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Masarykova univerzita Filozofická fakulta Ústav románských jazyků a literatur Španělský jazyk a literatura Malinalli / la Malinche: su nombre e image

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Masarykova univerzita Filozofická fakulta Ústav románských jazyků a literatur Španělský jazyk a literatura

Malinalli / la Malinche: su nombre e imagen Sobre la evolución del retrato de Malinalli / la Malinche en el discurso literario a partir del estudio de la dramaturgia mexicana de los años 70 Magisterská diplomová práce

Petra Wagnerová

Vedoucì práce: doc. PhDr. Eva Lukavská, CSc.

Brno 2015

Čestné prohlášení Prohlašuji, že jsem tuto diplomovou práci vypracovala samostatně s použitím pramenů a literatury uvedené v bibliografii. Elektronická verze plně odpovídá verzi tištěné.

V Brně dne

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AGRADECIMIENTO Quisiera dar mi más sincero agradecimiento a tres personas que hicieron posible la investigación y la elaboración de la presente tesina de fin de carrera. En primer lugar a doc. PhDr. Eva Lukavská, CSc., tutora del presente trabajo, por haberme orientado y guidado durante la primera etapa de esta investigación, le agradezco sus consejos tanto gramaticales como literarios y, sobre todo, su paciencia que tuvo al resolver mis dudas sobre el tema. En segundo lugar, a Mauricio Estrada Aguilar, coordinador de Asuntos Culturales del de Educación y Formación para el Desarrollo Social, CEDES A. C., le estoy agradecida por haberme facilitado información y materiales muy utiles sobre la figura de Malinalli / la Malinche en la sociedad mexicana y la dramaturgia contemporanea. Por último, quisiera dar las gracias a Luis Fernando Guttiérez, por haber resuelto mis dudas gramaticales.

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ÍNDICE

ÍNDICE ........................................................................................................................ 4 INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 5 I. SOBRE LOS NOMBRES DE LA INTÉRPRETE ................................................. 7 1.1 El origen etimológico de los nombres de La intérprete ........................................ 8 1.2 Lo que se esconde debajo de los nombres de La intérprete ................................ 14 II. SOBRE EL RETRATO LITERARIO DE MALINALLI EN LAS FUENTES INDÍGENAS Y ESPAÑOLAS................................................................................. 28 2.1 Sobre el género de las crónicas y sobre la problemática con la reconstrucción de la vida de la Malinalli .............................................................................................. 29 2.2 El retrato literario de Malinalli de las fuentes españolas e indígenas ............... 36 2.2.1 Malinalli en el discurso de las crónicas españolas .................................................38 2. 2. 2 La visión indígena ....................................................................................................41 III. SOBRE LA REPRESENTACIÓN DE LA FIGURA DE MALINALLI / LA MALINCHE EN LA DRAMATURGIA MEXICANA DEL SIGLO XX ................ 46 3.1 Sobre la figura de Malinalli/ la Malinche en el drama patriarcal ..................... 49 3.2 figura de Malinalli/ la Malinche en la dramaturgia de los años 70 ................... 54 IV. CONCLUSIÓN ................................................................................................. 64 V. RESUMEN ......................................................................................................... 65 V. RESUMEN DE LAS OBRAS ANALIZADAS .................................................... 67 VII. FUENTES CONSULTADAS ........................................................................... 69 7.1 FUENTES PRIMARIAS ....................................................................................... 69 7. 2 FUENTES SECUNDARIAS ................................................................................. 70 7. 3 FUENTES ELECTRÓNICAS.............................................................................. 71 VIII. APENDICE .................................................................................................... 74

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INTRODUCCIÓN

Malinalli / Malinztin / Doña Marina / la Malinche es un personaje polifacético, por un lado, tenemos su figura histórica –la intérprete indígena que vivió a la vuelta de los siglos XV y XVI, y por el otro, la figura literaria mítica que en la sociedad mexicana llegó a representar varios símbolos, entre otros La Madre simbólica “no querida” de la nación mexicana. Al analizar las repercusiones que la intérprete indígena tiene en la memoria colectiva mexicana se plantea la pregunta: ¿Es posible catalogar de una sola manera la figura histórica dejando al lado su reflejo mítico y literario? En este ensayo se considera que es posible, aunque es evidente que la frontera que pudiera separar el mito de la historia, es muy vaga y confusa. Por esto es de suma importancia mencionar que —a partir de este momento— cuando aludimos a "Malinalli" inferimos sólo a su trascendencia histórica; mientras que al usar el término "La Malinche", nos centramos primordialmente en su figura mítica.

En este trabajo se propone realizar un estudio sobre la evolución de la transformación de la imagen de la figura de Malinalli en el discurso literario. Conscientes de que el rango temático que esta figura ocupa es inmenso, decidimos enfocarnos en el retrato que de ella proporcionan los dramaturgos mexicanos, concretamente los de los años setenta: Rodolfo Usigli, Celestino Gorostiza, Rosario Castellanos y Willebaldo López. El objetivo principal es crear una imagen más compleja de esta figura histórica y al mismo tiempo examinar como estos autores intercalan sus propias ideas e intereses en su retrato y mientras moldean la imagen de Malinalli conforme a sus necesidades personales o políticas. Este es el tema del tercer capítulo. Los primeros dos capítulos por su parte ofrecen dar una introducción para complementar la visión que posteriormente obtendremos analizando las obras teatrales: En la primera parte examinaremos la evolución etimológica de cada uno de los nombres propios con que los autores la nombran, este estudio onomástico nos ayudará a identificar algunas de las perspectivas principales que los diferente autores tendrán a adoptar al momento de elegir uno u otro de los apelativos con los que se referirán a mujer 5

indígena. El segundo capítulo está dedicado a los testimonios de los contemporáneos de Malinalli, los cronistas españoles e indígenas. Ahí se propone hacer un estudio del primer retrato de la figura literaria de Malinalli que aparece en estos materiales históricos. Este retrato es de mayor importancia ya que será base de los retratos que los autores trazarán en los siglos posteriores.

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I. SOBRE LOS NOMBRES DE LA INTÉRPRETE

Malintzin, Malintzin, Malintzin… Marina, Marina, Marina… Malinche, Malinche, Malinche… Tres fueron tus nombres, mujer: el que te dieron tus padres, el que te dio tu amante y el que te dio tu pueblo... (Todos los gatos son pardos de Carlos Fuentes)1

El extracto elegido de la obra de Carlos Fuetes nos será útil para abordar este capítulo, ya que en él se tratará sobre los diferentes nombres de la intérprete de Hernán Cortés. Malinztin, Marina, Malinche son algunos de sus nombres propios que los autores suelen utilizar al momento de hacer alusión a ella. Para complementar la lista de los apelativos más frecuentes con los cuales ella figura en el discurso literario, habría que añadir uno más, él de Malinalli. Todos hacen referencia a la misma persona como objeto real, pero es necesario interrogarse si también le atribuyen la misma representación mental, es decir, si este valor que se asocia al referente físico empleando uno u otro de sus nombres propios es idéntico. A manera de responder la pregunta planteada quisiéramos presentar aquí la hipótesis que ofrece Sandra M. Cypess al analizar los diferentes nombres con los cuales la Intérprete de Cortés figura en la obra teatral Corona de fuego de Rodolfo Usigli:

El sistema de nombres sigue aquí las "tres funciones de los nombres propios: identificación, clasificación, significación,"2 con el resultado de que la elección del significante onomástico diferencia entre los diversos significantes sociales cuando se refieren al mismo referente físico.3

1 2 3

FUENTES, Carlos. Todos los gatos son pardos. México:Siglo XII editores, 2011 (23.ª ed.), p. .13. COHEN, Susan D. "An Onomastic Double Bind: Colette's Gigi and the Politics of Naming," PMLA, vol. 100, n.º 5 (1985): 793. Comentario en el texto original de S. M. Cypess. M. CYPESS, Sandra. La Malinche in Mexican Literature: from History to Myth. Texas: University of

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Esta respuesta produce otras preguntas, como ¿cuáles son las principales representaciones mentales que se asocian con los nombres propios de la Intérprete de Cortés y cómo con estos conceptos trabajan los autores al momento de referirse a ella? Para responder estas preguntas será necesario revisar brevemente la evolución etimológica de los nombres propios de la Intérprete, ya que sin conocer las circunstancias sociohistóricas en las que ella obtiene cada uno de sus nombres propios, no podemos descifrar los significados ocultos que cada nombre adquirirá posterior.

1.1 El origen etimológico de los nombres de La intérprete

Malinalli, Marina, Malintzin o La Malinche, son las denominaciones más frecuentes con las cuales la intérprete aparece en el discurso literario. Existen varias hipótesis en cuanto a su origen, forma y significado. Hasta la fecha, a pesar del esfuerzo de una extensa variedad de investigadores dedicados al tema, no se tiene una respuesta clara y unívoca sobre el asunto que nos auxilie al momento de descartar otras teorías. En este ensayo no se pretende lucir otra hipótesis novedosa, por lo cual se presentan los datos que se conocen hasta la actualidad, confrontando las teorías de diversos autores y comparando la información otorgada por los mismos. De esta manera damos inicio con la primera versión del nombre esta figura. Malinalli — también con la variedad Malinali o Malinal — es el nombre de origen náhuatl que la intérprete recibe al nacer, ya que se estima que esto pasó durante el duodécimo signo del calendario azteca, llamado Malinalli. Y es que según la tradición de los pueblos indígenas de aquel entonces, se solía asignar el nombre del signo en el que nació la persona tal como lo explica la investigadora Cristina González Hernández: ... cada día o tonalli tiene un conjunto de funciones y significados: además de ser el signo y número de cada día, representa el nombre y la presencia de un dios determinado, pudiendo constituirse también en nombre de los seres humanos, principalmente en función del día de su nacimiento.4

Texas Press, 1991, p. 101. La traducción es de la autora de este trabajo como todos de textos traducidos de inglés a español de M. Cypess en adelante. El texto original: «The naming system here follows the “three functions of proper names: identifying, classifying, signifying,” with the result that the choice of onomastic signifier discriminates among various social signified while referring to the same physical referent.». 4 GONZÁLEZ HERNÁDEZ, Cristina: Doña Marina (la Malinche) y la formación de la identidad mexicana. Madrid: Ediciones Encuentro, 2002, p. 184.

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El signo Malinalli, según explica Bernardino de Sahagún en su crónica Historia general de las cosas de La Nueve España5 era considerado de mala fortuna. Posteriormente algunos autores – sobre todo los de la época del romanticismo6 – aprovechan este dato para dar más tintes dramáticos a la historia de la vida de Malinalli y la presentan como una mujer que «era victima desde pequeña7» de un destino trágico y cruel. A modo de ejemplo nos servirá la obra Los mártires de Anáhuac (1870) de Eligio Ancona. La escena seleccionada describe el momento en el que los sacerdotes preven el futuro de la recién nacida Malinalli a sus padres:

-Vuestra hija ha nacido bajo un signo fatal; [...] Cuando esa niña llegue a la adolescencia, amará al mayor enemigo de nuestra raza. Este amor la arrastrará a renegar de los dioses, a vender a sus hermanos y a entregar su patria al extranjero.8

Hay que destacar que Ancona – igual a otros novelistas del romanticismo como Ireneo Paz9– explica todos los hechos en la vida de Malinalli como las consecuencias de un amor que le fue predeterminado precisamente por haber nacido bajo un signo fatal. El énfasis que se da en el sentimiento amoroso como la causa primordial de la conducta de los personajes, resulta muy importante para la visión de la figura de Malinalli, ya que al final toda su acción, y por ende también su traición, es justificada por el amor, como indica la investigadora Fernández Poncela:

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SAHAGÚN, Bernardino de. Historia general de las cosas de La Nueva España I. Barcelona: Red ediciones S.L., 2012, p. 263. Cabe añadir que ocurre sobre todo en la época del romanticismo, ya que la figura de Malinalli, con el origen misterioso, la vida agitada y un destino trágico concuerda perfectamente con la descripción principal de otros héroes de las novelas del romanticismo, como lo es por ejemplo el caso de Oliver Twist. PAZ, Ireneo. Doña Marina Novela histórica [online] .México: Imprenta y litografía del autor,1883, p. 30. [citado 2015-04-28]. Disponible de:. ANCONA, Eligio. Los mártires del Anáhuac [online]. México: Imprenta dirigida por José Batiza,1870, pp. 34-35. [citado 2015-04-28]. Disponible de: < https://archive.org/details/losmrtiresdelan00ancogoog>. Se hicieron cambios conforme las reglas y normas de la RAE, el texto original: «-Vuestra hija ha nacido bajo un signo fatal;[...] Cuando esa niña llegue á la adolescencia, amará al mayor enemigo de nuestra raza. Este amor la arrastrará a renegar de los dioses, á vender á sus hermanos y á entregar su patria al extranjero.». Nos referimos a su obra Doña Marina Novela histórica (1883).

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Lo importante en estas novelas [...] es que el amor resulta el centro de todo, el sentimiento del amor guía a Malinali para someterse a los conquistadores, para traicionar a su pueblo. El amor justifica todo y la guerra y la muerte son actores

secundarios

frente

al

protagonismo

del

romance.10

Por otra parte, Marina es el nombre que obtiene al ser bautizada, como se lee en la crónica de Bernal Díaz: «...y así se llamó [Malinalli] después de vuelta cristiana11». La elección de este nombre es un tema estudiado por varios especialistas; y las teorías van variando de autor en autor. Algunos creen que este le fue concedido como producto de una combinación entre los nombres Martín y Cristina, que era como se llamaban los padres de Cortés12; mientras que otros especulan que este le fue impuesto por la semejanza que tenía con su nombre indígena [Malinalli]13. En cualquier caso, estas teorías parecen tener algo en común y eso es que el nombre de Marina no le fue otorgado por un simple azar, ni por el gusto personal de los asistentes a su ceremonia bautismal. Malintzin, a su vez, es la variante azteca del nuevo nombre que la intérprete obtiene después del bautizo. Parece que para los indígenas era complicado pronunciar el nuevo nombre, el de Malinalli, ya que en su sistema fonético no figuraban algunos fonemas del sistema español como /r/. Por eso tendían a sustituir este fonema por /l/ y la llamaban Malintzin, donde el sufijo ´tzin´ equivaldría al tratamiento de "doña" en la lengua española, como lo explica Cristina Gonzalez: «[tzin] es la desinencia indígena de carácter reverencial14». Por otro lado, Rosa María Grillo nos propone otra posible evolución etimológica: Los indios siguieron llamándola [a la intérprete] Malinalli y a Cortés "el señor de Malinalli", ya que señor, dueño, en nahua, se indica con el sufijo "tzin", de respeto.15

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FERNANDEZ PONCELA, Anna María. Malinalli: discursos y creación cultural. La ventana [online]. 2008, vol.3, n.28 [citado 2015-04-28], p. 100 . Disponible de: . DÍAZ DEL CASTILLO, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, vol. I. Lugar no especificado: Red ediciones S.L., 2012, p. 93. GRILLO, Rosa Maria: “El mito de un nombre: Mailnche, Malinalli, Malintzin [online]”. Mitología hoy, 4 (invierno 2011), p. 16. [citado 2015-25-4]. Disponible de: . GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, Cristina. op.cit., p. 183. Ibid., p. 181. GRILLO, Rosa Maria: op.cit., p.16.

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La investigadora termina diciendo que «Cortés pasó así a ser Malinalli-tzin16», y más corto Malinztin. Entonces, no podemos eliminar la posibilidad de que esta expresión se utilizaba al momento de hacer referencia al conquistador español, y no a su intérprete, como la mayoría cree. Esta misma confusión ocurre con el término de "Malinche" que trataremos a continuación. Malinche, el último nombre que analizamos y, actualmente, el más empleado a la hora de aludir a La intérprete de Cortés, parece ser el resultado de la pronunciación española de la palabra Malinche o bien del supuesto vocativo de este nombre propio que sería Malintzin o Malintzé17. Los españoles al momento de pronunciar su nuevo nombre indígena cambiaron el grupo fonético «tzin» en «che». Gracias a los testimonios de los autores coetáneos a los hechos de La Conquista sabemos que el término “Malinche” era comúnmente usado por los indígenas de la época para referirse tanto a la intérprete como al conquistador Hernán Cortés, así lo cuenta por ejemplo Bernal Díaz de Castillo:

En todos los pueblos por donde pasamos, o en otros donde tenían noticia de nosotros, llamaban a Cortés Malinche; y así le nombraré de aquí adelante Malinche en todas las pláticas que tuviéramos con cualesquier indios [...], y no lo nombraré Cortés sino en parte que convenga. Y la causa de haberle puesto aqueste nombre es que, como doña Marina, nuestra lengua, estaba siempre en su compañía, especialmente cuando venían embajadores o pláticas de caciques, y ella lo declaraba en lengua mexicana, por esta causa le llamaban a Cortés 'el capitán de Marina', y para más breve le llamaron Malinche.18

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18

Ibid, p.16. Una investigación de mucho interés sobre el vocablo Malintzé ofrece David Wright en su correspondencia publicada, véase WRIGHT, David. “Malinche / Marina / Malintzin / Mali:ntzin” [online]. [Citado 2015-03-31] Disponible de: . DÍAZ DEL CASTILLO, Bernal. Op. cit. p. 187.

