MANUAL DE ESTILO. Programa Editorial del Gobierno de la República. México, 2016

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MANUAL DE ESTILO

Programa Editorial del Gobierno de la República

México, 2016 !

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Índice

I. El original Algunos conceptos básicos El autor El texto: consejos para su elaboración El destinatario Lenguaje respetuoso de los derechos humanos Requisitos básicos Las fuentes Material de consulta Organización interna de una obra Textos introductorios Desarrollo: los capítulos de la obra Conclusión o epílogo Citas y transcripciones Notas y bibliografía Notas Bibliografía Recursos electrónicos Otros sistemas bibliográficos Índices Características del párrafo Características del documento: cómo entregar el original Características técnicas Jerarquías tipográficas Material gráfico

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II. Revisión Indicaciones generales Pequeñas dosis de ortografía y gramática Acentuación Preposiciones Puntuación Errores y dudas frecuentes Cuestión de estilo: normas ortográficas y editoriales Mayúsculas o altas Minúsculas o bajas Cursivas, versalitas y negritas Abreviaturas, siglas y acrónimos Expresión de cifras y numerales III. Lectura de pruebas ¿Qué es una revisión ortotipográfica? Tipos de pruebas Galeras o primeras planas Segundas planas Contraprueba Pruebas finas Apéndice. Designaciones oficiales y abreviadas de las secretarías de Estado y sus subsecretarías, órganos, organismos y empresas de participación estatal Glosario Bibliografía

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I. El original

El original o manuscrito es el contenido de un libro por publicar; es el trabajo final e íntegro del autor, por lo que debe incluir todos los elementos, desde textos preliminares —como el prefacio, el prólogo o la introducción—, pasando por tablas, gráficas e ilustraciones, hasta índices, notas y bibliografía o fuentes consultadas, según el caso. Pero antes de describir en qué consiste cada una de las partes que conforman un libro, conviene recordar algunos conceptos vinculados con la creación de un manuscrito.

Algunos conceptos básicos El autor El Diccionario de la lengua española de la Real Academia define la voz autor, en su tercera acepción, como la “persona que ha producido alguna obra científica, literaria o artística”. Como toda definición de carácter general, ésta deja de lado un buen número de variantes relacionadas con la autoría de un texto. El caso más común es aquel en que una persona concibe y da a la luz una obra de su invención, sea ésta del género que sea. También puede ocurrir que varias personas escriban en conjunto un solo texto, compartiendo el crédito de su autoría; asimismo, cabe la posibilidad de que varios autores desarrollen sendos capítulos de un mismo libro, con la colaboración de un editor o compilador que coordine el proceso de creación y editorial. Pero también, tanto en el ámbito privado como en el sector público, ocurre a menudo que la elaboración de los libros, especialmente cuando éstos presentan como autor a una institución, es encomendada a personas que, si bien dominan el tema de la obra, carecen de experiencia como autores. En esos casos es muy común —y hasta natural— que los escritores noveles se sientan intimidados por la

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página en blanco. Y aunque difícilmente podrá encontrarse un medio para conjurar ese temor, sí puede asegurarse que éste no es en modo alguno privativo de quien se enfrenta por primera vez a la confección de un texto. En mayor o menor medida, todo escritor debe encarar y superar sus miedos antes de sentarse a escribir. El texto: consejos para su elaboración Aunque no existe un método único ni una técnica infalible para construir un texto, sí hay algunos recursos que facilitan la labor. El primero de ellos es la elaboración de un esquema, lo más completo posible, donde se viertan todos los temas, subtemas e ideas sueltas relacionados con la obra. Es comprensible que éstos vengan a la mente del autor en desorden; la tarea posterior, una vez reunidas las ideas, es organizarlas yendo de lo general a lo particular. Ésta es la etapa en que pueden comenzar a asignarse jerarquías a los elementos, los cuales más tarde se traducirán en capítulos, subtítulos, secciones, subsecciones, etcétera. Cabe aclarar que en ocasiones, si la investigación está en curso o si algún tema requiere un desarrollo posterior por parte del autor, el esquema se verá enriquecido conforme avance el proceso de redacción. Asimismo, si bien se recomienda que el esquema sea lo más completo posible, no necesariamente se verterá todo su contenido en el índice de la obra; a reserva de describir éste más adelante, vale aclarar que un índice sólo recoge dos niveles por debajo del capítulo, de modo que las secciones inferiores no se consignan en él. Una vez elaborado el esquema del documento, conviene asignar una extensión estimada a cada una de sus secciones; ello será de gran ayuda cuando la obra quede terminada, pues desde un inicio se ajustará a las características del medio en que se publique. Por lo que toca al desarrollo del contenido, si bien por lo común los autores suelen obedecer la estructura del esquema, esto no es obligatorio. José Martínez de Sousa, una autoridad en materia de estilo editorial, aconseja comenzar a redactar lo que resulte más claro o más sencillo para quien escribe; habiendo un esquema, el orden en que se lleva a cabo la escritura será una elección personal.

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De igual modo, especialmente en el caso de los escritores noveles, se aconseja emplear oraciones cortas, en las que sólo se desarrolle una idea completa, y párrafos que no rebasen las 10 o 12 líneas. Si la publicación tiene carácter institucional, se recomienda emplear siempre el modo impersonal (pronombre se con verbo en singular; indica que debe entenderse un sujeto tácito o no explícito de persona de naturaleza genérica: “se recomienda”, “se ha demostrado”, “se necesitará”, etcétera). Para expresar acciones realizadas y resultados, así como hechos históricos, han de usarse verbos en pasado; para la enunciación de expectativas, proyecciones y objetivos, se recomienda el uso de verbos en futuro, y en presente, para acciones en curso. La alternancia innecesaria de tiempos verbales, además de ser poco elegante, puede confundir al lector. También es aconsejable que el texto tenga autonomía, es decir, que el lector pueda comprender su contenido valiéndose de la información proporcionada en el documento. Si acaso fuera necesario aludir a otro texto o artículo relacionado, conviene introducir un resumen que haga comprensible la alusión sin necesidad de que el lector acuda a la fuente citada. Aunado a lo anterior, es recomendable —sobre todo tratándose de textos estadísticos, científicos, sujetos a una actualización permanente— evitar el uso de expresiones que indiquen tiempo o lugar y dependan del contexto en que se emiten para ser interpretadas. Así, por ejemplo, en vez de decir “Este año, el país vecino…”, debería escribirse “En 2016, Estados Unidos…” Por último, una de las estrategias más útiles e indispensables del proceso de escritura consiste en relegar el texto durante un tiempo breve una vez que esté concluido. Transcurrido ese lapso, es sumamente recomendable que el escritor relea el documento, con el fin de pulirlo y dotarlo de la mayor claridad posible. El destinatario Así como conviene conocer las características físicas y el tema de la obra que se pretende redactar, es preciso saber de antemano a qué público se dirige el texto:

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no es lo mismo escribir para un público infantil que para un grupo de académicos, empresarios, ciudadanos, jóvenes, etcétera. En consecuencia, aspectos como el estilo, el léxico, la organización del material, el tono, el tratamiento y las figuras retóricas que se elijan deberán adecuarse a los lectores potenciales, so riesgo de que la obra no cumpla el objetivo con que fue concebida o que la recepción del mensaje se vea afectada por una interpretación equivocada o deficiente. En todo caso, sin importar el lector de que se trate, siempre se debe buscar la claridad y la sencillez sobre una artificiosa o compleja elegancia. Lenguaje respetuoso de los derechos humanos El uso del lenguaje refleja el modo en que una sociedad interpreta el mundo. Como sucede con otros idiomas, el español históricamente ha conservado y reproducido formas que afianzan la desigualdad social entre las personas, pues discrimina a grupos étnicos, personas con orientación sexual distinta de la heterosexual, adultos mayores, migrantes, grupos religiosos, personas con discapacidad y otros grupos que a menudo son estigmatizados. De ahí que resulte importante erradicar términos peyorativos y cambiar el uso del lenguaje. Los cambios léxicos que introduzca y promueva una iniciativa del Estado como el Programa Editorial del Gobierno de la República deben marcar una pauta para el uso del lenguaje incluyente. Las siguientes son recomendaciones básicas para redactar textos respetuosos de los derechos humanos en el marco de la Administración Pública Federal. En español, la feminización de las palabras está determinada por el consenso de la comunidad de hablantes; así, cada vez es más frecuente escuchar los títulos y las profesiones en femenino o masculino, de acuerdo con el género de la persona a la que hacen referencia. Ese trato debe preferirse siempre. Ejemplos: la médica García; Laura, la asesora del presidente. A continuación se enlista una serie de usos peyorativos del lenguaje que deben evitarse.

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Uso peyorativo Minorías étnicas Los indígenas

Alternativa Las comunidades indígenas Los pueblos indígenas

Los afeminados

Personas con preferencia sexual distinta de la heterosexual Personas travestis Personas transgénero Personas que viven con VIH/sida

Las vestidas Los enfermos de sida Los sidosos Los viejitos Los ancianos Los mojados Los braceros

Personas adultas mayores Personas migrantes

Sectas religiosas Grupos religiosos Los discapacitados Personas con discapacidad Minusválidos Cuadro 1. Lenguaje respetuoso de los derechos humanos

Requisitos básicos Las fuentes Si bien es cierto que agotar un tema de investigación puede resultar imposible, pues siempre habrá nuevas publicaciones, datos y enfoques, también lo es que el autor de una obra —especialmente si en ella se exponen datos o si es producto de un estudio acucioso y prolongado— está obligado a consultar el mayor número de fuentes disponibles. Aunque no siempre es posible, lo más deseable es que el acopio de información se lleve a cabo antes de emprender el proceso de escritura, a fin de que el escritor sea capaz de relacionar los datos pertinentes con las distintas partes de su trabajo. En cuanto a las fuentes, éstas se clasifican en dos grupos. Las directas, primarias u originarias son documentos originales que contienen información de primera mano; por ejemplo, libros, artículos, informes técnicos o científicos, documentos históricos, etcétera. En cambio, las fuentes indirectas, secundarias o derivadas son textos en los que interviene la acción o la interpretación de una tercera persona; por ejemplo, una traducción, una compilación, las recopilaciones, !

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los resúmenes y las obras de referencia, como diccionarios y enciclopedias. Huelga decir que en una investigación seria debe prevalecer la consulta de las fuentes primarias. Material de consulta La herramienta principal de todo escritor es el lenguaje. Si un escritor, al ser también hablante, domina su lengua, puede pensarse que no requiere más ayuda que la pluma o el teclado para componer un texto. Esto no es del todo cierto. Cabe recordar que el lenguaje escrito no es igual que la lengua oral: mientras la segunda echa mano de elementos como la entonación, la expresión corporal y el volumen de la voz, el primero debe limitarse al uso de la palabra para expresar cualquier idea. Así, tanto la precisión como la claridad adquieren gran importancia para quien escribe un texto. Uno de los recursos indispensables de todo autor, sea éste novel o no, es el diccionario. El más básico de todos es el de la lengua; el más recomendable es el que la Real Academia, en asociación con las academias de los demás países de habla hispana, publica cada década y que puede consultarse en línea de manera gratuita. No menos útiles son los diccionarios de sinónimos y antónimos, que auxilian al escritor cuando desea evitar la repetición de un término o dotar su texto de cierta variedad y riqueza léxica. Por su parte, los diccionarios de uso proporcionan ejemplos de las formas en que una voz se emplea, con lo que muchas veces disipan dudas relacionadas con el uso correcto (o al menos común) de la lengua. En cuanto a las dudas, asimismo, hay diccionarios que orientan al lector sobre el uso de determinada voz y su adecuación con la gramática y la ortografía vigentes. (El Diccionario panhispánico de dudas, publicado por la Asociación de Academias de la Lengua y la Real Academia, es sumamente recomendable, además de que puede consultarse en línea sin costo alguno.)

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Otros diccionarios útiles son los ideológicos, enciclopédicos, biográficos y especializados. Su elección dependerá de las necesidades y las preferencias de cada autor.1

Organización interna de una obra Pese a la gran diversidad de temas que pueden abordar, las obras, por lo general, presentan una organización tradicional. Así, en primer término se describe a grandes rasgos el objetivo del texto y se explica en qué consiste cada una de sus partes; a continuación se desarrolla el contenido propiamente dicho; por último, se ofrecen las conclusiones a que se llegó al término de la investigación, lo cual debe recoger lo que se expuso a lo largo del texto. Textos introductorios Los términos presentación, prefacio, palabras preliminares, introducción y otros semejantes están íntimamente relacionados por su significado y por la función que desempeñan. Todos ellos anteceden al desarrollo de la obra propiamente dicho y se encargan de introducir al lector en el tema que se abordará. La elección de uno u otro dependerá del objetivo que se persiga al incluirlo: dar a conocer a un autor, reconocer la trayectoria de algún personaje, proporcionar herramientas que ayuden al lector a comprender mejor un texto, etcétera. Para José Martínez de Sousa, en la página impar siguiente a la última ocupada con texto, comienzan los textos de presentación de la obra, que pueden consistir en una presentación (escrita por persona distinta del autor), un prólogo (escrito por el autor o por persona ajena), una advertencia o 2

nota previa (escrita por el editor o por el director literario).

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Aunque en la elaboración de su trabajo el autor recurra a diccionarios y otras obras de consulta, por lo general se recomienda no citarlas en la bibliografía: se espera que en una investigación se empleen fuentes menos “básicas” y más especializadas. 2 José Martínez de Sousa, Manual de estilo de la lengua española (MELE 3), 3ª ed., revisada y ampliada, Gijón, Trea, 2007, p. 215.

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Según el editor Roberto Zavala, autor de El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y de pruebas, la finalidad de la presentación es ofrecer una suerte de reseña de la obra, cuyos aciertos señala y elogia, y una somera semblanza del autor. Tanto el prólogo como el prefacio, el preámbulo, el proemio y el introito comparten, también al decir de Zavala, la característica de preceder, de introducir. La función de tales textos es mostrar las cualidades del autor o de su obra; en general, su tono es elogioso, o al menos exegético, por lo que normalmente su escritura es tarea que recae en manos ajenas al autor (aunque éste, sin contravenir ningún reglamento, puede signar el prólogo de su escrito). Por lo que toca a la introducción, éste es un texto más bien extenso; proporciona al lector elementos necesarios para desentrañar el contenido de la obra y, de ser necesario, lo sitúa en el contexto en que se escribió. Puede decirse, en suma, que facilita la lectura y asegura una mejor comprensión del contenido. En el apartado dedicado a la escritura de tesis académicas —cuya estructura es muy semejante a la de cualquier obra de investigación—, Carmen Galindo, Magdalena Galindo y Armando Torres-Michúa, autores de un útil Manual de redacción e investigación dirigido a estudiantes y profesionistas, describen la introducción, prólogo o prefacio de forma clara y sucinta; vale citarlos aquí, pues sus ideas pueden resultar de utilidad para resumir y reforzar las ideas de esta sección: Es un capítulo que cumple la función de presentar la obra al lector, mediante una descripción general; puede incluir entonces el propósito del estudio, las tesis que habrán de desarrollarse, la metodología empleada, las recomendaciones para el manejo de la obra, los comentarios de carácter general a las investigaciones de otros autores que han precedido el trabajo que se presenta, las dificultades encontradas al realizar el estudio. Al final de la introducción suelen incluirse los reconocimientos a las personas o instituciones que hayan cooperado en la elaboración de la obra. (También se denomina prólogo a un ensayo que precede a una obra escrita y que se ocupa de presentarla y valorarla.)

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Carmen Galindo, Magdalena Galindo y Armando Torres-Michúa, Manual de redacción e investigación, México, Grijalbo, 1997, p. 151.

