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Lo que usted puede hacer con sus amigos y vecinos La Hermana Lucía de Fátima dijo, “... no debemos esperar un llamado al mundo que venga de Roma, de parte del Santo Padre, para hacer penitencia. Ni debemos esperar que el llamado a penitencia venga de los Obispos de nuestras diócesis, ni de las congregaciones religiosas. ¡No! Nuestro Señor ya ha usado muy a menudo esos medios y el mundo no ha prestado atención. Por eso ahora es necesario a cada uno de nosotros comenzar a reformarnos espiritualmente. Cada persona debe, no solamente salvar su propia alma, sino también todas las almas que Dios ha puesto en su camino.” San Agustín nos recuerda que “debemos rezar como si todo dependiera de Dios y obrar como si todo dependiera de nosotros”. He aquí algunos de los medios más efectivos que nosotros podemos emplear para reunirnos a rezar, hacer penitencia y reformarnos espiritualmente, con el propósito de salvar nuestras almas y ayudar a otros a salvar las suyas. El Rosario en familia “Dadme un millón de familias que recen el Rosario y se salvará el mundo.” Beato Papa Pío IX Todos hemos oído que la familia que reza unida permanece unida. Parece que en nuestros tiempos difíciles, en los que la familia está continuamente asaltada desde todos los frentes, necesita más que nunca el arma de la oración. Pero, ¿como debería rezar la familia? San Francisco de Sales dice que el mejor método de oración es el Rosario. La Hermana Lucía explicó el poder del Rosario cuando habló con el Padre Fuentes: “Mire, Padre, la Santísima Virgen, en estos últimos tiempos en los que vivimos, ha dado una nueva eficacia al rezo del Rosario, hasta tal punto, que no hay problema, ni cuestión por difícil que sea, tanto temporal o sobre todo espiritual, en la vida personal de cada uno de nosotros, de nuestras familias, de las familias del mundo, o de las comunidades religiosas, o incluso de la vida de los pueblos y de las naciones, que no pueda ser resuelto por el Rosario. No hay problema, le digo, ni asunto por difícil que sea, que nosotros no podamos resolverlo con el rezo del Santo Rosario.” Cuando la familia se reune a rezar el Rosario, está cumpliendo con un pedido hecho por Nuestra Señora de Fátima en cada una de Sus apariciones. La Beata Jacinta de Fátima, la más pequeña de su familia, fue la que convenció a todos de rezar el Rosario juntos. También nosotros deberíamos tratar de establecer esta eficacísima costumbre en nuestras familias. Respecto al Rosario en familia, he aquí lo que dijo uno de los Romanos Pontífices:
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Si vosotros deseáis paz en vuestros corazones, en vuestros hogares, en vuestra nación, reuníos todas las tardes para rezar el Rosario. Beato Papa Pío IX No sería mucho decir entonces que ... en las familias ... en las que el Rosario de María conserva su antiguo honor, no debe temerse la pérdida de la fe por el error o la ignorancia viciosa. Papa León XIII El Rosario es la más hermosa y la más rica en gracias de todas oraciones, es la oración que más toca el Corazón de la Madre de Dios ... y si deseáis que la paz reine en vuestros hogares, rece la familia el Rosario. Papa San Pío X No hay medio más seguro de invocar las bendiciones de Dios sobre la familia ... que el rezo diario del Rosario. Papa Pío XII Es importante no perder esa preciosa práctica. Debemos volver a la oracion familiar, usando el Rosario. Papa Juan Pablo II Los grupos de oración La Hermana Lucía de Fátima dijo, “No hay problema, por difícil que sea ... que nosotros no podamos resolverlo con el rezo del Santo Rosario.” Estamos viviendo en un tiempo de crisis; y el pecado y la apostasía se agravan diariamente. Nosotros, como miembros de la Iglesia militante, estamos, por lo tanto, obligados a actuar y a pelear contra las fuerzas que buscan destruir el reinado de Cristo en las almas. ¿Y que acción es más efectiva que la oración, especialmente el Rosario? Nuestra Señora de Fátima pidió una y otra vez que recemos cinco decenas del Rosario cada día. Hablando del poder extraordinario