250 Rev Biomed 1998; 9:250-255.
Superstición, magia y enfermedad en el Yucatán del siglo XVI según la visión de Pedro Sánchez de Aguilar.
Historia de la Medicina
Renán A. Góngora-Biachi.
Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi”, Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, Yucatán, México.
RESUMEN. La medicina mágica -a pesar de la evolución de la medicina científica- está vigente aún en los finales del siglo XX. En gran parte este hecho se debe a la persistencia de supersticiones y creencias populares, En el caso de Yucatán, México, muchas de estas supersticiones y creencias tienen un origen en la cultura maya y en otros casos han sido el resultado del sincretismo de la cultura maya y la de los conquistadores españoles. Parte de estas supersticiones y creencias que acontecieron en Yucatán al principio de la época colonial (segunda mitad del siglo XVI) son referidas en la obra Informe contra idolorum cultores del Obispado de Yucatán, del Doctor en Teología Pedro Sánchez de Aguilar . Don Pedro Sánchez de Aguilar nació el 10 de abril de 1855 en la villa de Valladolid, Yucatán. Realizó estudios en la Real y Pontificia Universidad de México en donde obtuvo el grado de Doctor en Teología. Al regresar a
Yucatán fue cura de Calotmul, Valladolid y del Sagrario de la catedral de Mérida, donde posteriormente fue Deán de la catedral. Estando en este cargo en 1613 es cuando inicia su obra, que finalizó en 1615, atendiendo una cédula real del Rey Felipe IV, fechada el 24 de abril de 1604. La obra fue editada originalmente en 1639 en España y ha tenido al menos cinco reediciones, la última en 1996. En el texto podemos encontrar descripciones de hechos supersticiosos, magia y enfermedad, que es la que referiremos en este trabajo. (Rev Biomed 1998; 9:250-255) Palabras clave: Historia de la Medicina, medicina mágica, medicina maya.
SUMMARY. Dr. Pedro Sánchez de Aguilar's view of supersticion, magic and disease in Yucatán in
Solicitud de sobretiros: M.C. Renán A. Góngora-Biachi, Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi”, Avenida Itzaés Nº 490 x 59 C.P. 97000, Mérida, Yucatán, México. correo electrónico:
[email protected] Recibido el 29/Sep./1998. Aceptado para publicación el 14/Oct./1998. Este artículo esta disponible en http://www.uady.mx/~biomedic/rb98948.html Vol. 9/No. 4/Octubre-Diciembre, 1998
251 RA Góngora-Biachi. the sixteenth century. Despite the scientific evolution of medicine, magical medicine still exists at theend of the twentieth century. This fact is principally due to the persistance of supersticions and popular beliefs. In the case of the Yucatan, Mexico a lot of these supersticions and beliefs originate in the mayan culture or have been the result of the syncretism of the mayan culture and the spanish conquerors. Some of these supersticions and beliefs which wxisted in the Yucatan at the beginning of the colonial era (the second half of the sixteenth century) are found in the book "Informe contra idolorum cultores del Obispado de Yucatán" written by the doctor in Theology Pedro Sanchez de Aguilar. Pedro Sanchez de Aguilar was born April 10, 1855 in Valladolid, Yucatan. He studied at the Real y Pontificia Universidad de Mexico where he was awarded a Doctor's degree in Theology. On his return to Yucatan, he became parish priest in Calotmul, Valladolid and of the chapel in the cathedral of Merida, where he later became Dean of the cathedral. In 1613, as Dean of the cathedral, he began his book which he finished in 1615, having a royal warrant of King Felipe IV, dated April 24, 1604. The book was originally published in Spain in 1639 and has been reissued at least 5 times, the latest being in 1996. In his book we can find descriptions of superstitious facts, magic and disease which we refer to in this paper. (Rev Biomed 1998; 9:250-255) Key words: History of Medicine, magical medicine, mayan medicine.
