UNIVERSIDAD DE ORIENTE Facultad de Construcciones
LA CONCEPTUALIZACIÓN DEL PROYECTO DE ARQUITECTURA, UN EJERCICIO DE REFLEXIÓN Y SISTEMATIZACIÓN Silvia Cruz Baranda∗ RESUMEN La presente ponencia pretende conceptualizar sobre la conceptualización de los proyectos de arquitectura. No es un juego de palabras, es la pretensión de poner en orden algunas ideas acerca de la importancia que tiene para los arquitectos el dominio de aspectos lógicos y metodológicos que favorecen la riqueza intelectual del proyecto. Se relacionan los procesos de construcción de conceptos y argumentos con la sistematización como complejo proceso cognitivo que confiere a la actividad racional posibilidades para explicar, fundamentar, enjuiciar y valorar críticamente las soluciones de un proyecto. Palabras clave: Conceptualizacion, proyecto arquitectónico, metodología.
∗
Doctora. Arquitecta. Profesora del Departamento de Arquitectura de la Facultad de Construcciones, Universidad de Oriente. Email:
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INTRODUCCIÓN En los últimos tiempos se ha hecho muy frecuente entre estudiantes y profesionales de la arquitectura el término conceptualizar. En principio, esto resulta congruente con el alto contenido cultural del fenómeno arquitectónico, síntesis integradora de factores económicos, políticos, históricos, tecnológicos, artísticos, entre otros. Lo que no es suficientemente convincente que la conceptualización se reitere como mecanismo de imitación o repetición trivial, carente de los procesos reflexivos y críticos que acompañan a toda creación intelectual, que debe ser resultado de la asociación de elementos vivenciales, experiencias, conocimientos, análisis, valoraciones, juicios críticos y todo lo que en el plano cognitivo debe caracterizar un proceso de amplia significación teórica, donde lo lógico y lo imaginativo deben armonizar en justo equilibrio. Sin dedicarme en lo personal a la actividad del proyecto, hay inquietudes que como docente de la carrera he ido acumulando y pretendo compartir, buscando desde la propia epistemología de la arquitectura y las bases dialéctico - materialistas del conocimiento, la explicación a este interesante proceso de construcción de conceptos y argumentos en torno a la obra arquitectónica y urbana. ¿QUÉ ES CONCEPTUALIZAR? Todas las creaciones intelectuales pasan por un proceso de elaboración reflexiva que responde a la necesidad de explicar las razones que motivan una decisión, una solución o un criterio y que se da a través de procesos mentales que van configurando dichas razones en relación con los presupuestos teóricos que maneja el autor, para luego hacerlas explícitas, socializarlas en entornos comunicativos, según la naturaleza de la actividad de la que se trate. Detrás de esos procesos de creación de soluciones artísticas, científicas o tecnológicas, están los conceptos. Los conceptos son constructos que permiten definir objetos o fenómenos de la sociedad, la naturaleza y el pensamiento, los que coherentemente articulados dan lugar a las ideas como expresión de relaciones teóricas, prácticas, metodológicas o simbólicas. “El concepto no es el punto de partida del conocimiento, sino su resultado. (…) el materialismo dialéctico considera que el concepto es una forma peculiar de reflejo de los objetos, de las cosas del mundo material y de las leyes de su movimiento. Los conceptos son objetivos por su contenido. Incluso los conceptos más abstractos tienen sus analogías, sus prototipos en el mundo objetivo. En el concepto se refleja el contenido encerrado en las cosas.”1 En los procesos intelectuales, la actividad humana se vale de los conceptos para sintetizar cualidades esenciales de los objetos de estudio, de ahí que permiten caracterizar el mundo objetivo a través de las representaciones que los seres humanos hacen de él. “La dialéctica formula las tesis metodológicas fundamentales que determinan el proceso de formación y desarrollo de los conceptos. Establece en primer
1
P. V. Kopnin: Lógica Dialéctica. P: 229
lugar que la causa objetiva de la formación y el desarrollo de los conceptos es el mundo real y su base material, la práctica histórico – social de los hombres”.2 El punto de partida de los conceptos es la contemplación viva, es decir, las sensaciones, las percepciones y las representaciones. Pero ellos se completan a través del conocimiento que se tiene o que se va adquiriendo sobre el objeto de estudio. Por eso se puede afirmar que los conceptos tienen una base empírica ya que generalizan los datos de la experiencia “sin la acumulación de un determinado material empírico es imposible formar un solo concepto (…)”3. Pero también implica un importante contenido de actividad mental, de abstracciones, lo cual posibilita que encierre ese aspecto cualitativo de la realidad objetiva con posibilidad de hacer generalizaciones. “El concepto no es una simple agrupación, un crecimiento cuantitativo, la repetición y la multiplicación de los datos sensoriales, sino el desarrollo ulterior de los datos sensoriales, en el que se incluye el tránsito a una nueva cualidad”4. De manera que conceptualizar es un proceso de construcción de ideas sobre la base de experiencias y vivencias, que a través de procesos lógicos, se van configurando en definiciones precisas de cualidades esenciales de los objetos y fenómenos de la realidad objetiva.
