Recuadro. Evolución del consumo energético de los hogares españoles

56 Informe sobre la coyuntura económica. Núm. 114 Abril 2007 Recuadro Evolución del consumo energético de los hogares españoles. 1990-2004 La combin
Author:  Laura Nieto Palma

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Informe sobre la coyuntura económica. Núm. 114 Abril 2007

Recuadro Evolución del consumo energético de los hogares españoles. 1990-2004 La combinación de factores tan diversos como la volatilidad del precio del petróleo, las incertidumbres geopolíticas que afectan al suministro energético y la creciente preocupación por el cambio climático tras un invierno inusitadamente cálido en toda Europa, ha situado a la energía en el centro del debate político y económico en la UE. A diferencia de episodios pasados en los que el debate se focalizaba en los efectos del encarecimiento del petróleo y la elevada dependencia exterior en el suministro de esta fuente de energía, en la actualidad la cuestión energética se aborda desde una perspectiva más amplia, que se enlaza con la problemática medioambiental y la necesidad de alcanzar un modelo de desarrollo sostenible. La evidencia de que en el corto plazo el margen de maniobra de la economía europea es limitado, dado que en la actualidad no existe una energía alternativa con capacidad para reemplazar a los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) y que, por tanto, ofrezca soluciones a los problemas tanto de seguridad en el suministro como de respeto al medio ambiente, se traduce en el énfasis de la política de la UE en la eficiencia energética como vía para lograr en el corto y medio plazo ahorros significativos del consumo de energía. Así, en enero de 2007 la Comisión Europea presentó un paquete de medidas sobre energía y cambio climático1 que reiteraba el objetivo de ahorrar un 20% del consumo total de energía primaria en 2020, meta que permitiría reducir el gasto energético en unos 100.000 millones de euros y las emisiones de CO2 en unas 780 toneladas al año. Dentro de este escenario, los análisis recientes en materia de eficiencia energética han destacado la potencialidad de los ahorros energéticos en el sector de hogares, segmento de demanda que en el pasado no ha sido objetivo preferente de las políticas energéticas y que tampoco ha experimentado otro tipo de presiones (como la disciplina de costes impuesta por el mercado al sector industrial) que hayan fomentado significativas mejoras de eficiencia. Por el contrario, el gasto de energía de los hogares ha sido estimulado de forma creciente por la mejora en los niveles de renta y de bienestar, que ha derivado en una evolución hacia patrones de consumo más intensivos en términos energéticos, y que han tendido a presionar al alza el crecimiento de la demanda de energía final. Al mismo tiempo cabe tener presente que el consumo energético del sector hogares se encuentra condicionado por una amplia variedad de factores, que incluyen, entre otros, aspectos climatológicos y sociodemográficos, y que, al margen del uso más o menos eficiente de la energía por parte de las familias, resultan determinantes en el peso específico de este sector en el consumo energético final, así como en la evolución que éste ha presentado en el tiempo. La revisión de la dinámica del consumo energético del sector doméstico resulta de especial interés en el caso de la economía española a causa de las importantes transformaciones económicas, demográficas y sociales en la que ésta ha estado inmersa en su etapa más reciente y que han alterado significativamente los diversos condicionantes de la demanda de energía final de las familias. Es por ello que el presente report, además de observar la evolución del consumo energético de los hogares, su importancia relativa en la demanda final de energía de la economía española y sus características en términos de intensidad, lleva a cabo un repaso de los determinantes que ayudan a explicar la evolución seguida por este consumo. El análisis de estos factores explicativos resulta de especial interés porque ayuda a identificar las fuentes del crecimiento del consumo de energía del sector doméstico en los últimos años así como posibles fuentes de ineficiencia en este uso.

1

Véase IP/07/29 del 10 de enero de 2007 “Commission proposes an integrated energy and climate change package to cut emissions for the 21st Century”, disponible en http://europa.eu/rapid/searchAction.do

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1. Caracterización del consumo energético de los hogares españoles. 1990-2004 El consumo de los hogares representaba en 2004 un 16,8% del consumo final de energía total en España, frente al 26,3% en la UE-25

El consumo final de energía de los hogares2 ascendía en España en 2004 a 16.287 toneladas equivalentes de petróleo (tep), cifra equivalente al 16,8% del consumo final de energía realizado en ese año por la economía española. Esta cifra constituye en sí una primera particularidad del consumo energético de los hogares españoles en el contexto europeo, pues se observa que en España las familias representan un porcentaje sensiblemente inferior del consumo final agregado que en el conjunto de la UE-25, en donde esta participación fue en 2004 del 26,3%, es decir, 9,5 puntos superior a la española. Esta circunstancia, que constituye un rasgo diferencial de la economía española (en media del período 1990-2004 el peso del consumo familiar en el total es 10 puntos porcentuales inferior en España que en la UE-25), viene determinada por la particular climatología que presenta España en relación a la media de países de la UE, con una temperatura media superior, que conlleva un menor consumo de energía para calefacción. El indicador más habitual para cuantificar la severidad del frío en un período de tiempo determinado es el de gradosdía3, que toma en consideración para su cálculo la temperatura exterior e interior y ofrece una medida de las necesidades de calefacción de un país. Según estimaciones de Eurostat, en el período 1980-2004 España ha registrado de media 1.856 grados-día, valor un 45% inferior a los 3.386 grados-día en la UE-25 y que ilustra las menores necesidades de consumo de energía para calefacción en España. La calefacción representa un porcentaje mayoritario del consumo final de energía aunque es superior en la UE-25 (67,9%) que en España (41,7%)

