Sermón en el día de Jesús 7 de octubre de Título: NO HAGAS VANO LA CRUZ DE CRISTO Biblia: Gálatas 2:2-21 Predicador: Pastor Dong Han David Lee

Sermón en el día de Jesús 7 de octubre de 2012. Título: NO HAGAS VANO LA CRUZ DE CRISTO Biblia: Gálatas 2:2-21 Predicador: Pastor Dong Han David Lee I

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Sermón en el día de Jesús 7 de octubre de 2012. Título: NO HAGAS VANO LA CRUZ DE CRISTO Biblia: Gálatas 2:2-21 Predicador: Pastor Dong Han David Lee Iglesia Presbiteriana Reformada Esperanza Tte. 1ro. Leónidas Escobar 3913 c/ Av. Japón, Asunción, Paraguay www.evangelio123.org [email protected] (595) 021-301-706 / (595) 0981-815-179 ******************* 1) Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. 2) Pero subí según una revelación, para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles. 3) Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse; 4) Y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud, 5) A los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.

6) Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron. 7) Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como Pedro el de la circuncisión 8) (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles), 9) y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que era considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión. 10) Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobre; lo cual también procuré con diligencia hacer. 11) Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12) Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13) Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14) Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro

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delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.

INTRODUCCIÓN Sé que muchas personas no prestan mucha atención a este tema, porque todos creen que están en Jesucristo, que tienen fe en el Señor. No han perdido la fe, siempre vienen a la iglesia, entonces piensan de sí mismos: ¿en qué me pueden decir que me he olvidado del evangelio o he menospreciado la cruz de Cristo? O las personas quienes están un poco más atentas dirán, sí he actuado en ocasiones con poca con sabiduría, que he tratado de pensar como hombre carnal; pero… ¿quién no lo ha hecho? Pero he hecho las paces con Dios. Así calma y tranquiliza su conciencia, se siente seguro en Jesús. Es un asunto muy lejano para este tipo de creyente, y peor si es un creyente quien se dedica al Señor en la iglesia, sirve en diferentes ministerios. Pero hoy les enseñaré algo que deben pensar, en un asunto nuevo: UNA RECAPITULACIÓN PREVIA PREVIA Primeramente hagamos una recapitulación de qué se entiende por “PARA QUE NO SE HAGA VANA LA CRUZ DE CRISTO". También pueden escuchar los

audios de las clases bíblicas sobre este tema en internet. Mucho les estuve hablando de cómo la predicación de la PALABRA DE DIOS tiene que cuidar este aspecto, pues hay que cuidar de predicar siempre con la Locura de la Predicación y a no utilizar la sabiduría humana que trata de facilitar el conocimiento, que rodean las palabras de la biblia por medio de términos más suaves e incluso que tiene otros significados. También muchos creyentes tratan de enfatizar algunas cosas que él cree necesario, o ciertos aspectos de la Palabra que su interlocutor necesita, y deja de enseñar todas las demás. Esto también cae en el error de “que no se haga vana la cruz de Cristo”. Pero también porque los creyentes están enseñando de esa forma, toda la manifestación de Dios está parada, porque aquel que está predicando no cree, ni enseña con locura de la predicación. Pues considera al “hombre” quien está delante de él primero, el hombre tiene preeminencia que Dios y sus Palabras. Esto también es “hacer vano la cruz de Cristo”. En el sermón del domingo pasado les dije de qué manera, hasta qué punto el Señor nos guía a situaciones, nos mete en condiciones límites para que

