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Queridos hermanos, hermanas, miembros de todos de la Familia Salesiana y Amigos de Don Bosco:
Haciendo concreta la invitación del Rector Mayor sobre la necesidad de convocar, ponemos a su consideración esta novena dedicada a Don Bosco en su figura de animador vocacional. Don Pascual Chávez nos ha dicho que hay que volver a Don Bosco para crear una verdadera cultura vocacional, suscitando ambientes propicios, manifestando la belleza de nuestra vocación salesiana y viviendo y ayudando a vivir la vida como vocación y misión. Les invitamos, pues, a reflexionar en base al sueño de los nueve años y una serie de encuentros de nuestro querido Fundador con personas específicas, para poder ver su espíritu de guía y acompañante espiritual. La estructura para cada día es la siguiente: motivación, oración inicial, lectura breve, canto a Don Bosco, lectura salesiana, preguntas para la reflexión, preces, padrenuestro, avemaría, oración final y canto mariano. Cabe anotar que las oraciones inicial y final son las mismas para todos los días y que además se incluyen las letras y pistas musicales de cinco cantos a Don Bosco y cinco a la Virgen María, con sus respectivos autores y países de procedencia. Esperamos que esta pequeña contribución sea de su agrado, pero sobretodo de utilidad en su labor pastoral y reflexión comunitaria y personal. Con afecto en Don Bosco
Noviciado Salesiano “Felipe Rinaldi” Enero, 2011
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venid y veréis ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS
INICIAL Señor, Dios Nuestro, en tu providencia nos has donado a San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, que trabajó con incansable celo, bajo la guía de la Virgen María, por el bien de la Iglesia; suscita también en nosotros esa misma caridad apostólica que impulsa a buscar la salvación de los hermanos para servirte a ti, único y sumo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
FINAL Señor Jesús, hoy sentimos con más fuerza que nunca el reto de crear una cultura vocacional en cada ambiente, para que nuestros jóvenes descubran su vida como llamada. Vuélvenos capaces de ayudar a superar la mentalidad individualista y la cultura de la autorrealización, que impulsa a proyectar un futuro sin ti. Ilumínanos para que sepamos suscitar entre ellos la pasión apostólica del “Da mihi animas” y así asuman una forma de servicio eclesial y social y se impliquen en proyectos misioneros. Danos la fuerza para proponerles una vida espiritual más intensa y un acompañamiento auténtico. Te lo pedimos por intercesión de María Auxiliadora, que indica, guía y sostiene toda nuestra misión. Amén.
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Día Primero: La Vocación de Juanito Motivación El sueño de los 9 años es la clave para entender la misión de Don Bosco, una lucha incesante con el único objetivo de salvar almas para Dios. Quienes vivimos el carisma salesiano queremos también hacer nuestra esta misión y rogamos al Dueño de la mies que mande más personas que también lo quieran hacer.
Oración inicial Lectura breve (1 S 3, 8-10) Por tercera vez llamó Yahvé a Samuel, que se levantó y fue donde Elí diciendo: “Aquí estoy. Me has llamado, ¿no?”. Elí comprendió entonces que era Yahvé quien llamaba al niño. Entonces dijo a Samuel: “Ve y acuéstate y, si te llaman, di: Habla, Yahvé, que tu siervo escucha”. Samuel se fue y se acostó en su sitio. Vino Yahvé, se paró y llamó como las veces anteriores: “¡Samuel, Samuel!”. Respondió Samuel: “¡Habla, Yahvé, que tu siervo escucha!”. Palabra de Dios
Canto a Don Bosco Lectura salesiana
El sueño de los nueve años
“Cuando yo tenía unos nueve años, tuve un sueño que me quedó profundamente grabado en la mente para toda la vida. En el sueño me pareció estar junto a mi casa, en un paraje bastante espacioso, donde había reunida una muchedumbre de muchachos en pleno juego. Unos reían, otros jugaban, muchos blasfemaban. Al oír aquellas blasfemias, me metí en medio de ellos para hacerlos callar a puñetazos e insultos. En aquel momento apareció un hombre muy respetable, de varonil aspecto, noblemente vestido. Un blanco manto le cubría de arriba abajo; pero su rostro era luminoso, tanto que no se podía fijar en él la mirada. Me llamó por mi nombre y me mandó ponerme frente de aquellos muchachos, añadiendo estas palabras: - No con golpes, sino con la mansedumbre y la caridad deberás ganarte a estos tus amigos. Ponte, pues, ahora mismo a enseñarles la fealdad del pecado y la hermosura de la virtud.