Los factores climáticos, además de influir en la importancia relativa del sector familias en el consumo total de energía, también generan diferencias en la distribución del consumo energético dentro de la vivienda entre España y la UE. Aunque en ambos casos la calefacción representa el destino más relevante, el porcentaje que supone sobre el consumo de energía en el hogar es visiblemente más elevado en el caso de la UE, con una participación cercana al 70% (67,9% en 2003) que contrasta con los valores algo superiores al 40% de España (un 41,7% en 2003). El peso relativo del consumo de energía para calefacción para cada año, que se caracteriza por su variabilidad en función de las temperaturas más o menos frías de cada invierno, condiciona notablemente la participación relativa de las restantes finalidades de consumos energéticos. Observando exclusivamente los consumos no destinados a calefacción, se observa una creciente responsabilidad en el gasto de energía de los hogares en España del aire acondicionado, la iluminación y el agua caliente, usos que en 2003 absorbían un 61% del consumo energético no destinado a calefacción del hogar frente al 49% de 1990, y cuyo avance contrasta con la pérdida de importancia relativa del consumo de energía originado por electrodomésticos (20,5% del gasto ex– calefacción en 2003 frente al 29,3% en 1990) y cocina (18,5% en 2003 frente al 21,7% en 1990).

2

Se considera exclusivamente el consumo que las familias realizan en la vivienda, y por tanto no incluye el gasto en transporte. 3 Los grados-día se calculan como la suma de las diferencias a 18ºC de las temperaturas medias diarias de aquellos días para los que la temperatura media no excede de 15ºC (considerada temperatura umbral para el uso de calefacción), de forma que cuanto mayores sean los grados-día, mayores son las necesidades de calefacción. Formalmente, los grados-día se definen como: (18ºC-Tm)*d si Tm es menor o igual a 15ºC, Cero cuando Tm es mayor que 15ºC, siendo Tm la temperatura media exterior en un período d de días.

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Gráfico 1. Distribución del consumo de energía de los hogares en la vivienda en España y la Unión Europea. 2003 En porcentaje A. España

B. UE-25

Calefacción

41,7

Electrodomésticos

Calefaccción

67,9

12,0

Agua caliente

26,2

Electrodomésticos e Iluminación

14,2

Agua caliente

14,1

10,8

Cocina

9,0

Iluminación Aire acondicionado

Cocina

0,4 0

20

3,8 0

40

20

40

60

80

Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía).

Gráfico 2. Distribución del consumo de energía no destinado a calefacción de los hogares en la vivienda en España.1990-2003 En porcentaje A. 2003

B. 1990

Electro do méstico s

Electro do méstico s

20,5

A gua caliente

A gua caliente

44,9

Co cina

13,6

A ire aco ndicio nado

0,7 0

21,7

Iluminació n

15,4

A ire aco ndicio nado

35,4

Co cina

18,5

Iluminació n

29,3

20

40

60

0,0 0

20

40

60

Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía).

Los hogares españoles consumen preferentemente electricidad y petróleo y derivados, frente al mayor consumo de gas natural de los europeos

Las características por finalidades del consumo energético de los hogares españoles respecto a los países de la UE también condicionan una dispar estructura del consumo según la fuente de energía utilizada. En contraste con el predominio del gas natural como fuente de energía de los hogares en la UE-25 (un 38,7% del total en 2004), que se deriva de su uso mayoritario como combustible para calefacción, las familias españolas consumen preferentemente electricidad (34,7% del total en 2004) y petróleo y derivados (28,9%), mientras la importancia relativa del gas (21,1%) es notablemente inferior a la que se observa en la media de países europeos. El elevado peso relativo del consumo de electricidad por las familias españolas es resultado, por una parte, de las menores necesidades de calefacción que se traducen en una mayor participación en el consumo energético de las partidas de electrodomésticos, iluminación y aire acondicionado, que se caracterizan por consumir esta fuente de energía. Por otra parte, en lo que respecta al consumo destinado a calefacción, cabe destacar que en España un porcentaje relativamente elevado de viviendas no disponen de instalación de calefacción (un 52% de las viviendas principales según el último censo de viviendas), en cuyo caso los hogares suelen recurrir al uso de aparatos de calefacción (véase gráficos) que, en su mayor parte, consumen energía eléctrica. Por su parte, la menor penetración del gas natural en el consumo de los hogares españoles se traduce en un mayor peso relativo del petróleo y sus derivados como fuente de energía, que fundamentalmente se deriva de su utilización relativamente importante como combustible de calefacción (gasóleo C) y para la obtención de agua caliente (según datos de la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares, en 2004 un 54% de los

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hogares consumían derivados del petróleo como energía para calentar el agua frente al 30% que utilizaban gas natural). Gráfico 3. Consumo final de energía de los hogares por fuentes en España y en la Unión Europea. 1990-2004 En porcentaje A. España

B. UE-25 14,3

Renovables

34,7

Electricidad 21,1

28,9

Petróleo y derivados

38,4

18,4 23,2 2,7

C. só lido s

4,1 15 1990

29,6

P etró leo y derivado s

0,9

0

38,7

Gas Natural

6,9

C. sólidos

21,4 19,1

Electricidad

28,0

Gas Natural

18,8 15,0

Reno vables

22,6

30

45

2004

13,1 0

15 1990

30

45

2004

Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos de Eurostat.

