TÉCNICAS Y DINÁMICAS DE CAPACITACIÓN

METODOLOGÍAS Y HERRAMIENTAS PARA LA CAPACITACIÓN EN GESTIÓN DE RIESGO DE DESASTRES Capítulo V TÉCNICAS Y DINÁMICAS DE CAPACITACIÓN 67 68 METODO

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En el presente capítulo, presentamos un conjunto de instrumentos, cuyo uso apropiado puede mejorar la calidad de las actividades de capacitación y ayudar a alcanzar los objetivos de la misma, considerando que tanto la prevención como los preparativos para emergencias implican actividades de carácter grupal o colectivo y que la mayor parte de las actividades de capacitación desarrolladas son eminentemente grupales. Para ello, distinguimos las técnicas: que son instrumentos técnicos para alcanzar fines específicos en las actividades educativas, de las dinámicas: que son instrumentos lúdicos susceptibles de ser adaptados a distintos fines. Sin embargo, en muchas publicaciones no se hace esta distinción y se habla genéricamente de técnicas. Las técnicas y dinámicas participativas son maneras, procedimientos o medios sistematizados de organizar y desarrollar la actividad de un grupo para lograr los objetivos propuestos. No deben ser consideradas como fines en sí mismas, sino como instrumentos para el logro de la verdadera finalidad grupal: beneficiar a los miembros y lograr que los objetivos del grupo se cumplan. Existe una gran diversidad de técnicas y dinámicas que pueden ser clasificadas de acuerdo con su objetivo. Las hay de animación, presentación, organización, comunicación, análisis, investigación, planificación o evaluación. En razón de lo anterior se considera necesario tener en cuenta que: -

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No existen técnicas y dinámicas más adecuadas, pero sí, las más adecuadas para cada caso. Deben contribuir a lograr determinados objetivos dentro del proceso de capacitación, lo que debe ser explicitado. Pueden ser más o menos aplicables en función del tamaño del grupo y de las características del ambiente donde se desarrolla la capacitación. Deben ser seleccionadas, adaptadas y recreadas de acuerdo con las características de los participantes y el contexto. El conocimiento de la técnica o dinámica escogida por el capacitador o conductor debe ser también un criterio para su selección, al igual que el nivel de entrenamiento de los participantes en los procesos educativos. Se debe estar abierto a la creación de nuevas técnicas y dinámicas. El proceso de capacitación demanda gran flexibilidad y creatividad del promotor. Algunas veces se buscará una técnica determinada para un objetivo y tema específico, y se caerá en la cuenta de que no existe una que responda a los requerimientos del programa.

Julio Fernández21 advierte que para seleccionar la técnica más conveniente habrá que tomar en consideración los objetivos que se persigan, la madurez y entrenamiento del grupo, el tamaño del grupo, el ambiente físico, el ambiente o clima psicológico del grupo y su entorno, las características de los miembros del grupo y la capacidad del capacitador. 21

Dinámica de grupos y técnicas participativas, página 37.

70 1) Técnicas Las técnicas pueden servir para realizar actividades de investigación previas a la capacitación como es el caso de las entrevistas, la observación participante, las historias de vida o las encuestas. También pueden servir para lograr determinados objetivos específicos durante la capacitación como es el caso de los grupos de discusión, los diagnósticos participativos, la identificación de funciones y roles, y la planificación participativa. 1.1 Entrevistas Las entrevistas pueden ser de mucha utilidad para conocer la historia de los desastres, las experiencias de prevención, las percepciones de riesgo y los puntos de vista de los líderes y autoridades. Pueden tener fines testimoniales y, por lo tanto, ser posteriormente difundidas con la finalidad de servir como un complemento de las actividades de capacitación. Se debe tener en cuenta lo siguiente: -

