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Un Programa de Desarrollo Industrial Sustentable Nuestra Visión compartida es que la “competitividad” industrial no acaba en que las empresas crezcan, sino que es un proceso continuo de crecimiento ecoeficiente y de aprovechamiento colectivo. Antecedentes: Durante la reciente década del 90, la industria argentina afrontó un complejo proceso de transformación, tanto a nivel macroeconómico como sectorial, inducido por el entorno político y económico imperante. En ese sentido, el set de reformas estructurales se centra en el plan de Convertibilidad dio lugar a un nuevo “ambiente” de fuerte sometimiento de la industria a los estímulos de mercado nacional e internacional, generando las condiciones de un fuerte deterioro del aparato productivo. Ese ambiente se configuró bajo un marco de nivel de actividad inestable y sujeto a grandes oscilaciones, precios relativos que castigaron a los sectores más tradicionales y expuestos a la competencia externa de la industria (textil, metalmecánica, calzado y marroquinería, bienes durables, etc.) y fundamentalmente de inexistencia o debilidad de instrumentos de apoyo a la reconversión de sectores con dificultades para operar en el marco de una economía abierta. En el nivel microeconómico las respuestas fueron diversas. Por un lado, un vasto conjunto de firmas no tuvo capacidad, medios y/o recursos para adaptarse a las nuevas reglas del juego y, posteriormente tampoco a la crisis. Ese fenómeno derivó en una alta tasa de mortandad de empresas, en especial en el universo Pyme y regional, afectando en algunos casos a empresas y/o complejos productivos de larga tradición en el país. Las transformaciones microeconómicas y sectoriales que afloraron como respuesta al modelo de esa década, configuró una estructura industrial dual y poco integrada, con eslabonamientos débiles en lo concerniente a la integración del aparato productivo y la creación del empleo. Ese fenómeno provocó serios daños e incluso, la desaparición de numerosos eslabones de las cadenas productivas, especialmente los periféricos a las grandes empresas nacionales y transnacionales. La recuperación de la economía que operó en nuestro país desde 2003 en adelante y la reconstrucción de un entramado institucional, se vio reflejada en un notorio crecimiento del producto industrial en promedio del 47% entre el 2003-2006 y del empleo industrial en un 23% en igual período, y en función de los datos disponibles puede afirmarse, que se expandió prácticamente a la totalidad de los sectores industriales y buena parte de las empresas productoras de bienes transables que han
sobrevivido a la crisis hoy disponen de un importante acervo productivo y comercial, fruto de inversiones y mejoras realizadas en el período reciente. A su vez el salto exportador que inició el país, sobre la base de los cambios operados en la política económica desde el derrumbe de la convertibilidad, se apoya en aumentos en las cantidades, expansión de los mercados y una mejora en la composición de las manufacturas. La consolidación del proceso se verifica en un contexto macroeconómico nuevo que presenta rasgos distintivos frente a períodos anteriores, dados no solo por un sistema de precios relativos favorable a las actividades transables sino además, por la ausencia de las brechas fiscal y externa que tradicionalmente afectaron a la Argentina, y en el crecimiento sostenido del coeficiente Inversión/PBI que continúa aumentando en 2006. Inversión Bruta Interna
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Mill. de pesos, a precios de 1993. Serie desestacionalizada.
+11%
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0,000
0,000
-59%
+173%
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0,000
I.98 0,000
I.9 8
II.06
I.02
III
I.9 9
III
I.0 0
III
I.0 1
III
I.0 2
III
I.0 3
III
I.0 4
I.0 5
III
III
I.0 6
Fuente: CEP en base a INDEC
La importancia de la inversión en la recuperación a nivel agregado 16%
2003
2004
2005
1º Sem 2006
0%
-4%
2005
-1.9%
1º sem. 2006
-0.2%
2004
-2.1%
2003
-1.6%
2002
3.7%
2001
4.0%
2000
4.3%
10%
Expo Netas
1993
0%
4.9%
IBIF
1999
4%
1998
6.3%
1997
5.6%
15.1% 14.2% 12.0%
Consumo
6.7%
21.9% 21.5% 19.2%
19.9% 19.9% 19.4% 20% 19.1% 18.1% 18.0% 17.9% 16.2%
Var. % PBI 8.3%
1996
6.6%
Var. % PBI 9,2%
1995
8%
Var. % PBI 9,0%
1994
12%
Var. % PBI 8.8%
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Desde fines del 2002 la recuperación económica viene siendo motorizada por un aumento de la Absorción Doméstica (Consumo e Inversión).
