Vida Cotidiana y Derechos Humanos: las voces de los niños, niñas y adolescentes

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES PSICOLOGICAS UNIVERSIDAD DE COSTA RICA Vida Cotidiana y Derechos Humanos: las voces de los niños, niñas y adolescentes I

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INSTITUTO DE INVESTIGACIONES PSICOLOGICAS UNIVERSIDAD DE COSTA RICA

Vida Cotidiana y Derechos Humanos: las voces de los niños, niñas y adolescentes INFORME DE INVESTIGACION

Equipo de Investigadores M.Sc. Ignacio Dobles M.Sc.Mauricio Molina Licda. Gabriela Villalobos Asistentes Lizbeth Solano Evelyn Martínez Mafalda Flores

1999

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1. ANTECEDENTES. DISCUSIÓN TEÓRICO-CONCEPTUAL. Nos referiremos, de manera resumida, a cuatro categorías conceptuales que serán de gran importancia para la articulación de este trabajo, y para el análisis de la información recogida mediante la metodología utilizada, que describiremos en un apartado posterior. Se trata de las categorías: Derechos Humanos, cotidianidad, identidad y poder. En primer término nos referiremos a los Derechos Humanos, y en este caso concreto a los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes. Es útil, para introducirnos en el tema, hacer un pequeño recuento histórico. La infancia y la adolescencia o juventud son construcciones sociohistóricas, no abstracciones ahistóricas. Esto se revela de manera clara cuando se considera la discusión acerca de cuándo termina la adolescencia ya que la respuesta no puede ser

biológica, sino que necesariamente se ubica en coordenadas

sociohistóricas, y en determinados contextos rasgos asociados con la adolescencia se “prolongan”, socialmente, debido a factores socioeconómicos, por ejemplo, el desempleo o la falta de vivienda. En todo caso, si consideramos, siguiendo a Savater (1991), las doctrinas y declaraciones sobre Derechos Humanos (aquellos derechos intrínsecos a todo ser humano en virtud de serlo) como paradigmas deseables para la humanidad, tenemos que desde 1959 las Naciones Unidas había aprobado la Declaración de los Derechos del Niño, recomendando medidas de protección a la infancia. En 1989, es decir, hasta treinta años después, son aprobadas las disposiciones de la Convención sobre los Derechos del Niño, realizada en 1975, por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Estas disposiciones abarcan las áreas de supervivencia, que comprende el derecho de los niños y niñas a tener niveles de vida adecuados y servicios de salud, de desarrollo, incluyendo al desarrollo integral en lo físico, lo intelectual, lo afectivo y lo psíquico; de protección, que implica la protección de los niños ante aquellos actos que atenten contra su

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desarrollo integral, y de participación, que implica tener una voz y presencia efectiva sobre cuestiones que atañen al mundo en que viven. Esto es en términos muy generales lo que establece la doctrina y las convenciones internacionales. Ahora, aquí como en otros terrenos, es necesario analizar más a fondo desde que perspectiva se retoma el tópico de los Derechos Humanos. Esto es particularmente importante porque no es suficiente que conquistas queden establecidas en las normas y en la legislación, sino que el problema principal radica en como estos derechos son incorporados a la vivencia cotidiana de niños, niñas y adolescentes, y también de aquellas otras personas con quienes conviven. Aquí resulta útil rescatar lo que se ha denominado una “perspectiva integrada de los Derechos Humanos” desarrollada por la Universidad de Lund en Suecia (1991), que pretende abordar la temática de los Derechos Humanos desde la perspectiva de las mayorías de los pobladores que en su cotidianidad viven estos derechos o para quienes se ven articulados, y también desde la visión de que la gente debe movilizarse en función de su cumplimiento. Esta visión integrada implica: 1) Integración como una guía interpretacional y teórica a la práctica que reconoce el papel central que juega la gente en la base, en sus vidas cotidianas, dentro de la articulación de los Derechos Humanos en los niveles de reconocimiento, contestación, clarificación, formulación, institucionalización o no-institucionalización, promoción o no promoción, implementación o no-implementación.

Es claro que es necesario conocer los derechos

para exigir su cumplimiento, y que es necesario defender los derechos para no perderlos. Esta concepción nos alerta acerca de que hay diferentes niveles de procesamiento de los derechos por parte de los ciudadanos, con sus acciones correspondientes. 2) Integración como una guía de reconocimiento al identificar los diversos roles que juegan los individuos, grupos, clases sociales, el Estado e instituciones estatales y fuerzas externas, en moldear la realidad de los Derechos Humanos. Se evitan así modelos lineales que vislumbran la problemática estrictamente desde “arriba” (las leyes, las normas, las

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perspectivas de las instituciones) o exclusivamente desde “abajo” (el activismo, las organizaciones de base, negando las posibilidades de incidir en la formulación de leyes o políticas). Además, esta visión “integrada” insiste en la necesaria vinculación entre la teoría y la práctica en materia de Derechos Humanos. Estas consideraciones son importantes, en tanto que amplían el espectro de elementos que entran en juego en una discusión sobre el tema. Desde este planteamiento, las percepciones de derechos que tengan los niños, niñas y adolescentes serán de gran importancia para calibrar sus efectos reales en las vidas cotidianas, como lo serán sus perspectivas acerca de los obstáculos que se presentan a un eficaz cumplimiento de derechos, o incluso su identificación de problemas que

no estén contempladas en

normativas o convenciones vigentes. Desde una visión integrada de los derechos, el trabajo en relación con la percepción e identificación de la problemática cotidiana de estos sectores etarios se convierte en un elemento fundamental para elucidar una agenda anclada en la realidad. Otro aspecto a considerar implica el complementar el aspecto de “derechos”, protegidos por convenciones, leyes o por instituciones competentes, con el de “responsabilidades”, y particularmente con el de ”responsabilidad social”. Es decir, si valoramos la concepción del niño o niña, o del adolescente, como persona activa, capaz de ejercer su autonomía, es decir, como “sujeto” y no como “objeto”, es necesario asociar este carácter activo del ser humano también con elementos de “responsabilidad social” es decir, de responsabilidad ante los demás (adultos, maestros, pares, hermanos, etc.) y esto también es parte de la problemática cotidiana de los jóvenes, niños y niñas como protagonistas de su propia vida, y se convierte en otro tema a explorar en este estudio. En su desarrollo, los niños, niñas y adolescentes viven procesos de construcción de identidades, personales y sociales, como parte de su proceso de socialización.

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El término "identidad", es, no obstante, polisémico, y diversas tradiciones de pensamiento psicológico lo han utilizado de varias maneras: así, se investiga y se actúa en torno al desarrollo de la identidad, se habla de la identidad de género o la identidad grupal o profesional, Erickson (1976) y muchos que lo han seguido hablan de "crisis de identidad", "identidad difusa", o "identidad negativa". Otros, como Sampson (1985)

critican la

existencia misma de conceptos como el de "identidad" que pretendan ser centralizadores o dar nociones de continuidad en un mundo que consideran más bien discontinuo y descentrado. En la lógica formal, tenemos el principio de identidad que postula que "una cosa es idéntica a ella misma". Así, si una cosa incluye a sí misma (señala Abello, citado en Montero, 1987), excluye todo lo que no es ella, y de entrada el ámbito de la "identidad", de la "mismidad", implica, como negación, lo externo al elemento en cuestión. Los problemas empiezan cuando en el mundo de las personas y de las relaciones sociales impera no una lógica formal, sino una "psico-lógica", que es más bien dialéctica, que además, como lo recuerda insistentemente Martín-Baró (1989), se desarrolla en el marco de relaciones de poder. En esta perspectiva, la separación entre la persona y lo que es externo a ella, o aquello frente a lo cual se afirma, no es absoluta, sino que probablemente implica contradicciones o influencias directas o sutiles. Esto reafirma el postulado de Mead (1934) de que la identidad, sea personal, grupal o social, no se forma en un vacío, sino en el marco de la interacción social. El concepto de identidad suele hacer alusión a un aspecto de "permanencia relativa". Krauskopf (1985) la define de la siguiente manera, siguiendo la línea de pensamiento de Erik Erikson: " la experiencia interna de mismidad, de ser nosotros mismos en forma coherente y contínua, a pesar de los cambios internos y externos que enfrentamos en nuestra vida". Igor Kon (1988) hace el siguiente encuadre de las modalidades en que se utiliza el término en las Ciencias Humanas: 1. La Identidad Psicofisiológica; que designa la unidad de los procesos fisiológicos y psíquicos y de la estructura del organismo.

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2. La Identidad Personal: que alude a la unidad y la sucesión de la actividad vital, finalidades, motivos, disposiciones con sentido vital de la personalidad, que toma conciencia de sí misma como "mismidad". 3. La Identidad Social: que designa el sistema de propiedades gracias a los cuales el individuo se convierte en individuo social, miembro de una determinada sociedad o de un grupo y que presupone la separación de los individuos por su pertenencia social de clase, estatus

y normas sociales por ellos asimiladas. Esta división puede ser "objetiva" o

"subjetiva". En cuanto a la "identidad personal", claramente nos encontramos aquí con una dimensión de la temática muy recurrente en Psicología del Desarrollo, y sobre todo en lo que tiene que ver con la adolescencia. Conceptos como "difusión de identidad", "confusión de identidad”, "pseudoidentidades" o "identidades negativas" serán utilizados para denotar resoluciones insatisfactorias de la búsqueda de identidad. La "identidad negativa", por ejemplo, se define como: " ...la elaboración del sentimiento de una falta de identidad aceptable que se expresa a través de una hostilidad desdeñosa hacia roles que se presentan como adecuados o deseables" (Krauskopf, 1985). Pero, aquí, de nuevo, nuestras consideraciones se entrelazan con marcos valorativos sociales: ¿"aceptable" para quién?, ¿Quién define las insuficiencias o las deficiencias?. No se puede ver este estudio de los procesos personales, que muchas veces toma al individuo como único parámetro, al margen de las relaciones sociales, estructuras de poder, etc. Es decir, del dónde, desde qué perspectiva se ofrecen las definiciones. De nuevo, la identidad del sujeto, del individuo, se afirma siempre frente a otros individuos. Como señala Kon (l988,22): " El problema del "YO", de esta forma, sobrepasa los marcos de la correlación gnoseológica de la conciencia y de la autocognición y adquiere un carácter integral, sociomoral. Incluso en su autoconciencia, el individuo debe salir de los límites de su singularidad, de grado o por fuerza está obligado a relacionar su comportamiento con las opiniones de los otros y con la ley moral, absoluta, que está fuera de él".

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Como constructo social, la identidad, en esta dialéctica de estabilidad/cambio, se presentará siempre en relación con otros. Es decir, la identidad social se reafirma frente a los integrantes del propio grupo y aquellos otros grupos que se relacionan con él, especialmente los que se afirman desde una oposición al propio grupo, generando una dinámica nosotros-ellos. Esta identidad, como representación, es además algo que se construye cotidianamente, en distintos espacios de la vida social. La discusión sobre procesos de identidad guarda una importancia especial para la valoración de deberes y derechos, y de la identificación de problemas y dilemas en la vida cotidiana, ya que la percepción y el procesamiento de información estará determinado socialmente, y guardará relación con las valoraciones del propio grupo y de los demás. Explorar aspectos de la identidad social y personal tendrá gran relevancia para la exploración de temas como el respeto, la tolerancia, la responsabilidad social, la solidaridad o para la ausencia de estos elementos. La identificación de derechos y deberes, de expectativas y necesidades, así como de limitaciones y problemas es en esencia el establecimiento de marcos para la convivencia social, y en ellos jugará un papel importante el desarrollo de procesos de identidad, personal y social, en el marco de una socialización que es por excelencia contradictoria, como destacara Martín-Baró (1985). Cuando afirmamos que la construcción de identidades es un fenómeno que ocurre cotidianamente nos referimos a que no se limita a momentos o espacios “especiales” de la vida social, sino que transcurre en planos de la existencia que se caracterizan por la inmediatez con que se le presentan a las personas, y además, por su no-problematización. En su existencia diaria, las personas, de diversas edades, enfrentan muy diversas situaciones con una economía de esfuerzos, en tanto que no hay que buscar soluciones nuevas para cada situación porque hay pautas interiorizadas de acción procesadas como producto de la interacción social. En esta cotidianidad prevalecerá lo que Berger y Luckmann (1969) hace ya más de treinta años denominaban “mantenimientos de rutina”, es

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decir acciones que no implicaban problematización, que se convertían en “sentido común”, no cuestionado. En esta investigación, al ubicar la temática en lo que denominamos cotidianidad de los derechos, deberes, etc., nos estamos refiriendo entonces no sólo a las situaciones que se les presentan a diario, repetitivas, insidiosas y a veces ignoradas, sino también a un “manejo” de la realidad en lo subjetivo que tiende a “naturalizar”, “rutinizar” situaciones. Por eso se vuelve importante, metodológicamente, explorar explícitamente problemas, dilemas, que se evidencian también en esta vida diaria. Por último, indagamos en este estudio a sectores de la población que en un contexto social eminentemente “adultocéntrico” se encuentran con grados relativamente bajos de poder social. De esta manera el tema de poder cobra importancia al

considerar la

valoración que brindan a diversos aspectos de su vida cotidiana. Martín-Baró ha señalado que: "Poder es aquel carácter de las relaciones sociales basado en la posesión diferencial de recursos que permiten a unos realizar sus intereses, personales o de clase, e imponerlos a otros”. (Martín-Baró, 1989, 101). Hay que tomar en cuenta que estos hechos se presentarán siempre en contextos relacionales determinados, y que se pueden presentar diversas modalidades de poder: Lukes (Martín-Baró, 1989) destaca las siguientes: 1. El poder coercitivo: que se presenta cuando alguien se somete a otro bajo la amenaza de sanciones. 2. El poder basado en la fuerza: cuando el individuo es materialmente forzado a someterse a las imposiciones del otro sin posibilidad física de alternativa. 3. El poder manipulativo: presentándose la sumisión sin que la persona se percate de que se le está imponiendo una forma de actuar.

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4. El poder de influencia: Cuando el individuo acepta en forma voluntaria, sin coerción, fuerza o manipulación, la forma de actuar requerida por el otro. La clave en estas definiciones se presenta en la sumisión, en la imposición de formas de actuar que son aceptadas por la otra parte, en un esquema de poder que no contempla la negociación. Es claro que los adolescentes, y sobre todo los niños y las niñas, se encuentran en situaciones de dependencia e inferioridad en cuanto a su grado de poder social, y a lo que podría ser un ejercicio de autoridad apropiado en adultos se le suman muchas veces conductas impositivas que se sustentan en estereotipos o en un menosprecio de las capacidades o potencialidades del joven, el niño, o la niña. En esta indagación cobrará importancia identificar cuales son los recursos con que cuentan estas personas para enfrentar su realidad, y de esta manera definir ámbitos de poder, y siempre tomando en cuenta el carácter relacional del poder, las características que adoptan el manejo de poder por parte de otras personas significativas, y su incidencia sobre derechos y responsabilidades de los niños, las niñas y los jóvenes.

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2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA El tema de esta investigación implica articular las voces de niños, niñas y jóvenes relativas a su vivencia de derechos y deberes, de los obstáculos que perciben en el cumplimiento de derechos, y de la problemática que perciben en su existencia cotidiana, sus necesidades, aspiraciones y recursos. Se pretende contribuir a la elaboración de una agenda, desde la perspectiva propia de este sector de la población, que incida en la discusión nacional de problemas socialmente relevantes, y muy particularmente aquellos que atañen a niños, niñas y jóvenes. Esta es una necesidad detectada por UNICEF, que solicita al Instituto de Investigaciones Psicológicas emprender este esfuerzo investigativo en el contexto del Convenio de Acción UNICEF-Universidad de Costa Rica. La importancia de la actuación de la Universidad en este campo ha sido resaltada por Saavedra: “En los momentos en que se habla de la importancia de los derechos humanos y específicamente de los derechos específicos de la Infancia y la Adolescencia, cuyo marco está impregnando los curricula educativos, los marcos institucionales, la normativa jurídica y administrativa, es fundamental para la Universidad contribuir tanto a la comunidad nacional con un aporte de aproximación y conocimiento del tema, como a la comunidad académica que no puede permanecer marginada del sentir y pensar de casi la mitad de los habitantes de este país". Esta investigadora se refiere en este comentario exclusivamente a los adolescentes, si a éstos les sumamos la población infantil que será cubierta en nuestra propuesta, tenemos que estamos explorando las vivencias y preocupaciones de un sector mayoritario de nuestra población.

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3. OBJETIVOS GENERALES Y ESPECIFICOS DEL ESTUDIO 1. Identificar aquellos ámbitos de la vida cotidiana considerados por niños, niñas y jóvenes como más relevantes. 2. Identificar los derechos y responsabilidades consideradas de mayor importancia por jóvenes, niños y niñas en su vida cotidiana. 3.

Identificar los obstáculos identificados por niños, niñas y jóvenes para el cumplimiento

de sus derechos en su vida cotidiana, así como los recursos con que cuentan para fomentar el cumplimiento de estos derechos. 4. Derivar de estos resultados una “agenda” propia de los niños, niñas y jóvenes que se convierta en referente para la elaboración de políticas y para la discusión nacional sobre problemas sociales.