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Desarrollo: los capítulos de la obra Por lo general, las obras suelen dividir su parte central o desarrollo en capítulos. En ellos se aborda un aspecto del tema de la obra, por lo que cada capítulo goza de cierta autonomía sin dejar de estar vinculado con los demás. Por esa razón, y a reserva de abordar el tema más adelante,4 las referencias bibliográficas que se consignen en nota a pie de página deberán colocarse completas la primera vez que aparezcan en cada capítulo. En obras muy extensas o que requieran hacer una diferenciación temática, los capítulos se agrupan en partes;5 el título de éstas ha de disponerse en una página non, sin ningún otro texto y dejando la página siguiente, par, en blanco (página falsa). Por su parte, los capítulos se subdividen en apartados o incisos. Estas divisiones resultan tanto más necesarias cuanto más extenso es el capítulo; por lo general, su jerarquía y la relación que guardan entre sí se traducen en un tratamiento tipográfico distinto (véase el apartado “Jerarquías tipográficas”, en el presente manual). Sin embargo, también puede emplearse una clasificación numérica (la cual resulta particularmente útil cuando el texto tiene muchas subdivisiones y numerosas referencias cruzadas): 1, 2, 2.1, 2.2, 2.2.1, 2.2.2, 3… Conclusión o epílogo Aunque estos dos términos tienen significados ligeramente distintos,6 ambos sirven para hacer una recapitulación de lo que se expuso en el desarrollo de la obra. No debe ser éste un texto muy extenso ni dedicar demasiado espacio a resumir el tema del libro. Tampoco conviene que el autor reserve para los finales !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 4

Véase el apartado “Notas y bibliografía”, en esta misma sección. José Martínez de Sousa plantea la división interna de la obra en dos grandes niveles: macroestructura textual, compuesta por tomos, libros, partes y secciones, y microestructura textual: capítulos, subcapítulos, párrafos, apartados, subapartados y subsubapartados. Cf. José Martínez de Sousa, op. cit., pp. 209-211. 6 El Diccionario de la lengua española de la Real Academia define conclusión como la “idea a la que se llega después de considerar una serie de datos o circunstancias” y como “fin y terminación de algo” (segunda y tercera acepciones). Por su parte, la palabra epílogo queda definida como “recapitulación de lo dicho en un discurso o en otra composición literaria” y “última parte de una obra, en la que se refieren hechos posteriores a los recogidos en ella o reflexiones relacionadas con su tema central”. Cabe decir que, en la etimología de conclusión, se lee: “Del lat. conclusĭo, ōnis, y éste trad. del gr. ἐπίλογος epílogos”, lo que explica el uso a veces indistinto de ambos términos en la práctica. 5

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de la obra sus ideas más valiosas. Para elaborar la conclusión o epílogo, los autores del citado Manual de redacción e investigación sugieren “releer cada uno de los capítulos y señalar las tesis principales, así como la argumentación y las pruebas centrales que confirman nuestras apreciaciones”.7 Citas y transcripciones Si se considera que en todo trabajo, sea éste del tipo que sea, se desarrollan las ideas de su autor, se entenderá que éste no debería echar mano de ideas ajenas salvo para reforzar sus propios argumentos o establecer un contraste con ellos. Asimismo, es preciso que la cita reproducida sea pertinente, que su extensión esté justificada por el interés y la relevancia del fragmento en el marco de la investigación, y que su autor sea autoridad en el tema.8 Huelga decir que, en aras del respeto al derecho de autor, la autoría de la cita debe ser oportunamente aclarada, y que en toda circunstancia ha de indicarse la ubicación del fragmento citado. Ahora bien, de acuerdo con la forma de presentar el texto transcrito, las citas pueden ser de dos tipos: a) indirectas: son aquellas que presentan la idea de un autor sin emplear sus mismas palabras. Por lo general se introducen tras un verbo transitivo, como su complemento directo; en virtud de que no reproducen de modo textual las palabras del autor citado, no requieren comillas ni ninguna otra distinción textual: En El libro y sus orillas, Roberto Zavala afirma que es válido usar el gerundio con pronombres enclíticos.

b) directas: reproducen de modo exacto las palabras de un autor, las cuales pueden presentarse de dos modos, dependiendo de su extensión: de una a cinco líneas, la cita debe disponerse entre comillas, en redondas, como parte del texto general. Si, por el contrario, rebasa las cinco líneas, se !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 7 8

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Carmen Galindo, Magdalena Galindo y Armando Torres-Michúa, op. cit, p. 153. Cf. José Martínez de Sousa, op. cit., p. 71.

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compondrá a bando, esto es, en redondas, en un cuerpo de texto uno o dos puntos menor que el resto de la obra, en párrafo justificado y sangrado en todas sus líneas por la izquierda. Se debe dejar, asimismo, un blanco antes de la transcripción y otro después. Al igual que el párrafo ordinario, los párrafos del bando llevan sangría en su primera línea, a excepción de aquel que encabeza la cita: Otro uso correcto y muy frecuente del gerundio es el que no remite a ningún verbo, caso en el que […] adquiere carácter de participio activo del sujeto: El oficiante arrancando el corazón a la víctima; Un espermatozoide fecundando el óvulo; El batallón Olimpia masacrando al pueblo. Este empleo se lee a menudo en pies de grabado, donde el gerundio describe la acción justamente en el momento en que se produce. […] La Academia aprueba también el empleo de los gerundios ardiendo e hirviendo aplicados a un sustantivo, haciendo las veces de adjetivos… [Roberto Zavala, El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y de pruebas, México, Fondo de Cultura Económica, 2012, p. 213].

En las transcripciones no es menester utilizar comillas para delimitar la cita; ésta queda claramente acotada gracias a la reducción del tamaño del texto y a que éste se sangra por la izquierda. Tampoco habrá de componerse la cita en cursivas ni mucho menos en negritas. Respecto de las intervenciones del autor en el fragmento transcrito, éstas suelen introducirse entre corchetes. Las más frecuentes son puntos de elisión, que indican la supresión de una o más palabras del texto original; sin embargo, también pueden introducirse correcciones, comentarios, aclaraciones y leves modificaciones a fin de ajustar la cita al texto en que se inserta. Por último, la autoría del fragmento citado puede quedar indicada en el cuerpo de la transcripción, entre corchetes, como en el ejemplo, o bien puede establecerse en una nota al pie. En cualquier caso, es preciso verificar que todas las referencias de este tipo presenten el mismo formato.

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Notas y bibliografía Notas De acuerdo con lo que dicte la particularidad de cada proyecto, las notas pueden ir a pie de página, al final de cada capítulo o al final de la obra. Existen dos tipos de notas: las explicativas o aclaratorias y las bibliográficas o referentes. Las primeras (por lo regular a pie de página) sirven para ampliar, comentar, disgregar o acotar datos que puedan ser de utilidad a lo que se dice en el cuerpo del texto, pero que pueden llegar a interrumpir la idea que se desarrolla. En las segundas se consigna la fuente de la que se citaron datos precisos, conceptos o pasajes enteros; por su contenido, es más común remitir estas notas al final del capítulo o de la obra. Vale decir, asimismo, que ambos tipos de notas pueden usarse de forma alternada o combinada. Mientras las notas aclaratorias no requieren un formato único, pues en general su aparición es decisión del autor, las notas bibliográficas representan un campo más complejo, ya que hay diversos modelos para elaborarlas. El sistema de uso más frecuente en español es el llamado hispánico. En éste se consigna el autor de la publicación empezando por su nombre de pila,9 el título y el subtítulo de la obra, el pie de imprenta (es decir, la ciudad, la editorial y el año de la edición), y la colección, si la hay, entre paréntesis.10 Algunos otros elementos son el nombre del traductor, editor y demás colaboradores, el número de edición, el número de tomos y/o volúmenes y el número de páginas del texto. He aquí un par de ejemplos de notas bibliográficas: !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 9

Cabe aclarar que la autoría puede ser individual (un solo autor), colectiva (dos o más autores), corporativa (una persona jurídica; puede ser una institución, entidad, sociedad, organismo, entre otros) o anónima. Cuando hay más de tres autores, sólo se coloca el nombre completo del primero de ellos, seguido de la locución latina et al. (et alii, y otros; hay que evitar la práctica común, pero no por ello menos errónea, de colocar un punto después de la conjunción et, pues no es abreviatura). Cuando la obra es anónima, la referencia comienza con el título de la obra; en ningún caso ha de emplearse la palabra anónimo (o su abreviatura: anón.), y tampoco se recomienda usar la abreviatura AA.VV. o VV.AA. (varios autores), pues en ambos casos se corre el riesgo de asociar por un hecho circunstancial (el desconocimiento del autor o la autoría colectiva) obras disímiles y dificultar su pronta localización. 10 Las colecciones deben escribirse en redondas y con mayúscula inicial en cada una de las palabras que conforman su nombre, a excepción de preposiciones, artículos y conjunciones. A menos que forme parte del nombre, no es necesario consignar la palabra colección (ni su abreviatura) en la ficha bibliográfica.

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Robert Bringhurst, Los elementos del estilo tipográfico, 2ª ed., Márgara Averbach y

Cristóbal Henestrosa (trads.), México, Fondo de Cultura Económica, 2014 (Libros sobre Libros), 445 pp. 2

Pete Hamill, Por qué importa Sinatra, 2ª ed., Jorge Hernández Campos (trad.), Margarita

López (ed.), México, Pértiga/Universidad Nacional Autónoma de México, 2012 (Ensayo, 19), 440 pp.

Los artículos de publicaciones periódicas y los capítulos de libros colectivos se citan de modo similar. A continuación, algunas muestras: 1

Rafael Vargas, “Los privilegios de la tinta”, en La Gaceta del Fondo de Cultura Económica,

núms. 539-540, México, Fondo de Cultura Económica, noviembre-diciembre de 2015, pp. 1213.

11 2

Marco Antonio Campos, “Pequeña guía idiomática para ser cronista de futbol”, en La

Jornada Semanal, suplemento cultural de La Jornada, núm. 1073, 27 de septiembre de 2015, p. 10. 3

Magda Díaz y Morales, “Carmen: el discurso erótico del romanticismo”, en Serafín

González y Vivian von der Walden (eds.), Palabra crítica. Estudios en homenaje a José Amezcua, México, Universidad Autónoma Metropolitana/Fondo de Cultura Económica, 1997 (Vida y Pensamiento de México), pp. 331-338.

A excepción de artículos, preposiciones y conjunciones, cada una de las palabras que conforman el título de una publicación periódica debe escribirse con mayúscula inicial: El Sol de México, La Palabra y el Hombre, El Nacional, Nueva Revista de Filología Hispánica, The Wall Street Journal, etcétera. Cuando en un mismo capítulo se cita dos o más veces, de modo no consecutivo, la misma obra de un autor, a partir de la segunda se empleará la abreviatura op. cit. (opere citato, obra citada) en vez del título y seguida de la página citada: 1

Pete Hamill, op. cit., p. 45.

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Algunas publicaciones periódicas contienen otros datos que conviene registrar; generalmente se ordenan del mayor al menor. Éstos son los más comunes (en el orden que deben figurar en la referencia): época, año, volumen, tomo y número. El ya citado Manual de estilo de la lengua española de Martínez de Sousa ofrece una revisión muy completa de los elementos de la ficha bibliográfica; el lector puede acudir a él si desea ahondar en el tema.

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Si en la obra se hace referencia a varias obras del mismo autor, además de la locución op. cit. se consignará la primera frase (o las primeras tres palabras con sentido) del título de la obra citada: 1

Pete Hamill, Por qué importa…, op. cit., p. 49.

Si hay dos o más referencias consecutivas a distintas páginas de la misma obra, en la segunda nota se colocará la abreviatura ibid. (ibidem, “allí mismo”, “en el mismo lugar”: 1

Pete Hamill, Por qué importa…, op. cit., p. 49.

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Ibid., pp. 40 y 42.

También puede ocurrir que las citas consecutivas sean a la misma página de la misma obra; en esos casos, la abreviatura correcta para las notas (a partir de la segunda) será id. (idem, “el mismo”, “lo mismo”): 1

Pete Hamill, Por qué importa…, op. cit., p. 49.

2

Id.

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Ibid., pp. 46 y ss.

Como puede verse en el ejemplo, id. e ibid. pueden alternarse de ser necesario; es importante, empero, verificar, una vez terminada toda obra, su uso correcto: en virtud de que la escritura no suele ser un proceso lineal, sino que, por el contrario, un nuevo dato, una rectificación o una relectura significan la adición o eliminación de notas, no es poco frecuente que las referencias consecutivas dejen de serlo. En este sentido podría ser útil colocar siempre las referencias completas y dejar para el final su sistematización por medio de las abreviaturas que se han descrito aquí.

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Bibliografía La bibliografía, por su parte, es una suerte de catálogo que comprende las fuentes consultadas a lo largo de la obra. De preferencia, las fichas que aparecen en la bibliografía deben corresponder a obras a las que se haya hecho referencia o se hayan citado en el texto. Las reglas que se han descrito aquí para la elaboración de las notas bibliográficas son válidas también para la bibliografía, con la salvedad de que el nombre del autor debe invertirse, de modo que comience por el apellido paterno. Tomando en cuenta éste, las fichas se ordenan alfabéticamente al final de la obra; por regla general se disponen en párrafo francés. En ocasiones, especialmente cuando la investigación demandó la consulta de un número igual o mayor de referencias hemerográficas (diarios, revistas) que bibliográficas, la bibliografía se divide en apartados, según el tipo de fuente; lo mismo vale para los recursos en línea. Hay numerosos manuales, en línea, en librerías y en bibliotecas, que abordan con gran solvencia las dificultades que se presentan al elaborar bibliografías (alfabetización, reglas y excepciones; ediciones especiales, facsimilares, críticas, paleográficas, etcétera). Al final de esta sección se consignan varias fuentes que pueden resultar útiles para el lector no avezado. Así, a continuación se ofrecen sólo unos cuantos ejemplos de fichas: Con un autor: McCormack, Thomas, La novela, el novelista y su editor, Juana Inés Dehesa (trad.), México, Fondo de Cultura Económica, 2010 (Libros sobre Libros).

Con dos o más autores: Clark de Lara, Belem, y Ana Laura Zavala (introducción y rescate), La construcción del modernismo (Antología), México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002 (Biblioteca del Estudiante Universitario, 137).

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Ross, Stanley R., et al., ¿Ha muerto la Revolución Mexicana? Causas, desarrollo y crisis, 2 t., México, Secretaría de Educación Pública, 1972 (SepSetentas, 21).

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Con autor institucional: Organisation for Economic Cooperation and Development, Education at a Glance 2015: OECD Indicators, OECD Publishing, 2015. México, Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Faros de México. Los guías de ultramar, SCT/Programa

Editorial del Gobierno de la República, 2015.

Nótese que en la segunda ficha la instancia a quien se atribuye la autoría de la obra es una dependencia gubernamental y no un organismo; en esos casos, se aconseja iniciar la ficha con el nombre del país o entidad federativa a que la dependencia pertenezca. Esta medida adquiere gran utilidad al ordenar la bibliografía, pues publicaciones semejantes estarán agrupadas por el país del que provienen. Recursos electrónicos Cada vez resulta más frecuente recurrir a internet para buscar información, consultar versiones digitales de publicaciones impresas, bases de datos, artículos, libros, páginas electrónicas, etcétera. Sin embargo, al tratarse de documentos, su registro no resulta muy distinto del empleado en las notas y la bibliografía. En términos generales, éstos son dos modelos de ficha de publicaciones electrónicas: Autor (nombre y apellido), “Título del artículo citado”, en Título de la publicación que lo contiene [en línea], volumen, tomo, número (y otros datos similares), País, Fecha, Páginas, disponible en , consultado el (fecha).

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Aunque a menudo se omite, la coma que sigue al nombre de pila del primer autor es muy necesaria: permite distinguir a primera vista un autor del siguiente; de otro modo, de acuerdo con las reglas vigentes para el uso de la coma, el inicio de la ficha puede interpretarse como una enumeración cuyos elementos sean los apellidos del primer autor, su nombre de pila y el nombre de pila del coautor que aparece a continuación (cuyo nombre no debe invertirse). En caso de que haya tres o más autores, se colocará una coma seguida del nombre de pila del segundo autor: Ross, Stanley L., Luis Cabrera y Howard F. Cline. Nótese que antes de la y la coma deja de ser necesaria. Cabe aclarar que el nombre de los autores que siguen al primero no debe invertirse: éstos no precisan ser ordenados alfabéticamente.

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19!

Autor (nombre y apellido), Título. Subtítulo [en línea], número de edición, colaboradores, pie de imprenta, disponible en , consultado el (fecha).

Otros sistemas bibliográficos Si bien el sistema de notas que se acaba de describir está muy arraigado en la cultura de habla española, hay otros sistemas cuyo uso es cada vez más frecuente, en especial en los textos de corte científico. Por razones de espacio, a continuación sólo se enumerarán los sistemas más importantes, seguidos de una ficha bibliográfica elaborada con sus respectivos criterios. Al final de esta sección, el lector interesado podrá encontrar las direcciones electrónicas de diversos sitios que ofrecen orientaciones más precisas.

APA

En su Publication Manual of the American Psychological Association, la Asociación Estadounidense de Psicología (American Psychological Association,

APA)

ha

establecido una serie de criterios con el fin de dotar de uniformidad los documentos y artículos que diversos autores presentan para su publicación en revistas de la asociación. Una de las características más distintivas de este sistema es la ausencia de notas bibliográficas; cuando se hace referencia a una obra, se incluye en el texto, entre paréntesis, el apellido paterno del autor seguido del año de la publicación y de la página citada: “Es del todo correcto emplear el gerundio con pronombres enclíticos” (Zavala, 2012, p. 212).

Por su parte, la ficha ha de construirse con este modelo: Zavala Ruiz, Roberto. (2012). El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y de pruebas. México: Fondo de Cultura Económica.

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20!

Harvard Muy semejante al sistema

APA,

el estilo Harvard, desarrollado en la universidad

homónima a mediados del siglo pasado, también suele utilizarse en el ámbito académico, especialmente en física y ciencias sociales. Se caracteriza por emplear, a continuación de la referencia dentro del texto y entre paréntesis, algunos elementos de la ficha bibliográfica: apellido del autor, año de la publicación y páginas citadas: “Es del todo correcto emplear el gerundio con pronombres enclíticos” (Zavala, 2012: 212).

En cuanto a las fichas bibliográficas, se consignan completas al final, de acuerdo con el siguiente modelo: Zavala Ruiz, Roberto (2012) El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y de pruebas. México: Fondo de Cultura Económica.

Chicago Otro sistema bibliográfico es el llamado Chicago, desarrollado por la Chicago University Press en su Manual de estilo, un texto que contiene lineamientos relacionados con la gramática, la ortografía y la tipografía en lengua inglesa. Este documento, cuya primera edición vio la luz en 1906, se publica en papel y de forma electrónica.13 El estilo Chicago admite el uso de dos sistemas de citas. El primero, utilizado sobre todo en humanidades, echa mano de las notas bibliográficas a pie de página, las cuales se elaboran con un criterio semejante al que se describió en la sección titulada “Notas”: 1

Roberto Zavala, El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y

de pruebas (México: Fondo de Cultura Económica, 2012), 212.