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Son dirigidas a personas o informantes cuyas percepciones son útiles para comprender aspectos relevantes del pasado y presente de la comunidad. Un problema con esta técnica es que la información puede variar dependiendo del grado de conocimientos que posea el informante. Por ello, debe combinarse con otras técnicas de observación, como las que referimos en las siguientes líneas. Pueden ser estructuradas o no estructuradas. Las estructuradas están compuestas por un conjunto de preguntas abiertas. En las entrevistas semi estructuradas, se elabora un esquema de temas que se desarrollarán y algunas preguntas claves, pero el entrevistador puede plantear nuevas preguntas durante la conversación, dependiendo del curso que ésta tome. Para la formulación de preguntas, se debe tener en cuenta la necesidad de procurar un clima de confianza, ser breves en la formulación y tener un lenguaje claro y accesible, no interrumpir al entrevistado, y si se improvisa alguna pregunta, anotarla y esperar a que termine de hablar el entrevistado para realizar dicha pregunta.

1.2 Observación participante Uno de los problemas centrales de la capacitación en prevención y preparativos para emergencias es la imposibilidad de determinar su impacto en el comportamiento de las personas y en los cambios que se puedan operar en ellas. Para poder conocer sistemáticamente tales comportamientos suele ser muy útil el empleo de la técnica de observación participante, porque posibilita el acercamiento directo a la comunidad y la interacción con la población. Es particularmente útil para evaluar los simulacros de respuesta a emergencia en los que se implica a la población. Esta técnica sirve para conocer y profundizar el conocimiento sobre las costumbres, los sistemas de valores y los comportamientos de un grupo humano diferente del propio y sobre el que no se dispone de información fiable. Es una técnica flexible, cuya aplicación

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consiste en compartir las actividades y ocupaciones del colectivo que se quiere investigar, tomando nota de lo que se observa y sacando después las conclusiones oportunas. La observación participante genera una serie de interrogantes sobre comportamientos que se van observando; estas interrogantes pueden ser motivo de discusión con informantes clave luego del proceso de la observación. Es aconsejable incluir estas interrogantes en una lista de preguntas o temas que se discutirán con los informantes clave mediante entrevistas semi estructuradas o historias de vida. La observación participante se puede realizar teniendo presencia en reuniones, acontecimientos y eventos en los cuales participan aquellos que recibirán la capacitación. El capacitador puede reconocer muchos detalles que le servirán para el diseño de las actividades a su cargo. Para lograr eficacia en la aplicación de esta técnica, sobre todo cuando los aspectos que se quiere conocer son variados o de cierta complejidad, se suele elaborar una guía de observación participante. 1.3 Historias de vida Las historias de vida constituyen una técnica ideal para poder reconstruir los procesos de generación de las condiciones de riesgo, sin embargo, es muy poco utilizada ante la errónea valoración de las dimensiones subjetivas de los testimonios. En la medida en que reconocemos que las condiciones de vulnerabilidad no solo derivan de lo sucedido y de lo que sucede, sino también de las percepciones y actitudes de la población, las historias de vida nos pueden ayudar al reconocimiento de tales percepciones, así como proporcionar información sobre hechos locales soslayados por los estudios de diversos especialistas. Las historias de vida pueden, además, ser motivadoras de reflexión grupal que parte de una narración con lenguaje común y de lo vivido. Más que entrevistas, son conversaciones con personas, cuya vida y visión permiten conocer diversos aspectos sobre su comunidad. Estas conversaciones son registradas procesadas y editadas de acuerdo con el interés particular. Generalmente se debe estructurar los temas que se va a tratar, así como las preguntas. Algunos temas incluyen su red de relaciones familiares y de amigos, sus identificaciones, sus actividades económicas, sus expectativas, los momentos clave en su vida; entre otros. Por ello, es necesario definir las preguntas de acuerdo con las necesidades del trabajo educativo. Cabe señalar que la clave de una buena aplicación de esta técnica es que el interlocutor ofrezca sus puntos de vista sin dirigir la conversación excesivamente con preguntas y/o sin emitir juicios de valor. Para generar información representativa de una comunidad, las historias de vida deben aplicarse a más de una persona. Es preferible obtener estas historias hasta que la