de esa oración, el Papa San Pío X dijo, “Dadme un ejército rezando el Rosario y conquistaré el mundo.” Es verdaderamente eficaz formar grupos de oración, y reunirse regularmente para rezar juntos. Nuestro Señor dijo: “Porque donde están dos o tres congregados en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos.” (Mat. 18:20) Cuando nos reunimos a rezar, podemos estar seguros que Cristo está en medio de nosotros y que nuestra oración será aún mas poderosa. Santa Teresa y el Santo Padre Pío alentaron especialmente la formación de grupos de oración. Los grupos de oración pueden tener muchas formas, pero son esencialmente simples, y no requieren gran número. San Luis María Grignion de Montfort recomendó particularmente los grupos de recitación del Rosario. “Cuando la gente reza el Rosario unida,” dijo, “es más formidable contra el diablo que uno que lo reza privadamente, porque en esa oración pública es un ejército el que está atacando. Es muy fácil romper una sola vara, pero si usted se une a otros para hacer un haz, este no puede romperse. En la unión está la fuerza.” 2
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En su libro El Secreto del Rosario, San Luis María Grignion de Montfort detalla los siguientes beneficios de la práctica del rezo público en grupos de oración, especialmente del Rosario: 1. Normalmente, nuestras mentes están aún más alertas durante la oración pública que cuando rezamos solos. 2. Cuando rezamos en común, la oración de cada uno pertenece a todos. Nosotros hacemos una gran oración juntos, para que si una de las personas no está rezando bien, algún otro en la misma reunión que rece mejor, pueda cubrir esa deficiencia. De esa forma, aquellos quienes están más fuertes sostienen a los más débiles. Los que son fervientes inspiran a los tibios. 3. Quien reza su Rosario solo, gana apenas los méritos de ese Rosario. Pero si lo hace junto con otros, gana el merito de cada Rosario. Esa es la ley de la oración pública. 4. La oración pública es lejos más poderosa que la oración privada, para aplacar la ira de Dios, y para hacer descender Su Misericordia. La Santa Madre Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, siempre ha abogado por la oración pública en tiemos de tragedias públicas y sufrimientos. 5. Si los fieles rezan cinco decenas del Rosario en compañía de otros, ya en público como en privado, ellos pueden ganar una indulgencia de diez años, una vez al día. Además, pueden ganar una indulgencia plenaria el último sábado de mes - con la adición de estar libres de pecado venial, de una Confesión, Comunión, visita a una iglesia y oraciones por las intenciones del Papa - si ellos realizan tal recitación al menos tres veces en cualquiera de la semanas precedentes. El Rosario de la manzana El Rosario de la manzana consiste en grupos de gente que viven en estrecha proximidad unos de otros y rezan el Rosario una vez por semana por la Iglesia, por sus familias, asociaciones y por su país. Se sugiere que ellos recen especialmente por los obispos y por el Papa, para que ellos pongan lo suyo para atraer la paz al mundo al consagrar Rusia en la forma pedida por Nuestra Señora de Fátima. El grupo se reúne cada semana en casa de un participante diferente, el mismo día y a la misma hora. Ellos no deberían servir refrescos o tener debates o largas conversaciones en esas ocasiones, ya que no es un evento social. El grupo no debería dejar el Rosario de la manzana en esa área, abandonando poco a poco su propósito espiritual, dejandolo que se convierta en un evento social. Por lo tanto, los grupos de oración, y especialmente los Rosarios de la manzana, son siempre caminos en los que podemos verdaderamente atraer gracia y misericordia de Dios de manos de Santísima Virgen María. Cuando nosotros rezamos en grupos - como miembros de la Iglesia Militante - asestamos un poderoso golpe a los enemigos de Dios. Reunámonos, por lo tanto, a rezar, comprometámonos a rezar el Rosario juntos una vez por semana, haciendo nuestra parte para convertir a los pecadores y alcanzar el triunfo del Inmaculado Corazón de María.
