DIEZ PROMESAS CLAVES PARA

EL PEREGRINAJE DEL CRISTIANO Analogía del Salmo 23 La muerte de Cristo cambió nuestro destino para siempre; cada gota de Su sangre derramada en la cruz del calvario redefinió por completo nuestro futuro. Al aceptar ese sacrificio como el único capaz de salvarnos y redimirnos, emprendimos un viaje que lamentablemente muchos nunca terminan. ¡Cuántos peregrinos han caído vencidos a un lado del camino! ¡Cuántos peregrinos, perdiendo la esperanza, han decidido volver atrás! ¡Cuántos cristianos hay hoy apartados de Dios! ¡Cuántos cristianos hoy han decidido volver atrás! ¿Que hay en el peregrinaje del cristiano que hace que muchos decidan abandonarlo todo? David, habiendo sido pastor de oficio, claramente conocía las responsabilidades y funciones que correspondían a dicha labor. Sus experiencias en el ambiente pastoril le llevaron a descubrir en Dios esas incomparables cualidades que le hacían ser el Pastor de pastores. Es precisamente en uno de sus salmos, que narra las etapas de este peregrinaje hacia la eternidad y nos enseña acerca de diez promesas claves para mantenernos constantes y fortalecidos en los tramos difíciles de este camino de la vida; nueve promesas cimentadas sobre una determinante y poderosa afirmación: “Jehová es mi pastor”. La pregunta que hoy nos podríamos hacer es: ¿Hemos emprendido nuestro peregrinaje en la vida cristiana convencidos de esta poderosa afirmación? 1. Nada me faltará… En los tiempos bíblicos, los rebaños de ovejas dependían 100% del cuidado de su pastor. Cualquier oveja, al estar con su pastor, se aseguraba de tener todo lo necesario para vivir una vida tranquila y segura. Por otro lado, cualquier oveja que abandonara el rebaño y a su pastor quedaba expuesta a innumerables necesidades. En la vida, muchos cristianos al enfrentar necesidades recurren a suplirlas lejos de Dios. Muchas personas cuando enfrentan problemas, en lugar de venir a Dios, se ocultan de Él. Otros, buscan suplir sus necesidades por otros medios, buscando dinero donde no deben buscarlo, buscando curas donde no deberían buscarlas, buscando respuestas en lugares equivocados. Muchas personas ven en el dinero la respuesta a todas sus necesidades, y lo ven más como un dios que como un medio para subsistir materialmente. “Hay personas tan pobres que lo único que tienen es dinero”, relata un dicho muy popular. (Leer Eclesiastés 5:10, 13-15).

Las necesidades humanas van más allá de lo material. El hombre necesita entonces alguien quién pueda suplir completamente todas sus necesidades. La pregunta es ¿Qué tanto puede confiar el hombre en Dios como el suplidor de todas sus necesidades? Muchas personas terminan desviándose del camino de la salvación porque nunca lograron confiar verdaderamente en Dios el proveedor para todas sus necesidades. Los que deciden confiar en el Señor son los que en medio de su necesidad logran salir airosos y victoriosos tomados de Su poderosa mano. 2. En lugares de delicados pastos me hará descansar… Una maravillosa promesa para aquellos que confían en Dios como su Pastor. ¿Pero cuántas personas hay hoy que están anhelando estos delicados pastos para descansar? Los problemas que agobian al cristiano en su diario peregrinar provocan cansancio y debilitamiento espiritual. Muchas personas, cansadas de cargar sus problemas, deciden abandonar su vida cristiana y volverse al mundo en una actitud de desilusión y desesperanza; desechan a Dios y sus promesas. Pero aquellos que reconocen a Dios como su Pastor descargan todas sus ansiedades y problemas en su presencia maravillosa. “Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.”(Salmos 16:11) 3. Junto a aguas de reposo me pastoreará… Era costumbre de los pastores en los tiempos bíblicos llevar a sus ovejas a beber en aguas reposadas y tranquilas ya que, las aguas movidas las asustaban. Hay quienes desconfían de la guiaza de Dios y deciden tomar su propio camino. Muchas personas hoy han abandonado su vida cristiana porque nunca permitieron que Dios realmente dirigiera sus vidas. Ahora bien, Dios ha prometido pastorearnos siempre hacia aguas de reposo en las que podamos saciar siempre nuestra sed. Dios nunca no guiará hacia un “callejón sin salida”: “Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla.” (1 Corintios 10:13) (DHH) La pregunta es ¿cuánto confía usted verdaderamente en Dios? ¿Se asusta por las cosas que le ocurren diariamente?