72 información empiece a repetirse. Además, el abordar los diversos aspectos de la vida de una persona, permite analizar las interrelaciones entre los diferentes ámbitos de la vida social: familia, economía, religión, etc. 1.4 Encuestas Las encuestas sirven para investigar fenómenos sociales que puedan ser ordenados en categorías (no así cuando este ordenamiento es irrelevante o imposible). Son recomendables para obtener datos precisos sobre vivienda, salud, demografía, infraestructura y actividades económicas. También pueden ser útiles para apoyar la evaluación de actividades educativas mediante pruebas de entrada y salida. Consisten en un conjunto de preguntas asociadas a un número limitado de respuestas. Los resultados permiten un manejo estadístico de las respuestas. Cabe señalar que un problema de las encuestas es que limitan la información a la estructura de preguntas y respuestas predeterminadas. Los fenómenos sociales y culturales y los procesos de aprendizaje son más complejos y es preferible que los pobladores se expresen sobre estos temas de manera más libre. Las entrevistas semi estructuradas y las historias de vida son más útiles en este sentido. 1.5 Grupos de discusión Los grupos de discusión constituyen una técnica de mucha utilidad en los talleres de capacitación sobre prevención de desastres y en la evaluación de actividades. Permite la construcción grupal o el reforzamiento de conceptos claves como el de vulnerabilidad o al evaluar los simulacros de respuesta a desastres. También puede servir para discutir casos de emergencias ocurridas y extraer lecciones para afrontar futuras emergencias. En general esta técnica permite el intercambio de experiencias y de conocimientos, la resolución de problemas y, eventualmente, la toma de decisiones. Sin embargo, es necesario trabajarla con un número limitado de participantes (de cinco a diez personas) y ser dirigidas por un coordinador, cuyo rol es orientar y motivar la discusión y no imponer su punto de vista o el de alguno de los participantes. Muchas de las recomendaciones para el coordinador están contenidas en el capítulo 3 (en el numeral referido al capacitador). 1.6 Diagnóstico participativo El diagnóstico participativo consiste en una auto evaluación de la comunidad sobre sus condiciones de vulnerabilidad con la ayuda de facilitadores. Para realizar un diagnóstico participativo, es necesario convocar a la comunidad, o a una parte de ella, a un taller en el cual se explicarán los objetivos de la reunión y las técnicas que serán aplicadas. Finalmente se procede a realizar el análisis grupal. Con este tipo de diagnósticos, se obtiene mucha información confiable de una comunidad local ahorrando tiempo y recursos.

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Esta técnica asume que la población tiene o puede generar grupalmente un amplio conocimiento sobre su propia realidad social y económica. El trabajo en equipo ayuda a disminuir los sesgos en el manejo de la información de los miembros de la comunidad. Para validar la información se debe combinar técnicas e informantes; para de esta manera «cruzar» los datos recibidos. Se recomienda utilizar por lo menos tres técnicas y fuentes de información. Algunas herramientas que se emplean en los diagnósticos participativos son: • Discusiones con grupos focales o un grupo de personas: donde una de las personas modera o conduce el diálogo sobre algún tema específico. Es particularmente útil para recoger las percepciones sobre los riesgos de distintos grupos, o poner a consideración propuestas metodológicas de capacitación con el fin de mejorarlas. La persona que facilita la sesión la registra mediante una grabación o anotaciones para poder analizarla posteriormente. • Diagramas organizacionales: los cuales sirven para conocer qué organizaciones existen en la localidad y cuál es la relación entre ellas (ver el esquema correspondiente en el capítulo anterior; puede ser útil revisar el esquema de mapa de actores). • Mapa de riesgos de la comunidad: se elabora un mapa donde se ubica el área de posible afectación de un fenómeno potencialmente destructivo y los elementos expuestos (condiciones inseguras). Su elaboración con los líderes de la comunidad y su discusión constituyen un valioso instrumento de capacitación, en la medida en que permite conocer los riesgos y, a partir de ello, diseñar estrategias para su reducción o manejo en la comunidad (ver el esquema correspondiente en el capítulo anterior). • Mapa de procesos o historia de la comunidad: sobre la base del conocimiento de las personas se analiza cómo era antes la comunidad, con qué recursos e infraestructura contaba y se la compara con lo que actualmente tienen. Con esta herramienta, podrán identificar si han mejorado o empeorado las condiciones o si éstas han estancado el desarrollo de la comunidad. Además, podrán conocer las causas de las mismas. 1.7 Identificación de funciones y roles El objetivo de esta técnica es reconocer las principales funciones de los actores sociales e institucionales en la prevención de desastres; así como identificar las posibles acciones que podrían desarrollar los actores sociales e institucionales perfilando una red de alianzas interinstitucionales en relación con la prevención de desastres. Para realizarla, se requiere una sábana de papel, cuatro tarjetas tamaño A4 para cada grupo o actor social y un plumón por cada grupo o actor.