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 13

En 2013, la Universidad de Deusto, en España, además de verter el manual al español, ofreció una adaptación de su contenido a las necesidades de los lectores hispanohablantes; basada en la edición en inglés de 2010, la publicación se plantea como una herramienta útil para el trabajo editorial en un entorno digital.

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21!

El segundo sistema es conocido como autor-fecha; se emplea con preferencia en ciencias sociales, exactas y naturales. Al igual que en los estilos Harvard y APA, en este sistema las referencias, compuestas por el apellido paterno del autor y el año de la publicación, se insertan dentro del texto, entre paréntesis. Las fichas bibliográficas completas se reúnen al final del texto, de acuerdo con el siguiente modelo: Zavala, Roberto. El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y de pruebas. México: Fondo de Cultura Económica, 2012.

Muchas universidades y editoriales ofrecen guías para el correcto uso de los estilos bibliográficos citados; en su mayoría pueden consultarse de forma gratuita en internet.14

Índices Especialmente tratándose de investigaciones, los índices constituyen una herramienta imprescindible para el lector. Los hay de varios tipos. El temático o analítico consigna los temas desarrollados a lo largo del texto, junto con las páginas correspondientes; la consulta de este índice evita al lector perder tiempo buscando información y le permite saber, de un vistazo, si la obra en cuestión le resulta útil. Por su parte, el índice de nombres u onomástico registra los nombres (de personas, autores, obras) mencionados en el texto y la página en que

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 14

En su sitio electrónico, la Universidad Nacional Autónoma de México pone a disposición de todo público una guía para usar el estilo APA: ; en cuanto al Manual de estilo de Chicago-Deusto, éste se ofrece, resumido y sin costo, en la página electrónica de la Universidad de Deusto: ; por su parte, la página electrónica de la Universidad Autónoma Metropolitana contiene una guía para el uso del estilo Harvard: . Por último, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales ofrece a los visitantes de su página un resumen comparativo de los tres sistemas: .

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22!

aparecen. Ambos tipos de índices presentan en orden alfabético las entradas que los componen y se colocan en las páginas finales de la obra. Algo menos comunes son, por último, los índices de primeros versos, elementales en los libros de poesía, y los índices de figuras, fotografías, gráficas, cuadros y demás material gráfico. Por lo que toca al índice del contenido de la obra, donde se enumeran las partes principales de ésta, conviene citar la siguiente precisión de Martínez de Sousa: La situación del índice de contenido es discutida, pero pueden tenerse en cuenta estas normas: 1) en obras técnicas y científicas, el índice de contenido debe ir en los principios del libro; 2) en los principios del libro, normalmente el índice de contenido se coloca inmediatamente después de la página de derechos [o legal] (es decir, antes de la presentación, el prólogo o texto que haga sus veces), pero en algunos casos los autores suelen desplazarlo hasta el final de los principios del libro; 3) en obras literarias o 15

semejantes, el índice debe ir al final.

Sin embargo de esta aclaración, muchas veces las editoriales, las universidades y diversos organismos tienen un criterio acerca de la colocación del índice; en cualquier caso, si éste ha de ir al final y la obra es extensa, se sugiere incluir, en sus principios, un sumario, esto es, un recuento de las partes principales de la obra (por lo general, comprende capítulos, partes, libros y demás elementos similares).

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 15

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José Martínez de Sousa, op. cit., pp. 214-215.

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Figuras 1 y 2. Ejemplos de índice general.

Figura 3. Índice analítico. Fuente: Roberto Zavala, El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y de pruebas, México, Fondo de Cultura Económica, 2012.

Figura 4. Índice onomástico. Fuente: José Juan Tablada, Obras VIII. Por tierras de Bolívar, edición de Serge I. Zaïtzeff, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2009 (Nueva Biblioteca Mexicana, 168).

Características del párrafo La Real Academia define el párrafo como “fragmento de un texto en prosa constituido por un conjunto de líneas seguidas y caracterizado por el punto y aparte al final de la última”. Aunque la extensión de este fragmento es variable, se recomienda, según se dijo páginas atrás, que no rebase las 10 o 12 líneas y que contenga una idea completa. Por lo que toca al aspecto tipográfico, hay varios tipos de párrafo. El más común en el ámbito hispánico es el ordinario, esto es, aquel cuyas líneas se justifican por ambos lados y cuya línea inicial lleva sangría (a menos que la preceda un título). Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit. Aenean commodo ligula eget dolor. Aenean massa. Cum sociis natoque penatibus et magnis dis parturient montes, nascetur ridiculus mus. Donec quam felis, ultricies nec, pellentesque eu, pretium quis, sem. Nulla consequat massa quis enim. Donec pede justo, fringilla vel, aliquet nec, vulputate eget, arcu. In enim justo, rhoncus ut, imperdiet a, venenatis vitae, justo. Nullam dictum felis eu pede mollis pretium. Integer tincidunt. Cras dapibus. Vivamus elementum semper nisi.

Al igual que el párrafo ordinario, el llamado párrafo moderno o alemán presenta todas sus líneas justificadas, pero no lleva ninguna sangría. En ocasiones, para conjurar la confusión entre punto y seguido y punto y aparte que la sangría evita, se intercala un blanco entre párrafos. Pese a que este estilo está muy extendido, no es muy recomendable su uso: en primer lugar, tiende a alargar innecesariamente el espacio que ocupa el texto; en segundo lugar, su apariencia no resulta agradable: Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit. Aenean commodo ligula eget dolor. Aenean massa. Cum sociis natoque penatibus et magnis dis parturient montes, nascetur ridiculus mus. Donec quam felis, ultricies nec, pellentesque eu, pretium quis, sem. Nulla consequat massa quis enim. Donec pede justo, fringilla vel, aliquet nec, vulputate eget, arcu. In enim justo, rhoncus ut, imperdiet a, venenatis vitae, justo.

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Empleado sobre todo en bibliografías y diálogos de obras dramáticas, el párrafo francés se caracteriza por estar justificado y tener todas sus líneas sangradas, a excepción de la primera: Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit. Aenean commodo ligula eget dolor. Aenean massa. Cum sociis natoque penatibus et magnis dis parturient montes, nascetur ridiculus mus. Donec quam felis, ultricies nec, pellentesque eu, pretium quis, sem. Nulla consequat massa quis enim. Donec pede justo, fringilla vel, aliquet nec, vulputate eget, arcu. In enim justo, rhoncus ut, imperdiet a, venenatis vitae, justo. Nullam dictum felis eu pede mollis pretium. Integer tincidunt. Cras dapibus. Vivamus elementum semper nisi.

El llamado párrafo en bandera es aquel dispuesto de tal manera que uno de sus lados (puede ser el derecho o el izquierdo) no está justificado; tiene un uso limitado en libros y revistas. Al elegir esta formación es preciso evitar que en el extremo no justificado de la línea queden artículos, conjunciones o monosílabos; asimismo, por lo general se recomienda no emplear la división silábica: Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit. Aenean commodo ligula eget dolor. Aenean massa. Cum sociis natoque penatibus et magnis dis parturient montes, nascetur ridiculus mus. Donec quam felis, ultricies nec, pellentesque eu, pretium quis, sem. Nulla consequat massa quis enim. Donec pede justo, fringilla vel, aliquet nec, vulputate eget, arcu. In enim justo, rhoncus ut, imperdiet a, venenatis vitae, justo. Nullam dictum felis eu pede mollis pretium. Integer tincidunt. Cras dapibus. Vivamus elementum semper nisi.

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Características del documento: cómo entregar el original Si bien los autores, por lo general, no suelen trabajar con programas especializados para editar textos, tienen las herramientas necesarias para generar un original limpio y con características técnicas adecuadas a fin de no retrasar el proceso editorial ni duplicar tareas. Características técnicas Sin importar que el texto será objeto de una serie de transformaciones una vez que el autor lo entregue a la editorial, resulta sumamente útil que presente una sola fuente tipográfica (Times New Roman y Arial figuran entre las más legibles, y ambas se cuentan en el catálogo gratuito de que dispone Word), con un solo tamaño (11 o 12 puntos; se exceptúan las citas textuales y las notas al pie, que deberán estar en 9 o 10 puntos). La disposición del documento deberá ser vertical, y sus márgenes derecho e izquierdo habrán de medir tres centímetros, mientras que los inferiores y superiores serán de 2.5 centímetros. Para señalar el fin de un capítulo y el inicio de otro se deberá insertar un salto de página; todas las páginas deberán estar foliadas, lo mismo que las notas, los cuadros, las gráficas y demás elementos gráficos. Asimismo, una vez que dé por terminada la escritura de su texto, el autor, valiéndose de la herramienta de búsqueda, habrá de localizar los dobles espacios entre palabras y eliminarlos. Por regla general, habrán de suprimirse también los blancos entre párrafos. De igual modo, conviene evitar el uso del tabulador para centrar o sangrar líneas, así como los efectos de caracteres (sombreado, ahuecado, subrayado) que ofrece Word. La versión final de la obra habrá de entregarse en formato electrónico (un archivo de Word con las características descritas) e impresa, cuidando que ambos documentos sean exactamente iguales. Jerarquías tipográficas El texto que el autor entregue deberá organizarse de la siguiente forma:

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28!

1. Capítulos: Su título deberá estar centrado al inicio de la página, en versales redondas del mismo tamaño que el texto. No deberá contener la palabra capítulo; en su lugar se colocará, en números romanos, el que le corresponda en orden, seguido de un punto. 2. Subtítulo 1: Se escribirán en versal/versalitas redondas, centrados, con dos blancos antes y uno después; pueden llevar un número arábigo para indicar el orden que les corresponde. 3. Subtítulo 2: Se escribirán en negritas, altas y bajas, alineados por la izquierda, con dos espacios antes y uno después. 4. Subtítulo 3: Se escribirán en cursivas, altas y bajas, alineados por la izquierda, con dos espacios antes y uno después. 5. Subtítulo 4: Se escribirán en cursivas, altas y bajas, alineados por la izquierda, con un espacio antes y ninguno después. 6. Subtítulo 5: Se escribirán en cursivas, altas y bajas, alineados por la izquierda. Llevarán un espacio antes; el texto que titulan se dispondrá en la misma línea, separado por un punto y aparte. Según se explicó antes, en el índice general del documento sólo habrán de consignarse las primeras tres jerarquías. Material gráfico Sea o no abundante, el material gráfico que acompaña cualquier obra deberá entregarse por separado, en un archivo generado en el programa electrónico con el que se haya trabajado cada elemento. El título de cada uno de estos archivos habrá de contener el número que corresponda a su ubicación y el tipo de documento de que se trate (por ejemplo: “Gráfica 8”, “Lámina 2”, “Tabla 5”, etcétera). Por su parte, en el documento deberá ser muy clara la situación del material gráfico; para ello, el autor puede, si lo desea, insertar en el documento de Word una imagen reducida del archivo correspondiente.

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29!

II. Revisión

Indicaciones generales16 La revisión del texto es muy importante en el proceso de edición. Su objetivo es localizar los errores que demeritan la calidad del escrito y corregirlos sin alterar el sentido de la obra. Implica sobre todo detectar y enmendar repeticiones, gerundios, circunloquios, imprecisiones o ambigüedades léxicas, extranjerismos, cacofonías y otros problemas similares que impidan la cabal comprensión del texto. También puede llevarse a cabo la supervisión de un texto al realizar un cotejo, ya sea para comparar la última versión de una obra con el manuscrito original, o porque se recibe una traducción que es necesario compulsar con su versión original. En ambos casos, se debe verificar que el texto final exprese de forma adecuada las ideas del autor, así como su estilo. Es necesario prestar atención a posibles saltos respecto del original, cuidar que los datos concuerden y que las palabras utilizadas manifiesten lo que el autor quiso expresar. Para realizar una revisión apropiada, el lector deberá elaborar un censo de las partes de la obra, de los términos difíciles de uniformar (si se trata de una traducción) y de las ideas centrales que se proponen. También es recomendable utilizar una plantilla de normalizaciones para detectar problemas ortográficos y de acentuación; verificar el uso de cursivas, negritas, mayúsculas, minúsculas, abreviaturas, siglas, citas; revisar la progresión de enumeraciones, paginación, cuadros, esquemas, notas, entre otros aspectos. Asimismo, quien revise el texto deberá tener buena ortografía y sintaxis. Es necesario que observe casos de ortografía dudosa; que la sintaxis sea adecuada, así como la concordancia de género, número y tiempo; que el texto esté completo; que los signos de puntuación estén perfectamente utilizados; que todo signo doble !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 16

En los apartados siguientes se ofrecen sólo algunas recomendaciones y reglas de escritura. Para tener mayor información al respecto, consulte la bibliografía sugerida.

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(comillas, paréntesis, signos de admiración e interrogación, entre otros) abra y cierre; que todas las ideas se vinculen con el tema principal del texto; que haya correspondencia entre llamadas y notas, entre texto y notas, y entre las notas y la bibliografía; por último, y ante todo, respetar el estilo del autor. Respecto de las traducciones, hay distintas precisiones en función del idioma con el que se trabaje, pues cada lengua presenta sus particularidades; en general, se debe evitar el abuso de formas poco comunes en español. Otras recomendaciones:17 •

Se debe evitar el abuso de la voz pasiva.



Evitar el uso de gerundios en títulos y subtítulos, lo que en el idioma inglés es muy común. En el francés el gerundio se utiliza para calificar un nombre, uso que debe descartarse en español por ser incorrecto.



La palabra inglesa billions debe traducirse como “miles de millones”.



Se debe evitar el abuso de extranjerismos.



En el idioma francés hay una tendencia a iniciar las oraciones con participio; en español hay que evitar que esa construcción se repita innecesariamente.



En francés suele escribirse con mayúscula sólo la primera letra de la primera palabra del nombre de una institución; en español todas las iniciales serán mayúsculas y el nombre deberá escribirse en redondas.



Cuando un topónimo tenga una forma consagrada por la tradición española se preferirá ésta sobre el nombre extranjero.



Debe respetarse la ortografía de los nombres propios extranjeros.

Pequeñas dosis de ortografía y gramática Acentuación Hay tres reglas básicas de acentuación:

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 17

Prontuario de normas editoriales y tipográficas, México, Fondo de Cultura Económica, 19992000, pp. 34-48.

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1) Se acentúan las palabras agudas de más de una sílaba si terminan en n, s o vocal. 2) Se acentúan las palabras graves si terminan en consonante que no sea n ni s. 3) Las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas se acentúan sin excepción. Casos especiales: voces o palabras biacentuales Hay ciertas palabras que registran más de un acento prosódico, dependiendo de la variante lexicográfica del idioma y, por tanto, admiten dos pronunciaciones y dos grafías distintas. Las Academias de la Lengua Española consignan 250. En esos casos, se optará por la forma que corresponda al uso más extendido en México y, lo más importante, a lo largo de un documento se empleará esa misma forma. A continuación se mencionan algunas palabras con acentuaciones diferentes:18 Academias

Forma utilizada en el español de México

amoníaco

amoniaco

austríaco

austriaco

cardíaco

cardiaco

fútbol

futbol

icono

ícono

maníaco

maniaco

paradisíaco

paradisiaco

período

periodo

policíaco

policiaco

Cuadro 2. Voces biacentuales.

Acentuación gráfica de extranjerismos Por regla general, se preferirá el uso de palabras en español; sin embargo, en el caso obligado de adopción de extranjerismos, se deberá observar su correcta escritura y acentuación. Para los nombres propios de ciudades o personas, se !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 18

Cf. Ortografía de la lengua española, Madrid, Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española y Espasa, 2010, pp. 209-212.

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respetará la escritura en la lengua original, salvo en aquéllos ya adoptados por el español; por ejemplo: Nicolás Copérnico, Carlos Darwin, Nueva York, París. Acentuación de sólo y pronombres demostrativos Se optará por la forma acentuada del adverbio sólo para evitar confusiones. Lo mismo sucederá con las formas pronominales de los demostrativos: ésa, ése, ésta, éste, aquél, aquélla y sus respectivos plurales. Cabe mencionar que esto, eso y aquello no se acentúan gráficamente en ningún caso.19 Infinitivo y participio pasivo No deben acentuarse las formas del infinitivo ni del participio pasivo de los verbos con grupo vocálico -uir: Infinitivo

Participio

argüir

argüido

atribuir

atribuido

disminuir

disminuido

rehuir

rehuido

Cuadro 3. Infinitivos y participios con el grupo –uir.

Sustantivos No se acentúan los sustantivos que presentan el grupo vocálico -ui en la penúltima sílaba. Ejemplos: altruismo, casuista Otros casos •

Todos los adverbios terminados en -mente llevarán el mismo acento del adjetivo del cual se derivan. común

comúnmente

cínico

cínicamente

único

únicamente

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 19

!Cf. ibid., p. 269.!

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34!



Las mayúsculas también se acentúan. Ejemplos: Álvaro, Óscar.

Palabras que pueden causar confusiones Además del acento prosódico y el ortográfico, hay otro acento, llamado diacrítico, que sirve para distinguir entre dos palabras que suenan igual pero pertenecen a categorías gramaticales diferentes. He aquí una lista de ellas: No llevan acento mi, adjetivo posesivo

te, pronombre reflexivo

tu, adjetivo posesivo

mas, cuando significa pero

el, artículo determinado

aun, cuando significa hasta o incluso

si, conjunción condicional

solo, adjetivo (tiene género y número)

se, pronombre reflexivo Llevan acento mí, pronombre personal

té, sustantivo común

tú, pronombre personal

más, adverbio de cantidad

él, pronombre personal

aún, cuando significa todavía

sí, adverbio de afirmación

sólo, adverbio (puede sustituirse por únicamente)

sé, primera persona del verbo saber

Hay palabras que nunca llevan tilde, aunque es común verlas acentuadas en muchos escritos. Conviene memorizar esta lista para evitar cometer esas faltas de ortografía:

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35!