4 Aturdido y espantado, dije que yo era un pobre muchacho ignorante, incapaz de hablar de religión a aquellos jovencitos. En aquel momento, los muchachos cesaron en sus riñas, alborotos y blasfemias y rodearon al que hablaba. Sin saber casi lo que me decía, añadí: - ¿Quién eres para mandarme estos imposibles? - Precisamente porque esto te parece imposible, debes convertirlo en posible por la obediencia y la adquisición de la ciencia. - ¿En dónde?, ¿cómo podré adquirir la ciencia? - Yo te daré la Maestra, bajo cuya disciplina podrás llegar a ser sabio y sin la cual toda sabiduría se convierte en necedad. - Pero ¿quién eres tú que me hablas de este modo? - Yo soy el Hijo de Aquella a quien tu madre te acostumbró a saludar tres veces al día. - Mi madre me dice que no me junte con los que no conozco sin su permiso; dime tu nombre. - Mi nombre pregúntaselo a mi Madre. En aquel momento vi junto a Él una Señora de aspecto majestuoso, vestida con un manto que resplandecía por todas las partes, como si cada uno de sus puntos fuera una estrella refulgente. La cual, viéndome cada vez más desconcertado en mis preguntas y respuestas, me indicó que me acercase a ella, y tomándome bondadosamente de la mano: - Mira, me dijo Al mirar me di cuenta de que aquellos muchachos habían escapado, y vi en su lugar una multitud de cabritos, perro, gatos, osos y varios otros animales. - He aquí tu campo, he aquí en donde debes trabajar. Hazte humilde, fuerte y robusto, y lo que veas que ocurre en estos momentos con estos animales, lo deberás tú hacer con mis hijos. Volví entonces la mirada y, en vez de los animales feroces, aparecieron otros tantos mansos corderitos que, haciendo fiestas al Hombre y a la Señora, seguían saltando y bailando a su alrededor. En aquel momento, siempre en sueños, me eché a llorar. Pedí que se me hablase de modo que pudiera comprender, pues no alcanzaba a entender qué quería representar todo aquello. Entonces ella me puso la mano sobre la cabeza y me dijo: - A su debido tiempo todo lo comprenderás. Dicho esto, un ruido me despertó y desapareció la visión. Quedé muy aturdido. Me parecía que tenía deshechas las manos por los puñetazos que había dado y que me dolía la cara por las bofetadas recibidas; y después, aquel personaje y aquella señora de tal modo llenaron mi mente, por lo dicho y oído, que ya no pude reanudar el sueño aquella noche. Por la mañana conté enseguida aquel sueño; primero a mis hermanos, que se echaron a reír, y luego a mi madre y a la abuela. Cada uno lo interpretaba a su manera. Mi hermano José decía: - Tú serás pastor de cabras, ovejas y otros animales. Mi madre: -¡Quién sabe si un día serás sacerdote!
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Antonio, con dureza: - Tal vez, capitán de bandoleros. Pero la abuela, analfabeta del todo, con ribetes de teólogo, dio la sentencia definitiva: -No hay que hacer caso de los sueños. Yo era de la opinión de mi abuela, pero nunca pude echar en olvido aquel sueño.”
Para la reflexión 1. ¿Qué relación encontramos entre la visión de Samuel y el sueño de Juanito Bosco? 2. ¿Cómo podemos comprender las diferentes interpretaciones que se dan del sueño de Juanito por parte de sus familiares? 3. ¿Hemos tenido algún sueño particular al que simplemente no le hemos hecho caso?
Preces Agradecidos con el Señor por invitarnos a hacer realidad su sueño a lo largo de nuestra vida, dirijámosle nuestras oraciones diciendo: Buen Pastor, indícanos el camino. •Ayúdanos Señor, a descubrir los sueños que cada uno de nosotros tiene, de modo que logremos con alegría comprender que: “La vida es la realización de un sueño de juventud”. Oremos. • Te pedimos Señor que ilumines la mente y el corazón de muchos jóvenes, que a pesar de sus temores te buscan constantemente y viven deseosos de ser consagrados por Ti. Oremos. • Ayuda y bendice Señor a cada familia, para que sintiendo que su responsabilidad es brindar a sus hijos una buena formación cristiana; logren descubrir en ellos rasgos de vocación para la vida consagrada. Oremos. (Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría Oración final Canto mariano
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venid y veréis Día Segundo: Mamá Margarita
Saludo y bienvenida Hermanos, hoy vamos reflexionar, celebrar y dar gracias a Dios por mamá Margarita, la mujer humilde que entregó los últimos años de su vida a la misión salesiana. Ella que le dio la vida a Don Bosco y le vio crecer, ahora, avanzada su vida, responde al pedido de su hijo en donde ve también la acción de Dios.
Oración inicial Lectura breve (Prov 31, 10-13. 19-20. 30-31) Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y telas finas, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura; la que teme al Señor merece alabanza. Cántenle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.
Canto a Don Bosco
Palabra de Dios.
Lectura salesiana
Si crees que es la voluntadad de Dios... “Pasados algunos meses de convalecencia con la familia, pensé que podía volver a estar con mis queridos hijos, de los que cada día venía alguno a verme o me escribía, pidiéndome que volviera pronto a estar con ellos. Pero ¿en donde iba a residir si me había ya despedido de El Refugio? ¿Cómo sostener una obra que cada día suponía más trabajo y más inversiones? ¿Cómo iba a hacer frente a mis gastos y las personas que necesariamente tenían que vivir conmigo?
