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Un día ocupado David Roper
Asignación de lectura núm. 11 V. DE LA SEGUNDA PASCUA A LA TERCERA (continuación). K. Segundo recorrido de Galilea (Lc. 8.1–3). L. Acusaciones blasfemas (Mt. 12.22 –37; Mr. 3.20 –30; Lc. 11.14–23). M. Buscadores de señales (Mt. 12 .38 – 45; Lc. 11 .16 , 24–26, 29–36). N. La familia de Jesús (Mt. 12.46–50; Mr. 3.31–35; Lc. 8.19–21; 11.27–28).
INTRODUCCIÓN ¿Ha tenido usted alguna vez un día tan ocupado que ni siquiera tuvo tiempo de comer? Esta lección trata sobre un día así en la vida de Jesús. Son pocos los días en el ministerio de Cristo de los cuales se da cuenta en detalle. Uno de ellos es el martes anterior a Su muerte, al cual se le conoce como «El día de las preguntas». Otro día es el que se presenta en este estudio. Se le llama, apropiadamente, «Un día ocupado».1 Ese día llegó al final (o cerca del final) del segundo recorrido que hizo Jesús de Galilea. En la lección anterior, vimos que Cristo viajó de Capernaum a Naín (Lucas 7.1, 11) y después a otros lugares cuyo nombre no se menciona (Lucas 7.20–21, 36–37). Esto fue lo que consignó Lucas: «Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él» (Lucas 8.1).2 En el primer recorrido de Galilea, fueron solo cuatro discípulos los que viajaron con Jesús.3 En este viaje, fueron los doce los que lo acompañaron, lo cual era parte del aprendizaje de ellos. Es probable que también le acompañara la multitud que siempre lo seguía.4 Lucas informó de que ciertas mujeres, a quienes Jesús había ayudado, también andaban con Él y los apóstoles. Eran mujeres que «servían de sus bienes»
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A. T. Robertson, A Harmony of the Gospels for Students of the Life of Christ (Armonía de los evangelios para estudiantes de la vida de Cristo) (New York: Harper & Row, 1950), 61. 2 Lucas es el único que consigna este recorrido; sin embargo, tuvimos insinuaciones de él en Mateo y en Marcos, cuando estudiamos acerca de los viajes fuera de Capernaum. 3 Vea la lección «Como quien tiene autoridad» en «La vida de Cristo, núm. 3». 4 Vea la introducción de «Amor, lágrimas y perdón».
al Señor (Lucas 8.3b).5 No era raro que las mujeres judías les dieran sustento a sus maestros. En el caso de Jesús, se menciona el nombre de algunas de ellas: «María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios,6 Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana» (Lucas 8.2b, 3a). A María se le llamaba «Magdalena», porque ella era de la pequeña aldea de Magdala, que se encontraba en la ribera occidental del mar de Galilea.7 Más adelante nos volveremos a encontrar con ella (Marcos 15.47; 16.1, 9; Juan 19.25; 20.1–18). A Juana se le identifica por su marido, Chuza, que era «intendente de Herodes». La palabra que se usa para «intendente» significa «administrador, superintendente o gobernador».8 En la paráfrasis de la Living Bible se lee: «Chuza era el administrador de los negocios del rey Herodes, y estaba a cargo del palacio y de los asuntos internos». ¡El mensaje de Jesús había llegado incluso a la casa de Herodes! Más adelante nos encontraremos con Juana (Lucas 24.10).
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Si Jesús y los apóstoles no eran alimentados por los habitantes de una ciudad dada, es probable que las mujeres compraran alimentos y los prepararan. No deberíamos suponer que este sostenimiento fuera suntuoso, ya que a Jesús siempre se le presentó como el más pobre de entre los hombres (Lucas 9.48; 2a Corintios 8.9; vea Mateo 17.24–26). 6 En «Amor, lágrimas y perdón», recalcamos que no hay razón para creer que la mujer pecadora que ungió a Jesús en casa de Simón, fuera María Magdalena. María era una endemoniada que había sido sanada, no una prostituta que se hubiera convertido. 7 Vea el mapa de la página 6 de «¿Tiene Jesús cuidado de nosotros?». 8 J. W. McGarvey y Philip Y. Pendleton, The Fourfold Gospel or A Harmony of the Four Gospels (El evangelio cuádruple o Una armonía de los cuatro evangelios) (Cincinnati: Standard Publishing Co., 1914), 297.