74 El capacitador escribe previamente en la sábana de papel los datos siguientes, a modo de matriz:

Después, el educador pega la matriz sobre una pared, a la vista de todos los participantes, y explica el contenido de la misma. El educador forma cuatro grupos de trabajo, uno por cada tipo de actor social, bajo los criterios siguientes: • El grupo «Municipalidad» estará integrado por las autoridades ediles del distrito o la provincia con la que se está trabajando. Deben ser considerados el alcalde, los regidores y los funcionarios municipales. • El grupo «Organismos de la población» estará integrado por los representantes de las juntas vecinales o comunales, las organizaciones funcionales (comedores populares, Vaso de leche, asociaciones de padres de familia, comités de salud, etc.). • El grupo «Instituciones privadas» estará integrado por las autoridades o representantes de las organizaciones no gubernamentales (ONG), las empresas productivas ubicadas en la localidad, las microempresarios, los pequeños empresarios, etc. • El grupo «Instituciones de gobierno» estará integrado por las autoridades y representantes del gobierno central (gobernador, teniente gobernador, la Policía Nacional, los sectores de educación y otros). El educador formulará una primera pregunta que cada grupo deberá responder: ¿cuál es la función principal que su grupo debe cumplir en la prevención de desastres en la localidad? La respuesta debe ser expresada con una frase corta y concreta. Luego, el educador formulará una segunda pregunta: ¿qué acciones concretas de prevención de desastres le pediríamos que hagan a los otros actores? Las respuestas serán escritas en las tarjetas de pedidos, lo cual debe hacerse en un promedio de diez minutos. Una vez escritas todas las tarjetas, el educador pide a cada grupo que se las entregue. Las tarjetas serán leídas una por una y pegadas en los espacios respectivos de la matriz. A la vez que se van pegando, el educador irá analizando la pertinencia de cada una, así como señalando si los grupos aludidos están de acuerdo con los pedidos y su viabilidad. Si es necesario hacer correcciones, se las hará inmediatamente.

