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¿Qué tan grave es la caída de las reservas internacionales?; por Víctor Salmerón Víctor Salmerón · Thursday, November 12th, 2015
Las reservas internacionales, ese tanque de dólares que administra el Banco Central de Venezuela y que permite importar, pagar deudas, cubrir contingencias y ayudar a la estabilidad del tipo de cambio, se ubicó el pasado nueve de noviembre en 14 mil 918 millones de dólares, cifra que representa una fuerte caída de 32% en el año y, además, es el monto más bajo desde el 16 de mayo de 2003. Tamara Herrera, directora de la firma Síntesis Financiera, explica que las reservas internacionales están muy lejos de jugar el rol que en teoría deberían desempeñar en la economía venezolana: “Las reservas dejaron de cumplir a cabalidad con sus objetivos, que básicamente consisten en asegurar la capacidad de cumplir con las obligaciones financieras y comerciales. Tampoco están en condiciones de mostrar la capacidad de atender contingencias, no aseguran la estabilidad cambiaria y no tienen el desempeño y la calidad necesaria para producir una imagen de fortaleza que disminuya el riesgo país y ayude a obtener buenas condiciones de financiamiento. Eso hace mucho tiempo que no se cumple”. Prodavinci
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El declive de las reservas obedece a una mezcla de factores. En Venezuela 96 de cada 100 dólares provienen de las exportaciones de petróleo y en promedio cada año PDVSA sólo entrega al Banco Central cuatro de cada diez dólares. El resto fluye hacia una madeja de fondos que el Gobierno administra discrecionalmente, como el Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden). Además de sólo recibir una porción de los dólares, el Banco Central quedó obligado por reformas legales a transferir al Fonden todas las divisas depositadas en la cuenta de las reservas que superan un monto que el Ejecutivo establece cada año, conocido como el “nivel óptimo de reservas”. Gracias a esta maniobra, el Banco Central le entregó al Fonden 53 mil millones de dólares durante los últimos nueve años. Tamara Herrera señala que “una de las principales razones de la debilidad de las reservas internacionales es que las reformas legales para asegurar discrecionalidad en el uso de la renta petrolera hicieron que se produjeran apartados como el Fonden”. El uso discrecional de la renta petrolera se tradujo en que el país no ahorró durante los tiempos en que el precio del barril de petróleo desafió la ley de la gravedad. En este momento cuenta con muy pocos recursos para enfrentar la marcada caída en la cotización del barril. Además, han aumentado los pagos que deben realizarse por los vencimientos de deuda, PDVSA no está en condiciones de incrementar rápidamente la producción para elevar las exportaciones y en un entorno de controles y expropiaciones la economía se ha hecho más dependiente de las importaciones.
De qué están hechas las reservas La estructura de las reservas también es importante. Tras años de recibir pocos aportes y transferir buena parte de lo que había en el tanque al Fonden, las divisas en efectivo que permiten importar y pagar deuda externa de inmediato son escasas. Por ejemplo: Síntesis Financiera estima un monto cercano a mil 700 millones de dólares. La mayor parte de las reservas corresponde a barras de oro que poseen un valor en torno a 11 mil 300 millones de dólares y luego siguen los Derechos Especiales de Giro (DEG) una moneda artificial creada por el Fondo Monetario Internacional que pueden ser canjeada por divisas y en las que el BCV posee unos 800 millones de dólares según los datos más recientes. Tras la fiesta desatada por los altos precios del petróleo, fuera de las reservas internacionales queda muy poco y las inversiones realizadas han culminado en un estruendoso fracaso. De acuerdo con la Memoria y Cuenta del Ministerio de Finanzas, al cierre de 2014 el Fonden había desembolsado 103 mil millones de dólares para financiar 419 proyectos y ninguno de ellos genera un solo dólar en exportaciones. Aparte de las reservas internacionales, Síntesis Financiera estima que el Gobierno posee recursos en el Fondo Chino por un monto que oscila entre 9 mil y 11 mil millones de dólares y agrega un lote de bonos en divisas en poder del Banco Central de Venezuela por el orden de 4 mil 500 millones de dólares. “En números redondos, pueden ser unos 15 mil millones de dólares fuera de las reservas internacionales, pero esto es claramente insuficiente y los recursos en el Prodavinci
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Fondo Chino son de mutua aprobación con China”, afirma Tamara Herrera.
