1. TITULO: CAMBIOS EN LA IDENTIDAD Y VALORES DE LAS MUJERES JEFAS DE HOGAR DE ESTRATOS MEDIOS

7 1. TITULO: CAMBIOS EN LA IDENTIDAD Y VALORES DE LAS MUJERES JEFAS DE HOGAR DE ESTRATOS MEDIOS 2. NOMBRE Y APELLIDOS DEL AUTOR: CARMEN ROSA FLOR

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7

1.

TITULO:

CAMBIOS EN LA IDENTIDAD Y VALORES DE LAS MUJERES JEFAS DE HOGAR DE ESTRATOS MEDIOS

2.

NOMBRE Y APELLIDOS DEL AUTOR: CARMEN ROSA FLORES SANCHEZ

3.

CORREO ELECTRONICO: [email protected]

4.

EJE Y MESA DE TRABAJO: Familia / Género y Familia

5.

CINCO PALABRAS CLAVES: Identidad, Jefa de Hogar, Valores, Redes Sociales, Maternidad.

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RESUMEN

Las familias jefaturadas por mujeres continúan incrementándose como parte de una dinámica de cambio social, como una opción viable para criar y educar a sus hijos solas.

El presente estudio se orientó a identificar los cambios de identidad y valores de las jefas de hogar de estratos medios y el papel de las redes sociales en dicho proceso.

Las Jefas de Hogar de estratos medios estructuran su identidad en función de los ejes madre – trabajadora incorporando nuevos códigos para el ejercicio de la autoridad en sus familias. En

este

proceso

se

observan

tres

etapas

diferenciadas

(descristalización, transformación, afirmación) el desarrollo de su autoestima y de una mayor autovaloración afirman su autonomía y seguridad.

Un espacio de encuentro y afirmación importante son los parientes, amigos e instituciones con quienes intensifican lazos solidarios obteniendo soporte afectivo y recursos. Los nuevos valores instrumentales que orientan un comportamiento autoreforzante en su vida familiar y social son la independencia e intelectualidad considerados como valores tradicionalmente masculinos. La honestidad, el amor y la responsabilidad son mantenidos como valores preferentes. Estas mujeres incorporan valores terminales vinculados con la autoafirmación e independencia (dignidad

personal, libertad e igualdad,

realización personal), conservando los valores preferentes amor maduro y seguridad familiar.

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2

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3

INTRODUCCIÓN

En los últimos años se registran cambios favorables en la situación de las mujeres siendo los más significativos el haber recuperado

su

organizaciones

rol e

productivo,

instituciones

participar

políticas

y

en

distintas

sociales,

lo

cual

coadyuvó a que sean valoradas de distinta manera. La esfera privada

y

personal

también

da

cuenta

transformaciones

al

controlar su cuerpo y establecer una relación diferente con sus parejas.

Distintos

tipos

de

familia

y

de

modelos

culturales

estructuran la identidad femenina coexistiendo el tradicional en el que asumen el rol de madre y ama de casa y el moderno en el

que

se

trabajadoras.

desempeñan Una

como

constante

madres, en

ambos

amas

de

modelos

casa

y

es

el

reconocimiento de la autoridad y prestigio del varón como responsable del sustento del hogar.

En nuestra sociedad no se prepara a la mujer para afrontar fracturas provocadas por la separación, divorcio o viudez, debiendo asumir

un rol desconocido. La pregunta que

nos hemos formulado es si el desempeño del rol de jefa de hogar la lleva a redefinir su identidad, asumir otros valores y a ser creativa para obtener recursos afectivos y materiales que le permitan salir adelante.

A través de entrevistas en profundidad y de la

aplicación

de 4 test recogimos las experiencias de 40 mujeres de clase

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4

media limeñas (20 jefas de hogar y 20 mujeres con parejas estable).

El trabajo se ha ordenado de la siguiente manera. En la primera parte se precisa el problema

de investigación, en la

segunda se desarrolla la aproximación conceptual al problema. A continuación se presentan reflexiones

sobre la Jefatura

hogar y la descripción e interpretación

de la información

de en

función de los ejes: relación de pareja, proceso de separación y construcción de su identidad, valores asumidos, redes sociales establecidas, y por último las conclusiones.

El tema permite evidenciar que las mujeres responsables de la conducción de un hogar desarrollan una racionalidad distinta en sus vidas incorporando nuevos referentes culturales para entender y asumir este nuevo rol. Sus vivencias y prácticas cotidianas les permiten desarrollar la seguridad en si mismas autoafirmarse, valorar de distinta manera el trabajo, desarrollar diversas es trategias para incrementar sus ingresos, intensificar sus redes primarias constituyéndose en un

soporte importante.

Ellas mantienen como eje central los afectos, sin embargo incorporan

valores

tradicionales

masculinos

como

son

intelectualidad, independencia, lógica y libertad.

I.

EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN. Las mujeres de hoy desempeñan distintos roles en la

esfera pública y estatal. La democratización de la enseñanza, su incorporación al mundo laboral les permitió reflexionar sobre roles tradicionales de madre y ama de casa e inscribir en su proyecto de vida el desarrollo personal. El control de su

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5

cuerpo y el descubrimiento de su sexualidad reforzó la necesidad de asumir nuevos modelos de vida en el que están presentes la equidad, la libertad, la autoafirmación. En el marco del principio de equidad del discurso democrático moderno, se avanzó en el reconocimiento de sus derechos y en la búsqueda de autonomía.

Las clases medias han sido las más permeables al cambio

constituyendo

familias

más

democrática s.

Las

relaciones de pareja, la maternidad y el trabajo son los ejes que articulan la identidad femenina (Fuller, 1993). Se redefine la maternidad aunque no pierde la centralidad de los afectos, la madre sufriente cede paso al ejercicio de una maternidad placentera de realización. Las relaciones de pareja también se redefinen cuestionándose la asimetría y jerarquías de género. El trabajo aparece como fuente de autoafirmación, la gran familia deja de ser elemento importante de realización personal al integrarse la mujer a diversos grupos sociales en el ámbito público.

Estas

mujeres

se

mueven

en

un

mundo

complejo

interactuando en distintas esferas de acción, en los que están presentes

diversos

modelos

culturales,

muchas

veces

construyen su identidad sin patrones claros y únicos.

La condición de jefas de hogar altera su proyecto de vida siendo una experiencia trascendente. Este nuevo status las lleva a redefinir e integrar con una racionalidad diferente el trabajo, los afectos y las redes sociales. Generar ingresos es ausentarse

mayor tiempo del hogar, vivenciando momentos

de tensión y confusión, en el proceso de construcción de su

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nueva

identidad tienen que reorganizar su mundo interior y

familiar aprender a manejar su propio espacio, demandando para tal fin el apoyo de la parentela, amigos e instituciones.

Los cambios ocurridos en la identidad y valores de las mujeres, en su condición de jefas de hogar este proceso a nivel

individual

y

familiar,

constituyó

nuestro

objeto

de

estudio.