Fig. 1: Relaciones que dan lugar a los conceptos
2
Idem. P: 248
3
Ibidem
4
Idem. P: 253
Cuando los autores de una obra o realización (artística, científica o tecnológica) manejan un mayor marco conceptual, tienen en consecuencia, mejores condiciones para explicar, fundamentar, posibilitar una mejor interpretación de sus resultados, en fin, de conceptualizar y brindar argumentos. (Fig. 1) LA CONCEPTUALIZACIÓN COMO PARTE INTRÍNSECA DE LA ARGUMENTACIÓN Y LA SISTEMATIZACIÓN El acto de conceptualizar está estrechamente vinculado a la necesidad de los sujetos de expresar sus ideas, de hacerse entender por sus semejantes en torno a producciones de valor intelectual. Por eso los conceptos permiten elaborar ideas convenientemente asociadas y fundamentadas a través de argumentos, para desarrollar el acto comunicativo en torno a la creación de una obra que se quiere explicar. De ahí que la asociación de conceptos e ideas permiten explicar los juicios y los puntos de vista que defienden los sujetos en los procesos de creación a través de la argumentación. Los argumentos acerca de la creación intelectual aparecen cuando se ha alcanzado un determinado nivel de madurez en torno al dominio del objeto de estudio. Vale la pena entonces que se distingan dos formas de interacción comunicativa que muchas veces se usan indistintamente: la exposición y la argumentación. “La exposición es el equivalente abstracto de la descripción”5 y la descripción es “la forma acumulativa de representación de lo individual concreto”6 Es decir, que a través de la exposición, los sujetos comunican enunciados descriptivos que no contienen las interpretaciones del contenido, no dan prioridad a ninguna idea ni las utilizan para producir otras nuevas, sino que las utilizan todas en el mismo plano de igualdad. Lo que equivale a afirmar que las exposiciones no ofrecen fundamento suficiente a su contenido. A diferencia de las exposiciones o descripciones, la argumentación es el “mecanismo que relaciona los datos concretos con las abstracciones y generalizaciones”7 La argumentación es un “modo de razonamiento que comprende la demostración y la refutación (…) En el proceso de argumentación, desarrollar convicciones en el interlocutor o el auditorio a menudo significa hacerlo cambiar de opinión. (…) La comunicación intelectual es imposible sin la argumentación de los enunciados. La argumentación es un instrumento imprescindible para el conocimiento humano de la verdad.”8 De ahí que el manejo de argumentos es lo que permite que la conceptualización implique el razonamiento, la reflexión, la combinación armónica de referentes teóricos y vivenciales, que permiten elaborar ideas consistentes. (Fig. 2)
5
Leticia Rodríguez P. Curso de Español. Universidad para todos, P: 16
6
Ibidem Idem. P: 16
7 8
A Guétmanova, et al: Lógica: en forma simple lo complejo. P: 34
Fig. 2: Relaciones que dan lugar a los argumentos
En la argumentación se maneja la información de determinadas proposiciones en forma de premisas. Las premisas constituyen las bases a través de las cuales los sujetos explican sus ideas, sus elaboraciones y vencen las posibles resistencias que genera la asimilación de las nuevas ideas. En la medida que se pretenda que las ideas que fundamentan una creación se comprendan e interpreten, habrá que recurrir al lenguaje argumentativo, combinando las premisas que sustentan las afirmaciones. Existen dos tipos de premisa. Una de carácter general que se asocia a un saber compartido, también llamada premisa mayor y que “no es motivo de controversia ni duda (…) las argumentaciones que se basan en una premisa mayor discutible son ya formalmente defectuosas.”9 La premisa mayor se basa en estudios precedentes, en conocimientos constituidos, en referentes teóricos. El otro tipo se denomina premisa menor o saber particular, de naturaleza empírica, que suele apoyarse en datos o informaciones y que por su carácter empírico, no alcanza la solidez de la premisa mayor. No obstante, las premisas menores adjudican al argumento una cualidad específica, ya que el sujeto las incorpora como resultado de un acto reflexivo e interpretativo. Quiere decir entonces que la construcción de argumentos es la interrelación de premisas generales de saberes ya constituidos y por tanto de carácter teórico y premisas empíricas asociadas a datos o experiencias relacionadas con las ideas que se defienden. Ello permite afirmar que esas ideas deben conllevar a una conclusión o contenido que antes no se poseía, de ahí su valor propositito y crítico. El proceso de elaboración de ideas para ser convenientemente argumentadas, implica un ejercicio reflexivo, de razonamiento y elaboración de juicios, el cual fortalece el valor intelectual de la creación humana. Ese proceso intelectual conlleva a la sistematización como proceso lógico que desarrollan los sujetos en relación con la organización, secuenciación y jerarquización de conceptos a través de la reflexión. (Fig. 3) 9