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4. PROCEDIMIENTOS Y METODOLOGÍA La investigación está compuesta por tres grandes fases: La primera fase comprendió la ejecución de seis talleres tomando en cuenta grupos de edad y zonas geográficas de procedencia. El objetivo de esta fase fue consultar a los grupos de interés sobre problemáticas y preocupaciones relevantes en su cotidianidad y elaborar una agenda a partir de la cual se pudiera construir un cuestionario a aplicarse en una muestra a nivel nacional.

Se partió de la premisa que las temáticas de interés de los niños, niñas y jóvenes saldrían como resultado de la discusión grupal con lo cual se establecerían las áreas o problemáticas relevantes en los distintos grupos etarios. Para orientar la discusión grupal en los talleres se diseñaron cuatro ejes fundamentales: • Salud (alimentación, higiene, autocuidado, acceso a servicios de salud, condiciones de vida). • Tiempo y Espacio (uso y organización del tiempo libre, juego, intimidad y privacidad, exposición a medios, estudio - trabajo, lugares de recreación).

• Relaciones Interpersonales (redes de apoyo, relaciones familiares, relaciones de autoridad, sexualidad y relaciones de pares, proyecto de vida y roles asignados, asumidos y deseados). • Derechos (conocimiento, resolución y abordaje de conflictos, violación de derechos básicos del niño, empoderamiento, valores instrumentales y terminales, libertad, responsabilidad, autoridad). La segunda fase consistió en la elaboración de los cuestionarios correspondientes a cada grupo de edad, con base en la información de los talleres. Se hizo una prueba de

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campo, en colegios y segmentos rurales y urbanos, antes de establecer la versión definitiva de los cuestionarios. Asimismo, se efectuó una reunión de evaluación con funcionarios de UNICEF en donde se atendieron diversas inquietudes antes de establecer la versión definitiva. . La tercera fase implicó la recolección de la información a escala nacional y se efectuó entre noviembre de 1998 y abril de 1999. A. Los talleres

Organización de los talleres Grupo etario

Sexo

Zona

8 a 10 años 8 a 10 años 11 a 13 años 11 a 13 años 14a 16 años 15a 16 años

ambos ambos ambos ambos ambos ambos

urbana rural urbana rural urbana rural

Se llevaron a cabo seis talleres en diferentes zonas del país, tres en zona rural y tres en zona urbana. Asimismo, dos de los talleres fueron realizados con niños y niñas de 8 a 10 años, otros dos con niños y niñas de 11 a 13 años, y dos más con jóvenes de 14

a 16 años, uno rural y uno urbano en cada categoría. Los talleres se programaron de tal manera que, además de hacerlos participativos, lúdicos y agradables, los participantes pudieran brindar diversos elementos a considerar para establecer una agenda de preocupaciones acerca de temas relevantes en su vida cotidiana. Los talleres se llevaron a cabo en: -Siquiares de Alajuela, con jóvenes de 11 a 13 años. -San Isidro de Pérez Zeledón, con niños y niñas de 8 a 10 años. -Tirrases de Curridabat, con jóvenes de 14 a 16 años. -Lourdes de Montes de Oca, con niños y niñas de 8 a 10 años.

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-San Ramón de Pérez Zeledón con jóvenes de 14 a 16 años. -Zapote, con jóvenes de 11 a 13 años. Cada sesión grupal

se realizó con un mínimo de 8 a 10 participantes,

proporcionalmente divididos entre hombres y mujeres.

Se trabajó con metodología

participativa tomando como base los siguientes cuatro temas eje: salud, tiempo y espacio, relaciones interpersonales y derechos humanos. Las sesiones tuvieron una duración aproximada de tres horas y fueron grabadas tanto en audio como en vídeo para la posterior interpretación y análisis de los contenidos. B. La Metodología de los Talleres Para la ejecución de los talleres se utilizó una metodología que pretendía fomentar la participación. Se planearon las siguientes actividades: 1. Introducción: -

Presentación de las (os) facilitadores (as)

-

Dinámica de animación: ejercicio con las sillas o con las bolas.

-

Motivación y encuadre del taller: "por qué es importante reflexionar sobre lo que vivimos día con día y conocer cómo es un día en la vida de mis compañeros(as) y amigos(as)".

2. Primera Parte: -

Fantasía Dirigida: El objetivo es ubicar a los (as) participantes en el contexto de la actividad (Ver Anexo #1).

-

Trabajo individual. La consigna fue: "describa con palabras o con dibujos cómo es su día desde que se levanta hasta que se acuesta".

-

Plenaria: Cada participante cuenta lo que dibujó o escribió.

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3. Segunda Parte: -

Trabajo Grupal: Problematización de situaciones cotidianas. El objetivo es diagnosticar el nivel de conocimientos, actitudes, valores y vivencias en torno a los derechos humanos.

Se trata de encabezados pequeños que representan

situaciones conflictivas de derechos humanos, los cuales se les "cuentan" a los y las participantes para que vayan construyendo el resto de la historia. Los (as) facilitadores (as) llevaron preguntas diseñadas con anterioridad para generar discusión y así garantizar el abordaje de todos los temas necesarios. llevarla a cabo, se separa al grupo en tres subgrupos.

Para

Cada uno de estos

subgrupos trabaja una situación diferente que parte de tres ejes temáticos de la investigación, el eje de derechos humanos se incorpora a cada uno de los ejes anteriores como tema fundamental. (Ver Anexo # 2). -

Exposición en forma creativa de las conclusiones de cada subgrupo sobre la problematización.

4. Tercera Parte: -

Trabajo Grupal: Construcción colectiva de un mural sobre "Mi día ideal".

-

Comentarios sobre el mural

-

Conclusiones y cierre.

Para llevar a cabo estas actividades se utilizaron los siguientes materiales: cámara de vídeo, grabadoras de audio, cassettes de vídeo Hi-8, cassettes de audio, lápices de grafito, lápices de colores, crayolas, gomeras, tijeras, “masking tape”, papel periódico en pliegos, hojas blancas grandes, material de desecho o de reciclaje, vestuario para teatro y bolas.

C. Evaluación de los Talleres

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El tratamiento de la información de los talleres se realizó mediante la aplicación del criterio de jueces expertos en el estudio de problemática de la infancia y la juventud, quiénes analizaron la información obtenida desde dos dimensiones: manejo del taller (cómo se hizo y sí se lograron los objetivos) y la calidad y el contenido derivado de

la

información obtenida. Para evaluarlos se utilizó una guía (Ver Anexo #3) que buscaba identificar los diversos elementos relacionados con Derechos Humanos y cotidianidad que pudieran aparecer en los diferentes momentos de las actividades. Cada taller fue evaluado por dos personas que no participaron en los mismos. Posteriormente se cruzaron criterios y se obtuvieron elementos para la agenda final de los temas que preocupan a los niños, niñas y jóvenes y para construir las preguntas de los instrumentos a desarrollar. Por otro lado, también se utilizaron como elementos a analizar las notas de campo de quienes facilitaron los diferentes talleres, así como el material producido por los y las participantes durante el desarrollo de los mismos. De los temas comunes obtenidos en los talleres, se elaboró una lista de derechos y de deberes que los niños, niñas y jóvenes refirieron de su cotidianidad. En los talleres se mencionaron los siguientes derechos: -juego

-intimidad y privacidad

-estudio

-protección por parte de los adultos

-vivienda

-contacto con la naturaleza y ambiente sano

-alimentación

-seguridad económica

-vida familiar

-educación sexual

-deporte

-maternidad

-paz y tranquilidad

-consumo

-salud

-tener oportunidades

-derechos laborales Como deberes, los niños, niñas y jóvenes hicieron mención de los siguientes: -trabajar la tierra

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-cumplir el horario escolar y con los estudios en general -oficios domésticos -higiene personal -cuido de mascotas y animales -rezar -contar los problemas a los padres -ayudar a familiares y a amigos -protegerse en la sexualidad -descanso. Los anteriores derechos y deberes constituyeron la agenda a partir de la cual se elaboraron las preguntas del cuestionario, que se agruparon en ocho grandes temas: -situación familiar. -condiciones de vida. -salud reproductiva. -redes de apoyo y participación. -educación y trabajo. -comunidad. -derechos humanos. -valores. D. Los instrumentos Se tomó la decisión, metodológica, de dividir la indagación en dos poblaciones: una de niños y niñas de 8 a 11 años y otra de jóvenes de 12 a 16. Esto creó un serio reto, ya que se pretendía abordar la misma “agenda” en los dos sectores, tomando en cuenta el grado diferente de complejidad involucrado y las particularidades de las poblaciones. De esta manera se optó, en el segundo instrumento (para niños y niñas) no sólo por simplificarlo, sino también por acompañarlo con dibujos que hiciera más grata su lectura.

Los

instrumentos llevaron en su elaboración mucho trabajo y discusión, probándose tanto en

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área rural como urbana, y en el caso del de jóvenes, tanto en colegios como en segmentos censales. Se incluyen como anexo a este informe ambos instrumentos, en sus versiones finales (Ver Anexo #4). E. Diseño Muestral En la primera fase de diagnóstico a través de talleres, para el trabajo con los dos primeros grupos etarios se tomó en cuenta a centros educativos y para el resto de los grupos se coordinó con instituciones y organizaciones que trabajan con jóvenes. Para la tercera fase de aplicación de los instrumentos el diseño muestral fue de la siguiente manera: la población a tomar en cuenta en el estudio fueron todos los niños y jóvenes de 8 a 16 años y se dividieron en tres grupos: los que están matriculados en primaria, los jóvenes matriculados en secundaria y los no matriculados en secundaria. Es decir en el intervalo de edad de 13 a 16 años se calcularon dos submuestras; la primera submuestra es polietápica y la segunda submuestra es por conglomerados. Esto en tanto que la deserción en secundaria es mucho mayor que en primaria. La matrícula de primaria en 1997 era de 523,273, con un 51.49% de varones y un 48.5% de mujeres.

La matrícula corresponde al total de estudiantes en el año de 1997 de las

instituciones públicas, privadas y semipúblicas. En este estudio se tomaron como base para la muestra los niños de 8 a 12 años escolarizados, ya que la tasa es de 96.2%, solamente un 3.8% de los niños y niñas de ese rango de edad quedan fuera del sistema escolar. Sin embargo, para la población comprendida entre los 13 y 16 años, no fue posible tomar en cuenta exclusivamente a la población matriculada en la educación secundaria, ya que la tasa neta de escolaridad en III Ciclo y en Educación Diversificada según los datos oficiales, es de solamente de un 47.6%, quedando por fuera un 52.4%. En este caso se tomó una submuestra por conglomerados.

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Para 1997 la población matriculada en secundaria era de 166,815 personas, por la que la estimación de la población no matriculada fue de 183,637 (53.4%), teniendo así un total aproximado de 350,452 jóvenes entre 13 y 16 años. La propuesta de muestra contemplaba a 1535 personas con la siguiente proporción: Grupos

Cantidad

Distribución

Muestra

porcentual Primaria

525273

59.98

921

Secundaria

166815

19.05

292

Población no matriculada (13 a 16 183637

20.97

322

100.00

1535

años) Total 875725

Para las submuestras de niños, niñas y jóvenes escolarizados se seleccionaron instituciones educativas mediante probabilidades proporcionales al tamaño. En cada institución se procedió formalmente a seleccionar un grupo al azar, y el instrumento se aplicó de manera grupal. Para la submuestra de jóvenes no escolarizados se planteó realizar entrevistas domiciliarias. Se usó un muestreo por etapas hasta llegar a los segmentos censales. Para la selección de las unidades finales de muestreo se empleó el procedimiento de cuotas aleatorias de Sudman. Como anexo a este informe se incluye el detalle de los marcos muestrales establecidos.

F. Procedimiento de recolección de datos y supervisión El proceso de recolección de la información se dividió en tres fases, en concordancia con el diseño muestral de la investigación que se compone de tres estratos a saber:

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1. Sujetos entre 8 y 11 años que asisten a una institución de educación formal primaria; 2. Sujetos entre 12 y 16 años que asisten a una institución de educación formal secundaria; y 3. Sujetos entre 12 y 16 años que no asisten a ninguna institución de educación formal. El proceso se inició en Noviembre de 1998 cuando se aplicó el instrumento a los jóvenes que asisten a colegios y a los sextos grados. En este estrato la aplicación del cuestionario fue en forma autoadministrada y de manera grupal a toda la sección.

La

duración con cada grupo fue aproximadamente de 40 minutos. Se enfrentaron limitaciones en dos colegios que no autorizaron el trabajo con los grupos por falta de tiempo ya que al momento de la recolección de la información se estaba cerrando el ciclo lectivo, por lo que se procedió a sustituirlos con otras dos instituciones que reunieran características similares. La segunda fase del proceso se inició en enero de 1999 con la recolección de la información en los segmentos censales.

En esta fase se enfrentaron dificultades

importantes para encontrar a los sujetos con las características que se requerían, por lo tanto, a los encuestadores les costó completar las cuotas por segmento, edad y sexo. Otro problema que se pudo haber enfrentado, principalmente en el área urbana, es que algunos jóvenes negaran que no estuvieran estudiando por vergüenza, o por resistencia a colaborar con los encuestadores. Sin embargo, no tenemos manera de verificar si esto ocurrió o no. A quienes sí se les aplicó, el cuestionario fue autoadministrado. Generalmente los encuestadores optaron por dejar el instrumento y pasar a recogerlo horas más tarde o al día siguiente ya que la gran mayoría de jóvenes al momento de la visita no se encontraban en sus casas. Con las encuestas domiciliarias en zona rural los encuestadores procedieron a realizarlo en forma de entrevista para solventar dificultades en comprensión del cuestionario y expresión escrita, además de que resultaba imposible dejar los cuestionarios y recogerlos posteriormente por las distancias entre las casas o del lugar mismo. Al iniciarse el ciclo lectivo en Febrero de 1999, se procedió a recopilar la información en escuelas. La aplicación del cuestionario fue en forma grupal a toda la

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sección y totalmente dirigida por los encuestadores, quienes iban leyendo cada pregunta del cuestionario y controlando la comprensión de los ítems y el avance del grupo. La duración en la aplicación varió según las edades, pero en términos generales se duró 90 minutos como mínimo y tres horas como máximo. En este estrato la dificultad principal se presentó con los niños y niñas de segundo grado ya que al aplicarse el cuestionario al inicio del año las destrezas en lectoescritura que poseen son muy elementales. Además, se encontraron muchos niños en segundo grado con 7 años cumplidos. Las anteriores dificultades se dieron porque tanto el instrumento como el diseño muestral se diseñó pensando que se trabajaría en las escuelas a finales del ciclo lectivo de 1998, lo cual no pudo hacerse por atrasos en la aprobación final del instrumento. También se presentaron dificultades con escuelas que no quisieron colaborar con la investigación o que no fue posible realizar el contacto ya que los números telefónicos o direcciones con coincidían, por lo que en estos casos se procedió a sustituirlas por otras escuelas con similares características. El proceso de recolección de información se concluyó en el mes de marzo de 1999. Se efectúo supervisión de campo y de oficina. G. Procesamiento de los datos Los datos fueron procesados utilizando el paquete estadístico SPSS y se emplearon estadísticas descriptivas y pruebas de hipótesis.

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5. DISCUSION DE RESULTADOS A. Adolescentes 1.Características de la muestra Cuadro # 1: Distribución de la muestra Muestra Institución Domiciliaria Total

Frecuencia 780 309 1089

Porcentaje 71,6 28,4 100

Porcentaje Válido 71,65 28,45 1005

En la indagación con jóvenes se efectuaron dos tipos de mediciones: En las instituciones educativas y en los domicilios. Como se evidencia en la tabla 1, un 71,6% de las mediciones efectuadas se llevaron a cabo en instalaciones educativas, de forma autoadministrada en grupos, y un 28,4% correspondieron a entrevistas domiciliarias. Dado que fue más difícil localizar a los y las jóvenes que no estudian, y que en los resultados finales las mediciones correspondientes a instituciones están sobrerrepresentadas, fue necesario introducir un factor de ponderación para valorar con mayor certeza estadística los resultados globales.

Cuadro # 2: Distribución de la muestra según sexo Categoría Frecuencia ns/nr 1 masculino 530 femenino 558 Total 1089

Porcentaje 0.1 48.7 51.2 100

Porcentaje Válido 0.1 48.7 51.2 100

El 48,7% de los encuestados fueron hombres, y un 51,2% mujeres, como se puede apreciar en la tabla 2.

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Cuadro # 3: Distribución de la muestra según edad Edad ns/nr 12 años o menos 13 años 14 años 15 años 16 años 17 años o más Total

Frecuencia 2 214 262 189 181 174 67 1089

Porcentaje 0.2 19.6 24.1 17.4 16.6 16 6.4 100

Porcentaje Válido 19.8 24.1 17.4 16.7 16 6.4 100

Según la tabla 3, el 41,5% del total de encuestados reportan tener 13 o 14 años al efectuar la medición. El 93,6% de las personas entrevistadas reporta tener 16 años o menos.

Cuadro # 4: Distribución de la muestra según religión Categorías ns-nr Católica Evangélica Cristiana No tiene Otras Total

Frecuencia 39 749 111 139 37 8 1089

Porcentaje 3,6 68,8 10,2 12,8 3,4 0,7 100

Porcentaje Válido 3,6 68,8 10,2 12,8 3,4 0,7 100

Como es usual en nuestro país, en la muestra se evidencia que la mayoría de las personas entrevistadas especifican pertenecer a la Religión Católica (68,8% del total) mientras que el 10,2% dice pertenecer a la Religión Evangélica y el 12,8% a la Religión Cristiana o a la Bautista. 37 personas, correspondiente al 3,4% de la muestra, especifican no tener religión alguna, y solamente 8 personas (0,7%) especifican otras religiones.