Desde el punto de vista metodológico se desarrolló un estudio

exploratorio

descriptivo

abordándose

cuantitativos y cualitativos. Para tal efecto, se

aspectos

utilizaron los

siguientes instrumentos: a)

Entrevista en profundidad en la que se desarrolló los ejes temáticos

relación

de

pareja,

trabajo

doméstico,

maternidad, trabajo, identidad, redes sociales. b)

Tres test para medir la autoestima, el control de si mismo y la autovaloración.

c)

Test

de

valores

de

Rockeach

que

contiene

valores

instrumentales y terminales.

Los

sujetos

estudiados

fueron

un

grupo

experimental

conformado por 20 jefas de hogar limeñas, residentes en los distinto de Bellavista (5), Miraflores (5), San Miguel (5), Jesús María (5), quienes habían asumido este rol 3 años como mínimo separadas, divorciadas o viudas entre 30 y 50 años. El grupo de control estuvo conformado por 20 mujeres no separadas que vivían

permanentes

conflictos

intervalo de edad y en igual

con

sus

número

parejas

del

mismo

de residentes en los

distritos mencionados.

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II.

IDENTIDAD

FEMENINA,

VALORES,

REDES

SOCIALES APROXIMACIÓN CONCEPTUAL . Identidad Femenina.

La

identidad

entendida

como

la

vivencia

subjetiva,

el

autoconcepto que un individuo tiene de si mismo, es un proceso psico social que se construye en la vida cotidiana a lo largo del ciclo vital. Esta vinculada con el rol social, sus contenidos dependen de la sociedad en que el individuo vive y de cómo asume los roles que se le asigna.

Tomando a Raquz (1995) la identidad que cada

persona

construye de sí mismo se encuentra marcada tanto po r aspectos del sexo biológico que llevan al desarrollo de una identidad sexual valores,

genérica,

como

por

aspectos

sociales

(creencias,

estereotipos de roles e identidades genéricas y de

relaciones entre hombres y mujeres) que son tempranamente internalizados y que llevan a la

construcción, deconstrucción y

reconstrucción de una identidad sexual y genérica.

El género es una construcción psico social, existe en el ámbito personal y nivel cultural, la masculinidad y la feminidad son constructos sociales que se aprenden a través del proceso de tipificación por género. Los roles se atribuyen en función del género y los espacios de actuación de hombres y mujeres están en función del género. Lo femenino se asocia con la dulzura, la emoción, la debilidad, el sacrificio; y lo masculino con la rudeza, la fuerza, la razón, la competencia. La teoría funcionalista de los roles sexuales, afirma que los patrones de roles genéricos se

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dan por diferentes funciones entre los cónyuges dentro de la familia nuclear, homb re rol instrumental / mujer rol expresivo.

Los estudios de Andersen (1970), Barrig (1979), Burga y Caathelat (1980) limeña

se orientan a caracterizar la clase media

precisando loa cambios en su identidad y roles, la

ambivalencia entre lo tradicional y moderno, las dimensiones de su

realización.

Fuller

señala

que

las

mujeres

modernas

desarrollan un “afán integrador” al procurar integrar en un punto de equilibrio la maternidad, el trabajo y el ser esposas y, articular en un solo eje su identidad buscando mantener la centralidad, la maternidad y expandirse hacia fuera.

La maternidad es el eje que la define y la vía para acceder al status

de

adulta

y

lograr

reconocimiento,

coexistiendo

en

nuestra sociedad tres tipos: el modelo mariano que dimensiona el amor, el modelo heroico que dimensiona el amor, sacrificio y la labor social, y el modelo moderno, que dimensiona el amor y la no -dependencia. El código moderno para la lectura de la maternidad

es

el

psicológico,

apropiado

para

describir

la

intimidad y los afectos. El lazo madre – hijo es planteado como una relación pura orientada al desarrollo de las potencialidades internas de los hijos (as). El trabajo constituye el ámbito donde desarrollan aspectos de sí mismas como individuos autónomos, los logros profesionales fortalecen su autoestima, pese a ello no logran de él gran reconocimiento social y autonomía económica. La relación de pareja es la dimensión más difícil, existen encuentros y desencuentros entre sus discursos y prácticas. La duplicidad amor y dema nda no

saciada son los componentes

más destacados exigen igualdad y comunicación al lado de la

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jerarquía y doble moral. Asimismo coexisten códigos dispares, contradictorios a la tradicional autoridad masculina y el central

de la madre, aparecen

rol

nue vas demandas del discurso

individualizante, la moral de autenticidad ,el desarrollo personal, las relaciones puras. 2.2

Los Valores Los valores son ideas individuales o colectivas acerca de

lo deseable que formulan los compromisos con la acción, siendo el conducto que guía al hombre para evaluar situaciones y ubicarse

en

todo

aquello

que

lo

rodea.

Son

creencias

relativamente estables de un modo específico de conducta preferible por razones personales o sociales a modos alternos; en este sentido constituyen una plataforma para racionalizar conductas, su cualidad permanente es que son socializadas inicialmente en forma aislada y absoluta. Se caracterizan por tener

un

fuerte

componente

motivacional,

constituyendo

herramientas y armas conceptuales utilizados para proteger y elevar nuestra autoestima.

Kluckhohn (1970) diferencia según la dimensión de propósito a

los

valores

instrumentales

instrumentales son

aquellos

y

que

terminales. los

Los

individuos

y

valores grupos

consideran como medios para llegar a un fin, se encuentran relacionados con modos de

conducta pudiendo ser valores

morales, interpersonales que pueden producir problemas de conciencia al no ser cumplidos o ser valores de suficiencia que nos orientan a un comportamiento autorreforzante. terminales son los fines y virtudes individuos

crean

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para



mismos,

Los valores

que la sociedad y los se

refieren

a

estados

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deseables de existencia, pudiendo ser personales al centrarse en el yo o valores sociales, es decir ser un foco interpersonal. Raguz (1993) en relación a la moral mayor de la mujer ubica a los valores justicia, sinceridad, honestidad, ser comprensivas, puntuales, limpias, inspirar confianza, ser moralistas y menos sinvergüenzas señalando como valores más

cercanos a los

varones la rectitud, seriedad, rigidez, libertad, independencia, valentía. 2.3

Redes Sociales. El individuo desde que nace integra distintas redes siendo

la mas importante y significativa la familia, grupo primario que se constituye en el núcleo de l soporte y apoyo para sus miembros. Distintas motivaciones, intereses y metas nos impulsan a integrar redes, el grado de interacción se correlaciona con el sentido de pertenencia que hemos desarrollado.