PREPOSICIÓN

A

INDICA Manera Destino Término o límite Ubicación (en alternancia con en)

EJEMPLOS A fuego lento. Voy a la frontera. No llega a Estamos a la mesa. Vengo a cobrar.

Distribución (en concurrencia con por)

Tres veces a Ante Ante

Ante

ante tal afrenta. Preferencia

Ante Bajo

-

Protección o control: bajo

Bajo

bajo

Ocultación: bajo su sombra. -

Cabe

Utensilio

Con

Manera

Se sentó cabe Fui con ellos al teatro. con él en una obra. con con inteligencia. con vista al mar. con atención al conferenciante. Con Con Con

Contra

-

Ubicación Destino o término

El autobús salió de lunes a viernes. Complemento gramatical del tren.

De

Paciente Posesión

Origen Desde Énfasis Durante

de La casa de La rama de El color del mar. Un vaso de agua. de Fiebre del De El viento vino desde la barranca. Desde tu casa se ve el mar. Desde agosto comenzaron las clases. Vino desde las nueve. durante la reunión.

de

Ubicación

Estaré en el bosque. Entrar en

en en

En En

en coma. Entre la calle 5 y la calle 10/Entre Entre irónico e irreverente. Entre entre

Entre

Hacia

Dirección u orientación

hacia la calle/La casa se orienta hacia el sur. El meteoro cayó hacia

Límite hasta las cinco.

Hasta

Llegó hasta Situacional

hasta el agotamiento. Mediante registro.

Mediante Destino Para Trayecto

Paseaba por Se le vio por Por por por orgullo. Tomó el bastión por la fuerza. por Por Fue por por casa. Según la ley/Según Según su talante. Sin

Por Vía

Según Sin

Privación o carencia -

So Sobre Tema Tras Versus Vía Cuadro 3. Preposiciones

So ción/ So Sobre sobre Un libro sobre tras Tras Día tras versus barbarie Por vía

Según el Sin instru-

Preposiciones20 Son palabras invariables, átonas y sin accidentes gramaticales (número y persona), que introducen un término (complemento) en una oración. Dice el Manual de la nueva gramática de la lengua española: Las preposiciones forman una clase gramatical cerrada. Sin embargo, el inventario que de ellas se hace no siempre coincide en las diversas gramáticas, ya que algunas preposiciones son de escaso uso, otras han ingresado no hace mucho en este paradigma y otras, finalmente, poseen sólo algunas de las propiedades que caracterizan dicha clase de palabras. En la actualidad suele aceptarse la relación siguiente: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, so, sobre, tras, versus y vía. [Véase el cuadro 1].

21

Puntuación De acuerdo con la Ortografía de la lengua española, los de puntuación son los signos ortográficos que organizan el discurso para facilitar su comprensión, poniendo de manifiesto las relaciones sintácticas y lógicas entre sus diversos constituyentes, evitando posibles ambigüedades y señalando el carácter especial de determinados fragmentos. Forman parte de este grupo el punto (.), la coma (,), el punto y coma (;), los dos puntos (:), los paréntesis ( ), los corchetes [ ], la raya (―), las comillas (“”), los signos de interrogación (¿?) y de exclamación (¡!), y los puntos suspensivos (…). El punto Es un signo cuyo uso principal consiste en señalar gráficamente la pausa que marca el final de un enunciado, de un párrafo o de un texto. Se escribe sin separación de la palabra que lo precede y separado por un espacio de la palabra o el signo que lo sigue. La palabra que sigue al punto se escribe siempre con inicial !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 20

En su mayoría, los comentarios y ejemplos para este apartado se tomaron de la Nueva gramática de la lengua española. Manual, México, Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española y Espasa, 2010, pp. 557-574. 21 Ibid., p. 558. Para una descripción más detallada sobre el uso de las preposiciones, pueden consultarse la Nueva gramática de la lengua española y el Diccionario de uso de las preposiciones españolas de Emile Slager (Madrid, Espasa, 2004).

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mayúscula. El punto se escribirá siempre detrás de las comillas, los paréntesis y las rayas de cierre. Nunca se escribe tras los títulos y subtítulos de libros, artículos, capítulos, etcétera, cuando aparecen aislados (centrados o no) y son el único texto del renglón. Tampoco llevan punto los nombres de autor en cubiertas, portadas, prólogos, firmas, o cuando aparecen al pie de un epígrafe, ni después de las dedicatorias al principio de una obra si éstas son breves y no tienen verbo (por ejemplo: “A mi hija”) o en cualquier otro caso en que aparezcan solos en una línea. En pies de imágenes (cuando se trata de etiquetas, no en una explicación de carácter discursivo con estructura oracional) no debe ponerse punto al final; tampoco en eslóganes, enumeraciones en forma de lista, tablas e índices. El punto no se repite si ya existe uno por otra razón al final de la frase, sean puntos suspensivos o signos de interrogación y admiración, aunque con ellos termine el enunciado. Dependiendo de su función, el punto recibe distintos nombres:



Punto y seguido: se escribe al final de un enunciado y a continuación, en el mismo renglón, se inicia otro. En otras palabras, separa los elementos que integran un párrafo. Ejemplo: Un día llegaron en cantidad ramos y coronas de flores. Se nos prohibió la entrada a una de las habitaciones. Advertimos rumor de llantos [José Vasconcelos, Ulises criollo, México, Porrúa, 2014, p. 9].



Punto y aparte: se escribe al final de un párrafo; el enunciado siguiente comienza con mayúscula y en un párrafo nuevo. Separa dos párrafos distintos que suelen desarrollar ideas o contenidos diferentes. Ejemplo: No refieren las crónicas callejeras, esas crónicas amenas que escuchamos en pláticas sabrosas con los viejos, ni el nombre verdadero del protagonista, ni la época cierta en que acaeció el sucedido que hoy lanzamos a los vientos de la publicidad. Pero el hecho fue tan cierto, como que todos los hombres son mortales, física, ya que no intelectualmente, pues de los académicos se dice que no lo son. Y el que dude puede consultar las citadas y verídicas crónicas, tan antiguas como sus autores [Luis González

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39!

Obregón, “Los polvos del virrey. Sucedido del portal de Mercaderes y esquina de Plateros”, en Las calles de México, México, Porrúa, 2014, p. 141].



Punto final: aparece al final de un escrito o de una división importante del texto (un capítulo, por ejemplo).

La elección entre un punto y seguido y un punto y aparte tiene que ver con la forma en que quien escribe desea organizar la información. Las oraciones breves suelen dar más peso a cada una de las ideas contenidas en ellas; el estilo resulta así más contundente, enfático. En cambio las oraciones extensas, con relaciones de subordinación, resultan más ágiles y también requieren un buen manejo de otros signos de puntuación. Cabe recordar que, cuanto más extenso y complejo es un párrafo, mejor será echar mano del punto para separar sus distintos elementos. La coma Es un signo de puntuación cuya función consiste en separar unidades lingüísticas inferiores al enunciado y tiene presencia obligatoria en un escrito para que éste pueda ser correctamente leído e interpretado. Entre otros, tiene los siguientes usos normativos: para delimitar incisos (en aposiciones explicativas, en expresiones u oraciones de carácter accesorio, o en cualquier clase de comentario, explicación o precisión a algo dicho); para separar o aislar elementos u oraciones dentro de un mismo enunciado (aunque, cuando la enunciación es completa o exhaustiva y el último elemento va introducido por una conjunción, no debe escribirse coma delante de y, e, ni, o, u), y para distinguir entre sentidos posibles de un mismo enunciado. El error más frecuente en el uso de la coma consiste en separar con ella el sujeto del verbo; el único caso en que tal uso resulta válido es cuando entre éstos hay una oración incidental o cualquier otro elemento que deba escribirse entre comas. De igual forma, debe evitarse su empleo en las duplicaciones enfáticas o expresivas de una palabra (luego luego, casi casi). La coma se escribe pegada al signo que la precede y seguida de un espacio que la separa de la palabra o el signo que aparece a continuación de ella. “Las !

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comas —explica atinadamente Sandro Cohen— no sirven para indicarnos cómo leer un escrito en voz alta, sino que son señales que nos anticipan las diversas funciones de las palabras, frases y oraciones dentro de una proposición”.22 Este autor señala los siguientes usos obligatorios de la coma. 1. Para separar elementos, frases u oraciones en serie (coma serial) Separa enumeraciones con elementos del mismo tipo (sustantivos, verbos, adjetivos, adverbios): La casa, el chalet, la choza, la chabola, la cabaña, todas son viviendas. Los seres humanos nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Las mujeres son listas, intrépidas, sagaces y valientes. El país avanza lenta, equivocada y penosamente.

La misma regla se aplica para separar frases u oraciones en serie con una construcción semejante entre sí: Al evento llegaron los muchachos audaces, las chicas atractivas, los profesores carismáticos y los niños intrépidos. Todas las mañanas me levanto, me hago el desayuno, me lavo los dientes y me voy a trabajar.

2. Para delimitar incisos y unidades con alto grado de independencia La coma puede usarse para separar elementos que podrían considerarse periféricos respecto del enunciado en el que aparecen, pues lo interrumpen y quedan fuera de la parte central del mensaje.23 Se escriben entre comas cuando aparecen en medio del enunciado: !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 22

Sandro Cohen, Redacción sin dolor, 5ª ed., México, Planeta, 2012, p. 160. Una prueba para saber si una frase u oración es o no parentética consiste en suprimirla: si el enunciado no cambia ni pierde su sentido sin ella, la oración que se suprimió es una incidental y por tanto debe escribirse entre comas. Compárense las siguientes oraciones: Juan llegó a las seis de la tarde / Juan, que tenía apuro por terminar pronto, llegó a las seis de la tarde. En la primera oración es claro que “a las seis de la tarde” es un complemento circunstancial necesario para la comprensión de la oración, por lo que no lleva comas ni puede suprimirse. En cambio, la oración “que tenía apuro por terminar pronto”, aunque añade información, no resulta crucial para la comprensión del enunciado, por lo que se escribe entre comas y puede suprimirse. 23

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La idea central de este apartado, según lo dije en el prólogo, es que la ortografía constituye un elemento fundamental para una buena comunicación escrita.

También pueden ocupar la posición inicial o final, en cuyo caso se marca su fin o su inicio mediante una coma: Según lo dije en el prólogo, la idea central de este apartado es que la ortografía constituye un elemento fundamental para una buena comunicación escrita. La idea central de este apartado es que la ortografía constituye un elemento fundamental para una buena comunicación escrita, según lo dije en el prólogo.

De acuerdo con la Ortografía de la Academia, los elementos de este tipo son los incisos, las interjecciones y sus grupos sintácticos, los vocativos y los apéndices confirmativos.



Incisos (o información incidental) Son elementos que aportan precisiones, ampliaciones, rectificaciones o circunstancias a lo dicho: Con las alas inmovilizadas, las gaviotas eran presas fáciles para los grandes peces. Lo único que hemos logrado saber de ella, gracias a los conocimientos del compañero Sabelotodo, es que pertenecía a la especie de las gaviotas argentadas.

Se consideran incisos: a) Las estructuras explicativas, que interrumpen el enunciado para agregar alguna precisión o comentarios sobre el elemento nominal que las precede. Pueden ser: 1) aposiciones, es decir, sustantivos o grupos nominales: Juan, el mejor amigo de Lucas, vino a la fiesta; El arquitecto, Bermúdez, y su esposa, doña Ernestina, comieron en casa; 2) adjetivos o grupos adjetivales: Los estudiantes, entusiasmados, asistieron al curso sabatino; El leñador, robusto, taló todos los árboles de su terreno; 3) oraciones adjetivas (explicativas): La princesa Diana, quien murió hace unos años, no pertenecía a la nobleza; El perro, que !

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no había comido en una semana, devoró todas las sobras; 4) otras oraciones parentéticas: Los miserables, de Víctor Hugo, es una de las novelas más populares de todo el mundo; El gorrioncillo, pecho amarillo, se encuentra en una jaula. b) Construcciones absolutas: son aquellas en que se predica algo de un sujeto sin que aparezca un verbo conjugado (generalmente están en participio o gerundio), aunque también pueden estar formadas por un adjetivo. Por lo regular se colocan al principio de la oración, aunque también pueden ir en medio, entre comas: Habiendo redactado su novela, el escritor acudió a la editorial; Una vez terminadas las excavaciones, el equipo de arqueólogos retiró su campamento; Ya limpios, los mariscos se añaden a la sartén; El muchacho, viendo que la oportunidad escapaba de sus manos, corrió tras el convoy que escoltaba el coche de su amada. c) Expresiones u oraciones de carácter accesorio, sin vinculación sintáctica con los elementos del enunciado en que se insertan: Me dijo, créalo usted o no, que nunca quiso a Manuelita; Se presentó, dime si no es para matarlo, con todos sus amigos listos para comer. d) Cualquier otra clase de comentario, precisión o aclaración a algo dicho: Todos, salvo María, hicieron la tarea; Un político pobre, como dijo un personaje de triste memoria, es un pobre político.



Interjecciones Son clases de palabras que forman expresiones exclamativas con las que se manifiestan sentimientos, impresiones o reacciones afectivas, se induce a la acción o se apela al interlocutor. Por sí solas constituyen una oración y pueden escribirse por separado; por ello, dentro de una oración conservan su carácter independiente y se escriben entre comas: Bah, no te preocupes. ¡Ándale, a caminar se ha dicho! El hombre que partió ayer, ¡ay!, se llevó su corazón.

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Vocativos Se emplean cuando alguien se dirige a una persona o grupo de personas, a una persona real o imaginaria, esté o no presente, por su nombre, título, apodo o equivalente. Los vocativos pueden aparecer al principio de la oración, en cuyo caso se escriben seguidas de una coma; en medio, entre comas, o al final, precedidos por una coma: Hijo mío, tienes que obedecer a tus padres. Allí quemaron tus alas, mariposa equivocada, las luces de Nueva York. Dime, ¿en qué puedo ayudarte, Luis?



Apéndices confirmativos Son expresiones interrogativas de refuerzo que cierran algunos enunciados afirmativos (cuando se abusa de ellos llegan a ser muletillas). Siempre deben ir precedidos de coma: La sopa quedó buena, ¿verdad? Te quedas a comer, ¿o no? Me estoy divirtiendo mucho, ¿lo ves?

3. Para indicar que se ha suprimido un verbo (coma de la elipsis) Cuando hay oraciones seriadas que comparten el mismo verbo, éste sólo se menciona la primera vez; en lugar de los verbos elididos se coloca una coma, y se usa punto y coma para separar las diferentes oraciones: La fiesta estuvo animadísima y hubo platillos deliciosos. Diana trajo bacalao a la vizcaína; Luis, un ceviche de camarón; Carmen, una ensalada griega, y Ramón, bocadillos de jamón serrano y queso manchego.

Cabe destacar que las últimas dos oraciones se unen mediante la conjunción y precedida por una coma, lo que equivale a punto y coma. Asimismo, cuando este tipo de series constan de dos elementos, generalmente se usa la conjunción y precedida de coma para unirlas: !

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Los hombres son de Marte, y las mujeres, de Venus.

El punto y coma Es un signo de puntuación formado por un punto que se superpone a una coma; se escribe pegado a la palabra o el signo que lo precede, y separado por un espacio de la palabra o signo que le sigue. La primera palabra que aparece tras el punto y coma se escribe siempre con minúscula (a menos que sea un nombre propio). Se usa principalmente para separar expresiones que ya contienen comas, en las relaciones de nombres cuando a éstos les sigue un cargo y para señalar la existencia de ciertas relaciones sintácticas dentro de una oración. De acuerdo con la Ortografía de la Academia, este signo resulta muy valioso en dos sentidos: a) “Como jerarquizador de la información, ya que aclara las relaciones de los elementos que constituyen el texto”:24 En la granja había gallinas, pavos, pericos; cabras, ovejas, terneras y vacas; perros y gatos.

b) “Como indicador de la vinculación semántica que quien escribe establece entre las unidades lingüísticas, es decir, el grado de dependencia y relevancia que desea imprimir a cada una de ellas. En este sentido, es un signo intermedio entre la coma y el punto: establece mayor disociación entre las unidades que la coma […] y menor que la indicada por el punto”:25 Si lo acompaño, creerá que me interesa; si no lo hago, pensará que no me importa; si le digo lo que siento, no me creerá. Carlos había sufrido una terrible depresión durante los últimos meses; la semana pasada se quitó la vida.

A continuación se describen algunos usos del punto y coma.

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 24 25

!

Ortografía de la lengua española... op. cit., p. 350. Ibid., p. 351.

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1. Para separar oraciones yuxtapuestas de construcción no semejante, que no se han unido por una conjunción Dos oraciones pueden unirse en una sola mediante el uso de punto y coma, siempre y cuando tengan una estrecha relación en cuanto a su sentido, ya sea que ambas compartan el mismo sujeto o que los asuntos contenidos en ellas estén íntimamente vinculados: El escritor entregó su novela a la imprenta quince días antes de lo previsto; quería irse de vacaciones con su familia sin preocuparse por su trabajo.

2. Para separar oraciones que contienen frases u oraciones incidentales Se usa punto y coma para separar una serie de oraciones coordinadas cuando alguna de ellas (o todas) contiene frases u oraciones incidentales: Algunas personas, llevadas por su ambición, lucran con la felicidad ajena; con tal de obtener ganancias, mienten a sus semejantes; actúan, en fin, sin escrúpulos ni miramientos.