¿Qué pasará en 2016? La caída en las reservas internacionales se produce a pesar de que la administración de Nicolás Maduro tomó medidas para inyectarle al Banco Central de Venezuela una transfusión de dólares adicional a lo que le deposita PDVSA. A través del endeudamiento de Citgo y del cobro anticipado de deudas por envíos de petróleo a Uruguay, República Dominicana y Jamaica, en 2015 el Banco Central ha recibido unos 6 mil 200 millones de dólares. Al mismo tiempo, hubo una estrategia para aumentar la porción en divisas de las reservas que se ha traducido en liquidez por el orden de 5 mil 800 millones de dólares mediante retiros de parte de los Derechos Especiales de Giro y operaciones en las que barras de oro son “empeñadas” para obtener efectivo. Esta estrategia no fue suficiente para equilibrar las cuentas y fue acompañada por una fuerte contracción en las divisas que recibe el sector privado para importar materias primas e insumos, ocasionando caída de la producción, escasez e inflación. Para 2016 las perspectivas lucen poco halagadoras. Tamara Herrera explica que con un precio promedio de la cesta petrolera venezolana de 48 dólares el barril, ingresarían por exportaciones petroleras unos 40 mil millones de dólares y, al tomar en cuenta los gastos como importaciones y pagos de deuda, surge un déficit de 17 mil millones de dólares. Un aspecto clave es que este déficit ya contempla que las importaciones no petroleras (es decir: las que excluyen las compras que realiza PDVSA para mantener la producción) se ubicarán en 21 mil millones de dólares, cifra que representaría una contracción de 50% respecto a 2013. Este nivel de importaciones indica que el sector privado seguirá sin suficientes materias primas e insumos para producir y por tanto lo más predecible es un nuevo año de contracción de la economía. Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica afirma que “Venezuela va a quedar este año en una posición muy vulnerable. Estimo que va a cerrar con reservas líquidas en torno a mil 500 millones de dólares y fuera de reservas con 4 mil millones de dólares”. Sus escenarios coinciden con los de Síntesis Financiera en cuanto a que los números no cuadran. De acuerdo con Ecoanalítica, si el precio promedio de la cesta petrolera venezolana se ubica el próximo año en 52 dólares el barril habría un déficit de 14 mil 829 millones de dólares. El margen de maniobra para cubrir el déficit es limitado. Quedan pocos recursos fuera de las reservas. A través del cobro anticipado de deudas por envíos de petróleo es muy poco probable que pueda obtenerse mucho más y si Venezuela emite bonos en el exterior para obtener financiamiento tendría que pagar una elevadísima tasa de interés por la percepción de riesgo de los inversionistas. Y si el Banco Central incrementa el uso del oro para obtener dólares en efectivo e importar, las reservas Prodavinci
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seguirán descendiendo velozmente. Asdrúbal Oliveros indica que “hay que hacer un ajuste cambiario que modere la demanda de divisas, flexibilizar las condiciones del sector petrolero e incrementar en algo la producción aunque eso tarda y a lo mejor en la medida en que el Gobierno esté dispuesto a unos ajustes más duros de los que ha hecho hasta ahora como devaluación del tipo de cambio oficial, flexibilización del control de precios e incremento de la gasolina, podría disminuir la percepción de riesgo y se abriría el compás para un reperfilamiento de la deuda y tener mejor capacidad para negociar con China nuevos préstamos”.