La red social se constituye en un sistema de relaciones significativas e intercambio dinámico entre sus miembros y con integrantes de otros grupos sociales que posibilitan el desarrollo de una identidad, la potenciación de recursos y la producción de conocimientos. Pueden cumplir las funciones de compañía social al compartirse diversos actividades, apoyo o soporte emocional al intercambiar actitudes emocionales positivas en un

clima de

comprensión; regulación social, en el proceso de interacción se recuerdan, reafirma responsabilidades y roles; y, guía cognitiva al brindar inform ación.

Tomando la clasificación de Chadi (2000)

las redes pueden

ser: a) primaria, relacionada con el mapa mínimo en el que

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interactúa un individuo, esta conformada por la familia, la familia ampliada, el vecindario; b) secundaria, situada en el mundo e xterno de la familia e integrada por los grupos recreativos, las relaciones religiosas, comunitarias, laborales o de estudio; c) institucional,

constituida

por

organismos

que

satisfacen

necesidades del usuario, la integra la escuela, el sistema de salud, j udicial, empresas entre otras.

III.

LA JEFATURA DE HOGAR. Desde la década del 70 se observa que un quinto de los

hogares

peruanos

son

conducidos

por

mujeres.

Según

información censal del año 1993 (INEI, 1994) el 23.3% de hogares era conducido por mujeres. Respecto del Censo del 1981 esta cifra creció en 46,0%. La urbanización ciudades,

el

y la migración principalmente a las

incremento

de

madres

solteras

y

madres

adolescentes, la tendencia de desaparición de los sistemas de familia extendida, de las redes tradicionales de apoyo en las zonas urbanas y del sistema patriarcal constituyen factores que explican en parte este incremento.

Los

departamentos

de

Puno,

Ayacucho,

Huancavelica,

Junín y Callao registraron un porcentaje de Jefaturas de hogar superior al 24%. A nivel del Departamento de Lima distritos en los que residen familias de sectores medios registraron un mayor porcentaje de hogares jefaturados por mujeres siendo estos Miraflores (32.7%), San Isidro (29.9%), Barranco (27.9%), San Borja (29.2) y Magdale na (29.0%).

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En 1998 (INEI) el 72.8% de hogares monoparentales no pobres

eran

conducidos

por

mujeres

que

mayoritariamente

integraban los grupos etareos de adultas y adultas mayores siendo responsables de por lo menos tres dependientes. El 73.5%

de

estas

m ujeres

tenían

este

nivel

de

instrucción

secundario y el 86.8% estudios superiores (CUANTO,1997).

Garate y Ferrer observaron que en Lima Metropolitana el 52.2% de mujeres que se encontraban en condiciones de trabajar, sólo el 39% accedió a un empleo registrando las Jefas de Hogar una alta participación. La Encuesta Nacional de Hogares 96 (Convenio INEI- MTPS 96 – III) refiere que en el Perú urbano las mujeres constituían un grupo minoritario en la fuerza laboral,

sin

embargo

presentaban

las

más

altas

tasas

de

desempleo, subempleo y los niveles de ingreso más bajos frente a los varones, lo cual guarda estrecha relación con la posibilidad de satisfacer las necesidades básicas de su grupo familiar. Al respecto, el INEI (1994) da a conocer que el 25% de hoga res de los distritos limeños en los que se residen gran número de familias de clase media presentaban una o dos necesidades básicas insatisfechas.

3.1

¿QUIÉNES SOMOS? En el marco de una

sociedad patriarcal, se suele asociar

mecánicamente el concepto jefe de hogar a un uso estadístico, reconociendo como cabeza de familia al varón como proveedor económico. Las mujeres declaran ser jefas de hogar cuando son viudas, separadas o divorciadas, mientras que la totalidad de hombres declaran estar emparejados. Esta definición subestima la jefatura femenina, al no considerar las situaciones en que la mujer asume en forma parcial

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o permanente la mayor carga

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económica del hogar, llegando en ocasiones a ser la única proveedora.

Nuestras

entrevistados

así

lo

decisiones las tomaba yo, era la proveedora de los

manifiestan

“Las

recursos, él no asumía

ningún gasto. Fue el acuerdo en la medida que el papel

de él era

político”...“Yo generalmente tomaba las decisiones. El muy poco intervenía. P a r a e l a l q u i l e r d e l a c a s a d e c í a tu v e , t u v é , M e d a b a s ó l o l o q u e e s alimentación, el resto lo ponía yo”...“Desde que nos mudamos yo asumí los gastos de educación, luz, agua, teléfono, alimentación, recreación. El solo pagaba el alquiler y me daba S/. 100.00 para el mes”.

Se asume a la jefa de hogar como aquella mujer/ madre sin cónyuge

estable

que

toma

mantenimiento de su familia, doméstico o los supervisa, están a su nombre.

decisiones,

el

la mayoría de bienes o contratos

La jefatura de hogar

número/edad/sexo

asume

realiza la mayor parte del trabajo

temporalidad o permanencia mujer,

las

es un status, su

esta asociada a la edad de la

de

los(as)

hijos(as),

calidad

de

relaciones contraídas o fracasadas, capacidad de autonomía.

Chueca (1986) y Del Pino (1992) encuentran que las mujeres de sectores populares pasan por etapas diferenciadas, las que también son de utilidad para explicar lo observado en las entrevistadas. La Jefa de hogar temporal es la madre soltera

o

separada, joven con baja carga familiar que puede haber tenido más de una relación,

que sobredimensiona el amor y es más

dependiente buscando establecer una nueva relación para que su pareja se responsabilice del hogar. Se denomina Jefa

de Hogar permanente a la madre joven o

adulta, que tiene dos o más hijos, que se centra en trabajar, que se asume como Jefa de Hogar. Algunas de ellas se preocupan de

que

una

nueva

pareja

la

lleve

a

conflictuar

con

su

maternidad. “ V e o t a n t o s h o g a r e s e n q u e l o s p a d r a s t r o s v i o l a n a s u s

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14

hijas”.

Quienes

han

interiorizado

modernidad valoran su libertad

mayores

elemento s

y el reconocimiento logrado en

su trabajo . Estas mujeres pueden tener parejas, piensan en formalizar,

de

pero no

organizan sus tiempos priorizando su

trabajo e hijos (as). 3.2

¿CÓMO NOS PERCIBIMOS?

La identidad y el proyecto de vida tienen como una de sus características

la

coherencia

y

la

unidad.

Asumir

la

responsabilidad de conducir un hogar significa para ellas y sus hijos un costo social, afectivo y económico.

En el imaginario de estas mujeres esta presente el modelo tradicional del padre proveedor económico y responsable de las decisiones. Sintetizar y armonizar rol de padre y madre está relacionado con el optimismo y afán de superar el momento de tensión para sacar adelante a su familia, lo que les exige desarrollar otras capacidades. Cuando no están preparados este aprendizaje

doloroso,

así

lo

manifiestan

nuestras

entrevistadas“ E s d u r o a p r e n d e r , t e m b l a r a n t e l a s d i f i c u l t a d e s , a c e p t a r l a s limitaciones y aprender cosas nuevas”...

