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Planificación ante emergencias para proveedores de cuidado infantil Libreto Introducción Bienvenido a "Planificación ante emergencias para proveedores de cuidado infantil". En este curso de dos horas podrá comprender el proceso de preparación para responder a emergencias que puedan afectar su programa. Una de las tareas fundamentales de los proveedores de cuidado infantil es crear un entorno seguro y saludable para los niños bajo su cuidado. Hay muchos tipos diferentes de desastres que pueden afectar su programa. Es importante tener un plan para manejar cada uno de esos tipos de emergencia. En primer lugar, para garantizar que los adultos y los niños de sus programas sepan qué hacer ante una situación de emergencia, lo que puede prevenir el pánico y la confusión. En segundo lugar, para reunir con anticipación los suministros necesarios para responder a cada tipo de emergencia. En tercer lugar, para poder tomar medidas que reduzcan las consecuencias del desastre en sus instalaciones, en el personal que trabaja allí y en los niños que participan en sus programas. De hecho, en algunos casos, hasta se podría evitar que la emergencia provoque daño alguno. En cuarto lugar, de ocurrir un desastre, implementar un plan ante emergencias eficaz que pueda ayudar a mantener su programa en funcionamiento durante la crisis, o a reanudar las actividades con mayor rapidez de lo que podría ser posible sin planificación previa. En resumen, al tener un plan de respuesta ante emergencias bien redactado, los proveedores de cuidado infantil pueden mantener un entorno seguro y saludable para los niños y los colegas en caso de un desastre. Objetivos de aprendizaje Después de completar este curso, usted podrá:
Definir la preparación ante emergencias y explicar por qué es importante tener un plan de preparación ante emergencias en su programa, Identificar los pasos necesarios para desarrollar un plan de preparación ante emergencias que responda a las necesidades únicas de su programa, y Preparar al personal y a los niños de su programa para que respondan adecuadamente ante una emergencia.
¿Qué es la preparación ante emergencias? Para comprender a qué nos referimos con “preparación ante emergencias”, primero debemos comprender qué constituye una emergencia. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, también conocida como FEMA (Federal Emergency Management Agency), es un organismo gubernamental que se dedica a ayudar a las comunidades en la preparación y respuesta ante diferentes tipos de emergencias. FEMA define una emergencia como “todo evento no planificado que puede ocasionar muertes o lesiones graves a los empleados, los clientes o el público; suspender la actividad de su empresa; interrumpir las operaciones; provocar daños físicos o 1
medioambientales, o poner en riesgo la integridad financiera de la instalación o su imagen”. Las emergencias pueden incluir eventos como desastres naturales, hechos de violencia, accidentes industriales y brotes de enfermedades contagiosas. Si bien la definición de la FEMA estipula que las emergencias no son planificadas, esto no significa que no sea posible prever ciertas emergencias y prepararse para ellas con anticipación. Para la Oficina de Head Start, la preparación ante emergencias es “la capacidad para reaccionar apropiadamente ante un desastre” y “el proceso mediante el cual... se trabaja para considerar lo que podría suceder y cómo proceder en ese caso”. Este proceso de planificación para situaciones que podrían provocar daños o muertes es a lo que nos referimos cuando hablamos sobre planificación ante emergencias, y comprende la elaboración de un plan por escrito que contemple los pasos a seguir antes, durante y después de cada tipo de emergencia. El objetivo del plan ante emergencias, según la Oficina de Head Start, es garantizar que todas las personas estén capacitadas para manejar lo que podría suceder, incluso en los casos en que un cierto grado de pérdida resulta inevitable. Los Recursos para Preparación ante Emergencias para Cuidado Infantil de la Administración de Servicios Generales establecen que los planes ante emergencias “deben describir las medidas que los ocupantes deben tomar para garantizar su seguridad en caso de una emergencia. Estos planes reducen el riesgo para las personas, la propiedad y demás activos de las instalaciones ante un incidente adentro o en el entorno inmediato, ya que ofrece procedimientos de respuesta específicos para esas instalaciones”. Es importante destacar que no hay un plan ante emergencias genérico que sirva para todas las situaciones. Cada programa de cuidado infantil tiene sus propias necesidades, sus propios problemas y sus propios puntos fuertes, de modo que no habrá dos planes iguales. Como ya mencionamos, la planificación ante emergencias es un proceso constante. Hay seis pasos para la planificación ante emergencias:
Paso 1: Formar un equipo, Paso 2: Identificar las posibles emergencias, Paso 3: Crear el plan, Paso 4: Compartir el plan, Paso 5: Practicar el plan, Paso 6: Revisar y actualizar el plan.
Durante el resto del curso, veremos cada uno de estos pasos. Paso 1: Formar un equipo El primer paso de la preparación ante emergencias es formar un equipo de personas que cubran una variedad de destrezas y que puedan trabajar juntos para pensar en los tipos de situaciones que podrían afectar a sus programas, y las mejores medidas que podrían tomarse para responder a cada situación (Oficina de Head Start, 2009). En muchos programas, el equipo de preparación ante emergencias incluye solamente a los administradores del programa, como los cuidadores primarios, los propietarios y los representantes corporativos. Aunque es importante que se incluya a los administradores con capacidad de toma de decisiones en el equipo, tener una mayor variedad de profesionales que contribuyan al proceso de planificación ante emergencias puede resultar en un plan más integral, más detallado y, en última instancia, más efectivo. 2
También podría ser recomendable incluir a otras personas en el equipo de preparación ante emergencias, tales como:
Maestros o cuidadores, Padres, Personal del establecimiento (como un empleado de mantenimiento), Profesionales especialistas en desarrollo, Personal a cargo de la primera respuesta de la comunidad (como oficiales de policía, bomberos y proveedores de atención médica), Asesores de cuidado infantil, Profesionales de salud mental, Representantes de colaboradores comunitarios que prestan servicios a niños y familias, y Otros expertos con conocimientos especiales sobre problemas que podrían afectar sus programas.
