MISIONEROS DE LA CARIDAD CONTEMPLATIVOS “Hacer cosas ordinarias con amor extraordinario para gloria de Dios”

Vía S. Agapito, 8 00177 ROMA- Italia Tel. 06/21707702 Fax 06/21707703 LSF (Laudetur Sacra Familia)

RETIRO EN RANCHI (INDIA), Mayo de 2012 Los LMC de la India tuvieron su retiro nacional en Ranchi, en el Estado de Jharkhand, cerca de 452 Km. al noroeste de Calcuta. En esta ciudad, Susan Minj, la asistente de la responsable nacional de los LMC, el jesuita P. Ephrem, el Director espiritual de la provincia y todos LMC de Ranchi acogieron a cerca de 200 LMC con sus responsables y Directores espirituales y otros Directores espirituales. Les estamos muy agradecidos por su calurosa bienvenida; que el Señor les recompense por su afectuosa generosidad. Los LMC procedían de diversas partes de la India, con culturas, lenguas y costumbres distintas. No todos los participantes hablaban inglés o indio. Sin embargo, todos conocían el lenguaje del amor, el cual ayudó a superar dificultades y pruebas, incluidas la inclemencia del tiempo y otras incomodidades. Noté, y de ello me siento muy feliz, que los LMC no fueron al retiro para lamentarse o censurar sino para aprender los unos de los otros cómo amar, aceptar y amarse mutuamente en el Señor para participar, compartir y enriquecerse recíprocamente. La norma que se siguió fue: “En las cosas esenciales debe haber unidad, en la duda libertad y en todas las cosas caridad”. En la India existen actualmente cerca de 50 grupos para un total de 800 LMC. Contrariamente a cuanto sucede en otros países, en la India, antes de iniciar un grupo de LMC es necesario contar con el permiso escrito del Obispo de la zona. El Obispo debe ser informado sobre la naturaleza y misión del Movimiento, de su estado jurídico, etc. En caso contrario, el Obispo no concede el permiso escrito requerido. Hasta el presente todos los grupos han conseguido la aprobación oficial del Obispo. El tema escogido para del retiro nacional fue: “Sed santos, porque yo, vuestro Dios, soy santo” (Lv, 9,2). Una vez más fuimos llamados a reflexionar sobre la razón por la que hemos sido creados, es decir, para “ser perfectos como lo es vuestro Padre celestial” (Mt 5,48), para ser santos como Jesús, María y José. Hay que incorporarse a la escuela de la santidad o a la escuela de Nazaret. Cuando se habla de escuela se sabe que es el lugar donde se continúa aprendiendo y que hay mucho que aprender y, por ello, se precisa tiempo. Efectivamente, se es alumno hasta el día de la muerte. Los distintos oradores hablaron del modo y los medios para alcanzar la santidad. En la exhortación apostólica “Christifideles Laici” leemos: “Actualmente tenemos una gran necesidad de santos, que debemos implorar a Dios con asiduidad” (16), porque “La santidad es el espléndido testimonio de la dignidad conferida al discípulo de Cristo (ibid). Todos los doce oradores de una manera u otra enseñaron

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los diversos caminos y significados para comprender el alcance de nuestra vida como pueblo laico. El jesuita P. Raymond Kerketta habló sobre el tema “La santidad en la familia”, mientras que P. Mario D´Souza se refirió a la vida de oración como medio para llegar a ser santos. La oración es algo natural para nosotros, como la respiración. En otras palabras, la oración no es una ocupación de media jornada; la oración es nuestra verdadera vida. El jesuita P. Erik Breye habló extensamente sobre la importancia de la santa Misa y de la Eucaristía en la vida de todo cristiano, Sabemos que la “Iglesia vive de la Eucaristía” (Ecclesia de Eucharistia) Recordemos las palabras de S. Alberto Hurtado de Chile: “La Misa es mi vida y mi vida es una continua Misa”. Para la Beata Teresa la Eucaristía lo era todo para ella. Efectivamente, escribe: “La obra que debemos realizar será imposible sin Su continua gracia que irradia del tabernáculo. Él se ocupará de todo; nosotros sólo debemos seguirle” (Ven, sé mi luz, pág. 119). El 29 de Junio de 1943 el Papa Pío XII escribía sobre la importancia y las ventajas de la confesión frecuente: “Para un más despejado progreso en el cotidiano camino de la virtud recomendamos en gran manera aquella piadosa práctica, introducida por la Iglesia por inspiración del Espíritu Santo, de la confesión frecuente, con la que se aumenta el correcto conocimiento de uno mismo, crece la cristiana humildad, se desarraiga la perversidad de las costumbres, se vence la negligencia y la insensibilidad espiritual, se purifica la conciencia, se revigoriza la voluntad, se procura una saludable dirección a la conciencia y se aumenta la gracia en virtud del mismo Sacramento (Mystici Corporis, 28). El sacramento de la reconciliación es uno de los medios para acelerar el camino hacia la santidad. El Catecismo de la Iglesia Católica explica magistralmente este sacramento que se denomina sacramento de la curación. P. Basant Ekka habló de la importancia y de la necesidad de este sacramento en la vida de los LMC que desean imitar a la Sagrada Familia: Jesús, María y José. P. Cyprian Ekka insistió sobre la importancia de la adoración eucarística. Explicó el significado de la palabra “adoración” y su importancia en la vida de los LMC; no sólo la de la adoración semanal, que coincide con la reunión del grupo, sino también la de la adoración diaria personal, si es posible. “Jesús nos espera en este sacramento de amor. Seamos generosos con nuestro tiempo al ir a su encuentro en la adoración y contemplación, llenos de fe y dispuestos a reparar las graves culpas y crímenes que en el mundo se cometen. ¡Que nuestra adoración no acabe nunca!”. (Papa Juan Pablo II, 24 de Febrero de 1980). Durante el retiro se habló del lugar que ocupa Maria y de su misión en la vida de cada LMC. Es importante ampararse en María tal como hace un niño con su madre. Rezar devotamente el Rosario y enseñar a otros a hacerlo será una gran ayuda para crecer en santidad y asemejarse a la Sagrada Familia. En la segunda visión, la Beata Teresa oyó a María que le decía: “No temas. Enséñales a orar rezando el Rosario, el Rosario en familia, y todo saldrá bien”. El mismo Jesús dijo a la Beata Teresa: “Tu corazón nunca se ha sumergido en el dolor como lo ha hecho el de mi madre. Ambos (Jesús y María) lo hemos dado todo por las almas. ¿Y tú? La misión de María, su tierno amor y su prontitud personal son indispensables para todos nosotros. “Dios amó tanto a María que le entregó su único Hijo” (Beata Teresa). A través de María, Dios Padre entregó su único Hijo para redimir el mundo. María vivió su vocación fiel y perfectamente, con perseverancia, sin tener en cuenta lo que costaba,

