Valoración no virtual con tomografía computarizada multidetector de los trastornos del colon

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Valoración no virtual con tomografía computaRIZAda multidetector de los trastornos del colon Multidetector Computed Tomography of the Colon Disease: Non Virtual Evaluation Vanessa García G.1

Resumen Palabras clave (DeCS) Tomografía Colon Enfermedades del colon Neoplasias del colon

Key words (MeSH) Tomography Colon Colonic diseases Colonic neoplasms

Ampliamente conocidas, las otras técnicas para evaluar el colon, como son el colon por enema y la colonoscopia directa, sólo se limitan al estudio de la mucosa y la luz de este órgano. La colonoscopia virtual se estableció con el advenimiento de la tecnología multicorte, principalmente como método de tamizaje en cáncer de colon, dedicada a la búsqueda de pólipos. Actualmente los estudios con equipo multicorte dan información completa, incluida la anatomía vascular, así como de los procesos asociados locales y a distancia, que en conjunto resuelven la mayoría de los procesos intraabdominales generados por la patología del colon.

Summary Widely known techniques for colon evaluation include Barium enema and colonoscopy, which are limited to the study of the mucosa and lumen of this organ. Virtual colonoscopy, established with the new MDCT technology has been used mostly in colon cancer screening dedicated to find small polyps. Nowadays, MDCT of the colon offers complete information about vascular anatomy as well as local and distant processes that can solve most of the intraabdominal pathology generated from the colon.

Introducción

1 Médica radióloga del Departamento de Imágenes del Hospital Pablo Tobón Uribe (HPTU), Medellín, Colombia. Profesora, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.

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Las imágenes analizadas en esta revisión fueron obtenidas en un equipo de 6 filas (Emotion 6, Siemens, Medical Solutions) usando los siguientes parámetros: pitch de 1; colimación de 1,25; tiempo de rotación de 0,8 segundos (s); grosor del corte de 8 milímetros (mm); pico de kilovoltaje (kVp) de 130, y miliamperios (mA) de 110. Las imágenes fueron reconstruidas a 1,2 mm de intervalo con un algoritmo B 20 S de tejido blando. Se administró medio de contraste hidrosoluble yodado no iónico endovenoso (100 mililitros [ml] de Iohexol,) a través de una cánula #20 antecubital a 3 ml/s con inyector. El retardo entre la aplicación del

contraste y el comienzo de la adquisición de imágenes fue aproximadamente de 65 s. Las imágenes se obtuvieron desde las bases pulmonares hasta el margen del pubis en una única apnea. Se usó contraste oral —aproximadamente 1.500 centímetros cúbicos (cm3) de Diatrizoate de Meglumina— antes de pasar al gantry, excepto en aquellos pacientes con sospecha de obstrucción. La utilización de medio de contraste positivo en enema rectal se hizo a criterio del radiólogo de turno. La interpretación se realizó en estaciones de trabajo donde se dispone del despliegue de las imágenes multiplanares y las proyecciones de máxima y mínima intensidad.

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Anatomía del colon

El colon está formado por segmentos de diferentes características: el ciego, el colon ascendente (cuyo límite es la válvula ileocecal), el colon transverso, el colon descendente, el colon sigmoide y el recto. De estos segmentos son intraperitoneales el colon transverso y el colon sigmoide, cada uno con su meso. La posición del ciego varía embriológicamente y, además, puede variar la posición del apéndice y aumentar el riesgo de vólvulos. La irrigación del colon está dada por la arteria mesentérica superior, hasta la mitad del colon descendente. El resto, por la arteria mesentérica inferior. El recto, además, recibe ramas de la arteria iliaca interna. La inervación en estos mismos territorios está dada por el nervio vago del plexo solar, y la parte distal, por el plexo sacro. Es importante tenerlos en cuenta en los trastornos isquémicos e infiltrativos, como se explica más adelante. El grosor de la pared del colon no debe ser mayor de 3 mm. A veces puede verse con una capa submucosa hipodensa, que corresponde a grasa y que puede confundirse con una inflamación. En ocasiones también la grasa en la válvula ileocecal puede ser confundida erróneamente con una patología, pues produce una imagen de seudotumor. Los apéndices epiploicos son pequeños bolsillos de grasa que corren a lo largo de las tenias del colon y varían de tamaño según el estado nutricional (Fig. 1).