INTRODUCCIÓN. La medicina mágica es tan antigua como la propia humanidad. Sus orígenes se fundamentan en la incomprensión del proceso fisiopatogénico de la enfermedad que como consecuencia produjo explicaciones basadas en eventos sobrenaturales y en procesos curativos con alto contenido de elementos mágicos (1,2). La medicina mágica -a Revista Biomédica
pesar de la evolución de la medicina científicaestá vigente aún en los finales del siglo XX (3). En gran parte este hecho se debe a la persistencia de supersticiones y creencias populares, persistencia que ha sido favorecida por los niveles culturales de la población. En el caso de Yucatán, México, muchas de estas supersticiones y creencias tienen un origen en la cultura maya (4) y en otros casos han sido el resultado del sincretismo de la cultura maya y la de los conquistadores españoles (5). Parte de estas supersticiones y creencias que acontecieron en Yucatán al principio de la época colonial (segunda mitad del siglo XVI) son referidas en la obra, valiosa por su antigüedad y contenido, del Doctor en Teología Pedro Sánchez de Aguilar (6). LA OBRA Y SU AUTOR. La conquista del nuevo mundo y su colonización ocasionó un sincretismo entre la religión católica y aquéllas que profesaban los indígenas de Meseoamérica. La resistencia del indígena pudo más que la acción evangelizadora del misionero español. Los dogmas de fe, la destrucción de templos indígenas y la construcción de centros cristianos de evangelización no fueron elementos suficientes para abatir los elementos religiosos de las culturas indígenas. La necesidad de mantener vigente el reconocimiento a sus dioses ocasionó la profesión clandestina del culto indígena, acción que los conquistadores calificaban como idolatría y apostasía. Yucatán no fue la excepción. Por el contrario, los mayas de Yucatán mostraron desde el primer encuentro con los españoles, una resistencia férrea a la conquista y colonización. Para el maya no tenía sentido un rezo en latín que ni entendía ni representaba esa conexión espiritual entre él, la naturaleza y el universo. La predicación en lengua autóctona, la inclusión de elementos sincréticos y la práctica del bautismo, no fueron suficientes para garantizar una completa evangelización. A pesar de estas acciones la idolatría -simbolismo genuino para los mayas- existía y persistía. Para los
252 Superstición, magia y enfermedad en Yucatán en el siglo XVI. franciscanos, el Maligno había invadido el alma de estos naturales y bajo este concepto había que redimirlos. La idolatría debería combatirse a través de la Santa Inquisición y en ausencia de estos tribunales por los frailes mismo. Sin embargo, conflictos entre encomenderos, autoridades civiles y el clero, trajo como consecuencia la emisión de una Cédula Real en 1599, en que se ratificaba que se prohibía al clero juzgar o castigar a los indígenas, concediendo esa autoridad sólo a las autoridades civiles. Los frailes argumentaron que al limitarles sus funciones para castigar a los naturales, la idolatría se había incrementado en forma desmesurable y acusaban a las autoridades civiles de no cumplir el precepto de predicar y difundir el Santo Evangelio, de acuerdo a la Bula del Papa Alejandro VI, emitida siete meses después del descubrimiento de América. Fue este marco situacional que dio origen al “Informe contra idolorum cultores del Obispado de Yucatán” de Don Pedro Sánchez de Aguilar. Don Pedro Sánchez de