Julio-Octubre • Año N. 164 O

XXXV

• 2012/3

Libertad “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres… El que comete pecado es esclavo del pecado… Si el Hijo os hace libres, seréis en verdad libres… ”. Jn 8: 32, 34, 36

La palabra Libertad es una de las grandes palabras del lenguaje humano. Aunque hoy la solemos utilizar con tanta frecuencia como ambigüedad. En cuanto libres, estamos llamados a vivir en libertad: Para ello hemos de educarla, pues una libertad salvaje no es humana. La educación de la libertad se ha de hacer a la luz de la verdad del hombre y no según criterios de alienación, por más que éstos estén de moda o sean los más políticamente correctos.

Libres: Así fuimos pensados por Dios y para ello fuimos liberados por Cristo. Linus

FOTO: ARNOLD SCHMITT CMM

En cuanto libres, estamos llamados a vivir en libertad: Para ello hemos de usarla, pues una libertad siempre sin estrenar no es humana. Aunque podamos elegir el mal, más libres seremos cuando en libertad escojamos el bien. En la medida en que la utilicemos nos hacemos responsables de su uso y nos atamos a la opción escogida.

Familia Mariannhill J u li o - O c t u b re

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ÍNDICE

Libertad El Espíritu en imágenes Mensajes (SMS) de Dios Mensaje del Papa para el Domund 2012 P. Engelmar: Cartas desde la prisión (55) Causa del P. Engelmar: Favores y testimonios Keith Mallett o la amable belleza de África El carisma misionero del Abad Francisco (39) André Frossard: Dios existe y yo me lo encontré Nuevas Constituciones de Mariannhill Calendario propio de Mariannhill Mariannhill dice adiós La oración de y por los sacerdotes Mariannhill Ven a formar parte de nuestra Familia Nuestra página vocacional (n.º 54) Una mirada

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Separata: Oracional de la Familia Mariannhill (Fascículo N.o 34) FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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EL ESPÍRITU EN IMÁGENES

Aire -Fuego Agua - Paloma 4

L

a venida del Espíritu sobre la Iglesia de los comienzos marca el comienzo de la misión de ésta. Con las Escrituras Santas en la mano podemos decir que el Espíritu es como el aire y el fuego, como el agua y como la paloma.

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El aire y el fuego juntos:”De repente vino del cielo un ruido como una impetuosa ráfaga de viento, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos” (Act. 2, 2-3). En la cultura griega el aire y el fuego son los dos elementos naturales más etéreos y activos; juntos desarrollan una fuerza descomunal e imparable. Y así actuó el Espíritu Santo con los primeros discípulos. Eran como leña húmeda, incapaz de arder; pero el Espíritu Santo los encendió y los lanzó a provocar un incendio que dura hasta hoy. Y así sigue actuando hoy el Espíritu Santo en la Iglesia y en nosotros: su presencia impetuosa nos ayuda a superar cualquier obstáculo, tentación o mal momento. El agua: “Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo…” (Ez. 36, 25-26). Ezequiel conocía bien la tierra de secano. Cuando la tierra seca recibe la lluvia, recibe la vida. Tras la lluvia, el campo huele a vida, el aire incluso se vuelve más puro, desaparece el polvo del camino. Cuando estamos cerrados sobre nosotros mismos somos como un desierto o un pedregal. Pero cuando recibimos el agua de Espíritu nos abrimos a la vida y empezamos a dar y llevar fruto. Somos entonces criaturas nuevas. La paloma: “…Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre Él como una paloma; y una voz del cielo dijo: ‘Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección’” (Mc. 1, 9-11). Jesús, cuando recibe el Espíritu Santo, se siente como hijo muy querido. Empujado por esta seguridad de sentirse querido por el Padre, Jesús se lanzó a cumplir la misión para la que había sido enviado. El Espíritu Santo es el mismo amor de Dios posándose y anidando en nuestros corazones, cual si fuera una paloma, y moviéndonos a compartir este mismo amor con empeño misionero. Cuatro imágenes –aire, fuego, agua, paloma– para describir, no tanto quién es el Espíritu Santo cuanto lo que hace en nosotros, si le dejamos. Y es que tenemos que dejarle actuar, pues su presencia en nosotros no es una virulenta posesión divina, que nos anula como personas. Si le dejamos entrar, obrará en nosotros como el aire, el fuego, el agua, la paloma y empezaremos a movernos por sus inspiraciones, a trabajar con sus dones y a producir sus frutos. P. Lino Herrero Prieto CMM Misionero de Mariannhill FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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Por favor, no bebas alcohol si vas a conducir. Todavía no estás listo para verme.

Me gustan la bodas. Inv s ítame a la tuya.

-DIOS

ar Eso de “Am ” al prójimo n e e j i d lo serio. -DIOS

-DIOS

Mensajes SMS

de Dios

s itamo Neces . r habla -DIOS

¿Te imaginas el precio del aire si te lo trajera otro proveedor? -DIOS

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¿Tienes alguna idea de a dónde vas? -DIOS

Ponte en mis manos y prepárate para ver maravillas. -DIOS

Si piensas q ue la Gioconda es asombrosa, deberías ve r mi obra maestr a. ¡Mírate al espejo! -DIOS

mí. Confía en

SMS

Con gusto cargaré tu cruz; acércate. -DIOS

¡Eh, no me si trates como fuera un marciano! -DIOS

SMS

-DIOS

Si te perd iste el amanece r que hice para t i hoy, no imp orta. Te haré ot ro mañana. -DIOS

¿Cómo puede s creerte un self-mademan? Recuerdo perfectame nte haberte cr eado. -DIOS

Te estoy buscando… Respóndeme

Sígueme.

.

-DIOS

-DIOS

SMS

SMS

En mi opinión eres la persona más hermosa del mundo. OK, admito que soy parcial.

del ¿Qué parte no ” s “No debe ? e t s i d enten -DIOS

-DIOS

do mi Sigue usan vano n e nombre la é r a s a r t y a ida. l hora de sa -DIOS

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¿Qué debo h acer para llama r tu atención? ¿Poner un aviso en el peri ódico? -DIOS

por El camino … ¿te s a v e u el q ? lleva a mí -DIOS

SMS

No olvides el paragua s. Hoy tengo que regar las planta s. -DIOS

Big Teoría del s e n e Bang… Ti r a t que es bromeando. -DIOS

¿Leíste mi best-seller? Se titula: La Biblia.

No estás s olo; me tienes a mí. -DIOS

-DIOS

SMS

ad Para Navid mejor l e o r e qui regalo: te . quiero a ti -DIOS

Ven a mi casa el domingo antes de ir al partido. Ah, trae contigo a los niños. -DIOS

MENSAJE DEL SANTO PADRE

BENEDICTO XVI PARA LA JORNADA MISIONERA MUNDIAL 2012

FOTO: DAVID FERNÁNDEZ DÍEZ CMM

“Llamados a hacer resplandecer la Palabra de verdad” (Carta apostólica Porta fidei, n. 6)

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Queridos hermanos y hermanas: La celebración de la Jornada Misionera Mundial de este año adquiere un significado especial. La celebración del 50 aniversario del comienzo del Concilio Vaticano II, la apertura del Año de la Fe y el Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización, contribuyen a reafirmar la voluntad de la Iglesia de comprometerse con más valor y celo en la misión ad gentes, para que el Evangelio llegue hasta los confines de la tierra. El Concilio Ecuménico Vaticano II, con la participación de tantos obispos de todos los rincones de la tierra, fue un signo brillante de la universalidad de la Iglesia, reuniendo por primera vez a tantos Padres Conciliares procedentes de Asia, África, Latinoamérica y Oceanía. Obispos misioneros y obispos autóctonos, pastores de comunidades dispersas entre poblaciones no cristianas, que han llevado a las sesiones del Concilio la imagen de una Iglesia presente en todos los continentes, y que eran intérpretes de las complejas realidades del entonces llamado “Tercer Mundo”. Ricos de una experiencia que tenían por ser pastores de Iglesias jóvenes y en vías de formación, animados por la pasión de la difusión del Reino de Dios, ellos contribuyeron significativamente a reafirmar la necesidad y la urgencia de la evangelización ad gentes, y de esta manera llevar al centro de la eclesiología la naturaleza misionera de la Iglesia.