Aplicaciones clínicas Neumatosis cystoides intestinalis La neumatosis intestinalis ocurre de dos formas: una primaria (15% de los casos), a menudo llamada neumatosis cystoides intestinalis, como una condición benigna idiopática en la cual múltiples quistes de pequeño tamaño se desarrollan en la submucosa o subserosa del colon. Usualmente no presenta síntomas y los quistes son un hallazgo incidental radiográfico o endoscópico. La forma secundaria (85%) es asociada con enfermedad pulmonar obstructiva, al igual que con trastornos obstructivos y necróticos del tubo digestivo (1) (figs. 2a y b).

las estructuras y permiten un mayor acercamiento etiológico en la interpretación (3) (figs. 4a y b).

Diverticulitis vs. apendicitis La diverticulitis es la inflamación o perforación de los divertículos colónicos, que son herniaciones adquiridas de la mucosa y la submucosa, a través de las capas musculares de la pared intestinal. Se observa una afectación de un segmento largo con engrosamiento mural de hasta 15 mm, estriación de la grasa, líquido libre y signo de la flecha en la base del divertículo inflamado. Se deben buscar complicaciones como absceso, fístula, pileflebitis y hasta absceso hepático (4) (figs. 5a, b y c).

Apendicitis La apendicitis continúa siendo la causa más común de abdomen agudo. El ultrasonido es el primer paso para sospechar el proceso inflamatorio, pero cuando el examen no es concluyente o el proceso está complicado, la tomografía es el estudio ideal para su caracterización. El espectro va desde edema hasta gangrena y perforación. Generalmente, hay íleo localizado, líquido y estriación de la grasa. El apéndice anormal mide 7 mm o más, y en los casos que no se acompañan de estriación de la grasa, se considera positivo con un endolumen mayor de 2,6 mm (5). Las proyecciones multiplanares ayudan a encontrar el plano del apéndice en sus probables posiciones, entre estas principalmente la retrocecal (figs. 6a, b y c). Dentro de las complicaciones, la apendicitis perforada con peritonitis y pileflebitis es el cuadro común en pacientes con tres o más días de dolor. Para las complicaciones tardías debe considerarse la apendicitis del muñón, donde el cuadro es exactamente igual y se presenta aproximadamente al mes de la cirugía. También los abscesos pélvicos deben descartarse en los pacientes sin mejoría posquirúrgica (6) (figs. 7a, b y c).

Ameboma y colitis amebiana Adicional a la a inflamación difusa de la mucosa del colon, la amebiasis puede presentarse como una lesión más localizada o seudomasa, con estrechamiento de la luz y gran reacción focal granulomatosa. Con frecuencia, la afectación tiende a ser del colon proximal, por encima de la válvula ileocecal, aunque puede presentarse de forma multifocal. La imagen también da apariencia de “manzana mordida”, indistinguible del adenocarcinoma. Es recomendable un control postratamiento antiamebiano (2) (figs. 3a y b).

Apendicitis epiploica vs. apendicitis La inflamación o infarto de los apéndices epiploicos es conocida como apendicitis epiploica. Cuando se presenta en el lado derecho, el cuadro clínico es similar al de una apendicitis. Se identifica una lesión que realza de forma anular con engrosamiento de la pared del colon y estriación de la grasa adyacente. Con el tiempo se puede calcificar y encontrarse como una calcificación aislada en los recesos peritoneales. Cuando se presenta en el lado izquierdo. los hallazgos son más característicos. Las imágenes multiplanares ayudan a independizar

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Fig. 1. Marco cólico normal.