También se usa punto y coma entre dos oraciones cuando la segunda es introducida por una locución adverbial o frase que sirve como conjunción adversativa: El cielo está muy despejado; sin embargo, en el meteorológico anunciaron que llovería por la tarde. Las niñas no quisieron comer las verduras; en cambio, se acabaron el pastel.

3. Para separar oraciones que comparten el mismo verbo, cuando éste se ha suprimido después de la primera mención (elipsis) Hay construcciones yuxtapuestas en que dos o más oraciones comparten el mismo verbo; en esos casos, sólo se escribe el verbo en la primera oración, y en las demás se utiliza una coma en su lugar. Entre cada una de las oraciones se coloca un punto y coma:

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La fiesta estuvo animadísima y hubo platillos deliciosos. Diana trajo bacalao a la vizcaína; Luis, un ceviche de camarón; Carmen, una ensalada griega, y Ramón, bocadillos de jamón serrano y queso manchego.

Los dos puntos Son un signo de puntuación formado por un punto superpuesto a otro. Se escriben pegados a la palabra o signo que los antecede y separados por un espacio de la palabra o el signo que los sigue. La palabra que se escribe a continuación se escribirá en minúscula a menos que sea un nombre propio o que inicie una cita textual que comience con mayúscula. De acuerdo con la Ortografía de la Academia, este signo tiene un “valor anunciativo”, pues hace al lector esperar información subordinada a la secuencia que lo introduce: No entiendo qué te pasa: no asistes a clase, no respondes el teléfono ni ayudas a tu madre.

En títulos y subtítulos es frecuente su uso para separar el concepto general del aspecto parcial del que va a tratarse (“La puntuación: una herramienta para unir palabras”). En un texto en prosa, los dos puntos sólo deben usarse para introducir una enumeración cuando la oración que los precede es completa; en otras palabras, no deben usarse cuando la enumeración es introducida por un verbo: Uso correcto: Para hacer el pastel necesito algunos ingredientes: harina, huevo, cacao y mantequilla. Uso incorrecto: Para hacer el pastel necesito: harina, huevo, cacao y mantequilla.

En el segundo caso, los dos puntos se interponen entre el verbo y su complemento, situación que debe evitarse. Los dos puntos se utilizan para introducir una cita entrecomillada (debe ser textual, es decir, reproducir literalmente lo que dijo o escribió un tercero), que por lo general comienza con mayúscula.

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Ya lo dijo Baltasar Gracián: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”.

Es incorrecto su empleo cuando se reproducen palabras o pensamientos en discurso indirecto, es decir, cuando éstos son parafraseados por quien escribe (por lo general, en estos casos las palabras citadas van introducidas por las conjunciones que o si): Uso incorrecto: Mi mamá dijo: que te apresures. Uso correcto: Mi mamá dijo: “Apresúrate”.

Los dos puntos pueden usarse para conectar oraciones relacionadas entre sí sin necesidad de emplear otro nexo. Pueden expresar diferentes relaciones; entre ellas: Causa-efecto: Está enferma: no vendrá a trabajar toda la semana. Conclusión, consecuencia o resumen de la oración anterior: El trabajo fue defectuoso y no se entregó a tiempo: los clientes decidieron no pagarle. Verificación o explicación de la oración anterior, que suele tener un sentido más general: La dieta de los mexicanos es poco saludable: consumen mucha azúcar, carbohidratos y grasas saturadas. Oposición: No quiero oro ni quiero plata: quiero romper la piñata. Los paréntesis Son un signo ortográfico doble utilizado para insertar en un enunciado información complementaria o aclaratoria. De acuerdo con la Ortografía de la Academia, “la función principal de los paréntesis es indicar que las unidades lingüísticas por ellos aisladas (palabras, grupos sintácticos, oraciones, enunciados e incluso párrafos) no son parte central del mensaje, sino que constituyen un segundo discurso que se inserta en el discurso principal para introducir información complementaria de

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muy diverso tipo”.26 El discurso que se escribe entre paréntesis goza de cierta autonomía, por lo que puede tener puntuación propia: Calculé que no tendría más de treinta años (con un margen de error de más/menos dos, lo cual casi resultó exacto), es decir, unos quince menos que yo [Jorge Volpi, En busca de Klingsor, México, Alfaguara, 2011, p. 200].

La función principal de los paréntesis consiste en aislar incisos, es decir, elementos que aportan precisiones, ampliaciones, rectificaciones o circunstancias a lo dicho. También pueden usarse para intercalar algún dato, como una fecha, un lugar, el nombre de un autor, el significado de una sigla, etcétera. Los corchetes Se emplean para ofrecer información complementaria o aclaratoria; en la transcripción de un texto, para marcar cualquier interpolación o modificación en el texto original, como adiciones, enmiendas o el desarrollo de abreviaturas. La raya Se utiliza en la representación de diálogos, en enumeraciones (debe dejarse un espacio entre la raya y la primera palabra del elemento de la enumeración) e índices, además de introducir comentarios dentro de una cita textual. No debe confundirse con el guion (-) o el signo menos (–). Cuando se utiliza como signo doble, su función consiste en delimitar o encerrar un segundo discurso que se introduce en el discurso principal; indica que las unidades lingüísticas que aísla no son parte central del mensaje, sino que constituyen un discurso secundario que aporta información complementaria: A lo lejos, el sol ha desaparecido de nuevo —¿quién podrá estar completamente seguro de que volverá?— y, como recompensa por su paciencia, el negro averno de la noche se llena de tímidas luciérnagas [Jorge Volpi, En busca de Klingsor, México, Alfaguara, 2011, p. 310].

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 26

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Ibid., p. 365.

49!

Se evitará el empleo de punto y raya, común en algunos índices y en obras relativamente antiguas; en su lugar se usará punto y espacio, o dos puntos, según sea el caso. Al igual que en el caso de los paréntesis, la información contenida entre rayas constituye un discurso autónomo y, como tal, puede tener puntuación propia e independiente de la del discurso principal. Asimismo, cabe aclarar que, en esta función delimitadora, las rayas siempre se usan por duplicado, sin importar que después de ellas haya punto y seguido o punto y aparte.27 Las comillas Se utilizan en citas textuales, en la reproducción de pensamientos, para enmarcar el carácter especial de una palabra o expresión (pero no para términos extranjeros o neologismos), para los títulos de artículos o capítulos, así como para marcar un énfasis metalingüístico. En cambio, no deben usarse en las denominaciones oficiales de establecimientos. Existen varios tipos de comillas: las angulares, también llamadas latinas («»); las inglesas (“”), y las simples (ʻʼ). Aunque los tres tipos pueden convivir en un escrito, se recomienda evitar el uso de las comillas angulares, por ser relativamente ajenas a la tradición tipográfica mexicana. Así, las comillas inglesas cubrirán todos los usos aquí descritos, mientras que las comillas simples se emplearán cuando haya necesidad de delimitar una cita o destacar una palabra dentro de un texto entrecomillado. Los signos de interrogación y exclamación Sirven para delimitar en la escritura las oraciones interrogativas y exclamativas, respectivamente. En español, éstos son signos dobles, así que deben colocarse !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 27

Aunque comas, rayas y paréntesis pueden servir para aislar oraciones, su uso no es indistinto. En palabras de Sandro Cohen: “Cada signo sugiere un grado distinto de alejamiento. Las frases incidentales que menos alejadas se hallen del discurso de la oración, las que menos se aparten del flujo del pensamiento, deben aislarse entre comas […]. Las que más se alejan del discurso de la oración, las que agregan información meramente técnica o bibliográfica, por ejemplo, o las que repiten alguna información que se dio con anterioridad, deben aislarse entre paréntesis. Los casos intermedios de frases parentéticas pueden encerrarse entre rayas”, Sandro Cohen, op. cit., pp. 246-247.

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de forma obligatoria al comienzo y al final de la secuencia correspondiente. Solamente se utilizan los de cierre escritos entre paréntesis para expresar duda (?) o sorpresa (!). Nunca debe escribirse punto inmediatamente detrás de un signo de cierre de interrogación o de exclamación. Las comillas y los signos de interrogación y exclamación no deben omitirse cuando preceden a una letra capitular. Asimismo, la presencia de estos signos es distintiva, pues incide en el significado de la escritura: Ha venido a la fiesta (afirmación). ¡Ha venido a la fiesta! (afirmación admirativa). ¿Ha venido a la fiesta? (pregunta).

Los puntos suspensivos Son tres puntos consecutivos, sin espacio entre ellos, siempre pegados a la palabra que los precede y separados por un espacio de la que los sigue (a menos que se trate de otro signo de puntuación, en cuyo caso no se deja espacio entre ambos). Indican una pausa o una omisión que puede deberse a un deseo de crear suspenso o dramatismo, o bien a la conveniencia de omitir una secuencia de texto sin más (por ejemplo, el título largo de una obra o la insinuación de palabras ofensivas). Si los tres puntos cierran un enunciado (es decir, si éste tiene sentido completo), la oración que les sigue comenzará con mayúscula: No quiero asustar a mi familia… No les diré que tuve un accidente.

En cambio, si el enunciado continúa tras los puntos suspensivos, la palabra que sigue comenzará con minúscula: En todo caso, será mejor… ocultar la verdad.

Entre los usos principales de los puntos suspensivos se cuentan los siguientes:

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Para indicar una pausa transitoria en el discurso que expresa duda, temor o vacilación: Hola… Llamaba para… invitarte al cine.



Para dejar un enunciado en suspenso, con el fin de crear expectación: Si estas paredes hablaran…



Para dejar el enunciado incompleto por cualquier otro motivo (por ejemplo, indicar ironía, sorpresa o dramatismo): Esos días fueron muy duros para mí: murió mi madre, enfermé gravemente, embargaron la casa… Prefiero olvidar todo aquello.



Para señalar la interrupción voluntaria de un discurso cuyo final se da por conocido o sobreentendido por el interlocutor (un uso especialmente frecuente cuando se reproduce un refrán o fragmento literario muy conocido): No creo que seas tan diferente de tus amigos; ya sabes que el que con lobos anda...



Al final de enumeraciones abiertas o incompletas (en este uso, equivale a la palabra etcétera): En Navidad comemos caldo de camarón, pavo, romeritos, lomo de cerdo, ensalada, pastel…



Para indicar la supresión de una palabra o un fragmento en una cita textual (en esos casos, deben colocarse entre corchetes).

Si los tres puntos concluyen el enunciado no debe añadirse a ellos el punto de cierre. Sin embargo, si aparecen después de una abreviatura, se suma a ellos el punto que la cierra, de modo que se escribirán cuatro puntos seguidos. Por lo que toca a otros signos, como coma, punto y coma y dos puntos, éstos pueden escribirse tras los puntos suspensivos (nunca antes de ellos), sin dejar entre ambos ningún espacio de separación; la presencia de estos signos responde a los criterios generales de puntuación que se seguirían si no aparecieran los puntos suspensivos. También pueden concurrir con los signos de exclamación o interrogación, lo mismo que con la raya, el paréntesis o las comillas de cierre.

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Errores y dudas frecuentes a) Anfibología: ambigüedad que se presenta en una frase al emplear dobles sentidos que dan lugar a más de una interpretación. Ejemplo: Calcetas para niños de lana (por Calcetas de lana para niños). b) Cacofonía: de acuerdo con el Diccionario de la lengua española de la RAE,

éste es un término de origen griego que significa malsonante. Es un

efecto acústico poco agradable que resulta de la combinación de palabras que poseen la misma pronunciación o de la repetición exagerada de un mismo sonido en una frase. Ejemplo: Barbosa, el barbero, es un artista de la barbería; Los marinos empleaban para cubrirse las telas de las velas de los barcos. c) Circunloquio: es una forma de escritura que consiste en utilizar más palabras de las necesarias para expresar una idea. Ejemplo: Su físico está claramente lánguido (por Está cansado); Tenía un ojo sin luz de nacimiento (por Era tuerto). d) Extranjerismos: son un tipo de préstamo lingüístico; se pueden clasificar en dos tipos: 1) Préstamo léxico: la palabra conserva su pronunciación y significado originales, pero su ortografía se adapta al nuevo idioma. Ejemplo: futbol, suéter, chat. 2) Préstamo o calco semántico: se toma el significado traducido de una palabra extranjera, pero no necesariamente su morfema:



Jardín de niños es un calco del alemán kindergarten.



Rascacielos es un calco del inglés skyscraper.



Hora feliz es un calco de happy hour.

28

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 28

!

Cf. Enrique Alcaraz Varo, Diccionario de lingüística moderna, España, Ariel, 1997.

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Por el idioma del cual proviene el vocablo, los extranjerismos se clasifican en galicismos (francés), germanismos (alemán), catalanismos (catalán), anglicismos

(inglés),

lusitanismos

(portugués),

arabismos

(árabe),

italianismos (italiano), helenismos (griego), valencianismos (valenciano), galleguismos (gallego), etcétera. e) Falsos cognados: el Diccionario de uso del español de María Moliner los define como “palabras de una lengua extranjera que por ser muy similares [en su morfología] a otras de la lengua propia, pueden ser interpretadas de manera incorrecta”, pues, aun cuando se parezcan, sus significados son parcial o totalmente diferentes. También se les llama parónimos interlingüísticos. Ejemplos:



armée (francés): ejército, no armada.



équipage (francés): tripulación, no equipaje.



actual (inglés): real, no presente



manche (francés): manga, no mancha



establishment (inglés): fundación, no establecimiento



severe (inglés): grave, no severo.

f) Gerundio: forma no personal del verbo con terminaciones -ando/-iendo. La mayoría de los correctores suele suprimirlo de modo automático; sin embargo, tiene los siguientes usos correctos: •

Gerundio perifrástico: cuando forma una perífrasis verbal (unión de dos verbos: auxiliar y principal) que indica simultaneidad. Ejemplos: Te estoy mirando; Mateo sigue leyendo.



Gerundio + verbo estar: en este uso, el verbo estar rige y controla la acción. Transmite la idea de una actividad que está en proceso, que no es instantánea ni describe una costumbre. Ejemplos: Juan está escribiendo una carta a María; Toda la tarde estuve remendando tus calcetines.

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Gerundio modal: el gerundio funciona como un adverbio de modo, es decir, describe la forma de ejecutar una acción, por lo que responde a la pregunta “¿cómo?”, y puede reemplazarse por un adverbio o frase adverbial. Ejemplo: Llegué corriendo a la escuela (por Llegué rápidamente a la escuela).



Gerundio en frases que se refieren al complemento directo: se utiliza sólo en los casos concretos en los que los verbos que rigen la acción indican percepción: ver, mirar, notar, observar, recordar, encontrar, hallar, oír, percibir, contemplar o distinguir, entre otros análogos. Ejemplos: Vi a María besándose con su novio; Distinguimos a ese venado corriendo entre los árboles.



Gerundio en complementos circunstanciales: el gerundio puede usarse como complemento circunstancial prácticamente de cualquier tipo. En este sentido, puede adquirir cierta independencia del verbo principal; se debe recordar, sin embargo, que la relación entre la frase circunstancial y el resto de la oración debe estar perfectamente clara. Ejemplos: Siendo la voluntad de sus padres, los niños tienen que obedecer (condicional); Habiendo visto las estrellas, los presos dejaron

de

fijarse

únicamente

en

las

piedras

del

camino

(circunstancial de tiempo); Habiendo tantas mujeres, Edipo tuvo que enamorarse de su madre (circunstancial concesivo). En cuanto a los usos incorrectos, he aquí un par: •

Gerundio de posterioridad: cuando el gerundio denota consecuencia o efecto de la acción del verbo principal. Ejemplo: El hombre recibió un balazo muriendo enseguida (en vez de El hombre recibió un balazo; como consecuencia, murió enseguida).



Gerundio como adjetivo en función de atributo (modificador directo de un sustantivo): se presenta cuando el gerundio modifica o califica al sujeto de una oración. Por ello, es importante recordar que los gerundios denotan acción, transformación o cambio, pero nunca

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55!

cualidades.29 Ejemplos: María encontró un cofre conteniendo alhajas (por María encontró un cofre que contenía alhajas); Promulgaron una ley regulando las tarifas telefónicas (por Promulgaron una ley que regulará las tarifas telefónicas). g) Hipercorrección: en el afán de evitar una falta gramatical, de ortografía o de pronunciación se deforma una palabra o una oración correctas por creer, equivocadamente, que es inadecuada, por lo que paradójicamente se comete una incorrección. La hipercorrección se presenta en los siguientes casos: •

cuando se altera la estructura de una forma de expresión por otra que se considera más culta. Ejemplos: Me dijo de que viniera (por Me dijo que viniera); Creo no va a venir (por Creo que no va a venir);



al modificar la morfología de una palabra para evitar un supuesto error. Ejemplos: El dólar está a la alza (por El dólar está al alza); Son los documentos de el embajador (por Son los documentos del embajador).



al sustituir una palabra por un término que parece más elegante pero que afecta el significado del enunciado. Ejemplos: Te queda bastante bien (por Te queda muy bien); Aperturaré la cuenta (por Abriré la cuenta).



cuando se modifica el sonido de una palabra al agregarle o eliminarle letras para ajustarla a cierto modelo que se considera correcto. Ejemplos: iflación (por inflación); leción (por lección); bacalado (por bacalao). La pluralización innecesaria también es una forma de hipercorrección.

Ésta aparece cuando se abusa de las concordancias en plural dentro de un enunciado: Ellas echaron a perder sus vidas (por Ellas echaron a perder su vida). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 29

!Sandro Cohen, op. cit., p. 361.!