seas su testigo, pero ordenándonos predicar como necios, nos hace ver débiles, como viles y menospreciados ante los ojos de los incrédulos. Porque cuando llegamos a esa etapa, cuando predicamos bajo esa forma podemos decir que sí hemos guardado fielmente la Palabra de Dios. Como verdaderos discípulos de Jesucristo hemos dado testimonio según los términos impuestos por el Señor. La biblia dice: “No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento”. (San Mateo 10:9-10) Con la palabra de Dios, y ante el uso de la Palabra de Dios, siempre tenemos que cerrar los ojos, cerrar todo entendimiento, dejar de escuchar toda reacción de la carne. Y con humildad ante Dios presentar el evangelio o ser su testigo fielmente. Y les dije que esa era la forma de “LA FE QUE VENCE OBSTÁCULOS”, porque dejas de pensar en ti mismo, dejas de considerar tu condición o cómo los otros te verán en ese momento. Si deseas ver la gloria de Dios manifestarse en tu vida, sí o sí tienes que vivir y hacer las cosas con la locura de la Palabra de la cruz. Porque cuando tú eres capaz de creer y rendirte ante Dios sin ninguna reacción de tu parte, o eres capaz de subyugar tus pensamientos y reacciones del corazón, o tus ánimos;

entonces podemos decir que sí estás viviendo dentro de la Palabra de Dios. Hoy veremos un aspecto que sí necesitan saber y estar seguros de que no están haciendo vano la cruz de Cristo, incluso cuando creen que están sirviendo al Señor Jesús. Por eso, hoy les he tomado este pasaje, para que ustedes pueden ver cuál es la amplitud de la implicancia de este versículo que tantos y tantos creyentes saben de memoria: “Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” NO HAGAS VANO LA CRUZ CRUZ DE CRISTO Les dije al comienzo que ninguno o poquísimos creyentes en el Señor Jesucristo piensan o siquiera les asoma por la mente que estén haciendo vano la cruz de Cristo. Pues justamente por esta confianza ciega, porque piensan que creen en Jesús y le tienen a él como Señor y Salvador; les enceguece el entendimiento y están prontos a equivocarse.

Pero lo que muchos no pueden creer, lo que muchos piensan que no puede suceder, sí está sucediendo y en ellos mismos. Muchas personas cierran sus corazones cuando se habla de doctrina, porque piensan que la fe y la gracia de Jesucristo me salva, NO LA DOCTRINA. Sí, tiene muchísima razón. LA GRACIA DE JESUCRISTO NOS HA SALVADO por medio de su obra de elección, por su obra del llamamiento, por su obra de justificación y por la glorificación con que nos ha hecho participar. Sí, la doctrina no salva, sino solamente Jesucristo. ¡Es cierto! Yo también lo creo. Pero ¿saben qué? La doctrina no te da la salvación, pero SÍ LA “MALA” DOCTRINA TE MATA. SÍ, LA “MALA” DOCTRINA DESTRUYE TU VIDA. Sí, esa preciosa vida nueva que tienes en Jesucristo se destruye por causa de las malas doctrinas que tanto abundan, que se presentan como sabidurías humanas, como palabras que dan calidez a hombre; pero que en nada contribuye para el reposo del creyente. Por eso tienes que saber bien y correctamente qué significa “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo

en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” ¿Por qué por creer en una mala doctrina puedes cometer tan grave pecado como este?: “no hagas vano la cruz de Cristo” Les decía que la doctrina no salva, pero sí la doctrina mata, sí la doctrina destruye tu vida cuando no sigues, cuando no crees, cuando no obedeces según las leyes de Dios. O cuando has aprendido doctrinas de hombres concupiscentes antepones los intereses del hombre, cuando buscas primeramente el bien del hombre antes que la obediencia. Veamos: que tú estás crucificado juntamente con Cristo significa que estás muerto, y solamente estás vivo porque Cristo vive; también significa que tú estás muerto y solamente estás vivo cuando haces y te esfuerzas para que CRISTO VIVA EN TI. Por eso, si todos los días tú puedes morir respecto al mundo, y puedes vivir para Cristo en su camino; entonces tú estás VIVO EN CRISTO, de igual modo CRISTO VIVE en ti, y puedes sentir ese gozo del Espíritu Santo. Por eso les digo que con las doctrinas predominantes que existen en las iglesias evangélicas de hoy, sí pueden tener fe en Jesús y sus almas están salvadas; pero sí la falta de doctrina, el error de doctrina que se enseña sí está matando y está