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Cuadro # 5: Distribución de la muestra según nacionalidad Categoría NS/NR Costarricense Nicaragüense Otras Total

Frecuencia 7 1052 14 16 1089

Porcentaje 6 96.6 1.3 1.5 100

Porcentaje Válido 6 96.6 1.3 1.5 100

El 96,6% de los y las jóvenes encuestados reportan ser costarricenses, mientras que un 1,3% dice ser nicaragüenses y 1,5% de otras nacionalidades. Sin embargo, hay que hacer notar que la cifra de “nicaragüense” podría ser en realidad mayor, ya que es posible que sea una nacionalidad que no se reporte, debido al ostracismo y discriminación de que pueden ser objetos en algunos ámbitos.

Cuadro # 8:Distribución de la muestra según ocupación de la madre Categorías ns-nr ama de casa cuenta propia doméstica educadora comerciante profesional tecnica miscelanea pensionada no trabaja otros oficinista dependiente estudia TOTAL

Frecuencia 36 681 33 29 45 43 45 22 48 7 5 16 23 37 2 1089

Porcentaje 3.3 62.5 3 2.7 4.1 3.9 4.1 2 4.4 0.6 0.5 1.5 2.1 3.4 0.2 100

Porcentaje válido 3.4 63.5 3.1 2.7 4.2 4 4.2 2.1 4.5 0.7 0.5 1.5 2.1 3.4 0.2 100

Llama la atención que el 63,5% de las madres de los y las entrevistadas se identifican, en cuanto a ocupación, como “amas de casa”, seguidas, a gran distancia, por la categoría

“miscelánea

u

operaria”.

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Cuadro # 9: Distribución de la muestra según ocupación del padre Categorías ns-nr Chofer Independiente educador comerciante profesional técnico peón vigilante policía pensionado no trabaja otro dependiente oficinista estudia agricultor Jefe No aplica TOTAL

Frecuencia 81 75 30 30 93 105 94 217 32 8 14 7 57 49 11 2 59 4 19 1089

Porcentaje 7.4 6.9 2.8 2.8 8.5 9.6 8.6 19.9 2.9 0.7 1.3 0.6 5.2 4.5 1 0.2 5.4 0.4 1.7 100

Porcentaje válido 8.2 7.6 3 3 9.4 10.6 9.5 22 3.2 0.8 1.4 0.7 5.8 5 1.1 0.2 6 0.4 1.9 100

En lo que a la ocupación de los padres se refiere, más de la cuarta parte de las personas entrevistadas los ubican como “peones agrícolas o de construcción, misceláneos o mensajeros” (27,0%) seguidos por la categoría de “profesionales” (10,6%). 2. Situación familiar Siendo el propósito de este estudio abordar la problemática de la juventud y la niñez desde su perspectiva y desde su cotidianidad, es necesario brindar un cuadro lo más exacto posible de las condiciones de vida familiares en que se insertan, ya que una buena parte de sus actividades y quehaceres transcurren en la constelación familiar. Por esta razón, en lo que sigue se presenta información acerca del contexto de vida en familia, así como apreciaciones de los y las jóvenes acerca de pautas de interacción y relaciones en este ámbito.

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Se reporta que viven un promedio de 5,49 personas en las casas de las personas entrevistadas, con una desviación estándar de 2,20. En la siguiente tabla se presenta la información correspondiente a las personas que se reporta que viven en las casas. Esto brinda un cuadro muy importante para tener una visión de la composición familiar.

Cuadro # 7: Distribución de la muestra según las personas que viven en la casa ( datos con factor de ponderación) Categoría Hijos Pareja Empleada Doméstica Otros no Familiares Madrastra/Padrastro Primos Tíos Abuelos Padre Hermanos Madre Otros Familiares

Frecuencia 9 10 16 25 38 60 104 131 771 928 974 84

Pocentaje 8 9 1.5 2.3 3.5 5.5 9.6 12 70.8 85.2 89.4 8.3

Porcentajo Válido 1.1 1.2 1.1 2.5 3.4 6.3 11 13.1 68 85.2 88.1 8.3

Hay varias observaciones concernientes a esta tabla. En primer lugar, llama la atención el porcentaje relativamente alto reportado de presencia de la madre y del padre en las casas. Eso presenta un cuadro de familias integradas en el sentido de las tipologías tradicionales. Es necesario señalar que las diferencias entre la muestra de los que fueron entrevistados en colegios y los que fueron entrevistados en domicilios son significativas, estadísticamente, en este rubro (F:50,8565, p:001). La tendencia es que un número mayor de personas vivan en las casas de los que fueron entrevistados domiciliariamente.

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Cuadro # 10: Distribución de la muestra según número de cuartos para dormir Categoría 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 13 TOTAL

Frecuencia 13 13 238 471 233 72 28 4 6 2 1 1 1 1089

Porcentaje 1.2 1.2 21.9 43.3 21.4 6.6 2.6 0.4 0.6 0.2 0.1 0.1 0.1 100

Porcentaje válido 1.2 1.2 22 43.5 21.5 6.6 2.6 0.4 0.6 0.2 0.1 0.1 0.1 100

Se observa en la tabla 10 que la mayoría de las personas estudiadas reportan que en sus casas hay entre 2 y 4 dormitorios, ubicando el promedio en 3,1.

Aquí también se

presentan diferencias significativas entre ambas submuestras; los que están en colegios tienden a reportar un número mayor de cuartos para dormir en sus casas (F:22,59753, p:.02013).

Cuadro # 11: Distribución de la muestra según el cuarto sea propio o compartido Categorías Frecuencia ns/nr 14 cuarto propio 502 cuarto compartido 567 TOTAL 1089

Porcentaje 1.3 46.1 52.1 100

Porcentaje válido 1.3 46.3 52.3 100

Vemos en el total de la muestra que un significativo 46,3% de los y las jóvenes reportan contar con cuarto propio, que es un dato interesante para relacionar con el respeto a la privacidad. Al tomar en cuenta el factor de ponderación los porcentajes se ubica en 43,3%, lo que indica que hay una tendencia menor en la muestra de entrevistas

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domiciliarias de contar con esta característica. Esta diferencia es significativa, estadísticamente (F:17,29835, p:.00018).

Cuadro # 12: Distribución de la muestra según se cumplan deberes en la casa Categoría ns-nr sí no TOTAL

Frecuencia 18 968 95 1089

Porcentaje 1.7 88.9 8.7 100

Porcentaje válido 1.7 89.5 8.8 100

Se evidencia en la tabla doce que una significativa mayoría de las personas entrevistadas reporta cumplir deberes en sus casas, ubicándose la cifra global en 88,9% del total. Por otro lado, en la tabla siguiente se revela que en términos generales no se trata de un cumplimiento de deberes esporádico. Más bien un 39,9% reporta cumplir estos deberes domésticos todos los días. El introducir el factor de ponderación contemplado no afecta la distribución de los datos, ya que el porcentaje de quienes reportan cumplir con deberes permanece en 88,8%. El porcentaje de quienes reportan cumplir deberes todos los días sube, al incorporar el factor de ponderación, al 44,2%, como se evidencia en la tabla 13. Hay diferencias estadísticas significativas en este rubro entre las dos submuestras (F:45,17115, p:0000), así como por sexo ( p: .0000) y por edad ( p .00008). La tendencia que las mujeres, aquellos sujetos de mayor edad y los que no estudian tiendan a reportar que cumplen deberes en la casa con mayor frecuencia.

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Cuadro # 13 A: Distribución de la muestra según frecuencia con que se hacen los deberes en la casa (datos sin factor de ponderación) Categorías ns-nr Todos los días Fines de semana Algunos días de la semana Algunas semanas sí otras no casi nunca TOTAL

Frecuencia 18 435 159 265 46 84 1089

Porcentaje 1,7 39,9 14,6 24,3 4,2 7,7 100

Porcentaje válido 1,8 43,2 15,8 26,3 4,6 8,3 100

Cuadro # 13 B: Distribución de la muestra según frecuencia con que se hacen los deberes en la casa (datos con factor de ponderación) Categorías ns-nr Todos los días Fines de semana Algunos días de la semana Algunas semanas sí otras no casi nunca TOTAL

Frecuencia 27 689 199 341 64 117 1559

Porcentaje 1,7 44,2 12,7 21,9 4,1 7,5 100

Porcentaje válido 1,9 47,9 13,8 23,7 4,5 8,2 100

Cuadro # 15: Distribución de la muestra según situaciones posibles en la familia (datos con factor de ponderación) Categoría Expresar opinión Te tratan con respeto Padres consultan sobre decisiones Puedes quejarte Respetan tus pertenencias Respetan tu privacidad

Siempre 50 68,9 45,6 60,4 67,8 48,9

Casi siempre 34,5 21,7 29,9 25,1 21,1 25

Casi nunca 9,9 6,1 13,7 8,8 7 14

Nunca 4,3 1,9 9,4 4,4 3,3 10,2

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Los resultados mostrados en la tabla 15 sugieren que una clara mayoría de los y las jóvenes encuestados tienden a percibir a sus familias como ámbitos de respeto y de posible participación. Así, un 90,6% señala que son tratados con respeto siempre o casi siempre, otro 88,9% señala que se respetan siempre o casi siempre sus pertenencias, y 84, % señala que puede expresar sus opiniones siempre o casi siempre. Por otro lado, un 85,5% destaca que son consultados sobre decisiones familiares importantes siempre o casi siempre, y el derecho a la privacidad es respetado, según la opinión de las personas encuestadas, siempre o casi siempre en el 73,9% de los casos. Son datos generales muy reveladores, que presentan una visión muy clara de las familias como soporte y contención. En toda la presentación de resultados que sigue, salvo que se especifique lo contrario, se presentan resultados contemplando el factor de ponderación. Para hacer los análisis correspondientes a esta sección, se estableció una Escala de Respeto Familiar. Esto se hizo tabulando las respuestas a cada una de las preguntas con los valores correspondientes de 1 a 4, y sumando el total. De esta manera el puntaje máximo en la escala sería de 24. El desglose de esta escala, que mostró alta confiabilidad interna (Alfa de .7417) por edad se presenta a continuación, de manera ilustrativa.

Cuadro #15 B: Escala de Respeto Familiar por edad Edad

Promedio 20,3470

10 11 12 13 14 15 16 17

23,0000 19,9000 20,9896 20,5551 20,1838 20,1744 19,6353 20,4375

Desv. Estándar 3,2664

Casos 1049

3,7845 3,0990 3,1752 3,2014 3,1108 3,7206 3,0388

1 10 193 254 185 172 170 64

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No hay diferencias estadísticas significativas entre la muestra de hombres y de mujeres en esta escala, ni por grupos etarios, pero si la hay entre aquellos que son encuestados en los colegios y los que son entrevistados en sus domicilios (t: 3,20, p: .0000), revelándose un mayor grado de respeto familiar según esta escala en la muestra institucional. En la tabla 16 se contemplan aquellas decisiones familiares en que consideran las personas entrevistadas que debe participar la juventud. 28,5% se refieren a “todas” o las “más importantes”, mientras que el 23,1% se refiere a decisiones sobre los integrantes de la familia, y un nada despreciable 14% indica que se debe participar en las decisiones económicas de la familia. Cuadro #16: Distribución de la muestra según decisiones de la familia en las que deben participar los jóvenes (datos con factor de ponderación) Categorías ns-nr En todas En las más importantes Solución de conflictos Decisiones económicas Opiniones Decisiones de miembros de la familia Estudio Ninguna Con quien vivir Otros Deberes y reglas

Frecuencia 245 185 99 87 118 102 199 21 5 7 5 4

Porcentaje 22,9 17,9 10,6 9,0 14,0 11,1 23,1 3,3 0,6 1,1 1,7 2,2

Porcentaje válido 22,9 17,9 10,6 9,0 14,0 11,1 23,1 3,3 0,6 1,1 1,7 2,2

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Cuadro #17: Distribución de la muestra según opinión sobre educación en el hogar de los hijos e hijas (datos con factor de ponderación) Pregunta Pegarle a los jóvenes es necesario para su educación Jóvenes pueden crecer sin intervención de adultos Padres deben permitir que jóvenes trabajen y no estudien Deben obedecer a los padres aunque no tengan la razón Antes de un castigo padres deben dialogar con hijos

Muy de acuerdo De acuerdo 5,8 19,2

En desacuerdo 34

Muy en desacuerdo 40

9,3

30,7

37,1

21

16,3

35,2

27,7

19,5

19,9

34,7

31,6

12,9

63,1

32,4

1,6

2

En la tabla 17 se presentan diferentes elementos relativos a la relación de los y las jóvenes con los adultos. Se evidencia en estos datos que hay una tendencia muy marcada en la opinión de los jóvenes, en términos generales, contraria a la aplicación del castigo físico y al castigo sin diálogo, ya que el 74,0% de las personas entrevistadas está en desacuerdo o muy en desacuerdo con la afirmación de que “pegarle a los jóvenes es necesario para su educación”, mientras que un claro 75,5% insiste en que es necesario dialogar antes de aplicar castigos. En ambas preguntas no encontramos diferencias significativas según sexo o edad, pero si las hay en relación con si estudian o no. En la primera, están en desacuerdo en mayor grado quienes estudian. (F:11,385, p:.00982), y en la segunda de estas preguntas se presenta la misma tendencia (F:37,1393, p:.00000). Una mayoría considera necesaria la intervención de los adultos en el proceso de desarrollo de los jóvenes (58,0% manifiesta su desacuerdo con la ausencia de dicha intervención). No hay diferencias significativas en esta pregunta según el sexo o la edad, pero si en relación con si se estudia o no. Los que no estudian tienden a estar de acuerdo en mayor grado con la afirmación de que los jóvenes pueden crecer sin la intervención de los adultos (F:16,2848, p:.00099). Mientras que en los registros mencionados hay tendencias mayoritarias claramente perfiladas, hay dos preguntas que polarizan las respuestas de los y las entrevistadas: mientras que un 54,6% muestra su acuerdo con que hay que obedecer a los padres aunque

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estos se equivoquen, el 44,5% se muestra en desacuerdo, en diversos grados, y mientras que 51,5% muestra su acuerdo con la afirmación de que los padres deben permitir que sus hijos trabajen en lugar de estudiar, el 47,2% muestra desacuerdo. En cuanto a la primera de estas preguntas, no hay diferencias significativas por sexo, pero si de acuerdo a la edad. Hay mayor acuerdo con la pregunta en aquellas personas entrevistadas de menor edad. (F:41,118, p: .01617). Aquellos que no estudian también tienden a respaldar esta afirmación en mayor grado que los que reportan estar estudiando (F:11,816, p: .00804). En lo que concierne a la afirmación de que los padres deben permitir que sus hijos trabajen en lugar de estudiar, hay mayor acuerdo de parte de mujeres que hombres (F:8,40, p: .03837), de los de edades mayores (F:41,84, p: .01345) y en aquellos que no estudian (F:52,036, p: .0000).