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Curioso es que en vez de llamar a Malinalla, la Malinche de Cortés, le daban a Cortés el sobrenombre de su intérprete: el capitán de Malinche, y para ser más corto, el Malinche. Como comenta Tzvetan Todorov «no es ya la mujer la que toma el nombre de hombre, sino al revés19», hecho poco común en aquella época, incluso hasta hoy en día se puede considerar como un acto no muy frecuente.20 En lo concerniente a la identificación Cortés-Malinalli, cabe añadir que la percepción dual (o la identificación hombre-mujer), no es de extrañar, ya que era parte de la visión cosmogónica en las antiguas culturas del altiplano mexicano. Pues, conforme a la religión de estas culturas, el principio de todas las cosas se explicaba a partir de un origen dual –los máximos representantes del panteón prehispánico son el Señor y la Señora de la dualidad, Ometecuhtli/ Omecíhuatl– que es al mismo tiempo hombre y mujer.21 Se puede suponer, entonces, que los indígenas viendo a Cortés siempre en la compañía de Malinalli, que era su voz –un instrumento indispensable para la comunicación con los caciques y embajadores del emperador Moctezuma, y más tarde para el éxito de la derrota del Imperio Azteca– los tomaban a “él” y a “ella”, como una sola persona: Malinche.22 De la misma opinión es por ejemplo Cristina González Hernández que observa al respecto:

Es probable que el designar a Cortés y a su intérprete con el mismo nombre estuviera motivado por el simple hecho de que ambos fueran concebidos indisolublemente unidos por los indígenas, ya que Marina era la voz mediante la que hablaba Cortés, y junto

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TODOROV, TZVETAN, “Cortés y Moctezuma: de la comunicación“[online], traducido por Tomás Segovia. [citado 2015-04-28]. Disponible de: . Muy interesante al respecto de la unión Cortes-Malinalli bajo el nombre Malinche, es el estudio de Margo Glantz “Doña Marina y el Capitán Malinche”[online]. En este trabajo no ahondamos en el tema solo mencionamos que la investigadora analiza lo femenino y lo masculino en la unión, y apunta a la transformación diametral de las imágenes de Cortés y de Malinalli desde la perspectiva de los indígenas. Según Glantz, Cortés al no manejar la lengua de los indígenas carecía de las característica varoniles, las cuales adquiría la figura de Malinalli, lo que se refleja en el hecho de que es Cortés quién adopta el nombre de ella, es decir un nombre femenino. Disponible de: . Más sobre la dualidad en la religión de las antiguas culturas del altiplano mexicano véase por ejemplo: PIKAZA, Xabier: “México, cultura nahua. Amor y dualidad divina”. La revista 21. [online] (el artículo fue publicado 1 de agosto 2012). [Última consulta 2015-03-02] Disponible . La identificación Cortés-Malinalli pasó incluso hasta tal punto que la figura de Malinalli se vio metida en varias causas y pleitos en los que ella misma no figuraba personalmente. Uno de estos ejemplos muy evidentes es el hecho que fue documentado en el Manuscrito del aperreamiento, que vamos a tratar más en adelante. Al respecto puede consultar: GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, Cristina. Doña Marina (La Malinche)..., op.cit.,pp.224-225.

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a él aparecía en todo momento.23 Hasta aquí a lo que se refiere a la evolución etimológica de los nombres de Malinalli. Ahora podemos pasar al objetivo principal de este capítulo y eso es identificar algunas de las perspectivas principales que los diferente autores tienden a adoptar al momento de elegir uno de los nombres de esta mujer indígena.

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GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, Cristina: op.cit., pág. 188.

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1.2 Lo que se esconde debajo de los nombres de La intérprete

…Malintzin, dijeron tus padres: hechicera, diosa de la mala suerte y de la reyerta de sangre…Marina, dijo tu hombre, recordando el océano por donde vino hasta estas tierras…Malinche, dijo tu pueblo: traidora, lengua y guía del hombre blanco.[…] Diosa, Malintzin; puta, Marina; madre, Malinche. (Todos los gatos son pardos de Carlos Fuentes)24

Malinalli, Marina, Malintzin y Malinche, cuatro nombres y un solo objeto para designar, conviene cuestionar el porqué de tantos nombres. A un astuto lector seguramente no le ha escapado que estos nombres convenientemente ordenados son marcadores fundamentales de las diferentes etapas de la vida de Malinalli. Lo que cabe destacar es que en estos nombres se refleja también el proceso del cambio de su estatus social tanto en el ámbito de los indígenas como en el ámbito de los españoles y asimismo las transformaciones de la percepción que de ella se tenía y se tiene. Malinalli, una de las

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esclavas que le fueron entregados a Cortes después de la batalla de Cinta con otros objetos que formaban parte del lote, pasó a ser vista como una persona muy importante que estaba siempre al lado del capitán acompañándole a todas las reuniones con los indígenas hasta pareciera –desde los testimonios de los cronistas25 – que para los ojos de algunos se convertía en una diosa. En este momento, cabe repetir las palabras de Rosa María Grillo. La investigadora hace hincapié en que el nombre no funciona solo como una etiqueta neutral sino también representa el enfoque e intenciones de la persona que lo emplea:

... el nombre es mucho más que una etiqueta o una elección neutral, detrás del nombre hay todo un mundo y, sobre todo, la perspectiva de quien ve e interpreta ese

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FUENTES, Carlos. Op.cit., pp.13-14. Nos referimos sobre todo a los cronistas oficiales como Francisco Javier Clavijero, António Solís o los cronistas criollos como Diego Muñoz Camargo.

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mundo.26

Considerando esta idea es de suponer que los autores al eligir uno u otro nombre de la intérprete de Cortés lo hacían conforme su inclinación ideológica y la visión que de ella tenía o quería dar. A continuación volvemos a revisar los cuarto nombres seleccionados, Malinalli, Malintzin, Marina y Malinche concentrándonos en como los autores presentan a la figura de Malinalli a los lectores, que atributos físicos y motivaciones psicológicos le otorgan y que actuación le asignan. Las perspectivas de los autores se tratarán de mostrar en el orden cronológico, para hacer más evidente y clara la evolución de la imagen de Malinalli en el discurso literario y su relación con el cambio del contexto histórico e ideológico. Acorde la investigación de González Hernández, la intérprete figura regularmente con la denominación Malinalli sobre todo en las fuentes indígenas, como en los Anales de Tlatelolco o los Anales Tepanecas.27 Parece que el nombre no se ha usado con mucha frecuencia hasta las últimas décadas del siglo XX cuando vuelve a emplearse por las autoras feministas como Marisol Martín del Campo y Laura Esquivel. Beatriz Aracil añade al respecto: «…ambas autoras pretenden indagar con su escritura en la verdadera realidad de la Malinche «histórica», a la que mencionan siempre por su nombre indígena, Malinalli28» Es natural que estas y otras autoras que pretenden llegar al personaje mismo de Malinalli y despejar su figura de las connotaciones peyorativas –que mayormente se vinculan con el término La Malinche– preferirán emplear el nombre Malinalli, ya que éste a su vez corresponde a la época anterior al encuentro con los españoles y tiene relación directa con el origen mismo del personaje sin evaluar su actuación posterior. 29 Añadimos que actualmente, el nombre indígena, Malinalli, es el nombre más comúnmente admitido por muchos autores que de esta manera tratan de distinguir la figura histórica del mito de ”La Malinche”.30

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GRILLO, Rosa Maria. Op cit., p. 16. GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, Cristina. op.cit., capítulo 13 LOS NOMBRES DE LA MALINCHE, pp. 181-189. ARACIL, Beatriz. “La Malinche: historia y mito en dos novelas mexicanas contemporáneas” pp. 2425. En: EUDAVE, Cecilia; ORTIZ, Alberto; ROVIRA, José Carlos (eds.). Mujeres novohispanas en la narrativa mexicana contemporánea. Alicante : Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2014. Sobre la figura de Malinalli en el libro de Laura Esquivel véase: TORRES, Antonio. ”Malinche, de Laura Esquivel: los mitos revisados”. En: CHOCANO, Magdalena, ROWE, William, USANDIZAGA , Helena (eds.). Huellas del mito prehispánico en la literatura latinoamericana. Madrid: Iberoamericana, 2011, pp. 371-381. Esta tendencia señalan varios investigadores, entre ellos por ejemplo Cristina González Hernádez.

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A su vez, bajo el nombre Malintzin la intérprete figura, por ejemplo, en las obras de diferentes autores criollos del siglo XVI y XVII. Muchos de ellos destacan su origen noble, y generalmente la describen con palabras elogiables. «No podía ser de otra forma —explica Cristina González Hernández— puesto que su intervención favorece el triunfo de la Conquista.31» y la derrota del imperio azteca para estos autores era considerada como un acto heroico. De ejemplo se puede citar Diego Muñoz Camargo (1529 - 1599). En el extracto elegido podemos observar como el cronista hace especial hincapié en el trato reverencial que los indígenas demostraban a Malinalli:

... por los naturales fue llamada Malintzin y tenida por diosa en grado superlativo, que así se debe entender, que todas las cosas que acaban en diminutivo es por vía reverencial, y entre los naturales tomado por grado superlativo, como si dijéramos ahora «mi muy gran Señor» Huelnohueytlatocatzin, y así llamaban a Marina de esta manera comúnmente Malinztin. 32

Diego Muñoz Camargo, y regularmente otros cronistas criollos, esbozan a Malinalli como a una heroína. Para contextualizar, cabe mencionar que estos autores eran influenciados por las tendencias literarias europeas de su época. En consecuencia, Malinalli en los ojos de estos autores parecería transformarse en un objeto de adorno por su hermosura, inteligencia y modales nobles, haciendo una alternativa a las doncellas de las novelas caballerescas – mientras que no se le prestaba atención a la mujer real y su figura histórica.

Un perfil muy parecido crean los cronistas oficiales del siglo XVIII –como por ejemplo Francisco Javier Clavijero (1731 - 1787) o António de Solís (1610 - 1686) – que, mayormente, hablan sobre ella usando el nombre Marina. Estos autores a veces

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GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, Cristina: op.cit., pág. 53. MUÑÓZ CAMARGO Diego. Historia de Tlaxcala.Red ediciones S. L, 2012, p. 95. El texto original: «... por los naturales fue llamada Malintzin y tenida por diosa en grado superlativo, que ansí se debe entender, [por] que todas las cosas que acaban en diminutivo es por vía reverencial, y entre los naturales tomado por grado superlativo, como si dijéramos agora «mi muy gran Señor» huelnohueytlatocatzin, y ansí llamaban a Marina de esta manera comúnmente Malinztin.».

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le añaden el título reverencial de “doña”, imitando a Bernal Díaz, quien fue el primero en demostrar de esta manera su respeto hacia ella. Del cronista-soldado también copian casi literalmente las cualidades con las que describen a Malinalli, en la crónica de F. J. Clavijero podemos leer entre otras cosas las «noticias de la célebre india Doña Marina33», a pesar de que ella vino como esclava al ejercito de los españoles el cronista reconoce que provenía de un linaje noble, pues dice que entre las esclavas otorgadas a Cortés:

... había una doncella noble, hermosa, de mucho ingenio y de gran espíritu, natural de Painala, [...] Su padre había sido feudatario de la corona de Mexico, y señor de muchos pueblos.34

Si para los autores criollos era necesario subrayar el elevado estatus de Malinalli entre los indígenas y los españoles, los cronistas oficiales destacan la importancia de su misión como intérprete y su lealtad a los españoles:

Fue constante fiel a los españoles y no se pueden encomiar bastante los servicios que les hizo, pues no solo sirvió de intérprete y de instrumento en sus negociaciones con los Tlaxcaltecas, con los Mexicanos y con las otras naciones de Anáhuac, sino que les salvó muchas veces la vida, anunciándoles los peligros que los amenazaban, e indicándoles los medios de aludirlos.35

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CLAVIJERO, Francisco Javier, Historia antigua de México. Libro octavo. México: Imprenta de Lara, 1844, p. 1. Ibid., p.9. El texto original: «... habia una doncella noble, hermosa, de mucho ingenio y de gran espiritu, natural de Painala, [...] Su padre habia sido feudatario de la corona de Megico, y señor de muchos pueblos.». Ibid., pp. 8-9. El texto original: «Fué constante fiel á los españoles y no se pueden encomiar bastante los servicios que les hizo, pues no solo sirvió de intérprete y de instrumento en sus negociaciones con los Tlaxcaltecas, con los Mexicanos y con las otras naciones de Anáhuac, sino que les salvó muchas veces la vida, anunciándoles los peligros que los amenazaban, é indicándoles los medios de aludirlos.»

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El modelo de la legendaria figura “doña Marina“, siempre leal a los españoles, formado por Bernal Díaz del Castillo y divulgado por los cronistas oficiales indudablemente siguen los historiadores nacionalistas sin embargo éstos la presentarán conforme sus interese ideológicos. «Se hará una lectura muy diferente a partir de la Independencia» observa Cristina González al respecto y añade «una especie de foto en negativo, cuya imagen se proyectará al siglo XX.36» La mayoría de los historiadores y novelistas al usar Marina, el nombre que ella obtiene después del bautizo, quieren destacar su conversión religiosa y el hecho de que asumía las creencias traídas al continente por los conquistadores rechazando de esta manera las creencias indígenas. Es evidente que encuentran su motivación más que nada en el afán de enfatizar la alianza entre ella y los españoles. Dentro del proceso de la evolución de la imagen y recepción del personaje histórico de Malinali, es uno de los momentos clave, es cuando su figura empieza a presentarse en luces negativas y con el desprecio que hasta este momento era poco usual. Sandra M. Cypess comenta este rasgo en la obra Xicoténcatl (publicada de manera anónima en 1826) y señala que es aún más evidente, ya que a la otra protagonista Teutila el autor la llama por su nombre indígena, haciendo de esta manera clara diferencia entro el personaje positivo y negativo:

Al utilizar exclusivamente su nombre español, Marina, al tiempo que a la otra mujer da un nombre amerindio, el narrador de Xicoténcatl deja claro que Marina representa para él la amerindia europeizada, a quien vitupera.37

Carlos María Bustamante (1771 -1848), conocido como el “creador” de héroes y antihéroes que servían de modelo a la lealtad a los ciudadanos del recién nacido Estado mexicano, es uno de los primeros que describen a Malinalli con palabras poco favorables como «mujerzuela» o «mala hembra38». Llega a considerarla como una traidora y la

36 37

38

Ambas citas GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, Cristina. Op. cit., p. 90. M. CYPESS, Sandra. Op. cit., p. 44. La traducción es mía: «By exclusively using her Spanish name, Marina, while giving the other woman an Amerindian name, the narrator of Xicoténcatl makes it clear that Marina represents for him the Europeanized Amerindian, whom he excoriates.». Ambas citas: BUSTAMANTE, Carlos María de. Cuadro histórico de la revolución de la América

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compara con Fulvia, quien fue la amante que desveló a Cicerón la conspiración de Catilina destacando una diferencia muy importante, y esta es que la dama romana actúo por el bien de la República –hecho que le justifica– al contrario de la intérprete indígena que obró contra el imperio azteca –es decir contra la supuesta “patria”:

Tenia además una mujerzuela a quién él [Cortés] llamaba su Malinztin o Malinche, porque así como aquella comunicaba sus secretos a Hernán Cortés para preservarlo con sus españoles, esta le hacía sabedor de cuanto la participaban algunos americanos que creyéndola de su partido le vaciaban sus pechos. [...] Si esta loca quisiese algún día tener un modelo de comparación en nuestra historia, yo la pondré al lado de aquella espía que daba cuenta a Cicerón de todos los pasos de la conjuración de Catilina, cuyos secretos sabia de la boca de su amante Curio, que trataba con los cómplices conjurados; pero la hago saber, que la razón de diferencia consiste en que los avisos de aquella encaminados a salvar a Roma, la honraron, tanto cuanto envilecieron a esta los que dio para esclavizar a México. Compárese pues, a Doña Marina que hizo traición a su patria en Cholula, revelando a Cortés la zalagarda que por poco le juegan allí los mexicanos.39

Es una paradoja triste que con el tiempo será precisamente el discurso tan elogioso de la figura histórica de Malinalli presentado al principio por el cronista-

39

Mexicana. Carta diecinueve. México: IMPRENTA DE LA ÁGUILA, 1823, p. 4. Ibid., pp. 4-5. El texto original: «Tenia además una mugerzuela á guien é llamaba su Malinztin ó Malinche, porque asi como aquella comunicaba sus secretos á Hernan Cortés para preservarlo con sus españoles, esta le hacia sabedor de cuanto la participaban algunos americanos que creyéndola de su partido le vaciaban sus pechos. [...] Si esta loca quisiese algun dia tener un modelo de comparacion en nuestra historia, yo la pondré al lado de aquella espiona que daba cuenta á Cicerón de todos los pasos de la conjuracion de Catilina, cuyos secretos sabia de la boca de su amante Curion, que trataba con los complices conjurados; pero la hago saber, que la razon de diferencia consiste en que los avisos de aquella encaminados á salvar á Roma, la honraron, tanto cuanto envilecieron á esta los que dió para esclavizar á México. Compárese pues, á Doña Marina que hizo traicion á su patria en Cholula, revelando á Cortés la zalagarda que por poco le juegan alli los mexicanos.».