Los combustibles sólidos y el petróleo y derivados pierden importancia relativa a favor del gas natural y la electricidad

En todo caso, las tendencias en la evolución de las fuentes de energía utilizadas por los hogares en España y la UE-25 desde 1990 muestran rasgos comunes, que se resumen en una pérdida de importancia relativa de los combustibles sólidos y del petróleo y derivados a favor del gas natural y la electricidad. Aunque en 2004 la participación relativa del gas natural en España en el consumo de energía de los hogares en relación a los países de la UE-25 era todavía reducida, su avance ha sido significativo desde 1990, cuando su importancia como fuente de energía doméstica era prácticamente residual, con un peso de tan sólo el 7,0%. Ello refleja, por una parte, la creciente introducción en las viviendas de sistemas de calefacción, individual y, en menor medida, colectiva, proceso que ha ido acompañado por la creciente penetración del gas natural como fuente de energía en las viviendas que cuentan con instalación de calefacción. Las cifras del último censo de viviendas resultan ilustrativas de este proceso, con un 48% de viviendas principales que incorporan sistemas de calefacción (frente al 25,8% de una década antes), de las que un 50,6% consumen gas natural como combustible (frente al 31,6% de 1991). En los años más recientes este proceso habría tenido continuidad, tal como se desprende de la información que ofrece la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares (ECPF), que ilustra avances tanto en el porcentaje de hogares que disponen de calefacción en su vivienda (pasa de un 42% en 2000 a un 49% en 2004) como en el porcentaje de hogares que utilizan gas natural como combustible para calefacción (pasa de un 38% en 2000 a un 45% en 2004). Paralelamente, el gas natural también ha ido ganando terreno como fuente de energía de los sistemas de agua caliente en los hogares, con una participación que, nuevamente según datos de la ECPF, ha pasado del 24% en 2000 al 30% en 2004. La creciente participación del gas natural en el consumo de energía de los hogares para calefacción y agua caliente se ha producido a expensas fundamentalmente del consumo de petróleo y derivados. En el caso de los combustibles para calefacción, los datos del censo de viviendas indican que en 1991 un 38,2% de las viviendas principales con sistemas de calefacción utilizaban esta categoría de combustible, porcentaje que se había reducido al 27,6% en 2001, tendencia descendente que también se observa en los datos de hogares de ECPF para los años más recientes. Finalmente, también cabe observar que la electricidad, pese a tener un papel algo minoritario como fuente de energía para calefacción y agua caliente, también ha incrementado su presencia en estos ámbitos, hecho que unido a los niveles crecientes de equipamiento de los hogares ha impulsado al alza la participación de esta fuente en el consumo energético de los hogares españoles (hasta un 34,7% en 2004 frente al 28,0% de 1991).

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Gráfico 4. Viviendas principales según tipo de calefacción y tipo de combustible usado. 1991-2001 En porcentaje A. Viviendas según tipo de calefacción

Ningún medio

14,5 16,4

57,8

0 1991

16,8

12,1 27,6

Petróleo o derivados

38,2

38,6

16,7 10,7

Electricidad

9,4 9,1 15

7,4

3,2

Combustibles sólidos

37,5

Calefacción individual

1,9

Otros

Sin instalación pero con aparatos de calefacción

Calefacción colectiva

B. Viviendas con calefacción instalada según combustible utilizado

50,6

Gas 30

45 2001

60

31,6 0

75

15

30

1991

45

60

2001

Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del INE (Censo de Población y Viviendas, 1991 y 2001).

2. Crecimiento del consumo energético de los hogares y sus determinantes. 1990-2004 Entre 1990 y 2004 el consumo final de energía de los hogares españoles ha aumentado un 77,5% frente a un 24,6% en la UE-25

El rasgo que sobresale al analizar la evolución del consumo de energía de los hogares en España desde 1990 es su intenso crecimiento en relación al avance registrado en los países de la Unión Europea, progresión que, además, ha tendido a acelerarse a los largo de estos años. Entre 1990 y 2004 el consumo final de energía de los hogares españoles ha pasado de 9.175 a 16.287 miles de tep, acumulando un crecimiento del 77,5%, tasa de avance que más que triplica al 24,6% registrado por los países de la UE-25. Además, la trayectoria de crecimiento del consumo de energía de las familias en España se caracteriza por haber mostrado un perfil acelerado en los años más recientes, con una tasa de variación media anual que pasa del 2,4% en los años 1990-1995, al 3,1% en el período 1995-2000 y, finalmente, a un llamativo 8,1% en el período 2000-2004. Es precisamente en estos últimos años cuando el dinamismo del consumo de energía de los hogares en España se ha situado visiblemente por encima del crecimiento promedio del conjunto de la economía española, en contraste con la situación observada en la década de los noventa, en la que o bien el crecimiento del consumo familiar se mantuvo en torno al promedio (en el período 19901995) o bien creció por debajo del consumo final de energía agregado (en el período 1995-2000). Aunque con ritmos notablemente inferiores, en el caso de los hogares de la UE en los últimos años también se aprecia una tendencia, en todo caso menos acusada que en España, hacia tasas de avance más elevadas y superiores a las registradas por la economía en su conjunto, circunstancia que advierte del creciente protagonismo que los hogares están adquiriendo como sector demandante de energía final. Cuadro 1. Consumo final de energía de los hogares y total en España y la UE-25. 1990-2004 En miles de toneladas equivalentes de petróleo (tep) y tasas de variación media anual en % Hogares España UE-25 Total España