3. Condiciones de Salud y alimentación Para aproximarnos a la vivencia más cotidiana de problemáticas de salud y de alimentación en las personas entrevistadas, indagamos acerca de la alimentación ingerida en el día anterior, y acerca de la última vez que estuvieron enfermos (as). En este último rubro, indagamos una serie de situaciones que se presentan en la siguiente tabla: Cuadro # 18: Distribución de la muestra según asistencia médica durante enfermedad (datos con factor de ponderación) Categoría Posibilidad de asistencia médica Medicamentos Comprensión y apoyo de familiares

Siempre 64,2 69 76,5

Casi siempre 18,1 16,4 16,6

Casi nunca 11,7 9,8 4,5

Nunca 4,8 3,4 1,1

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Cuadro # 19: Distribución de la muestra según trato en centros de salud (datos con factor de ponderación) Trato adecuado ns-nr siempre casi siempre casi nunca nunca nunca me han atendido

Frecuencia 26 721 464 114 54 179

Porcentaje Porcentaje válido 1,7 1,7 46,3 46,3 29,8 29,8 7,3 7,3 3,5 3,5 11,5 11,5

Aunque los datos generales revelan que los y las jóvenes reportan mayoritariamente haber contado con asistencia médica y medicamentos para enfrentar su última enfermedad, llama la atención que entre un 11 y un 15% reporte no haber contado con asistencia médica o con medicamentos, o no haber sido tratado nunca en clínica u hospitales. Los de mayor edad tienden a reportar mayor grado de acceso a la asistencia médica (F:46,1339, p: .00427), mientras que no se encuentran diferencias significativas por sexo o escolaridad. En lo que se refiere a acceso a medicamentos, tampoco hay diferencias según sexo, y en este caso tampoco por edad, pero aquellos que reportan estar estudiando indican tener un mayor grado de acceso (F:7,747, p:.05). Estos también muestran una mayor tendencia a contar con comprensión y apoyo familiar que los que no estudian, mientras que en este rubro tampoco hay diferencias por sexo o edad. Para aproximarnos a la visión prevaleciente acerca de las enfermedades y sus causas, le preguntamos a los y las jóvenes que factores consideran que incidirían en que los y las jóvenes se enfermen menos. A continuación se presentan estos resultados:

Cuadro # 20: Distribución de la muestra según criterios para enfermarse menos (datos con factor de ponderación) Categoría Mejor alimentación Portándose mejor Más acceso a servicios de salud Más ayuda de dios

Frecuencia 1389 758 1290 1285

Porcentaje 89,1 48,6 82,7 82,5

Porcetaje válido 89,1 48,6 82,7 82,5

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En estos datos es evidente el énfasis puesto en el acceso a mejor alimentación y a servicios de salud, pero es también muy llamativa la fuerza con que aparece el factor religioso, mientras que el atribuir las causas de las enfermedades a las conductas de los propios jóvenes aparece con mucho menor frecuencia relativa. En lo que se refiere a alimentación, un 91,7% de los y las jóvenes encuestados reportaron haber desayunado el día anterior, mientras que el 94,4% reportó haber almorzado, y un 84,7% haber comido en la noche. Los alimentos que reportan ingerir son los siguientes (en porcentajes del total, ponderado):

Cuadro # 22: Distribución de la muestra según alimentos ingeridos en el desayuno (datos con factor de ponderación) Categoría Café Jugos Cereales Huevos Lácteos Carnes Gallo Pinto Frutas Pan Otros

Frecuencia 673 199 149 258 457 169 578 79 841 194

Porcentaje 43,2 12,7 9,6 16,5 29,3 10,8 37,1 5,1 53,9 12,5

Porcentaje válido 47,2 14 10,5 18,2 32,2 11,9 40,8 5,5 59,2 13,7

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Cuadro # 24: Distribución de la muestra según alimentos ingeridos en el almuerzo (datos con factor de ponderación) Categoría harinas granos verduras carnes huevos lácteos frutas dulces tacos, hambur., etc. gaseosas frescos otros

Frecuencia 321 1080 648 982 78 53 17 13 28 61 286 68

Porcentaje 24,5 69,3 41,6 63 5 3,4 1,1 0,8 1,8 3,9 18,3 4,3

Porcentaje válido 26,2 74,4 44,7 67,7 5,4 3,7 1,2 0,9 1,9 4,2 19,7 4,7

Cuadro # 26: Distribución de la muestra según alimentos ingeridos en la cena (datos con factor de ponderación) Categoría harinas granos verduras carnes huevos lácteos frutas dulces tacos, hambur., etc. gaseosas frescos otros

Frecuencia 333 766 327 632 135 85 39 52 105 34 125 105

Porcentaje 21,4 49,2 21 40,6 8,6 5,4 2,5 3,3 6,7 2,2 8 6,8

Porcentaje válido 25,5 59 25 48,7 10,4 6,5 3 4 8,1 2,6 9,7 8,1

Hay que aclarar que en lo que se refiere a alimentos ingeridos, se trataba de una pregunta abierta, por lo que se presentan son aquellos alimentos señalados por los propios jóvenes. Además, un 88,5% del total de la muestra indica que en “su casa hay suficiente comida”. El 11,5% que refiere lo contrario señala que en su casa se carece de los siguientes

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alimentos (se trata de porcentajes del total que indica que no hay suficiente comida en la casa. Suma más del 100 % porque es posible más de una respuesta por persona):

Cuadro # 28: Distribución de la muestra según alimentos que faltan (datos con factor de ponderación) Categoría harinas granos verduras carnes huevos lácteos frutas dulces tacos, hamb., etc. gaseosas frescos otros

Frecuencia 23 62 40 68 3 17 43 30 13 3 4 33

Porcentaje 1,5 4 2,6 4,4 0,2 1,1 2,8 1,9 0,8 0,2 0,2 2,1

Porcentaje válido 11,2 29,9 19,3 32,8 13 8 20,7 14,6 6 1,2 1,7 15,8

4. Sexualidad y salud reproductiva En esta sección del estudio se formularon varias preguntas relativas al conocimiento sobre métodos anticonceptivos y opiniones sobre la sexualidad. Un categórico 90,2% de la muestra manifiesta haber recibido información acerca de la sexualidad. La tabla, que se presenta a continuación, especifica las fuentes de dicha información.

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Cuadro # 30: Distribución de la muestra según medios por los que ha recibido información sobre sexualidad (datos con factor de ponderación) Categoría charlas en colegio mamá papá mamá y papá folletos, libros películas amigos (as) otros adultos novio (a) sacerdote/consejero otros

Frecuencia 1168 684 333 489 836 564 535 395 181 140 109

Porcentaje 75 43,9 21,4 31,4 53,7 36,2 34,3 25,3 11,6 9 7

Porcentaje válido 82,3 48,2 23,4 34,4 58,9 39,7 37,6 27,8 12,7 9,9 7,7

Así, la fuente principal de información sobre sexualidad que se evidencia en los datos es el colegio, seguido por folletos y libros, sin embargo, los padres también aparecen como fuentes de información sin que podamos precisar el dato exacto, ya que aunque aparece la mamá con mayor frecuencia que el papá también puede aparecer mamá y papá juntos en las respuestas. Menos de un 10% manifiesta haber recibido esta información de sacerdotes o consejeros espirituales. Es interesante que se presentan diferencias estadísticas significativas según el sexo para las siguientes fuentes de información: charla colegio (t: 2,25, p: .025, mayor en mujeres), mamá (t:5,48, p:.000, mayor e mujeres), papá (t:-3,88, p:.000, mayor en hombres) y papá y mamá (t:-2,04, p:.042, también mayor para hombres). Según el nivel etario, se presentan diferencias significativas en tener como fuentes de información a papá y mamá, folletos y libros, amigos, otros adultos y novios.

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A continuación, en la tabla, se presentan los datos relativos a opiniones sobre la sexualidad. Cuadro # 33: Distribución de la muestra según opinión sobre sexualidad (datos con factor de ponderación) Categoría Las relaciones sexuales son peligrosas En embarazo adolescente padre u madre tienen igual responsabilidad Se debe facilitar educación sexual en la casa Jóvenes deben tener a disposición métodos de protección sexual Se debe facilitar educación sexual en el lugar de estudio Hombres jóvenes deben experimentar relaciones sexuales prematrimoniales Una mujer tiene derecho a abortar si su salud está en peligro Mujeres jóvenes deben experimentar relaciones sexuales prematrimoniales

Muy de acuerdo 24,3

De acuerdo 43,4

En desacuerdo 21,6

Muy en desacuerdo 8,3

66,9

25

4

2,8

43,1

38,8

11,2

4,4

44,5

42

7,2

4,3

43,7

38,9

10,8

5,4

14

21,3

35,1

27,9

12,7

24,9

29,4

36,4

10

14,7

36,8

37,1

Estos datos revelan que hay una clara tendencia en los y las jóvenes de reivindicar la necesidad de la educación sexual, tanto en ámbitos institucionales educativos como en el hogar y también una mayoría bien definida se define a favor de que haya métodos anticonceptivos disponibles. Sin embargo, esta actitud que podríamos calificar en principio de más “liberal” que lo que suelen definir en nuestro país instituciones como la Iglesia Católica contrasta con una perspectiva más tradicionalista en lo que se refiere al matrimonio y al aborto. Así, llama la atención de que tanto para hombres como para mujeres se presente un rechazo tan claro hacia las relaciones sexuales prematrimoniales 63 % en desacuerdo o muy en desacuerdo en el caso de los primeros, 73,9% en el caso de las segundas. En lo que se refiere al aborto existe un rechazo categórico, aún cuando se especifique que la pueda existir peligro para la madre: un 59,8% se manifiesta en desacuerdo o muy en desacuerdo.

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Las diferencias según sexo en estas preguntas están muy marcadas. La única pregunta en la que no hay diferencias estadísticas significativas según el sexo es la que se refiere a sí debe haber educación sexual en la casa. Hay diferencias significativas en: 1. Si se consideran peligrosas las relaciones sexuales (Z:-6.1979, p:.0000). Las mujeres tienden a estar más de acuerdo con esta afirmación. 2. El hombre y la mujer con igual responsabilidad en embarazos (Z: 3.3909, p:.0007), siendo las mujeres quienes tienden a estar de acuerdo en mayor grado. 3. Se debe facilitar educación sexual en instituciones ( Z:-3,5138, p:.0004). Como en las anteriores, aquí también las mujeres tienden a estar más de acuerdo. 4. Disponibilidad métodos protección ( Z:-1,9782, p:.0479). Los hombres son quienes tienden a estar más de acuerdo. 5. Hombres deben experimentar relaciones sexuales antes de casarse (Z:-8,3372, p:.000). Los hombres tienden a manifestar mayo grado de acuerdo. 6. Apoyo al aborto en caso de peligro (Z:-2,6564, p:.0079). En este caso también los hombres manifiestan mayor acuerdo. 7. Mujeres deben experimentar relaciones sexuales antes de casarse (Z:-7,6628, p:.0000). En esta última pregunta de esta sección se manifiesta también mayor grado de acuerdo en los hombres.

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Cuadro # 31: Distribución de la muestra según información sobre anticonceptivos (datos con factor de ponderación) Categoría ns/nr si ha recibido información no ha recibido información

Frecuencia 77 1172 310

Porcentaje 4,9 75,2 19,9

Porcentaje válido 4,9 75,2 19,9

Como se evidencia en la tabla anterior, una mayoría importante (75,2% del total) manifiesta estar informada acerca de métodos anticonceptivos. Hay diferencias significativas por edad. A continuación se desglosan los métodos identificados. Cuadro # 32: Distribución de la muestra según métodos anticonceptivos conocidos (datos con factor de ponderación) Categoría ns-nr Condón Pastillas Pastillas y condón Pastillas, condón e inyecciones Disposit. intrauterinos y condón Dispositivos intrauterinos y condón Disp. Intraut., inyección, condón y pastillas Ritmo, condón, pastillas Ritmo, disposit. Intraut., condón y pastillas Abstinencia Abstinencia y condón Otros

Frecuencia 444 281 24 375 34 22 110 28 17 23 4 14 129

Porcentaje 28,5 18,1 1,5 24,1 2,2 1,4 7,1 18 1,1 1,5 0,2 0,9 8,3

Porcentaje Válido 29,7 18,9 1,6 25,1 2,3 1,4 7,4 1,9 1,1 1,5 0,2 0,9 8,3

Cuadro # 34: Distribución de la muestra según relaciones sexuales a cambio de pago (datos con factor de ponderación) Categoría ns-nr si conoce no conoce

Frecuencia 20 533 1006

Porcentaje 1,3 34,2 64,5

Porcentaje Válido 1,3 34,2 64,5

Se evidencia en la tabla 34 que el 34,2% de las personas entrevistadas afirman conocer a alguna persona joven que ha tenido relaciones sexuales a cambio de dinero. Esta es una cifra relativamente alta para una pregunta como esta, y apunta hacia un fenómeno que habría que estudiar más a fondo.

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5. Redes de apoyo y participación Participación en grupos Una visión del total de la muestra que contempla el factor de ponderación establecido indica que 54,6% de las personas entrevistadas reportan pertenecer a algún grupo, mientras que 44,2% expresa que no pertenece a ninguna agrupación. La tasa de participación en grupos reportadas por hombres tiende a ser mayor que la de las mujeres( 6,464, p: .011). también es mayor en quienes reportan estar estudiando (30,644, p:.0000) y en aquellos sujetos de menor edad (17,306, p: .027). Los tipos de grupo que se reportan, en porcentajes del total de la muestra, son los siguientes, en orden de aparición:

Cuadro # 36: Distribución de la muestra según grupos a los que pertenece (datos con factor de ponderación) Categoría Religioso Deportivo Barra Cultural Comunitario Científico Político Otro

Frecuencia 398 391 261 106 87 78 28 73

Porcentaje 25,6 25,1 16,7 6,8 5,6 5 1,8 4,7

Porcentaje válido 44,2 43,5 29 11,8 9,7 8,7 3,1 8,1

En lo que se refiere a aquellos grupos en que se reporta participación, encontramos diferencias significativas por sexo únicamente en los culturales, en que tiende a haber más participación femenina (F:6,2987, p:.01208), no hay diferencias significativas por edad, y en cuanto a si estudian o no, los que no estudian tienden a reportar mayor participación en grupos religiosos (F:7,6803, p:.00558) y en grupos deportivos (F:4,9166, p:.0266), mientras que los que estudian, como se esperaría, reportan mayor participación en grupos científicoacadémicos (F:4,7318, p: .0296)..

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Por otro lado, un 71,1% de los y las jóvenes establecen que les gustaría pertenecer a algún tipo de agrupación, lo que sugiere una voluntad de participación que no encuentra cauces y oportunidades adecuadas. Los grupos, de nuevo en orden descendiente de aparición, a los que se indica les gustaría pertenecer, en porcentajes del total de la muestra son los siguientes:

Cuadro # 38: Distribución de la muestra según grupos en los que gustaría estar (datos con factor de ponderación) Categoría Deportivo Científico Religioso Cultural Comunitario Político Otro

Frecuencia 641 379 328 325 211 92 57

Porcentaje 41,1 24,3 21 20,9 13,6 5,9 3,7

Porcentaje válido 42,4 25,1 21 21,5 14 6,1 3,8

Comparando los dos rubros anteriores, es interesante notar como ascienden, en aparición de respuestas, los grupos de tipo deportivos, científico-académicos y culturales en cuanto a deseabilidad de participación en relación con el índice real de participación reportado. Esto sugiere que los y las jóvenes encuentran menos oportunidades en estos campos. Se indagaron las dificultades que se presentan para participar en grupos. Esto se presentaba como pregunta abierta, tabulándose hasta tres posibles respuestas por personas. En lo que se presenta a continuación se indica el porcentaje del total de entrevistados (as) en que aparecieron categorías determinadas de respuestas.

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Cuadro # 39: Distribución de la muestra según dificultades posibles para estar en grupos (datos con factor de ponderación) Categoría ns-nr No lo dejan Falta tiempo Falta dinero No hay grupos Falta información No lo aceptan Ninguna Condición física Problema en relaciones Peligros Disciplina Edad Transporte, distancia

Porcentaje 24,8 7,2 9,2 5,4 3,2 1,9 1,3 23,2 3,4 5,3 0,6 1,9 1 0,8

5. Condiciones de trabajo

Cuadro # 40: Distribución de la muestra según trabajo (datos con factor de ponderación) Categorías ns-nr si trabaja no trabaja

Frecuencia 42 372 1144

Porcentaje 2,7 23,9 73,4

Porcentaje válido 2,7 23,9 73,4

Se evidencia en la tabla anterior que cerca de una cuarta parte de la muestra, considerando el factor de ponderación, trabaja a la hora de efectuar este estudio. De los que reportan trabajar a la hora de efectuar el estudio, el 19,5% indica laborar como vendedores o dependientes, el 27 % como agricultores, el 9,1% en construcción, 8,9% como técnicos, 4,5%

en negocios familiares, 4,8% en oficios domésticos, 2,6% como cobradores o

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distribuidores y el 1,8% cuidando niños. Hay diferencias significativas en cuanto a sexo (t:7.4, p .0000), y, como es de esperar, por edad (p: .0000) También hay diferencias estadísticas significativas en cuanto a si estudia o no (t: 6.87, p:000) es decir, aquellos que no estudian, como es de esperarse, tienden más a estar trabajando al efectuar la medición.

Cuadro # 42: Distribución de la muestra según horas de trabajo por semana (datos con factor de ponderación) Categorías ns-nr menos de 10 entre 11 y 20 entre 21 y 30 entre 31 y 40 entre 41 y 50 más de 50

Frecuencia 32 130 83 27 23 42 45

Porcentaje 2,0 8,3 5,3 1,7 1,5 2,7 2,9

Porcentaje válido 8,3 34,0 21,8 7,0 5,9 11,1 11,9

En esta tabla se revela que más de un tercio de aquellos que reportan trabajar lo hacen menos de 10 horas por semana, mientras que el 23% lo hace más de 40 horas por semana.

Cuadro # 43: Distribución de la muestra según problemas en el trabajo (datos con factor de ponderación) Categorías si ha tenido problemas no ha tenido problemas

Frecuencia 103 213

Porcentaje 6,6 13,6

Porcentaje Válido 29,9 61,7

De aquellos que reportan trabajar, según los datos generales ponderados, el 29,9% reporta haber enfrentado problemas en el trabajo, mientras que el 61,7% indica que no ha

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enfrentado este tipo de dificultades. No hay diferencias estadísticas significativas por sexo en este rubro. Los problemas que se destacan son los siguientes:

Cuadro # 44: Distribución de la muestra según tipo de problemas en el trabajo (datos con factor de ponderación) Categoría Malos horarios Malos salarios Maltrato Malas relaciones con compañeros Falta de preparación Obstáculos para organizarse Condiciones no permiten estudiar Otros

Frecuencia 19 42 29 24 27 19 39 16

Porcentaje 1,2 2,7 1,9 1,5 1,7 1,2 2,5 1

Porcentaje Válido 13,2 30 20,8 16,8 18,9 13,3 27,5 11,1

Hay diferencias significativas en relación con la variable sexo en la pregunta sobre malos horarios (t:2.12, p: 000), maltrato por parte de jefes (t: -1.7, p: .000), en ambos casos tienden a presentarse más en los hombres. No hay diferencias significativas por sexo en relación con las otras variables. En ninguno de estos rubros se manifiestan diferencias significativas por edad o por grado de escolaridad.