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Fig. 2. Dos pacientes con Pneumatosis coli, que causa neumoperitoneo benigno. (a) Joven con VIH y dolor abdominal inespecífico. Se observa aire lineal circunferencial en la pared del ciego y del colon ascendente (flecha larga). El mismo plano coronal muestra traslocación de burbujas hacia el mesenterio (flecha corta). (b) Paciente con estatus postrasplante de intestino con múltiples colonoscopias por episodios de rechazo. Imagen coronal donde se valora mejor la afectación exclusiva del marco cólico. Gas lineal en la pared del colon (flecha corta) con migración transmural al peritoneo (flecha larga).

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Fig. 3. (a) Engrosamiento concéntrico por colitis amebiana que afecta el colon ascendente, visualizado en toda su extensión en el mismo plano coronal con los ganglios reactivos locales (flecha). (b) Ameboma. La imagen semeja un adenocarcinoma. Paciente diabético con antecedente de absceso hepático amebiano. En este plano coronal se define adecuadamente su posición respecto a la válvula ileocecal, así como su extensión y afectación focal (flecha). La colonoscopia demostró ulceración e inflamación. Muestra negativa para malignidad.

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Fig. 4. (a) Paciente con dolor en la FID. La imagen poscontraste es una muestra real de tipo nodular de una lesión redondeada de 20 mm en la FID con edema de las paredes del ciego y estriación de la grasa pericecal (flecha). El apéndice cecal presentaba realce de sus paredes, pero con un diámetro máximo del endolumen de 1 mm. En cirugía se encuentra inflamación secundaria, por contigüidad. Se comprobó apendicitis epiploica derecha. Nótese en esta imagen coronal la afectación excéntrica en la pared del colon hacia la grasa retrocecal. (b) Clásica imagen de apendicitis epiploica izquierda con realce anular y cambios inflamatorios adyacentes de la grasa (flecha). La visión coronal permite comparar con los demás segmentos del colon, así como con la atenuación de la grasa mesentérica.

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Fig. 5. (a) Falso positivo para apendicitis aguda. Imagen coronal que demuestra diverticulitis perforada (flecha corta). En cirugía, se encuentra apendicitis secundaria por contigüidad. Calcificación aislada (flecha larga) que semeja apendicolito, que representa posiblemente una apendicitis epiploica calcificada residual. (b) Diverticulitis izquierda. Plano coronal que representa especialmente los cambios en la grasa hacia el colon descendente cuando se compara con los demás segmentos colónicos (flecha). (c) Pandiverticulitis y pancolitis. A veces los divertículos afectan la totalidad del colon, como puede demostrarse en el plano coronal en este caso (flecha larga: colon ascendente; flecha corta: colon descendente). Ambos con sacos diverticulares y edema de la mucosa.

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Fig. 6. (a) Imagen coronal que muestra un apendicolito que obstruye y causa una posterior distensión e inflamación del apéndice (flecha). (b) Medida útil del endolumen mayor de 2,6 mm cuando no hay mucho engrosamiento de la pared del apéndice y los cambios pericecales no son tan evidentes. Plano coronal que demuestra un apéndice retrocecal en su eje longitudinal (flecha). (c) Imagen sagital donde se aprecia en el eje longitudinal del apéndice cecal un apendicolito de menor radiodensidad que el de la imagen anterior (flecha larga). Hay aire que dibuja todo el endolumen con la forma del apéndice, ya que la pared no presenta realce. En cirugía se encuentra un apéndice gangrenado (dos flechas cortas).

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revisión de tema Mucocele del apéndice Se conoce como la dilatación quística y crónica del lumen del apéndice por acumulación de mucina. El tamaño varía entre 3 y 5 centímetros (cm). Se clasifica en tres grupos: la hiperplasia difusa o focal mucosa, el cistadenoma mucinoso y el cistadenocarcinoma mucinoso. En la tomografía computarizada aparece como una lesión homogénea, con densidad cerca al líquido y con calcificación de sus paredes. Los cambios malignos son sugeridos por la visualización de una masa de tejido blando que realza o por un componente complejo sólido y quístico (7). Las imágenes multiplanares permiten ubicar esa lesión quística en los sitios donde el apéndice debería encontrarse (fig. 7d).