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Habiendo en ese momento dos habitaciones desocupadas en casa Pinardi, las tomamos en arriendo una para mí y otra para mi madre. Un día le dije: “Madre, voy a tener que ir a Valdocco, pero de todas las personas que habitan en la casa, no puedo llevar a vivir conmigo a nadie más sino a Usted.” Entendió ella muy bien mis razones y me dijo enseguida: “Si crees que eso es lo que quiere el Señor estoy dispuesta a partir de inmediato.” Esto implicaba un enorme sacrificio para mi madre, porque aunque mi familia no fuera acomodada, ella era dueña de todo, amada por todos y considerada como una reina por pequeños y grandes. Mi madre llenó el canasto de ropa blanca y puso en él otros objetos indispensables; yo tomé mi breviario, un misal, algunos libros y mis apuntes de mayor utilidad. ¡Esa era toda nuestra fortuna! Salimos a pié de I Becchi hacia Turín; hicimos una corta parada en Chieri y por la tarde, ese mismo día 3 de Noviembre de 1846, llegamos a Valdocco. Mi madre por su parte hizo traer su ajuar de boda, que había guardado celosamente intacto hasta entonces; algunos de sus vestidos sirvieron para confeccionar casullas, con las sábanas se hicieron purificadores, roquetes, albas y manteles; tenía un anillo y un collarcito de oro que lo vendió para comprar ornamentos sagrados. Una noche de buen humor, como siempre cantaba sonriendo: “Ay del mundo, ¡si nos viera forasteros y sin fortuna!”
Para la reflexión 1. ¿Qué ejemplo nos da mamá Margarita en su respuesta generosa al pedido de Don Bosco? 2. ¿Podremos nosotros decir “sí” a Don Bosco, a Dios, cada día más convencidos, así como mamá Margarita?
Preces Depositemos en el Señor nuestras intenciones, sabiendo que si Él no construye la casa, en vano se cansan los albañiles, y digamos: Ayúdanos Tú, Señor Jesús. • Para que a ejemplo de mamá Margarita le digamos cada día “sí” a Dios y a Don Bosco, en el trabajo de la salvación de la juventud. Oremos. • Para que quienes formamos parte de la Obra Salesiana nos entreguemos en el trabajo silencioso pero atento a ejemplo de mamá Margarita. Oremos. • Para que la Venerable Margarita, que por inspiración del Espíritu Santo fue constituida como pilar fundamental en el inicio de la obra, esté pronto en los altares. Oremos. (Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano
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venid y veréis Día Tercero: Domingo Savio
Motivación Queridos hermanos, bienvenidos a este tercer día de novena donde se nos presenta la figura de aquellos que siendo fieles siervos de Dios, han podido ser intermediarios para que las personas se acerquen a Jesucristo, el verdadero Cordero de Dios. Que podamos también nosotros comprometernos en ser verdaderos acompañantes de quienes nos han sido confiados, y así llevarlos al encuentro con Él.
Oración inicial Lectura breve (Jn 1, 35-39) “El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. Y oyéronle los dos discípulos hablar, y siguieron a Jesús. Y Jesús, y viéndolos seguirle les dice: ‘¿Qué buscan?’ Y ellos le dijeron: ‘Rabí, (que quiere decir Maestro) ¿dónde vives?’ Les dice: ‘Vengan y lo verán.’ Vinieron, y vieron donde vivía, y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima.” Palabra de Dios
Canto a Don Bosco Lectura salesiana
Un traje para el Señor
El año 1854 - dice Don Bosco - el Padre Cugliero (profesor de Domingo en 5º de primaria) vino a visitarme para hablarme de un alumno suyo digno de particular atención por su piedad y su buena conducta, y me dijo: “Aquí entre sus alumnos podrá tener jóvenes que lo igualen, pero creo que no tiene ninguno que lo supere en cualidades, en piedad y en virtud. Quedamos en que me lo mandaría a mi casa natal cuando fuera yo con mis alumnos internos a pasar unos días de vacaciones. El 1º octubre muy temprano - continua diciendo Don Bosco vi que un niño acompañado de su padre, se aproximaba para hablarme. Su rostro alegre y su porte risueño y respetuoso, atrajeron mi atención. - ¿Quién eres - le dije - y de dónde vienes? - Yo soy Domingo Savio, de quien le habló el Padre Cugliero, y venimos de Mondonio. Charlamos un rato y me quedé admirado al darme cuenta de las maravillas que la gracia de Dios había obrado en un niño de tan corta edad. Desde el primer momento me habló con plena confianza, y después de conversar un buen rato me dijo: - “Padre, me concede un puesto en su colegio de Turín? Deseo estudiar.