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La Novena del Rosario de 54 días La Novena del Rosario de 54 días es una serie ininterrumpida de Rosarios diarios, rezada en honor de Nuestra Señora. La devoción fue revelada en 1884 a Fortuna Agrelli, gravemente enferma, por Nuestra Señora de Pompeya, en Nápoles, Italia. Fortuna había estado sufriendo terriblemente durante 30 meses, y su enfermedad había sido declarada incurable. El 16 de febrero de 1884, Fortuna y sus familiares comenzaron una novena de Rosarios. El 3 de marzo, la Reina del Santo Rosario se apareció a la niña enferma. En la aparición, Nuestra Señora, sentada en un alto trono profusamente decorado con flores y rodeado por cifras luminosas, sostenía al Niño Jesús. En su mano sostenía un Rosario. Tanto Nuestra Señora como el Niño estaban vestidos con ropas bordadas en oro. Ellos estaban acompañados por Santo Domingo y Santa Catalina de Siena. La belleza de Nuestra Señora era maravillosa. Nuestra Señora dijo a Fortuna: “Hija, tú Me has invocado por varios títulos y siempre has obtenido favores de mi. Ahora, que tú Me has llamado por ese título que tanto me agrada, ‘Reina del Santo Rosario,’ ya no puedo rechazar el favor por el que tú me hiciste tu petición; pues ese nombre es el más preciado y querido por Mi. Haz tres novenas, y tú obtendrás todo”. Nuestra Señora se apareció a Fortuna otra vez y le dijo, “Quienquiera desee obtener favores de Mi, deberá hacer tres Novenas de rezo del Rosario, y tres Novenas en acción de gracias.” La Novena consiste en rezar cinco decenas del Rosario cada dia durante veintisiete días en petición; luego, inmediatamente, cinco decenas cada día durante veintisiete días en acción de gracias, se haya otorgado el pedido o no. En el primer día meditar los Misterios Gozosos, el segundo día los Misterios Dolorosos y el tercer día los misterios Gloriosos; el cuarto día meditar nuevamente los Misterios Gozosos y continuar así los cincuenta y cuatro días.
La Novena del Rosario de 54 días puede ser muy laboriosa, pero también es una novena de amor. Aquellos que sean sinceros no encontrarán demasiada dificultad, si verdaderamente
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quieren obtener sus pedidos. Esta novena será especialmente poderosa cuando la recen grupos reunidos. El Rosario Viviente Universal El Rosario viviente es una manera especial de unir sus oraciones con las de otros, a través de la poderosa plegaria a Nuestra Señora del Rosario. La Asociación del Rosario Viviente fue fundada en 1826 por la Venerable Paulina María Jaricot. Ser miembro del Rosario Viviente consiste en inscribirse en la Asociación, y que se le asigne a uno una decena del Rosario, rezándola fielmente todos los días por el resto de su vida. Uno no está obligado a cumplir esta condición bajo pena de pecado, pero debe procurar permanecer fiel. La decena asignada puede ser rezada en cualquier momento del día. Las indulgencias otorgadas a esta devoción incluyen las de la Cofradía del Santo Rosario. Otros catorce miembros, con su decena asignada, integran el total de las quince decenas del Rosario, de manera que cada miembro reciba las gracias de todo el Rosario. La idea de Paulina Jaricot fue organizar un grupo de oración formado por “los buenos, los mediocres y aquellos individuos que solo tienen buena voluntad - 15 carbones: uno bien encendido, tres o cuatro parcialmente, y los otros para nada. ¡Reúnalos y tendrá un horno!” Los Cinco Primeros Sábados El 1º de noviembre de 1927, Hermana Lucía escribió a su madrina, Doña María de Miranda: “Yo no sé si ya usted sabe de la devoción reparadora de los Cinco Primeros Sábados al Inmaculado Corazón de María. Como es todavía reciente, me gustaría inspirarla a usted a practicarla, porque es pedida por Nuestra Querida Madre Celestial y Jesús ha manifestado el deseo que sea practicada. También, me parece que sería afortunada, querida madrina, no solo conociéndola y dando a Jesús el consuelo de practicarla, sino también haciéndola conocida y abrazada por muchas otras personas. “Consiste en esto: durante cinco meses, en los primeros sábados, recibir a Jesús en la Comunión, rezar un Rosario, hacer compañía a Nuestra Señora durante quince minutos meditando mientras en los misterios del Rosario