Mensaje de

Esperanza A TEM “y seréis mis

testigos”

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Queridos amigos, El mundo necesita de testigos. Todos buscamos respuestas en nuestras vidas. Aún sin saberlo, estamos buscando a Dios. Pero necesitamos que otros nos indiquen el camino, para decirnos que Jesús es la respuesta a todos nuestros anhelos. San Pablo preguntaba, “Pero ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? (Rom 10, 14). Ser testimonio significa dos cosas: 1. Ver o ser parte de algo, ESTAR ALLí PRESENTE 2. Demostrar o dar prueba de lo que ha sucedido, testificar de aquello que HEMOS PARTICIPADO. Para ser testigos de Cristo necesitamos conocerle a Él primeramente, estar ALLí, con Él. Cuando los discípulos le preguntaron a Jesús: “¿dónde vives?” (Jn 1, 39), la pregunta no era relevante a información o dirección. Ellos querían saber quién era Él. Jesús lo había comprendido. Por eso no les respondió con una explicación teórica, o una descripción de su casa. Los invitó: “Venid y lo veréis” (Jn 1, 39) “Venid, seguidme, y veréis con vosotros propios ojos, quien Soy Yo”. Ser apóstoles no es cuestión de escoger, como seleccionar un trabajo en el periódico o elegir una carrera universitaria. Es un llamado. Forma parte de

Tenemos que ser testigos de Cristo, de su Amor sanador, de Su presencia. Tenemos que proclamar con nuestras propias vidas que El es el unico Camino verdadero que nos da la Vida, y la Vida en abundancia. EN ESTA EDICION 3 Fundamentos de Fe 4 Oración del Peregrino 5 Escritos Inspirados 6 Testimonio de Fe 7 Santos y Testimonios 8 Lugar de Peregrinación 9 Para meditar 11 Hacia la JMJ08

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Mensaje de

Esperanza A TEM “y seréis mis

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nuestra identidad. Jesús nos ha elegido para ser sus testigos, ser apóstoles. Pero nadie puede dar lo que no tiene. Es completamente imposible que podamos anunciar al Señor si no lo hemos encontrado en nuestras vidas, o más bien, si no hemos permitido que Él nos encuentre. Nuestro apostolado es auténtico sólo si nace de nuestro encuentro personal con Jesucristo y de nuestro deseo de ser santos. El Bautismo nos ha dado la misión de proclamar la Buena Nueva de Jesús y por ello nos convertimos en testigos. El Papa Pablo VI escribió en Evangelii nuntiandi: “El hombre contemporáneo escucha con mayor interés a los que pueden dar testimonio comparando a los que imparten enseñanzas —decíamos recientemente a un grupo de seglares—, si escuchan a los que imparten enseñanzas, es porque les presentan su testimonio” (n.41). Tenemos que ser testigos de Cristo, de su Amor sanador, de Su presencia. Tenemos que proclamar con nuestras propias vidas que Él es el único Camino verdadero que nos da la Vida, y la Vida en abundancia. Y es pues nuestra principal responsabilidad, la santificación propia. El primer campo de mi apostolado tengo que ser yo mismo. Sólo si verdaderamente he encontrado a Cristo, sólo si él se transforma en el centro y modelo de mi vida, sólo entonces podré anunciarlo a los demás. La tarea social más grande es la santidad ya que el mejor apóstol es el que es santo y son precisamente los santos quienes pueden cambiar el mundo para reformarlo. Y para ser santos debemos ser testigos, cooperando con Cristo en Su Misión. Por supuesto que esto no es una misión privada sino el ideal de toda la Iglesia. La Iglesia nos invita a participar en la aventura de la Nueva Evangelización, y hoy, en Sydney, la Iglesia nos invita a ser testigos de Cristo para los jóvenes del mundo. Respondamos con generosidad. Dejemos que la voz del Señor Jesús encuentre un eco en nuestros corazones: “¡Sed mis testigos… hasta los confines de la tierra!”.