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soldado y difundido por los cronistas del siglo XVII y los historiadores del siglo XVIII, que será utilizado para construir las bases del discurso nacionalista mexicano del siglo XIX sobre su propia visión de La Conquista, como lo explica Cristina Hernández González:

La ideología nacionalista no pude admitir que el imperio azteca se derrumbó por la debilidad estructural del Estado y que fueron los diferentes pueblos y etnias de los territorios mexicanos los que provocaron su caída; reconocer esto supondría atentar contra los principios mismos del nuevo Estado, [...] la historiografía nacionalista sobre la Conquista no intentará explicar las causas del triunfo, sino señalar los culpables.40

A Malinalli, que por los nacionalistas estará llamada doña Marina, le tocará la misma suerte como por ejemplo a los tlaxcaltecas y terminará por representar el símbolo de los malos mexicanos los llamados “vendepatrias”. Estos autores usan como el argumento principal su participación en la supuesta conspiración que dio origen a la matanza en Cholula41, como explica Cristina González:

… el protagonismo de la intérprete, su fidelidad a los españoles y las cualidades con que es exaltada la convertirán en cómplice de los delitos de los conquistadores, con el mayor de los agravantes: la

40 41

GÓNZALEZ HERNÁNDEZ, Cristina. Op.cit., p. 90. La matanza en Cholula fue un acto de inmensa brutalidad que levantó mucha polémica dado que en ésta murieron miles de nobles indígenas. En realidad, nunca se llegó a saber si los españoles atacaron por simple precaución (como lo quieren indicar las palabras de Cortés en las Cartas de relación) o bien, si se trató de un plan premeditado y astuto para meter miedo a Moctezuma y sus aliados mostrando el poderío del ejército español. En sus cartas al rey Carlos V, Hernán Cortés explica que se enteró por boca de Malinalli de una supuesta conspiración que los indígenas cholultecas, aliados de Moctezuma, tramaban en contra de los españoles, hecho que derivó en el ataque y la matanza de Cholula. Se dice que la intérprete de Cortés a su vez, había recibido esta información en voz de otra indígena. Para los ojos de los nacionalistas, el hecho de revelar el plan a los españoles convierte a Malinalli en cómplice, y de ahí que sea juzgada y vista como un monstruo que dejó matar a sus hermanos de raza.

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traición a sus hermanos de «raza».42

En este momento cabe mencionar que no todos los autores sostienen la opinión de que la figura de Malinalli fuese el sinónimo de la traición. Debido a la ambigüedad de la ideología nacional, a la figura de Malinalli se le mira desde ángulos muy opuestos, como lo explica Cristina González:

La ambigüedad de la ideología nacionalista hace que las versiones sobre la Conquista y, por consiguiente, sobre la Malinche difieran de unos autores a otros. Mientras que la mayoría de los historiadores y novelistas la atacan en nombre de un aztequismo mítico, los autores que quieren fundamentar la patria mexicana en el mestizaje sitúan a la Malinche en el papel de madre del primer mestizo, y tampoco faltarán los hispanistas que insistan en pintarla como una iluminada llamada por Dios a cumplir una misión redentora.43

Uno de los autores que proporciona una interpretación positiva del mestizaje y también de la figura de Malinalli, es Ireneo Paz (1836 - 1924), el abuelo del Premio Nobel Octavio Paz. Sandra M. Cypess examina que Paz en su obra Doña Marina (1883) interpreta la aceptación de Malinalli de la cultura occidental (el lenguaje, la religión y los valores) como un acto que muestra «el abandono de provincianismo y la aceptación de civilización44». Malinalli de Paz no es vista como el chivo expiatorio sino representa el símbolo del progreso cultural.

Por último, el término Malinche, que primero, fuera empleado por los cronistas para nombrar a Cortés y/o su intérprete indígena., fue, a partir de la época de la Independencia de México (consumada en 1821) y con mayor auge tras La Revolución de 42 43 44

Ibid., p. 76. Ibid., p. 119. M. CYPESS, Sandra, La Malinche …, op.cit., p. 89. EL texto original: «her actions are considered an abandoment of provincialism and aceptance of civilicación.».

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1910, eternizado en la memoria colectiva solo cómo la versión femenina de La Malinche, nombre que a partir de entonces, al ser usado, más que referirse al personaje histórico, comenzó a se referirse a un sujeto mítico que representa varios símbolos dentro de la sociedad y cultura mexicana, tanto el positivo al ser visto como la Madre de la patria; como el negativo que da origen al surgimiento de un neologismo con la connotación negativa de “malinchismo”. Este término se utiliza bastante en México y, actualmente, designa a la gente «que muestra apego a lo extranjero con menosprecio de lo propio.45» No obstante, en el principio este término tenía connotaciones únicamente políticas como lo afirma María Glantz: ... el término malinchismo, popular en el periodismo de izquierda de la década de los cuarenta [...] hace su aparición después de la Revolución y se aplica a la burguesía desnacionalizada en ese período; para la izquierda, era entonces el signo de antipatriotismo.46 Hoy en día, una persona malinchista es aquella que no aprecia nada de su país [México], y que por el contrario admira todo lo que viene del extranjero, especialmente de los Estados Unidos de América. Con la publicación de El laberinto de la soledad (1950) de Octavio Paz se le atribuye definitivamente al nombre Malinche el símbolo sexual. Octavio Paz continúa desacreditando a la figura de Malinalli de la misma manera que se inició ya en el siglo anterior. Para ilustrar aprovechamos la observación de Carlos Monsiváis que hizo respecto a un comentario en El Semanario Ilustrado en 1868 de Ignacio Ramírez47:

...a la causa política se suman prejuicios de la época [...] a doña Marina la hunden su traición y su disponibilidad amatoria, es la “la barragana de Cortés”, a que se juntó 45 46 47

Real Academia Española. (2001). Malinchista. En Diccionario de la lengua española (22.a ed.). [Online] [Citado 2015-03-03] Disponible: . GLANTZ, Margo. “Las hijas de la Malinche”.En: GLANTZ, Margo (coordinadora). La Malinhce, sus padres y sus hijos. México: Editorial TAURUS, 2013. p. 295. El comentario de Ramírez: «Es uno de los misterios de la fatalidad que todas las naciones deban su pérdida y su baldón a una mujer, y a otra mujer su salvación y su gloria: en todas partes se reproduce el mito de Eva y de María; nosotros recordamos co indignación a la barragana de Cortés, y jamás olvidaremos en nuestra gratitud a doña María Josefa Ortiz, la Malinztin inmaculada de otra época, que se atrevió a pronunciar el fiat de la independencia para que la encarnación del patriotismo lo realizará. ». Citado por MONSIVÁIS, Carlos. “La Malinche y el malinchismo”, en: GLANTZ, Margo. Ibid., p. 206.

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en la cama y en la política son ofrecer resistencia ni exigir papeles.48

Octavio Paz a su ver construye su hipótesis, primero, en clasificar la Chingada como la Madre violada para luego utilizar el acto de violación como el vínculo entre ella y la intérprete de Hernán Cortés. En fin, el personaje de Malinalli de Paz llega a representar la sumisión de la mujer [indígena] ante el hombre [europeo].

Si la Chingada es una representación de la Madre violada, no me parece forzado asociarla a la Conquista, que fue también una violación, no solamente en el sentido histórico, sino en la carne misma de las indias. El símbolo de la entrega es doña Malinche, la amante de Cortés. Es verdad que ella se da voluntariamente al Conquistador, pero éste, apenas deja de serle útil, la olvida. Doña Marina se ha convertido en una figura que representa a las indias, fascinadas, violadas o seducidas por los españoles.49

Asimismo podemos observar que el poeta en su ensayo tampoco rompe con el mito de la traición de Malinalli establecido por los historiadores nacionalistas:

Y del mismo modo que el niño no perdona a su madre que lo abandone para ir en busca de su padre, el pueblo mexicano no perdona su traición a la Malinche.50

48 49 50

Ibid. PAZ, Octavio. El laberinto de la soledad. [Online] España: Fondo de cultura económica de España, 1998 (segunda reimpresión), p. 35. [Citado 2015-04-18] Disponible . Ibid., p.35.

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La Malinche, la figura mítica, que aparte de ser vista como la traidora de la raza – un atributo que le fue otorgado ya en las décadas anteriores– adquirirá además el signo de la madre abnegada y la mujer sumisa y pasiva. Debido a la gran difusión del ensayo de Octavio Paz el arquetipo negativo de La Malinche tendrá mucha transcendencia en la sociedad mexicana contemporánea. La visión tradicional prevalece en la memoria colectiva hasta el último cuarto del siglo XX cuando surgen dos importantes impulsos que influyen en el cambio de la percepción del término “Malinche” y la figura histórica de Malinalli. El primero está relacionado con el interés que se levantó en las filas de los investigadores por la figura de la intérprete de Hernán Cortés con el fin de hacer una revisión crítica de su figura histórica (y también mítica). La década de los noventa parece ser muy fértil en cuanto a publicación de diversos trabajos dedicados a Malinalli / la Malinche, de ejemplo mencionemos los más reconocidos La Malinche in Mexican literature From history to myth (1991) de Sandra M. Cypess y La Malinche de la historia al mito (1996) de Fernanda Núñez Becerra. En la misma década, concretamente en 1992, Margo Glantz organizó el coloquio titulado «La Malinche: sus padres y sus hijos» en el que participaron varios connotados escritores con el objetivo principal de revisar a Malinalli / la Malinche desde varias perspectivas. El segundo impulso iniciaron las escritoras feministas, entre ella Rosario Castellanos, Sabina Barman, Elena Garro y Elena Poniatowska, que se opondrán a la visión negativa tradicional de Malinalli y en sus obras preponen otra forma de interpretar su figura. El centro de la atención ya no son los paradigmas Malinalli - la traidora o Manalinalli - la madre abnegada, sino Malinall - la mujer. Estas escritoras pondrán enfoque en el mundo interior, la personalidad y la sexualidad de la figura femenina. De ilustración podríamos presentar el poema de Rosario Castellanos “Malinche” incorporado en su antología Poesía no eres tú (1972). En dicho poema, la voz poética, Malinalli de adulta, recuerda quizás uno de los momentos más cruciales en su vida, cuando ella siendo niña fue traicionada por su madre y vendida a los mercaderes. Cabe mencionar que en todo el poema no se cita ni siquiera con una sola palabra a Cortés o la Conquista. Lo que importa a la autora son los sentimientos de Malinalli y “escuchar” su propia historia:

Tal era el llanto y las lamentaciones sobre algún cuerpo anónimo; un cadáver que no era el mío porque yo, vendida a mercaderes, iba como esclava, 24

como nadie, al destierro.

Arrojada, expulsada del reino, del palacio y de la entraña tibia de la que me dio a luz en tálamo legítimo y que me aborreció porque yo era su igual en figura y rango y se contempló en mí y odió su imagen y destrozó el espejo contra el suelo.

Yo avanzo hacia el destino entre cadenas y dejo atrás lo que todavía escucho: los fúnebres rumores con los que se me entierra.

Y la voz de mi madre con lágrimas ¡con lágrimas! que decreta mi muerte.51

Muy a menudo las escritoras mexicanas, y luego también las escritoras chicanas, utilizan la figura de La Malinche para hablar sobre sus propios temas, mayormente sobre la condición de la mujer en la sociedad mexicana:

Las escritoras mexicano-estadounidenses / chicanas y mexicanas consideran La Malinche un símbolo de las tensiones, contradicciones y la opresión inherente a su propia identidad sexual, racial y étnica.52

51

52

CASTELLANOS, Rosario. “Malinche” en La poesía no eres tú. [Online] [Citado 2015-04-17] Disponible . M. CYPESS, Sandra. Op.cit., p. 4. El texto original: «Mexican American/ Chicana and Mexican women writers who consider La Malinche a symbol of the tensions, contradictions, and oppression inherent in their own sexual, racial, and ethnic identity.».

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Antes de cerrar este tema hay que añadir que la revisión de la figura mítica de Malinalli con el fin de proponer nuevas miradas e interpretaciones de este personaje histórico y mítico, no es exclusivamente el tema de las autoras feministas, sino también de varios escritores. De ejemplo podríamos mencionar Willebaldo López que en su obra Malinche Show (1977) escoge la figura de La Malinche con el propósito de apuntar a la necesidad de reconstrucción de los mitos sagrados de la ideología patriarcal. Sobre este autor y su obra hablaremos más en adelante, ahora nos limitemos a añadir que hay una evidente diferencia entra su mirada –en general de los autores masculinos– y la de las feministas, pues, la suya es una mirada crítica pero no íntima ni personal como se puede observar en el poema de Rosario Castellanos.

Hasta aquí llegamos analizando algunas de las perspectivas que los autores adoptan al momento de referirse a ella. Presentamos que la imagen de la figura de Malinalli cambiaba conforme las necesidades de la época histórica y su contexto socio-político. El cambio de opinión sobre el personaje de Malinalli se puede ver reflejado en la manera como la nombraban. A modo de conclusión podemos decir que existen ciertas tendencias que los autores tienden a siguer cuando deciden usar uno u otro nombre de la intérprete. Los que quieren recuperar el personaje histórico tienden a usar el nombre indígena, el de Malinalli, mientras que los escritores al emplear el nombre español con el título de respeto doña Marina tienden a resaltar la lealtad a los españoles –ya sea esta actitud juzgada de manera positiva o negativa. En cambio, los autores que están interesados en establecer el origen de la patria en la unión de dos culturas, prefieren utilizar el nombre sincrético Malintzin. El término Malinche, a partir de la Revolución de 1910 es más usado para aludir a la intérprete de Cortés y más bien a su reflejo mítico, y adquiere en el siglo XX casi exclusivamente el significado peyorativo, sin embargo de las palabras de Sandra M. Cypess podríamos inferir que la visión negativa se está cambiando a favor de la nueva visión que proporcionan en su obras las escritoras feministas, hecho que tiene una influencia en el cambio de la imagen femenina en la sociedad mexicana actual:

La decisión de resucitarla [la figura de La Malinche] como modelo de inspiración en lugar de condenarla 26

refleja una transformación en la conciencia de los lectores / escritores contemporáneos. Su nueva lectura ha modificado las obras preexistentes, lo que nos permite verlas de nuevo, para ajustar los dados de las interpretaciones antiguas y crear un patrimonio cultural enriquecido que permite imágenes femeninas positivas. 53

Más en adelante tendremos la posibilidad de comprobar la hipótesis de Sandra M. Cypess al analizar dos obras teatrales de los autores contemporáneos, concretamente Malinche Show (1977) de Willebaldo López y La Malinche: en “Dios T.V.” (1991) de Jesusa Rodríguez. Antes de pasar a este punto es preciso acercarse al personaje histórico de Malinalli y observar su primer retrato que fue elaborado en su época por los cronistas españoles e indígenas, ya que será el punto de referencia para los autores posteriores.

