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CAMINOS PARA APROXIMARSE DESDE EL DOLOR A LA PLENITUD Y LA PAZ
EDUARDO ARAYA
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BREVES MENCIONES SOBRE ALGUNOS TEMAS RELEVANTES (Los temas y los tiempos están mezclados como en la vida real)
1 -El dolor 2 -El observar 3-El darse cuenta 4-Dolor emocional (caso práctico) 5-Dolor físico (caso práctico) 6-La ignorancia 7-La evolución universal 8-La conciencia de unidad, el Todo 9-La lucidez 10-La plenitud 11-Meditación 12-El apego 13-La búsqueda 14-La soledad 15-El silencio 16-El pensamiento 17-La mente 18-La libertad 19-El despertar 20-La paz 21-El ser 22-La desidentificación 23-Lo transpersonal
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El título de la Tesis da cuenta de una realidad dramática: los caminos para aproximarse desde el dolor a la plenitud y la paz. Esta debiera ser una posibilidad cierta para todos los seres humanos, en la medida que el dolor está presente en todos ellos, de una u otra manera, con mayor o menor intensidad. Y, muy pocos están conscientes de cómo éste se ha instalado y la presencia y repercusión que tiene en sus conductas y como condiciona las apreciaciones de la vida que tenemos. Pero no solo ello, también cómo el dolor “no trascendido” determina nuestra personalidad, obstaculizando la posibilidad de acercarnos y, a veces, alcanzar la felicidad Pero, todo esto no es así !!! Es más, creo que desgraciadamente es lo excepcional. Lo que quisiera muy brevemente y con mucha humildad, aunque sea ambicioso, es hacer una contribución, señalando una huella, una insinuación, una sugerencia modesta, a partir de mi experiencia personal, de cómo es posible hacer ese recorrido, habiendo tenido experiencias muy dolorosas y traumáticas; y, sin embargo, haber logrado un presente de cercanía a la plenitud y la paz.
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1-EL DOLOR
La experiencia del dolor en la vida es inevitable y solo podremos trascender sus efectos viviéndolo intensamente. Esto es así porque descubriremos, al penetrar en él, que vivimos en el “error” cometido al situarnos en la mente, en los pensamientos (ver 16 y 17) y no en la Realidad, que está más allá de ellos. De este cambio de perspectiva, de esta reubicación de la conciencia, surgirá la nueva dimensión de la vida, la que nos otorgará el bienestar por la “comprensión” de la realidad. O sea, el dolor, de ser una experiencia “negativa”, se transformará en un desafío y una extraordinaria oportunidad. El elemento fundamental es comenzar por vivir el duelo de la pérdida, en forma profunda y sin claudicaciones. De lo contrario el hecho doloroso estará en la “memoria” siempre “disponible”, cuando corresponda por las circunstancias, para hacerse presente y el dolor sea revivido, manifestándose de las más diversas formas: miedo, inseguridad, baja autoestima, entre otras.
2,3-OBSERVAR/DARSE CUENTA
Vivir el dolor de esa manera, además de permitir que afloren todas las reacciones emocionales propias de esas circunstancias, con el consiguiente alivio que significa hacerse cargo de lo ocurrido; posibilita el tomar conciencia de ellas y de su contenido. “Observar” y” darse cuenta” son dos actitudes fundamentales para aproximarnos a los porqué que subyacen a esa emoción. En pocas palabras hacerse cargo, acoger y abrazar esa sensación. Todo esto luchando contra la tendencia de evadir o ignorar esas expresiones dolorosas.