Obispo Anthony Fisher OP

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Fundamentos de Fe Evangelización y testimonio

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La Primera Carta del Evangelista Juan inicia con la sensibilidad vivaz del amor sanador de Jesucristo que transforma hasta los cinco sentidos de sus discípulos, que sus gozos rebosantes fluyan y sean compartidos con los demás: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra.. os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros….(1 Juan 1, 1-4) Ese fuego para compartir con toda la humanidad, la proximidad de Dios, el amor y el poder a través de la persona, las obras y enseñanzas de Jesucristo, concede a los cristianos la gracia distintiva de energía y coraje “apostólicos”. Éste es el espíritu de estas Pascuas. En el Nuevo Testamento leemos de personas que después de vivir rodeados de aflicciones a causa del pecado, fanatismo y fueron radicalmente transformados al recibir al Cristo Resucitado y los dones del Espíritu Santo: los santos María Magdalena, Juan, Pablo y Pedro han sido infundidos con un sentido de haber sido enviados (Latin = missio) para anunciar y puedan dar un testimonio del evento que cambiará la vida, “Hemos visto al Señor”. (Jn 20, 18). La palabra Evangelio significa “buenas nuevas”. No se trata de un entretenido programa televisivo de noticias actualizadas, sino la convicción urgente y de gozo por noticias más extraordinarias que un perdón cuando falta sólo un minuto antes de la ejecución, o encontrar aún con vida a un niño que se daba por muerto o el inesperado indulto de un prisionero o su regreso de un exilio. Evangelización se deriva de la palabra griega que significa proclamar las buenas nuevas de Cristo, para invitar a otros a “ver”,

a aquel “Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos.” (Mt 28, 19-20), así como ordeno Jesús a sus mismos apóstoles en su Ascensión al Padre. Los cristianos de todas condiciones de la vida, edades, personalidades y trabajos, han compartido este impulso por proclamar la verdad de la “palabra de vida” que viene de Dios, Su obra salvadora en Cristo, así como en enseñar a los otros a conocerle y amarle a través de su propio ejemplo de amor, devoción y servicio. La evangelización, sin embargo, comprende más que sólo ir transmitiendo los detalles y hechos sobre Jesucristo o ser un excelente orador público. El cristiano sólo puede ser un testimonio verdadero de Jesucristo cuando logra entrar en Su vida de sacrificio y entrega misma de amor: con aquel que cargue con su cruz (Mt 16, 24), arriesgando así “perder todas las cosas”, convirtiéndose en santo y amando a Dios “hasta la muerte”. Los mártires cristianos son aquellos que fielmente, con gozo y amor enfrentaron su ejecución, sufrimiento y muerte al ser testimonio de Jesucristo y de su promesa de resurrección. Un importante documento en evangelización fue recientemente publicado por la Congregación de la Doctrina de la Fe. Haz clic aquí par accesar el documento

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Oracion del Peregrino

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Oración del Cardenal Newman Jesús mío, ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que yo vaya, inunda mi alma con tu Espíritu y tu Vida; penetra en todo mi ser y toma posesión de tal manera, que mi vida no sea en adelante sino una irradiación de la tuya. Quédate en mi corazón con una unión tan íntima, que las almas que tengan contacto con la mía puedan sentir en mí tu presencia y que, al mirarme, olviden que yo existo y no piensen sino en Ti. Quédate conmigo. Así podré convertirme en luz para los otros. Esa luz, oh Jesús, vendrá de Ti; ni uno solo de sus rayos será mío: yo te serviré apenas de instrumento para que Tú ilumines a las almas a través de mí. Déjame alabarte en la forma que es más agradable, llevando mi lámpara encendida para disipar las sombras en el camino de otras almas. Déjame predicar tu Nombre pero no con palabras, sino con mi ejemplo, con la fuerza de tu atracción, con la influencia compasiva de lo que hacemos y el amor evidente que mi corazón siente por Ti. Amén.

