Diciembre 2011 Revista nª 7

SOLDEBO

nt Bolivià

envolupame s amb el Des

lidari

Associació So

EDITORIAL: El tiempo pasa volando. Soldebo comenzó su andadura el 1999 y éste el décimo años de envío de voluntarios a Bolivia, 167 en diez años. Es el momento de presentar la experiencia del 2011 y por otra parte, la hora de evaluar el trabajo realizado, el compromiso conseguido y dar la respuesta adecuada a los nuevos retos. Como siempre, hemos trabajado en las comunidades de cada año al igual que en la Universidad Salesiana y hemos iniciado el proceso de dotar de un catering al Hogar Don Bosco que les permita: mejorar la calidad de la alimentación, la sostenibilidad económica del centro y la capacitación de algunos de los jóvenes para su incorporación al mundo de la hostelería como profesionales del ramo. La experiencia de este año ha sido muy positiva, pero no exenta de algunas actitudes y comportamientos poco adecuados a los objetivos fijados. Es momento de reflexionarlo para prevenir y evitar estas incidencias. Queremos manifestar una vez más nuestro agradecimiento a todas las Comunidades que nos han acogido con los brazos abiertos, a los voluntarios por su entrega, trabajo y compromiso en su experiencia, a Alfredo, como coordinador del voluntariado y de las comunidades y a la Inspectoría Salesiana de Barcelona por su ayuda con la facilitación de un coordinador para el voluntariado y a EDEBË por la edición del Boliviando como casa año. No podemos olvidar el testimonio de los voluntarios de larga duración que se encuentran actualmente en Bolivia: Oscar Millat , cinco meses, en el Hogar Don Bosco; Isabel García, dos años largos, como responsable de proyectos de

la AECI y que colabora también en el Hogar Don Bosco y Javier Riestra, más de cuatro años como administrador del Hogar Don Bosco . Son ejemplos de generosidad, entrega, altruismo y compromiso con los más necesitados. Ejemplos y estímulos para todos nosotros en nuestro compromiso de colaborar en la misión que el Señor ha encomendado a la familia salesiana en Bolivia en favor de los jóvenes, de un modo especial de los que se hallan en peligro de exclusión social.

CONTENIDO: - Hogar Don Bosco. - Casa Main. - La Floresta, Montero, Santa Cruz. - Primero de Mayo, Cochabamba. - Bulo-bulo. - Vírgen Niña, El Alto de la Paz. - Caterin, Hogar Don Bosco de Santa Cruz. - Un barco esta seguro en el puerto pero un barco no es para eso.

HOGAR DON BOSCO ¿Cómo explicar tantas emociones vividas en tan solo treinta líneas? Podría llenar páginas y más páginas hablando de los niños, de los maravillosos días compartidos con ellos, de las sonrisas y las risas, y también, por qué no decirlo, de las lágrimas y los miedos. Dos días después de mi llegada a Santa Cruz, empecé a trabajar en el Hogar Don Bosco, ayudando a la educadora del grupo de niños más pequeños (de los cinco a los nueve años). Los despertaba, les ayudaba a vestirse, compartía el desayuno, las actividades, preparábamos la ropa, el material escolar… Esta tarea me ocupó cinco días, ya que después empezaban las vacaciones de invierno. De los treinta días que compartí con los niños del Hogar, casi la mitad los pasamos en un pueblo llamado Vallegrande. Cuatro voluntarios europeos, dos educadoras bolivianas y treinta niños de distintas edades nos montamos en una camioneta para pasar las vacaciones de invierno compartiendo unos campamentos. Diez días enteros conviviendo con los chicos, durmiendo y comiendo con ellos, preparando juegos, excursiones, gincanas. Compartiendo los días y las noches más intensas de toda la experiencia. Como las vacaciones de la mayoría de los niños se terminan y significan el retorno a la rutina, así, la vuelta al Hogar significó el retorno a la escuela. Los últimos días de mi voluntariado estuvieron llenos de ejercicios de comprensión lectora, sumas, restas, multiplicaciones… Me asignaron un grupo de ocho niños por la mañana, con los que hacíamos los deberes y reforzábamos las actividades escolares. Por la Este verano tuve la suerte de conocer a los niños del Hogar Don Bosco, y de ser su profesora. La directora tuvo en cuenta mi formación como profesora de secundaria de ciencias naturales y me mandó realizar clases de concienciación ambiental a la mayoría de cursos de la escuela vinculada al Hogar. Estos talleres eran de gran necesidad, dado que el cuidado del medio ambiente no es una prioridad para la sociedad boliviana.