Leticia Rodríguez.: Op. Cit. P: 17
Fig. 3: Proceso de conceptualización
Identificar conceptos, enlazarlos coherentemente para construir ideas y fundamentarlos empírica y teóricamente a través de las premisas, conlleva un complejo proceso de análisis que se sintetiza en la explicación de los argumentos, todo lo cual puede ser lógicamente fundamentado a través de la sistematización de conceptos. Es la sistematización la que permite revelar la esencia del objeto, reflejar sus nexos, sus conexiones internas, para superar lo descriptivo y lo meramente expositivo. Es decir que el proceso de sistematización es el resultado de conceptualizar y argumentar ideas en torno a un objeto de estudio para poderlas explicar coherentemente, revelando las relaciones fundamentales. (Fig. 4)
Fig. 4: Relaciones que dan lugar al proceso de sistematización
EL PROCESO DE ARQUITECTURA
CONCEPTUALIZACIÓN
EN
LOS
PROYECTOS
DE
El proyecto de arquitectura constituye una realización intelectual de alta complejidad. El arquitecto al proyectar, coordina aspectos de diversa naturaleza y los sintetiza a través de un sistema de ideas que van expresando relaciones esenciales entre necesidades, intenciones y niveles de satisfacción, tanto materiales como espirituales, de los individuos que harán uso de las obras arquitectónicas y de la sociedad en general. El papel de la obra arquitectónica como un hecho cultural socialmente condicionado, la compromete con los significados que ella toma para los individuos y la sociedad. El
proceso de creación arquitectónica parte de los referentes sociales y físicos que el arquitecto traduce en representaciones sintetizadas en ese sistema de ideas, el cual debe llegar a materializarse en la obra construida. En el proceso de diseño, el arquitecto articula significados a partir de premisas de intención comunicativa”,10 quiere decir que el arquitecto, a través del lenguaje arquitectónico puede llegar a establecer un diálogo con las personas que valoran su obra, en el plano artístico, técnico, ideológico, histórico, económico o ambiental haciendo uso del significado que va tomando cada idea elaborada en torno a su obra. “Si el diseñador articula significados en el proceso de conformación de la arquitectura, es importante que maneje los recursos expresivos propios de su lenguaje a fin de lograr niveles adecuados de comunicación con los usuarios y que estos satisfagan sus expectativas estéticas y artísticas con respecto a la arquitectura” 11 Esos significados ganan trascendencia en la misma medida en que se fundamentan dichas ideas sobre bases coherentes, resultado de la capacidad imaginativa del arquitecto, generalmente asociada al lenguaje simbólico, todo lo cual permite manejar argumentos que hacen de la obra arquitectónica un fenómeno de amplia significatividad social. No cabe pensar en la creación arquitectónica si no se tienen en cuenta los sentimientos, intereses y sensaciones de los seres humanos que se relacionan con ella, las particularidades del entorno en el cual se localiza, tanto natural como construido, las funciones individuales y sociales para las que está destinada, sus requerimientos técnicos y estructurales, su valor artístico, en fin, cada uno de estos aspectos por separado y en conjunto, son fuente de consideraciones que el arquitecto maneja para elaborar los conceptos de su sistema de ideas y significados, de ahí que conceptualizar las ideas de un proyecto intente resumir ese complejo proceso mental signado por los aspectos artísticos y técnicos que se articulan en torno a la obra arquitectónica y que fue explicado anteriormente. (Fig. 5)
10
Eliana Cárdenas: Problemas de Teoría de la Arquitectura. P:151.
