace media hora?

- A lo mejor está repasando el examen.

- ¡Perdón! - Namu llega, guardando su teléfono en el bolsillo-. La reunión se alargó y me costó llegar a este sitio.

- Menos mal que estabas de vacaciones...

- ¡Namu!

Onew se levanta del banco en el que estamos sentados y le abraza.

- ¡Hola hyung!

- Lo estás haciendo realmente bien.- Se separa y le palmea los hombros-. Estoy tan orgulloso. Todo lo que produces, es un éxito.

- Tengo buen ojo.

- Talento, es lo que tienes. Ash… todavía recuerdo lo canijo que eras y cómo te pegaban los niños de tu clase…

- No vamos a escarbar en el pasado, ¿de acuerdo?

- Perdón por el retraso.- Taemin aparece por fin y hace una rápida reverencia-. Oh, ¡hyung!

- Hola Taeminie.- Sonríe Namu, acariciándole el pelo-. No puedo creer que hayas crecido tanto, ¡si nos vimos el año pasado!

- Ahora es todo un hombre.- Ironizo.

- Con amantes secretos.- Susurra Onew, en broma, haciendo que Taemin se sonroje.

109

- ¡No me digas!

- Bonita camiseta.- Digo, simple, aunque por dentro no puedo creer lo rápido que mi cerebro ha relacionado todo.

- ¿Ah? Oh, sí, la tenía perdida por el armario.

- Muy perdida, imagino. En realidad es mía.

- ¿Cómo? - Pregunta Onew, mirándonos.

- No realmente mía, sino que yo la diseñé.

- ¿En serio? - Onew la observa detalladamente.

- No lo recordaba.

- Es lógico. Nunca la viste.

- ¿Eh?

- Sólo diseñé una. Una camiseta exclusiva para una persona exclusivamente.- Noto que traga saliva-. Y se la regalé por su cumpleaños.

- ¿De quién hablamos? - Cotillea Namu.

- Cuéntanoslo tú, Taemin.- Me cruzo de brazos-. ¿Tienes algo que confesar?

- Yo…

- Como por ejemplo… ¿por qué llevas una camiseta que yo le regalé a Jonghyun?

110

- ¡Lo sabía! - Le señala Onew-. ¡Todo el tiempo lo supe! - Abro la boca para decir algo, pero vuelve a gritar-. ¡Siempre os aisláis cuando estamos todos juntos, y te comportas raro cuando está delante! - ¿Eso es así? - ¡Oh, Dios, no puedes ser más evidente!

- ¿Entonces sabéis quién es? - Pregunta Namu, totalmente perdido.

- Y tanto.- Susurro.

- ¡Es el ex amante de Key!

- ¿¡¿Cómo?!?

- Solíamos acostarnos hasta que conocí a Minho.

Taemin agacha la cabeza, todavía no ha sido capaz de decir nada para defenderse. Apenas puedo creer que esto esté pasando.

- Vamos a tomar algo, ¿sí? - Onew nos arrastra calle abajo hasta una de las cervecerías cercanas a la universidad.- Esto es demasiado fuerte para aguantarlo sobrio.

Entramos y nos acomodamos frente a Taemin, que parece estar en el corredor de la muerte en este preciso momento.

- Relájate…- Namu le masajea el hombro-. Todos nos hemos follado al ex equivocado alguna vez.

Onew deja escapar una risita.

- De todos los tipos de la ciudad…- Suspiro-... ¿Por qué él? - En este momento estoy enviando un mensaje incoherente a Jonghyun.

- No fue algo planeado.- Susurra, mientras las cervezas llegan a la mesa y rápidamente atrapa la suya y empieza a beber. En este momento está sufriendo y lo noto.

- No puedo creer que ese bastardo me lo haya ocultado.- Tecleo más mensajes y entre medias mi teléfono suena-. ¡Hombre, te atreves a coger el teléfono!

- Estaba trabajando, ¿qué ocurre? ¿A qué viene todo ese montón de insultos? ¿Es que tienes la regla? - Se ríe.

- ¡Kim Jonghyun,será mejor para ti que muevas tu culo hasta aquí ahora mismo si quieres conservar tus pelotas!

- ¿Perdona?

- Que Taemin lo haya ocultado me parece hasta normal, pero que tú, maldito enfermo, te estés aprovechando de mi bebé…

- Un momento, Key, yo no me estoy aprovechando de nadie.

- ¡Eso no es lo que parece!

- Ambos queremos esto, y él no es ningún bebé como para…

- Ven inmediatamente si no quieres que vayamos a buscarte todos juntos.

- ¿Con quién más estás? Cuelgo el teléfono sin responder y tras varios minutos de espera y otra ronda de cervezas, Jonghyun llega, y puedo ver a Taemin esbozar una tímida sonrisa por primera vez en toda la tarde.

- ¿A qué mierda ha venido todo eso? - Chilla en cuanto se nos une, haciendo que Taemin se mueva para hacerle sitio a su lado-. ¿Estás bien? - Le pregunta, mientras Taemin agacha la cabeza, avergonzado.- Mírame-. Le mira.- ¿Estás bien?

- Sí.

- Ok.- Le acaricia la mejilla.

- ¡Aparta tus manos de él! - Onew y Namu me agarran para que no salte por encima de la mesa.- ¿Cómo has podido, Jonghyun? ¡Es un niño!

- No lo es. Y no entiendo a qué viene todo esto. ¿Es que estás celoso?

- ¡JA! - Vuelvo a mi postura-. No tendrás esa suerte.

- Entonces no entiendo nada.

111

- Sabes muy bien lo mucho que Taemin significa para mi. Para nosotros.- Señalo a Onew-. También sabes lo mucho que ha sufrido por culpa de ese malnacido de Kai. ¿De verdad crees que voy a dejar que te acerques a él como si nada?

- Kai y yo no tenemos nada que ver.

- No me jodas.

- Yo voy en serio.

Me callo y abro los ojos, impresionado.

- Júralo.- Ordena Onew.

- Lo juro.

Nos miramos.

- Hyung… no hace falta que digas esas cosas…- Escucho la voz suave de Taemin-. No es culpa tuya que no entiendan que ya soy mayor. Y que si quiero acostarme con alguien, no es algo de su incumbencia.

- ¿Cómo que no? ¡Es mi ex! ¡Yo mejor que nadie sé cómo es! - Protesto-. Y no quiero que te engañe como hizo con Jessica.

- No es que estemos saliendo ni nada de eso…

- Fui yo el que insistió para que aceptara una cita.- Dice serio Jonghyun-. Taemin no quería pero le volví loco a mensajes hasta que aceptó.

- Puto desesperado.- Se burla Onew.

- Siempre me ha gustado. Perdona por no habértelo dicho. Si lo sientes como una traición, te entiendo.

De pronto, no sé por qué, a mi mente ha venido la imagen de Sulli y una situación muy similar.

- ¿Por qué no me lo dijiste?

- Me parecía cruel. Y tampoco pensé que podría pasar algo.

- Yo coqueteé con Jonghyun desde la primera vez que le vi.- Finalmente Taemin confiesa y todos le miramos-. En tu cumpleaños le serví varios margaritas para que dejara de prestarte atención y viniera a bailar conmigo.- Ríe, mirando a la mesa para evitarnos-. No quise que le dejaras porque me daba miedo tener la vía libre y acabar siendo rechazado…- Onew suspira-. No he tenido grandes pretensiones con él. Sólo quería que él me tratara… como a ti…

- No puedo creer que al final me tenga que sentir culpable…

- Taeminie…- Jonghyun le sujeta por la barbilla para que levante la cabeza-... Yo también entré en ese juego. Me gustaba que me prestaras atención. Y mucho. Ahora ya la tienes toda. Quédate conmigo.

- Hyung…

- ¿Se le está declarando? - Me susurra Namu, a lo que contesto con un codazo.

- ¿Todo esto tiene algún sentido? - Pregunta Onew-. ¿Estáis saliendo de verdad?

- Eso es lo que quiero. Pero no me gustaría que Kibum no lo aceptara.

- No es que no lo acepte. Es que odio que me mientan.

- Fue una situación difícil.- Les ayuda Namu-. Entiéndeles.

- Omma…- Taemin me mira, acongojado-... Lo siento de verdad.

- Ash, odio que sea tan bonito.- Desvío la mirada y llamo a la camarera para que traiga más cervezas-. Sólo te advierto, Kim Jonghyun, líder de los sementales de Corea…. que como hagas sufrir a mi pequeño ya puedes ir buscándote un nuevo lugar para vivir porque te juro que te obligaré a cambiarte de país.

Ambos tragan saliva y Onew da un par de palmadas.

- ¡Listo! Estáis unidos hasta la muerte.

Se miran tímidamente mientras nosotros reímos.

- Entonces… ¿vamos en serio, hyung? No sé qué decir.

- Di que sí, estúpido.- Le acerco una jarra-. O te arrepentirás toda tu vida.

Supongo que un tren como Kim Jonghyun sólo pasa una vez por tu estación y hay que subirse rápidamente o te lamentarás pasa siempre de no haber disfrutado ese viaje como se merece.

Pov Minho

Apenas llevo unas horas en Japón y ya siento como si estuviera cometiendo la mayor estupidez del mundo. Después de visitar el campo donde entrenaremos mañana y de cenar ligeramente, me tumbo en la cama del hotel, dispuesto a llamar a Kibum. Pero Max llama a la puerta y, como siempre, cambia mis planes.

- Lo que me pediste.- Tira sobre la cama una bolsa.

112

- ¿Qué es esto? - Pregunto, abriéndola.

- No me hagas decirlo en voz alta, creo que ya es bastante vergonzoso así.

Mis ojos están a punto de salirse de sus órbitas, lo noto.

- ¿”Desgarro fatal”? - Cojo la caja del dvd y se lo muestro. La portada es… demasiado gráfica-. Hyung… ¿esta es tu idea de “documentarme” sobre el sexo gay?

- Haz lo que quieras. Míralo entero o por escenas, hay otras dos y una lista de productos… bueno… cosas que necesitarás.

- ¿Qué coño…? - Revuelvo en la bolsa y saco un pequeño papel doblado. Lo leo-. Debes de estar de broma.

- Ash… tú mismo… - Camina hacia la puerta-. Tengo cosas que hacer. Ya me contarás. Bueno, mejor no. Simplemente haz lo que hacen ellos y listo. Buenas noches.

Se va de mi habitación y me quedo con cara de tonto con las bolsa entre las manos. Definitivamente, habría preferido su compañía para entenderlo todo un poco mejor, pero imagino que ver una película porno conmigo no es el mejor de sus planes.

Introduzco el dvd en el portátil y me siento en la cama, sin demasiadas expectativas porque la película empieza con una escena ñoña en una cafetería y dos desconocidos que parecen estar teniendo una cita a ciegas. Para colmo, está en japonés y no controlo demasiado bien el idioma, con lo que me pierdo la mayoría de la conversación. Avanzo un poco el cursor y lo siguiente que veo ya es puro mete-saca y fluidos y gemidos y primeros planos innecesarios. Pego un salto en el colchón por el susto y le quito el audio justo antes de pausar el vídeo. Joder, si mañana no tuviera entrenamiento, creo que me iría de coña uno de esos chupitos de Jung Shin…

Me tumbo en la cama y una idea cruza rápidamente por mi cabeza. Sonrío y cojo el teléfono.

- Minhoooooo.- Kibum está usando ese aegyo conmigo y aunque no sé exactamente cómo reaccionar a él, tengo que reconocer que me encanta.

- Hola Bummie, ¿qué hacías? - Miro al techo mientras aparto el portátil con la pierna.

- Justo ahora llego a casa. Hemos estado sometiendo a Taemin a un tercer grado.

- ¿Y eso por qué?

- Ya te lo contaré…

- Ok…

- No pensé que me llamarías tan pronto. ¿Ya me estás echando de menos? - Escucho su risita burlona.

- En realidad no.- Miento. Dejo de escucharle reir-. Es sólo que tenía curiosidad por algo que vi y me acordé de que te quería preguntar sobre ello.

- ¿El qué?

- ¿Usas tanga? - Oigo un gemido angustiado al otro lado. ¿En realidad le avergüenza que se lo pregunte?

- ¿Po… por qué me preguntas eso?

- El otro día vi un tanga rojo colgado en tu tendedero. - Escucho un nuevo gemido, parece que los milagros existen, porque mi novio se ha quedado sin palabras-. No pensé que fueras del tipo que usa tangas.

- No es eso, Minho, es que…

- Desde que lo vi no puedo dejar de pensar en tu culo.- Me río. Pero por algún motivo, él no. Y por el mismo motivo (imagino) yo empiezo a dejar de verlo como algo divertido.

- ¿Te gustaría vérmelo puesto? - Susurra.

“En realidad me gustaría sacárselo con los dientes”. ¡Mierda! ¿Por qué he pensado eso?

- No lo sé.- Miento de nuevo. ¿Por qué miento?

- ¿Cómo está el clima por Japón? - Suspira, parece estar dándose por vencido.

- Bien.

- Ten cuidado, escuché que las temperaturas son frías. Abrígate bien, que cuando te resfrías, te sube mucho la fiebre.

Me encantará que me cuides si me enfermo.

- No hace tanto frío.

- Me alegro. Pero no te confíes.

- Bummie.

- Dime.

- Sí que quiero verte ese tanga rojo puesto.- Se queda en silencio un momento. Yo trago saliva a duras penas.

- ¿En serio? - Pregunta en voz baja. De repente tenemos ese tono ambos.

- Bueno… no. En realidad quiero verte sin nada puesto.

113

Mierda.

Un nuevo gemido precede a un gran grito.

- ¿¡¿Y has tenido que volar a Japón para decirme eso, maldito cabrón?!?

End Pov Minho

114

Tras irme a dormir tarde por culpa del egoísta de mi novio, que me tuvo horas al teléfono intentando disculparse por ser tan lento, me levanto cansado y con muy pocas ganas de ir a trabajar (además de visiblemente cachondo por las revelaciones inesperadas sobre mi culo). Nota mental : no volver a tener conversaciones picantes con Minho mientras está en otro país. Es muy frustrante. Nota mental 2 : agradecer a Onew su idea del tanga. Me río mientras bostezo saliendo de mi cuarto.

- Vaya, vaya, erección matutina, buenos días.- Se burla Namu, mientras prepara el zumo de naranja.

- Buenos días.- Apenas abro un ojo y le veo con esa sonrisa maliciosa.

- ¿Necesitas ayuda con eso? - Hace un gesto con la boca y levanto una mano para negarme. Aunque recordar levemente una de nuestras aventuras orales no es el mejor remedio para mi problema.

Desaparezco por el pasillo camino a la ducha. Va a tener que ser fría.

Mientras me enjabono escucho cómo se abre la puerta y no puedo evitar tensarme. Por suerte, mi cuerpo ya está más relajado que yo.

- ¿Qué haces? - Le recrimino mientras veo cómo abre la mampara de la bañera.

- Sigues teniendo el mejor culo.- Me mira de arriba abajo, relamiéndose en un gesto exageradamente pervertido.

- Me mantengo en forma, ya sabes.

- Puedo imaginar cómo.

- ¿Te importaría salir mientras me ducho?

- ¿Tengo que hacerlo?

- Tienes.

- La última vez nos duchamos juntos.

- La última vez estuve tres días sin ir a trabajar porque no me dejabas salir de la cama.

- Podríamos probar un nuevo récord.

- ¡Fuera!

Le lanzo la esponja y finalmente capta mi negativa. Joder, otra vez estoy cachondo. ¿Por qué mierda le invité a mi casa? Si ya no tuviera bastante frustración sexual con Minho, ahora me tengo que aguantar las ganas con Namu para serle fiel a alguien que ni siquiera me las va a quitar. ¿Qué coño estoy haciendo mal?

Tras masajear levemente un poco de crema por mi cuerpo, me siento más tranquilo, aunque para nada relajado. Desayunamos entre risas y Namu me acompaña al trabajo. Voy a enseñarle los cambios que hemos hecho desde la última vez que estuvo aquí y además tiene ganas de saludar a unos cuantos viejos amigos.

El teléfono no para de sonar desde que salí de mi piso pero me ha costado tanto levantarme que voy con los minutos justos y no he podido pararme a revisarlo. Finalmente lo descuelgo, cabreado, viendo que la llamada entrante y 12 de las 35 que tengo, es de Onew.

- ¿¡Qué coño te pasa!? - La recepcionista, Sulli y Jaejoong me miran, asustados por mi grito.

- ¡Joder, Kibum, va a darme un puto infarto y tú sin coger el puto teléfono!

- ¡Tengo trabajo!

- ¡Me parece perfecto, yo también! ¡Pero estoy preocupado por ti!

- ¿Preocupado? - Paro de caminar-. ¿Por qué?

- ¿¡Es que no has visto la prensa hoy!?

- ¿Qué prensa?

- ¡Maldita sea! Mira tu correo, te he enviado varios enlaces.

- ¿De qué va esto?

- Llámame cuando los veas, entro a la oficina.

115

- Ok.- Entro en mi despacho y abro mi correo. El primer mail sin leer es el de Onew, y contiene varios enlaces a páginas webs de noticias con el único comentario : “WTFG???”.

Pincho en uno de ellos y ante mi veo una portada con un titular aberrante. “El héroe de la nación… ¿tiene novia?”. Se me congela la sangre mientras amplío la foto, pensando en dónde pueden habernos fotografiado, teniendo en cuenta que apenas hemos salido juntos un par de veces. Me recoloco las gafas y estoy a punto de tener un colapso nervioso cuando Sulli entra en mi oficina.

- Oppa, los informes que me pediste.

- ¿Qué es esto?

Giro la pantalla del ordenador y se acerca, curiosa.

- ¿Qué es qué? - Lo mira atentamente-. Oh… eso…

- ¿Esto de cuándo es? - ¿Por qué le estoy pidiendo explicaciones a ella y no a Minho?

- De...mmm… ¿hace un mes? Cuando tuvimos esa cita, supongo. Vaya, no sabía que habría reporteros en ese restaurante.

- Realmente parecéis una pareja de verdad.- Confieso, viendo lo amigables que parecen en las imágenes.

- Ya te dije que fue encantador. Ojalá podamos volver a salir pronto, ¿debería llamarle? - Me mira.

- ¡No! - Casi ha salido como un grito.

- ¿Por qué no?

- Ehm… porque… bueno… no deberías… ya sabes… agobiarle.

- Le he dado casi un mes.- Sonríe-. Creo que no le estoy agobiando.- Coge su teléfono-. Le enviaré un mensaje.

- ¡Espera! - Se lo quito de las manos.- Sulli, espera…

- ¿Pasa algo?

- Es sólo que…

- Qué.

- Yo…- Me mira, perpleja, sin ni siquiera pestañear-. No quiero que salgas con Minho.

- ¿Y eso por qué?

- Porque…

- ¿No soy su tipo?

- Su… tipo… no sé...

- ¡No me digas que también te gusta! ¡Oppa, debiste decírmelo desde un principio!

- ¡No es eso!

- ¿Entonces? ¿No creerás que sale con más mujeres? ¿Es un Casanova?

- ¡Minho y yo estamos saliendo! - Me agarro la cabeza con las manos y miro fijamente a mi mesa.

- ¿Cómo dices?

- Digo que…- Suspiro y alzo la cabeza, atreviéndome a enfrentar a sus ojos-... Estoy saliendo con Choi Minho.

- Pe… pero decías que no era gay… ¿O es que me mentiste?

- No te mentí. No en eso. En realidad no lo sabía. Puede que no lo sea en realidad. No sabría decir qué es exactamente. Pero… yo le gusto. Y actualmente tenemos una relación.

Se sienta en la silla frente a mi, con una expresión incrédula.

- No entiendo por qué nos arreglaste una cita si era tu novio.

- Entonces no lo éramos. De hecho yo pensaba que de verdad le gustarías.

- Creí que había ido bien, la verdad.

- Y seguro que lo fue. Pero para entonces yo ya había desplegado toda mi artillería para conquistarle.

- ¿En serio? ¿Qué hiciste? - Ahora ya parece hasta interesada.

- Mentir, cómo no.- Me recuesto en la silla-. Apuntarme al gimnasio con él, decirle que me encantaba el fútbol, llevarle a una discoteca gay, emborracharle…- empiezo a enumerarlo con los dedos y cada vez se siente más patético…- Pero parece ser que lo que mejor funcionó fue decidir que iba a olvidarme de él.

116

Ahora se está riendo.

- Se ve que es cierto el dicho : “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”.

- Ni siquiera sé cómo sucedió, pero cuando ya había asumido que nunca seríamos nada… empezó a decir que éramos novios. Ha sido todo muy surrealista.

Sulli suspira y apoya su mejilla en su mano.

- Realmente ha sido una revelación inesperada.

- Siento no habértelo dicho antes, no creas que no me sentía mal por ello. Pero no sabía por dónde empezar.

- Al menos lo he sabido antes que la prensa.

- ¡Dios, la prensa! - Vuelvo a girar el monitor de mi ordenador-. Esos carroñeros sacan la noticia justo ahora que Minho no está aquí para defenderse.

- Bueno, al menos será publicidad para la selección nacional.- Se levanta-. Y quizá para nosotros.

- Siento que estés metida en esto por mi culpa.

- No te preocupes. Que me relacionen con el “héroe de la nación” no es algo que pasa todos los días. Estoy un poco emocionada por la idea.

- ¿No estás enfadada conmigo?

- En realidad estoy preocupada.

- ¿Preocupada?

- Cuando la prensa se entere de que Minho es gay, quién sabe lo que pasará.- No contesto a eso. Porque es algo en lo que no me suele gustar pensar-. Será mejor que os preparéis para cuando eso ocurra.

Pov Minho

- En serio, hyung, te digo que ya vamos en el camino correcto.- Termino de servirle el té y me siento frente a él, en la mesa del comedor del hotel-. Aunque te parezca idiota, esos vídeos son… bastante instructivos.

- ¿Ya los has visto todos?

- Sólo a trozos. Es demasiado impactante.

- Imagino.- Se ríe.

- Pero cuando me dejaste esa revista leí unas cuantas cosas sobre las zonas erógenas.- Se atraganta con su té y me indica con la mano que baje el volumen-. Creo que de verdad existe eso.

- Claro que existe, Minho.

- Hasta lo he probado.

- ¿Ah sí?

- Antes de irnos de Corea experimenté un poco con Kibum…

*Flashback

Kibum menciona algo acerca de que necesitaré una máquina de oxígeno cuando regrese a Corea y me hace gracia. De verdad me gusta pensar que me besará hasta que no pueda respirar. Le abrazo y le beso con prisa, abriendo la boca para saborearle por completo y aprisionando su cuerpo entre el mío y el mármol de la cocina. Me aferro a su nuca con ganas, mientras me restriego con brusquedad contra él. Empiezo a notar que ambos estamos excitados y que si no lo detengo no tendré ni la más remota idea de cómo continuarlo.

Me separo y le veo con los ojos entrecerrados, casi jadeando por más, y acaricio una de sus nalgas inconscientemente. Dios, qué culo… ¿Por qué no lo había notado antes? Es... absolutamente… sexy.

- Cuida bien a Jean-Paul.- Es lo único que se me ocurre para ponerle un paréntesis a la situación.- Y sácale a pasear de vez en cuando.

Creo que no me ha oído porque continúa ensimismado, o sea que menciono algo sobre terminar esto en otro momento y acaricio su oreja con mi lengua, sintiendo cómo se estremece y un pequeño suspiro se escapa de su boca seca.

*End Flashback

- ¿La oreja?

- Funcionó.

- Quieres decir… ¿que le dejaste cachondo?

- Así estará una semana aguantándose las ganas y cuando nos volvamos a ver será… apoteósico.- Elevo las cejas, emocionado (aunque asustado).

- ¡Pero si no sabes cómo vas a continuarlo!

- Pero estoy aprendiendo sobre ello.

117

- A ver si lo he entendido bien : justo antes de irte, dejaste a tu novio con una erección de campeonato que no resolviste…

- Para que se quede toda la semana pensando en mi.

- Mientras tiene en su casa alguien que se puede hacer cargo del problema.

- ¿Qué?

“Mierda”.

- Eres tonto, Minho.

End Pov Minho

118

- Hyung, necesito masturbarme.- Afirmo, con total seriedad.

- Espero que esto no sea una proposición.- Onew aleja su cara de la web cam.

- ¡Claro que no! - Apenas susurro-chillando, una técnica que domino a la perfección desde que vivo en este edificio-. Es sólo que no sé cómo desquitarme porque tengo a Namu pegado a mi trasero (literalmente) todo el día.

- Entiendo…- Coloca su dedo índice en su sien.- ¿Has probado a hacerlo en el baño?

- Eso es tan cutre… en mi propia casa…

- No sé… en un momento de necesidad como éste...

- Además, el muy cabrón no para de insinuárseme. Esta mañana se ha ofrecido a chupármela para que se me bajara.

- ¿¡¿Qué?!? JAJAJAJA.- Se muere de la risa mientras yo expongo mi gran dilema moral-sexual. Esta podría ser la descripción gráfica de la amistad fraternal. Capullo.- Pues aprovecha que Minho no se va a enterar y date una alegría.

- Serás...

- ¡Hola hyungs! - La sonriente carita de Taemin se une a la conversación.- ¿Por qué no me invitábais?

- Aún estamos algo molestos por tu mentira.- Respondo, seco.

- Hyung…

- A mi la verdad es que me la suda. Jjong y tú sois libres de hacer lo que queráis. Ya sois mayorcitos. Y tú, deja de darle vueltas y hazte una paja. Que pareces un adolescente.- Se quita las gafas-. Yo me voy a dormir.

- ¡Mentiroso! Te vas a quedar viendo porno hasta la madrugada.

- ¡Pero no has visto que me he quitado las gafas!

- La pantalla es lo suficientemente grande como para visualizar un pene sin gafas.

- Como sea. Buenas noches, mis pequeños.

Nos manda un beso y abandona la conversación. Taemin y yo permanecemos en ese silencio incómodo que sólo será interrumpido por una discusión que ninguno quiere iniciar.

- Apuesto a que ya se la está pelando.- Se ríe Taemin, contagiándome.

Ok, eso también funciona.

- Puto cerdo.

- Hyung… lo siento de verdad. Sé que soy el peor de los dongsaengs y que tienes todo el derecho del mundo a odiarme, pero… no puedo cambiar lo que pasó.

- ¿Él… te gusta de verdad?

- Bueno… es amable conmigo y… me hace reir.

- No te andes con remilgos, soy yo.

- La verdad es que siempre me ha gustado Jjong, hyung. Incluso cuando estaba contigo.

- Aha.- Intento que la confesión no parezca sorprenderme demasiado.

- Pero nunca creí que él se fijaría en alguien como yo. Sólo jugaba, te lo prometo. Pero entonces él empezó a jugar también, y a estar como muy interesado y… me abrumó.

- ¿Te has estado quedando en su casa?

Niega con la cabeza.

- Mi madre me mataría.

- Entonces… lo de la camiseta…

- Tuvimos un… incidente con un bote de nata. Y tuvo que prestarme su ropa.

119

- Madre mía. No quiero conocer los detalles.

- Él es… wow…- Suspira, mirando al techo-... es realmente increíble en la cama. Ahora entiendo por qué te costó tanto dejarle.

- No sabes cómo me arrepiento.

Su expresión cambia radicalmente y parece angustiado.

- Oh, hyung…

- No, no pienses mal. Me arrepiento porque con Jonghyun siempre estaba satisfecho. Era como llamar a un servicio de comida a domicilio. Literalmente.

Ambos reímos.

- Apuesto a que con Minho será todavía más genial.

- ¿También te lo quieres follar?

- ¡No! - Agita sus manos frente a la cámara-. O sea… si no fuera tu novio, no diría que no le haría una buena mamada…

- ¡Serás…!

- ¡Pero ahora no! O sea, Jjong me da todo lo que quiero y más. De hecho, menos mal que se acaban los exámenes o no tendría fuerzas ni para llegar a la facultad.

- Me alegra que vuestra vida sexual sea tan placentera.- Ironizo.- ¿Pero vas en serio? Él parece que sí.

- Aún no lo sé. Es bastante… nuevo todo esto.

- Entiendo.

- Pero él es muy genial.

- Taeminie.

- Dime.

- Cuando termines tus exámenes… después de celebrarlo debidamente con tus hyungs en EXO Planet, por supuesto, -sonríe-, dile a tu madre que te quedas a dormir en mi casa.

- ¿Eh?

- Seguro que a Jjong le encantará despertarse abrazado a ti.

- ¿Serías mi coartada?

- ¿Y cuándo no lo he sido?

- ¿Todo bien?

Me siento al lado de Namu, en el sofá.

- Sip.

- Te oí discutir, ¿con Taemin?

- No discutíamos. Solemos hablar así.

- ¿En serio? Te has vuelto muy omma.

- Lo sé.

- Bum…- Se coloca frente a mi, colocándome el pelo detrás de las orejas-. No es justa para ti toda esta situación.

- ¿Qué situación?

- Si yo fuera tu novio… - Me acaricia levemente una mejilla-... no permitiría que estuvieras frustrado. Estaría todo el día encima de ti. O debajo.

- No lo dudo.- Le sujeto las manos, apartándolas de mi.- Y créeme que no es fácil para mi tenerte en casa teniendo en cuenta lo que pasó la última vez.

- Podría ser mejor incluso.- Con mis manos agarrando las suyas se dirige a mi entrepierna, que no está precisamente calmada debido a la conversación “subida de tono” que estamos manteniendo.

- No creo que sea una buena idea…

- Él no se va a enterar, Bum, sabes que no diré nada.

120

- Lo siento, Namu.- Me separo y le suelto las manos-. Quiero a Minho. No sé a dónde vamos a llegar, si es que vamos a alguna parte. Pero quiero darlo todo. Y no voy a decepcionarle. Porque confía en mi.

- Woah… ese tipo me da mucha envidia.- Se inclina ligeramente hacia mi-. ¿Al menos puedo… besarte?

¿En serio acaba de decir eso? ¿Es que no me escucha? Mis labios apenas se mueven para balbucear algo que ni sale cuando una vibración en mi bolsillo me hace reaccionar.

- ¡Minho!

Me levanto del sofá y descuelgo el teléfono.

- Hola precioso.

- ¡Hola, “héroe de la nación”! - No sé por qué digo eso. En ese momento no me apetece recordar las portadas de todas esas revistas.

- ¿Qué hacías?

Justo cuando has llamado estaba a punto de ser besado por mi ex novio.

- Nada. Pensar en ti.

- Mmmm… sí que me debes extrañar…

- ¿Por qué tu voz suena tan sexy por teléfono? - Cierro la puerta de mi cuarto y me acuesto sobre la cama.- Así es difícil concentrarse en una conversación.

- Quiero verte.- Susurra, en un tono de voz grave y prometedor-. Activa la cámara.

- Sólo si tú también lo haces.- Soy bueno negociando.

- Por supuesto.

Activo la cámara y mientras espero a verme en la pantalla, aparece la imagen de Minho tumbado, sin camiseta, y es la primera vez que tengo una visión completa de su torso desnudo.

- Me encanta lo que veo.

- A mi me encantaría ver lo mismo.

- Espera.- Entre risas, me quito la camiseta y me doy un rápido vistazo. Realmente no podemos competir.

- Tu piel… es… muy apetecible.

- Tiene gracia que digas eso. Yo estaba pensando lo mismo de la tuya.

- Si estuviera ahí, ya estaría comiéndote a besos.

No puedo creer que se haya tenido que ir tan lejos para que esto esté pasando de verdad.

- ¿Qué más me harías? - Me acomodo en la cama, introduciendo mi mano dentro de mi boxer. Lo siento, ya no puedo más.

- ¿Qué estás haciendo, pequeño pervertido?

- Lo mismo que tú.

- Dudo mucho que sepas lo que estoy haciendo yo.

- Entonces muéstrame lo que estás haciendo. - Aleja el teléfono de su cara y me da una visión completa de su cuerpo. Efectivamente, tiene puesto el pantalón del pijama-. Vaya… eres mejor chico que yo…

- No tanto.

- ¿Ah no?

- Mira.- Acerca el móvil al pantalón y aprecio un más que notorio bulto ahí abajo.

- Eso ha sido bastante sorprendente.

- Tu turno.

- Yo no soy tan bueno como tú. Estoy haciendo algunas cosas aquí.

- Quiero ver.

“De perdidos, al río”. Mientras alejo la cámara de mi rostro, bajo ligeramente la goma del boxer para que asome al menos la punta de mi miembro, caliente y duro como nunca, que toqueteo con movimientos lentos.

- Desde que te has ido, esto sólo empeora cada día.- Hablo despacio, bajito, mientras me acaricio, y veo que una de sus manos ya no sujeta el móvil.- ¿Vas a tocarte?

- Quiero que me toques tú.

- Entonces lo haré.- Me relamo mientras veo que se baja los pantalones.- ¿No usas ropa interior?

121

- No para dormir.

Mi autocontrol baja un 50% después de recibir esa información.

- Ahora mismo te la chuparía.

- Dios…

- ¿Te gustaría que hiciera eso?

- Mucho.

- ¿Qué más te gustaría?

- Quiero… quiero que no hablemos.

- Qué…

- Sólo quiero ver cómo te corres. Como aquella vez que estábamos borrachos.

- Pensaba que no recordabas nada de eso. Nunca lo mencionaste.

- Pienso en ese momento cada día, créeme.

- Oh… Minho….- De verdad que esto no para de crecer.

Veo que deja su teléfono sobre la almohada dejándome un pobre plano de su cara y algo de su cintura, apenas el movimiento de sus manos, pero realmente eso lo hace más excitante. Coloco el mío sobre los cojines y me coloco de rodillas frente a él, ya que mi intención sí es darle una imagen completa.

- Joder, Bummie, cómo puedes ser tan caliente.

“¿Años de experiencia?”

Me masturbo a conciencia, pero sin demasiada rapidez, tratando de hacerlo lo más erótico posible, moviendo mis caderas a un ritmo sensual y lento.

- ¿Te gusta lo que ves? Porque es todo tuyo.

- Me... estoy... corriendo... mirándote.- Sus ojos se cierran con fuerza y le imito, aunque tardo un poco más que él (imagino que por el estrés acumulado) y cuando los abro veo que ha acercado el teléfono a su cara para verme mejor. - Adoro cuando te sonrojas así.

Me río.

- Idiota.- Me tumbo delante del teléfono-. Vas a tener que hacer algo por mi a cambio de esto. Para mantenerme contento en tu ausencia.

- ¿Algo más que las flores?

Suelto una risa estruendosa.

- Mándame una foto.

- Sabes que no me gustan las fotos.

- Desnudo.

- ¿Qué? - Abre los ojos.

- Así podré usarla cada vez que necesite desahogarme.

- Bummie… eres un enfermo.

- Lo sé.

- Pero te quiero igual.

¿Cómo? ¿Minho acaba de decirme que me quiere? ¿¡¿ DESDE JAPÓN ?!?

122

- Los “te quiero” post-coitales no cuentan.- Afirma Onew, dándole un buen sorbo a su cerveza.

- Pero…

- Menos aún si son por teléfono.- Le apoya Taemin, sentándose junto a Jonghyun en mi sofá y compartiendo sus patatas.

- Pero fue él quien empezó a usar la palabra “novio” y todo eso...

- No te equivoques.- Se ríe Namu, dándome palmaditas en el hombro-. Eres su primera relación y no sabe ni lo que está haciendo.

- ¡No le quites la ilusión al niño! - Onew le tira un cojín y ambos ríen como locos, pero yo en verdad quiero matarles.

- ¿Joon de verdad sabe llegar? - Pregunto, mirando la hora en el móvil.

Onew deja de reirse y se endereza en el suelo.

- Debe de estar a dos paradas.

- Ok, voy a por más cerveza.

Me voy a la cocina.

- Te ayudo.

Jonghyun me sigue y me ayuda a coger la cerveza y más platos.

- Mierda, se me acabó el paté.

- ¿No tenías aquel francés que te regalé?

- Oh, cierto.- Abro la despensa y tras rebuscar un poco, lo encuentro.- Ya tenía ganas de probarlo.

- Esto es un poco raro.

- ¿El qué?

- Creo que es la primera vez que estoy vestido en tu cocina.

- ¡Idiota! ¡Te juro que…! - Le pego mientras observo a Taemin, sentado comiendo patatas pero con la mirada fija en nosotros-. Más te vale que te portes bien con mi bebé…

- Tranquilo, aprecio mis pelotas.- Coge las cervezas y vuelve al salón cuando el timbre suena.

- ¡Por fin! - Abro y encuentro la sonriente cara de Joon al otro lado-. ¿Fue difícil llegar?

- No tanto.- Levanta una caja enorme-. Traje pollo.

- ¡Bieeeen! - Gritan Namu y Onew.

- Aunque parezca que están en ayunas, llevan toda la tarde comiendo.

Nos sentamos alrededor de la mesa y noto un cierto ambiente tenso entre Joon y Onew. Pero por una vez, es Joon quien parece más cómodo con la situación. Es como si fuera Onew el que realmente no sabe cómo comportarse con él.

- ¿Cómo es que ahora os gusta el fútbol? - Pregunta.

- No nos gusta.- Afirma Onew, mordisqueando un muslo de pollo.

- Sólo vemos a Minho-hyung.- Termina de explicar Taemin.- Aunque no sabemos ni quién juega ni dónde ni nada.

- ¡En Japón! - Corrijo-. ¡Sé que juegan en Japón y hay un delantero muy guapo en la selección japonesa! - Todos me miran, inmóviles-. ¡Pero Minho es mil veces más guapo y seguro que mete muchos más goles que él!

- ¿Eso fue un gol? - Pregunta Taemin, viendo como un montón de tipos saltan de un lado a otro.

- No, Taeminie, están calentando.- Jonghyun le acaricia el pelo.

- Por eso le invitamos.- Continúo la explicación-. Porque es el único que entiende algo de esta mierda.

123

- Tu novio tiene unas buenas piernas.- Analiza Namu, con la vista clavada en la pantalla.

- ¿¡Dónde está!? ¿¡dónde!?

- Una vez que se ponen los uniformes, yo los veo a todos iguales.- Onew sigue comiendo sin prestar la menor atención a lo que está pasando.

- ¡Mírale, mírale! - Señalo a la pantalla como una fangirl histérica e incluso me pongo de pie para verlo más de cerca. Cielos, con ese uniforme está guapísimo. Su pelo ya está algo largo y se mueve con el aire y cuando salta. Su sonrisa resplandeciente ilumina todo el estadio mientras miles de personas corean su dorsal.- Wow, es realmente feliz haciendo eso.- Me siento de nuevo.- Mira esa sonrisa.

- Tendrías que verte la tuya.- Namu me empuja un poco hacia un lado.- Totalmente colado.

- Es tan guapo…

- ¿Esto va a durar mucho? - Pregunta Onew, todavía de espaldas a la televisión.

- 90 minutos.- Indica Jonghyun.

- ¿¡Qué!? - Chillamos todos excepto Joon, que parece más enterado que nosotros.

- No sabes cuánto te odio.- Onew empieza a comer a dos manos y a farfullar cosas mientras tanto-. Primero dejamos de ir a EXO Planet, luego de ligar con chinos,, y ahora estamos viendo fútbol. ¿Es que nos estamos volviendo heteros?

Abro los ojos incrédulo mientras veo a Joon sonrojarse y a Taemin carraspear evitando que no se escuche la risa de Jonghyun.

- Ah, ¿es que no sois pareja? - Namu termina de arreglarlo, señalándoles.

Joon baja la cabeza y Onew traga un trozo de pollo con dificultad.

- ¡Amigos! ¡Somos amigos!

- Ah…

- ¿Dónde está Jean-Paul? - Pregunta Taemin.

- En mi cuarto. Hoy no está sociable.- Les muestro sus últimas muestras de afecto en forma de arañazos en mis brazos.- Tuvimos baño.

- Ese bicho cada vez se parece más a ti.- Dice Onew, moviendo la cabeza a ambos lados.

- ¡Ahí está Minho! - De repente le enfocan y él lanza el balón con las manos-. ¿Eso se puede hacer? ¿Tocar el balón con las manos?

- Sí que se puede. Sólo si eres Choi Minho.- Se burla Jonghyun, pero como le dirijo una mirada fulminante, abandona la estrategia-. Cuando el partido empieza o se reanuda después de una falta.

- ¿Una falta?

- ¿No es ahí cuando sacan tarjetitas de colores? - Pregunta Namu, interesado.

- Ehm… sí, dependiendo de lo grave que sea la falta, sacan una tarjeta amarilla o roja.

- ¿Y quién decide lo grave que es? - Pregunta Taemin.

- El árbitro.

- ¿Dónde está el árbitro? ¿Lo puede ver? - Onew se gira a mirar la pantalla-. Yo no le veo.

- Va moviéndose por el campo. Es ese tipo de negro.

- O sea que corre más que todos los jugadores juntos, digo, para poder ver todo en detalle.

- Tampoco es que lo vea todo detalladamente.

- ¿Entonces cómo puede decidir la gravedad de las faltas?

- Bueno… a veces se equivoca…

- ¿Qué? - Le miro-. Pues qué falta de profesionalidad.

- Es que no es tan fácil.

- Si sustituyeran a los árbitros por cámaras de vídeo sería más eficaz.- Sentencio, bebiendo de mi botellita-. Menudo malgasto tan innecesario.

- Ehm… Joon, ayúdame.- Suplica Jonghyun.

- ¿Por qué? Si lo estás haciendo muy bien.- Se recoloca delante de la tele-. Ya suena el himno.

No puedo evitar emocionarme cuando enfocan el hermoso rostro de Minho, que hace un guiño a la cámara, provocando gritos en el estadio. ¿Es que todo está lleno de fans hormonadas? Ni que fuera un cantante...

- Ahhhh.- Suspiramos.- ¿Eh? - Les regaño-. ¿Por qué estáis suspirando? ¡Es mi novio!

124

Nos recolocamos y empezamos a ver el partido, aunque en menos de 5 minutos ya nos aburrimos y yo soy el único atento a cada uno de los movimientos de Minho en el campo. Los demás comen y beben como si yo no estuviera delante.

- Bum, bebe algo, te estás deshidratando.- Namu me obliga a sostener una lata de cerveza.- Está realmente anulado.

