PARODIA

CARNAVAL/ANTROPOFAGIA/PARODIA Las complejidades y contradicciones de las teorias de Bakhtin sobre la novela no han impedido su aplicaci6n a la critic

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CARNAVAL/ANTROPOFAGIA/PARODIA

Las complejidades y contradicciones de las teorias de Bakhtin sobre la novela no han impedido su aplicaci6n a la critica de la nueva narrativa latinoamericana. El mero hecho de que sus textos nos han legado no en el original (accesible s61o a muy pocos), sino en traducciones a distintas lenguas occidentales (sobre todo italiano, franc6s, ingles y alemain), debiera haber prevenido en cuanto al uso indiscriminado de los mismos. Las traducciones ahondan la ambigtiedad y hasta la duplicidad de algunos de sus conceptos decisivos. Ya en la introducci6n de Julia Kristeva a la traducci6n francesa de Problemy Poetiki Dostoievskovo (1963) [La podtique de Dostoievski, Paris: Seuil, 1970, pp. 5-27] se subraya que el vocabulario idiosincratico de Bakhtin es una de las principales dificultades que enfrenta cualquier discusi6n critica de sus teorias. Por ejemplo, donde Bakhtin usa la expresi6n slovo (el equivalente en ruso a Kristeva ha sugerido la traducci6n mas adecuada de «discurso>, expresi6n que tambi6n esta connotada en el uso arcaico de aquella palabra rusa (p. 12). Mis tarde, en su libro Le texte du roman [The Hague: Mouton, 1970; trad. espaiola, El texto de la novela, Madrid: Lumen, 1974], donde Bakthin se refiere a y , Kristeva propone la expresi6n y el concepto de intertextualite (pp. 139-176): mas abarcador, pero menos especifico. Ni siquiera el canon de las obras de Bakthin ha sido firmemente establecido. En su introducci6n al libro sobre Dostoievski, Kristeva no parece muy segura de que sean de Bakhtin los libros publicados hacia 1930 por dos de sus discipulos, «V. Volosinov y o se trata solamente de seud6nimos usados por un critico que ya no podia publicar libremente sus trabajos debido a la persecuci6n de los comisarios del realismo socialista? En un reciente y polmico articulo sobre el tema, Flivio Kothe parece creer que tanto Volosinov como Medvedev no s6lo son gente real (lo que no esti en duda, aunque se ignora c6mo mu-

),



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EMIR RODRIGUEZ MONEGAL

rieron, ya que desaparecieron durante las purgas de los afios treinta), sino que son criticos originales. En efecto, Kothe demuestra que tanto el primero (en Marxismo y la filosofia del lenguaje, 1929) como el segundo (en El metodo formal en teoria literaria, 1926) tienen un punto de vista mucho mis marxista y antiformalista que el expresado por Bakhtin en las obras por el firmadas. Por eso, Kothe opone el maestro a los discipulos y lega a la conclusi6n de que su circulo no era tan circular. (Cf. >, en Tempo Brasileiro, n.o 51, Rio de Janeiro, octubre-diciembre 1977, pp. 17-33). Para Roman Jakobson, sin embargo, no hay duda de que tanto Volosinov como Medvedev eran no s610o discipulos, sino portavoces de Bakhtin, y que las dos obras publicadas por ambos fueron escritas por aquel, aunque retocadas para hacerlas mas accesibles al marxismo primario que entonces reinaba en los estudios literarios sovieticos. Las contradicciones que apunta Kothe correctamente entre los textos del maestro y los de sus discipulos se deben al esfuerzo por disimular el origen y conseguir la aprobaci6n de la censura de la 6poca. En su introducci6n a la versi6n francesa del libro de Volosinov, que se publica ya bajo el nombre de Bakhtin, Jakobson aclara definitivamente el punto. (Cf. Le marxisme et la philosophie du langage, Paris: Minuit, 1977.) Otros problemas de adaptaci6n y lectura de Bakhtin al mundo occidental derivan del esfuerzo de insertar sus puntos de vista, tan originales, en el contexto de una critica contemporinea de la novela. En un articulo excelente, David Hayman ha probado, por ejemplo, que hace falta una discusi6n mas a fondo del problema de los generos que esta en el centro de las teorias de Bakhtin. Hayman observa correctamente que, en su libro sobre Rabelais (Rabelais and His World, 1965, traducci6n de Helene Iswolsky [Cambridge: MIT Press, 1968]; ed. esp.: La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de Francois Rabelais [Barcelona: Barral Editores, 1971]), Bakhtin tiende a subrayar s6lo el aspecto c6mico o del Carnaval, reduciendo asi su ambivalencia y creando un modelo incompleto. Tambien subraya Hayman que el uso de las miscaras crea una ambigiiedad mayor y mis honda que sirve para marcar la distancia entre los actores y el ptiblico, destruyendo ese nivel de comunicaci6n inmediata que, segin el modelo de Bakhtin, corresponderia instaurar al Carnaval. Pero el principal argumento de Hayman en su relectura de Bakhtin es que su teoria de los g6neros, por sus limitaciones mas obvias, no puede hacer plena justicia a las complejidades del Carnaval. En vez de una teoria de los g6neros, Hayman propone una teoria de los modos. Su conclusi6n de que clasificaci6n de los modos es posible y tal vez necesaria>> Ileva la adver-



