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SALVADOR DALÍ DAVINIA LÓP EZ MORA R3-‐A (2013-‐14)
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
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2. CONTEXTO HISTÓRICO ARTÍSTICO
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3. BIOGRAFÍA DEL AUTOR 4. ESTILO PICTÓRICO Y ETAPAS 5. COMENTARIO DE OBRAS REPRESENTATIVAS
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6. CONCLUSIÓN PERSONAL
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7. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
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INTRODUCCIÓN “Para ser un genio, tienes que actuar como tal” dice la famosa frase de Salvador Dalí. Escribir sobre Salvador Dalí es como envolverse en su locura. Supo convertir sus complejos en expresión artística y a Gala supo venderla como la auténtica locura bohemia de un genio. Todos conocemos a Salvador Dalí por su estilo único y irrepetible, melancólicos paisajes absurdos, dibujados con impresionante precisión y un impecable conocimiento de perspectiva. El rasgo más destacado de su técnica consiste en extraernos de la condición de simples observadores. Dalí nos coloca en el interior de sus delirantes fantasías experimentando la sensación de hallarse en un sueño, de alguien ajeno o de uno propio. Dalí estuvo dotado de ese fuego divino de artista, pero la obra de Salvador Dalí es producto de un arduo trabajo, esfuerzo y sacrificio. Basta con fijarse en sus primeras obras, donde experimenta sin cesar con estilos y técnicas, hasta llegar a su único estilo, tan admirado y reconocido prácticamente en todo el mundo. Con veinte años de edad, el joven Dalí absorbió una basta cantidad de literatura, entre la cual importantes trabajos de filósofos y pensadores como el de Freud. De ahí que sus cuadros parecen ilustrar los estudios de Freud sobre el psicoanálisis. Su estilo no nació con Salvador Dalí, fue cultivado a consciencia por el inconformismo y la sensibilidad que sí nacieron y siempre agitaron el espíritu del niño. La imagen que tenemos de que el genio se sienta ante el lienzo con una copa de vino y crea una magnífica obra de arte en un momento de sufrimiento, no es del todo cierta, tal vez, difundida por los propios genios que temen romper el mito y hacer la expresión artística accesible para todos. De esa forma la genialidad se asocia a la locura con una carga negativa, impidiendo que las personas se emprendan en la aventura del arte, convencidas de que su conducta correcta y su adecuado comportamiento social no coincide con el perfil necesario para ser artista. Falta valor. Por esta razón los genios son unos pocos, que viven eternamente ya que su obra representa la única huella de nuestro paso por la historia, y los demás son gente corriente. Para descubrir a Salvador Dalí es necesario conocer los detalles de su biografía. Este polémico artista siempre trató de desorientar a todo el mundo, ya que el mismo afirmaba que él nunca dice la verdad, que la verdad la dicen los tontos y que él Dalí, dice mentiras.
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CONTEXTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO Para comprender el arte del siglo XX debemos analizar la situación de la pintura y el estado anímico del hombre europeo a principios del nuevo siglo. La pintura se encontraba en una situación en la que las ideas anteriores se habían agotado y las nuevas no surgían, qué hacer para ser original teniendo en cuenta que la función de la pintura era otra al haber nacido la fotografía. Con el afán de ser originales aparecieron las vanguardias, que constituían todo un entramado de movimientos artísticos. El hombre europeo experimentaba unos cambios políticos, sociales, culturales y económicos tan rápidos a comienzos de siglo, y que llegaron a su paroxismo en la Primera Guerra Mundial, que influyeron notablemente en el arte, a esta corriente de cambio pertenecen el fauvismo, el cubismo y el expresionismo. La Primera Guerra Mundial señaló el fin del dominio mundial de Europa, como siempre el arte se hizo eco de la falta de esperanzas y surgió el dadaísmo, la pintura metafísica y el surrealismo. La Segunda Guerra Mundial marcó el inicio de la decadencia de Europa, desde entonces aparecieron múltiples caminos artísticos como consecuencia de las múltiples interpretaciones de la vida, y se impuso la superioridad artística de los Estados Unidos. El surrealismo se encuentra dentro del periodo de entre-guerras en donde aparecen tres grandes movimientos totalitarios; el fascismo, el nazismo y el comunismo. Tienen en común su estructura de “Sistema Ideológico”, nacen para defender los intereses de un grupo o clase social e incorporan en su discurso una fuerte carga emocional. Salvador Dalí vivió los procesos más relevantes de todo el siglo XX, el denominado “siglo de las guerras”. Al finalizar la primera guerra mundial encontramos el "Manifiesto Surrealista" escrito por André Breton. "Amada imaginación, lo que más amo en ti es que jamás perdonas." Primer manifiesto surrealista (1924). La poética surrealista se basa en el inconsciente, al que se considera como un generador continuo de imágenes, que se podían sacar a la esfera del arte por medio de un ejercicio mental en el que la conciencia no intervenía y cuyo proceso de transcripción debería ser automático. Entre los escritores de la llamada generación del 27, el surrealismo influyó especialmente en Federico García Lorca, Rafael Alberti Vicente Aleixandre y Luis Cernuda. El surrealismo fue ante todo una técnica que les liberó de muchas convenciones poéticas y que utilizaron para expresar mejor su mundo interior, pero de ninguna manera constituyeron un grupo cerrado, una escuela. Fue solo una etapa por la que pasaron algunos de ellos, aunque todos la habían abandonado al estallar la guerra civil.