“Con mi pareja se invirtieron los

r ol e s , n o e r a c o n s e c u e n t e d e l o q u e s i g n i f i c a b a , m e h a c i a v e r l o i n j u s t o q u e es ser jefe de familia, a veces uno siente que una gran responsabilidad responder por todo”. no estaba preparada”.

n o d e b i e r a s e r a s í ”.

“Es

“Es una satisfacción, pero

En el proce so generado, cada meta ganada,

cada aprendizaje para levantar y “sacar adelante a los chicos (as)” está presente la autonomía y tenacidad. IV.

TRAYECTORIA DE LOS JEFAS DE HOGAR.

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15

Relación De Pareja: Matrimonio / convivencia, Fragilidad De La Unión.

AMOR VERSUS I L U S I O N . Nuestras emociones se van estructurando seguidamente en base a un código familiar que expresa variaciones sociales y culturales. Luhman citado por Lamas (1990) define el amor como un código simbólico que estimula nuestros sentimientos. La interpretación humana de la pareja

se caracteriza porque

hay una resonancia comunicativa en la que las acciones son incorporadas al mundo de las vivencias del otro sin sumisión, ni complacencia. Buscando al otro, el hombre/ mujer se encuentra, se trata por ello de hallar sentido en el mundo del otro, de coincidir, de ser para el otro. Giddens (1994) encuentra que para la pareja la comunicación emocional da forma y sostenibilidad al vinculo.

El

mito

de

la

“media

naranja”

contiene

una

noción

de

complementariedad, de dependencia en la cual la mujer asume el pasivo en espera de protección de su pareja.

“Esperaba

tranquilidad, protección, seguridad aceptaba sin discutir...”

La codificación del amor está marcada por el género existen códigos amorosos femeninos y masculinos. Las mujeres tienden a sacrificarse

en nombre del amor, evadiendo un compromiso

con ellas mismas para su autorrealización. El hecho de que sean más expresivas y emotivas no expresa que tengan mayor capacidad de amar o que lo hagan mejor, aún cuando los afectos constituyan

lo

suyo.

imperativos

culturales

Lamas el

señala

amor

es

que una

subjetiva en la que la relación con el

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más

allá

de

comunicación

los ínter

otro nos constituye.

16

Mujeres de ambos grupos nos hablan del amor y la felicidad en los siguientes términos : “ E s p e r a b a q u e f u e r a e l c o m p a ñ e r o d e m i v i d a cariñoso,

no

sólo

compartir

la

cotidianidad

sino

un

sinceramente han sido momentos de felicidad cortos”.

mismo

ideal,

“Fue un amor

i n o c e n t e , l i n d o , q u e n o p u e d o o l v i d a r , q u e m e m a r c o , n u n c a tu v e u n c a r i ñ o tan grande, fue una ilusión para toda la vida”.

“Me casé ilusionada,

esperaba lo que esfera una niña, fue mi ídolo, miraba por sus ojos, no tenía criterio propio.. fui feliz por etapas”.

Los esquemas de identificación de parejas en ambos grupos estuvieron marcados por la imagen de hombre fuerte – protector /

mujer

débil

necesitada

de

la

presencia

del

otro.

En

el

imaginario colectivo estas mujeres el hombre ideal fue definido como afectuoso, responsable, inteligente, protector, compañero amigo. Esperaban amor y fidelidad, la relación emocional con sus parejas se consolidó como una construcción natural en la que el amor era recíproco, fuerte y en base a intereses comunes. Sus parejas en la etapa de enamoramiento eran más afectuosos y cedían en normas,

pero

una vez casados se

volvieron gradualmente poco expresivos y fríos lo

que creó

barreras en su relación. Al respecto expresan lo siguiente: “ L a s dificultades surgieron después, su frialdad y maltratos apagaron lo que hubiera podido llamarse amor”.

“Discutimos por problemas originados por

mi suegra, me agredía en forma verbal”.

La mayoría de las entrevistadas de ambos grupos luego de discutir asumían una actitud distante

hasta que sus parejas

dieran el primer paso . Otras lloraban e n silencio o delante de su pareja experimentando sentimientos de culpa. . Lo evidente es que

todas aceptaron la superioridad de sus parejas cediendo a

sus condiciones mínimo

apoyo

en el hogar ,en el cuidado de

los hijos y plena libertad para “ d i s p o n e r d e s u t i e m p o ” .

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17

El machismo esta presente y es fuente de conflicto los celos, la desconfianza hacia sus parejas esta presente: a la capacidad de confrontar y demandar respeto se contrapuso la tolerancia al engaño.“ L a f u l a n a v e n í a a t o c a r m e l a p u e r t a y p re g u n t a r p o r é l ” . “Manejaba, lo vi por una esquina esperando a alguien, cuando me vio no supo que hacer, me había dicho que haría algo distinto, no aborde el tema en ningún momento”.

Las Mujeres no separadas refieren que no se separarían por temor a lo desconocido, a quedarse solas, a la sanción de familiares y conocidos , por el daño que ocasionarían a sus hijos (as) la ausencia del padre.

Ambos grupos de mujeres dieron con

su

pareja

se

centraba

en

a conocer que el dialogo aspectos

vinculados

a

lo

doméstico, sus parejas dialogaban esencialmente de deseos de proyectos futuros, mientras ellas preferían conversarles sobre las vivencias diarias. Esta diferente óptica se debe a la forma en que aprendemos a ser hombres y mujeres. SEXUALIDAD: ¿NUDO QUE D ESATAR?

La virginidad expresión de pureza femenina y la idea de que la mujer complace al hombre son códigos morales presentes en la memoria colectiva de ambos grupos de mujeres. La mayoría de las entrevistadas mantuvieron su virginidad como el bien más p reciado para el hombre de sus vidas, antes de casarse

no

tenían

mayor

conocimiento

expresándolo en la siguiente forma:“ P a r a m i

de

su

cuerpo

fue una cosa distinta,

era tabú realmente el sexo casi no lo llevábamos. El me tomaba en la madrugada, él la satisfacción y no se preocupaba de lo que yo sentía... mi

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18

segunda pareja sí que fue pareja, me enseño pero yo no lo amaba”. tuve relaciones antes de casarme,

“No

dialogaba con mi pareja sobre como

sería, luego al comienzo sentía el calor humano, después fue rutina”.

Mujeres

modernas

de ambos grupos tuvieron relaciones

sexuales antes del matrimonio vinculando el erotismo a su relación afectiva. La sexualidad es

un lenguaje

por el que se

transmite la afectividad es encontrar a la pareja como proyecto común. El rito del amor y el erotismo está dentro de ellas: ” N o me casé enamorada... Si nos entendemos perfectamente”. fue

la

expresión

dialogábamos

de

sobre

una la

comprensión,

calidad

de

jugábamos,

nuestro

encuentro

meditaba si lo que sentía era expresión del amor”.