1990

1995

2000

2004

1990-2004

1990-1995

1995-2000

2000-2004

9.175 256.212

10.313 270.925

11.993 282.767

16.287 299.679

4,3 1,2

2,4 1,2

3,1 0,9

58.233

65.315

81.646

96.888

3,7

2,4

4,6

UE-25 1.014.302 1.026.537 1.086.498 1.140.880 0,9 0,3 1,2 Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos de Eurostat e IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía).

8,1 1,5 4,4 1,2

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Los avances del número de hogares en España ayuda a explicar el fuerte aumento de su demanda de energía

El fuerte crecimiento en España del consumo de energía por parte de los hogares, especialmente llamativo en el contexto europeo, pone de manifiesto la existencia de factores específicos en la economía española que han presionado al alza la demanda del sector familias. En primer lugar destaca la notable progresión que ha experimentado en España el número de hogares, especialmente intenso desde finales de la década de los 90, y que responde tanto al rápido aumento de la población como a los cambios sociales que han tenido lugar en estos años y que han dado como resultado una tendencia descendente del tamaño medio de las unidades familiares. Cuadro 2. Población y hogares en España. 1990-2004 En miles, número de personas por hogar y tasas de variación media anual en % Población 2 Hogares

1

Tamaño hogar

1990 38.851 11.299

1995 39.388 11.892

2000 41.117 13.086

3,44

3,31

3,14

2004 1990-2004 1990-1995 1995-2000 2000-2004 44.109 0,9 0,3 0,9 1,8 14.528 1,8 1,0 1,9 2,6 3,04

-0,9

-0,7

-1,0

-0,9

3

442.470 447.924 452.575 460.050 0,3 0,3 0,2 0,4 Población UE-25 1. Estimaciones intercensales entre 1990 y 1995. Desde 1996 datos del padrón municipal a 1 de julio de cada año. 2. Número de hogares según la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares (ECPF). 3. El primer dato corresponde a 1991 y los crecimientos medios para los períodos 1991-2004 y 1991-1995. Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del INE y Comisión Europea (AMECO).

Así, en el período 1990-2004 la población española ha pasado de 38,8 millones de personas a 44,1, un crecimiento medio anual del 0,9% que contrasta con el avance del 0,3% de la UE-25 (período 1991-2004). El crecimiento diferencial entre la población española y la de la UE-25 ya resultó visible en la segunda mitad de la década de los 90 (crecimiento medio anual del 0,9% en España frente al 0,2% de la UE-25), pero ha sido desde el año 2000 cuando se ha formalizado de forma más clara la expansión de la población en España, con un crecimiento en media del 1,8% por año en el período 2000-2004 en España, frente al 0,4% de la UE-25. En este contexto de fuerte dinamismo poblacional, el aumento del número de hogares en España también se ha visto impulsado por la disminución del tamaño del hogar en estos años, que en el período 1990-2004 ha anotado un descenso del 12% desde las 3,44 personas por hogar de 1990 a las 3,04 de 2004. Como resultado de ambas dinámicas, el número de hogares españoles ha pasado de los 11,3 millones en 1990 a los 14,5 millones de 2004, que supone un avance del 28,5% entre ambos ejercicios. Paralelamente a lo observado en la trayectoria de la población, el perfil de crecimiento de los hogares también ha tendido a acelerarse a lo largo de estos años, pasando de anotar un crecimiento medio anual del 1,0% en el período 1990-1995 a un 1,9% entre 1995 y 2000, para, posteriormente, intensificar su progresión hasta un 2,6% medio anual en el período 2000-2004. Gráfico 5. Población y PIB per cápita en España y UE-25. 1991-2004 A. Población en la UE-25 y España. Índice 1991=100 115

B. PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo (PPA) de España respecto a la UE-25. Índice UE-25=100 113,3

100

97,7

110 95 105

104,0 90

100

87,7

95

UE-25

España

Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del INE y la Comisión Europea (AMECO).

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

1994

1993

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

1994

1993

1992

1991

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Convergencia equipamiento europeos