Aguilar nació el 10 de abril de 1855 en la villa de Valladolid, Yucatán. Fue alumno de Gaspar Antonio Xiu -discípulo a su vez de Fray Diego de Landa- en el convento de Tizimín, Yucatán. Realizó estudios en la Real y Pontificia Universidad de México en donde obtuvo el grado de Doctor en Teología. Al regresar a Yucatán fue cura de Calotmul, Valladolid y del Sagrario de la catedral de Mérida, donde posteriormente fue Deán de la catedral. Estando en este cargo en 1613 es cuando inicia su obra que finaliza en 1615- atendiendo una petición de una cédula real del Rey Felipe IV, fechada el 24 de abril de 1604. La obra fue editada originalmente en 1639 en España y ha tenido al menos cinco reediciones, la última en 1996 (6). La obra del Dr. Sánchez Aguilar gira en torno a una cuestión: “¿Puede el Obispo de Yucatán aprehender, encarcelar y azotar y azotar sin el auxilio del brazo secular, a los indios de esta Provincia, que adoran a los ídolos? Y su respuesta favorable es dada con una disertación
basada en cinco argumentos en contra, diez fundamentos a favor, dos conclusiones y diez y seis remedios contra la idolatría. Recurre a narrativas de experiencias personales y hechos referidos por terceros. Y en el texto podemos encontrar descripciones que ubican hechos supersticiosos, magia y enfermedad, que es la que referiremos en este trabajo. IMÁGENES MILAGROSAS. El Dr. Sánchez de Aguilar refiere1 “el año de 1592, que auiendo enbiado a Mexico la santa Imagen, que esta en la Puerta del Perdón, tras el coro de la Iglesia Catedral desta ciudad de Mérida, a renouarla a Mexico, al tiempo que la sacaron del caxon en que venia en casa de vn deuoto Mayordomo suyo, llamado Geronimo de Castro, hallaron la santa Imagen con mucho sudor en el rostro... , lo atribuyo a milagro, y sentimiento de la Madre de Dios de que la boluiessen a este Obispado, donde la ley santissima de su diuino Hijo estaua, y auia de ser menospreciada de aquestos Indios idólatras”. Y refiere otro caso similar: “Y agora pocos años ha sudo otra santa Imagen de la Madre de Dios en la Parroquia de Santa Ana, extra muros desta ciudad de Mérida, lo qual no vi; pero fue muy publico y notorio, como lo diran el Cura y los que lo vieron...”. En ambos casos el autor establece un simil con un evento ocurrido en Aragón, durante la ocupación de Granada por los moros, cuando una imagen de la Virgen María sudó en tal cantidad, que el sudor se guardo por más de cien años y era utilizado por “los deuotos Christianos pedian una gota desta santa agua en algodones para las enfermedades de los ojos, e oidos...”. A las imágenes que describe Sánchez de Aguilar también se le atribuyeron curaciones milagrosas. Hasta la fecha este tipo de fenómenos siguen ocurriendo en Yucatán.
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Se respeta la redacción original del manuscrito.
Vol. 9/No. 4/Octubre-Diciembre, 1998
253 RA Góngora-Biachi. LA SUGESTIÓN COLECTIVA. Dos eventos descritos en la obra corresponden a este rubro. En uno se describe un evento inusual: una lluvia de sangre. El docto vallisoletano describe: “Demas desto el año passado de 1607, llouio en muchos pueblos del distrito de la villa Valladolid sangre por el mes de Diziembre, como fue publico, y me certifico auerlo visto Fernando de Recalde Sacerdote, y los indios del pueblo de Tixcacal lo certificaron a los alcaldes de dicha villa...” El otro caso es la aparición y permanencia de un “demonio parlero”. Esta