Tiflitis, colitis infecciosa y colitis seudomembranosa Tiflitis o inflamación del ciego, también llamada colitis neutropénica, es un proceso inflamatorio que puede extenderse al colon ascendente y al apéndice cecal. Se presenta en condiciones que llevan a neutropenia y se ha relacionado con la bacteria Pseudomona aeruginosa. Adicional al engrosamiento de la pared, hay estriación de la grasa y engrosamiento de las fascias. Deben evaluarse las complicaciones como perforación y formación de absceso (8). En la colitis infecciosa, la inflamación es más extensa y su etiología incluye bacterias, virus, hongos y parásitos. También se presenta un extenso engrosamiento de las paredes del colon con realce de la mucosa y de la serosa. Puede presentarse ascitis e inflamación de la grasa pericolónica. La presencia de adenopatías puede orientar hacia tuberculosis o micosis. También debe indagarse por otros cambios sistémicos como pulmonares ó de los senos paranasales (9). Todas ellas pueden llevar a megacolon tóxico y, por desgracia, la tomografía no puede predecir qué pacientes tienen cambios isquémicos iniciales. La evolución clínica es la que decide qué paciente debe ser llevado a resección quirúrgica. La colitis seudomembranosa o colitis antibiótica es causada generalmente por el sobrecrecimiento del C. difficile, previo uso de antibioticoterapia. Puede presentarse después de tan sólo dos días de tratamiento hasta las dos semanas; raramente luego de seis meses de tratamiento. Otras causas incluyen enfermedades debilitantes, uremia, prolongados estados de hipotensión o hipoperfusión. A diferencia de las demás colitis infecciosas, el edema de la submucosa es marcado sobre un largo segmento. Se presenta el signo del “acordeón”, que en el medio de contraste se representa atrapado entre los pliegues de los haustros edematizados. También hay líquido peritoneal y cambios en el aspecto de la grasa (10). En las reconstrucciones multiplanares se pueden comparar los segmentos afectados con los sanos o se puede visualizar el daño generalizado (pancolitis) (figs. 8a, b y c).

Colitis isquémica Existe una afectación del aporte sanguíneo mesentérico que lleva al daño colónico. Se afectan las zonas limítrofes de irrigación, como el ángulo esplénico o la unión rectosigmoidea. En los ancianos, se afecta el colon izquierdo por hipoperfusión, y en los jóvenes, el colon derecho por baja colateralización, como en pacientes con falla renal crónica. Dentro de los hallazgos se observa realce de la mucosa y de la serosa, lo que da un patrón en forma de “diana”. La submucosa es hipodensa, provocada por edema o por sangrado. Hay pérdida del patrón haustral, estriación de la grasa pericólica y acumulaciones paracólicas. La neumatosis lineal o quística puede asociarse con ulceración o con Rev Colomb Radiol. 2009; 20(2):2659-67

abscesos crípticos. Posteriormente, puede haber gas portomesentérico. También pueden encontrarse trombos en los vasos esplácnicos (11) (figs. 9a y 9b).

Carcinoma de colon Es el tumor más común del tubo digestivo. Hay una transformación maligna de la mucosa. Se afecta un segmento corto y puede presentarse como una lesión anular, semianular, polipoidea o infiltrativa. El engrosamiento es asimétrico y debe buscarse afectación por contigüidad, ganglios regionales y metástasis hepáticas. No es raro encontrar cambios inflamatorios o sobreinfección, aunque sí lo es encontrar líquido libre intraperitoneal, lo que lo diferencia de otras entidades (12) (figs. 10a, b y c).