“Inicialmente

sabía

motivarme,

sexual,

más

no

“Era importante, era el

único momento en que hablábamos no solo de sexo sino de nuestros proyectos y ambiciones”.

Esperanza la más liberal de las jefas de hogar nos dice: “Mi primera pareja u n hombre mayor, fue mi maestro, cuando me uní al padre de mis hijos era yo quien le enseñaba a descubrir su sexualidad, tuvimos que romper esquemas”.

La seducción era utilizada como contrapoder para disminuir tensiones y lograr acuerdos, generando conflic tos personales Rosa lo refiere así: “ C u a n d o

quería algo me arreglaba para estar

juntos, luego le hablaba y él cedía , luego me preguntaba porque no lo podía lograr sin sexo, dialogando”.

Es evidente que en los sujetos estudiados hay una crítica, más abierta a la moral tradicional. Los diversos estilos de sexualidad se caracterizaron por momentos de encuentro y desencuentros que trascendió en la afectiva.

La

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presencia

de

los

calidad de la relación modelos

de

referencia

19

internalizados en la socialización primaria, se constituye en factores inhibidores, en barreras para un diálogo auténtico.

Palma (1993) señala que la castidad es un código que regula las relaciones entre los géneros y contribuye al dominio particular de los hombres las

entrevistadas

sobre las mujeres. En ambos grupos

expresaron

relacionarse

con

hombres

agradables que eran sus amigos, pero sintieron temor de ir más allá de los límites establecidos.

Las

jefas

de

hogar

reconocieron

la

importancia

de

relacionarse en términos más equitativos con una nueva pareja, demando

como

cualidades

respeto, que las

la

transparencia,

sinceridad,

el

valoren, expresando lo siguiente: “ Q u e t e

respete, te valore, y confié en ti”.

“Que te haga prevalecer siempre, sea

sincero”. “Exigirle compartir en términos más profundos”.

Algunas jefas de hogar dudan en tener una nueva pareja, otras expresan su deseo de mantener una relación afectiva, pero al mismo tiempo señalan que no es una prioridad por ello evaden invitaciones; mientras que algunas

rechazan esta idea porque

podría afectar el desempeño de su maternidad. Otro grupo de jefas de hogar tienen parejas pero no piensan en formalizar.

AUTORIDAD/ GASTOS DE LA CASA. El poder

y el control de los recursos del hogar era

asumido por las parejas de ambos grupos

de mujeres, esta

afirmación se aprecia con mayor claridad en aquellas mujeres que no trabajan “Siempre

asumió

“El me decía cuanto necesitas, me daba el dinero”. sus

obligaciones,

nunca

les

hizo

falta

nada

a

mis

hijos(as)”.

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20

Algunas jefas de hogar mante nían situaciones de tensión con su pareja al ser las únicas proveedoras. Gran parte de las mujeres no separadas que trabajaban invertían en la casa porque pedirle a ellos era tener problemas. Entrevistadas de ambos grupos señalaron que sus parejas al inicio asumieron todos los gastos, con el tiempo la figura se fue invirtiendo : “ E n mi mente yo esperaba encontrar a un hombre que fuera como el padre que me

mantuvieran,

la

realidad

fue

otra.

Mi

pareja

abrió

una

cuenta

m a n c o m u n a d a y o d e p o s i t a b a m i i n g r e s o , pe r o é l d e c i d í a e n q u e g a s t a r ” “Compartíamos los gastos, a él le tocaba la comida, cada fin de semana sentía temor pedirle me daba s/.70.00 y se hacía el interesante, tenía que cubrir la diferencia”.

La crisis económica creó situaciones de tensión al int erior de las familias

en ambos grupos de mujeres,

ellos no eran los

únicos que aportaban pero mantenían la autoridad, sentido expresan: “ E n l a s n o c h e s a n d á b a m o s p e l e a n d o

en este porque no

t r a b a j a b a ” . “ D e c l a r a r o n e n q u i e b r a e l t r a b a j o , b u s c a b a l o e l e m e nt a l n o quería esforzarse”.

“Había una valoración de lo material porque sus

contenidos partían de allí y

a partir de ahí era capaz de intercambiar

afectivamente”.

4.2

El Proceso de Separación. Giddens (1991) afirma que emparejarse y desemparejarse

descri ben

mejor la historia

personal del matrimonio y la

familia, terminar con una relación no es gratificante casi siempre produce tensiones emocionales. El fracaso es necesario para madurar,

se

caracteriza

por

una

reacción

de

hundimiento,

respuesta cognitiva polarizada y capacidad para sobreponerse. Socializar la experiencia ayuda a protegerse.

Las

mujeres

sobredimensionaron

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que

en

su

proyecto

de

vida

la relación con sus parejas tuvieron

21

mayores tensiones y sufrimientos cuando se “desacoplaron”. Vaugha n citado por Giddens explica que el desacoplamiento se refiere a la ruptura de relaciones intimas prolongadas.

Para un grupo de jefas de hogar perfectas

habían

adquiriendo

desarrollado

una

sus parejas leales y

nueva

pauta

de

vida,

nuevos intereses con otra mujer; fueron ellos los

que asumieron la iniciativa de separarse Lucy nos dice “él se fue diciéndome que estaba apasionado por esa persona”.

Casi la totalidad de jefas de hogar que trabajaban sintieron haber fracasado en el intento de recuperar su relación de pareja, esta ya no resultaba gratificante, hablaron mucho con familiares y amistades para sumir la decisión de separarse, ante la infidelidad o discusiones permanente con sus esposos

“Me

separé dos veces de él, las mujeres seguían tocándome la puerta, descubrí que él había viajado a la sierra con ella, ya había perdido la compostura”. “Intente separarme dos veces, me maltrataba moralmente a solas , delante de mi hija o en público, salía todas noches no soporté más le hice su maleta”.

“A los s i e t e m e s e s d e e m b a r a z o d e c i d í n o e n g a ñ a r m e m á s , m i

esposo andaba en amores con una joven, lo encaré le pedí que se retirara”. “Discutíamos, siempre me sentía cansada, hasta de ser yo quien afronte l o s c a s o s d e l a c a s a , e l n o t r a b a j a b a . L l a m é a m i f a m i l i a y les dije ahora sí lo voy a hacer, pasen a recogerme”.

Para estas mujeres la responsabilidad por su propio desarrollo y la salud emocional de sus hijos es más importante que su pareja. Palma (1993) explica que el sufrimiento el auto sacrificio de la mujer comunican algo de ellas a ellas mismas y a los demás. Todas las jefas de

hogar

al

desacoplarse

experimentaron

melancolía,

dolor,

frustración. La intensidad de la tensión emocional se asoció con los argumentos de sus proyectos de vida. Su duración fue variable de dos

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22

a doce años siendo superado por la capacidad de sobreponerse, el apoyo moral de familias y amigos, recibieron en algunos casos terapia o asesoría espiritual. El sufrimiento les permitió incorporar nuevos aprendizajes, a tener mayor segur idad en sí mismas, a madurar, a asumir el trabajo como espacio de autorrealización. Tener claridad en sus objetivos les permitió reorganizar en un menor plazo sus vidas, incorporando un discurso más individualizante:

“El amor al trabajo, a

mis hijos me ayudó”, “me volqué a trabajar, me dediqué a mis hijos, tenía más libertad, me sentía segura de lo que hacía”.