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Escritos Inspirados A

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Pasaje del Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI dirigido a los jóvenes del mundo en ocasión de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud (20 de julio 2007) Haz clic aquí par accesar el documento completo

Sin embargo, es necesario recordarlo una vez más, sólo podemos ser testigos de Cristo si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, que es «el agente principal de la evangelización» (cf. Evangelii nuntiandi, 75) y «el protagonista de la misión» (cf. Redemptoris missio, 21). Queridos jóvenes, como han reiterado tantas veces mis venerados Predecesores Pablo VI y Juan Pablo II, anunciar el Evangelio y testimoniar la fe es hoy más necesario que nunca (cf. Redemptoris missio, 1). Alguno puede pensar que presentar el tesoro precioso de la fe a las personas que no la comparten significa ser intolerantes con ellos, pero no es así, porque proponer a Cristo no significa imponerlo (cf. Evangelii nuntiandi, 80). Además, doce Apóstoles, hace ya dos mil años, han dado la vida para que Cristo fuese conocido y amado. Desde entonces, el Evangelio sigue difundiéndose a través de los tiempos gracias a hombres y mujeres animados por el mismo fervor misionero. Por lo tanto, también hoy se necesitan discípulos de Cristo que no escatimen tiempo ni energía para servir al Evangelio. Se necesitan jóvenes que dejen arder

dentro de sí el amor de Dios y respondan generosamente a su llamamiento apremiante, como lo han hecho tantos jóvenes beatos y santos del pasado y también de tiempos cercanos al nuestro. En particular, os aseguro que el Espíritu de Jesús os invita hoy a vosotros, jóvenes, a ser portadores de la buena noticia de Jesús a vuestros coetáneos. La indudable dificultad de los adultos de tratar de manera comprensible y convincente con el ámbito juvenil puede ser un signo con el cual el Espíritu quiere impulsaros a vosotros, jóvenes, a que os hagáis cargo de ello. Vosotros conocéis el idealismo, el lenguaje y también las heridas, las expectativas y, al mismo tiempo, el deseo de bienestar de vuestros coetáneos. Tenéis ante vosotros el vasto mundo de los afectos, del trabajo, de la formación, de la expectativa, del sufrimiento juvenil... Que cada uno de vosotros tenga la valentía de prometer al Espíritu Santo llevar a un joven a Jesucristo, como mejor lo considere, sabiendo «dar razón de vuestra esperanza, pero con mansedumbre » (cf. 1 P 3, 15).

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Testimonio de

Fe

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Brennan

Un seminarista de la Arquidiócesis de Perth

“Ese dia al retirarme de la iglesia para regresar a mi trabajo de voluntario, estaba seguro de haber sentido cuando menos lo esperaba, como Dios me hizo ver mas claramente lo que El tenia en mente para mi vida.” Yo formaba parte del grupo de australianos que iban de voluntarios a la pasada Jornada Mundial de la Juventud en Colonia. En ese momento de mi vida cuando debía decidir si responder a mi llamado al sacerdocio. Sabía que para entrar el siguiente año, tendría que comenzar el proceso de mi aplicación para el seminario en septiembre, justo después de la Jornada Mundial de la Juventud. En mi situación personal, la Jornada Mundial de la Juventud coincidía con exactitud y era la última oportunidad para pensar seriamente en entrar al seminario.

El viernes por la tarde, tenía disponible un tiempo libre de mi trabajo como voluntario así es que decidí ir al Vía Crucis. Desafortunadamente, debido al mal tiempo (relámpagos e inundaciones), tuvo que ser cancelado. Así es que me fui por la calle hasta una iglesia y me encontré con mucha gente allí adentro cantando y rezando frente al Santísimo expuesto. La iglesia estaba repleta y casi todos eran jóvenes arrodillados o sentados en el frío (y mojado) piso de laja. Me uní a ellos y un rato después, alguien se levantó para comunicar algo a todos. Esta persona dijo que era maravilloso ver a tantos allí y muchos querían aprovechar la oportunidad para confesarse. Y por esto mismo estaban haciendo un llamado a los sacerdotes allí presentes para asistir a los sacerdotes que ya estaban en los confesionarios, a quitarles un poco de la enorme carga. En ese instante, en aquel llamado desesperado por sacerdotes, sentí que realmente no sólo quería Dios que fuera sacerdote sino que también Él necesitaba que yo fuera sacerdote. Ese día al retirarme de la iglesia para regresar a mi trabajo de voluntario, estaba seguro de haber sentido cuando menos lo esperaba, como Dios me hizo ver más claramente lo que Él tenía en mente para mi vida. También, juzgando por la fotografía, podrás darte cuenta de lo que hice con mi vida después de aquella Jornada Mundial de la Juventud…