tarde, me dedicaba al apoyo individual o por parejas a niños del colegio. Bolivia ha significado conocer diferentes maneras de vivir, de pensar, de trabajar, de educar. Bolivia me ha permitido conocerme a mí misma, me ha hecho más crítica, me ha enseñado a valorar o relativizar… Pero sobre todo, Bolivia son ellos: los niños. Los niños son inestables, te quieren y te odian, porque tú llegas y te vas, ellos se quedan. Aquellos niños, los niños del Hogar Don Bosco son una lección de fuerza y supervivencia y yo he tenido la gran suerte de conocerlos y dejar que se queden un pedacito de mí, pequeño, pero que lo ha cambiado todo. Aida Nadal Al llegar a la escuela me encontré con un tipo de enseñanza arcaica y basada en la memorización, donde los profesores hacen todo lo que pueden pero les faltan muchos recursos y, sobre todo, formación. Por ello, me recibieron con los brazos abiertos, tanto los profesores, como los niños. A medida que fueron pasando las semanas, los niños fueron demostrándome lo mucho que iban aprendiendo, y a cada instante me daban las gracias. Al llegar a la escuela oía voces de niños y niñas diciendo mi nombre y sonriéndome. Muchos se acercaban para abrazarme y darme la bienvenida, y me preguntaban si les iba a dar clase. Esperaban ese momento con gran ilusión, y se apenaban si no iba. Fue un gran contraste. A la hora de comer los mayores se sentaban conmigo para preguntarme sobre astronomía, geología o biología. ¡Más de una vez me dejaron sin respuestas! La experiencia valió mucho la pena, aprendí muchísimo como profesora y adquirí más confianza y descubrí que los niños son niños en cualquier parte del mundo, e igual de inteligentes y capaces. Si sois maestros o profesores, os aliento a que preparéis talleres de nivel elemental y os apuntéis al voluntariado. Carolina Uña

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CASA MAIN El sitio, en las periferias de Santa Cruz, es un terreno cerrado de como una hectárea con varios edificios. Los edificios son: la recepción y “primera etapa” (unas 60 camas, niñas de 3 a 10 años), luego la capilla, más allá la “segunda etapa” (otras 60 camas, chicas de 10 a 16 años) que está adosada a la residencia de las hermanas. Se añaden a esto los edificios bajos de la panadería (las internas elaboran cada día pan caliente), despensa, lavandería, mantenimiento y, más allá un bloque de apartamentos para los voluntarios y las chicas mayores de la “tercera etapa”, ex internas que salen a trabajar y a estudiar. Se añaden dos o tres edificios menores auxiliares. La gestión y dirección de la labor educativa la llevan unas 7 monjas salesianas. La mayoría de las internas salen cada día de la semana al colegio “fiscal” denominado Tierras Nuevas, que comparten con los escolares del barrio y que se encuentra a casi un kilómetro de la casa. La función de los voluntarios es la asistencia en el buen orden de la casa en operaciones tales como el despertar en los dormitorios, la higiene de las pequeñas, ayudar a vestirse y acompañarlas al colegio. Luego, dado que cuando las pequeñas están en el colegio por la mañana, las mayores se quedan en la casa, éstas se dedican al estudio y realización de los deberes del colegio. Los voluntarios asisten al orden y echan una mano a quien lo requiera en el estudio y deberes Por la tarde es a la inversa, siendo las pequeñas las que se

quedan. Cuando terminan los estudios nos quedábamos con ellas hasta la hora de la cena y luego las acompañábamos a acostarse. También hay franjas de “oficios”, en que las niñas, en grupos, barren y limpian los amplios espacios de la institución o lavan (a mano) las ropas. Las funciones y horarios de los voluntarios se planifican de acuerdo con los criterios de las hermanas para cubrir adecuadamente las necesidades del hogar. En el caso de Pere, de acuerdo a su experiencia, se le asignaron tareas variadas de mantenimiento, en especial con los equipos de sonido y electricidad, la distribución de la megafonía, de la que había altavoces que no funcionaban, otros que había que instalar, equipos de música que estaban mudos o en malas condiciones, etc. En éste turno de voluntarios de 2011, la relaciones con las niñas, con las hermanas y entre los voluntarios ha sido fluidas y el ambiente predominantemente positivo. Las niñas son muy alegres y cariñosas en su mayoría, pese a las serias cargas de infortunio que llevan encima en muchos casos. Precisamente por eso seguramente están especialmente necesitadas de afecto y comunicación. Hicimos alguna salida con las niñas, como una excursión a las ruinas prehispánicas de Samaipata, o a los desfiles por las fiestas de la Patria en el centro de la ciudad el 6 de agosto. Cuando terminó nuestra estancia, las despedidas eran interminables. Se tendieron muchos lazos con tantas personas y no sólo por lógica necesidad de cariño que padecen muchas de esas jovencitas separadas de sus familias y con situaciones a menudo muy difíciles. La Casa les enseña a llevarlo de forma constructiva y esperanzada en un clima ordenado y positivo. Ana, Carmen y Pere.