Las jefas de hogar que cimentaron su felicidad en el cumplimiento de un rol se sintieron menos preparadas para desacoplarse,

el

aprendizaje

fue

más

doloroso:

“fue

una

experiencia traumatizante, dolorosa, no lo creía, me olvidé de mis hijos, intenté suicidarme dos veces, recibí terapia; cuando el abogado me habló dije al cacho, a esta persona la saco de mi vida. Quedé amargada para mí f u e l a v e n g a nz a , c o g í a l a s p e r s o n a s p a r a v e n g a r m e , l o s h a c í a l l o r a r e s o me hacía sentir fuerte”... “yo sufría por salir de esa depresión agarre la pauta de estudiar, trabajar”... “sufría me sentía amargada, deprimida, lloraba”

La familia, los amigos, los grupos religiosos, constituyeron el espacio afectivo, material al que recurrieron en momentos de t e n s i ó n :“ m i a p a r e n t e e q u i l i b r i o s e d e s m o r o n ó c u a n d o m i h i j o n a c i ó , m i madre me ayudaba”.

Lucy refiere que su cuñada la llevó a un grupo cristiano, quedando impresionada porque el mensaje central de la guía del grupo quien le habló de que Dios le había dado las herramientas para trabajar, que tenía que descubrir a Jesús en lo más íntimo, a aprender a confiar, a caminar con seguridad.

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23

Un considerable número de Jefas de hogar retornaron a la casa de sus padres, asumiendo el papel de hijas, lo que les significó perder su privacidad, libertad para educar a sus hijos. Las nuevas

tensiones

que

se

presentaban

fueron

reflexionadas

comprendiendo que la dependencia limitaba el manejo de su propio

espacio,

cuestionándose,

racionalizando

el

costo

y

posibilidades de vivir en otro lugar. Ellas van desarrollando su capacidad

de

resolución

de

problemas

al

incorporar

la

experiencia de generar ingresos desarrollan su individualidad. Asumir el rol de Jefas de hogar, expresa el desarrollo de nuevas capacidades valentía,

y valores como la tenacidad, autoestima, libertad,

flexibilidad,

autoridad,

relacionarse

asertividad. Al respecto Beatriz y Carmen refieren :

socialmente, “Salí porque

regresé a ser hija de familia, en el tiempo de casada, adquirí un poco de independencia al realizarme por mi misma, mis hijos empezaron a fastidiar tenía problemas, decidí vivir independiente por mis hijos”. “Mi padre quería q u e a s u m i e r a d e c i s i o n e s , q u e c o r r i gi e r a a m i s h e r m a n o s , i n t e r f e r í a e n l a educación de mi hija y eso no me agradó”.

“Tenía dificultades para

corregir a mis hijos, mis padres interferían demasiado”.

Quienes permanecían necesitar del apoyo

con sus familias aún señalaron

de sus padres, alg unas refirieron que sus

familias frenaban el asedio de sus parejas.

4.3 Construyendo Nuestra Identidad La identidad como proceso es susceptible de cambios y recreación por la propia dinámica de la vida cotidiana,

cuando

el individuo experimenta fuertes impactos biográficos desintegra la realidad internalizada en la primera infancia. Diversos tipos de experiencias les permite desarrollar identificaciones específicas, adquirir roles conscientes, estimulando el desarrollo de sus potencialidades.

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24

En el pro ceso de construcción de la identidad de las Jefas de hogar se observa tres etapas diferenciadas: a.

Descristalización: al confrontarse con el nuevo rol se produce

una

ruptura

de

las

fuerzas

existentes

que

mantienen vigentes las matrices culturales del modelo tradicional,

cuestionando,

deconstruyendo

roles,

espacios, valores, atributos. b.

Transformación:

expresado

en

la

reconstrucción

de

códigos culturales, de valores del modelo madre más individualizado y moderno. c.

Afirmación: expresado en un nuevo discurso y la incursión en nuevos espacios.

Las mujeres separadas que pasan a vivir con sus padres, parientes o amigos desarrollan experiencias iniciales de auto confianza valorando la privacidad, la libertad y privacidad.

Decidirse a vivir solas fue un nuevo reto, precedido de reflexiones en las que evaluaron posibilidades. Cada paso fue meditado, las metas alcanzadas les exigió cumplir con un programa de trabajo. Afirmaron su autoestima, su autonomía emponderándose sintiéndose libres, capaces de controlar sus vidas. La experiencia de Beatriz , Luz y Carmen se desarrolla en esos términos: “Recibí terapia, me integre a una comunidad cristiana empecé a sacar adelante a mis hijos. De la casa de mis padres me mude a San Borja, estaba en cero, no tenía ni camas pero estaba decidida a salir sola. Me dijeron que era una locura. Me las ingenie para trabajar, logré que mis hijos continuaran en el colegio de Rinconada del Lago, me propuse no bajar la guardia. Cada pensión pagada del colegio era un triunfo y fui radical decidí no aceptar la ayuda material de nadie, fue como una metamorfosis”.

“Separarme me chocó

pero aprendí a recuperar mi dignidad personal, siento que lucho como una verdadera mujer, estoy tomando seguridad en mi misma”. “Cuando salimos de casa de mis padres pasamos momentos difíciles, comíamos algo ligero, conseguí financiar el colegio de mis hijas, no fue

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25

ni es fácil lucho con pie de plomo día a día; ahora me siento segura de mi misma, la fuerza para sacar adelante lo que me propongo”. “Es una mayor tenacidad, parece difícil y ahí lo logro, en la capacidad de sintetizar de una manera más ordenada las cosas”.

Los test aplicados

permitieron

confirmar lo verbalizado

por nuestras entrevistadas. El 21% y 71% de las Jefas de hogar presentan una autoestima muy alta y moderadamente alta, sólo el 8% tiene una autoestima regular, mientras que en las mujeres no separadas se observa que un 40% tenia una autoestima alta o moderadamente alta, el 38% una autoestima regular y el 22% una baja autoestima.

Un 60% de Jefas de hogar lograban

el pleno dominio de

sus vidas y problemas, un 40% lo logra con regularidad. Solo el 40% de mujeres no separadas sentían controlar sus vidas, un 30% lo lograba con regularidad y un 30% señalaron que no se sentían capaces de controlarla.