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- Pues me parece - le dije - que eres un buen paño para hacerle un traje a Nuestro Señor. - Padre - me respondió emocionado - yo soy el paño, y usted será el sastre. Lléveme a su colegio y haga de mí un buen traje para Nuestro Señor. - Pero, ¿y tu salud te permitirá estudiar? Eres muy débil. - No se preocupe Don Bosco. El Señor que hasta ahora me ha dado fuerzas para estudiar, me dará su ayuda también de ahora en adelante. - Y ¿qué piensas hacer cuando hayas terminado tu bachillerato? - Ah, padre, si Nuestro Señor me concediera tan grande favor, yo desearía con toda el alma ser sacerdote. -Bien, bien - le dije -.
Para la reflexión 1. ¿Cómo estamos siendo esos intermediarios hacia el verdadero Maestro en nuestros hogares, comunidades u obras? 2. ¿Cómo estamos construyendo ese camino con nuestros hijos/as, familia, destinatarios o hermanos de comunidad?
Preces Agradecidos con el Señor que nos llama a todos a seguir un camino de santidad digámosle: Ayúdanos, Señor, a ser santos. • Te pedimos, Señor, que bendigas e ilumines al Papa Benedicto XVI en su misión de ser pastor para con su pueblo y que de esta manera pueda ayudarnos a realizar un camino de santidad y de construcción de tu Reino. Oremos. • Te pedimos, Padre, que al igual que inspiraste a Santo Domingo Savio la elección de Jesús como amigo y maestro, atraigas a los jóvenes hacia tu Hijo para que hallen el Él el sentido de su vida personal. Oremos. • Te pedimos, Señor, por todos los salesianos y miembros de la Familia Salesiana, para que a imitación de Don Bosco podamos ser verdaderos guías espirituales de los jóvenes y podamos así llevarlos a Ti. Oremos. (Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría Oración final Canto mariano
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venid y veréis Día Cuarto: Felipe Rinaldi
Saludo y bienvenida Don Bosco fue un excelente director espiritual; y apenas vislumbraba rasgos de vocación en un joven, lo acompañaba en el proceso de descubrir su proyecto. Y también hubo casos en los que persuadía a que abandonaran la idea de la vida eclesiástica, a quienes no veía con las aptitudes necesarias. Pero, con Felipe Rinaldi insistió de manera tal, como no la había hecho ni lo hará con nadie más.
Oración inicial Lectura breve (Jn 6, 64 – 68) “(…) Jesús desde el principio sabía quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: ‘Ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre’. Entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ‘¿Ustedes también quieren irse?’ Y Simón Pedro le respondió: ‘Señor, ¿á quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.’” Palabra del Señor
Canto a Don Bosco Lectura salesiana
Un caso único
Cuando cumplió los diez años (1866), entró en la vida de Felipe el nombre de Don Bosco. En un pueblo cercano, Mirabello, aquel sacerdote había abierto un "pequeño seminario", y su papá Cristóbal llevó al muchachito. El pequeño Felipe extrañaba su casa y comenzó a dolerle mucho el ojo izquierdo. Y un día un asistente poco delicado le ofendió de una manera irritante. Felipe fue al director y le dijo que quería volver a su casa. No era sólo un capricho; su papá fue a llevárselo. Don Bosco al saber lo sucedido le escribió una carta rogándole que lo pensara mejor. Durante los años siguientes le siguió escribiendo y siempre le recordaba que las puertas de su casa estaban abiertas para recibirlo. Pero Felipe se sentía ya lejano.
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A la edad de 20 años Felipe se preparaba para su matrimonio, pero Don Bosco regresó a Lu, con la firme intención de convencerlo. "Me ganó poco a poco. Mis padres me dejaban en libertad, y mi elección se inclinaba hacia Don Bosco", afirmó Felipe. Vuelve a comenzar los estudios. A los veinticuatro años, a los pies de Don Bosco, hace a Dios voto de pobreza, castidad y obediencia; se hace Salesiano; y el 23 de diciembre de 1882 es ordenado sacerdote. Dice Don Rinaldi: "Don Bosco me decía: ‘tal día darás tal examen, tomarás tal orden sagrado’. Yo obedecía vez por vez. Fue Don Bosco quien me señaló la vida". Don Ceria nos dice que es el único caso vocacional que en que Don Bosco actúa con tanta insistencia. Estando Don Bosco a punto de morir, Felipe pide confesarse. Como el Santo está muy debilitado, le pide que le diga una palabra, una sola. Don Bosco, luego de oír su confesión, le dice: “Meditación.”
Para la reflexión 1. ¿Estamos verdaderamente convencido de la dimensión vocacional de nuestra consagración? 2. ¿Cómo se manifiesta nuestro empeño en ayudar a los jóvenes a descubrir el plan de Dios en sus vidas? 3. Si algún destinatario nos preguntara: “¿Qué espera Dios de mí?”, ¿cómo le ayudaríamos ?