- Hace meses que en esta casa sólo se escucha el nombre de Minho.- Se queja Onew-. Antes no le pasaba. O sea, le gustaba alguien un rato pero pronto se aburría. Pero con Minho todo es como un gran reto personal.

- Será porque es virgen.- Dice Taemin, tranquilamente, y en ese momento todas las miradas se fijan en mi, exigiendo una corroboración de sus palabras.

- A ver… no es que sepa a ciencia cierta si es virgen o no, lo único que sé es que no lo ha hecho con ningún hombre.

- Eso le convierte en virgen.- Dice Onew-. Al menos para nosotros.

- Un tipo de su edad…- Jonghyun mira la televisión, atónito-. ¿Qué tiene, 25 años? Guapo, rico y famoso… No me creo que no haya jugueteado con nadie en toda su vida. Resultaría tan insano…

- Minho ha estado entrenándose a diario desde pequeño. Entre los estudios y el fútbol, no le quedaba tiempo para nada más.- Explico, un poco apenado-. Ni siquiera tiene amigos al margen de su equipo.

- ¿En serio?

Asiento lentamente mientras observo cómo las cámaras se acercan a los futbolistas de la selección coreana, que se abrazan entre ellos.

- ¿Han ganado? - Se interesa Taemin.

- Eso parece.- Sonrío-. ¡Mírale, mírale! Está muy contento.

El periodista se acerca y pregunta cosas que no entendemos pero le miramos completamente ensimismados, habla como un auténtico presidente.

- ¿A todos los futbolistas les dan clases para que hablen de la misma forma? - Onew pone cara de asco.

- No son muy inteligentes ni lúcidos-. Se burla Namu-. Sólo corren detrás de un balón.

- Minho no es así.- Me apoyo en el sofá-. Es culto y divertido. Y tierno.

Namu me pega una colleja y protesto.

- Lo necesitabas, créeme.

- Ya no eres tú.- Le apoya Onew.

- ¡Hyung, hyung, mira! - Taemin se levanta del sofá-. ¡Esos cabrones le están enseñando la revista!

- ¿Qué revista?

Jonghyun sube el volumen de la tele y para colmo de todos mis males veo cómo una periodista le enseña a Minho la portada de la revista en la que sale fotografiado junto a Sulli con el titular funesto. Veo que frunce el ceño, luego analiza las fotos un par de segundos y al momento sonríe.

- ¿Es tu novia? ¿Hay planes de boda inminentes? - Pregunta la reportera cotilla.

- No es mi novia, sólo es una amiga con la que salí a cenar.

- Por otro lado hay rumores…- otro periodista, esta vez un hombre, habla-... de que has sido visto en EXO Planet, una de las discotecas de ambiente gay más famosas de Seúl… ¿tienes algo que confesar? ¿te gustan los hombres?

- ¡Pero qué coño…! - Estoy apunto de lanzar un cojín a la pantalla pero Namu me detiene.

Minho sólo toma una gran bocanada de aire antes de responder a las insistentes preguntas acerca de si mantiene relaciones homosexuales.

- Sólo salgo a divertirme con mis amigos como hace la gente de mi edad. No tengo a nadie.

No puedo evitar sentir una pequeñísima desilusión, apenas perceptible dentro del corazón, si no fuera por el pequeño pellizco que acabo de sentir.

- Bien dicho, cariño.- Susurro-. Eso es lo que tenías que hacer.

Y de repente todos se quedan en silencio y yo termino de aceptar que empiezo a querer de verdad a Choi Minho, el héroe de la nación, y a sus ojos brillantes y mentirosos, que acaba de negarme delante del mundo entero.

125

Justo antes de que Minho se retire a los vestuarios, los periodistas le siguen de nuevo en busca de nuevas declaraciones mientras él coge su teléfono móvil.

- En este momento, como en cada final de partido, Choi está llamando a su padre.- Explica el reportero del canal de deportes-. El entrenador Choi se siente siempre orgulloso de lo lejos que ha llegado su hijo, superando incluso sus propios récords como futbolista 20 años atrás…

Los chicos están recogiendo los restos de la cena mientras yo sigo mirando las imágenes de cómo entran lentamente en los vestuarios, intercambiando camisetas con los jugadores de la selección japonesa.

- Eso es muy gay.- Analiza Namu, apoyándose en mi hombro-. ¿Se intercambian las camisetas sudadas?

- El fútbol en general es muy gay.- Sentencia Onew-. Todos se dan palmaditas en el culo y se abrazan y se tiran unos sobre otros… Es como si necesitaran la excusa de un deporte para salir del armario.

Me río con la apreciación y Taemin niega con la cabeza.

- No estoy de acuerdo. Mi padre me apuntó a fútbol a los 10 años y ellos me evitaban porque se sentían “incómodos” -hace el gesto de las comillas con las manos- con alguien como yo rondando por las duchas. Creo que me echaron del equipo pero no lo recuerdo bien.

- Duraste una semana.- Le ayudo a refrescar la memoria-. Pero no porque fueras gay, sino porque odiabas correr y no querías llevar el mismo uniforme que todos los demás porque te parecía horrible.

- ¿Con 10 años? - Pregunta Jonghyun, interesado.

- Siempre ha sido una fashion victim.

- Y una Drama Queen.- Añade Onew.

- Si vamos a sacar toda nuestra mierda aquí… será mejor que hagamos palomitas.- Apunta Taemin, mientras nuestros invitados sólo nos miran alegremente.

- Mejor no.- Puntualizo. Sé que conmigo tienen para rato.

- Va, venga, soltemos mierda.- Namu se sienta con las piernas cruzadas encima del sofá y abre una nueva cerveza.

Y de repente empiezo a odiar esos típicos momentos de borrachera con amigos en los que alguien tiene la iluminada idea de empezar a jugar a confesiones y todos temen que lo peor de su pasado salga a flote. Pero mi teléfono vibra sobre la mesa, indicando la llegada de un mensaje.

“Ganamos, Bummie!!!”

Sonrío satisfecho y respondo.

“Lo sé, enhorabuena. Estabas muy guapo”.

Rápidamente vuelve a vibrar.

“¿Lo viste? WOW, estoy impresionado. ¿Qué tal jugué?”

“Fuiste el mejor”.

“Tampoco es que entiendas nada sobre fútbol”.

“Pero sí de traseros, y créeme que el tuyo fue el mejor”.

“Jajajaja, loco… Te quiero”.

Está bien, a este “te quiero” tampoco sé cómo contestar. Sólo permanezco varios minutos mirando la pantalla sin saber qué más escribir, hasta que de repente el teléfono suena. Me está llamando.

- Ho...hola Minho.

Todos se me quedan mirando y dejan de moverse para cotillear nuestra conversación.

- No pensé que fueras a ver el partido. ¿Lo viste entero?

- Sip. Y me gustó ese guiño que hiciste a la cámara. Tienes un gran carisma. Las fans gritaron y todo.

- No se llaman “fans” sino “seguidores”.

- Eran fans histéricas, créeme.

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- Lo que tú digas.- Se echa a reir-. Ah… si estuvieras aquí, te abrazaría, estoy tan feliz ahora mismo…

- Ojalá estuviera ahí para hacerlo.

Esa frase hace que todos se miren maliciosamente interpretando lo que sea que quieran interpretar y lancen un “uuuhhhh” conjunto.

- ¿Con quién estás?

- Oh… los chicos vinieron a ver el partido conmigo.

- ¿En serio? ¿Y habéis entendido algo?

- Jonghyun también vino y nos ayudó.

- Bueno, al menos os habrá explicado las reglas.

- Más o menos.

- ¿Y qué tal Namu? ¿Os lo estáis pasando bien?

“Dejando de lado su ofrecimiento de chupármela, que me tocó más allá de lo que desearía y que estuvo a punto de besarme…”

- Sip, rememoramos viejos tiempos.

Shit, esa frase no tendría que haber salido de esa manera.

- ¿Ah sí? ¿De qué manera? - Parece molesto.

- Ya sabes, historias de instituto.

- Aha…

- ¿Cuándo volverás? - “Cambia de tema, cambia de tema”.

- Ehm… Mañana tenemos una inauguración de una tienda de deportes. Pasado mañana.

- Oh…

- Uy, me están tirando toallas en la cabeza.- Se ríe mientras protesta y maldice a sus compañeros-. Te dejo o no pararán. Después hablamos.

- Ok.

Cuelga al momento y me siento en el sofá, un tanto deprimido pensando en soportar dos días más sin Minho. ¿Cuándo me volví tan dependiente?

- Va, venga.- Jonghyun se sienta a mi lado y me zarandea un poco-. Espabila y cuéntanos un poco cómo fue que conociste a este impresentable.- Señala a Namu, que se ríe sin parar sentado al otro lado del sofá.

- ¿Ya sois amigos? ¡Pero si os acabáis de conocer!

- Ha dicho que él fue quien te enseñó a hacer mamadas y ya tiene toda mi atención.- Se cruza de brazos y automáticamente le lanzo una mirada furiosa a mi amigo.

- ¿¡¿Qué hiciste qué?!?

- Vamos, vamos…- Se defiende, levantando sus manos para evitar mis golpes, que aún no han empezado-... Ambos éramos unos niños que estábamos experimentando…

- ¿¡¿Y se lo tienes que contar a mis amigos?!?

Taemin me trae una nueva cerveza y se acomoda entre las piernas de Jonghyun, que me agarra del cuello de la camiseta para que no le pegue una paliza a Namu.

- ¿De qué vas? - Onew come pastelitos de la bandeja que trae de la cocina y coloca sobre la mesa de centro-. Tú mismo nos explicaste eso. ¿Ahora te haces el mojigato?

- ¡Te lo expliqué a ti! - Chillo.

Joon parece querer acabar con la conversación y sólo se mantiene en silencio, mientras sufro un ataque de vergüenza.

- ¿Hacíais esas cosas de encerraros en el lavabo durante el cambio de clases? - Se burla Jonghyun.

- ¡Hyung! - Le recrimina Taemin.

- ¿Qué? Yo lo hacía.

- ¿Qué qué?

- Madre mía, vaya panda.- Joon de repente ha hablado y nos ha dejado a todos boquiabiertos.

- ¿Nos estás juzgando? - Me ofendo.

- No. Sólo me hace gracia que habléis tan abiertamente de lo que hacíais cuando os matábais a pajas.

127

Onew rompe en carcajadas y no podemos evitar seguirle cuando le vemos rodar por el suelo. Definitivamente, todos hemos bebido demasiado.

- Kibum era tan caliente en el instituto, que la mayoría de las noches me la cascaba pensando en él.- Namu me acaricia un mechón de pelo y me separo bruscamente.

- No mientas, tenías más novios que días de la semana.

- Pero sólo me gustabas tú.- Pone morritos y le coloco su lata de cerveza en los labios.

- Sólo porque te rechazaba.

- Hyung llevaba el pelo largo por aquí.- Taemin marca su hombro-. Y las niñas de mi clase siempre le regalaban cosas.

- Wow, sí que eras popular.- Opina Jonghyun.

- Un poco.

- ¿Y tú? - Taemin le mira, interrogante-. ¿Tuviste muchas… ehm… relaciones, en el instituto?

- No muchas.- Le abraza por la cintura y coloca su mentón sobre su hombro-. Era del tipo antisocial en esa época. Un par de animadoras y mi mejor amigo.

- ¡Daebak! - Onew levanta su cerveza y brinda mentalmente por él-. ¡Nunca cerrado a nada!

- ¿Y vosotros? - Joon nos señala a Namu y a mi, que nos miramos mutuamente por el rabillo del ojo.

- Yo sólo tuve a Namu. Fue mi primera vez y tardó bastante en llegar.

- Yo fui menos selectivo.- Ríe éste-. Me gustaba experimentar y probé con todos los que se dejaron.- Todos nos reímos-. Incluso engañé a Kibum cuando salíamos…

- Maldito…

- Lo siento por eso.

- Ahora ya me da igual.

- Fui un imbécil.

- Al menos aprendí a hacer mamadas.

Reímos de nuevo y Joon hace LA PREGUNTA :

- ¿Y tú? - Onew deja de masticar.

- Yo, ¿qué?

- ¿Tuviste muchas… aventuras en el instituto?

- Sólo algunas.

- ¡Mentiroso! - Taemin se levanta de golpe y Jonghyun tiene que sujetarlo para que no se caiga al suelo al tambalearse.- Hasta que llegaste a la facultad no saliste con nadie, eras un nerd.

- ¡Eso no es cierto! - Se defiende, gritando.

- Madre mía, los vecinos, pfff…- Suspiro, riéndome.

- Yo nunca te vi con nadie.- Puntualiza Joon-. Salvo con Kibum y Taemin.

- ¡Porque no salía con nadie! - Taemin agita los brazos como si fuera a emprender el vuelo de un momento a otro.

- Era muy selectivo.

- ¡No es verdad! ¡Te has pasado toda tu vida enamorado de Lee Joon y por eso no querías estar con nadie más!

En el mismo momento en que dice la última palabra se da cuenta de lo que acaba de decir y se tapa la boca con las manos, soltando su lata de cerveza, que se derrama sobre mi carísima alfombra.

- ¡Mierda! - Grito, recogiéndola del suelo e intentando evitar que se vacíe completamente.

- ¿Es que era un secreto? - Bromea Namu, a lo que yo respondo con una patada exagerada para que se calle.

- Lo siento…. hyung…- Taemin se sienta de nuevo entre las piernas de Jonghyun, quien le acaricia la coronilla como si fuera un perrito.

- Bocazas.- Onew se levanta y camina hacia la cocina.

Joon todavía no ha reaccionado a la revelación de Taemin y yo ya no sé cómo arreglar la situación. ¡Sólo íbamos a ver el partido!

El teléfono suena de nuevo y me lanzo a cogerlo para evitar el silencio presente en mi salón.

- ¡Hola amor! - Suelto, totalmente emocionado.

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- ¿Amor? ¿Es que estás borracho?

Minho se ríe bajito y yo me acomodo sobre la alfombra, mirando la parte mojada por la cerveza.

- No sabría qué decirte.

- Madre mía, qué peligro. ¿Qué hacíais?

- Nada, sólo hablando de pajas y mamadas.

- ¿Qué?

Oh. Mierda.

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- Aún no puedo creer que vaya a marcharme sin que nos hayamos acostado.- Namu, tirado en el sofá, me lanza una palomita.

- Y yo no puedo creer que después de todo lo que hemos pasado, hayamos conseguido ser… ¿amigos? - Le miro, a lo que asiente, sonriente-. Amigos.

- Suena muy raro.

- ES muy raro.- Yo sigo recostado sobre la alfombra y Jean-Paul ha decidido unirse finalmente a la fiesta, cuando ya no hay nadie y puede probar los diferentes restos de comida esparcidos por el suelo.- No comas eso, te pondrás gordo.- Le regaño.

- ¿Más? - Ríe Namu-.Es imposible, reventaría.

Jean-Paul camina tranquilamente por encima de mi mano para llegar a la palomita lanzada por Namu.

- Vamos, no seas malo, ven con papá.- Le hago un gesto con el dedo para que venga pero él gira la cabeza y sigue comiendo-. Si te lo dijera Minho, le harías caso. Estoy seguro.

- ¿Es que tu novio tiene más autoridad sobre tu gato que tú?

- No lo entiendo.- Ruedo hasta quedar boca arriba-. Minho le obliga a caminar y a comer sano y luego le quiere más que a mi.

- A lo mejor te culpa a ti de su estado físico.

Jean-Paul maúlla y camina de nuevo por encima de mi sin contemplaciones.

- Eso eso, tú como si no estuviera.

Para acabar de nuevo en mi cuarto.

- Lo has malcriado. Admítelo.

- ¡Yo sólo traté de darle una vida mejor a la que tenía en la calle! - Dramatizo.

- Hablas como una madre.

Le miro.

- No digas tonterías.

- En serio. Siempre has sido maternal con Taemin, pero desde el año pasado has cambiado bastante.

- Yo me veo igual que siempre. Bueno, quizá un poco más borracho.

- Nanananana… Creo que estás en ESE punto.

- ¿Qué punto?

- ESE punto. Ya sabes.

- No sé a qué te refieres.

- Al punto de estabilizar tu vida al lado de alguien que quiere lo mismo que tú. Y Minho parece ser esa persona.

- ¿Lo piensas en serio o sólo te estás burlando?

- Lo digo en seeeerio.

- ¿Crees que Minho podría ser el hombre de mi vida?

- ¿Lo crees tú?

- Sí. Creo.

- Pues ya está.

- Da un poco de miedo. Es un mundo nuevo.

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- Estás colado por él. Y él por ti. Sois asquerosamente perfectos.

- ¿Pues te puedes creer que hasta que no se ha ido a Japón no me había dado cuenta de que de verdad somos una pareja?

- Jajajaja, ¿y eso?

- Pues que pensaba que aunque saliéramos juntos mi vida no se había alterado en absoluto, porque sigo trabajando, saliendo, quedando con mis amigos… pero de repente algo ha cambiado y no me había dado cuenta hasta ahora.

- ¿Qué ha cambiado?

- Ya sabes… Todo ese rollo de serle fiel, echarle de menos, esperar sus llamadas… Morirme por dentro si no tengo noticias suyas en unas horas…

- Te has vuelto demasiado dependiente.

- ¿Crees?

- Totalmente.

- Es un tanto extraño, pero siento que quiero hacer esas cosas.

- ¿Sacrificarte?

Niego con la cabeza con exageración. Tanta, que me mareo.

- Ganarme su confianza.

Se incorpora en el sofá.

- Wow, eso quiere decir que te importa mucho.

- Más que eso : le amo.

- Wow, eso sí que es un descubrimiento.

- No lo había notado hasta ahora. ¿No es estúpido?

- El amor es estúpido en general.

- Estoy de acuerdo. Antes mi vida era mucho más sencilla.- Me río.

- Oirte hablar de amor refiriéndote a alguien más es muy raro. Y no me gusta.

- Lo siento.

- No tienes por qué. Yo no estuve todo este tiempo y me superaste. Es algo que tenía que pasar en algún momento.

- Siempre pensé que tendríamos esta relación de por vida : tú llegando a mi casa cada pocos meses, nosotros follando por todos los rincones hasta quedarnos sin energía, luego despidiéndonos de nuevo… Como un maldito círculo vicioso.

- En realidad esta vez venía para pedirte algo serio.

Me incorporo de la alfombra y le miro con los ojos abiertos como platos.

- ¿Qué estás diciendo?

Me lanza un cojín a la cara y se echa a reir.

- Idiota. Te lo crees todo.

Le devuelvo el cojín y le insisto en que nos vayamos a dormir. Mañana tendré que llevarle al aeropuerto temprano y no sé cómo voy a conducir si todavía me mantengo en estas condiciones.

Pov Minho

Llego a casa agotado, el avión ha venido con tanto retraso que casi tardo un día más en volver; ha sido horrible. Tras perder el tiempo esperando mi equipaje y el taxi, siento que me he quedado sin paciencia. Sólo quiero llegar a casa y verle. Suelto las maletas en el salón y percibo un singular olor en la cocina : Kibum ha usado la llave que le dejé y ha estado cocinando en mi casa. Sigo mi olfato y veo que ha hecho galletas de naranja y chocolate y las ha dejado sobre la barra de la cocina. Me apresuro a comer una. Deliciosa. ¿Cómo puede hacerlo todo tan bien? Me siento un inútil a su lado. Suspiro, cansado, aunque también sintiéndome un poco frustrado.

- Bummie…- Le llamo, pero no contesta. Aún así sigo el singular olor a vainilla que viene de mi habitación y le encuentro tumbado en la cama, en boxers, totalmente dormido. Apuesto a que se quedó esperando por mi hasta que no pudo más. Sonrío enternecido al verle en esa postura, tan indefenso y a la vez incitante. Es la primera vez que le veo con tan poca ropa (en persona) y no sé muy bien qué actitud tomar. Pero se remueve un poco en el colchón y queda más a la vista la forma redondeada y perfecta de su trasero. Es oficial : no puedo más.

Me lo pienso un instante, evalúo las posibles consecuencias (incluso la posibilidad de que piense que soy un depravado) pero finalmente actúo : mi cabeza no piensa con claridad; mejor dicho : no es ella quien está tomando las decisiones aquí. Me deshago completamente de mi ropa y me tumbo a su lado con cuidado, no quiero despertarle bruscamente-. Hola amor.- Le susurro en el oído.

- Mmm…- Se queja.

- Ya estoy en casa.- Paso uno de mis brazos por encima de su cintura y me pego a su espalda, oliendo la vainilla de nuevo en su pelo-. Hueles tan bien…- Le beso la nuca, pero continúa sin moverse ni hablar. ¿En serio tiene el sueño tan profundo? - ¿Sabes? No creí que esto fuera a pasarme tan pronto.- Acaricio su pelo lentamente-. Apenas nos estamos conociendo, ni siquiera he visto a tus padres. Sólo conozco a tu gato y a tus amigos locazas.- Me río bajito-. ¿Algún día me los presentarás? Siento que tengo que agradecerles mucho.- El silencio como respuesta me indica que por mucho que hable él no piensa despertarse. Pero no me importa, ya que mi monólogo continúa-. Admitir que me gustabas fue duro, pero tener que irme a otro país para darme cuenta de que estoy enamorado

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de ti ha sido… surrealista.- Deslizo mis dedos hasta sus labios-. ¿Cómo lo has hecho? Dime, ¿cuál es tu secreto? Para volverme loco de esta manera.- Se mueve ligeramente y eso provoca que su trasero quede totalmente pegado a mi entrepierna, que empieza a reclamar algo de atención y con ese roce las cosas no mejoran.- Ha sido tan fulminante como una enfermedad terminal : no he podido hacer nada al respecto.- Disfruto de la sensación húmeda de mis dedos y los llevo hasta mi boca.- ¿Por qué sabes tan bien? También eso es adictivo. ¿Sabes cuánto extrañé tus besos? La textura de tus labios, la forma dulce en la que muerdes los míos… No nos hemos besado tanto y ya siento que no puedo seguir viviendo sin tus besos a diario. ¿Estoy loco? - Me acurruco detrás de él, abrazándole con fuerza-. ¿Qué me estás haciendo, Kim Kibum?

- Mmmm… ¿Minho…? - Balbucea.

- Chtss… sigue durmiendo, no quería despertarte.- Le acaricio el pelo-. También echaba de menos tu pelo suave y brillante.

- ¿Me has traído algo? - Pregunta, ya con mayor claridad.

- Maldito interesado.

- Te fuiste tan lejos… Al menos debiste traerme algún cosmético.- No puedo creer que esté protestando por algo así.

- Sí que te traje regalitos. Pero el más importante está justo aquí.

Se gira rápidamente y se agarra a mi cuello.

- ¿Qué es? ¿qué es?

- Esto.- Le beso con intensidad, apretándole contra mi, mientras él sube una de sus piernas a mi cadera.

- Es el mejor regalo.- Susurra-. Tu piel desnuda.- Esconde su cabeza en mi cuello.- Espera, ¿estás desnudo? - Se separa para observarme mientras me tapo un poco con las manos y creo que me estoy sonrojando (por suerte está demasiado oscuro para que lo note).

- Mucho.

- No deberías hacer esto.

- ¿Por qué?

- Es malo para mi. Y para ti también lo será.

- ¿Debería tener miedo?

- Deberías.

- O sea que lo del seguro de vida era verdad.

- Totalmente.- Sus manos juguetean con las mías tratando de dejar en evidencia lo que éstas ocultan.- Quiero ver.

- Ah ah.- Niego-. Todavía no.

- ¿Entonces para qué te desnudas?

- Mmmm… también traje regalos.- Cambio de tema rápidamente. Esto tiene que dejar de crecer en algún maldito momento y si sigue toqueteándome va a ser imposible.

- ¿En serio? - Se sienta en el colchón, con los ojos muy abiertos.

- Potingues caros de esos que te gustan.- El mail que me envió con una lista adjunta de cosas que tenía que comprarle en Japón sí o sí era muy detallado.

- ¡Bien! - Aplaude, satisfecho. a pesar de que todavía no ha visto nada-. Estoy deseando probarlos todos. Aunque supongo que tendré que devolverte el favor de alguna manera.

- Perfecto.- Le agarro de las manos y le acerco a mi-. Ahora soy yo quien quiere su regalo.

Le tumbo en el colchón, mientras me mira atónito.

- Minho…

- Bummie… - Me derrumbo sobre él, inhalando su delicioso perfume.

- Pesas mucho.- Se queja.

- Perdón.- Reímos y aguanto un poco mi peso con mis brazos.

- Tu cara…- Le acaricio suavemente el rostro-... No pensé que pudiera llegar a olvidar tus rasgos tan rápido.- Le beso la mejilla despacio-. Es como si hubieran pasado años. No sé cómo lo haremos en el futuro, pero no creo que vaya a poder volver a separarme de ti.

- Bobo.- Me abraza por la cintura y rodea mis caderas con sus piernas-. Yo no te pienso dejar marchar nunca más.

Nuestras erecciones se rozan descaradamente y sólo entonces me siento un poco avergonzado por haberme desnudado tan rápido, apenas puedo controlarlo y estoy demasiado expuesto.

- Mira cómo me tienes.- Bromeo.

- Hay algo interesante ahí abajo.- Me guiña un ojo, intentando bajar sus manos, mientras yo las detengo.

- No es justo que tú aún tengas puestos los boxers.

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- Quítamelos.- Me reta.

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Arqueo una ceja y aguanto el peso de mi cuerpo en una mano mientras con la otra termino de desnudarle. Al contrario que yo, no se avergüenza ni se oculta, sino todo lo contrario : se contonea suavemente para que pueda apreciar su cuerpo a la perfección. Es… increíble…

- Tu piel es…- Acaricio sus muslos lentamente-... tan blanca…

- Y la tuya… tan morena…- Sus manos acarician mi espalda y van bajando hasta mi trasero con ligeros roces.

Nos besamos para callar la sarta de estupideces que salen por sí solas cuando lo que en realidad queremos es devorarnos. De nuevo me dejo caer sobre él, pero en esta ocasión ni protesta y sólo me empuja para que rodemos continuamente por la cama mientras nos besamos, restregando nuestros cuerpos con fuerza el uno con el otro hasta que incluso temo que empiecen a salir chispas. Recorro su cuello con mi lengua, mordisqueando el camino hacia su clavícula con ganas, unas ganas hasta hace poco desconocidas y que ahora me descontrolan como nunca creí capaz que sucedería.

Empieza a emitir suaves sonidos cuando alcanzo sus pezones y los chupo despacio, intercalando pequeñas lamidas y mordiscos que le hacen reir. Todavía no tengo muy claro que esté haciendo todo correctamente pero cuando noto su mano enterrándose en mi pelo, la confianza vuelve a invadirme. Juego un poco más toqueteando su pezones y disfrutando de verlos tan duros y mojados por mi saliva. Dios, es tan excitante...

Desciendo sobre su cuerpo hasta llegar a su ombligo, lo observo durante un momento, enternecido, mientras me mira inmóvil, atento a mis acciones. Le sonrío, tranquilizándole (o tranquilizándome) y continúo bajando por su cuerpo hasta quedar frente a su miembro, que parece amenazarme y ya está húmedo (aunque no más que el mío).

- Tan caliente…- Lo acaricio con un dedo y noto que da un respingo.

- Minho, no hace falta…

- Chtss… los vecinos…- Susurro.

En realidad los vecinos me importan poco pero si continuamos hablando no seré capaz de liberarme del pudor. Le escucho soltar un gemido amortiguado por su mano cuando le doy una rápida lamida a la punta sólo para probarme a mi mismo si soy capaz de hacerlo. No ha estado mal. No ha sido para nada como lo esperaba pero tampoco ha sido horrible. Sólo… extraño.

- ¿Estás bien? - Me acaricia la cabeza.

Supongo que mi cara debe de ser un poema para que me pregunte algo así.

- Sí, sólo es…- miro su miembro fijamente-... un poco raro.

Se ríe a carcajadas y empiezo a sentirme ofendido.

- ¡Hey! - Protesto.

- Ven aquí.

- No. Voy a hacerlo.

- Minho, no seas cabezota, ven aquí.

- ¡Chtts! - De nuevo le mando callar, pero se revuelve un poco.

- No te esfuerces tanto, ven.- Se está riendo, pero no le obedezco, y para demostrarle que estoy más que bien con esto introduzco su pene completamente en mi boca y absorbo con fuerza. Dios, no puedo describir esta sensación de control y ansia en este preciso instante. Sólo sé que no quiero detenerme.- P… para…- No le escucho y comienzo un ritmo continuo, pero lento, metiéndolo y sacándolo de mi boca-... Se… supone que yo… que yo iba a hacértelo…

Alargo mi mano hacia él y, mirándole de reojo, le acaricio los labios con los dedos. Rápidamente abre su boca y empieza a chuparlos, lo cual me pone a mil y empiezo a aumentar de intensidad. Mi mente trabaja un tanto confusa y no puedo recordar con exactitud el orden de las cosas que ví en los vídeos de Max y temo no saber qué es lo que sigue, pero Kibum esclarece mi mente en un segundo. Rueda ligeramente hacia un lado, provocando que me tenga que mover para seguir lo que estaba haciendo, y saca algo de mi mesita de noche. Algo que hasta ahora no estaba ahí porque yo no lo puse.

- ¿Qué es eso? - Pregunto en un momento en el que mi boca estuvo libre.

- Lubricante.

- ¿Y por qué está en mi mesita de noche?

- Yo lo puse ahí.

Me detengo rápidamente, un poco impresionado y él lo aprovecha para coger algo más y se sienta frente a mi.

- ¿Y eso? - Observo intrigado el objeto de color negro que sostiene en sus manos, poco perceptible por la falta de luz.

- Es un vibrador.

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Escucharlo me hace alejarme un poco y empiezo a temblar inconscientemente. ¿Me va a meter eso?

- Eso… ¿eso para qué?

- No quiero que te pongas nervioso.- Se acerca y me besa-. Sólo quiero que aprendas… el camino.- Sonríe de un modo tan tierno que de algún modo el pánico se va.

- ¿Qué quieres que haga? - Porque sin duda, lo haré.

- Quiero que me lo metas.

Lo explica de un modo tan serio que realmente parece como si estuviera hablando del tiempo, y acto seguido vierte sobre él una generosa cantidad de lubricante que… demonios… brilla en la oscuridad.

- Esto es… ¿fluorescente?

Asiente, riéndose.

- Para que sepas dónde está todo lo que merece la pena saber dónde está.

Se tumba boca arriba y abre sus piernas, moviendo ese objeto extraño (y de tamaño vergonzoso) entre sus piernas. Miro la escena desde lejos, haciendo una fotografía mental excitante de lo que estoy presenciando. Cierra los ojos cuando la punta del vibrador parece que empieza a entrar en su trasero y mis manos hacen un movimiento inconsciente y rápido deteniendo las suyas. Abre los ojos, incrédulo.

- Yo lo haré.- Afirmo, con seguridad.

Lo suelta cuando nuestros dedos se encuentran y me acuesto en medio de sus piernas para tener un ángulo adecuado para introducirlo y no perderme detalle.

- Despacio.- Susurra, cuando ya entra, no con demasiado esfuerzo pero tampoco con demasiada facilidad.

Lo meto completamente y lo mantengo ahí quieto un rato, como vi en los vídeos, y veo que su cara se va transformando. Por momentos temo que se sienta incómodo.

- ¿Te hago daño con esto? - Pregunto, un poco asustado.

- Tranquilo, estoy bien.

Pero veo que mantiene sus ojos cerrados y apretados.

- Bummie, no mientas, mírame.

Me mira y esboza una sutil sonrisa.

- Sólo es un poco incómodo, continúa.

- ¿Cómo voy a continuar si te estoy lastimando?

- No duele, créeme.- Coloca sus manos sobre las mías y empuja más hacia dentro. ¿No estaba completamente dentro ya?

- Entonces…

- Así…

Empieza a mover lentamente el vibrador en círculos mientras mis manos continúan sujetándolo. Poco a poco lo va sacando y metiendo a ritmo lento, relajado, dejando escapar pequeños suspiros.

- Déjame a mi.

Retiro sus manos y tomo la iniciativa de penetrarlo con ese objeto en un incesante movimiento que cada vez le gusta más. Se arquea hacia arriba como pidiendo más y obedezco inmediatamente acelerando y llevando de nuevo mi boca hacia su miembro. Apenas doy un par de lamidas y se aleja de mi, sacando el vibrador de su interior y lanzándolo al otro lado de la cama. Se arrodilla frente a mi con una caja pequeña.

- Póntelo.

Deposita en mis manos un pequeño paquete plateado. Sé que es un condón, los he visto antes. Lo que no sé es cómo coño me lo voy a poner sin que note que nunca en mi vida lo he hecho.

*Flashback*

- ¿Lubricante? - Suelto el papel que me dio Max sobre la mesa del restaurante del hotel.

- ¡Cállate! ¿estás loco? - Lo dobla y lo guarda en el bolsillo de su chaqueta rápidamente.

- ¿Crees en serio que voy a ir a comprar toda esta mierda como si no fuera nada importante?

- Deja de gritar y siéntate.- Me amenaza agarrándome del brazo del jersey y como tiene más fuerza que yo y en un pelea potencial yo tendría las de perder, me siento a su lado.

- No voy a comprar todo esto.- Insisto, y noto mi cara arder de la vergüenza.

- Minho, no son chorradas, es por tu bien. Bueno, por el de ambos.

- La mayoría de cosas no sé ni lo que son ni para qué sirven, y menos aún dónde comprarlas.

- Tranquilo, yo te las consigo.

135

- Hyung, eso sería muy patético.

- ¿El qué? ¿Que compre condones para ti? Si eres un negado, yo qué culpa tengo, sólo trato de ayudarte.

- Hyung, por favor, no me jodas.

- Condones, lubricante, este aparatito.- Saca el papel de nuevo y lo redondea.

- ¿Esto qué es?

- Es así.- Empieza a dibujarlo y siento que esta conversación se vuelve tétrica por momentos.

- Hyung.- Detengo su mano justo en mitad de su obra de arte.- No pienso usar eso. Aunque no sé cómo se utiliza pero creo que tampoco quiero saberlo.

- Pero Minho…

- Sólo quiero saber lo básico para tener una relación sexual normal con mi novio. Nada típico de una película porno hardcore.

- Minho.- Pone su mano en mi hombro-. Tu novio es un chico sexualmente activo que seguramente se ha follado a la mitad de los hombres de la ciudad (y creo que me quedo corto), ¿de verdad quieres tener una “aburrida relación sexual normal” con él? ¿Que no se corra? ¿Que no quiera repetir?¿Es que quieres que te abandone?

Todas las ideas de Kibum sintiéndose frustrado por mi culpa y abandonándome por ser demasiado inepto se amontonan en mi cabeza y me colapsan.

Miro la lista una vez más, suspiro y le arrebato el lápiz.

- Ok, pero esto fuera.- Tacho el dibujo con forma terrorífica y redondeo otra palabra-. ¿Esto exactamente qué es?

*End Flashback*

End Pov Minho

136

Minho me observa aterrorizado y en seguida confirmo mi teoría : de verdad esta es su primera vez. Del todo.

Recupero el condón y lo abro con decisión mientras me mira, intrigado.

- No tengo ni idea de cómo…

- Tranquilo.- Me río-. Yo me ocupo.

Lo saco del envoltorio y me agacho hasta quedar frente a su pene, erguido y en primer plano como hace tiempo ansiaba tenerlo.

- Ash…- Un quejido se escapa de sus labios cuando le doy una rápida lamida para degustar el sabor de su pre-semen.

- Tenía que probarlo.- Bromeo, mientras noto su calor cerca de mi cara. Desenrollo el preservativo y lo coloco perfectamente mientras Minho no aparta sus ojos curiosos de mi. Me separo un poco para comprobarlo y ladeo mi cabeza, orgulloso.

- ¿Qué miras?

- ¿Qué tal? ¿Es raro?

- Un poco.- Mueve un poco sus caderas para apreciar el movimiento de su propio miembro y no puedo evitar soltar una sonora carcajada.- ¡Eh!

- ¡Perdón! Es que pareces un niño conociendo su colita por primera vez.- Me burlo.

- Idiota.

Me da un empujón, provocando que me caiga de lado, pero me sigo riendo.

- De todos modos, tu colita es adorable.

- ¿”Adorable”? ¿Qué clase de adjetivo es ese para una polla?

- Wow, has dicho “polla”.- No puedo evitar dejar de reirme al escucharlo.- Suena muy excitante viniendo de ti.- Me sitúo de rodillas a su lado y le agarro por los hombros para recostarle en el colchón.

- ¿Eh?

Me siento sobre su vientre, puedo sentir un ligero temblor en sus piernas, apuesto a que está sobrecogido por el momento. Me inclino hasta su oído y le susurro :

- Gracias.

- ¿Por?

- Regalarme este momento.

Estoy seguro de que no me ha entendido pero no me molesto en explicar nada. Cojo de nuevo el bote de lubricante y esparzo un poco por mi trasero, mientras su actitud expectante me excita todavía más. Me coloco correctamente y aguanto el peso en mis rodillas mientras me sitúo encima. Le escucho tragar saliva cuando empiezo a bajar y su punta ya me está rozando. La dirijo con mis manos hasta la entrada y procuro que entre de un sólo movimiento, aunque lento.

- Dios…

- Oh… Minho…

Termino de introducirlo y me quedo quieto demasiado rato. Tanto, que temo que se le baje la erección, pero eso no ocurre. La noto palpitar dentro de mi. Y yo sólo puedo lamer mis labios y cerrar los ojos para disfrutarlo como se debe.

- Muévete, Bummie… - Se queja, encorvándose y clavándomela más.

- Espera.- Me arqueo un poco hacia atrás para sentirla más dentro todavía, extrangulándola.

- Me vas a matar…

Y entonces empiezo a moverme. Intento no ser demasiado brusco al principio, pero sus sacudidas me indican que acelere y no puedo contenerme demasiado. Apenas en un par de minutos ya estoy botando sobre él, lanzando suspiros y gemidos, abrumado por el ruido de nuestras pieles chocando, sintiendo la deliciosa sensación pegajosa correr por mis nalgas mientras le cabalgo.

Me acerco a sus labios y le beso despacio, pero él me agarra la cabeza con las manos y lo profundiza metiéndome la lengua bruscamente, sin control, mientras se mueve con violencia. Protesto entre el beso porque apenas puedo respirar, pero una de sus manos en mi nuca me retiene, mientras la otra ha viajado a mi cadera y marca el ritmo de sus embestidas. Está tan desesperado que no soy capaz de coordinar nada y en un segundo, se incorpora, sin salir de mi interior, y agarrándome por la cintura me tumba sobre el colchón y se coloca encima, abriendo mis piernas y subiéndolas hasta sus hombros, para después tumbarse sobre mi e iniciar una nueva sesión de embestidas en la que apenas puedo hacer nada porque su peso y su fuerza me mantienen inmovilizado.

137

- Jo...der…- Ni siquiera puedo hablar pero él se estremece entre mis piernas y gruñe, está cerca.- Minho… espera… espera…

Pero mi advertencia llega demasiado tarde o le importa demasiado poco y se corre, apretando los labios para evitar gritar y desplomándose sobre mi al instante. Tarda un poco en recuperar el aliento y le acaricio el cabello, mientras tanto, tratando de respirar con normalidad.

- Lo siento.- Susurra-. No quería correrme tan rápido. Pero es que ha sido tan… wow…

- No te preocupes.- Le beso la coronilla-. Estoy demasiado feliz.

Me mira, aún acostado sobre mi pecho.

- ¿Por qué?

- Porque no eres un eyaculador precoz.- Me río y él se ofende un poco, incorporándose y saliendo de mi mientras su miembro recupera su estado normal.

- A veces eres un poco estúpido, ¿lo sabías?

Se levanta de la cama y abandona el dormitorio camino al cuarto de baño, mientras yo me observo. Sigo duro. Corrijo : estoy más duro que nunca.

- ¡No pensarás dejarme así!, ¿no? - Chillo, esperando que me escuche. Su falta de respuesta me pone nervioso y me planteo la posibilidad de que se esté duchando y eso vaya a demorar demasiado mi clímax. - Tú te lo pierdes.- Empiezo a masturbarme con rapidez, lo necesito cuanto antes o voy a estallar.

Cielos, el olor de Minho está impregnado en las sábanas y ahora no puedo concentrarme en nada, no voy a ser capaz de hacerlo cuando ese olor es tan profundo.

- ¿No vas a esperar por mi?

Le miro, de pie junto a la puerta, completamente desnudo y perfecto, con sus ojos clavados en mis manos, que trabajan vivamente.

- No soy una persona muy paciente.

- Ya lo veo.

Camina hasta la cama mientras me deleito con la imagen de sus abdominales marcados acercándose a mi, sus musculosos brazos tomándome entre ellos mientras se tumba de lado y me coloca frente a él. Quita mis manos de mi miembro y continúa mi trabajo mientras soy capaz de apreciar que el suyo empieza a estar rígido de nuevo.

- Mira quién ha venido a saludar.- Lo toqueteo con los dedos, haciéndole reir, y consiguiendo que se acerque más a mi para que tenga mejor acceso a él. Durante un buen rato nos masturbamos mirándonos a los ojos, algo realmente excitante, pero imagino que mi cara es demasiado expresiva cuando estoy a punto de correrme, porque Minho se detiene, me gira de espaldas a él y coloca su pene junto a mi entrada.- ¡Espera! - Le detengo.

- ¿Qué ocurre?

- El condón.- Busco a tientas la caja.

- No pasa nada.- Me besa la nuca, volviendo a intentar meterlo.

- ¡Que te esperes! - La alcanzo y saco uno-. ¿Crees que podrás?

- Dame.- Me lo quita de las manos y espero durante un momento-. Mierda.

- ¿Necesitas ayuda?

- No, espera.

Más rato y no pasa nada. Finalmente me giro y le ve intentando desenrollarlo sin éxito.

- A ver, déjame a mi.

Con sus manos le indico la forma correcta de colocarlo y finalmente nos quedamos mirando la obra de arte.

- Lo haces muy bien.- Analiza.

- Lo sé.- Asiento, orgulloso.

- Maldito vicioso… - Me recoloca de nuevo de espaldas a él y empieza a tantearme con la punta.

