Story Transcript
REGIÓN DE MURCIA / SEPTIEMBRE 2002 - LOGSE / Hº DEL ARTE/ EXAMEN COMPLETO
El examen constará de dos partes: una teórica y otra práctica. La parte teórica constará de dos temas, a elegir uno por el alumno, que será puntuado con un máximo de 4 puntos. La parte práctica estará compuesta por ocho láminas (4 parejas). El alumno elegirá cuatro láminas (2 parejas) del total ofrecido. No se podrán intercambiar las láminas de unas parejas a otras. La puntuación máxima será de 1,5 puntos por lámina, con un total de 6 puntos. PARTE TEÓRICA 1º Tema: La arquitectura barroca en Italia: Bernini y Borromini. 2º Tema: La escultura griega: el Clasicismo y los grandes maestros. PARTE PRÁCTICA Cuestión A: Láminas A1 y A2. Cuestión B: Láminas B1 y B2. Cuestión C: Láminas C1 y C2. Cuestión D: Láminas D1 y D2.
www.profes.net es un servicio gratuito de Ediciones SM
REGIÓN DE MURCIA / SEPTIEMBRE 2002 - LOGSE / Hº DEL ARTE/ EXAMEN COMPLETO
LÁMINAS:
A2
A1
B2
B1
www.profes.net es un servicio gratuito de Ediciones SM
REGIÓN DE MURCIA / SEPTIEMBRE 2002 - LOGSE / Hº DEL ARTE/ EXAMEN COMPLETO
C2
C1
D2 D1
www.profes.net es un servicio gratuito de Ediciones SM
REGIÓN DE MURCIA / SEPTIEMBRE 2002 - LOGSE / Hº DEL ARTE/ EXAMEN COMPLETO
RESPUESTA: PARTE TEÓRICA La escultura griega: el Clasicismo y los grandes maestros. La escultura griega tiende a representar la figura humana. Busca la belleza en los cuerpos y ésta se consigue por la armonía de sus proporciones y por la perfección formal. Existe un canon, basado en la cabeza, y una proporción de las medidas, inspirada en los huesos del dedo meñique. La escultura griega se clasifica en tres periodos: arcaica, clásica y helenística. En la época arcaica, se abunda en las formas abstractas, de gran expresividad. Es característica de esta etapa la sonrisa eginética, con un leve aire enigmático, como se ve en las esculturas del templo de Afaia, en Egina. En este periodo se realizan los denominados kuros, que son representaciones realizadas en piedra de jóvenes desnudos, con los puños pegados a los muslos y una pierna avanzada. También hay figuras femeninas, la koré, siempre vestidas con pudor. Estas últimas son imágenes votivas, cuya actitud es la de presentar una ofrenda. En la época clásica, la novedad es la aparición de la expresión en las esculturas. Las formas se hacen más complejas y movidas, pero el esfuerzo físico no afecta a la serenidad expresiva del rostro. En el siglo V destacan tres grandes escultores: Mirón, Policleto y Fídeas. Mirón es el autor del conocido Discóbolo, en el que desarrolló magistralmente el estudio de la anatomía en acción. La figura representa a un héroe de los juegos en el momento de lanzar el disco. Aunque reproduce un momento de tensión y de extrema concentración, el rostro es, sin embargo, ajeno al esfuerzo y desprende una calma y una armonía fácilmente perceptibles. Policleto escribió el primer tratado sobre la escultura. Este artista buscó la belleza basada en el idealismo de las proporciones del cuerpo humano. Según el canon griego, el cuerpo debía medir siete veces el tamaño de la cabeza. Alcanzó celebridad con el Doríforo, que muestra al portador de una lanza, y con el Diadumenos, que se coloca delicadamente la diadema del triunfo. El clasicismo alcanzó su cenit con Fídeas, que fue el escultor más famoso de la época. A él se deben las esculturas del Partenón, entre las que sobresalen, las esculturas del friso de las Panateneas, cuyos modelos han servido siempre como ideales clásicos. En el siglo IV, algunos artistas griegos derivaron hacia modelos que se alejaban de la serenidad de Fídeas. Tres grandes escultores trabajaron en esta segunda etapa del clasicismo: Scopas, Praxíteles y Lisipo. Scopas exaltó en sus obras el sentimiento trágico a través de bocas entreabiertas, cuerpos retorcidos en espiral y ojos hundidos, como se aprecia en las esculturas que realizó para el mausoleo de Halicarnaso. Praxíteles acentuó las curvas, apoyando el peso del cuerpo en una pierna y creando, así, la denominada “curva praxiteliana”. Obras suyas son el Hermes con el niño Dionisio o el desnudo de la Afrodita de Cnido. Lisipo es autor de Apoxiomeno, donde se alarga el canon de las esculturas, estilizándolas. En la época helenística, los artistas siguen aún los principios del clasicismo, como se observa en la Venus de Milo o en la Victoria de Samotracia, pero se va perdiendo la serenidad y las proporciones
www.profes.net es un servicio gratuito de Ediciones SM
REGIÓN DE MURCIA / SEPTIEMBRE 2002 - LOGSE / Hº DEL ARTE/ EXAMEN COMPLETO
clásicas. Es representativa de esta etapa el Laocoonte y sus hijos. Junto a estas esculturas se realizan también retratos.