El equipo puede trabajar en conjunto mediante reuniones presenciales o a distancia, pero es importante que todos los miembros sientan la libertad de intercambiar ideas y debatir posibilidades abiertamente para lograr el plan ante emergencias más sólido posible para su programa. Todos los miembros del equipo deben analizar todos los otros pasos de la preparación ante emergencias (identificar emergencias, redactar un plan, compartir el plan, practicar el plan, y revisar y actualizar el plan). A veces, los miembros del equipo pueden aportar información inesperada de sus propios sectores que pueden ser un enorme aporte a la capacidad de prepararse y responder ante una emergencia. Por ejemplo, un contacto del departamento de bomberos local puede informar que se ofrecen programas de capacitación para los miembros de la comunidad sobre cómo armar kits de emergencia para sus hogares y vehículos. Esto podría ser un gran recurso para que los empleados y las familias de su programa mejoren su preparación personal para afrontar desastres, lo que redunda en un beneficio para el programa, ya que esto puede reducir las interrupciones en el servicio mientras los empleados y las familias se recuperan. [ACTIVIDAD: Selección de los miembros del equipo] Paso 2: Identificar las posibles emergencias Una vez que su programa tenga un equipo de preparación ante emergencias, es hora de identificar los tipos de emergencia a los cuales sus instalaciones y sus operaciones están más expuestas. Este es el segundo paso en la planificación ante emergencias. Cada tipo de emergencia diferente requiere un tipo de respuesta distinto. La Oficina de Head Start recomienda considerar una amplia gama de emergencias: “El programa tiene simulacros de incendio, procedimientos ante emergencias climáticas y otros planes para diferentes emergencias. Pero, ¿se consideraron todas las emergencias posibles? En los últimos años, se produjeron emergencias relacionadas con enfermedades, violencia e inclemencias climáticas graves sin que ningún programa las haya siquiera contemplado”. Como se sugiere en esta declaración, hay emergencias, como por ejemplo, incendios estructurales, que pueden afectar cualquier programa, pero hay incontables tipos de emergencias. Sería imposible para un programa crear un plan integral que abarque a todos. Afortunadamente, no hay que prever cada tipo de desastre, porque algunos son más probables que otros. Por ejemplo, en partes de Texas, los incendios forestales son un verdadero problema, pero es muy 3
improbable que ocurra una emergencia por actividad volcánica que afecte las operaciones de cuidado infantil en Texas. Y ciertas emergencias que podrían ser menos frecuentes pueden tener efectos devastadores. Por ejemplo, es probable que exista una posibilidad muy remota de que su programa tenga un incidente con un sujeto armado en acción pero, si esto ocurre y no están preparados, las consecuencias podrían ser trágicas. Si pensamos en los efectos negativos de una emergencia, evalúe variables como el tamaño de la zona afectada; la amenaza de lesiones graves o muerte entre los niños, el personal u otros miembros de la comunidad; el nivel del daño potencial a la propiedad, y cuánto tiempo le tomaría a su programa y a otras empresas de la comunidad poder prestar servicios nuevamente si ocurre este tipo de emergencia en la zona. La clave de un plan efectivo es identificar los tipos de desastre con mayor probabilidad de ocurrir o de generar una repercusión amplia si ocurriesen. Para optimizar la eficiencia y la efectividad de la planificación, los programas de cuidado infantil deben analizar los riesgos a los que se enfrentan con mayor probabilidad, al igual que las repercusiones que podrían tener. Según la Oficina de Head Start (2009): “El análisis de los riesgos ayuda a determinar las situaciones de emergencia que pueden ocurrir en el programa y los efectos de esas emergencias. Esto brinda al equipo los datos necesarios para tomar decisiones, priorizar actividades y seleccionar los colaboradores comunitarios más adecuados…”. Entonces, ¿qué tipos de emergencia debería cubrir su plan? En general, los programas de cuidado infantil deben implementar planes que cubran lo siguiente:
Desastres naturales (como tornados, terremotos, incendios forestales, inundaciones, huracanes, aludes y, en ciertas zonas, tsunamis o actividad volcánica), Condiciones climáticas extremas (como calor extremo, frío extremo, tormentas de nieve y tormentas eléctricas), Accidentes (como incendios, derrames químicos y emergencias en plantas nucleares), Emergencias sanitarias (como brotes epidémicos de enfermedades o pandemias de gripe), y Actos de violencia (como ataques terroristas, sujetos armados en acción en las instalaciones de los programas, o violencia familiar y comunitaria).
Según la ubicación de su programa y los detalles específicos de la comunidad en la que opera, podrían ocurrir otros tipos de emergencia que los equipos de preparación ante emergencias deban considerar. Las probabilidades de que un tipo particular de desastre afecte sus programas dependerán de varios factores, como la ubicación geográfica, la proximidad a plantas industriales, el clima local y las condiciones meteorológicas diarias, entre otros factores. El equipo de planificación ante emergencias de su programa debe determinar la probabilidad de que cada uno de estos tipos de emergencia afecte su programa y también definir qué tipos de repercusiones tendría cada tipo de emergencia si ocurriera. [ACTIVIDAD: Identificación de las posibles emergencias] Paso 3: Crear el plan Una vez que el equipo de planificación ante emergencias se ha creado y ha analizado los tipos de emergencia con mayor probabilidad de afectar su programa, el siguiente paso es elaborar el plan 4
detallado que indique cómo responder a cada situación identificada en el segundo paso. Es probable que el paso 3 sea el que más tiempo y energía demande en todo el proceso, porque incluye analizar qué se debería hacer antes, durante y después de cada tipo de emergencia que se haya identificado. Si bien se deben considerar muchas cuestiones al preparar los programas para los desastres específicos que podrían ocurrir, hay ciertas reglas generales que podrían ayudar a planificar las etapas de antes, durante y después de la emergencia. Teniendo esto en cuenta, veamos cada una de estas etapas en mayor detalle y pensemos cómo manejar los tipos de situaciones de emergencia desde una perspectiva de planificación. Antes Los profesionales especializados en preparación ante emergencias usan varias palabras para referirse a lo que las personas, las familias y las organizaciones pueden hacer para protegerse y preservar su propiedad antes de que se produzca un desastre. Es posible que escuchen términos como prevención, mitigación o protección. Son términos que utilizan la FEMA y muchas otras organizaciones que trabajan para ayudar a las comunidades a preservar su seguridad en situaciones de emergencia. Si bien estos términos tienen significados distintos, todos describen el proceso