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Santos y

Testimonios

Beato Pedro To Rot

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Nació: en el pueblo de Rakunai cerca de Rabual, Papúa Nueva Guinea, en 1912. Murió: en un campo de concentración japonés, cerca de Rakunai, en abril o mayo de 1945. Día de su festividad: 7 de julio. Patrón de: Papúa Nueva Guinea, el pueblo melanesio, la JMJ08 Representación en arte religioso: joven melanesio llevando una pequeña cruz de madera. Pedro To Rot era hijo de Ángelo To Puia, el primer jefe católico de la tribu de Papúa Nueva Guinea y su esposa María. El padre de Pedro era un hombre admirable, quien fundó y apoyó la fe católica entre sus gentes. Los primeros misioneros europeos pensaron que Pedro tenía potencial para estudiar sacerdocio en Europa, pero Ángelo pudo ver sabiamente otras posibilidades en su hijo. Pedro estudió para ser líder laico y catequista. A sus 18 años discretamente demostró lo bien que podía enseñar a los demás, en su estudio y citas de las Escrituras, brindando apoyo pastoral y organizando la promoción de la fe en su comunidad. A los 24 años se casó con Paula Varpit, quien compartió su fe y juntos promovieron el trabajo de Pedro y cuidaron de sus dos pequeñas hijas. En 1942, durante la segunda guerra mundial en el Pacífico, la región de Pedro fue invadida por la armada imperial japonesa. Las

iglesias de chozas fueron destrozadas y los sacerdotes europeos y profesores fueron encarcelados. Pedro sin la ayuda de nadie enseñaba la fe, dirigía la oración, bautizaba, era testigo de matrimonios católicos y cuidaba de los atemorizados, los enfermos, los pobres y los moribundos. Pedro conocía bien los riesgos que representaban sus silentes esfuerzos por fomentar y dirigir el culto católico que iba en contra de las hostiles fuerzas ocupadoras. Estas autoridades, con el apoyo de algunos locales, intentaban ganarse el apoyo de los lugareños de la tribu animándoles a volver a la antigua costumbre de la poligamia (que permite a los hombres casarse con más de una mujer a la vez). Pedro expresaba vocalmente su oposición a esto y fue arrestado por fomentar la fe católica y por crear disturbios civiles.

con los católicos locales para que liberaran a Pedro. Sin embargo, como Pedro sospechaba, los invasores querían deshacerse de él para siempre. Testigos que presenciaron, informaron como una noche un médico japonés y dos oficiales, le rellenaron a Pedro la nariz y los oídos con algodón y le inyectaron un veneno que le lanzó al suelo en convulsiones violentas y asfixia mortal. Los oficiales devolvieron el cadáver de Pedro a su esposa que estaba encinta y al resto de su familia, con la mentira de que había fallecido a causa de una infección. Los lugareños enseguida se referían a Pedro en su propia lengua, como ‘el verdadero’ y ‘el mártir por la fe’. Pedro fue beatificado por el Papa Juan Pablo II cuando visitó Papúa Nueva Guinea en 1995. El Beato Pedro To Rot es uno de los diez patrones de la JMJ08.

Los otros jefes cristianos (metodistas) trabajaron junto

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Lugar de

Peregrinaje

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Monumento conmemorativo de los mártires coreanos Lugar: Montaña de los Mártires Jeoldusan, Cheon Jim Am (Provincia de Kyongi) y otros lugares en Corea. Uno de los lugares más conocidos de peregrinación, que honran a estos admirables primeros cristianos coreanos es la montaña de los mártires Jeoldusan en la provincia de Jeollando en las afueras de la capital coreana Seúl. Hoy en día la montaña conmemora las miles de personas que fueron torturadas y decapitadas durante 1866 cuando la reina intentaba “purificar la tierra coreana” de la presencia cristiana.