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h) Imprecisiones léxicas: se presentan cuando las palabras no se utilizan con propiedad y precisión; se confunde su significado o sentido real y deja de existir una correspondencia entre el significado y el concepto que se quiere expresar. Éstos son algunos ejemplos de palabras a las que se le atribuye un significado distinto del real: Imprecisión

Forma correcta

Imprecisión

Forma correcta

adolecer

carecer

énfasis

objetivo

aleatorio

dudoso

gradación

rango

ascendencia

influencia

infectado

infestado

casual

informal

inalterable

inalterado

contemplar

disponer

mortalidad

mortandad

dimitir

destituir, cesar

ofertar

ofrecer

disolver

dispersar

replicar

reproducir, imitar

Cuadro 5. Imprecisiones léxicas.

i) Latiguillos: son expresiones efectistas que se repiten en la conversación y en algunos medios, por lo que, según José Martínez de Sousa, autor del Manual de estilo de la lengua española,30 se convierten en moda y con el tiempo desaparecen. Ejemplos: Entiendes, ¿no?; O sea que no vienes. j) Muletilla: el Diccionario de la lengua de la

RAE

la define como “voz o frase

que se repite mucho por hábito”. Se intercala innecesariamente en el discurso y su finalidad es mantener el interés, controlar los turnos de palabra en la conversación, buscar la complicidad o la comprensión con el interlocutor; aclarar, subrayar o matizar algo. Sin embargo, conviene evitar su empleo en la lengua escrita, pues le resta calidad a una obra. Hay varios tipos de muletillas: 1) Empuñadura: es una fórmula repetitiva utilizada en determinados discursos. Ejemplos: Érase una vez…; Por último, pero no menos importante; Es decir. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 30

!

José Martínez de Sousa, op. cit., p. 136.

57!

2) Timos: son dichos o frases que se repiten a manera de estribillo. Ejemplos: Adónde vamos a parar; No somos nada; En qué país estamos. k) Pleonasmo o redundancia: consiste en utilizar palabras innecesarias, repetir términos o conceptos en una misma oración: Baja para abajo; Cállate

la

boca;

Gentío

de

gente;

Pensé

para

mis

adentros;

Recapitulación final. l) Problemas de concordancia: Problemas de concordancia: según el Diccionario de la lengua de la Real Academia, la concordancia se define como “la coincidencia obligada de determinados accidentes gramaticales (género, número y persona) entre distintos elementos variables de la oración”; por ello, los problemas de concordancia radican en la falta de correspondencia morfológica, de número, de género o persona entre las palabras de una oración. Aunque la falta de concordancia no suele ocasionar problemas de comunicación y entendimiento en el lenguaje oral —ya que, por lo general, la falla es casi imperceptible—, en la escritura es necesario atenerse a la normativa lingüística y evitar reproducir ese error inconscientemente. •

Falta de concordancia en número: cuando el número del sujeto no concuerda con el número en el verbo: Alguno de los promotores se han ofrecido (por Alguno de los promotores se ha ofrecido); Fui uno de los que votó a favor (por Fui uno de los que votaron a favor).31

m) Solecismo: es un error en la sintaxis o en la conjugación verbal que resta pureza y exactitud a un idioma. El uso incorrecto de expresiones en las que no se atienden las exigencias de la sintaxis da lugar al solecismo. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 31

!Sandro Cohen, op. cit., pp. 369-380.!

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58!

A

continuación

se

presentan

algunos

ejemplos

de

locuciones

preposicionales y otras formas que, sin ser una locución, se emplean frecuentemente de manera incorrecta. Forma incorrecta

Forma correcta

a cuenta de

por cuenta de

a excepción hecha de

excepción hecha de

a grosso modo

grosso modo

a lo que se ve

por lo que se ve

a pesar que

a pesar de que

a pretexto de

bajo pretexto de

a provecho

en provecho

a virtud de

en virtud de

aun y cuando

aun cuando

bajo la base

sobre la base

bajo las circunstancias

en las circunstancias

bajo el concepto

en el concepto

bajo el supuesto

en el supuesto

bajo preparación

en preparación

bajo revisión

en revisión

cerca a

cerca de

con motivo a

con motivo de

darse cuenta que

darse cuenta de que

de abajo a arriba

de abajo arriba

de acuerdo a

de acuerdo con

de arriba a abajo

de arriba abajo

de conformidad a

de conformidad con

de ex profeso

ex profeso

de gratis

gratis, de balde

de por fuerza

a la fuerza

de sí

de por sí

diferente/distinto a

diferente/distinto de

en base a

con base en

en relación a

en relación con/con relación a

estar convencido que

estar convencido de que

mas sin en cambio

mas/sin embargo

Cuadro 6. Locuciones frecuentemente mal empleadas y su corrección.

!

59!

Cuestión de estilo: normas ortográficas y editoriales Mayúsculas o altas32 Se llaman mayúsculas, versales o altas las letras que se escriben con mayor tamaño y, por lo general, distinta forma que las minúsculas. (Era costumbre antigua escribir la primera letra de cada verso con mayúsculas; de ahí que también se les llame versales). Se usarán de acuerdo con los siguientes criterios:



Las mayúsculas se acentúan.



En las palabras que comienzan con dígrafo (ch, gu, ll y qu) sólo se emplea mayúscula en la letra inicial; por ejemplo: Guerrero, Llorente, Quesada, etcétera.33



Se escriben con mayúscula inicial los nombres propios y apellidos.



Los números romanos empleados para distinguir personajes homónimos, miembros, por lo general, de una sucesión genealógica o religiosa, se escribirán con versales (no versalitas); por ejemplo: Juan Pablo II, Luis XVI, Pío V, Alfonso X, etcétera. Lo mismo vale para el número de edición de congresos, campeonatos, seminarios, certámenes, festivales y otros eventos semejantes: LVII Muestra Internacional de Cine; XXXVII Feria del Libro del Palacio de Minería.



Se dará preferencia al uso gramatical y funcional de las mayúsculas sobre el uso reverencial.34 Ejemplo: Asistió el licenciado Gerardo Méndez.



De acuerdo con su posición o en función de la puntuación, también se usan mayúsculas:

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 32

Cf. Ortografía de la lengua española, op. cit., pp. 442-449. Cuando en una obra se usen letras capitulares, y las oraciones comiencen con signo de admiración, interrogación, comillas u otro similar, los dos primeros caracteres se dispondrán capitulares. 34 Roberto Zavala, El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y de pruebas, México, Fondo de Cultura Económica, 2012 (Libros sobre Libros), pp. 286-291. 33

!

60!

o Al comienzo de un texto, párrafo u oración; es decir, después de punto y seguido y punto y aparte, así como al principio de un título. o Después de puntos suspensivos cuando éstos cierran una oración. o Después de un signo de interrogación (?) o admiración (!) de cierre, si éstos indican el término de una oración completa. o Después de dos puntos, si es el encabezado de una carta (Señora García:…) o si se reproduce una cita textual (De esta forma, Reyes narra: “En la oscura ciudad…”). •

De acuerdo con su función o categoría, se usan mayúsculas: o Cuando se escribe un nombre propio de persona, animal o cosa singularizada; apellidos y signos zodiacales; también los nombres de instituciones políticas, religiosas, sociales o jurídicas: Sandra, Jacinto, González, Platero, Géminis, Sagitario, Secretaría de Relaciones Exteriores, Compañía de Jesús, Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Suprema Corte de Justicia de la Nación, etcétera. o Para escribir los nombres de colecciones, exposiciones, hoteles, restaurantes, barcos, escuelas, teatros: Escuela Primaria Benito Juárez, Hotel Four Seasons, Teatro de los Insurgentes, etcétera. o En la palabra Estado como sinónimo de nación o cuerpo político, y en la palabra Iglesia cuando designa la institución: Fue el poder del Estado el que impuso las nuevas leyes; las Leyes de Reforma afectaron sobre todo a la Iglesia… o Cuando se escriben nombres geográficos: México, Indonesia, Holanda, etcétera. En el caso de que el nombre de algún lugar incluya el artículo, ambas palabras se escriben con mayúsculas: La Habana, El Salvador, etcétera.

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61!

En el caso del Estado de México, ambas palabras se escriben con mayúscula inicial, pues Estado forma parte del nombre oficial de la entidad, como sucede con Ciudad de México. o En topónimos y nombres de accidentes geográficos sólo se escribirá con mayúscula inicial el nombre propio; sin embargo, si el sustantivo común forma un binomio indivisible con el nombre geográfico, ambos llevarán versal inicial: cuenca de México, río Usumacinta, valle de Toluca; Cerro Gordo, Sierra Nevada, Ciudad Juárez, Valle de México, Mar Negro, Zona Metropolitana del Valle de México… o Las alternativas estilísticas de algunas áreas geográficas también se escribirán con mayúscula, tanto el sustantivo como el adjetivo: el Nuevo Mundo (América), la Santa Sede (el Vaticano), la Reina del Plata (Buenos Aires), la Ciudad Eterna (Roma), etcétera. o En los apellidos que designan dinastías: Capuletos, Austrias, Borbones, Habsburgo… o Para nombrar constelaciones, estrellas o astros. Ejemplos: el Sol, la Luna, la Osa Mayor, la Tierra, Venus, Júpiter… No obstante, en el caso del sol, la luna y la tierra, cuando se aluda a ellos sin la categoría de astros, se escribirán con minúsculas: Esta tarde hay mucho sol; Me gusta mirar la luna; Necesitamos tierra para las macetas. o Las épocas históricas se escribirán con mayúscula: República Restaurada, Edad Media, Renacimiento, etcétera. o Los nombres de festividades religiosas o civiles: Día de Muertos, Día de la Madre, Pascua, Navidad, entre otras. No obstante, cuando el nombre de una festividad se encuentre en plural se escribirá con minúscula: En las pascuas iremos a la playa. o Los periodos y épocas geológicas se escribirán con mayúscula: Paleozoico, Cretáceo, Cámbrico, Paleolítico, etcétera.

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62!

o Las marcas comerciales también se escribirán con mayúscula inicial, excepto cuando se les nombre como genéricos; por ejemplo: Cómprame unos pañuelos Kleenex; Necesito unos kleenex. •

Por otras circunstancias: o Se usa mayúscula inicial en los sobrenombres, no en su artículo: el Inca Garcilaso, el Chango Covarrubias, el Cavernario Galindo, Mario Moreno Cantinflas,35 etcétera. o Se escriben con mayúscula inicial los títulos de cualquier obra: Bodas de sangre, Cien años de soledad, La divina comedia, Al filo del agua.36 En el caso de las publicaciones periódicas, se escriben con mayúscula los sustantivos y adjetivos de su nombre: Revista Mexicana de Obstetricia, Revista de la Universidad de México, La Jornada, La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, El Universal, etcétera.37 En los títulos de publicaciones en una lengua diferente del español, se respetará la ortografía original; así, por ejemplo, cada palabra del título de una obra en inglés se escribirá con mayúscula inicial

(excepto

adverbios,

preposiciones,

conjunciones

y

artículos): One Flew over the Cuckoo’s Nest, For Whom the Bell Tolls, etcétera. o En el primer nombre latino de las especies animales y vegetales: Homo sapiens, Escherichia coli, Bougainvillea spectabilis,38 etcétera. o Los tres poderes de gobierno: Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial. En caso de que en el texto se aluda a éstos con el sustantivo poder, éste se escribirá con minúscula; en cambio, !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 35

Véase el apartado “Uso de cursivas”. Véase el apartado “Uso de cursivas”. 37 Véase el apartado “Uso de cursivas”. En el caso de las publicaciones periódicas deberá averiguarse si el genérico (a saber: periódico, diario, revista, semanario) forma parte del nombre, de lo cual dependerá el modo como éste se escriba: revista Enseñanza e Investigación en Psicología o Revista Mexicana de Investigación Educativa. 38 Véase el apartado “Uso de cursivas”. 36

!

63!

cuando aparezcan Ejecutivo, Legislativo o Judicial sin estar acompañados de la palabra poder, conservarán la mayúscula inicial. o Asimismo, se escribirán con mayúscula inicial en cada palabra, excepto

artículos,

preposiciones

y

nexos,

los

siguientes

conceptos: Administración Pública Federal, Administración Pública Paraestatal, Constitución, Gobierno de la República, Gobierno Federal, Honorable Congreso de la Unión, Informe de Gobierno, Poderes de la Unión, Presidente de la República, Presidente de México, República (cuando esta denominación forme parte del nombre de un país o se emplee en sustitución de él), Sector Público Federal, todas las secretarías (sólo cuando se mencione su

nombre

completo:

Secretaría

de

Economía)

y

Zona

Metropolitana de la Ciudad de México. Minúsculas o bajas Se usarán de acuerdo con los siguientes criterios:



Se escriben con bajas los títulos, títulos nobiliarios, profesiones y nombramientos: sir, lord, duque, rey, santa, santo, san, fray, licenciado, canónigo, papa, cardenal, arzobispo, diputado, presidente, etcétera.



Los nombres de los días de la semana, los meses, las estaciones del año y las notas musicales.



Los ciclos educativos se escriben con minúscula: primaria, secundaria, bachillerato, licenciatura, doctorado, etcétera.



Se escriben con minúscula las palabras que originalmente eran siglas o acrónimos (sobre todo provenientes del inglés), pero que fueron adoptadas por el español (en su mayoría como sustantivos comunes): sida, láser, escáner, radar, entre otras.



!

Los puntos cardinales: norte, sur, este y oeste.

64!



Los nombres de tribus o pueblos y de cualquier idioma, así como los gentilicios.



En caso de duda, es preferible usar minúscula para evitar el uso excesivo de mayúsculas.

Cursivas, versalitas y negritas Cursivas Tienen la función de destacar o distinguir una letra, un vocablo o una expresión. Sus usos más frecuentes son:



En los títulos de obras artísticas, científicas, literarias, publicaciones periódicas: El laberinto de la soledad, El pensador, Paisaje invernal con una trampa para pájaros, El País, etcétera. Sin embargo, los géneros artísticos, formas y otras especificaciones aparecerán en redondas, siempre y cuando no formen parte del título: vals Capricho, marcha de Tannhäuser.



En palabras o frases en lenguas extranjeras que no tengan traducción al español o de las cuales no exista una forma castellanizada: et al.; laissez faire, laissez passer; leitmotiv, etcétera.



En los nombres de barcos, trenes, aviones, naves espaciales: Faja de Oro, Enterprise, Halcón Milenario, etcétera.



Para indicar neologismos, regionalismos o palabras no aceptadas aún en el Diccionario de la lengua de la

RAE,

así como expresiones que han perdido

su significado original: Lo enfriaron cuando se dirigía a su trabajo; Trae al plebe a la escuela. •

En apodos o sobrenombres (también los artículos que los preceden, los cuales, según se ha visto, se escribirán en bajas) cuando acompañen al nombre propio. Se escriben en redondas cuando aparecen de forma aislada en sustitución del nombre propio: Mario Moreno Cantinflas es reconocido

!

65!

como uno de los mejores comediantes el cine mexicano. El talento de Cantinflas era tan grande que incluso llegó a Hollywood. •

Para poner énfasis en una palabra o frase, o para aludir a esa palabra en su uso metalingüístico, fuera de su campo semántico natural. […] para precisar el concepto de modelos heurísticos es fundamental retomar el referente etimológico de heurística que se encuentra en el griego heurisko y que se refiere a “encontrar, inventar o descubrir”.



En las palabras o expresiones latinas que se utilizan en el texto y en las notas a pie de página. Sólo irán en letra cursiva cuando no hayan sido incorporadas al español: modus operandi, ad libitum, op. cit., ibidem, idem, entre otras. Así como en los nombres latinizados de animales, plantas o virus: Ficus carica, Gyps fulvus, Diodon hystrix.



En las letras de fórmulas y expresiones matemáticas: 2a + 2b + 2c= 70 abc.



Cuando el autor desee resaltar una palabra se preferirá el uso de cursivas y no de negritas.



Cuando en un término o tema aparecen por primera vez en un artículo: el concepto globalización ha sido aplicado…



Las leyes, reglamentos, circulares, decretos y otros documentos similares se escribirán en redondas con mayúscula inicial en cada palabra salvo artículos, preposiciones y conjunciones.

Versalitas Se trata de mayúsculas o versales de la misma altura que las minúsculas. Se usan en los siguientes casos:

!



En la numeración romana de los siglos: siglo XIX, siglo XIV, etcétera.



En las firmas de epígrafes, lemas o versos:

66!

Importa mucho, porque estamos tratando de comprender algo que ha sucedido entre hombres que viven entre los libros, con los libros, de los libros… UMBERTO ECO



En los nombres de figuras, recuadros, gráficas y mapas que ilustran un tema.

FIGURA 1.3. Diagrama de flujo en el que se muestran los pasos para un adecuado proceso editorial.



En algunos casos, la palabra artículo se escribe con versalitas en textos jurídicos, legales o decretos para resaltar los puntos importantes: LEY FEDERAL DEL TRABAJO TÍTULO PRIMERO Principios generales ARTÍCULO 1°. La presente ley es de observancia general en toda la República y rige las relaciones de trabajo comprendidas en el artículo 123, apartado A, de la Constitución.



En las cornisas de las páginas y en los subtítulos, de acuerdo con determinados criterios de diseño.



En los índices, para hacer énfasis en la jerarquía de los títulos y los subtítulos. También se emplean para señalar los apartados o capítulos de la obra.