en el nivel de renta y el de los hogares españoles y

Otro factor que ha resultado determinante en el mayor vigor del consumo de energía en España ha sido el rápido proceso de convergencia de los niveles de renta entre España y la media de los países europeos en estos años, que ha impulsado al PIB per cápita español desde el 87,7% de la media de la UE-25 en 1993 al 97,7% en 2004. La positiva coyuntura económica en estos años, los avances en el mercado laboral y las transformaciones en los hábitos culturales y sociales han permitido que esa convergencia también se haya producido en el ámbito de los hogares en las instalaciones y niveles de equipamiento de los hogares, fenómeno que ha tendido a favorecer un crecimiento más rápido del consumo energético de las familias en España que en la UE-25. Este proceso se ha observado en la creciente implantación en las viviendas de sistemas de calefacción (tal como se ha observado anteriormente), y en avances en la penetración de equipos de aire acondicionado y, en general, de las diversas categorías de bienes de consumo duradero para el hogar (electrodomésticos, equipamiento audiovisual u ofimático), tal como se puede apreciar en la tabla adjunta. Cuadro 3. Equipamiento de los hogares españoles. 1998-2004 Porcentaje de hogares que disponen de cada categoría de bienes 1998 2000 2002 Televisión en color 99,0 99,2 99,3 Frigorifico 99,2 99,5 99,6 Lavadora automática 97,0 97,7 98,0 Video 70,3 72,2 75,1 Microondas 44,7 54,3 64,0 Cadena hifi 56,8 59,8 62,1 Cocina no eléctrica 64,3 62,7 60,1 Ordenador personal 25,1 30,5 36,4 Cocina eléctrica 17,5 23,1 28,3 Lavavajillas 20,9 24,6 29,0 Congelador 26,6 28,1 30,5 Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del INE (ECPF).

2004 99,7 99,7 98,6 75,5 73,4 64,4 56,1 45,0 34,9 32,6 31,4

3. Intensidad y eficiencia del consumo energético de los hogares españoles. 1990-2004 El consumo de energía por hogar ha pasado de 0,81 tep en 1990 a 1,12 tep en 2004

El fuerte crecimiento del consumo final de energía en el sector doméstico desde 1990 ha reflejado tanto un aumento en el número de hogares como una tendencia hacia un consumo cada vez más intensivo de energía por parte de las familias, como resultado de la mejora en el nivel de renta y en los cambios en los hábitos de consumo. Ello se observa en la evolución mostrada por el consumo medio de energía por hogar en España, que se ha incrementado desde las 0,81 tep en 1990 hasta las 1,12 tep por hogar de 2004, anotando un avance medio anual en esos años del 2,6%. Cabe señalar, en todo caso, que el crecimiento de la intensidad en el consumo de energía de los hogares a lo largo de este período no ha sido uniforme, sino que frente a los crecimientos medios del 1,3% entre 1990 y 1995 y del 1,2% 1995-2000, llama la atención la fuerte en el consumo por hogar del período 2000-2004, en el que se registra un crecimiento medio anual del 5,3%. Esta creciente intensidad en el consumo de energía de los hogares en los años más recientes se observa asimismo cuando se observan datos corregidos por las variaciones climáticas, que aísla el efecto positivo o negativo del clima sobre el indicador de intensidad. Con datos corregidos, el consumo por hogar aumenta a un ritmo medio anual en el período 1990-2004 del 1,6% (desde las 0,8 tep por hogar de 1990 a las 1,0 tep por hogar de 2004), con un crecimiento promedio del 2,5% en el período 1990-1995 que es seguido por un descenso medio anual del 0,4% en el período 1995-2000 y, finalmente, por una notable aceleración hasta el 3,0% del período 2000-2004.

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Cuadro 4. Consumo de energía por hogar en España. 1998-2004 Tep por hogar y tasas de variación media anual en % TEP/hogar

1990 0,81

1995 0,87

2000 0,92

2004 1990-2004 1990-1995 1995-2000 2000-2004 1,12 2,4 1,3 1,2 5,3

TEP/hogar corregido clima

0,84

0,95

0,93

1,04

1,6

2,5

-0,4

3,0

Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía).

Gráfico 6. Intensidad energética del sector hogares en España. 1990-2004 Consumo en miles de tep e intensidad en tep por hogar 18.000

1,3

16.000 14.000 12.000

1,0

10.000 8.000 0,7

6.000 1990

1991

1992

1993

Consumo por hogar

1994

1995

1996

1997

1998

1999

Consumo por hogar corregido del clima

2000

2001

2002

2003

2004

Consumo final energía hogares (esc dcha)

Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía).

El consumo de energía por hogar en España es en 2004 el 73% del de la UE-25 frente al 59% que representaba en 1990

Pese al notable avance del consumo desde 1990, la intensidad en el consumo de energía de los hogares españoles todavía resulta sensiblemente inferior a la que se registra en la UE-25, aunque también en este aspecto se ha observado una cierta dinámica convergente entre España y la media de países europeos. Si bien cabe tener presente que los factores climáticos explican una parte del diferencial del consumo de energía por hogar entre España y la Unión Europea, lo cierto es que, una vez se corrige la intensidad en el consumo de energía en España por el clima medio de la UE, el consumo por hogar en España (1,22 tep por hogar) representa en 2004 un 73% del que se registra en la UE-25 (1,65 tep por hogar). El crecimiento del consumo por hogar en la UE-25 ha sido de un 0,3% anual en el período 1990-2004, aumento muy inferior al español y que ha llevado a la intensidad desde las 1,59 tep por hogar de 1990 a las 1,65 de 2004. De este modo, mientras en 1990 el consumo por hogar español (corregido por el clima medio de la UE-25) representaba un 59% del de la UE, en 2000 esta relación había aumentado hasta el 62,1% y en 2004 hasta el 72,7%, trayectoria que ilustra la rápida aproximación que está teniendo lugar entre la intensidad en el consumo de energía de los hogares en España respecto a la media de países de la Unión Europea. Gráfico 7. Intensidad energética del sector hogares en España y la UE-25. 1990-2004 En tep por hogar 1,9 1,6 1,3 1,0 0,7 1990

1995

2000 España

2001 UE-25

2002

2003

España-clima UE

Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del IDAE y ODYSSEE (Energy Efficiency Indicators in Europe).