Preces Interpelados por el momento histórico de nuestra Congregación, dirijámonos al Padre diciendo: Escucha, Padre, la plegaria de tus hijos • Que el Señor nos conceda ser cada uno de nosotros instrumentos eficaces del Espíritu Santo y así descubramos la vocación a la que Él nos llama a trabajar. Oremos. • Que todos nosotros favorezcamos climas de familia para ayudar a descubrir la llamada a compartir un proyecto en favor de los jóvenes. Oremos. • Que todos aquellos que se sientan llamados a testimoniar el amor de Dios a los jóvenes sigan adelante, alentados por nuestro ánimo y nuestra preocupación. Oremos. • Que todos los Salesianos consagrados que supieron dar su vida en favor de los jóvenes, ahora estén gozando de la presencia de Dios. Oremos. (Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría Oración final Canto mariano
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venid y veréis Día Quinto: Miguel Rúa
Saludo y bienvenida Bienvenidos. Hoy estamos invitados a reflexionar sobre la importancia del ser humano, promotor de amor y justicia, en la construcción del Reino de Dios. Importancia que se manifestará en la necesidad urgente de convocar a hombres y mujeres que quieran dar sus vidas a causa de este gran proyecto divino.
Oración inicial Lectura breve (Mt 4, 18-20) “Caminaba Jesús a orillas del lago de Galilea y vio a dos hermanos: Simón llamado después Pedro, y Andrés, que echaban las redes al agua porque eran pescadores. Jesús les dijo: ‘Síganme, y los haré pescadores de hombres.’ Los dos dejaron inmediatamente las redes, y empezaron a seguirlo.” Palabra del Señor
Canto a Don Bosco Lectura salesiana
A medias con Don Bosco
Junto a los molinos de la ciudad de Turín, en el mes de septiembre de 1845, Don Bosco tuvo un encuentro fundamental para su misión. Se apretujaban en su alrededor unos muchachos para recibir una medallita. Un poquito separado estaba un muchachito pálido, de ocho años, con un brazalete negro en el brazo izquierdo. Hacía dos meses que se le había muerto su padre, motivo por el cual, necesitaba de una persona llena de bondad y ternura que le sepa ayudar a superar esa dolorosa experiencia. No le agradaba eso de meterse en apretujones, ni empujar para abrirse paso. Se acabaron las medallas y el se quedó sin nada. Entonces, Don Bosco, se le acercó sonriendo y le dijo: “Toma Miguelito, toma”. ¿Tomar qué? Aquel extraño sacerdote que veía por primera vez, no le daba nada. Solamente le tenía la mano izquierda y con la derecha hacía señal como de quererla cortar en dos. El chiquito alzó unos ojos preguntones. El sacerdote le dijo: -Nosotros dos lo haremos todo a medias.
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¿Qué vio Don Bosco en aquel momento? Nunca lo dijo, pero aquel niño será, un día, su brazo derecho, su primer sucesor a la cabeza de la Congregación Salesiana. Se llamaba Miguel Rúa, él no entendió aquella frase, ni entonces, ni en muchos años más tarde. Pero, se encariñó con Don Bosco, con aquel sacerdote junto al cual uno se sentía alegre y lleno de calor. Luego se convertiría en su Primer Sucesor.
Para la reflexión 1. ¿Qué relación encuentro entre las lecturas? ¿A qué nos invita? 2. ¿Qué importancia tiene hoy en día el convocar a las personas a seguir a Jesús? 3. ¿Somos capaces de descubrir en los y las jóvenes a los continuadores de la misión salesiana?
Preces Dirijamos nuestras oraciones al Padre, que en Cristo Resucitado le dio a la Iglesia fundamento para edificarla como signo e instrumento de su salvación. Digamos: Renueva, Padre, nuestro corazón. • Por la Familia Salesiana: para que, fiel a San Juan Bosco, cumpla su misión entre los jóvenes pobres y abandonados. Oremos. • Por cada uno de nosotros aquí reunidos, para que iluminados por el Espíritu Santo sepamos convocar y guiar a jóvenes que quieran dar sus vidas a causa del Reino. Oremos. • Por los jóvenes: para que con la asistencia fraterna de sus educadores crezcan en edad, sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres. Oremos. (Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría Oración final
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venid y veréis Día Sexto: Miguel Magone
Saludo y bienvenida Hermanos bienvenidos al sexto día de Novena en honor de San Juan Bosco. Hoy hablaremos sobre cómo su pedagogía de la amabilidad condujo por el camino del bien y de la perfección al que un día fue cabecilla de un grupo de muchachos en la calle.
Oración inicial Lectura breve (Mt 18,12-14) En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, les digo en verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de su Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños. Palabra del Señor
Canto a Don Bosco Lectura salesiana
El pequeño capitán
Don Bosco nos relata: “Regresaba yo una tarde de otoño para tomar el tren que tenía que conducirme a Turín; eran las siete, estaba nublado. Un grupo de muchachos llamaba poderosamente la atención; entre toda la gritería pude percibir claramente una voz que se imponía a todas las demás. Era como la voz de un capitán, que todos repetían y todos obedecían. Aproveché la ocasión y de un salto me coloqué en medio de ellos. Todos huyeron espantados; todos menos él, que se quedó firme, dándome la cara: - ¿Quién es usted para atreverse a mezclarse en nuestros juegos? -
Soy un amigo tuyo. - ¿Y qué es lo que pretende de nosotros?, ¿quién es usted?