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En ningún otro pasaje leemos acerca de Susana. J. W. McGarvey escribió que «no hay ningún otro dato acerca de Susana, habiendo sido suficiente este para inmortalizarla».9 Volviendo al recorrido de Jesús, leemos que un día «vinieron a casa. Y se agolpó de nuevo la gente» (Marcos 3.19b, 20a). Esto podría significar sencillamente que Cristo entró en la casa de algún anfitrión durante el recorrido.10 En vista de que las actividades posteriores son seguidas por las enseñanzas que Jesús dio «junto al mar» (Marcos 4.1), lo más probable es que hubiera vuelto a Capernaum al final del recorrido, y que esa «casa» fuera el lugar en que normalmente se quedaba cuando estaba en esa ciudad. Cual fuera la ciudad, reseñaremos algunos de los acontecimientos que tuvieron lugar allí en un «día ocupado». Es probable que en ese mismo día Jesús contara las parábolas que se recogen en Mateo 13, Marcos 4 y Lucas 8 (vea Mateo 12.50— 13.3). También es probable que fuera al final de ese día cuando calmó la tempestad en el mar de Galilea, y sanó a los endemoniados gadarenos (Marcos 4.33—5.19). Estudiaremos estos eventos en lecciones posteriores. Por el momento, veamos cómo comenzó el día. OCUPADO EN AYUDAR A LA GENTE (MT. 12.22–23; MR. 3.20–21; LC. 11.14) Jesús tenía la costumbre de salir temprano hacia algún lugar solitario donde pudiera orar (Marcos 1.35). Según se narra al comienzo del relato, Cristo volvía al lugar en el cual se estaba quedando, tal vez con el propósito de tener su primera comida del día. Cuando llegó, la casa estaba llena de gente ansiosa por oírlo o por ser sanada por Él (vea Marcos 2.1–2). En Marcos 3.20 se lee que «se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos [Jesús y los discípulos] ni aun podían comer pan».11 Sin alterarse por ello, Cristo comenzó a ayudarles. Se informa de un milagro especial, el triple milagro por el cual se restauró la sanidad, la vista y el habla a una persona: Jesús echó un demonio de un hombre que era ciego y que no podía hablar12 (Mateo 12.22). La gente estaba atónita y decía: 9
Ibíd. En mi ejemplar de la NASB hay una nota en «casa» que refiere al margen, en la cual se lee: «[Literalmente], a una casa». 11 Compare este pasaje con Marcos 6.31. 12 La incapacidad para hablar por lo general era señal también de una incapacidad para oír, de modo que este pudo haber sido un milagro cuádruple. 10
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«¿Será éste aquel Hijo de David?»13 (Mateo 12.23b). El agitado tren de vida que estaba llevando Jesucristo, de algún modo llegó a oídos de algunos de Sus amigos y familiares:14 «Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle;15 porque decían: Está fuera de sí» (Marcos 3.21). La mayoría está de acuerdo con el sacrificio que se haga para alcanzar alguna meta terrenal; comprenden que es necesario pasar largas horas en un trabajo secular; sin embargo, no comprenden por qué alguien estaría dispuesto a desgastarse a sí mismo por el reino de Dios. Los familiares creían que el Señor estaba «fuera de sí». Si usted se compromete seriamente a poner a Dios en primer lugar (Mateo 6.33), ¡no se sorprenda de que haya quienes le acusen de haber perdido la razón!16 OCUPADO EN RESPONDER ACUSACIONES (MT. 12.24–37; MR. 3.22–30; LC. 11.15–2317) Mientras Jesús estaba enseñando y sanando, los fariseos y los escribas (Mateo 12.24; Marcos 3.22) estaban presentes como de costumbre. Algunos habían venido incluso «de Jerusalén» (Marcos 3.22a) para hostigarlo. El hecho de que la gente reconoció que él podría ser «el Hijo de David» (Mateo 12.23) aparentemente intensificó el odio de ellos. No esperaron mucho para lanzar un nuevo ataque. Como no podían negar que Cristo estaba haciendo milagros, lo acusaron de estar aliado con Satanás.18 «… decían que tenía a Beelzebú,19 y que por el príncipe de los demonios 13 La forma de la oración en el original indica un prudente reconocimiento de que Jesús podría ser en efecto «el Hijo de David» (esto es, el Mesías). 