de hacer lo necesario para prevenir o reducir la repercusión de un desastre que podría afectar a su programa en el futuro. Esta es la etapa del “antes” en sus planes ante emergencias. Las acciones antes de una emergencia podrían incluir modificar las instalaciones para que aumente su estabilidad ante un desastre natural, contratar un seguro adicional para proteger contra pérdidas materiales, y coordinar con autoridades policiales locales para que les notifiquen rápidamente cuando surja una amenaza contra la seguridad en el área. Durante Los expertos en preparación ante emergencias utilizan términos como respuesta, alivio y repercusión para referirse a los pasos que deben seguir las personas durante una emergencia para protegerse y preservar su propiedad. Para los programas de cuidado infantil, la prioridad principal durante una emergencia es garantizar la seguridad de los niños. Es por eso que todos los adultos de los programas deben saber a dónde dirigirse, qué hacer, cómo hacerlo, y quién es responsable de cada tarea. Estas son las preguntas que se deben responder en la etapa del “durante” del plan ante emergencias. Analicemos detalladamente cada aspecto de la etapa del “durante”. A dónde dirigirse Como hemos mencionado, cada tipo de emergencia requiere un tipo distinto de respuesta. Una de las primeras decisiones que hay que tomar al planificar para cada tipo de emergencia es definir a qué lugar deben ir los niños y el personal para estar lo más seguros posible. En ciertas situaciones, como un incendio estructural en las instalaciones, probablemente se requiera que todas las personas abandonen el edificio o sean evacuadas. En otras, tales como un derrame de materiales peligrosos en la comunidad, probablemente se requiera que todos permanezcan adentro y que se tomen medidas de precaución, lo que se conoce como “refugiarse en el lugar”. Según las “Normas Mínimas para Centros de Cuidado Infantil”, publicadas por la División de Certificación para Cuidado Infantil del Departamento de Servicios para la Familia y de Protección del Estado de Texas, cada centro de cuidado infantil en Texas debe tener un plan 5
vigente de evacuación y reubicación que especifique a dónde irá cada grupo durante una evacuación, y dónde se “refugiará en el lugar” en emergencias que lo requieran. Si usted presta servicios de cuidado infantil fuera de Texas, es muy probable que tenga un requisito similar en su área. El plan de evacuación y reubicación responde a la pregunta “¿A dónde?”. ¿A dónde deben acudir las personas en caso de incendio, un tornado o un derrame químico? Podría haber diferentes lugares donde mantener a los niños seguros según los distintos tipos de emergencia que requieran “refugiarse en el lugar”. Por ejemplo, si se trata de un tornado, el lugar más seguro es una habitación subterránea o una habitación interna, sin ventanas, en la planta baja. En caso de derrame de sustancias químicas, por el contrario, el lugar más seguro es una habitación por encima de la planta baja, de haberla. Veamos algunas reglas generales que podrían ayudar a seleccionar ubicaciones para los “refugios en el lugar” ante diferentes situaciones:
Seleccionar una sala interna con pocas ventanas o sin ellas, Seleccionar una habitación con suficiente espacio para que todos puedan sentarse, que tenga lugar incluso para bebés en carriola o para ponerlos sobre mantas, Seleccionar una cantidad suficiente de habitaciones como para brindar refugio seguro a todas las personas sin que estén abarrotadas, y Seleccionar una habitación con una línea de teléfono fijo en caso de que la cobertura telefónica móvil no esté disponible por el exceso de tráfico de llamadas o por daños en las antenas de servicio.
Los lugares de evacuación apropiados para sus programas también pueden variar. Sin embargo, generalmente los lugares de evacuación deben:
Ser un lugar cercano donde el personal y los niños puedan reunirse para asegurarse de que todos hayan evacuado el edificio de manera segura, Ser una ubicación alternativa, remota, en caso de emergencias ante las cuales el punto de encuentro principal resultara inseguro, Estar lo suficientemente alejados del edificio para prevenir daños y lesiones, Ser lo suficientemente amplios para albergar de manera cómoda a todo el personal y los niños a la vez, Tener en cuenta las necesidades del personal que translada a bebés en cunas o niños en sillas de ruedas, No requerir que el personal traslade a los niños atravesando grandes vías de tránsito, y Estar a una distancia prudente de rutas o calles y de otros tipos de peligros para los niños.
Dedique tiempo para considerar, junto con el equipo de planificación ante emergencias, la ubicación más segura para los niños y los cuidadores durante cada uno de los tipos de emergencia identificados en el paso 2. Una vez identificadas estas ubicaciones, es importante que todos los adultos de los programas sepan dónde se encuentran. Más adelante veremos sugerencias para compartir el plan ante emergencias y para practicar los procedimientos de evacuación y refugio en el lugar. Qué hacer y cómo hacerlo La siguiente decisión importante que debe tomar es definir qué deben hacer exactamente los cuidadores y los administradores durante cada emergencia identificada por el equipo de 6
planificación ante emergencias. Por supuesto, esto varía drásticamente según cada tipo de desastre, y por eso hay que redactar instrucciones detalladas para cada caso. Veamos un ejemplo. El siguiente es un procedimiento general que un centro de cuidado infantil podría usar ante un incidente de derrame de materiales peligrosos en un establecimiento industrial cercano, que exige que los niños y los cuidadores se refugien en el centro hasta que el peligro haya pasado. El plan ante emergencias para esta situación podría incluir las siguientes instrucciones:
Reunir a todos los niños y a los adultos en el interior del centro e ir a los lugares designados como refugios en las instalaciones, Usando un registro escrito, confirmar que todos los niños y los adultos estén en cada habitación, Localizar los kits de suministros para emergencias y asegurarse de que sus grupos tengan acceso a los suministros necesarios, Cerrar y poner candado a todas las puertas, ventanas y otras aberturas que den al exterior, Sellar los conductos de ventilación, las ventanas y las puertas con las láminas plásticas y la cinta adhesiva que se encuentran en el kit de suministros para desastres, Apagar todos los ventiladores y sistemas de aire acondicionado y calefacción, Cambiar el saludo del correo de voz del programa para indicar que los niños permanecerán en el centro hasta que las autoridades anuncien que es seguro salir, Garantizar que las llamadas entrantes de los padres preocupados se atiendan inmediata y profesionalmente, Escuchar en la televisión o la radio las instrucciones especiales de refugio, actualizaciones, y el aviso de cese de emergencia por parte del equipo local de manejo de emergencias, y Hacer actividades de desarrollo adecuadas a la edad de los niños, para mantener la calma.