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BIBLIOGRAFIA DEL AUTOR Figueres, Gerona, 1904 - Púbol, 1989) Pintor español. Salvador Dalí nació en una madrugada de la primavera de 1904 en el seno de una familia burguesa, hijo de un notario y de una sensible dama aficionada a los pájaros. Más tarde escribiría: "A los tres años quería ser cocinero. A los cinco quería ser Napoleón. Mi ambición no ha hecho más que crecer y ahora es la de llegar a ser Salvador Dalí y nada más. Por otra parte, esto es muy difícil, ya que, a medida que me acerco a Salvador Dalí, él se aleja de mí". Puesto que la persecución sería incesante y el objetivo no habría de alcanzarse nunca y, dado que en ningún recodo de su vida estaba previsto que hallara el equilibrio y la paz, decidió ser excesivo en todo, interpretar numerosos personajes y sublimar su angustia en una pluralidad de delirios humorísticos y sórdidos. Se definió a sí mismo como "perverso polimorfo, rezagado y anarquizante", "blando, débil y repulsivo", aunque para conquistar esta laboriosa imagen publicitaria antes hubo de salvar algunas pruebas iniciales, y si el juego favorito de su primera infancia era vestir el traje de rey, ya hacia sus diez años, cuando se pinta como El niño enfermo, explora las ventajas de aparentar una constitución frágil y nerviosa. Su precocidad es sorprendente: a los doce años descubre el estilo de los impresionistas franceses y se hace impresionista, a los catorce ya ha trabado conocimiento con el arte de Picasso y se ha hecho cubista y a los quince se ha convertido en editor de la revista Studium, donde dibuja brillantes pastiches para la sección titulada "Los grandes maestros de la Pintura". En 1919 abandona su Cataluña natal y se traslada a Madrid, ingresa en la Academia de Bellas Artes y se hace amigo del gran poeta granadino Federico García Lorca y del futuro cineasta surrealista Luis Buñuel, de quien sin embargo se distanciará irreversiblemente en 1930. En la capital adopta un extraordinario atuendo: lleva los cabellos largos, una corbata desproporcionadamente grande y una capa que arrastra hasta los pies. A veces luce una camisa azul cielo, adornada con gemelos de zafiro, se sujeta el pelo con una redecilla y lo lustra con barniz para óleo. Es difícil que su presencia pase desapercibida. En los revueltos y conflictivos meses de 1923 sufre un desafortunado contratiempo. En la Academia de Bellas Artes a la que está adscrito se producen manifestaciones en contra de un profesor, y antes de que dé comienzo el discurso oficial y se desate la violenta polémica, Salvador abandona la sala. Las autoridades creen que con este gesto ha sido él quien ha dado la señal de ataque y rebelión y deciden expulsarlo durante un año. Después, de nuevo en Figueras, los guardias vienen a detenerlo y pasa una temporada en la cárcel. A la salida de prisión recibirá dos alegrías. La primera, una prensa para grabado que su padre le regala, y la segunda, la visita de su excelente compañero de la Residencia de Estudiantes de Madrid Federico García Lorca, quien, en las calurosas noches del verano de Cadaqués, lee a toda la familia Dalí sus versos y dramas recién compuestos. Es allí, junto al Mediterráneo, donde García Lorca redacta la célebre "Oda a Salvador Dalí", publicada unos años después, en 1929, en la Revista de Occidente. Pronto será también Luis Buñuel quien llegue a Cadaqués para trabajar con su amigo Salvador en un guión cinematográfico absolutamente atípico y del que surgirá una película tan extraña como es El perro andaluz. En 1927 Dalí viaja por primera vez a París, pero es al año siguiente cuando se instala en la capital francesa y se une al grupo surrealista que lidera el poeta André Breton. Este último terminará expulsándolo del movimiento algunos años después, en una
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memorable sesión de enjuiciamiento a la que Dalí compareció cubierto con una manta y con un termómetro en la boca, aparentando ficticiamente estar aquejado de fiebre y convirtiendo así el opresivo juicio en una ridícula farsa. La triple acusación a la que tuvo entonces que enfrentarse Dalí fue: coquetear con los fascismos, hacer gala de un catolicismo delirante y sentir una pasión desmedida e irrefrenable por el dinero. A esto precisamente alude el célebre apodo anagramático con que fue motejado por Breton, Avida dolars, acusación que lejos de desagradar al pintor le proporcionaba un secreto e irónico placer. De hecho, después de conocer a la que sería su musa y compañera durante toda su vida, Gala, entonces todavía esposa de otro surrealista, el poeta Paul Eluard, Dalí declaró románticamente: "Amo a Gala más que a mi madre, más que a mi padre, más que a Picasso y más, incluso, que al dinero." Salvador se enamoró de Gala en el verano de 1929 y con ella gozó por primera vez de las mieles del erotismo. Es la época en que pinta Adecuación del deseo, Placeres iluminados y El gran masturbador, pintura esta última que fue atacada y desgarrada por el fanático grupo puritano los Camelots du Roy. Mientras tiene lugar una exposición de sus obras en la Galería Goemans de París, la joven y apasionada pareja se refugia y aísla en la Costa Azul, pasando los días y las noches encerrados en una pequeña habitación de un hotel con los postigos cerrados. Más allá de lo idílico, la relación entre ambos fue poco habitual, ya que ella actuaba como su agente y tenía constantes infidelidades que el artista toleraba debido a su afición por el candaulismo, una tendencia similar al exhibicionismo, pero en el que el que queda expuesto es el cuerpo de la pareja, no del propio. Enterado el padre de Salvador de la vida disoluta de su hijo por un artículo de Eugenio d'Ors aparecido en La Gaceta Literaria, rompe relaciones con su vástago; pero ello no debió afectarlo demasiado, o quizás sí, puesto que es en esa época en que el artista realiza lo mejor de su obra, como el célebre cuadro Persistencia de la memoria(1931), donde blandos relojes cuelgan de la rama de un árbol, del borde de un pedestal y sobre una misteriosa forma tendida en la vasta extensión de la playa. En 1934 viaja con su ya inseparable Gala a Estados Unidos, donde desembarca y se presenta ante los periodistas con un enorme pan cocido por el cocinero del trasatlántico que les ha transportado. En sus erráticas manifestaciones no duda en asociar el mito hitleriano con el teléfono y a Lenin con el béisbol. Son todas bromas absurdas que tratan de quitar hierro a una situación política amenazante. Dos años después se desata la atroz guerra civil en España y una de las primeras muestras de la probidad de los militares insurrectos es el infame asesinato de su amigo Federico García Lorca, crimen que conmocionó a la opinión pública internacional. Dalí escribió: "Lorca tenía personalidad para dar y vender, la suficiente para ser fusilado, antes que cualquier otro, por cualquier español." En 1938 conoce por fin, gracias al escritor vienés Stefan Zweig, a Sigmund Freud, quien había sido el gran inspirador de la estética surrealista, de la que Dalí no se siente marginado pese a las bravatas de Breton, sino que por el contrario se considera el único y más genuino exponente. El padre del psiconálisis había dado pábulo a la nueva indagación del inconsciente con su libro La interpretación de los sueños (1900), pero nunca se había tomado demasiado en serio a sus jóvenes admiradores de París. No obstante, el 20 de julio de 1938, tras el encuentro, Freud anotó en su diario: "Hasta entonces me sentía tentado de considerar a los surrealistas, que aparentemente me han elegido como santo patrón, como locos integrales. Aquel joven español, con sus espléndidos ojos de fanático e innegable dominio técnico, me movió a reconsiderar mi