San Andrew Kim Dae-gon y San Pablo Chong La fe cristiana a menudo se refiere como nutrida y llena de vida, pero no gracias a riquezas materiales o éxitos mundanos sino por la “sangre de los mártires”. Desde 1800 han habido casi 10.000 mártires coreanos torturados y ejecutados en al menos 6 olas de persecución diferentes. Sus “testimonios” de amor a Jesucristo “hasta la muerte” son vitales para la fe y la identidad de los 4,5 millones de católicos actuales en Corea. Los santuarios y lugares del descanso final son atesorados por todos los coreanos: cristianos, budistas y laicos. Las primeras comunidades cristianas coreanas comenzaron como aquellas del primer siglo en la historia de la Iglesia. Las diferentes clases sociales nobles y campesinos se reunían a participar en hermandad de los servicios religiosos en las iglesias que habían establecido algunos fieles en sus hogares. El fundador de estas primeras comunidades católicas fue el diplomático y escolar Peter Lee Sung-hoon. Con su padre, Peter traducía y distribuía literatura católica adquirida durante sus viajes diplomáticos a Pekín. Muchos de los que esta pareja encontraba en el camino eran bautizados y convertidos a la fe cristiana por ellos. Durante los siguientes 70 años, el gobierno real coreano llevó a cabo una política de dispersión, persecución y matanza de los católicos coreanos tanto en la zona urbana como en la rural.

El lugar comprende un jardín conmemorativo con diseño coreano, destacándose un Vía Crucis (que une los sufrimientos de Cristo con sus discípulos coreanos), una estatua del primer sacerdote coreano y mártir, San Andrés Kim Dae-gon y un monumento conmemorativo del importante líder laico San Pablo Chong Ha-Song. El lugar también tiene una impresionante capilla blanca y el museo de los mártires que alberga miles de importantes reliquias sagradas y artefactos históricos que conmemoran las vidas y muertes de los primeros coreanos católicos. A una distancia más retirada de la capital queda el sitio de los mártires Cheon Jim Am, lugar de una de las terribles masacres de católicos coreanos. El pueblo de Icheon es especialmente venerado, siendo el lugar donde descansan los restos de St Kim Dae-gon y de aquellos que fueron ejecutados junto a él.

Los mártires de Corea (+ 1839-1867)

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El 20 de julio, el Papa Benedicto XVI dirigió un mensaje a los jóvenes del mundo en ocasión de la JMJ08. El Papa expresó: “Con mucho gusto os ofrezco con este mensaje un motivo de meditación para ir profundizándolo a lo largo de este año de preparación.” Tómense un tiempo para reflexionar en estas palabras, para meditar y responder a la invitación del Papa a explorar el tema de la JMJ08. Pasaje del Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI dirigido a los jóvenes del mundo en ocasión de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud (20 de julio 2007)

7. La necesidad y la urgencia de la misión Muchos jóvenes miran su vida con aprensión y se plantean tantos interrogantes sobre su futuro. Ellos se preguntan preocupados: ¿Cómo insertarse en un mundo marcado por numerosas y graves injusticias y sufrimientos? ¿Cómo reaccionar ante el egoísmo y la violencia que a veces parecen prevalecer? ¿Cómo dar sentido pleno a la vida? ¿Cómo contribuir para que los frutos del Espíritu que hemos recordado precedentemente, «amor, alegría, paz, paciencia, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí» (n. 6), inunden este mundo herido y frágil, el mundo de los jóvenes sobre todo? ¿En qué condiciones el Espíritu vivificante de la primera creación, y sobre todo de la segunda creación o redención, puede convertirse en el alma nueva de la humanidad? No olvidemos que cuanto más grande es el don de Dios –y el del Espíritu de Jesús es el máximo– tanto más lo es la necesidad del mundo de recibirlo y, en consecuencia, más grande y apasionante es la misión de la Iglesia de dar un testimonio creíble de él. Y vosotros, jóvenes, con la Jornada Mundial de la Juventud, dais en cierto modo testimonio de querer participar en dicha misión. A este propósito, queridos amigos, me apremia recordaros aquí algunas verdades cruciales sobre las cuales meditar. Una vez más os repito que sólo Cristo puede colmar las aspiraciones más íntimas del corazón del hombre; sólo Él es capaz de humanizar la humanidad y conducirla a su «divinización». Con la fuerza de su Espíritu, Él infunde en nosotros la

