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UTILIZACIÓN Y MANTENIMIENTO DE LOS CATÉTERES VENOSOS PERIFÉRICOS...
2015 RevistaEnfermeríaCyL
ISSN 1989-3884
UTILIZACIÓN Y MANTENIMIENTO DE LOS CATÉTERES VENOSOS PERIFÉRICOS EN LA UNIDAD DE NEONATOLOGÍA DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO RÍO HORTEGA, VALLADOLID. José Mª Jiménez Pérez; Laura Rodríguez Rodríguez; Sara García Villanueva; Rosa Mª Revilla Llarena. Hospital Universitario Río Hortega. Valladolid.
RESUMEN: Introducción. La inserción de catéteres venosos periféricos (CVP) es una técnica muy habitual en las unidades de neonatología de los hospitales, y es responsabilidad de la enfermería su inserción, mantenimiento y prevención de posibles complicaciones derivadas de la aplicación de este procedimiento. Material y métodos. Estudio prospectivo de 143 CVP insertados a 68 neonatos. El propósito fue la evaluación de las características clínicas y epidemiológicas del uso y permanencia del CVP en el neonato según el lugar de inserción, peso, edad gestacional, tratamiento endovenoso utilizado, y tipo de catéter. Resultados. De los pacientes con CVP el 67.8% fueron varones, la media de la edad gestacional 35.07 ± 4.2 semanas, peso 2450.9 ± 1032.22 g, tiempo de hospitalización 23.18 ± 18.66 días, y duración del CVP 2.63 ± 2.10 días. Las complicaciones clínicas observadas más frecuentes: extravasación (48.3%) y flebitis (3.5%). El lugar de inserción del catéter más utilizado fue la flexura de la extremidad superior (41.55%), seguido de la mano (30.28%). El microorganismo más habitual observado en los hemocultivos positivos fue el Staphylococcus Epidermis (8.28%), y en los frotis rectales la Klebseilla Pneumoniae (10.34%). Conclusiones. Mayor tiempo de hospitalización en los varones. Se utilizó preferentemente el catéter de tipo BD Insyte Autoguard® de 24G. El uso preferente del CVP fue para la administración de sueroterapia y antibióticos. La media de días de permanencia del CVP insertado en el pie fue menor que en los demás accesos anatómicos. El microorganismo más recurrente en los hemocultivos fue el Staphylococcus Epidermis, y la Klebseilla Pneumoniae en los frotis rectales.
PALABRAS CLAVES: Cateter Acceso Vascular, recién nacido, Cuidado infantil, bacteriemia.
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ABSTRACT Introduction. The insertion of peripheral venous catheters (PVC) is a very common techique in neonatal units in hospitals, and nursing responsibility insertion, maintenance and prevention of potential complications of the technique. Methods. A prospective study of 143 newborns with 68 PVC inserted. The objective was to evaluate the clinical and epidemiological characteristics of the use and span of PVC in the neonate by the insertion, weight, gestacional age, intravenous treatment and type of catheter. Results. 67.8% patients with PVC were male, mean patient age was 35.07 ± 4.2 weeks, mean weight was 2450 ± 1032.22 g, hospital stay was 23.18 ± 18.66 days, and the catheter permanence was 2.63 ± 2.10 days. The most frequently clinical complications were: extravasation (48.3%) and phlebitis (3.5%). In most cases, the catheter insertion site was the arm (41.55%), followed by the hand (30.28%). Staphylococcus Epidermis was the most common microorganism observed in blood (8.28%), and Klebseilla Pneumoniae in rectal swabs (10.34%). Conclusions. The hospital stay was greater in males. BD Insyte Autoguard® 24G was the catheter more used. The preferential use of PVC was for fluid administration and antibiotics. The foot was the site where the catheter remained less time. Staphylococcus Epidermis was the most common microorganism observed in blood, and Klebseilla Pneumoniae in rectal swabs.
KEY WORDS: Catheter Vascular Access, newborn, child care, bacteremia.