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opinión". Por su parte, el artista realizó asombrosos y alucinantes retratos del "santo patrón" de los surrealistas. Instalado otra vez en Nueva York en 1939, Dalí acepta un encargo para decorar unos escaparates comerciales. El tema que elige es el del Día y la Noche, el primero evocado por un maniquí que se mete en una bañera peluda y la segunda, por medio de brasas y paños negros extendidos, pero la dirección modifica el decorado sin consultar al autor. Dalí, iracundo, vuelca la bañera llena de agua y la lanza contra los cristales del escaparate produciendo un gran estrépito y un notable destrozo. Pese a que la opinión pública norteamericana le aplaude el vigor con que ha sabido defender la propiedad intelectual, es juzgado por los tribunales y condenado a pagar los desperfectos. Tampoco consigue concluir su siguiente proyecto para decorar un pabellón de la Feria Internacional de Nueva York, el cual debía llevar el significativo título de Sueño de Venus. A España regresó en 1948, fijando su residencia de nuevo en Port-Lligat y hallando en el régimen del general Franco toda suerte de facilidades. El gobierno incluso declaró aquel rincón catalán que tanto fascinaba al pintor "Paraje pintoresco de interés nacional". Para muchos historiadores del arte lo mejor de su obra ya había sido realizado y, sin embargo, aún le quedaban cuarenta años de caprichosa producción y de irreductible endiosamiento y exhibicionismo, con apariciones públicas del estilo de la que protagonizó en diciembre de 1955, cuando se personó en la Universidad de la Sorbona de París para dar una conferencia en un Rolls Royce repleto de coliflores. En vida del artista incluso se fundó un Museo Dalí en Figueras; es uno de los museos más visitados de España. Durante los años setenta, Dalí, que había declarado que la pintura era "una fotografía hecha a mano", fue el avalador del estilo hiperrealista internacional que, saliendo de su paleta, no resultó menos inquietante que su prolija indagación anterior sobre el ilimitado y equívoco universo onírico. Pero quien más y quien menos recuerda mejor que sus cuadros su repulsivo bigote engominado, y no falta quien afirme haberlo visto en el Liceo, el lujoso teatro de la ópera de Barcelona, elegantemente ataviado con frac y luciendo en el bolsillo de la pechera, a guisa de vistoso pañuelo, una fláccida tortilla a la francesa. En su testamento, el controvertido artista legaba gran parte de su patrimonio al Estado español, provocando de ese modo, incluso después de su muerte, acaecida en 1989, tras una larga agonía, nuevas y enconadas polémicas. Su longeva existencia, se mantuvo igualmente fiel a un paisaje deslumbrante de su infancia: Port-Lligat. Místico y narciso, Salvador Dalí, quizás uno de los mayores pintores del siglo XX, convirtió la irresponsabilidad provocativa no en una ética, pero sí en una estética, una lúgubre estética donde lo bello ya no se concibe sin que contenga el inquietante fulgor de lo siniestro. Dalí exhibió de forma provocativa todas las circunstancias íntimas de su vida y su pensamiento.
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ESTILO PICTÓRICO Y ETAPAS Dalí domina a la perfección la técnica pictórica: utiliza un dibujo impecable y preciso, unos colores brillantes y luminosos para tal de representar objetos, paisajes y personas con un realismo casi fotográfico. En su obra es muy importante el dibujo académico, un poco “relamido” que representa los objetos con exactitud y detallismo, pero las formas están deformadas y las dimensiones podemos decir que no son reales. De todos modos antes de pasar a ser surrealista y tener una técnica completamente daliniana, trabajo desde muy joven para pulir su pincel y hacerlo único. Puesto que la obra de Dalí es muy extensa y empezó a pintar muy joven deberíamos hablar de las etapas de Dalí como pintor. En primeras obras refleja los paisajes que le rodeaban. Especialmente influyentes fueron sus estancias veraniegas en Cadaqués y el Cabo de Creus en la Costa Brava, que fueron las primeras inspiraciones e imágenes reflejadas en lienzos por el artista ampurdanés. La característica que se halla en casi todas las obras de Salvador Dalí tiene su procedencia de las playas catalanas. Cadaqués - una tranquila población constituía una importante fuente de inspiración para Dalí. Su familia pasaba ahí los veranos y el pequeño Dalí sentía un amor fanático hacia ese calmado pueblo y sus alrededores. Era una especie de paraíso infantil. El paisaje se presentaba ante Dalí como "un grandioso delirio geológico". Dalí exploraba estas profundidades y encontraba ahí muchas cosas arrojadas por las olas del mar. La visión de estas rocas influyó en la percepción del mundo de Dalí, la metamorfosis de lo material se presentaría como un mundo guiado sólo por la imaginación, agudizada ésta por los efectos de la masturbación, ya que el joven Dalí encontraba intimidad y seguridad entre las rocas de esta playa. Dalí siempre fue un voyeurista, le gustaba observar a las personas medio-desnudas, recostadas en playa. En sus primeras obras el pintor experimentaba con diferentes técnicas y estilos, pero el voyeurismo es una característica que constantemente aparecía en los cuadros. Ramón Pichot, un artista local y amigo de la familia, inspiró mucho al niño y probablemente sus pinturas fueron las primeras obras de arte que conoció Dalí. Por su parte, Pichot fue el primero en bautizar al niño con la palabra genio, cosa que Dalí nunca olvidó. Sus inicios en la pintura también se dieron gracias a Pichot, ya que él insistió en que su padre le enviara a clases de pintura. Entre 1918 y 1919, su obra está influida por pintores realistas como Modesto Urgell, Ramón Pichot, Mariano Fortuny, entre otros. Y posteriormente tiene influencia del impresionismo y el puntillismo. También conocerá el Cubismo de Juan Gris a través de la revista L’Esprit Nouveau. Las primeras pinturas de Dalí tienen una fuerte influencia impresionista, algunas incluso podrían pasar por ser obras de Van Gogh. En 1919 comienza a pintar a la aguada. En 1920 se inclinará por el estilo de los futuristas italianos. A los dos años , junto a su atuendo modifica su pintura, por un estilo clásico, como se observa en algunos de sus trabajos (Retrato de mi tía, El paseo del vergel en Cadaqués, Autorretrato del artista en su caballete, Autorretrato con cuello de Rafael, Botijo).