Tumor estromal Los tumores estromales son neoplasias comunes mesenquimales que afectan al tubo digestivo, al mesenterio, al omento y al retroperitoneo. Cuando surgen de la pared intestinal, crecen de forma exofítica, como masas dominantes adyacentes al órgano de origen. Pueden sangrar y tener cambios necroticoquísticos. Son frecuentes en el estómago (70%), seguidos por el intestino delgado (20%-30%), ano-recto (7%), colon y esófago (13). En el ano-recto ocupan la fosa isquiorrectal y pueden invadir los órganos pélvicos. El realce es heterogéneo. El diagnóstico diferencial incluye el adenocarcinoma y el linfoma. En los adolescentes varones, el rabdomiosarcoma de próstata (figs. 11a y b).

Síndrome de Ogilvie Este síndrome consiste en la seudoobstrucción y dilatación aguda del colon en la ausencia de cualquier obstrucción mecánica en pacientes gravemente enfermos. La condición lleva el nombre de sir William Heneage Ogilvie (1887-1971), quien primero lo reportó, en 1948, en pacientes con carcinomatosis que invaden el plexo solar. De ahí establecido como un síndrome disautonómico que puede ser tratado con neostigmina (14). También se presenta esta dilatación pasiva en pacientes posquirúrgicos, especialmente de columna vertebral. Cuando el ciego alcanza 10 cm de diámetro, el riesgo de ruptura es grande. Se han descrito cecostomías percutáneas cuando el tratamiento médico falla (figs. 12a y b).

Vólvulo del ciego y basculación El vólvulo del ciego consiste en la rotación del colon derecho en su eje, asociado con plegamiento; se encuentra la punta dirigida hacia el cuadrante superior izquierdo. La válvula ileocecal se localiza medialmente y produce una indentación de tejido blando. También se ha descrito la imagen reniforme o en grano de café. Puede verse el giro de los vasos mesentéricos. Se relaciona con un defecto congénito en la inserción del colon; también en el posparto, con la laxitud y motilidad del ciego; en la sobredistensión del colon (seudoobstrucción, tumor distal, endoscopia, enema o ileo posquirúrgico); en la costipación crónica; así como en el uso de laxantes. El ciego basculado resulta por un mesenterio redundante o por la hipofijación, en combinación con una distensión masiva, que lleva a que el ciego se pliegue sobre sí mismo. La presencia de cirugías previas, en especial la apendicectomía, se ha demostrado como el factor más relacionado (15) (figs. 13a y b).

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Fig. 7. (a) Paciente con antecedente de apendicectomía, una semana atrás. Presenta nuevamente dolor en FID y aumento de reactantes. La flecha señala el muñón del apéndice de 3 cm de longitud con cambios inflamatorios similares a los de una apendicitis aguda. Imagen coronal que también muestra cambios posquirúrgicos en la grasa de la fosa iliaca izquierda. El paciente fue llevado nuevamente a cirugía y se confirma el diagnóstico de apendicitis del muñón. (b) Absceso después de una apendicectomía (flecha), localizado sobre la vejiga, con cambios inflamatorios de la pared vesical. La imagen coronal muestra su relación. Cuadro clínico que se presenta con dolor en el hipogastrio y síntomas disúricos 10 días después de la apendicectomía. (c) Apendicitis perforada. La flecha larga muestra burbujas de aire en el peritoneo; la flecha corta, aire en el sistema porta por pileflebitis y en el círculo que encierra el apendicolito. Hay peritonitis generalizada. En el mismo plano coronal se resumen los hallazgos. (d) Paciente con sangre positiva en las heces. En la colonoscopia se encuentra una lesión infiltrativa focal del colon transverso (círculo), cuya patología demostró un adenocarcinoma. Al llegar el colonoscopio a la válvula ileocecal, se encuentra una indentación de la pared medial. Se adquiere el estudio tomográfico y se encuentra una masa homogénea e hipodensa en la topografía del apéndice, sin diferenciarse este (flecha). Es una patología consistente con cistoadenicarcinoma. Imagen coronal MPR 2D que revela el compromiso multifocal de diferente etiología.