Las Jefas de hogar que lograban una alta valoración de si mismas estaban representadas por el 82.3% y un 17.7% se auto valoraban de manera regular, mientras que el 48% y 52% de mujeres no separadas tenían las mismas características. 4.3.1 Maternidad La maternidad es un eje estable de la identidad, adscrita a la naturaleza femenina de todas las entrevistadas, fuente de autoestima y satisfacción, que es valorada por ellas y por su entorno familiar: “Significaba una proyección, darle sentido a mi vida”, “cuando vi a Karina recién me nació mi cariño de madre no lo conocía, supe que era grande”, “fue esperado con mucho amor”, “es un sentimiento que te afirma que te

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26

permite una inmensa felicidad”, “la llegada de mis hijos aumento el interés de toda la familia”.

Ambos grupos de entrevistadas la asumen como una tarea sagrada, con un sentido de responsabilidad, educándoles con abnegación: “Es

amar,

cuidar

y

proteger

a

un

ser

humano,

formarlo

humana

y

c r i s t i a n a m e n t e ” , “ s u f r o m u c h o p o r m i h i j a , m i m u n d o e s e l l a ” , “ t e n g o que renunciar

a

lo

que

necesito

para

darle

lo

que

me

piden”,

“en

una

preocupación y una responsabilidad que te hace mirar si estas bien o no”

Las Jefas de hogar ejercen la autoridad desarrollando la firmeza, asertividad,

rudeza

y

agresividad

como

atributos

para

educarlos,

relacionándose de distinta manera con sus hijos: “Yo misma me hacia ruda, llegado un momento le daba una patada en lugar de cariño, tenía por consigna disciplinarlos”, “le decía hijo defiéndete como hombre, le hablaba con rudeza para que sea bien macho”, “no he dudado de la formación que les doy, los guió firme sin vacilar”

Ser padre y madre les motivaba a planificar sus vidas de otra manera, las actividades relacionados con su nuevo status se intensificaron. “ T r a b a j a b a d u r o p a r a p a g a r e l c o l e g i o , p o r m o m e n t o s volvía para controlar las tareas, les decía

estudien, luego continuaba

trabajando hasta la noche”.

La comunicación y el juego es importante en la relación con sus hijos El interés se centra en el compartir los momentos de permanencia en el hogar, dialogando sobre los estudios, las vivencias con los amigos(as), de las decepciones y miedos, de las normas a cumplirse o de cómo organizarse para atender cuando ellos están ausentes. Para algunas jefas de hogar, sus padres eran amistades utilitarias

a

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la

vez

que

sociales,

siendo

ellos

los

que

27

generalmente abordaban

temas sobre sexualidad con sus hijos

varones. 4.3.2 Ama de Casa. El trabajo doméstico es un eje estructurado en la vida cotidiana de las amas de casa, un espacio q ue demanda tiempo, inversión de energía para ambos grupos de mujeres, al parecer resultó más agotador para las jefas de hogar. Lucy expresa que fue educada como una muñeca de porcelana tenía de todo, cuando se caso fue igual, le indicaba a la empleada lo que tenía que hacer. comían

lo

“Luego vivir sola me costó no sabia hacer que

preparaba

organizarme y cocinaba

no

fuera

rico,

poco

a

poco

aprendí

a

para varios días y les calentaba, te agotas, es

difícil, lágrimas me salían, nueva vida.

así

nada, mis hijos

me miraba mis manos maltratados, era mi

Descubrí que podía defenderme me empezó a gustar que

podía hacer las cosas, sin embargo me levantaba a las independientemente, estaba para atenderles

5 a.m. trabajaba

en el almuerzo, les revisaba

sus tareas, regresaba a ver clientes, ya ellos se atendían en el lonche, cuando regresaba les revisaba estaba muy cansada

la tareas

de los cuadernos, cenaban si

les decía que lavaran los platos, tengo que dejarlo

listo”. “Aprendí a organizarme rápido porque mamá enseño, me fue fácil levantarme temprano, cocinar, lo dejaba todo preparado, limpio”. “Aprendí a hacer los casos desde chica, lo que me faltaba era el gusto para decorar la casa y preparar platos especiales, a veces cocino y limpio de noche , me agoto”.

Para un gran número de Jefas de hogar, los recursos fueron orientados a atender necesidades reales, prior izando gastos de comida,

colegios, movilidad, lonchera,

apoyo de una empleada

la falta de

les obligó a reorganizar sus tiempos

incorporando a sus hijos e hijas en el aprendizaje de faenas domésticos compartiendo gradualmente distintas tareas, lavan

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28

ropa, los platos, limpieza, cocina, planchar, compras.

“Le

decía

Luis lava tu ropa, limpia el baño, tiende tu cama ayúdame a limpiar la cocina.”

“Llegaban del colegio aprendieron a cocinar, a atenderse mis

hijos solos, lavaban sus uniformes y medias... más adelante hacían lo que más

les

gustaba,

así

de

grandes

no

serán

inútiles

estén

solos

o

acompañados, no quería que pasaran lo mismo que yo”.

4.3.3 El Trabajo. El trabajo significa para las jefas de hogar el espacio de autonomía, seguridad y autoafirmación, ocupa gran parte de sus vidas “ s i e m p r e t r a b a j é , a h o r a e s m i n u e v o c o m p a ñ e r o , m e g r a t i f i c a totalmente".

Los

ingresos

generados

propuestos, constituyéndose prestigio

para

las

jefas

les

permitió

lograr

objetivos

en fuente de reconocimiento y de

hogar

profesionales

y

no

profesionales: “Al

separarme

tuve

que

trabajar,

actividades distintas: por las mañanas

aprendiendo

a

hacer

cuatro

hacía movilidad escolar, llevaba

compañeritos del colegio de mis hijos, al regreso administraba el nido que había

puesto en casa”. “En las tardes vendía ropa de Geraldine y daba

clases

de manejo. Cuando mis hijos fueron

a la universidad cerré el nido

y empecé a dar pensión a sus compañeros”.

La crisis económica

obligó a la mayoría de las jefas de

hogar a adoptar estrategias para mantener

incrementar sus ingresos y

su status, cubrir sus necesidades ajustadamente las

desestabilizaba, les significó mayor desempeño

de

múltiples

horas de trabajo y el

ocupaciones.

Estas

actividades

estuvieron relacionados con el comercio venta de ropa, frazadas, zapatos, artículos de belleza, joyas, limpieza y servicios

de

trámite de documentos varios . Estas estrategias les permitieron abaratar artículos de uso personal para ellas y sus hijos (as).

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29

Las

mujeres no separadas que trabajaban lo asumían

como hacer equipo en su pareja para mantener un status, como actividad secundaria. Es mínimo el número de profesionales que asumían el trabajo como carrera.

Existía mayor proximidad entre la familia y el mundo de trabajo de las jefas de hogar, sus hijos concretos

las

condiciones

satisfacciones,

las

en

tensiones

que y

conocían en términos

laboraban, dificultades

sus

logros,

laborales

y

económicas.

4.4

REDES SOCIALES.