Eclesiología misionera Hoy esta visión no ha disminuido, sino que por el contrario, ha experimentado una fructífera reflexión teológica y pastoral, a la vez que vuelve con renovada urgencia, ya que ha aumentado enormemente el número de aquellos que aún no conocen a Cristo: “Los hombres que esperan a Cristo son todavía un número inmenso”, comentó el beato Juan Pablo II en su encíclica Redemptoris missio sobre la validez del mandato misionero, y agregaba: “No podemos permanecer tranquilos, pensando en los millones de hermanos y hermanas, redimidos también por la Sangre de Cristo, que viven sin conocer el amor de Dios” (n. 86). En la proclamación del Año de la Fe, también yo he dicho que Cristo “hoy como ayer, nos envía por los caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra” (Carta apostólica Porta fidei, 7); una proclamación que, como afirmó también el Siervo de Dios Pablo VI en su Exhortación

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apostólica Evangelii nuntiandi, “no constituye para la Iglesia algo de orden facultativo: está de por medio el deber que le incumbe, por mandato del Señor, con vista a que los hombres crean y se salven. Sí, este mensaje es necesario. Es único. De ningún modo podría ser reemplazado” (n. 5). Necesitamos por tanto retomar el mismo fervor apostólico de las primeras comunidades cristianas que, pequeñas e indefensas, fueron capaces de difundir el Evangelio en todo el mundo entonces conocido mediante su anuncio y testimonio. Así, no sorprende que el Concilio Vaticano II y el Magisterio posterior de la Iglesia insistan de modo especial en el mandamiento misionero que Cristo ha confiado a sus discípulos y que debe ser un compromiso de todo el Pueblo de Dios, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y laicos. El encargo de anunciar el Evangelio en todas las partes de la tierra pertenece principalmente a los Obispos, primeros responsables de la evangelización del mundo, ya sea como miembros del colegio episcopal, o como pastores de las iglesias particulares. Ellos, efectivamente, “han sido consagrados no sólo para una diócesis, sino para la salvación de todo el mundo” (Juan Pablo II, Carta encíclica Redemptoris missio, 63), “mensajeros de la fe, que llevan nuevos discípulos a Cristo” (Ad gentes, 20) y hacen “visible el espíritu y el celo misionero del Pueblo de Dios, para que toda la diócesis se haga misionera” (ibíd., 38).

La prioridad de evangelizar Para un Pastor, pues, el mandato de predicar el Evangelio no se agota en la atención por la parte del Pueblo de Dios que se le ha confiado a su cuidado pastoral, o en el envío de algún sacerdote, laico o laica Fidei donum. Debe implicar todas las actividades de la iglesia local, todos sus sectores y, en resumidas cuentas, todo su ser y su trabajo. El Concilio Vaticano II lo ha indicado con claridad y el Magisterio posterior lo ha reiterado con vigor. Esto implica adecuar constantemente estilos de vida, planes pastorales y organizaciones diocesanas a esta dimensión fundamental de ser Iglesia, especialmente en nuestro mundo que cambia de continuo. Y esto vale también tanto para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólicas, como para los Movimientos eclesiales: todos los componentes del gran mosaico de la Iglesia deben sentirse fuertemente interpelados por el mandamiento del Señor de predicar el

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Evangelio, de modo que Cristo sea anunciado por todas partes. Nosotros los Pastores, los religiosos, las religiosas y todos los fieles en Cristo, debemos seguir las huellas del apóstol Pablo, quien, “prisionero de Cristo para los gentiles” (Ef 3,1), ha trabajado, sufrido y luchado para llevar el Evangelio entre los paganos (Col 1,24-29), sin ahorrar energías, tiempo y medios para dar a conocer el Mensaje de Cristo. También hoy, la misión ad gentes debe ser el horizonte constante y el paradigma en todas las actividades eclesiales, porque la misma identidad de la Iglesia está constituida por la fe en el misterio de Dios, que se ha revelado en Cristo para traernos la salvación, y por la misión de testimoniarlo y anunciarlo al mundo, hasta que Él vuelva. Como Pablo, debemos dirigirnos hacia los que están lejos, aquellos que no conocen todavía a Cristo

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y no han experimentado aún la paternidad de Dios, con la conciencia de que “la cooperación misionera se debe ampliar hoy con nuevas formas para incluir no sólo la ayuda económica, sino también la participación directa en la evangelización” (Juan Pablo II, Carta encíclica Redemptoris missio, 82). La celebración del Año de la Fe y el Sínodo de los Obispos sobre la nueva evangelización serán ocasiones propicias para un nuevo impulso de la cooperación misionera, sobre todo en esta segunda dimensión.

La fe y el anuncio El afán de predicar a Cristo nos lleva a leer la historia para escudriñar los problemas, las aspiraciones y las esperanzas de la humanidad, que Cristo debe curar, purificar y llenar de su presencia. En efecto, su mensaje es siempre actual, se introduce en el corazón de la historia y es capaz de dar una respuesta a las inquietudes más profundas de cada ser humano. Por eso la Iglesia debe ser consciente, en todas sus partes, de que “el inmenso horizonte de la misión de la Iglesia, la complejidad de la situación actual, requieren hoy nuevas formas para poder comunicar eficazmente la Palabra de Dios” (Benedicto XVI, Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini, 97). Esto exige, ante todo, una renovada adhesión de fe personal y comunitaria en el Evangelio de Jesucristo, “en un momento de cambio profundo como el que la humanidad está viviendo” (Carta apostólica Porta fidei, 8). En efecto, uno de los obstáculos para el impulso de la evangelización es la crisis de fe, no sólo en el mundo occidental, sino en la mayoría de la humanidad que, no obstante, tiene hambre y sed de Dios y debe ser invitada y conducida al pan de vida y al agua viva, como la samaritana que llega al pozo de Jacob y conversa con Cristo. Como relata el evangelista Juan, la historia de esta mujer es particularmente significativa (cf. Jn 4,130): encuentra a Jesús que le pide de beber, luego le habla de una agua nueva, capaz de saciar la sed para siempre. La mujer al principio no entiende, se queda en el nivel material, pero el Señor la guía lentamente a emprender un camino de fe que la lleva a reconocerlo como el Mesías. A este respecto, dice san Agustín: “Después de haber acogido en el corazón a Cristo Señor, ¿qué otra cosa hubiera podido hacer [esta mujer] si no dejar el cántaro y correr a anunciar la buena noticia?” (In Ioannis Ev., 15,30). El encuentro con Cristo como Persona viva, que colma la sed del corazón, no

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puede dejar de llevar al deseo de compartir con otros el gozo de esta presencia y de hacerla conocer, para que todos la puedan experimentar. Es necesario renovar el entusiasmo de comunicar la fe para promover una nueva evangelización de las comunidades y de los países de antigua tradición cristiana, que están perdiendo la referencia de Dios, de forma que se pueda redescubrir la alegría de creer. La preocupación de evangelizar nunca debe quedar al margen de la actividad eclesial y de la vida personal del cristiano, sino que ha de caracterizarla de manera destacada, consciente de ser destinatario y, al mismo tiempo, misionero del Evangelio. El punto central del anuncio sigue siendo el mismo: el Kerigma de Cristo muerto y resucitado para la salvación del mundo, el Kerigma del amor de Dios, absoluto y total para cada hombre y para cada mujer, que culmina en el envío del Hijo eterno y unigénito, el Señor Jesús, quien no rehusó compartir la pobreza de nuestra naturaleza humana, amándola y rescatándola del pecado y de la muerte mediante el ofrecimiento de sí mismo en la cruz.

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En este designio de amor realizado en Cristo, la fe en Dios es ante todo un don y un misterio que hemos de acoger en el corazón y en la vida, y del cual debemos estar siempre agradecidos al Señor. Pero la fe es un don que se nos dado para ser compartido; es un talento recibido para que dé fruto; es una luz que no debe quedar escondida, sino iluminar toda la casa. Es el don más importante que se nos ha dado en nuestra existencia y que no podemos guardarnos para nosotros mismos.