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LA FLORESTA, MONTERO, SANTA CRUZ. Nuestra experiencia transcurrió durante los meses de julio y agosto en la ciudad de Montero, departamento de Santa Cruz de la Sierra. Nuestro trabajo allí consistió básicamente en dar clases de refuerzo, o nivelación (como se llama allá) a los niños del colegio Maria Mazzarello. Al llegar a Bolivia, nos encontramos con que los niños estaban en vacaciones de invierno por lo tanto decidimos empezar nuestro voluntariado con otro trabajo. Durante las siguientes dos semanas estuvimos dando clases de nivelación en dos comedores de la parroquia a la cual pertenecíamos. Por las mañanas estábamos en el comedor “Etta Turner” dónde realizábamos clases de inglés y matemáticas y por las tardes en el comedor “Madre Teresa de Calcuta”, o como se conoce por ahí, al comedor de “la Pampa” donde dábamos clase de lengua castellana y matemáticas.

nosotras, creíamos que serían útiles para los muchachos. Los talleres que realizamos trataban sobre que es necesario para dar clases de refuerzo, cómo contar cuentos, talleres con hilos y taller de juegos. Además, estos talleres los modificamos y sirvieron para realizar una formación a los profesores del colegio. Los oratorios, programados y realizados por grupos de jóvenes salesianos, ofrecen a los niños y niñas del barrio, la posibilidad de jugar las tardes de los sábados y los domingos en la cancha de la Iglesia evitando así que tengan que jugar en la calle. Cuando faltaban pocos días para marchar, asistimos al colegio Muyurina para realizar unas charlas sobre nuestro voluntariado y explicar a los muchachos cuales eran nuestras motivaciones y aspiraciones para viajar a Bolivia.

Al finalizar las vacaciones de invierno empezamos a dar las clases en el colegio. Nosotras decidimos realizar las clases por niveles y por asignaturas, ya que de esta manera podríamos trabajar de forma más individualizada y creíamos que así los niños/as aprovecharían mejor las clases. De este modo, realizábamos clases de castellano y de matemáticas a turno cambiado, es decir, por las mañanas asistían a las clases de refuerzo los niños del fiscal y por las tardes los niños del privado.

Esta experiencia nos ha cambiado la manera de ver la vida, damos importancia a otra clase de cosas, nos preocupan aspectos y situaciones que antes pasaban desapercibidos y tenemos en mente nuevos proyectos y perspectivas sobre distintas realidades. Ir a Bolivia, nos ha ayudado a ver y a comprender otra realidad, la cual está muy lejos y muchas veces no la tenemos presente. Nos ha ayudado a comprender que para ser feliz no necesitamos mucho de lo que tenemos, que con muy poco se pueden hacer grandes cosas. Este viaje nos ha servido para aprender. Hemos aprendido y nos hemos traído mucho más de lo que ellos hayan podido aprender de nosotras. Por este motivo, sólo nos queda dar las gracias a todas aquellas personas que hemos conocido durante estos dos meses, ya que cada una de ellas formará parte de nuestra vida para siempre. Esther y Laura

Nuestros fines de semana los repartíamos entre formaciones a líderes y animadores y los oratorios. Las formaciones, las realizábamos con las EPDB, “Escuelas Populares Don Bosco”, y para ello desarrollamos un pequeño proyecto que englobaba cuatro talleres que tanto las propias escuelas como

PRIMERO DE MAYO, COCHABAMBA.

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La primera vez que me planteé realizar un voluntariado en Bolivia no tenía conciencia de lo que podría representar un viaje de esta envergadura. Me podría gustar o no, podría encajar o no y el caso es que ya son cinco años viajando hasta allá y cada año tomas más conciencia del país y te aferras más a él y a su gente.