Las redes sociales desempeñan un papel importante para las jefas de

hogar antes,

durante y después de la separación

en la búsqueda de opciones laborales, en el cuidado y crianza de los hijos.

La gran familia, amistades, instituciones

cristianas

se

constituyeron en el soporte social requerido en el proceso de la construcción

de

su

relaciones afectivas socializar

identidad

como

jefas

de

hogar.

Las

se intensificaron y fueron básicas para

experiencias,

temores,

dudas

frustraciones,

aspiraciones.

Las

relaciones

con

sus

padres,

hermanas,

primos,

parientes vario notablemente, hubo mayor madurez, flexibilidad, disposición a dialogar sobre las diferencias, recibiendo apoyo material y/o moral traducido en disposición a es cuchar, dar y recibir consejos, los

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hermanos o abuelos asumieron la figura

30

paterna, cuidaron de sus hijos (as), las alojaron, ayudaron en el pago de pensiones, apoyaron con alimentos. cristianas

y compañeros de trabajo

Instituciones

se constituyeron e n

espacio de encuentro de afirmación “ M i g u í a m e d e c í a t e n c o n f i a n z a , vas a salir adelante”

Las

instituciones

cristianas

les

brindaron

soporte

emocional, apoyo moral, calor humano, aprendizaje para en comunidad compartiendo desarrollando

servir

sus miembros el

sentido de la gran familia “ T o d o s l o s h e r m a n o s s o n s u s t í a s y t í o s ”, algunos

compañeros

de

trabajo

asumieron

el

papel

de

consejeros, de hermano, fue otra forma de hacer familia “ T o d o s m i s a m i g o s s o n s u s t í o s y t o d o s m i s a m i g a s s o n s u s t í as”.

En otras ocasiones las jefas de hogar ampliaron sus redes estableciendo un contacto más cercano con los padres de compañeros del colegio de sus hijos.

“Las mamás de los amiguitos

d e l e n t r o d e e s t u d i o d e m i s h i j o s m e s o l i c i t a r o n e l s e r v i c i o d e m o v i l i d ad escolar y fue a través de mis hijos que venían a casa”.

universitarios pensionistas

“No tenía quien recogiera a mi hijo del nido, la mamá de una

compañerita se ofreció, pasaba a las 7pm., conversábamos me decía vas a s a l i r a d e l a n t e , y o s é q u e v a s a l og r a r l o q u e q u i e r e s ” .

Algunas mujeres no separadas acudieron a familiares para el cuidado de sus hijos, se alojaban en casa de sus padres, recibían apoyo para el pago de pensiones de sus hijos (as). 4.5

Valores. Las familias vienen transformándose sus valores no se

basan en los modelos tradicionales de perpetuidad de la unión conyugal y la responsabilidad, existe una tendencia creciente de búsqueda de la propia felicidad, de nuevas posibilidades de

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31

satisfacción y autorrealización. Estas transformaciones afectan la esfera personal y social.

Kluckhohn afirma que las crisis y situaciones de conflicto llaman a los valores en su auxilio determinando su durabilidad o la suspensión de los mismos. Desemparejarse

lleva a las jefas

de hogar a replantear su jerarquía de valores, los que les permitieron hacer una lectura diferente de su realidad. Los resultados del test de Rockeach permitieron observar lo siguiente: -

Los valores instrumentales jerarquizados por las jefas de hogar fueron: a. Tercio superior: Honestidad, amor, responsabilidad, independencia, intelectualidad, comprensión. b. Tercio

medio:

Alegría,

capacidad,

laboriosidad,

ayuda, valentía y lógica. c. Tercio Inferior: imaginación, tranquilidad, cortesía, limpieza, obediencia, compasión.

-

Los valores instrumentale s jerarquizados por las mujeres no separadas fueron: a.

Tercio responsabilidad,

superior:

alegría,

Honestidad,

capacidad,

ayuda,

imaginación. b.

Tercio comprensión,

medio:

intelectualidad,

compasión,

obediencia,

amor

tranquilidad. c.

Tercio

inferior:

independencia,

laboriosidad, limpieza, cortesía, valentía, lógica.

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32

Los valores terminales jerarquizados

por las jefas de

hogar fueron: a.

Tercio superior: dignidad personal, amor maduro, libertad, armonía personal, justicia, igualdad

b.

Tercio

Medio:

seguridad

famili ar,

conocimiento,

felicidad, fraternidad, progreso, respeto, mundo en paz. d.

Tercio social,

belleza,

Inferior:

vida

Transformación

cómoda,

religión,

vida

interesante, placer.

Los valores terminales jerarquizados por las mujeres no

-

separadas fueron: a.

Tercio Progreso,

justicia,

fraternidad,

religión,

Superior: armonía,

personal, conocimiento, igualdad. b.

Tercio

Medio:

Respeto, realización personal, seguridad familiar, libertad, mundo en paz, dignidad personal, amor maduro.

c.

Tercio Felicidad,

vida

interesante,

belleza,

Inferior: transformación

social, vida cómoda, placer.

V.

CONCLUSIONES

1.

Los hogares monoparentales conducidos por mujeres constituyen una nueva forma de familia que ponen en cuestionamiento la estructura patriarcal cuyo concepto esencial es la compleme ntariedad de roles y la jerarquía masculina.

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33

2.

Asumir la condición de Jefatura de hogar permite a las mujeres afirmar o incorporar el modelo de madre moderna, observándose creatividad para integrar funciones parentales diferenciadas según género.

3.

Las social

importante

redes en

el

se

constituyen

proceso

de

en

soporte

construcción

y

afirmación de la identidad del las jefas de hogar, así como en

la

organización

Familiares,

de

parientes

este

y

nuevo

amigos

tipo

se

de

familia.

constituyen

en

amistades utilitaria s a la vez que socioafectivas. 4.

Los hogares monoparentales jefaturados por mujeres permiten socializar en otra forma a los hijos al compartir

obligaciones

y

necesidades

de

la

familia,

pudiendo ellos asumir una relación de género distinta con sus parejas. 5.

La desarrollan

su

autovaloración,

mayoría autoestima

de y

las

jefas

logran

de una

hogar mayor

afirman su autonomía y afrontar con

mayor seguridad y objetividad sus problemas. 6.

Los nuevos valores instrumentales que orientan su comportamiento autorreforzante en la vida familiar y social la

y que posibilitan su autorrealización son

independencia

e

intelectualidad

(valores

tradicionalmente masculinos). La honestidad, el amor y la responsabilidad son mantenidos como valores preferentes mientras que

la compasió n, obediencia y tranquilidad

dejan de tener vigencia. 7.

Las jefas de hogar incorporan nuevos valores

terminales

autoafirmación, personal,

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que

autonomía,

libertad,

igualdad,

se

relacionan

autovaloración, realización

con

la

dignidad personal

34

manteniendo como valores preferentes el amor maduro y la seguridad familiar.

VI.

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