El anuncio se transforma en caridad ¡Ay de mí si no evangelizase!, dice el apóstol Pablo (1 Co 9,16). Estas palabras resuenan con fuerza para cada cristiano y para cada comunidad cristiana en todos los continentes. También en las Iglesias en los territorios de misión, iglesias en su mayoría jóvenes, frecuentemente de reciente creación, el carácter misionero se ha hecho una dimensión connatural, incluso cuando ellas mismas aún necesitan misioneros. Muchos sacerdotes, religiosos y religiosas de todas partes del mundo, numerosos laicos y hasta familias enteras dejan sus países, sus comunidades locales y se van a otras iglesias para testimoniar y anunciar el Nombre de Cristo, en el cual la humanidad encuentra la salvación. Se trata de una expresión de profunda comunión, de un compartir y de una caridad entre las Iglesias, para que cada hombre pueda escuchar o volver a escuchar el anuncio que cura y, así, acercarse a los Sacramentos, fuente de la verdadera vida. Junto a este grande signo de fe que se transforma en caridad, recuerdo y agradezco a las Obras Misionales Pontificias, instrumento de cooperación en la misión universal de la Iglesia en el mundo. Por medio de sus actividades, el anuncio del Evangelio se convierte en una intervención de ayuda al prójimo, de justicia para los más pobres, de posibilidad de instrucción en los pueblos más recónditos, de asistencia médica en lugares remotos, de superación de la miseria, de rehabilitación de los marginados, de apoyo al desarrollo de los pueblos, de superación de las divisiones étnicas, de respeto por la vida en cada una de sus etapas. Queridos hermanos y hermanas, invoco la efusión del Espíritu Santo sobre la obra de la evangelización ad gentes, y en particular sobre quienes trabajan en ella, para que la gracia de Dios la haga caminar más decidida-

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mente en la historia del mundo. Con el Beato John Henry Newman, quisiera implorar: “Acompaña, oh Señor, a tus misioneros en las tierras por evangelizar; pon las palabras justas en sus labios, haz fructífero su trabajo”. Que la Virgen María, Madre de la Iglesia y Estrella de la Evangelización, acompañe a todos los misioneros del Evangelio. Vaticano, 6 de enero de 2012, Solemnidad de la Epifanía del Señor

BENEDICTUS PP. XVI

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P. Engelmar Cartas desde la prisión 55 El P. Engelmar murió en el Campo de Concentración de Dachau el 2 de marzo del año 1945. Fechadas en dicho año se conservan únicamente dos cartas: la primera, escrita el 14 de enero y la segunda, dos semanas después, el 28 de enero. Publicamos ambas en este número de Familia Mariannhill.

Querido P. Otto:

Dachau CC3, 14 de Enero de 1945

Antes de nada, mi agradecimiento más sincero por el estupendo paquete de Navidad, que recibí el 8 de Enero. Un pequeño retraso no tiene ninguna importancia, pues, al fin y al cabo, uno se alegra con la llegada de todos esos bienes tan preciados. Debido a los frecuentes problemas del transporte, que se dan hoy en día, es muy conveniente que los paquetes sean enviados desde distintos lugares; medida ésta que creo se debe a una iniciativa de usted. Así, en Diciembre recibí pequeños paquetes del P. Gebhard Lehle de Lohr, del P. Marcel Dischl y dos más del P. Ludwig Tremel de Reimlingen; y en Enero del P. Hubert Drossard, del P. Rottmann y del P. Eckehard. ¿Quizá pudiera usted agradecer sinceramente a estos tres últimos su recuerdo tan amistoso? Este tipo de caridad siempre será bien recibida aquí. Debido a vuestros estupendos paquetes me encuentro todavía, gracias a Dios, con salud y fuerte. Ninguno de los ataques aéreos nos ha golpeado. Con la confianza puesta en Dios empezamos el nuevo año, esperando una vez más ser capaces de trabajar por su gloria y por la salvación de las almas. Mis más cordiales saludos a todos los hermanos de comunidad. Lleno de agradecimiento, suyo

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Hubert Unzeitig

Mi querida familia:

[14 de Enero de 1945]

Espero que, mientras tanto, hayáis recibido mi carta del 30 de Diciembre. Desafortunadamente, no he podido escribir antes. En ella os daba las gracias por todos los paquetes y el dinero que he recibido últimamente. El pequeño paquete de Elsa llegó más tarde, el 8 de Enero. Sólo los otros pequeños paquetes, de los que me hablásteis, y el paquete del 18 de Diciembre no han llegado todavía. También os pido que deis las gracias al P. Gebhard Lehle, de Lohr/Main (13a), Kleine Kirchgasse 260, y al P. Marcel Dischl y al P. Ludwig Tremel, de Reimlingen, cerca de Nördlingen, por los pequeños paquetes que han enviado.

Enviad, por favor, la primera parte de esta carta al P. Otto y agradeced a Karl Pampusch su carta del 24 de Diciembre. Dado que ahora se encuentra en el Hospital Militar I [Lüdenscheid, Westphalia (21) / (Baukloh), Bldg. 3, Rm. 326], ya no puedo utilizar el correo militar para contestarle. Allí se encuentra internado en observación, debido al tifus, fiebres tifoideas o disentería. Parece que no se encuentra tan mal. Esperemos lo mejor para él. ¿Tenéis alguna noticia de Regina? ¿Puede ella todavía utilizar el correo militar para enviar cartas? ¿Verdad? Deseo que todos vosotros, al igual que todos los demás parientes, estéis seguros y sanos.

Desde Navidad estamos soportando un invierno bastante severo con algo de nieve. Y, sin embargo, qué feliz se siente uno cuando, a pesar de todo, los aviones enemigos no le han destruido el techo sobre su cabeza como últimamente ha ocurrido con frecuencia en Munich. ¡Ojala la gente diera con el camino de la paz, al menos internamente, dado que, externamente, lo tienen que soportar sin esa felicidad! Con gusto ofreceremos todo y rogaremos a Dios por esto a lo largo de este nuevo año. No debemos nunca olvidar que todo lo que Dios nos envía o permite es para nuestro bien. Depende únicamente de nosotros hacer uso de todo ello para la gloria de Dios y para hacer felices a otros. Obrando así, obtendremos el mayor de los frutos y la vida se vuelve más llevadera.

En este sentido también comparto los bienes tan preciados que la buena gente nos envía a esta reclusión, dado que no todo el mundo tiene la suerte de poder recibir algo. La única pena es que el transporte sufre ahora de muchos problemas. Continuemos, sin embargo, aceptando todo de Dios, tal como él nos lo envía.

Unido con vosotros en la oración mutua, os saludo de todo corazón y también a los cuñados, familiares y parientes. Lleno de agradecimiento, vuestro

Querida hermana:

Hubert Dachau CC3, 28 de Enero de 1945

Muchas gracias por tu amable carta del 14 de Enero, que recibí sin problemas el 26. ¡Qué feliz me puse al recibir de nuevo una señal de vida de tu parte! Esto es lo que más me importa, que todos vosotros os encontréis seguros y sanos. FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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De todos los estupendos paquetes que habéis enviado desde Noviembre sólo han llegado dos pequeños. Uno llegó a tiempo para la fiesta de San Nicolás y el otro llegó el 9 de Enero. No han llegado ni el paquete más grande ni los otros trece pequeños, de los que habláis. Pero, quizá, todavía van a llegar.

Por otra parte, habría que plantearse si todavía merece la pena enviar cosas desde donde os encontráis. Quizá podrías enviar algunos cupones de pan al P. Ludwig, de Reimlingen, quien nos podría enviar el pan directamente desde allí. Él me ha enviado dos pequeños paquetes. Así mismo Marcel Dischl, de Reimlingen, me han enviado un pequeño paquete; el P. Rottmann, de Würzburg, Röntgenring 3, me han enviado otro más; el P. Hubert Drossard y el P. Eckehard, de Peterskirchen, cada uno me han enviado un paquetito; y el P. Gebhard Lehle, de Lohr/Main, Kleine Kirchgasse 260, otro más. Si mal no recuerdo, os he pedido que deis las gracias al último que he mencionado. En la primera parte de mi última carta o de la penúltima pedí al P. Otto que diera las gracias a los otros. Quizás podríais recordárselo de nuevo y darle las gracias por el dinero que me ha enviado a través de vosotros. Supongo que el dinero de Enero no tardará en llegar.

Un hermano me ha dicho que las Hermanas han salido de Knechtsteden; doy por descontado que Regina se encontraba entre ellas. Lógicamente algunas se habrán quedado.

De L. Wagner no he recibido todavía nada. K. Pampusch me escribió el 20 de Diciembre que había sido enviado a un hospital militar, debido a un problema de disentería; iba a ser trasladado el mismo día, esperando recibir las nuevas señas del correo militar. Probablemente ya se encuentra mejor. Tampoco tengo ninguna noticia de Friedrich.

Por lo que respecta a los guantes, calzoncillos y otras prendas de invierno, tengo suficiente. Si vuestra región se cerrara al correo, enviado desde aquí, hasta el próximo día en que pueda escribir, escribiré al P. Otto o al P. Ludwig, quien, si es posible, os podrían enviar noticias mías. Parece que durante las últimas dos semanas ha habido un parón general en relación al correo o algo por estilo, porque no he recibido ningún paquete, etc, desde el 11 de Enero ni ningún correo del P. Otto. Podríais darle las gracias por todo lo que él u otros han hecho por mí, en forma de ayuda, organización y oración, especialmente durante el año pasado.

Gracias a Dios, me encuentro todavía bien. También aquí el invierno está siendo bastante severo, con nieve y, algunas veces, con frío intenso, alternando con tiempo más suave. Pero, como te decía, tengo suficiente ropa de invierno, por lo que no me voy a congelar.