PARTE PRÁCTICA: A1. El Partenón La arquitectura griega está fundamentalmente representada por los templos, como el Partenón de Atenas (Grecia), obra de Ictinos, Calícrates y Fídeas. Esta construcción corresponde a la arquitectura del primer clasicismo griego, de la segunda mitad del siglo V a.C. Ictinos y Calícrates, los arquitectos, diseñaron un templo más ancho de lo habitual, desvirtuando las proporciones de los cánones. Parece que el motivo se encuentra en que el templo se concibió desde el principio como receptáculo de una espectacular escultura de Atenea, que tuvo doce metros de altura, ocupando toda la del templo. Las dos filas de columnas que en otros templos soportan la cubierta, se unían en éste por detrás de la diosa y tenían dos alturas. El Partenón es un templo períptero y octástilo, de estilo dórico en el exterior y con elementos jónicos en su interior. Se trata de una síntesis de ambas tendencias. Presenta un armonioso sentido de la proporción en todas las medidas. Destaca el orden dórico canónico y la perfecta integración de la escultura en el edificio. Fue construido todo él en mármol, lo que hasta entonces era poco frecuente en la Grecia continental. Este templo servía de morada a Palas Atenea, que era la diosa protectora de la ciudad. Su estatua colosal se colocó, rodeada de una columnata, en el interior de la cella, que amplió por este motivo sus dimensiones en altura y anchura (doble piso). Una de las particularidades de este templo es tener la cella dividida mediante columnas en tres naves. El opistodomo, que era el lugar destinado al servicio del culto, presenta cuatro grandes columnas jónicas. En el peristilo se situaba el friso de las Panateneas, que aludía a la procesión que se celebraba anualmente en las fiestas dedicadas a la diosa. Dentro también de la Acrópilis destacan otros templos, como el de la Victoria ápera y el Erecteion, con la conocida tribuna de las cariátides y cuya planta es compleja debido a que el artista tuvo que adaptarse a las irregularidades del terreno. A2. Desposorios de la Virgen, obra de Rafael. Los Desposorios de la Virgen es un óleo sobre tabla realizado por Rafael (1483-1520) en 1504. La influencia de Perugino en la primera etapa de este autor, y en concreto en esta obra, es tan acusada que incluso se ha llegado a sospechar que este cuadro fuera una copia encargada por el maestro a su discípulo. El tema central, representado en el centro en primer término, es María recibiendo el anillo de manos de José, quien, siguiendo la tradición de la época, pisa el suelo con los pies desnudos. A un lado de María, se disponen las doncellas de Judá; junto a José, se encuentran los pretendientes. La escena desprende una profunda serenidad, sólo rota por el movimiento del joven que parte una vara en su rodilla.