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En 1923 es influido por la escuela metafísica de los pintores italianos: Giorgio De Chirico y Carlo Carra. En 1925 tiene su experiencia cubista con sus trabajos Arlequín, Botellita de Mujer acostada y Venus y el marino. Durante el periodo Anna Maria, que se centra sobre todo en el año 1925, la hermana acompañó a Dalí en sus viajes a Madrid, a París y a Bruselas. Y cuando su posición en la obra de su hermano la ocuparon otros, se sintió cruelmente rechazada. Ella, la musa del futuro gran genio, era ahora sustituida por otra mujer. La adoración y el amor por su hermano se convirtieron en aversión con la llegada de Gala. En 1927 viaja a París y se integra en el grupo de pintores y escritores surrealistas. De este período datan algunas de las obras que le convierten en uno de los máximos representantes del surrealismo, como El gran masturbador, El espectro del sex-appeal El juego lúgubre y La persistencia de la memoria. A partir de esta época sus cuadros se vuelven surrealistas. Conoce a Gala en 1929, quien pasa a ser su musa inspiradora, y quien es pintada con estilo surrealista en muchas de sus obras. Más tarde, en la Residencia de Estudiantes de Madrid, ya con sus amigos Federico García Lorca y Luis Buñuel, creó obras como "El enigma sin fin" (1929) y en 1930 pintó "La mujer visible", con claras influencias de las lecturas de Freud. Una de sus obras más famosas, y también una de sus preferidas, es "La persistencia de la memoria", realizada en 1931 tras sufrir el autor una migraña. En ella aparecen por vez primera los relojes blandos, protagonistas de la teoría daliniana de lo duro y de lo blando. Posteriormente le siguieron otras obras muy interesantes como "Senicitas" (1932), o "La metamorfosis de Narciso" (1936). En 1935 con La conquéte de I’irrationnel (Editions Surréalistes) define la actividad paranoico-crítica como “método espontáneo de conocimiento irracional basado en la asociación crítico-interpretativa del fenómeno delirante”. Bajo estas premisas pinta: Retrete antropomórfico, Alrededores de la ciudad paranoio-crítica, Tarde al margen de la historia europea, e inventa la Venus de Milo con cajones. 1937-1939 Dalí queda muy influido por los pintores del Renacimiento y de la época barroca. Dalí conoce en Londres a Sigmund Freud, dibuja el retrato del gran psicoanalista sobre papel secante. Poco después, al iniciarse al Segunda Guerra Mundial, partiría hacia París y Estados Unidos. En París se incorporó al movimiento surrealista existente por aquél entonces en la capital gala. Es la época de pinturas como de pinturas como "El asno podrido", "Vaca espectral", "El gran masturbador", "Los primeros días de la primavera" o "La vejez de Guillermo Tell". Todas ellas tienen algunos denominadores comunes, como son la presencia de objetos inventados y con relaciones absurdas, escenas de furor, etc. Detalles que suponen originales aportaciones del genial pintor catalán al movimiento surrealista del momento. Dalí concibe los decorados para varios ballets: Labyrinth (1941), El café de Chinitas(1944), Coloquio sentimental y Tristán loco (1944). En 1948 en Estados Unidos inicia sus estudios para lo que él llama su “arte clásico y religioso”. Pinta sus primeras telas religiosas.
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Durante su estancia en Estados Unidos siguió pintando, y en ese período destaca, en 1942, "Proyecto de interpretación para establo-biblioteca" y obras como "La cara de la guerra", "La apoteosis del dólar" o "Mi Mujer", después de ser duramente criticado por algunos puristas del movimiento surrealista y ser expulsado del mismo. También en esta época Dalí se dedicaba a realizar encargos de personajes millonarios, con fin recaudatorio. A partir de 1948 Dalí volvió a pasar los veranos en Portlligat, lugar donde pintó numerosos cuadros de Vírgenes, Cristos crucificados y elementos flotando, otros diseccionados, etc. Sería en 1949 cuando pintó "La Madonna de Portlligat". En 1960 realiza la portada del Apocalipsis según san Juan, que será el libro más caro del mundo. Al año siguiente decorados y trajes para el castillo de Gala y para un acto de la ópera de Scarlatti La dama española y el caballero romano, representada en Venecia. Después de una época de menor producción, en 1967 pintó una obra de grandes dimensiones, "La pesca del atún", en homenaje a las historias que le explicaba su padre cuando era niño. De 1969 es "Toreador" y ya de su última época, destacan títulos como "Gala-Linclon" (1977) o "Aparición" (1981), poco antes de su muerte. Para el Museo Dalí de Figueres, destacan obras como el montaje arquitectónico de la Sala Mae West, el mural de la Sala Palau del Vent o la escultura Cadillac lluvioso. También en este museo existe una muestra de algunas de las joyas diseñadas por el artista catalán. En 1971 Dalí se consagra al grabado. 1978 Dalí descubre los trabajos de René Thomm y la teoría de las catástrofes. En abril presenta sus pinturas hiperestereoscópicas en el museo Guggenheim. En Mayo es aceptado en la Academia de Bellas Artes de París. Dalí realizó también numerosas incursiones en el campo de la literatura, con ejemplos como "El amor y la memoria", "Un chien andalou", "La edad de oro", "Rostros ocultos" o "Vida secreta". Se pueden mencionar también colaboraciones de prestigio en el campo cinematográfico, con directores como Hitchcock o con la productora de Disney.