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INTRODUCCIÓN. El empleo de catéteres venosos periféricos (CVP) en el neonato, es considerada una práctica habitual en las unidades neonatales de los diferentes hospitales con una finalidad diagnóstica y principalmente terapéutica. Los profesionales de enfermería son responsables de la inserción, mantenimiento y aplicación de tratamientos a través del CVP. La canalización vascular se define como aquella técnica utilizada para acceder a una vena periférica con un catéter, con la finalidad de mantener un acceso venoso con fines terapéuticos y/o diagnósticos1,2. En los hospitales existen diferentes manuales protocolizados, sobre la inserción y mantenimiento de los CVP, para evitar las infecciones asociadas, los cuales están sustentados bajo las recomendaciones del Center for Disease Control and Prevention (CDC)3,4, esas recomendaciones se clasifican según su nivel de evidencia en3,5: a) Categoría IA, altamente recomendada y demostrado por estudios experimentales, clínicos o epidemiológicos bien diseñados b) Categoría IB, muy recomendada para su implantación, y apoyada en algunos estudios experimentales, clínicos o epidemiológicos, así como por un sólido razonamiento teórico; o una práctica aceptada. c) Categoría IC, exigida por las reglas o normas estatales. d) Categoría II, sugerida para la implantación y apoyada por estudios sugestivos clínicos o epidemiológicos, o por algún razonamiento teórico. La mejor estrategia para evitar la infecciones asociadas al catéter están promovidas por el correcto lavado de manos y la aplicación de una técnica aséptica en la inserción del catéter, categoría IA6,7,8. Otra medida a evaluar es la selección del punto de inserción del catéter, que deberá realizarse de manera individualizada a cada paciente valorando la localización de catéteres anteriores, posibles deformidades anatómicas, riesgos de complicaciones mecánicas y de infección. Según el acceso anatómico, los catéteres insertados en extremidades inferiores tienen un mayor riesgo de flebitis que los de extremidades superiores9,10. La selección en el tipo de catéter a utilizar en la inserción debe tener en cuenta la utilización, la duración previsible del tratamiento y las posibles complicaciones conocidas9,11,12. En lo referente a la duración y el mantenimiento del catéter se ha demostrado una mayor incidencia de tromboflebitis
y colonización bacteriana en aquellos en los que la permanencia de inserción del CVP supera las 72 horas; por ello para reducir y controlar este riesgo se toman medidas como la sustitución de los equipos de infusión incluidos todos los elementos colaterales y dispositivos adicionales antes de que hayan transcurrido 72 horas desde la inserción13,14 (Categoría IA). En las últimas dos décadas han tenido lugar cambios en la metodología de la cateterización intravascular periférica con la llegada de nuevos materiales plásticos menos lesivos y con menor tendencia a la colonización, que han reducido la incidencia y la gravedad de las complicaciones derivadas de la cateterización intravascular. En este estudio se ha pretendido evaluar la permanencia del catéter periférico durante la hospitalización del neonato en la Unidad de Cuidados Intensivos, según el lugar de inserción, peso, edad gestacional, tratamiento endovenoso utilizado y el tipo de catéter.
MATERIAL Y MÉTODOS. Se realizó un estudio observacional prospectivo de 143 CVP que se insertaron a 68 de los neonatos ingresados desde el 21/8/2012 hasta el 24/6/2013 en la Unidad de Cuidados Neonatales que precisaron de catéter periférico endovenoso prescrito por orden médica. Las variables sometidas a estudio fueron: Edad gestacional, peso, sexo, diagnóstico al ingreso, tipo de catéter seleccionado, calibre del CVP, acceso anatómico, tipo de tratamiento endovenoso administrado, tiempo de permanencia del catéter, motivo y utilización del CVP, hemocultivo y si era positivo el microorganismo implicado, y frotis rectal para control epidemiológico. El procedimiento a seguir en la inserción del CVP fue: 1. Preparación del material empleado: Antiséptico no yodado (clorhexidina acuosa al 2% o alcohol al 70%), gasas, compresas, alargadera purgada con solución salina, jeringuilla vacía de 5 ml, jeringuilla de 5 ml precargada de suero fisiológico, tiras adhesivas Leukostrip® para sujeción, espuma antiescaras Mepilex®, apósito transparente Tegaderm-Film®, suero y sistema de perfusión pautado, bomba de perfusión Alaris®, chupete, sacarosa 24% Algopedol®, muñequera de sujeción si fuera preciso, y contenedor de residuos punzantes. 2. Asepsia del personal de enfermería: De manera general en el procedimiento participan dos enfermera/os o una enfermera/o y un auxiliar de enfermería; que realizaron un lavado previo de manos con jabón antiséptico antes y después de la técnica y utilizaron guantes no necesariamente estériles en la inserción (en el manejo