y hacer una confesión. Esta confesión puede ser hecha unos pocos días antes, y si en esta confesión previa usted ha olvidado la intención (pedida) puede ofrecerse la siguiente intención de confesión, con tal que en el Primer Sábado uno reciba la Santa Comunión en estado de gracia, con la intención de reparar por las ofensas contra la Santísima Virgen, y que afligen a Su Inmaculado Corazón. “Me parece, mi querida madrina, que nosotros somos afortunados pudiendo dar a Nuestra Querida Madre Celestial esta prueba de amor, pues sabemos que Ella desea que le sea ofrecida. En cuanto a mí, admito que nunca estoy tan feliz como cuando llegan los Primeros Sábados. ¿No es cierto que nuestra mayor felicidad es pertenecer íntegramente a Jesús y a María y amarlos y solo amarlos, sin reservas? Nosotros vemos esto tan claramente en las vidas de los santos... Ellos fueron felices porque amaron, y nosotros, mi 5
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querida madrina, nosotros debemos procurar amar como ellos lo hicieron, no solo para gozar de Jesús, lo que es lo menos importante – porque si nosotros no gozamos de El aquí abajo, gozaremos de El allá arriba - sino para dar a Jesús y a María el consuelo de ser amados... y que a cambio por este amor ellos puedan salvar muchas almas.”1 La Hermana Lucía ha escrito numerosas cartas encomendando a sus amigos y familiares promover la devoción al Inmaculado Corazón de María, especialmente por la práctica de los Cinco Primeros Sábados. Sus escritos han alentado e igualmente inspirado a personas alrededor del mundo a practicar la devoción de los Cinco Primeros Sábados. Esta devoción no solo consuela el Corazón herido de Nuestra Señora, sino que también aplaca la ira de Dios, que mucha gente provoca continuamente por sus muchos pecados. La Hermana Lucía escribió el 19 de marzo de 1939: “Si el mundo tiene paz o guerra, depende de la práctica de esta devoción, junto con la consagración [de Rusia] al Inmaculado Corazón de María. Es por ello que deseo tan ardientemente su propagación, especialmente porque también es el deseo de nuestra querida Madre del Cielo.”2 Ella escribió también, el 20 de junio de ese mismo año, “Nuestra Señora prometió demorar el flagelo de la guerra, si esta devoción era propagada y practicada. Nosotros veremos que Ella obtendrá la remisión de este castigo, en la medida de los esfuerzos hechos para propagar esta devoción...” 3 Así llegaremos a comprender que podemos evitar los castigos que nosotros mereceremos por nuestros pecados si trabajamos para propagar la devoción de los Cinco Primeros Sábados (además de rezar y pedir por la Consagración de Rusia). Nosotros podemos seguir fácilmente el ejemplo de la Hermana Lucía, y alentar a nuestros amigos, miembros de la familia y parientes a unirse a nosotros haciendo la devoción de los Cinco Primeros Sábados. Como escribió la Hermana Lucía en la carta a su madrina citada arriba, nosotros estaríamos cumpliendo la voluntad de Dios y seríamos “afortunados ... no solo conociendo [la devoción de los Cinco Primeros Sábados] y dando a Jesús el consuelo de practicarla, sino también de hacerla conocida y abrazada por muchas personas. Procuremos, por lo tanto, consolar a Jesús y a María y ayudemos a nuestros amigos, miembros de nuestra familia, parientes y al mundo practicandola, y alentando a otros a practicar la devoción de los Cinco Primeros Sábados. Artículos relacionados: • La Magnífica Promesa de los Cinco Primeros Sábados Notas: 1. Citado por el Padre Alonso (Eph. Mar. 1973) pp 41-42. Se encuentra en Frère Michel de la Saninte Trinité, The Whole Truth About Fatima - Volumen II: The Secret and the Church, pp. 818-19. 2. Carta al Padre Aparicio, Documentos de Fátima, trans. en Antonio María Martins, S.J., Porto, 1976, p. 483. Se encuentra en Frère Michel de la Sainte Trinité, The Whole Truth About Fatima Volumen II: The Secret and the Church, p. 273.
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3. Carta al Padre Aparicio de junio de 1939, Documentos de Fátima, trans. en Antonio María Martins, S.J., Porto, 1976, p. 485. Se encuentra en Frère Michel de la Sainte Trinité, The Whole Truth About Fatima - Volumen II: The Secret and the Church, p. 273.
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