BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO CONFERENCIA SOBRE TRANSPARENCIA Y DESARROLLO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

TRANSPARENCIA Y CORRUPCIÓN

Enrique Zamorano

Mayo 2000 *

El presente documento fue preparado para la Conferencia sobre Transparencia y Desarrollo en América Latina y el Caribe, organizada por el Departamento Legal y la División del Estado y Sociedad Civil del Departamento de Desarrollo Sostenible. Las opiniones expresadas en éste son personales del autor y no representan necesariamente las del Banco, sus países miembros u otro organismo.

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Deseo primeramente elogiar el gran esfuerzo que el Banco Interamericano de Desarrollo ha hecho para apoyar la divulgación de la información financiera y el desarrollo de los mercados financieros en América Latina y el Caribe. A fines de septiembre de 1997, el BID convocó a destacadas personalidades del Sector Financiero y a los líderes de la profesión contable mundial y regional, para celebrar una conferencia cuyo objetivo principal era abordar la necesidad de mejorar la información financiera y promover la transparencia en el desarrollo de los mercados financieros del mundo. Permítanme decirles que el evento fue todo un éxito y contribuyó al inicio de una serie de acciones por parte del sector financiero y de la profesión contable encaminadas a lograr esa meta. En esa ocasión, Arthur Levitt, Director de la Securities and Exchange Commission (SEC) en su discurso de clausura de la Conferencia, afirmó lo siguiente: “Creo firmemente que el éxito de los mercados de capital depende directamente de la calidad de los sistemas contables y de información. Los sistemas de información que se basan en altos estándares de calidad proporcionan a los inversionistas seguridad y credibilidad en los reportes financieros, y no olvidemos, que sin la confianza del inversionista, los mercados no pueden prosperar...” Así mismo, al referirse a las normas de contabilidad, comentó: “.... Cualquier grupo de normas contables debe formarse considerando las necesidades de los inversionistas y de los mercados de capital. Esto no será un camino fácil, pero es fundamental que nos aseguremos que nuestros mercados globales se construyan sobre bases sólidas. Creo que la armonización de las normas contables será un éxito sólo si éstas proporcionan lo que los mercados requieren: información creíble basada en estados financieros transparentes...” Un mes después de este evento, o sea, a fines de octubre de 1997, James D. Wolfensohn, Presidente del Banco Mundial, en su discurso de apertura del XV Congreso Mundial de Contadores que se celebró en París, Francia, hizo especial énfasis en los retos que la profesión contable tiene que afrontar. Permítanme recordar dos de ellos:


Normas contables de uso global.




La falta de transparencia y el fenómeno de la corrupción.

Al respecto el Sr. Wolfensohn mencionó lo siguiente: “... hemos visto en el sudeste asiático que la falta de transparencia y de un libre flujo de información son ingredientes claves en las crisis financieras. ¿Qué tiene que ver todo esto con los auditores y contadores? El elemento común que une todos estos temas es la transparencia...

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Sabemos que la corrupción y las crisis financieras florecen en la oscuridad. Sabemos que la falta de transparencia pone en peligro un gobierno efectivo. Sabemos que el consenso social se construye sobre la información.” “Pero ustedes (los contadores públicos) también tienen que desempeñar su papel... Adelanten su agenda para la armonización de normas internacionales de contabilidad hacia la satisfacción de las necesidades del mercado global. En un mundo que se asemeja más y más a una gran aldea, no tiene sentido hablar en distintos idiomas. Necesitamos urgentemente un lenguaje unificado para los negocios.” En efecto, existe una vinculación muy estrecha entre los sistemas contables y de información y las inversiones y los mercados de capital. La globalización es un fenómeno evidente en el mundo de los mercados de capital. El capital irá naturalmente hacia los países y regiones de mayor estabilidad económica y transparencia contable. Una contabilidad adecuada en las empresas y entidades de todos los sectores de cualquier país es la clave para mantener la confianza o bien, reconstruirla para el futuro. Información financiera transparente, dentro de una robusta estructura de control, y una administración ordenada y sana, son una poderosa palanca para restablecer o incrementar el valor crediticio. La capacidad contable nacional es el cimiento de ésta. Las normas contables deben ser de alta calidad y dar como resultado información comparable y transparente a escala internacional. La Federación Internacional de Contadores (IFAC) y sus organismos regionales, entre ellos la Asociación Interamericana de Contabilidad (AIC), han aceptado esos retos y al efecto han tomado medidas muy importantes. Les comentaré solamente lo siguiente: En la mayoría de los países de América y del Caribe se han llevado a cabo esfuerzos de cooperación para progresar hacia una información financiera comparable a nivel global, transparente, objetiva y confiable, que sirva a los objetivos de los emisores y usuarios de la información. Con la finalidad de armonizar las normas de la profesión contable en América, las Comisiones Interamericanas de Investigación Contable, Ética y Auditoría de la AIC han venido desarrollando un plan de trabajo que consiste fundamentalmente en lo siguiente: 1.