. Para este iltimo, vease la traducci6n publicada en la revista Eco [Colombia, 1977], nims. 193 y 195.) En un movimiento tipicamente carnavalesco, Bakhtin desplaz6 el centro a la periferia y prob6 que las formas habian ocupado el centro. Ese movimiento politico (en el sentido en que Paolo Valesio define la politica como la estrategia del texto) no s61o desplaz6 a Tolstoi, paradigma del logocentrismo y la novela monol6gica, sino que instal6 a Dostoievski y a toda la literatura rusa en una perspectiva distinta. La misma operaci6n puede ser practicada con la literatura latinoamericana, que ha sufrido hasta hace poco por una critica demasiado preocupada por el logocentrismo de los modelos occidentales. En cierto sentido, y a pesar de la independencia politica, los modelos, los valores y hasta el lenguaje latinoamericanos han sido originados en Europa. El colapso de los imperios espajiol y portugues no cambi6 la, situaci6n de dependencia. Como ha sido suficientemente demostrado, esa dependencia ya existia en la 6poca de aquellos imperios, ya que eran a su vez tributarios (econ6mica y culturalmente) de otros imperios europeos. Con la independencia, las metr6polis iniciales fueron sustituidas mayormente por Francia, Inglaterra o Italia como proveedores de modelos culturales. Mas recientemente, Estados Unidos y la Uni6n Sovietica han entrado a integrar la lista de . Si al nivel de las culturas oficiales la importaci6n de modelos era la norma, al nivel de la cultura no oficial (que inclufa no s6lo la cultura popular, sino tambi6n, y no hay que olvidarse, los experimentos de la «vanguardia>), el proceso era totalmente distinto. Los modelos eran aceptados por la cultura no oficial, pero eran inmediatamente parodiados; las modas eran exageradas hasta lo grotesco; la entronizaci6n y la destronizaci6n de las ideologias eran practicadas con toda celeridad. En los tiempos barrocos, poetas como Sor Juana Ines de la Cruz o el poeta popular y erudito brasileiio Gregorio de Matos lievaron a G6ngora hasta sus iltimas consecuencias, universalizando sus puntos de vista al llenar sus respectivos versos con puntos de vista contrarios y hasta contradictorios (Sor Juana) o al explorar sus mis escatol6gicas posibilidades tanto en el sentido metafisico (Sor Juana) como en el cdprol6gico (De Matos). Una operaci6n similar ocurri6 durante el modernismo hispanoame-

> (que parodiar la cultura occidental. En un cuento titulado recoge en el volumen del mismo nombre, 1949), la carnavalizaci6n par6dica esta cuidadosamente escondida. S61o si se lee entre lineas se puede descubrir en esta trivial y grotesca historia de amor el prototipo altisimo: la Divina Comedia. A pesar de que la mujer amada (e indigna) de su cuento se llama Beatriz y de que uno de los tres protagonistas lleva el nombre de Daneri (ap6cope de Dante Alighieri), Borges continua insistiendo ante sus entrevistadores que el cuento no tiene nada que ver con la ilustre epopeya cristiana y que los vinculos, si existen, son feliz invenci6n de los criticos. Al negar la parodia, Borges s6lo consigue dar otra vuelta de tuerca al infinito proceso de carnavalizaci6n a que estin tan integramente dedicados sus cuentos. (Un ensayo que estaba antes en Otras inquisiciones, 1952, pero que ha desaparecido misteriosamente ahora de las Obras Completas, >.) Independientemente de Borges, y como si nunca hubiera oido hablar de e1, Jos6 Lezama Lima habia construido, lenta y firmemente, su propia forma de carnavalizaci6n. En ensayos y poemas, pero especialmente en su ambiciosa novela, Paradiso (1966), hoy completada por una secuela

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