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4,5-DOLOR EMOCIONAL/DOLOR FISICO
Las vivencias de dolor profundo que he escogido para referirme a mi proceso de desarrollo y transformación son; una de carácter emocional y la otra de carácter físico. La primera es la muerte de mi madre cuando era muy pequeño, hecho que fue obviado por mis mayores, y nunca me lo comunicaron con la concreción que requiere un acontecimiento de esta naturaleza. Ello, para propiciar la realización del duelo, que aunque desgarrador, es indispensable, por todo lo dicho anteriormente. La incomprensión por lo ocurrido, que gradualmente y en forma solitaria fui descubriendo, fue desoladora. La sensación de abandono me acompañó y determinó por muchos años, o quizás, definitivamente. Por otro lado, la pérdida física que he mencionado como una circunstancia de dolor transformador, me ocurrió a los 60 años, cuando fui operado de un cáncer a la próstata, que me significó como consecuencia la pérdida de la potencia sexual (3 años). El mundo se me desmoronó. En un contexto machista de la vida, y con una importante dosis personal de narcisismo, enfrenté el “golpe” de forma dramática y desgarradora. Por ambas experiencias mi vida fue conmocionada dolorosamente. La búsqueda de una explicación cuando era niño y de un nuevo paradigma cuando era adulto, fueron mis primeras y urgentes reacciones. Ambas pérdidas eran irreparables y tocaban a dimensiones fundamentales de la vida. Perder la relación madre-hijo, emocionalmente me resultó casi insoportable. La protección, amor, cariño, consideración que se me sustrajo, la he sentido a “flor de piel”, durante tramos importantes de mi vida. La inseguridad esencial, la autoestima, los miedos, la incertidumbre, la desorientación, fueron aspectos de mi personalidad que los atribuyo al vacío imposible de llenar por esta pérdida. Estos acontecimientos traumáticos, en dos momentos distintos de mi vida, tuvieron obviamente características muy distintas. Un niño de 5 años no tiene recursos para comprender y enfrentar lo que ha ocurrido. Lo que necesita en apoyo psicológico y afectivo no estuvo. Esa carencia “marca” y deja huellas imborrables que permean ámbitos muy profundos y diversos. Por otro lado, a los 60 años perdí la condición viril, en forma sorpresiva. La primera reacción, que no sospechaba, porque lo insólito nunca se considera como posibilidad, es que creí que no era real y que, en todo caso, no me parecía aceptable ni tolerable. ¿Cómo se podía vivir sin esa condición? No tengo lenguaje para expresar la impotencia, frustración, desconsuelo y dolor profundo que me provocó esta mutilación. El desconcierto fue lacerante e inmovilizante.
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Desde luego la falta de “consciencia esencial”, entendida en el sentido más amplio y profundo, en el sentido transpersonal, de lo que estaba ocurriendo en ambos momentos, son el contexto en que transcurre mi vida, hasta que voy “entrando” en la nueva visión de las cosas.. He vivido mucho tiempo en una permanente angustia y confusión por la falta de una interpretación de la naturaleza de las cosas, por una falta de sentido de la vida, por la ausencia de una claridad respecto a quién soy auténticamente. La razón de la existencia, los por qué y para qué de ella, tomé conciencia que tenían como fundamento los dos instrumentos con que cuenta el ser humano para construir la interpretación del sentido y funcionamiento universo: los órganos de los sentidos y la mente. Este fundamento, estos cimientos, muy rápidamente me parecieron insuficientes y precarios. No me cabía en la mente que no fuera una verdad incuestionable que mas allá de los sentidos y nuestra mente no hubiera un contexto que estaba excluido por los instrumentos que estábamos utilizando para conocer la realidad Total.
6-IGNORANCIA
Además de lo anterior y esas razones, los valores de la cultura occidental, la educación, la historia personal y los condicionamientos genéticos terminaron por entregarme una muy reducida forma de ver la realidad. Mis circunstancias personales por lo tanto estaban siendo vividas, experienciadas bajo esa muy limitada mirada. Es decir estaba a merced de mi completa” ignorancia”, característica que ilustra de la mejor manera este momento de mi desarrollo personal y la consecuente ubicación en la escala evolutiva.
Como dice Sri Nisargadatta Maharaj “¿Y cuál es la raíz del dolor? La IGNORANCIA de sí mismo. ¿Cuál es la raíz del deseo? La necesidad de encontrarse a sí mismo. Toda la creación se esfuerza por encontrar su ser y no descansará hasta que vuelva a él “.
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7-EVOLUCION UNIVERSAL
Pero, el crecimiento no puede detenerse y por lo tanto el “universo” no cesa en su permanente expansión. Yo no he sido ajeno a este imparable despliegue del misterio que en forma ilimitada avanza hacia el despertar, que la sabiduría universal ha denominado de diversas maneras: Espíritu, Luz, Amor, Plenitud; y también estado transpersonal
8-CONCIENCIA DE UNIDAD, EL TODO
La” conciencia de unidad” es el último nivel de la escalera evolutiva. En él la conciencia más íntima del ser humano es idéntica a la realidad absoluta y fundamental del ser humano. A este nivel nos sentimos totalmente identificados con el Universo, con el “Todo”. La percepción de “separación”, de ser “uno” y no “lo otro” ha desaparecido. Yo soy el Universo. Esta separación es la que nos produce la sensación de abandono, de angustia y de soledad. Infructuosos han sido los intentos a través de los diferentes credos religiosos por apaciguar esta percepción. La urgencia de una solución al enigma de nuestra existencia siempre ha resultado insuficiente por tener un fundamento que surge de los únicos limitados instrumentos de los que supuestamente dependemos (mente y órganos de los sentidos). Cuando la discusión se pone muy dura, el recurso “inconsistente” de las religiones será la “gracia” o la ·”revelación” o la “fe”. Pero, resulta que somos la Totalidad, el Absoluto, Dios. Todos los dualismos se trascienden y toda individualidad se disuelve en una unicidad universal.