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sin buscar nunca el reposo o la recompensa. María no se avergonzó de estar al pié de la Cruz en donde su Hijo estaba colgado en medio de dos criminales. Todos necesitamos un modelo a que referirnos. El modelo de los LMC es la Sagrada Familia de Nazaret. La Sagrada Familia de Nazaret no es sólo modelo sino, también, escuela para todos los LMC del mundo. Las Letanías de la Sagrada Familia nos ayudan a comprender lo que nos enseña la Sagrada Familia. Recordemos las palabras del Papa Pablo VI durante su visita a Nazaret el día 5 de Enero de 1964: “La casa de Nazaret es la escuela donde se empieza a comprender la vida de Jesús, es decir, la escuela del Evangelio. Aquí, en esta escuela, comprendemos porqué debemos tener una disciplina espiritual si es que queremos seguir la doctrina del Evangelio y llegar a ser discípulos de Cristo”. Al final de esta carta reproducimos las Letanías de la Sagrada Familia no sólo para aprenderlas sino, también, para hacer de ellas una oración y reformar nuestra vida, para hacer que nuestra familia sea “otra Nazaret”. En muchas de sus cartas dirigidas a los Hermanos Misioneros de la Caridad Contemplativos, la Beata Teresa escribía: Estoy segura de que seréis felices y que tendréis grandes deseos de hacer cualquier sacrificio para que vuestra Congregación sea otra Nazaret: algo bello para Dios” (Nueva York. 16/6/1979). Agradecemos a la Hermana Marina M.C., la Provincial, que permitió a las Hermanas de las distintas comunidades de Ranchi participar en las celebraciones eucarísticas del retiro de los LMC. La presencia de las Hermanas Misioneras de la Caridad significó mucho para los LMC, no solamente para profundizar y comprender mejor el espíritu y el carisma de las Misioneras de la Caridad sino, también, para apreciar y vivir su vocación de LMC. La presencia de las Hermanas M.C., su tierno amor y su diligencia hicieron comprender a los LMC que las Misioneras de la Caridad y su Movimiento forman una sola familia en la Sagrada Familia de Nazaret. De camino hacia el aeropuerto de Ranchi visité distintas comunidades en las que encontré algunas Hermanas seriamente enfermas que, acogiendo con amor sus sufrimientos, proporcionan una gran fuerza a la comunidad. Me vinieron a la mente las palabras de Jesús a la Beta Teresa: “Tu vocación es amar, sufrir y salvar almas”. Estas Hermanas, con su enfermedad y sufrimiento, se convierten en víctimas del amor de Jesús; a través de su inmolación llevan muchas almas a Jesús y Jesús a muchas almas desconocidas, tal como hizo Santa Teresita del Niño Jesús. En una de las comunidades encontré a Maya, una LMC ciega que por varias razones, no pudo participar en el retiro, a pesar de vivir muy cerca de las Hermanas Misioneras de la Caridad. Me confió que el sacrificio que representaba no poder participar en el retiro era para ella mucho más meritorio que si hubiese podido hacerlo. Creía haber adquirido muchos más méritos sacrificando su voluntad y esto significaba para ella “retiro”. Después de todo, ¿de qué sirve participar en un retiro si, luego, hacemos lo que queremos y no aceptamos la voluntad de Dios? Mientras escuchaba a esta hermana me acordé de la súplica de Jesús: “¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí este cáliz; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú” (Mc 14,36). ¡Jesús nos enseñó a cumplir la voluntad del Padre a través del sufrimiento y el dolor! Una persona puede ser ciega, pero su alma ve más allá de los sentidos, más allá del horizonte. ¿Cuántos participantes en el retiro de Ranchi sabrían aceptar vivir según la voluntad de Dios, tal como hacía Maya? En las primeras páginas de su autobiografía, Santa Teresita del Niño Jesús escribe: “La perfección consiste en cumplir la voluntad de Dios y en ser lo que Dios quiere que seamos”.