14 La expresión griega que se traduce por «los suyos», significa literalmente «los que estaban con él». Estos tenían alguna relación con Jesús. En la KJV se lee: «sus amigos». En la NIV se lee: «su familia». 15 En el Nuevo Testamento, la palabra griega que se traduce por «prenderle», es usada a veces para hacer referencia a arrestar a alguien (Mateo 14.3; Hechos 24.6). La palabra indica que tenían pensado llevárselo a la fuerza, estuviera Él de acuerdo o no. 16 Tenemos muchos términos coloquiales para referirnos a personas que no funcionan bien mentalmente. Puede que usted desee usar alguno que sea comprensible donde usted vive. 17 Puede que la versión de Lucas de las blasfemas acusaciones, haya ocurrido en lugar y momento diferentes, pero es tan parecida que se puede estudiar con provecho junto con las versiones de Mateo y de Marcos. 18 Vea un estudio detallado de este suceso en «Jesús y el pecado imperdonable», en «Conozca al Maestro, 1», La Verdad para Hoy. 19 «Beelzebú» (o Beezebub, o Baal-zebub) era el nombre de un dios pagano (2a Reyes 1.2). El nombre significa literalmente «el señor de las moscas». En este contexto, el nombre se usa para referirse a Satanás (Marcos 3.22–23).
echaba fuera los demonios»20 (Marcos 3.22b). Jesús respondió a las acusaciones con tres argumentos.21 En primer lugar, dijo que la acusación de ellos era ilógica: «Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?» (Mateo 12.25– 26). En segundo lugar, dijo que la acusación de ellos era inconsecuente: Creían que sus propios «hijos» (esto es, los discípulos de ellos) podían echar fuera demonios (Mateo 12.27), pero no creían que fuera por el poder de Satanás que sus seguidores exorcizaban demonios. 22 Toda acusación que dirigieran contra Cristo también podía y debía haberse dirigido contra sus propios compatriotas.23 En tercer lugar, dijo que la acusación de ellos era imposible: Para saquear la casa de un hombre fuerte [esto es, Satanás], sería necesario atarlo primero (Mateo 12.29).24 Al echar fuera demonios, Jesús estaba derrotando a Satanás, no incitándolo. Jesús pasó después de la defensiva a la ofensiva, diciendo: «Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu [Santo] no les será perdonada» (Mateo 12.31). La palabra «blasfemia» significa «hablar en contra de». Los escribas y los fariseos eran culpables de blasfemar contra el Espíritu Santo porque estaban atribuyendo la obra del Espíritu (Mateo 12.28) a Satanás. Cristo dijo que «al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado» (Mateo 12.32). Entienda usted que no fue por un error involuntario al hablar, que Jesús censuró a Sus enemigos. Más bien, fue por la obstinada dureza de su corazón, que los censuró. Recalcó que «de la abundancia del corazón habla la boca» (Mateo 12.34b; énfasis nuestro). Se deterioraron tanto en sus pensamientos, que «a lo malo [decían] bueno, y a lo bueno malo» (Isaías 5.20). ¿Cómo llegaron a tan 20 En la KJV se lee «diablos», pero diablo solo hay uno. En el texto original se lee: «demonios». 21 Marcos les llama «parábolas» a estos argumentos (Marcos 3.23). Nos referiremos a las parábolas en «La vida de Cristo, núm. 5». 22 Esto está implícito. 23 El argumento de Jesús no necesariamente prueba que Él creyera que estos judíos echaban fuera demonios. Había una gran diferencia entre los ritos supersticiosos de los exorcistas judíos, y la forma como Jesús echaba fuera demonios «con una palabra». 24 En cuanto a «atar» al diablo, vea «Satanás es atado», en la edición «Apocalipsis, núm. 9», de La Verdad para Hoy.