6. Condiciones de estudio

Cuadro # 45: Distribución de la muestra según se considere el estudio (datos con factor de ponderación) Categoría ns-nr estudio es importante estudio no es importante

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Válido 37 2,4 2,4 1491 95,7 95,7 31 2,0 2,0

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La importancia del estudio es resaltada por un categórico 95,7% del total de la muestra. En la tabla que sigue presentamos las razones aducidas para apoyar esta creencia. Aunque en general la respuesta afirmativa es muy alta, hay diferencias significativas por sexo en relación a esta pregunta (t:2.22, p:.027). Por otro lado, como es de esperarse, aquellos que estudian tienden a darle más importancia al estudio ( t:-3.1, p:.000), así como aquellos con mayor escolaridad (p:.0001).

Cuadro # 46 : Distribución de la muestra según razones sobre la importancia del estudio (datos con factor de pond.) Categoría Tener profesión Por el futuro Aprender Superación personal Ser reconocido en la vida Para ayudar a la familia Independencia Para beneficio del país Ser competitivo Otros

Frecuencia 384 352 192 185 480 45 42 35 53 55

Porcentaje 24,6 22,6 12,3 11,9 30,8 2,9 2,7 2,2 3,4 3,5

Cuadro # 47: Distribución de la muestra según se esté o no estudiando Categoría ns-nr si estudia no estudia

Frecuencia 20 834 235

Porcentaje 1,8 76,6 21,6

Porcentaje Válido 78 22

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Cuadro # 48: Distribución de la muestra según causas por las que no se estudia (datos con factor de ponderación) Categoría Frecuencia Porcentaje Porcentaje Válido Me iba mal 230 14,7 39 Tuve que salir a trabajar 28 1,8 4,7 No me parecía útil lo que enseñaban 44 2,8 7,5 Me sacaron mis padres 97 6,2 16,5 Mi familia no tenía dinero 87 5,6 14,8 Quedaba muy lejos 38 2,4 6,5 Tengo que ayudar con asuntos de la casa 107 6,9 18,2 Problemas con compañeros 45 2,9 7,7 Problemas con profesores 58 3,7 9,9 Por embarazo 18 1,1 3 Otros 118 7,6 20,2

En la tabla 48 se puede apreciar que aquellos que reportan haber dejado los estudios especifican como respuesta más frecuente que lo hicieron porque “les iba mal”, seguidos por “tener que salir a trabajar”. (Los porcentajes se presentan en relación con la parte de la muestra que indica no estar estudiando al momento de efectuar la medición). Razones económicas también se asoman en la respuesta de que la “familia no tenía dinero” y posiblemente en la de “tener que ayudar en la casa”.

Cuadro # 48 A: Ultimo año de estudios Nivel 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia 8 7 9 26 25 394 245 150 101 84

Porcentaje 0,7 0,6 0,8 2,4 2,3 36,2 22,5 13,8 9,3 7,7

Porcentaje Válido 0,8 0,7 0,9 2,5 2,4 37,6 23,4 14,3 9,6 8,0

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Como es de esperarse por el muestreo realizado, cerca de un 60% de la muestra reporta que el último año de estudios se ubica entre sexto grado y el primer año de colegio. A aquellos sujetos que estudian se les preguntó acerca de situaciones específicas de su colegio, en lo que se refiere a condiciones de estudio y relaciones con los (as) profesores(as). En el siguiente cuadro se resume la información suministrada:

Cuadro # 49: Distribución de la muestra según condiciones en la escuela o colegio (datos con factor de ponderación) Categoría Buenas condiciones físicas Opinar sobre las materias Quejarse por notas Permiten organizarse Tener buenos profesores Ser tratados con respeto Opinar sobre probl. nacionales Evaluar profesores

Siempre 40,9 31,7 45,3 45,8 53,6 64,5 50,3 32,7

Casi siempre 36,7 30,5 25,4 33,8 32,4 26,2 30,7 32,4

Casi nunca 13,6 21,6 17,3 12,4 8,5 5,9 11,4 18,3

Nunca 6,9 14 10 5,9 3,5 1,8 6,1 14,3

La valoración de la situación existente en los colegios aparece así en términos generales como muy positiva. Debe recordarse una vez más que estas preguntas fueron contestadas por quienes permanecen dentro del sistema educativo formal. Un 77,6% del total señala, en diversos grados, la existencia de buenas condiciones físicas en los colegios, y también son mayorías claras del total que señalan la posibilidad de organizarse en los colegios, de quejarse por notas, de opinar sobre materias, y de opinar sobre problemas nacionales. También se destaca en términos generales que se cuenta con buenos profesores, y que estos tratan a los jóvenes con respeto. Estas son las tendencias mayoritarias en las respuestas. Con esta sección de preguntas construimos una Escala de Condición de Colegio que mostró tener alta confiabilidad, con un Alfa de .8377. Se identificaron diferencias estadísticas significativas en lo que concierne a la variable sexo para esta escala (t: -3.3, p: .001), siendo los hombres quienes tienden a valora más positivamente la situación existente en el colegio, así como la variable edad (F: 14,485, p:.0001) y escolaridad (F: 15,959,

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p:.0000) siendo que a mayor edad y mayor escolaridad se valoran más positivamente las condiciones existentes en los colegios. Se presentan a continuación datos relativos a esta escala (promedios) por nivel de escolaridad.

Cuadro # 49 A: Escala de Condición del colegio por escolaridad Escolaridad

Promedio 14,5377 Toda la población 5 6 7 8 9 10

Desviación Estándar 4,8774

Casos 1010

5,7117 3,8237 4,6848 4,8303 6,1599 5,3296

70 390 225 144 101 81

14,5326 13,3847 14,6409 14,3506 16,3386 17,9051

Por último en esta parte, se les preguntó a las personas entrevistadas si considera que la educación recibida es útil para tu vida actual y futura. El 91,9% de quienes responden esta pregunta contestan afirmativamente, solamente el 6,3% responde que no. Cuadro # 50: Distribución de la muestra según opinión sobre importancia actual y futura de la educación (datos con factor de ponderac.) Categoría ns-nr si es importante no es importante

Frecuencia 19 949 65

Porcentaje 1,2 60,9 4,2

Porcentaje Válido 1,8 91,9 6,3

Al preguntarles las razones que sustentan su respuesta, se presentan con mayor frecuencia las siguientes (se tablearon tres posibles respuestas a esta pregunta abierta):

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Cuadro # 50 A: Distribución de la muestra según razones de opinión de importancia del estudio para vida actual y futura (datos con factor de ponderación) Categoría Por aprender Ser alguien en la vida, vivir mejor Conseguir trabajo, profesión De eso depende el futuro Ser persona de bien Lo que enseñan no es útil Otros ns-nr

Frecuencia 238 212 209 180 41 30 103 122

Porcentaje 22,9 20,4 20,1 17,3 3,9 2,9 9,9 11,7

*** Suma más de 100% porque es posible más de una respuesta por persona. Se toma en cuenta sólo a los que reportan estar estudiando.

7. Valoración de la situación en la comunidad Se les solicitó a las personas encuestadas brindar su valoración acerca de diversos servicios y otros aspectos de la vida en su comunidad. Para esto se utilizó una escala de muy bueno/bueno/regular/malo/muy malo. Los resultados generales, ponderados, son los siguientes

Cuadro # 51 : Distribución de la muestra según consideraciones sobre la comunidad (datos con factor de ponderación) Categoría Situación económica Educación Servicios de salud Seguridad de los habitantes Posibilidades de trabajo Respeto a los Derechos Humanos Servicios de orientación para jóvenes Oportunidades de desarr. para la juventud Posibilidades de recreación para jóvenes Facilidades para hacer deporte Posibilidades de que las opiniones de los (as) jóvenes sean escuchadas

Muy bueno 13,9 32,4 23,4 13,7 12,4 24,3 16,9 17,5 18,6 31,6 16,9

Bueno 33,8 38,4 39,6 28,6 24 34,7 28,6 34,1 33,9 35,8 30,1

Regular 41,7 22,4 26,5 35,5 38,4 28,9 29 28,2 27,6 19,7 31,9

Malo 5,4 3,6 6,1 13,3 15,5 6,9 16,3 11,3 10,9 6,9 11,6

Muy malo 4 1,6 2,5 7,2 7,6 3,4 7 6,3 6,3 4,1 7,7

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Estos datos revelan tendencias generales muy interesantes. Observamos que de los aspectos que se le presentaron a los y las jóvenes son la situación de la educación en la comunidad (70,8% entre bueno y muy bueno) y las posibilidades de deporte (67,4%) las que salen mejor evaluadas, mientras que las posibilidades de trabajo (36,4% bueno y muy bueno) y las seguridad de los habitantes (42,3% entre bueno y muy bueno) las que salen peor evaluadas. Las condiciones dirigidas específicamente hacia los jóvenes tienden a estar más devaluadas ( orientación a jóvenes, posibilidad de ser escuchados, oportunidades de desarrollo) aunque cerca de la mitad de la muestra las califican entre bueno y muy bueno. De nuevo, se estableció una escala de valoración de la comunidad tomando en cuenta las preguntas incluidas en la anterior tabla. Esta escala mostró tener alta confiabilidad (Alfa de .8867) y, aunque no se encontraron diferencias significativas por sexo en la valoración de la situación comunal general utilizando esta escala, si se identificaron diferencias significativas en cuanto a la variable escolaridad (p: .0000, F: 8,618) y si estudia o no estudia (t: -6,58, p: .0000). tendían a valorar más positivamente la situación comunal aquellos jóvenes que no estudiaban en el momento de efectuar la medición, y aquellos de escolaridad más altas. Se preguntó a los y las jóvenes acerca de sus expectativas futuras en relación con su comunidad. Los datos generales se presentan en la siguiente tabla. Cuadro # 52: Distribución de la muestra según opinión sobre situación del país en próximos años (datos con factor de ponderación) Categoría ns-nr mejorar empeorar mantenerse igual

Frecuencia 40 796 173 550

Porcentaje 2,6 51,1 11,1 35,3

Porcentaje Válido 2,6 51,1 11,1 35,3

En términos generales existe un claro optimismo en los y las jóvenes entrevistadas acerca de la situación futura de sus comunidades: mientras que un 51,1% del total expresa que la situación va a mejorar, solamente un 11,1% considera que empeorará, y 35,3% del

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total considera que se mantendrá igual. Los hombres son significativamente más optimistas que las mujeres (F:13,3549, p:.00126). Igual tendencia encontramos en los más jóvenes (F:33,2712, p: .0068). También tienden a ser más optimistas los que estudian, en relación con quienes no lo hacen (F:10,15436, p: .00624). Las razones aducidas para las respuestas anteriores fueron brindadas en un formato de pregunta abierta, en que se registraron hasta tres respuestas por persona. El porcentaje de aparición de las categorías de respuesta en relación al total se configuró de la siguiente forma:

Cuadro # 53: Distribución de la muestra según razones de opinión sobre situación del país en próximos años (datos con factor de ponderación) Categoría ns-nr Evolución, cambio positivo Fe, confianza en la comunidad Todo se mantiene igual Cada día peor Individualismo Iniciativa, superación Se resuelven en familia Corrupción Estudio Faltan líderes Participación juvenil Gente nueva Lugar tranquilo Otros

Frecuencia 256 183 172 160 136 92 37 36 26 23 23 22 17 116

Porcentaje 22,4 16,4 11,7 11 10,3 8,7 5,9 2,3 2,3 1,7 1,5 1,5 1,4 1,1 7,4

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Cuadro # 54: Distribución de la muestra según opinión sobre papel de jóvenes en resolución de problemas de la comunidad (datos con factor de ponderación) Categoría ns-nr si pueden contribuir no pueden contribuir

Frecuencia 68 1011 480

Porcentaje 4,3 64,9 30,8

Porcentaje Válido 4,3 64,9 30,8

Como se manifiesta en los resultados presentados en la tabla anterior, no sólo se manifiesta optimismo en torno a la situación futura de las comunidades, sino que en términos generales se afirma la creencia de que los jóvenes pueden contribuir a solucionar los problemas de la comunidad. Esta actitud general constructiva se asienta en las razones presentadas en la siguiente tabla. Al preguntarles porque responden de la manera que hacen, tenemos las siguientes respuestas (de nuevo se tabula un total de 3 posibles respuestas. Reportamos la aparición de cada categoría de respuesta en porcentaje de la muestra total).

Cuadro # 55: Distribución de la muestra según razones sobre papel de jóvenes en la comunidad (datos con factor de ponderación) Categoría ns-nr Debido a cualidades de la juventud Incapacidad de jóvenes No hay espacios o apoyo Trabajo conjunto, unión Derecho de jóvenes Se necesita un cambio en la juventud Mayores no dan solución Es obligación Por el bien de los jóvenes Aislamiento Hay gente mala Otros

Porcentaje 25,4 30,6 11,6 8,6 6 10,2 3,2 1,1 1,1 1,3 0,8 0,7 2,2

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8. Derechos Humanos Se le preguntó a las personas encuestadas que debe hacer alguien si le violan algún derecho. Se trataba de una pregunta abierta, por lo que existe una gran variedad en las respuestas. Se registraron hasta tres repuestas por persona, por lo que en lo que se presenta a continuación se el indica el porcentaje del total de entrevistados (as) que indicaron una categoría de respuesta en primer, segundo o tercer lugar, es decir, se toma en cuenta el total de veces que aparece la categoría de respuesta. Estas categorías son las siguientes:

Cuadro # 56: Distribución e la muestra según opinión sobre posibles acciones ante la el incumplimiento de algún derecho (datos con factor de ponderación) Categoría ns-nr Denunciar, reclamar Pedir ayuda, hablar No dejarme, defenderme Acudir a familiares Acudir a la policía, OIJ Razonar con el agresor, ayudarle Acudir al PANI, PANIAMOR, DEFENSORÍA Acudir a un abogado, demandar No hacer nada, aguantar Acudir a institución que trabaje con jóvenes Informarse Acudir a educadores Alejarse Agredir, golpear al agresor Buscar al sacerdote, pastor Sala IV

Porcentaje 16,8 24,4 23,5 14,1 8,5 6,6 4,4 4 2,9 1,4 1,4 1,1 0,9 0,4 0,3 0,2 0,1

También se preguntó directamente a quién acudirían si se le violaran algún derecho. De nuevo, se trataba de una pregunta abierta, y se tabularon hasta tres respuestas posibles. Los resultados que se presentan a continuación indican el porcentaje de respuestas del total en que aparece una categoría en primer, segundo o tercer lugar.

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Cuadro # 57: Distribución de la muestra según opinión sobre a quién o dónde acudir si están violentando algún derecho (datos con factor de ponderación) Categoría ns-nr Padres, familiares Defensoría, organización de Derechos Humanos Policía, OIJ, GAR Amigos, gente de confianza CMF, PANI Educadores, orientadores Otros profesionales Sacerdote, guía espiritual, pastor, Dios. Adultos, vecinos Corte, Sala IV Municipalidad Presidente, primera dama Uno mismo Comunidad A nadie

Porcentaje 15,2 46 14,3 13,5 7,4 6,4 6,4 5,3 3,2 2,7 1,6 0,6 0,5 0,4 0,3 0,2

Priorización de derechos Se quiso establecer, en el estudio, alguna aproximación a la concepción sobre derechos que tienen los y las jóvenes, y la importancia atribuida a ellos. Por esta razón se les solicitó definir, de una lista de 12 derechos derivados de los resultados de los talleres, cuales consideraban los tres más importantes. En la tabla que se presenta a continuación se detalla que porcentaje del total de la muestra escogió a cada derecho en uno de estos tres lugares de preferencia.

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Cuadro # 58: Distribución de la muestra según derechos considerados más importantes (datos con factor de ponderación) Categoría Una vida familiar segura La paz y la tranquilidad Respeto a su forma de ser Respeto a su privacidad Poder expresar lo que piensa Tener las amistades y relaciones que quiera Vivir en un medio ambiente sano Contar con la protección de personas adultas Contar con condiciones adecuadas de alimentación y vivienda Tener posibilidades de recreación Poder comprar las cosas que considere necesarias Tener posibilidades de estudio y superación

Porcentaje 1 36,1 9,7 9,1 2,7 5,5 1,6

Porcentaje 2 8,5 14,1 8,6 6,1 12,2 3,2

Porcentaje 3 5,6 6,6 8,7 5,4 10,4 5,3

3,9 2,4

8,5 4

9,2 5,6

6,2

9,1

7,6

0,8 0,6

2,1 2,2

3,4 1,9

16,2

14

19

Para procesar esta información y establecer comparaciones tomando en cuenta el peso de las tres opciones de preferencia, elaboramos un índice de preferencia, de la siguiente manera: IP= 3a/100 más2 b/100 más c/100.

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Los índices obtenidos de esta manera, en orden de prioridad, son los siguientes:

Cuadro # 58 A: Indices de priorización de derechos Derechos Vida familiar segura Posibilidades estudio Paz y tranquilidad Respeto a forma de ser Poder expresarse Condiciones adecuadas Ambiente sano Posibilidades recreación Privacidad Protección de personas adultas Tener amistades y relaciones Poder comprar

valor 1,309 0,956 0,579 0,532 0,513 0,444 0,379 0,316 0,257 0,240 0,165 0,081

El papel preponderante de la familia, o en este caso, del derecho a una vida familiar segura, vuelve a emerger con singular fuerza, siendo el derecho priorizado por los y las jóvenes, en la lista que se les presentó en este estudio. El lugar preponderante del estudio también aparece en estos datos, al ser el segundo derecho priorizado. En el otro extremo encontramos el derecho al consumo, a tener relaciones y amistades, y la protección de personas adultas.