Comparar las normas de cada uno de los países miembros de la AIC con las normas globales, para determinar las áreas de diferencia significativas.

2.

Identificar en lo posible, las razones específicas de las diferencias, tales como: diferentes culturas, entornos legales y económicos, y diferentes estructuras de mercados de capital.

3.

Hacer recomendaciones a los organismos profesionales de cada país para trabajar con ellos hacia la eliminación de las diferencias.

Es difícil describir los resultados que se han venido logrando en cada uno de los 23 países que integran la AIC en su esfuerzo para armonizar las normas contables nacionales con las normas

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globales. Sin embargo podríamos citar como ejemplo dos grupos de países que han alcanzado resultados notables: el grupo MERCOSUR y el AFTA. El primero forma el GIMCEA (Grupo de Integración Mercosur en Economía, Contabilidad y Administración) con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y la adhesión de Chile, entidad que ya cumplió cinco años de vida y que surgió por la necesidad de la armonización del ejercicio profesional de los países signatarios. Señalamos también la labor y los esfuerzos que viene realizando el grupo AFTA, integrado por Canadá, E.E.U.U. y México, del cual en la conferencia celebrada por el BID en septiembre de 1997, se informó sobre 10 áreas de diferencias significativas en normas de contabilidad. En base a los esfuerzos de cooperación entre los tres países las diferencias se han reducido, se ha logrado incrementar la calidad de las Normas de Contabilidad y la mayor comparabilidad brinda objetivos valiosos para los informes financieros a nivel internacional. La transparencia en el Sector Público es crucial, porque ella da el tono para la economía en general. El hecho de tener confianza en el Sector Público fomentará la credibilidad en el privado. Las economías emergentes son muy dependientes de los capitales extranjeros que entran en forma de inversión directa, préstamos o aportaciones de fondos de bancos de desarrollo. Los proyectos a los que se dirigen estos recursos son, en su mayoría supervisados por el Sector Público, por lo que las normas en este sector tienen un significado especial. Hoy en día los gobiernos y las entidades del sector público se rigen por una diversidad de prácticas en materia de contabilidad y auditoría y en muchos países no hay órgano que establezca las normas para el sector público. Donde existen normas, éstas se encuentran en las etapas iniciales de su desarrollo o se aplican sólo a entidades específicas del sector público. 1 Los términos de referencia del Public Sector Committee de IFAC (PSC) requieren que desarrolle programas dirigidos al mejoramiento de la administración financiera del sector público, para lo cual resulta necesario lo siguiente:


Formular normas de contabilidad y auditoría y promover su aceptación.




Desarrollar y coordinar programas que promuevan la capacitación e investigación.




Fomentar y facilitar el intercambio de información entre miembros del IFAC y otros interesados.

El Consejo de la IFAC ha facultado al PSC para emitir normas, guías, estudios y documentos ocasionales acerca de la rendición de informes financieros, contabilidad y auditoría del sector público. Con base en lo anterior, el PSC está desarrollando un proyecto multianual con el

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C.P. Carlos H. Medina Salas, Revista InterAmérica, octubre-diciembre, 1999.