Empujo hacia atrás para que entre completamente y él profundiza la estocada, gruñendo de ganas y apretándome contra su cuerpo. Una vez dentro, busca mi miembro con sus manos y empieza a tocarlo, al ritmo de sus embestidas : primero despacio y profundo para cambiar a algo violento y desesperado al cabo de unos minutos.

A ambos han dejado de importarnos los gritos, los jadeos y los golpes del cabecero de la cama contra la pared, incluso que su cama sea demasiado pequeña como para estar cómodos, sólo nos dejamos llevar y disfrutamos como locos. En un momento en el que ya siento cerca mi orgasmo, me subo sobre él, aún de espaldas, para que tenga un control completo de mi y yo pueda disfrutar con libertad. Nos movemos descontrolados, gimiendo y sudando al mismo tiempo, sacudiéndonos y liberándonos entre suspiros de una forma desgarradora, para acabar despacio, muy lento, mientras esa sensación palpitante va desapareciendo en mi interior y nuestros cuerpos están completamente manchados con mi semen.

- ¿Una ducha? - Propongo, sintiéndome pringoso.

- Por supuesto.- Ríe, moviendo mi cara hacia él para besarme-. Allí también quiero hacerlo.

- ¡Oye! - Me levanto rápido-. ¡Déjame descansar!

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- Nop.

Me persigue hasta el baño y allí entramos en una nueva ronda de besos intensos. Dios, no puede ser que me esté poniendo duro de nuevo, ¿esto va a durar siempre? Nos enjabonamos con dedicación más con la idea de excitarnos mutuamente que de lavarnos. Me gira contra la mampara y coloca su miembro terso y erguido entre mis nalgas. Otra vez.

- Joder, Minho, la tienes muy dura.

- Me pones a cien.- Susurra contra mi nuca-. Creo que estoy enfermo-. Me besa el cuello y los hombros-. Vamos a hacerlo así, ¿de acuerdo?

- ¿Eh? ¿qué quieres decir?

- Sin condón.

¿¡¿Qué?!?

- Nononononono… - Me separo de él y me giro-. Eso va en contra de mis reglas.

- ¿Qué reglas? - Me atrinchera entre sus brazos y la pared.

- En estos tiempos, más que nunca, hay que protegerse de muchas cosas.

- Me hacen exámenes médicos una vez al mes. No hay nadie más sano que yo.- Me besa el cuello.

- Exacto.- Le separo un poco-. Yo me protejo, pero no puedo estar tan seguro como tú.

- ¿Cómo?

- No puedo asegurarte que no te voy a contagiar nada.

- No me importa.- Levanta una de mis piernas y tantea de nuevo mi entrada.

- ¡Joder, espera! - Me separo de nuevo-. Esto no es una broma, Minho.

- Lo sé, lo sé. Pero te conozco y sé que no eres ningún idiota que no sabe lo que hace. Seguro que estás sano.

- Aún así no quiero hacerlo.

Me mira con una expresión decepcionada, pero se da por vencido.

- Está bien.

Simplemente se pone de rodillas y empieza a chupármela.

ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO.

Tras malgastar el agua caliente de casa de Minho mientras nos las chupamos y nos masturbamos, finalmente corro hasta su habitación para conseguir un nuevo preservativo y terminar la acción sobre el mueble del cuarto de baño. Empiezo a considerar que nos estemos volviendo adictos pero maldita sea, no me importa.

Minho se desploma contra mi pecho, agotado, y de nuevo sudado.

- Tendremos que volver a ducharnos.- Me río.

- Joder, me muero de hambre.

- ¿Desde cuándo eres tan mal hablado? - Le doy una palmadita en los labios.

- Desde que acabas con toda mi energía.

Reímos.

- ¿Pedimos una pizza?

- Ok.

Mientras esperamos la pizza jugueteamos un rato más en el dormitorio, sólo para ponernos cachondos y terminarlo cuando por fin tengamos los estómagos llenos.

Suena el timbre y Minho se coloca unos jeans (sin ropa interior, jo-der) y sale a abrir. Yo me pongo su camiseta (que encuentro demasiado ancha y larga pero a la vez cómoda y ligera) y, también sin ropa interior, salgo al salón para comer. Aunque una idea se me cruza por la mente.

- Amor, ¿que te parece si nos comemos la pizza en la cama?

No obtengo respuesta y al momento conozco el motivo : al otro lado de la puerta está Minseok. el hermano mayor de Minho, que nos observa estupefacto mientras intento pensar rápidamente en alguna excusa con un poco de sentido que justifique el por qué estamos medio-desnudos, despeinados, llenos de chupetones y yo sostengo entre mis manos el bote de lubricante.

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Inexplicablemente Minho conduce a su hermano hasta el salón y yo permanezco ahí de pie, con esa expresión idiota mientras ambos me observan con detenimiento. Ni siquiera soy capaz de ocultar el maldito lubricante.

- Bummie, ¿te acuerdas de mi hyung?

Minho habla con una tranquilidad pasmosa y yo lo achaco a su exceso de educación.

- Hola hyung.- Reacciono y hago una exagerada reverencia. Hasta que recuerdo que no llevo boxers y me incorporo rápidamente-. ¿Cómo estás?

En realidad no es que quiera mantener una conversación con él ahora mismo.

- Bi… bien. Supongo.- Sus ojos se mueven con nerviosismo, imagino que tratando de no grabar en su mente las imágenes que tiene delante en este momento.

Fuerzo una sonrisa amistosa.

- Me alegro mucho. Voy a cambiarme y vuelvo.

Aunque en realidad me encantaría escaparme por la ventana (si esto no fuera un segundo piso).

“¿Qué hago? ¿qué hago?”.

Revuelvo las sábanas buscando mi ropa interior pero cielos, no sé dónde coño está.

Al minuto Minho entra en la habitación, más rojo que un tomate, y cierra la puerta, apoyándose en ella soltando un gran suspiro.

- Jo-der…

Me siento en la cama sin ánimos, no encuentro mi ropa y mi cerebro no está en la mejor situación para buscarla.

- ¿Se lo has dicho? Bueno, en realidad no hay mucho que decir, todo es muy evidente. ¿Qué ha dicho él?

- ¿Eh? ¿Qué dices? Sólo le he dado un vaso de agua.

- Cobarde.- Le lanzo la almohada.

- Te necesito ahí fuera conmigo.- Me señala, en un gesto exagerado.

- No, no, yo me voy.- Por fin diviso mis boxers sobre la cómoda-. ¡Ahí están! - Me los pongo con desesperación-. Ahora sólo falta encontrar los pantalones…

- No puedes dejarme con esta mierda a mi solo.- Me agarra del brazo justo cuando voy a saltar a recoger mis pantalones del sillón que hay junto al armario (¿cómo pude olvidarme de que los dejé ahí?).

- Esto es algo que tenéis que hablar entre hermanos, yo no pinto nada.

- Bummie.- Ahora me agarra la cara con las manos-. No voy a poder hacerlo si no estás a mi lado.

De verdad creo que va a ponerse a llorar de un momento a otro.

- Minho, esto es muy incómodo, tu hermano acaba de vernos medio-desnudos y no es difícil que relacione que hemos follado, no hay que contarle nada, todo es muy obvio. Me voy a mi casa.

- ¡Minho-yah! - Miseok grita desde el salón-. Si este no es un buen momento, puedo volver en otra ocasión…

- No, no es un buen momento.- Susurro.

- ¡Chtsss! ¡Ya vamos, hyung!

Me suelta, haciendo más fácil la tarea de vestirme, y él busca una camiseta limpia en el armario.

- No puedo creer que esto esté pasando. Me siento como si estuviera haciendo algo ilegal.- Murmuro.

- ¿A qué huele?

- ¿Eh?

Minho observa a su alrededor y parece que está buscando algo, olfateando el aire.

- La habitación. Huele raro.

140

- ¿A sexo? - Expongo la evidencia y Minho se sonroja de nuevo-. ¿Vas a ponerte así cada vez que hablemos de esto?

- Al salón. Ahora.

Abre la puerta.

- Odio que te pongas mandón.- Refunfuño.

- Antes no lo parecía.- Me guiña un ojo y sale de la habitación. Me encantaría hacer lo mismo, pero por la ventana. De nuevo recuerdo que estamos en un segundo piso.

- Están buenas.

Al llegar al salón veo que Minseok se está comiendo una de mis galletas de naranja y chocolate.

- ¿No están demasiado dulces? Siento que me pasé con el azúcar.

- Están perfectas.- Comentan ambos al unísono. Minho coge una galleta y empieza a mordisquearla, mientras me agarra por la cintura-. Amor… ¿qué te parece si preparas algo de té mientras mi hyung y yo hablamos allá? - Me señala el salón (“como si estuviera en una dimensión diferente”, pienso, ya que apenas lo separan 5 metros de la cocina).

Noto que a Minseok no se le ha pasado desapercibida la palabra “amor” con la que Minho me ha llamado. Sobra decir que a mi tampoco.

- ¿Estás seguro de que no quieres que os deje solos? - Susurro-. Esto es incómodo.

- Estoy seguro.- Me da un toquecito en la nariz y sonríe para a continuación invitar a su hermano a sentarse.

Mientras me vuelvo loco intentando encontrar cosas en la cocina de Minho, ellos se dedican a comer mis galletas e intercambiar extraños sonidos de satisfacción, hasta que Minseok empieza a hablar con coherencia.

- Bueno… al menos no te morirás de hambre…

Minho suelta una carcajada y me asusto un poco.

- Kibum cocina muy bien. Soy afortunado.

Ahora es cuando empiezo a pensar que me acabo de convertir en su madre. Mierda.

- Todo ese rollo de hace un momento… - Minseok cruza las piernas en un gesto autoritario-... Eso de llamarle “amor”... y… bueno… lo anterior a eso… - “Cuando estábamos desnudos”, añado mentalmente-... Significa que… ¿esto va en serio?

Sonrío, imaginando la respuesta de Minho.

- Hyung… ya sabes cómo soy… Nunca he tenido pareja y no tengo ni la mejor idea de cómo funciona… pero estamos en un buen punto. Me gusta estar con él y realmente me apetece probar.

Ya no sonrío. ¿Probar? ¿El qué?

- ¿Qué quieres probar? - “Gracias, Minseok”-. ¿A salir con un chico?

- A tener una relación.- Menos mal q empieza a aclararse o juro que le lanzo la tetera a la cabeza.- Es demasiado extraño todo.- Vuelve a reirse, pero es el único que lo hace.

- Nunca creí que te gustaran los chicos.- Por fin el tema tabú sale con naturalidad y mi sangre se congela.

- No es así. No me gustan. Me gusta él.- Me señala y ellos me miran, mientras un montoncito de hojas de té se caen de la cucharilla y acaban esparcidas por la encimera.

- Supongo que el té de frambuesa está bien.- Intento disimular que no he escuchado nada de lo que decían.

- Es perfecto, Bummie, gracias.

- En un momento estará listo.- Enciendo la cocina y espero a que la tetera se caliente.

- ¿Lo saben mamá y papá? ¿Saben que estáis juntos?

- Aún no he tenido tiempo de hablar con ellos.

- Pues díselo cuanto antes. Los rumores de que eres gay han llegado a la prensa y no sería agradable para ellos enterarse por una revista antes que por su propio hijo.

- Lo sé, y lo siento.

- Menos mal que cuando le conté a Jia que Kibum había ido a verme, su sexto sentido funcionó y el shock no ha sido tan grande.- Se levanta del sofá y camina hacia mi. Noto que me tiemblan las piernas. No es bueno-. Pero aunque ella insistió en que había algo más, no quise escucharla. Supongo que no podía creerlo del todo. Aunque yo también sospeché de sus intenciones en un principio.

- No te mentí, hyung.- Expongo, dejando claro de una vez que les estaba escuchando perfectamente-. En ese entonces, Minho y yo sólo éramos vecinos. Amigos.

- Pero eso no era lo que tú querías, ¿verdad?

Me callo antes de que toda mi estrategia de conquista de Choi Minho sea expuesta vergonzosamente.

- Eso no importa.- Minho se acerca también-. Yo tampoco quería que fuésemos amigos.

Esa declaración me impacta a mi más que a su hermano.

141

- Minho, no hace falta que le defiendas.- Prosigue-. Es evidente que jugó bien sus cartas y te convenció de que eras gay.

- ¡Ya te dije que no soy gay!

- Ok, te convenció para que PROBARAS lo que es ser gay.

- ¡No me convenció de nada!

- ¿Quieres decir que lo que he visto cuando he llegado ha sido idea tuya?

- ¡Completamente!

La tetera empieza a emitir el sonido sordo típico que indica que el agua ya hierve y apago rápidamente la cocina, dedicándome a servir el té en las tazas, envuelto en un silencio incómodo.

- ¿O sea que tú le has seducido? ¿No vino él a tu casa y te provocó? Dios, mira cómo se desenvuelve en tu cocina, parece tu mujercita.

- Ya basta.- Termino de repartir el té y acerco cada taza a su destinatario-. Yo no vine a su casa con esas intenciones. Le traje comida y esperé por él porque tenía ganas de verle. Pero al parecer su vuelo se retrasó y me quedé dormido mientras no llegaba.

- Y cuando llegué, después de una semana separados, -me mira-, la peor semana de mi vida…- Vuelve a mirar a su hermano-... No me pude controlar. Fui yo quien se lanzó sobre él y quien se moría de ganas de hacerle el amor.

Escupo el té al escuchar la frase “hacerle el amor” y ellos me miran, incrédulos.

- Quema… quema mucho.- Me excuso, limpiando a mi alrededor todo lo que he escupido.

- No puedo creer que te hayas follado a un chico.- La cara de suma repugnancia de Minseok me provoca un inmenso odio inmediato acompañado de ganas de pegarle una paliza.

- Yo tampoco he asimilado todavía que te tiraras a Yuri en tu despedida de soltero.

Vale, esa revelación supera todas mis expectativas acerca de las poderosas argumentaciones de mi novio.

- ¡Eso no tiene nada que ver! ¡Es una chica!

- ¡Te la tiraste 2 semanas antes de casarte con Jia! ¿Eso te parece menos censurable que lo mío?

- Yo… yo sigo teniendo claras mis inclinaciones.

- Yo nunca he tenido inclinaciones.- Parece que se crece por momentos-. Me he pasado toda mi vida estudiando y entrenando, convirtiéndome en el jugador perfecto, en el héroe de la nación que papá quería que fuera y ni una sola vez dejó que eligiera lo que quería para mi vida. ¡Hasta decidió mi carrera en la universidad!

- ¿Fuiste a la universidad? - Interrumpo. Eso me ha sorprendido.

- Madre mía, es tu novio y ni siquiera sabe eso.

- ¡Sabe lo importante!

- Apuesto a que sí. Seguro que sabe mejor que nadie lo que te gusta, ya que tendrá un master en mamadas.

- ¿Es que quieres que te la chupe a ti? - Exploto, haciendo que los dos me miren, estupefactos-. Porque me parece que vas a tener que pedírselo a tu esposa, yo no se la chupo a gilipollas.

Dejo el delantal sobre la mesa y cojo mi mochila, junto a la entrada.

- Amor, no te vayas… él no lo decía en serio…- Minho me persigue hasta la puerta.

- Lo siento, Minho, no puedo soportar más estupideces. No quiero acabar diciendo cosas que no debería.

Como si lo que acabo de decir fuera muy políticamente correcto.

- Le pediré que se disculpe contigo.

- Déjalo, no hace falta. Sólo hablad tranquilamente. Yo no quiero estar aquí ahora mismo.- Le beso con un poco más de deleite del necesario y me voy, dejando a Minho en la estacada justo cuando prometí que no lo haría. Pero necesitaba hacerlo o terminaría moliendo a golpes a mi propio cuñado y no creo que sea la mejor forma de entrar en la familia.

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- Eso es a lo que yo llamo “una salida del armario por la puerta grande”.- Se ríe Onew, recostándose en el banco.- Ese Choi Minho es una máquina.

- Su hyung ha debido de quedar muy impresionado.- Opina Taemin, visiblemente preocupado.

- No sé si le impresionó más vernos desnudos o que su hermano le lleve la contraria por primera vez en la vida.- Analizo-. Pero os juro que me dieron ganas de matarle. Y Minho no perdió la compostura, sólo dijo lo que pensaba, eso sí que fue algo nuevo.

- De verdad le importas, hyung…

- Eso parece.

- O quedó demasiado aturdido por el sexo.- Miramos a Onew, que sigue riéndose, ahora medio-atragantándose con el café-. ¿Le hiciste aquello?

- No tuve tiempo. Prácticamente se abalanzó sobre mi.

- Puta máquina.

- ¿Qué es “aquello”? - Pregunta Taemin, curioso.

- Nada, sólo algo que solemos hacer con nuestros novios la primera vez que nos acostamos con ellos.

- “Solemos”, dice. Es parte del rito de paso para asegurarnos de que realmente son nuestros novios.

- ¿Tenéis un rito sexual de paso y no me lo habéis contado? - Vuelve a curiosear Taemin, ahora algo enfadado.

- Hay tantas cosas que no te hemos contado…

- ¡Pues vaya mierda! Yo quiero saber qué es “aquello”.

- No creo que necesites saberlo todavía. Llevas muy poco tiempo con Jjong.

- Pero no es justo, siempre me ocultáis cosas.

- Lo hacemos por tu bien.- Me respalda Onew, llamando a Luna para que nos tome nota de nuestro pedido-. Para que no metas la pata irremediablemente.

- Jonghyun-hyung y yo tenemos una relación sincera y auténtica. No creo que me vaya a abandonar si le hago “aquello”.

- Oh no, te lo aseguro.- Me río, provocando que ambos me miren-. Qué.

- Hyung, ¡no me digas que le hiciste “aquello” a Jonghyun!

- Puede que un par de veces.

- ¿Q…? ¡Ah! - Se cruza de brazos y respira fuerte, buscando las palabras adecuadas.

- No me jodas, Key.- Onew mantiene sus ojos abiertos como platos, incrédulo-. Pensé que sólo lo hacíamos cuando creíamos que algo podía ser serio.

- Bueno, en un principio pensé que podríamos llegar a algo serio y… probé.

- ¿Y qué? - Levanto el pulgar y hago una extraña mueca de satisfacción-. Ah… maldito…- Se ríe, golpeando la mesa.

- ¡No puede ser que le hayas hecho “aquello” a mi novio! - Taemin empieza a levantar el volumen y yo empiezo a preocuparme.

- Lo dices como si se lo hubiera hecho ahora. Fue hace mucho.

- ¡Pero se lo hiciste!

- ¿Y le gustó? - Insiste Onew, aunque la verdad es que hace rato que quiero abandonar esa conversación, por el bien de nuestro dongsaeng.

- Bastante. Tiempo después lo repetimos. Jonghyun es realmente abierto en cuestiones sexuales-. Vale, quizá no debería haber dado tanta información porque la cara de Taemin cada vez da más miedo-. Y él nunca se quejó de nada.

- Está bien.- Taemin se levanta de la mesa, rojo de cólera-. Quiero que me digáis de una vez por todas qué es “aquello” y por qué a mi novio le gusta tanto, ya que me imagino que yo no lo he hecho con él.

- No estás preparado para hacer “aquello”.- Onew le acaricia una mano para que se tranquilice-. Aún no.

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- Puede que incluso a Jjong le parezca raro, viniendo de ti.

- ¡No me importa! ¡Quiero hacerle “aquello”!

Onew y yo nos miramos, estupefactos.

- Pero si no sabes lo que es.

- ¡Pues se lo quiero hacer! ¡Y si no me lo explicáis, le llamaré y le exigiré que me lo cuente!

- Eso será muy vergonzoso.

- ¡Entonces explicadme de una vez por todas qué es “aquello” y por qué se lo hacéis a vuestros novios!

- Ok, te lo diremos.- Le agarro de las muñecas, obligándole a sentarse-. Pero por favor deja de chillar, todo el mundo nos está mirando.

A nuestro alrededor, un montón de ojos acusadores y una Luna sonriente con la bandeja llena de capuccinos y pasteles, parada a nuestro lado.

- Hasta yo sé lo que es “aquello”.- Se ríe, lo que provoca que Taemin patalee enfurecido.

Onew explica con todo lujo de detalles de qué se trata “aquello” mientras Taemin atiende con los ojos y la boca muy abiertos y Luna acaba ayudando en los detalles gráficos (incluso hace un dibujito en una servilleta para que Taemin lo entienda a la perfección).

- Mi… ¿Minho-hyung dejó… que le hicieras eso?

- Aún no he hecho “aquello” con Minho.

- No es fácil que se dejen hacer “aquello”.

- La mejor manera de hacer “aquello” - Luna se sienta al lado de Onew, bajando el volumen- es que ellos no se lo esperen. Es más emocionante.

- ¿Tú también lo has hecho?

- Claro.- Se cruza de brazos, orgullosa.

- No entiendo cómo aún no nos hemos acostado.- Onew le coloca a Luna un brazo sobre los hombros.

- A mi me parece muy evidente. Porque yo no tengo pene.

Reímos y Taemin sigue sin pronunciar ni un sólo sonido después de la revelación. Apuesto a que en este preciso instante su jerarquía de prioridades sexuales acaba de desmoronarse.

Luna vuelve a su trabajo (tras una palmada en su trasero por parte de Onew) y retomamos nuestra conversación inicial.

- O sea que… ahora Minho está cabreado contigo.

- No, lo está con su hermano. Después de la discusión, vino a disculparse conmigo.

- ¿En serio?

- Sip.

- Wow.

- Y volvimos a follar.

- Maldito seas. Le tienes comiendo en tu mano.

- Absolutamente.

*Flashback

Salgo del apartamento de Minho tan frustrado y enfadado que en lugar de volver a mi piso y ponerme a revolver el armario o la nevera, cojo a Jean-Paul, le ato la correa y me lo llevo a pasear.

- ¿Te lo puedes creer? - Me detengo, haciendo que el gato se detenga también-. El muy capullo debe de pensar que me tiro a todo lo que se me pone por delante.- Jean-Paul se lame las patitas delanteras, ignorando mi gran momento dramático-. ¡Soy muy selectivo! - Me mira con una expresión de desprecio muy evidente-. Bueno, a lo mejor no tanto, ¡pero sí lo bastante!- Ahora mira al final de la calle, como esperando a que retomemos el paseo-. Y aunque no lo fuera, ¡él no tiene nada que ver en esto! ¡Esto es sobre Minho y yo! ¡Él no tiene nada que ver! - Empieza a caminar y yo le sigo, dando la impresión (o más bien, evidenciando) que Jean-Paul es quien me está paseando a mi-. ¡Estoy tan furioso que le golpearía! - Ahora olisquea restos de comida de un envase de comida rápida abandonado cerca de una papelera-. Eso no se come, está malo.- Doy un tirón a la correa y se queja con un ligero maullido-. Cuando volvamos a casa, te prepararé comida de verdad.

Parece que comprende algo de eso y abandona el “tesoro” para seguir caminando en línea recta, de un modo pomposo y elegante, algo realmente nuevo en él. ¿Es que se guarda su buenas formas para cuando sale al exterior? Dios mío, en realidad somos iguales, tenía razón Onew.

Después de un breve paseo que nos refresca un poco la mente (al menos a mi) volvemos a casa y me desplomo en el sofá mientras Jean-Paul se relame comiendo. Vaya, sí que tenía hambre. Yo jugueteo con la correa entre mis dedos mientras pienso en si debería o no enviarle un mensaje a Minho. Está tan silencioso arriba…

“Lo sé, hablo demasiado. Entiendo que me odies y yo mismo me odio bastante ahora mismo. Yo también quiero matarme, tranquilo, es un sentimiendo común”. Lo tecleo rápidamente y lo envío sin releer o acabaré arrepintiéndome.

Un par de minutos más tarde, sin respuesta todavía, pero tras notificación de lectura (lo cual me molesta considerablemente) Minho llama a mi puerta y su sonrisa brillante relaja toda la tensión de mis músculos. Tanto, que podría desmayarme.

- No tienes que disculparte.- Cierra la puerta-. En todo caso, yo debería disculparme en nombre de mi hyung.- Me rodea la cintura con sus brazos-. Perdona por todas esas cosas estúpidas que dijo.

144

- Minho, no debí decirle eso sobre chupársela, lo siento.- Me acurruco en su cuello mientras noto que su pecho vibra antes de empezar a reirse.

- Fue muy osado.

- Soy idiota.

- No lo eres. Aunque sí que eres un poco bocazas.

- Mucho.

- Pero aún así te quiero.

- Minho.- Me separo un poco para mirarle a los ojos-. No digas eso si no lo piensas de verdad.

- ¿Eh? ¿El qué?

- Últimamente dices mucho “te quiero” y voy a empezar a creérmelo y después no habrá marcha atrás.

- ¿De qué hablas?

- Cuando estabas en Japón lo dijiste, ahora otra vez… Si me lo dices una vez más, voy a creer que lo sientes de verdad y entonces te ataré a mi lado para siempre.

- Creo que estás exagerando, sólo son palabras.

- No son palabras sin sentido.

- Claro que no, pero tampoco es un acta matrimonial.

Ok, creo que el único que se las toma en serio aquí soy yo.

- ¿Entonces…?

- Te quiero.- Me abraza de nuevo, estrujándome contra su cuerpo-. No te separes de mi.

Escucho que me cruje la espalda.

- Minho… me estás haciendo daño.- Afloja su abrazo y nos besamos lentamente mientras me sujeta la barbilla con suavidad-. ¿Te quedas a dormir?

- ¿Quieres que me quede?

Asiento.

- Mi cama es grande.

Me acaricia el pelo.

- No he traído pijama.

- Nadie necesita pijama.

Me subo a él, rodeándole con mis piernas, señalando el dormitorio.

- Miauuuuuu...

Ambos nos quedamos quietos al ver a Jean-Paul maullando fuertemente delante de la puerta de mi cuarto.

- ¿Nos está prohibiendo follar? - Minho me mira, temeroso.

- Ah, ¿ahora ya no es “hacer el amor”?

Se ríe.

- No sé por qué dije eso. Me salió sin más.

- Es tan cursi.

- Lo sé.

- Jean-Paul, déjanos pasar.- El gato se acuesta en el mismo lugar, bloqueando el acceso. Vuelvo al suelo y le cojo en brazos.- Hoy tienes que dormir en el salón, ¿de acuerdo?

Parece que lo entiende porque se revuelve y salta hacia el centro del salón, corriendo hasta Minho, que le mira absolutamente extrañado.

- ¿Por qué hace esto?

- Creo que quiere que le hagas mimitos.

- ¿Qué?

145

Jean-Paul ronronea acariciándole la pierna con la mejilla, y Minho lo toma en brazos en un gesto dulce y protector.

- Le encantas.- Les miro enternecido.

- ¿No vas a dejarme dormir con mamá? - Le pregunta, mientras mi gato se acurruca en sus brazos para dormir-. Realmente me apetece dormir con mamá.

- ¿Yo soy mamá? - Me señalo.

- Claro. Y yo papá.

- Minho, no soy una mujer. - Enmarco entre mis manos el evidente bulto de mis pantalones-. Para nada.

- Sabes cocinar.

- Qué machista.

- Y tenías a Jean-Paul antes de que yo llegara.

- ¿Quieres decir que soy una “madre soltera”?

- Más o menos. Y yo llegué para protegeros.

- Interesante.

Jean-Paul se está quedando dormido ante mi atónita atención.

- Le gusto.

De repente, todo cobra sentido.

- ¡Maldito gato cabrón!

El gato abre los ojos al escucharme, y Minho me mira, sorprendido.

- ¿Qué pasa?

- Pensaba que Jean-Paul estaba celoso por verme contigo pero no es eso, ¡él te quiere solo para él!

- ¿Qué dices?

- Mírale.- Ambos le miramos mientras él se acurruca todavía más en su pecho-. Está colado por ti.

- ¿Estás celoso de tu gato?

- Me voy a volver loco.- Camino hasta mi cuarto-. Si no le sueltas en un minuto, tendrás que dormir con él.- Cierro la puerta y me acuesto. ¡Será posible!

Tras un poco más de un minuto (imagino que costó mucho que Jean-Paul dejara de seguirle) Minho entra en la habitación, cerrando la puerta tras él. Todavía escuchamos los leves maullidos al otro lado.

- No le ha gustado que le dejáramos solo.

- Que se acostumbre.- Minho se acuesta a mi lado, abrazándome-. Mamá y papá necesitan su intimidad.

- Los bebés no entienden eso.

- No es un bebé, es un gato adulto.

- Los padres siempre ven a sus hijos como si fueran bebés.

Me río y me giro para quedar cara a cara.

- Sabes mucho al respecto, ¿no?

- Soy un padre novato, tengo que hacerlo bien.

- Dime, ¿cómo le convenciste para que te dejara en paz?

- Tuve una seria conversación con él y le expliqué que necesitaba estar a solas con mamá porque me moría de ganas de hacerle el amor.

- Dios, Minho, deja de decir eso, suena extrañamente sexy y... cursi.

- Jean-Paul no entiende todavía la diferencia entre “hacer el amor” y “follar”. Todavía es pequeño para explicárselo.

- ¿Tú lo entiendes? - Asiente, sonriente-. ¿Y qué vamos a hacer ahora?

- Follar.

Empiezo a reirme pero Minho me inmoviliza colocándose sobre mi y empezando a besar mi cuello con ganas.

146

- Minho…

- ¿M?

- Siento mucho lo de antes, en serio. Era tu hermano y debí mostrarle un poco más de respeto.

- Tranquilo.- Me acaricia una mejilla-. Es raro para él. Pero es normal, también es raro para mi.- Me besa-. Todo el mundo lo aceptará, ya lo verás.

No puedo evitar enternecerme con la ingenuidad de mi novio, al mismo tiempo que deseo con todas mis ganas que sus palabras se conviertan en realidad. Pero mucho me temo que las cosas no son tan fáciles.

*End flashback

- Entonces… - Onew da un sorbo a su café-... ¿al final le hiciste "aquello" o no?

147

Mientras mi relación con Minho avanza a pasos agigantados (ya se ha quedado a dormir en mi casa 2 noches seguidas) mi vida profesional está atravesando un momento un tanto caótico. Reconozco que he estado un tanto distraído debido a mi emoción por mi creciente noviazgo, pero no soy tan inepto como para echarle toda la culpa del apocalipsis que reina en mi escritorio justo en este momento.

- Parece que Choi ha hecho un buen trabajo.

No sé si ya son alucinaciones mías o realmente Jaejoong acaba de nombrarle.

- ¿Cómo?

- Desde que Choi Minho es imagen de nuestra marca, las ventas han subido un 250%.

- Wow. Sí que es famoso.

- No hay un sólo coreano vivo que no le conozca.- Se sienta frente a mi mesa-. Lo que no puedo entender es que seáis amigos.

Sulli no puede evitar que se le escape una risita y la observamos atentamente, aunque con diferentes expresiones.

- Minho es encantador.- Explica, ya un poco más seria al entender mi mirada desaprobatoria-. Es normal que todo el mundo sea su amigo.

- Salíais juntos, ¿no? Aunque él lo negó delante de todo el mundo.

Jaejoong tiene el don de dar siempre donde más duele.

- Sólo fue una cita de amigos. Nunca hubo más intenciones por su parte.

- ¿Por su parte? - Se burla-. ¿Quieres decir que él sí te gustaba a ti?

- ¿Quién puede no adorarle? - Trae unos cuantos portafolios y se apoya en la mesa-. Pero qué vamos a hacer, yo no soy su tipo.

- A ver si va a ser verdad que es gay…

Carraspeo ligeramente y muevo papeles sin sentido.

- Vamos a dejar el cuchicheo de ahjummas, ¿sí? ¿Qué pasa con la campaña? ¿Deberíamos grabar un spot?

- Seungho está negociando eso con el director.

- No sé si Choi aceptaría eso. No le gustan las cámaras.

- Bueno, podrías convencerle de nuevo.- Me sonríe cómplice y se levanta-. Voy a preparar los gráficos de ventas para el jefe. Piensa en lo que hemos hablado y dime algo al final del día.

- Ya dije que no aceptará.

- Inténtalo. He oído que Men’s Health está intentando ficharle para la portada del mes que viene. Si ellos pueden, nosotros también.

Bufo pero no se da por satisfecho y exclama un “fighting” antes de salir de mi despacho y de nuevo me siento entre la espada y la pared. Sé que Minho no aceptará y me siento fatal por tener que pedirle algo como esto otra vez.

- A lo mejor te sorprende.- Sulli levanta sus cejas-. Seguro que encuentras el modo de convencerle.

- Va a acabar odiándome.- Me derrumbo sobre mis brazos, sobre el escritorio-. O pensará que le utilizo. Y en realidad yo también siento que lo hago.

- Si le explicas todo correctamente, lo entenderá, ¿no?

- ¿Por qué no se lo pides tú?

Siempre he pensado que Sulli es mejor que yo en diplomacia.

- Mi ego aún está algo herido por su rechazo, no creo que sea una buena idea.

- Oh… cierto… Disculpa…

Perfecto. Soy un imbécil.

- Pero seguro que tú tienes armas efectivas. Y él no podrá resistirse.

148

Boqueo sin poder decir ni una sola palabra mientras Sulli mueve documentos de aquí a allá. ¿Soy tan evidente?

- Lo eres.- Afirma Onew-. Siempre pones esa cara.

- ¿Qué cara?

- ¡Esa! - Me señala con el dedo pero sigo sin entender a qué se refiere-. ¿A que sí?

Taemin sale de la tienda, justo acaba de finalizar su turno y le venimos a buscar para cenar juntos.

- ¿De qué habláis?

- ¿A que es muy evidente cuando Key ha follado?

- Mucho.- Se ríe, tapándose la boca con una mano para contenerse un poco, pero no le hace menos capullo.

- Sois unos exagerados.

- En absoluto. Se te queda esa expresión boba… como si estuvieras fumado… ¡Dios, es como si lo llevaras escrito en la frente!

Me paro a observarme en un escaparate y me doy cuenta de que Onew no miente. Realmente mi piel brilla y no puedo borrar esa sonrisa estúpida de mi cara.

- Por cierto, hyung… - Taemin estira su mano hacia él-... creo que me debes dinero.

- ¿Eh?

- He ganado la apuesta. Otra vez.

Les miro, un poco desconcertado.

- Maldito niño.- Rebusca en su cartera y le extiende un billete.

- ¿Qué coño habéis apostado esta vez?

- Yo dije que te acostarías con Minho en cuanto volviera de Japón.

- Y yo que antes de follarías a Namu.

- ¿Que... qué? - Le pego con fuerza-. ¿Pensaste que engañaría a Minho?

- Cariño… - me agarra por los hombros-... todavía recuerdo la noche en Calígula hace 2 años…

- ¡Estaba soltero!

- ¡Me dejásteis sin condones!

- ¿Pero qué coño hacéis cuando yo no salgo con vosotros? - Pregunta Taemin, alucinando.

- ¡Eras menor! - Nos defendemos.

Pov Onew

Si mi relación con Joon era bastante extraña ya antes de habernos acostado, después de aquella noche todo se ha complicado todavía más.

Luhan me ha enviado varios mensajes exigiéndome explicaciones (como si eso tuviera algún sentido) y tuve que aceptar tomar un café con él para que entendiera las cosas. Obviamente, se cabreó mucho cuando le conté que llevaba años enamorado de su hermano y juró que no me volvería a hablar en la vida. Si ya todo eso me parece bastante terrible, la idea de no poder contárselo a mis mejores amigos (porque sé que me dirán “te lo advertí” y seré crucificado como el “pederasta que se folló al hermano pequeño del chico que le gusta”) es más terrible todavía.

Y por si todo esto fuera poco, en la oficina han empezado a surgir estúpidos rumores que no tengo ni idea de dónde se han originado.

- Lee, ¿cómo va el programa de la agencia de viajes? - Uno de los jefes del Departamento Comercial llega hasta mi mesa y se apoya en mi hombro, en un extraño gesto de afecto hasta ahora nuevo entre nosotros.

- Mi parte ya está. Ahora Joon está compilando.

- ¿Sabes si le falta mucho para acabar?

- Ni idea, eso lo lleva él.

- Necesitaría tenerlo para esta tarde.

- Pues díselo.

- ¿No podrías decírselo tú? Yo no soy su jefe.

- Ni yo tampoco. Ni siquiera trabajamos en el mismo departamento.

- Ya lo sé, pero como salís juntos y eso…

149

Esa ha sido la primera muestra de que los rumores son algo más que eso. Me he quedado sin palabras y él ni siquiera me ha dado tiempo a responder. Se va, dando por hecho que haré lo que me ha pedido, y permanezco en un estado de shock durante algunos minutos, hasta que opto por moverme.

- Joon, ¿tienes un momento?

Levanta la cabeza de su ordenador.

- Claro.

Me sigue hasta la máquina del café, mientras alguien que no puedo identificar tararea la marcha nupcial. Les mataría a todos.

- ¿Qué cojones pasa en esta oficina?

Selecciono mi bebida, apretando con fuerza los botones.

- ¿Por qué lo dices?

- Porque empiezo a estar harto de que todo el mundo piense que estamos saliendo o algo.

- ¿Piensan eso?

Mi bebida está lista y Joon selecciona la suya.

- Hasta Park, de Comercial, lo da por hecho como si fuera una evidencia.

Me quemo al dar el primer sorbo a mi café, pero estoy tan furioso que no puedo ni esperar a que se enfríe.

- Actúas como si eso fuera un rumor absurdo y aberrante.

Recoge su bebida y sopla con cuidado para que la espuma del capuccino no se deshaga.

- Bueno, no, claro que no es aberrante. Pero sí absurdo. Ni siquiera nos han visto juntos fuera de aquí.

- Supongo que las marcas nos han delatado.- Sonríe tímidamente, empezando a beber su café.

Y sólo entonces me fijo en su cuello, en el poco de piel expuesta entre él y sus hombros, y en los ligeros moretones que adornan el camino.

- Mierda.- Hace días que intento ocultar mis marcas con maquillaje pero no da mucho resultado.

- Por suerte no me han visto el culo.- Me susurra, haciendo que al momento desee comprobar el estado de su culo (sólo por curiosidad, claro).- Ni la espalda.

- ¿También?

- Han pasado ya muchos días y las marcas no se van con nada.- Se ríe, quitándole importancia, mientras yo sólo me quiero morir.- Empiezo a pensar que me las he tatuado.

- Lo siento, Joonie.

- Tranquilo, es divertido.- Me quita el café de las manos-. Así el recuerdo permanecerá durante más tiempo. ¿Puedo? - Asiento, algo atónito, y él bebe un sorbo de mi café-. Tiene mucho azúcar. Ten cuidado con eso.- Ni que yo alguna vez tuviera cuidado con algo-. ¿Tomamos una cerveza después?

- Una…

- Si no tienes planes con tus amigos, claro.

- No, no tengo.

Rápidamente empiezo a idear una excusa para faltar a mi cita con esos dos drama queens, que esa misma mañana habían organizado un evento (sólo para nosotros tres) para poner en común lo trágicas que son sus relaciones amorosas.

- Entonces nos vemos a la salida.

- Joon.- Por fin mi cerebro empieza a funcionar con algo de claridad-. ¿Todo esto…?... lo nuestro… ¿tiene sentido? - Parpadea con rapidez, como si intentara entender mis palabras.- Quiero decir…- me acerco a él para no tener que hablar más alto y confirmar por mi mismo los rumores que pululan por la empresa-... nos acostamos y, aunque no recuerdo nada, es obvio que eso ha cambiado un poco nuestra relación.- Agacha un poco su cabeza, avergonzado-. Pero no veo por qué no podemos seguir siendo…

- ¿Amigos?

Sólo cuando él lo dice, me doy cuenta de lo estúpido que estoy sonando justo ahora, intentando retomar una amistad que nunca deseé con él. Años queriendo abandonar la “brotherzone” y yo mismo acabo de colocarme de nuevo en ella.

End Pov Onew

150

No sé por qué cuando tengo la sensación de que las cosas marchan bien, siempre pasa algo que me devuelve a la realidad. Exceso de trabajo, una enfermedad con fiebre alta o, como ha pasado esta semana, una llamada de mi madre. Cuando mi madre me llama suele ser porque ya es vergonzoso el tiempo que ha pasado desde la última vez que nos vimos. Y se monta el drama. Porque por si alguien tenía dudas de quién me heredó mis genes dramáticos, no hay duda, fue ella.

Finalmente, tras aguantar la bronca y las amenazas, decido ir a su casa a tomar el té y ponerle un poco al día de mi vida.

- ¿Has engordado? - Es lo primero que siempre dice al abrir la puerta-. Seguro que no te estás alimentando correctamente.

- Como bien, mamá.- Le doy un beso y avanzo hasta el salón mientras también critica mi color de pelo, mi peinado, mi atuendo y mis modales-. Hola papá.

Mi padre siempre ha sido mucho más relajado en cuanto a las formalidades y me encierra en un abrazo protector, mientras susurra :

- Estoy seguro de que sigues llevando el pelo rubio sólo para molestarla.

Niego con la cabeza.

- Me gusta. Y creo que me sienta bien.

- Te sienta bien.- Se separa y me lo acaricia-. Porque eres tú.

Me da unas palmadas en la espalda y nos sentamos en el sofá mientras esperamos a que mamá traiga el té.

- ¿Cómo van las cosas en el banco?

- Mucho trabajo, como siempre. ¿Te ha dado algún problema el piso? Aún puedes renegociar términos con el antiguo propietario.

- Tranquilo, el piso es genial. Me gusta mucho el edificio y la zona. No puedo estar más contento.

- Eso es bueno.

- También he oído que la colección de primavera se está vendiendo muy bien.- Mi madre sólo tiene elogios para mi cuando se trata de mi trabajo. Sobra decir que es porque le encantan los trapitos.

- Así es. Todo me va muy bien.

- Estamos muy orgullosos de ti.- Afirma mi padre, antes de probar el pastel.

- Y yo muy agradecido con vosotros. Sin vuestro apoyo y todo lo que habéis hecho siempre por mi, no habría llegado tan lejos.

- No es cierto. Has nacido para triunfar.- Hasta papá se sorprende de ese cumplido, y me decido a llenar mi boca de pastel para que no se note tanto mi estado de confusión-. ¿Estás viendo a alguien?