www.profes.net es un servicio gratuito de Ediciones SM
REGIÓN DE MURCIA / SEPTIEMBRE 2002 - LOGSE / Hº DEL ARTE/ EXAMEN COMPLETO
La composición se ordena de forma simétrica y en planos paralelos. En un segundo término se observa un templete circular al que se accede por una escalinata, que recuerda a San Pedro in Montorio, y que constituye la representación del modelo de arquitectura clásica renacentista. Se aprecia también el uso de la perspectiva a través de las líneas del suelo, que fugan en el templo Las figuras son apacibles y de una delicadeza extrema. Los rostros femeninos tienen una expresión contemplativa y se caracterizan por bocas extremadamente pequeñas. Rafael emplea una alegre y elegante gama cromática, que junto a la luz, construye un mundo de belleza clásica, equilibrio, grandiosidad y orden. C1. Iglesia de San Lorenzo, obra de Brunelleschi. La iglesia de San Lorenzo es obra de Filippo Brunelleschi (1377–1446), uno de los grandes arquitectos renacentistas del Quatrocento florentino. Comenzó su construcción en 1419, bajo el mecenazgo de Cosme de Médici. La iglesia, de estilo puramente renacentista, se convirtió posteriormente en panteón de la familia Médici. El Renacimiento, frente al arte medieval, es un arte antropocéntrico, creado en torno al hombre, que se convierte en la medida de todas las cosas. Supone el surgimiento del individualismo y la conquista y afirmación de la realidad terrenal por el espíritu. El artista del Renacimiento busca la belleza, que ya no es un reflejo de Dios, como en la Edad Media, sino la expresión intelectual y profana del individuo. La belleza renacentista se encuentra en la perfección de la Antigüedad clásica (no debe olvidarse el contacto permanente de Italia con los restos de la Antigüedad grecolatina), en la que se inspiran los artistas italianos del siglo XV, tal y como puede comprobarse en la imagen de San Lorenzo. Se busca la armonía en las proporciones y la medida. Las nuevas construcciones se adaptan ahora a la dimensión del hombre. La iglesia de San Lorenzo es una obra renacentista del Quattrocento, que es el periodo de experimentación de los primeros artistas del Renacimiento. Puesto que el arquitecto del Renacimiento busca la perfección y la belleza en los modelos de la Antigüedad grecolatina, la arquitectura de este periodo se caracteriza fundamentalmente por el empleo de elementos constructivos y decorativos clásicos. Se utilizan arcos de medio punto; columnas y pilastras con los órdenes dórico, jónico y corintio; cúpulas y bóvedas de cañón decoradas con casetones. Existe un deseo de alcanzar el nivel artístico clásico, perdido y mitificado. Se trata de reinterpretar un modelo que los artistas del Renacimiento consideran admirable. En la estructura y en las plantas de los edificios se buscan efectos de matemática perfección; se recurre con frecuencia a la planta central, que a veces se armoniza con la longitudinal en los lugares de culto. Este estilo se caracteriza también por la unidad espacial, para lo cual se crean espacios diáfanos que contrastan con la penumbra gótica. Los arquitectos se inclinan por las proporciones armónicas, que son resultado de aplicaciones matemáticas. Los edificios pierden las inmensas dimensiones de las construcciones góticas y se adaptan a la medida del hombre, convertido en centro del arte. La iglesia de San Lorenzo se adapta perfectamente a las características mencionadas. Brunelleschi diseñó en ella una planta basilical, con una nave central más ancha y luminosa y dos naves laterales. Su estructura está organizada en cuadrículas que racionalizan el espacio y buscan la perfección geométrica. Las columnas, de fuste liso y capitel corintio, sustentan arcos de medio punto, que no arrancan
www.profes.net es un servicio gratuito de Ediciones SM
REGIÓN DE MURCIA / SEPTIEMBRE 2002 - LOGSE / Hº DEL ARTE/ EXAMEN COMPLETO