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- Ya te lo he dicho: un amigo tuyo, que deseo entretenerme con ustedes. ¿Y tú quién eres? - ¿Quién soy yo? Soy – añadió con voz sonora y firme – Miguel Magone, el general del juego. Me di cuenta de que si aquel brío y aquel carácter emprendedor eran sometidos a una buena educación, podían dar mucho de sí. En consecuencia, reemprendí el diálogo: - Querido Magone, ¿no serías capaz de dejar esta vida de vago y ponerte a aprender un arte o un oficio, e incluso hacer estudios? - ¡Claro que lo sería! – respondió conmovido –; algunos compañeros míos ya están en la cárcel, y me temo que lo mismo me va a pasar a mí; pero ¿qué quiere usted que haga?: mi padre murió, mi madre no tiene dinero, ¿quién será el que me ayude? - Mira, esta misma noche dirígele una fervorosa oración a nuestro Padre que está en los cielos. Hazlo de corazón y espera. En aquel momento la campana de la estación dio su último toque, y yo tube que irme sin falta. - Toma esta medalla y mañana preséntate al vicario de la parroquia, don Ariccio. Dile que el cura que te la regaló desea informes sobre tu conducta. Luego, este muchachito se convertiría en uno de los más grandes ejemplos del Sistema Preventivo como verdadero camino de santidad.
Para la reflexión 1. ¿Cómo podemos ser esos “buenos pastores” en nuestro trabajo con los jóvenes que nos rodean? 2. ¿Dentro de nuestro trabajo pastoral, nos acercamos a los jóvenes que verdaderamente más nos necesitan, así como lo hizo Don Bosco? 3. ¿Qué relación se puede encontrar entre la figura de Cristo Buen Pastor y Don Bosco?
Preces Somos herederos de la experiencia, espiritualidad y metodología que marcó la misión de Don Bosco: el Sistema Preventivo; al igual que él confiemos a Dios nuestros anhelos diciendo: Por intercesión de Don Bosco escúchanos Señor. • Dios Padre, te damos gracias por haber suscitado a Don Bosco. Haz que cada uno de nosotros podamos imitar su ejemplo y danos la fuerza de tu Espíritu para poder seguir a tu Hijo con fidelidad. Oremos. • Abre nuestro corazón a las necesidades de nuestros hermanos y que cada día ayudemos a la construcción de tu reino, como lo hizo Don Bosco, entregándolo todo por la salvación de las almas. Oremos • Que, a ejemplo de San Juan Bosco, podamos ser para los pequeños, abandonados y pobres, signos y portadores del amor de Dios, con los sentimientos de Cristo Buen Pastor. Oremos. (Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
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venid y veréis Día Séptimo: Juan Cagliero
Saludo y bienvenida Dios nos indica su misión con el don de su Palabra y con la presencia del Espíritu que habita entre nosotros. Como Don Bosco, abrámonos a la escucha del Invisible y contemplemos las obras que realiza por nuestras manos, con la actitud humilde de quien se sabe elegido, como signo del anuncio vocacional y de vida nueva para los jóvenes.
Oración inicial Lectura breve (Lc 6, 10 – 16) “En aquellos días Jesús fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles: a Simón, a quien llamó Pedro; a Andrés su hermano; Santiago y Juan, Felipe y Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago hijo de Alfeo; Simón, llamado Zelote, Judas hermano de Santiago, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.” Palabra de Dios
Canto a Don Bosco Lectura salesiana
Una buena primera impresión
Don Bosco escribía al teólogo Borel diciéndole que se dirigiera a don José Cafasso para obtener dinero: seguramente su necesidad debía ser grande, pues había encargado a su procurador vender algunos trozos de terreno de su propiedad en Valdocco. En efecto, el 6 de octubre de 1850, con escritura ante el notario Turvano, vendía a Miguel Nicco un terreno de 38 centiáreas por 250 liras; a Mariana Franco, viuda de Audagnotto, 3,89 áreas, por 2250,62 liras y a Santiago Ferrero y Juvenal Mo, 6 centiáreas por 37,16 liras. Durante ese tiempo Don Bosco se encontró, por vez primera, en Castelnuovo con Juan Cagliero, muchacho de unos doce años, natural de aquel pueblo. Se lo presentó el párroco don Antonio Cinzano para que examinara su vocación y le admitiera en el Oratorio de Turín. El mismo Cagliero, ahora obispo, nos contaba su primer encuentro con Don Bosco:
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“La impresión que recibí fue la de ver en Don Bosco un sacerdote singular, ya por el modo y la gracia con que me acogió, ya por el respeto y el honor con que le trataban mi buen párroco, mis maestros de Castelnuovo y los demás sacerdotes. Jamás se borró ni disminuyó mi primera impresión, sino que se acrecentó durante los treinta y tres años que viví a su lado. Don Bosco me hizo unas preguntas y fijó mi ingreso en el Oratorio para el curso siguiente.”