¿Qué está haciendo PDVSA? El Gobierno intentará disminuir los pagos de deuda previstos para los próximos dos años. De acuerdo con Síntesis Financiera, en 2016 y 2017 PDVSA está obligada a cancelar 8 mil 100 millones de dólares por vencimiento de bonos y el presidente de la empresa, Eulogio Del Pino, explicó que prevé realizar un canje, es decir, cambiarle a los inversionistas estos bonos por un nuevo título a mayor plazo. Según lo explicado por Eulogio Del Pino, el canje será voluntario. Y para que tenga éxito el nuevo bono tendría que contar con suficiente atractivo para los inversionistas. Síntesis Financiera considera que “para que el proceso cristalice en un buen acuerdo, las políticas públicas habrán de transmitirle al mercado la noción de que el nuevo perfil de vencimientos será sostenible para la empresa y para el país, y las condiciones de los nuevos bonos tendrán que ser atractivas. También hay que tener en cuenta que el Gobierno tiene en su cartera una porción de los bonos a canjear, lo cual facilitará el proceso. En todo caso, hecho el anuncio, es de suponer que Pdvsa está lista para comenzar a negociar muy pronto. De lo contrario, la incertidumbre afectará negativamente los títulos y las negociaciones mismas”.
¿Yuanes en las reservas? El Gobierno también negocia con China un intercambio de monedas (swap) para fortalecer las reservas internacionales bajo un esquema muy similar al empleado con Argentina. La administración de Cristina Fernández de Kirchner firmó en mayo del año pasado un acuerdo por 70 mil millones de yuanes, equivalentes a 11 mil millones de dólares con el gigante asiático. El uso de los fondos es progresivo: no se realiza de una sola vez y cuando se decide emplearlo el Banco Central de Argentina entrega pesos y el de China yuanes con el compromiso de que el Banco Central de Argentina devuelve los yuanes en el plazo de un año más un interés que se estima entre 6% y 7% anual. Los yuanes ingresan a las reservas y pueden ser utilizados para cancelarle importaciones a China o para ser canjeados por dólares, algo que de acuerdo con especialistas no está muy claro puesto que el yuan aún no es considerado por el Fondo Monetario Internacional como una moneda de reserva, aunque todo apunta a que alcanzará esta denominación en el mediano plazo.
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En mayo de este año el FMI emitió un comunicado señalando que “la cuestión de la inclusión del yuan (en la lista de monedas de reserva) no es si, sino cuándo”. El comunicado que emitió el Banco Central de la República Argentina explicó: “El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha firmado con el Banco Central de República Popular de China un nuevo acuerdo de swap de monedas locales por un monto equivalente a 11 mil millones de dólares y por 3 años de plazo, con el objetivo de mejorar las condiciones financieras para promover el desarrollo económico y el comercio entre ambos países”. “A través de este acuerdo, que impulsará la relación bilateral, el BCRA podrá solicitar al Banco Central de China desembolsos por hasta 70 mil millones de yuanes y depositar el equivalente en pesos, con un plazo de reintegro de hasta 12 meses”, agregó. Fuentes financieras explican que la administración de Nicolás Maduro negocia un trato similar pero por un monto de yuanes equivalente a entre 3 y 5 mil millones de dólares. En diciembre de 2014 el presidente Nicolás Maduro modificó la Ley del Banco Central con sus facultades habilitantes e introdujo en el Artículo 127 un párrafo que deja la puerta abierta para que el yuan pueda formar parte de las reservas internacionales: “se considerará como moneda de reserva a las divisas libremente convertibles y de aceptación universal, así como aquellas monedas extranjeras de fácil conversión en divisas en las plazas internacionales y que sean empleadas como monedas de cuenta o de pago en compromisos asumidos por la República de Venezuela”. Además se añadió la posibilidad de que diamantes y piedras preciosas ingresen a las reservas internacionales si se encuentran en las bóvedas del Banco Central de Venezuela o en instituciones financieras del exterior “calificadas de primera clase”. Si bien la administración de Nicolás Maduro puede tomar medidas como el canje de bonos de PDVSA y obtener financiamiento por parte de China, el nivel actual de las reservas internacionales y los precios del petróleo señalan que 2016 será otro año de estricta dieta de divisas, algo que inevitablemente se traducirá en una recesión más profunda y persistencia de la escasez.
This entry was posted on Thursday, November 12th, 2015 at 8:00 am and is filed under You can follow any responses to this entry through the Comments (RSS) feed. You can skip to the end and leave a response. Pinging is currently not allowed.
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