deplorable situación los escribas y los fariseos? El corazón de ellos se endureció como la roca porque constante y sistemáticamente rehusaron considerar las pruebas dadas por el Espíritu en el sentido de que Jesús era el Mesías (Juan 12.40). Hay personas que a veces se preguntan si habrán cometido «el pecado contra el Espíritu Santo».25 Un antiguo y sabio predicador decía: «Si usted está preocupado por haberlo cometido, entonces no lo ha cometido». Quiso decir que tal preocupación es prueba de que su corazón no se ha endurecido de modo irreversible. En realidad, en vista de que Jesús no anda sobre la tierra, haciendo milagros por el poder del Espíritu, usted y yo no podemos ser culpables del mismo pecado que los fariseos cometieron. Sin embargo, podemos ser culpables de un pecado parecido: Podemos dejar que el corazón se nos endurezca tanto que llegue a ser imposible que seamos «otra vez renovados para arrepentimiento» (Hebreos 6.6; vea vers.os 4– 6). ¡Que Dios nos ayude a mantener enternecido nuestro corazón! (2o Reyes 22.19.) OCUPADO EN CORREGIR CONCEPTOS ERRÓNEOS (MT. 12.38–45; LC. 11.16, 24–26, 29–36) Como no pudieron encontrar falta en la lógica y la mordacidad de la reprensión de Jesús, los enemigos de Este probaron otra estrategia: «Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro,26 deseamos ver de ti señal» (Mateo 12.38). Contemple usted la osadía de esta petición. Al haberle seguido los pasos a Cristo, ellos habían visto un milagro tras otro. Ese mismo día vieron que se hizo un milagro triple. ¿Qué más deseaban? Lucas dijo que era «señal del cielo» lo que le pedían (Lucas 11.16; énfasis nuestro). Tal vez estaban desafiando a Jesús a que produjera un portento venido del cielo, como el fuego de Elías que vino del cielo (1o Reyes 18.36– 38; 2o Reyes 1.10). Cristo no hacía «milagros a petición» (Mateo 4.3–4; Lucas 23.8–9). Jamás se rebajó a hacer milagros que sirvieran de banal exhibición («de espectáculo»). Además, sabía que ningún milagro, ya fuera del cielo, de la tierra o de debajo de la tierra, convencería a estos críticos de corazón endurecido. Respondió, diciendo:
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Vea un estudio detallado de este pecado en «Jesús y el pecado imperdonable», en «Conozca al Maestro, 1», La Verdad para Hoy. 26 Había hipocresía implícita en el uso de este honroso título para referirse a Jesús.
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La generación mala y adúltera demanda señal;27 pero señal no le será dada,28 sino la señal del profeta29 Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez30 tres días y tres noches,31 así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches (Mateo 12.39–40).
Esta fue una referencia velada a la resurrección de Jesús: Él resucitaría al tercer día de Su muerte y sepultura (Mateo 16.21; 17.23; 20.19). Los enemigos de Cristo no entendieron Sus palabras; y tampoco las entendieron Sus discípulos. (Esto se dijo antes que Jesús anunciara a Sus apóstoles Su inminente muerte.) Sin embargo, la resurrección sería, y es, la más grande «señal» de que Cristo es el Hijo de Dios (Romanos 1.4). Jesús pasó después a resumir la reprensión de los escribas y fariseos (y de los que habían sido influenciados por ellos). Dijo que la impía Nínive no había sido tan obstinada como ellos, y que la reina de Sabá («la reina del Sur») había tenido mayor amplitud de mente (Mateo 12.41–42; Lucas 11.31–32). Combinó dos de Sus figuras retóricas favoritas para enseñar que si Sus críticos ensanchaban su corazón, la vida de ellos se llenaría de «luz» (Lucas 11.33–36). Una de las más llamativas ilustraciones de Cristo contaba acerca del demonio que salió de un hombre, y que después volvió con siete demonios peores que él (Mateo 12.43–45; Lucas 11.24–26). Esta pequeña parábola puede aplicarse de modo general; sin embargo, en el contexto, se refería a los dirigentes espirituales de los judíos. Después del cautiverio en Babilonia, ellos tuvieron que echar el «demonio» de la idolatría; sin embargo, no sustituyeron este «demonio», por una sólida fe en Dios y la obediencia a Su voluntad. Como resultado de esto, en ellos moraban ahora «siete demonios» peores que el anterior: «demonios» tales como la ignorancia, el prejuicio, la santurronería,