Una vez más, durante el mes de agosto, he tenido la oportunidad de convivir y colaborar en el Barrio Primero de Mayo de Cochabamba. Una vez más también, el Colegio Pacífico Feletti me ha brindado la oportunidad de formar parte de su comunidad educativa organizando la Biblioteca Infantil del centro.

Resulta difícil simplificar mi experiencia de voluntariado en unas líneas porque son tantas las cosas para contar, porque he tenido la oportunidad de vivir y compartir muchos momentos y porque a veces tampoco hay palabras para expresar lo que realmente representa vivir una experiencia así.

La idea ha sido dar continuidad a un proyecto que nace en el verano de 2009 y el objetivo era que los alumnos más pequeños del centro pudieran disponer de un espacio destinado a biblioteca. Se ha trabajado con el fin de crear un espacio alegre y acogedor para poder disfrutar de la lectura.

Ha sido un trabajo intenso y con unos objetivos muy concretos porque la Sala Infantil nace con la idea de acercar los alumnos al libro. Nace con la idea de despertar el interés de los alumnos por la lectura. Nace con la idea de descubrir la lectura como medio de ocio y disfrute y nace con la idea de crear los primeros usuarios del Colegio Pacífico Feletti.

Finalizada la quinta experiencia, sigo pensando que Bolivia y su gente enganchan y además tienes la sensación de sentirte más útil cuando ves que muchos niños/as se benefician de todo ese trabajo, de ahí que quiera seguir trabajando por y para los demás. Isabel

Mi estancia allá ha producido cierta curiosidad, nerviosismo, entusiasmo y alegría en la comunidad educativa.Curiosidad porque durante un mes la sala ha estado cerrada y los chavales no acababan de ver qué es lo que se estaba haciendo. Todo este misterio quedó desvelado con la inauguración de la sala. Nerviosismo porque muchos alumnos estaban ansiosos por entrar en la sala y empezar a leer los libros. Las preguntas más frecuentes siempre eran: ¿cuándo podremos entrar?, ¿nos podremos llevar los libros a casa?Y entusiasmo y alegría porque la comunidad educativa es consciente que el Colegio Pacífico Feletti es el primer colegio del barrio que dispone de biblioteca escolar. Esta actitud por parte de los alumnos más pequeños hace que me sienta satisfecha y orgullosa de todo este trabajo y sirve como precedente, como punto de partida para seguir trabajando en el ámbito de las bibliotecas escolares.

BULO-BULO Me llamo Noemí Messeguer Belmonte. Este verano he realizado un voluntariado de dos meses en la zona del Chapare, dentro del trópico de Cochabamba. El pueblo se llama Bulo Bulo y el proyecto “ Internado de Nuestra Señora de Copacabana”. En él, hay 33 niñas y chicas internas, de edades comprendidas entre los 6 y los 17 años. Viven allí entre semana y cada 15 días regresan a casa durante el fin de semana.

Las menores son de familias indígenas ( quechuas ), campesinas, mayormente cosechadoras de coca. Necesitan estar en el internado para poder asistir a la escuela, ya que sus casas se encuentran muy alejadas del pueblo, en comunidades rurales. Mi tarea ha sido realizar turnos de trabajo : mañana , tarde o noche. Desde despertarlas bien temprano hasta vigilar que se acuesten y duerman por la noche, pasando por vigilar que se duchen, que hagan sus trabajos de limpieza o cocina en el internado, que laven su ropita, que hagan sus tareas, que estudien, llevarlas al médico, y un largo etcétera. Es el quinto año consecutivo que visito el mismo lugar y trabajo en él y cada vez aprendo más cosas de estas encantadoras criaturas. Cada vez que las visito les entrego mi corazón y vengo cargada de amor y gratitud. Agradezco, con toda mi alma, el afecto que he recibido del equipo que trabaja allí desde sus inicios, especialmente de mi padrino, el Padre Tomás Duda, y de Justina Januszco, directora del Internado. Noemí