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Fig. 8. (a) Paciente con linfoma NH en quimioterapia. Se muestra el engrosamiento homogéneo de las paredes del colon ascendente (flecha), el cual, sumado al antecedente, describe el cuadro de tiflitis. En el plano coronal se evalúa la extensión del daño característico de esta entidad. (b) Pancolitis. Contraste positivo por enema rectal, donde se evidencia el engrosamiento de la pared de todo el marco cólico (flechas) y algo de líquido peritoneal. Paciente con evolución tórpida, llevada a cirugía, donde se le realiza una hemicolectomía izquierda. Macroscópicamente se encuentran cambios isquémicos-necróticos no predecibles por TC. (c) Seudocolitis membranosa. Se muestra la captación del contraste por la mucosa de todo el colon (flecha). No hay contraste positivo que aporte al signo del “acordeón”. Paciente en antibioticoterapia por endocarditis bacteriana. Se aisló el C. difficile.

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Fig. 9. (a) Afectación del ángulo esplénico y del colon descendente (flechas). Algo de realce mucoso y seroso. Ulceración de la mucosa; comienzan a depositarse burbujas de gas en la pared medial del colon, visualizadas en este plano coronal. (b) Paciente con antecedente de deshidratación y síndrome de dificultad respiratoria. Ordenan TC de tórax, pero los cortes del abdomen superior muestran el cuadro de colitis isquémica. Plano coronal que evidencia engrosamiento y neumatosis del colon transverso y ascendente, respectivamente (flecha corta). Aire en venas esplácnicas; comienza a llegar aire a la porta intrahepática hacia el lóbulo hepático izquierdo (flecha larga).

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Fig. 10. (a) Imagen de “manzana mordida” que afecta el colon descendente. Plano coronal donde se aprecia mejor la extensión en el eje longitudinal de la lesión, así como el grado leve de estenosis (flecha). (b) Cambios inflamatorios pericolónicos bien delimitados en la reconstrucción coronal cuando se compara con otras regiones; este hallazgo orienta el segmento afectado y se encuentra un engrosamiento concéntrico de las paredes del rectosigmoides (flecha). No hay sacos diverticulares ni líquido. La colonoscopia confirma adenocarcinoma con sobreinfección. (c) Estenosis rectal por adenocarcinoma. Como método paliativo, a la paciente se le instala un stent autoexpandible que funciona bien durante un tiempo. Ahora regresa con signos de obstrucción intestinal. Círculo que indica la lesión infiltrativa semianular con una imagen más densa central que representa el stent en un corte axial. La ventaja de la imagen coronal es visualizar, además, en el mismo plano una metástasis hipovascular hepática característica (flecha).

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Fig. 11. (a) Paciente de 15 años de edad con un cuadro de constipación. Se identifica una masa bien circunscrita en la fosa isquiorrectal izquierda. En la imagen coronal se define mejor el rechazo y la disminución de la luz del recto, lo cual es sugestivo de una lesión mural (flecha). La patología reveló un tumor estromal-GIST anorrectal. (b) Paciente de 16 años de edad con recaída de rabdomiosarcoma de próstata, que se presenta con un cuadro obstructivo bajo. Plano coronal que demuestra el sitio de la obstrucción, su grado y la extensión en ambos planos de la masa en la pelvis (flecha). Rev Colomb Radiol. 2009; 20(2):2659-67

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b Fig. 12. (a) Paciente cuatro días después de un drenaje de absceso paraespinal por tuberculosis. Presentaba distensión y dolor abdominal. Imagen coronal que logra demostrar el grado de distensión de las asas del colon y que define adecuadamente los haustros y su trayecto anatómico. Asas que llegan a tener un calibre de 9 cm de diámetro son hallazgos sugestivos del síndrome de Ogilvie. Se inicia tratamiento médico con neostigmina e hidratación. Hay buena evolución. (b) Paciente quien se presenta con un cuadro de paro de fecales. La visión coronal demuestra carcinomatosis con infiltración tumoral de la región celiaca. Igualmente una afectación de la confluencia portoesplénica con dilatación de la vena porta (flecha larga). También infiltración de la grasa y del plexo celiaco, con dilatación secundaria marcada del colon por compromiso del plexo solar y formación secundaria de fecalomas (flecha corta).