Para la reflexión 1. ¿Sabemos leer los problemas de la vida diaria como una oportunidad para crecer, antes que para consumirnos? 2. ¿Descubrirán los demás en nuestra mirada el amor que Dios les tiene? 3. ¿De qué otras formas manera puedo ser para los demás un signo del amor de Dios?
Preces Don Bosco nos enseña que Dios deposita en el corazón de muchos jóvenes el germen de la vocación a la vida apostólica. Pidamos poder ser instrumentos delicados y eficaces en descubrir y madurar estos dones del Espíritu. A cada invocación respondemos: Te lo pedimos, Señor. • Para que favoreciendo el clima de familia y acogida en la fe y en el amor, ayudemos a los jóvenes a descubrir en sí mismos la llamada divina y ellos se sientan atraídos a seguirla con generosidad. Oremos. • Para que su designio de amor con jóvenes llamados encuentre confirmación en el testimonio de nuestra vida personal y comunitaria, donde brille la alegría de una entrega sin reservas. Oremos. • Para que sepamos asistir a los jóvenes inseguros en la búsqueda de su orientación en la vida y guiarles con delicadeza y respeto, mediante el contacto personal y la labor educativa. Oremos. •Para que abras el corazón de los hombres a favor de los prófugos, de los hambrientos, de los perseguidos a causa de la verdad y la justicia y cooperen en la construcción de una mundo más justo y fraterno. Oremos. (Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría Oración final Canto mariano
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venid y veréis Día Octavo: María Mazzarello
Saludo y bienvenida Bienvenidos hermanos a este octavo día de novena en honor a nuestro Padre Don Bosco, que nos indica algunas de nuestras prioridades como buenos cristianos. Junto con María Mazzarello, que en el trabajo diario supo manifestar la belleza de los valores en la persona, nos enseñan cómo la gracia de Dios es la que lleva a culmen los planes que buscan el bien de nuestros hermanos.
Oración inicial Lectura breve (Lc 1, 46 – 53) “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.”
Canto a Don Bosco Lectura salesiana
Palabra del Señor
A ti te las confío María Mazzarello tuvo una visión: bajaba por la colina de Borgoalto, cercana al pueblo de Mornese, cuando le pareció ver un edificio grande, en un sitio en que ese tiempo no había ni siquiera cimientos para esa construcción, narró al P. Pestarino lo que había visto y él le prohibió hablar de esto, creyendo que eran espejismos. Después de prepararse bien en el oficio de modista, pudo abrir un taller de costura para atraer a las niñas que quisieran aprender a coser, pero con el fin principal de apartarlas de los peligros, de hacerlas buenas y especialmente de darles a conocer y a amar al Señor y así hacerlas mejores cristianas.
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En otro lugar Don Bosco le manifiesta a Don Pestarino la necesidad de una congregación que hiciera por la niñas lo que los Salesianos hacen por los niños; además, en un sueño, la Virgen le dijo que le confiaba una multitud de niñas: "Cuida de ellas, son mis hijas". Impresionado por aquel sueño, en una reunión de sacerdotes se encontró con el P. Pestarino que le contó que en Mornese tenía a un grupo de jóvenes con habilidad especial para reunir niñas y enseñarles la costura y la religión, siendo ésta una buena oportunidad para realizar lo mandado por la Virgen. María Mazzarello no había visto nunca a Don Bosco, pero esa noche del 7 de octubre de 1864 , apenas le oyó su primer sermón quedó encantada y llena de admiración. Y en esos días siempre que el santo hablaba, ella se ubicaba en las primeras filas para oírle mejor y no perderle palabra. Sus compañeras la reprendían por meterse entre ese montón de hombres, a escucharle, y ella les decía: "Es que mi corazón me dice que Don Bosco es un santo, y a los santos no se les puede perder palabra". La amistad con Don Bosco hizo crecer a pasos agigantados en santidad a la muchacha de Mornese. Para Don Bosco el encuentro con el apostolado de María Dominga y sus amigas fue la oportunidad de dar vía al desarrollo de la parte femenina de su carisma. Ella fue la primera Madre General y Cofundadora de las "Hijas de María Auxiliadora", un "monumento viviente a la Virgen".
Para la reflexión 1. ¿Cuál es la relación entre la lectura Bíblica y la lectura Salesiana y a qué nos compromete? 2. ¿Cuáles son los valores que podemos rescatar de las acciones de María Mazzarello?