historia impactó tanto en el ánimo de la comunidad de Valladolid, que aún estaba vigente a mediados del siglo XIX (7). Sánchez de Aguilar describe: “Tampoco vendra fuera de proposito traer a la memoria quan perseguida, y alborotada, y escandalizada estuuo la villa de Valladolid mi patria los años de 1560, segun mi cuenta con vn demonio parlero, o duende (caso estupendo, e inaudito) que hablaua, y tenia platica de conuersacion con quantos querian hablarle a las ocho, o diez de la noche a candiles apagados, y sin luzes: el qual hablaua al modo y voz de vn papagayo, y respondia a quanto le pedia vn hidalgo Conquistador, llamado Iuan Lopez de Mena natural de Logroño; y otro Conquistador, llamado Martin Ruiz de Arce de las montañas de Burgos, en cuyas casa este duende hablaua y conuersaua mas que en otras, los quales le mandauan tocar vna vihuela, y la tocaua diestramente, y sonaua castañetas, y bailaua, tocandole otro, el ser se regozijaua, y reia (pero no lo vieron, ni se dexo ver)...”. El duende afirmaba ser cristiano y originario de Castilla la vieja. Aunque en las casa de sus anfitriones fijos no hacía daño, “en otras lo era, y tiraua piedras sin hazer daño con ellas, y hazia ruido en las azoteas, y zaquizamies, con los que espantaua a los que no le hauian oio hablar; y muchas vezes tiraba con hueuos a las mugeres, y doncellas...”. El duende se volvió más impertinente al ser comunicador indiscreto de las casa que solía visitar, creando así un chismorreo Revista Biomédica
que incomodaba a más de un hidalgo y algunas doncellas. Según la narración, estas ituaciones motivaron al cura de la villa, D. Tomás de Lersundi, a conjurar este espíritu chocarrero. Para tal fin llevó el manual, el hisopo y el agua bendita debajo de la capa y se presentó disfrazado a una de las casas en donde el duende solía hablar. Y a pesar de que lo invocaron, el duende no acudió ni habló. Al retirarse el cura, el ruido característico y la risa imparable señalaron la presencia del duende. El demonio refirió que sabía las intenciones del cura y que en venganza había realizado una burla en contra de él: “ y buelto el Cura a su casa, donde auia dexado la mesa puesta para cenar, y vna fuente de buñuelos, y vna limeta de buen vino, cerrada la casa, hallo en la fuente mucho estiercol de su mula, y la limeta llena de orines añejos...”. Así la situación y el obispo tuvo que intervenir, ordenando que ningún vecino hablara con el duende. El duende en venganza incrementó sus ruidos y golpes nocturnos -haciendo pasar mayores desvelos a los vallisoletanos- y empezó a incendiar casas de huano. Los vecinos ya aterrados, solicitaron al sacerdote designara un santo abogado y éste fue San Clemente Papa y Mártir, instalando en el retablo de la iglesia principal una figura de este santo con un demonio atado. Durante treinta años el duende no volvió a molestar. Pero en 1596, cuando era cura de Valladolid el propio Dr. Sánchez de Aguilar, el duende regresó y su ira fue más selectiva hacia las poblaciones periféricas y en particular Yalcobá : “a la vna de la tarde entrava en vn remolino de viento, leuantando gran poluareda, y con vn ruido como de huracan, y ... pegaua fuego a dos, o tres casa en vn instante...boluio este demonio a infestar y perseguir la dicha villa de Valladolid con nueuos incendios en las casas de los pobres vezinos...”. El duende se retiró cuando todos los vecinos colocaron cruces en los caballetes de sus casas.