Ahí está. Todo el motivo de su amabilidad reducido al cotilleo habitual sobre mi vida amorosa.

- Yeobo…

- Sí, salgo con alguien.

- Omo, dime su nombre. ¡Espera! - Se levanta y abre un cajón de la mesita del teléfono y vuelve con una libretita y un bolígrafo-. Deletrea con cuidado, no quiero equivocarme.

- ¿En serio estás con alguien?

- Ahá. Y es genial.

- ¿Es un Kim?

- Mamá, - le quito la libreta de las manos-, no hace falta que escribas su nombre, le conoces.

- Omo! ¿Es un antiguo compañero del colegio? ¿Lee Jinki? Sabía que ese chico tenía segundas intenciones contigo desde primaria.

- Mamá, Onew y yo somos como hermanos, no vuelvas a mencionar esa estupidez.

- ¿Entonces? Al menos quiero saber quiénes son sus padres.

- Mamá. Es Choi Minho. El capitán de la selección nacional de fútbol.

151

- ¿Quién?

Mientras mi madre demuestra que mis genes de amor al deporte también los heredé de ella, mi padre suelta su taza en la mesa, haciendo más ruido del que supongo que se proponía.

- ¿Choi?

- Sí.

- ¿El hijo del entrenador Choi?

- Ese mismo.

- ¿El héroe de la nación? - Asiento.

- ¿Qué héroe? ¿de qué habláis?

- Minho es un ídolo en Corea, mamá. Todo el mundo quiere ser como él.

- Ya veo.- Se queda pensativa durante un instante-. ¿Tienes alguna foto suya?

- Claro.

Pero desgraciadamente, en mi galería de fotos sólo tengo una foto de Minho, y no es precisamente el tipo de foto que le enseñarías a tus padres. Me la envió cuando estaba en Japón y la he utilizado en varias ocasiones por… motivos evidentes.

- A ver…

Ella ya se ha sentado a mi lado para curiosear y no tengo tiempo de apagar el móvil, de modo que amplío la foto para que al menos pueda vérsele la cara.

- No tengo fotos aquí, ya te enviaré alguna.

- Enséñame esa.- Por suerte no domina el mundo de la tecnología y no logra ver mucho ya que la foto es bastante oscura y sólo se aprecia su blanca sonrisa y algunos rasgos de su cara.- Parece guapo, aunque no se ve mucho.

- Es muy guapo.- Sonrío, orgulloso.

- Aquí se le ve mejor.

Entonces mi padre nos alcanza un periódico y estoy a punto de morir de un infarto cuando veo el titular : “Choi Minho y Key, ¿pareja oficial?”.

- ¡Oh, Dios mío! - Me levanto, apretando el periódico entre mis manos sin dejar de mirar la foto de portada en la que salimos Minho y yo paseando, imagino que el día en que sacamos a Jean-Paul a la calle por primera vez porque nunca más hemos vuelto a salir juntos.

- Sí que es guapo. Y muy alto.

- ¡Dios mío, Minho se va a morir cuando vea esto!

- ¿Qué pasa? - Pregunta papá-. ¿Es que tenéis una relación clandestina?

- ¿Eh?

- Por tu reacción diría que no es algo público, ¿estáis saliendo en secreto?

Me siento de nuevo, y por primera vez empiezo a asumir que quizá lo mío con Minho es más real en mi mente que fuera de ella.

- En secreto… no… Pero… aún no lo sabe… mucha gente.

- Deberíais cuidaros de la prensa. Esto puede arruinar su carrera.

Eso era justo el tipo de presión que no necesitaba en este momento.

Llego al apartamento de Minho con toda la rapidez de la que soy capaz en un día laboral en hora punta porque no quiero ni imaginar lo que estará pasando por su cabeza si ya se ha enterado de las noticias, pero me abre la puerta con una sonrisa enorme y una revista en las manos.

- Oh no…

- ¿No crees que salgo genial?

Delante de mis ojos, la Men’s Health del mes que viene, en exclusiva, para mi, con un “Choi Minho, el héroe de la nación” gigante y sus abdominales en primer plano con una chaqueta de mi colección.

- ¿Por qué estás en la portada?

- Porque me pareció una buena idea.- Me rodea con un brazo, abriendo la revista y enseñándome el póster central, una fotografía hecha en los vestuarios del campo de fútbol, él con el uniforme de la selección completamente… mojado…

- Madre mía…

- Así ya no tendrás que usar a tíos anónimos en tus fantasías.- Se ríe.

- ¿Qué?

152

- No creerás que alguna vez me tragué eso de que comprabas la revista por los artículos de nutrición o vida sana, ¿no?

Claro que no.

Su teléfono suena y va a atenderlo mientras recuerdo el motivo que me trajo aquí y saco el periódico de mi bolsa, mientras veo que su expresión cambia completamente.

- Minho…- Susurro, porque no sé por qué pero todo esto me está dando muy mal rollo.

- Espera, ¿dónde dices que lo han publicado, hyung? - Le pongo el periódico delante de su cara y se queda blanco-. Ok, luego hablamos.

Cuelga y acerca la fotografía a sus ojos para observarla con detenimiento.

- Me acabo de enterar. Lo siento mucho.

- No vamos caminando de la mano, ¿no?

- No, sólo paseábamos a Jean-Paul.

- No hay imágenes de besos ni abrazos ni nada.- Sigue rebuscando en el interior de la publicación.

- No, sólo eso.

- Bien, esto no prueba nada.

No puedo evitar sorprenderme por esta repentina actitud cautelosa por su parte.

- Puede ser un buen momento para salir.

- ¿A dónde?

- Quiero decir, que ya que nos han pillado, podríamos simplemente admitir que estamos juntos y que la tormenta pase cuanto antes.

- Yo no puedo hacer algo como eso ahora.- Se ríe de un modo extraño, casi con ironía-. Con el mundial a la vuelta de la esquina, no puedo arriesgarme a que me dejen al margen de la selección por un escándalo.

- ¿Qué escándalo? Sólo somos nosotros.

- Somos nosotros, dos hombres, teniendo sexo, y eso no es lo que la gente quiere ver.

- Nadie tiene por qué saber que tenemos sexo.

- Todo el mundo sabrá que tenemos sexo si estamos juntos.

- Hace unos días dijiste que no tenías miedo.

- Hace unos días no era la portada de “Dispatch”.

- Pero…

El teléfono suena de nuevo.

- Genial, ahora son mis padres.

- Mis padres ya lo saben.

- ¿Se lo has dicho?

- No tengo nada que ocultar.

- Genial.- Resopla, mientras el teléfono sigue sonando y camina nervioso por todo el apartamento.

- ¿Es que también vas a negar esto?

Le muestro el anillo de mi dedo anular.

*Flashback

- Has debido de echarme mucho de menos porque no has vuelto a preguntar sobre tus regalitos.

- ¡Oh, se me había olvidado! - Me siento en la cama y acuno mis manos-. Dámelos.

- ¿Crees que te los mereces?

- He sido un buen chico.

- No lo dudo.- Abre la maleta, todavía sin deshacer y saca una pequeña caja negra. Vuelve a la cama y me la pone en las manos.

- Me encantan las cajas pequeñas.- “Porque siempre contienen joyas”.

153

Cuando la abro, me quedo inmóvil al descubrir un fino anillo plateado con unas piedras rosas incrustadas en el centro. Es hermoso, pero ni siquiera eso sale de mi boca, estoy demasiado impresionado.

- No te pongas nervioso, no te estoy pidiendo matrimonio.- Se burla.

- Menos mal.- Suspiro.

- Sólo quiero que lo lleves. Y que pienses en mi cada vez que lo mires.

*End flashback

154

Sopeso la situación y en seguida llego a la conclusión de que no es muy favorable. En primer lugar, no parece que Minho esté dispuesto a admitir públicamente que estamos juntos (lo cual no deja de sorprenderme si tenemos en cuenta lo valiente que me pareció la forma en la que se lo contó a su hermano). En segundo lugar, yo nunca he tenido una relación clandestina, ni siquiera cuando estaba con Jonghyun, porque salíamos a menudo con mis amigos y no nos escondíamos de nadie (y eso que él estaba a punto de casarse). Y en tercer lugar, pero no menos doloroso, ni siquiera puedo discutirlo con Minho porque no está dispuesto a ceder ni siquiera un poquito, y yo no creo que haya que tomárselo tan a la tremenda.

Sigo tirado en la cama y llamo a Onew, que en seguida responde.

- Madre mía, tiene que ser muy grave para que me estés llamando.

- ¿Eh?

- Normalmente hacemos videoconferencia con Taeminie. Que me llames significa que o has llorado y no quieres que te vea la cara o estás muy cabreado como para aguantar mis chistes.

- Ambos.

- Joder, ¿qué ha pasado?

- Minho ha pasado.

- ¿Es por las fotos?

- ¿Las has visto?

- No creo que haya alguien que no las haya visto.

- Claro.

Juego con el cordón del pantalón del pijama, totalmente abatido. Jamás me había sentido tan impotente como en estos momentos.

- No es tan terrible. El que os haya pillado la prensa en realidad os ahorra tener que contarlo.

- Ese es el problema, que Minho no quiere que nadie lo sepa.

- Anda ya, ni que pudiérais evitar algo así. No vivís en una cueva subterránea.

- Creo que empieza a tener dudas.

- ¿Te lo ha dicho?

- No, pero no hace falta que lo haga.

- No deberías apresurarte sacando conclusiones, sueles hacerlo.

- Intento no hacerlo, pero es muy difícil. No tienes ni idea de lo que me costó contárselo a mis padres sabiendo que él no se lo ha contado a los suyos. Y lo bueno es que mi padre ya lo sabía.

- No jodas.

- Vio las fotos antes que yo.

- Pues lo más inteligente en un caso como este es simplemente admitir que estáis juntos y listo.

- Minho no puede hacer eso porque se arriesga a que le dejen al margen de la selección.

- ¿Lo harían?

- Por supuesto. Imagina que les cuentan a todos esos chicos que su capitán es gay, ¿quién querría cambiarse con él en el vestuario? Apuesto a que hasta las celebraciones de los goles cambiarían.

- Quieres decir, que dejarían de darse cachetes en el culo.

- Nadie le auparía ni querría ni siquiera un abrazo suyo. Sabes que el mundo del fútbol es muy homofóbico.

- Bueno, nunca ha sido fácil para nosotros tampoco. ¿Sabes que en mi oficina todo el mundo cree que Joon y yo estamos saliendo?

- ¿Y no es así?

155

- ¡Claro que no! Ni siquiera me atrevo a mirarle a la cara después de lo que pasó.

- Pero podríais tener algo bueno. Es decir, os gustáis y está claro que ya habéis superado la “brotherzone” que tanto te preocupaba.

- Ja.- Se ríe con ironía-. Yo me he vuelto a meter en ella porque soy estúpido.

- ¿Qué has hecho esta vez?

- Pues eso, ser un estúpido. Perder una oportunidad de oro para cambiar las cosas.

- Hyung, sabes que te quiero, pero ya tienes una edad y no puedes seguir perdiendo el tiempo así.

- ¡Habló el bebé!

- Sí, ya sé que yo también soy adulto, pero al menos tengo relaciones (aunque vayan como el culo). Tú no sales con nadie a causa de Joon, y si ahora que puedes no lo aprovechas, ¿qué pasará? ¿Vas a seguir toda la vida igual? ¿Esperarás a que Joon encuentre a alguien más y se aleje de ti irremediablemente?

- Estás siendo muy tremendista.

- Conocerá a alguien más y te arrepentirás por no haber hecho nada para impedirlo.

- Oye, entiendo que estés deprimido por tu mierda, pero mi mierda es mi mierda, o sea que no te metas.

- Hyung, es sólo que no quiero que sigas solo.

- ¡No estoy solo!

- Hablo de tener a alguien que quiera compartir el resto de tu vida contigo.

- O sea que tú y Taemin acabaréis dejándome solo, ¿es eso?

- Sabes que no. Pero no puedes no tener un plan de futuro. Ya sabes : una casita, un perro y un esposo guapo y fuerte que te dé buen sexo matinal.

- Sexo matinal…

A ambos se nos hace la boca agua al imaginarlo y permanecemos un momento callados, intuyo que él, al igual que yo, está teniendo una visión perfecta de una de esas mañanas pasionales al lado del hombre que ama.

- ¡Espabila! - Le grito, de pronto-. O no tendrás sexo matinal de por vida con Joon.

- ¡Tienes razón! ¡Voy a llamarle!

- Pero…

- ¡Luego hablamos!

Me cuelga y suspiro. En verdad le llamaba para que me consolara y aconsejara y de repente, como casi siempre ocurre entre nosotros, la conversación se ha encaminado hacia otros derroteros. ¿Qué hago?

Segunda opción : llamo a Taemin. Espero unos cuantos tonos pero finalmente salta el buzón de voz y consulto mi reloj. No creo que esté trabajando a esta hora. Puede que se haya acostado ya.

Tercera opción : Jonghyun. Puede que resulte un tanto extraño acudir a un ex amante para que te ayude a resolver una cuestión sentimental con tu novio actual pero Jonghyun es la persona más centrada que conozco y estoy seguro de que sabrá apoyarme.

Un par de tonos y descuelga.

- ¡Kibum, hola! - Exclama, jadeante, como si hubiera corrido a coger la llamada.

- Hola Jjong…- murmuro-... ¿tienes un minuto?

- Ehm… - escucho que remueve cosas cerca del auricular-... espera un momento.

Silencia la llamada y un rato después vuelve a activarla.

- ¿Hola? - Pregunto, temo que se haya cortado.

- Hola, disculpa, estaba haciendo unas cosas.

- Ok.

- ¿Qué te pasa? Suenas decaído.

- Tengo un problema.

- Ya me lo imagino. He visto la portada de Dispatch.

- ¿Qué debería hacer, Jjong? Minho no quiere salir pero yo no quiero esconderme.

- ¿Salir?

- Del armario. Dice que hay muchas cosas en juego y no puede arriesgarlo todo por…

156

- ¿Por ti?

- Exacto.

- Aha…- Casi puedo oirle pensar-. Es una actitud bastante egoísta por su parte.

- Si le obligo a admitirlo, el egoísta estaré siendo yo.

- Lo sé, lo sé, pero si lo vuestro va en serio y para largo, en algún momento tendréis que dejaros ver. No podéis esconderos para siempre. Y vuestras familias merecen saberlo.

- Mi familia ya lo sabe.

- ¿Y la suya?

- Su hyung, y no fue muy agradable.

- Ya.

- Pero los padres son diferentes, ¿no? Es decir, siempre quieren que sus hijos sean felices, no se opondrán.

- La mayoría de los padres son así. Pero los míos no.

- Cierto.

- ¿Y los de Taeminie?

- ¿Eh?

- ¿Me aceptarán o pensarán que me estoy aprovechando de su “bebé”? Él es tan inocente y puro que temo que me vean como un monstruo.

- ¿Estás pensando en presentarte a sus padres?

- Creo que es lo correcto. La semana que viene es su ceremonia de graduación y nos veremos allí. Sería de mala educación no habernos presentado adecuadamente antes de eso.

- Wow, tienes modales.

- Parece mentira que te sorprenda.

- ¿Estás nervioso? Conocer a los suegros es terrorífico.

- No mucho, se me dan bien los padres.- Se ríe, y escucho un golpe-. Además, si criaron a un angelito como este, estoy seguro de que son buenas personas.

Ahora se ríe y aleja un poco el teléfono.

- Son buena gente.

- Taeminie, para…

Me incorporo en la cama.

- ¿Taeminie está ahí?

- Suelta eso… - Vuelve a acercar el teléfono-. Perdona, ¿decías?

- Si Taeminie está ahí y no me ha cogido el teléfono, juro que le contaré a sus padres cómo fue que os conocísteis.

- No serás capaz.

- Que me ponga a prueba.

- Ok, ok, no seas tan cruel. Él sólo estaba un poco ocupado y no podía atender la llamada…

- Ya, ya, no necesito más detalles. Suerte en la presentación.

- Taeminie, por favor, deja de hacer eso.

- ¡Buenas noches, par de salidos!

Cuelgo el teléfono y suspiro. Menuda ayuda.

Ya no me quedan opciones, porque aunque Namu siempre ha sido uno de mis mejores amigos, no quiero entrometerle en esto, sería extraño.

Sin embargo, como casi siempre ocurre con nosotros, tenemos una especie de telepatía en los malos momentos y un par de horas más tarde recibo un mensaje suyo :

“¿Necesitas hablar? Llámame cuando quieras”.

Es obvio que ya se ha enterado y que, como me conoce perfectamente, sabe cómo me estoy sintiendo mejor que nadie.

157

Pov Minho

Apenas puedo creer que todo esto esté ocurriendo de verdad. Hace unas horas estaba emocionado y entusiasmado planeando mis próximas citas con Kibum, y de repente tengo ganas de cavar un agujero en medio del desierto y enterrarme dentro por toda la eternidad. Los consejos de Max sólo han servido para asustarme más y hacerme dudar acerca de si hablar de ello con sinceridad con mi familia o negarlo todo cobardemente. Sí, cobardemente, pero reconozco que es la mejor opción si quiero evitarme todo el mal trago.

Odio mi vida en este momento.

Ni siquiera he podido hablar seriamente con Kibum después de un amago de discusión que tuvimos en relación al anillo que le regalé. ¿Por qué es tan obstinado? ¿Es tan difícil entender mi posición? El teléfono sonó justo cuando salía por la puerta y no he podido aclarar las cosas, sólo contestar.

- Hijo, ¿qué está pasando?

Escuchar la voz de mi padre al otro lado de la línea no me tranquiliza tampoco.

- Papá…

- ¿Por qué de repente hablan de tu vida privada como si fuera la cosa más interesante del mundo? ¿Es que tienes algo que esconder?

- No, padre.

- ¿Entonces?

- Ya sabes cómo son los periodistas…

- Están diciendo que van a sacar más fotos tuyas, ha salido en las noticias.

Más mierda.

- No sé qué fotos van a sacar, pero eso no tiene nada que ver conmigo. No hay escándalos públicos en mi vida ni los habrá.

- Pues no entiendo nada.

- No te preocupes, enviaré un comunicado a la prensa explicando todo.

¿Explicando qué? ¿Que soy gay? ¿Que al capitán de la selección nacional de fútbol le gustan los hombres? Puedo caminar directamente sobre el filo de una espada y sería menos suicida que hacer eso.

Envío un mail a Max para que disponga todo lo necesario con los abogados del equipo para redactar el comunicado y bajo a casa de Kibum. Lo que menos necesito ahora es tenerle cabreado.

- Hola.- Me recibe demasiado silencioso, para ser él, y entro del mismo modo.

- Siento mucho si te ofendí con lo que dije antes.

- No te preocupes, supongo que es un momento demasiado raro…

- No tengo dudas con respecto a esto, si es lo que está pasando por esa cabecita.- Le toco la sien con mi dedo índice y observo una pequeña mueca de relajación en su cara.

- ¿Cómo no voy a pensarlo? Quieres ocultarme.

- No quiero ocultarte. Quiero ocultar esto.- Me mira con esa expresión triste de nuevo-. Pero no porque me avergüence de ello sino porque no quiero que nadie más se inmiscuya en algo que es sólo tuyo y mío. Quiero que todos los demás permanezcan al margen.

- Eso no podrás hacerlo para siempre. En algún momento, la gente a nuestro alrededor querrá saber más, conocernos, vernos juntos… Nos invitarán a eventos, será Navidad… y en esos momentos especiales querré que estés a mi lado. Si no es así, es que esto no es una relación.

- Sí que es una relación.- Le tomo la cara con mis manos, yo también empiezo a sentirme un poco triste por escucharle-. Es real. Pero nadie más tiene por qué saberlo.

- Eso es lo mismo que negarlo todo. Y eso no va conmigo.- Aleja mis manos de su cara, y luego todo él se aleja también-. Tendremos que buscar la forma de admitirlo sin explicar demasiados detalles. Podríamos decir que… nos estamos conociendo.

- Eso es una estupidez.

- Al menos yo intento ser algo sincero.

- No pensemos más en ello por hoy.- Camino de nuevo hacia él y le abrazo-. Quiero estar contigo, durmamos en mi casa hoy.

- Tu cama es pequeña.- Se queja.

158

- Así estaremos más juntos.

- Tengo que darle la cena a Jean-Paul.- Veo que el gato camina en círculos por todo el salón, imagino que esperando por su comida.

- Ok, dale la cena y sube, te estaré esperando.

Vuelvo a mi piso y saco una botella de vino de la nevera. Desde que Kibum está en mi vida, siento que me alimento peor, que bebo más alcohol, y que duermo menos que nunca. Pero todas esas cosas no son tan malas, después de todo. Me hacen sentirme un poquito más vivo.

Suena el timbre y al momento en que abro la puerta, mi mandíbula cae hasta el suelo.

- Buenas noches.- Un sonriente y pícaro Kibum con una batita rosa con el borde de peluche que le llega sólo un poco más abajo del trasero entra con total confianza hasta mi cocina y deja allí una bolsa.

- ¿Qué es todo esto?

- Vine a complacerte.

Se gira y con el movimiento diviso un pequeñísimo trozo de tela rosa apenas cubriendo su culo. Madre mía, no sé lo que está tramando pero me encanta.

- No sé si salir corriendo o beberme una bebida energética. Me das miedo.

- Apuesto a que correr, te vas a correr…

Camina con pasos lentos y sensuales mientras abre ligeramente la batita y acierto a ver con exactitud una especie de liguero (si es que eso se llama así) que no va atado a nada, unos finos tirantes blancos se balancean hacia mi mientras camina y creo que voy a volverme completamente loco.

- Dios míos, Bummie…

Estoy cachondo y ni siquiera me ha tocado.

- Vamos a tu cuarto.

Agarra la bolsa que dejó en la cocina y le sigo, hipnotizado.

Le miro de la misma manera mientras se sienta en la cama y se quita el liguero, acariciándome con él el pecho que ya está desnudo porque no he podido contenerme.

- Me encanta eso que llevas.

- Lo sé. Es muy evidente.

Luego me lo pasa por encima del pantalón y se detiene justo ahí, dejándolo colgado de mi exagerada erección.

Se ríe mientras miro la obra de arte y se acaricia el cuello de un modo sensual.

- Eres tan desesperante…

Me desnudo completamente e intento tumbarle sobre la cama, pero niega con la cabeza y me tumba a mi, abriendo mis piernas y colocándose de rodillas entre ellas.

- Hoy vas a pedir más hasta que te quedes afónico.

Esa repentina seguridad en su voz me intranquiliza un poco, pero como ha empezado a besarme la ingle ni siquiera puedo pensar con claridad. ¿Qué me estás haciendo, Kibum?

End Pov Minho

Sabía que el numerito de la batita funcionaría y le dejaría desarmado, pero en ningún momento creí que Minho se volvería tan sumiso. Rozo mi cuerpo delicadamente sobre el suyo mientras intenta acercarme más atrayendo mi culo hacia él, pero lo impido.

- No seas malo…

- Hoy mando yo.

- ¿Qué?

Creo que empieza a entender de qué va todo esto porque su expresión cambia radicalmente. Disfruto de su atención mientras muevo mi lengua fuera de mi boca, incitante, a punto de llegar a su miembro.

- ¿Quieres que te la chupe?

- Por Dios, sí.

Sus palabras salen ahogadas en un gemido.

- Si quieres que te la chupe, vas a tener que dejarme hacerte una cosita.

Levanta la cabeza y me observa, de nuevo con esa expresión de inseguridad.

- ¿Qué cosita?

159

- Esta-cosita.- Saco de la bolsa el vibrador rosa con forma de conejito y le acaricio las orejas con una mirada pervertidamente dulce-. ¿No te parece la cosa más bonita que has visto nunca?

- Alto ahí.- Me detiene con una mano-. No estarás pensando en…

- Quiero…- Me tumbo de nuevo sobre él-... hacerte llegar al cielo…- Le acaricio el pecho con el conejito-... Que experimentes algo… increíble….

Lo bajo un poco más, hasta llegar a su ingle, y lo muevo lentamente por la zona.

- Kibum, esto no me gusta, paremos.

- Te gustará, créeme.

- No lo creo.

Noto que su cuerpo se tensa cuando con las orejitas del conejo rozo su trasero y opto por entretenerle un poco. Me coloco de nuevo de rodillas y doy una lametón en su entrepierna, haciéndole soltar un suspiro y abro mi boca, humedeciendo mis labios, mientras levanta su pelvis, expectante.

- Me muero de ganas de comértela.

- Hazlo, joder. - Acerco un bote de lubricante y vierto un poco sobre el conejo, y otro poco sobre su entrada, muy poco, porque ha empezado a revolverse.- Eso no, ni hablar.

- Si quieres que te la chupe, vas a tener que dejarme hacer esto.

- ¿Qué coño…?

Para facilitarle la toma de decisiones, abro un poco más mi bata y acerco mi pecho hasta que mi pezón derecho roza su pene ardiente. Luego lo introduzco en mi boca y empiezo a succionar con fuerza, tanto, que noto su pre-semen ya en mi paladar.

- ¿Quieres que siga? - Me detengo un momento, mientras sus ojos desencajados no saben enfocarme.

- ¿Qué? - Mira mis manos-. ¡No, de ninguna manera!

Vuelvo a chupar, todavía más fuerte, mientras tomo mi propio miembro y empiezo a masturbarme con fuerza para que me vea.

- ¿Quieres que pare? - Dejo de chupar pero continúo acariciándome-. ¿De verdad quieres que pare?

- … S...sí…- Se retuerce-. … P...Para… por favor…

Pero sus movimientos continúan como si mi boca estuviera todavía dirigiendo el ritmo.

- Tu cuerpo me pide más. ¿Estás seguro de que no quieres más?

- No… no quiero… no quiero más…

Me agarra la cabeza y la dirige a su entrepierna de nuevo, haciéndome reir.

- ¿Entiendes lo que esto significa?

Me detiene justo antes de que mis labios le rocen.

-…

- Voy a hacerlo.

Levanto el conejito y arqueo las cejas, divertido, mientras él observa el aparato con pánico.

- Joder.

Inclina la cabeza hacia atrás, derrotado.

- ¿Te la chupo?

- Dios, ¡SÍ!

Sube sus brazos hasta la almohada y sin pensarlo más introduzo la pequeña cabecita del conejo en su interior, haciéndole soltar un quejido bastante desesperado pero no se amilana, levanta la parte inferior de su cuerpo del colchón, haciendo que prácticamente me atragante (imagino como venganza por lo que le estoy haciendo) e introduzco un poco más el vibrador.

- Buen chico.- Apenas puedo hablar porque al momento vuelve a dirigir mi boca hacia él y aumenta la intensidad de nuestros movimientos.

- Quiero más… - Susurra, tirándome con fuerza del pelo-. Más fuerte.

Ya no sé a qué se refiere exactamente, y apuesto a que él tampoco lo tiene muy claro, pero succiono con energía mientras me muevo en su interior (sin introducir el conejito del todo porque no quiero hacerle daño) y de su boca escapan graves gemidos que no le había oído nunca.

- Te dije que pedirías más.

- Cállate.

Se incorpora, tirándome sobre el colchón y colocándose sobre mi cara de modo que está, literalmente, follándome la boca, mientras yo juego con el conejito hundiéndolo un poco más en su trasero.

160

Apenas unos minutos más tarde su cuerpo se contrae y tiembla sobre mi, mientras noto ese amargo sabor en mi boca. Intento apartarme pero no me lo permite. Se hunde todavía más en mi, mientras en respuesta intento tragar algo de su semen para no ahogarme con él y mantener el vibrador en su culo cuando él lucha por sacárselo.

- ¿Te ha gustado?

Balbuceo, aún con la boca llena.

Se levanta de la cama, realmente parece enfadado, y mirándolo de cierta manera esto parece como si acabáramos de tener sexo por venganza.

- No vuelvas a hacer algo así nunca más.

161

- No puedo creer que le hayas hecho “aquello” a Minho.- Onew ha tenido que soltar su capuccino por miedo a ahogarse-. De verdad pensaba que saldría corriendo al ver el conejito.

- ¡Era pequeño! No entiendo cómo se asustó tanto.

- Prueba con una mayor la próxima vez, a ver si se queda mudo para siempre.

Reímos.

- Estáis siendo muy crueles con hyung.- Comenta Taemin, con expresión seria-. Ha debido de ser difícil para él pasar por eso.

- Es la idea.

- ¿Eh?

- El objetivo de “aquello” es comprobar hasta qué punto un chico confía en ti.

- Me sigue pareciendo cruel. Y no creo que la conclusión haya sido la esperada.

- Pues no, porque se marchó a su casa bastante cabreado. Pero apuesto a que fue el mejor orgasmo de su vida.

Onew y yo reímos mientras Taemin niega con la cabeza.

Pov Taemin

Todavía no entiendo por qué Kibum-hyung ha entrado en todo este juego de “aquello”. Sabiendo que Minho es nuevo en todo esto, ¿por qué arriesgarlo todo por una estupidez? A veces no entiendo las cosas que hacen mis hyungs con sus novios, es tan absurdo… Por otro lado, también me gustaría saber si mi novio confía en mi.

Esta noche he planeado una super cita con Jonghyun. Hacía mucho que mis padres no se iban todo el fin de semana, y a pesar de que él insistió en cenar en su casa, por una vez quise invitarle a venir a la mía, prepararle una rica cena y… un buen postre. Y de paso, aclarar mis dudas.

Termino de arreglarme justo cuando suena el timbre y voy corriendo a abrir. De la velocidad se me ha levantado un poco el delantal y tengo que recolocármelo antes de abrir la puerta.

- Ho… - Jonghyun deja caer al suelo el ramo de flores y veo que su mandíbula cae con él.

- ¿Has tenido un día duro?

Me agacho a recoger el ramo y noto su mirada puesta en mi culo, apenas tapado por el delantal y me levanto, sonriente, con las flores en las manos.

- ¿Qué demonios…?

- Pasa, la cena está servida.

Me coloco a un lado de la puerta mientras camina hacia el interior de mi casa, mirándome con extrañeza.

- ¿A qué estabas jugando exactamente?

Analiza cuidadosamente mi aspecto : mi cabello adornado con una cofia blanca con puntillas, el lazo negro de mi cuello y el exagerado delantal blanco y negro que apenas me cubre el torso y el inicio de mis piernas. Sí, soy una perfecta maid.

- Esta noche eres mi cliente.- Abre los ojos, asombrado-. Y voy a complacerte.

“Lo siento si ya has pasado por esto, pero ahora me toca a mi”.

Le ayudo a quitarse la chaqueta y voy a guardarla mientras permanece quieto, acariciándose la nuca con una sonrisa boba, anticipando mentalmente lo que va a suceder.

- Taeminie, no sé qué es lo que estás planeando, pero no deberías ser tan malvado conmigo, ya conoces mi escasez de autocontrol.

- No tengo la intención de que te controles.

Sonrío, agarrando mis manos con expresión tímida (falsa, por supuesto) y se acerca despacio.

- Eso que llevas me gusta demasiado.

162

- Debes de estar hambriento.

Camino hacia la mesa contoneándome, dándole la espalda a propósito, justo cuando estaba a punto de alcanzarme y sólo me sigue, a regañadientes.

- ¿Lo has hecho tú solo?

- Siéntate ahí.

Señalo una silla y obedece, mientras acerco el plato hacia él y le coloco una enorme servilleta en el cuello.

- ¿Un babero? - Se ríe.

- No quiero que te ensucies. Aún.

Deja de reir cuando me siento sobre sus piernas y corto un pedazo de lasaña y la pincho con el tenedor.

- ¿Vas a darme de comer? - Asiento y acerco el bocado a sus labios, que abre al instante para capturar la comida-. Dime la verdad : esta lasaña la ha hecho Kibum, ¿a que sí?

- ¿Eh?

- Sabe exactamente igual que su lasaña, no intentes engañarme.

Ok, igual Jonghyun es un poco (sólo un poco) más inteligente de lo que a veces pienso, pero vamos a obviarlo.

- ¿Me creerías si te digo que la he hecho yo? - Me acomodo entre sus piernas, descansando mi espalda desnuda en su pecho.

- Si me lo pides, me lo creeré.

- ¿Confías en mi, hyung?

- Completamente.

Desliza una de sus manos por mi hombro derecho, provocando que cierre los ojos durante un momento y esté a punto de perder el control.

- Come.- Orderno, con un nuevo trozo de lasaña.

Le obligo a terminarse todo lo que hay en el plato a pesar de que intenta entretenerme con besos y caricias por debajo del delantal. Finalmente, le limpio la boca con la servilleta, separo los platos (mientras él observa por debajo de la tela) y me levanto para sentarme frente a él, sobre la mesa.

Permanece estático, y es justo cuando me doy cuenta de que por fin he conseguido el control completo de la situación. Parece un perrito a la espera de la orden para empezar a comer su galletita.

Coloco mis pies desnudos a ambos lados de sus caderas y le ofrezco una panorámica perfecta de mis muslos, apenas cubiertos por el ligero delantal que ya ha perdido su forma hace rato a causa de una gloriosa erección.

- ¿Esto es el postre?

- ¿Nata o sirope?

Muestro los botes en mis manos y me los arrebata con violencia, los mira un segundo, y opta por el sirope de chocolate, que antes de que me dé cuenta, ya resbala sobre mi pene. Apenas es un segundo, porque la boca de Jonghyun se lo come al instante, y mi cabeza cae hacia atrás.

Sus manos me presionan la cintura mientras lame y chupa con fuerza, provocando sonidos deliciosos que me hacen perder la cordura. De repente un dedo intruso, y le separo con ambas manos, apropiándome de todo el autocontrol que puedo.

- ¿Qué ocurre? ¿No quieres…?

- Antes quiero que hagas algo por mi.

Me mira con incomprensión mientras cierro las piernas y me levanto, notando cómo el sirope chorrea por mi cuerpo y le hago un gesto para que me acompañe hasta mi cuarto. Me pongo de rodillas sobre la cama, donde tengo dispuesto todo lo necesario, haciendo que el delantal me cubra.

Jonghyun se desabrocha la camisa y la tira al suelo, y empieza a hacer lo mismo con el pantalón cuando levanto ese pequeño objeto rosa y se lo muestro, con una actitud infantil malvada que le hace detenerse.

- ¿Qué-es-eso-Lee-Taemin?

- Mi conejito favorito.

Lo abrazo sobre mi pecho y le doy una rápida lamida que le provoca un ligero suspiro.

- ¿Y qué vas a hacer con él exactamente?

Le miro con los ojos brillantes, sé que me está leyendo la mente y que las palabras sobran, pero todo es tan excitante que necesito decirlo en voz alta.

- Quiero presentártelo.

Lo alzo delante de él y esboza una sonrisa tierna. Acto seguido, mueve la cabeza a ambos lados y termina de desnudarse.

- ¿Tú también vas a hacerme el ritual? - Asiento, contento, y agarra el conejito con ambas manos-. Puede que no funcione del modo en que debería funcionar.

- ¿Eh?

163

- Quizá descubras que lo nuestro no va en serio. ¿Seguro que quieres continuar?

De repente, el pánico se apodera de mi y estoy a punto de echarme atrás, ya noto las lágrimas acumulándose en mis ojos y la imagen de Jonghyun saliendo por esa puerta y alejándose para siempre cruza por mi mente.

Pero en lugar de eso, abre la boca y chupa la cabeza del conejito, dejándome sin palabras. Y sin dudas. Se arrodilla frente a mi y me lo muestra, sonriente.

- Hyung…

- ¿Quieres hacerlo tú?

Me tiemblan las manos pero me mantengo firme y agarro el conejito con la intención de tomar la iniciativa, ya que se supone que es lo que tengo que hacer.

- Seré… cuidadoso… hyung…

- Espera.

Pone la palma de su mano en mi frente, frenándome.

- ¿Qué pasa?

- Ya he pasado por esto una vez, o sea que ya que conozco tus intenciones, quiero una recompensa.

- ¿Q... qué quieres?

- Quiero que me dejes hacerte lo mismo a ti.

- Esto no funciona así.

- Sé que vas a contárselo a tus amigos. Conozco el ritual. Sé que esto trata de sodomizarme para averiguar si de verdad te quiero, y te doy permiso para que les cuentes que me corrí como nunca mientras me lo metías.

- Pero es que…

- Taeminie…- Me agarra las manos, ambos sujetamos el conejito ahora, y lo miramos con detenimiento-... Todo esto es sólo un jueguecito con la intención de averiguar mis sentimientos por ti. Pues bien, te quiero.- Noto que me fallan las piernas y me siento en el colchón-. No necesitas ponerme a prueba, ya lo sabes.- Asiento, dándome por vencido-. Pero para que te convenzas del todo… voy a hacerlo.

Se acuesta delante de mi, con las piernas abiertas, invitándome a empezar. Titubeo un poco, mientras el conejito tiembla entre mis manos.

- Gracias, hyung…- Susurro, todavía con ese tono lacrimógeno.

Aprieto el botón de encendido.

- ¿¡¿Eh?!? ¿¡¿Esto va a pilas?!?

End Pov Taemin

164

Definitivamente, la ayuda de Onew no está funcionando y ya es demasiado tarde como para escuchar consejos de Taemin (además de que sería demasiado raro tener que acudir a él). ¿Por qué siento que Minho se está alejando? Me estoy deprimiendo mucho.

- Oye.- Namu reclama mi atención por segunda vez en la llamada-. Si crees que las cosas no van bien, dale un ultimátum.

- No estoy en la posición adecuada para hacer eso.

- Difiero.

- ¿Por qué?

- Él fue quien huyó cobardemente.

- ¡Porque le obligué a hacer algo que no quería! - De nuevo utilizo mi técnica de gritar-susurrar por miedo a que Minho pueda escucharme desde su piso-. No sé en qué coño estaba pensando.

- Bueno, tenías que hacer el ritual si querías averiguar hacia dónde vais.

- Creo que usé demasiado rápido el comodín del ritual. Esto no va bien.

- Entonces simplemente olvídalo. Nada merece tanto esfuerzo.

- No puedo creer que precisamente tú me estés diciendo esto. Al fin y al cabo te fuiste al otro lado del mundo sólo a perseguir tu sueño de ser productor musical.

- ¡Era un crío, no sabía nada de la vida!

- No es como si te arrepintieras.

- La verdad es que no.- Se ríe-. Pero sí me arrepiento de una cosa. De no haberte asegurado correctamente.

- Empiezas a desvariar.- Me río-. Sabes de sobra que no tendríamos futuro. Eres alérgico a la poligamia y yo a las ladillas.

Ambos reímos con fuerza, casi atragantándonos con nuestro propio aire.

- ¿Recuerdas cuando tuve que acompañarte a urgencias porque no podías dejar de rascarte?

- Serás cabrón… ¡Me las pegaste tú por andarte revolcando con cualquiera!

- Tampoco fue fácil para mi, no creas.

- Te odié tanto…

- Lo entiendo. Fui un capullo.

- Un super capullo.

Terminamos la conversación prometiendo volver a vernos en Navidad, algo bastante complicado por nuestras agendas, pero no imposible. Suspiro con cansancio. Ya van casi 24 horas sin saber nada de Minho y no parece que la cosa vaya a cambiar en breve. ¿Debería mover ficha? Odio tener que hacerlo cuando yo no tengo la culpa de que le gustara que le metiera un puto consolador por el culo (ok, sí que tengo la culpa, pero si se corrió no entiendo qué tiene de malo). Todo esto lo tecleo en un largo mensaje a Onew y media hora después, responde :

“Prueba con uno más grande”.

“¿Estás de coña? Creo que aún está traumatizado por el conejito”.

“Probablemente está avergonzado, pero no creo que esté traumatizado. Más bien está cabreado consigo mismo porque le gustó demasiado XD”.

Lo que Onew dice tiene sentido, eso explicaría por qué no me ha escrito en todo el día ni ha venido a verme. Bueno, quizá no lo explique pero podría ayudarme a entenderlo.

“¿Qué haces?”

Envío eso y la confirmación de lectura no tarda en llegar. La respuesta se demora 10 eternos minutos en los que aprovecho para meter ropa en la lavadora, tropezarme con Jean-Paul, sacar la pizza del horno y tirarme un par de veces de los pelos debido a la desesperación.

“Leo.”

165

¿Tanto rato para eso? DEJA DE JUGAR CONMIGO, CHOI MINHO.

Lanzo el móvil al sofá y me cruzo de brazos durante un rato, intentando odiarle y no responder nunca más a uno sólo de sus “mensajes”. Estoy a punto de darme por vencido cuando un maullido lastimoso se escucha desde detrás del sofá.

Cojo el móvil de nuevo.

“Jean-Paul echa de menos a papá”.

En cuanto se envía me quedo mirando la pantalla vacía. Realmente me gustaba jugar a la familia feliz con mi gato. Hasta incluso podría decir que a él también le gustaba.

Llaman a la puerta y recupero la esperanza en milésimas de segundo.

- Hola.

Está muy serio, visiblemente enfadado y despeinado. Mi sonrisa se borra en cuanto nuestras miradas se cruzan.

- ¿Has cenado? - Pregunto, preocupado.

- Sí, hace un rato.

- Oh… vaya, acabo de hacer una pizza.

- No tengo hambre, gracias.

Camina hasta la cocina y le sigo, dejando un importante espacio entre ambos.

- Gatito…

Se agacha y Jean-Paul asoma tímidamente la cabeza desde detrás del sofá.

- Está triste.- Susurro.

- Pobre bebé… Ven con papá.- De repente esa voz dulce me hace estremecerme. Al parecer yo no era el único que jugaba a la familia feliz.

Jean-Paul camina con decisión hacia él y le lame la palma de la mano cuando le roza. Nunca ha hecho nada parecido conmigo.

- No sé por qué le gustas más que yo.

- Porque le saco a pasear.

Se levanta, con el gato en brazos, que ronronea de gusto.

- Yo también le saco a veces.

- Eso no es suficiente, tienes que sacarle todos los días.

- ¿Pero qué dices? ¡Es un gato, no un perro!

- Tiene que salir y relacionarse con otros gatos.

- ¡Ya te dije que es alérgico!

- Espera, ¿quién tiene el problema aquí? ¿Jean-Paul o tú?

