Misioneros de la Caridad Contemplativos “Hacer cosas ordinarias con amor extraordinario para gloria de Dios”

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Laudetur Sacra Familia

MISION EN LA INDIA (20 de Noviembre – 4 de Diciembre de 2013) Miércoles, 20 de Noviembre de 2013. La ciudad de Roma, capital de la Iglesia católica y sede permanente del Sumo Pontífice, estaba todavía inmersa en el silencio de la noche. Después de haber terminado de preparar el equipaje me recogí en la Capilla de la Adoración para confiar mi largo viaje y mi exigente misión a la ayuda y protección de la Sagrada Familia y a su intercesión y guía. Confié también a su protección a todos los Hermanos de las distintas comunidades y a los pobres por ellos asistidos, a los Laicos Misioneros de la Caridad, a los voluntarios, a los benefactores y a todas las personas de buena voluntad. Concluida la oración inicial abrí al azar la Biblia y encontré el siguiente mensaje del libro del profeta Baruc: “Mi ángel está con vosotros y es él quien tiene cuidado de vuestra vida” (Ba 6,6). No había, por lo tanto, ninguna razón para preocuparse y estar ansioso. En lo profundo de mi corazón experimenté una ligera brisa portadora de paz. Podía estar seguro de contar con la ayuda infalible y oportuna de Dios. Si el ángel del Señor está conmigo y cuida de mi vida no existe ninguna razón para preocuparse o para estar ansioso. Todo irá bien. Me acordé, también, de otro versículo del profeta Isaías: “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas?. Pues aunque ésta llegase a olvidar, yo no te olvido. Míralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada” (Is 49,15-16). Con la fuerza de la Santa Misa y la Comunión, al igual que el profeta Elías que caminó cuarenta días y cuarenta noches, partí de Vía S. Agapito 8, en Roma, para emprender el viaje de mi misión. Siempre que me encontraba cansado, soñoliento y desanimado me acordaba de aquellas palabras, especialmente durante la espera del vuelo de correspondencia o enlace... ocho largas horas muy entrada la noche que me parecía que no habían de terminar nunca. ¡Cuántas veces, en aquella noche interminable, miré el reloj de la pared!. Sin embargo, rezando; cada vez rezando más, una oración a veces árida... una larga noche. “Centinela, ¿cuánto resta de la noche? (Is 21,11) Los Hermanos Jerry Michael M.C., Joseph M.C y Pinkle M.C. juntamente con mi sobrino Marvins me acogieron con los brazos abiertos y muy sonrientes.