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COMENTARIO DE OBRAS REPRESENTATIVAS PORT ALGUER (PAISAJE DE CADAQUES) (1920-1925) Oleo sobre lienzo (35,5x38cm) colección particular A la edad de diez años Salvador Dalí pasará unos días en casa de los Pichot para convalecer de una enfermedad. Allí entra en contacto con la primera escuela de pintura que considera revolucionaria: el impresionismo. La huella de esta escuela aparece claramente en sus primeras obras, en las que se aprecian largos toques de colores vivos. Es también característica de esta primera etapa la presencia de paisaje de Cadaqués. El color es increíble lo coloca difuso, expresivo, pero llenos de brillos deslumbrantes. Estas pinturas de trazos gruesos vibra de vida. El color embelesa por su brío y dinamismo. Dalí sabía deslumbrar allá donde pisaba con sus pinceles. Su huella de artista es demasiado grande como para no sobresalir, incluso en los tanteos de su aprendizaje como pintor.
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MUCHACHA EN LA VENTANA (1925) Oleo sobre cartón (105x74,5cm) Madrid, Museo español del arte contemporáneo Muchacha en la ventana (1925) forma parte de una serie de sugerentes cuadros en los que la modelo es casi siempre Ana María, la hermana del pintor. Es quizá la obra maestra de esa serie, compuesta al menos por una docena de retratos. El cuadro pertenece a la etapa formativa de Dalí, cuando el artista tenía veinte años y el surrealismo no había influido todavía de manera apreciable en su pintura. Hay reminiscencias de la época azul de Picasso y de la concepción cubista del malagueño. El cuadro es sencillo, no es más que una chica apoyada en una ventana y mirando el horizonte, lo que hace pensar que no es sólo un cuadro, son por lo menos dos: el cuadro en sí y la imagen que se nos muestra inmediatamente a continuación de la espalda de la muchacha. Ana María de espaldas asomada a la ventana de la casa familiar de Cadaques. La luz de la mañana penetra radiante por la ventana. Nunca le aburría permanecer quieta y silenciosa porque no se cansaba nunca de mirar el paisaje; la contemplación del paisaje desde esa ventana donde Ana María permanecía horas y horas sin cansarse debía ser de ensueño. El cuadro que más impresionó a Picasso. Aquí expone dos de las cosas que más admira en el mundo: el trasero femenino y el paisaje de Cadaqués. Dalí siempre reconoció que lo que más le atraía del cuerpo femenino era el trasero y que los demás órganos sexuales no le gustaban. La serenidad del paisaje se evoca mediante la eliminación de uno de los batientes de la ventana, evitando así los reflejos. Este cuadro esta compuesto principalmente por colores fríos, que aportan a la pintura una sensación de sobriedad, casi de un realismo fotográfico; Dalí realiza un trabajo de gran uniformidad cromática y sencillez en la composición. Es una de las pocas obras a las que se le puede llamar realistas dentro del trabajo de Dalí. Sin embargo, a través de la gama de valores, con los que emite una gran luminosidad, y el trabajo de las transparencias (como se ve en el trabajo de las cortinas), el óleo no deje de expresar una imagen de onírica, de un distanciamiento menor con la imagen. Ese trabajo cuenta también con la utilización de la gama de colores pasteles, claros, con poco contraste. Son tonalidades celestes en el centro y crema por los bordes de la obra. No hay mucho contraste entre el centro mas claro- la luz que se ve en el marco de la ventana- y el centro más oscuro, en los extremos superiores de la representación. Todos estos valores hacen al espacio plástico de la imagen, y el mismo hará que ella en sí, pueda ser interpretada de una manera determinada. La línea en el dibujo tiene una enorme importancia en el cuadro que es muy pura. Tiene una gran exactitud y detallismo con los objetos representados
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RETRATO DEL PADRE DEL PINTOR Oleo sobre lienzo,100 x 100 cm Barcelona, 1925 Museo de Arte Moderno A simple vista este retrato nos revela una rotunda figura del notario don Salvador Dalí, el temible patriarca. Con la mano izquierda sostiene una pipa, rasgo que el pequeño Dalí imitaba en la juventud, mientras que la derecha se postra en los genitales, hecho que provocó bastante escándalo en el entorno familiar. Cinco años más tarde, tras ser expulsado del hogar paterno, Dalí desarrollará de forma más explícita la genitalidad del padre. Lo más claro que se puede extraer, es que el padre influenciara irreprochablemente en Salvador Dalí, este sentía un temor reverencial que se refleja aquí con la dureza casi hostil con que están tratados los rasgos faciales. El intenso tono psicológico de este cuadro nos pone frente a la fuerte personalidad del notario.
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EL GRAN MASTURBADOR Óleo sobre lienzo, 1929. Dimensiones: 110x115 cm. Colección particular. Estamos ante un “paisaje mental” altamente sofisticado y cuidadosamente estructurado en el que Dalí nos muestra con increíble impudicia sus temores y obsesiones.
Una gran cabeza, amarilla y blanda; con mejillas sonrosadas, larguísimas pestañas y una enorme nariz que le sirve de apoyo en la arena. En lugar de boca tiene un saltamontes o una langosta, insecto que aterrorizaba a Dalí, símbolo sexual. Su vientre en descomposición está repleto de hormigas que trepan desde él hasta la gran cabeza; las hormigas que serán un símbolo de muerte, corrupción y deseo sexual. De la cabeza surge una arquitectura modernista sobre la que se apoya “el gran masturbador”, un personaje masculino, del que sólo vemos la parte inferior del tronco, los genitales y los muslos dañados. A sus genitales se aproxima con delicadeza el rostro de una lánguida muchacha y pegado a él un lirio blanco, que parece definir a la masturbación como la relación sexual más pura. Otro símbolo sexual es la cabeza del león bajo el hombro de la figura femenina, que representa la libido, con su grotesca lengua retorciéndose. En otro plano, hay unos extraños personajes; amantes androides que se besan entre sí, y que se alejan caminando hacia lo que parece una infinita soledad. El dibujo tiene una gran importancia. Dalí emplea una figuración de corte tradicional, con mucho detalle, aunque las dimensiones de los objetos, ni sus proporciones, sean reales. La luz es clara, mediterránea, casi plana. Un colorido brillante, tonos cálidos, de tierra, arena y roca. Amarillos y ocres en transición a gris verdoso en la parte inferior del cuadro. Destacan las “plumas” de colores vivos en el rostro: rojas, verdes y amarillas, y el rojo de la lengua lasciva del león. Finalmente, el suave azul del cielo lo enmarca todo. Desde el punto de vista de la composición vemos una gran línea recta que define el horizonte, muy bajo, razón por la cual sitúa al espectador en una posición elevada. Así el cuadro queda dividido en dos mitades desiguales aunque armoniosas. La horizontal se ve reforzada por el cuerpo del saltamontes. El resto de las líneas predominantes son curvas, que transmiten sensualidad, abandono y goce erótico. La composición es muy extraña, le falta el eje de simetría, pero esta equilibrada.