Por lo demás, continuemos aceptando de las manos de Dios todo aquello que él nos enviará en el futuro y ofrezcámosle todo con la súplica que él pueda pronto enviar a la humanidad tan afligida la paz que tan ardientemente desea. Mis más sinceros saludos para vosotros, para los cuñados, los Hermanos de Congregación, los familiares y parientes. Unido a vosotros en la oración mutua. Lleno de agradecimiento, vuestro

Hubert Unzeitig

Hoy me han notificado de la oficina de correos que han llegado dos paquetes.

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Causa del P. Engelmar: Favores y testimonios La alegría de una madre En agradecimiento por haber sido escuchada, después de hacer la novena al P. Engelmar, quiero ahora enviar este donativo. Recé para que mi hijo encontrara pronto un buen trabajo. Nuestras oraciones han sido escuchadas. Me ha llamado esta mañana y me ha dicho que le habían vuelto a ofrecer un trabajo en IBM, donde él había trabajado durante muchos años. Ambos estamos muy agradecidos. Él es un hijo maravilloso y un gran trabajador. Gracias, P. Engelmar, por contestar a mi novena. Con frecuencia te rezo. Nombre no revelado El agradecimiento de una devota Quiero dar las gracias por los favores recibidos después de rezar la novena al P. Engelmar. Uno de esos favores ha sido que el resultado de los análisis, tanto de mi marido como míos, ha salido bien; y otro de los favores es que nuestra hija está mejorando y cada vez tiene más fuerzas. J.W. El testimonio de una madre Mi agradecimiento al P. Engelmar por haber atendido mis oraciones. Recé para que mi hija y mi yerno encontraran trabajo y ambos lo encontraron de inmediato. También otro de mis hijos ha encontrado trabajo. Gracias y gloria a Dios de todo corazón. Mrs. R. MacK. Las oraciones de una madre anciana Recé la novena al P. Engelmar, pidiendo el favor de que ayudara a mi hija, que tiene ahora problemas para vender la casa y también no goza de muy buena salud. Por favor, rezad por ella. Ella lo necesita como yo también. Yo tengo 93 años y necesito en verdad de su ayuda. B.G. Siente la ayuda palpable del P. Engelmar Creo verdaderamente que por la intercesión del P. Engelmar se me ha concedido el deseo de tener un trabajo. Perdí mi trabajo a finales de noviembre, debido al impacto económico de la crisis en mi empresa. Me dolió mucho, ya que estaba muy cerca la celebración de Navidad y teníamos planeadas realizar un buen número de actividades a lo largo del nuevo año. Teníamos en casa una visita de Italia, en el oeste del Canadá; además mi hijo estaba planeando su compromiso de boda. Yo no quería que nadie se enterara de que había perdido el empleo, pues no quería estropearles la Navidad. Dos dias más tarde encontré un pequeño librito con la novena en honor al P. Engelmar Unzeitig. Y empecé a rezarla día tras día. Al ir pasando los días se me presentaron varias oportunidades y en el último día de la novena –4 de Diciembre– tuve una segunda entrevista de trabajo y se me ofreció un empleo. Ha sido un verdadero milagro. Era consciente que tener alguna oportunidad de volver a encontrar trabajo en el periodo navideño iba a ser muy difícil. Pero, de hecho, las oportunidades se presentaron y pude empezar a trabajar el 17 de Diciembre, antes de Navidad. Dios ha atendido mis deseos por la intercesión del P. Engelmar. Deseaba volver a tener trabajo porque quería FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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alegrar a mi hijo en su compromiso de boda y a la visita que íbamos a tener. Verdaderamente creo en esta intercesión del P. Engelmar. Estoy llena de agradecimiento y quiero que otros sepan de este milagro. F.S. Un testimonio agradecido Un coche me golpeó y caí al suelo. Se me rompió un dedo del pie y tuve un corte también en el pie. Me pusieron unos cuantos puntos. Estuve hospitalizada tres días y toda la pierna y el pie se hincharon, volviéndose de color azul oscuro con el riesgo de que se provocara una gangrena. Debido a la edad que tengo, la situación me asustó y empecé a rezar una serie de novenas a mi intercesor favorito, el P. Engelmar… He podido salvar mi pie y he vuelto a la vida normal. Llevo rezando al P. Engelmar a lo largo de los últimos diez años y siempre me ha escuchado. En agradecimiento por ello me privo de pequeños gustos y se lo ofrezco a él como sacrificio. Como él es un hacedor de milagros, continuaré rezando por su canonización. Rosemarie Seines (Filipinas)

PRECES

ORACIÓN

Dios, Padre Bueno, te pedimos: Que el amor del P. Engelmar hacia Ti nos anime a hacer más religiosa nuestra vida; Que su celo misionero mantenga vivo en nosotros el afán apostólico; Que su entrega a los demás, en especial a los más necesitados, nos sirva de ejemplo; Que su paciencia en la adversidad nos conforte en la hora de la prueba; Que el sacrificio de su juventud estimule a los jóvenes a responder con generosidad a la vocación.

Oh Dios, tú quisiste que el P. Engelmar fuera misionero en un campo de concentración. Lleno de amor por Ti y por los prisioneros con los que convivía, se entregó de manera especial al servicio de los enfermos y de los moribundos. Haz que sigamos su ejemplo de caridad; ayúdanos en nuestras necesidades por la intercesión de tu siervo Engelmar y concédenos ver glorificado su nombre en medio de tu Iglesia. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

De conformidad con los decretos del Papa Urbano VIII, declaramos que con la publicación de estos favores y testimonios en nada se pretende prevenir el juicio de la Autoridad Eclesiástica. Aquellas personas que crean haber recibido alguna gracia o favor por la intercesión del Venerable P. Engelmar H. Unzeitig CMM, se ruega lo comuniquen a la dirección de esta revista. Todas las personas interesadas en recibir la vida, la novena o la estampa del Venerable P. Engelmar H. Unzeitig CMM, lo pueden solicitar con toda confianza a la dirección de esta revista. Se agradecen los donativos que, para sufragar los gastos de la Causa de Beatificación del P. Engelmar, nos podáis hacer llegar, ya por giro, cheque o por transferencia bancaria. Indicad con claridad que la finalidad del donativo es la Causa del P. Engelmar.

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© KEITH MALLET: CARICIAS

Keith Mallett nació en Pensilvania USA). Su padre, Boyd Mallett, era un veterano de la Segunda Guerra Mundial, que murió de un ataque al corazón a la edad de 33 años, cuando Mallett tenía seis años. Su madre, Dorothy Williams, tuvo que sacar adelante a toda la familia. A los doce años Mallett comenzó a pintar como hobby. Estudió pintura en la Art Students League y en el Hunter College de Nueva York. Trabajó posteriormente en Los Ángeles y en San Diego, donde vive actualmente con su esposa. Ha plasmado en sus obras con gran éxito el alma afroamericana. Ofrecemos a nuestros lectores cuatro de las obras de este genial pintor, quien ha confesado que “la creación artística siempre ha sido una experiencia alegre en mi vida, y me siento bendecido por ser capaz de compartir esa alegría con los demás”.

© KEITH MALLET

El vuelo del alma

© KEITH MALLET

Júbilo

© KEITH MALLET

En las manos de la abuela

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misionero

El carisma del Abad Francisco En esta sección de la revista “Familia Mariannhill” venimos publicando una serie de estudios sobre el Abad Francisco Pfanner, tendentes a explicitar la riqueza de su carisma misionero. Andamos ahora con la publicación del séptimo de estos estudios, que lleva por título “El Abad Francisco y los Hermanos” y que ha sido elaborado por el P. Damian Weber CMM, que en la actualidad es el Superior General de los Misioneros de Mariannhill. En este estudio el autor pone de relieve la importancia que el Abad Francisco dio desde un principio a los Hermanos a la hora de desarrollar el trabajo misionero de Mariannhill y de todas sus misiones filiales. Por la longitud del mismo, nos vemos obligados a que la publicación del mencionado estudio tenga que ir apareciendo en varias entregas.

VII. EL ABAD FRANCISCO Y LOS HERMANOS (5) En esta unión de vida religiosa y actividad misionera el Abad Francisco diseñó un lugar especial para los Hermanos. Es evidente que su tarea no se agota en el

mero trabajo en las fincas sino que este mismo trabajo es una participación esencial en el apostolado y en la estrategia misionera propia de Mariannhill. Ambos, FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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FOTO: ARCHIVO CMM

Puente levantado por los Hermanos de Mariannhill a finales del siglo XIX sobre uno de los ríos africanos del Natal en África del Sur.