Este ejemplo destaca otras consideraciones que se deben tener en cuenta a la hora de analizar “qué hacer” cuando se planifica qué hacer durante una emergencia, como tener los kits de suministros para emergencias a mano, tener sistemas para comunicarse con las familias, y preparar actividades con anticipación para mantener a los niños entretenidos y minimizar en ellos el trauma de la experiencia. Ahora, profundicemos cada paso por separado. Estas son simplemente algunas cosas para tener en cuenta al planificar, son ejemplos de cómo estructurar el plan, y no pautas estrictas. Para tener en cuenta: kits de suministros para emergencias Comencemos con los kits de suministros para emergencias. Los kits son un componente esencial del plan ante emergencias. El equipo de planificación debe desarrollar una lista de suministros que posiblemente sean útiles durante cada emergencia identificada para el programa y, después, pensar en la cantidad de cada suministro que debe estar disponible para satisfacer las necesidades de los niños y los adultos durante una crisis. Estos kits deben armarse con anticipación y guardarse en ubicaciones accesibles dentro de las instalaciones del programa. En general, hay dos tipos de kits que son fundamentales al planificar para posibles emergencias. El primero es un kit para todo el programa y el segundo es un kit específico para las necesidades de cada grupo de niños. Por ejemplo, el kit para todo el programa podría contener:
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Un galón de agua por persona por día multiplicado por tres, con vasos pequeños de papel, Alimentos no perecederos adecuados para la edad, como estos: o Leche para bebés lista para beber, o Alimentos enlatados con fechas de vencimiento y tapas fáciles de abrir, o Granos, incluyendo cereales y galletas, y o Alimentos para niños con necesidades alimentarias especiales, Biberones y bolsas adicionales, Un generador o batería de repuesto para todos los equipos médicos eléctricos, Copias de recetas médicas para los equipos médicos, los suministros y los medicamentos, Silla de ruedas manual, de ser necesario, Compresas: 2 por cada niño, Vendajes de diferentes tamaños, Tablillas, Recipientes de agua sellados para higienizar las heridas, Peróxido de hidrógeno, Jabón líquido, Desinfectante para manos adicional, Pinzas, Una caja de guantes de látex, Mantas adicionales, Un equipo para baño portátil, con pañales adicionales, ropa interior, papel higiénico, toallitas húmedas, bolsas de plástico con cierres, Un juego de herramientas chico, y Un juego portátil de registros de emergencias que incluyan registros de información de los niños, formularios de consentimiento médico para emergencias, órdenes de administración de medicamentos e información de contacto de emergencia local.
El kit para un grupo de niños podría contener lo siguiente:
Un botiquín de primeros auxilios, Mantas, Hojas de asistencia en blanco, Tarjetas de información de emergencia de los niños, Bolígrafos y papel, Un silbato, Actividades para niños, incluyendo juguetes pequeños, Cinta adhesiva y láminas plásticas, Tijeras, Agua potable sellada y vasos de papel, Leche para bebés y biberones, incluyendo la leche materna adecuadamente etiquetada y administrada, Alimentos no perecederos, incluyendo paquetes de bocadillos y barras de granola sin nuez, Suministros de baño, incluyendo toallitas húmedas y pañales, Desinfectante para las manos, Una radio portátil, preferentemente una especialmente diseñada para emergencias, 8
Una linterna, Un transmisor-receptor portátil, y Baterías extra para todos los dispositivos de batería.
Tenga en cuenta que estas listas son meras sugerencias. Los artículos y las cantidades variarán según las necesidades específicas de sus programas y de los tipos de desastre a los que puedan exponerse. Por esta razón, hay que trabajar con el equipo de planificación ante emergencias para identificar las necesidades que son específicas a su situación. Además, recuerde que el kit de suministros para emergencias solamente será útil si todos los miembros del personal y los voluntarios saben dónde se guarda y para qué se usa cada artículo incluido en el kit. Más adelante veremos con mayor detalle los tipos de capacitación que pueden ayudar a los proveedores de cuidado infantil a prepararse para poner en práctica el plan ante emergencias, de ser necesario. Para tener en cuenta: sistemas para comunicarse con las familias Ahora veamos los medios de comunicación con los familiares durante una crisis. Naturalmente, es muy probable que las familias se preocupen mucho por sus hijos ante un desastre. Según la situación, es posible que las familias no puedan ponerse en contacto con el centro por diferentes motivos, incluyendo daños en los caminos, inundaciones o evacuación a cargo del personal de emergencias. Es una realidad atemorizante para cualquier padre: saber que sus hijos están pasando por una situación peligrosa y no poder comunicarse con ellos. Teniendo esto en cuenta, es crucial que los proveedores de atención infantil tengan sistemas ya implementados para comunicarles a los padres el desarrollo de la situación tan pronto como sea posible. Al desarrollar el plan para cada tipo de emergencia, el equipo de planificación ante emergencias debe tener en cuenta la comunicación con los padres. Estas son algunas de las maneras de comunicación con los padres durante un desastre:
Cambiar el correo de voz del programa indicando el estado de la situación, Designar a una persona para que responda las llamadas entrantes de los padres preocupados, Informar el estado de la situación a la oficina local de manejo de emergencias, al personal de primera respuesta, y al representante de certificación de proveedores de atención infantil para que ellos puedan responder a las preguntas de los padres, Colocar un aviso en la puerta del establecimiento del programa con información sobre los lugares de evacuación y, siempre que sea posible, los tiempos aproximados en situaciones de evacuación o refugio en el lugar, Llamar o enviar un correo electrónico directamente a los padres, con información y actualizaciones acerca de la situación, siempre que sea seguro hacerlo, y Llamar al 9-1-1 y comunicarle su situación al agente de emergencias para que pueda distribuir la información a las agencias que podrían recibir consultas de los padres.