- Joder, Minho, el puto veterinario lo dijo, dijo que es alérgico y que acercarse a un metro de cualquier otro gato podría matarle.

- ¿En serio? - Me mira con desconfianza.

- Sólo intento protegerle.

Se lo quito de las manos, haciendo que Jean-Paul se revuelva y huya hacia el dormitorio.

- Perdóname por juzgarte. No sabía que era verdad.

- ¿Por qué iba a mentirte?

- ¡No lo sé! ¿Por qué lo haces siempre? - De repente ha abandonado su calma y me ataca.

- Yo no te miento, ¿qué dices?

- ¿Qué clase de relación tienes con ese Namu?

- ¿Eh? - ¿Eso a qué viene?

- ¡Vamos!, ¡como si no os hubiera oído hablar!

Conque de eso se trata…

166

- ¿En qué exactamente piensas que te he mentido?

- No lo sé, dímelo tú.- Le miro, absolutamente perdido-. ¿Qué sois?

- Ya te lo dije : amigos.

- ¿En algún momento fuisteis algo más que eso?

- En el instituto estuvimos saliendo.

- ¡Lo sabía! - Me señala, como si fuera un apestado, y veo que su frente se arruga, nunca había visto eso.

- ¡Eso fue hace mil años, no tiene ninguna importancia!

- ¿Cómo que no, si se quedó en tu casa mientras yo estaba en Japón?

- Durmió en el sofá.

- Sí, claro, y yo soy idiota.

- Si me lo hubiera follado, te lo habría dicho.

- ¿¡Q-U-É!?

- Pues eso, que no lo hice.

- ¡Pero pensaste en hacerlo!

- ¡No es cierto!

- ¿Ni una vez?

- ¡No!

- ¿Ni siquiera se te insinuó?

Miles de dudas se agolpan en mi cerebro en este momento. Si le digo la verdad, le odiará para siempre y no podré volver a invitarle a mi casa, pero si le miento… yo me odiaré para siempre.

- Dejémoslo en que lo intentó pero le rechacé.

- ¡Puta mierda!

Ahora da vueltas por el salón como un toro salvaje.

- Minho, Minho… detente.- Le persigo, pero no hay forma de que pare-. Escúchame…- Le alcanzo de la camiseta y le obligo a parar-. No pasó ni pasará nada porque lo mío con él es historia hace mucho.

- Por eso no querías hacerlo sin condón.- Murmura, mirando a la alfombra.

- ¿Perdón?

- Cuando volví… no quisiste hacerlo sin condón. Te sentías culpable.

- ¿Por qué iba a sentirme culpable si no hice nada?

Le suelto, ahora soy yo el cabreado.

- Demuéstramelo.

- ¿El qué?

- Si no me has engañado, si no estás con nadie más que conmigo, no deberías tener problemas en hacerlo.

- No se trata de eso, Minho, es una cuestión de seguridad. Puede que tú no hayas estado con nadie…

Se sonroja y me interrumpe.

- Y tú hayas estado con demasiados…

Le lanzo una mirada asesina y me cruzo de brazos.

- Lo hago por ti.

- No. Lo haces por ti. Porque no estás seguro de haberte protegido adecuadamente.

- Sí lo estoy.

- Entonces hagámoslo.

167

Trago saliva. ¿Por qué en lugar de excitarme su proposición, me aterra?

- Quiero asegurarme antes…

- Ok, te doy una semana.

-…

- Ve a hacerte exámenes y si resulta que todo está ok, lo haremos como digo.

- ¿Y si resulta que…? - ¿Tengo algo?

- ¿No dices que estás completamente seguro?

Bajo la cabeza mientras cientos de escenas inadecuadas se amontonan en mi cabeza.

- Estás siendo muy cruel.

- Ponte en mi lugar.

¿En tu lugar? ¿Por qué coño hablas como un marido ultrajado si no he hecho más que perseguirte estúpidamente desde que te conozco?

- ¿Me estás dando un ultimátum?

- Hazte las pruebas.- Me da la espalda, caminando hacia la puerta-. O se acabó.

168

- No puedo creer que te haya obligado a hacer eso.- Miro a Onew casi sin energía. Por alguna razón, parece más cabreado que yo-. Es tan rastrero…

- Sigue sin confiar en mi.- Me acurruco en su sofá, mientras veo que amontona ropa sobre la mesa.

- Si va a dejarte por sus propias inseguridades, estás mejor sin él. No necesitas a alguien así a tu lado.

- Pero hyung, yo le quiero.

Me mira, con cara de cansancio, y suspira.

- ¿No crees que esta historia con Minho está siendo demasiado estresante?

- Lo es.

- ¿Merece la pena?

- Eso me gustaría saber.

- Desde que le conoces, te esfuerzas tanto en agradarle y en ser perfecto para él, que te estás olvidando de quién eres tú.

Si no tuviera razón, ya le estaría gritando que se metiera en sus asuntos. Pero no es así.

- Es que él lo vale.

- Nadie vale tanto la pena.

- Hyung… estoy a punto de darme por vencido en todo esto, no necesito consejos apocalípticos.

- Es que no puedo evitar sentir ganas de romperle la cara. Primero, te regala el puto anillo, y ahora quiere que folléis sin protección. Todo lo hace con la intención de asegurarse de que no estés con nadie más.

- Es lógico, si lo piensas.

- Sería lógico si fueras una persona promiscua o le hayas demostrado que eres incapaz de serle fiel a alguien, pero no es el caso.

- Empiezo a sentirme como un enfermo.

- Key, escucha.- Se arrodilla frente a mi y me agarra por las mejillas-. No tienes por qué sentirte mal porque no has hecho nada malo. Y él es un gilipollas por humillarte de esta forma.

- Ya lo sé, pero tengo que hacer lo que me pide o no volverá a confiar en mi. Es más, puede que incluso me deje.

- ¿Y qué pasa con tu dignidad?

- Hyung, no me importa nada si Minho va a cortar conmigo.

Se levanta y continúa doblando ropa.

- ¿Entonces? ¿te harás las pruebas?

- No me queda otro remedio.

- En fin…

- ¿Me acompañarás?

Puedo ver una expresión decepcionada en su rostro seguida de un nuevo suspiro.

- Claro.

Pov Minho

169

No puedo concentrarme en nada, es oficial. Durante el entrenamiento he deambulado como un idiota de un lado a otro del campo. Por si eso no fuera suficiente, decenas de reporteros se agolpan en la puerta del estadio porque los rumores sobre que tengo algo con Kibum siguen extendiéndose.

- ¿Vamos a cenar al centro? - Propone uno de los chicos. Todos se apuntan rápidamente pero yo guardo silencio-. ¿Capitán?

- Lo siento, no puedo.- Termino de atarme los zapatos y me levanto del banquillo-. Pasadlo bien. Y no bebáis demasiado.

- Capitán, espera.- Abandona el grupo y llega hasta mi-. No le des importancia a todo lo que se dice de ti, ya sabes cómo son los periodistas, siempre intentando sacar mierda de donde sea.

- Gracias por el apoyo.

- Todos sabemos que es mentira, no tienes que sentirte mal por esas tonterías.

¿Mentira? La única mentira aquí soy yo.

- Minho, venga, nos vamos a cenar.- Max coge mi bolsa y me empuja hasta la puerta.

Finalmente, aunque sin ganas, me arrastran a un restaurante italiano del centro de la ciudad, y aunque hemos reservado una sala privada lejos del alcance de los paparazzi, parece que no hemos sido los únicos en tener esa idea.

- ¡Minho!

Kibum me saluda desde su mesa, acompañado por Sulli y un chico que no conozco. Esto debe de ser una broma, ¿alguien sabía que estaría aquí?

- No me jodas.- Susurra Max-. ¿Tu novio está llamándote?

- Puto kharma…

Kibum se levanta de la mesa, tambaleándose un poco. Perfecto, está borracho. Dudo acerca de si ignorarle o advertirle que sea discreto, pero no creo que ninguna de esas opciones sean efectivas, de modo que decido alejarme un poco de mi equipo para evitar que nos escuchen..

- ¡Minhooooo!

Evado su abrazo y le doy la mano, que agarra totalmente desubicado y con torpeza.

- No montes una escena, estoy con los chicos.

- ¿Eh? - Echa un vistazo detrás de mi-. Ah…. tu equipo…

- ¿Qué haces aquí?

Se ríe, golpeándome el hombro; definitivamente está borracho.

- Lo mismo que tú : he venido a cenar.

- ¿Quién es el chico que te acompaña? - Indico con mi dedo la dirección de su mesa y él lo mira con atención.

- ¿Hyeong Seop? ¿No le conoces? - Niego, ligeramente cabreado porque dé por hecho que tengo que conocer a todas las personas de su entorno-. Es el modelo número uno de Corea.

- ¿Y por qué está cenando contigo?

- Estamos cerrando un trato.

- ¿Cenando?

- Venga ya, Minho.- Me vuelve a golpearme el hombro, esta vez con más fuerza, haciendo que me mueva un poco hacia atrás.- No es la primera vez que trabajamos juntos.

- ¿También trabajáis juntos por la noche?

No sé por qué he dicho eso, simplemente ha salido sin más. Él frunce el ceño y Max se acerca a nosotros.

- Minho, ¿qué te pasa?

- Eso, ¿qué te pasa? - Le copia.

- ¡No me pasa nada! ¡Sólo he venido a cenar!

Ambos me miran como si estuviera loco.

- Vamos a sentarnos, anda.- Max me agarra del brazo, pero me suelto.

- Dime la verdad sobre ese chico.- Me acerco a él, mientras él da un paso hacia atrás-. ¿También fuisteis novios? ¿Como con Namu?

- ¿Con Seoppie? ¡Qué va!

- ¿No ha habido nada? ¿Nunca?

- Minho, Minho…- Sigue riéndose, moviendo las manos-. Hyeong Seop y yo somos amigos de la infancia. No ha habido nada entre nosotros aparte de alguna mamada ocasional en el backstage de algún desfile sin importancia.

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Abro la boca, incrédulo, y Max me imita. Pero por alguna razón Kibum parece no haber oído lo que él mismo acaba de decir.

- Vayamos con los demás, ¿sí? - Mi hyung me vuelve a agarrar del brazo pero ya no tengo fuerzas para soltarme.

- Ups.- Kibum se tapa la boca, como si se acabara de hacer consciente de sus recientes palabras.

- ¡Hey, Choi!

Me giro hacia la puerta del restaurante al escuchar que me llaman, y veo a Jonghyun entrando.

- ¡Jjong! - Kibum le hace aspavientos para reclamar su atención.

- ¡Hola! ¿Esto es una reunión? - Se queda entre nosotros, sonriente, mientras aprieto mis puños con fuerza.

- ¿Habéis quedado? - Pregunto, apretando los dientes.

- Yo sí.

- ¿Con Jjong? No.

- Maldita sea, Kibum, deja de mentirme.

- No estoy mintiendo.

- Minho…

Suelto definitivamente el agarre de Max.

- ¿Estás bien, Choi? - Jonghyun intenta acercarse mejor para mirarme pero doy un paso hacia atrás.

- Perfectamente.

- Tienes mala cara.

- Estás blanco.- Apoya Kibum-. ¿Estás tomando gingseng?

- Sí, maldita sea, lo estoy tomando.- Elevo un poco la voz, pero consigo calmarme antes de montar un espectáculo.- Me dirijo a Max-. Hyung, cenad sin mi, se me ha quitado el hambre.

- Minho… - Kibum trata de agarrar mi hombro pero lo esquivo.

- Diviértete en tu fiesta de ex amantes. A mi no se me ha perdido nada aquí.

Salgo del restaurante indignado, escuchando preguntas absurdas por parte de los periodistas que aún quedan por aquí, y siendo cegado por algunos flashes. Llamo un taxi y me subo sin responder ni mirar a nadie. En estos momentos sólo me odio por no ser capaz de ver lo que Max me advirtió hace ya algún tiempo : que Kibum jamás ha considerado la posibilidad de estar sólo conmigo.

End Pov Minho

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En un abrir y cerrar de ojos han pasado tantas cosas que apenas puedo procesarlas. Si no hubiera insistido tanto en que quería cenar espaguetis con crema, no habríamos venido a este restaurante. Si no hubiera bebido la primera copa de vino antes de comer, no me habría emborrachado tan rápido. Y si sólo hubiera permanecido en mi lugar a la espera de que Minho viniera a saludarme, en lugar de correr hacia él, al menos Sulli me habría detenido antes de empezar a decirle todas esas incoherencias que le han hecho marcharse del lugar como alma que lleva el diablo.

- ¿Por qué has dicho eso? - Max me mira con una expresión desafiante-. Sabes lo inseguro que está Minho con respecto a todo esto, ¿en qué pensabas?

- Eh… - “Neuronas not found”.

- ¿Qué ha pasado? - Pregunta Jonghyun, totalmente perdido-. ¿Qué has dicho?

- Nada…

- Dijo que se la chupó a ese.- Señala a la mesa donde estaba sentado y mis acompañantes nos miran, todavía estupefactos por la escena.

- ¿A quién?

- ¡Hyung! - Me giro hacia la puerta y aparece Taemin, imagino que bastante alucinado por verme con su novio.

Jonghyun le saluda con la mano y se nos acerca, con una cierta intranquilidad.

- Hemos coincidido, yo vine con Sulli.- Señalo de nuevo mi mesa.

- Oh…

- También estaba Minho, pero le dije una estupidez y se largó.

- ¿Qué estupidez?

- Que se la chupó a ese.- Insiste Max.

- ¡Yo no se la chupé! - Chillo, haciendo que los tres me miren atónitos, además de alguna señora del local. Bajo el tono-. Él me la chupó a mi.

Max se cruza de brazos.

- No veo la diferencia.

- Hyung, dijiste que no engañarías a Minho.

- ¡Y no lo hice! Todo eso fue antes de conocerle.

- ¿Entonces por qué estás cenando con él?

- Porque trabajamos juntos.

- Espera…- Jonghyun nos interrumpe-... ¿no es Park Hyeong Seop? ¿No fue el modelo principal del desfile de tu colección de primavera?

- Sí, lo fue.

- Ah… Hyeong Seop… lo recuerdo…- Taemin hace memoria-. Pero entonces… ¿por qué se ha enfadado Minho?

- Porque al parecer no entiende los conceptos de “antes” y “ahora”.- Pateo el suelo con rabia.

- Conozco a los tíos como tú.- Sentencia Max, de repente, y el buen rollo que había entre nosotros cuando nos presentaron parece no haber existido nunca-. Admite que eres incapaz de mantener una relación monógama y deja de usar a Minho como tu juguete favorito.

- ¿Qué dices? Yo no estoy usando a Minho.- Jonghyun me agarra por los brazos para evitar que me abalance sobre Max-. Ni siquiera sé por qué estás opinando porque tú no tienes ni idea de lo que hay entre nosotros.

- Minho me lo cuenta todo.

- Lo dudo. Alguien tan bocazas como tú no sería digno de la confianza de Minho.

- También me contó lo de “aquello”.

Mierda sobre mierda.

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- ¿Quieres que te llevemos? - Jonghyun ha captado la señal de peligro en mis ojos.

- Espera.- Camino rápidamente a mi mesa (mi comida debe de estar fosilizada en el plato) y aún no sé cómo llego sin tropezarme con nada, apenas puedo sentir el suelo bajo mis pies-. Sulli, Seoppie, lo siento, tengo que irme.

- ¿Qué ha pasado ahí con Minho? - Susurra Sulli-. ¿Habéis discutido?

- ¿Entonces es verdad que estáis juntos? - Hyeong Seop eleva las cejas en un gesto divertido nada apropiado para este momento.

- Ya no lo sé.- Suspiro-. Tengo que ir a hablar con él, siento lo de la cena, mañana os enviaré a los dos las cláusulas y redactamos el contrato debidamente, ¿de acuerdo?

No espero su respuesta y salgo del restaurante acompañado de Jonghyun y Taemin, que me llevan en su coche a casa. Realmente aunque no estuviera borracho no habría podido ni encender el motor porque mi cerebro ahora mismo es un caos.

- Lo arreglaréis, hyung, ya lo verás.- Taemin me da ánimos, mientras me muerdo las uñas, desesperado.

- No te preocupes tanto, Minho es un poco exagerado, -le ayuda Jonghyun-, pero sólo porque es un principiante en las relaciones sentimentales. Tienes más experiencia que él y eso le hace sentirse inseguro. Si lo piensas, es hasta normal.

- Es normal que tenga miedo, pero no que desconfíe de mi cuando no le he dado motivos.

- No te lo tomes tan a pecho. Hablad como dos adultos que se quieren y se respetan y lo resolveréis.

Jonghyun desconoce que hace una semana que Minho y yo no hablamos como dos adultos que se quieren y se respetan. Justo desde el día en que Minho me pidió que me hiciera las pruebas.

Llamo al timbre con insistencia y él no se da prisa en abrir. Cuando lo hace, lo veo sin camisa, sólo con unos vaqueros y una botella de soju en la mano.

- Nada de lo que estás haciendo tiene sentido, que lo sepas.

- Vaya, se te ha pasado la borrachera.

- Sí, la rabia la ha eclipsado.

Entro y cierro la puerta con un portazo.

- No hagas eso, molestas a los vecinos.

- ¡Me importan una mierda los vecinos! ¿Qué coño pasa contigo?

- ¿Que qué pasa? - Coge de la mesa del salón una revista y me golpea en el pecho con ella-. ¡Esto es lo que pasa!

La tomo antes de que caiga al suelo y veo que el titular de la portada dice “Los novios de Key” y va acompañado de un montón de fotos de chicos, la mayoría de ellos sólo amigos o modelos de la empresa, o compañeros de trabajo. También están Namu y Hyeong Seop, pero no hay ni una sola foto explícita que pueda servir como prueba de nada.

- Si te crees toda esta mierda, eres más idiota de lo que creía.- Tiro la revista al suelo-. No sé por qué te compras esta literatura basura.

- Yo no la compro. Max, mi hyung, que se preocupa por mi, y siempre me ha advertido de la clase de persona que eres, lo descubrió y me lo dijo para que evitara una estupidez.

- ¿Qué estupidez?

- Enamorarme de ti.

Esa frase tiene el mismo efecto que un puñal clavado directo al corazón. Creo que mi mano viaja inconscientemente a mi pecho porque realmente ha dolido.

- No puedo creer que dejes que alguien que no sabe lo que tenemos interfiera en nuestra relación.

- Dices “nuestra relación” como si existiera algo como eso.

- Minho…

- Nunca te pedí que fueras mi novio. Ni tú me lo pediste a mi. De modo que por lo que a mi me consta, somos amantes.

- Sabes que eso no es así.- Abro mi bolsa mientras me da la espalda y va dando largos sorbos a la botella-. Y deja de beber, te sienta mal.

- Claro, mamá.- Sigue bebiendo y se apoya en la mesa.

- Querías una prueba, ¿no es así?

- ¿Eh?

- Querías que te demostrara que no tengo miedo. Pues no lo tengo.

Tiro sobre la mesa un sobre grande y Minho lo observa durante un rato antes de decidirse a abrirlo. Cuando lo hace, retira de su interior un montón de papeles y los lee, confuso.

- No entiendo nada.

- Pues es fácil de entender. Me hice los exámenes y resultó que estoy perfectamente.- Me mira, incapaz de responder-. Si toda esta escenita de celos se basa en mi oposición a follar sin condón, ya puedes detenerte.- Sigue callado, y puedo ver cómo los papeles tiemblan levemente entre sus manos.

- No estoy celoso.

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- No mientas.

- ¡Estoy cabreado!

Suelta la botella y en un ágil movimiento me inmoviliza sobre la mesa de la cocina, haciendo que mi mejilla izquierda roce la madera con fuerza mientras su pecho desnudo ejerce el peso sobre mi espalda.

- Minho…

- Demuéstramelo y confiaré en ti.

Noto que se mueve detrás de mi y al momento ya puedo notar que me ha bajado los pantalones y la ropa interior. Escucho la cremallera de su pantalón bajarse y un miedo repentino se apodera de mi. ¿Dónde ha quedado el dulce Minho de hace unos días? ¿Cómo ha podido volverse tan agresivo y dominante? ¿Fue por mi culpa por obligarle a hacer todas esas cosas que no quería?

- Minho, me haces daño.- Está intentando penetrarme pero la tensión es demasiado imponente para mi y realmente en estos momentos NO ME APETECE FOLLAR.

- Deberías estar acostumbrado a que te la metan duro.

Una lágrima hace el amago de salir pero mi orgullo la detiene. Empujo a Minho hacia atrás con fuerza y me visto con rapidez. Continúa algo absorto y aprovecho para tocar su pecho con mi dedo índice, y aunque el contacto me resulte apabullante, la situación lo es más.

- A mi sólo me la meten duro cuando yo quiero.

Su cara se viste con una sonrisa ladeada y altiva.

- No sé por qué te esfuerzas tanto en mantener tu dignidad de puta.

No he sido capaz de contar ni un sólo segundo antes de que mi mano se estrellara contra su mejilla. El golpe ha sonado sordo, directo y fuerte. Su expresión de shock corrobora que ha sido ciertamente desproporcionado.

- ¿Quién te crees que eres para tratarme así?

Se soba la zona golpeada pero su actitud no muestra ningún cambio a pesar del dolor.

- En realidad Max tenía razón : sólo eres un coleccionista.

- No me voy a quedar aquí escuchando toda la mierda que tu “querido hyung” piensa de mi. Cuando vuelvas a ser una persona coherente, llámame y hablamos.

Vuelvo a la puerta.

- Kibum.

Me giro, despacio, sin fuerzas en realidad.

- Qué.

- Esto ya no tiene ningún sentido. Yo no quiero seguir así y tú tampoco. A ninguno nos gusta lo que estamos haciendo, o sea que será mejor dejarlo hasta aquí.

- ¿Estás rompiendo conmigo? - “Di que no”.

- No es como si estuviéramos saliendo en serio.- “¿Ah no?”.

Mis piernas tiemblan y mi mente titubea al mirarle a los ojos y reconocer en ellos algo del antiguo Minho, el que se creía mis estúpidas mentiras y caía en mis trampas infantiles que tenían el único objetivo de conseguir un simple beso.

- Si eso es lo que quieres…- Apenas logro que esa frase salga con un hilo de voz suficientemente audible.

Me acerco a él.

- Sí.

- Bien.- Me quito el anillo que me trajo de Japón y le obligo a extender su mano para depositarlo ahí.

- Es un regalo, los regalos no se devuelven.

- No quiero tener esto en mi dedo y recordar cada día al mirarlo que te odio tanto.- Sus ojos se abren desproporcionadamente al percibir un pequeño halo de seguridad en mi-. Te deseo suerte en la vida, la vas a necesitar, si te crees cualquier mierda de cualquier persona. Ojalá algún día puedas encontrar a una persona a quien quieras lo suficiente como para dejar de preocuparte por lo que los demás dicen de ella.

Arrastro mis pies (que pesan como si fueran de cemento) fuera de su piso y ni siquiera he escuchado una leve queja; no ha tenido ni la más mínima intención de detenerme. Pero en realidad es lo mejor, ya que Minho parecía tener bastante claro lo que quería hacer antes de que yo llegara con mi montón de papeles y explicaciones.

Llego a mi piso con más kilos de cemento en mis pies, que se duplican al escuchar el maullido de Jean-Paul junto a la puerta, esperando por su paseo diario. Porque sí, ambos nos hemos acostumbrado a pasear juntos por las noches. A él le sienta bien el aire exterior y a mi me relaja caminar juntos. Pero hoy no va a haber paseo. Apenas tengo energía para llegar a mi cama y tumbarme boca abajo en ella.

No salen lágrimas, no puedo ni pensar, sus insultos continúan bloqueando mi cerebro y me hacen querer odiarle, aunque ya sé que eso no es posible para mi. Está demasiado tatuado en mi, y ni siquiera ha hecho demasiados méritos para ello.

Cojo el móvil, selecciono los contactos de Onew y Taemin y tecleo un mensaje rápido : “Se acabó” y lo apago. No me apetece tener que dar explicaciones acerca de algo que ni siquiera yo logro comprender.

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EXCESO DE SINCERIDAD ES PEOR QUE MENTIR

Es la frase que se repite en mi cabeza desde que Onew, mi hyung desde la escuela primaria, usó la copia de emergencia de la llave de mi apartamento para venir a rescatarme de mis 24 horas de letargo. ¿Por qué coño tuve que decirle a Minho la verdad sobre mi relación con Hyeong Seop? La he jodido bien, y ahora además, definitivamente.

Jean-Paul ya se había dado por vencido y asumió que no comería pronto, de modo que se acurrucó a mi lado en la cama y me lamía la palma de la mano, quizá tratando de reconfortarme porque las mascotas tienen ese don de siempre saber cuándo sus amos están pasando por un mal momento.

- ¡Me cago en la puta!

Escuché su grito pero no sus pasos acelerados a través del salón hacia mi dormitorio, ni tampoco los de Taemin. Pero no pude moverme.

- ¡Hyung! - El sollozo de Taemin también llegó a mis oídos pero sólo pude abrir los ojos. Seguía boca abajo en el colchón.

- ¡No mires, quédate ahí!

- ¡Hyung, está muerto! ¿Qué vamos a hacer? - Rompió a llorar antes de que Onew siquiera llegara a los pies de mi cama.

- Te juro que como lo hayas hecho, no te lo voy a perdonar nunca, pero a ese gilipollas de Choi Min…

- No estoy muerto.- Susurro con voz de ultratumba, consiguiendo el eco gracias al somier-. Y no menciones ese nombre nunca más en mi presencia.

Jean-Paul salta de la cama y Taemin abandona su esquina para limpiarse las lágrimas y tomarlo entre sus brazos. Onew me gira y me observa fijamente. Apuesto a que el cuadro es espectacular : ojos rojos e hinchados, nariz goteante, comienzo de vello facial, y expresión moribunda.

- Joder, das miedo.

- Era lo que necesitaba escuchar, gracias, hyung.

Suspiro profundamente y siento un leve mareo producto de la desnutrición y la deshidratación provocada por estar 24 horas prácticamente inerte.

- Íbamos a darte un tiempo antes del interrogatorio, - explica Taemin, todavía hipando un poco-, pero como Sulli nos llamó preocupada porque no habías ido a trabajar, nos asustamos.

- ¿Por qué apagaste el maldito móvil? - Onew me zarandea y me obliga a sentarme, lo que me marea todavía más.

- ¡Mierda, hyung, para! ¡Va a perder el conocimiento!

- ¡Joder, Kibum, no me digas que no has comido nada!

- Hyung… - Susurro, antes de cerrar los ojos.

- ¡Mírame, mírame!

- Hyung…- Separo levemente los párpados, lo máximo que puedo-... Minho…

Entonces todo sale. Las lágrimas que llevan 24 horas contenidas salen todas. Puñetazos al aire, creo que alguna patada, y Onew me abraza fuerte, inmovilizándome.

- Taemin, ve a preparar té.

- Voy.

Sigo llorando durante todo el tiempo en que la tetera hierve el agua y Onew no me suelta en ningún momento. Sólo acaricia mi pelo y me ayuda a quitarme la camisa y me convence de que me dé un baño relajante después de comer algo.

- No voy a ser capaz de comer.

- No seas idiota, tienes que comer y seguir con tu vida. Nadie merece que te dejes morir.

- No voy a morir por no comer un par de días.

- Ya hemos pasado por esto, ¿ok? El pasado te enseñó que no se acaba el mundo.

- Hyung, sabes perfectamente que con Minho todo era diferente.

- Se acabó.- Me corta-. Dijiste que no mencionara su nombre nunca más. Pues tú tampoco lo hagas.

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Asiento despacio y Taemin llega con el té y un trozo de bizcocho.

- Le he dado de comer a Jean-Paul, creo que tenía hambre.

- Oh, sí, lo olvidé.- Me rasco la cabeza.

- No sé si me he pasado con la ración de comida, espero que no se ponga obeso por mi culpa.

- Es imposible que esté más obeso, tranquilo.

Reímos y se sienta a mi lado mientras Onew coloca un cojín detrás de mi cabeza y estira mis piernas.

- Hyung, no vuelvas a hacer algo como esto nunca más. Pensamos lo peor.

- Perdón. Sé que he sido un egoísta pero no era capaz de pensar.

- No te preocupes, nos quedaremos contigo esta noche.- Onew me enseña su mochila.

- Pero si tu graduación es mañana.- Miro a Taemin.

- He traído “Frozen”.- Sonríe, poniendo la película en el reproductor.

- No estoy de humor para cantar.

- Veremos lo que aguantas.- Se burla Onew.

Y sí, efectivamente, cuando llega “Let it go” empezamos el concierto, pero antes del segundo estribillo ya estoy llorando de nuevo reinterpretando el significado de la letra y optamos por pasar esa parte de la película.

Pov Minho

Abro los ojos con desgana para evitar que montones de imágenes se sigan agolpando detrás de los párpados. Me duele la cabeza. Sé que el soju no fue el mejor remedio para dejar de pensar pero al menos funcionó durante unas horas.

Alargo la mano hasta la mesita de centro (porque sí, he dormido en el sofá) y cojo mi móvil con la esperanza de tener algún mensaje. Todos son de Max, salvo uno de mi hermano pidiéndome que le llame. Contesto a Max que no iré al entrenamiento porque no me encuentro bien y me tumbo de espaldas a la puerta para seguir durmiendo.

El timbre me despierta al cabo de lo que parecen horas pero que al consultar mi reloj resultan ser unos 45 minutos.

Me cuesta un poco incorporarme y más llegar a la puerta, porque no sé dónde demonios dejé mis zapatillas anoche, pero lo consigo, entre maldiciones.

- ¿¡Estás mal de la cabeza!?

Max entra en mi piso como un huracán, analizando el estado de mi salón y luego el mío.

- ¿Puedes no gritar? - Pregunto, totalmente calmado, pero con las manos en las sienes.

Respira hondo y veo que está contando (su técnica de relajación más efectiva desde que se cayó de la bicicleta con 7 años y no pudo llorar porque se había escapado a jugar aún a pesar de estar castigado). Termina mientras me sirvo un vaso de agua para mi y un té para él.

- Minho, no puedes faltar al entrenamiento cuando estamos a dos semanas de que empiece el mundial.

- Mañana iré, no te preocupes. Puedes prepararme una doble sesión y lo aguantaré. Pero hoy no puedo.

- ¿No te das cuenta de que los chicos están empezando a sospechar?

- ¿Sospechar? ¿De qué hablas?

- Las noticias. Lo de anoche en el restaurante. Lo de hoy. Nunca te habían visto flaquear en nada, y de repente pareces un niño débil y asustadizo que tiene miedo del mundo.

- El problema no es mío, sino de toda esa gente que se empeña en verme como el héroe de la nación.

- Min… ho…

- ¿Yo lo pedí? ¿En algún momento quise serlo? ¡No, nunca! - Dejo mi vaso vacío en el fregadero-. Yo sólo quería continuar mis estudios y convertirme en un buen director de cine, o quizá un fotógrafo respetable, ¡pero nunca por mi mente pasó convertirme en un ídolo de masas!

- Pero tienes ese talento, y no puedes desperdiciarlo.

- Jugar al fútbol era divertido cuando mi vida entera no dependía de ello. Ahora lo odio. Cada día en el campo lo odio. Ponerme el puto uniforme de la selección es como apretar un poco más el yugo alrededor de mi cuello.

- ¿Me estás diciendo que lo vas a dejar?

- ¡Ni siquiera puedo hacer eso porque mi padre me odiaría! - Noto que mi voz titubea. Él también.

- Está bien, cálmate.- Se acerca a mi y aprieta sus manos alrededor de mis bíceps-. Entiendo que es un momento extraño. Que todo esto de tu vecino te ha sobrepasado y no sabes cómo resolverlo, pero lo importante es que te has dado cuenta de que no era bueno para ti y puedes seguir adelante.

- No debí meterme en algo como eso.

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- Pero no fue malo, te ayudó a saber lo que verdaderamente quieres.

- Yo no estoy tan seguro.

- Claro que sí, Minho. Nunca se te pasó por la cabeza acostarte con un chico hasta que le conociste. Te desinhibió, y eso es bueno.

- Creo que me manipuló para conseguirlo.

- Eso ya no importa.- Afianza su agarre-. Ahora eres más fuerte, más seguro, y más hombre.

- ¿Entonces por qué me siento más débil, más voluble y más niñato?

- Es difícil superar una ruptura. Pero no estás solo. Y tampoco fue una relación tan larga como para dejarte huella.- Sonríe.

- Pero la dejó.- Susurro, cabizbajo.

- Minho, mírame.

Le miro, con los ojos llorosos, odio que me haga esto.

- Al final estamos los dos, como siempre.- Asiento-. Yo nunca te abandonaré, ya lo sabes.

- Gracias, hyung.

- Minho, te quiero tanto…

Me abraza y apenas puedo mover un músculo para corresponderle.

- Lo sé.

- Más de lo que crees.

De repente noto una sensación fría en mi cuello, algo suave y delicado, pero frío. Un beso.

- ¿Qué haces?

- Minho… - Se separa un poco y sostiene mi cara en sus manos-... siempre has sido tú. El único para mi.

Antes de que pueda entender esa declaración, sus labios rozan los míos con delicadeza, pero apenas noto el contacto, le empujo con fuerza.

- ¿¡Qué coño estás diciendo!? ¡Y no me beses!

- Minho…

- ¡Yo no te veo así! ¡Eres mi hyung, la única persona en la que confío!

- ¡Por eso! ¿Quién te va a entender mejor que yo?

- ¿Qué?

- ¿Quién te ayudó y te aconsejó con Kibum, a pesar de estar muriendo por dentro al hacerlo?

- ¿¡Qué!?

- Sólo quería que te dieras cuenta de la clase de persona que era el hombre que estaba a tu lado.

Y entonces todo cobra sentido.

- Me aconsejaste en tu propio beneficio.- Finalmente, afirmo-. Todo lo que hiciste y dijiste… fue para beneficiarte.

- No fue así.

- Fue tuya la idea de que le obligara a hacerse esas malditas pruebas. Tú me diste toda la información sobre sus ex novios, incluso compraste las revistas para que lo comprobara por mi mismo… Pero no te estabas preocupando por mi…

- Sí me preocupaba, Minho, y me preocupo. Sabes que eres como un hermano pequeño para mi.

- Vete, hyung, no quiero verte.

- Minho, el mundial…

- Mañana iré al entrenamiento, no te preocupes, no soy tan irresponsable. Sólo quiero que me dejes en paz por hoy, ya he tenido suficiente.

- Pero Minho…

- Por favor, Max, si realmente me quieres, respeta mi decisión.

Percibo su debate interno durante unos segundos, aunque acaba agachando la cabeza y caminando hacia la puerta. También él ha percibido mi frialdad al dejar de llamarle “hyung”.

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- Confío en ti.

Y se va, mientras yo empiezo a analizar los últimos meses de mi vida, y cómo de pronto, en cuestión de segundos, la confianza que yo tenía en él… se ha esfumado.

End Pov Minho

178

- Esa camisa es horrible.- Bufo desde la cama, haciendo que Taemin se gire a mirarme, ofendido.

- Es nueva.

- Pues no lo parece, tírala y olvídate de ella.

- ¡Pero la compré exclusivamente para hoy!

- Pues fue un error.

Me levanto y rebusco en mi armario hasta que doy con el paquete y se lo entrego.

- ¿Qué es esto?

- Afortunadamente tus hyungs tienen mejor gusto que tú y se preocupan de que vayas adecuadamente vestido.

Onew entra en la habitación, ya arreglado, mientras Taemin abre el regalo. Yo le he diseñado una camisa blanca con sus iniciales bordadas en ambos hombros, una auténtica joya, y Onew le ha comprado un reloj de Cartier.

- Hyungs… - Su puchero delata sus intenciones de ponerse a llorar.

- No tenemos tiempo para eso.- Le detiene Onew, poniéndole una mano a escasos centímetros de su cara-. Key, termina de vestirte y salgamos cuanto antes o no llegaremos ni a la entrega de diplomas.

- ¡Mierda!

Tras algunas carreras, una llamada tranquilizadora a Sulli y peleas sobre quién iría de copiloto en mi coche, llegamos al campus donde Taemin ha estado estudiando todos estos años, que es el mismo donde estudiamos Onew y yo.

- Qué recuerdos…- Suspiro.

- Aquellas fiestas los viernes por la noche…- Suspira Onew.

- Los gemelos Jo…

- ¡Madre mía, los gemelos Jo! ¿Cómo he podido olvidarme de ellos?

- ¿Te acuerdas cuando fingíamos que no los distinguíamos para poner enrollarnos con los dos?

- Eso es lo único que recuerdo de ellos.

Nos echamos a reir y observamos que Taemin nos mira con una expresión de repugnancia estática.

- Estáis enfermos.

- ¡Taeminie! - El grito no puede provenir de otra persona que no sea Jonghyun. Se acerca a pasos rápidos con un enorme ramo de rosas blancas y se las entrega a Taemin justo antes de envolverle en sus brazos-. Estoy tan orgulloso de ti…

- ¿Las flores no se entregan al finalizar la ceremonia? - Pregunta Onew.

- Diría que sí.

- Oh…- Jonghyun se separa de Taemin y mira el ramo-... En ese caso… - Se lo arrebata-. Luego te lo doy.

- Pero ya lo he visto, hyung.

- ¡Te borraré la memoria con mis besos!

Empieza a besarlo mientras Taemin intenta escapar hacia la entrada, somos los únicos que aún no hemos entrado al salón de actos.

- ¿Este tío siempre ha sido así? - Me susurra Onew, mientras ocupamos nuestros asientos.

- Siempre ha sido algo cursi, pero desde que está con Taeminie es como si su cursilería se hubiera multiplicado.

- Son tal para cual.

Una vez que logra zafarse de su novio se reúne con sus compañeros.

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- Qué guapo está.- Afirma Jonghyun, haciéndonos asentir.

- Es el más guapo.- No puedo evitar que una lágrima salga, traviesa, porque realmente me emociona comprobar que nuestro “hijo” se está convirtiendo en un adulto.

- Me alegra que estés mejor.- Onew posa su mano en mi rodilla-. Sabes que te quiero más que a nada, ¿verdad?

Asiento, ya con más lágrimas resbalando, y él me rodea los hombros con su brazo en un gesto protector.

- ¿Qué pasa? - Pregunta Jonghyun, preocupado.

- Tiene la regla.

Ambos nos reímos, aunque poco, porque los padres que se sientan en el banco de delante nos lanzan una mirada fulminante que nos obliga a recuperar la compostura.

Después de que Taemin finalice su discurso como delegado de su clase y el alumno con mejor expediente de la facultad, se entregan los diplomas y llega el turno de reunirnos de nuevo con él para la ronda de fotos. Corremos para abrazarle y Jonghyun vuelve a entregarle el ramo de flores, ya un poco maltratado porque somos unos bestias en cuanto a abrazos se refiere.

- Cariño…- La voz de la madre de Taemin nos hace ponernos en guardia, como cuando éramos pequeños y le íbamos a buscar a su casa para salir a jugar y ella siempre nos interrogaba acerca de dónde íbamos a estar y con quién. Siempre tuvo miedo de que le contagiáramos nuestra maldad diabólica a su hijo único.

- Señora Lee.- Hacemos una exagerada reverencia-. Señor Lee-. Otra más al ver que el padre de Taemin también está presente.

- Hola chicos, ¿cómo va todo?

- Muy bien, gracias, señor Lee.- Contestamos en una respuesta más que ensayada.

- ¿Quién eres tú? - La señora Lee nunca se ha caracterizado por su discreción y tiene sus ojos clavados en la mano de Jonghyun, que sostiene la de Taemin y todavía no se ha inclinado a saludar.

- Mamá…

- Mucho gusto, señora Lee, soy Kim Jonghyun.

- ¿Kim Jonghyun? Me suena.

- Es mi novio, mamá.

La revelación de Taemin hace que se me seque la garganta anticipando lo peor.

- Así que tú eres el famoso Jonghyun.- Se acerca a él y lo examina cuidadosamente-. Tengo que reconocer que mi hijo tiene buen gusto.

Onew y yo nos miramos sin entender nada.

- Te dije que era guapo.- Taemin sonríe de oreja a oreja-. ¿A que lo es?

- Mucho, cariño.- Extiende su mano, que Jonghyun acepta inmediatamente, y se inclina para hacer la correspondiente reverencia-. Deberías haber venido a casa a presentarte formalmente.

- Lo siento, señora Lee, soy un desconsiderado.

- Jonghyun tiene mucho trabajo, es el heredero de la empresa de su padre.

- Eso no es una excusa, de verdad perdóneme por mi falta de modales, señora Lee. Espero que acepten mi invitación de cenar en mi casa para que podamos conocernos.

- Por supuesto. Queremos conocer a fondo al hombre que ha puesto esa sonrisa en la cara de nuestro bebé.

El señor Lee también estrecha su mano y Onew y yo secamos nuestro sudor, realmente por un momento nos temimos que la señora Lee decidiera ponerle a Taemin un cinturón de castidad.

Tras despedirnos de sus padres, nos vamos a celebrar la graduación comiendo en el restaurante favorito del homenajeado.

- Por Dios, aquí sólo hay carne.- Cierro la carta, ofuscado.

- No sé si pedirla en salsa o a la barbacoa.- Taemin se relame mientras balancea sus pies, cruzados apenas tocando con la punta el suelo. De repente ha abandonado la pose adulta que tan creíble nos había resultado durante toda la mañana y ha vuelto a ser el mismo niño inocente de siempre.

- Pidamos las dos y compartimos.- Opina Jonghyun-. Y makgeolli.

- Yo tengo que pasarme por la oficina, prefiero beber cerveza.

- Y yo.- Onew me apoya y optamos por beber discretamente mientras la parejita se emborracha como si no hubiera mañana.

- Y bien… - Jonghyun sigue comiendo su plato interminable de costillas de cerdo mientras Taemin sólo hipa porque ha bebido demasiado-. ¿Cómo van las cosas con Joon, Onew?

- Bien.

Onew come con tranquilidad, como si no le afectara el tema.

- ¿Te ha vuelto a mencionar algo sobre salir juntos? - Pregunto.

- No. Pero este fin de semana nos vamos a Jeju.

180

- ¿¡Cómo!? - Taemin despierta y yo escupo media cerveza-. ¿Cuándo ha pasado esto?