11
Idem. P: 154
Fig. 5: Construcción de las ideas fundamentales de un proyecto de arquitectura o urbanismo
La importancia de la conceptualización como un proceso que debe estar presente en la creación arquitectónica y urbana, ha sido motivo de reflexiones diversas de profesores y estudiosos de la arquitectura. Por ejemplo, en el Encuentro sobre Arquitectura Cubana. Reflexiones de Medio Siglo, Sergio Baroni planteó lo siguiente: “(…) el abandono paulatino de la conceptualización de los proyectos, reducidos a simples elevaciones de organigramas de relaciones funcionales y de normas dimensionales, se constituyeron en el corazón mismo del proyecto (…) independientemente del método y del proceso proyectual adoptado, cuando en una obra no hay ideas rectoras, el proyecto se vuelve casual, inconexo, incoherente, carente de expresividad y significado”.12 Los proyectos de arquitectura que generalmente trascienden son aquellos que logran armonizar la calidad de las soluciones con sus niveles de fundamentación, como prueba del alto valor conceptual manejado por sus autores. A continuación, se muestran dos ejemplos de obras proyectadas y construidas en Cuba y que han tenido un significativo impacto social y arquitectónico. En los recuadros
12
Sergio Baroni: Temas. Encuentro sobre Arquitectura Cubana.
siguientes se muestran fragmentos de las explicaciones que acompañan las publicaciones de referencia.
José A. Choy y Julia León. Revista Arquitectura Cuba, No. 376, 1997. Hotel Santiago. Santiago de Cuba. 1991 “Quisimos hacer un edifico figurativo que superara la abstracción que las tecnologías empleadas pudieran presuponer. Se buscó la identidad como experiencia cultural y de una arquitectura significativa apoyada en la tradición, que tuviera en cuenta el valor identificador de las arquitecturas de techos metálicos de la ciudad, las estructuras de los centrales azucareros y los almacenes del puerto. Una reflexión que integra tanto la tradición clásica de la arquitectura cubana como la libertad compositiva en el uso de los elementos vernáculos. Es por eso que las cubiertas, la composición volumétrica compleja, la utilización de diferentes pieles como alterativas expresivas del alojamiento, la integración de la plástica al diseño interior y el uso intenso del color, intentan encontrar la síntesis entre la memoria arquitectónica de la ciudad y lo contemporáneo, entre lo culto y lo popular.”
Foto 1: Hotel Santiago. Santiago de Cuba. 1991
En este primer ejemplo, a través de los términos identidad, experiencia cultural, arquitectura significativa, valor identificador, tradición clásica, libertad compositiva, entre otros, se aprecia el manejo conceptual de los autores. Algunos con mayor contenido abstracto que otros, permiten fundamentar la idea fundamental de encontrar la síntesis entre la memoria arquitectónica de la ciudad y lo contemporáneo, entre lo culto y lo popular. Se aprecia el vínculo entre aspectos de mayor nivel de generalización y por tanto, mayor nivel de abstracción (identidad, arquitectura significativa) con otros de carácter más concreto, más asociados a la experiencia de sus autores (utilización de diferentes pieles, integración de la plástica, uso intenso del color) que se constituyen en
las premisas que posibilitan corroborar en el conjunto la intencionalidad de los proyectistas, no como elementos casuales ni fortuitos, sino como expresión de las elaboraciones conceptuales que tuvieron lugar en el proceso de creación. (Foto 1) Ricardo Porro. Revista Arquitectura Cuba, No. 377, 1998 Escuela Nacional de Artes Plásticas, La Habana, Cuba, 1961 - 1965. (...) se enmarca en una fuerte sensualidad que encuentra su expresión arquitectónica en el profuso empleo de las curvas que componen, en planta, un trazado semejante al del aparato reproductor femenino: la entrada al complejo es producida a través de una especie de embudo vaginal que conduce, con la compañía de un hilo de agua, a la plaza central donde se ubica una fuente con una escultura que representa a la papaya, a la vez fruta típica cubana y sexo femenino, la cual se coloca sobre una porción de piso aparentemente inflada y plegada, como la piel (...) Aquí estamos en presencia de un erotismo de marcada poesía que obliga a reflexionar sobre la idiosincrasia cubana, pero que también alude a la fertilidad, a la cópula creadora, al acto