Nuevamente, recuerde que estas estrategias solo son sugerencias. Es muy importante trabajar con un equipo para generar ideas que sean específicas para su programa. Incluir a los padres en el equipo de planificación ante emergencias es un gran paso para garantizar que los padres sientan 9
que el proceso de planificación contempla sus necesidades. Luego veremos cómo se debe distribuir el plan final a las familias. Para tener en cuenta: actividades para los niños Las emergencias pueden ser experiencias estresantes tanto para los adultos como para los niños. Los niños pequeños podrían no comprender completamente lo que está sucediendo. Ellos conocen sus rutinas y notan que han sido alteradas y que sus cuidadores están nerviosos. Además de permanecer lo más tranquilos posible, los cuidadores pueden aliviar parte del estrés de los niños ofreciéndoles actividades de desarrollo apropiadas para que se entretengan durante una evacuación o en una situación de refugio en el lugar. A los niños en edad escolar y preescolar, los cuidadores pueden ofrecerles elementos como libros, materiales artísticos para crear y juegos de mesa adecuados a su edad. Los niños pequeños pueden entretenerse con libros desplegables, crayones grandes y papel, instrumentos musicales y marionetas. En el caso de los bebés, conviene ofrecerles chupones o chupetes, sonajeros, animales de peluche suave y juguetes de batería que produzcan sonidos o luces. Todos los grupos, por edad, pueden participar en actividades que no demanden materiales, como canciones, juegos con las manos y juegos dirigidos por un adulto, según el espacio que tenga. Como las otras ideas que vimos, estas son simplemente sugerencias. El equipo de planificación ante emergencias debe definir qué tipos de juguetes y materiales se incluirán en el plan ante emergencias, y lo ideal es que estos elementos se guarden junto con los kits de suministros para situaciones de desastre de cada grupo. Es muy probable que los cuidadores no tengan tiempo para reunir los materiales en el momento de una crisis. Repetimos que estas son algunas consideraciones que se deben tener en cuenta al pensar en la preparación ante emergencias. Otros aspectos que se deben considerar podrían ser cómo trasladar a los niños hasta una ubicación alternativa (si hace falta); cómo garantizar la seguridad de los niños con necesidades especiales, discapacidades o alergias durante una crisis; qué hacer con el personal que está ansioso por irse para estar con sus propias familias, y otras consideraciones. Si el plan ante emergencias tiene instrucciones detalladas escritas claramente, se puede aliviar la confusión entre los adultos cuando empiecen a preguntarse qué deben hacer. ¿Quién es responsable de cada tarea? La última gran pregunta que se debe responder cuando se planifica lo que debe suceder durante una emergencia es quién se hará cargo de hacer cada tarea que el equipo de planificación ante emergencias determinó que hay que hacer durante las emergencias de la lista. La persona responsable debe estar claramente identificada por escrito en el plan. Para ayudar al equipo a comenzar, pueden hacerse estas preguntas por cada tipo de emergencia:
¿Quién tendrá la autoridad para ordenar una evacuación o un refugio en el lugar? ¿Quién será responsable de reubicar a los niños en un área segura? ¿Quién llevará un registro con los nombres de todos los niños y el personal presente en cada área? ¿Quién se encargará de colocar los avisos que informan a las familias sobre la situación? ¿Quién actualizará el correo de voz del programa con información sobre la situación? 10
¿Quién tendrá autorización para comunicarse con los padres por teléfono o correo electrónico? ¿Quién suspenderá las operaciones clave mientras los niños y el personal se dirigen a los lugares de evacuación o los refugios designados en el lugar? ¿Quién cerrará cada puerta? ¿Quién verificará cada habitación para confirmar que ya no queda nadie adentro? Si hay que trasladar a los niños de un lugar a otro con un transporte, ¿quién estará autorizado para conducir el vehículo? ¿Quién ayudará con la supervisión de los niños? ¿Quién será responsable de mantener la documentación sobre quiénes se trasladan en el vehículo y cuándo el vehículo sale de un lugar y llega a otro? ¿Quién será responsable de garantizar que cada grupo tenga acceso a un kit de suministros para emergencias? ¿Quién distribuirá suministros adicionales del kit de suministros para emergencias de todo el programa durante una emergencia? ¿Quién supervisará directamente a los niños durante la evacuación o la situación de refugio en el lugar? ¿Quién está capacitado para asistir con RCP o brindar primeros auxilios de ser necesario? ¿Quién está autorizado a administrar medicamentos durante una emergencia? ¿Quién está autorizado a hacer modificaciones en los procedimientos de evacuación o refugio en el lugar si la seguridad de los procedimientos se ve superada por la situación? ¿Quién está autorizado a indicar el “cese de alerta” para permitir que los miembros del personal y los niños regresen a sus áreas habituales y que los padres puedan recoger a sus hijos?
Estas preguntas son solo algunas de las preguntas sobre “quién” que se deben responder al desarrollar el plan ante emergencias. Básicamente, cada vez que el equipo de planificación ante emergencias determina que hay que realizar una tarea durante un tipo particular de emergencia, también debe identificar a la persona responsable de hacerla. También hay que designar a un suplente para cada tarea, en caso de que la persona responsable principal no pueda hacerlo por el motivo que fuere. [Actividad: Ejemplo de plan A dónde-qué/cómo-quién] Después Los especialistas en preparación ante emergencias llaman al periodo inmediatamente después de la emergencia el “período de recuperación”. La recuperación se refiere a las cosas que las personas, las empresas y las comunidades deben hacer para volver a sus actividades normales después del desastre. Lo que se planifica hacer durante el período de recuperación es lo que constituye la etapa del “después” del plan ante emergencias. Hay dos componentes principales de la etapa del “después”: el restablecimiento de las operaciones y el apoyo a las personas. Según el tipo de emergencia, es posible que no sea seguro retomar las operaciones habituales en las instalaciones del programa inmediatamente después de la emergencia. Es posible que haya daños que hagan que el espacio sea inseguro para los niños. Entre los peligros podemos mencionar lo siguiente:
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Monóxido de carbono, Otros químicos peligrosos, Moho y hongos, Agua contaminada, Fugas de aguas negras, Residuos peligrosos en el edificio o los alrededores, Enfermedades infecciosas, Plaga de insectos, reptiles o roedores, y Estructuras inestables.