Sacerdotes y Hermanos, deben dejar brillar juntos su luz. La contribución de ambos es necesaria para la batalla global, a dar en las misiones. Decimos SÍ al trabajo por la salvación de las almas, pero primero hay que hacer muchas otras cosas. Decía el Abad: “La salvación de las almas es nuestra finalidad primordial, pero no nuestro primer trabajo”. Decimos SÍ a la educación, pero una educación integral, para que un joven que termina la escuela como cristiano, pueda realizar su fe en todas las esferas de la vida. A fin de lograr esto un misionero debe tratar de dar al otro lo que realmente necesita; dárselo de la manera más prác-

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tica posible; y hacer uso de todos los medios a su alcance, sean espirituales o materiales, para lograr este fin. De todo ello se puede concluir que el “ejército” del Abad Francisco no consistía en contar con Sacerdotes y Hermanos sino con Misioneros de Mariannhill. El Abad Francisco fue siempre un hombre práctico. Él sabía que no podía limitarse al solo nivel de la mera instrucción teórica. Pero para aprovechar este apostolado práctico necesitaba el “sermón del trabajo” de los Hermanos. Escribió al respecto: “El Hermano converso predica con su trabajo… Cuanto más éxito tenga, mejor para la misión y para él mismo, si realiza su trabajo con un espíritu realmente religioso; es decir, alegre y haciéndolo todo

Un hermano de Mariannhill trabajando en el taller de cantería. Junto a él algunos jóvenes aprendices y algunos niños observando la labor. La foto es bien sugerente: Los Hermanos de Mariannhill trabajaban, enseñaban a trabajar a los jóvenes e incentivaban en los niños el aprecio por el trabajo. FOTO: ARCHIVO CMM

por amor de Dios. Pero un novicio en Mariannhill, que se sacrifica con alegría, no logra más que un franciscano o un jesuita en Europa, si primero no aprende a andar por el camino del sufrimiento”.1 El trabajo, realizado con alegría por amor de Dios, y la entrega total por el camino del sacrificio son capaces de transformar la vida de un Hermano en un sermón convincente. Hacen de él un auténtico misionero. En lo que sigue podremos ver con mayor claridad cómo el Abad Francisco veía a los Hermanos desde esta perspectiva. Comparando a sus Hermanos con los misioneros protestantes de la época, el Abad Francisco afirma que: “El principio clave de Mariannhill es: Solo predicar no sirve; un misionero tiene que enseñar a los africanos a trabajar mediante su ejemplo”.2 Partiendo de la afirmación de un pastor protestante, que dijo: “Los negros son incorregibles, no pueden ser educados, no se les puede enseñar nada”, el Abad expo-

ne su opinión contraria al respecto, haciendo un resumen del trabajo realizado en África por él y sus Hermanos Trapenses: “De repente apareció en el Natal el Abad Francisco con sus compañeros – Los Hermanos -. Como buen organizador echó un vistazo a toda la situación y se atrevió a afirmar, a pesar de tener las apariencias en contra: ‘También los negros pueden aprender y se lo demostraré a todo el mundo’. Al mismo tiempo comenzó a trabajar intensamente. Construyó barracones, puentes, carreteras, y así abrió una nueva misión para los Trapenses. Sin saber una sola palabra de la lengua local, los silenciosos trapenses predicaban con el ejemplo y así convencían a los africanos, mucho más que cualquier misionero hubiera podido hacerlo. Todos los africanos, con sus lenguas más diversas, se encontraron inmediatamente con un idioma que todos entendían. Ellos observaban y, como si fueran niños, aprendían con este método más de lo que hasta entonces habían asimilado de los muchos sermones predicados por los pastores de las diferentes sectas protestantes”.

1

. Calendario de Mariannhill de 1891, pp. 57 y 59. . Nomeolvides, vol. 8 (1890): 23, p. 97.

2

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La actividad misionera no consiste sólo en predicar la conversión sino también en la educación, la capacitación y el desarrollo. Si el ser humano debe encontrar y experimentar a Dios, es preciso que aprenda a poner en práctica y hacer fecundos, como hijo de Dios, los dones maravillosos que Dios le ha dado, llegando a ser en verdad un hombre nuevo. Escribe el Abad: “En publicaciones anteriores del Nomeolvides y del Calendario de Mariannhill hemos hablado repetidas veces del problema de las escuelas en general y en particular de las escuelas de la misión en el Natal. Y cada vez que lo hemos hecho, hemos subrayado que, para educar a la juventud africana, la educación en la escuela tiene que ir acompañada de la formación profesional y del trabajo manual… Nuestro método de educación se propone hacer de nuestros jóvenes unos profesionales competentes y unas amas de casa laboriosas”.3 El Abad Francisco se alegró de que el Gobernador del Natal estaba a favor de abrir escuelas de formación profesional y

3

. Nomeolvides, vol. 10 (1892): 23, pp. 25-27. . Ibidem. 5 . Nomeolvides, vol. 10 (1892): 8, pp. 29-30. 4

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escribe: “Nuestras escuelas son esencialmente escuelas de formación profesional en un sentido amplio… Nuestro propósito es enseñar a los africanos la dignidad del trabajo”.4 En el número siguiente de esta publicación el Abad Francisco continúa su razonamiento y trata de demostrar que va a ser muy difícil para las escuelas profesionales gubernamentales tener éxito porque sus jóvenes van a ser educados en el “vacío” y, por ello, no sabrán situarse responsablemente en la sociedad. Afirma el Abad: “El gobierno no está capacitado para llevar a cargo esta tarea. Cualquier escuela donde no se imparta formación religiosa a sus alumnos es una monstruosidad. Quien quiera educar estos pueblos para que lleven una vida civilizada tiene que hacerlos primero cristianos, para que tengan un fundamento firme y para que se les pueda influir en profundidad. Sólo mediante una formación religiosa se puede poner el fundamento de lo espiritual. No se puede lograr esto con la mera legislación”.5 (Continuará)

“Dios existe y yo me lo encontré”

© Ordo-sancti-marci.blogspot.com

ANDRÉ FROSSARD

André Frossard nació en Francia en 1915. Su padre, Ludovic-Oscar Frossard, fue diputado, ministro durante la III República y primer secretario general del Partido Comunista Francés. Frossard fue educado en un ateísmo total. Encontró la fe a los veinte años, de un modo sorprendente, en una capilla del Barrio Latino, en la que entró ateo y salió minutos más tarde, "católico, apostólico y romano". Frossard escribió el libro de su conversión: “Dios existe. Yo me lo encontré”, que mereció en 1969 el Gran Premio de la literatura católica en Francia, y que se convertiría en un best-seller mundial. En 1985 fue elegido miembro de la Academia y trabajó en la Comisión del Diccionario. Murió en París en 1995, a los 80 años de edad, tras haber sido uno de los intelectuales católicos franceses más influyentes de su país en el pasado siglo XX. Ofrecemos a nuestros lectores algunas de sus confesiones. FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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"Éramos ateos perfectos, de esos que ni se preguntan

por su ateísmo. Los últimos militantes anticlericales que todavía predicaban contra la religión en las reuniones públicas nos parecían patéticos y un poco ridículos, exactamente igual que lo serían unos historiadores esforzándose por refutar la fábula de Caperucita roja. Su celo no hacía más que prolongar en vano un debate cerrado mucho tiempo atrás por la razón. Pues el ateísmo perfecto no era ya el que negaba la existencia de Dios, sino aquel que ni siquiera se planteaba el problema…. Dios no existía. Su imagen o las que evocan su existencia no figuraban en parte alguna de nuestra casa. Nadie nos hablaba de Él…. No había Dios. El cielo estaba vacío; la tierra era una combinación de elementos químicos reunidos en formas caprichosas por el juego de las atracciones y de las repulsiones naturales. Pronto nos entregaría sus últimos secretos, entre los que no estaba en absoluto Dios”.

“¿Necesito decir que no estaba bautizado? Según el uso de los medios avanzados, mis padres habían decidido, de común acuerdo, que yo escogería mi religión a los veinte años, si contra toda espera razonable consideraba bueno tener una. Era una decisión sin cálculo que presentaba todas las apariencias de imparcialidad. ¿A los veinte años quiere creer? Que crea. De hecho, es una edad impaciente y tumultuosa en la que los que han sido educados en la fe acaban corrientemente por perderla antes de volverla a encontrar, treinta o cuarenta años más tarde, como una amiga de la infancia... Los que no la han recibido en la cuna tienen pocas oportunidades de encontrarla al entrar en el cuartel”.

“Mi padre era

el secretario general del partido socialista. Yo dormía en la habitación que, durante el día, servía a mi padre de despacho, frente a un retrato de Karl Marx, bajo un retrato a pluma de Jules Guesde (socialista que colaboró en la redacción del programa colectivista revolucionario) y una fotografía de Jaurès…. Karl Marx me fascinaba. Era un león, una esfinge, una erupción solar. Karl Marx escapaba al tiempo. Había en él algo de indestructible, que era, transformada en piedra, la certidumbre de que tenía razón. Ese bloque de dialéctica compacta velaba mi sueño de niño”.