9-LA LUCIDEZ
El pensamiento no es lúcido (ver 1, 16 y 17). Va de un fragmento a otro fragmento. Así se consigue uno u otro aspecto de la realidad aislado de los otros. Pero, cuando se trata de
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ver el Absoluto, ver qué somos, ver qué es la vida, no nos servirá el camino del pensamiento. Solo con la “inteligencia” que soy podré descubrir la estructura del pensamiento. Y esa “lucidez” llega cuando el pensamiento es “comprendido” y no solo entendido (ver 1, 16 y 17).
10-LA PLENITUD
La “plenitud” que buscamos no está en el marco de la racionalidad que subyace a la estructura de nuestro pensamiento. Por lo tanto no será pensando que la lograremos ver (1, 9, 16 y 17) Será con una nueva ubicación de la conciencia, distinta de la que le hemos dado en la actualidad, que lograremos el despertar. Es otra lógica, otro contexto, otra perspectiva desde donde estamos mirando la realidad. Es la lucidez la que hace la diferencia que nos permite acceder a una nueva dimensión de la vida. No aparece en ella la angustia, el deseo, la envidia, el miedo, la tristeza, el aburrimiento. No aparece nada de aquello a lo que estamos acostumbrados. La posibilidad de entrar en una nueva perspectiva, en una nueva dimensión, de acceder a la Realidad está en la lucidez (ver 9). La tentación, o la tendencia, es quedarse en lo externo, en la superficie de las cosas y de esa manera me impido “observar”. “La observación” me libera del pensar que es lo que me impide ver la vida tal cual es. Aprender a “contemplar” es aprender a ver; y aprender a ver es descubrir lo que somos y, por lo tanto, es ser.
“El silencio” (ver 14,15) es una de las claves en el ”viaje interior”, y es una dimensión que desconocemos y evitamos. Hay una especie de temor o respeto porque nos parece desconocido, inabordable. El trasfondo es que intuimos que nos encontraremos con la realidad, pero no nos gusta o, más bien, no nos acomoda, por desconocida. Cuando la enfrentamos y la ”encontramos”, frente a frente, será el deleite, el gozo, que nos abrirá las puertas a un universo que es el “mar de fondo” de la serenidad, la sabiduría, la quietud y la paz. “La soledad” (ver 14,15), por otra parte, está muy asociada al silencio, aunque se puede estar solo y no en silencio; y, viviendo el silencio sin estar solos. La soledad tiene su propia dimensión. La soledad es nuestra condición esencial. Diría yo, con fuerza, que somos solos y que lo evitamos y/o matizamos de cualquier manera. Es en 8
soledad donde encontraremos la esencia de nosotros mismos y el sentido de la vida y la naturaleza de las cosas. Es un ámbito desconocido y por ello “temido”, del que desconfiamos hasta que nos familiarizamos con él. Hasta que nos atrevemos a enfrentarlo con apertura y temeridad. Cuando se elige la soledad y se decide mantenerse ahí, se podrán “ver” los pensamientos, lo que es una expresión de maduración y de aproximación a la libertad.. El ver el pensamiento (ver 1,9, 16 y 17) me permite reconocer que no soy el pensamiento y por lo tanto la emoción que provocan los pensamientos están bajo control. Si el pensamiento era triste, al verlo y reconocerlo como externo a mí, me he ahorrado una tristeza. Lo mismo vale para el miedo, la angustia, la preocupación, la envidia, el odio, etc.
