OSEAS. PROGRAMA No Cap. 2:2-16

PROGRAMA No. 1025 OSEAS Script Ready Recorded Edited Checked Corrected Mastered / / / / / / / / / / / / Cap. 2:2 - 16 En nuestra oportunidad a

1 downloads 129 Views 179KB Size

Story Transcript

PROGRAMA No. 1025

OSEAS

Script Ready Recorded Edited Checked Corrected Mastered

/ / / / /

/ / / / /

/

/

Cap. 2:2 - 16

En nuestra oportunidad anterior, pasamos rápidamente por la última parte del capítulo 1 y la primera parte del capítulo 2 de Oseas. Aquí tenemos declaraciones que son muy destacadas por cierto. Por ejemplo, podemos mencionar los versículos 10 y 11 del capítulo 1, y el versículo 1 del capítulo 2. Los que aquí tenemos en realidad son cinco profecías en relación con la nación de Israel. En primer lugar, nos habla de que habrá un aumento en la población de la nación de Israel, y debemos destacar que varias ocasiones esta nación había sido casi exterminada como un pueblo de la faz de la tierra. Pero hoy, aún continúa como una nación, y como pueblo. Eso que tenemos aquí es para el futuro, una gran bendición que se promete para el futuro.

Luego, se indica algo muy claramente. Y en el lugar en donde les fue dicho: vosotros no sóis pueblo mío, les será dicho: sois hijos del Dios viviente. Eso indica que llegará un día, y la Biblia nos habla de esto, cuando tendrá lugar la conversión de la nación en el futuro. Esto no quiere decir que sea cada israelita. Esto quiere decir que la nación como tal se volverá a Dios. Y no sólo eso, sino que los reinos del sur y del norte y todas las doce tribus se van juntar como una nación. Y esa es una de las cosas que uno descubre hoy en Israel. Allí no hay esa armonía que debería existir. Esto es algo que perturba en realidad a los líderes de la nación. Pero llegará un día cuando todos se van a unir. Y bajo un sólo líder, que por supuesto será el Mesías. Hoy están divididos en muchos partídos. Están TTB 4991

Página 1 de

Programa No.1025

AR SM

divididos por cierto en gran manera. En el versículo 1 del capítulo 2, leemos:

1

Decid a vuestros hermanos: Ammi; y a vuestras hermanas: Ruhama. (Os. 2:1)

Usted recuerda que esto quiere decir: “Vosotros no sois pueblo mío”. Pero llegará el día cuando Él les dirá a ello: “Vosotros sois mi pueblo”. Él no ha abandonado la nación de Israel. Y ya vamos a ver eso nuevamente cuando entremos al capítulo 3 de Oseas. Esto es muy importante de notar, porque, personalmente, opinamos que hay aquellos que enseñan que Dios ya no tiene nada que ver con la nación de Israel, y se toma lo que dice el Antiguo Testamento, mucho del Antiguo Testamento, y se lo hace espiritual o se lo deja de lado. Y uno puede hacer eso con el Antiguo Testamento y tomar cualquier significado literal de lo mismo; entonces, uno lo abusa en cuanto al significado se refiere, y usted puede hacer eso con el Antiguo Testamento, y también lo puede hacer con el Nuevo Testamento. Y lo puede hacer con la epístola a los Romanos, y lo podría hacer con Juan 3:16; pero, amigo oyente, no creemos que usted lo pueda hacer con el Nuevo Testamento, ni tampoco es posible hacer con el Antiguo Testamento.