“El domingo era el día del Señor para los lutera-

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nos, que a veces iban al templo, y para los pietistas, que se reunían en pequeños grupos bajo la mirada, falta de comprensión, de otros. Para nosotros era el día del aseo general, en el agua corriente del arroyo truchero, después del cual mi abuelo me friccionaba la cabeza con un cocimiento de manzanilla... En Navidad, las campanas de los pueblos cercanos, que no encontraban eco entre nosotros, extendían como un manto de ceremonia sobre la campiña FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

muerta. Nosotros también nos poníamos nuestros trajes domingueros para ir a ninguna parte… Almorzábamos en la mejor habitación, sobre el blanco mantel de los días señalados… Pero ni el moscatel de Alsacia, ni la cerveza, ni la frambuesa, volvían a la familia más habladora. La comida, más rica que de costumbre, y el abeto, completamente barbudo de guirnaldas plateadas, nada conmemoraban. Era una Navidad sin recuerdos religiosos, una Navidad amnésica que conmemoraba la fiesta de nadie”.

“Entre las izquierdas la política se consideraba como la más

alta actividad del espíritu, el más hermoso de los oficios, después del de médico, sin embargo. A ella debían mis padres, por otra parte, el haberse encontrado. Mi madre de espíritu curioso, había escuchado a mi padre hablar del socialismo ante un auditorio obrero, con la fogosidad de sus veinticinco años, una inteligencia combativa, una voz admirable. Desde aquel día, ella le siguió de reunión en reunión, por amor al socialismo, hasta la alcaldía. Cuando me contaba esa historia, yo no comprendía gran cosa. Para mí, mis padres eran mis padres desde siempre y no imaginaba que hubiesen podido no serlo en un momento dado de su existencia. La honestidad, la natural decencia de su vida en común, me habían dado del matrimonio la idea de una cosa que no podía deshacerse y que, al no tener fin, no había tenido comienzo… Mi madre vendía al pregón el periódico de la Federación Socialista, completamente redactado por mi padre, entonces maestro destituido por amaños revolucionarios y reducido a la miseria. Pero la política llenaba la vida de mi padre”.

“Rechazábamos todo

lo que venía del catolicismo, con una señalada excepción para la persona -humana- de Jesucristo, hacia quien los antiguos del partido mantenían (con bastante parquedad, a decir verdad) una especie de sentimiento de origen moral y de destino poético. No éramos de los suyos, pero él habría podido ser de los nuestros por su amor a los pobres, su severidad con respeto a los poderosos, y sobre todo por el hecho de que había sido la víctima de los sacerdotes, en todo caso de los situados más alto, el ajusticiado por el poder y por su aparato de represión".

"Sobrenaturalmente, sé la verdad sobre la más

disputada de las causas y el más antiguo de los procesos: Dios existe. Yo me lo encontré… Me lo encontré fortuitamente -diría que por casualidad si el azar cupiese en esta especie de aventura-, con el asombro de paseante que, al doblar una calle de París, viese, en vez de la plaza o de la encrucijada habituales, una mar que batiese los pies de los edificios y se extendiese ante él hasta el infinito… Fue un momento de estupor que dura todavía. Nunca me he acostumbrado a la existencia de Dios. Habiendo entrado, a las cinco FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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y diez de la tarde, en una capilla del Barrio Latino en busca de un amigo, salí a las cinco y cuarto en compañía de una amistad que no era de la tierra… Habiendo entrado allí escéptico y ateo de extrema izquierda, y aún más que escéptico y todavía más que ateo, indiferente y ocupado en cosas muy distintas a un Dios que ni siquiera tenía intención de negar -hasta tal punto me parecía haber pasado, desde hacía mucho tiempo, a la cuenta de pérdidas y ganancias de la inquietud y de la ignorancia humanas-, volví a salir, algunos minutos más tarde, católico, apostólico, romano, llevado, alzado, recogido y arrollado por la ola de una alegría inagotable… Al entrar tenía veinte años. Al salir, era un niño, listo para el bautismo, y que miraba entorno a sí, con los ojos desorbitados, ese cielo habitado, esa ciudad que no se sabía suspendida en los aires, esos seres a pleno sol que parecían caminar en la oscuridad, sin ver el inmenso desgarrón que acababa de hacerse en el toldo del mundo. Mis sentimientos, mis paisajes interiores, las construcciones intelectuales en las que me había repantingado, ya no existían; mis propias costumbres habían desaparecido y mis gustos estaban cambiados”.

“No me oculto

lo que una conversión de esta clase, por su carácter improvisado, puede tener de chocante, e incluso de inadmisible, para los espíritus contemporáneos que prefieren los encaminamientos intelectuales a los flechazos místicos y que aprecian cada vez menos las intervenciones de lo divino en la vida cotidiana. Sin embargo, por deseoso que esté de alinearme con el espíritu de mi tiempo, no puedo sugerir los hitos de una elaboración lenta donde ha habido una brusca transformación; no puedo dar las razones psicológicas, inmediatas o lejanas, de esa mutación, porque esas razones no existen; me es imposible describir la senda que me ha conducido a la fe, porque me encontraba en cualquier otro camino y pensaba en cualquier otra cosa cuando caí en una especie de emboscada: no cuento cómo he llegado al catolicismo, sino cómo no iba a él y me lo encontré… Nada me preparaba a lo que me ha sucedido: también la caridad divina tiene sus actos gratuitos. Y si, a menudo, me resigno a hablar en primera persona, es porque está claro para mí, como quisiera que estuviese enseguida para vosotros, que no he desempeñado papel alguno en mi propia conversión”.

“Ese acontecimiento iba a operar en mí una revolución

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tan extraordinaria, cambiando en un instante mi manera de ser, de ver, de sentir, transformando tan radicalmente mi carácter y haciéndome hablar un lenguaje tan insólito que mi familia se alarmó… Se creyó oportuno, suponiéndome hechizado, hacerme examinar por un médico amigo, ateo y buen socialista. Después de conversar conmigo sosegadamente y de inteFAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

rrogarme indirectamente, pudo comunicar a mi padre sus conclusiones: era la ‘gracia’, dijo, un efecto de la ‘gracia’ y nada más. No había por qué inquietarse… Hablaba de la ‘gracia’ como de una enfermedad extraña, que presentaba tales y cuales síntomas fácilmente reconocibles. ¿Era una enfermedad grave? No. La fe no atacaba a la razón. ¿Había un remedio? No. La enfermedad evolucionaba por sí misma hacia la curación. Esas crisis de misticismo, a la edad en que yo había sido atacado, duraban generalmente dos años y no dejaban ni lesión, ni huellas. No había más que tener paciencia… Se me toleraría mi capricho religioso a condición de que fuese discreto, como lo serían conmigo. Se me rogó que me abstuviese de todo proselitismo en relación con mi hermana menor. Ella se convertiría a pesar de todo al catolicismo, y mi madre también, bastantes años después de ella". André Frossard

© somos.vicencianos.org

NUEVAS CONSTITUCIONES DE MARIANNHILL Después del Concilio Vaticano II nuestra Congregación acometió una radical revisión de sus Constituciones, que fueron aprobadas por la Santa Sede en Febrero de 1987. En la medida en que iban pasando los años se fue viendo la necesidad de realizar otra nueva revisión. El Capítulo General del 2010 aprobó el texto final de esta revisión. Las nuevas Constituciones, así resultantes, fueron aprobadas por la Santa Sede en Enero del 2011. Nuestro Superior General decretó la promulgación de las mismas el 24 de Mayo del 2011, aniversario de la muerte del Abad Francisco Pfanner, Fundador de Mariannhill, entrando en vigor el pasado 23 de Octubre del 2011, Domingo de las Misiones. Esta última revisión de nuestras Constituciones se ha realizado en base a cinco criterios fundamentales: 1. Fidelidad a nuestra misión, en cuanto Congregación ad gentes; 2. Desarrollo de nuestra dimensión comunitaria; 3. Revisión de nuestras esctructuras para conseguir una gobernanza más ágil; 4. Incorporación de nuevas directrices sobre la formación y sobre nuestros recursos económicos al servicio de la misión; 5. Integración fiel de lo que constituye la identidad carismática de Mariannhill. Nosotros, los Misioneros de Mariannhill, provenimos del Monasterio Trapense de Mariannhill, fundado en África del Sur el 26 de Diciembre de 1882 por el Prior Francisco Pfanner, quien vino a ser en 1885 el primer abad del mismo. Por un decreto del 2 de Febrero de 1909, la Santa Sede separó de la Orden Trapense dicho Monasterio, preparando así el camino para su transformación en una nueva comunidad misionera independiente: La Congregación de los Misioneros de Mariannhill (CMM). Este proceso concluyó oficialmente el 21 de Marzo de 1936. El Monasterio de Mariannhill en África del Sur, lugar de nuestra fundación, sigue siendo el centro y el hogar de nuestra Congregación.