- Los vuelos estaban baratos y ambos necesitábamos unas vacaciones.

- Casanova…- Ríe Jonghyun.

- Pero hyung, dijiste que seguías en la “brotherzone”...

- Sí, por eso mismo se me ocurrió que un pequeño viaje a solas podría ayudarme a salir de una puta vez.

- Me quedaré solo.- Susurro-. Todos habéis encontrado al hombre perfecto menos yo.- Me sirvo un poco de majgeolli y lo bebo de un trago-. Yo sólo consigo alejarlos.

- Eso no es así.- Onew acaricia mi pelo.- Encontrarás al hombre perfecto y nunca se irá de tu lado. Porque sabrá que si lo hace se arrepentirá durante el resto de su vida.

Los cuatro brindamos y Jonghyun murmura un apenas audible “fighting” que me hace sonreir un poco. Desde luego, lo último que puedo hacer es dejar que mi vida entera se vaya a la mierda por culpa de alguien que no me supo apreciar. Aunque se trate de Minho.

Después de pasarme por la oficina y tranquilizar a todo el mundo, vuelvo a casa ya de noche, a tiempo para sacar a mi gato a pasear, es lo mínimo que puedo hacer por él tras casi habernos matado a ambos de inanición. Caminamos despacio, mientras él olisquea pequeños cachorritos y está a punto de acercarse a otro gato cuando tenso la correa.

- Cuidado.

Le atraigo a mi para que se aleje de él, aunque lo sigue con la mirada durante un rato. Supongo que él también entiende el concepto de sentirse solo.

Volvemos al edificio y me detengo a recoger mi correo, pero mi maldita Men’s Health no ha llegado este mes tampoco, ¡maldito cartero!

- Oh… buenas noches.

La puerta del portal se abre y Choi Minho, la última persona sobre la faz de la tierra que me apetece ver, se presenta ante mis ojos.

- Buenas noches.- Murmuro, antes de volver a fijar mis ojos en el buzón y cerrarlo.

- ¿Habéis salido a pasear? - Le miro y veo que se ha agachado. ¿Habla conmigo o con mi gato? - Jean-Paul, gatito…

Jean-Paul le mira durante un momento y a continuación se sienta sobre su propio trasero para empezar a lamerse una de sus patas.

- Íbamos a cenar, - me apresuro-... o sea que…

- Gatito… ven con p…

Jean-Paul se levanta y camina elegantemente hacia las escaleras, subiéndolas con parsimonia y empezando a maullar justo al estar frente a la puerta de casa para que la abra. Sería demasiado esquizofrénico pensar que está enfadado con Minho y por primera vez se ha puesto de mi parte, pero cuando entro a mi apartamento y cierro la puerta, él escala por mi pierna en busca de mis brazos y me hago consciente, por fin, de que soy importante para él.

- Perdóname por haberte dejado sin comer ayer.- Le acaricio con mi nariz entre las orejas-. Soy un egoísta.- Ronronea con sosiego-. Te cuidaré mejor a partir de ahora, ¿sí?

Se retuerce para lamer mi nariz y le dejo en el suelo para preparar la cena. En medio de toda la devastación que puebla mi cuerpo en estos momentos, cocinar me relaja. Pero la perfecta imagen de Choi Minho, apunto de llamarse a sí mismo “papá” cuando quería captar la atención de Jean-Paul, hace tan sólo unos minutos, me quiebra. Y vuelvo a llorar.

181

Han pasado casi dos semanas desde la ruptura con Minho y por increíble que parezca, he sobrevivido. He tenido como aliado a mi trabajo, y las horas extras provocadas por la presión de entregar la nueva colección en la fecha prevista (y tras varios días de sequía mental) me han mantenido lo suficientemente ocupado como para no tener que pensar. Además del trabajo, Onew me convenció para que me apuntara al gimnasio (al que casi nunca iba pero que de repente se ha convertido en su hora favorita del día porque Joon también va) de modo que nos dedicamos a correr en las cintas durante más tiempo del que me gustaría. Bueno, tengo que decir que de la hora que estamos allí, por lo menos 30 minutos me los paso cotilleando con gente, porque allí van muchos hombres interesantes apasionados por la moda (heterosexuales sin intenciones de ligar) que sienten bastante curiosidad por mi trabajo.

Nunca habría aceptado el reto del gimnasio de no haber sido por aquel encuentro fortuito con el ser detestable que mató mi felicidad unos días después de la graduación de Taemin, mientras yo llegaba cargado de bolsas de la compra y él sujetó la puerta para mi.

- Ahm… hola…

Cuando moví mis bolsas para saludar a quien me había ayudado, le vi.

- Ah… Minho… - Su nombre nunca había sonado tan ácido en mi estómago.

- ¿Necesitas ayuda con eso?

- No, tranquilo, yo puedo.

Al entrar en el portal todavía podía escuchar su voz, intentando ser amigable.

- ¿Estás a dieta?

Creo que no pude evitar mi cabreo al mirarle.

- ¿Cómo dices?

- Te ves más delgado. Si estás haciendo dieta, no lo necesitas, estás bien así. O sea que déjate de tonterías.

No entendí esa repentina preocupación por mi cuerpo cuando precisamente el culpable de mi dieta había sido él. Apenas podía probar bocado porque casi todo lo que comía me llevaba a recordar las ocasiones en las que habíamos comido juntos eso o aquello.

- Estás en esa fase.- Explicó Onew, como siempre, por videoconferencia-. Ya sabes, la fase de “la semilla del diablo”.

- ¿Qué coño estás diciendo?

- Hyung, acaba ya, estoy con Jjong…

- Esa fase en la que parece que se te ha alojado el demonio dentro y todo lo externo parece que le cabrea.

- Hyung…

- Como las embarazadas cuando tienen náuseas : su propio cuerpo rechaza determinadas cosas.

- Con la diferencia de que no soy una mujer y no estoy embarazada. Simplemente no puedo comer.

- Prueba con un suplemento vitamínico.- Veo que Jonghyun se añade a la conversación-. Y si tienes anemia, te irá bien.

- ¿Ahora somos 4? ¿Para siempre? - Se queja Onew, y Taemin aparta a Jonghyun de la cámara de su teléfono y se cambia de habitación.

- Perdón, es que estoy en su casa.

- ¿Vas a mudarte allí o qué? - Me quejo.

- ¡Qué dices! - Susurra, sonrojado-. Sólo estoy teniendo unas pequeñas vacaciones porque mis padres se han ido de la ciudad.

- Todo el día follando como conejos.- Se ríe Onew, levantando sus cejas una y otra vez.

- Hablábamos de mi.- Digo, serio-. No puedo comer, pero tampoco me apetece nada. Supongo que es raro todo lo que está pasando, y mi cuerpo sufre también.

Ambos se quedan en silencio y yo suspiro.

- Ejercicio.- Apunta Onew, de repente-. El ejercicio abre el apetito y acabarás comiendo por necesidad.

- Odio el deporte.

182

- Hablaba de ir a EXO Planet esta noche.

- No me apetece salir de fiesta. Además, ¿tú no estás con Joon?

- ¡Somos amigos! - Grita, ofuscado.

- No le recuerdes otra vez lo de Jeju.- Advierte Taemin.

- Un fin de semana en Jeju y malgastarlo yendo a pescar.- Bufo-. Patético.

- Tú no entiendes nada. Fue una conexión mística entre el mar, él y yo.- Taemin y yo ponemos cara de pánico al escuchar eso-. ¡A la mierda! ¡que te apuntes al gimnasio, joder!

Y así fue como, sólo para aplacar la ira de Onew al mencionarle un nuevo fracaso con Joon, me apunté al gimnasio que tanto odio. Al principio todo el cuerpo me dolía a morir pero finalmente lo he establecido como una rutina al salir del trabajo, justo antes de mi paseo con Jean-Paul.

- Bebé… papi está en casa…. - Entro al apartamento y espero en la puerta a que mi gato se acerque, con su correa en la boca, para que le saque a pasear. Aún no sé cómo ha aprendido eso, imagino que su creciente amistad con los perritos de la calle le ha convertido en una especie de gato-perro-. Jean-Paul… ven…- Camino por el salón y no le encuentro por ningún lado, ni siquiera le escucho, algo bastante raro. De pronto me asalta la duda de si me he dejado alguna ventana abierta por descuido y me aterra la idea de que se haya escapado, pero después recuerdo lo extremadamente vago que es y llego a la conclusión de que estará en su camita, en mi dormitorio, en plena siesta. Enciendo la luz y le veo hecho una bolita, durmiendo plácidamente a pesar del ruido que hago con mis pasos y mi voz-. Pedazo de vago, no son horas de dormir, ¿es que no quieres salir a saludar a tus amiguitos? - Me agacho ante él, pero sigue sin moverse. En absoluto-. ¿Bebé? - Mis ojos le analizan, un poco desconcertado por no observar ningún movimiento en él. Ni siquiera su respiración.- Jean… - Alargo los dedos hacia su cuerpo y lo toco suavemente, sin que él se inmute lo más mínimo.- ¡Ah! - Suelto un jadeo histérico y me pongo de pie de golpe, dando vueltas sobre mi mismo, sin saber qué hacer.- ¿Qué le pasa? Esta mañana estaba bien, yo… no olvidé darle de comer… ni de beber… y estaba perfectamente… - Busco la tarjeta del veterinario pero no la encuentro entre los centenares de papeles de mi bolso y estoy a punto de volverme loco.- ¡Móvil! - Pero en una situación de caos total como esta tampoco soy capaz de recordar dónde está.- ¡Dios mío, Jean-Paul, aguanta!

Salgo de mi piso sin llaves y sin rumbo y antes de darme cuenta estoy delante de la puerta de Minho y él me mira con la cara desencajada.

- ¿Qué te ha pasado? - Me agarra por los brazos, examinándome-. ¿Por qué lloras?

Sólo cuando sus pulgares secan mis lágrimas me doy cuenta de que estoy llorando.

- Minho… Jean-Paul…

- ¿Te arañó? - Niego con la cabeza, mientras mira mis brazos con detenimiento-. ¿Te mordió?

- No…

- ¿Se escapó?

Niego de nuevo.

- A... a Jean-Paul le pasa algo, no se mueve, no sé si está muerto, no he querido tocarlo…

Minho abre los ojos desmesuradamente, se gira para coger las llaves de su casa y me arrastra hasta mi piso, entra en él como si fuera suyo y llega hasta mi cuarto, mientras yo sigo en la puerta de la entrada, sollozando y temblando.

- Gatito precioso… ¿qué te pasa? - Le escucho susurrar-. Dile a papá qué te duele.

Mis lágrimas empiezan a salir con fluidez al escucharle decir eso.

- Minho…- Apenas me atrevo a hablar-... ¿está muerto?

- Diría que no.

- ¿No?

Es una sorpresa verle entrar en el salón con Jean-Paul en los brazos, todavía hecho una bolita, pero abriendo un poquito los ojos.

- Respira con dificultad, pero está vivo.

- ¿Y qué le pasa?

Me acerco, temblando, y lo acaricio, mientras noto que él mueve un poco su pequeña cabecita.

- Puede que sea un infarto o algo parecido, tenemos que llevarlo al veterinario.

- No encuentro la tarjeta pero recuerdo la dirección.

- Ok, cojamos un taxi.

- Podemos ir en mi coche.

- No estás en condiciones para conducir.- Coge una mantita del sofá y envuelve a Jean-Paul en ella con cuidado-. Asegúrate de que llevas los papeles de Jean-Paul.

Voy a buscar los papeles y al salir de casa el taxi ya ha llegado porque Minho se ha encargado de avisarlo. El eterno camino a la clínica fue largo, pero no tanto como lo está siendo la espera en la sala de urgencias.

- Toma, te sentará bien.

Minho me trae una infusión caliente y se sienta a mi lado.

- Gracias.

183

Caliento mis manos con ella, sin ninguna intención de tomármela.

- Actuaste rápido, eso es bueno. Llegamos a tiempo.

- ¿Que actué rápido? ¿Estás bromeando? Entré en pánico y ni siquiera encontraba mi móvil para llamar al veterinario. Como padre soy un desastre. Menos mal que estabas en casa, si no, me habría dado un infarto allí mismo.

- Exageras. Al final habrías hecho lo correcto.

- Quizá demasiado tarde.

- No pienses en eso.

- No puedo evitarlo. Reconozco que cuando Onew me trajo a Jean-Paul le odié. No, odié a ambos. Apenas sé cuidarme a mi mismo como para tener la responsabilidad de cuidar a una mascota. Pero él era tan independiente y tranquilo que casi no notaba que estaba allí. Hasta que de repente me empezó a demostrar una especie de… cariño… Y él es capaz de detectar cuándo estoy triste, o enfadado… y me anima cuando estoy decaído…

- Es un buen gato.

Le miro.

- Minho, si le pasa algo, no sé que voy a hacer. Sólo le tengo a él.

- Eso no es cierto.- Me acaricia una mejilla-. Tienes a Onew, a Taemin… incluso a Jonghyun. Y a Namu… Y me tienes a mi.

Nuestros ojos se encuentran por una décima de segundo y casi puedo sentir sus labios sobre los míos, pero el doctor nos interrumpe.

- ¿Kibum?

- ¡Doctor Song!

Me levanto rápidamente y nos reunimos con él.

- ¿Jean-Paul está bien? - Pregunta Minho, impaciente.

- Estamos tratando de estabilizarlo. Ha sufrido un shock anafiláctico.

- ¿Y eso por qué?

- Imagino que habrá entrado en contacto con algún otro gato. Ya hablamos de lo peligroso que era eso para él.

- No, no lo ha hecho. Nunca sale sin mi y cuando paseamos sólo se junta con cachorros de perro, él es más bien como un perrito más.

- Si alguno de esos perros ha estado en contacto con algún gato, es suficiente para producir una reacción alérgica en Jean-Paul.

- Oh… Dios…

Me derrumbo en la silla.

- ¿Entonces qué tenemos que hacer ahora? - Pregunta Minho, que aún conserva su cordura.

- Ahora le hemos inyectado antiestamínicos y estará dormido unas cuantas horas. Os lo podéis llevar a casa y dejarle dormir tranquilamente hasta mañana. Cuando despierte, me llamáis y me contáis cómo se encuentra.- Le da unos papeles-. Estos son los alimentos que debe comer estos días, preferiblemente, para que su cuerpo se recupere en seguida.- Pone una mano en mi hombro-. Y Kibum, no te preocupes, ya te lo dije cuando nos conocimos : la alergia de Jean-Paul es bastante grave, pero es un gato fuerte y orgulloso, todavía le esperan muchos años a tu lado.

Suspiro de alivio y entramos a la sala de reanimación a buscarle. Le cojo en brazos con sumo cuidado, aunque sé que no va a despertarse todavía, y volvemos a casa. Le acuesto en mi cama, rodeado de cojines para que no se caiga si rueda.

- No es un bebé.- Susurra Minho.

- No quiero correr riesgos. Esta noche dormiré con él.

Cierro un poco la puerta de la habitación, para no molestarle y arrastro los pies hasta la cocina.

- En fin, ya son las 2 de la madrugada, o sea que…

- Oh, claro… ¿quieres comer algo?

- No tengo hambre, la verdad. Ha sido una noche muy intensa.

- Bastante.

Se rasca la cabeza y la mueve hacia los lados.

- Menuda aventura. En fin, mañana te llamaré para preguntarte cómo sigue, ¿ok?

- Ok.

- Bien, entonces… buenas noches.

184

Camina hacia la puerta despacio, pero yo le sigo, de la misma manera.

- Minho…- Se gira y le envuelvo en un abrazo-. Gracias por lo que has hecho esta noche. De verdad significa mucho para mi.

- No podía simplemente no hacer nada. Odio verte llorar.

- Pues por tu culpa lo he hecho mucho últimamente.

Eso pasa por mi boca antes que por mi cerebro y me arrepiento en el mismo momento en el que lo digo. Minho me aleja un poco, sujetándome por la barbilla.

- Lo siento mucho, Kibum. No merezco que alguien como tú llore por mi.

- Bésame, Minho.

Eso tampoco sé por qué lo digo, y mucho menos entiendo por qué Minho ha aceptado y me está besando con tantas ganas, cuando yo creí que sería algo fugaz y ligero.

Caminamos hasta el sofá quitándonos la ropa, tocándonos, chupándonos y lamiéndonos todas las porciones de piel visibles, eliminando cualquier barrera entre nuestros cuerpos y le rodeo el cuello con mis brazos, tirándole encima de mi.

- Dios, Bummie, te he echado tanto de menos….

Sus manos acarician mi cuerpo mientras me retuerzo debajo de él, deseando que no se detenga. En lugar de hacerlo, se mueve hasta mi pelvis y empieza a succionarme suavemente, mientras con sus dedos intenta acceder a mi trasero.

- Min...ho…

Sale casi como un aullido cuando me penetra con el primer dedo y su lengua juega con mi glande. Mis manos se entretienen con su pelo hasta que no lo aguanto más y me incorporo, sentándole en el sofá y colocándome encima de él.

- Estás tan precioso…- Me separa el pelo de la cara y acaricia mis labios con los suyos-. Demasiado precioso. Eres como una enfermedad. - Me levanto un poco para conseguir un mejor ángulo y agarro su pene para introducírmelo.- Espera, no he traído condones.

- No hacen falta.

Y antes de que ninguno de los dos pueda darse cuenta de lo que está pasando, estoy teniendo mi primera vez de verdad con Choi Minho.

185

Pov Taemin

Doy una vuelta más en el colchón y fijo la mirada en el techo. No puedo dormir en absoluto. A pesar de que Jonghyun se ha esforzado como nunca para agotarme esta noche, el cansancio no es suficiente.

- ¿En qué piensas?

Me río.

- ¿Nunca te han dicho que ese tipo de cosas nunca se deben preguntar en la cama?

- Eh… supongo que no.- Me acaricia la mejilla mientras se acerca, curioso.

- Si quisiera compartirlo, no lo pensaría, lo diría en voz alta.

- Oh… está bien.

Sonrío por lo poco que le cuesta darse por vencido cuando cree que no puede sonsacarme algo.

- Pensaba en lo que dijo hoy Key-hyung sobre lo de quedarse solo.

- Aha.

- Estoy preocupado.

- ¿Por qué? Me tienes a mi.- Coloca su brazo sobre mi cintura.

- No me preocupo por mi, sino por él. Onew-hyung está avanzando con Joon, aunque no lo parezca, y sé que tarde o temprano lo conseguirá, porque lleva muchos años intentándolo. Pero Key-hyung no tiene a nadie ahora. Ni siquiera como objetivo a largo plazo. Y me siento mal porque parece que yo le he quitado lo único seguro que tenía.

- ¿Te refieres a mi? - Asiento-. Kibum y yo cortamos antes de que tú y yo empezáramos. Además lo nuestro no tenía nada que ver con una relación.

- Pero tú le querías.

- Y le quiero. Es una persona muy importante para mi y siempre le guardaré cariño. Pero empezamos de la manera incorrecta y eso no tenía solución. Me costó darme cuenta, pero terminé aceptándolo.

- Así que se podría decir que estás conmigo porque él te rechazó.

- Se podría decir, sí.- Acurruca su cabeza en mi hombro-. Pero la verdad es que siempre me gustaste tú.

- ¿Y por qué nunca me dijiste nada ni te insinuaste?

- Por respeto a Kibum. Y porque pensaba que yo era demasiado viejo para ti.

- Lo eres.- Me río, acariciándole el pelo-. Pero eso me gusta.

- Dentro de unos años tendrás que cuidarme y cambiarme los pañales, como soy tan viejo... También tendrás que darme las pastillas y limpiar mi dentadura postiza.

- Jjong, eso es asqueroso.

- ¡Omo! - Se incorpora, señalándome-. ¡Lo has dicho!

- ¿El qué?

- ¡Me has llamado Jjong!

- ¿Lo he hecho?

Se acuesta de nuevo y me abraza.

- Me encanta cómo suena en tus labios. “Hyung” es demasiado formal para alguien con quien follo.

- ¡Oye! - Le pego en la cabeza.

- ¿No tienes hambre? Porque yo sí.

186

Se levanta de la cama y se pone el pantalón del pijama.

- Qué sexy…- Susurro-. Estilo Comando.

- Vicioso.- Sonríe de lado y se baja ligeramente la cintura del pantalón hasta que puedo ver perfectamente los huesos de sus caderas-. Voy a comer algo, ¿qué te apetece?

- Mmmm… ¡pastel!

- Creo que no tengo pastel.

- Vaya…

- Pero tengo helado.

- ¡Helado está genial!

Salto de la cama y corro hacia la cocina en busca de un par de cucharas, adelantándome a él, abriendo la nevera y sacando el helado de vainilla con nueces.

Nos sentamos en la barra y vamos comiendo el helado sin sacarlo del recipiente.

- ¿Nos lo vamos a acabar? - Pregunta, después de comprobar mis ansias comiendo.

- Por supuesto.- Afirmo, con la boca llena.

- Mañana tendré que ir una hora extra al gimnasio para compensarlo.

- Claro. A tu edad es más difícil bajar de peso.

- ¡Eh! - Me empuja con la cadera y casi me caigo del taburete, pero me sujeta a tiempo por la cintura-. ¿Sabes qué? Esto me gusta.

- Pues me temo que no queda más.- Robo la última cucharada de helado y me lo como.

- No me refiero al helado, sino a nosotros.- Me gira para poder hablarme de frente-. Tenerte aquí todo el rato me gusta. Y me gustaría que no tuvieras que irte.

- Bueno, hasta el lunes por la mañana no tengo que irme, soy todo tuyo, cariño.- Rodeo su cintura con mis piernas-. Y puedes hacerme lo que quieras.

- Ven a vivir conmigo.

- ¿Qué?

Mi cuchara cae al suelo haciendo un ruido ensordecedor en medio de la noche. ¿En serio acaba de decir eso?

End Pov Taemin

Me despierto al sentir algo frío en mis dedos y sonrío con ternura al comprobar que se trata de la lengua de Jean-Paul, que me está lamiendo la mano para reclamar mi atención.

- Buenos días, bebé.- Me acerco a él con cuidado y le abrazo un poquito, no quiero lastimarle, pero quiero que pueda notar mi cariño-. Ayer me diste un susto horrible, no lo vuelvas a hacer, creí que te perdería.

Su maullido molesto y la alarma del despertador me obligan a soltarlo. Lo bajo de la cama con cuidado y veo que camina perfectamente, sólo un poco más despacio que de costumbre y un poco inseguro porque imagino que todavía siguen haciendo efecto los medicamentos. Desayunamos y cuando salgo de la ducha él ya está durmiendo en su camita. Parece que sigue teniendo sueño. Le acaricio durante un rato, hasta que mi teléfono vibra en mi bolsillo y leo el mensaje de Minho.

“Estoy en tu puerta”.

Abro y le dejo entrar, haciéndole un gesto para que no haga ruido.

- No quise timbrar por si dormía.

- Pues así es. Pero ya en su camita. Ha desayunado un poco y está bastante bien.

- ¿Se ha movido?

- Sí, ha caminado un poco, aunque sigue algo desorientado.

- Es normal.

- Ya lo sé.

De repente me siento como si fuéramos un matrimonio divorciado que se mantiene al tanto de la salud de sus hijos cuando se reúnen para intercambiarlos.

- Me puedo quedar a cuidarle mientras trabajas.

Eso sí que no me lo esperaba.

- Pero… tendrás cosas que hacer. Y no creo que despierte en un buen rato. Yo puedo venir a verle en la hora de la comida.

- Tengo la mañana libre, ya sabes que suelo estar en casa haciendo nada a esta hora. Yo me quedo con Jean-Paul.- Me empuja hasta la puerta.

- ¿Me dejas al menos coger mi maletín? - Reímos, cojo mis llaves y mi maletín y me dispongo a salir-. Llámame si pasa algo, ¿ok?

187

- No te preocupes, todo irá bien.

- Gracias, Minho. Por esto. Y por lo de anoche. Por todo.

Me sorprendo a mi mismo de que lo que acabo de decir suene exactamente como lo estaba pensando y creo que me sonrojo notoriamente.

- Será mejor que uses un pañuelo hoy.

Toca mi cuello en la parte izquierda y le imito, sonriendo al recordar que cuando salí de la ducha pude apreciar esa obra de arte en mi piel.

- No te preocupes, mis padres no me van a castigar.

- Debí haber tenido más cuidado.

- No pasa nada. En fin, me voy. Gracias de nuevo, sabes lo importante que es Jean-Paul para mi.

- Por supuesto.

- Bien. Adiós.

Antes de que abra la puerta, sus manos me detienen, abrazando mi cintura.

- Sé que no es el mejor momento para esto, pero… piensa en lo que hablamos, ¿de acuerdo?

- Lo... lo pensaré. Pero ahora no… no puedo pensar con claridad…

- Entiendo.

Un suave beso detrás de mi oreja y huyo literalmente de mi casa. Antes de subir al coche tecleo un mensaje para Onew y Taemin : “Anoche Jean-Paul estuvo a punto de morir pero ya está bien. ¡Ah!, y me acosté con Minho”.

*Flashback*

Descanso mi cabeza sobre su hombro desnudo mientras sus dientes siguen aferrados a la piel de mi cuello.

- Me estás haciendo daño.- Susurro, aún jadeando.

- Quiero marcarte.

- Eso es muy de adolescentes.

- No me importa.

- ¿Qué pasa si yo te marco a ti? ¿eh? - Me separo de él, mirándole de frente-. Si te dejo un hermoso sello “made by Kibum” justo aquí.- Deslizo mi dedo índice por su largo cuello-. ¿Mañana lo veré en todos los periódicos?

- Probablemente.- Se pone serio.

- ¿Eso sería muy malo?

- Malísimo.

- De modo que tú me puedes marcar a mi pero yo no puedo hacerlo.

- Sabes que mi situación actual es muy crítica.

- Oh, sí, el famoso mundial….

- Eso no significa que no podamos seguir viéndonos.

- Pero no públicamente.

- Nunca dijimos que esto sería público.

- Nunca hablamos de lo que queríamos que fuera.

- Vamos, Bummie, ya sabes que mi vida es complicada…

- Minho, yo no quiero esconderme de nadie.- Me levanto del sofá, sintiendo cómo el líquido espeso de Minho recorre mis piernas-. Esto que ves aquí es real.- Mira mis piernas, absorto-. Pero si quieres negártelo a ti mismo, tienes un problema.

- Yo no quiero negar nada. Sólo que lo mantengamos en secreto. Que nos veamos en casa y que no hablemos de ello con nadie. Que sólo seamos tú y yo.

- Me estás pidiendo que seamos amantes, y ya he pasado por eso y no quiero volver a experimentarlo.

- Bummie, vamos…- Se levanta y me agarra por las nalgas, atrayéndome a su cuerpo-. Sabes que esto es muy fuerte. Me atraes como no tienes idea, de lo contrario no habría dado este paso contigo…

- Pero no me amas lo suficiente como para que eso esté por encima de todo lo demás.

Su palidez repentina me demuestra que acabo de dar en el blanco.

188

- Podemos empezar… ya sabes… poco a poco… Como decía al principio, pero no me salió muy bien porque soy un torpe y me dejé aconsejar… Bueno, olvida eso. Seamos amigos… especiales.

- Ya. Ahora me vas a soltar el rollo ese de que quieres un “follamigo”.

- ¿Un qué?

- Minho.- Le separo de nuevo y doy un paso hacia atrás-. No voy a negar que estoy enamorado de ti, es tan escandalosamente evidente que me daría hasta vergüenza. Pero no pienses ni por un minuto que vamos a ser algo como eso.

- Sólo será hasta que pueda…

- Choi Minho, te advierto una cosa : mientras tú te acabas de decidir por qué tipo de relación quieres que tengamos, yo voy a seguir haciendo mi vida. No te sorprendas de lo que vayas a ver de ahora en adelante. Cada vez será peor y tú serás el único capaz de detenerlo todo. Pero sólo se detendrá si haces lo que tienes que hacer.

*End Flashback*

Salgo del coche y primero leo el mensaje de Taemin.

“Hyung… ¡¡NOOOO!!”

El segundo, es el de Jonghyun.

“Los polvos de reconciliación son los mejores. ¿Ahora ya es oficial?”

Y el tercero, de Onew.

“Espero que hayas disfrutado la última experiencia sexual de tu vida, porque te juro que te coseré el culo”.

189

Pov Minho

Todavía no entiendo cómo las cosas han podido torcerse de semejante manera. Puedo entender la frustración de Kibum del mismo modo en que creo que él debería entender mi cautela. ¿Tan difícil es ponerse en mi lugar? Hacer público lo nuestro sería algo así como ponerme a mi mismo el mayor de los obstáculos para alcanzar mi sueño. Hasta eso se puede entender sin la necesidad de un cerebro privilegiado, entonces ¿por qué con él no lo consigo? Por otro lado está el tema de la prensa. Los malditos paparazzi me siguen a todos lados, siempre me esperan para preguntarme cientos de impertinencias sobre mi vida sexual y algunos dan por hecho hasta que me he acostado con Changmin para conseguir el título de capitán del equipo. Justo lo que me faltaba. Meter a Changmin en todo esto es lo que menos me apetece ahora mismo. -

Choi, ¿estás bien? – Uno de mis compañeros de equipo, el único que nunca ha parecido tener demasiado miedo a acercase a mi, Aron, me pasa una toalla limpia antes de que entremos a las duchas.

-

Sí, gracias.

-

No debes dejar que te afecte.- Sonríe, aunque no entiendo por qué-. Los periodistas son unos carroñeros, siempre van a intentar averiguarlo todo de ti para acabar contigo. No se lo permitas.

-

No es como si hablara con ellos, en realidad.

-

¿No vas a convocar una rueda de prensa?

-

¿Para decir qué?

-

La verdad.

-

La verdad no le interesa a nadie.

-

Pues entonces para mentirles. Pero tendrás que hacer algún anuncio oficial o tu reputación quedará en entredicho para siempre.

-

Mi reputación… -me río amargamente-… he pasado de ser el puto “héroe de la nación” a un marica desesperado por meter mano en los vestuarios.

-

Dudo que haya alguien en el país que piense eso de ti, Choi.

-

Nadie del equipo se atreve ni a mirarme a los ojos desde el otro día en el restaurante.

-

Pero eso es porque te tienen miedo.- Se ríe.

-

¿Miedo?

-

Hiciste llorar a Key, eso fue como muy épico.- Se pone serio.

-

¿Key… lloró?

-

Alguno de sus amigos intentaba reconfortarle pero no funcionó.

Entonces empiezo a sentirme realmente mal. Porque después de hacerle llorar él vino a mi casa y no sólo le traté fatal sino que intenté... Dios, no quiero recordar lo que intenté hacerle.

-

Soy un gilipollas.

-

¿En realidad estáis saliendo o algo así?

Le miro, dudando acerca de si decirle la verdad o no. No es que tenga demasiada confianza con Aron, pero definitivamente necesito empezar a compartir mis problemas.

-

¿Por qué tanta curiosidad? – Max entra en los vestuarios con su voz profunda y nos intimida-. ¿Eres un topo de la prensa?

-

Sólo intentaba ayudar…

-

Vete a la ducha, Kwak.

Aron asiente, un poco atemorizado (Max siempre es así cuando pone la voz grave y su estatura no ayuda a que le veamos como a uno de nosotros).

-

¿Por qué te metes, hyung? No es asunto tuyo.

Entro en la ducha y me sigue.

-

Claro que es asunto mío.

-

¿Quieres dejar de seguirme? ¡Y menos cuando estoy desnudo! ¿Qué intentas? ¿Es que no fue suficiente con lo del otro día?

Veo que un par de compañeros salen de sus duchas para observarnos.

190

-

Estás dando un espectáculo.- Gruñe Max, entre dientes.

-

¡No te jode!

Definitivamente entra en la ducha individual conmigo y me inmoviliza contra la pared.

-

El otro día la cagué en mayúsculas, lo sé, y no puedo decir que me sienta orgulloso.

-

Me alegro.

-

Pero esto no tiene nada que ver con aquello.

-

¿Cómo que no?

-

Sé que te jodí con Kibum y voy a arreglarlo.

-

¿Sí? ¿Cómo? ¿Vas a borrarle la memoria?

-

Hazme caso, sé de lo que hablo. Tengo experiencia y soy tu amigo. Quién mejor para ayudarte que yo.

Dudo, arqueando una ceja, mientras sonríe.

-

No sé si quiero volver a confiar en ti, hyung.

-

¿Le quieres o no?

Doy la espalda a mis compañeros, que siguen mirándonos, y susurro.

- Eso es un debate interno bastante profundo que tengo conmigo mismo y todavía no he encontrado respuesta. Sólo sé que quiero estar con él.

- Aunque no logre entender cómo has podido enamorarte de alguien tan caótico como él, y me den ganas de lobotomizarte para que vuelvas a ser el Minho de siempre, voy a conseguirlo. Haré que recuperes a tu “hombre perfecto”.

- ¿Mi qué?

- Dado que no puedo hacer nada para hacerte cambiar de opinión con respecto a Key, haré que él vuelva a ti.

- ¿Cómo?

Me cruzo de brazos.

- Déjame tu teléfono.

No sé por qué pero empiezo a temblar. No debería estar escuchando, y menos haciendo lo que me dice. Pero la desesperación me puede.

End Pov Minho

- ¿A qué está jugando exactamente ese Choi? - Onew coge a Jean-Paul y le acomoda en su regazo, sentado junto a mi en el banco, mientras Taemin se balancea en el columpio del parque infantil.

- Te juro que no lo sé. Antes podía pensar que sólo me había utilizado para salir del armario pero ahora creo que tiene alguna especie de necesidad sexual conmigo.

- Claro, ahora que lo ha probado, no quiere quedarse en sequía.- Acaricia la cabeza de Jean-Paul, que se va quedando dormido.- Parece cansado.- Le mira-. ¿Seguro que está bien?

- El veterinario dijo que era normal después del susto. Está comiendo bien y haciendo un poco de ejercicio. No creo que haya problemas con él.

- Menos mal.

- Hyung… - Taemin sigue balanceándose sin perderse nuestra conversación-... ¿y no has pensado que a lo mejor no es tan mala idea ser “follamigos”?

- ¿¡Estás loco!? - Chilla Onew, despertando a mi gato-. ¡Lo que le faltaba a Key para terminar de volverse loco por él! ¡Siendo usado a su antojo!

- Pero no es un abuso cuando ambos quieren.

- ¡El problema es que Key no le ve como a un amigo!

Jean-Paul gruñe y camina hasta mi regazo, que le parece más confortable y tranquilo.

- Estoy demasiado pillado por él como para tenerle de “follamigo”. Eso sólo funciona cuando no hay sentimientos de por medio.

- ¿Y qué hay de Namu?

- ¿Mh?

- Ahora que Minho no está por medio a lo mejor deberías centrarte en él. Se ve que sigue interesado en ti.

- Pero yo ya no estoy interesado en él. Eso ya no tiene ningún sentido, hyung. Y prefiero conservarlo como amigo.

191

- Pues entonces tenemos que volver a nuestra vida real.

- ¿Qué vida real?

Onew se pone de pie y mira al cielo con expresión triunfal.

- ¡Esta noche volvemos a EXO Planet!

- No me apetece mucho salir.

- ¡Estará lleno de chinos guapos y ardientes!

- Hyung…

- ¡Beberemos hasta que no quede una sola gota de alcohol en toda la discoteca!

Taemin se levanta del columpio.

- ¿Puedo traer a Jjong?

- ¿¡Estás loco!? - Le grita-. ¡Vamos sólo nosotros! ¿Por qué parecéis unos gemelos siameses?

- Es mi novio…- Susurra, mirando sus dedos tímidamente.

- ¿Ya no es “Jonghyun-hyung”?

Se sonroja.

- Parece mentira que te sonrojes a estas alturas. Cuando ya le has hecho “aquello”.

- Me ha pedido que me vaya a vivir con él.

Le miramos, sorprendidos.

- ¡No me jodas! - Se queja Onew, pateando el suelo-. ¿Cuánto lleváis juntos, un mes?

- Jjong dice que en algún momento tendremos que poner a prueba nuestra convivencia. ¿Qué más da ahora que dentro de un año?

- Pero es que… ¿te lo estás planteando?

- No muy en serio, porque sé que mi madre me mataría… Pero en parte me gusta un poco la idea.

- ¡Maldito cabrón! - Onew corre hacia él-. ¡Tú lo único que quieres es tenerle a plena disposición para que no te la saque en las 24 horas del día!

Taemin huye de él y empiezan una carrera ridícula en mitad del parque, mientras los niños alrededor les esquivan y algunas madres les tapan los oídos.

Joon, que ha permanecido en silencio todo este rato, ocupa el lugar que Onew dejó vacío en el banco y acaricia a Jean-Paul.

- Si de verdad le quieres, no deberías rendirte.

Le observo estupefacto, eso ha sido inesperado.

- ¿Qué dices?

- Minho parece que significa mucho para ti. Sería una pena dejarle escapar por no hacer nada.

- Lo sé, pero llegados a este punto…

- Si no haces nada, te pasarás el resto de tu vida arrepintiéndote.- Mantiene la vista clavada en mi gato, ya dormido-. Preguntándote qué habría pasado si te hubieras confesado en el momento oportuno… Si habríais hecho esto o lo otro… Si seríais felices.- Creo que ya no está pensando en mi problema con Minho-. En el momento en el que él mire hacia otra dirección será doloroso. Y quizá no puedas soportarlo. Pero tendrás que hacerlo porque todo ha sido por tu culpa, por no reaccionar a tiempo. Por tener demasiado miedo a… que él no cambie por ti.

- Entiendo.- Sólo digo eso. Y ambos nos quedamos callados mirando la arena.

Al cabo de un rato se levanta y les grita a los otros dos, que intentan recuperar la respiración junto a la fuente.

- ¿Vamos a beber?

- ¡Ueeeeeeeeeeeeeee!

192

Pov Onew

El teléfono suena retumbando como mil trompetas directamente en mi oído. Le lanzo un cojín tratando de amortiguar el sonido pero no hay manera porque sólo he conseguido tirarlo de la mesita de noche.

- ¡Puta mierda…!

Ahora sólo puedo pensar (débilmente, eso sí) en la posibilidad de que la pantalla del móvil se haya roto. Empiezo a sufrir y a gruñir al mismo tiempo.

- Cógelo de una vez, me duele la cabeza.- Key también gruñe, tapándose la cabeza con mi almohada.

¿¿Key??

- ¡Mierda de… joder…!

- ¡Cállate, quiero dormir! - Patalea boca abajo en la cama.

- ¡Me cago en la puta…! - Veo que gritar no va a hacer que el teléfono deje de sonar y me levanto, a trompicones, tropezando con mi propia ropa, regada por el suelo, hasta llegar a él. Lo cojo y lo aprieto entre mis manos, sin mirarlo-. Por favor, Dios, que no esté roto, que no esté roto…

- ¡Pero si eres budista!

Key me lanza un cojín a la cabeza tan fuerte que hace crujir mi cuello.

- ¡Maldita nenaza!

- ¡Coge el puto teléfono! - Ahora se tapa con las sábanas hasta cubrirse completamente y se queda como momificado.

Con un ojo medio abierto, descuelgo la llamada entrante, de número desconocido.

- Joder…- Me sobo el cuello, adolorido, aunque no tanto como mi cabeza.

- ¿Hola?

- Me cago en… ¿hola? ¿quién eres?

- ¿Lee Jinki?

- No, ese soy yo.

- Ufff…- Escucho un suspiro.

- ¿Hola?

- Perdona.- Noto que la persona al otro lado de la línea toma una bocanada de aire antes de hablar-. Necesito que nos encontremos en un lugar.

- ¿Quién eres?

- Si es un stalker de mierda, cuelga.- Gruñe Key, saliendo de su refugio.

- Aún no sé si es un stalker.

- No soy un stalker.

- Bueno, sabes mi número y mi nombre, hay muchas posibilidades de que lo seas.

- Puede que sea algún ex amante cabreado.- Key muestra su cabeza, totalmente intrigado.

- ¿Un ex amante stalker?

- ¡Que no soy un stalker!

- Mejor, los ex amantes son un coñazo.

- ¡Hostia puta…!

193

- ¿Perdón?

- Necesito que nos encontremos.

- ¿Por qué voy a quedar contigo si no sé ni quién eres?

- Porque tenemos que hablar de algo importante.

- ¿Cómo de importante? - Me acomodo en el suelo, intuyendo que la conversación se va a alargar.

- Veámonos y te lo explicaré.

- ¿Y cómo sé que no me vas a hacer nada?

- Joder…- De nuevo toma aire-. No estoy interesado en ti, sino en tu amigo.

- ¿Qué amigo?

- Tu amigo Key.

- ¡No me jodas, Key! - Me mira-. ¡Él te conoce!

- ¿¡Qué!? - Se sienta en la cama-. ¡A ver si va a ser un espía de la competencia! ¡Cuelga, puede que te hayan pinchado el teléfono!

- ¿Tú crees…? - Dudo.

- ¿Estará bueno?

- Podría pedirle una foto...

- A ver, Onew, no soy un espía, ni un stalker, sólo necesito hablar contigo de algo. Y si Key está contigo, por favor, no dejes que sepa nada de esta conversación.

- Está al corriente.

- Mierda.

- ¿Y cómo sabes que todo el mundo me llama “Onew”? ¿Nos conocemos?

- A ver… ¿conoces el nuevo café del centro comercial? Veámonos ahí. Esta tarde. Como ves, no intento quedar contigo en un sitio apartado ni solitario, sino rodeado de gente, para que puedas comprobar que mis intenciones son buenas.

- Ok, confiaré en ti. Dime tu nombre y me quedaré más tranquilo.

- Sólo… te diré que soy amigo de Minho. Y que quiero que Key y él se reconcilien.

- ¡JA! - Me levanto del suelo-. ¡Eso no va a pasar!

- Cuando te explique lo que te tengo que decir…

- Dudo mucho que haya algo que nos haga cambiar de opinión al respecto.

- ¡No hables en el lugar de los demás! - Parece enfadado, y Key se levanta de la cama para escuchar a través de mi teléfono.

- ¡Pon el altavoz!

- ¡A las siete en el café! ¡Adiós!