En las siglas:39 la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Negritas Es la menos usada de las series tipográficas mencionadas; suelen emplearse en subtítulos o encabezamientos; en matemáticas para denotar vectores o matrices, y !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 39

!

Véanse las normas para abreviaturas, siglas y acrónimos.

67!

también para resaltar algunos términos a lo largo del texto (aunque en este caso se prefiere el uso de cursivas).

Abreviaturas, siglas y acrónimos Abreviaturas40 Se le llama así a las representaciones gráficas reducidas de palabras o de un grupo de palabras, obtenidas por la eliminación de algunas letras o sílabas en la escritura de éstas. Se recomienda evitar el uso de abreviaturas en vez de palabras (etc.) o



frases (p. ej.), pues generalmente se utilizan como abreviaturas bibliográficas y métricas, en listas, fórmulas de tratamiento, saludo o despedida. Las abreviaturas, además, no deben emplearse en títulos académicos y (salvo excepciones) deben llevar punto. Las abreviaturas de los países deberán disponerse en versales y sin



puntos: Estados Unidos de América, EUA; Reino Unido, RU. Los símbolos o unidades de medida también se escribirán sin punto: km, m,



cm, Au, SE. Cuando las abreviaturas van precedidas de una cifra, se escribirán



separadas de ésta por un espacio: 25 págs., 39 cts. Nunca deben dividirse con guion al final de una línea.

• Siglas



Se forman con las letras iniciales de varias palabras que nombran entidades, dependencias, cumbres, asociaciones o denominaciones abreviadas. Se escriben en versalitas y, a diferencia de las abreviaturas, no llevan

puntos

intermedios:

ADN,

Ácido

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 40

!

Cf. Ortografía de la lengua española, op. cit., pp. 564-574.

68!

Desoxirribonucleico;

ONU,

Organización de las Naciones Unidas;

SEP,

Secretaría de Educación

Pública; FIFA, Federación Internacional de Futbol Asociación. •

Tanto en las siglas como en los acrónimos, la primera vez que se menciona el organismo o la institución debe aparecer su nombre completo y sus siglas entre paréntesis. Las siguientes veces sólo se emplearán las siglas.



Cuando sea necesario conservar la sigla correspondiente del nombre del organismo o dependencia en otro idioma, siempre se hará la aclaración pertinente entre paréntesis: La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés); Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés).



Las siglas nunca deben dividirse con guion al final de la línea; tampoco han de escribirse en plural, añadiéndoles una -s, pues son invariables: las

ONG,

los PDF. Acrónimos41



A diferencia de las siglas, conformadas por la inicial de cada una de las palabras que integran el nombre de una institución, organismo o dependencia, los acrónimos se forman con un segmento de cada palabra: Segob (Secretaría de Gobernación), Pemex (Petróleos Mexicanos), Conagua (Comisión Nacional del Agua).



Los acrónimos se escriben con minúsculas y mayúscula inicial, como cualquier otro nombre propio.

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 41

La RAE considera acrónimos las siglas “que presentan una estructura que permite su pronunciación como palabras, como ocurre en los casos de ONU, ovni o sida […] Así pues, los acrónimos no son más que un conjunto especial de siglas cuya estructura se acomoda a los patrones silábicos característicos del español, lo que favorece su lectura normal por sílabas”, Ortografía de la lengua española, op. cit., pp. 578-579. Sin embargo, para efectos de este manual, junto con José Martínez de Sousa se entenderá por acrónimo toda palabra resultante de la fusión de aféresis, apócopes o síncopas de las voces que forman un término compuesto o un sintagma, cualquiera que sea el orden” (op. cit., p. 238). En consecuencia, cualquier abreviatura de la designación de una dependencia, organismo o institución que se forme con dos o más letras de al menos una de las voces que conforman su nombre será considerado acrónimo y su escritura observará los criterios correspondientes.

!

69!



En cuanto al nombre oficial de una institución, se considerará acrónimo si cumple con el criterio descrito, aun cuando la propia institución lo escriba en mayúsculas.



Los acrónimos pueden dividirse al final de una línea, obedeciendo a las reglas ortográficas del español respecto de la división silábica.



Al igual que las siglas, los acrónimos nunca llevan tilde; su género quedará señalado por el artículo que los precede y que será el de la institución a la que designan: la Sedena (por la Secretaría), la Conagua (por la Comisión).42

Expresión de cifras y numerales De acuerdo con la

RAE,

“las entidades abstractas denominadas números pueden

ser gráficamente representados de dos formas: mediante símbolos o cifras y mediante palabras, denominadas específicamente numerales”.43 A diferencia de las cifras, cuya expresión es prácticamente universal, independiente de cualquier lengua natural, y “cuya capacidad de representación de los conceptos numéricos es, en principio, ilimitada”,44 los numerales varían en función de la lengua de que se trate y conforman un conjunto limitado. Hay cuatro tipos: cardinales (dos, cincuenta, cien), ordinales (primero, segunda, milésimo, cienmilésima), fraccionarios o partitivos (mitad o medio, quinto, onceavo o undécimo)45 y multiplicativos (doble/dupla, triple/tripla, cuádruple/cuádrupla).46 Llevan tilde los siguientes numerales cardinales: dieciséis, veintidós, veintitrés, veintiséis. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 42

En el anexo del presente manual se recogen las designaciones oficiales de las secretarías de Estado, órganos, organismos y empresas de participación estatal, así como las siglas y acrónimos correspondientes. 43 Cf. Ortografía de la lengua española, op. cit., p. 668. 44 Id. 45 Es importante recordar que todos los numerales fraccionarios han de escribirse en una sola palabra, cuya acentuación habrá de observar las reglas vigentes. En cuanto a su género, dependerá de la función que desempeñen; así, cuando sean sustantivos serán masculinos (Un quinto de la población), y femeninos si son adjetivos (Una quinta parte de la población). 46 Al igual que los numerales fraccionarios, los multiplicativos pueden ser adjetivos o sustantivos; en el primer caso, concuerdan en género y número con el sustantivo al que modifican (El juego se organizó en dos series triples), mientras que en el segundo son siempre masculinos (El obrero tuvo que trabajar el triple).

!

70!

Existen dos modos de representar los números mediante cifras: la numeración romana y la arábiga. Los números romanos se utilizan en los siguientes contextos:



Para escribir los siglos: siglo XVII.



En el orden de papas, emperadores, reyes, etcétera: Juan Carlos I, Alfonso X.



En la denominación de un evento: IV Congreso, XII Muestra de Cine.



En la numeración de volúmenes, tomos, anexos o cualquier otra división de una obra: La estética del barroco, tomo VII.



En los actos, cuadros o escenas de una pieza teatral: Escena III. Abraham toma la mano de Sara y la besa.



Para numerar páginas preliminares, con el fin de distinguirlas de las del cuerpo de una obra.



En las divisiones militares, tanto armadas, cuerpos del ejército, marina, infantería o secciones de éstas: IV Cuerpo del Ejército, III Teniente, etcétera.

En cuanto a los arábigos, se observarán los siguientes criterios:



Se escribirán con palabras: o Los números del uno al nueve (salvo si se trata de porcentajes, fechas, fracciones, números de calles, calibres, longitud y latitud). Para evitar la mezcla de números escritos con cifras y números expresados con palabras en un mismo enunciado, si en una enumeración conviven cantidades inferiores a nueve con otras más grandes, todos los números se expresarán con cifras. o Las cantidades aproximadas (treinta y tantos; unos cuarenta o cincuenta).

!

71!

o Los números utilizados expresivamente o como parte de locuciones y frases hechas (tres pies al gato; un millón de veces). o En textos de carácter literario, es recomendable expresar los números con palabras; sin embargo, esta elección queda en manos del autor. o Las décadas, que se expresarán siempre en singular: los años veinte; la década de los treinta. También se admite la expresión la década de 1840. o Al iniciar un párrafo y después de punto.



Se escribirán con cifras: o Los números del 10 en adelante. En cuanto a las cifras de más de cuatro dígitos, se empleará un espacio fino para separar bloques de tres dígitos de derecha a izquierda, salvo que se trate de números que indican años, páginas, numeración de versos, textos legales o sus divisiones, vías urbanas, códigos, identificadores, signaturas o números de registro.47 o Los números que pertenezcan a códigos o identificadores, como códigos postales, números telefónicos, documentos de identidad, etcétera. o Los números que expresan fechas (lo que comprende el número de día del mes y el año). Ejemplos: 2 de abril; el día 8 del presente.

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 47

Históricamente, y dependiendo de la zona de que se trate, se ha utilizado el punto o la coma para separar las cifras de más de tres dígitos, así como para indicar la existencia de decimales; sin embargo, esta alternancia ha dado lugar a confusiones, en especial en el marco de intercambios internacionales (por ejemplo, la cifra 2.348 puede interpretarse de dos formas, según la utilización que en cada zona se dé al punto). “A fin de solventar este problema, los organismos internacionales dedicados a la normalización han establecido un uso común que permite la correcta interpretación de las cifras con independencia del contexto geográfico. Las normas establecidas […] han resuelto que sólo se emplee un espacio en blanco para separar los grupos de tres dígitos en los números de más de cuatro cifras. De este modo, cualquier signo que aparezca en una cifra, sea el punto o la coma, sólo podrá interpretarse como marcador decimal”, Ortografía de la lengua española, op. cit., p. 664.

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72!

o Los números formados por una parte entera y otra decimal. Ejemplos: Mide 1.60 metros; En México, el promedio de hijos nacidos vivos por mujer de 12 y más años es de 2.3. o Los números pospuestos al sustantivo al que cuantifican, empleados para identificar elementos de una serie. Ejemplos: habitación 38; tabla 7; página 2.



Otras recomendaciones: o Cuando en textos no técnicos se expresen números referidos a unidades de medida, se preferirá el empleo del sustantivo correspondiente en vez de su símbolo: 6 283.8 pesos; cuatro metros; 10 kilogramos. o Los porcentajes sin decimales y mayores de 10 siempre se expresarán por medio del símbolo correspondiente, el cual se escribirá con un espacio fino ente el símbolo y la cifra. Cabe aclarar, sin embargo, que antes de punto y aparte el signo de porcentaje siempre se escribirá desatado. o En los textos, tanto los montos de dinero como los porcentajes que presenten fracciones cerradas se escribirán sin decimal: 16 %; 8 328 pesos. o Sólo las cantidades que tienen como base un sustantivo de significación numeral (como en el caso de los millones, billones, etcétera) podrán escribirse combinando cifras y palabras: 15 millones. Así pues, se consideran incorrectas las formas 16 mil 320; 14 mil, muy comunes en el ámbito periodístico. o Nunca deben separarse las cifras al final de línea; tampoco habrán de disponerse en líneas separadas las cantidades y la unidad de medida a la que se refieren.

!

73!

III. Lectura de pruebas

¿Qué es una revisión ortotipográfica? Diferenciar la corrección de estilo de la corrección ortotipográfica es vital tanto para el autor como para todos los actores vinculados en el proceso editorial. En palabras de Bulmaro Reyes Coria, al realizar una corrección de estilo se deben eliminar los errores ajenos en un texto, lo que supone revisar un manuscrito y prepararlo para su publicación con base en tres principios: “eliminar faltas de ortografía, esclarecer párrafos oscuros y darle uniformidad a la obra”.48 Por su parte, Roberto Zavala indica: La corrección de estilo es un trabajo de limpieza, ordenamiento, sistematización, que requiere cualidades específicas. A más de una cultura amplia y profunda, el corrector debe ser lo bastante obsesivo para volver sobre el original una y otra vez, y otra más, para buscar el término preciso hasta encontrarlo; para, en fin, auxiliar al autor en la consecución de su mejor prosa.

49

Ahora bien, de acuerdo con el Diccionario de la lengua española de la

RAE,

la

ortotipografía se define como el “conjunto de usos y convenciones particulares por las que se rige en cada lengua la escritura mediante signos tipográficos”. A diferencia de la corrección de estilo, que atiende sobre todo al fondo o el contenido del texto, la revisión ortotipográfica se centra en la forma, esto es, la correcta disposición del texto, tanto desde el punto de vista ortográfico como tipográfico. Supone varias lecturas diferentes del documento, cada una de las cuales requiere concentrar la atención en distintos elementos. La ortotipografía se fundamenta en los siguientes principios:

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 48 49

!

Bulmaro Reyes Coria, Metalibro. Manual del libro en la imprenta, México, UNAM, 1999, p. 36. Roberto Zavala, op. cit., p. 280.

74!

a) legibilidad, que abarca aspectos como el tamaño de los márgenes, la longitud de la línea, la medida de la caja, la división de palabras, la elección de la fuente, el tamaño del tipo y la interlínea, las llamadas de las notas y todo lo que pueda afectar la concentración del lector; b) estética, relacionado con la limpieza, la apariencia ordenada y la belleza del texto; c) coherencia, que se fundamenta en la homogeneidad de la composición; d) proporcionalidad, que atiende a las medidas de los distintos elementos, y e) funcionalidad, la cual busca que todas las normas que se apliquen al texto resulten en beneficio de éste. En relación con estos principios, en la revisión ortotipográfica se deben cuidar los siguientes aspectos:50



El tamaño de la caja, que debe ser adecuado al contenido del libro.



La familia tipográfica, el cuerpo y la interlínea del texto.



El cuerpo de las cabezas, títulos o falsas y la disposición de éstas en el texto.



La serie en la que se compondrán los diversos subtítulos.



El cuerpo y la interlínea de las citas o transcripciones cuando se separen del cuerpo del texto.



El cuerpo y la interlínea de las notas y el lugar donde deben colocarse.



El cuerpo y la interlínea de los apéndices y la bibliografía.



La disposición, el cuerpo, la interlínea y los blancos que deben llevar los epígrafes, colofones, nombres de los autores en obras colectivas, sumarios y textos especiales.



Los blancos que se dejarán en la composición del texto.



El tratamiento de blancos, márgenes, líneas cortas, filetes y foliación.



Las palabras que deban ir en cursivas, versales, versalitas, negritas.



Las cornisas, si es que el texto las lleva.

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 50

!

Ibid., p. 281.

75!



Cuando la corrección se realice sobre el texto ya maquetado para versión impresa, detectar viudas y huérfanas, repetición de sílabas en líneas consecutivas y la separación silábica de palabras.



Revisión de sumarios e índices y su correspondencia con la obra.

Es importante aclarar que la revisión ortotipográfica debe realizarse en textos cuyo estilo ya fue corregido; en consecuencia, en esta etapa no se harán modificaciones importantes al texto, lo que sin duda generaría errores o problemas ortotipográficos.

Tipos de pruebas Galeras o primeras planas La impresión digital y los medios electrónicos han desplazado a las galeras, que, como apunta Bulmaro Reyes, son las cajas que servían para guardar las líneas de las letras que componía el linotipista.51 Sin embargo, se les sigue llamando de esta manera a las primeras pruebas impresas de un texto. El objetivo de su revisión consiste en detectar erratas y omisiones; verificar cuadros, notas, bibliografía, foliación, grafías de nombres propios, medidas de composición del texto, cambios de fuentes, entre otros errores. Sobre todo se deben examinar los siguientes aspectos:



La foliación de las páginas.



Que el ancho y el largo de la caja correspondan con lo especificado en el original para que todas las páginas midan lo mismo, de manera que no les sobren ni les falten líneas.



La uniformidad de la interlínea. Sobre todo se debe prestar atención a la inclusión de tipos condensados o expandidos.

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 51

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Bulmaro Reyes Coria, op. cit., p. 49.

76!



La división correcta de palabras al final de una línea; también se debe cuidar que las cantidades no queden separadas de la unidad de medida correspondiente.



Que en los porcentajes, la cifra y el signo queden en la misma línea y con espacio fino entre ambos.



Que no haya nexos, preposiciones, conjunciones o artículos al final de línea, en títulos y subtítulos.



La correcta justificación de los párrafos.



Que no haya líneas viudas ni huérfanas.



Que no haya más de tres líneas que terminen con guion ni que cuatro o más letras iguales empiecen o finalicen una línea. Además, éstas no deben comenzar o finalizar con cifras, abreviaturas o sílabas repetidas.



Que el texto de las cornisas sea exacto y esté colocado en las páginas adecuadas.



Que el tamaño de todas las cabezas sea el adecuado.



Que las llamadas correspondan con su respectiva nota y que la numeración de éstas se inicie en cada capítulo. Se recomienda destacar las llamadas con marcador o tinta roja para facilitar su localización en caso de que el texto se recorra.



Que se cumplan todas las indicaciones que el autor y el editor dieron por escrito.

Las correcciones deben indicarse al margen de las pruebas con un color de tinta diferente del negro, empleando los signos de corrección, de manera que puedan distinguirse de cuadros, grafías y demás elementos del texto (véase la figura 6). Debe señalarse que, si hay dos o más errores en una palabra, es mejor tacharla y reescribirla. Si hay varios errores en la misma línea, deberá usarse una llamada distinta para señalar cada uno de ellos.

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77!

Figura 6. Principales tipos de erratas, o gazapos, y formas de indicar la corrección. Fuente: Bulmaro Reyes Coria, Metalibro. Manual del libro en la imprenta, México, UNAM, 1999, p. 129.

Figura 7. Fuente: Marcas para Reyes indicar el cambio tipo.del libro en la imprenta, Bulmaro Coria, Metalibro.de Manual México, UNAM, 1999, pp. 129-130. Fuente: Bulmaro Reyes Coria, Metalibro. Manual del libro en la imprenta, México, UNAM, 1999, p. 130.