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En este contexto de “tracción” del mercado interno, las estadísticas de las Cuentas Nacionales muestran que a pesar de las diferencias de “peso” entre la Inversión y el Consumo Privado (la primera representa cerca de la tercera parte de la segunda, medidas a precios constantes), ambas variables han venido alentando casi por partes iguales el repunte del producto.
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En el primer semestre de 2006, la IBIF representó un 21,9% del PBI (medida a precios corrientes) superando el ratio de los últimos 15 años. Para todo el año 2005, la participación ascendió al 21,5%, luego de haber representado sólo el 12% del producto en 2002.
Relación IBIF/PBI por país 1º Semestre 2006, a precios corrientes 25% 22.2%
21.9%
21.6% 20.1%
20%
19.3%
19.0%
18.5%
15%
12.9%
10%
5%
0% Brasil
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Argentina
Colombia
Chile
México
Venezuela
Perú*
Uruguay*
Con esta recuperación, la tasa de inversión de nuestro país se ubica en niveles similares a los del resto de las economías de la región.
Pero aun se está lejos de superar las deficiencias señaladas: en efecto las ramas industriales de mejor desempeño relativo son las productoras de bienes finales de consumo, y ligadas sobre todo al ciclo interno de a economía: textiles, electrodomésticos, vehículos automotores, y de bienes de capital ligadas al ciclo agrícola. La cuestión de la Innovación: Es natural la búsqueda de las empresas y los países de obtener mayores participaciones en el mercado. La manera más original de lograrlo es a través de ofrecer productos diferentes que sean valorados por el consumidor global. Los productos y servicios entonces deben incorporar novedades permanentemente, y eso solo se alcanza innovando. La innovación además de dificultar la imitación de los productos, permite competir con países con estructura de costos salarial más bajo o con mejor estructura de capital disponible. En nuestro país es necesario favorecer una cultura de la incorporación del conocimiento y de la tecnología, en la producción del sector privado. Entendemos que el rol del Estado es central en el proceso de reindustrialización. Es que generando políticas activas de promoción sectoriales y brindando certidumbre en las negociaciones internacionales, se favorece un clima propicio para la reaparición y crecimiento de empresariado nacional, que con tasas de ahorro interno del 25 % del Producto Nacional Bruto, puede generar un proceso de inversiones, donde el capital extranjero tiene un papel importante aunque complementario. El actual proceso expansivo de la inversión viene siendo financiado exclusivamente con ahorro interno, lo que representa un cambio significativo respecto a la experiencia de los primeros noventa, cuando el ahorro externo representaba una fuente importante.
Fuentes de Financiamiento de la inversión En % del PBI medido a precios de 1993 25% 20% 15% En % de 10% l P BI 5%
Ahorro Externo Ahorro Nacional Bruto Inversión Bruta Interna Total
0% -5% -10% 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
Fuente: CEP en base a Indec
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A diferencia de lo ocurrido durante la década del ´90, la presente recuperación de la inversión fue financiada con ahorro interno, dado que el ahorro externo (el ingreso neto de capitales) hasta el momento resultó negativo.
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Adicionalmente, el sector público contribuyó positivamente al ahorro doméstico, tras verificar sucesivos déficits durante los noventa.
La industria argentina necesita incorporar lo mejor de las experiencias internacionales, y nuestro gran desafío es convocar a través de la Secretaría de Industria al universo del empresariado local y ser facilitador y nexo permanente con esa experiencia internacional, donde la cultura de la innovación y el desarrollo de conocimiento aplicado, son los determinantes de la competitividad. La competitividad industrial que perseguimos está alejada de la obtención de ventajas económicas o acumulación de rentas sectoriales enmarcadas solo en e! contexto internacional más favorable. Lejos de ello, pretendemos aprovecharlo, aunque concebimos a la competitividad sistemáticamente. Desde el año 2003 se han implementado Foros de Competitividad con 9 sectores de la producción para recabar del sector productivo las necesidades del mismo, y para diseñar juntos Estado y Sector de la Producción las herramientas que posibilitaran una mejor performance de impacto productivo. Ese fue un trabajo mancomunado del Estado, del sector del empresariado, las organizaciones del tercer sector y centros de investigación que si además lo enmarcamos en un proceso de valorización de la cultura social de las regiones, interactuarán para generar el proceso competitivo necesario, y que para ser contínuo pondrá acento en la innovación de la sociedad en que se desenvuelva. Nuestro rol es incentivar esa sinergia, en pos de un crecimiento industrial competitivo. Finalmente, desde la Secretaría de Industria de Argentina, estamos impulsando que en nuestro “ámbito regional natural” que es el Mercosur, donde ya se ha dado buena parte de la instrumentación de la integración entre Estados, ahora se incorporen
“acuerdos de integración productivos” que permitan la integración de “cadenas de valor regionales”, para que este mercado integrado sea un elemento de sinergia del crecimiento que beneficie a los puebles de nuestros países.