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UN PERRO ANDALUZ (Un chien andalou). Francia, 1929. Director: Luis Buñuel. Productor: Luis Buñuel (Ursulines Films Studio). Guión: Luis Buñuel y Salvador Dalí. El guión fue escrito por Buñuel y Dalí a partir de los sueños que ambos habían tenido en los días previos a su encuentro en Figueras –ciudad natal del pintor-, valiéndose del automatismo psíquico y la escritura colectiva, con la que pretendían reivindicar la dimensión social del arte, en oposición al genio individual de los poetas de la Generación del 27. Fotografía de la película “un perro andaluz” Es una conjunción de sueños de Salvador Dalí y Luis Bºuñuel, sin una aparente lidiación lógica, pero si observas con detalle son los mismos personajes mientras se va desarrollando la trama, es un alegato subjetivo de la lujuria y el peso de la moral y la sociedad, el hombre toca los senos lascivamente y persigue a la mujer pero después su mano se llena de hormigas, como mostrándola mancillada por los bajos instintos, el hombre persigue a la mujer que huye despavorida y no puede alcanzarla cuando la tiene cerca porque viene arrastrando unas carnazas de burro, unos pianos, unos hermanos maristas y otras cosas lo que podría representar el peso de la sociedad, la moral y la religión, que detienen al tipo en sus instintos, hay que recordar que Buñuel era admirador de Wagner de Goethe y de Nietzche en general de la cultura alemana, entonces este alegato se puede interpretar como absolutamente nietzcheciano, "la moralidad es la gran sofocadora de los instintos creadores". La primera escena es una mano de hombre cortando transversalmente un ojo de una mujer, esto puede dar inicio al alegato sobre la lujuria como una expresión surrealista del coito, dado que la navaja corta transversalmente igual que la nube a la luna y no entra como seria obvio .
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LA VEJEZ DE GUILLERMO TELL (Óleo sobre lienzo, 98x140 cm) 1931 Este cuadro, inspirado por las ideas freudianas, representa la sombra de un león, símbolo de un deseo sexual incontrolable, proyectándose sobre una sábana, tras la cual dos mujeres, su madre y su tía, le dan placer a su padre, conocido bajo el mito de Guillermo Tell. Dalí y su hermana se representan como dos figuras sujetas al pedestal y huyendo en acto de reprobación. Salvador Dalí asegura que elaboró esta pintura pensando en el rechazo de su padre a Gala; pero interpretado a la inversa, que era como Freud enseñó a examinar los sueños, el rechazo se transforma en deseo. Los colores son más bien cálidos, aunque hay un contraste con el azul del cielo. La sombra del león sobre la tela amarillenta nos hace captar la atención enseguida. La línea esta muy curada. Esta el león como símbolo de deseo oculto.
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PERSISTENCIA EN LA MEMÓRIA Óleo sobre lienzo. 1931. (24 x 33 cm) Museo de Arte Moderno de Nueva York. Estamos delante de un paisaje onírico. Parece una playa al anochecer. En primer término y en posición central, destaca una extraña figura: una cabeza blanda con una enorme nariz, de larga y carnosa lengua que sale de ella, pero carece de boca. Su raro cuello se pierde en la oscuridad. Reposa dormida sobre la arena, ya que vemos cerrado su ojo, con unas enormes pestañas. Puede muy bien ser un autorretrato estilizado del pintor. Tiene encima un blando reloj de bolsillo. A la izquierda, sobre lo que parece una mesa de madera rectangular, aunque incompleta, encontramos otros dos relojes: uno más pequeño, cerrado, sobre el que se apelotona una multitud de hormigas; el otro, enorme, blando y alabeado- con una mosca encima y marcando casi las siete horas- ,se escurre por el borde de la mesa. De ésta nace un árbol roto, con una sola rama sin hojas sobre la que hay un tercer reloj blando. Al fondo, iluminada fuertemente, vemos una cala recortada por acantilados rocosos. Una piedra redondeada proyecta su sombra sobre la arena de la playa, que está desierta. El mar se confunde casi con el cielo cubierto de vaporosas nubes blancas. Es una obra que pertenece al surrealismo. El paisaje tiene influencias de los trabajos que realizó del mar en su juventud, hasta se puede reconocer el Cabo de Creus en la parte superior derecha; parece una playa al atardecer.
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El dibujo tiene una enorme importancia en el cuadro. Es de líneas puras, muy académico. Los objetos están representados con exactitud y detallismo, pero sus dimensiones no son reales y están deformados. El color es rico y variado. Predominan los tonos fríos (azules, grises, blancos), que contrastan con los cálidos (ocres, marrones y amarillos). La luz juega un gran papel. El cuadro está dividido en dos partes no simétricas: una tenebrista, en primer término, con un foco de luz a la derecha que ilumina suavemente los objetos, que proyectan sus sombras y se recortan en el espacio; y la otra, fuertemente iluminada, al fondo, con una luz muy blanca, irreal. La composición está muy estudiada. Domina la línea horizontal del mar al fondo, remarcada por la luz, que divide el cuadro en dos mitades desiguales pero armoniosas. Se complementa con la horizontal de la rama seca del árbol, que con su tronco marca a la izquierda una vertical que equilibra la composición. Como elementos dinámicos, el pintor utiliza las líneas diagonales (mesa, cabeza) y las curvas (relojes, cabeza). El color contribuye a lograr estos efectos, ya que los tonos cálidos nos acercan las formas, mientras que los fríos las alejan. La perspectiva tradicional existe, pero el espacio parece extraño. El punto de vista del espectador es alto, aunque no en todos los objetos.