Preces Con la humildad y confianza de los que confian en Dios y saben leer en los signos de la vida su santa voluntad, digámosle: Escucha, Señor, nuestra oración. • Por todos los miembros de la Familia Salesiana: para que, imitando a San Juan Bosco en la entrega al servicio de los jóvenes, sepan fomentar en ellos la vocación al seguimiento de Cristo Buen Pastor. Oremos. • Por todas las personas que están buscando su vocación específica, para que sean generosos y se dejen ayudar por la luz del Espíritu Santo. Oremos. • Por quienes participamos en esta novena: para que, llevados de la mano de María Auxiliadora, busquemos siempre la construcción del Reino de Dios, con bondad y sencillez de corazón. Oremos. (Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano
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venid y veréis Día Noveno: José Buzzetti
Saludo y bienvenida Don Bosco tenía siempre abierto su corazón y las puertas de su casa, el Oratorio, para acoger a los muchachos que necesitaban de casa, alimento y sobre todo de un padre que los acoja y muestre su afecto sincero. José Buzzeti fue uno de estos muchachos que entró en el Oratorio y se quedó con Don Bosco, fue su amigo y compañero fiel hasta el final. Cuando un muchacho se sentía querido por Don Bosco, era muy difícil dejarlo, su cercanía y afecto invitaba a quedarse con él.
Oración inicial Lectura breve (Jn 15, 12 – 16) “Este es mi mandamiento: Que se amen los unos a los otros, como yo les he amado. Nadie tiene mayor amor que éste: dar la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen las cosas que yo les mando. Ya no les llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; yo les llamo amigos, porque les di a conocer todas las cosas que oí de mi Padre. No me eligieron ustedes a mí sino yo a ustedes; y les he puesto para que vayan y lleven fruto, y su fruto permanezca: para que todo lo que pidan al Padre en mi nombre, él se los dé.” Palabra del Señor
Canto a Don Bosco Lectura salesiana
Amigo fiel e incondicional Después de que se derrumbara una parte de la construcción que estaba haciendo Don Bosco en el Oratorio, Buzzetti no podía convencerse de que hubiera gente capaz de abusar de la bondad de Don Bosco; por eso arremetía con encendidas palabras contra aquel desleal que estaba estafando, Don Bosco intentaba calmarlo. -íBuzzetti, tengamos paciencia! Ya verás cómo el Señor nos ayudará. -¡Sí, sí, nos ayudará! Mientras tanto, usted no duerme, trabaja día y noche para juntar unas liras, y los demás se las roban a millares en un momento. Habría que darles una buena lección.
venid y veréis
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- ¡Déjalos en paz! Ya se la dará el Señor. Pero Buzzetti tenía derecho a gritar. Por humildad y por el dedo perdido con el disparo de la pistola, había dejado la sotana. Vivía totalmente entregado al Oratorio. Era el 14 de mayo de 1856. Decide dejar a Don Bosco. La tristeza se apoderó de él y no sabía cómo decírselo. Fue a comunicarle que dejaba el Oratorio, que se sentía inútil, que veía cambiar todo,; incluso los chicos que él había educado ahora eran sus superiores. Don Bosco, muy tranquilo, no se inmutó y le dijo: ¿Has encontrado trabajo? ¿Te pagarán bien? No tienes dinero y lo vas a necesitar. Abre los cajones y coge lo que necesites. No quiero que lo pases mal. Le miró D. Bosco con aquel cariño con que miraba a los jóvenes, y después añadió: “Nos hemos querido siempre. Espero que no me olvides nunca”. Entonces Buzzetti estalló en llanto. Lloró largo rato, y dijo: “No, no quiero dejar a Don Bosco. Me quedaré siempre con él. Y con él permaneció hasta que se decidió a hacerse salesiano coadjutor en 1877. Vivió muchos años haciendo un bien inmenso.
Para la reflexión • ¿Qué significa para nosotros hoy que Don Bosco sea llamado: “Padre, Maestro y amigo? • ¿Qué dice Jesús sobre la amistad? Nosotros ¿somos fieles a nuestros amigos?
Preces
Acudamos ahora a nuestro Señor pidiéndole que escuche nuestras peticiones. Óyenos, Jesús, Amigo nuestro.
• Para que en el compartir diario te sepamos encontrar a Ti, que nos has dicho que somos tus amigos; haz que, a ejemplo de Don Bosco, te conozcamos cada vez más. Oremos • Para que también nosotros encontremos en Ti a ese amigo que nunca falla, así como José Buzzeti encontró en Don Bosco su gran amigo para toda la vida. Oremos. • Para que encuentren en Ti la alegría de vivir tantos jóvenes que necesitan de alguien que les dé confianza, seguridad y sea compañía en el camino, y por aquellos que se sienten solos y tristes. Oremos Oremos. • Para que podamos descubrir en Don Bosco al Padre, Maestro y Amigo que ilumina y acompaña nuestro camino de búsqueda y compromiso de un mundo mejor, más justo y solidario para todos. Oremos (Oraciones espontáneas)
Padrenuestro y Avemaría
Oración final
Canto mariano