9.

Valores En la penúltima sección de la indagación

incluimos una serie de preguntas que

buscaban indagar las opiniones de las personas entrevistadas en relación con diversos temas. Estas preguntas se relacionan con la tolerancia, el autoritarismo, el fatalismo, etc. A continuación se presentan, en porcentajes del total, los resultados generales

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Cuadro # 59: Distribución de la muestra según opinión sobre diversos valores (datos con factor de ponderación) Categoría En Costa Rica los hombres y mujeres jóvenes tienen los mismos derechos Los homosexuales deben tener los mismos derechos que otras personas Si las autoridades fallan las personas deben tomar la ley por cuenta propia Los nicaragüenses que viven en CR hacen una contribución positiva al país Hagan lo que hagan los jóvenes la situación del país no va a cambiar Algunos delitos justifican la pena de muerte EN CR la opinión de un joven es tan apreciada como la de un adulto La religión es lo más importante que se puede tener en la vida Lo que más necesita CR es un hombre fuerte y decidido que ponga orden

De acuerdo 70

En desacuerdo 27,7

49,2

48,1

51,9

43,9

37,1

58,6

34,9

62,5

44

52,8

48,5

48,5

71,5

25,2

69,6

27,8

Estos datos, en términos generales , tienden a apuntar hacia el autoritarismo y la intolerancia. Llama la atención como se polariza la muestra en torno a la pregunta Los homosexuales tienen los mismos derechos que las demás personas, ya que un 49,2% se manifiesta a favor y 48,1% en contra. En este rubro, encontramos diferencias estadísticas significativas según sexo (t: 4,28, p: .000), y según si estudia o no (t:-2,02, p:.043) Por otro lado, la actitud negativa hacia los nicaragüenses se evidencia en el dato de que el 58,6% considera que no contribuyen al desarrollo del país, mientras que sólo un 37,1% afirma lo contrario. Hay diferencias estadísticas significativas según edad ( F 3,4221, p; .0086) y según escolaridad (F 2,821, p:.0154). Por otro lado, una mayoría clara de las personas encuestadas (69,6%) se manifiesta de acuerdo con la afirmación de que lo que Costa Rica más necesita es un hombre fuerte y decidido que ponga orden, y el 44% de las personas entrevistadas están de acuerdo con la afirmación de que algunos delitos justifican la pena de muerte. En relación con la primera de estas preguntas encontramos diferencias significativas según si estudia o no la persona al

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momento de efectuar la medición (t:-3,19, p:.002). En cuanto al aval a la pena de muerte, hay diferencias significativas según sexo (t:-2,34, p:.019), y edad (F:3,3618, p:.0096). Por otro lado, una mayoría de los encuestados (51,9%) destaca que se puede tomar la ley por propia cuenta si las autoridades fallan, reportándose diferencias significativas según sexo (t:-2,84, p:.005). La religión, como valor deseable, vuelve a aparecer con singular fuerza en las opiniones de los y las jóvenes encuestados, ya que un 71,5% está de acuerdo con la afirmación de que la religión es lo más importante que se puede tener en la vida. Hay diferencias estadísticas significativas según la escolaridad en este rubro (F:5,988, p:.000). Por último, hay una tendencia mayoritaria a señalar que en Costa Rica se respeta por igual los derechos de los hombres y de las mujeres jóvenes (70%) pero el porcentaje que estima que las opiniones de los jóvenes son tan valoradas como las de los adultos es de apenas 48,5%. , existiendo diferencias significativas según edad )F: 7,874, p:.000) y escolaridad (F:20,4187, p:.000) Esta pregunta divide a la muestra en dos, ya que un porcentaje igual considera lo contrario. Solamente un 34 % de las personas entrevistadas están de acuerdo con la afirmación de que hagan lo que hagan los jóvenes la situación del país no va a cambiar.. Por último, se les preguntó que les había parecido el cuestionario aplicado. Las respuestas más frecuentes fueron las siguientes (se registraron hasta dos respuestas por persona):

Cuadro # 60: Distribución de la muestra según opinión sobre la encuesta (datos con factor de ponderación) Categoría Apreciación positiva Toma en cuenta opiniones Ayuda a comprender, enseña No gustó, inadecuado Difícil, muy largo Debe extenderse a otros Debe usarse la información Debe incluir más información

Porcentaje 60,5 26,2 13,5 3,3 3,3 1,4 1 0,8

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B. Niños y Niñas 1. Características de la muestra La muestra de niños y niñas esta compuesta por 697 casos. Fueron encuestados 325 niños, que representan un 47.6% de la muestra, y 358 niñas, que representan un 52.4%.

Cuadro # 148: Distribución de la Muestra según sexo Categoría Masculino Femenino

Frecuencia 325 358

Porcentaje 46,6 51,4

Porcentaje Válido 47,6 52,4

Con respecto a la edad, y puesto que la recolección de la información se hizo por grados completos, el rango inferior de la muestra bajó a siete años ya que se aplicó el cuestionario en niños y niñas que iniciaban su segundo grado. La muestra está compuesta por un 43% de niños y niñas de 8 años, un 22.7% de 9 años, un 17.8% de 7 años, un 12.7% de 10 años y un 8.2% de 11 años de edad, como se puede apreciar en la tabla siguiente. Se tomaron en cuenta los cuestionarios de los niños y niñas que superaban los 11 años puesto que eran sujetos que formaban parte del grado seleccionado y porque su permanencia en grados escolares probablemente obedezca a alguna dificultad en el aprendizaje por lo cual no era conveniente aplicarles el cuestionario de jóvenes. Sin embargo, para efectos del análisis los valores se agruparán a partir de los 10 años.

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Cuadro #149: Distribución de la Muestra según edad Categoría 7 8 9 10 11 12 13 14 15

Frecuencia 124 236 158 88 57 23 7 1 1

Porcentaje 17,8 33,9 22,7 12,6 8,2 3,3 1 0,1 0,1

Porcentaje Válido 17,8 34 22,7 12,7 8,2 3,3 1 0,1 0,1

Con respecto a la religión en la cual están siendo formados, la gran mayoría pertenece al catolicismo, un 71.6%; mientras que un importante 18.4% se definen como cristianos y un 8.6%, evangélicos.

Cuadro # 150: Distribución de la Muestra según religión Categoría Frecuencia Católica 452 Evangélico 54 Cristiana 116 No tiene religión 3 Otra 6

Porcentaje Porcentaje Válido 64,8 71,6 7,7 8,6 16,6 18,4 0,4 0,5 0,9 1

En cuanto a la nacionalidad, un 96.8% de los niños y niñas encuestados (as) son costarricenses, mientras que un 2.3% de la muestra son nicaraguenses.

Cuadro # 151: Distribución de la muestra según nacionalidad Categoría Costa Rica Nicaragua Resto del Mundo

Frecuencia 670 16 6

Porcentaje 96,1 2,3 0,9

Porcentaje Válido 96,8 2,3 0.9

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2. Situación familiar Una parte fundamental de la vida cotidiana de los niños y las niñas transcurre en el ámbito familiar. En este apartado se analizaran las características de la vida en familia, apuntando hacia las pautas de interacción entre sus miembros. Según los datos, los niños y niñas entrevistados forman parte de grupos familiares muy numerosos, ya que se reporta un promedio de personas viviendo en la casa de 11,94 con una desviación estándar de 4,93. Sin embargo, consideramos que es muy probable que estos datos puedan estar inflados y que los niños y niñas anotaron a todos los miembros de su familia y no solo los que convivían con ellos. Según los datos, los grupos familiares estarían compuestos por los siguientes miembros:

Cuadro # 152: Distribución de la Muestra según personas que viven en la casa Categoría Abuelos Hermanos (as) Mamá Papá Primos Tíos Otros (as)

Frecuencia 151 647 686 578 104 141 69

Porcentaje 21,7 92,8 98,4 82,9 14,9 20,2 9,9

Porcentaje Válido 22,2 92,8 98,4 83,8 15,4 20,9 10,4

Con relación a la tabla anterior, llama la atención el alto porcentaje reportado de presencia de la madre y del padre en las casas, lo cual indica, al igual que ocurrió con los jóvenes, un cuadro de familias integradas de acuerdo a la estructura tradicional en donde hay una familia nuclear compuesta por la madre, el padre y los hijos.

Con respecto a

los padres, se observa que un 95.3% de los papás trabajan lo cual refuerza esta característica del hogar tradicionalmente conformado, en donde el rol de proveedor es ejercido principalmente por la figura paterna. Los sectores en los cuales están insertos la

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mayoría de estos papás son muy inestables, tradicionalmente de baja remuneración. Como se puede apreciar en la tabla siguiente, un 33% labora como peón agrícola, constructor, misceláneo o cocinero; un 13.5% labora por cuenta propia como vendedor; un 11.4% son choferes; un 7.7% son vigilantes o guardas; y un 5.4% son operarios, dependientes o mensajeros.

Sólo se reporta un 23.6% de los papás que laboran como técnicos o

profesionales.

Cuadro # 154: Distribución de la Muestra según si el padre trabaja Categoría Sí No

Frecuencia 648 32

Porcentaje 93 4,6

Porcentaje Válido 95,3 4,7

Cuadro # 155: Distribución de la Muestra según ocupación del padre Categoría Peones y Misceláneos Profesional y Técnico Cuenta propia Chofer Vigilante y Policía Educador Pensionado No Trabaja Otros Dependiente y Mensajero

Frecuencia 154 110 63 53 36 8 3 8 4 25

Porcentaje 22,1 15,8 9 7,6 5,2 1,1 0,4 1,1 0,6 3,6

Porcentaje Válido 33 23,6 13,5 11,4 7,7 1,7 0,6 1,7 0,9 5,4

En cuanto a la madre, se reporta que un 70% de las mamás trabajan, y se observa que la gran mayoría de ellas son amas de casa (un 53.9%). Lo anterior llama positivamente la atención en el sentido de que los niños y niñas tienen incorporada una visión que reconoce a los oficios domésticos como un trabajo. Los sectores en donde se insertan las madres a trabajar fuera de la casa, al igual que en el caso de los padres, inestables, ya que se reporta que laboran como empleadas domésticas (14.7%) o por cuenta propia (12.5%). El

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hecho de que casi un 54% de las madres sean amas de casa de una estructura familiar en donde casi el 84% de los casos reportan la presencia del padre en el hogar evidencia una situación de dependencia económica de la madre con respecto a la figura del padre, siguiendo la tipología tradicional familiar.

Cuadro # 156: Distribución de la Muestra según si Madre trabaja Categoría Sí No

Frecuencia 479 205

Porcentaje Porcentaje Válido 68,7 70 29,4 30

Cuadro # 157: Distribución de la Muestra según ocupación de la Madre Categoría Ama de casa Cuenta propia Empleada Doméstica, Miscelánea Educadora Profesional, Técnica No trabaja Otros Dependiente, operaria

Frecuencia 228 53 62 25 20 17 2 16

Porcentaje 32,7 7,6 8,9 3,6 2,9 2,4 0,3 2,3

Porcentaje Válido 53,9 12,5 14,7 5,9 4,7 4 0,5 3,8

Con relación a la organización del espacio físico en la casa, un 41.1% de los niños y niñas reportan que existen tres cuartos para dormir; un 30.1% reporta que hay dos cuartos; un 13.8% reporta que hay cuatro cuartos, un 6.3% reporta que tienen cinco cuartos y un 3.7% reporta que existe un solo cuarto para dormir en la casa. El promedio de habitaciones se ubica en 3,11 y la desviación estándar en 1,37. Hay que resaltar que estos datos son prácticamente idénticos a los que reportaron los y las jóvenes.

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Cuadro # 158: Distribución de la Muestra según número de cuartos para dormir Categoría 1 cuarto 2 cuartos 3 cuartos 4 cuartos 5 cuartos 6 cuartos 7 cuartos 8 cuartos 9 cuartos 10 cuartos

Frecuencia 25 205 280 94 43 12 8 6 5 3

Porcentaje 3,6 29,4 40,2 13,5 6,2 1,7 1,1 0,9 0,7 0,4

Porcentaje Válido 3,7 30,1 41,1 13,8 6,3 1,8 1,2 0,9 0,7 0,4

Asimismo, un 58.6% reporta que no tiene un cuarto propio. En este sentido, se encontraron diferencias significativas por sexo (T = -2.76; P = .006). La tendencia es que la mayoría de las niñas comparten su cuarto (un 63.7% de las niñas no tienen cuarto propio), y entre los que poseen cuarto propio, la mayoría son niños, un 46.7%, mientras que solo un 36.6% de las niñas lo tienen. No se observan diferencias significativas por edad.

Cuadro # 159: Distribución de la Muestra según si el cuarto es propio Categoría Sí No

Frecuencia 286 405

Porcentaje 41 58,1

Porcentaje Válido 41,4 58,6

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Cuadro #198 Distribución de la muestra por sexo y si tiene cuarto propio o no Sexo Categoría sí no TOTAL COLUMNA

Masculino 150 46,70% 171 53,30% 321 47,30%

Femenino TOTAL FILA 130 36,30% 228 63,70% 358 52,70%

280 41,20% 399 58,80% 679 100%

Con respecto a tareas o deberes que cumplen en la casa, observamos que en su mayoría son niños y niñas que les toca colaborar con el funcionamiento de las casas a través de diferentes actividades. Las familias priorizan como deber de los niños y niñas en forma global, la realización de las tareas escolares (97%); tender las camas (86.5%); el rezar (82.8%); lavar los trastos (82.3%); ayudar a barrer y limpiar la casa (77.4%); cuidar a los hermanos y hermanas (61.8%) y darle de comer a los animales (60.2%).

Cuadro # 160: Distribución de la Muestra según deberes que cumplen en la casa Categoría Barrer y limpiar Lavar platos Tender la cama Comida a animales Trabajar la tierra Cocinar Tareas escolares Rezar Lavar y planchar ropa Cuidar hermanos (as) Otras

Frecuencia 538 573 602 419 224 251 675 576 303 429 303

Porcentaje 77,2 82,2 86,4 60,1 32,1 36 96,8 82,6 43,5 61,5 43,5

Porcentaje Válido 77,4 82,3 86,5 60,2 32,3 36,1 97,0 82,8 43,7 61,8 43,7

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En estos datos se observan diferencias significativas por sexo, hay ciertas tareas que mayoritariamente les toca cumplir a las niñas, siguiendo los patrones tradicionales de socialización, en donde se refuerzan conductas diferencialmente entre hombres y mujeres de acuerdo a lo que social y culturalmente se espera de ellos por su condición de género. La tendencia que se observa en los datos es que a las niñas les tiende a tocar cumplir en mayor grado tareas de ayudar a barrer y limpiar (T = 3.63; P = .000); lavar los trastos (T = 6.32; P = .000); tender la cama (T = 4.06; P = .000); cocinar (T = 2.14; P = .033); hacer las tareas escolares (T = 2.88; P = .004); rezar (T = 2.51; P = .012) y lavar o planchar ropa (T = 3.94; P = .000). En cuanto a los niños, mayoritariamente les toca trabajar la tierra (T = -2.70; P = .007). También se observan diferencias significativas por edad en cuanto a tareas y deberes por cumplir en la casa. Resultaron significativas el dar de comer a los animales (F = 3.9045; P = .0088); trabajar la tierra (F = 2.8054; P = .0389); cocinar (F = 2.6407; P = .0485); lavar y planchar ropa (F = 3.0418; P = .0283); y cuidar a los hermanos o hermanas (F = 3.6178; P = .0130). La tendencia es que los niños y niñas de menor edad son los que reportan que realizan con mayor frecuencia el dar de comer a los animales, trabajar la tierra, lavar y planchar, cuidar hermanos o hermanas; mientras que en el caso de cocinar quienes lo reportan con mayor frecuencia son los de 10 años y más.

3. Condiciones de vida En este apartado analizaremos los datos concernientes a las condiciones de vida que reportan los niños y niñas, y que guardan relación con el derecho a la salud, a la protección y a la alimentación. Ante situaciones de enfermedad y de acuerdo a la experiencia de los niños y las niñas, en términos globales los datos muestran que recibieron atención médica (84.7%), o les fueron suministrados medicamentos (89.9%), pero principalmente reportan haber sentido que la familia los cuidó cuando estuvieron enfermos (94.8%), lo cual evidencia una

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vez más la percepción del ambiente familiar como estructura de contención.

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No se

encontraron diferencias significativas por sexo ni por edad en los resultados.

Cuadro # 161: Distribución de la muestra por asistencia de servicios médicos durante enfermedad Categoría si no

Frecuencia 558 101

Porcentaje 80,1 14,5

Porcentaje Válido 84,7 15,3

Cuadro # 163: Distribución de la muestra por la compra o no de medicamentos Categoría si no

Frecuencia 607 68

Porcentaje 87,1 9,8

Porcentaje Válido 89,9 10,1

Cuadro # 164: Distribución de la Muestra según si la familia le cuidó durante enfermedad Categoría si no

Frecuencia 632 35

Porcentaje 90,7 5

Porcentaje Válido 94,8 5,2

Con relación a la opinión de cómo lograr que los niños y niñas se enfermen menos, en términos globales la gran mayoría de los niños y niñas opinan que se podría lograr pidiéndole más ayuda a Dios (95.6%) lo cual revela por un lado la fuerte presencia de la religión como discurso ideológico en las familias, así como también la percepción de la enfermedad como un proceso ajeno al cuerpo y a las condiciones de vida inmediatas, como si viniera del afuera en forma de castigo divino, asociado a ciertos comportamientos. En este sentido, un 76.1% de los niños y niñas opinan que al portarse mejor se pueden evitar

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las enfermedades. Este dato, como es de esperarse, es sustancialmente mayor que el correspondiente en la medición en jóvenes. Es decir, los niños y niñas tienden en mayor grado a responsabilizar a la persona y sus acciones de sus dolencias.