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Consideramos al Abad Francisco como el padre de nuestra vida espiritual y apostólica. Pero él no actuó en solitario: ni Mariannhill ni nuestra Congregación habrían visto la luz sin su comunidad y sin el estímulo y el apoyo de sus amigos y bienhechores. Hay que situar, por tanto, nuestra experiencia de fundación en la vida y en el apostolado de los Trapenses de Mariannhill, guiados por su líder carismático. La tensión dinámica entre los ideales de la vida monástica contemplativa y del apostolado misionero activo llevó finalmente a la separación del Monasterio de Mariannhill de la Orden Trapense. Así, uno de los rasgos más significativos de nuestros orígenes es la experiencia de transición que tuvieron que vivir nuestros antepasados, a quienes se les exigió una progresiva separación del modo de vida que algunos de ellos venían llevando durante muchos años. En todo ese proceso de transformación mantuvieron y vivieron el ideal de ser una comunidad religiosa que evangeliza: contemplativos en la acción. Por tanto, es posible encontrar el despliegue de nuestra identidad en ese acontecimiento originario de “muerte y nacimiento", "pérdida y ganancia", "separación y continuación", "rebelión y obediencia", "planes humanos y designio de Dios", en definitiva, "Cruz y Resurrección". Así como nuestros antepasados cambiaron su modo de vida, movidos por las necesidades misioneras apremiantes y urgidos por los signos de los tiempos, de igual manera nosotros aceptamos el reto de buscar nuevos caminos, siguiendo el valeroso ejemplo del Abad Francisco. Siempre tenemos que estar abiertos a los desafíos que se dan dentro de nuestra misma Congregación, así como en la Iglesia y en el mundo. Algunos aspectos de la herencia del Abad Francisco se han convertido para nosotros hoy en desafíos especiales. A saber: que somos una comunidad de hermanos y sacerdotes; que vivimos, rezamos y trabajamos en comunidad; y que nos vemos como misioneros contemplativos. La búsqueda de nuestra identidad es también un continuo desafío, por lo que nunca podemos dejar de buscarla y de vivirla más profundamente. La urgencia de la evangelización misionera, a la que el Abad Francisco y sus hermanos y hermanas respondieron tan generosamente, no ha disminuido, sino que sigue dándose también en nuestro tiempo. El número de aquellos que aún no creen en Cristo o que han dejado de creer en Él está en continuo aumento. Por tanto, en línea con nuestra misión, nosotros, como Misioneros de Mariannhill, renovamos constantemente nuestro compromiso de anunciar a Cristo a todos los pueblos. The Observer FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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FOTO: JOSÉ FRANCISCO FLORES ZAMBRANO CMM

CAL E N DAR I O P R OP I O

DE MARIANNHILL La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos aprobó el pasado 14 de Noviembre de 2011 el Calendario Litúrgico Propio de la Congregación de los Misioneros de Mariannhill (cfr. Prot. N. 272/11/L). No aparecen en la lista aprobada las solemnidades de San José (19 de Marzo) y del Sagrado Corazón de Jesús (Viernes posterior al segundo domingo después de Pentecostés), porque, aunque sean especialmente significativas para nosotros como misioneros de Mariannhill, forman parte ya del Calendario General Romano con máximo rango litúrgico. Y, como es lógico, tampoco aparecen otras conmemoraciones propias de Mariannhill, porque no tienen rango litúrgico. Os ofrecemos ahora lo que sería el Calendario de celebraciones propias de Mariannhill, tanto litúrgicas como no litúrgicas, para que os podáis unir con nosotros en esos días y, así, se estrechen aún más los vínculos entre todos los que formamos la Familia Mariannhill.

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FEBRERO 2: La Presentación del Señor, Solemnidad principal de la Congregación (Solemnidad). MARZO 2: Conmemoración de la muerte del Venerable Siervo de Dios, P. Engelmar Hubert Unzeitig CMM, muerto en el Campo de Concentración de Dachau.

19: San José, Esposo de la Virgen María (Solemnidad). MAYO 24: Conmemoración de la muerte del Siervo de Dios, Abad Francisco Pfanner, Fundador de Mariannhill.

Viernes posterior al segundo domingo después de Pentecostés: El Sagrado Corazón de Jesús (Solemnidad). JULIO 1: La Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo (Fiesta). 11: San Benito, Abad (Fiesta). 26: Santa Ana, Madre de la Virgen María, Copatrona de la Congregación (Fiesta). 27: San Joaquín, Padre de la Virgen María (Memoria Opcional). SEPTIEMBRE 8: La Natividad de la Santísima Virgen María, Patrona de la Congregación (Fiesta). OCTUBRE 1: Santa Teresa del Niño Jesús, Virgen, Patrona de las Misiones (Fiesta). DICIEMBRE 3: San Francisco Javier, Presbítero, Patrono de las Misiones (Fiesta).

5: Conmemoración de todos los misioneros de Mariannhill, que perdieron la vida de manera violenta en el ejercicio de su servicio misionero. FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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FOTO: ARCHIVO CMM / ESPAÑA

Tras 25 años en la Diócesis de León…

Casa de Mariannhill en Carbajal de la Legua (León)

Mariannhill

dice adiós Fue en Agosto de 1987 cuando Mariannhill llegó a la Diócesis de León, estableciendo su comunidad en la parroquia de Carbajal de la Legua. Han transcurrido veinticinco años desde entonces y diversas circunstancias nos han llevado a tener que cerrar dicha comunidad, poniendo así fin a nuestra presencia en la Diócesis. Se cumple de esta manera lo que dice la Escritura: “Hay tiempo de plantar y tiempo de arrancar… Hay tiempo de abrazarse y tiempo de separarse”. (Qo 3, 2b y 5b)

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Al igual que llegamos, llamando a la puerta y pidiendo permiso para entrar, así ahora queremos marchar, despidiéndonos y diciendo adiós tanto a la comunidad diocesana como a la sociedad leonesa. No podemos olvidar a todos los amigos y bienhechores de la Familia Mariannhill, que viven en esas tierras y a los que seguimos unidos en la oración y en la común vocación misionera. Si a lo largo de estos años algún bien hicimos, a Dios se lo tenemos que agradecer y también a la buena gente que nos ayudó a ello. Por el mal que con seguridad cometimos, pedimos perdón a Dios y a todos los que ofendimos. La Virgen María, a la que el pueblo leonés invoca con el entrañable título de Ntra. Sra. del Camino, sigue velando los pasos del camino común de todos, hasta que todos lleguemos allá, donde se nos está esperando y donde tenemos preparada una morada permanente.

FOTO: ARCHIVO CMM / ESPAÑA

P. Lino Herrero Prieto CMM Superior Provincial

Capilla de la Casa de Mariannhill en Carbajal de la Legua (León) FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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La

© galarzanoticias.com

oración de y por los sacerdotes El sacerdote es un cristiano, tomado por Dios mismo de entre los cristianos y puesto al servicio de los mismos (cfr. LG 32, 2). Revestido del poder mismo de Cristo, actúa en su nombre (cfr. LG. 10; 28; SC 33; PO 2,6). Cristo se sirve de las manos, los píes, la inteligencia y el corazón del sacerdote para seguir haciendo llegar a todos la gracia de su amor. Los sacerdotes están llamados a ser ministros de la Palabra de Dios, de los Sacramentos y del Pueblo de Dios. La naturaleza de su ministerio consiste en ser puentes y constructores de puentes entre Dios y los hombres.