destruyendo muchísimas personas. Y lo peor: ¡no se dan cuenta que se están muriendo lentamente, que están secándose como árbol muerto! ¿Por qué? Porque están haciendo vano la cruz de Cristo. ¿Cómo se entiende esto? EL EJEMPLO DEL ANTIGUO ANTIGUO TESTAMENTO Ustedes saben que todas las personas, sean ellas del antiguo testamento o sean del nuevo testamento, todos son salvadas en Jesucristo, ¿verdad? Porque todas las personas elegidas por Dios son salvadas y aquellas que fueron elegidos y llamados, fueron justificados y glorificados en Cristo, sin importar las épocas en que está viviendo, porque “y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Pero sí la doctrina mata. ¿Por qué? Porque dicen y enseñan el LIBRE ALBEDRÍO DE LOS HOMBRES. Es decir, que piensan que es el hombre quien hace el esfuerzo de creer a Jesús. Piensan y enseñan que fueron ellos los inteligentes en tomarse la decisión de creer en Jesucristo. Y son otra vez los hombres quienes deben esforzarse, deben sostener su

fe constante en Jesucristo para “mantener” la salvación. Entonces, ¿en qué resulta esta doctrina? En muerte, en hacer vano la cruz de Cristo. Para estas personas que fueron tan sabias, tan prudentes, tan inteligentes, ¿cómo pueden vivir: con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí? Para personas que creen en la doctrina del Libre Albedrío, ellos viven “inteligentemente” porque ellos saben lo que hacen. Por eso, muchos piensan que él ha decidido vivir en Cristo, y tomarse esa decisión es y significa para él (así lo piensa) que está crucificado con Cristo. O sea, para él, el hecho de creer en Jesús ya por sí mismo es estar crucificado, porque tiene que irse a la iglesia, porque tiene que hacer ofrendas de distintos tipos, porque tiene mandamientos. Considera que todos estos elementos para él que vive en el mundo son condiciones que le “restan” por eso, ya se considera viviendo en la cruz, ya está llevando una cruz. Mas es “SU PENSAMIENTO”. Porque ni bien necesite, cuando existe urgencia; nuevamente “moldea” su conciencia, aplaca sus “pensamientos” diciendo: yo necesito vivir, Dios comprenderá su situación, puede alejarse de Dios, trabajar en días de reposo, dejar de guardar los mandamientos. ¡Total!

Siempre es su decisión de fe, y siempre estará Jesús en su vida y en su corazón. Son las diferentes variantes y resultados del “libre albedrío”. Porque cada uno puede plantearse, puede proponerse su “plan” de fe para con Jesús y su iglesia. ¡Nadie le puede decir nada! Porque siempre es “suyo” la fe. Ni el pastor puede intervenir, porque “jamás perdió la fe en Jesús”, e igualmente en cualquier momento puede retomar la fe. ¡Basta proponérselo! ¡Incluso Dios debería agradecérsele porque es un hombre de fe! Mas siempre que desee, Dios deberá esperar, porque el hombre impone las condiciones, los tiempos, las intensidades. Pero él puede vivir como él lo decida, como él lo quiera; claro que vive en el mundo y con sus fuerzas se esfuerza en vivir con fe en Jesús. ¡Y se considera buen creyente! ¿Cómo a este hombre puede aplicársele este juicio: “no hagas vano la cruz de Cristo”? No existe posibilidad. Pero les decía que la doctrina mata, ¿no es cierto? ¿Por qué esta doctrina mata? ¿Por qué esta doctrina destruye tu vida?