2004

Informe sobre la coyuntura económica. Núm. 114 Abril 2007

64

El consumo unitario de energía de los hogares en electrodomésticos e iluminación es ya equivalente al que se registra en la UE-15

El notable aumento del consumo eléctrico ligado a las mejoras de equipamiento de los hogares ha sido uno de los factores que más han presionado el crecimiento del consumo de energía por hogar desde la década de los 90. De hecho, mientras en 1990 la intensidad de consumo eléctrico de los hogares españoles para iluminación y electrodomésticos (1.928 KWh por hogar) se situaba por debajo de la registrada en la UE-25 (2.064 KWh por hogar), desde comienzos de la actual década los niveles de consumo medio por hogar en España ya superan los de la UE-25 (en 2003 el consumo unitario de los hogares españoles era de 2.666 KWh frente a los 2.499 KWh en la UE-25) y se sitúan en niveles equiparables a los del promedio de la UE-15 (2.660 KWh por hogar en 2003). Gráfico 8. Consumo eléctrico por hogar en iluminación y electrodomésticos1 en España y la UE. 1990-2003 A.Consumo por hogar (KWh/hogar)

B. Índice 1990=100

3.000

145 135

2.500

125 115

2.000

105 95

1.500

85 1990

2000

UE-15

2001

UE-25

2002

2003

España

1990

2000

UE-25

2001

UE-15

2002

2003

España

1. Excluye consumo para calefacción, agua caliente y cocina. Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos de ODYSSEE (Energy Efficiency Indicators in Europe).

La cuota de mercado de los electrodomésticos de mínimo consumo energético es relativamente reducida en España

La influencia que ha tenido este segmento del consumo energético en la tendencia de los hogares españoles hacia un uso cada vez más intensivo de la energía ilustran la presencia de factores que, al margen de los elementos más estructurales ligados a la mejora en la capacidad adquisitiva de las familias y los cambios en las pautas sociales y culturales en los hogares, han contribuido al mayor dinamismo relativo en España del crecimiento del consumo eléctrico en iluminación y electrodomésticos. A este respecto, cabe destacar que los aparatos electrodomésticos han sido objeto de atención específica desde la política de fomento de la eficiencia energética de la Unión Europea, que, entre otras medidas, introdujo en el año 1992 una legislación estructural para el etiquetado energético obligatorio4, desarrollando posteriormente directrices específicas por productos. La primera Directiva de etiquetado, de frigoríficos, congeladores y aparatos combinados electrodomésticos, entró en vigor en España a mediados de 1995 (transpuesta por el R.D. 1326/1995, de 28 de julio), aunque su cumplimiento ha presentado un cierto retraso respecto a lo observado en otros países europeos, tal como indicaba un estudio5 que apuntaba que en 1997 tan sólo un 33% de los equipos vendidos en España cumplían la normativa de etiquetado, frente al 94% de los Países Bajos, el 86% de Dinamarca, el 83% de Reino Unido o el 56% promedio de la UE-15.

4

El etiquetado energético clasifica los electrodomésticos en 7 categorías asignándoles una letra de la A (máxima eficiencia) a la G (mínima eficiencia), en función del consumo del aparato en función del consumo medio de aparatos de características similares. Las clases A y B se consideran de bajo consumo de energía, las C y D de consumo medio y las E, F y G de alto consumo. Para los frigoríficos, se han introducido desde 2004 dos nuevas categorías, A+ y A++, de menor consumo que la clase A. 5 “Cool labels: The First Three Years of the European Energy Label”, University of Oxford, septiembre 1998.

CAIXA CATALUNYA – Economía española

65

Análisis posteriores mostraron que en 2002 todavía existía un porcentaje relativamente elevado de equipos electrodomésticos vendidos (26,9%) que no exhibían etiqueta energética o bien lo hacía de forma incompleta, mientras en la media de países de la UE-15 este porcentaje era residual (un 3,0% en 1998). Gráfico 9. Ventas de frigoríficos según clase energética en España y la UE. 1994-2002 En porcentaje A. España. 1994-2002 8,6

B. España y UE-15. 1998

38,3

26

0,2

26,9

2002

9,2

27,8

49,8

13,2

UE

0,7 14,5

15,7

40,9

28,3

1994

21,9

0,8

57,3

20,0

España

A

B

C-D

E-F-G

A

Sin identificar

B

C-D

E-F-G

Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del IDAE y Ministerio de Economía.

A todo ello cabe sumar la cuota de mercado relativamente reducida que presentan en España los equipos más eficientes en el consumo de energía, en donde el mayor volumen de aparatos vendidos corresponde a los de eficiencia intermedia (fundamentalmente clase C). Resulta interesante destacar que los niveles más elevados de ventas de los electrodomésticos de clase A en España se localizan en aquellos equipos que se caracterizan por un alto consumo de agua, como lavadoras y lavavajillas, hecho que ilustra la importancia de la concienciación de los hogares sobre la importancia de ahorrar recursos naturales o energéticos para alcanzar pautas de consumo más eficientes. En esta esfera, las familias españolas parecen mostrarse sensibilizadas sobre la necesidad de realizar un consumo más racional del agua, aunque el ahorro de energía todavía no parece ser una prioridad al realizar la compra de un electrodoméstico, como indican las discretas cuotas de mercado de la clase A en electrodomésticos como frigoríficos, congeladores o secadoras. En este sentido, el Plan de Acción vigente en la actualidad (para el período 2005-2007) de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética para España, desarrollado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, señala un potencial de ahorro en el sector de equipamiento residencial y ofimática en el horizonte de 2012 del 8,7% del consumo previsto en ese año, desde las 4.687 ktep por hogar del escenario base, que supone un crecimiento medio anual del 2,6% en el período 20002012, hasta las 4.278 ktep del escenario de eficiencia, que supondría un crecimiento medio anual del 1,8%. Cuadro 5. Ventas de electrodomésticos según clase de eficiencia energética en España. 2002 En porcentaje A B C D E F G Sin identificar