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VÍRGEN NIÑA, EL ALTO DE LA PAZ Durante el mes de agosto hemos estado en el Alto de La Paz realizando nuestro voluntariado para el que nos hemos estado preparando durante el curso. Son tantos los momentos vividos que cuesta resumirlo en unas líneas. Vivíamos en el barrio de San Martín de Porres con unas hermanitas muy majas que nos recibieron con los brazos abiertos y nos sentimos como en nuestra propia casa. Cada mañana, muy tempranito y con un poco de frío, nos levantábamos e íbamos hacia la escuela Virgen Niña. Aunque el camino era un poco largo, enseguida nos sentimos cómodas con nuestra rutina diaria y nos adaptamos a la vida alteña´ Virgen Niña es un centro de educación especial para niños/as de edades muy diversas con diferentes discapacidades intelectuales y físicas. También hay un grupo de niños/as entre 3 y 6 años que realizan escolaridad ordinaria y con los cuales, algunos de los niños con necesidades de educación especial, compartían espacios y actividades por la tarde.

mos olvidar nunca todos los días pasados en la escuela y a los niños/as y profesores. Yo, Verónica estuve en el aula de Primaria con niños entre 6 y 12 años con necesidades muy variadas. Trabajé dando apoyo a la maestra dentro del aula como también fuera del aula en matemáticas y el lenguaje a través de actividades que con mucha ilusión preparaba por la tarde.

La verdad es que es un centro muy completo, que tiene un proyecto muy bonito y que necesita de profesionales con gran interés y capacidad para llevarlo adelante.

Las dos trabajamos también con otros maestros/as y niños/as del centro, tanto en algunos momentos del día como en la hora de comer y en el patio, como en algunos días especiales de fiestas.

Yo, Neus, he trabajado con los niños entre 3 y 6 años con discapacidad intelectual, la mayoría presentaban grandes dificultades de aprenedizaje. Mi apoyo estuvo centrado dentro del aula dando estrategias y soporte a la maestra que atendía a estos niños. Mi ayuda fue progresiva, ya que la primera semana me dediqué a observar y a entender el porqué hacían las cosas de esta manera. Mi colaboración consistió en dar pautas y estrategias a los maestros con la finalidad de que, cuando nos fuéramos de la escuela al finalizar el voluntariado, pudiesen continuar utilizando todo aquello que les había ido mejor de lo que les habíamos enseñado.Los maestros/as que trabajan en la escuela tenían una gran motivación y ganas de hacerlo lo mejor posible, pese a su falta considerable de formación.También, durante algunos días, pude hacer observaciones en otras clases de niños con discapacidades físicas, sensoriales…… Toda la escuela nos agradeció nuestra ayuda durante nuestra estancia, pero hemos de manifestar que en todo momento nos sentimos muy acogidas, aceptadas, cómodas y satisfechas de realizar este tipo de voluntariado. Pudimos participar en todas las fiesta que se realizaron durante nuestra estancia y colaboramos en ellas con los profesores. No podre-

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Después de nuestro voluntariado, nos hemos dado cuenta de la importancia de trabajar con los docentes ya que son ellos los que se quedan allí y de seguir colaborando con ellos. También tenemos que agradecer la colaboración de amigos y familiares que recaudaron dinero para comprar material para la escuela y también para la escuela donde vivíamos. Finalmente queremos reiterar que durante nuestro voluntariado nos hemos sentido muy bien en todo momento con las personas bolivianas, tan sencillas, acogedora y amables con nosotras. La estimación que nos han demostrado, pequeños y grandes, nos emociona y nos enseña que un voluntariado no significa ir a ayudar, un voluntariado es ir a compartir, dar lo mejor de uno mismo y sobre todo ir a estimar sin que existan fronteras culturales. Ha sido una experiencia muy enriquecedora para las dos y altamente recomendable. Neus y Verónica

CATERIN, HOGAR DON BOSCO DE SANTA CRUZ El Hogar Don Bosco de Santa Cruz es una respuesta creíble, viable y válida para prevenir la exclusión social de muchos niños y jóvenes que pululan por las calles de Santa Cruz, bien porque huyen de los maltratos que reciben de sus padrastros o madrastras, porque se han escapado se sus casas, por hallarse en situaciones precarias e insostenibles, porque malviven en la calle a merced de toda clase de peligros, por estar enganchados a la droga o por una larga e imprevisible casuística. Mano Amiga es el centro donde se recogen a los niños/as que llegan por primera vez al Hogar, porque los lleva la policía, personas o familiares, el juzgado o por otras vías. Se estudia su situación y cuando se tiene claro cuál es el centro que puede responder a su situación personal, se le deriva para su mejor atención. Techo Pinardi es el centro donde todos los niños y jóvenes de la calle pueden ir por la tarde a ducharse, cenar, dormir y desayunar al día siguiente, siempre que no lleven armas ni estén drogados. Después, pueden volver a la calle o ir al Patio. El Patio es el centro donde pueden ir todos los niños y jóvenes que quieran durante todo el día. Los educadores los acogen y están a su servicio, tanto en los patios, como en las aulas para que jueguen, se lo pasen lo mejor posible para tratar de erradicarlos de la calle. Granja Molla es el centro que da respuesta a los jóvenes que están cogidos por la droga pero que quieren liberarse de su dependencia. El trato con los animales de la granja, el asumir responsabilidades, la atención de los educadores y el