gestor que encuentra su mejor ambiente en una escuela de artes (...) Concebida no como edificio sino como una ciudad dinámica, no como algo cerrado y completo sino como una composición abierta con rítmicas galerías, espacios luminosos y otros misteriosos y sombreados, plazas y plazuelas en los que la abundante vegetación completa todas las posibles imágenes: sexo, cubanía, ciudad, identidad, negritud,. Un edificio-mujer, tierno y respetuoso del paisaje donde se emplaza. En este otro ejemplo, no se trata de las explicaciones del autor del proyecto, sino del análisis de la crítica pero dando muestras de un extenso conocimiento de las consideraciones del autor. Se demuestra entonces que el papel de una conceptualización bien elaborada, favorece el intercambio, la confrontación de ideas y la crítica arquitectónica. La analogía de las formas expresivas con recursos anatómicos y fisiológicos femeninos junto a la referencia a aspectos de la idiosincrasia cubana, se constituye en este ejemplo, en premisa mayor. La manera en que se explica cómo el proyectista maneja esos recursos, cómo los incorpora al tratamiento de los espacios y las formas volumétricas, adquiere carácter de premisa empírica. (Fotos 2, 3 y 4)
Foto 2: Vista aérea de la Escuela Nacional de Artes Plásticas
Foto 3: Entrada principal de la Escuela Nacional de Artes Plásticas
Foto 4: Fuente de la Escuela Nacional de Artes Plásticas
En ambos ejemplos se demuestra la clara intencionalidad de los autores al asociar los factores del análisis arquitectónico a la construcción de conceptos y argumentos que definen el alcance de las soluciones, hay un predominio de imágenes, en las cuales se vincula lo sensorial con lo racional, lo objetivo con lo subjetivo, lo abstracto con lo concreto, lo empírico con lo teórico. Los autores hacen gala de un adecuado lenguaje metafórico y poético para argumentar las soluciones de sus proyectos a partir de elementos de la naturaleza, de aspectos psico perceptivos, de las tradiciones, de la historia o del entorno circundante, de manera que hasta una persona no especializada en el tema, puede reconocer los criterios de estos autores ya que los mismos se hacen reconocibles y accesibles a todos porque tienen carácter de argumento, son explicaciones bien fundamentadas. Es este el rasgo del proyecto arquitectónico que exige de sus creadores un profundo ejercicio racional, confiriéndole al proyecto amplias posibilidades de ser explicado lo que implica manejar con seguridad y firmeza el argumento, en defensa de las ideas sobre las cuales basan sus propuestas.
CONCLUSIONES Se constata la importancia del proceso de conceptualización de los proyectos de arquitectura para conformar la base explicativa de las consideraciones de sus autores a favor de la solidez de las ideas en las que se sustenta. Igualmente, se confirma la necesidad de que el proceso de conceptualización vaya acompañado de un riguroso ejercicio racional, donde la reflexión acerca de los conceptos y los argumentos, construidos como resultado de premisas empíricas y teóricas, de lugar a la sistematización de los referentes esenciales, convenientemente sintetizados a través del uso de los métodos lógicos del pensamiento los que junto a la imaginación y las capacidades creativas del sujeto, pueden hacer que el resultado, tenga valores reconocibles. Se demuestra entonces que tanto estudiantes y profesores como proyectistas, encuentran en el ejercicio de proyectar un espacio fructífero para la abstracción y la concreción, el análisis y la síntesis, el pensamiento lógico y figurativo, todo lo cual respalda la riqueza intelectual de la obra arquitectónica, siendo posible a través de la conceptualización, la argumentación y la sistematización estar en mejores condiciones para explicar las soluciones, rebasando las frecuentes descripciones que abundan.en las presentaciones de proyectos.
BIBLIOGRAFÍA Baroni, Sergio: Temas. Encuentro sobre Arquitectura Cubana. Reflexiones de Medio Siglo. UNAICC. La Habana, Diciembre, 1998. Cárdenas, Eliana: Problemas de Teoría de la Arquitectura. Universidad de Guanajato, México, 1998. Guétmanova, A. et al: Lógica: en forma simple lo complejo. Editorial Progreso, Moscú, 1991. Kopnin, P. V.: Lógica Dialéctica. Rodríguez P. Leticia, et. al: Curso de Español. Universidad para todos. Editado por Juventud Rebelde, Cuba, 2000.