directamente del capitel sino de un entablamento con arquitrabe, friso y cornisa situado sobre el mismo. Sobre los arcos, discurre una cornisa clásica en la que se distribuyen rítmicamente los vanos. Su interior recuerda al de las basílicas romanas. A lo largo de las naves laterales se disponen capillas sin abertura al exterior, que recibe la luz de los óculos y a través de la luminosidad que las ventanas proporcionan a la nave central. La nave central lleva una cubierta plana, decorada con casetones. Las naves laterales, en cambio, poseen bóvedas vaídas o semiesféricas. La cúpula central en el crucero tiene marcados nervios con triángulos esféricos entre ellos. La antigua sacristía es un espacio cuadrado que está cubierto por una cúpula sobre pechinas. En una de sus paredes se abre una capilla también cuadrada, cubierta con cúpula. El Renacimiento, íntimamente vinculado al Humanismo, surgió en Italia a comienzos del siglo XV (Quattrocento) y alcanzó su cenit en el XVI (Cinquecento). Su nombre hace alusión al “renacer” o despertar de la oscuridad medieval, en el sentido de una vuelta a la luz de la belleza. En el siglo XV, época de los grandes descubrimientos geográficos y de importantes avances técnicos que los permitieron, Italia era un poder político fragmentado en ciudades-Estado que rivalizaban entre ellas. El desarrollo comercial alcanzado en el Mediterráneo produjo el enriquecimiento de las ciudades italianas y la aparición en ellas de una acomodada burguesía, de carácter más abierto y gustos más refinados que la tradicional nobleza medieval. Esta burguesía, acostumbrada a los contactos y a los intercambios comerciales, comenzó a interesarse también por la cultura. De este modo, los burgueses arrebataron a la Iglesia su papel reservado y exclusivo en el arte y se convirtieron en mecenas de los artistas más destacados del momento. La burguesía encargaba, sufragaba y coleccionaba obras de arte, al tiempo que protegía a los artistas. El protagonismo social alcanzado por estos últimos hizo que superaran su condición de artesanos y pasaran a ser considerados también en su dimensión intelectual. El crecimiento de las universidades y de las escuelas urbanas contribuyó también a crear un ambiente favorable al desarrollo del Renacimiento. C2. Ábside de San Clemente de Tahull En la imagen se representan las pinturas murales del ábside de la iglesia de San Clemente de Tauhll (Lérida), que fueron realizadas en 1123, y que constituyen, junto a las de Santa María de Tahull, uno de los conjuntos románicos más interesantes. La pintura románica tenía como función principal adoctrinar y educar a los fieles en los principios religiosos. En una sociedad analfabeta en gran medida, las esculturas y las pinturas distribuidas por el templo servían para enseñar las Escrituras, que muchos no eran capaces de leer. Sólo aquéllos que seguían las directrices de la Iglesia podían acceder al Paraíso. Cristo, la Virgen y los santos distribuidos por las paredes del templo indicaban a los fieles el buen camino. Además, dada la gran cantidad de muro existente en la arquitectura del Románico, la pintura sirvió también para decorarlos y para realzar las formas arquitectónicas. En el ábside de esta iglesia se ha representado el Pantocrátor rodeado de la almendra mística o mandorla. Se trata de un Cristo sentado en un trono y en actitud de bendecir, con la mano izquierda
www.profes.net es un servicio gratuito de Ediciones SM
REGIÓN DE MURCIA / SEPTIEMBRE 2002 - LOGSE / Hº DEL ARTE/ EXAMEN COMPLETO
levantada. A los lados, se distribuyen ángeles, serafines y el Tetramorfos o símbolos de los cuatro evangelistas. En el nivel inferior, aparecen la Virgen como mediadora y los Apóstoles. Debido principalmente a la función didáctica perseguida, los artistas no se preocuparon tanto de la belleza de las formas como de transmitir un mensaje. Por esta razón, la pintura mural románica, de clara influencia bizantina, recurre a la abstracción y a las estilizaciones simbólicas para representar una idea. Las figuras, de carácter frontal, presentan un claro alargamiento, especialmente en los rostros, cuyos rasgos son extremadamente estilizados. Llama la atención la dureza de los pliegues, que se doblan casi de manera geométrica. Los colores empleados son planos y brillantes. Predominan el rojo, el azul y el amarillo intensos. La pintura está realizada al temple. Esta técnica exige previamente la preparación del muro. Para ello, se aplican varias capas de argamasa y se enluce con una capa de yeso fino que deja un superficie lisa y blanca, sobre la que el artista puede aplicar la pintura. Estos frescos fueron arrancados de su lugar de ubicación inicial y se trasladaron al Museo de Arte de Cataluña para su mejor conservación.
www.profes.net es un servicio gratuito de Ediciones SM