53

M. CYPESS, Sandra. Op-cit., p.152. La traducción es mía: «The move to resurrect her of inspiration rather than condemnation reflects a transformation in the consciousness of contemporary readers/writers.Their new reading have modified the preexisting works, allowing us to view them anew, to adjust the givens of old interpretations and create an enriched cultural inheritance that allows for positive female images.».

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II. SOBRE EL RETRATO LITERARIO DE MALINALLI EN LAS FUENTES INDÍGENAS Y ESPAÑOLAS

Antes de examinar la figura de Malinalli en el discurso literario de la dramaturgia del siglo XX, sería útil conocer a Malinalli, como el personaje histórico. En este sentido, los relatos de los cronistas españoles e indígenas se podrían considerar una fuente muy útil, pues documentan el momento histórico en el que ella vivió, concretamente, las causas y condiciones en los cuales y por los cuales ocurrió la caída del Imperio azteca. Asimismo, es un material muy valorado que permite al lector del siglo XXI conocer el pensamiento de la gente de aquella época. Sin embargo, como señala Nicolas Balutet,, al realizar una lectura crítica de estos textos empiezan a crearse dudas en cuanto a la veracidad histórica de los datos proporcionados por los mismos.

El estatuto de las crónicas de Indias es ambiguo ya que oscila entre un texto literario y un documento histórico o casi antropológico. Si su vocación primera es informar al lector sobre el mundo indígena y extranjero que descubre y recordar los detalles del avance de la conquista, la crónica se viste también de los atuendos de la ficción por la «literarización» del relato.54

Debido a que es el material básico para reconstruir la figura histórica de Malinalli, consideramos importante prestar una atención especial a la propia naturaleza de este genero literario. Hasta después revisaremos los testimonios que sobre Malinalli proporcionan los BALUTET, Nicolas. Ensayos sobre la Historia Española (1516 - 1939). Lyon: Editions Confluences & Traverses, 2007, p. 14. 54

28

mismos documentos.

2.1 Sobre el género de las crónicas y sobre la problemática con la reconstrucción de la vida de la Malinalli

En principio, algo que sorprende al mismo tiempo complica la tarea de investigar quién fue Malinalli, es la aparente escasez de fuentes histórica provenientes de su época que hablen con más detalle sobre su vida. Al respeto, citamos aquí un comentario del reconocido historiador George Baudot que se dedicó a la figura histórica de Malinalli en varios estudios:

Cuando hace algunos años empecé a investigar sobre ella [Malinalli] y a publicar mis primeros estudios sobre su figura histórica55, fueron las oscuridades y las abismales lagunas de la documentación accesible lo que más me sorprendió. No porque se hubiera escrito poco sobre ella. No, ni mucho menos. Sino lo poco, lo muy poco que las fuentes auténticas, los testigos de su vivencia, nos comunicaban.56

Bernal Díaz del Castillo, Hernán Cortés y Francisco López de Gómara se consideran como los primeros autores que la mencionan en sus obras. Los primeros dos mencionados fueron testigos directos de la derrota del imperio azteca y conocieron personalmente a Malinali. Francisco López de Gómara a pesar de que nunca “pisó” las tierras del continente americano, conoció los sucesos relacionados con La Conquista mediante Hernán Cortés y ¿quién mejor para conocer todo lo relevante a Malinalli que el mismo capitán de los españoles? Entonces, a simple vista podríamos pensar que las obras de estos cronistas ofrecen una fuente de información fiable y unívoca acerca de de la vida de Malinalli. Sin embargo, analizando sus textos parece que cada uno de ellos escribiera sobre diferentes personas. Por ejemplo, desde sus textos parece que no hay unanimidad en 55

56

BAUDOT, Georges. “Malintzin, l'Irrégulière”, en Femmes des Amériques, pp.19-29; “Política y discurso en la Conquista de México: Malinztin y el diálogo con Hernán Cortés”, en Anuario de Estudios Americanos, vol. XLV, pp. 67-82. BAUDOT, Georges. “Malinztin,, imagen y discurso de mujer en el primer México virreinal”. En: GLANTZ, Margo. La Malinche…, op.cit. pp 53-54.

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cuanto al lugar de nacimiento y el estrato social del que provenía. Francisco López de Gómara menciona que Malinalli era de la región de Jalisco y provenía de una familia rica:

Marina, que así se llamaba después de cristiana, dijo que era de Xalisco, de un lugar dicho Viluta57, hija de ricos padres y parientes del señor de aquella tierra;…58

Por otro lado, Bernal Díaz de Castillo indica que era nativa de Painala59. una población que según los datos aportados por el historiador Clavijero en Historia Antigua de México se debía hallar en el actual estado de Veracruz, o sea, al otro extremo del país del lugar señalado por Francisco López de Gómara y le reconoce el estatus más elevado, pues según él era hija de caciques:

… su padre y su madre eran Señores y Caciques de un pueblo que se dice Painala, y tenía otros pueblos sujetos a

él

obra

de

ocho

lenguas

de

la

Villa

de

Guazacualco60,...61

Otra cosa que llama la atención es que excepto Bernal Díaz que llega a dedicar a Malinalli un capítulo entero en su obra la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, los demás cronista coetáneos la refieren esporádicamente. El propio Hernán Cortés que tanta información podía aportar debido a la estrecha relación que tuvo con ella, la

57

58

59

60 61

Según las últimas investigaciones Viluta parece ser una transcripción errónea de la población llamada Huilotlan o Oluta que se ubica en la región de Coatzacoalcos, así que resulta que los cronistas coinciden al menos en la región originaria de Malinalli, la del Coatzacoalcos. Véase más: GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, Cristina. Doña Marina…, op.cit., el capítulo 14. “Origen geográfico y social de doña Marina” pp. 190 - 213. GÓMARA, López de. Historia de la conquista de México. Venezuela: Fundación Biblioteca Ayacucho, 1979, p. 46. Conforme la investigación de Cristina Hernández González o Rosa María Zúñiga actualmente no hay ningún pueblo que lleve el nombre de Painala. No obstante el pueblo figura en el mapa anexo a la Historia antigua de México escrita por Clavijero. El historiador la ubica en la provincia de Coatzacoalcos. Esta es una de las razones por la cual muchos cronistas e incluso historiadores y biógrafos modernos han admitido la localidad de Painala, por ser la cuna de Malinalli. Actual Coatzacoalcos, una ciudad situada en el estado de Veracruz. DÍAZ DEL CASTILLO, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, vol. I. Lugar no especificado: Red ediciones S.L., 2012, p. 97.

30

menciona apenas en los famosos informes que dirigía al imperado Carlos V y lo hace exclusivamente en ocasiones inevitables. A Malinalli se limita a referir como a «la lengua que yo tengo»62 o «la india que hube en Potonchán»63. Por su nombre la menciona solamente una vez en la V carta:

… aquella lengua [...] que es Marina la que yo siempre conmigo he traído, porque allí [en Tabasco] me la habían dado con otras veinte mujeres.64

En resumen, la información que nos ofrece es de una india llamada Marina que estaba en Potonchán, que le fue dada por los caciques de Tabasco con otras mujeres y que fue usada como mediadora entre él y los indígenas. De hecho, muy poca información de la fuente que nos podría brindar la información de primera mano, ¿no lo creen así?65

A todo lo contrario, el relato de Bernal Díaz parece proporcionar mucha información sobre la intérprete indígena. En la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España nos da una descripción mucho más detallada acerca de la vida de esta mujer, con datos que podrían esclarecer la vida que tuvo antes del encuentro con los españoles. No obstante, hay que tener en cuenta que la obra de Bernal Díaz –como de los demás cronistas66– está influenciada por el pensamiento medieval (provincialismo, superstición y milagrería) y los libros de aquella época (sobre todo por las novelas caballeresca). Y de hecho, Malinalli en el discurso de Bernal Díaz, parece ser pintada como una dama noble que habla, piensa, actúa conforme con los cánones occidentales de la época. Según Cristina González estos patrones estilísticos se pueden reflejar en otros aspectos del retrato de la intérprete proporcionado por el cronista, ante todo en la manera cómo él destaca su origen noble:

62 63 64 65

66

CORTÉS. Hernán. Cartas de relación. Lugar no especificado: Red ediciones S.L., 2012, p. 62. Ibid. Ibid. La primera carta se perdió y se suple por otra carta al parecer diseñada también por Cortés aunque la redacción parece corresponder a otra persona. Es posible que haya otro material en el que Cortés hable con más detalla sobre la intérprete, pero por momento se pueden cuestionar solo los accesibles al público, y en esos la figura de Malinalli aparece apenas. [Nota de la autora]. Respecto a los cronistas de Indias, un análisis muy detallada ofrece Mercedes Serna en la introducción del libro Crónicas de Indias (2007). g

31

…Bernal Díaz no perderá las oportunidades que le salgan al paso para hacer especial hincapié en la nobleza de linaje de Marina, nobleza que según los cánones de la época ha de manifestarse también en la bondad de corazón, el coraje, la fidelidad, la belleza física incluso, la inteligencia y tantas otras cualidades con las que el cronista [Bernal Díaz] construye el relato épico de Malintzin y en las que insiste cada vez que tiene ocasión.67

Tomando en cuenta la hipótesis que proporciona Cristina González, se podría considerar que Bernal Díaz del Castillo describía a Malinalli como una persona de un linaje muy noble a la que atribuía características como: inteligencia, belleza o fidelidad, sin que necesariamente las tuviera las tenía. Siguiendo esta hipótesis podríamos esperar la “literarización” del retrato de Malinalli en toda la obra de Bernal Díaz.

Hay un otro aspecto peculiar que se debería tener muy presente a la hora de analizar las crónicas y eso es la motivación personal de cada uno de los autores, que tiene una gran influencia en el contenido. Es sabido que Hernán Cortés escribe las Cartas de Relación por un lado para que el rey de España acredite la legalidad de la empresa conquistadora y, por el otro, para justificar su rebelión contra el gobernador de Cuba Diego Velázquez. Para ello modificará los hechos conforme sus intereses políticos y mostrará solamente una parte de la verdad, la que le conviene, y guardará silencio sobre los sucesos que le podrían perjudicar. Por lo que hasta su propia figura se somete también a ciertas modificaciones. Incluso Mercedes Serna considera que pasa a ser de un rebelde a un héroe:

Cortés es, en las Cartas, persona, personaje y héroe de ficción, pues debe defenderse de su conducta rebelde y lo hace asimilándose, en muchos casos, a los héroes clásicos. Es, decir, que también hay una ficcionalización

67

GONZÁLEZ HERNÁDEZ, Cristina: Doña Marina (la Malinche) y la formación de la identidad mexicana. Madrid: Ediciones Encuentro, 2002, p. 198.

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de su persona.68 Consecuentemente, se podría deducir que si el conquistador no reconocía la importancia de Malinalli es porque tenía sus intereses políticos. Otro caso es el de Bernal Díaz del Castillo, pues el motivo que le impulsa a escribir su Historia verdadera es diferente, no es político sino personal. Según Mercedes Serna una de las razones que le animaron a redactarla, fue la publicación de Historia general de las Indias y conquista de México de Francisco López de Gómara, ya que él clérigo en su obra da a Cortes toda la gloria de la caída del imperio azteca “pasando por alto” los méritos que tuvieron de los demás conquistadores y soldados en el éxito de la Conquista.

Gómara es la obsesión de Bernal Díaz del Castillo y contra él arremete por las falsedades en que incurre en su Conquista de México. Se queja de que el clérigo panegirista otorgó todo el valor de la empresa conquistadora a Cortés olvidándose de los soldados y conquistadores. Escribe, por tanto, condicionado por estas historias que le han soliviantado los recuerdos de su pasada vida como soldado. Combate las historias del clérigo una y otra vez a lo largo del relato, tildándolas de falsas: «Las palabras que dice Gómara en su historia son todas contrarias de lo que pasó» (cap. XX). Le indigna sobre todo la aureola heroica con que Gómara ha rodeado a Cortés en detrimento de los soldados.69

No se veía forzoso suponer que Bernal Díaz, igual que Cortés, modificará los hechos para dar más crédito a todos los que contribuyeron en la derrota de la hegemonía azteca, incluyendo la figura de Malinalli, para “quitarle a Cortes unos laureles de la corona“ que le pone Gómara en su obra.

68 69

SERNA, Mercedes. Crónicas de Indias. Madrid: CATEDRA, 2007 (5.ª ed.), p.74. Ibid., p.84.

33

Por ahora nos hemos movido exclusivamente en la documentación de los cronistas españoles. Para tener una visión más completa de la vida de la Malinche y tal vez para empezar a comprender su postura ante la conquista del Imperio azteca, sería deseable completar el retrato que hemos obtenido de estos cronistas con la visión que aparece en las fuentes indígenas. A diferencia de las crónicas escritas por los españoles, éstas no se ven sujetadas a los cánones estilísticos occidentales de la época, lo que podría brindar un retrato de Malinalli desembarazado de los atributo novelescos. Analizando las fuentes indígenas averiguamos que ni estos testimonios nos proporcionan una visión uniformada del personaje de Malinalli. La discordancia se deja notar «en el grado de hostilidad que se expresa hacia su persona»70 explica Gordon Brotherston y añade:

Como sería de esperarse los textos compuestos por los que quedaron leales a Tenochtitlán y la causa mexica dejan

entender

una

desaprobación

fuerte

del

comportamiento de Malintzin y un resentimiento vivo del poder que ejerció con y aun sobre Cortés. Por otro lado, los aliados de Cortés la presentan como señora indígena ejemplar que ya sabe operar y manipular los nuevos valores políticos y religiosos del momento.71

Considerando las discrepancias entre los diferentes retratos que de ella fueron captada en las fuentes españoles e indígenas, surge la pregunta ¿realmente podemos aprovechar las crónicas para reconstruir la persona histórica de Malinalli? A modo de responder aprovechamos unas vez más las palabras de Georges Baudot:

Por ahora bástenos subrayar que sí, de verdad, podemos aprovechar las crónicas para conocer parte, aunque parte ínfima, de la realidad histórica de Malinztin.

70

71

BROTHERSTON, Gordon. “La Malintzin de los códices”. sus..., op.cit., p. 19. Ibid., p. 19.

En: GLANTZ, Margo. La Malinche y

34

Porque si no; además sería muy desesperante.72 En este lugar cabe decir que si cambiemos el criterio y preguntemos por la utilidad de estos materiales para poder estudiar la figura literaria y mítica en las lecturas posteriores, averiguamos que la respuesta ya no es ta escéptica. Su valor es indudable e irrefutable. Esta opinión la compartimos con Beatriz Aracil, quien destaca dos motivos por las cuales considera que estos textos van a ser muy importantes para el discurso literarios de los siglos posteriores:

… en primer lugar, en especial por lo que respecta a las fuentes indígenas, porque, coincidiendo en su relevancia para el acontecimiento clave de la conquista, reflejan ya una clara polaridad en la valoración del personaje (evidentemente muy positiva para los aliados indígenas de Cortés y muy negativa para los vencidos); en segundo lugar, porque dichas crónicas, y muy especialmente la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, constituyeron hasta fechas recientes la única fuente73 a partir de la cual reconstruir, aunque fuera muy parcialmente, a la Malinche histórica.74

De esta manera damos por terminada la presentación sobre la problemática de la reconstrucción del personaje histórico de Malinalli y pasaremos directamente a presentar dichos textos históricos del siglo XVI con el fin crear de esta manera el(los) primer(os)

72

73

74

BAUDOT, Georges.“Malintzin, imagen y discurso de mujer en el primer México virreinal” en GLANTZ, Margo. La Malinche..., op.cit., p.57. Hoy en día disponemos de otros datos obtenidos por un minucioso trabajo de Georges Baudot a partir de los archivos mexicanos y españoles, véase por ejemplo BAUDOT, Georges “Malintzin imagen y discurso de mujer en el primer México virreinal”, en GLANTZ, Margo, La Malinche, sus padres y sus hijos. pp. 53-85. Sin embrago la obra de Bernal Diaz del Castillo será para siempre un gran punto de referencia. ARACIL, Beatriz. “La Malinche: historia y mito en dos novelas mexicanas contemporáneas” en EDUAVE, Cecilia; ORTIZ, Alberto; ROVIRA SOLER, José Carlos (eds.). “Mujeres novohispanas en la narrativa mexicana contemporánea“ en los cuadernos de América sin nombre, [on line]. [citado 201522-3]. n.º 33 , 2014, pp. 15-16. Disponible en: .