254 Superstición, magia y enfermedad en Yucatán en el siglo XVI. Aunque Sánchez de Aguilar atribuye estos supuestos hechos a la presencia de idolatras y hechiceros en la región, es indudable que el fenómeno del duende de Valladolid tuvo un impacto de sicosis colectiva en la población, independientemente de sus autores y los motivos para crear esta historia. OTRAS SUPERSTICIONES Y HECHOS. Según este autor, los mayas creían en sus sueños y los interpretaban a su interés. También narra que el “graznido de vn paxaro, que llaman Kipxosi, sacan y coligen mal sucesso de lo que estan haziendo, y lo tienen por aguero...”. Describe el hecho de que los naturales realizan reverencia ante piedras grandes del camino, poniéndoles encima una rama y con otra azotan las rodillas para evitar así la fatiga de la caminata. Para evitar que el sol se ponga antes de llegar a su destino “encaxa vna piedra en el primer arbol que halla..., o se arranca las pestañas, y las sopla al Sol...”. Describe que en los eclipses de luna hacían aullar a sus perros y daban golpes en tablas y puertas para evitar que la Luna se muera, tradición vigente en nuestra época. Refiere también la participación de hechiceros durante el parto y cuya misión era orar durante este proceso. También de curaciones en personas que sufrieron envenenamiento ofídico, principalmente por la serpiente de cascabel. El Dr. Sánchez de Aguilar describe el fenómeno de mionecrosis asociado a este envenenamiento de la siguiente forma: “se les pudren las carnes, y mueren”. Y también propone remedios: “Y el remedio que les di, por auerlo oido, es que beuan escrementos de hombre o el Vumode limones, o les pongan luego en la picadura el siesso de vn aue de las nuestras viua, hasta que les chupe la ponVoña de la vibora, y la gallina muere luego, y le pongan otra y otra”. En la parte que narra las “Costumbres de los de Yucatán en su gentilidad”, el autor describe la poligamia, aunque refiere que la
doctrina cristiana les hizo quedarse con la primera mujer. También describe un manuscrito de corteza de árbol, en donde se consigna una “peste” que llamaron Mayacimil y otra llamada Ocna Kuchil, “que quiere decir muertes repentinas, y tiempo en que los cuerbos se entraron a comer los cadaueres en las casas”. Sin duda la descripción de alguna epidemia preshipánica con alto índice de letalidad. También refiere que estos manuscritos se consignan las calamidades producidas por los huracanes. En la parte de “Remedios” el Dr. Sánchez de Aguilar reconoce la necesidad de apoyar al enfermo desamparado tanto en apoyo espiritual como en atención física. También refiere que existían personas autóctonas conocedoras de procedimientos médicos -con incluso técnicas de los conquistadores- al describir: “Y no dexare de alabar a muchos Encomenderos... caritatiuos con los Indios de sus Encomiendas, que en sabiendo que hay peste en su Encomienda, o muchos enfermos, embian vna esclaua, o vna muger que sepa medicinar enfermos con geringa, y azeite a su costa...”. También atribuye que una causa del aborto en las mujeres indígenas es la extracción de agua del cenote, que puede evitarse haciendo norias en las encomiendas. Aunque una obra preferentemente de contenido etnohistórico, Informe contra Idolorum cultores del Obispado de Yucatán, del Dr. Pedro Sánchez de Aguilar, es también una fuente interesante para conocer antecedentes de la medicina mágica y supersticiosa de Yucatán, México. REFERENCIAS. 1.- Maul SM, Westendorf W. Primeras teorías médicas: entre la magia y la razón. En Schott H, editor, Crónica de la Medicina. Barcelona: Plaza & Janes Editores, S.A. 1993. p. 16-7. 2.- Monjarás-Ruiz V. Magia y razón. MD 1998; 13 (3): 27-32.
Vol. 9/No. 4/Octubre-Diciembre, 1998
255 RA Góngora-Biachi. 3.- Pavía-Ruz N, Ceballos-Quintal JM, Medina-Escobedo C, Ordóñez-Durán A, Ríos-Rodríguez H. Magia, religión y medicina. Rev Biomed 1998; 9: 192-8. 4.- Xiu-Chacón G. El arte curativo de los mayas y los primeros médicos de la Península de Yucatán. Rev Biomed 1998; 9:38-43. 5.- Góngora-Biachi RA, González-Martínez P. El culto de la Santísima Cruz Tun y su influencia en la medicina mágica de los mayas en Yucatán. Rev Biomed 1995; 6:47-51. 6.- Sánchez de Aguilar P. Informe contra Idolorum Cultores del Obispado de Yucatán. 5a. Edición. Mérida: Instituto Cultural Valladolid, A.C. 1996. 7.- Góngora-Biachi RA. El duende de Valladolid. En Méndez-Baeza R, Góngora-Biachi RA, eds. Valladolid: Hechos y Personajes. Tomo I. Mérida: Instituto Cultural Valladolid, A.C. 1993. p. 13-8.
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