Frigoríficos 8,6 38,3 25,5 0,5 0,1 0,0 0,1 26,9

Congeladores 1,1 4,3 18,4 14,7 21,1 2,2 7,4 30,9

Lavadoras 29,1 24,9 19,0 1,4 0,0 0,0 1,0 24,5

Lavavajillas 12,9 23,4 29,3 3,5 0,0 0,0 0,0 30,9

Secadoras 1,6 0,8 55,9 10,0 5,2 3,0 0,3 23,4

Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del Ministerio de Economía.

España figura como uno de los países de la UE con mayor potencial de ahorro de consumo de energía en iluminación

Un escenario similar se observa en el consumo eléctrico para iluminación, segmento de demanda que desde 1990 ha tenido una participación creciente en el consumo energético del hogar

Informe sobre la coyuntura económica. Núm. 114 Abril 2007

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(en 1990 representaba un 13,6% del consumo de energía del hogar ex-calefacción frente al 15,4% de 2003). En este ámbito, un reciente estudio6 de la Comisión Europea apunta a que España presenta un consumo eléctrico medio por hogar para iluminación (684 KWh) superior al promedio de la UE-15 (501 KWH) y a gran distancia del que registran países que disfrutan de menos horas de luz natural como Alemania (310 KWh), Bélgica (343 KWh) o Austria (357 KWh). Este resultado resulta coherente con la escasa penetración que muestran en España las bombillas de bajo consumo energético (CFL), cuya presencia se limitaría a un 15% de los hogares españoles frente al 55% medio de la UE-15 y el 70% de los países europeos líderes en este ranking, que fundamentalmente coinciden con los de un consumo por hogar más bajo (Bélgica, Austria, Alemania y Luxemburgo). Como resultado, España se sitúa como uno de los países europeos que en la actualidad muestran un mayor potencial de ahorro en el uso de energía para iluminación. Gráfico 10. Consumo eléctrico en iluminación y penetración de las bombillas de bajo consumo energético (CFL) en los hogares en España y la Unión Europea. 2005 A. Consumo medio por hogar en iluminación (KWh)

B. Hogares con CFLs (en porcentaje)

1.200

80

71 70 70 70

65

60

700

UE-15: 55 60 60

55 54 52 50 50 50 38

40

UE-15 15

20

200

IR

ES

RU

FI

GR

PT

FR

SU

IT

HO

LU

DN

AU

ALE

BE

BE

ALE

IT

AU

FR

LU

PT

DN

HO

FI

ES

IR

RU

SU

GR

0

Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos de la Comisión Europea (“Residencial Lighting Consumption and Saving Potential in the Enlarged EU”).

Gráfico 11. Ahorro potencial1 de electricidad consumida por los hogares en iluminación en los países de la UE-15. En GWh por año 4.000 3.088

3.000 2.197

2.000

1.964

1.751 1.210 828

1.000

427

417

345

345

309

285

65

0 IT

RU

FR

ES

PT

ALE

HO

BE

GR

IR

SU

FI

AU

24

DN

19

LU

1. Bajo el supuesto de que un 25% de los puntos de luz existentes en el hogar utilizan bombillas de bajo consumo energético (CFLs). Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos de la Comisión Europea (“Residencial Lighting Consumption and Saving Potential in the Enlarged EU”).

Los usos térmicos de energía del hogar se han visto impulsados por el avance del parque de viviendas, el aumento de la superficie media y la implantación creciente de sistemas de calefacción centralizada

6

"Residencial Lighting Consumption and Saving Potential in the Enlarged EU", Paolo Bertoldi y Bogdan Atanasiu, European Comission and Joint Research Centre.

CAIXA CATALUNYA – Economía española

67

A la creciente intensidad del consumo de energía eléctrica en electrodomésticos e iluminación por parte de las familias se añade el reciente vigor que han mostrado los consumos térmicos de energía del hogar (calefacción y agua caliente). En este ámbito el consumo por hogar ha pasado de mostrar un perfil relativamente estable durante la década de los 90 (el IDAE estima que en la segunda mitad de los 90 el consumo térmico por hogar se incrementó a un ritmo del 0,3% anual) a mostrar una tendencia notablemente alcista en los primeros años de esta década. Entre los factores que ayudan a explicar esta dinámica sin duda se encuentra el fuerte aumento del parque de viviendas en estos años, impulsada por el dinamismo de la actividad constructora, que ha elevado el parque de viviendas principales en más de 1.700.00 unidades entre los años 2001-2005 (en 2005 éste se situaba en 15,88 millones según estimaciones del Ministerio de la Vivienda). Este aumento supone más del 70% del crecimiento registrado por el parque de viviendas principales entre 1991 y 2001, que, según muestran los censos de viviendas del INE, se habría incrementado en ese período en 2,38 millones de unidades (desde los 11,73 millones a los 14,12 millones). Al mismo tiempo, la tendencia creciente en la superficie media de las viviendas (frente a los 84,4 m2 y los 91,1 m2 de las viviendas principales construidas en la década de los 60 y 70 se ha pasado a los 101,7 m2 y los 102,0 m2 de las construidas en la década de los 80 y 90) y la creciente implantación de sistemas de calefacción centralizada (un 48% de las viviendas principales según el último censo frente al 25,8% del censo de 1991) son factores que han contribuido a presionar al alza los consumos térmicos de energía del hogar. Cuadro 6. Características del parque de viviendas principales en España. 2001 En porcentaje Número