Porque existe una ANALOGÍA QUE ESTÁ DESCRITA EN LA BIBLIA. Y es analogía, a pesar de que muchos creen que los hombres del antiguo testamento vivían y eran salvados bajo el antiguo pacto (y esto lo dicen sin saber nada). Pero dice la biblia en 1 Corintios 10:2-6 “y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.” ¿Por qué la doctrina mata? Porque hoy con la doctrina del libre albedrío, el hombre puede creer y puede vivir, puede hacer lo que él quiera, puede ir a vivir en donde él desee hacerlo. Él puede dedicarse a cualquier cosa que él piense mejor. Pero ¿qué significa con Cristo estoy crucificado y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí? Significa que “YO” estoy muerto: que no tengo deseo, que no tengo pensamiento, que no puede decidirme por mí mismo, que no puede imponer condiciones, ni voluntades. Que allí donde Cristo Jesús

me lleva, allí debo ir, allí donde me dice que vaya a vivir, he de ir allí. Porque con Cristo estoy crucificado. Y esta es la analogía que Jehová nos muestra y enseña: El pueblo elegido de Israel, como hijos de Abraham, y por causa del pacto, no solamente fueron salvados por Jehová a través de Moisés, sino que el pueblo de Israel tuvieron que embarcarse a un viaje para encaminarse a la tierra de la promesa de Abraham, de Isaac y de Jacob. Dice la biblia: “que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza” (Deuteronomio 8:15-17) Y vemos en la biblia que muchos se rebelaron, muchos quisieron volver atrás, muchos extrañaban las comidas, las carnes, las verduras y no pudieron creer ni pudieron vivir con el maná de cada día. Pues estar con Cristo crucificado es esto, que se embarca a un viaje según el cumplimiento y encaminamiento del pacto. Y porque tú estás

crucificado con él, simplemente tienes que vivir con fe y gozoso en las condiciones que te impone el Señor; cuando tú te reúsas, cuando tú te rebelas, mueres en el desierto. Por eso, hemos leído el capítulo de Números 14, y vimos cómo seiscientos mil hombres más sus mujeres, todos los mayores de veinte años, aquellos que no quisieron entender que estaban crucificados con Jesucristo y por eso mismo tenían que entrar en la tierra de su promesa, porque ese es el pacto. Ellos murieron en el desierto a lo largo de cuarenta años. Por eso les digo que la doctrina no salva, pero sí la “mala” doctrina mata. La sana doctrina te da vida, y puedes vivir en plenitud tu vida en Cristo Jesús. Y no es simplemente un conocimiento, sino es una vida que tiene que estar encaminado hacia tu tierra prometida, hacia el cumplimiento de tu pacto. Y NO TIENES ELECCIÓN, PORQUE ESTÁS CRUCIFICADO CON CRISTO. Y si no crees en eso, SI NO TE ENCAMINAS EN TU PACTO, SI PERSISTES EN VIVIR EN EGIPTO SIENDO UN “BUEN” CREYENTE: ESTÁS HACIENDO VANA LA CRUZ DE CRISTO. Este es el nuevo concepto que les decía al comienzo respecto a este versículo Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas

vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Porque para eso te ha salvado Jesucristo, para llevarte a una buena tierra, porque quiere hacer contigo un pacto perpetuo, un pacto de amor, un pacto de vida, un pacto en que Dios es tu padre y tú su hijo. Para que seas heredero y coheredero con Cristo Jesús. Para eso, el Señor Jesús vino como hombre, llevó nuestro pecados y murió en la cruz. Por eso, la mala doctrina mata. Porque en lugar de guiarte para que tú estés crucificado con Cristo, y tú sigas a Jesús en donde quiera que él te lleve, eso es NO HACER VANO LA CRUZ DE CRISTO. Es la razón de porqué tantos y tantos creyentes hoy viven en el desierto, viven deambulando por el desierto sin conocer las bendiciones de la biblia. Porque fueron mal enseñados, porque creyeron en la doctrina que destruye su vida. En lugar de disciplinar su fe para “creer” en el camino de Jesús y seguir las condiciones del desierto y finalmente entrar en la tierra de su promesa. Hace negar, hace vivir su vida siempre en el desierto; y cuando alguien les quiere guiar al desierto, le abandonan, le desoyen y se vuelven a Egipto.