Cuelga y ambos nos quedamos mirándonos, absolutamente extrañados.

- ¿Qué ha dicho?

- No… no estoy muy seguro…- Me rasco la cabeza.

He visto a Key muy mal. Le rescatamos de un estado casi comatoso, hemos intentado por todos los medios que se alimente y haga algo de ejercicio porque por culpa de ese gilipollas de Choi Minho él se quedó en una especie de estado catatónico deprimente. No estoy dispuesto a permitir que algo como aquello se repita. Pero sea lo que sea lo que ese desconocido tiene que decirme con respecto a ese capullo, quiero escucharlo. Y añadir unas cuantas cosas más de mi cosecha.

- Pues que sepas…- Key me señala, levantando una ceja-... que roncas como un cerdo.

- ¡Yo no ronco! - Mi teléfono cae de nuevo y empiezo a sufrir de verdad por el estado de la pantalla.

- ¿Cómo que no? ¡Madre mía, apenas he podido dormir!

- A todo esto… ¿qué coño haces en mi casa?

- Me he quedado a dormir.

Muevo los brazos arriba y abajo, desesperado.

- ¿¡Por qué!?

194

- Porque estaba demasiado borracho para regresar a la mía.

- Ok. Eso lo entiendo. Pero ahora dime, ¿por qué estamos desnudos?

- Hacía calor.- Su expresión es totalmente calmada, mientras yo estoy a punto de explotar.

- ¿Pero era necesario quitarse también los calzoncillos?

Se mira y confirma que estamos completamente desnudos.

- Creo que estuvimos viendo porno.

- ¿¡Que qué!?

- Lo digo por eso.

Señala una pila de carátulas de DVD’s esparcidas por el suelo.

- ¿Por qué nunca recuerdo estas cosas?

- Tampoco hay gran cosa que recordar.

Sale de la habitación, camino al baño, y observo que se va sobando una nalga.

- ¡Kim Kibum, nosotros no…!

- Tranquilo.- Se gira y me lanza una mirada seductora-. No hemos follado.

Me siento en la cama, abrumado.

- Menos mal.

- No eres mi tipo, ni yo el tuyo.

- Joder.

- Eres mi hyung, mi hermano, Onew.

- Lo sé.

Y precisamente por eso voy a averiguar qué coño es lo que quiere ese tipo que me ha citado en el centro comercial y cómo es posible que tenga tanta información sobre nosotros.

Bajo del coche y camino por el pasillo central siguiendo las instrucciones del plano que hay en el hall. No es que me entusiasme venir a este sitio, y si además tengo que buscar un local en el que nunca he estado, lo que menos me apetece es perderme y deambular como un imbécil buscándolo. Directo al grano, no quiero distracciones. Sólo encontrar al tipo y conseguir la información que tiene para mi.

Llego al café y es totalmente una locura. Debe de ser su día de inauguración porque no se ve ni la barra de pedidos ni a un sólo miembro del personal. Genial, así no nos encontraremos ni de coña.

- ¿Onew?

Un toquecito en la espalda provoca un escalofrío por todo mi cuerpo y al girarme hacia él, la sensación se incrementa. Dios mío, es muy alto, y tiene un aura sombría que me intimida. Retrocedo un paso y le analizo detalladamente. No se ve peligroso (a simple vista).

- ¿Tú…?

- Soy Shim Changmin.- Hace una reverencia, haciendo que su pelo, largo hasta las orejas, caiga sobre sus ojos de un modo tierno-. Soy el hyung de Minho, y también el tuyo.

- Oh… hola hyung, encantado.- Le imito y cuando finalmente nuestros ojos se encuentran, no puedo evitar quedarme hipnotizado con su cara. Joder, qué guapo es.

- ¿Un café? - Señala la barra, haciendo que me fije en sus manos. Después en sus brazos, y finalmente en todo su cuerpo. Joder, qué bueno está.

- A...¿aquí? - Balbuceo.

Asiente. Entonces reacciono y miro hacia la barra. Es imposible para nosotros llegar a pedir y mucho menos a tomar algo aquí hoy con toda esa panda de orcos avasallando a los camareros.

- Quizá deberíamos ir a otro lugar.

- Sí, mejor.

Optamos por el bar en el que trabaja Luna, sirven los mejores cafés de la ciudad y el ambiente es tranquilo y agradable (salvo cuando mis amigos y yo estamos ahí). Tras convencer a Changmin de que nunca probará nada igual, pido dos frapuccinos y un par de porciones de tarta.

- Es bonito.

- Los cafés están de muerte.- Exclamo, emocionado. Sí, soy adicto al café y no me importa admitirlo.

- Veremos si opino lo mismo.

- Apuesto a que sí.

195

- ¡Oppa! - Luna se acerca a la mesa con nuestro pedido y lo sirve-. ¿Dónde están los chicos?

- Con sus cosas y sus novios y eso.

- ¡Omo!, ¿ya tienen todos novio?

- Bueno, Taemin sí. Key acaba de dar puerta a un idiota.

- Oh…

Changmin carraspea, imagino que no le gusta que hable así de su amigo.

- Las cosas como son, hyung, Minho es un gilipollas.

- ¿Él es tu novio? - Me susurra Luna, pero Changmin lo ha escuchado porque ella tiene la misma capacidad de disimulo que yo. Es decir, nula.

- Qué va, sólo es un… amigo de un amigo… de un… amigo. En realidad nadie.

Changmin pestañea confuso y Luna se retira un poco extrañada.

- Gracias por eso.

- De nada.- Doy un bocado a mi tarta-. ¿Vas a contarme de una vez lo que tenías que decirme?

Deja de beber su frappé y se acomoda, totalmente recto, en la silla.

- Si Minho ha dejado a Kibum es sólo por mi culpa.

- ¿Perdón?

Sigo comiendo. En realidad, a estas alturas como que me es indiferente cualquier información relacionada con Minho.

- Yo le aconsejé equivocadamente. Fue idea mía lo del anillo, lo de las pruebas,... toda esa mierda ni siquiera habría pasado por la mente de Minho porque él no tiene ni idea de lo que es una relación sentimental.

- Eso tiene algo de sentido.

- Yo quería que él presionara a Key para formalizar su relación y así… comprobar las verdaderas intenciones de tu amigo.

- ¿Cómo?

- Seamos sinceros, Onew, Key no es del tipo fiel y no tiene madera de “casado”.

- No le conoces, no puedes decir algo así sin conocerle.

- Sé lo que dicen las revistas. Y Minho también lo sabe. Sé lo de ese modelo, y lo del productor musical que vive en USA y que todo el mundo asegura que es su prometido y financió su carrera.

- ¡Todo eso es una sarta de mentiras! - Grito, levantándome, moviendo la mesa con mi gesto, y provocando que las miradas de las pocas personas del bar se centren en mi-. Key trabajó muy duramente mientras estábamos en la universidad para poder comprarse su primera máquina de coser. - Empiezo a enumerar con mis dedos-. Fregó platos en hoteles de alto standing, sirvió comidas en restaurantes en los que hoy en día ni me atrevería a entrar y trabajó como secretario con jornadas de 16 horas para ahorrar el suficiente dinero como para montar su propia línea de ropa. Ganó un concurso nacional sobre jóvenes diseñadores y tiene el lugar que tiene por sus propios méritos. Nunca se ha aprovechado de nadie, en cambio sí se han aprovechado de él. Desde que le conozco, que es casi toda nuestra vida, trato de impedir que sufra porque es una persona demasiado buena para este mundo. ¡O sea que no se te ocurra decir más chorradas sin fundamento sobre mi mejor amigo porque te juro que te cierro la boca a puñetazos!

Se levanta y me mira, desafiante. De verdad asusta su enorme estatura.

- Ya sabes lo que dicen : “cuando el río suena…”

- Maldito cabrón, te estoy diciendo…

- Key nunca será capaz de amar a Minho de la manera en que yo lo hago.

Me quedo sin palabras mientras su expresión continúa siendo relajada y prepotente.

- Q…

- Yo poseo ese tipo de amor incondicional y altruista. Amor verdadero. Del que busca lo mejor para la otra persona.

- Tú no quieres lo mejor para Minho, quieres lo mejor para ti. Siento hasta lástima por ese pobre ingenuo que te tiene como amigo.

- Yo he vivido cosas con él que nunca podrá vivir nadie más.

- Lo mismo he vivido yo con Key.

- No lo creo.

- No me importa lo que creas.

- Pfff…- Bufa, manteniendo ese aire de superioridad y cambiando el peso de su cuerpo de una pierna a otra-... Key ni siquiera le ama de verdad. ¿No fuistes anoche a EXO Planet de caza?

196

“¿Pero qué cojones…?”

- ¿Nos estás siguiendo?

Al final va a tener razón Key y este tipo es un stalker.

- Sólo para demostrarle a Minho la clase de puta que es el chico del que está enamorado.

- ¿¡¿Pero qué mierda….?!?

No puedo pensar más, me abalanzo sobre él mientras una voz detrás de mi trata de detenerme.

- ¡Hyung!

Es Jonghyun, que ha venido conmigo (a una distancia prudencial para evitar sospechas) para asegurarse de que no corría ningún peligro citándome con un completo desconocido. Sólo que ahora, parece que en lugar de ayudarme a mi, le está salvando a él de una muerte segura..

End Pov Onew

Pov Minho

No paro de morderme las uñas hasta que por fin el timbre de mi casa suena y voy corriendo a abrir. Mis ojos se abren impactados al ver la imagen de Max. Su rostro totalmente golpeado, un ligero reguero de sangre corriendo bajo su nariz y un pómulo hinchado, además de su ropa hecha un desastre y algo manchada de sangre seca.

- ¿Qué ha pasado?

- ¿Que qué ha pasado? ¡Los amigos de tu novio son unos cavernícolas!

Una sutil imagen de Taemin tratando de sujetar un mazo más grande que él viene a mi mente y sonrío.

- No me imagino a Taeminnie golpeando nada, la verdad.

Empiezo a reirme, aunque sé que no es el mejor momento para esto.

- ¿Taemin? ¡No! Ha sido su hyung, y ese otro, el heredero de las empresas Kim. Esos cabrones están locos.

- ¿Jonghyun?

- Ése mismo.

Me quedo mirando cómo Max rebusca en mi congelador algo de hielo para ponérselo en la cara y empiezo a reflexionar sobre lo mucho que todo el mundo quiere y protege a Kibum, y me siento el idiota más grande del mundo por haber hecho exactamente lo contrario.

End Pov Minho

197

Taemin y yo ocupamos nuestros asientos frente al enorme espejo de la pared y suspiramos.

- ¿Qué te vas a hacer? - Pregunta, sin despegar la vista de la revista de tendencias.

- Color.- Manoseo mi pelo, intentando ocultar una raíz oscura más que evidente-. Y cortar un poco.

- ¿No te apetece un cambio radical?

- ¿Un cambio? - Nos miramos.

- Sí, algo diferente, un color oscuro o atrevido.

- Mmmmm… - “Me gustan los rubios” llega a mi mente como una flecha lanzada directamente contra el objetivo-. Creo que me quedo con el rubio. Mi madre empezaría a respetarme si me lo cambio, y eso sería extraño.

Nos reímos y Gunhee, nuestro estilista, se agacha hasta quedar a la altura de mi nuca.

- ¿Qué te apetece? - Empieza a estirar mi pelo en busca de opciones.

- Nada raro, lo de siempre.

- Aburrido.

Se levanta y se cruza de brazos.

- Yo sí quiero algo diferente.- Sonríe Taemin, enseñándole una página de la revista-. Lo quiero igual.

Bufo, alargando mi mano hacia otra de esas revistas, pero encontrar un Choi Minho en la portada asegurando su soltería y su heterosexualidad no me hace sentir mejor.

- ¡Puta mierda!

La tiro al suelo, causando que los otros dos me miren, atónitos.

- ¿Un té? - Ofrece Gunhee, acariciando mi coronilla.

Tras varias horas en el salón de estética, nos vamos a la cafetería de Luna a merendar.

- Jjong y Onew-hyung vienen de camino.- Informa Taemin, guardando su móvil.

- ¿Vienen juntos?

- Eso parece.

- Qué raro…

- Quizá se han encontrado…

- Ash, tengo ganas de ver la cara de Jjong cuando llegue y me vea.- Se toquetea su cabello, ahora coloreado de un pelirrojo intenso que contrasta con su pálida piel.

- Tendréis que encerraros en el lavabo porque no seréis capaces de llegar a su casa.- Ironizo.

- ¡Hyung!

- ¡Hola! - Jonghyun y Onew entran y se sientan con nosotros.

- ¿Venís juntos? - Interrogo, un poco extrañado.

- Nos hemos encontrado en la puerta.- Contesta Onew, mirando la carta de postres.

- Ah…

- Taeminnie…- Jonghyun se quita la chaqueta, totalmente embobado mirándole-. Oh Dios mío…

- ¿Te gusta?

- Estás… - Se relame los labios, imagino que para impedir que la saliva salga de su boca como un perro hambriento-... joder, estás muy sexy.

198

Le acaricia el pelo y se acerca para olerlo. Realmente es un perro.

- Hyung, nos están mirando...

- Huele tan bien…

- Ohhh, qué monos…- Luna ya está tomando nuestros pedidos pero no puede evitar distraerse al ver a esos dos haciéndose arrumacos-. ¿Ése es su novio? - Asiento-. Es muy guapo.

Como los tres les estamos mirando fijamente, optan por separarse y pedir sus cafés.

- ¿Compartimos tarta de fresa? - Jonghyun mira cariñosamente a Taemin.

- ¡Sip!

Luna suspira emocionada y me da un golpecito en el hombro.

- Tú tienes que buscar alguien como él.- “Si supieras…”- Y tú también, no como el chico de ayer.

Se va y yo miro a Onew, expectante.

- ¿Con quién viniste ayer?

- Nada… un compañero de trabajo…

- ¡Hyung! - Protesta Taemin-. ¿Y qué pasa con Joon?

- No era una cita, ¿vale? Sólo quedamos para tomar algo. No estoy interesado.

Al levantar sus manos para explicarse (mi hyung es la persona más exageradamente expresiva que conozco) veo que tiene unos más que visibles arañazos en los nudillos.

- ¿Y esto? - Le cojo la mano, observando con atención las heridas.

- No es nada, Jean-Paul me arañó el otro día.

- ¡Omo!, ¡Jjong! - Exclama Taemin, provocando que le miremos-. ¿Qué te ha pasado?

- Ah… me… me herí en el gimnasio…

Conozco demasiado bien a Jonghyun para saber que no es capaz de mentir en absoluto. Y mucho mejor a Onew como para entender que trata de ocultarme algo (él es un experto en ese arte) pero las evidencias son tremendas.

- ¿Os habéis peleado? - Concluyo.

- ¿¡Qué!? ¡¡No!! - Chillan, nerviosos.

- Jjong…- balbucea Taemin, y puedo notar sus ojos humedecidos-... ¿estáis teniendo una aventura?

- ¡¡¡Noooo!!!

Ambos se levantan, enrojecidos y nerviosos, mientras Luna nos trae los pedidos.

- Vosotros dos sentaditos.- Les señala-. Ya tuve bastante ayer para convencer al jefe de que no os prohibiera el acceso.

Taemin y yo permanecemos callados, sin entender nada.

- Perdón.- Se sientan, con la cabeza gacha.

- ¿Vais a contarnos lo que ha pasado o se lo vamos a tener que preguntar a ella? - Esto empieza a molestarme de verdad.

- Ayer le dimos una paliza a Shim Changmin.

Onew termina la frase metiéndose en la boca un trozo de pastel y continúa mirando la mesa, concentrado en no mirarnos a los ojos.

- ¿Qué le hicisteis qué?

- ¿Quién es él? - Pregunta Taemin, algo más tranquilo, pero intrigado.

- El mejor amigo de Minho.- Explico-. Aunque la verdad sigo sin entender nada, ni qué tenéis que ver con él ni por qué le habéis pegado, ¿es que sois unos animales?

- Él dijo cosas.- Susurra Jonghyun-. Y le callamos.

- Él fue el stalker que me llamó.

- Oh…

- Confesó que él tuvo la culpa de todo lo que Minho hizo.

- Detente. No quiero saber más.- Empiezo a beber mi café-. No quiero saber nada que esté relacionado con él. Salvó a Jean-Paul y estaré agradecido con él para siempre, pero eso es todo.

199

- Pero él dijo…

- En cuanto a Changmin… él se lo merecía. Se comportó como un gilipollas conmigo. O sea que gracias, yo invito a la merienda hoy.

Cruzo las piernas y empiezo a comer, mientras Taemin sopla con cuidado las heridas en la mano de Jonghyun. ¿En serio se han peleado para protegerme? Esto sí que no me lo esperaba. De Onew puede que sí, dado que adquirió experiencia en el colegio, pero Jonghyun… creo que nunca dejará de sorprenderme.

Pov Taemin

Después de la merienda con los chicos y de convencer a Jonghyun de que me llevara directamente a mi casa (sin pasar por la suya), detiene el coche justo delante de la puerta.

- ¿Debería entrar a saludar a tus padres?

- No hace falta.- Me río, acariciándole un poco el pelo.

- No me gustaría que pensaran que les estoy evitando. O que no te tomo en serio.

- Dudo que mis padres piensen eso de ti, cariño.

- ¡Omo! ¿Cariño?

- Bueno… ya sabes…

¿Por qué demonios mi boca no deja de soltar cursilerías últimamente?

- Estos días estás diciendo cosas muy monas. El otro día me llamaste “Jjong”, ayer cuando estábamos… bueno… dijiste “mi vida”... hoy esto…

- ¿Yo dije “mi vida”? ¿Cuándo?

*Flashback*

Jonghyun se inclina hacia adelante y besa mi mandíbula tensa por el esfuerzo, mientras empuja fuerte pero lentamente en mi interior.

- Quiero hacerte el amor como nadie te lo ha hecho nunca antes.

- Jjong… mi vida…

Le abrazo con todas mis fuerzas haciendo realmente profunda la conexión pero mis piernas no soportan demasiado tiempo el temblor del orgasmo y nos desplomamos sobre la cama.

*End flashback*

Me sonrojo exageradamente mientras esos recuerdos vienen a mi mente y Jonghyun se ríe al darse cuenta.

- Entonces, ¿admites que estás enamorado de mi de una vez por todas?

- ¿Qué? - Le miro, mientras noto una presión en el pecho demasiado fuerte-. Yo…

- Dime.

- ¡Ash, esto es muy difícil para mi! - Pataleo sentado en mi asiento-. ¿Por qué siempre quieres poner todo con palabras? ¡No para todo el mundo es igual de sencillo expresarse!

- Está bien, tranquilo.- Masajea mis hombros-. Entiendo que te cueste un poco decirlo, pero sólo para que no te sientas extraño quiero que sepas que yo sí estoy enamorado de ti.- Trago saliva, sin apartar mis ojos de los suyos-. Te quiero y quiero que estemos juntos para siempre. Porque no hay nadie más con quien pueda ser más feliz que contigo.

No puede ser una declaración en toda regla cuando yo no estoy diciendo nada ni haciendo nada al respecto. Mi cerebro se mantiene en “modo hibernación”.

- Jjong…

- Quiero despertarme a tu lado todas las mañanas. Quiero prepararte el desayuno y cenar tu arroz quemado cada día.

- Idiota.- Le pego.

- Quiero que trabajes en mi empresa y poder ir juntos cada día y volver juntos. Y criticar a los malos empleados juntos.

- Eso no estaría bien.

- Y quiero presentarte a mis padres, aunque sean una auténtica pesadilla, para que se den cuenta por fin de la cantidad de cosas buenas que soy capaz de hacer. Porque tenerte a mi lado es un milagro.

- Jjong…- Mis lágrimas empiezan a caer, no puedo contener ninguna, y Jonghyun me abraza protectoramente-. ¿Por qué dices todo eso mientras yo ni siquiera soy capaz de decir que te quiero?

- No necesito escucharlo.

- ¡Te quiero! - Le abrazo con fuerza, mientras sigo hipando por los sollozos, y escucho su risa divertida-. ¡Te quiero mucho y aunque no puedo entender qué es lo que has visto en mi, tengo que darte las gracias por quererme, no me merezco todo tu amor! - Cada vez lloro más fuerte y Jonghyun me aprieta todavía más entre sus brazos.

- Tranquilo, no llores más. Ven aquí.- Con las manos temblorosas me desabrocho el cinturón y me apoya contra su pecho-. Eres maravilloso, Taeminie. Gracias por quererme.

200

Un golpecito en la ventanilla provoca que peguemos un salto y nos separemos al instante.

- ¿Vais a seguir montando un escándalo o vais a entrar a cenar?

Mi madre, brazos en jarra, nos mira acusadoramente.

- Ya vamos, mamá.

- Encantado de volver a saludarla, señora Lee.

Bajamos del coche, siguiéndola, y Jonghyun me presta su pañuelo para secarme la cara. Dios mío, debo de tener un aspecto horroroso.

- Cualquiera diría que os estábais despidiendo para siempre, madre mía, qué drama tenían montado en el coche.- Mira a mi padre, que deja el periódico en la mesa y se levanta a saludar.

- ¿Qué ocurre?

- En realidad nada.- Explica Jonghyun, un poco incómodo porque yo sigo sorbiendo mis mocos, incapaz de abrir la boca-. A Taemin le cuesta un poco expresarse y… las lágrimas simplemente salen.

- Por un momento creí que habían roto.- Explica mi madre, entrando en la cocina.

Los demás la seguimos, y me sirvo un vaso de agua para tranquilizarme.

- Perdón por el espectáculo.- Susurro-. Y por no avisaros antes de que me voy a vivir con Jonghyun.

Me siento en el mármol y observo la escena por el rabillo del ojo : el cuchillo que mamá sujetaba ha caído al suelo, mi padre viaja su mirada entre cada uno de nosotros, y Jonghyun se apoya en una de las sillas.

- ¿C… cómo has dicho?

- Lee Taemin.- Amenaza mamá, con un nuevo cuchillo en las manos-. Acabas de terminar la carrera, ni siquiera tienes un trabajo decente, apenas sabes cuidar de ti mismo, ¡ni siquiera puedes cocinar! ¿Cómo diablos vas a irte a vivir con él? ¿Estás loco?

- No, mamá. No estoy loco. Estoy enamorado de Jonghyun.- Añado-. Hyung.

Jonghyun reacciona y se acerca a abrazarme.

- Mi amor…- Me besa la coronilla-. Señora Lee, Señor Lee.- Se reverencia ante ellos-. Les prometo que cuidaré de su hijo y nada le faltará a mi lado.- Se pone de rodillas para iniciar una nueva reverencia, esta exageradamente formal..

- Hyung, no hagas eso.

- Y me gustaría que me permitieran casarme con él cuando sea lo suficientemente mayor y las leyes del país nos lo permitan.

El vaso de agua resbala de mis manos y se estrella contra el suelo, rompiéndose ruidosamente en cientos de pedazos. ¿Ha hablado de matrimonio? ¿Delante de mis padres?

Me estoy mareando. End Pov Taemin

201

- Debéis de haberos vuelto completamente locos.- Entrego a Taemin el hielo picado mientras él sigue rellenando las copas con sus famosos margaritas y Onew va probando el contenido con un dedo.

- ¡Hyung, para! - Le golpea la mano-. Esa copa no es tuya.

- Tus margaritas son los mejores.- Le pone cara de pena, y Taemin asiente, sonriente.

- En serio, Jjong.- Decoro su copa antes de ponerla en sus manos-. ¿Estás seguro acerca de esto? Él es tan pequeño…

- No es un bebé, Kibum, aunque sé que tú siempre lo verás de esa manera.

- Al margen de mis sentimientos maternales por él…- le agarro por los hombros protectoramente-... él sólo está despegando en su vida. Es tan inexperimentado aún… Ni siquiera ha empezado a asomar la cabecita en el mundo laboral…

- Eso ya está hablado. Trabajará para mi a partir del mes que viene.

- ¿Y qué hará? - Pregunta Onew, bebiendo ya sin disimulo, de su copa a medio decorar-. ¿Chupártela entre las reuniones?

- ¡Hyung! - Le regañamos.

- Él tiene mucho talento en las artes plásticas y necesitamos gente con nuevas ideas en el Departamento de Marketing. Empezará como un empleado más, pero con su potencial pronto será nuestra pieza más importante.

- Sí que tienes fe en él.

- He visto su trabajo y su empeño. Tengo suficiente.

- Sus padres me odiarán.- Alza su copa para brindar, y chocamos las nuestras contra ella-. Al menos los míos le adoran.

- Creo que piensan que vas a ser algo así como la “primera dama” de las empresas Kim.

- No suena mal, después de todo.

- Tan perfecto… - Ironizo, algo celoso.

- En realidad Jjong ni me ha preguntado si quiero ir a trabajar allí, pero él no suele pedirme mi opinión nunca.- Se ríe-. Ni en esto ni en lo de casarnos.

Onew y yo escupimos nuestras bebidas por la impresión.

- ¿¡¿CASAROS?!? ¿¡¿POR QUÉ?!?

Taemin se sonroja y Jonghyun está empezando a tartamudear intentando que alguna palabra entera abandone su boca.

- ¿NO LE HABRÁS DEJADO EMBARAZADO? - Señalo la barriga de Taemin, y Jonghyun mueve sus manos con nerviosismo, negándolo todo.

- Sólo… sólo… sólo quiero que él se sienta seguro a mi lado, eso es todo.

- ¡Tiene 21 años! - Onew por fin se ha limpiado la cara (después de salpicársela) y sigue en shock-. ¡No puedes casarte con él, es un niño!

- Ya, ya.- Nos tranquiliza Taemin, sirviendo más margaritas y acercándolos a nosotros-. No vamos a casarnos todavía. Ya ha sido bastante impactante decirle a mis padres que me iba a vivir con él. Simplemente, dejó claras sus buenas intenciones conmigo y mamá por fin asumió que ya no soy un bebé.- Da un trago a su copa mientras le miramos, asombrados por su sosiego.

- Pero… pero yo realmente quiero casarme…

- Ya veremos, Jjong, ya veremos.

- Pero entonces, ¿os vais a vivir juntos? - Pregunto, preocupado.

- Será divertido.- Sonríe Taemin.

- La convivencia no es un camino de rosas, Taeminie. Puede que surjan pequeños problemas en vuestra vida diaria y tendréis que afrontarlos juntos. Además, no podrás irte sin más y llegar a la hora que quieras, como hacías en casa de tus padres, tendrás que darle explicaciones de todo lo que haces…

Jonghyun pone cara de pánico mientras enumero todos los “contras” de su idea, pero Onew me detiene.

- Key, no te esfuerces. Taemin sólo está pensando en follar 24/7. No escucha nada más.

202

Taemin asiente divertido y sigue bebiendo. Jonghyun traga con esfuerzo.

- Yo me he acojonado.

- Normal.

- ¿Qué estará haciendo este inútil? - Onew consulta su reloj.

- Joon tiene el peor sentido de la orientación de la historia. No entiendo por qué siempre se pierde llegando a mi casa.

- Creo que tiene un conflicto con las salidas de la autopista.

- Deberías invitarlo a vivir contigo, así estaría más cerca.

- Uuuhhhhh…- Se burla la parejita.

- No, gracias. Me gusta mi soledad y mi espacio. No tengo intención de cambiar eso por mucho tiempo.

- Cobarde…

- ¿Otra ronda? - Taemin vuelve a poner en marcha la batidora.

- ¡Vale!

- ¡Pero ahora de fresa! - Exige Onew, ya empezando a arrastrar las palabras.

Genial, aún no hemos salido de casa y ya estamos prácticamente borrachos.

Pov Minho

- Están bebiendo.- Cierro la ventana del patio de luces y me siento en uno de los taburetes de la barra-. Y después se irán a EXO Planet y dejaré de existir para siempre.

- Sólo se están divirtiendo.

- Ni siquiera me ha invitado.

- Bueno, se supone que habéis roto, ¿qué sentido tendría?

- No me estás ayudando.

Max me sirve un poco de limonada y se sienta enfrente.

- Mañana cogemos un avión, Minho. Tienes que descansar y centrarte en el mundial. ¿Qué pasa si no rindes como deberías? La prensa seguirá hablando y rumoreando…

- Francamente, hyung, en estos momentos lo que publique la prensa me da exactamente igual.

- Pero tu carrera…

- Mi carrera sí me importa, por eso estoy bebiendo esto.- Levanto el vaso-. Cuando en realidad preferiría estar en coma etílico.

- Me alegro de que pienses con claridad. Dentro de dos semanas volveremos y tendrás una semana toda para ti. Entonces podrás beber y caer inconsciente y olvidar todo. Y después volveremos al entrenamiento.

- No puedo creer que ya estemos en esa pesadilla. 4 meses compitiendo. Lo odio.

- Hace años era tu sueño.

- Voy a retirarme, hyung.

- ¿¡Qué!? - Se levanta de su asiento-. ¿¡A tu edad!? ¿¡TE HAS VUELTO LOCO!?

- Esto ya no me llena. Quiero seguir estudiando y hacer algo diferente. Estoy un poco harto de que me vean como un estúpido futbolista sin cerebro que no ha elegido nada en su vida. Necesito ser yo.

- Bueno, ahora no pienses en eso. En unas horas estaremos en Canadá y todo esto no será más que una confusión temporal absurda.

- No es absurdo, hyung. Y ya no es sólo sobre mi. Voy a perderle de verdad. Y no me lo perdonaré nunca.

- Ash… me voy a arrepentir… - Mueve la cabeza hacia los lados.

- ¿De qué?

- Sigámoslos.

- ¿Qué? ¿A quién?

- A Key y a sus secuaces, los “Ángeles del Infierno”.

Me río, ¿“Ángeles del Infierno” Onew y Jonghyun? No lo veo.

203

- ¿A dónde pretendes seguirlos?

- A dondequiera que vayan.

Me levanto del taburete como un rayo.

- Voy a cambiarme.

End Pov Minho

Joon llega justo cuando ya nos íbamos y le servimos rápidamente uno de los últimos margaritas de Taemin.

- Está bueno.- Se relame.

- ¡Pues claro! - Onew pasa uno de sus brazos por los hombros de nuestro bebé-. ¡Es el Rey de los margaritas! - Le mira, seriamente-. Deberías dedicarte profesionalmente a eso.

- También lo pienso.- Asegura, contento.

- Nananananana.- Jonghyun se lo arrebata, agarrándole por la cintura-. Taeminie será mi asistente personal. Me traerá el correo, llevará mi agenda… me servirá café por las mañanas…

- ¡Eh! Tú lo que quieres es un esclavo.

- ¡Anda, pues no se me había ocurrido!

- Hyung, no seré tu secretaria guarrilla.

- ¡Omo! ¡Lo dices como si fuera algo malo!

- Deja de pervertir a mi hijo.- Cojo a Taemin de la mano y tiro de él hasta la puerta-. Joonie, acábate eso.

Joon nos mira, un poco desconcertado por el alto volumen de nuestras voces, y Onew le ayuda a acabarse su copa (metiendo prácticamente media cara dentro, porque ni siquiera la ha cogido, sino que ha bebido casi como un perrito de ella).

- ¡Jean-Paul, nos vamos! - Chillo, mientras mi gato nos ignora desde el sofá, lamiendo sus patitas totalmente desinteresado-. Desagradecido…

- ¡Eso ha sido un beso indirecto! - Grita Taemin, señalando la copa de Joon.

- ¿Eh?

- Uuuhhhhh…- Hacemos Jonghyun y yo.

- ¿En serio tenéis la edad que tenéis? - Onew pone cara de asco mientras Joon, exageradamente rojo, no sabe dónde meterse-. ¿Vosotros, que sois un atajo de zorras ninfómanas, estáis flipando porque hemos compartido su copa?

- ¡Eh! - Nos quejamos.- Pues anda que tú…

- No les escuches, Joonie, están borrachos.

Bebe el resto de su copa y la lleva al fregadero, tropezándose en el camino conmigo, con una silla y con la nevera.

- No como otros… - Me río.

- ¡Pues no estoy muy borracho! - Levanta un dedo, que todos miramos como hipnotizados, esperando por algo épico-. Pero sí bastante.

Reímos, yo incluso agarrando mi estómago.

- Estáis todos muy borrachos.- Opina Joon, el único sobrio del grupo-. ¿Cuánto tiempo lleváis bebiendo?

- ¿Qué hora es?

- Yo llegué a las 7 de la tarde y no he parado de hacer cocktails.

Jonghyun sujeta a Taemin, que se balancea risueño.

- Y aún no hemos cenado.- Protesto-. Vámonos ya, que se hace tarde.

- ¡Vamos!

- No les hagas mucho caso esta noche. Están borrachos.- Le intenta susurrar Onew a Joon, pero como no controla su propio volumen, lo escuchamos todos.

- ¡¡¡Eh!!!

La cena en el restaurante italiano resulta un desastre total. Somos los únicos que gritamos, pedimos una botella de vino tras otra, y recogemos con dudosas habilidades los cubiertos que vuelan fuera de la mesa. Onew incluso está a punto de caerse de la silla en uno de los intentos, pero Joon le sujeta con fuerza de la camiseta, que se rompe un poco por el lateral, dejando ver un buen trozo de sus dorsales.

- ¡Omo, hyung! Cómo se nota el gimnasio.

Jonghyun le tapa los ojos a Taemin, celoso por su comentario, y Joon evita seguir mirando descaradamente.

204

- ¡Mierda! Ahora tendré que ir a casa a cambiarme.

- ¡No, así es cool! - Rasgo un poco más la camiseta por el otro lado.

- ¿¡Qué haces!? ¡Es nueva!

- Arreglándola.

- ¡Menuda mierda!

Los camareros se acercan a pedir que bajemos el tono, pero no funciona, así que optamos por marcharnos antes de que nos echen.

- No había pedido mi postre…- Taemin le hace un puchero exagerado a su novio.

- Yo te lo doy luego.

- ¡Enfermos! - Les gritamos Onew y yo.

Caminar hacia EXO Planet en esas condiciones resulta casi aberrante, y teniendo en cuenta que Joon, el único que conserva sus neuronas prácticamente intactas, tiene un sentido de la orientación casi nulo, tardamos el triple de lo habitual en llegar. La cola es inmensa, pero nunca tenemos que esperar, siempre entramos por la zona VIP.

- ¡Key!

En la cola de la entrada un chico alto mueve sus brazos hacia arriba, llamando mi atención.

- ¿Ese es Kris? - Pregunta Taemin, enfocando sus ojos-. ¡Oh, mierda, también está Lay!

- ¿Quién es Lay? - Curiosea Jonghyun.

- ¡Nadie! - Le arrastra a la entrada y yo me detengo justo a su altura.

- ¡Hola! - Exclamo, levantando la mano para tomar la suya-. ¿Estás de nuevo por aquí?

- Unos días.- Sonríe.

- ¡Eso es perfecto! - No sé por qué, pero lo es-. ¡Venid con nosotros!

Tiro un poco de él y él tira de su amigo y les hacemos entrar con nosotros. Apenas llegamos y ya estamos pidiendo una nueva ronda de margaritas.

- ¿Qué os pasa con los margaritas? - Pregunta Joon, desconcertado.

- Dan una resaca fuerte.- Explica Onew.

- Nos gusta sufrir.- Completo yo.

- Qué masoquistas.

- Los míos son mejores.- Dice Taemin, poniendo una mueca agria al probar el suyo.

- Totalmente de acuerdo.- Jonghyun levanta su vaso-. ¡Brindemos por los margaritas de Taemin, que tiene unas manos mágicas!

Reímos escandalosamente ante eso último pero de todas formas brindamos.

- ¿Bailamos? - Kris tira un poco de mi, y yo agarro a Onew, casi como un trenecito, para que nos acompañe. No sé por qué quedarme a solas con él me da tanto pánico siempre.

- A mi no me metas.

- ¡Vamos todos! - Taemin nos empuja hacia la pista de baile y no tenemos más remedio que ir hacia allá.

- ¡Yeeeehaaaaaaa!

En menos de diez minutos estamos saltando, sudando y contoneándonos como si estuviéramos en la última noche antes del fin del mundo. Taemin y Jonghyun se devoran descompasadamente mientras intentan seguir el ritmo de una canción, Onew y Joon tropiezan el uno con el otro tratando de seguir los pasos de Lay, que es definitivamente el mejor bailarín de la discoteca, y Kris me mantiene sujeto por la cintura, detrás de mi, susurrándome cosas al oído, mientras nos movemos tratando de seguir la música, algo ya completamente imposible en mi estado.

- ¿Dices entonces que ahora estás soltero?

Asiento con firmeza, casi enfadado por ello.

- Fue jodido.- Mal pronuncio, mi boca no me obedece-. Así que no quiero hablar de ello.

- Pobre Bummie… No merecías eso…- Acaricia mi mejilla, y no puedo evitar estremecerme. Aunque no sé si es por el contacto o por la forma en la que me ha llamado.

- Estúpido Minho…- Balbuceo, y mis ojos creen detectarlo junto a la cabina de los DJ’s, a pocos metros de nosotros. Demasiado alcohol. Demasiada obsesión.

- Eras demasiado para él…- Noto su aliento en mi cuello, seguido por el roce de sus labios. Cierro los ojos y mi cuerpo se destensa. Por fin.

- Sigue…- Casi suplico, y sus labios suben hasta la línea de mi mandíbula, rodeándola hasta llegar a mis labios. Me giro con torpeza y nos fundimos en un beso brusco, torpe y ansioso, que me hace perder el control.

205

- ¿Esta noche podré entrar en tu apartamento? Creo que lo teníamos pendiente.

Le sonrío, mi boca no puede emitir ya sonido alguno, y ataca la suya de nuevo. Pero algo nos hace separarnos. Un dolor fuerte en mi brazo, y de repente estoy siendo arrastrado lejos de Kris, y de mis amigos, que me miran con expresiones extrañas y empiezan a correr detrás de mi. ¿Quién me está llevando?

La respuesta llega una vez que piso la calle y me intento deshacer del agarre doloroso.

- ¿Quién cojones…? - Mis ojos se encuentran con los suyos y mis rodillas fallan hasta el punto de caer de culo en plena acera-. ¡Maldito seas, Choi Minho!

Los también torpes brazos de Onew y Jonghyun me ayudan a ponerme en pie, mientras Kris suelta la mano de Minho de mi brazo.

- Déjale en paz.- Su voz es suave, pacífica.

- No, ¡tú déjale en paz! - Le empuja y me señala-. ¿Se puede saber qué estabas haciendo?

- ¿Y-Yo? - Me señalo a mi mismo.

- ¿Tanto me querías y tan importante era para ti?

- ¡Fue culpa tuya! - Grito, soltándome de los brazos que me sujetaban-. ¡Todo es tu culpa, maldito reprimido de mierda! - No me controlo, no soy capaz-. ¡El tren se fue, ya no pasa de nuevo, olvídame! - Gesticulo con mis brazos, con exageración.

Me mira estupefacto, como intentando dar sentido a mis palabras, que sólo salen desordenadas de mis labios.

- Kibum, vamos a hablar de esto, ¿quieres?

- ¡No tenemos nada de… - Las náuseas me impiden terminar la frase de un sólo golpe-... nada de qué hablar!

Kris me agarra de la cintura, preocupado de que me caiga de nuevo, y Minho se acerca, intentando que me suelte.

- Esto es algo entre nosotros, por favor, no te metas.

- ¡No es verdad! - Chilla Taemin, pataleando en el aire porque Jonghyun le sujeta para impedir que le pegue a Minho-. ¡Tú le dejaste, así que no hay nada entre vosotros! ¡Deja que mi hyung sea feliz!

- Eso.- Onew le agarra la mano, impidiendo que me toque-. Y nosotros dejaremos que el tuyo lo sea también.- Le sonríe maliciosamente, mientras Minho parpadea, algo asustado.

Yo no sé por qué estúpida razón estallo en carcajadas.

- ¡Somos la puta mafia coreana!

Los chicos empiezan a reirse y Kris me suelta, extrañado por toda la absurda situación.

- Nos vamos a casa.

Antes de que ni siquiera haya dejado de reirme, veo el mundo desde lo alto del hombro de Minho, que me ha cargado como si fuera un simple saco de patatas en oferta y camina en dirección contraria, mientras yo pataleo para bajarme, sin resultado.

- ¡No te lo lleves! - Onew empieza a caminar torpemente detrás de nosotros.

- ¡Hyung! - Taemin casi llora, pero Jonghyun le abraza y ambos permanecen inmóviles en su sitio, al igual que Kris, que se rasca la cabeza imagino que pensando en qué sería lo correcto en una situación como esa. Lay, a su lado, le comenta algo y finalmente vuelven a la discoteca mientras yo sigo alejándome.

- Genial, me acabas de joder el polvo.- Le pego en la espalda y le escucho quejarse.

Joon camina junto a Onew, detrás de nosotros.

- Onew, te vas a caer.- Le agarra de un brazo.

- ¡Ese gilipollas….! ¡Choi, gilipollas, suelta a mi Key!

- ¡Hyung, sálvame! - Grito, moviéndome como un gusano sobre Minho, que me afianza fuerte sobre su hombro y se detiene en el borde de la acera-. ¿Qué coño haces?

Un coche se detiene delante de nosotros.

- ¡No, Key, no! - Berrea Onew, mientras soy encerrado en la parte trasera, junto a Minho. Mis ojos se encuentran accidentalmente con los del conductor, a través del retrovisor.

- Hola Kibum.

- Tú…

Max sonríe y hace una señal a Minho.

En la calle escucho un quejido y veo cómo Onew está a punto de caerse pero Joon le sujeta por las axilas como si fuera un niño pequeño. Se miran durante un instante y finalmente Onew resbala hasta el suelo.

- ¡ME CAGO EN LA PUTA!

- ¿Qué pasa, hyung? - Intento asomarme a la ventana, pero Minho me retiene contra el asiento.

- ¡ACABO DE ACORDARME!

206

- ¿Eh?

- Acelera, hyung.

Tras la orden de Minho, Max pisa el acelerador y nos marchamos de allí mientras mi cerebro y mi estómago tratan de entender qué coño está pasando.

207

Pov Onew

Para cuando los demás llegan a nuestro lado, yo mantengo la cabeza entre mis piernas, sentado en la acera, mientras Joon me acaricia la espalda.