Luego leemos: Contended con vuestra madre. Estas palabras aquí nos indican que existe una gran lucha. Esto es a causa de que ella regresó a la prostitución, que ella le fue infiel a él. Es por eso que leemos en el versículo 2, y en el 3:

2

Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su

marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos; 3no sea que yo la despoje y desnude, la ponga como el día en que nació, la haga como un desierto, la deje como tierra seca, y la mate de sed. (Os. 2:2-3)

Dios se está dirigiendo ahora a la nación de Israel, ésto se aplica a la nación. Pero usted TTB 4991

Página 2 de

Programa No.1025

debe recordar que esa muchacha con la cual él se había casado se convirtió en una ramera, pero éste no es el fin de esta historia. Después que se casó, tuvo tres hijos, regresó a la práctica del adulterio. Y este hombre la amaba. Amigo oyente, el gran pecado en todo el mundo no es el asesinato, no es el mentir, no el robar, y quizás bajo ciertas circunstancias el peor pecado del mundo no es el adulterio. El peor pecado del mundo es cuando un hombre y una mujer se aman, y uno de ellos llega a ser infiel. La persona que hace eso es culpable de cometer el peor pecado que uno pueda hacer. Usted bien podría ser un asesino, un mentiroso, y puede ser que si usted hace todo eso, usted hará lo otro. Es lo que opinamos nosotros, por supuesto, y estamos juzgando por lo que las Escrituras nos dicen es el peor pecado que uno puede cometer. Usted ha descendido al nivel más bajo que puede llegar, cuando uno es infiel a la persona que ama.

Por otro lado podemos preguntarnos, ¿cuál es el pecado más grande que un creyente puede cometer? Creemos que hay personas que han mencionado algunas de estas cosas, y algunas de estas cosas que hemos mencionado hoy como el asesinato o la mentira, la envidia, hay muchas otras cosas que los santos opinan es el pecado más grande, pero el pecado más grande es el de ser infiel a Dios, y le ama a usted y Él le da la vida. No hay ningún pecado más grave que ese.

Luego, Él dice: Contended con vuestra madre. Díganle que regrese. Díganle que se aparte se sus idolatrías. Dios dice que ha venido a juzgarla. Nuestra opinión es que Oseas no es tan tierno de corazón como lo era Jeremías, y pensamos que él podía haber dicho: “Yo haré que ella muera apedreada si continúa en esta clase de vida. No tendré ninguna otra alternativa”. Y aquí en versículo 4, de este capítulo 2 de Oseas, dice:

4

Ni tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución. (Os. 2:4)

Él está hablando de los hijos ilegítimos. Él está aplicando esto a las personas individuales

TTB 4991

Página 3 de

Programa No.1025

de la nación. Dios les juzgará. Esta nación se ha entregado a la idolatría. ¿Qué es lo que quiere decir? Quiere decir que las personas, individualmente se han entregado a la idolatría. Y en esta ocasión, la nación completa aparentemente se ha entregado a la idolatría, y aquí, en realidad, en esta ocasión la nación completa lo ha hecho. Ni tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución.

5

Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras

mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida. (Os. 2:5)

Ella está haciendo esto por dinero. Ella dice: Iré tras mis amantes. Hay mucho dinero en la prostitución. Y es uno de los negocios más grandes del presente. Aquí tenemos esta nación diciendo esto, y lo que deberíamos agregar es que podría significar que Oseas no era una persona rica y que él no era capaz de proveer para ella todos los lujos que ella podía haber tenido antes. Así es que ella practica el adulterio.

Ella está haciendo esto por dinero. Ella dice: Iré tras mis amantes. Hay mucho dinero en la prostitución. Y ese es uno de los negocios más grandes del presente. Aquí tenemos esta nación diciendo esto, y lo que deberíamos agregar es que podría significar que Oseas no era una persona rica y que él no era capaz de proveer para ella todos los lujos que ella podía haber tenido antes. Así es que, ella practica el adulterio.

Lo que sucedió con Israel es que se entregó a los ídolos. Y esto es adulterio espiritual. Cuando usted le da las espaldas a Dios habiendo sido creyente que profesa ser creyente, usted se aparta de Él y se entrega a las cosas de este mundo, entonces, usted es una persona adúltera. Usted, entonces, practica un adulterio espiritual, y lo que Israel estaba haciendo era darle a los

TTB 4991

Página 4 de

Programa No.1025

ídolos por hacer provisión para ellos. Usted puede apreciar lo que él dice aquí: “Yo te voy a juzgar, porque ahora te has entregado a tus amantes”. Ella dice: “Bueno, ellos me dan lo que necesito; o mejor, me dan lo que quiero. Me han dado un apartamento aquí en el mejor edificio de la ciudad. ¿Por qué tengo yo que ir a vivir en las villas miserias de mi país, cuando él me cuida de esta manera?”