Segundas planas Son aquellas que entregan los tipógrafos con los cambios que se solicitaron en la revisión de galeras. Sobre todo se debe verificar que las correcciones señaladas en las pruebas anteriores hayan sido atendidas. En este punto ya no deberían aparecer demasiados errores. La revisión de las segundas planas no es tan meticulosa como la que se realiza en galeras; sin embargo, hay que poner atención en lo siguiente:



Es necesario comprobar que los cuerpos y las series correspondan a las anotaciones tipográficas.



La disposición de los diferentes elementos de una página deber ser armónica (cabezas, blancos, párrafos, notas, cuadros, gráficas, figuras, fórmulas, foliación, cornisas, plecas, etcétera).



Asegurar la exactitud de referencias y fichas bibliográficas, la correlación de partes, capítulos, incisos, párrafos o apartados.



Si una página con cornisa empieza con título en versales y versalitas se dejará un blanco entre ambos para evitar confusiones.



Comprobar que en los índices correspondientes estén correctamente consignadas las páginas de apartados, capítulos, cuadros, figuras, mapas, fotografías.

Aunque en ocasiones basta la lectura de segundas pruebas para que un texto quede listo para su impresión, si hay demasiados errores pueden solicitarse terceras o cuartas pruebas. Contraprueba El objetivo de esta etapa consiste en comprobar que se hayan realizado las correcciones sugeridas en las pruebas anteriores. En algunos manuales editoriales se aconseja “abanicar” el texto, esto es, colocar la nueva prueba encima de la anterior para hacer que coincidan las líneas e identificar más

!

80!

fácilmente si hay un error o párrafos distintos. Este ejercicio debe realizarse con todas las páginas.52 Éstas son algunas de las cuestiones que deben examinarse en la contraprueba:



Cuando la foliación ya es definitiva deben volver a comprobarse las referencias de páginas que remitan a la misma obra (referencias cruzadas), así como el índice o índices y las cornisas, capítulos, subtítulos, etcétera.



Afinar detalles tipográficos (ajuste de blancos, cornisas, disposición de títulos y subtítulos, resolución de figuras y fotografías, eliminación de colas y viudas, entre otros).

Pruebas finas Estas pruebas son las últimas que se imprimen. Si el proceso se realizó correctamente, tendrán pocos errores; no obstante, conviene revisarlas con cuidado para asegurarse de que, en lo posible, el libro vaya a la imprenta libre de erratas.

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 52

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Prontuario de normas editoriales y tipográficas, op. cit., p. 98.

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Apéndice Designaciones oficiales y abreviadas de las secretarías de Estado y sus órganos, organismos y empresas de participación estatal Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) •



Organismos descentralizados − Colegio de Postgraduados (Colpos) − Comisión Nacional de las Zonas Áridas (Conaza) − Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar (Conadesuca) − Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) − Instituto Nacional de Pesca (Inapesca) − Productora Nacional de Biológicos Veterinarios (Pronabive)

!

Comunicaciones

Organismos desconcentrados − Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) − Instituto Mexicano del Transporte (IMT)

Secretaría de Cultura • Organismos desconcentrados − Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) − Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) − Instituto Nacional de Derecho de Autor (Indautor) − Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) − Radio Educación

Empresas de participación estatal − Instituto Nacional para el Desarrollo de Capacidades del Sector Rural, A. C. (Inca Rural) − Fideicomiso de Riesgo Compartido (Firco) − Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero (FEESA)

Secretaría de Transportes (SCT) •



• Organismos descentralizados − Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) − Fondo de Cultura económica (FCE) − Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) − Instituto Mexicano de la Radio (Imer) • Empresas de participación estatal − Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) − Centro Cultural Tijuana (Cecut) Impresora y Encuadernadora progreso, S. A. de C. V. (IEPSA)!

y

Organismos descentralizados − Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) − Agencia Espacial Mexicana (AEM) − Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe) − Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) − Servicio Postal Mexicano

Secretaría (Sedena) •

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de

la

Defensa

Nacional

Organismos descentralizados − Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM)

Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu) •

Agrario,

− Colegio de Bachilleres (Colbach) − Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) − Comisión de Operación y Fomento de Actividades Académicas del Instituto Politécnico Nacional (COFAAIPN) − Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) − Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) − Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) − Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed) − Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) − Patronato de Obras e Instalaciones del Instituto Politécnico Nacional (POIIPN)

Organismos descentralizados − Registro Agrario Nacional (RAN) − Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) − Procuraduría Agraria (PA) − Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra (Corett) − Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal (Fifonafe) − Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo)

Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) •

Organismos descentralizados − Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad (Conadis) − Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuventud) − Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) − Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart)



Secretaría de Economía (SE) •

Organismos descentralizados − Exportadora de Sal, S. A. de C. V. (Essa) − Fideicomiso de Fomento Minero (Fifomi) − Centro Nacional de Metrología (Cenam) − Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) − Servicio Geológico Mexicano (SGM)

Órganos desconcentrados − Instituto Politécnico Nacional (IPN) − Universidad Pedagógica Nacional (UPN) − Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte (CAAD) − Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal (AFSEDF) − Universidad Abierta y a Distancia de México (Unadm) − Tecnológico Nacional de México (TecNM) − Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD)

Secretaría de Energía (Sener) Secretaría de Educación Pública (SEP) •

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Órganos descentralizados − Centro de Enseñanza Técnica Industrial (CETI) − Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav)

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Órganos dependientes, descentralizados y entidades − Petróleos Mexicanos (Pemex) − Comisión Federal de Electricidad (CFE) − Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee)

− Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE) − Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) − Instituto Mexicano del Petróleo (IMP)

− Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) − Archivo General de la Nación (AGN) •

Órganos desconcentrados − Comisión Reguladora de Energía (CRE) − Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) − Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS)



Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) •

Organismos desconcentrados − Servicio de Administración Tributaria (SAT) − Comisión Nacional de Sistemas de Ahorro para el Retiro (Consar) − Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) − Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF)



Organismos descentralizados − Casa de Moneda de México (CMM) − Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) − Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal, y Pesquero (FND) − Instituto para el Desarrollo Técnico de las Haciendas Públicas (Indetec) − Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) − Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE)

Secretaría de Gobernación (Segob) • Órganos desconcentrados − Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed) − Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) − Instituto Nacional de Migración (INM) − Consejo Nacional de Población (Conapo) − Coordinación General de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) − Secretaría Técnica de la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas (STCCPRI) − Centro de Producción de Programas Informativos Especiales (Cepropie) − Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) − Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) − Secretaría Técnica del Consejo de Coordinación para la Implementación del Sistema de Justicia Penal (Setec) − Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) •

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Organismos autónomos − Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA)

Secretaría de la Función Pública (SFP) Empresas de participación estatal − Instituto Nacional de Administración Pública, A.C. (INAP)



Secretaría de Marina (Semar) •

Organismos descentralizados − Talleres Gráficos de México (TGM)

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Organismos desconcentrados − Escuela de Ingenieros de la Armada de México (EIAM) − Heroica Escuela Naval Militar (HENM)

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) •

Organismos descentralizados − Comisión Nacional Forestal (Conafor) − Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) − Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC)



Organismos desconcentrados − Comisión Nacional del Agua (Conagua) − Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) − Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) − Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio)

− Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) − Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNN) − Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes (INPER) − Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRF) − Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) − Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) − Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) •

Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) •

Organismos descentralizados − Instituto Matías Romero (IMR) − Instituto Mexicano de Cooperación Internacional (Imexci) − Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME)

Empresas de participación estatal − Centros de Integración Juvenil, A.C. (CIJ) − Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México, S.A. de C.V. (Birmex)

Secretaría de Seguridad Pública (SSP) •

Organismos descentralizados − Policía Federal Preventiva (PFP)

Secretaría de Salud (SSA) •

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Secretaría de Turismo (Sectur)

Organismos descentralizados − Centro Regional de Alta Especialidad de Chiapas (Crae) − Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG) − Hospital Regional de Alta Especialidad de Ciudad Victoria (HRAEV) − Instituto Nacional de Cancerología (Incan) − Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INNSZ) − Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas (INER)



Empresas de participación estatal − Consejo de Promoción Turística de México, S.A. de C.V. (CPTM) − Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur)



Organismos desconcentrados − Corporación de Servicios al Turista Ángeles Verdes (AV/Sectur) − Instituto de Competitividad Turística (Ictur)

Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) •

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Organismos descentralizados

− Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) − Instituto del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (Infonacot)

− Comité Nacional Mixto de Protección al Salario (Conampros) − Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE)

• •

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Organismos desconcentrados − Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet)

• Instituto mexicano del Seguro Social (IMSS)

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Glosario

acabado final: tipo de encuadernación del libro, que puede ser rústico o de tapa dura. También se refiere al proceso de optimización del libro, en el que deben revisarse elementos como las solapas, los cintillos, las sobrecubiertas y otros componentes protectores de la obra para su impresión. Asimismo, se refiere al tamaño final de una obra. altas: letras mayúsculas o versales. La Real Academia Española (RAE) las define como “las que con mayor tamaño y distinta figura, por lo general, que la minúscula, se emplean como inicial de todo nombre propio, principio de periodo o después del punto”, entre otros usos. En la imprenta tradicional, los cajistas utilizaban un armazón de madera llamado chibalete, donde colocaban las cajas para componer; a las mayúsculas les correspondían los cajones superiores del chibalete, por ello se les conoce también con el nombre de letras de caja alta. apaisado: formato de texto más ancho que alto; su orientación es horizontal. bajas: letras minúsculas. Su tamaño es menor y su forma es distinta de la de las mayúsculas; tienen la variedad más abundante en razón de su dimensión. Se les denomina letras de caja baja porque en el chibalete —armazón de madera donde los tipógrafos de la imprenta tradicional guardaban los tipos móviles— les correspondían los cajones inferiores. cabeza: parte superior de la página o título del texto que compone la página. caja: espacio ocupado por las líneas de una página, incluyendo el folio y el blanco de la cornisa. Es la parte impresa de la plana; debe ocupar el 75 u 85% del ancho de ésta. Por lo general se mide en picas. También se le conoce con el nombre de mancha. cara: frente o revés de una hoja donde aparece el texto impreso. Si se trata de un libro, corresponde al corte opuesto al lomo, es decir, el canto. coja, página: cuando la caja de composición o mancha no está totalmente ocupada. Esto es admisible sólo cuando se trata del final de un capítulo o de una obra.

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cola: es la línea final de un párrafo cuando su extensión es menor que la sangría. También se le conoce como línea ladrona. colgado: blanco que suele dejarse al principio de un capítulo o de otras divisiones mayores de un libro, es decir, el espacio entre el límite de la caja y la cabeza o título. También recibe el nombre de descolgado. cornisa: línea de texto a la que se conoce como encabezado por la posición que suele ocupar en la página; puede llevar el título del libro, de las partes, capítulos, secciones, etcétera. Sirve como medio de localización de las distintas secciones del libro. En ocasiones se combina con el folio, con el que comparte una misma línea. corondel: blanco o espacio vertical entre dos columnas que sirve para acentuar la separación entre ellas. Su tamaño puede ser de medio punto a un punto. cuerpo: originalmente, este término se refería a la altura del bloque de plomo en el que estaban fundidas las letras, cuando éstas se formaban en moldes donde se vertía metal caliente. Actualmente, este concepto se refiere al tamaño de los caracteres. En términos de la estructura de un libro, el cuerpo es el texto de la caja, el cual puede contener ilustraciones y otros complementos, como gráficas, tablas, etcétera. diagramar: organizar y distribuir en el espacio de la caja el contenido de una obra, ya sea escrito o visual, siguiendo principios adecuados de jerarquización de información y consideraciones gráficas de legibilidad. familia tipográfica: conjunto de signos alfabéticos y no alfabéticos con características estructurales y estilísticas comunes, que se reconocen como pertenecientes a un sistema. Las familias tipográficas se componen de letras mayúsculas,

mayúsculas

tildadas,

ligaduras

mayúsculas,

minúsculas,

minúsculas tildadas, ligaduras minúsculas, además de signos no alfabéticos, como los números, signos de puntuación y signos comerciales. Existen familias que incluyen un tercer grupo de signos: versalitas y versalitas tildadas. filete: línea que sirve para delimitar recuadros, cuadros, ilustraciones y fotografías, o para separar diferentes partes del texto.

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folio: número progresivo que llevan las páginas de un libro. Generalmente se coloca en la cabeza o al pie de la página; puede ir centrado o alineado a izquierda y a la derecha respectivamente, y en un tamaño de tipografía uno o dos puntos menor que el cuerpo del texto. formación: consiste en ajustar o compaginar todas las páginas del libro, las cuales deberán tener las mismas medidas e incluir elementos como páginas preliminares, texto, ilustraciones, títulos, subtítulos, cuadros, blancos, folios, cornisas, etcétera. fuente: conjunto de letras y signos con un diseño definido y nombre específico que componen un texto. La

RAE

la define como “un surtido de caracteres

gráficos de un tipo y tamaño determinados utilizados en un procesador de textos”. huérfana, línea: cuando el primer renglón de un párrafo queda al final de una página o columna. interlínea: espacio en blanco que media entre las líneas de un texto. Se mide en puntos; su función es abrir la escritura para aumentar la proporción del blanco en una página y lograr mayor legibilidad. En la imprenta tradicional, se le llamaba así a la regleta metálica que se colocaba en medio de dos líneas de texto para lograr la distancia deseada entre ellas. ladrona, línea: véase cola. letra bastarda o bastardilla: véase letra cursiva. letra cursiva: letra de figura inclinada, parecida a la manuscrita pero sin rasgos de unión. También se le conoce como itálica, bastarda o bastardilla. letra itálica: véase letra cursiva. letra negrita: letra de trazo más grueso que la letra fina, blanca o normal; se usa para destacar elementos del texto. letra redonda: letra vertical y circular. En el ámbito editorial, generalmente es el opuesto de la letra cursiva. línea: renglón formado comúnmente por 10 o 12 palabras. Es una sucesión combinada de caracteres y espacios de una longitud específica que se colocan a lo largo de la caja.

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línea corta o quebrada: renglón que no abarca el ancho de la caja. línea llena: aquella que completa la medida del ancho de la caja. Cuando al renglón final de un texto lo separa del extremo derecho de la caja un espacio menor que la sangría, se debe alargar la línea (por lo general aumentando el espacio entre palabras) a fin de que “llene” la caja. llamada: signo que en los textos sirve para llamar la atención desde un lugar hacia otro en que se pone una cita, una nota, una corrección o una advertencia. Generalmente, para las llamadas que remiten a una nota, ya sea de contenido o de carácter bibliográfico, se emplean números volados; se recomienda colocarlos después del signo de puntuación. En cuanto a las llamadas que remiten a una corrección, debe emplearse el mismo signo dentro del texto y a ambos costados del documento. lomo: forma parte de la cubierta del libro; es la parte opuesta al corte de las hojas y por la que se pegan o se cosen los pliegos. Por lo general, en él se imprime el nombre del autor, el título de la obra y el sello de la editorial, con lo que resulta más fácil ubicar esos datos en cualquier estante. mancha tipográfica: véase caja. medianil: espacio en blanco que queda en el centro de dos páginas contiguas en una publicación abierta, o en los márgenes interiores de un libro (entre la caja y lomo, y entre la caja y la cabeza). pica: unidad de medida tipográfica que se divide en 12 puntos, lo que equivalente a 4.5126 milímetros. Hay distintos tipos: pica francesa (4.512 mm), pica estadounidense (4.2175 mm) y pica de computadoras, promovida por Adobe (4.233 mm). También se le conoce como cícero. pie: es la parte inferior de la letra. Si se trata de la página, es el área inferior. pleca: raya vertical que sirve para separar distintas partes de un texto. En los diccionarios se utiliza doble para dividir varias acepciones de una palabra. También indica una pausa fonética en los textos en prosa. punto: signo ortográfico (.) utilizado para señalar el final de un enunciado, párrafo o texto. También es la unidad de medida más pequeña utilizada en tipografía; equivale a .035 milímetros.

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refine: líneas cruzadas en escuadra que muestran los cortes que se deben efectuar en el pie, la cabeza y la cara de un libro, con el fin de darle a la publicación su tamaño definitivo. sangría: espacio en blanco con el que suele comenzar la primera línea del párrafo común; en el llamado párrafo francés, se refiere al blanco que aparece a partir de la segunda línea. La sangría es más extensa cuanto más larga es la medida de la línea. soporte: apoyo físico o material donde se registra la información de un libro. Piedra, madera, tablas de arcilla, hueso, bronce, cerámica, papiro, pergamino, códice y papel son algunos ejemplos de los diversos soportes que existen. Son también los discos duros de las computadoras, los

CD, DVD,

libros electrónicos,

entre otros. superíndice: signo o grafía de menor punto que el del texto de la composición; se encuentra en la parte superior derecha de una letra o número. texto líquido: cuando el tamaño del texto se ajusta a la dimensión horizontal de la caja de forma automática, sin necesidad de desplazar o comprimir las letras que forman una línea o párrafo. tipo: pieza de la imprenta en que está realzada una letra (carácter); en ocasiones se aplica este término a las particularidades estructurales y estilísticas de una letra. tipografía: conjunto de características de los tipos de letra elegidos para la composición de un texto. Abarca la estética con que se compone un libro y todas las fuentes y familias de fuentes que lo integran. tiro o tiraje: cantidad de ejemplares que se imprimen en una edición determinada. versal: letra mayúscula. Se llama así porque antiguamente los versos comenzaban con letra mayúscula; de la palabra verso derivó el término versal. versalita: letra mayúscula de igual tamaño que las minúsculas, con el mismo cuerpo, tipo y clase. viuda, línea: cuando el último renglón de un párrafo aparece al inicio de la página o columna siguiente. voladito: véase superíndice.

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