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Una vez que se ha concluido con la presentación y el pegado de tarjetas, el educador procede a realizar el análisis de posibles alianzas o compromisos conjuntos para enfrentar la tarea de prevención de desastres de manera concertada. Recomendación: esta técnica puede ser usada como un paso previo a la definición de un plan de acción conjunto, que es la base para la formulación de un plan de prevención de desastres para una localidad. 1.8 La planificación participativa Esta técnica se erige como consecuencia previsible del diagnóstico participativo y del reconocimiento de los roles que les corresponde asumir a las diversas organizaciones e instituciones. Es, a su vez, una experiencia educativa, pues se aprende en el proceso de planificación o en talleres donde se realiza experiencias de planificación. La planificación participativa para la prevención de desastres y respuesta a emergencias se realiza generalmente mediante talleres donde se aprende a «planif icar planificando». La planificación par ticipativa debe involucrar progresivamente al mayor número de participantes; por lo cual, los talleres donde se formulan tales planes (ver esquemas en el capítulo anterior) deben producir un plan que será validado (discutido) en asambleas o reuniones más amplias. En el caso de los planes de preparación y respuesta a emergencias, los simulacros de emergencia constituyen también un instrumento de difusión y de validación; por esta razón, es sumamente necesario evaluarlos y sobre esta base, realizar las correcciones en el plan de evacuación). 2) Dinámicas Las dinámicas de grupo son básicamente técnicas para comunicarse. Son instrumentos que permiten reforzar o complementar el aprendizaje mediante la comunicación. También son muy útiles para poder recuperar la atención de los participantes de las actividades educativas. Las dinámicas grupales deben ser vivenciales, psicomotoras, lúdicas, artísticas deliberativas, socializantes y reflexivas (utilizando analogías, metáforas, parábolas) con el fin de generar una actitud de predisposición pro activa de los participantes en la capacitación. Entre las dinámicas empleadas, destacamos las siguientes: 2.1 Armando un brazalete Esta dinámica tiene como objetivo identificar los distintos aspectos y componentes de un plan de prevención o preparación. Se trata de hacer un brazalete o collar utilizando diversos materiales puestos a disposición de grupos de cinco personas.

76 El brazalete está hecho de bolitas de colores en bloques de cuatro. Los materiales incluyen cordel de pescar, tijeras, aguja punta roma, bolitas de tres tamaños diferentes y en cuatro colores; pero no debe haber suficiente material para todos. El tiempo asignado para el juego es cinco minutos. Una persona anotará el comportamiento de los participantes, lo cual será expuesto al término del ejercicio. Se verá si se tenía claro qué hacer, si se distribuyó tareas, si se aplicó los procedimientos acordados, si existió algún liderazgo, cómo se uso los recursos, si se logró obtener los productos esperados y que pasó con la comunicación. 2.2 El tren Esta dinámica tiene como objetivo valorar la importancia del trabajo en equipo y aprender a superar las dificultades que se puedan presentar en las actividades de capacitación. Se forma grupos con igual número de participantes, a quienes se les solicita tomarse de los hombros haciendo una fila, evitando separarse. Cada fila representa un tren. En un extremo del salón se coloca la meta. A las dos primeras personas de cada tren se les venda los ojos. Las demás personas de su grupo deben guiar a las vendadas para que su tren alcance la meta. Los trenes no deben chocar con obstáculos ni con otros trenes; en caso de que choquen entre sí deben comenzar de nuevo, si chocan con los obstáculos deben cumplir con lo que se estipula en dicho obstáculo (por ejemplo, «Se acabó la gasolina y debe regresar al punto de partida», o «Las llantas se pincharon y deben cantar una canción», etc.). Cuando todos los trenes lleguen a la meta, reflexiona, tomando en consideración las siguientes preguntas: 1. ¿Cómo se sintieron participando? ¿Qué emociones experimentaron tanto las personas que no veían, como las que veían? 2. ¿Por qué se logró la meta? ¿Qué factores favorecieron el logro? ¿Qué factores facilitaron el choque de algunos trenes entre sí y con los obstáculos? 3. ¿Qué aplicación tiene esta dinámica con el trabajo de organización que se realiza en su comunidad y en su trabajo diario? 4. ¿Qué debemos hacer como grupo, comité u organización para coordinar de una manera más eficiente? 2.3 Lanzar la pelotita Esta dinámica puede ayudar a analizar causas y consecuencias de un desastre ocurrido en la comunidad. Para llevarla a cabo, se requiere una pelota de papel, un papelógrafo y plumones. Una persona del grupo se pone de pie dando la espalda a los demás y lanza la pelotita de papel, mientras va enunciando algún problema de riesgo o el impacto de un desastre ocurrido. A continuación, la persona que tomó la pelotita expresa