Lo

que Israel estaba diciendo era: “Estos dioses que ahora adoramos, Baal entre ellos,

están proveyendo para nuestras necesidades de la vida. El pan y el agua, son una necesidad. Mi lana y mi lino; “bueno, me compró un vestido de seda”. Y vemos que Israel estaba diciendo: “Estos dioses proveen para nosotros”. Y luego dice: mi aceite y mi bebida. Eso es licor, eso es lujo. Es decir que ellos estaban acreditando todo esto a los ídolos. Y Dios dice: “Todo este tiempo yo he sido quien ha estado cuidando de ustedes”.

Ah, amigo oyente, la ingratitud que existe hoy, no sólo en la raza humana, sino que aún existe entre aquellos que profesan ser creyentes; la ingratitud de esa gente hacia Dios quien provee todo lo que ellos necesitan.

La gente se queja hoy en cuanto a las bendiciones y en cuanto a todo. Usted tuvo una buena comida hoy, ¿verdad? Usted tiene con que vestirse. No estamos seguros por supuesto, pero la mayoría de los que me escuchan han tenido algún lujo. ¿Quién piensa usted que ha provisto esto? “Bueno, – dirá usted, – sepa usted que esto lo obtuve con mi trabajo. Yo trabajé mucho y soy una persona muy inteligente, y que tengo una buena posición y he obtenido esto con mis esfuerzos. Yo soy quien he trabajado para obtener todo esto”. Amigo oyente, ¿cree usted eso realmente? Permítanos decirle, que fue Dios quien proveyó para usted. Él es quien le dio a usted la salud y la fortaleza. Él es quien le dio su trabajo. Él es quien proveyó la luz del día y el agua que usted bebe. Él es quien está siendo bueno para con usted, y, sin embargo, usted demuestra ingratitud hoy. Amigo oyente, usted no puede llegar a hacer nada peor que esto. TTB 4991

Página 5 de

Programa No.1025

Usted dice: “Bueno, esto es realmente terrible”. Usted puede ver las muertes y asesinatos que se cometen hoy. Esas son cosas malas. Pero aún hay cosas peores cometidas por los hijos de Dios hoy. Sabemos que esto no es algo muy popular. Pero, amigo oyente, nosotros en este ministerio no estamos tratando de ser populares; no estamos buscando eso. Lamentamos mucho si a usted no le gusta lo que estamos diciendo, pero debemos decirlo, porque eso es lo que dice este libro, la Palabra de Dios. Ahora, escuche lo que dice aquí el versículo 6:

6

Por tanto, he aquí yo rodearé de espinos su camino, y la cercaré con seto, y no hallará

sus caminos. (Os. 2:6)

Creemos que cuando Dios nos envía un juicio, nos habla en ese juicio. Y si escuchamos la voz de Dios cuando nos habla la primera vez, no tendremos que sufrir las consecuencias de nuestra sordera espiritual. Pero, lo que ocurre amigo oyente, muchas veces, es que cuando recibimos el juicio, nos quejamos, zapateamos, protestamos y no escuchamos a Dios. Y no nos damos cuenta que en esa forma, todo lo que logramos es empeorar la situación. Usted puede apreciar, amigo oyente, que lo que hay detrás de todos nuestros problemas es que nosotros no estamos reconociendo a Dios. Ahora, en el versículo 7, de este capítulo 2, de Oseas, leemos:

7

Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces

dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora. (Os. 2:7)

Es decir que, llega un día cuando la que se ha convertido en ramera, ya no es tan hermosa, como lo era antes. Por tanto, ella encuentra que ya sus amantes no la quieren. Y eso es exactamente lo que estaba sucediendo con la nación de Israel. Ahora, ellos dicen: “Vamos a regresar a Dios”, pero sólo lo hacen porque les conviene. Y continuamos leyendo los versículos