- ¿Qué pasó con Kibum? - Pregunta Jonghyun, alarmado.

- Se lo llevó en un coche.

- Pero si Minho no conduce.

- Creo que conducía su hyung.

- Vaya, vamos a tener que reencontrarnos con él de nuevo.- Cruza los brazos y frunce el ceño, amenazante.

- Me voy a casa.

Me pongo de pie, ayudado por Joon de nuevo.

- Hyung, estás mal, quédate hasta que se te baje un poco.- Taemin me agarra del brazo, pero me suelto.

- Estoy bien, sólo necesito dormir.

- ¿Seguro?

- Gracias por preocuparte.- Le acaricio el pelo-. Y tú, asegúrate que vuelve a casa de una pieza.- Exijo a Jonghyun, quien asiente enérgicamente, y me giro hacia Joon de nuevo-. ¿Vienes conmigo?

- Uuuuhhhhhh…

Ignoro a esos dos y agarro a Joon de la mano, provocándole un fuerte sonrojo que incluso yo en estas circunstancias puedo notar.

- Onew, creo que no deberíamos…

Paro de caminar, me quedo quieto enfrente de él y le agarro la cara con las manos justo antes de besarle con todas mis ganas.

- ¡Buaaaaa, se están besandooooo! - Escucho el grito de Taemin lejos, pero lo suficientemente claro como para que toda la gente que deambula por la acera lo escuche también.

Me separo bruscamente y mis ojos le interrogan con furia, justo antes de que mi boca lo haga.

- ¿Estás bien con esto?

- ¿E-eh?

- Que si quieres algo o sólo son imaginaciones mías.

- ¿I-ima-imaginaciones?

- Que si te gusto o sólo fue un polvo de una noche porque estábamos borrachos.- ¿Por qué coño estoy diciendo esto justo ahora?

- Onew…yo…

De repente una serie de flashes aparecen ante mis ojos como si estuviera viendo las diapositivas de la luna de miel de un par de desconocidos. Mi cama, besos, un golpe contra el cabecero, risas, besos, un nudo en mis muñecas con una corbata, mordiscos, más besos… “Te quiero” suena en mis oídos como algo sutil y extraño, y un abrazo me envuelve mientras me duermo.

- Soy tan idiota… - Me río, con lágrimas en los ojos porque en realidad quiero llorar y abofetearme por tener tan pocas luces-. Todo este tiempo… - Sigo riéndome pero las lágrimas salen ya sin pudor-. Todos estos años…

Joon me rodea con sus brazos en un abrazo fuerte y protector que me desarma.

- Vamos, te acompaño a casa, estás muy borracho.

No protesto, no me río más, sólo dejo que las lágrimas sigan cayendo silenciosamente hasta que llegamos a mi casa. Y una vez que la puerta se cierra, todo se desata.

Me deshago de mi camiseta, terminando de romperla, y la lanzo hacia alguna parte perdida entre el sofá y las cortinas, mientras Joon se queda embobado, paralizado junto a la puerta.

208

- ¡Puto Choi y puto tequila!

Me deshago de mis zapatos como puedo, lanzando uno de ellos sobre mi cabeza, y empiezo a intentar desabrochar mi cinturón, sin éxito, hasta que Joon fija sus manos en la hebilla.

- Yo lo haré.

Lo desabrocha con suma tranquilidad, para luego deslizarlo a través de sus manos y tensarlo entre ellas, mirándome con una sonrisa algo oscura.

- ¿Qué pasa?

Entonces, en un gesto rápido (o al menos a mi me parece rápido porque mi capacidad de reacción es extremadamente lenta) junta mis manos y las amarra con el cinturón, asegurando la hebilla con fuerza, y dejando un buen trozo de cuero a modo de correa. Tira un poco, consiguiendo que me mueva de mi sitio y le siga.

- Joonieee…- Me río, apenas balbuceando-... esta vez no estoy tan borracho como la otra… Voy a recordarlo todo…

- Mejor.

Da un nuevo tirón, tirándome de cara en el colchón de mi cama, y se sienta sobre mi cintura, para que no pueda moverme en absoluto.

- ¿Eres un chico malo? - Bromeo.

- Dímelo tú.- Roza mi oreja con su lengua lentamente-. ¿Lo soy?

- Lo eres.

- ¿Y qué crees que te hará este chico malo?

- Mientras lo que sea que quiera hacerme incluya follarme, no me opondré.

Escucho su risa divertida mientras baja mis pantalones y empieza a hurgar entre mis nalgas, contagiándome sus ganas.

- Se acabó el juego, Onew.

Su voz se ha vuelto tan grave que me produce escalofríos. ¿Dónde ha quedado el chico que se sonrojó hace un momento porque simplemente le cogí la mano? Apenas puedo procesar que el niño tímido que siempre ha cuidado sus palabras delante de todo el mundo me esté lamiendo y chupando sin dejarme opción a corresponderle.

- ¿Qué vas a hacer? - Pregunto, girándome curioso al escuchar una cremallera.

- Lo que debí haber hecho hace mucho tiempo.

Y de nuevo el Joon depravado que sólo pude conocer una vez en toda mi vida (y vagamente recuerdo) aparece de nuevo, hundiéndose en mi interior mientras un grito agudo se me escapa ante la falta de preparación.

-

¡Duele!

-

Dijiste que te gustaba duro la otra vez. ¿Es que era mentira? - Me susurra al oído.

Nuestros ojos se encuentran durante décimas de segundo y sonrío, casi involuntariamente.

-

Será mejor que mañana pidamos el día libre en la oficina.

Me besa delicadamente y empieza a moverse de forma brusca, anhelando mis gemidos nada tímidos, que marcan el ritmo de sus vaivenes. Y me siento tan desesperadamente suyo que mis lágrimas aparecen de nuevo, pero son unas lágrimas totalmente diferentes.

-

Te… quiero… - Apenas deja escapar entre embestida y embestida.

-

Y..y...yo a ti…

Me giro para mirarle de frente y vuelvo a besarle, saboreándolo como nunca, reencontrándome con su deliciosa lengua, que me explora con ganas y con una lentitud pasmosa teniendo en cuenta lo rápido que nos movemos. Escucho el teléfono, pero la llamada se corta en seguida y ni siquiera había pensando en responder, esto es demasiado increíble como para detenerlo.

-

Ah…

-

Joonie…

End Pov Onew

Minho se apodera de mi teléfono y corta la llamada, lanzándolo de inmediato al asiento delantero.

-

¡Eh! - Protesto-. ¡Ese es mi móvil!

Intento acercarme a cogerlo, pero Minho me vuelve a inmovilizar en el asiento, poniéndome el cinturón de seguridad.

-

No lo necesitas. Y estate quieto.

-

¿Cómo que no lo necesito? Me estás secuestrando. Mejor dicho, ¡me estáis secuestrando! - Chillo para que Max pueda oirme-. Voy a llamar a la policía, a la prensa… y… y… ¡a Jean-Paul!

-

Si piensas que tu gato puede salvarte, quizá no sea tan mala idea dejarte el móvil.- Se ríe.

Le pego una colleja que resuena en todo el coche. Max se ríe.

-

Tú cállate, que también hay para ti.

Minho me sujeta justo cuando empiezo a tirarle del pelo a Max y trata de sujetar mis brazos, pero mi rabia es superior y empieza a dar volantazos,

-

¡Joder, Kibum, para! - Minho me grita y se desabrocha el cinturón para inmovilizarme con todo su cuerpo-. ¿Estás loco? ¡Vas a provocar un accidente!

209

-

¡No haberme secuestrado!

-

¡Ah…. mierda!

Un traqueteo extraño me hace darme cuenta de que Max ha arrollado una serie de conos de señalación de la carretera por mi culpa y opto por dejar de atacarle (al menos momentáneamente) porque la idea de estrellarnos a causa de mi idiotez no me parece demasiado tentadora.

Me acomodo en el asiento trasero mientras Minho mantiene su agarre en mis brazos, con los ojos abiertos del pánico.

-

Si vas a volver a hacer una estupidez como esa, por favor, espera a que hayamos llegado.

Me cruzo de brazos y fijo mi vista en mi ventanilla.

-

Tú me secuestras, yo me vuelvo loco, es así como funciona. Por suerte, Onew es un friki informático y rastreará mi móvil hasta dar conmigo. Entonces os denunciará y a tomar por culo el mundial.

Minho me suelta y se sienta a mi lado, poniéndose de nuevo el cinturón de seguridad.

-

Nadie está secuestrando a nadie. Sólo protejo lo que es mío.

-

¡JA! Yo no soy tuyo.

-

Eso está por discutir.

-

Yo no discuto gilipolleces.

-

Por favor, Kibum, no seas testarudo.

-

Tú me dejaste, ahora te jodes.

-

¡Maldita sea, fueron las circunstancias!

-

Bla bla bla…- Me burlo, terminando mi interrupción sacando la lengua-. ¡No me interesa! - Pongo mi mano en alto, con la palma hacia su cara, a modo de escudo. En realidad no quiero escuchar más de sus explicaciones de mierda.

Al cabo de unos minutos llegamos a nuestra calle y Max aparca el coche, trato de bajarme pero Minho me lo impide una vez más. Max abre la puerta y me zarandea, agarrándome por las muñecas, mientras Minho baja por el otro lado.

-

No dejes que se suelte.

Pero mi rodilla hace un movimiento estratégico en plena entrepierna y Max me suelta al instante, jadeando de dolor y agachándose para rezarle al Dios de la fertilidad que aquello no deje secuelas. Me río como un loco justo antes de empezar a correr hacia mi casa, cosa que no consigo porque Minho ha llegado demasiado rápido y ha vuelto a cargarme como un saco de patatas.

-

¡Sé andar! ¿sabes?

-

Hyung… ¿estás bien?

Max mueve su mano arriba y abajo, indicándonos que nos vayamos, y así lo hacemos. Yo sigo pataleando en la cintura de Minho mientras él abre la puerta, saluda a unos vecinos (que nos observan escandalizados y a los cuales pido ayuda, sin resultado) y abre la puerta de mi apartamento, después de rebuscar en mis bolsillos con su mano libre.

Dejo de patalear en el mismo momento en el que me doy cuenta de que no puede pasarme nada malo si estoy en mi propia casa, y porque Jean-Paul, alertado por mis gritos, ha venido a recibirnos y le está maullando con odio a Minho.

-

Jean-Paul, no pasa nada…- Le tranquilizo, aunque mi voz no suena nada tranquilizadora-. Sólo jugamos…

Minho me suelta en el sofá, pero se agacha delante de mi, aún sujetando mis muñecas y sujetando mis piernas entre las suyas.

-

No hagas nada de lo que puedas arrepentirte después.

Ambos pensamos en su entrepierna y lo último que se me ocurre es golpearla y provocarle impotencia irreversible. Lo que se perdería el mundo. ¡Diablos!, ¿por qué soy tan bueno?

-

No voy a golpearte delante de mi gato.

Jean-Paul sube de un salto al sofá y se coloca en mi regazo, mirando a Minho con desconfianza.

-

Veo que ya está mucho mejor.- Alarga una mano hacia él-. Hola, precioso, papá está aquí.- Jean-Paul suelta un bufido y muestra sus colmillos, provocando que Minho retire su mano rápidamente-. ¿Qué le pasa?

-

Te odia casi tanto como yo. Es normal.

Le mira con detenimiento, mientras el gato se acomoda en mi pecho y luego me mira a mi.

-

En realidad os parecéis bastante, ahora que me fijo.

-

Sí. Ambos reconocemos a un gilipollas a kilómetros.

210

Me suelta definitivamente y se sienta sobre sus talones.

-

Ya sé que soy un gilipollas. Por eso estoy haciendo eso.- Parpadeo. ¿Qué? - Quiero enmendar mis errores. Empezar de cero.

-

Es bastante tarde para eso, ¿no crees?

-

No es tarde si me sigues queriendo. Es así, ¿verdad?

¡Vamos! ¿Es que alguien cree que soy capaz de mentir en algo como eso?

Alargo mi mano para conseguir un arma arrojadiza pero sólo encuentro una revista. Al enrollarla lentamente en mi mano, me fijo en que es mi último ejemplar de “Men’s Health” con Minho en la portada, y le doy la vuelta para no flaquear en mi deleite de sus músculos. Pero al girarla algo capta mi atención. Mis datos están ahí. Mis datos correctos. Mi dirección correcta.

-

No me lo puedo creer, al final lo han rectificado.

-

¿Qué?

-

La revista.- Se la enseño.

-

¿Qué pasa?

-

Mi dirección es correcta. - Se separa un poco de mi, y alargo de nuevo mi mano hasta llegar a la revista del mes anterior.- Antes ponía tu dirección y ahora… - Compruebo mis palabras pero en seguida todo se vuelve incomprensible. En la revista del mes anterior la dirección estaba correcta. Rápidamente busco la anterior a esa, y de nuevo me encuentro con el mismo resultado.- Mis datos en la dirección de envío son correctos. - Le miro, sorprendido-. ¿Cómo puede ser? - Cojo más ejemplares y de nuevo todo está bien-. Maldito cartero cegato...

Minho suspira.

-

Ya sé que tus datos están bien.

-

¿Ein?

-

Tus datos siempre han estado bien. Excepto la primera vez, cuando nos conocimos. Ahí estaban mal.

-

No entiendo nada.

-

Ese día, cuando te conocí, me pareciste… curioso.

-

Gracias.- Pongo cara de asco-.

-

Creí que sería divertido conocerte mejor. Luego vi que la revista llegaba correctamente a tu buzón y se me ocurrió que si yo te la llevaba, tendría una excusa para hablar contigo.- En este punto, ya no puedo ocultar mi asombro-. Sé que no tienes mucho tiempo libre, o sea que supuse que no comprobarías que tus datos estuvieran bien puestos.

-

Oh dios… esto es tan de comedia romántica americana…- Estoy oficialmente alucinando.

-

Salvo que en este punto, la chica suele golpear al chico por mentirle.

-

Las chicas son idiotas.- Sonríe.- Aunque creía que tú no veías comedias románticas.

-

Bueno… todo el mundo se ha tragado alguna por error.

-

JA.

-

Además… desde el principio te gusté. Era evidente. Tenía que seguirte el juego.

-

Esto es increíble.- Suspiro con sarcasmo-. Lo sabías, te gustaba, y aún así me hacías sufrir. ¿Es que te daban igual mis sentimientos?

-

No. Nunca me han dado igual.

-

Has actuado así hasta ahora.

-

Ya habíamos acordado que soy gilipollas, ¿no? - Sonríe.

-

Al menos en algo estamos de acuerdo.- Sonrío.

-

Todavía podemos arreglarlo. Aún estamos a tiempo de salvar esto.- Lanzo un bufido y miro al techo.

-

¿Tú crees?

-

Aún nos seguimos queriendo.

Vuelvo mi mirada a su cara y nos quedamos un buen rato inmóviles.

-

¿Tú me quieres?

-

Sí.

-

Yo no estoy tan seguro.

Suspiro.

Su rostro se descompone en un segundo.

-

¿Has dejado de quererme?

-

No.

Mierda, ¿tampoco puedo mentir en eso?

211

-

¿Entonces?

-

Ya no confío en ti.

-

¿Qué necesitas para volver a confiar en mi?

-

No lo sé. Sólo… sentir que no te avergüenzas de lo nuestro.

-

No me avergüenzo.- Lanzo una risita irónica-. Te lo juro.- Le miro con expresión de “no me creo nada” y me agarra de la cintura-. Te lo demostraré.

No sé por qué pero algo en sus ojos me transmite algo que hasta ahora no había captado. Un halo extraño de… ¿seguridad?

-

No creo que seas capaz de hacer eso.

-

Dame dos semanas.

-

¿Eh?

-

Dentro de 3 horas vuelo a Canadá y no volveré hasta dentro de dos semanas.

Pongo una mueca de decepción.

-

Vaya forma de arreglar las cosas.

-

Es el mundial, no puedo no ir.

-

Maldito mundial…

-

Espera por mi, por favor.

-

¿Qué?

Se acerca y coloca su cara entre mi hombro y mi cuello, haciéndome sentir cómo olisquea algo en ese lugar. -

Tu olor… es lo mejor del mundo.- Noto su aliento en mi piel y me escalofrío-. Espera dos semanas, sólo eso. Te prometo que todo cambiará. Yo quiero estar contigo.- Un ligero temblor en su voz y un sollozo me desarman completamente.

-

¿Qué pretendes que haga en estas dos semanas?

-

No me sustituyas.

-

Vamos, no me jodas…

-

Por favor.- Sus ojos se clavan en los míos-. No quiero que nadie más toque estos labios…- Los mira fijamente y se acerca poco a poco, hasta rozarlos con los suyos-. No podría soportar volver a ver eso…Lo que he visto esta noche...- Un nuevo roce.

El tercer roce es el definitivo. Nos besamos con lentitud, mientras Jean-Paul decide que está de más y se va a dormir, dejándonos solos, recostados en el sofá, acariciándonos, echándonos de menos, demostrando lo mucho que nos hemos echado de menos, inseguros acerca de nuestro futuro cercano, de nuestro futuro lejano… pero cerrando el eterno interrogante acerca de nuestros recíprocos sentimientos.

-

Minho… - Gimo, mientras sus manos me acarician delicadamente, desesperándome.

-

Vivamos juntos.- Percibo una sensación fría en mi dedo anular y no tardo en darme cuenta de que el anillo que le devolví semanas atrás ha vuelto a su lugar de origen-. Te amo, Bummie. Por encima de lo que sea.

Y entonces me hundo. Estoy definitivamente perdido. He caído. Sin lona de seguridad. Y el golpe es tan tremendo que no voy a ser capaz de regresar a la realidad nunca más. Lo sé. Lo noto. Estoy más enamorado que nunca de Choi Minho, el héroe de la nación, que una vez me negó delante de todo el mundo y ahora me está prometiendo la luna.

212

- ¡GOOOOOOOOOOOOOOL!

Oímos el grito justo antes de entrar en la cervecería, y damos media vuelta.

-

No, en serio, ¿qué le pasa a toda esta gente? - Protesto-. Vayas a donde vayas, esa maldita fiebre del mundial está por todas partes. ¿Qué tiene de divertido ver a todos esos tipos corriendo detrás de un balón?

-

Tienen buenos muslos.- Opina Onew.

-

Y abdominales.- Apoya Taemin.

-

Recrearse mirando un buen cuerpo no justifica 90 minutos de partido.

-

¿De qué te quejas, hyung? Uno de esos es tu novio.

-

Pero a mi no me gusta porque sea futbolista.

-

Nop, te gusta porque está buenísimo.

-

¿Otra vez babeando por él? - Me detengo en mitad de la calle.

-

¡Joder!, ¡tengo ojos!

-

Deja de actuar como la novia celosa.- Onew me agarra del brazo para obligarme a seguir caminando-. Él dijo que te amaba y todo eso, ¿no? ¿A qué viene esa inseguridad?

-

A que está a miles de kilómetros de mi y tengo miedo de que se arrepienta de lo que dijo. No me jodas, Key. Desde que se fue te llama a diario, no para de enviarte flores y bombones y ni siquiera negó los rumores que salieron con la portada de la semana pasada.

-

No me recuerdes eso, por favor.

-

¡Yo la quiero enmarcar! -Exclama Taemin, riéndose-. Fue tan épica…

Mis amigos hablan de la portada de Dispatch de la semana pasada, en la que aparezco yo siendo secuestrado por Minho en EXO Planet bajo el titular “Pelea de enamorados : el héroe de la nación sufre un ataque de celos” acompañado de varios testimonios de personas que aseguran haber visto cómo golpeaba a un chico que supuestamente era mi amante. Carroñeros.

-

Sus padres deben de estar furiosos.

-

Si hubiera sido sincero desde el principio…

-

Era difícil, hyung, tú mejor que nadie lo sabes.

-

Sigo pensando que fue un cobarde de mierda.

-

¡Mirad, ese parece un buen sitio!

Seguimos la indicación de Taemin y nos acercamos a una pastelería bastante vacía, pero al entrar vemos una gran pantalla al fondo de la zona del comedor y para variar, están retransmitiendo el puto partido.

-

¿Vamos a mi casa? - Propongo, y rápidamente aceptan.

-

¿Qué tramas? - Pregunta Taemin a Onew, viendo que éste guarda su teléfono en el bolsillo con una sonrisa idiota en la cara-

-

Nada.

-

Estás muy extraño últimamente, ¿has follado?

-

¡Taeminnie! - Le regaño.

-

¿Qué?

-

Tiene razón.- Admite Onew, sin borrar la sonrisa-. He follado.

-

¡Omo!

-

Joon y yo estamos saliendo. Pero no pienso explicaros nada.

Empieza a caminar delante de nosotros y le seguimos como un par de cachorritos a su madre. -

Va, hyung, cuéntanos detalles.

213

-

¿Es un depravado? Apuesto a que lo es.

-

No pienso decir nada.

-

¡No es justo, nosotros te contamos todo!

-

Porque sois unos exhibicionistas.

-

¡Hyung!

Decidimos darnos por vencido durante un rato y disfrutar de una cena tranquila en mi casa sólo los tres, sin novios, como en los viejos tiempos en los que nuestra vida era sencilla y despreocupada.

-

Pasado mañana vuelve Minho, ¿verdad? - Pregunta Taemin.

-

Sí.

-

Como para entonces ya estaré completamente instalado en casa de Jonghyun, hemos pensado en hacer una especie de “fiesta de inauguración”.

-

Ash… odio cuando hablas en plural, en serio.- Bufa Onew.

-

Suena divertido. Te compraremos una planta y esas cosas que se hacen.

-

Os necesito ahí más que nunca. Jjong va a invitar a sus padres.

-

Madre mía, ¿te los va a presentar?

-

Eso me temo.

-

O sea que nos quieres a nosotros como escudo anti misiles.- Se ríe Onew-. Ya decía yo que tanto interés tenía un motivo.

-

Hyung, no seas egoísta. Taeminie nos está pidiendo este favor porque es difícil para él enfrentar esto solo, tenemos que ayudarle.

-

Gracias, hyung.

-

Lo que sea… Iremos. Pero no me pidas que mienta o que sea educado, odio las reuniones familiares. ¡Ah! y necesitaré alcohol.

-

Vaaaaaleeeee…

-

Intentaremos que no piensen que somos unos alcohólicos bipolares.

-

Y maricas.

-

Eso es tan evidente…

Nos reímos imaginando la escena, aunque en realidad estamos nerviosos por nuestro pequeño. ¿Y si la familia de Jonghyun no le acepta? Eso nos aterra demasiado, no queremos que sufra más…

-

No sé por qué os coméis tanto la olla con las presentaciones familiares. Yo no pienso conocer a la familia de Joon ni quiero que él conozca a la mía.

-

¿Y eso por qué? - Pregunta Taemin.

-

Porque cuando les conoces, ya no puedes ser tan pervertido y empiezas a ver a tu novio como una persona.- Le miramos, boquiabiertos, sin creer lo que acaba de decir-. ¿Qué? Me miráis como si hubiera dicho una barbaridad. Me gusta follar. No soy de los que “hacen el amor”.

Sube las escaleras hacia mi casa y seguimos en shock. Bueno, al menos podemos estar seguros de que Onew nunca cambiará. Para bien o para mal.

Los días han pasado escandalosamente lentos, ha sido muy duro sobrellevar la abstinencia (más aún con la expectación de la recompensa) pero finalmente, esta tarde Minho regresa y tengo muchas ganas de verle. Y decir “muchas ganas” me parece un eufemismo teniendo en cuenta todo lo que en realidad quiero hacerle. Madre mía… no puedo más…

-

Oppa, ya está todo firmado.- Sulli apila las carpetas en un lado de mi escritorio-. Ya te puedes ir.

-

¿Seguro? Odio dejar las cosas a medias.

-

No seas bobo, llevas toda la semana trabajando como un loco, vete y disfruta de tu novio.

Me guiña un ojo.

-

Igual mañana no puedo venir a trabajar.

-

Cuento con eso.- Me da una palmadita en la espalda y me acerca la chaqueta-. Dale recuerdos a Minho.

Sonrío, aunque no es algo casual, llevo todo el día con una cara de idiota que no sé cómo no me censuran en mi propia empresa por empalagoso. Cojo mis cosas, paso por casa a cambiarme y me voy directamente a casa de Jonghyun, ya que hemos quedado temprano allí para ayudarles a preparar la fiesta.

-

¡Bienvenidos! - Grita Taemin, abriéndonos la puerta y abrazándonos como si estuviera poseído.

-

¿Y a este qué le pasa? - Onew se aleja de él, asustado por su excesivo entusiasmo.

-

Margaritas.- Aparece Jonghyun y nos ayuda con las bolsas-. Ya lleva dos.

214

-

No creo que sea buena idea emborracharte el día en que vas a conocer a tus suegros.- Opino, preocupado, mientras Taemin sube el volumen de la música y bailotea por el salón.

-

¿Os enseño nuestra habitación? ¡La he re-decorado entera!

Nos arrastra a la habitación, después al estudio, la terraza, el baño… pero inevitablemente acabamos en la cocina junto a la batidora y una ronda de margaritas llega a nuestras manos. Onew se ríe :

-

Es como el preludio del apocalipsis.

-

Lo sé.

-

Gracias por venir.- Taemin hace un puchero y vuelve a abrazarnos-. Sois tan importantes para mi… No sé qué haría sin vosotros…

Me temo que está a punto de echarse a llorar y abandono la cocina y el drama para ayudar a Jonghyun con el catering.

-

Esto tiene muy buena pinta.

-

Es el mejor de la ciudad.

-

No lo dudaba.

-

Toma, come, bonita.- Se agacha con un trocito de carne y miro al suelo para comprender que acaba de alimentar a un perrito.

-

¿Y eso?

-

Es Roo.

-

¿Roo?

Se agacha de nuevo, esta vez para coger al animalito en brazos y mostrármelo.

-

Se la he regalado a Taemin.

El pequeño cachorro tiembla entre sus manos, inseguro, pero Jonghyun la acaricia y le lame la palma de la mano, reconociendo a su amo.

-

Es super pequeño.

-

Pequeña. Es una chica.

-

Ah…

-

Apenas tiene un mes. Es un bebé. ¡Un bebé precioso!

Lo acerca a su nariz y reparte besos exagerados por el cuerpecito de la perrita, que parece a gusto con ello, e inmediatamente la escena me recuerda a Minho y a su obsesión paternal con Jean-Paul. ¡Ya quiero que vuelva!

-

Ahora hasta tenéis hijitos… Sois tan entrañables....

Me burlo, pero en seguida llega Taemin a compartir mimos con Roo y decido ponerme en serio a arreglar la mesa de la comida.

Una hora y varios margaritas después, parte de los invitados ya han llegado y felicitan a Jonghyun por su piso, por su perra y por su novio. Un montón de gente estirada y con gesto aterrador que nos hace permanecer en un segundo plano.

-

Cuánta gente con pasta conoce Jonghyun, ¿no? - Susurra Onew.

-

Imagino que serán empresarios y amigos de sus padres.

-

¿No tiene amigos?

Me encojo de hombros.

-

Nosotros somos sus amigos.

-

No, nosotros somos amigos de Taemin.

-

Bueno, y de Jonghyun.

-

Yo no soy amigo de Jonghyun. ¡Y tú te lo follaste!

Eso último ha causado que varias miradas se fijen en nosotros, de modo que decidimos retirarnos a la cocina y picotear algo de comida en lo que llega todo el mundo. No podemos evitar ver a Taemin saludando y sonriendo exageradamente a cada persona que Jonghyun le presenta y empiezan las apuestas.

-

La va a cagar en mayúsculas.- Vaticino.

-

Yo voto porque vomitará encima del vestido de su suegra.

-

Qué cruel, hyung. Deberíamos haber impedido que siguiera bebiendo.

-

Pero así es más divertido.

-

Lo es.

215

-

Somos unos cabrones.

-

Lo somos.

Nos servimos un nuevo margarita y llegamos al salón justo en el momento en el que la puerta se abre y aparece una pareja de cierta edad con un halo de superioridad que provoca el silencio en el lugar. Junto a ellos, una chica rubia con un vestido impresionante, y prácticamente el mismo aura que los otros dos. Esa chica me suena. Wait… ¿es Jessica?

Jonghyun vuela hacia ellos.

-

¡Mamá!

Va corriendo a sujetar su gabardina, mientras la señora le sonríe con delicadeza.

-

Hola cariño. Hay mucha gente aquí, ¿no?

-

¡Es una fiesta!

Le acaricia el pelo.

-

Estás muy guapo.

-

Deberías haber reinvertido el dinero en otra casa.- Sí, definitivamente, es Jessica-. Un dúplex… y en esta zona…

-

Me gusta esta zona. Está como muy… viva.

-

Cada vez hay más locales modernos por aquí.- Sentencia su padre, con una voz tan grave que nos hace estremecer-. Dentro de un año costará la mitad de lo que has pagado por él.

-

No me importa, no voy a venderlo, me gusta. Nos gusta, de hecho.

El padre carraspea y Jessica cambia su expresión a una de curiosidad.

-

¿Dónde está el afortunado?

-

Por aquí estaba… ¡cariño! - Onew y yo nos reímos y sacamos la billetera, dispuestos a pagar al otro la apuesta-. ¡Taeminie, ven!

Con pasos algo torpes y con una sonrisa de oreja a oreja, Taemin llega junto a ellos y saluda con la mano.

-

¡Hola! ¡Soy Lee Taemin! ¡Encantado de conocerles!

Y se reverencia con energía.

-

Ahora es cuando vomita.- Me río, sólo imaginándolo.

Pero para nuestra sorpresa, la madre de Jonghyun se acerca y le toca la cara, impactada.

-

Dios mío, es precioso.

-

¿A que lo es? - Si Jonghyun tuviera cola, ahora mismo la estaría meneando. De nuevo su faceta perro sale a flote.

-

Es totalmente adorable.

-

Gracias… eh… señora…

-

Llámame “mamá”, querido.

-

¿Cómo dice?

-

Es mi madre, Taemin.- Explica Jonghyun.

Ante tal revelación, Taemin da un paso atrás y vuelve a reverenciarse, quedándose mirando al suelo un buen rato, mientras casi, gritando, vuelve a presentarse.

-

¡Soy Lee Taemin, el novio de su hijo, por favor, cuiden de mi! - Vuelve a levantarse, pero sólo brevemente-. ¡Ah, y gracias por dejarme salir con él!

La madre de Jonghyun suelta un gritito de emoción y el padre no puede contener un gesto divertido al ver la efusividad de nuestro bebé.

-

Será posible que el señor Kim esté sonriendo…- Onew pone en palabras lo que mi cerebro aún no es capaz de asimilar.

-

Tengo que admitir que el chico es muy mono.- Jessica se cruza de brazos-. Aunque la verdad es que esperaba que lo tuyo con Key durara más…

-

Qué zorra.- Susurro.

-

Mala puta.- Me contesta Onew.

-

Jessica, no empieces…

-

Aunque claro, si Key ahora está saliendo con…

-

¡Minho!

216

No puedo reprimir mi grito y corro hacia la puerta en cuando veo su perfectamente acomodada cabellera asomando por encima de todos (¿cómo puede ser tan alto?).

-

¡Bummie!

Abre los brazos y me acurruco entre ellos cómodamente, casi ronroneando. Puede que en el fondo yo también sea un poco gato.

-

Te extrañé.- Le muestro un poco de mi aegyo mortal.

-

Y yo a ti, bonito.- Me acaricia el pelo y mi sonrisa bobalicona ataca de nuevo-. ¿Has estado bebiendo?

-

Sólo un poquito así.- Muestro mis dedos pulgar e índice y prácticamente los junto para que no haya distancia entre ellos.

-

Ya veo.

-

¿Un margarita?

-

Espera.

-

¿Eh?

-

Sigo esperando mi beso.

-

Pero…- Miro alrededor, y si ya en la fiesta hay mucha gente, el que la gran mayoría de ellos tenga los ojos clavados en nosotros no ayuda a que me sienta más relajado-... todas esas personas…

Pero Minho me agarra de los hombros y me besa. No es un gran beso desesperado con lengua y saliva y hormonas, pero sí un beso fuerte y bueno, de esos visualmente perfectos, que se convierte en espectacular cuando le rodeo el cuello con mis brazos y él me agarra de la cintura.

-

¡Vivan los novios! - Exclama Taemin, haciendo que algunas voces le sigan, con débiles “viva” mientras nosotros nos separamos.- Es uno de mis mejores amigos.- Explica a sus suegros.

-

¿En serio? ¿Key es tu amigo? - Su suegra parece realmente impresionada-. Este chico está muy bien relacionado.

Puedo observar la mueca de fastidio de Jessica y los ojos brillantes del padre de Jonghyun.

-

¡El maldito héroe de la nación está aquí! ¡Si no hubieras estado en la selección, no habríamos ganado el mundial! - ¿Eh? ¿Corea del Sur ha ganado un mundial? ¿En serio?

Su voz grave de nuevo nos amedrenta y me alejo de Minho mientras él se acerca a estrecharle la mano y al momento ya están compartiendo anécdotas aburridas que ni me interesan ni quiero escuchar.

-

¡Bien hecho, hyung! - Taemin se clava justo a mi lado-. Tu novio ha conseguido lo imposible. Que mi suegro se divierta.

-

Puto Choi… - Sonríe Jonghyun, poniéndole el brazo sobre los hombros-. Al final nos tendremos que hacer amigos y todo.

El resto de la noche transcurre sin incidentes. La comida acaba siendo repartida entre los invitados por el bien de la salud de los anfitriones, y una vez que la familia de Jonghyun se marcha, conseguimos que Taemin deje de dar saltitos por todo el salón y le obligamos a sentarse en el sofá.

En unos pocos minutos, la casa está completamente vacía a excepción de nosotros cinco.

-

¿Por qué Joon no ha venido? - Pregunto, trayendo un platito de galletas a la mesa.

-

No le gustan las aglomeraciones, ya sabéis que es tímido.

-

No tanto…- Bromea Taemin, señalando una evidente marca en su cuello.

-

Ya, déjame en paz.

-

¿Ahora estáis saliendo? - Minho alucina-. ¿Qué más me he perdido?

-

Poca cosa.- Me siento sobre sus piernas-. ¿Una galleta?

-

¿Una qué?

De repente Minho estalla a reir, mientras le miramos, estupefactos, sin entender nada.

-

¿Qué le pasa? - Se asusta Jonghyun-. ¿Le has dado margaritas a él también?

-

Ga…. galleta…. ga….

Se retuerce en el sofá, provocando que me levante por la incomodidad.

-

¿Se puede saber qué tiene de gracioso la puta ga…? ¡Oh, mierda!

Los demás me miran, expectantes. Hasta que Onew, poseedor de un cerebro privilegiado (sobre todo si de asuntos turbios se trata) ata los cabos.

-

¡El puto juego!

-

¿Qué juego? - Pregunta Jonghyun.

-

El juego de la galleta.- Respondemos.

-

¿El qué?

-

Ahhhhh…. - Taemin por fin lo ha entendido y empieza a reirse también.

-

No sé de qué habláis.

-

Minho, explícaselo, anda.

Pero Minho, que casi ha llegado al suelo retorciéndose de la risa, no está en las mejores condiciones para explicar nada, y Onew toma la iniciativa, cogiendo una de las galletas del plato que he traído.

-

Esto es una galleta.- Jonghyun asiente-. Uno puede comérsela con chocolate, con crema, con nata… o con sabores variados.

-

Aha.

-

Si eres lo bastante lento, te tocan los sabores variados.

-

No entiendo.

-

Jjong.- Taemin le arrebata la galleta-. Es un juego pervertido.

-

¿En serio? Mmmmm... me gusta…

-

Pero si no sabes ni de qué va.

-

Si es pervertido, me gusta.

-

No, no te gustará.

-

¡Juguemos! - Grito de golpe, instaurando el silencio y frenando la risa de Minho.

-

Bummie, eso es una estupidez.

-

Nunca jugué cuando era pequeño.

-

Mejor para ti. Así puedes seguir comiendo galletas con tranquilidad.

217

-

¡Quiero jugar!

¿Por qué coño estoy proponiendo esto? ¿Y por qué Onew y Taemin se están mirando con complicidad?

-

Juguemos.- Jonghyun siempre ha sido muy valiente-. No sé de qué va pero parece divertido.

-

Jjong.- Taemin se gira para mirarle de frente, y le muestra la galleta-. Esto está vacío ahora. El que pierde, se la comerá llena.

-

Llena, ¿de qué? No habrá que escupirle, ¿no? - Pone cara de asco.

-

No.

-

Menos mal.

-

Hay que correrse sobre ella.

Los demás estallamos en risas mientras Jonghyun palidece y nos mira aterrado.

-

Va, hagámoslo.- Se anima Onew-. Seguro que nos reimos.

-

¡¡Wiiiiii!! - Subo los brazos y empiezo a vitorear-. ¡GA-LLE-TAAA! ¡GA-LLE-TA! - Y al poco, Onew me está siguiendo.

-

Debo de estar muy borracho…- Taemin se levanta y deja la galleta sobre la mesa-... porque… yo también quiero… ¡GA-LLE-TA!

Los tres coreamos la palabra hasta hacerla odiosa a los oídos de los otros dos, que no saben bien qué actitud tomar. Jonghyun se rasca la cabeza y Minho se tapa la cara con las manos, sobrepasado.

-

¿Cómo nos sentamos? - Pregunta Taemin.

-

Todos aquí.- Onew marca los lugares en el gran sofá.

-

¿La tela es lavable? - Mira a su novio.

-

Eh... Sí...

-

Perfecto.

-

Mierda, debí haber dicho que no.

Pero en un momento, los cinco estamos sentados en el sofá, Taemin y Jonghyun en un extremo, Minho y yo en el otro, y Onew en el medio.

-

Si yo pierdo, deberíais darme una nueva oportunidad.- Explica-. Ya que mi novio no está aquí.

-

Tenemos una buena fuente de inspiración.

Taemin se apodera del mando a distancia y enciende la televisión, cambiando de canal hasta encontrarlo. Paradox 5. Por supuesto.

-

No, ¿tú también lo tienes? - Minho mira acusadoramente a Jonghyun, que sólo se ríe, nervioso.

-

¿Este vídeo es nuevo? - Me acerco al televisor-. Creo que no lo he visto.

-

Está bueno.- Opina Onew, torciendo un poco la cabeza a un lado para captar el ángulo de la escena.

-

Ok, si lo vamos a hacer, lo haremos bien.- Minho levanta una mano para llamar nuestra atención-. Pantalones abajo todos a la vez.

-

¿Qué?

-

Las normas son las normas.

Obedecemos, no sin protestar un poco, algo avergonzados, hasta que ya estamos todos desnudos de la cintura para abajo.

-

Nada de toqueteos.- Insiste Onew-. Que Joon no está.

-

Vale.- Minho parece que empieza a tomárselo en serio, como si fuera una competición. Oh no-. Sólo la película y la galleta, como en los viejos tiempos.

Asentimos y fijamos la vista en la pantalla, pero estamos demasiado cohibidos para movernos. Excepto Onew, que siempre ha sido muy poco comedido y no le cuesta nada sacársela y empezar a tocarse.

Noto su brazo moverse junto al mío y se siente algo extraño, pero no realmente incómodo, sólo surrealista.

-

Vamos, cariño.- Susurra Jonghyun a Taemin-. Yo no me la pienso comer.

-

Ni yo.- Me susurra Minho-. Vamos allá.- Me da un beso.

-

¡Sin besos! - Nos regaña Onew, que ya nos lleva una considerable ventaja con su pedazo de erección, que no puedo mirar con atención porque es mi casi hermano y esto realmente es como incesto en mi mente.

Pero para mi sorpresa, el espíritu competitivo de Minho es más poderoso que su vergüenza y empieza a mover su mano despacio, casi ocultando su miembro de nuestros ojos, por poco tiempo, porque en seguida su tamaño le hace imposible no ser visto.

Gracias al alcohol que todavía recorre mis venas, antes de que me dé cuenta le estoy imitando, pero a diferencia de los demás, yo no miro la televisión. Cierro los ojos y empiezo a recordar todas las ocasiones en que Minho me abrazaba, me besaba, me acariciaba… cada embestida, y cada destello de sus ojos mientras nos fundíamos en un sólo ser. Quiero sentir todo eso de nuevo.

Escucho los gemidos a mi lado, y un posterior grito triunfal de Onew :

-

¡Puto Manato, eres un dios!

Sin embargo, mis ojos cerrados siguen viendo los esculturales abdominales de Minho. Sus brazos fuertes aferrando mi cuerpo. Su perfecto trasero moviéndose sobre mi.

-

Ah….

El jadeo tímido de Taemin no se me escapa, y abro los ojos al notar la nariz de Minho en mi cuello.

-

Te amo, Bummie.

Y entonces me corro, de modo automático, como si Minho poseyera el botón capaz de hacerlo posible. Mi cuerpo se relaja y me siento confortado al verle ahí, mirándome atentamente, con esa expresión sombría de deseo.

-

¡Maldito Choi!

Me giro al escuchar el grito de Jonghyun y observo que ellos dos son los únicos que faltan, y se masturban con los ojos en llamas y el sudor recorriendo sus rostros.

-

Venga, Jjong, no puedes perder.- Anima Taemin.

-

Minho, cariño, venga.- Yo tampoco quiero que pierda, y me coloco sobre él, dejando un poco de espacio para que pueda moverse.

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-

¡Eh, eso es trampa! - Protesta Onew.

Pero Taemin me imita y se coloca sobre Jonghyun, besándole desefrenadamente y moviendo sus caderas con un ritmo salvaje. Yo beso a Minho y deslizo mis manos por dentro de su camisa, que abro poco a poco con los dientes, y chupo porciones de piel de su pecho.

-

¡Oh, dios, Taeminie!

El gemido de Jonghyun nos da a entender que está a punto de terminar, de modo que rozo los pezones de Minho con la lengua, provocando que se empiece a mover con ganas de más.

-

Sigue… Bummie…

-

Ohhhh…. sí……

El último grito de Jonghyun y la risa de Onew y Taemin evidencian la victoria.

Detengo todos mis movimientos y miro a Minho con pena. Él nos mira uno a uno, para después mirar a su propia entrepierna y exclamar :

-

¡Mierda!

FIN

Por : Carolunnie

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