Una parte del plan ante emergencias debe especificar quiénes son responsables de decidir si el edificio es seguro y con qué agencias locales se debería consultar para tomar esta decisión. Los miembros del equipo local de respuesta ante emergencias, como bomberos o policías, o contratistas profesionales, pueden ser de gran ayuda al evaluar si es seguro retomar las operaciones habituales y, si es necesario, qué mejoras o reparaciones hay que hacer. Una interrupción de los servicios de cuidado infantil puede ser un gran problema para algunas familias. Obviamente, usted querrá hacer lo que esté a su alcance para seguir prestando los servicios a los niños bajo su cuidado. Es posible que durante el período de recuperación deba comenzar ofreciendo servicios con horarios restringidos, menos servicios, o servicios en espacio alternativo. Antes de informar a los padres, usted debe hablar de los cambios en servicio con el representante de certificaciones de cuidado infantil. El plan ante emergencias debe especificar cómo se divulgará la información a las familias durante el proceso de recuperación, incluyendo quién será responsable de mantener a los padres informados. Estas son algunas ideas para mantener a los padres al tanto del progreso:
Llamar a cada familia por separado, Establecer un correo de voz pregrabado con actualizaciones sobre el progreso hacia el restablecimiento de los servicios, Enviar actualizaciones a los familiares por correo electrónico, Proporcionar información a los medios de comunicación locales, y Actualizar las cuentas de medios sociales con las últimas novedades.
Además de los destrozos materiales que quedan después de un desastre, es probable que los niños, las familias y los miembros del personal sufran una gran confusión emocional. Por eso, la segunda parte de la etapa del “después” es encontrar formas de apoyar a los miembros de la comunidad de cuidado infantil. Es posible que las personas que viven una emergencia hayan perdido familiares o sufrido daños materiales, estén sin empleo mientras las empresas se restablecen y no tengan acceso a lo que necesitan para satisfacer sus necesidades básicas (como alimentos, agua potable, refugio, vestimenta, transporte y atención médica). También es posible que la experiencia de la crisis deje cicatrices psicológicas permanentes en algunos miembros de las familias, especialmente en los niños. El plan ante emergencias debe tener estrategias para ayudar a abordar las necesidades de las familias, los niños y los miembros del personal.
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Una manera de brindar apoyo a las familias con necesidades después de un desastre es trabajar con profesionales locales de salud mental para aliviar el trauma emocional. Esto puede incluir estas actividades:
Establecer reuniones de padres donde las familias puedan aprender estrategias para hablar con los niños sobre el incidente, Ofrecer espacio en las instalaciones para que las familias y los niños se reúnan con consejeros, Pedir al personal que asista a una sesión de capacitación para aprender sobre los efectos emocionales del trauma en los niños y sobre cómo apoyar sus necesidades emocionales en el entorno del cuidado infantil, Hacer cambios en su programa por medio de un asesor de salud mental para estimular las habilidades de superación de los niños, Conseguir folletos o listas de recomendaciones para distribuir a las familias, y/o Distribuir una lista de profesionales locales de salud mental que estén capacitados para trabajar con niños y familias después de eventos traumáticos.
También puede asistir a las familias para que se pongan en contacto con otros profesionales que podrían ayudarlas a recuperarse. Por ejemplo:
Agencias de empleo, Programas de asistencia alimentaria, Refugios, Servicios legales, y Profesionales de la salud.
Los tipos de profesionales con el conocimiento más útil variarán según el tipo de emergencia que haya sufrido la comunidad (Head Start, 2009). Puede beneficiar a los niños incorporar experiencias de manejo del estrés en sus rutinas diarias después de una emergencia. Según el Manual de Preparación ante Emergencias de Head Start: “Los expertos en trauma enfatizan la necesidad de crear un entorno de cuidado, calidez y confianza para los niños después de una crisis. Hay que dejar que los niños hablen sobre cómo se sintieron y de lo que vivieron durante el evento traumático. A los niños más pequeños, que tal vez no puedan expresar verbalmente sus sentimientos, les puede beneficiar participar en actividades creativas que incluyan dibujar, pintar o contar cuentos. También es posible identificar los libros infantiles adecuados para leerles individualmente o en grupos pequeños o más grandes, o para compartir con las familias. Los niños pueden preocuparse, pensando que ellos hicieron algo para desencadenar el evento”. Probablemente, en esta etapa, los niños necesiten mayor atención y consuelo, más ayuda para expresar sus sentimientos en palabras, y reafirmación de su seguridad. Los adultos deberán supervisar la exposición de los niños a la información durante el período de recuperación. Hay que limitar el acceso que los niños tienen a las noticias del desastre en los medios de comunicación. Los niños podrían formular muchas preguntas sobre el incidente, algunas de las cuales los adultos tal vez no puedan responder. Es importante que los adultos contesten honestamente y que admitan su ignorancia cuando no sepan qué responderles. Aun 13
más importante es que los adultos den ejemplos de calma y de actitudes de reafirmación. Hay que respetar las rutinas en la mayor medida posible, y los adultos deben intentar comportarse de modo tal que los niños reciban el mensaje de que todo estará bien (Head Start, 2009). Al planificar las medidas ante una posible emergencia, recuerde tener en cuenta las necesidades del personal del programa. Los proveedores de cuidado infantil, al igual que otros miembros de la comunidad, posiblemente habrán sufrido un trauma y pérdidas durante el desastre, y requerirán los mismos tipos de apoyo que se pondrán a disposición para los clientes. Además, puede ser beneficioso que el personal pueda reprogramar sus horarios con flexibilidad, recibir capacitación sobre preparación ante emergencias (para ellos y para sus propias familias), capacitarse sobre cómo trabajar con niños que han sufrido traumas, y recibir servicios de salud mental que ayuden a superar sus propias experiencias emocionales durante el desastre (Head Start, 2009). También es importante reconocer que algunos miembros del personal podrían necesitar abandonar sus puestos sin aviso ante este tipo de eventos, para poder atender las necesidades de recuperación de sus propias familias. Una vez que haya considerado todos estos elementos de la etapa del “antes”, del “durante” y del “después” para cada uno de los tipos de emergencia que podrían afectar sus programas, ¡podrá considerar que ha logrado elaborar su plan de preparación ante emergencias! Paso 4: Compartir el plan Un plan de preparación ante emergencias bien diseñado no tendrá ningún valor a menos que cada participante sepa cómo ponerlo en práctica. Ahora que su programa ya