4. Confortará mi alma… Muchas personas después de experimentar momentos emocionales fuertes en su vida deciden abandonar su vida cristiana. La pérdida de algún familiar, una desilusión amorosa y divorcios han sido causas frecuentes por las que los cristianos deciden apartarse de Dios. Todos estamos expuestos a experimentar este tipo de situaciones. ¿Dónde buscar ayuda? Dios nos promete ser el confortador de nuestra alma en momentos donde nuestra voluntad, nuestra mente y nuestras emociones nos dicen que no podemos continuar. Es maravilloso encontrar en Dios y a través de su Espíritu Santo, ese consuelo en los momentos difíciles. 5. Me guiará por sendas de justicia… Era normal que un pastor debiera muchas veces dirigir a sus ovejas por trechos angostos que dividían los campos de cosechas de los pastizales. Al hacer esto él mismo debía evitar que sus ovejas se desviaran de su camino para ir a comer de los frutos cosechados ya que esto representaría un problema con el dueño de los mismos. De igual manera, Dios promete guiarnos en medio de un mundo lleno de tentaciones hacia esa vida eterna que el ya dispuso regalarnos por medio del sacrificio de Jesucristo en la cruz del calvario. Es a través de su Palabra, que el nos guía en todo momento por esas sendas maravillosas de justicia. “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” (Salmo 119:105) 6. Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo… Hay personas que se rinden ante los problemas aduciendo no ver a Dios cerca de ellos. La verdad es que Dios no se ha alejado de ellos, sino que ellos se han alejado de Él. Dios dice en su palabra: “…No te desamparé ni dejaré” (Hebreos 13:5) La protección de la que gozamos cuando tenemos a Dios como nuestro Pastor es invaluable. El va delante de nosotros y nos defiende: “Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.” (Jeremías 20:11)

Su amor para con nosotros es tal que se dio su vida por nosotros: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.”(Juan 10:11)

7. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento… En el oficio pastoril la vara tiene la misma función de un bastón para una persona. Provee sostenimiento y estabilidad. Dios promete darnos igualmente ese sostenimiento para seguir adelante, esa ayuda para levantarnos cuando caemos. El cayado se utiliza para guiar a las ovejas. Muchas personas no creen que Dios usa terceras personas como sus instrumentos para ayudar a otros. Sin embargo, Dios siempre tendrá siervos suyos de nuestro lado que nos ayuden a seguir adelante por la senda correcta. Solamente sepamos discernir cuales son de Dios y cuales no. 8. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores La versión DHH traduce así en este versículo “Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos…” Muchos cristianos han abandonado el camino de la salvación por causa de terceras personas que se han dedicado a angustiarles la vida. ¿Hay personas en su vida que se dedican a angustiarle la vida? Si las hay, recuerde que la justicia de Dios está de su lado. Antes de lidiar con esa persona y mortificarse su propia vida, más bien ore a Dios por ella. 9. Unges mi cabeza con aceite; mi copa esta rebozando Algunas personas se olvidan de quienes son verdaderamente en Cristo. Se olvidan que Dios le ha ungido con su Espíritu Santo, que han sido escogidos para ser parte de Su pueblo, Su pueblo escogido. El diablo no nos puede tocar, las maldiciones ya no nos afectan, hemos sido sellados con el sello de Dios. 10. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida y en la casa del Señor moraré por largos días… La última promesa descrita en este Salmo para quienes tienen a Dios como su Pastor.

Quienes han perdido su fe en la vida eterna y se han separado de Dios, se ha desviado hacia los caminos de muerte. El fin del peregrinaje del cristiano es coronado con el cumplimiento de esta promesa: “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.” (Hebreos 10:35-37) CONCLUSIÓN Todo cristiano es un peregrino, un caminante pasajero en este mundo. Nuestra vida es el camino por recorrer, un camino lleno de bendiciones y pruebas, de alegrías y tristezas, de claros y nublados, de aceptaciones y rechazos, de abundancias y de escasez. Su final es alentador: es la promesa de la vida eterna que nos ha regalado Jesús. “Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.”(Hebreos 11:13-16) - AMÉN-