35

retrato(s) literario de Malinalli.

2.2 El retrato literario de Malinalli de las fuentes españolas e indígenas

La historia la escriben los vencedores, esta frase ya casi legendaria parece ilustrar perfectamente la situación de como se presenta y explica la Conquista, por ende también en lo que concerniere a la figura histórica de Malinalli, como indican las palabras de Gordon Brotherston:

Con mínima excepción, la vida de Malintzin-MalincheMarina-Mariana se ha reconstruido a partir del testimonio, escueto y contradictorio, de los invasores de México que se sirvieron de ella en beneficio propio.75

Afortunadamente, hoy en día gracias a los trabajos de varios historiadores, entre los ya mencionados George Baudot y Gordon Brotherston agregado a Tzvetan Todorov y a Miguel León Portilla, disponemos de documentos muy valiosos para conocer la perspectiva indígena, tan necesaria para poder complementar ese retrato escueto de Malinalli que teníamos.76 La investigadora Cladia Leither refuerza el sentido de importancia de estos documentos:

Las fuentes de procedencia indígena son efectivamente las que más atestiguan la importancia de Malintzin: nos presentan escenas dramáticas en las que es Malintzin la que convoca, manda, interroga, reclama, negocia, la que fija medidas y condiciones, la que está en el centro de los

75

76

BROTHERSTON, Gordon. “La Malinztin de los códices”. En: GLANTZ, Margo. La Malinche, sus padres y …, op.cit., p. 17. Aunque los testimonios indígenas fueron elaborados en el siglo XVI, eran prácticamente desconocidos – ya porque se prohibieron o censuraron, ya porque que se destruyeron– hasta el siglo XIX y para el lector no especializado hasta finales del siglo XX, es cuando la publicación de libros como la Visión de vencidos de Miguel León de Portilla facilitó difundir el conocimiento de la visión de los indígenas entre el gran público.

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discursos, dotada de insignias y atributos importantes.77

En este capítulo aprovechamos los testimonios facilitados tanto por los fuentes indígenas como por los cronistas peninsulares con el fin de acercarnos a Malinalli como el personaje histórico y comparar la perspectiva que de ella los diferentes autores tomaban.

77

LEITHER, Claudia. “El complejo de la Malinche” en GLANTZ, Margo. La Malinche, sus padres y sus hijos..., p. 249.

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2.2.1 Malinalli en el discurso de las crónicas españolas

En las siguientes lineas vamos a estudiar la figura de Malinalli en el discurso elaborado por los primeros españoles. Sin quitar la importancia de las demás obras de los cronistas españoles del siglo XVI, nos limitaremos solamente a tres de ellas, concretamente las Cartas de relación de Hernán Cortés, La historia general de las Indias de Francisco López de Gómara y La historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo. Iniciemos con el testimonio brindado por el propio Hernán Cortés.

Las famosas Cartas de relación78, escritas entre los años 1519 y 1526 por Hernán Cortés y dirigidos al rey de España, Carlos V, constan en total de quince largos informes sobre los sucesos fundamentales de la conquista del imperio mexica. A lo largo del discurso de Cortés, el personaje de Malinalli aparece trazado como una persona pasiva. Es muy interesante que Cortés regularmente se refiere a Malinalli con el nombre de “india” y que sólo la llama por alguno de sus nombres propios en una ocasión a diferencia de su otro traductor Jerónimo de Aguilar del que siempre alude por su nombre propio. Excepto una ocasión, nunca es ella la que actúa por su propia voluntad. Es un mero medio a través el cual se comunicaban los españoles con los indígenas. Aunque –y quizás por eso– no se nos brinda mucha información a cerca de su persona, es muy interesante observar como Hernán Cortés trabaja con su figura en el discurso. En más de una ocasión parece que Cortés la menciona nada más para confirmar la veracidad de sus palabras o hechos ante el rey. De ejemplo citamos la escena en la que Cortés vuelve a pasar por las tierras de Tabasco y se encuentra con un cacique que le dice a Cortés que por los tabasqueños se había enterado de que por esas tierras había pasado un capitán que había peleado y les venció. El cacique pregunta a Cortés si él es aquel capitán, éste a su vez le responde utilizando la figura de Malinalli de testigo ocular, ya que ella siempre acompaña a Cortés y por ende, puede confirmar sus palabras:

Yo le respondí que el capitán que los de Tabasco le dijeron que había pasado por su tierra era yo, y para que creyese ser verdad, que se informase de aquella lengua que con él hablaba, que es Marina, la que yo siempre conmigo he

78

En este estudio se trabaja con la edición CORTÉS. Hernán. Cartas de relación. Lugar no especificado: Red ediciones S.L., 2012, p. 62.

38

traído...(315)

Otra escena que quisiéramos señalar con espacial interés es la que describe los hechos relacionados con la matanza de Cholula. Otra vez parece que Cortés se aprovecha de la figura de Malinalli. Esta vez su intención es aun más evidente, pues necesitaba demostrar que tomó la decisión de la matanza de forma urgente e indispensable y, además de, disipar cualquier duda sobre lo acertado de su actuación y eliminar así un conflicto hipotético entre él y el emperador lo que impide sus planes de conquistar el imperio azteca. La figura de Malinalli es un elemento clave en la historia defendida por Cortés, ya que era la pieza principal mediante los españoles se enteraron del plan tramado por los aztecas. El ataque de los españoles, se justifica por ser una defensa propia:

Y estando algo perplejo en esto, a la lengua que yo tengo, que es una india de esta tierra, que hube en Potonchán, [...] le dijo otra natural de esta ciudad cómo muy cerquita de allí estaba mucha gente de Motezuma junta y que los de la ciudad tenía fuera sus mujeres e hijos y toda ropa y que había de dar sobre nosotros para matarnos a todos y si ella se quería salvar que se fuese con ella, que ella la guarecía; la cual lo dijo a aquel Jerónimo de Aguilar, lengua que yo hube en Yucatán de que así mismo a vuestra alteza hube escrito, y me lo hizo saber. Y yo tuve uno de os naturales de la dicha ciudad que por allí andaba y le aparté secretamente que nadie lo vio y le interrogué y confirmó con lo que la india y los naturales de Tascaltecal me habían dicho. (62)

A todo lo contrario, Bernal Díaz de Castillo79 casi siempre la llamará respetuosamente “doña Marina”. Con él los adjetivos que la califican son la nobleza, la piedad y la compasión por los demás. Muy interesante para nuestros propósitos es una

79

En este estudio se trabaja con la edición DÍAZ DEL CASTILLO, Bernal. Historia verdadera de la conquisat de la Nueva España, vol. I. Lugar no especificado: Red ediciones S.L., 2012.

39

escena en la que el cronista-soldado atribuye a Malinalli incluso características varoniles:

..., y digamos cómo doña Marina, con ser mujer de la tierra, qué esfuerzo tan varonil tenía que con oír cada día que nos habían de matar y comer nuestras carnes, y habernos visto cercados en las batallas pasadas, y que ahora todos estábamos heridos y dolientes, jamás vimos flaqueza en ella, sino muy mayor esfuerzo que de mujer. (168)

A parte de dichas cualidades Díaz del Castillo subraya su importante actuación en ele papel de intérprete. Ya no es un sujeto pasivo y vacío, como lo vimos en los informes de Cortés, sino es ella que actúa y que mediante sus palabras consigue que las cosas se mueven tal como se desea: «...y la doña Marina fue y les habló de tal manera que lo sabían muy bien hacer...».(208) En el discurso de Díaz y del Castillo podemos observar como de una de las veinte esclavas Malinali pasa a ser el agente diplomático que oficialmente representa a los extranjeros –algo que podía resultar extraño, pues hasta hoy en día el mundo de la política y diplomacia es más bien masculino:«–y luego mandó a doña Marina que llamase a los caciques y papas allí donde estaban...».(204) Bernal del Castillo a diferencia de Cortés le reconoce a Malinalli el gran prestigio que conforme sus palabras tenía entre los indigenas: «...y la doña Marina tenía mucho ser y mandaba absolutamente entre los indios en toda la Nueva España.»(98)

Resumiendo, la visión que de ella tuvo o quería mostrar Bernal Díaz, es de una mujer respetuosa, fuerte, inteligente con muchas capacidades diplomáticas que manejaba con manera natural. Además hay que añadir mucha fuerza interior que inspiraba y apoyaba a los españoles en sus momentos más críticos.

Por respecto a la obra de Francisco López de Gómara80, se puede observar una diferencia. El cronista parece ser menos expresivo en cuanto a Malinalli que Bernal Díaz

80

En este estudio se trabaja con la edición LÓPEZ DE GÓMARA, Francisco. Historia general de las Indias y Vida de Hernán Cortés: Historia de la conquista de México. Venezuela: Biblioteca Ayacucho, 1979.

40

del Castillo. La figura de Malinalli vuelve a ser mencionada sólo como el medio de comunicación entre los españoles e indígenas tal como lo vimos en los informes de Hernán Cortés. Aunque la información es escasa, hay una escena que merece ser citada por documentar el momento importante del cambio de estatus social de Malinalli. En esta escena el cronista reconoce a Malinalli el importante cargo que le fue otorgado por el mismo capitán que también le promete la libertad:

...una de aquellas veinte mujeres que le dieron en Potonchán, hablaba con los de aquel gobernador y los entendía muy bine, como a hombres de su propias lengua; así que Cortés la tomó aparte con Aguilar, y le prometió más que libertad si le trataba verdad entre él y aquellos de su tierra, pues los entendía, y él la querría tener por su faraute y secretaria. (46)

Para concluir podemos decir que por un lado tenemos la imagen trazada por Hernán Cortés que casi por completo calla todo lo concerniente a la Malinalli, con que su figura utiliza conforme sus propios intereses, y por el otro, la imagen proporcionada por los cronistas, Bernal Díaz del Castillo y Francisco López de Gómara a pesar de que el estilo y la manera como hablan sobre Malinalli sea diferente, ambos le parecen reconocer su importancia que le pertenecía por de faraute servir al Cortés y su empresa.

2. 2. 2 La visión indígena

Por ahora nos hemos movido exclusivamente a través la documentación de los cronistas españoles. Para tener una visión más completa de la vida de la Malinche y tal vez para empezar a comprender su postura ante la conquista del Imperio azteca, sería deseable completar el retrato que hemos obtenido de estos cronistas con la visión que de ella se deduce en las fuentes indígenas. Estas fuentes no solían figurar en las investigaciones ni los estudios que trataban sobre la conquista del territorio del Imperio azteca, como si no existiera otro punto de vista que no fuera el de un español, pero en los últimos años hubo un cambio a favor de los testimonios indígenas. Gordon Brotherston es uno de los primeros autores que subraya su importancia para el estudio de la conquista y la posterior colonización del Imperio azteca. A la vez avisa que es un campo poco estudiado y que se 41

merecía pena poner más hincapié sobre todo a los códices ya que es un material exclusivo para completar y reconstruir los hechos ocurridos. Entre las principales fuentes indígenas en las que aparece de manera gráfica la figura de la Malinche se suelen nombrar estos: las láminas del Códice florentino, el Manuscrito del apareamiento, el Códice de Tlaxcalason, el Códice de Tizatlán, el Lienzo de Tlaxcala y los textos de Tlaxcala. Las fuentes indígenas las podemos dividir en dos tipos, en las que:

pertenecieron al imperio Tenochtitlán […] y las que generaron sus textos desde la alianza que se formó en contra del imperio…81

Entre las primeras, hay una aparente diferencia en cuanto a la Malinche, y aquella se deja notar «en el grado de hostilidad que se expresa hacia su persona82». Pues, teniendo en cuenta las circunstancias de la preferencia política, no sorprende que los leales del imperio de Tenochtitlán «dejan entender una fuerte desaprobación al comportamiento de Malintzin y un resentimiento vivo del poder que ejerció con y aun sobre Cortés,...83» mientras que los leales de la causa antimexica y los aliados de Cortés presentan a la Malinche «como señora indígena ejemplar que ya sabe operar y manipular los nuevos valores políticos y religiosos del momento.84»

De entre los testimonios indígenas que mostraron simpatías hacia la capital del Imperio y a Moctezuma destaca el Códice florentino. Este fue recogido por Bernardino de Sahagún en el Libro XII de la Historia verdadera de las cosas de la Nueva España y narra los acontecimientos desde la llegada de los españoles a la costa de Veracruz en abril de 1519 hasta la derrota de la capital del Imperio azteca en agosto de 1521. En total ahí, la figura de la Malinche aparece 885 veces. Se declara un gran protagonismo de la Malinche 81

82

83 84 85

MONTAUDON, Yvonne. Doña Marina: las fuentes literarias de la construcción bernaldiana de la intérprete de Cortés [online]. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2007, p.2. [citado 201522-3]. Disponible en . BROTHERSTON, Gordon. “La Malinztin de los códices”. En: GLANTZ, Margo. La Malinche, sus padres y …, po.cit., p.19. Ibid. Ibid. Salimos de la investigación de G. Brotherston, por otra parte Yvonne Montaudon menciona que su figura aparece solamente 5veces hecho que sorprende dado que ella basa su estudio principalmente en la

42

en los acontecimiento importantes sin dejar reflejar los sentimientos hacia su persona, por ejemplo la hostilidad que como especifica C. H. González se deja notar en las «acusaciones, si bien sutiles, de traición, prepotencia, codicia.86» Mayor hincapié querremos poner especialmente en dos imágenes. La primera documenta y revela el primer encuentro entre Cortés y Moctezuma (fig. 187). La figura de la Malinche domina toda la escena del cuadro. Se halla en el centro de la imagen dejando al lado de, en las mismas orillas del cuadro, a los jefes de los bandos enemistados. La intérprete aparece con la cabeza girada hacia el emperador azteca vistiendo «un traje espléndido para la ocasión88» y con el pelo recogido en dos trenzas que «forman dos molotes en la parte superior de la cabeza, reproduciendo la forma más característica del glifo “mujer”.89» En la imagen siguiente (fig. 2) se revela como la Malinche desde una azotea en Tenochtitlán, pide a los mexicas que traigan comida al ejército de Cortés y sus aliados. La Malinche vuelve a ocupar el centro del cuadro, dejando al lado a Cortés que aparece «disminuido, con aire impotente.90» La figura de la Malinche está envuelta en las volutas, los signos que representan el acto de habla. Sin necesitar una mirada más profunda, desde estas secuencias se deja ver que la Malinche representa a una figura clave, sin la que la comunicación entre el bando Cortesiano y los indígenas era imposible. A veces incluso su figura supera y hace sombra a la figura del capitán de los conquistadores. Como hemos aludido más arriba, en el Códice florentino se manifiestan fuertes sentimientos de rencor que los indígenas sintieron hacia la Malinche por defender los intereses de los extranjeros. He aquí un trozo del intercambio que se dio entre los vencidos y Cortés, dónde se alude al deseo material que según este testimonio Malinche compartió con el conquistador. No cabe duda de que el intercambio fue recogido de una manera intencionada por el propio cronista mexica:

Entonces volvió a hablar Malinztin: “Dice el capitán:

investigación realizada por G. Brotherston. GÓNZALEZ HERNÁNDEZ, Cristina. Doña Marina (la Malinche) …, op.cit., p.221. 87 Véase el anexo de este trabajo. 88 BROTHERSTON, Gordon. “La Malinztin de los códices”. En; GLANTZ, Margo. La Malinche, sus padres y …, op.cit…, p. 20. 89 MONTAUDON, Yvonne. Doña Marina: las fuentes literarias de la construcción, op.cit., p.3. 90 Op.cit., p.20. 86

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'producirán doscientas piezas de oro de este tamaño”, e hizo el tamaño con sus manos, haciendo un pequeño círculo. Y contestó el otro: “Tal vez alguna mujercita [ciualtzintli] las metió debajo de la falda; se buscarán; él las encontrará.91

El mapa de Tepetlán (fig. 3) es otro testimonio indígena que a todo lo contrario que hemos visto en él anterior muestra a la Malinche bajo una luz mucho más favorable. En este documento se capta el momento en el que la intérprete indígena recibe un tributo de más valor que Cortés «ochenta pavos, tres collares de oro y una rica manta.92» Según las características de la documentación de los indígenas que solían señalar la importancia de las personas mediante el tamaño, se manifiesta que los protagonistas de esta escena son la Malinche y el emisario de Tepetlán. Ellos son los únicos que tienen delante de la boca las volutas que indican que solamente aquellos son los que hablan. Esta escena capta a Cortés en la posición sentada hallándose al lado de la escena principal y girando la cabeza hacia la Malinche, su intérprete. Alejado de la acción principal más parece como a un observador que el líder de la comunicación93.