tiene un plan ante emergencias, hay que compartirlo con las partes interesadas de la comunidad, los miembros del personal y las familias. Este es el cuarto paso del proceso de planificación ante emergencias. El representante de certificaciones de su programa y la oficina local de manejo de emergencias deben tener una copia de su plan de preparación ante emergencias. De hecho, durante las inspecciones de los representantes de las agencias de certificación de cuidado infantil, se verificará que el plan cubra todos los elementos exigidos por las normas mínimas vigentes. Una vez implementado el plan, hay que compartirlo con todos los empleados y voluntarios. Al ser contratados, se requiere que todos los proveedores de cuidado infantil del estado de Texas participen en orientación y capacitación preliminar al servicio. Esta es la oportunidad perfecta para que los miembros del personal lean el plan de preparación ante emergencias y que conozcan las ubicaciones de los extintores, las alarmas de incendio, las salidas de emergencia, las vías de evacuación, los refugios designados en el lugar, los kits de primeros auxilios y los kits de suministros para emergencias. Esta capacitación se debe reforzar con sesiones periódicas de seguimiento, especialmente si el plan ante emergencias se modifica o actualiza. La capacitación se puede incorporar en las reuniones regulares del personal, o bien, la puede presentar un administrador durante una sesión especial de capacitación. También es posible que otros instructores de la comunidad ofrezcan temas de capacitación adicionales sobre preparación ante emergencias. La capacitación de manejo de emergencias para empleados debe incluir estos temas:
Los tipos de amenazas y peligros que podrían afectar su área y las medidas de protección que pueden tomarse, 14
La cadena de mando, y los papeles y las responsabilidades de los empleados, El protocolo para notificación, advertencia y comunicaciones, Los procedimientos para localizar a los padres en una emergencia, Los procedimientos de refugio en el lugar, evacuación y responsabilidad, La ubicación y el uso de los kits de suministros de emergencia, registros de emergencia portátiles y otros equipos de emergencia, Los procedimientos de cortes de emergencia de la electricidad, el gas, el agua y las computadoras, y Los procedimientos específicos para niños con discapacidades, incluyendo la comunicación, el transporte y la movilidad.
Para que los proveedores de cuidado infantil mantengan actualizados sus conocimientos sobre procedimientos ante emergencias, todos los miembros del personal y los voluntarios deben tener acceso al plan escrito para usar como referencia, y se les debe notificar por escrito cada vez que se haga una modificación. Otra manera de compartir el plan ante emergencias con los miembros del personal es colocando los componentes clave en lugares apropiados por todo el espacio. Por ejemplo, los planes de evacuación y reubicación deben estar claramente exhibidos en todas las habitaciones del centro y deben especificar lo siguiente:
Un plano de las instalaciones, Dos vías de salida desde cada habitación, a menos que la puerta de la habitación dé directamente al exterior en planta baja, Las Los puntos de reunión designados fuera del centro de cuidado infantil donde los cuidadores y niños deben ir para asegurarse de que todos hayan salido bien durante la evacuación, y Las ubicaciones designadas dentro del centro de cuidado infantil donde los cuidadores y niños se refugiarán de amenazas meteorológicas y otras emergencias que exijan refugiarse en el lugar.
Si su plan contempla diferentes ubicaciones de “refugio en el lugar” según diferentes tipos de emergencias, estas ubicaciones también podrían estar marcadas en los planes de evacuación y reubicación ante emergencias en cada habitación. Además de asegurarse de que todos los cuidadores estén familiarizados con el plan de preparación ante emergencias, es importante compartir esta información con cada familia que tenga a sus hijos en su programa. Las familias quieren saber que sus hijos están sanos y salvos cuando están bajo su cuidado, y al ver que sus programas implementan un plan para responder a diferentes tipos de desastres, se sentirán más tranquilos. Al momento de la inscripción, se debe entregar un plan ante emergencias a cada familia, y se debe notificar por escrito a los padres cada vez que se implementen cambios en el plan. También se puede invitar a las familias a participar en las capacitaciones de preparación ante emergencias que se ofrecen a los miembros del personal; o bien, el programa de cuidado infantil puede organizar talleres independientes para instruir a las familias sobre preparación ante emergencias, tanto en el contexto del programa como en el de sus hogares. Como beneficio adicional, compartir el plan ante emergencias con las
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familias puede ayudarles a pensar en formas de mantenerse seguras y preservar su propiedad en situaciones que podrían no haber considerado antes. Paso 5: Practicar el plan Una vez que el plan ante emergencias se ha escrito, aprobado y compartido, el siguiente paso es practicarlo. El quinto paso de la preparación ante emergencias requiere hacer prácticas regulares, a veces llamadas simulacros, de cada una de las situaciones de emergencia contempladas en el plan. Los simulacros de emergencia son una excelente manera de identificar las áreas del plan que deben revisarse, y ayuda a los niños y a los cuidadores a saber qué va a pasar para que puedan responder con rapidez y calma ante una situación real de desastre (Head Start, 2009). En Texas, los programas de cuidado infantil tienen la obligación de hacer simulacros de incendio mensuales y practicar simulacros de inclemencias meteorológicas cada tres meses. Estos son requisitos mínimos. En general, practicar con más frecuencia los procedimientos de evacuación o de “refugiarse en el lugar” beneficia a los niños, y en especial a niños pequeños y niños con necesidades especiales. Todos los niños, cuidadores, administradores y voluntarios también se pueden beneficiar de las simulaciones de otros tipos de emergencias y la práctica de los procedimientos correspondientes. Si el plan ante emergencias tiene procedimientos para eventos como derrames de materiales peligrosos, inundaciones o actos de violencia, se recomienda practicarlos periódicamente. Los simulacros deben practicarse en diferentes horarios del día, mientras los niños y el personal estén en diferentes etapas de sus rutinas. También se deben incluir, de vez en cuando, simulaciones de contingencias imprevistas. Por ejemplo, es posible que el programa contemple un simulacro regular de incendio, pero se podría hacer con una de las salidas bloqueada. Usar situaciones que requieran resolver problemas permite evaluar más correctamente la preparación de cada persona, en lugar de hacer los mismos simulacros una y otra vez sin modificaciones. Paso 6: Revisar y actualizar el plan El último paso de la preparación ante emergencias es revisar y actualizar el plan. Después de todo el tiempo y energía que se dedicó al desarrollo del plan ante emergencias, puede