Con la fuerza de su Espiritu, El infunde en nosotros la caridad divina, que nos hace capaces de amar al projimo y prontos para a ponernos a su servicio. El Espiritu Santo ilumina, revelando a Cristo crucificado y resucitado, y nos indica el camino para asemejarnos mas a El, para ser precisamente expresion e instrumento del amor que de El emana (Enc. Deus caritas est, 33).

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caridad divina, que nos hace capaces de amar al prójimo y prontos para a ponernos a su servicio. El Espíritu Santo ilumina, revelando a Cristo crucificado y resucitado, y nos indica el camino para asemejarnos más a Él, para ser precisamente «expresión e instrumento del amor que de Él emana» (Enc. Deus caritas est, 33). Pero para lograr este objetivo, queridos amigos, sed santos, sed misioneros, porque nunca se puede separar la santidad de la misión (cf. Redemptoris missio, 90). Non tengáis miedo de convertiros en santos misioneros como San Francisco Javier, que recorrió el Extremo Oriente anunciando la Buena Noticia hasta el límite de sus fuerzas, o como Santa Teresa del Niño Jesús, que fue misionera aún sin haber dejado el Carmelo: tanto el uno como la otra son «Patronos de las Misiones». Estad listos a poner en juego vuestra vida para iluminar el mundo con la verdad de Cristo; para responder con amor al odio y al desprecio de la vida; para proclamar la esperanza de Cristo resucitado en cada rincón de la tierra.

“No olvidemos que cuanto mas grande es el don de Dios tanto mas lo es la necesidad del mundo de recibirlo y, en consecuencia, mas grande y apasionante es la mision de la Iglesia de dar un testimonio creible de el.”

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Hacia la

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G’DAY! El 6 de abril, celebramos ¡los 100 días que preceden a la JMJ08! Nuestra página web con su nueva presentación facilitará encontrar mayor información al entrar los datos de tus planes para la JMJ08. Continúa siempre pendiente para ver otras características que aparecerán en los meses siguientes. Estamos muy entusiasmados al estar tan próximos a la JMJ08, y les urgimos a todos a concretar sus inscripciones en Egeria. El Departamento de Inmigración de Australia desea procesar las visas lo más pronto posible, y te recordaré que esto se podrá hacer a través de Egeria sin importar que aún no hayas pagado la totalidad de tu inscripción. Los equipos de catequesis y de alojamiento de la

JMJ08 están trabajando en conjunto para la asignación de los lugares de alojamiento simple para peregrinos del paquete A. Nuestro objetivo es lograr que el viaje desde y para los lugares de tu catequesis sean lo más rápido y fácil posible para ti. Es un proyecto muy grande y a este punto estamos planificando que te enterarás del lugar de tu alojamiento a mediados de junio, dándote suficiente tiempo para explorar y planear tus viajes. Asegúrate de que tu nombre y tus datos hayan sido ingresados correctamente en el sistema de inscripción (sin errores) y que te encuentres unido a un grupo.

desarrollada como parte de la JMJ08. Si tú has asistido a una Jornada Mundial de la Juventud ya sabes que además de las otras cosas que te brinda esta peregrinación también te da la oportunidad de conocer a otra gente, intercambiar historias, discutir temas y establecer amistades para toda la vida. Estamos muy entusiasmados con la idea de crear este ambiente de redes sociales en línea al cual tú podrás pertenecer, además de muchísimas otras cosas más durante todo el año. Muy pronto vamos a dar los detalles para que tú puedas formar parte ¡y comiences a hacer amigos de todos los rincones del mundo!

Tal vez hayas leído sobre la página de internet de redes sociales Xt3 que está siendo

en mos e ! r e v ¡Nos y en 3 meses Sydne 1

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