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del neonato prematuro el uso de guantes será estéril). Categoría IA5. 3. Selección del catéter: La unidad dispone de 4 tipos de CVP para elección del personal de enfermería dependiendo de las condiciones. El catéter BD Nexiva® es un sistema cerrado similar a una palomilla, el BD Saf-Intima® es un sistema de seguridad con adaptador bifurcado de tipo palomilla, el BD Insyte Autoguard® es el CVP convencional con sistema de seguridad, y el BD Neoflon® es similar al convencional pero éste sólo es del calibre 26G y sin sistema de seguridad. En el momento de canalizar una vía periférica se tuvo en cuenta que el grosor del catéter a utilizar debe ser menor que el del vaso, para no dañar la íntima venosa y producir una flebitis mecánica2. 4. Elección del lugar de inserción: En primer lugar se seleccionó la zona anatómica, preferiblemente las venas epicraneales, del dorso de las manos y de los pies y de la cara interna y externa de los tobillos, antes que de la flexura antecubital, brazos o piernas (Categoría II)5. Se empezó observando las zonas anatómicas en primer lugar por las que están más distales y se intentó canalizar en los miembros superiores antes que los inferiores para evitar flebitis. Si se procediera a canalizar una vena epicraneal, primero se empezaría por la zona parietooccipital y después se irá progresando a zonas más frontales. La elección de la vena se determinó por la que tenía un mayor calibre y su trayectoria fuera lo menos tortuosa posible para facilitar la progresión del catéter en la inserción y evitar una flebitis mecánica. Antes de la punción se diferenció si era una arteria (presencia de pulso) o vena; valorando el compromiso circulatorio al perfundir a través de la vía si cambiaba de coloración el área próxima al CVP. Si en el lugar seleccionado se observaran hematomas, VVP periféricas previas por encima de ese mismo lugar, extremidades con flebitis, alguna deformidad anatómica o cualquier otra causa que ponga en riesgo la estabilidad del catéter, se debería cambiar de zona anatómica hasta encontrar la más idónea. 5. Preparación del lugar de inserción: Se procedió a la sujeción del neonato, un profesional sujetó al recién nacido, dejando libre el lugar elegido para la punción y la enfermera/o se encargó de la inserción del CVP. Para tranquilizar al neonato y como analgesia antes de las manipulaciones se ofreció 0.5 ml de sacarosa al 24% vía oral con el chupete15. 6. Asepsia del lugar de inserción: Antes de la venopunción se preparó la zona anatómica seleccionada aplicando
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antiséptico (clorherxidina 2% o alcohol al 70%) con una gasa estéril realizando círculos de dentro hacia fuera del punto de inserción, dejando secar 2 minutos. (Categoría IA)5. 7. Venopunción: Con la ayuda de otro profesional sujetando la zona anatómica seleccionada se procedió a puncionar el catéter con el bisel hacia arriba con un ángulo de 10 a 30º, una vez que refluye la sangre se inserte el catéter a la vez que se retiró el fiador de manera progresiva. A continuación se comprobó la correcta canalización en la vena al comprobar si refluye aspirando con una jeringuilla vacía, esto en el neonato en muchas ocasiones no ocurre y no significa que no esté bien canalizado por ello se introduce suero fisiológico 1-2 ml16. A continuación se fijó el catéter con las tiras adhesivas, se añadió la alargadera previamente purgada con suero fisiológico, se puso la espuma de protección (para evitar lesiones por presión), por debajo del cono del catéter y se tapó con el apósito transparente. En caso de fallo en la venopunción se repitió la técnica en otro lugar anatómico, siempre utilizando un catéter nuevo en cada intento2. 8. Uso y mantenimiento: Después de fijar el CVP y asegurarnos de su correcto funcionamiento y permeabilidad, se procedió a la conexión de la solución venosa a infundir por medio de una bomba de infusión cuando esta fuera pautada, de lo contrario simplemente se dejaría salinizada la vía. Para su correcto funcionamiento y reducir el riesgo de complicaciones, las manipulaciones del CVP se realizaron de forma aséptica (clorhexidina o alcohol al 70%) cumpliendo las recomendaciones del CDC. Los filtros bacterianos se sustituyeron cada 72 horas, los filtros de los lípidos cada 24 horas, y los equipos de infusión de fármacos cada vez que se administraron. Se valoró con frecuencia por cada turno de enfermería cualquier signo indicativo de extravasación (edema, frialdad o palidez)17 mientras estaba el CVP insertado. Se comprobó su permeabilidad y la presencia o no de signos de hipersensibilidad o endurecimiento de la zona puncionada. En los casos en los que se observó flebitis, endurecimiento de la zona, extravasación, obstrucción del catéter, o la presencia de signos de infección se procedió a la retirada del CVP. El análisis estadístico se realizó con el programa SPSS versión 15.0 (SPSS, Inc, Chicago). Las variables cuantitativas fueron descritas con la media ± desviación típica, y la normalidad de las variables estudiadas fue establecida con el test Kolmogorov-Smirnov. Las variables cualitativas fueron descritas en frecuencias absolutas y porcentajes. El test X2 fue usado para estudiar la asociación entre las variables cualitativas. El estudio estadístico de las diferencias entre medias se llevó a
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cabo mediante el test T-Student o el U de Mann-Whitney dependiendo de las condiciones de aplicación. El nivel de significación fue considerado para una P 2500 gramos. P