% total

Superficie (millones m2)

Superficie media (m2)

% con calefacción Año de construcción Censo 2001 Censo 1991 Hasta 1960 3.909.129 27,7 357 91,4 37,0 14,3 1961-1970 2.683.301 19,0 226,6 84,4 44,5 21,1 1971-1980 3.405.009 24,1 313,5 92,1 50,1 35,4 1981-1990 1.922.476 13,6 195,6 101,7 54,7 41,8 1991-2001 2.205.933 15,6 224,9 102,0 62,4 Total 14.125.848 100 1.319 93,34 48,0 25,8 Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del INE (Censo de Población y Viviendas, 1991 y 2001).

La mejora de las características de aislamiento térmico de las viviendas en España ofrece notables oportunidades de ahorro energético

Un elemento adicional que cabe tener presente al analizar la eficiencia energética de las viviendas reside en las propiedades de la envolvente térmica de las edificaciones (ventanas, fachada, cubiertas o suelos), que influyen directamente sobre las pérdidas de energía en el hogar por medio de infiltraciones de aire. En este ámbito, España es uno de los países europeos en los que las características de aislamiento térmico de las viviendas son más deficientes, como señalan los datos referentes a la penetración de mercado de ventanas con cristal de baja emisividad calorífica (que según datos de la asociación europea de fabricantes de vidrio GEPVP tan sólo representaba un 0,3% de la superficie acristalada del parque de viviendas de 2000) o el grado de espesor del material aislante de revestimientos o fachadas7, uno de los más bajos de los países europeos y que situaban a España en 2001 a la cabeza de los países con pérdidas anuales de energía a través de estos componentes de la envolvente del edificio. Las oportunidades de ahorro energético en este ámbito han sido reconocidas tanto por el recientemente introducido Código Técnico de Edificación (CTE) como por el Plan de Acción 2005-2007 de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética para España. Este último señala un potencial de ahorro en el sector de edificación (incluye tanto el consumo derivado de instalaciones térmicas de calefacción, climatización y producción de agua caliente como el de las instalaciones de iluminación interior) en 7

Los datos que ofrece Eurima toma en cuenta el número de habitantes y los grados-día de cada país (http://www.eurima.org/downloads_pub/brochure_es.pdf).

Informe sobre la coyuntura económica. Núm. 114 Abril 2007

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el horizonte de 2012 del 7,5% del consumo previsto en ese año, desde las 23.584 ktep por hogar del escenario base, que supone un crecimiento medio anual del 4,1% en el período 2000-2012, hasta las 21.811 ktep del escenario de eficiencia, que supondría un crecimiento medio anual del 3,5%. Gráfico 12. Características de la envolvente térmica de las viviendas y pérdidas de energía en España y la UE. 2000-2001 B. Penetración de las ventanas de cristal doble "low-e"1. 2000 En % de la superficie acristalada del parque de viviendas

A. Energía anual perdida a través de las viviendas.2001 Millones de Megajulios anuales

80

60.000

63,9 62,5 60 40.000

40 20.000

30 17 15,3

20

8,7 8,4 6,4

2,8 1,8 1,6 1,5 0,3

C. Espesor del material aislante en cubiertas UE-15. 2001 Espesor en mm

ES

IT

IR

FR

BE

RU

LU

HO

DN

ALE

SU

FI

IR

AL

SU

GR

PT

DN

RU

FR

HO

FI

AU

IT

ES

BE

AU

0

0

D. Pérdida anual de energía a través de las cubiertas de las viviendas. 2001 Megajulios por metro cuadrado 240

400 320

160

240 160

80

80

IR

SU

ALE

RU

DN

GR

FR

PT

AU

FI

HO

SU

IR

GR

DN

RU

AL

PT

HO

IT

FR

FI

BE

AU

BE

ES

IT

PT

GR

AU

HO

0

IR

0 RU

80

AL

80

FR

160

DN

160

FI

240

ES

F. Pérdida anual de energía a través de las fachadas de las viviendas. 2001 Megajulios por metro cuadrado

240

SU

ES

IT

ES

PT

IT

GR

BE

AU

HO

AL

FR

IR

RU

DN

FI

SU

E. Espesor del material aislante en fachadas UE-15. 2001 Espesor en mm

BE

0

0

1. Revestimiento de baja emisividad calorífica que reduce la pérdida de calor. Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos de Eurima (European Insulation Manufacturers Association y GEPVP (Groupement Européen des Producteurs de Verre Plat).

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