Hay que mencionar que en el sentido común indígena la Malinche fue y es para siempre vinculada e identificada con el capitán de los españoles. La identificación con él, paso incluso hasta tal punto de que su persona se vio metida en varias causas y pleitos en los que ella misma no figuraba personalmente94. Uno de estos ejemplos muy evidentes es el hecho que fue documentado en el Manuscrito del aperreamiento (fig. 4). Aquí se narra la violencia que se cometió a siete principales de Coyoacán que, obviamente, fueron llamados por H. Cortés con un pretexto falso. Se suponía que se les había invitado a una reunión con objetivos de la instrucción en la doctrina cristiana. El manuscrito culpa a H. Cortés y vemos a la Malinche como su cómplice a pesar de que no hay datos que demostrasen que estuviera presente en este suceso o que tuviera algo que ver con este

91

92 93

94

DIBBLE, Charles; ANDERSON, A.J.O. The Florentine code: Book XII En: G. BROTHERSTON, Gordon. “La Malinztin de los códices”. En: GLANTZ, Margo. La Malinche, sus padres y …, op.cit., p. 21. GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, Cristina. Doña Marina (la Malinche) …,.p.222. BROTHERSTON, Gordon. “La Malinztin de los códices”.En: GLANTZ, Margo. La Malinche, sus padres y …, op.cit., p. 23. Ibid., p.21.

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complot.

En lo concerniente a las fuentes indígenas hay que añadir que sin depender de las preferencias o de las simpatías políticas que los autores de las fuentes tomaban hacia un lado u otro, parece que para los cronistas indígenas la Malinche no existió antes de que la embarcación española arribase desde Cuba a las orillas de Tabasco.95 Así que, para resolver las discrepancias relacionadas con la vida que la Malinche tuvo antes del contacto con los españoles, no parecen servir mucho. No obstante, se manifiesta otro dato de mucha importancia no documentado por los historiadores españoles. Pues si en las crónicas españolas no se pone en evidencia la importancia de la Malinche y su mayor significación en la caída de la hegemonía de Moctezuma, los cronistas indígenas de ambos lados parecen: «…estar de acuerdo respeto al privilegio y el poder que la Malinche ostentó durante la empresa,»96 ya que en muchos de estos pictogramas figura como un personaje importante, incluso más importante que Cortés y al nivel de Moctezuma, caracterizado por las volutas de la palabra, y sin aparentes signos negativos reconociéndola un estatus social elevado – de otras palabras es una imagen más cercana a la que dibuja Bernal Díaz que Hernán Cortés en su correspondencia al emperador Carlos V.

Por los testimonios indígenas podemos empezar a hacer una interpretación mucho más compleja aunque sigue siendo muy amplia. No se pude sino estar de acuerdo con G. Brotherson al hablar de las fuentes indígenas gráficas:

en el lenguaje visual tan elocuente de estas fuentes, la enigmática Malintzin adquiere rasgos reconocibles y altamente sugerentes, que se leen por encima de diferencias políticas internas.97

Al contrario del lenguaje escrito el lenguaje visual ofrece posibilidades de completar las omisiones de la historia occidental.

95 96 97

MONTAUDON, Ivonne. Doña Marina: las fuentes literarias..., op.cit., p. 2. Ibid. BROTHERSTON, Gordon. “La Malinztin de los códices” En: GLANTZ, Margo. La Malinche, sus padres y …, op. cit., p.28.

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III. SOBRE LA REPRESENTACIÓN DE LA FIGURA DE MALINALLI / LA MALINCHE EN LA DRAMATURGIA MEXICANA DEL SIGLO XX

El dramaturgo no es el esclavo sino el intérprete del acontecimiento histórico. Rodolfo Usigli

Al observar la situación en la escena mexicana de la segunda mitad del siglo XX llama la atención cuantos dramaturgos abordan el tema de la Conquista. Se plantea entonces la pregunta: ¿Dónde surge este interés? Heidrum Adler relaciona la reaparición del tema de la Conquista con la crisis de la identidad nacional por la que pasaba la sociedad mexicana en aquella época, y es cuando había la necesidad de revisar los mitos consagrados por la ideología nacional:

Todas estas producciones coinciden con un momento de la historia mexicana en el que la “identidad nacional”, está en el centro del debate político y cultura, un momento en que la sociedad mexicana está puesta en tela de juicio.

Los mitos, portadores de las creencias y virtudes de la sociedad a partir las cuales ella misma se define y defiende ante las otras sociedades, tenían en el trance de la transformación de la sociedad mexicana un papel primordial. Los antiguos mitos creados por y para las exigencias de las realidades anteriores, eran revisados y reconstruidos bajo la batuta de los requerimientos de la nueva sociedad. La reconstrucción de estos mitos trae consigo nuevas preguntas que la sociedad, y por ende dentro de la misma, los dramaturgos, habrían que enfrentar, como lo señala Lezamo Lima: 46

Todo tendrá que ser reconstruido, inventado de nuevo y los viejos mitos, al reaparecer de nuevo, nos ofrecerán sus conjuros y sus enigmas con un rostro desconocido. La ficción de los mitos son nuevos mitos con nuevos cansancios y temores.98

Respecto a nuestro estudio hay que señalar que la producción de la dramaturgia mexicana de la segunda mitad del siglo XX, aparte de coincidir con el momento de la transición de la sociedad, poseía otra peculiaridad en común, y esa es la constante presencia del personaje mítico llamado “la Malinche“. Cabe señalar que esta figura mítica (la Malinche) reaparece en la escena, representando diversas roles: «desde el mito de la “Chingada”, hasta el de “Supremo Mediador”99», especifica el reconocido investigador del teatro mexicano Daniel Meyran. Siendo el propósito principal de estos autores reaccionar al cambio por el cual pasaba la sociedad de sus tiempos, eran casi obligados a reaccionar también a los cánones que la(s) sociedad(es) anterior(es) había(n) establecido, y de allí la necesidad de abrir un diálogo con los autores que les precedían. Como indica Adler Heidrun: «Una obra de teatro se inserta siempre en un entorno social e histórico. Responde a obras anteriores y anticipa la siguiente»100, y agrega:

Las historias que nos cuenta el teatro son siempre las mismas: el conjunto de situaciones conflictivas es limitado. Con todo, cada época tiene su manera específica de sentirlas y representarlas.101

Sandra M. Cypess señala que hay dos tendencias que los autores parecen seguir especificando que unos autores al establecer el diálogo con los textos existentes:

98

99

100 101

LIMA, Lezama. La expresión americana. Santiago de Chile, 1969, p. 16. En: MEYRAN, Daniel. “Representar el pasado es repasar el presente o Las recuperaciones del mundo precolombiano y colonial en el teatro mexicano contemporáneo” En: ADLER, Heidrun; CHABAUD, Jaime. Un viaje sin fin. Teatro mexicano hoy. Vervuert: Iberoamericana, 2004, p. 43. MEYRAN, Daniel. “Representar el pasado es repasar el presente o Las recuperaciones del mundo precolombino y colonial en el teatro mexicano contemporáneo”. En: Ibid., p. 49. HEIDRUN, Adler. “Prólogo”. En: Ibid., p. 13. Ibid.

47

... repiten la ideología oficial canónica, mientras otros por medio de esta misma intertextualdidad cuestionan la cultura oficial y problematizan la representación.102

Sandra M. Cypess designa con el término de drama patriarcal, las obras de los autores que repiten el canon oficial, mientras que a los que se oponen a dicho canon, con el del drama polifónico. Cabe volver a mencionar lo que señalamos en el primer capítulo y eso es que a partir de los años 70 se da el aumento de los autores que proponen nuevas interpretaciones y ponen en cuestión la representación de las figuras míticas presentadas por la cultura oficial. A modo de evocar el contexto histórico, aprovechamos las palabras de Ludovica Paladini:

...a partir de los años 70 del siglo pasado empiezan a desarrollarse formas culturales de oposición. En particular, surge un interés por parte de la literatura [...] por

reivindicar

el

papel

de

la

Malinche

y,

consecuentemente, el estatuto ontológico del ser femenino en su complejidad, oponiéndose a la perspectiva androcéntrica y a los viejos paradigmas patriarcales, para describir el verdadero rostro de la feminidad detrás de las máscaras y de los prejuicios.103

Sería interesante examinar de qué manera estos autores trabajan con el papel de Malinalli, como la figura literaria, para cambiar su representación mítica en la sociedad mexicana. Siguiendo dichos intereses, en este capítulo se propone estudiar la figura de Malinalli en la dramaturgia mexicana a partir de dos textos que estuvieron escritos en la década de los 70, concretamente se tratará de los dramas El eterno femenino (1976), de Rosario Castellanos y La Malinche Show (1979) de Willebaldo López. Antes de pasar a este punto sería útil también presentar la imagen que defienden los dramaturgos 102

103

M. CYPESS, Sandra. “Revisión de la figura de la Malinche en la dramaturgia mexicana contemporánea”. En: GLANTZ, Margo. La Malinche, sus padres y sus hijos. Op.cit. p.274. PALADINI, Ludovica. “El viaje de la Malinche en el teatro mexicano actual: el hiriente retrato de Jesusa Rodríguez”. Les Ateliers du SAL [online]. 2012, nº 1-2, p.133. [citado 2015-28-4]. Disponible en: .

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patriarcales. A modo de ejemplo vamos a utilizar la imagen que proporcionan en sus obras dos autores de especial relevancia en el contexto de la literatura latinoamericana: La Malinche (1958) de Rodolfo Usigli y Corona de Fuego (1960) de Celestino Gorostiza.

3.1 Sobre la figura de Malinalli/ la Malinche en el drama patriarcal

Antes de empezar, es necesario mencionar que tanto Rudolfi Usigli como Celestino Gorostiza se podían catalogar dentro de la dramaturgia que se caracterizaba por ofrecer una nueva visión sobre la historia y proponía una revisión de los mitos consagrados por la ideología nacional, sin embargo, –respecto a nuestro tema– ni Usigli ni Gorostiza no consiguen cumplir con su propósito de liberar a la figura mítica de la Malinche de los paradigmas institucionales, como señala Cristina González:

...a pesar de sus críticas a las directrices nacionalistas oficiales, no consiguen su propósito de renovación y, si bien con su sello personal, recrean los viejos arquetipos y paradigmas. 104

En lo concerniente a la figura de Malinalli, tanto en la obra de Rodolfo Usigli como en la de Celestino Gorostiza se repiten los tópicos oficiales. Por un lado, la figura mítica de Malinalli representa la «voz impura, la voz traidora105» que traiciona a sus “hermanos de raza “por amor y/o por pasión que siente por el capitán de los españoles, y por el otro, personifica la mujer abandonada, sumisa y traicionada por el hombre que ama:

MALINCHE.– (...alarmada) ¿Su esposa? ¿Ha dicho que viene hacia aquí su esposa? CUAUHTÉMOC.– (disimulando) No estaba prestando atención; y como todavía no entiendo muy bien algunas cosas...

104 105

GÓNZALEZ HERNÁNDEZ, Cristina. Doña Marina..., op.cit., p. 164. USIGLI, Rodolfo. Corona de sombra. Corona de fuego. Corona de luz. México: Porrúa ,1983. p. 124.

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MALINCHE.– ¡Sí! Dijo que ha llegado a Texcoco y viene hacia Coyoacán. ¿Por qué no me dijo nada? ¿Por qué esta traición y este engaño? CUAUHTÉMOC.– (Tratando de calmarla) Nunca oí decir que fuera casado. MALINCHE.– ¡Yo sí! ¡Lo he sabido siempre! ¡Pero jamás esperé que se atreviera a hacerme esta afrenta!106

Estas dos características de la mujer que traiciona por amor o que está traicionada por el que ama, se le habían asignado a la figura de Malinalli a partir de la Independencia de México. Usigli y Gorostiza parecen continuar con el estereotipo ya establecido. En este aspecto no proporcionan cambios ni otras interpretaciones de dicha figura, sin embargo su obra proporciona innovación en otro enfoque. Es muy significativo como ambos autores “tocan“ el mito de la “Chingada” inmortalizado en el ensayo del Laberinto de la soledad, que tiene su impacto en el aspecto de la identificación que su autor, Octavio Paz, establece entre la figura de Malinalli y la Madre de la raza mexicana. Malinalli en la versión de Octavio Paz107 es la madre no querida, al contrario de la figura de la madre ideal representada por la Virgen de Guadalupe, ella es una madre incómoda, porque siempre recuerda aquel pasado doloroso para los mexicanos. En ella se une la sumisión, la violación, el abandono y el rechazo:

Y del mismo modo que el niño no perdona a su madre que lo abandone para ir en busca de su padre, el pueblo mexicano no perdona su traición a la Malinche. 108

Hay una tendencia notable que se puede observar en ambas obras y es la intención de transformar la visión negativa de la figura Malinalli-madre en una característica positiva, 106

107

108

GOROSTIZA, Celestino. La Malinche o leña está verde. En: Teatro mexicano del siglo XX, vol. 4 ,ed. de Antonio Magaña Esquivel. México: FCE, 1970. p. 361. Octavio Paz crear un paradigma entre la madre espiritual representada por la Virgen de Guadalupe y la madre material por la la Malinche. La primera es la madre ideal mientras que la otra es la madre odiada, por ser la que abandonó y la que traición a su raza. PAZ, Octavio. El laberinto de la soledad. Op.cit., p. 35.

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para destacar la importancia de “los hijos de la Malinche“, que todos los mexicanos mestizos, que tuvieron y tienen en la formación de la nación mexicana:

Cuauhtémoc: Y ahora, adiós, Malinztin, ojalá que en el fruto de tu prole el mexicano venza al español y el sentido de México perdure.109

Si Usigli, al principio del drama, no tiene una palabra buena al momento de referirse a la figura de Malinalli al referirse a ella como la voz que traduce, cambia de perspectiva al verla como la madre de la nación mexicana, hasta tal punto que este adjetivo justifica su traición y la libera de las acusaciones:

Doña Marina: Soy la madre de un mundo que aún no llega. [...] Yo sé que es fundir dos mundos en mi sexo y saberlo me basta y me exculpa y me salva.110 (p. 125)

Para alabar a la raza mestiza, se ven obligados a empezar por alabar a su madre. La figura de la Malinalli se define ella mismo de manera decisiva como la madre de la nación mexicana, que según Usigli es un acto que no ensucia sino eleva:

Doña Marina.– ...Mi destino, Cuauhtémoc, o me aterra: es el de una mujer en quien conquista y guerra fecundaron un vientre endémico y longevo, dieron vida y no muerte. Yo no caigo: me elevo.111

Es muy significativo que Cuauhtémoc, el padre espiritual de la nación mexicana, en la obra de Usigli se dirige a la figura de Malinalli por su nombre indígena Malintzin,

109 110 111

USIGLI, Rodolfo. Op.cit., p. 131. Ibid., p. 125. Ibid., p. 131.