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una causa o una consecuencia del problema y vuelve a lanzar la pelotita, mientras menciona otro aspecto. Se prosigue hasta tener todos los elementos suficientes para realizar un análisis completo. Paralelamente, un redactor escribirá los aspectos mencionados durante la dinámica. Cuando ésta concluye, se revisa las causas y consecuencias para que el grupo pueda completar los elementos o corregir algunos errores. Finalmente, se hace generalizaciones o se saca conclusiones sobre el tema. 2.4 El museo El objetivo de esta dinámica es revisar, sintetizar y presentar los aspectos trabajados en una acción educativa. Para realizarla, se necesita como materiales todos aquellos obtenidos como producto del tratamiento de uno o más temas tocados en una acción educativa (papelógrafos, afiches, dibujos, técnicas, etc.). Los coordinadores recogen ordenadamente todos los materiales trabajados por los grupos durante el taller. Con estos materiales se construye un museo con mucha creatividad y como un lugar agradable. Hay que cuidar la separación por temas, como si fuesen las salas de un museo. En la construcción del «museo» hay que tratar de seguir y respetar la lógica del proceso seguido. Cuando el museo está terminado, se hace ingresar a los participantes en grupos pequeños de cinco o seis personas, hasta que todos los participantes hayan pasado. Una vez que todos los participantes visitaron el museo, se abre una rueda de opiniones sobre lo observado, las sensaciones que experimentaron y las enseñanzas y aprendizajes que les dejó lo observado en el recorrido. 2.5 Rompecabezas del líder o educador El objetivo de esta dinámica es identificar las características de un líder o educador popular. Para realizarla, se requiere un papelógrafo, tijeras, plumones y cinta masking tape. Se dibuja en un papelógrafo una persona: mujer u hombre, campesino, minero, etc., según el sector con el que se va a trabajar. Luego se recorta la figura parte por parte: los ojos, las orejas, la nariz, la boca, los brazos, las piernas, y se entrega a cada participante una de las partes o pedazos del dibujo. Cuando cada uno tiene su parte, se forma grupos de tres o cuatro personas y cada una escribe para qué le puede servir a un educador popular la parte del cuerpo que le tocó. Una vez que cada uno ha definido el «para qué» de cada parte, se comienza a armar entre todos la figura del educador popular: primero la cabeza, luego los ojos, y así hasta llegar al pie derecho y al pie izquierdo. Cuando ya esté armada la figura del educador popular, se profundizan algunos aspectos referidos a los contenidos, tales como el lenguaje, la observación, el análisis, la movilidad, el compromiso, etc.

78 2.6 Las canciones Esta dinámica tiene como objetivo elaborar respuestas y/o alternativas a partir de un tema ya analizado. Se requiere para su realización de papelógrafos y plumones. Después de haber discutido sobre un tema determinado, el coordinador explica que habrá un concurso en el que se premiará a la canción mejor elaborada. Se elige entre los participantes a tres personas que harán de jurado calificador, luego se forma tres o cuatro grupos que, sobre la base del tema ya analizado, crean una canción. Para ello, deben agregar a la música de una canción popular una letra alusiva al tema discutido. La idea es que en la letra quede claro el tema tratado y las soluciones que se plantean para éste. Luego el coordinador dará un tiempo prudencial para que los grupos creen su canción. Cumplido el tiempo asignado, cada grupo presenta su tema de la manera más original posible. Presentados todos los concursantes, el jurado calificador da su veredicto y designa al grupo ganador. En la plenaria, se debate sobre el contenido de los temas presentados y las soluciones propuestas. 2.7 Falso o verdadero Esta dinámica puede ser útil para iniciar o reforzar algunas ideas claves para la prevención y respuesta a emergencias. Para llevarla a cabo, se necesita tarjetas de cartulina. Los coordinadores preparan tarjetas en las que escriben algunas afirmaciones sobre el tema tratado; éstas pueden ser falsas o verdaderas, por ejemplo: «Si conociéramos mejor nuestros riesgos, podríamos actuar mejor en su reducción», «Las amenazas solo son producidas por fenómenos naturales», etc. Luego se reparte todas las tarjetas entre los participantes, y cada participante lee el contenido de las tarjetas que le tocó y trata de formarse una opinión sobre el contenido. En forma ordenada, cada participante lee en voz alta el contenido de su tarjeta, opina si la considera falsa o verdadera y encierra en un círculo la letra correspondiente (F o V). A continuación, tienen 30 segundos para argumentar su consideración. La plenaria acepta o rechaza la clasificación y el argumento. Si es necesario, se abre el debate, poniendo un límite de tiempo prudencial. Se continúa de la misma manera hasta concluir con todas las tarjetas. El coordinador va anotando en un papelógrafo las consideraciones expuestas por los participantes y al final hace una síntesis de lo debatido. 2.8 Lluvia de ideas Es una de las dinámicas más difundidas en los talleres de capacitación, pero muy poco utilizada en los de prevención y preparación para emergencias. Permite aprender y construir a la vez algunos conceptos claves para la prevención, y puede ser un refuerzo inicial para el tratamiento en profundidad del tema.