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ROSTRO DE MAE WEST UTILIZABLE COMO APARTAMENTO Salvador Dalí Domènech, 1934-35 Museo de Chicago Art Institute (31 x 17 cm) Material: Collage sobre papel Hacia los años 30 Dalí comienza a interesarse por la decoración de interiores. Es una de las obras más controvertidas del genial artista catalán Salvador Dalí. Realizada en "gouache" sobre vulgar papel de periódico mide 31 x 31 cm y se encuentra en el Instituto de Arte de Chicago. Esta pieza fue trabajada sobre una fotografía de la polémica actriz Mae West que salió publicada en un rotativo de la época. A partir de esta foto, el artista crea un escenario realista en forma de apartamento utilizando los rasgos faciales de la actriz como si de mobiliario u ornamentos se tratara. Por ejemplo, el pelo es usado como una cortina, los ojos simulan cuadros colgados en una pared y la boca se convierte en un cómodo sofá rojo. Esta imagen final llevó a Dalí a encargar, en los años 30, un tresillo semejante por petición de Edward James y a finales de los años 60, con la ayuda del arquitecto español Oscar Tusquets, reprodujeron dicho apartamento surrealista en tres dimensiones. Perfecta combinación de la figura y espacio en una construcción basada en la verticalidad de elementos dispuestos sólo aparentemente en profundidad. Por un lado se emplea perspectivas contradictorias que niegan toda coherencia al pasillo/cuello que conduce al salón/rostro del fondo, y que sólo se disfrazan gracias al peinado, pendientes y cortinajes que rodean su entrada. Este pasaje en falso contrasta por su inconsistencia con la disposición teatral del salón cuyo cuelo se dispone en perspectiva acelerada (el punto de fuga coincide con la esfera del reloj sobre la nariz/chimenea. Existe un juego de imágenes dobles, la realidad se difumina para crear una nueva imagen. Como es costumbre en su obra mezcla lo duro, representado por el parqué y las losas del suelo con lo blando, encarnado por la nariz, la boca y el pelo pero también simbolizando cualidades sexuales. Sobre todo, la boca de la actriz representaría además sus genitales.
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SUEÑO CAUSADO POR EL VUELO DE UNA ABEJA EN TORNO A UNA GRANADA UN SEGUNDO ANTES DE DESPERTAR 1944, 51 x 41 cm., óleo sobre lienzo, Fundación Thyssen-Bornemisza, Thyssen Museum, Madrid. Dalí ya ha comenzado a cambiar de estilo, se inclina por una tendencia clásica en sus pinturas, pero sigue siendo surrealista. Los elementos tradicionales de su anterior etapa, grandes espacios, elementos flotantes… los mezcla con un desnudo “Gala” compacto pero delicado, que contrasta con la fiereza de los tigres y la agresividad del fusil. Un cuadro de pequeñas dimensiones y muchos elementos, resuelto con gran habilidad. La avispa que vuela en torno a una granada está en la parte inferior derecha del cuadro, casi sin importancia, es la que da el título a la obra. En cuanto a la línea es muy definida, es un cuadro de carácter figurativo, se distinguen perfectamente las figuras y predomina sobre el color. A la vez, en el color predomina el azul del fondo y en la parte central el color anaranjado del acantilado y de los tigres se hace notar. Las sombras no son negras y el cielo se diferencia del mar porque en el horizonte el cielo es blanco. Atendiendo el ámbito de la luz, hay una fuente de luz que no se ve en el cuadro pero que tiene origen en la derecha. De todos modos la sombra de Gala es una sombra tenue que se proyecta bajo ella. Hay muchísimos símbolos quizá el más recurrente a lo largo de su obra es el elefante. Aparece por vez primera en esta obra “Sueño causado por el vuelo de una avispa sobre una granada un segundo antes de despertar”. Los elefantes dalinianos, están inspirados por el obelisco de Roma de Gian Lorenzo Bernini. Esta figura del elefante suele aparecer con patas largas, casi invisibles y portando en su lomo un obelisco. Si unimos las delicadas y frágiles extremidades del elefante, con la robustez del obelisco se crea un sentido fantasmal e irreal de la figura. Fue uno de los pocos cuadros que pintó Dalí en Estados Unidos, donde residió entre los años 1941 a 1948. Ninguno de los objetos se toca entre sí, todos se mantiene en suspensión, como congelados, como si se tratara de la fotografía de un instante en particular, inmóvil y pintado a mano.
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En el rincón derecho del cuadro están dibujadas dos gotas de agua con forma de huevo, otro de los símbolos de Dalí, que representan la vida. El propio autor comento de su cuadro: “He ilustrado por primera vez el descubrimiento de Freud sobre el sueño típico con una larga trama argumental, consecuencia de un accidente instantáneo que provoca el despertar. Del mismo modo que la caída de un listón sobre el cuello de un durmiente provoca, simultáneamente, el despertar y un sueño que termina con la cuchilla de la guillotina, el zumbido de la abeja provoca aquí el pinchazo del dardo que despertará a Gala. Toda la biología creativa surge de la granada reventada. El elefante de Bernini, situado en el fondo lleva un obelisco con los atributos papales.”