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propósito de formular normas y guías de contabilidad que contribuyan a optimar la toma de decisiones, la administración financiera y la rendición de cuentas. 1 Por su parte la Governmental Accounting Standards Board de los Estados Unidos de América (GASB) creada en 1984 por la Financial Accounting Foundation (FAF) con la función de establecer las normas de contabilidad aplicables a los gobiernos estatales y municipales de E.E.U.U. Las normas de contabilidad del Gobierno Federal las determina el Federal Accounting Standards Board (FASB). Las declaraciones emitidas por estos Consejos (GASB y FASB) contienen normas o enmiendas de las emitidas con anterioridad y constituyen un acervo de temas importantes para el Sector Público. En Canadá, el Public Sector Accounting and Auditing Board (PSAAB) del Canadian Institute of Chartered Accountants (CICA) es el organismo encargado de normar la contabilidad y auditoría gubernamentales. Este país fue seleccionado por su constante liderazgo en ambas materias. Víctor Enrique Caso Lay, Contralor General de la República de Perú y Expresidente de la Comisión Interamericana del Sector Gobierno de la AIC, nos presentó un trabajo muy completo sobre las “Nuevas Tendencias en el Control de la Gestión Pública” en el cual menciona lo siguiente: “La actual concepción sobre el proceso de modernización de los Estados y la difusión de la globalización, han determinado que la auditoría gubernamental asuma mayores responsabilidades dentro de un espectro de acción más amplio y especializado, que se traduce en nuevas áreas de trabajo, considerando las implicancias de temas relevantes como: la gestión del medio ambiente, la implementación de sistemas integrados de administración financiera en el sector público, así como el convencimiento general de afrontar la lucha contra la corrupción ...” Sobre el problema de la corrupción hemos hablado en varias ocasiones, en distintos foros y desde diferentes puntos de vista. En cada país la corrupción toma diversas formas, ésta incluye el soborno, el fraude, los pagos ilícitos, el lavado de dinero y otras muchas formas de actos criminales. Frecuentemente la corrupción no involucra el dinero, pero si los favores especiales y el tráfico de influencias. Ciertamente la corrupción cubre un alto rango de posibilidades insospechadas para la generación de prácticas de corrupción, gracias al alto grado de desarrollo de los medios tecnológicos y a la apertura de la legislación, cuyos vacíos o resquicios pueden ser aprovechados indebidamente en función del interés particular, con motivaciones contrarias a los fines del Estado y de la sociedad. Frente a esta situación, la auditoría gubernamental expande su accionar hacia áreas no abordadas anteriormente, promoviendo la mayor especialización del profesional auditor, asimilando nuevas técnicas y procedimientos acordes a las nuevas realidades que se le presentan. La generación de 1

N. del A.2 En la página de Internet de la IFAC, ubicada en la dirección http://www.ifac.org StandardsAnfGuidancePublicSector.html puede consultarse la mayoría de los documentos emitidos por el PSC.

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estudios y la constitución de equipos de auditoría de corte interdisciplinario resulta necesaria para abordar estos nuevos fenómenos de corrupción. La asimilación de técnicas innovadoras en materia de gestión administrativa, de cooperación e inversión internacional, administración bancaria y financiera, transacciones internacionales, licitaciones públicas, la adopción de Códigos de Ética para funcionarios públicos, así como de una legislación común que desarrolle los postulados de las convenciones internacionales anticorrupción, son retos constantes para la auditoría gubernamental y su capacidad de adaptarse a los vertiginosos cambios que se producen en el presente milenio. En algunas conferencias sobre este tema, efectuadas en varios países de Sudamérica, tuve la oportunidad de compartir este tema con distinguidos ponentes, como Frank Harding, Presidente de IFAC y Juan Herrera, Expresidente de esa institución y de AIC. Este último decía que muchas veces olvidamos de que en casi todos los casos de corrupción en el sector público, hay uno o más corruptores del sector privado. Muchas veces el soborno ocurre, no porque el funcionario lo exige, sino porque el sector privado lo ofrece para obtener un beneficio, para pasar un contrabando, para que desaparezca un expediente...” En muchos casos, es cierto, pero no siempre. Con frecuencia el profesional se encuentra en situaciones en las que la única manera de recibir lo que le corresponde por derecho moral, es mediante un pago adicional al funcionario o empleado público. Y no siempre es posible ocurrir con éxito ante la autoridad competente para denunciar la corrupción. Si el ciudadano hace la denuncia, ésta caerá en saco roto porque las autoridades que deben controlar estos abusos van a recibir su porcentaje del soborno. Aquello es una mafia. Dadas las circunstancias el ciudadano es víctima de un robo; le quieren quitar su dinero a cambio de respetar sus derechos. La lucha contra la corrupción debe librarla la profesión institucionalizada, llevarse a todos los niveles de la sociedad. Esto requiere promover el compromiso del gobierno y la existencia de un marco jurídico, regulaciones, sistemas de control y medidas disciplinarias que proscriban actos corruptos y prescriban fuertes penas para aquellos que sean encontrados culpables. La profesión contable no puede luchar sola en esta batalla, sino como parte integral de la sociedad y del mundo de los negocios, debe estar y está para tomar su lugar en la lucha. En la Junta de Consejo Directivo de la Federación Internacional de Contadores (IFAC) celebrada en Buenos Aires, Argentina, en mayo de 1999, se aprobó la emisión de un documento trascendente, denominado “La Profesión Contable y la Lucha contra la Corrupción”. En este documento la IFAC propone a sus 142 instituciones miembros, en 103 países, entre otras recomendaciones, las siguientes:


Desarrollar programas para construir relaciones de colaboración con las autoridades legislativas, los órganos de regulación, la profesión de abogados y otros grupos interesados en fortalecer la estructura legal, reducir las prácticas corruptas, proponer soluciones basadas en un modelo legislativo e introducir regulaciones donde la acción rápida sea requerida.

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Colaborar con el gobierno para asegurar la legislación que proscriba actos corruptos y adecuar medidas para proteger a quienes los denuncien.




Poner en práctica programas educativos para los contadores públicos y el público, tendientes a crear conciencia de los efectos nocivos de la corrupción y de este modo motivar las acciones para su eliminación, a través de la publicación de artículos, seminarios, cursos de educación profesional continua y discursos por parte de los líderes de la profesión.




Alentar a las firmas de Contadores Públicos, sus clientes y gobiernos a adoptar códigos de conducta, que establezcan principios que expresamente prohiban actividades corruptas, y que implementen sistemas de control interno que ayuden a descubrir tales actividades.

Este documento termina diciendo que cada Contador Público, en lo personal, debe llevar la responsabilidad de la campaña en contra de la corrupción. Tener un sentimiento renovado de desconfianza cuando se establezcan nuevas relaciones profesionales y se revisen transacciones que parecen tener un sentido cuestionable de negocios. Las entidades y personas corruptas deben darse cuenta de que los Contadores Públicos constituyen una barrera contra la corrupción. Sobre todo, cada Contador Público debe asegurarse de que su propia conducta refleje un inquebrantable compromiso hacia la verdad y honestidad en la información financiera. Efectivamente, erradicar la corrupción no es sencillo, se trata de un problema muy complejo pero sabemos que el mejor antídoto para ese mal, es la ética; es precisamente en este mundo concreto donde la ética debe ayudar a los hombres a ser luz. La mayoría de las instituciones nacionales que agrupan a los contadores públicos, así como la Federación Internacional de Contadores (IFAC), han desarrollado una variedad de normas diseñadas para combatir la corrupción. Códigos de ética, los cuales se aplican a todos los contadores públicos tanto en la práctica independiente como en los negocios, la industria y el gobierno, les requieren seguir altos estándares de objetividad y cuidado profesional. La profesión ha establecido una práctica y una ética cuyas principales reglas, a pesar de ciertas diferencias locales o regionales, en esencia guardan gran similitud. Leyendo y meditando el código de ética de los contadores de diferentes países, uno se da cuenta que existe un gran acuerdo – no siempre consciente – un gran consensus sobre ciertos principios morales y valores de esta profesión, lo cual no quiere decir que por ello se vea libre de todo esfuerzo de armonización. Con la finalidad de ampliar las perspectivas en materia de ética de los contadores de habla hispana, el Instituto Mexicano de Contadores Públicos y la Asociación Interamericana de Contabilidad, han editado y difundido en español e inglés el “Código de Ética Profesional para Contadores Públicos”, emitido por la International Federation of Accountants (IFAC). Además han editado un libro denominado “La Ética del Contador Público (El Tercer Cantero)” para apoyar los cursos que en esta materia impartan las universidades. La AIC ha venido promoviendo en las universidades de América, que adopten la ética profesional como materia obligatoria en sus respectivos planes de estudio.

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El plan de estudios del contador público debe mantener un equilibrio entre el componente técnico y el formador de cualidades profesionales y morales, que permita a los egresados de las universidades adaptarse efectivamente a las demandas de una sociedad dinámica y cumplir con su responsabilidad social. La ética debe constituir nuestro constante punto de referencia, nuestra luz y nuestra fuerza.