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mientras que cuando el tlatoani112 mexica se referir a Cortés emplea el término de Malinche, tal como lo usaba Bernal Díaz del Castillo en su crónica, de esta manera rehúsa liberar a Malinalli del símbolo de “venderpatrias”. Según lo vimos definido por Octavio Paz. Una tendencia similar podemos observar también en la obra Celestino Gorostiza:

En mis entrañas empieza a moverse un ser [...] que quiere vivir y que da con la suya un nuevo sentido a mi vida [...] a él no lo puedo traicionar. ¡Por él viviré y lucharé contra todo y contra todos, a pesar de todas las amenazas, de todos los castigos, de todos los sufrimientos, hasta el martirio… hasta la muerte…!113

Ya no es la madre que traiciona y/o abandona a su hijo, sino por el contrario es una madre que está decidida a sacrificarse e incluso a entregar su propia vida a favor de él, lo cual –pensando en el contexto en el que la obra era escrita– es una actitud mucho más respetable para la sociedad mexicana. Los dos autores liberan a la figura de Malinalli del signo de la madre odioda, que abandona a su hijo al ser atraída por otro –el invasor extranjero– que le fue asignado por Octavio Paz. Sandra M. Cypess observa: «Ya no es la traidora sino la que cuida a su hijo mestizo. Ya no es la malinchista114», sin más bien, la liberaron para darle otro signo, el de la madre abnegada, que encaja mejor para las necesidades de la sociedad patriarcal de su momento. La liberación completa de la figura de Malinalli de todos los patrones de la ideología patriarcal, por ende, no se realiza. Su figura se convierte en otro estereotipo, en otro símbolo que va conforme la visión de la imagen femenina de la ideología patriarcal:

La Malinche se convierte en otra mujer hispánica, quien lo sacrifica todo por el hijo. No es la mujer rebelde, locamente enamorada del conquistador, pero la ideología subyacente es siempre una sola: la mujer cristiana, 112

113 114

Es una expresión náhuatl que al español se puede traducir como el “orador” y se utilizaba para designar al gobernante del imperio mexica. GOROSTIZA, Celestino. Op.cit., p. 358. M. CYPESS. Sandra. “Revisión de la figura de la Malinche …”, op.cit. En: GLANTZ, Margo. Op.cit., p. 280.

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hispánica, patriarcal.115

A modo de concluir podemos decir que en las dos obras se estudia la figura de Malinalli / la Malinche que representa principalmente dos roles: el de la traductora y el de la Madre. Ambos dramaturgos coinciden en que al momento de enfocarla como la voz de la Conquista, la presentan bajo luces muy negativas, mientras que al enfocar su papel de la madre de la nación mexicana, su mirada es mucho más compasiva. Por ese primer papel ella es rehusada mientras que por el segundo elevada. Si bien, en este aspecto Usigli y Gorostiza llegan a rescatar a la figura de la Malinche del símbolo de la madre odiada asignado por Octavio Paz, no lo consiguen con el papel de la mujer pasiva dependiente del mundo masculino tal como lo describe el mismo poeta en su ensayo.116 En fin un símbolo está reemplazarlo por el otro y la figura de Malinalli termina por llegar a representar la madre-abnegada, otro estereotipo y rol que la sociedad mexicana había impuesto a la imagen femenina:

El servilismo atávico de la mujer mexicana es a su vez consecuencia y motivo de la abnegación. El hecho de servir es para las mexicanas más que nada una actitud una filosofía; ellas no son serviles en cuanto que hacen esto o aquello en favor de otros, sino más bien en la medida en que sirven con todo su ser, es decir, en cuanto a los intereses de quienes las rodean.117

La nueva interpretación de Usigli y Gorostiza de la figura de la Malinche sirve de 115 116

117

Ibid. Nos referimos principalmente a esta parte de su ensayo el Laberinto de la soledad: «Sin duda en nuestra concepción del recato femenino interviene la vanidad masculina del señor — que hemos heredado de indios y españoles. Como casi todos los pueblos, los mexicanos consideran a la mujer como un instrumento, ya de los deseos del hombre, ya de los fines que le asignan la ley, la sociedad o la moral. Fines, hay que decirlo, sobre los que nunca se le ha pedido su consentimiento y en cuya realización participa sólo pasivamente, en tanto que "depositaria" de ciertos 12 valores. Prostituta, diosa, gran señora, amante, la mujer transmite o conserva, pero no crea, los valores y energías que le confían la naturaleza o la sociedad. En un mundo hecho a la imagen de los hombres, la mujer es sólo un reflejo de la voluntad y querer masculinos. » (pp 12-13). ALEGRÍA, Juana Armanda. Psicología de las mexicanas. México: Samo, 1975, p. 145. En: MAUGHAN, Rona Lee. “Cómplice de su verdugo: La representación de la mujer mexicana en El eterno femenino”. [online] Hybrido: arte y literatura. Año 3, nº 3, 1999, p. 80. [citado 2015-5-3]. Disponible en: .

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disfraz de la ideología patriarcal y el hecho de la recreación de los acontecimientos de la Conquista y las figuras claves de su momento funcionan para ofrecer al público una visión más positiva de la patria.

3.2 figura de Malinalli/ la Malinche en la dramaturgia de los años 70

La dramaturgia polifónica de los años 70 se puede comprender como la reacción de oposición al canon patriarcal. Entonces, si Rodolfo Usigli y Celestino Gorostiza. mitifican la figura de Malinalli para construir estereotipos sociales que sirviesen a los provechos de la patria, en la obras de Rosario Castellanos118 y Willebaldo López119 se observa un proceso contrario, ambos autores tratarán de desmitificar a la figura de Malinalli y de esta manera contribuir en la transformación de los cánones y símbolos establecidos por la ideología nacionalista. En este momento es importante aclarar que cuando Castellanos y López manifiestan dicho propósito de oponerse a los viejos paradigmas, al mismo tiempo aprovechan la figura de Malinalli para insertar sus ideas, como lo vimos en los dos dramas patriarcales. Entonces, se podría considerar que los símbolos tradicionales son reemplazados por otros. Sin embargo, es de suma importancia mencionar que en sus obras no se presenta “una verdad institucional“ sino «hay varias verdades incompatibles que los individuos llevan en sí. Puede existir “una posición autorial” pero “la verdad” no existe fuera del contexto de un diálogo específico entre varios hablantes120». De allí se explica, que en contraste con la interpretación de Usigli y Gorostiza que se limita a ver la figura de Malinalli en los tres roles tradicionales: la intérprete falsa, la amante abandonada y la madre abnegada; las obras de Castellanos y López difieren en cuanto a los enfoques y temas desarrollados: mientras que Castellanos en su obra trata de acercarse a la esencia del personaje de Malinalli y liberarlo de la visión masculina, López vuelve a tocar el paradigma que Octavio Paz establece en la figura de Malinalli y la entrega simbólica del país a los extranjeros. Es interesante, que si bien ambos autores proporcionan enfoques diferentes coinciden en emplear algunos recursos literarios para conseguir sus propósitos. Uno de ellos es que a diferencia de la manera tradicional de contar los accionamientos de la 118

119

120

En este trabajo se utiliza la edición CASTELLANOS, Rosario. El eterno femenino. En: FOSTER, David William (ed.). Literatura Hispanoamericana - Spanish American Literature: Una Antologia - An Anthology. United States of America: Taylor and Francis, 1994, En este trabajo se utiliza la edición WILLEBALDO, López. Malinche Show. [online] México: Contribuciones desde Coatepec, 2002, p. 120. Disponible en: . M. CYPESS, Sandra. “Re-visón de la figura de la Malinche”. Op.cit., p. 275.

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Conquista que consiste en “rescribir” o “recrear” la historia narrada por los cronistas e historiadores, Castellanos y López “resucitan” los personajes históricas del siglo XVI y los sitúan en el contexto de la época actual. El llevar a “los muertos vivientes” a la escena actual sirve a los autores para destacar la repetitiva apariencia y persistencia de los viejos paradigmas en la sociedad moderna.121

En el caso de El eterno femenino, Rosario Castellanos se aprovecha además de uno de los recursos fantásticos, el sueño, para hacer posible el encuentro entre personajes de diferentes tiempos históricos: el personaje principal Lupita se encuentra con la Malinche122 y otras seis figuras femeninas de la historia de México – «¡Solo tan pocas mujeres mexicanas que hemos pasado a la historia!123» comenta una de ellas, Josefa Ortiz de Domínguez– al ser llevada al museo de cera a través de un sueño que le provocó un aparato colocado en su secador de pelo cuando estaba en el salón de belleza. En ese sueño estas figuras de cera parecen tener un debate muy ardiente, Lupita, por su parte, se siente un poco confundida y no sabe identificar a estas mujeres históricas ya que su apariencia se ve deformada «porque nos hicieron pasar bajo las horcas caudinas de una versión estereotipada y oficial124» –explica sor Juana y a continuación propone la idea siguiente: «Cada una de nosotras escogerá un momento culminante de su vida. 125»para presentarlo a Lupita y facilitarle de esta manera su identificación. Conscientes de su imagen desfigurada por la historia oficial, deciden que esta vez: «vamos a presentarnos como lo que fuimos. O, por lo menos, como lo que creemos que fuimos.126» De esta manera Castellanos “otorgará” a esas figuras históricas una “voz propia” y posibilitará a la Malinche presentar los acontecimientos de la Conquista desde SU punto de vista, esto lo analizaremos más adelante, cuando trataremos de describir como su visión es muy diferente de la que se presenta en las obras patriarcales.

Por su parte, Willebaldo López usa un mecanismo mucho más visible mediante el cual resucita al personaje de la Malinalli se trata de:

121 122

123 124 125 126

M. CYPESS, Sandra. La Malinche..., op.cit., pp. 123-124. Tanto Castellanos como López llaman a a figura de Malinalli en sus obras la Malinche, para hacer más patente que no se trata de la figura histórico, sino de su reflejo mítico-legendario. CASTELLANOS, Rosario. El eterno femenino. Op. cit., p. 1048. Ibid. Ibid. Ibid.

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Una especie de telaraña maquinaria con partes muy viejas y otras nievas y modernas, llena gran parte del escenario. Toda esta maquinaria parece converger en dos brazos mecánicos que sostienen a una mujer viejísima que cuelga y que trabajosamente se sostiene en pie; su vestuarios es prehispánico y sus rasgos indígenas.127

Este monstruoso sistema mantiene en vida la figura “real” de Malinalli y hace resucitar la figura de Cortes para que ambos sirvan a los planes económicos del país. Mientras que Castellanos ubica a sus personajes históricos en un tiempo mágico, López trabaja con las figuras históricas, como si estas realmente recobrasen la vida y viviesen en la época moderna. Es muy interesante observar como Lopez deja a los propios personajes históricos cuestionar y criticar los símbolos que ellos mismos llegaron a representar. En la siguiente escena podemos ver como la Maliche comenta sin disimular su tristeza el cambio de perspectivas a las que su persona ha sometido a lo largo de los tiempos, desde la perceptiva halagüeña de Bernal Díaz del Castillo, por la imagen romántica de las novelas históricas, hasta la imagen espantosa relacionada con la figura legendaria de la Llorona y terminando por la visión negativa del malinchismo. Para el personaje es muy difícil identificarse con estas versiones de su figura.

CORTES ... Eres mi intérprete y mi favorita. MALINCHE (CON PESADUMBRE) Ya no soy nada de eso. Solo soy un horrible símbolo. ¿Nunca oíste hablar del malinchismo? [...] Por mucho que digan que fui la niña Malinalli, la despierta Malinche, la hermosa doña Marin. Ahora sólo soy un horrible espantajo. (134)

Otro rasgo característico para ambas obras es el notable empleo de la sátira, farsa y parodia que tanto Castellanos como López emplean como el principal instrumento para criticar las instituciones patriarcales y para contribuir al cambio de opinión de la sociedad

127

WILLEBALDO, López. Malinche Show. Op.cit., p. 120.

56

al respecto de las figuras legendarias y sus mitos consagrados. Para ilustrar esto se puede mencionar un fragmento de la obra deRosario Castellanos, que hace referencia a un episodios de la Conquista - concretamente a la famosa quema de las naves (1519)128. La autora se aprovecha de la historia descrita por algunos cronistas e historiadores, como Francisco López de Gómara o William Prescott, quienes elogian el ingenio y la perspicacia de Cortés al concebir «la audaz resolución de destruir la flota sin que el ejército lo supiese129», para parodiarla y crear otra versión donde los hechos son contados de manera muy diferente. Primero, el tono elevador de las crónicas cambia por el otro, el irónico, luego la propia quema de las naves no es el resultado de una brillante estrategia planeada por el capitán, sino es ocasionado por un simple descuido de un soldado. En contraste con las versiones oficiales presentadas por las crónicas, la versión de Castellanos cambia los hecho de manera que el episodio se convierte en una escena cómica y pone en ridículo al protagonista principal de las versiones oficiales y remarca la forma en que la traductora salva la situación:

CORTÉS.– ¡Ay, cuánto diera yo por tener en mis manos un momento, nada más que un momento, al marinero que se puso a fumar en la bodega del barco y se quedó dormido! MALINCHE.– Deberías ser más tolerante. El tabaco es un vicio que acaban de descubrir tus soldados. Es nuestra manera de corresponder el regalo de la sífilis que ustedes nos trajeron. CORTÉS.– ¡Pero producir catástrofe semejante! No quedó ni rastro de ninguna de las naves. MALINCHE.– Ni rastro de ese fumador, tampoco. Ese hombre podía hacer sido un testigo inoportuno. ¿Por qué no aprovechas esta circunstancia para hacer correr el

128

129

Se supone que al enterarse Cortes de la rebelión que se levantó entre sus soldados y que algunos de ellos planeaban volver a Cuba, decide destruir los posibles transportes y dejar claro a los rebeldes que no hay otra que seguir luchando bajo su mando. PRESCOTT, William. Historia de la Conquista. de México [online]. México: Impreso por Ignacio Cumplido, 1844. p. 267. [Citado 2015-23-4]. Disponible de: .

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rumor de que tú, tú, quemaste las naves? CORTÉS.– ¿Yo? ¿Para qué? MALINCHE.– Para cortar la retirada a Cuba. Hay en tu ejército muchos cobardes y uno que otro traidor que querían volver. Ahora no pueden hacerlo y no les queda más remedio que enfrentarse a los hechos. (1048)

Hasta aquí en lo concerniente a los recursos estilísticos empalados por Castellanos y López. En las siguiente lineas examinamos como estos autores trabajan con la figura de Malinalli en sus obras y que visiones proporcionan.