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Fig. 13. (a) Paciente con dolor difuso y cuadro oclusivo intestinal. Plano coronal que muestra la posición medial de la válvula ileocecal y el ciego localizado hacia el flanco izquierdo (flecha). (b) Un corte más anterior en el plano coronal que ajusta la ventana para el pulmón, a fin de señalar el calibre que puede alcanzar el ciego, de hasta 13 cm (flecha). No hay neumatosis intestinal. El paciente fue intervenido y se encontró vólvulo del ciego, con cambios isquémicos. (c). Ciego basculado. La flecha larga muestra la sobreposición con el mismo colon ascendente, La flecha corta muestra la posición de la válvula ileocecal. Estos hallazgos pueden ser valorados en el mismo plano para mejor ubicación de los puntos de referencia descritos.

Fig. 14. Gasa retenida adyacente al colon descendente. Presenta una cápsula que realza homogéneamente. Su contenido con aire semeja el contenido colónico (flecha larga). Nótese, además, algo de obstrucción con distensión y abundante materia fecal en el colon más proximal. En la misma imagen coronal se evidencia la conexión con el gasoma y el recorrido del trayecto de la fístula en su tercio proximal (flechas cortas). El tracto terminaba en la piel.

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Fig. 15. Paciente con antecedente de trauma cerrado de abdomen. (a) Plano coronal que demuestra hematoma de 2 cm en el mesocolon, con cambios en la grasa y mínimo líquido intraperitoneal. (b) 24 horas después del trauma se evidencia una caída de la hemoglobina, hipotensión y taquicardia. Se realiza una tomografía de control que demuestra, en el mismo plano coronal, el incremento significativo del tamaño del hematoma en el mesocolon transverso, así como hemoperitoneo. Colon transverso con contraste positivo sin signos de isquemia. Paciente llevado a cirugía para empaquetamiento.

Gasoma2

5.

El gasoma se ha reportado en la literatura como cuerpos extraños retenidos. Se presenta y puede hacerse evidente mucho tiempo después de la intervención. En el caso del colon, un absceso organizado con aire en su interior puede confundirse con un asa. Debe contrastarse adecuadamente y diferenciar las partes. Mientras el colon preserva su patrón haustral, un gasoma presenta una cápsula homogénea que se realza con el contraste venoso. Es necesario evaluar tabiques fistulosos y cambios peritoneales. El antecedente quirúrgico siempre debe indagarse (Fig. 14).

6. 7. 8. 9. 10. 11. 12.

Trauma cerrado El trauma intestinal y del meso son detectados en un 5% de los traumas cerrados por laparotomía y representan la tercera causa más común en el trauma cerrado de abdomen. Tres mecanismos básicos pueden causar trauma intestinal y del mesenterio: fuerza directa sobre el tubo digestivo, rápida desaceleración que genera fuerzas desgarrantes entre las porciones fijas y móviles del intestino y el aumento de la presión endoluminal aguda, que puede resultar en ruptura por desgarros (16). El hematoma mesentérico bien definido es una demostración de una laceración vascular, pero no siempre indica la necesidad de cirugía (figs. 15 a y b).

Referencias 1. 2. 3. 4.

2

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Correspondencia

Vanessa García G. Carrera 5a No. 39-62 Edificio Quinta Avenida, Apto. 1701 Medellín, Colombia [email protected]

Recibido para evaluación: 30 de marzo del 2009 Aceptado para publicación: 11 de mayo del 2009

Para ampliar el significado de “gasoma” vea la nueva sección Sala de Redacción, pág. 2678

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