seguimiento de su evolución son los agentes principales de su cambio. Cuando éste se da, es enviado al Hogar Don Bosco. En él comienzan su escolarización reglada, en el nivel que le corresponda, y se le abre la posibilidad de su capacitación, bien profesional o, la minoría, continuación de estudios superiores. El Proyecto Catering pretende unificar las cocinas de todos los centros en una sola a través de la implnatación. Esto permite: Abaratar costos de personal, poder garantizar mejor el mantenimiento del Hogar, elaborar comidas más variadas, equilibradas y adecuadas y finalmente, llevar un control exhaustivo de todo los alimentos y de su calidad. Además, el proyecto Catering permitirá preparar comidas para ser vendidas a otras instituciones lo que supondrá nuevos ingresos para el Hogar y por otra parte, la formación de jóvenes en el campo de la hostelería que ya se ha iniciado su formación. El trabajo de los voluntarios Raúl y Conchita y Javier Riestra ha sido fundamental para el inicio de este proceso. Raúl, ha sido clave para su puesta en marcha a través de los contactos que ha establecido tanto en España como en Santa Cruz; Conchita ,especialista en la organización del catering, con gran experiencia en el tema, se ha volcado en ello al igual que Raúl y Javier el promotor de la idea y como administrador del Hogar, le ha ido dando forma y ha iniciado la formación de los jóvenes en hostelería. Soldebo ha colaborado en este proyecto con el envío de material que pidió el Hogar Don Bosco para su inicio. Javier

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UN BARCO ESTÁ SEGURO EN EL PUERTO PERO UN BARCO NO ES PARA ESO Cuando uno se plantea la posibilidad de hacer un parón en su vida y colaborar en un proyecto de cooperación a miles de kilómetros, infinidad de dudas y desequilibrios llaman a tu puerta esperando que abras y nos pongamos de acuerdo. Familia, amigos, actividades de hace años, con un poco de suerte un trabajo, … y otras llamadas pequeñas tonterías como la luz de tu cuarto, el olor de tus sábanas, tus ratos de paz en el lugar de siempre, … te hacen exigirte que la decisión no debe ser cualquiera.

Cruz, Bolivia. Vivo en una casa llamada la Casa del Voluntario con otros compañeros de todo el mundo. Doy mi tiempo (nunca me ha gustado llamar trabajo a algo que me gusta hacer) al proyecto “Techo Pinardi”. Techo abre sus puertas a niños de la calle que cuando empieza a anochecer necesitan

Al otro lado de la balanza había inquietudes y, en mi caso, una persona que fue capaz de transmitirme sinceridad, seriedad y confianza mientras me explicaba qué es el Proyecto Don Bosco, el trabajo que se hace con niños y niñas de calle, y que fruto de la necesidad, se ha habido de crear lugares para darles amor, tiempo, padre y madre, … y sobre todo, un presente para un futuro. Recuerdo un par de noches sin dormir, y más de un momento de ausencias mentales en grupo, pero todo acabó en el momento que dije que sí al “Comprar el billete”. A partir de aquí solo tocaba vivir un final de ciclo, y volar! Ahora ya estoy aquí. El lugar es Santa

un baño, lavar su ropa, alimentos, asistencia médica, y dormir en cama, a la vez que se les da calor humano, actividades de ocio, oídos para sus historias, palabras para intentar reconducir su camino, … y alternativas al lugar donde están acostumbrados a vivir, la calle. Llevo aquí tan sólo un mes, y en este poco tiempo ya puedo decir que ya ha valido la pena. Es verdad que dejé mi casa con todo lo que implica, pero aquí estoy viviendo algo nuevo, estoy creciendo, y a la vez estoy ayudando a vivir y crecer a niños que no han dejado nunca su casa, porque nunca la han tenido. Vivimos lo que somos, y somos lo que vivimos, por tanto, a vivir! porque un barco está seguro en el puerto, pero un barco no es para eso. Óscar