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Es obligatorio entonces olvidarse del cansancio del largo viaje para concentrarse en el intercambio de las noticias más recientes e importantes. Después de cuatro horas de viaje en coche llegamos a “Shantidaan”, Casa de la Paz. Todo estaba preparado para celebrar la Santa Misa, Vísperas y la Adoración. “Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor”” (Sal 136,1). Estos pocos días, del 21 al 25 de Noviembre, transcurrieron rápidamente. Ahora me esperaba el tren para, durante toda la noche, trasladarme a Trivandrum, la capital de Kerala. La mañana del 26 de Noviembre fui recogido por mi sobrino Shayiu que me acompañó con el coche de Mary, su madre y cuñada mía, que se encuentra en coma desde hace más de tres años. Estas pocas horas pasaron también deprisa. Las Hermanas del hospital habían preparado ya el altar para celebrar la Santa Misa en la capilla del mismo y en ella participaron Shayiu con su esposa y algunas personas más. Juntos dimos gracias al Señor, rogamos por Mary, presente sólo en espíritu ya que no fue posible trasladarla hasta la capilla. Había llegado la hora de ir al aeropuerto de Trivandrum para partir hacia Calcuta en un vuelo de cerca de cuatro horas. En el aeropuerto de esta ciudad me esperaba otro sobrino, Jayanth Mathew. Llegamos a casa a las 23 horas y allí me encontré con Molly, la esposa de mi sobrino, y con su hija Anu. Después de dormir unas pocas horas nos trasladamos directamente a un vecino convento de las Misioneras de la Caridad para celebrar la Santa Misa a las 6 de la mañana y en donde las novicias estaban de retiro como preparación para profesar sus primeros votos el día 7 de Diciembre de 2013. El director del retiro decidió, sin embargo, que las novicias pudiesen participar en la celebración eucarística. Fue una gran experiencia celebrar por primera vez la Santa Misa en el convento de las Misioneras de la Caridad de Baripur. Jayanth Mathew me acompañó, después, a otro convento de las Misioneras de la Caridad que nos esperaban ansiosamente. Mis sobrinos fueron verdaderamente, durante este viaje, los ángeles prometidos que, afectuosamente, cuidaron de mí. No encuentro palabras para agradecer a ellos y a sus familias la calurosa acogida, su generosa hospitalidad y los sacrificios que hicieron. Ruego y espero que el Señor les recompense abundantemente a todos. Antes de la Santa Misa con los LMC de Calcuta junto a la tumba de la Beata Teresa fuimos al convento de las Hermanas Misioneras de la Caridad Contemplativas en donde nos encontramos con la Hermana Nirmala M.C., la Hermana Fátima M.C., la Hermana Ancy M.C. y con la Hermana Bárbara M.C. que conozco desde 1967 y cuyo hermano fue compañero mío de noviciado y, juntos, profesamos los votos sencillos y los perpetuos. Muchos recuerdos llenaron mi corazón de alegría y de gratitud. La Hermana Lynn, encargada de los LMC de Calcuta, había preparado la Santa Misa alrededor de la tumba de la Beata Teresa. En Calcuta existen ahora tres grupos de LMC. Rezamos por todos los LMC del mundo, especialmente por los más débiles y enfermos, por los jóvenes y por los ancianos. Rezamos también por las Hermanas Misioneras de la Caridad y por los LMC, por el aumento de la santidad y número de los LMC y por su perseverancia. Mi sincero agradecimiento a la hermana Lynn por todo lo que está haciendo por los LMC de Calcuta y Bandal. Los LMC estaban muy ansiosos de