ser tentador pensar que ya está finalizado. Pero el plan ante emergencias es un documento viviente que debe revisarse con frecuencia para mantener su vigencia y efectividad. El proceso de revisión tiene tres componentes principales. Primero: se deben tener en cuenta las conclusiones de los simulacros y las simulaciones para hacer los ajustes correspondientes. Al hacer un simulacro, se podría ver que ciertos elementos del plan que parecían correctos en la teoría no son tan eficaces en la práctica. En cierto sentido, los simulacros son como un “ensayo general con vestuario” para emergencias reales y pueden ofrecer una enorme cantidad de información sobre cómo asegurarse de que todos los miembros de su programa estén preparados. Por ejemplo, la vía de evacuación identificada para un grupo de niños pequeños puede parecer la más corta y segura, pero tal vez descubran que es difícil trasladar las cunas de evacuación si tienen que pasar por áreas con hierba para llegar al punto de encuentro. En segundo lugar, se deben incorporar los cambios que se hagan en las normas, las leyes y las recomendaciones de los expertos. Lo mejor es revisar el plan ante emergencias con intervalos 16
regulares, como una vez al año, y consultar las recomendaciones sobre revisión de la oficina local de manejo de emergencias y de la entidad de certificaciones para cuidado infantil. Consulte información sobre evacuaciones y reubicaciones del Departamento de Servicios para la Familia y de Protección de Texas en el sitio web que figura en su pantalla: http://www.dfps.state.tx.us/child_care/about_child_care_licensing/ Para identificar los cambios que podrían afectar el plan de preparación ante emergencias, también puede consultar directamente las Normas Mínimas para Centros de Cuidado Infantil. Para ver estas normas, visite el sitio web que se indica en la pantalla: http://www.dfps.state.tx.us/Child_Care/Child_Care_Standards_and_Regulations/default.asp Si sus programas están fuera del estado de Texas, consulte los requisitos de certificación de cuidado infantil del estado correspondiente con respecto a la preparación ante emergencias. En tercer lugar, hay que verificar los suministros, inventariarlos y reponerlos cuando sea necesario. Hay que revisar los kits cada seis meses para controlar que no contengan alimentos vencidos, baterías sin carga y artículos que hayan sido usados y deban reponerse. A medida que evolucione el plan ante emergencias, es posible que se agreguen más artículos a los kits o que se saquen algunos. Conclusión Durante el curso, hemos visto el significado de la preparación ante emergencias y los pasos que hay que tomar para ayudar a los programas de cuidado infantil a planificar situaciones de emergencia, formar un equipo, identificar posibles emergencias, crear su propio plan, compartir el plan, practicar el plan, y revisar y actualizar el plan. Recuerde que para que un plan de manejo de emergencias sea efectivo, se debe compartir, practicar y actualizar frecuentemente con los aportes de los miembros del personal, los expertos en preparación ante emergencias, los padres, y los voluntarios. Veamos los principales mensajes que nos gustaría que recordara durante sus interacciones profesionales con los niños y las familias:
La preparación ante emergencias es la capacidad de reaccionar apropiadamente ante un desastre, y el proceso por el cual se considera lo que podría suceder y cómo proceder en esos casos. El equipo de preparación ante emergencias debe incluir una variedad de personas con el fin común de mantener a los niños seguros durante un desastre. El equipo podría incluir el director del programa, cuidadores, voluntarios, padres, empleados de mantenimiento, profesionales especialistas en desarrollo, miembros del equipo de primera respuesta, asesores de cuidado de salud infantil, profesionales de salud mental y representantes de otras agencias comunitarias. Para identificar las posibles emergencias, el equipo de preparación ante emergencias deberá considerar los tipos de incidentes que pueden ocurrir con mayor probabilidad y los tipos de daños que se podrían generar. El equipo debe pensar en desastres naturales, 17
condiciones meteorológicas extremas, accidentes, emergencias sanitarias y actos de violencia. El plan de preparación ante emergencias debe plantear los pasos que se pueden seguir antes de que se produzca un desastre, para reducir o eliminar los riesgos para las personas y para la propiedad. Se deben especificar las ubicaciones tanto para evacuaciones como para las situaciones de refugio en el lugar, y deben estar claramente exhibidas en cada sala. También se debe incluir en el plan una descripción detallada de los procedimientos según cada tipo de emergencia, con información específica sobre lo que se debe hacer y cómo se debe hacer. Esto implica considerar la ubicación y el uso de los kits de suministros para emergencias, especificar los procedimientos para comunicarse con las familias durante el transcurso de una emergencia, y ofrecer actividades adecuadas al desarrollo de los niños en una situación de evacuación o de refugio en el lugar, El personal debe saber quiénes son responsables de cada tarea durante una emergencia. El plan debe asignar la responsabilidad de cada tarea a personas específicas y designar un suplente para cada tarea, en caso de que la persona principal responsable no esté disponible por el motivo que sea. El plan debe delinear estrategias para restablecer las operaciones y para brindar apoyo a las personas después de la emergencia. Esto podría incluir verificar la seguridad de las instalaciones, hacer las reparaciones necesarias, brindar servicios limitados durante un cierto tiempo, o trabajar con profesionales de salud mental u otros servicios locales para brindar apoyo a las familias y a los miembros del personal en su etapa de recuperación del desastre. Una vez redactada la versión preliminar del plan de preparación ante emergencias, se debe compartir con la división de certificación para cuidado infantil, con el personal local de manejo de emergencias, con los miembros del personal y con las familias. Se deben hacer simulacros regulares, que incluyan diferentes tipos de emergencia y en los que se simulen contingencias que exijan que los adultos ejerciten su pensamiento crítico. El plan de preparación ante emergencias es un documento viviente, que está siempre sujeto a revisiones según los cambios en las políticas o los problemas que surjan en las prácticas y los simulacros. El plan en sí y los kits de suministros para emergencias que contempla el plan deben revisarse regularmente y actualizarse según sea necesario.
Gracias por su atención y por su compromiso a garantizar el bienestar de los niños que están a su cargo.
Este curso fue desarrollado y producido por el Servicio de Texas del Sistema Universitario A&M de Texas en colaboración con la División de Licencias para Centros de Cuidado Infantil del Departamento de Servicios para la Familia y de Protección de Texas (Texas Department of Family and Protective Services, Child Care Licensing Division), con fondos proporcionados por la Comisión de Trabajo de Texas (Texas Workforce Commission). 18