La cuestión del Desarrollo y el Ambiente: Pero hay una cuestión central en el desarrollo industrial actual, y es el problema del Medio Ambiente. Lamentablemente, el “Cambio Climático” es un hecho con el que debemos convivir y por tanto, debemos concentrarnos en mitigar sus efectos negativos. El crecimiento de la temperatura media es un hecho demostrado y ello vendrá acompañado de otros efectos climáticos, incluyendo el aumento de los niveles oceánicos, cambios en los patrones de lluvias y nevadas y cambios en la frecuencia e intensidad de eventos extremos. Esto traerá indudables consecuencias sobre la salud de los seres humanos, la propiedad, la productividad y el medio ambiente. Estas desastrosas consecuencias adversas del cambio climático recaerán en forma desproporcionada en los Países en Desarrollo y en los pobres también. Por lo tanto hoy es un problema de seguridad nacional, y Regional, no sólo del Medio Ambiente. Desde la Secretada de Industria ya hemos ampliado nuestros horizontes de trabajo incorporando todos los aspectos vinculados con las actividades industriales cuyas acciones contribuyan a disminuir las Substancias que Agotan la Capa de Ozono”, y los “Gases de Efecto Invernadero” y por lo tanto contribuir a atenuar los efectos de “Cambio Climático”. Estamos convencidos que para lograr un desarrollo industrial sustentable compatible con un medio ambiente sano es necesario un trabajo integrado de todas las áreas del Estado involucradas con la producción y el medio ambiente, incluyendo en ello a las organizaciones del tercer sector, los organismos financieros nacionales e internacionales, como así también a los institutos de desarrollo de tecnologías. La Secretaría de Industria ya ha celebrado un convenio Marco con la Secretaria de Medio Ambiente, y especialmente la ONUDI debe ser un referente por su capacidad técnica y experiencia internacional con el que tenemos planeado trabajar mancomunadamente. Todo lo señalado nos da el marco de experiencia necesaria para formular nuestro Programa de Desarrollo Sustentable que aún, en etapa de pre-inversión, enmarca nuestra política industrial, y apunta a: Estimular la Competitividad Industrial de las Pymes. Contribuir a la Sustentabilidad Ambiental de los Procesos. Apoyar el Desarrollo Industrial Territorial. Argentina está aprovechando nuestras ventajas naturales de recursos y de conocimiento adquirido. Facilitando la integración de toda la cadena de valor, y
optimizando nuestras ventajas locales, se debe acentuar la educación continua del recurso humano, la capacidad real de asociatividad y la valorización de lo local, para incorporar estrategias de especialización y diferenciación productiva, que permita el aumento del valor agregado y una mejor distribución social del crecimiento. Por todo eso entendemos que la variable clave de nuestro modelo industrial es la mejora de la “competitividad”, y es en esta línea que se inscribe el programa. Propuesta de una Agenda Pública para un Desarrollo Sustentable: Visualizamos que en el mundo los actores públicos, organizaciones ambientales y empresariales están fijando “cuatro puntos centrales” en los que desde Argentina, pensamos podemos centrar nuestro accionar para hacer que los mercados también colaboren para las “energías limpias” y “la protección del clima”, ellos son: Financiamiento innovativo: desarrollando nuevos mecanismos de financiamiento para acelerar el despliegue de las tecnologías existentes ambientalmente amigables en los ámbitos públicos y privados; Desarrollo tecnológico: promoviendo la introducción de nuevas tecnologías ambientalmente amigables a través de mecanismos de soporte público/privado que provea financiamiento adicional para hacer competitivas estas tecnologías; Buena gobernancia: integrando y motivando reformas políticas que logren superar las barreras del mercado al despliegue de tecnologías de energías limpias; y Mercado de carbono: ligando como un elemento de financiamiento adicional, el mercado del carbono a las estrategias de “financiamiento de la energía” y a “las reformas de regulaciones publicas” Así de esta manera ponemos nuestro accionar encaminado en la senda de facilitar un desarrollo económico ambientalmente sustentable que sabemos sin duda colaborará en elevar la calidad de vida de los argentinos en la que el Gobierno Argentino está comprometido. Buenos Aires 10 de noviembre de 2006