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Vea 1era Corintios 1.22. En vista de que Jesús siguió haciendo señales (milagros), esto debe de significar que no se darían señales adicionales (que no fueran los milagros que se hacían), excepto la señal de Jonás (esto es, la resurrección). 29 Vea Mateo 16.4. 30 En la KJV se lee «ballena», pero en el texto griego se lee «monstruo marino». En la NKJV se lee «gran pez», que es lo que se lee en el relato antiguotestamentario (Jonás 1.17). Hay quienes afirman que el relato de Jonás y del gran pez fue simplemente otro «cuento de hadas»; sin embargo, ¡Jesús dijo que en realidad sucedió! 31 La frase «tres días y tres noches» inquieta a algunos, porque, que sepamos, Jesús pasó todo un día, parte de dos días, y dos noches en el sepulcro. La respuesta básica es que los judíos contaban parte de un día como todo un día. 28
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la hipocresía, la incredulidad, la rebeldía y los valores equivocados.32 OCUPADO EN ENTABLAR NUEVAS RELACIONES (MT. 12.46–50; MR. 3.31–35; LC. 8.19–21; 11.27–2833) Al hablar Jesús de forma tan convincente, una mujer de entre la multitud clamó, diciendo: «Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste» (Lucas 11.27b). Este es el único cumplimiento registrado del anuncio de María (Lucas 1.48). Cristo respondió: «Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan» (Lucas 11.28).34 No era que Jesús menospreciara a Su madre, a quien amaba;35 sino que estaba recalcando que era más importante ser un hijo de Dios obediente que ser la madre de Cristo. ¡Qué emocionante debe ser esto para todos nosotros! Solamente había una persona que podía ser la madre natural del Señor, pero todos nosotros podemos ser Sus discípulos. Esta importante verdad fue recalcada poco tiempo después. Al continuar dando Cristo la enseñanza a las multitudes (Mateo 12.46), vinieron «sus hermanos y su madre»36 (Marcos 3.31a). Como no pudieron llegar hasta Él por la multitud,37 le enviaron a decir que deseaban verlo (3.31b, 32). No sabemos con certeza por qué estaban buscando a Jesús. Marcos 3.21 y 3.31 parecen acoplarse bien; tal vez la familia había venido para llevárselo a un
32 No estoy diciendo que los demonios no eran (o no son) seres reales espirituales. Lo que estoy haciendo es tratar de mostrar en pocas palabras el paralelo de esta parábola: el paralelo entre un hombre lleno de demonios y los dirigentes judíos que estaban llenos de pecado. Estos dirigentes no estaban necesariamente poseídos por demonios, pero definitivamente habían sido influenciados por el diablo y sus demonios. 33 El relato acerca de la familia de Jesús se incluye en Lucas 8, donde ilustra la necesidad de oír y obedecer. En el lugar donde Mateo y Marcos ubican el relato, Lucas incluye el episodio de la mujer que decía que la madre de Cristo era «bienaventurada» (Lucas 11.27–28). En vista de que todos estos episodios enseñan básicamente la misma lección, los he puesto en un solo grupo. 34 Las palabras de Jesús en este versículo, y en Mateo 12.48–50, constituyen una fuerte condenación contra el erróneo culto a María. 35 Esto es lo que se desprende del hecho de que una de las últimas inquietudes que tuvo antes de morir fue por Su madre (Juan 19.26–27). 36 En manuscritos más recientes se añade «y sus hermanas»; sin embargo, manuscritos más antiguos carecen de esta adición. Según Mateo 13.55–56, Jesús tenía cuatro hermanos y por lo menos dos hermanas. 37 Compare este pasaje con Marcos 2.2, 4.