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- Los LMC de Italia se preparan para su retiro nacional en Roma, en Vía San Agapito 8, del 28 de Junio al 1 de Julio de 2012. - Desde hace tiempo se está preparando el retiro de los LMC de la Europa del este, en Praga, del 19 al 22 de Julio de 2012. - Los LMC del Canadá tendrán su retiro nacional en Toronto del 13 al 16 de Agosto de 2012. - Los LMC de los Estados Unidos tendrán su retiro anual en Jacksonville, Florida, del 26 al 29 de Octubre de 2012. Roguemos intensamente por el éxito de estos retiros nacionales y por el de los otros encuentros locales y regionales de los LMC. Dos de nuestros Hermanos, el Hermano George M.C. y el Hermano John Vianney M.C. profesarán los votos perpetuos en Nazaret el 9 de Septiembre de 2012, mientras que los Hermanos Paolo y Luca Leo profesarán sus primeros votos en Roma el 14 de Septiembre de 2012. Recordemos especialmente a estos hermanos en nuestras oraciones diarias y ofrezcamos sacrificios por ellos. Nuestro agradecimiento de corazón a Justine, Enlace Nacional de los LMC de la India, a P. George V.V., Director espiritual Nacional, a Susan LMC, a P. Ephrem, a todos los participantes con sus Directores espirituales y a todos los oradores. Que el Señor les bendiga y recompense a todos a fin de que vivan la propia vocación, agradecidos a Dios por haber sido llamados a ser santos e inmaculados en su presencia. Con mi afecto y oraciones. Que Dios te bendiga. P. Sebastián Vazhakala M.C.

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Letanías de la Sagrada Familia Señor, ten piedad, Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad, Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad, Señor, ten piedad. Cristo, óyenos, Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos. Padre celestial, Dios, Ten piedad de nosotros. Hijo, Redentor del mundo, Dios, “ Espíritu Santo, Dios, “ Santa Trinidad, único Dios, “ Sagrada Familia, que representa en la tierra la Trinidad Celestial, Bendícenos y guíanos. Sagrada Familia, ejemplo y protectora de la Iglesia, “ Sagrada Familia, terror del demonio, “ Sagrada Familia, escuela y modelo de todas las familias, “ Sagrada Familia, morada y escuela de todos los contemplativos, Bendícenos y enséñanos Sagrada Familia, escuela de silencio y recogimiento, “ Sagrada Familia, escuela de humildad y caridad, “ Sagrada Familia, escuela del amor perfecto de Dios y del prójimo, “ Sagrada Familia, escuela del ardiente deseo de Dios, “ Sagrada Familia, escuela de perdón y aceptación recíproca, “ Sagrada Familia, escuela del trabajo duro, “ Sagrada Familia, escuela de renuncia y sacrificio, “ Sagrada Familia, escuela de incondicional aceptación de la voluntad de Dios. “ Sagrada Familia, escuela de perfecta alegría y paz profunda, “ Sagrada Familia, escuela de castidad perpetua, “ Sagrada Familia, escuela de pobreza evangélica, “ Sagrada Familia, escuela de pronta y perfecta obediencia, “ Sagrada Familia, escuela de servicio amable y de todo corazón a los más necesitados, “ Sagrada Familia, escuela de sed intensa e infinita de la salvación de las almas, “ Sagrada Familia, escuela de cálida acogida y generosa hospitalidad, “ Sagrada Familia, escuela de buena voluntad y generosidad, “ Sagrada Familia, escuela de fe, esperanza y caridad, “ Sagrada Familia, escuela de prudencia, fortaleza, justicia y templanza, “ Sagrada Familia, escuela de todas las virtudes, “ Sagrada Familia, nuestra celeste patrona y protectora, Bendícenos y protégenos. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros. Oremos: Señor, Padre Santo, que en el admirable proyecto de tu amor quisiste que tu Hijo naciese de mujer y fuese sometido a la tutela de dos humildes criaturas como María y José, danos un conocimiento siempre más vivo y penetrante del misterio de la encarnación del Verbo para poder imitar su vida oculta hasta el día en que, guiados por la Virgen Madre y por San José, entremos gozosos en su casa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que es Dios, y vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén. Que Dios te bendiga. P. Sebastián Vazhakala M.C.

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