Rosario Castellanos a lo largo de su creación artística busca encontrar a la mujer auténtica que contraste con la imagen femenina establecida por la sociedad mexicana. Esta intención se puede observar también en la pieza El eterno femenino. En donde su intención es acercarse al mismo personaje de Malinalli para liberarlo de los estereotipos sociales. Al darle la voz propia a la figura literaria, le da la posibilidad de ofrecer su punto de vistas. En el fragmento de la quema de las naves se podía observar que en contraste a la versión oficial, el principal protagonista de la acción no es Cortés sino Malinche. Es ella quién viene con la idea de aprovecharse de aquella inoportuna situación en beneficio de Cortés. En esta escena destaca por su personalidad y un intelecto perspicaz. Dichas características también las demuestra en otro episodio de la obra, uno en el que Cortés le exige que le ayude a quitarse la armadura por el calor, ella a su vez niega obedecer respondiendo firmemente que no. A Cortés le sorprende su reacción negativa y le hace recordar que es su esclava, y por ende que tiene que cumplir sus mandatos. Ella asume su rol de cosa propia, pero exige entonces, ser utilizada en manera beneficiosa y le sugiere que aguante el calor y las molestias que le causa su armadura, explicándole que de esta manera se asemejan con más a un dios, como aquel cuyo regreso están esperando los indígenas:

CORTÉS.– ¿Cómo te atreves a decir no? ¡Eres mi esclava, mi propiedad, mi cosa! MALINCHE.– Soy tu instrumento, de acuerdo. Pero, al 58

menos, aprende a usarme en tu beneficio. [...] Si te despojas de ella los indios verán lo que he visto yo y me callo: que eres un hombre como cualquier otro. Quizás más débil que algunos. Armado te semejas a un dio. (1049)

Si la Malinche ayuda a Cortés a conquistar el imperio no lo hace por estar locamente enamorada de Cortés –una actitud típica para la versión patriarcal–, sino porque Moctezuma «es un amo cruel» y ella quiere librar la tierra de su tiranía. Entonces, más que a una amante que actúase por un sentimiento emocional, la Malinche de Castellanos es una mujer consciente de su valor como individuo y trata de utilizar su conocimiento político y cultural del país para destronar al tirano. Este aspecto se demuestra evidentemente en otro episodio cuando Cortés trata de abrazarla supuestamente con la intención de disfrutar el tiempo con ella. Ella a su vez forcejando por desasirse del abrazo le responde firme que en su situación –de encontrarse en la zona de los enemigos y con un ejercito que conste de unos tantos soldados que no se pueden comprar con las armas de Moctezuma –conviene no perder el tiempo y pactar con los tlaxcaltecas, como bien lo comenta:

CORTÉS.– (Lúbrico) ¡Malinztin! MALINCHE.– (Negándose, por ahora, a Cortés; prometiéndose para más tarde) Tienes prisa, recuerda. La situación de tus hombres es desesperada y los tlaxcaltecas son la única tabla de salvación. Recíbelos. Ellos te señalarán el camino seguro a Tenochtitlan. (1048)

Si Castellanos trata de acercarse a la mujer autentica para cuestionar la imagen femenina en la sociedad patriarcal, por su parte López vuelve a tocar el mito de la traidora, concretamente la entrega simbólica del país a los extranjeros representado por la entrega voluntaria de Malinalli a Cortés para cuestionar que los símbolos siguen siendo los mismo solo cambian de imagen. 59

Según Sandra M. Cypess, López consigue hacer la metáfora literal «Al tener las figuras históricas en el escenario que se representan a sí mismos en sus roles simbólicos.» Y continúa que «Su presencia irónica en el escenario indica que sus patrones de acción siguen existiendo en el México de hoy;...130» Pues de misma manera que en el siglo XVI la Malinche representaba «la puerta del país a las peores intenciones que vinieron del extranjero131», en la época moderna al ver se obligada a actuar en un programa de televisión llamado Malinche Show, para engañar a los mexicanos mostrándoles cosas bonitas fuera de su realidad y miseria, haciéndoles olvidar y quitar atención a los inversores extranjeros que vienen a invertir a México, de esta forma continúa sirviendo a «la conquista que viene desde fuera132». López en su obra Malinche Show plantea la historia de manera que la situación en que se encuentra la Malinche se repite para subvertir el atributo pasivo de la Chingada presentado por Octavio Paz:

La Chingada es aún más pasiva. Su pasividad es abyecta: no ofrece resistencia a la violencia, es un montón inerte de sangre, huesos y polvo. (35)

En esta obra cuando la Malinche se ve obligada a servir de nuevo a los intereses de una fuerza extranjera que intenta invadir el país, opone resistencia:

PRESTANOMBRES MUJER Últimamente te estás volviendo insoportable. Malinche. Debes cooperar un poco. MALINCHE ¿Les parece poco todo lo que les he ayudado, quinientos años? [...] Ya no les voy a ayudar más [...] (122)

130

131 132

M. CYPESS, Sandra. La Malinche in...., op.cit. pp. 129 - 130. El texto original: «By having the historical figures on stage represent themselves in their symbolic roles, López reverses the stylistic process of tropism, and in that way he shows the metaphor made literal. Their iconic presence on stage indicates that their patterns of action continue to exist in Mexico today;... ». p. 123. p. 134.

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Se rebela y se rehusa a servir de la madre del progreso:

PRESTANOMBRE DOS Tú eres la madre del progreso. PRESTANOMBRES MUJER La madre de la belleza de la mujer mexicana. PRESTANOMBRES UNO La madre de las fuerzas inversionistas del país MALINCHE ¡Ustedes no tienen madre! Y no quiero que la sigan teniendo. ¡Lo peor es que sigo pariendo gente como ustedes!¡Ya no quiero seguir pariendo más malinchistas! (124)

En la obra de López, la diferencia de la actitud entre hace cinco siglos atrás y ahora se debe a que cuando ella ayudaba a Cortés, lo hacía por el bien de su tierra: «Cortés me dijo que sus conquistadores eran lo mejor para mi mundo133» mientras que “ahora” está consiente de «la clase de porquería que representan» los “nuevos” invasores. Así que asume la traición de hace muchos años, pero no puede asumir una nueva traición en la que la obligan a participar:

Yo fui la que enseñó a Cortés como triunfar en estas tierras. ¡Soy culpable! Y ya no les voy a ayudar. ¡Ya no! (122)

.

En Malinche Show, la Malinche solo tiene una forma de escapar del sistema en el

que no quiere participar y es mediante la muerte. Sin embargo, esa Malinche de la obra despertada en el presente, se encuentra sujetada por dos brazos mecánicos que no le dejan moverse libremente, así que está impedida de quitarse su propia vida, en una situación similar se encuentra Cortés, el Capitán, mismo –que a diferencia de la Malinche no tiene

133

p. 123.

61

impedimento de movimiento algun, pero se encuentra metafóricamente atado por su propia cobardía y al intentar matar a la Malinche desfallece. Ambos personajes históricos resucitados y mantenidos con vida contra su propia voluntad, buscan entonces otras maneras de morir y encuentran una posible opción despertando al tlatoani mexica que duerme debajo de suelo. La Malinche convence a Cortés hacerlo. En esta escena se puede observar el intelecto agudo del personaje de la Malinche de López a la vez de la personalidad boba y cobarde otorgada a Cortés.

MALINCHE ¡Es él! ¡Es Cuauhtémoc! Seguro lo molestaste cuando pateabas. ¡Nos puede dar ayuda! CORTÉS (ATEMORIZADO) ¿Ayuda? Si nos ve nos va a matar. ¡Con todo lo que le hicimos! ¡Nos va a matar! MALINCHE ¿Y no es eso lo que queremos? ¿Morir? CORTÉS Ah, pues sí. (139)

Al final de la obra de López, la Malinche ya vieja y fatigada exige ver a su hijo, y le presentan al primer mexicano que encuentran en la calle, después de una plática con él, ella finalmente muere, con lo que pareciera que el Malinche Show que hacía posible que las fuerzas inversionistas extranjeras funcionaran también dejaba de existir, sin embargo el show continúa cuando ponen a Martín el “hijo de la Malinche” a mover la figura de su madre como si esta fuese una muñeca.

LOS PRESTANOMBRES LEVANTAN A LA MALICHE Y MARTÍN SE SIENTE EN LA SILLA PARA QUE SU MADRE LE SEA PUESTA SOBRE LAS PIERNAS. [...] TRILOGÍA ¡¡¡Malinche shoooow!!! (CON LOS BRAZOS ESTIRADOS SEÑALAN HACIA DONDE ESTÁ EL GRUPO DE MARTÍN CORTÉS) COROS [...]¡Aquí, aquí está la Malinche! ¡Véanla! Sigan 62

su ejemplo, sigan, sigan su traición (VEMOS MOVERSE A LA MALINCHE COMO UN MUÑECO Y LA ESCUCHAMOS HABLAR CON VOZ METÁLICA Y TIPLUDA. [...] VEMOS CÓMO ES OBVIAMENTE MOVIDA POR MARTÍN.) (155)

Para concluir podemos decir que Las Malinches presentadas por ambos autores de una u otra manera transforman y subvierten su imagen tradicional. Alejadas del concepto de la figura pasiva y sumisa, Las Malinches de Castellanos y López son mujeres de un carácter fuerte, dotadas de un intelecto agudo y capacidades de liderar. Se puede observar una semejanza entre estas Malinches y la figura dominate de Malinalli que figura en los códices indígenas. Mujer fuerte, que Aún con estas características no pueden ser liberadas “completamente” de los estructuras patriarcales, pues parece que todavía no tienen bastante poder para liberarse de la dependencia del otro. En El eterno femenino de Rosario Castellanos la vemos en la condición de la esclava de Cortés, aunque obviamente es ella quien maneja en esta relación. En el caso de Malinche Show de Willebaldo López, es esclava de “su” propio programa y de los intereses económicos del país. Y aunque se rebela y se rehusa participar en “el programa” termina por ser explotada por su propio hijo.

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IV. CONCLUSIÓN

A manera de conclusión vimos como el nombre y la imagen de la figura de Malinalli ha evolucionado empezando por la una imagen de una mujer con grandes capacidades comunicativas y un intelecto agudo anotada en la crónica de Bernal Díaz del Castillo, pasando por la mujer sentimental de rasgos y características occidentales que por su amor abandona su cultura y religión e incluso no duda en oponerse a “su raza” culminando de esta manera por verse como la traidora que destacan las novelas históricas, hasta llegar al siglo XX donde su imagen poseerá el signo sexual y representará a la mujer pasiva y no resistente, que dejó entrar a los invasores extranjeros y contribuyó de esta manera a la entrega de país. Al mismo momento se establecen en su figura símbolos opuestos que hacen de esta algo ambiguo, de ejemplo mencionemos el símbolo de Madre de la nación y el origen del mestizaje, la Madre que abandona a su hijo en busca de su padre o la Madre abnegada que vimos en las obras de Rodolfo Usigli y Celestino Gorostiza. Todas estas imágenes han sido elaboradas por la ideología patriarcal a la cual se opone la visión femenina, que presenta a Malinalli como a una mujer dotada de un intelecto político y estratégico que sabía cómo aprovechar la situación en beneficio propio. Esta visión la pudimos observar en las obras de Willebaldo López y Rosario Castellanos. Estos dos parecen ser los representantes de una nueva interpretación de esta figura mítica legendaria.

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V. RESUMEN

Malinalli / Doña Marina / Malintzin / la Malinche es sin duda una de los personajes históricos femeninos más interesante que la historia de México ha tenido. Mujer indígena de linaje noble que en su vida se vio obligada experimentar la condición de una esclava, primero en el hogar de los indígenas y luego en el “campo de batallas” en el hogar de los españoles. Otorgada junto con otras diecinueve indígenas y otros lotes a Cortés y sus soldados, poseía algo que la diferenció de los demás, el conocimiento de dos lenguas vernáculas el maya y el náhuatl. Por su capacidad de hacer posible la comunicación entre los españoles e indígenas, llegó a simbolizar la VOZ de la Conquista. Al analizar los testimonio de sus contemporáneos, pudimos observar que su voz o sus palabras junto con su imagen no aparece de tan manera como se podría considerar. También pudimos observar que cada uno de estos autores la describía de manera diferente, conforme sus intereses personales, como lo vimos en el caso de Bernal Díaz del Castillo o políticos que se reflejaban en sus informes. El lenguaje visual de los testimonios indígenas por su parte, posibilita otra manera de contar los hechos relacionados con la conquista. También ellos parecen cambiar la figura conforme al bando al que apoyaban durante la conquista, pero aun así –quizás por el apoyo visual– su figura pare ser más real. La diversidad de las opiniones establecidas ya inmediatamente de la conquista en lo concerniere a la figura de Malinalli se profundizaban a lo largo de los siglos, teniendo el mayor impacto en su imagen durante la época de la Independencia de México y Revolución del 1910, cuando se dio origen del mito negativo de la Malinche que fue difundido por dos siglo siguientes.

Su VOZ y PALABRAS han sido utilizadas para servir a los intereses de los otros, empezando ya por los cronistas hasta los dramaturgos de los dramas patriarcales. Una nueva interpretación parecen proporcionan los dramaturgos polifónicos, que tratan de liberar SU IMAGEN de las estructuras establecidas por la ideología nacionalista. Como pudimos observar estos autores usan su VOZ en contra de estas estructuras. La Malinche es ingeniosa, fuerte y se rebela contra los que la explotan. Y aunque –como pudimos observar– la Malinche no llega a liberarse, se inicia una nueva interpretación de la figura 65

de Malinalli y con ella también tal vez se da el inicio de una nueva interpretación de los roles tradicionales femeninos y masculinos establecidos por la sociedad.

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V. RESUMEN DE LAS OBRAS ANALIZADAS LA LEÑA ESTÁ VERDE (LA MALINCHE) de CELESTINO GOROSTIZA Es un drama histórico de tres actos que trata sobre la Conquista de México. La historia empieza con la llegada de la Malinche entre los españoles y termina con la llegada de la mujer legítima de Cortés, el nacimiento del hijo Martín Cortés y la muerte de Catalina. Durante todo el drama el mayor enfoque se concentra en la relación entre la Malinche y Cortés. Gorostiza aprovecha las escenas entre los amantes para hacer el análisis psicológico de sus personas.

CORONA DE FUEGO de RODOLFO USIGLI Corona de fuego junto con otros dos dramas históricos Corona de sombra y Corona de luz, compone una trilogía que trata sobre tres mujeres significativas en la históricas de México: La Malinche que figura en Corona de fuego, la reina Carlota, a su vez, es la protagonista de Corona de sombra y la última Corona de luz trata sobre las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Corona de fuego desarrolla la historia del viaje de los conquistadores españoles a Hibueras, donde se ejecuta la muerte de Cuauhtémoc.

EL ETERNO FEMENINO de ROSARIO CASTELLANOS Es una farsa que fue escrita a petición de los amigos de Rosario Castellanos. En la obra la escritora

se pone a cuestionar diferentes estereotipos establecidos por la sociedad

mayoritaria a la figura femenina, El personaje principal Lupita, mediante sueños que le provoca un aparato ajustado a su secadora de pelo “sueña“ sobre varias etapas tradicionales por las cuales pasa o se le hace pasar a una mujer: empezando por una novia inocente, pasando por mujer casada obediente y la madre abnegada hasta terminar en el rol de la viuda. Durante sus viajes fantásticos se encuentra con varios personajes femeninos históricos de México, que dialogan con ella sobre sus propias vidas, de esta manera Castellanos consigue abrir el debate sobre diversos temas relacionados con la figura femenina. Se percibe un intento de sacar a la mujer de los prejuicios de la sociedad al no seguir el camino pre trazado y tradicional de: boda - niños - muerte.

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MALINCHE SHOW de WILLEBALDO LÓPEZ La Malinche, una mujer viejísima, es resucitada en la época moderna para participar en “su” show y de esta manera servir a los intereses económicos del país distrayendo la atención del público y dejando que inversionistas extranjeros crezcan en poder en el país. La Malinche desde el principio de la obra muestra su actitud resistente en participar para dichos fines, prefiere morir. Por eso hacen despertar a Cortes, para que la conquiste de nuevo. El Capitán al despertar a la época moderna, muy lejana de la que conocía, está muy confundido. En este momento La Malinche le hace introducir al contexto histórico donde se encuentran y lo trata de convencer a que la mate, dado que ella misma no puede hacerlo porque su cuerpo está sostenido por una máquina que le impide el movimiento Al fracaso de Cortes, que es muy cobarde para culminar tal hecho, encuentra una posible opción despertando al tlatoani mexica que duerme debajo de suelo pero este, a su vez, no brinda la ayuda requerida. Al final de la obra de López, la Malinche ya vieja y fatigada exige ver a su hijo, y le presentan al primer mexicano que encuentran en la calle, después de una plática con él, ella finalmente muere, con lo que pareciera que el Malinche Show que hacía posible que las fuerzas inversionistas extranjeras funcionaran también dejaba de existir, sin embargo el show continúa cuando ponen a Martín el “hijo de la Malinche” a mover la figura de su madre como si esta fuese una muñeca.

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VII. FUENTES CONSULTADAS 7.1 FUENTES PRIMARIAS



BUSTAMANTE, Carlos María de. Cuadro histórico de la revolución de la América Mexicana. Carta diecinueve. México: IMPRENTA DE LA ÁGUILA, 1823.



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7. 2 FUENTES SECUNDARIAS



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MEYRAN, Daniel. “Representar el pasado es repasar el presente o Las recuperaciones del mundo precolombino y colonial en el teatro mexicano contemporáneo”. En: ADLER, Heidrun; CHABAUD, Jaime. Un viaje sin fin. Teatro mexicano hoy. Vervuert: Iberoamericana, 2004



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PAZ, Octavio. El laberinto de la soledad. [Online] España: Fondo de cultura económica de España, 1998 (segunda reimpresión). Disponible de: .



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WRIGHT, David. “Malinche / Marina / Malintzin / Mali:ntzin” [online] Disponible de: .

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VIII. APENDICE

Figura 1. Códice florentino.134

Figura 2.Códice florentino.135

134

135

MONTAUDON, Yvonne. Doña Marina: las fuentes literarias de la construcción bernaldiana de la intérprete de Cortés…, op.cit. “ANEXO”. Ibid.

74

Figura 3. Mapa de Tepetlán; detalle.136

Figura 4. Manuscrito del aperreamiento.137

136

137

La página web del sitio llamado PastPerfect. Disponible de: . MONTAUDON, Yvonne.…, op.cit.

75

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