TTB 4991

Página 6 de

Programa No.1025

8 y 9:

8

Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la

plata y el oro que ofrecían a Baal. 9Por tanto, yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez. (Os. 2:8-9)

Dios está diciendo: “Yo les castigaré”. Y creo que podemos decir eso en cuanto a cada una de nuestras naciones, especialmente durante tiempos difíciles, cada nación debe reconocer eso. Comenzó mucho tiempo atrás, y en el presente, hemos llegado a ser tan sofisticados. Podemos apreciar eso en los movimientos sociales de cada nación. En algunos lugares hasta se dice que hay que aceptar a los homosexuales en la sociedad con todos los derechos y privilegios. Dios dice que, cuando eso llega a ser prevalente o destacado en una nación, quiere decir que Él ya ha abandonado a esa nación. Luego, nos enteramos de todas las muertes y asesinatos que esa gente comete hoy, y aun así, estamos aceptándola en la sociedad.

Amigo oyente, estos son

pecadores. Y esa es la señal de una nación que está en camino hacia la perdición cuando acepta esta clase de cosas. En el día de hoy existen demasiados jueces que saben mucho en cuanto a la ley, pero que no saben nada en cuanto a cómo Dios gobierna aun las leyes de una nación, especialmente cuando en esa nación se presentan leyes malas, y sus jueces, son hombres malos. Ahora, en los versículos 10 al 13, de este capítulo 2, de Oseas, leemos:

10

Y ahora descubriré yo su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará

de mi mano. 11Haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus nuevas lunas y sus días de reposo,* y todas sus festividades. 12Y haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales dijo: Mi salario son, salario que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del campo. 13Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus TTB 4991

Página 7 de

Programa No.1025

amantes y se olvidaba de mí, dice Jehová. (Os. 2:10-13)

El peor pecado en todo el mundo, amigo oyente, es el olvidar a Dios. Notemos ahora, lo que dice en los versículos 14 y 15, de este capítulo 2, de Oseas:

14

Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. 15Y le

daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto. (Os. 2:14-15)

Usted recordará que fue en el valle de Acor, donde la nación de Israel sufrió una gran derrota en el lugar llamado Hai, cuando ellos entraron a esa tierra bajo el liderazgo de Josué. Ellos tuvieron que descubrir aquel pecado, y finalmente, se lo encontró en el hogar de Acán, y tuvo que ser juzgado. Dios dice aquí: “En el mismo lugar donde juzgué vuestro pecado, yo os bendeciré”. Dios está diciendo: “Yo os restauraré, y os daré una puerta de esperanza”.

Amigo oyente, aún en el día de hoy en la tierra de Israel, uno no puede encontrar las cosas tal cual se mencionan aquí. Este es el mismo lugar del cual se está hablando aquí pero, aunque Israel tiene la tierra, no la posee. ¿Sabe usted quién la tiene? Los árabes. Este lugar se encuentra cerca de Siquem, del lugar donde José está sepultado, la tribu de Efraín. Ese lugar se encuentra en esa zona. Y Dios dice: “Llegará el día cuando yo los bendeciré”. Pero uno no puede apreciar eso allí hoy. Uno no puede ver el cumplimiento aún de esa profecía. Ahora, el versículo 16, de este capítulo 2 de Oseas, dice:

16

En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali.

(Os. 2:16) TTB 4991

Página 8 de

Programa No.1025

Aquí tenemos algo sumamente interesante, porque todo tiene que ver con el significado de lo que se dice, y es algo que es realmente hermoso. Ojalá que no perdamos el significado aquí. Ishi significa “mi esposo”, y Dios dice que llegará el día cuando ella le llamará a él “mi esposo”.

Observemos esto por un momento. ¿De qué está hablando esto? Esto nos habla de aquello que es íntimo, de aquello que es muy personal, de aquello que se basa en el amor, de aquello que es la relación más alta entre los hombres, cuando una mujer puede decir: “Ishi, él es mi esposo”. Y cuando el hombre puede decir: “Ella es mi esposa”. Creemos que esto es lo más hermoso que pueda decirse en la Biblia. Pudimos ver esto cuando estudiamos el Cantar de los Cantares de Salomón. Allí leíamos: “Yo soy de mi amado, y Él es mío”.