Pero todos los creyentes, cuando creen en Jesús, cuando se bautizan, son llevados al desierto (aunque no lo sepa éste). Y por más que les guíe y les guía, por más que les enseñe y les quiera discipular; cuando éste se rehúsa, cuando siempre ama al mundo y en el momento decisivo tiene que entrar en su tierra no lo hace. Jehová les juzga y los hace deambular todos los días de su rebeldía, un año por cada día de rebeldía. Porque falsos maestros, o pastores inescrupulosos quienes solamente pensaron en sus propios vientres han enseñado y han errado en sus predicaciones. Y han hecho que toda la obra de Jesucristo por esas personas, sea en vano. Porque no creen en el pacto, y porque no quieren hacer el esfuerzo de creer, de seguir, de entrar, de conquistar la tierra de su pacto. Ni desean multiplicarse como las estrellas del cielo. Siempre les han incitado, les ha inculcado para que triunfen en el mundo, que sigan en Egipto, siguiendo las concupiscencias de los hombres carnales. Siempre están deseando volver a Egipto, desean los bienes que muestra Egipto, y solamente eso clama. No pueden ver por la fe en los bienes de la tierra de su promesa, porque están muy lejanos. Mas las cosas del mundo sí están cercanos, son alcanzables,

son buenos para los ojos y apetecibles. Y siempre las “voces” de la serpiente no faltan. ¿Por qué Jehová no les dejó entrar en la tierra prometida? Porque hicieron vano toda la obra de salvación que había realizado hasta ese momento. No entendieron que estaban con Cristo crucificado, y allí a donde se dirige el Señor, allí deben encaminarse. Hoy, ¿cómo ustedes están creyendo respecto al pacto? ¿Lo están viviendo realmente? Miren que no hagan vano la cruz de Cristo, porque aquel que rechaza al Espíritu Santo quien les guía, no tiene perdón. Pues vivirá deambulando en el desierto durante todos los días de su rebeldía, y muchos mueren en la llanura, en el dolor, en sus lamentos, en su soledad, en su decepción, sin Dios. Pero siguen pensando por la doctrina del libre albedrío que sí creen en Jesús, que su fe se mantiene inamovible. ¿Entienden ahora por qué la mala doctrina mata? ¡Y hoy sigue matando! CONCLUSIÓN No solamente los creyentes con la doctrina liberal, sino incluso aquellos que dicen ser más

conservadores, que creen en la predestinación, aquellos que creen que la salvación la reciben de pura gracia por la voluntad de Dios, éstos también están haciendo vano la cruz de Cristo. Porque consideran que las pequeñas dificultades que encuentran en Egipto en que viven, cuando deben defender su fe es la cruz que deben sobrellevar por causa de Cristo, y que están cumpliendo acabadamente estas palabras. Otros inclusive piensan que están asumiendo la cruz porque predican el Evangelio en este mundo, porque tratan de “convertir” a los hombres de este mundo para Cristo. Que las dificultades que encuentran en este mundo un hombre de fe, es suficiente cruz que están sobrellevando. ¡Pero no! Mientras no salgan de Egipto que es este mundo, si no se embarcan hacia el desierto y se esfuerzan en recibir todas las promesas del pacto que Jehová ha concedido por medio del pacto hecho con el Padre de los creyentes Abraham, es hacer vano la cruz de Cristo. Por eso, tienen que buscar el camino del pacto, encaminarse hacia su pacto. Debe dejar, abandonar todo su mundo conocido porque estás con Cristo crucificado y ya no vives tú sino Cristo en ti.

Y para aquellos que sí están encaminados en su pacto, tienen que cada día entregarse más y más, crucificarse más y más diciendo que ya no vives tú, sino Cristo en ti. Cuando te mantienes en esta fe, verás el reino de Dios manifestarse. Que Dios te bendiga.

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