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escuchar y me pidieron que les explicase la palabra “Holy”, Santo. Nos detuvimos en la primera letra, “H” que, según yo, quiere decir Humility, humildad. La humildad es el fundamento de la santidad, de la oración y de todas las demás virtudes. Uno de los asistentes quería saber qué es la humildad. Según Santo Tomás de Aquino, la humildad se fundamenta sobre tres columnas. La primera de ellas es la verdad: significa que todo lo que es bueno en mí proviene de Dios, incluso el lugar de nacimiento, la educación, el color de la piel, etc. San Tomas llega a la conclusión de que si todo lo que hay en mí de bueno proviene de Dios, Dios merece toda nuestra alabanza y gloria. En otras palabras, no existe motivo para sentirnos orgullosos, superiores o inferiores. Además, si por cualquier razón se reciben alabanzas, debemos ofrecérselas a Dios. Es por ello por lo que los santos han sido siempre ellos mismos porque sabían que la fuerza extraordinaria les provenía de Dios. La Beata Teresa, una campeona de la virtud de la humildad acostumbraba decir: “Es Él, no nosotros. Es obra suya, no nuestra”. Nada ni nadie consiguió alterar esta intima convicción suya. La Hermana Lynn M.C. me había pedido que si el jueves 28 de Noviembre podía celebrar la Santa Misa en la Capilla de la Casa Madre. Le contesté que nada me haría más feliz, ya que creo que Calcuta y la Casa Madre son el Belén de las Misioneras de la Caridad. Volver a Calcuta quiere decir para mí retornar a los orígenes del espíritu y el carisma de las Misioneras y Misioneros de la Caridad y, por ello, constituye un reencuentro, una ocasión para recibir y para aprender. Había, todavía, otro motivo para dar gracias a Dios por aquel día: era el 47º aniversario de mi primer día en Calcuta como “Come and see”, ven y vé. Había viajado toda la noche desde Ranchi, en donde estudiaba, para encontrarme con P. Andrew y el pequeño grupo de Hermanos. El 28 de Noviembre es para mí un día muy importante. El 30 de Noviembre de 1966 encontré por primera vez a la Beata Teresa en el locutorio de la Casa Madre. El Señor me ha concedido la gracia de poder expresarle mi gratitud, conjuntamente con toda la familia de los Misioneros y Misioneras de la Caridad, por mi vocación como Misionero de la Caridad y por todas las gracias y bendiciones que he recibido a través de la Beata Teresa M.C. y de las Hermanas y Hermanos Misioneros de la Caridad. Verdaderamente no hay palabras para expresar mi gratitud a Dios por el precioso y, también, exigente, don de mi vocación. El 28 de Noviembre es la festividad de Santa Catalina Lebouré (18061876), novena de diecisiete hermanos. A la edad de veinticuatro años entró, con el nombre de Catalina, en la Congregación de la Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl en Rue de Bac, París. Las apariciones sobrenaturales empezaron con la presencia visible de Jesús en el Santísimo Sacramento y como Rey en la solemnidad de la Santísima Trinidad. Siguieron tres revelaciones importantes de la Virgen que Santa Catalina relató por escrito bajo la dirección de su confesor, aunque era escéptico. La Virgen quería que se acuñara una medalla que, después, se conoció como la medalla milagrosa. La Beata Teresa M.C. empleó siempre esta medalla milagrosa para conseguir ayuda material y espiritual. La solía entregar a personas de cualquier nacionalidad, religión o color. En una ocasión, en San Francisco, acudió a la Beata Teresa M.C. una pareja hindú que llevaba casada dieciséis años y que no podía tener hijos. La

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Beata Teresa M.C. les entrego la medalla milagrosa rogándoles que rezasen juntos cada noche antes de acostarse diciendo: “María, Madre de Jesús y nuestra, concédenos un hijo...”. Un año más tarde, la Beata Teresa M.C. estaba visitando el noviciado de las Hermanas Misioneras, y yo me encontraba allí; la pareja llegó con un niño que puso en los brazos de la Beata Teresa diciéndole que el pequeño era el fruto de un verdadero milagro. La Beata Teresa M.C., con el recién nacido en sus brazos, fue rápidamente ante la imagen de la Virgen para darle gracias, bendijo al pequeño y lo devolvió, después, a su madre. La Beata Teresa M.C., durante el vuelo hacia Newark, Nueva Jersey, me contó la historia del milagro del recién nacido. Hay muchos milagros en la vida y en la obra de la Beata Teresa M.C. gracias a la intercesión de la medalla milagrosa, incluida la Casa de las Misioneras de la Caridad “Dono di Maria”, en el Vaticano. Como la viuda del evangelio (Lc 18,18), continuaba insistiendo cerca de la Virgen, sin ninguna duda por su parte, y la Virgen respondía siempre a las peticiones que la Beata Teresa M.C. le hacía para sus pobres. “¡Dios escucha el lamento de los pobres, bendito sea el nombre del Señor!”. La Virgen, confiando los más pobres entre los pobres a la Beata Teresa M.C., quería que ésta los llevase a Jesús y llevase Jesús a los pobres; quería que la Beata Teresa M.C. y todas las Misioneras de la Caridad enseñasen a rezar el Rosario en las familias y prometió que Jesús y Ella misma no las abandonarían. La Hermana Prema, Superiora General de las Misioneras de la Caridad acogió a todos los miembros del Centro Madre Teresa” (CMT) con las siguientes palabras: “Bienvenidos todos al Belén de las Misioneras de la Caridad”. La reunión de los miembros del CMT duró un día y medio. La Hermana Lym M.C. había dispuesto que yo me alojase en Shishubhavan, la casa para huérfanos de las Misioneras de la Caridad, cerca de la Casa Madre. Mi estancia en Calcuta fue breve, pero muy intensa. Encontré a las Hermanas Cyriac M.C., Emmanuela M.C. y las Hermanas que siguen el curso de espiritualidad y que estaban a punto de empezar un retiro dirigido por P. Gary MCF. Agradezco a todas las Hermanas y a la Hermana Augustinet M.C., Superiora de la Comunidad de Green Parck, haberme acompañado al aeropuerto de Dumdum. Viernes 29 de Noviembre, en el aeropuerto internacional de “Indira Gandhi” de Delhi fui recibido por los Hermanos Benedetto M.C. y Norbert M.C. de la Comunidad de Deepashram. También aquí las jornadas fueron intensas. Tuvimos diversos encuentros y visitas. El 1 de Diciembre recibimos la visita oficial en Deepashram del arzobispo Kuriakose Bharanikulangana, obispo de la diócesis de Faridabad de rito Syro-malabar. Después de unas palabras de bienvenida del P. Paul, decano vicario de Gurgaon, siguió una solemne celebración eucarística en la Capilla de Deepashram; fue para todos una profunda experiencia. El arzobispo y algunas Hermanas se quedaron para la comida. Procuré, después, compartir el tiempo disponible con ambas comunidades con encuentros personales con los Hermanos que renovarán sus votos el 1 de Febrero de 2014, si Dios quiere. El martes 3 de Diciembre, solemnidad de San Francisco Javier, se celebró la Santa Misa en la Capilla de Deepashram con la participación de todos los Hermanos de las dos comunidades, Deepashram y Anandashram. Después de