En este sentido, se

encontraron diferencias significativas por edad tanto en el ítem de portarse mejor (F = 11.8508; P = .000), como en el ítem de pedirle más ayuda a Dios (F = 4.1335; P = .0064). La tendencia es que conforme aumenta la edad, la frecuencia de niños que opinan que las enfermedades se pueden evitar pidiéndole más a Dios tiende a aumentar, mientras que los niños de menor edad (7 y 8 años) opinan con mayor frecuencia que se pueden evitar portándose mejor. Otras opciones de respuesta que presentaron mayor frecuencia fueron que los padres cuiden más a los hijos (94.9%), comiendo mejores alimentos (93.7%) y conociendo más consejos sobre como cuidar de la salud (93.0%).

No se encontraron diferencias

significativas por sexo en ninguno de los ítems evaluados.

Cuadro # 166: Distribución de la Muestra según cómo podría lograrse que niños y niñas se enfermen menos Categoría Comiendo mejores alimentos Visitando más veces al doctor Conociendo más sobre cuido de salud Portándose mejor Pidiéndole más ayuda a Dios Que la mamá y el papá les cuiden más

Frecuencia Porcentaje 636 91,2 588 84,4 636 91,2 509 73 656 94,5 654 93,8

Porcentaje Válido 93,7 87,0 93,0 76,1 95,6 94,9

Con respecto a la alimentación, un 83.0% de los niños y niñas consideran que tienen suficiente comida en sus casas, sin embargo hay un importante 17.0% que opina no tener suficiente comida, de los cuales un 15.1% son niños y un 19.0% son niñas.

No se

observaron diferencias significativas por sexo, pero sí se encontraron diferencias significativas por edad (F = 6.6815; P = .0002). La tendencia es que los que opinaron no tener suficiente comida corresponden a niños de menor edad mientras que los que sí consideran tener suficiente comida corresponden al grupo de 10 años y más.

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Cuadro # 167: Distribución de la Muestra según si en su casa hay suficiente comida Categoría Si No

Frecuencia 567 116

Porcentaje 81,3 16,6

Porcentaje Válido 83,0 17,0

Con respecto a las comidas que creen que les hacen falta en las casas, un 41.7% del total de respuestas dadas por los niños y niñas corresponden a frutas, un 24.5% corresponden a lácteos y con igual porcentaje fueron mencionadas las carnes, un 17.9% de las respuestas hacen mención sobre la falta de granos, un 15.9% sobre la falta de verduras y un 10.6% se relacionan con harinas. Llama la atención que la frecuencia con que fueron mencionados alimentos como tacos, hamburguesas, dulces y gaseosas fueron muy bajas, como se puede apreciar en la tabla siguiente. Esto evidencia que los niños y niñas que afirmaron sentir que les falta comida, realmente carecen de alimentos que son básicos para una dieta regular.

Cuadro # 167 A: Distribución de la muestra según alimentos que faltan en su casa Categoría Harinas Granos Verduras Carnes Huevos Lácteos Frutas Dulces Tacos, hamburguesas Gaseosas Fresco Otros

Frecuencia 16 27 24 37 5 37 63 5 3 1 2 5

Porcentaje 2,3 3,9 3,4 5,3 0,7 5,3 9,0 0,7 0,4 0,1 0,3 0,7

Porcentaje Válido 10,6 17,9 15,9 24,5 3,3 24,5 41,7 3,3 2,0 0,7 1,3 3,3

En cuanto a la distribución de las frecuencias por sexo, las niñas señalaron las frutas (58.7%), los lácteos (42.9%), y las carnes (30.2%) como los alimentos que les hacen falta, mientras que los niños opinaron que son las frutas (53.1%), las carnes (36.7%) y los granos

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(26.5%) los alimentos que carecen. Se encontraron diferencias significativas entre ambos grupos en lo que se refiere a la falta de lácteos (T = 2.62; P = .010), ya que las niñas lo mencionan con mayor frecuencia. No se encontraron diferencias significativas por edad; pero sí se observaron diferencias significativas por grado en cuanto a la falta de carnes (F = 3.4452; P = .0193). La tendencia es que los niños de quinto grado mencionaron con mayor frecuencia la falta de carnes en la dieta de sus casas. Con respecto a los alimentos que componen la dieta regular y las comidas que hacen al día, se puede observar en forma global que la mayoría de los niños y niñas hacen las tres comidas diarias como se puede apreciar en la tabla siguiente. Sin embargo, no se puede dejar pasar que un 9.9% de los niños y niñas no desayunaron, un 9.1% no almorzaron y un 18.4% no cenaron, como se puede apreciar en las tablas que aparecen a continuación.

Cuadro # 168: Distribución de la Muestra según desayuno Categoría NS/NR Sí No

Frecuencia 3 625 69

Porcentaje 0,4 89,7 9,9

Porcentaje Válido 0,4 89,7 9,9

Cuadro # 170: Distribución de la Muestra según almuerzo Categoría NS/NR Sí No

Frecuencia 7 625 63

Porcentaje 1 89,7 9,0

Porcentaje Válido 1,0 89,9 9,1

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Cuadro # 172: Distribución de la Muestra según cena Categoría NS/NR Sí No

Frecuencia 13 555 128

Porcentaje 1,9 79,6 18,4

Porcentaje Válido 1,9 79,7 18,4

Con respecto al desayuno específicamente, no se observaron diferencias significativas por sexo, edad ni grado. En cuanto a los alimentos que componen el desayuno, en términos globales los alimentos mencionados con mayor frecuencia fueron el pan (51.6%), el café (30.1%), los lácteos (24.7%) y el gallo pinto (21.4%). Tanto los niños como las niñas mencionaron estos alimentos con mayor frecuencia como parte de sus desayunos. Solo se observaron diferencias significativas por sexo en cuanto a los lácteos (T = 2.36; P = .019), en donde las niñas los mencionaron con más frecuencia.

Cuadro # 169: Distribución de la Muestra según alimentos ingeridos en desayuno Categoría Café Jugos Cereales Huevos Lácteos Carnes Gallo Pinto Frutas Pan Otros

Frecuencia 189 38 120 58 155 64 134 16 324 69

Porcentaje 27,1 5,5 17,2 8,3 22,2 9,2 19,2 2,3 46,5 9,9

Porcentaje Válido 30,1 6,0 19,1 9,2 24,7 10,2 21,4 2,5 51,6 11,0

En cuanto a la distribución de frecuencias de los alimentos consumidos en el desayuno por edad, se encontraron diferencias significativas en cuanto a los jugos (F = 7.2938; P = .0001); los lácteos (F = 2.9419; P = .0325); y el gallo pinto (F = 5.9156; P = .0006). La tendencia es que estos alimentos fueron mencionados con mayor frecuencia por los niños y niñas de 10 años y más.

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De igual manera en la distribución de frecuencias de los alimentos consumidos en el desayuno por grado, se encontraron diferencias significativas en los jugos (F = 5.5869; P = .0009); los lácteos (F = 6.2692; P = .0003); y el gallo pinto (F = 4.7152; P = .0029), observándose como tendencia que estos alimentos fueron mencionados con mayor frecuencia por niños y niñas de quinto grado. Con relación al almuerzo, se encontraron diferencias significativas por sexo en cuanto a si almorzaron o no (T = 3.34; P = .001). Aunque en ambos casos la cifra de quienes almorzaron es alta, tiende a ser significativamente más alta en las niñas. La mayoría de los que sí almorzaron (94.4%) fueron niñas mientras que la mayoría de los que no almorzaron fueron niños (13.2%). Entre los alimentos que más consumieron en el almuerzo están los granos (62.2%), las carnes (49.8%) y las verduras (28.6%).

Se

encontraron diferencias significativas por sexo en alimentos como gaseosas (T = 2.16; P = .032) y frescos (T = 2.35; P = .019). La tendencia que se observa es que las niñas los consumieron con más frecuencia en el almuerzo.

Cuadro # 171: Distribución de la Muestra según alimentos ingeridos en el almuerzo Categoría Harinas Granos Verduras Carnes Huevos Lácteos Frutas Dulces Tacos, Hamburguesas Gaseosas Fresco Otros

Frecuencia 84 394 181 315 58 15 2 2 11 19 38 52

Porcentaje 84 56,5 26,0 45,2 8,3 2,2 0,3 0,3 1,6 2,7 5,5 7,5

Porcentaje Válido 12,1 62,2 28,6 49,8 9,2 2,4 0,3 0,3 1,7 3 6 8,2

En la distribución de frecuencias de los alimentos consumidos en el almuerzo por edad se encontraron diferencias significativas en cuanto a las harinas (F = 3.2822; P = .0206); las verduras (F = 9.6784; P = .0000); las gaseosas (F = 5.6348; P = .0008) y los

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frescos ( F= 2.8656; P = .0360). Se observa además que los niños y niñas de 10 años y más consumieron con mayor frecuencia los alimentos anteriormente señalados.

En la distribución de frecuencias de los alimentos consumidos en el almuerzo por grado, se observan diferencias significativas en las harinas (F = 3.0103; P = .0297); las verduras (F = 7.9611; P = .0000); las carnes (F = 3.6772; P = .0121); los huevos (F= 3.1662; P = .0241); las frutas (F = 3.7566; P = .0108); las gaseosas (F = 5.3122; P = .0013); y los frescos (F = 4.3495; P = .0048). Excepto en el caso de las carnes, los restantes alimentos fueron consumidos con mayor frecuencia por los niños y niñas de quinto grado, mientras que las carnes fueron consumidas con mayor frecuencia por los de tercer grado. Con relación a la cena se encontraron diferencias significativas por edad y por grado entre los que sí cenaron y los que no lo hicieron. Por edad (F = 8.2907; P = .0000), los niños y niñas de 10 años y más reportaron con más frecuencia que cenaron, mientras que los de 7 años reportan con mayor frecuencia que no cenaron. Por grado (F = 5.2442; P = .0014), los niños y niñas de cuarto y quinto grado reportan con mayor frecuencia que sí cenaron, mientras que los están en segundo y tercer grado reportan con mayor frecuencia que no cenaron. En términos globales los alimentos que consumieron con mayor frecuencia durante la cena son los mismos del almuerzo, se reporta que un 52.2% de los alimentos consumidos fueron granos, un 39.0% fueron carnes y un 22.8% fueron verduras, como se puede apreciar en la tabla que aparece a continuación.

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Cuadro # 173: Distribución de la Muestra según alimentos ingeridos en la cena Categoría Harina Granos Verduras Carnes Huevos Lácteos Frutas Dulces Tacos, Hamburguesas Gaseosas Frescos Otros

Frecuencia 85 297 130 222 48 40 11 9 24 14 30 54

Porcentaje 12,2 42,6 18,7 31,9 6,9 5,7 1,6 1,3 3,4 2,0 4,3 7,7

Porcentaje Válido 14, 9 52,2 22,8 39 8,4 7 1,9 1,6 4,2 2,5 5,3 9,5

No se observaron diferencias significativas de los alimentos consumidos en la cena por sexo, pero sí se observan diferencias significativas por edad en cuanto a los frescos (F = 2.7801; P = .0405); y por grado en cuanto a las verduras (F = 2.9132; P = .0339); los lácteos (F = 2.7303; P = .0433); las frutas (F = 3.3783; P = .0182) y los frescos (F = 3.1810; P = .0237).

4. Redes de apoyo y participación Un 55.4% de los entrevistados dijeron participar en grupos de la iglesia, un 34% en grupos de la comunidad, un 41.3% en equipos deportivos, un 63.7% en grupos de amigos y amigas del barrio, un 21.1% en grupos de música, teatro, danza o pintura; un 48.1% en grupos de estudio; un 32.6% en gobierno estudiantil y un 19.4% en grupos de bastoneras y escolta. Solamente un 6% no manifiesta pertenecer a ningún grupo. De esta manera la participación en grupos que se reporta es sumamente alta.

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Cuadro # 174: Distribución de la Muestra según grupos a los que pertenece Categoría Religioso Comunitario Deportivo Amigos (as) del barrio Artístico Estudio Político Estudiantil Bastoneras o Escolta Otros

Frecuencia 386 237 288 444 147 335 227 135 117

Porcentaje 55,4 34 41,3 63,7 21,1 48,1 32,6 19,4 16,8

Porcentaje Válido 56,9 35,9 43,4 65,5 22,3 50,1 34,0 20,3 17,7

Se encontraron diferencias significativas por sexo en cuanto a la participación en grupos de la comunidad (t=3.32, p=0.021) con un 40.4% de los hombres y un 31.6% de las mujeres; equipos deportivos ( t=9.15, p=0.00) con una participación del 60.3% de los hombres contra 26.6% de las mujeres; grupos culturales (t=4.01, p=0.00) con un 15.4% de los hombres y un 28.3% de las mujeres; y bastoneras o escoltas (t=3, p=0.03) con una participación del 15.4% de los hombres y el 24.7% de las mujeres.

No resultaron

significativas las diferencias en cuanto a los grupos religiosos (t=0.86, p=0.39); los grupos de amigos (t=.61, p=.54); grupos de estudio (t=1.05, p=.24) ni gobierno estudiantil (t=0.00, p=.998). En relación a la edad se encontraron diferencias en los grupos de estudio (F=6.18, p=0.00), donde la participación pasa de un 67% en el grupo de 7 y menos años a 48.8% en el de 10 y más años y en bastoneras o escoltas (F=3.18, p=0.02) donde ésta baja de 20.3% en el primer grupo a 13.4% en el último; no así en cuanto a grupos religiosos (t=.86, p=.08); grupos de la comunidad (F=.77, p=.51); grupos deportivos (f=.13, P=.94); grupos de amigos(F=1.63, p=.18), grupos culturales (F=1.24, p=.29) ni de política estudiantil (F=3.18, p=.02). Un 81.5% de los entrevistados manifiesta que desearía participar en algún grupo al que actualmente no pertenece. Al igual que en los jóvenes, las actividades que más les gustaría hacer parecen ser las deportivas (43.2%). En orden descendente aparecen luego

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los grupos de estudio (41.5%), gobiernos estudiantiles (37.5%), bastoneras y escoltas (37.3%), grupos culturales (35.9%), grupos de amigos(as) (33.9%), grupos de la Iglesia (26.1%) y de la comunidad (25.8%).

Cuadro # 176: Distribución de la Muestra según grupos en los que gustaría estar Categoría Religioso Comunitario Deportivo Amigos del Barrio Artístico Estudio Gobierno Estudiantil Bastoneras o Escolta

Frecuencia 182 180 301 236 250 289 241 260

Porcentaje 26,1 25,8 43,2 33,9 35,9 41,5 34,6 37,3

Porcentaje Válido 28,4 28,0 46,9 36,8 38,9 45,0 37,5 40,5

Se detectaron diferencias significativas por sexo en cuanto a deseos de participación en grupos de la iglesia (t=4.22, p=0), deportes (F=.88, p=.45); grupos culturales (t=3.23, p=0.001); de estudio (t=2.77, p=0.01) y bastoneras o escolta (t=8.67, p=0.00). Se mostró mayor deseo de participación en grupos religiosos en las mujeres (58.5% contra 22.2% de los hombres) lo mismo que en el caso de los grupos de estudio (52% contra 47.9% en los hombres) Y en bastoneras/escolta (24.7% contra 15.4% en los hombres); en los hombres se mostró un mayor interés por participar en deportes (60.3% contra 26.6% en las mujeres). Por el contrario, las diferencias no fueron significativas en cuanto a grupos de la comunidad ((t=.5, p=.88); de amigos(as) del barrio ( t=.99, p=.32); gobierno estudiantil (t=.12, p=.904). Por edad se detectaron diferencias en los deseos de participación en grupos de la comunidad (F=3.77, p=.01); grupos culturales (t=3.95, p=.0083); grupos de estudio (F=4.14, p=.01). No se detectaron diferencias por edad en las siguientes variables: grupos de la Iglesia (F=0.18, p=.91); grupos de deportes (F=0.88, p=.45); de amigos(as) (F=.53, p=.66); gobierno estudiantil (F=.16, p=.92) y bastoneras o escolta (F=1.54, p=.2).

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Las razones que se aducen con mayor frecuencia para explicar el no estar en los grupos que quisieran fueron: la falta de esos grupos cerca de la casa (43.6%), la falta de dinero (40.5%), el no saber como entrar al grupo (39.8%), la falta de tiempo (38.6%), el no tener permiso de la casa (26.91%) y el no ser aceptados por el grupo (24.7%).