11,12-LA MEDITACION / EL APEGO
Osho dice: “La meditación es una aventura; una aventura hacia lo desconocido, la mayor aventura que la mente humana pueda acometer. “La meditación consiste simplemente en ser; ser sin hacer nada, sin acción, sin pensamiento, sin emoción. Simplemente eres, y ello es puro gozo. ¿De dónde viene ese gozo si no están haciendo nada? “No viene de ninguna parte. O viene de todas partes. No tiene causa, ya que la existencia está hecha de esa sustancia llamada gozo
“La meditación” en el proceso de trascendencia y superación del dolor es un aporte fundamental cuando hemos logrado una experiencia continua y viva de estar presentes, vivenciando la dicha, la claridad y la paz ;y, lo más importante, en la completa ausencia del “apego”. La disminución del apego es señal de que se está volviendo uno más libre de sí mismo. Y cuanto más se experimente esa “libertad, más clara será la señal de que el ego, junto con las esperanzas y los temores que lo mantienen vivo, se está disolviendo, y más nos acercaremos a la sabiduría de la ausencia del ego. Cuando estemos instalados en ese escenario de sabiduría, ya no encontraremos ninguna barrera entre “yo” y “tú”, “esto” y “aquello”, “dentro” y “fuera”; habremos llegado a nuestro verdadero hogar, el estado de “no dualidad”.
Lo recuerdos de mi infancia son muy dispersos y me resulta sorprendente que la figura de mi madre no está en ninguna parte. No tengo una imagen de su rostro ni de alguna circunstancia vivida con ella. Sin duda ha operado con eficacia el mecanismo de defensa para evitar el dolor de esa pérdida inmensa. He vivido la ausencia como soledad, como
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tristeza, como carencia de algo sagrado. He sentido la falta de ternura, de aprecio y cariño, aunque lo he tenido, pero el que no ha estado presente es el de la madre perdida. La sensación de “sin sentido” se presenta muy temprano en mi vida. El desconcierto me abruma y me aterroriza. Tengo miedo y me siento solo, sin recursos para explicarme esta extraña circunstancia de estar vivo y sin saber ni porqué ni para qué. Es en esta confusión infantil cuando “la búsqueda”(ver 13) se comienza a vislumbrar como un derrotero que me conduzca a obtener una respuesta a la desolada realidad en que estoy sumido. Juego con mis hermanos, con amigos, pero no me olvido que hay una pregunta pendiente. Por fin aparece Dios, como recurso que todo lo explica, si uno tiene la voluntad de aferrarse a esa solución. Yo lo hago con desesperado entusiasmo y compromiso y me sirve por largos años. La muerte no alcanza a entrar en la solución de Dios. Mi terror a la muerte desborda la bondad de Dios, donde llegaré, dada mi absoluta y total entrega y sumisión a las exigencias que la religión me impone para obtener un espacio “a la diestra de Dios padre”. La muerte me acompaña día y noche, no la puedo olvidar ni cuando estoy “concentrado” en otras actividades. Siempre dentro de mí estoy recibiendo la advertencia fatídica que me recuerda que me voy a morir. Y no estoy preparado para semejante circunstancia. En verdad recién estoy abriendo los ojos a la vida…
13-LA BUSQUEDA
En medio de esta perturbadora circunstancia, o más bien después del climax de ella, la “búsqueda” de una explicación ahora se me presentó como el único gran objetivo al que debía consagrarme. Ahora sí estaba instalada, y para quedarse, la determinación de buscar un nuevo paradigma, que se hiciera cargo de la Realidad con mayúscula. La vida asumida de la manera funcional en que vive la mayoría de la humanidad me quedaba ahora claro que era una fantasía, una ilusión o un sueño. Había que trabajar duro por encontrar la verdadera naturaleza de las cosas. La condición de excesiva ingenuidad y el marcado carácter antromórfico de la religión católica fueron algunas de las razones que fueron cobrando fuerza en mí para producir un gradual pero irreversible alejamiento de mi observancia y fe en sus postulados. Más tarde ocuparían el lugar de la religión la comprometida militancia política y el estudio sistemático y entusiasta de la filosofía. 10
Muchos años estuve en esas actividades, las que finalmente terminaron por resultarme nuevas frustraciones en mi búsqueda de una consistente aproximación a la Realidad y desde allí darle un verdadero sentido a mi vida.
A los 60 años me detectaron un cáncer a la próstata que requería de una intervención quirúrgica con extracción total del órgano afectado. Nada se me advirtió de las consecuencias posibles que esta operación podía producir (impotencia sexual). Ocurrió lo que como posibilidad no se me advirtió. Mi primera reacción fue adolorida, desgarrada, visceral y desquiciada. Increpé al cirujano, quién me respondió que él había intervenido para extirpar el cáncer sin consideraciones de otras consecuencias. Sentí y se lo dije, que no me interesaba vivir con las limitaciones que me imponía la nueva situación. Caí en una honda y larga depresión.