reposo forzado.38 Cual fuera la razón, lo cierto es que las palabras «Tu madre y tus hermanos […] te buscan» (Marcos 3.32), constituían una interrupción de la presentación de Jesús. El siempre Maestro de maestros, Cristo, convirtió la interrupción en una oportunidad para la enseñanza, al preguntar: «¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?» (Mateo 12.48). Señalando a Sus discípulos que estaban sentados cerca de Él, dijo: «He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre» (Mateo 12.49b, 50). Lucas expresó la declaración de Jesús con estas palabras: «Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen» (Lucas 8.21). No era que Cristo estuviera menospreciando los lazos familiares. Las responsabilidades familiares eran de suma importancia para Él (Mateo 15.4–6; Juan 19.26–27; vea 1era Timoteo 5.8). No obstante, Él estaba recalcando una vez más que los lazos espirituales que nos unen con Él y con Su Padre constituyen una relación superior y mayor que la que tenemos con nuestra familia natural. Es maravilloso saber que si «[oímos] la palabra de Dios, y la [hacemos]» (Lucas 8.21; vea Mateo 7.21– 27), ¡podemos tener una relación con Jesús, la cual es más estrecha que la que Él tuvo con Su madre y con Sus hermanos naturales!39 Estas fueron palabras alentadoras para los discípulos de Cristo (como lo son para nosotros), pero véalas también en el contexto de este día cuando el Señor había sido atacado tan implacablemente. Él necesitaba aglutinar a Su alrededor a un grupo de discípulos dedicados que le servirían de simiente para la iglesia, cuando Él estuviese ausente. Era imperativo que se establecieran estas nuevas relaciones, relaciones que fueran duraderas. CONCLUSIÓN Faltaba mucho para que terminara el día. Eran muchas enseñanzas, y muchos importantes milagros, los que aún debían hacerse.40 Si yo hubiera sido Jesús, ya hubiera estado cansado. (No hay nada que me deje más exhausto que el conflicto, la confrontación y la controversia.) No obstante, nuestro estudio del resto del día tendrá que esperar a ser tratado en lecciones posteriores. Es hora de 38 Vea un comentario adicional sobre esto en el sermón que sigue. 39 Este análisis se ampliará en «Nuestras dos familias». 40 Repase la introducción de esta lección en la página 38.
cerrar el telón sobre este período tan ocupado de veinticuatro horas. Se han incrustado lecciones prácticas por toda la extensión de los textos que hemos usado de base.41 La esencia de lo que hemos estudiado, sin embargo, se encuentra en Mateo 12.30, donde Jesús dijo: «El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama». O tomamos partido con Cristo, o no lo tomamos. No podemos permanecer neutrales. ¿Con quién tomo partido yo? ¿Con quién lo toma usted? NOTAS En lugar de llamarle a esta lección «Un día ocupado», podría darle usted un título irónico como «Uno más de tantos días», para recalcar que probablemente la mayoría de los días de Jesús eran tan ajetreados como este día ocupado. Hay varios segmentos de las lecturas asignadas, que se prestan para elaborar sermones a partir de ellos: Prédica basada en Mateo 12.22–37 Warren Wiersbe dividió el relato que hizo Mateo de esto, como sigue: I. La acusación (Mateo 12.22–24) II. La defensa (Mateo 12.25–30) III. La reprensión (Mateo 12.31–37).42 Prédica sobre Mateo 12.46–50; Marcos 3.31–35 Usted podría predicar un sermón sobre el deseo de la familia de Jesús de ver a Este. Tal sermón es el que sigue a esta lección. Prédica sobre Lucas 11; 12 El relato acerca del hombre en quien acabaron morando siete demonios podría servir de base para un sermón sobre «La tragedia de una vida vacía». (Un libro de presentaciones humorísticas sirvió de título para una lección sobre esta parábola: «¿Está su vida embrujada?».43) Proponga otras cosas con las cuales los oyentes pueden llenar su vida: 1. Llénela con la Palabra de Dios (Lucas 11.27– 28); no rechace la Palabra de Dios (Lucas 11.29–32). 2. Llénela con luz (Lucas 11.33–36). 41 Será aconsejable que repase algunas de estas (tal como Mateo 12.33–37, que nos censura a todos). 42 Warren W. Wiersbe, The Bible Exposition Commentary, vol. 1 (Wheaton, Ill.: Victor Books, 1989), 42–43. 43 James Whitcomb Brougher, Sr., Life and Laughter (La vida y la risa) (Chicago: Judson Press, 1950), 125–42.