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LEDA ATÓMICA 1949, 60 x 44 cm., óleo sobre lienzo, Teatro-museo Dalí, Figueras. En 1949 acaba de regresar de Estados Unidos y su estilo ya es "clásico" con las características dalinianas de los grandes espacios, horizontes lejanos, elementos flotantes, luces agresivas... El estudio anatómico de la modelo -Gala- y del cisne contrasta con la irrealidad de la situación. Mantiene elementos simbólicos, recuerdos de su pasado surrealista. No debemos olvidar que el episodio de Leda y el cisne es uno de los más pornográficos de la mitología griega, que incluye rasgos de bestialismo. En pocas palabras, narra la historia del amor entre Leda y Zeus, quien se metamorfoseó en cisne para saciar su deseo sexual. De esa manera, el cambio de estado, la transformación, se convierte de nuevo en el argumento estético de Dalí. Dalí realizó complicados cálculos teóricos durante tres meses que dieron lugar a la peculiar composición del cuadro. La pintura sintetiza siglos de tradición matemática y simbólica, especialmente pitagórica. Se trata de una filigrana basada en la proporción áurea, pero elaborada de tal forma que el espectador no la aprecia a simple vista. En el boceto de 1947 se advierte la precisión del análisis geométrico realizado por Dalí basado en el pentagrama místico pitagórico, el cual es una estrella de cinco puntas dibujada con cinco trazos rectos. En cuanto al dibujo sigue siendo muy “relamido” en la línea, la luz es más oscura, utiliza los tonos mate para su realización. Una luz diáfana que ilumina a Gala como símbolo de lo divino. Dalí muestra a leda representada como Gala, la madre de los niños semidivinos, cuyo nacimiento es indicado por la cáscara de huevo rota de la cual ellos fueron incubados. El mismo pintor quiere personificarse como cisne.
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GALATEA DE LAS ESFERAS 65,2 x 53,2 cm.1952. Óleo sobre lienzo, Fundación Gala Salvador Dalí , Figueras. En esta obra aparece el rostro de Gala formado casi exclusivamente por esferas que se distribuyen a lo largo y ancho de su rostro como partículas de un entramado reticular de naturaleza semicristalina, recordando así la naturaleza atómica de todos los seres del Universo, y cuyo punto de fuga se encuentra en la boca. Los átomos se reúnen para formar un rostro en el que la belleza se plasma integrándose entre sí. En este cuadro Dalí intenta reflejar lo que anteriormente ya había escrito en su Manifiesto Místico: la vertiente espiritual -retrato místico de Gala- y la ciencia -las esferas- se combinan como orden general del Universo. Es una idea que le obsesiona y como tal pinta una y otra vez. Simplifica el fondo, básicamente es el mismo, pero solo hay cielo y mar eliminando cualquier otro elemento que complique la percepción del tema principal. Vemos el azul fuerte del cielo, y todas las tonalidades de amarillos, ocres y marrones. Utiliza cuatro colores que los distribuye según la necesidad para darle volumen, profundidad, transparencia, brillos, luz y sombras, los colores amarillo azul negro y blanco, son los más visibles. La línea esta muy definida, se distinguen perfectamente las esferas flotando en la nada formando el rostro La composición está bien equilibrada, precisamente por las esferas de diferentes tamaños y la ubicación de cada uno de ellos. Los colores y las esferas nos dejan ver la profundidad y el volumen.
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OPINION PERSONAL Me ha gustado mucho investigar y descubrir los detalles sobre la vida de este gran artista, porque su camino motiva y enseña muchas lecciones sobre la vida y el arte. Fue pintor muy prolífico, y multifacético, un gran genio del arte en su totalidad diría yo, no solo pintor, sino dibujante, grabador, escultor, escenógrafo formando parte de las revolucionarias vanguardias artísticas… Me ha encantado descubrir poco a poco esa simbología perfectamente trazada que muestra en todas sus obras el artista; las hormigas, el huevo que se refiere a la vida intrauterina y es símbolo de esperanza, el caracol como cabeza humana, las langostas como decadencia y terror.. ha sido necesario conocer toda esta particular simbología de Dalí y su lenguaje para poder acercarme a su mundo interior y su pintura. Recapacitando… Muchos de mis sueños se parecen a las escenas de Salvador Dalí, es fácil perderse en ese mundo imaginario en el que Dalí vivía, fácil viajar entre sus montañas, sus seres amorfos y sus objetos derritiéndose como si de un viaje a lo inconsciente se tratara. Las obras tienen esa "piedra filosofal" de la expresión que con tanto esmero buscaron los surrealistas. Materializó aquellos pensamientos cuya simple insinuación en nuestra cabeza, nos horroriza. La sensación que supone la amoralidad, la impresión de cruzar las normas de la ética es atractiva. El lado perverso de la naturaleza humana se mantiene bajo imposiciones sociales, normas de comportamiento.. se parece a un Hannibal Lecter enjaulado que tiene una forma de vida en todos. Esa sensación de cruzar la moral es especial, ya que reúne la aversión y la atracción hacia lo prohibido en una sola. Como los cuadros de Dalí que son una analogía de esta sensación. A simple vista, sus composiciones son muy placenteras para el ojo, los colores tan bien elegidos, las formas, la armonía y el contraste, crean la belleza visual, pero en cuando empezamos a distinguir los detalles del cuadro, empezamos a sentir repulsión, invadidos por pensamientos poco ortodoxos. Al ver sus cuadros, cada uno puede saborear el morbo de la amoralidad.
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BIOGRAFIA 1. www.biografiasyvidas.com 2. www.slobidka.com (guía de arte y de literatura) 3. www.salvador-dali.org/es (fundación Gala-Salvador Dalí) 4. libro de historia del arte de pedro medina….. (sacar de la pagina ) 5. Robert Descharnes/Guilles Néret, Dalí, La obra pictórica, Taschen, 2001 6. Félix Fanés, Salvador Dalí, La construcción de la imagen, 1925-1930, Electra España S.A, 1999 7. Salvador Dalí, obra literaria completa. Edicions destino fundació Gala-Salvador Dalí, Enciclopedia del arte. Ediciones Rueda 2002, Madrid. 8. 400 Obres de 1914-1983 Salvador Dalí, Generalitat de Catalunya, obra cultural de la Caixa de pensions. 9. Los Genios de la Puntura Española, Dalí. Sarpe, S.A de Revistas, Periódicos y Ediciones. 1988 España 10. Anna- Carola KrauBe, Historia de la pintura, del renacimiento a nuestros días. Könemann 1995 Colonia. 11. M. Pendás García, X. Triadó Subirana, JR. Triadó Tur, Ediciones vicens vives s.a. España 2010 (Història de l’art, vicens vives, batxillerat)
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