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la Santa Misa me encontré con todos los Hermanos profesos. Auque hay mucho trabajo por hacer y los Hermanos de la Comunidad son pocos, el Señor proporciona una fuerza extraordinaria para llevar adelante su obra. A veces no es el número de personas que se ocupan de algo lo que cuenta sino cuán unidas trabajan por los pobres y por Dios. Por la tarde de este mismo día tuvo lugar un importante encuentro con los LMC de Gurgaon. Después de un intenso cambio de noticias se eligió el nuevo responsable del grupo, ya que el precedente debía trasladarse a otro destino. Nuestro más sincero agradecimiento a Ganesh y a su esposa Ravi por todo cuanto han hecho por los LMC de Gurgaon, comprendido el retiro nacional de LMC que tuvo lugar el mes de Enero último. Rezamos para que los LMC crezcan en santidad y número, así como por su perseverancia. Hubo otros encuentros y sucedieron muchas otras cosas durante los pocos días que el Señor me concedió para poder estar con mis Hermanos. El miércoles 4 de Diciembre, después de la Santa Misa a las 5 de la mañana, nos trasladamos directamente al aeropuerto de Nueva Delhi. No encuentro palabras para expresar mi gratitud al Hermano Benedetto M.C., al Hermano Gorge M.C. y a los Hermanos de Deepashram y Anandashram por su calurosa acogida, su generosa hospitalidad, sus atenciones y su ejemplo. Doy gracias a Dios y a ellos. La primera profesión de los Hermanos Pinkle y Joseph ha sido fijada para el domingo 2 de Febrero de 2014 en la parroquia de San Antonio, en Kannur, Kerala, India, a las 10 horas, si Dios quiere. Los Hermanos James M.C., Shaji M.C., John M.C. y Dharamvir M.C. profesaran sus votos perpetuos en la iglesia de San José, en Nazaret, el día 2 de Abril de 2014 a las 17 horas. Recemos para que los todos estos Hermanos se preparen para su profesión con humildad, fervor y gratitud. Continuemos amando hasta morir de amor. Dios os bendiga. P. Sebastián Vazhakala M.C.

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