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Y, entre los muchos servicios que está llamado a realizar en bien de los hombres, del sacerdote se espera que realice el servicio insustituible de hacer presente y actualizar el sacrificio de Cristo en la cruz (cfr. Juan Pablo II: Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, 29 y 52). Sólo el sacerdote tiene la potestad de actualizar este sacrificio. Sin el sacerdote no hay Eucaristía y sin Eucaristía no hay Iglesia, ya que la Iglesia nace y se mantiene de la Eucaristía (cfr. Ibid., 5). La Eucaristía, por tanto, es el centro de la vida y de la vocación del sacerdote. FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

La oración que el sacerdote hace llegar a Dios en la celebración de la Eucaristía se continúa luego a lo largo de las horas de su jornada, mediante el rezo de la Liturgia de las Horas. Se convierte así el sacerdote en el que ora e intercede ante Dios por las necesidades del Pueblo mismo de Dios. El Santo Cura de Ars decía que: “El sacerdote no es sacerdote para sí mismo; lo es para vosotros”. Por eso, cuando celebra la Eucaristía o reza la Liturgia de las Horas, lo hace siempre a favor de los hombres, dejando a un lado sus propias necesidades personales. Llamado a orar por las necesidades de los demás, el sacerdote, a su vez, necesita de la oración de los demás a fin de que Dios le atienda en sus propias necesidades. Cuando vemos pasar a un sacerdote podemos decir: “Allá va uno que ora por mí, para que no caiga en la tentación”. Pero ¿podrá el sacerdote decir lo mismo de cada uno de nosotros? ¿Rezamos por nuestros sacerdotes, a fin de que sean buenos, fieles y generosos? San Josemaría Escrivá decía: “No me digas que los amas, si no rezas por ellos”; y San Agustín afirmaba: “No creo mucho en tu amor hacia ellos, si no los encomiendas a Dios”. La fidelidad y santidad de los sacerdotes en su ministerio dependerá, por tanto, de nuestra oración por ellos. Así su vida ejemplar se convertirá en reclamo de nuevas vocaciones sacerdotales al servicio del Pueblo de Dios. Nadie niega que los sacerdotes pueden también cometer graves faltas contra su misma identidad sacerdotal, ocasionando así graves lesiones en el Pueblo de Dios, a ellos encomendado. Por estas faltas, algunos del Pueblo de Dios quedan escandalizados; otros se sienten tentados a apartarse de la Iglesia o a no adherirse a ella. Los mismos pecados de los sacerdotes nos recuerdan que debemos rezar por ellos, pues todos necesitamos que, por la fidelidad y santidad de los sacerdotes, no nos falten nunca la luz de la Palabra de Dios, que ellos nos predican; ni la gracia de los Sacramentos, que ellos nos celebran; ni la orientación de su ministerio, que ellos están llamados a ejercer en bien nuestro. Cada vez que oramos para que el Señor nos conceda en abundancia buenas y santas vocaciones sacerdotales y para que los sacerdotes se mantengan fieles en medio de las dificultades en el ejercicio de su ministerio, no deberíamos olvidar hacer también una oración de acción de gracias por la perseverancia y fidelidad de tantos sacerdotes del Señor, gracias a los cuales el Señor mismo sigue pastoreando a su pueblo. P. Muarrapaz Silva CMM Misionero de Mariannhill FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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Mariannhill Un Carisma Eclesial El carisma «Mariannhill», suscitado por el Espíritu Santo en la Iglesia a través del Siervo de Dios Abad Francisco Pfanner, está constituido por una espiritualidad y una misión.

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FOTO: JOSÉ FRANCISCO FLORES ZAMBRANO CMM FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

Nuestra espiritualidad tiene su centro en Cristo Redentor, quien por nuestra consagración religiosa ha venido a ser nuestro único bien (pobreza), nuestro único amor (castidad) y nuestro único Señor (obediencia). Vivimos esta consagración en comunidad. Son notas características de nuestra espiritualidad la oración al Corazón de Cristo por la salvación de todos los hombres; la celebración diaria de la Eucaristía para que la Sangre de Cristo siga lavando a la humanidad entera; y la devoción a María, Madre del Redentor y Madre de los redimidos. La fiesta de nuestra Congregación es el 2 de febrero, en que celebramos a María presentando a Jesús en el Templo como Luz de las naciones. Patronos y Protectores de la Congregación son: Santa Ana, San José, San Benito, San Francisco Javier y Santa Teresa del Niño Jesús. Nuestra misión es un servicio a la misión de la Iglesia y consiste en la evangelización de los pueblos que aún no creen en Cristo, promoviendo su liberación integral y la formación de las nuevas Iglesias locales. También forma parte de la misión de nuestra Congregación la animación misionera del Pueblo de Dios, la promoción y formación de vocaciones misioneras y el desarrollo de cauces para que el Pueblo de Dios colabore en la misión universal de la Iglesia con su oración, sacrificio y limosna.

Una Congregación Misionera Mariannhill es una Congregación religiosa y exclusivamente misionera, que nació el 2 de febrero de 1909, al decretar el Papa San Pío X la separación del Monasterio de Mariannhill de la Orden Trapense. Nuestra Congregación (CMM) es una comunidad internacional, integrada por sacerdotes y hermanos. Desarrollamos nuestra actividad misionera en Sudáfrica, Zimbabwe, Zambia, Mozambique, Kenia y Papúa-Nueva Guinea. También tenemos comunidades en Alemania, Austria, Suiza, Holanda, Italia, Polonia, Canadá, Estados Unidos y España, que se dedican a la Animación misionera del Pueblo de Dios y a la formación de jóvenes con vocación misionera. Colaboramos estrechamente con las Hermanas de la Preciosa Sangre (CPS), fundadas por el Abad Francisco Pfanner.

FOTO: JOSÉ FRANCISCO FLORES ZAMBRANO CMM

Una Familia Universal Niños, jóvenes, familias, enfermos nos ayudan en nuestra tarea misionera y forman con nosotros y las Hermanas de la Preciosa Sangre la Familia Mariannhill. Como familia no olvidamos a los que nos ayudan y por ellos cada día rezamos en nuestras comunidades y se ofrece una misa diaria en la Congregación. Como familia no olvidamos a los que nos ayudaron: nuestros difuntos. También cada día por ellos rezamos en nuestras comunidades y por su descanso eterno se ofrece una misa diaria en la Congregación. Como familia invitamos cordialmente a otros a formar parte nuestra. FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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Ven

a formar parte de nuestra Familia

FOTO: MIGUEL RUANO VACAS

• Siendo sacerdote o hermano misionero. • Rezando y ofreciendo sacrificios por las misiones y por vocaciones misioneras. • Ayudándonos a contactar con jóvenes que tengan inquietudes misioneras. • Suscribiéndote a la revista “Familia Mariannhill” y dándola a conocer. • Apoyando con tus donativos los proyectos de desarrollo y evangelización que llevan a cabo nuestros misioneros.

• Enviándonos intenciones de misa. • Ofreciendo herencias y legados. • Comprometiéndote a un objetivo concreto: Beca Futuro Misionero (2.000 € al año) Envío de 10 Kg. de ropa a nuestras misiones (50 €) Adquisición de la Biografía de nuestro Fundador (12 €) Adquisición del libro “La Cruz y sus caminos” (10 €)

F O R M A D E AY U D A TRANSFERENCIA: Cuenta corriente n.o 0019 4167 00 4010001660, BanCorreos [Deutsche Bank]: c/ Gran Vía, 25-29. 37001 Salamanca, a nombre de Misioneros de Mariannhill. GIRO POSTAL: Misioneros de Mariannhill • C/ Los Zúñiga, 2 • 37004 Salamanca Nombre y Apellidos Dirección

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Código Postal y Población..................................................................................................................................... Provincia........................................................................................................................................................................

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NUESTRA PÁGINA VOCACIONAL

N.o 54 “Las estructuras de gobierno en nuestra Congregación están para apoyar a cada hermano y a toda la comunidad en nuestro esfuerzo por vivir nuestra vocación religiosa y cumplir nuestra misión según nuestro carisma. Como miembros de esta comunidad y sin consideración de nuestra nacionalidad, cultura, educación o edad, somos todos iguales ante Dios nuestro Padre, que nos llama a cada uno de nosotros a servirle a Él y a su Iglesia en nuestra Congregación”. (Cons. CMM, 402) FOTO: ESTUDIO MIGUEL ÁNGEL

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a foto recoge el momento en que el Superior Provincial se dispone a dar el abrazo de la paz al joven misionero de Mariannhill, que acaba de hacer su profesión perpetua. Esta foto ilustra bien el número de las Constituciones de Mariannhill, que aparece citado junto a ella. Dicho número habla de la igualdad fundamental de todos los miembros de la Congregación, con independencia de la nacionalidad, cultura, educación, edad o del servicio/trabajo que cada uno desempeñe en el seno de la misma. ¿Dónde descansa tal igualdad? En que ha sido Dios Padre, quien nos ha llamado a todos los que formamos la Congregación a servirle a Él y a su Iglesia. Nadie, pues, es más que nadie y nadie está por encima de nadie. Los que ocupan puestos de gobierno en el seno de la Congregación no deben olvidar esa igualdad fundamental. El servicio que se espera de ellos consiste en apoyar a todos a la hora de vivir la común vocación y misión, según el carisma propio de Mariannhill. L.H. FAMILIA MARIANNHILL 164 Julio-Octubre 2012|3

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FOTO: DAVID FERNÁNDEZ DÍEZ CMM

“Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación”. Proverbio árabe

www.mariannhill.org