Cuadro # 177: Distribución de la Muestra según dificultades posibles para estar en grupos Categoría No hay cerca No lo dejan No tiene tiempo No sabe como entrar No tiene dinero No le aceptan

Frecuencia 261 161 231 237 242 148

Porcentaje 37,4 23,1 33,1 34 34,7 21,2

Porcentaje Válido 43,6 26,9 38,6 39,8 40,5 24,7

5. Educación Un 88.5% de los entrevistados dijo que le gusta la escuela. Además un 93.5% piensa que es importante estudiar. Al respecto, un 49.6% mencionó como la principal razón por la que es de importancia estudiar el que así se aprende y un 13.6% piensa que adquiere importancia para el futuro. El 88.1%, además, dice que en la escuela le va bien o muy bien.

Cuadro # 179: Distribución de la Muestra según si le gusta la escuela Categoría Sí No

Frecuencia 617 67

Porcentaje 88,5 9,6

Porcentaje Válido 88,5 9,6

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Cuadro # 180: Distribución de la Muestra según porqué le gusta o no la escuela Categoría ns/nr Es bonita Aprendo cosas Jugamos Por amigos (as) Es cansado Maestra amable Enseñan moral Para el futuro Otras

Frecuencia 182 103 416 49 55 50 27 4 16 10

Porcentaje 19,9 11,3 45,6 5,4 6 5,5 2,9 0,4 1,8 1,1

Sobre las cosas que los entrevistados consideraban que a la familia les costaba mucho realizar para que fueran a la escuela, un 57.8% señaló que comprar el uniforme era difícil, un 62.4% comprar libros, un 61.5% comprar cuadernos, lápices, borrador o bulto, un 37.6% pagar el transporte y un 62% pagar cuotas que pide la maestra o el maestro (Bonos, patronato, rifas).

Cuadro # 184: Distribución de la Muestra según dificultad de la familia para conseguir implementos escolares Categoría Uniforme Libros Útiles Bus a la Escuela Patronato, bonos, rifas

Frecuencia 403 435 429 262 432

Porcentaje 57,8 62,4 61,5 37,6 62

Porcentaje Válido 61,4 65,1 63,8 43,4 66,7

Sobre el trato de la maestra o el maestro y las condiciones de la escuela, un 19.7% piensan que el maestro (a) los regaña mucho, un 85.6% que las clases son interesantes y divertidas; un 54.2% que los baños de la escuela funcionan bien y están limpios; un 66.7% que el maestro o maestra acepta que sus estudiantes digan si algo no les gusta; un 89.7% considera que el trato de la maestra (o) es respetuoso; un 66.3% califican el estado de los pupitres como bueno; un 86.2% dice que todos en el aula tienen cuadernos y libros para estudiar; un 86.5% dice que la maestra(o) ayuda a resolver conflictos con los

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compañeros(as); un 72.3% dice que es posible hablar con el director(a) en cualquier momento y un 79.3% dice que en la escuela hay biblioteca. Por lo tanto, al igual que en la muestra de jóvenes los niños y niñas, que están dentro del sistema educativo formal, tienen una concepción muy positiva acerca de sus establecimientos educativos, como tendencia general.

Cuadro # 185: Distribución de la Muestra según condiciones en la escuela Categoría Maestra (o) los regaña mucho Las clases son interesantes Los baños están en buen estado Hablan a maestra (o) cuando hace algo que no les gusta Maestras (os) los (as) tratan con respeto Los pupitres están en buen estado Los (as) alumnos (as) tienen materiales Maestras (os) ayudan en problemas entre alumnos Pueden encontrar y hablar con Director (a) Hay Biblioteca

Frecuencia 137

Porcentaje 19,7

Porcentaje Válido 20,7

564

80,9

85,6

378

54,2

57,4

465

66,7

69,1

625

89,7

93,4

462

66,3

69,0

601

86,2

90,4

603

86,5

89,7

504

72,3

75,9

553

79,3

82,3

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6. Comunidad o lugar de residencia Un categórico 90% de los entrevistados manifestó que le gusta su comunidad o barrio. No se detectaron diferencias significativas al respecto según sexo (t=1.77, p=.08) ni edad (F=2.47, p=.06) aunque sí de acuerdo al año que cursan (F=3.07, p=.03). Al respecto, se verifica un descenso de 93% al 86% que manifiestan que les gusta la comunidad, entre los estudiantes de 2º y 5º grado.

Cuadro # 186: Distribución de la Muestra según si le gusta o no su comunidad Categoría Sí No

Frecuencia 627 53

Porcentaje 90 7,6

Porcentaje Válido 92,2 7,8

Sobre las características del lugar donde viven, un 73.5% dice que cerca hay parques y plazas donde jugar; un 55.4% señalan que hay peligro para niños y niñas que jueguen fuera de la casa; un 62.1% piensa que en ella las personas deben cuidarse porque hay robos y asaltos. Un 72.7% manifiesta que la familia le da permiso de jugar fuera de la casa. Cabe hacer notar entonces cómo el tema de la “seguridad ciudadana” permea la visión de los niños y de las niñas.

Cuadro # 189: Distribución de la Muestra según situación de la comunidad donde vive Categoría Frecuencia Porcentaje Porcentaje Válido Hay parques y plazas 512 73,5 76,8 Hay peligro para quienes juegan afuera 386 55,4 56,8 Robos a casas y asaltos a personas 433 62,1 64,1 Le dejan jugar afuera 507 72,7 75,6

Entre estas variables solo fueron significativas por sexo las últimas dos (t=2.9, p=.004 y t=2.63, p=.01, respectivamente). En efecto, un 69.1% de las mujeres considera que la gente debe cuidarse en la comunidad de robos y asaltos, contra un 58.3% de los hombres que opinaron igualmente; mientras que un 80.1% de los hombres dice que le dejan

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salir a jugar fuera de casa, contra un 71.4% de las mujeres.

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Respecto a la edad se

encontraron diferencias únicamente en cuanto a si hay parques y plazas donde ir a jugar (F=3.74, p=.01) y esta diferencia se muestra en el hecho de que en el grupo de 7 años un 69% responde afirmativamente mientras que en el de 10 y más un 84% lo hace. De acuerdo al año que cursan, se encuentran diferencias en si encuentran lugares donde jugar (F=2.94, p=0.03) y si las personas de la comunidad deben cuidarse de robos y asaltos (F=8.86, p=0.00). En el primer caso la proporción sube de 73.4% en 2º grado a 85.9% en 5º grado; en el segundo de 70% a 61%, respectivamente. Un 28.8% de los entrevistados mencionó entre lo que más le gustaba de su comunidad eran sus amigos, un 28.6% mencionó la recreación, un 14.3% habló de aspectos relacionados con la infraestructura y un 11.5% la naturaleza.

Cuadro # 187: Distribución de la Muestra según lo que más le gusta de su comunidad Categoría La Naturaleza Espacio de recreación Organización comunal Seguridad Casa y familia Todo Infraestructura Amigos y vecinos Nada Escuela Otros Aseo

Frecuencia 80 200 20 29 28 19 100 201 22 21 21 12

Porcentaje 10,6 26,6 2,7 3,9 3,7 2,5 13,3 26,7 2,9 2,8 2,8 1,6

En cuanto a lo que no gusta de la comunidad, un 20.5 también señaló aspectos relacionados con la infraestructura de ésta, un 13.2% mencionó algún tipo de contaminación (basura, sónica, etc.), un 11.8% criticó a los vecinos y un 11.4% habló de pleitos y vicios.

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Cuadro # 188: Distribución de la Muestra según lo que menos le gusta de su comunidad Categoría Espacio físico Basura y contaminación Parejas Maltrato a niños (as) Inseguridad Los vecinos (as) Pleitos y vicios Todo le gusta Todo le disgusta Costo de la Vida No hay niños (as) Otros La casa

Frecuencia 143 92 3 14 59 82 80 64 10 2 8 44 4

Porcentaje 23,6 15,2 0,5 2,3 9,6 13,6 13,2 10,6 1,7 0,3 1,3 7,3 0,7

Al preguntarse qué cosas cambiarían de la comunidad, el 30.7% señaló el arreglar problemas de infraestructura tales como arreglar calles, poner parques, etc.; un 15.9% se preocupó por la limpieza y un 15.8% por arreglar problemas de alcoholismo, robos y pleitos. No deja de llamar la atención como en estas últimas dos preguntas, abiertas, no aparece el tema de la inseguridad.

Cuadro # 190: Distribución de la Muestra según lo que cambiaría en su comunidad Categoría Limpieza de basura Relaciones con los vecinos Ruido Infraestructura Drogas, alcohol, pleitos Aspectos personales Nada Aumentar áreas verdes Servicios Todo Otros

Frecuencia 111 42 15 217 110 14 76 30 24 6 35

Porcentaje 16,3 6,2 2,2 31,9 16,2 2,1 11,2 4,4 3,5 0,9 5,1

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7. Derechos Humanos Un 82.1% dice haber escuchado acerca de los derechos de los niños y las niñas. No se encontraron diferencias por sexo (7=.37, p=.71) pero sí por grupos etarios (F=11.56, p=0.00) y nivel que cursan (F=11.56, p=0.00). Es así como para el caso de los grupos etarios la proporción que ha escuchado sobre el tema pasa de 69.8% a 96% entre el grupo de 7 años y el de 10 y más; mientras que para el año que cursan el cambio es de 76.7% en 2º a 97.7% en 5º. Entre los derechos que los entrevistados reconocen como los más importantes para ellos está el derecho al estudio (mencionados por el 44% de los entrevistados) y el derecho al juego (34.9%), además un 15.9% señalan más bien deberes.

Cuadro # 192: Distribución de la Muestra según cuales consideran sus derechos más importantes Categoría ns/nr Estudio Salud Familia No ser maltratado Expresión Cuidados, amor Juego Alimentación Ambiente sano Deberes Descanso Tener una casa Ser libre Otros Ser respetado Vivir

Frecuencia 197 307 17 19 11 22 31 250 57 7 111 5 12 21 7 17 6

Porcentaje 17,9 28 1,5 1,7 1 2 2,8 22,8 5,2 0,6 10,1 0,5 1,1 1,9 0,6 1,5 0,5

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6. CONCLUSIONES El propósito de este estudio ha sido indagar la visión que tienen niños, niñas y jóvenes costarricenses acerca de sus derechos y problemas, en el contexto de su vida cotidiana. Hemos querido por lo tanto explorar una especie de “agenda” indicada por esta población, a través de las metodologías que ya hemos descrito. Se trata, valga la reiteración, de un esfuerzo extraordinariamente complejo, no sólo al tratar de abordar esta población de manera apropiada en lo que se refiere a cobertura, sino también en lo instrumental y metodológico. En las dos secciones anteriores hemos presentado y comentado en alguna medida los resultados específicos en los dominios explorados para las distintas submuestras estudiadas. En estas conclusiones quisiéramos presentar unos comentarios de carácter más general, acerca de las tendencias que sugieren los resultados encontrados. Por supuesto, como ya se ha señalado, el hecho de intentar abordar temáticas comunes en sujetos de edades tan disímiles es extraordinariamente difícil, ya que a fin de cuentas fueron tres tipos de medición las que se realizaron (instrumento autoadministrado en grupo- jóvenes, indagación individual-jóvenes, e instrumento aplicado en grupos escolares). Nos atrevemos, no obstante, a hacer los siguientes señalamientos, que sobre todo son indicativos de temas que deben ser explorados a mayor profundidad. Tratamos de abordar la perspectiva de niños, niñas y jóvenes acerca de su entorno, sobre todo en los ámbitos de la familia, la educación y la comunidad en que viven. En estos rubros, llama poderosamente la atención como, tanto para los jóvenes como para las niñas y los niños, la familia se percibe como un ámbito de contención y de respeto. Esta es la tendencia claramente mayoritaria, aunque hay que hacer notar que en estudios de estas características un porcentaje relativamente pequeño del total estaría apuntando, en estas poblaciones, a una gran cantidad de casos individuales. Como todo, se trata de tendencias.

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Las características sociodemográficas que se nos presentan en ambas submuestras son muy similares, lo que nos indicaría que estamos resaltando sectores sociales parecidos (la única diferencia se presentaría en el número de personas que se reporta viven en la casa, y esto ya ha sido comentado). La tendencia es muy clara, en cuanto a que la familia se visualiza como un contexto positivo. En el caso de los jóvenes, en que se puede indagar con mayor detalle, llama la atención como se percibe de manera clara y mayoritaria a la familia como un ámbito en que se puede participar, se impone el respeto entre padres e hijos y se salvaguarda la privacidad. En lo que se refiere a la educación, es muy claro que en ambos grupos ha prendido el discurso de la educación como valor social. En el caso de los jóvenes tiende a resaltarse este valor en función de un “futuro”, mientras que en los niños y niñas (como se esperaría de acuerdo con teorías del desarrollo) se destaca más la actividad educativa en sí. De nuevo, el contexto educativo, para quienes están insertos en él a la hora de realizar la investigación (hay que recordar que la submuestra de jóvenes que no estudian no respondió esta parte del instrumento) es valorado muy positivamente, en términos de condiciones de estudio, trato por parte de profesores o maestros y pósibilidad de participación. Como ocurre con el ámbito de la familia, el contexto educativo es hipervalorado en ambos sectores, como tendencia general. En lo que se refiere al ámbito comunitario, es claro que las posibilidades y vías de indagación para niños y niñas y para jóvenes fueron muy diferentes, por lo que, al igual que en otros rubros, sólo podemos comparar de manera muy aproximada. En todo caso, en los y las jóvenes se revela una tendencia a señalar con mayor criticidad algunos dominios de la actividad comunitaria, como las posibilidades de trabajo para jóvenes, sus oportunidades de ser escuchados, la seguridad ciudadana y la condición económica, y en el caso de los niños y niñas es claro que a pesar de que una clara y contundente mayoría expresa que le gusta el lugar en que viven, el discurso de la ”inseguridad ciudadana” también ha aparecido en sus visiones.

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Indagamos también condiciones de salud y de alimentación. Como tendencia general, destacamos que en ambas submuestras sectores mayoritarios claros reportan comer tres veces al día, aunque en ambos casos los porcentajes de quienes reportan comer en la noche son menores que en los otros dos turnos. También hay que destacar como entre una sétima o sexta parte de las muestras reportan que no hay suficiente comida en sus casas. En lo que se refiere a cobertura médica, llama la atención el hecho de que en el caso de los y las jóvenes el porcentaje que reporta no haber sido atendido por servicios de salud es virtualmente idéntico al que señala que no hay suficiente comida en la casa. Pero, claramente, la inmensa mayoría tanto de jóvenes como de niños y niñas reporta haber sido atendido en instituciones de salud cuando se enfermaron, haber recibido medicinas y también haber sido depositarios del cuido y cariño de sus familiares. En lo que se refiere a las causas percibidas para que se presenten enfermedades, se da un gran peso al acceso a servicios de salud, y también a factores religiosos en ambas muestras, aunque en el caso de los niños y niñas, como es de esperarse, es mucho mayor la tendencia a atribuir las enfermedades a las conductas de los propios enfermos. En ambas submuestras hay una tendencia a la participación en grupos, siendo más pronunciada conforme disminuye la edad. También se manifiesta una tendencia a querer participar en grupos a las que no se ha tenido acceso, con claras diferencias sobre todo según sexo (más en niños y niñas que en jóvenes). En el caso de la indagación de los jóvenes, el hecho de que casi las tres cuartas partes de las personas entrevistadas manifiesten su deseo de participar en algún grupo (encabezando la lista, como en el caso de los niños, los grupos deportivos) puede verse a la par de su convicción de que la situación futura de sus comunidades va a mejorar y su creencia mayoritaria, además, de que los y las jóvenes pueden contribuir a resolver los problemas de sus comunidades. Es decir, no hay pesimismo ni fatalismo en esta población acerca de las posibilidades de cambio, o de su posible incidencia en estos cambios. No se pudo, en el caso de los niños y niñas, indagar acerca de la salud reproductiva o de los valores. En cuanto a lo primero, creemos necesario resaltar la tendencia clara, en los y las jóvenes, de destacar la importancia y necesidad de la educación sexual en los

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hogares y las instituciones, y por otro lado, sumando los que respondieron que no conocían métodos anticonceptivos con los que no pudieron nombrar alguno, que una tercera parte de las personas entrevistadas parecen no conocer métodos anticonceptivos, lo que nos parece una cifra alta. Por otro lado, la visión acerca de las relaciones sexuales prematrimoniales tanto en hombres como en mujeres, del aborto en caso de peligro, y de las relaciones sexuales como peligrosas parecen apuntar a una visión

mayoritaria de tendencia

conservadora en lo que a la sexualidad se refiere. Por último, la indagación acerca de los valores nos brinda indicios de como esta población juvenil parece propensa a soluciones de tipo autoritaria a problemas de índole social (pena de muerte, tomar la ley por propia cuenta, creencia en la necesidad de un “hombre fuerte y poderoso que ponga orden”), a la vez que se insinúan rasgos significativos de intolerancia hacia grupos “diferentes” como los homosexuales o los nicaragüenses. Creemos que estos son temas que deben ser estudiados con mucho mayor detenimiento y profundidad. De esta manera, a modo de conclusiones, hemos señalado algunas tendencias generales. Por supuesto, los datos pueden discernirse con mucho mayor detalle en las secciones anteriores. Creemos que la indagación realizada, por su cobertura y amplitud, puede ser de utilidad para discernir las preocupaciones y realidades percibidas de niños, niñas y jóvenes costarricenses, y de esta manera contribuir a un debate necesario acerca de la “agenda” e inquietudes de estos sectores.

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