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3. Llénela con sinceridad (Lucas 11.37—12.3). 4. Llénela con confianza (Lucas 12.4–12). No tema a sus enemigos. Dios está con usted, por lo tanto hable valientemente por Cristo. Otros textos Hay textos individuales que también podrían servir de plataforma para sermones. Los comentarios sobre las mujeres que ayudaban a Jesús y a los discípulos (Lucas 8.2–3) podrían servir de base para un sermón sobre las muchas maneras como las mujeres pueden servir al Señor. Hay quienes creen que las prohibiciones escriturarias que se imponen sobre las mujeres, 44 significan que es poco lo que ellas pueden hacer, pero nada más lejos de la verdad. Otro texto individual, Marcos 3.21, podría servir de texto para un sermón sobre «El Cristo incomprendido». Este podría comenzar con las maneras como a Él se le malentendió mientras anduvo sobre la tierra (ejemplos: Mateo 11.19; 16.14; Marcos 8.32–33; Lucas 2.50; Juan 10.20, 33). Podría seguir con maneras como se le malentiende hoy día (ideas en el sentido de que «no es más que un buen hombre» o «un buen maestro», pero que no es el Hijo de Dios). Podrían incluirse maneras como se malentiende Su cuerpo (Su iglesia; Efesios 1.22–23). 44
Hay varias lecciones útiles, entre las que se incluyen «Mujeres del Nuevo Testamento» de Owen Olbricht, y «El papel de la mujer dentro de la iglesia» de Ed Sanders, que aparecen en la edición «La mujer cristiana» de La Verdad para Hoy.
La señal de Jonás Siempre vale la pena predicar sobre la resurrección. Se podría presentar un sermón así sobre «La señal de Jonás» (Mateo 12.38–41; Lucas 11.16, 29–30, 32), sermón que podría dividirse como sigue: I. Un interesante relato. (Explique los textos. Vea la lección «Un día ocupado», y el artículo «Tres días y tres noches».) II. Un irrefutable hecho. Hay quienes niegan la autenticidad del relato de Jonás, pero Jesús confirmó que realmente sucedió. Hay quienes niegan la resurrección, pero pueden darse pruebas. III. Una impresionante señal. La liberación de Jonás fue señal de que él era profeta de Dios. La resurrección de Jesús es señal de que Él es el Hijo de Dios; señal de que «fue declarado Hijo de Dios con poder […] por la resurrección de entre los muertos» (Romanos 1.4). IV. Una inevitable conclusión. Mateo 12.41 dice: «Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar» (vea Lucas 11.32). Si rechazamos «la señal de Jonás» (la resurrección de Cristo), seremos condenados.
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Mateo 12.48–49 — «?Quién es mi madre. . . ?» «… a las palabras que dice Cristo [en Mateo 12.48–49] no se les puede considerar otra cosa que la reprensión profética más severa de que serían objeto toda mariolatría, todas las oraciones en que se pide la intercesión de la virgen, y aún más, todas las extrañas doctrinas acerca de su impecabilidad […] hasta la lasciva secuencia en el dogma de la “Inmaculada Concepción”». The Life and Times of Jesus the Messiah Vida y tiempos de Jesús el Mesías Alfred Edersheim «Algunas personas dirán que María tuvo influencia sobre Jesucristo, y que todavía la tiene. [Mateo 12.48–49] es una clara respuesta a tal idea. Donde sea que busque usted en las Escrituras, jamás encontrará 6
un solo evento en el que María aparezca persuadiendo a Jesús para que hiciera algo diferente de lo que Él quiso hacer». Plain Talk on Mathew Hablemos claro sobre Mateo Manford George Gutzke Jesús «echa por tierra la idea de la sumisión de Él a Su madre. A todos los que ahora invocan a la “Madre de Dios”, la manera blasfema como se acostumbra llamar a María, Jesús les pregunta, como a los judíos, diciéndoles: «¿Quién es mi madre?». The Fourfold Gospel El evangelio cuádruple J. W. McGarvey
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