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Consiste en solicitar definiciones o asociaciones en torno a temas como: amenaza, vulnerabilidad, riesgo, emergencia, participación, derechos, cultura de prevención, desarrollo, etc. Se puede escribir las ideas en tarjetas o en una pizarra para luego agruparlas e ir descartando o complementando los aportes. Al final de la dinámica, se cuenta con un concepto aprendido y construido colectivamente. Necesita de un coordinador o director de grupo muy avezado para organizar y sistematizar los diferentes aportes. 2.9 Encuentra tu pareja Su objetivo es reforzar los contenidos trabajados durante el desarrollo de una sesión de capacitación. Se necesita cartulinas de colores, masking tape y plumones. El coordinador debe escribir en cuatro cartulinas las palabras: «amenaza», «vulnerabilidad», «riesgo» y «desastre», y en las demás, los significados afines a las mismas. Cada participante deberá pegarse una en el pecho, de manera que los otros puedan leerla fácilmente. A la voz de «Encuentra tu pareja» y con sus respectivas tarjetas en el pecho, los participantes caminarán por el auditorio durante unos minutos y se agruparán en parejas según la afinidad de cada concepto. 2.10 Simulacro Su objetivo es identificar los roles que pueden tener los distintos actores durante una situación de emergencia, para motivar la reflexión sobre ello. Se la puede utilizar en los talleres de preparación para emergencias. Se trata de escenificar una situación de emergencia asumiendo determinados roles. Se forma grupos de diez personas, quienes deben preparar la escenificación de una emergencia por sismo, huayco o inundación, teniendo en cuenta a los actores claves (niños, mujeres, líderes comunitarios, autoridades locales, funcionarios del gobierno central, etc.). Los participantes, ficticiamente, tomarán decisiones que probablemente tendrán que tomar en el futuro. Se ensaya la representación hasta quedar lista para ser presentada en el plenario del taller. 2.11 Comunicando lo aprendido El objetivo de esta dinámica es transferir y colectivizar lo aprendido en un taller. Para realizarla, se necesita hojas de papel y lapiceros. Después de haber compartido y construido una nueva visión respecto de un problema antiguo y conocido por todos, como los desastres, y luego de haber intercambiado ideas, conceptos, impresiones sobre el tema, el coordinador pide a los participantes

80 que asuman el papel de periodistas o comunicadores sociales, y les señala que disponen de un medio de comunicación como un periódico, espacio radial, programa televisivo, etc., mediante el cual pueden hacer que la gente los escuche. Se le pide a cada uno de los participantes redactar un editorial en el que se conmemore un año más de la tragedia o el desastre ocurrido en la comunidad, poniendo énfasis en los daños y pérdidas sufridas, y que llame a la reflexión sobre lo hecho hasta ahora y lo que falta por hacer de acuerdo con lo debatido previamente. El editorial debe ser lo suficientemente crítico con relación a quienes deben participar, y motivador, de manera que sea a la vez una invitación a actuar dirigida al conjunto de actores sociales.

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