Ahora, esto quizá no sea algo muy refinado. Pero, hace algún tiempo, en la televisión se le hacía una entrevista a una de las estrellas del cine. A la muchacha, que de paso digamos, era muy hermosa, se le hizo la siguiente pregunta: “¿No tienes temor de perderlo algún día, cuando él es siempre el primer actor y tiene que trabajar con esas otras actrices tan hermosas?” A lo cual ella respondió: “No. Yo le doy a él todo lo que tengo, y no hay nadie que pueda darle a él más de lo que yo le doy”. “Yo soy de mi amado, y mi amado es mío”. Cuando usted tiene esa relación en un matrimonio, amigo oyente, tiene un hogar verdaderamente feliz. No habrá entonces, necesidad, de tener que tomar esos cursos especiales que le dicen a uno cómo debe comportarse como esposo o como esposa. El secreto, amigo oyente, es el amor, y cuando uno no tiene eso, entonces, no tiene nada. Pero si usted tiene amor, entonces, lo tiene todo. Usted puede resolver sus problemas financieros. Usted puede resolver las dificultades que puedan existir por causa de la personalidad del uno o del otro. Usted puede resolver cómo tratar con los niños, es decir, cuando se aman el uno al otro. Pero si no existe el amor del uno para con el otro, amigo oyente, entonces, no puede resolver nada. Amigo oyente, es algo verdaderamente maravilloso cuando uno tiene la relación correcta con Dios. Cuando usted puede ir al Señor Jesucristo y decirle: “Señor, te amo. Yo te pertenezco a Ti. Tú me perteneces”. Pablo le dice a TTB 4991

Página 9 de

Programa No.1025

los creyentes de Corinto en 1 Corintios 3:21-23: “. . . todo es vuestro: sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es nuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios”. Amigo oyente, ¿puede mencionar usted lo que le pertenece? ¿Pertenece usted a Él? ¿Le pertenece Cristo a usted? Amigo oyente, si esto es así, entonces, usted tiene algo muy bueno. No hay ninguna otra relación semejante a esta.

Este libro que estamos estudiando es un libro maravilloso. Nos enseña muchas cosas. Ahora, Ishi quiere decir “mi esposo”.

Y Baali quiere decir, bueno, es algo realmente

relacionado con Baal, que significa “mi Señor”. Eso es todo lo que significa: mi Señor.

El Señor Jesucristo dijo: “Habrán muchos en aquel día que me dirán: ‘Señor, Señor, en tu nombre hemos hecho grandes cosas. Hemos sanado a la gente, hemos realizado milagros”. Y Él les contestará: “Ni siquiera os conozco”.

Amigo oyente, debemos decir que lo importante – lo más importante de todo – es una relación real y verdadera con el Señor Jesucristo. No es algo que decimos nada más que con la boca: “Él es mi Señor y yo estoy haciendo grandes cosas por Él, y puedo hacer grandes cosas hoy”. Amigo oyente, lo podemos resumir en las palabras que Él le dijo a Simón Pedro, allá junto al mar de Galilea: “¿Me amas?” ¿Le ama usted a Él, amigo oyente? Y ese era el problema con esta nación. Estaban alejados de Dios. Sí, le estaban llamando a Él, Señor. Ellos decían, “Sí, Él es nuestro Señor”. Por cierto que le estaban llamando a Él “Señor”. Pero llegará el día cuando ellos dirán: “Él es mi esposo”. Amigo oyente, cuán personal se hace esto. Cuán íntimo es. Y es algo en el más alto nivel.

Bien, amigo oyente, vamos a detenernos aquí por hoy. Dios mediante, continuaremos en nuestro próximo estudio. Hasta entonces, ¡que Dios le bendiga es nuestra ferviente oración!

TTB 4991

Página 10 de

Programa No.1025

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.