14,15-SOLEDAD Y SILENCIO
Luego y gradualmente fui saliendo de ese estado y me encontré con la soledad y el silencio. (ver 10 ) En esta nueva dimensión continué el “viaje interior”. El dolor sería un desafío y una oportunidad. Esta vez no me lo perdería… Al adentrarme en el “silencio” que exigía el viaje interior, se fue desvaneciendo la visión relativa de las cosas; y, es entonces, cuando descubrí la presencia de lo uno, la unidad de la conciencia ver 8). Este momento marca el ”CLICK” del cambio total en mi vida, del diagnóstico de la realidad. Se produjo la recontextualización de todo lo que me había ocurrido. Se “hizo la luz”, como dice el Génesis (“Hágase la Luz, y la Luz se hizo”). Ahora claramente me aproximaba a la comprensión de todo, porque el TODO estaba ahí y yo era parte de él. Esta ha sido una sensación reiterada, breve, intermitente, pero un verdadero sello de lo que ha sido mi vida a partir de ese momento. También es desde el silencio que accedemos a la distinción del mundo dual y no-dual. Siendo la percepción dual del mundo la manera de ver en forma relativa al Absoluto del que somos parte. De sentirnos fuera de la Realidad pasamos a formar parte de ella. La conciencia dual la REALIDAD. Aprender a escuchar el silencio es aprender a ser y vivir con autenticidad. Sólo lo auténtico es bello, por lo que la vida vivida desde la contemplación silenciosa de lo real es expresión espontánea de la belleza, la que habitualmente está oculta tras las inquietudes que forman el ruido de lo psicológico. 11
La realidad cotidiana es como un tapiz visto por el revés. Por ese lado no se puede ver el sentido, sino sólo un montón de hilos. No estamos viendo lo que representa el tapiz: la belleza inmensa de la vida, el sentido unitario que la vida tiene no lo contemplamos porque vemos todo al revés, pasado por el ruido del pensamiento. Cuando entendemos la realidad así, no nos debe sorprender que nos sintamos mal, que a veces estemos deprimidos, exaltados, aburridos, tristes, agresivos. No es de extrañar que esto suceda, ya que estamos creyendo en una falsa realidad. Es difícil aceptar esto. Es necesario intuirlo, de otra manera ¿cómo podría entenderlo “el pensamiento”? cómo podemos decirle al pensamiento que toda la interpretación de la realidad que fabrica es falsa sin que proteste? La actitud inteligente de la persona que ama a la verdad es preguntarse: Si hay una inquietud, una insatisfacción en mi vida, si hay una ansiedad que pueda derivar en estrés o puede derivar en depresión, ¿porqué no miro a qué se debe? En vez de querer taparla o disimularla ante los demás o ante mí mismo, ¿por qué no la miro? Podrá tener distintos matices en cada una de las personas, pero siempre se deberá a que me he alejado de la verdad, que no estoy siendo, expresando o manifestando mi verdadera naturaleza, que no vivo de una manera auténtica. El conjunto de miedos y deseos forman un grupo común porque desear y temer es lo mismo; están ocasionados por una carencia, porque algo nos falta. Siempre imagino que esa carencia la va a llenar alguna cosa. Y si veo a lo largo de la vida que voy adquiriendo cosas, situaciones, pareja, una casa, un trabajo, viajes y sin embargo sigue el malestar, la inquietud.
16,17- EL PENSAMIENTO / LA MENTE
Lo opuesto a ese camino es simplemente preguntarnos por qué existe esa inquietud. “Es el pensamiento” (ver 1) quien nos ha influido porque lo tomamos por la verdad. Deberíamos mirar los pensamientos, con cuidado, dejar que la inteligencia los vaya viendo. Quedarnos en silencio, en soledad de cuando en cuando y mirar todo lo que va pasando por la mente. Solo entonces sabríamos de qué está hecho el pensamiento y no lo tomaríamos en serio. El pensamiento es un fantasma, una sombra de la verdadera luz; no es nada y nos estamos dejando mover por esa nada. Pensar se ha vuelto una enfermedad; y, “la mente”, siendo un instrumento magnífico, deja de serlo si no se usa correctamente. Y lo que ocurre en verdad es que no la utilizamos sino que ella nos utiliza a nosotros. La enfermedad es creemos ser la mente. Nos sentimos identificados con ella.
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18-LA LIBERTAD
El comienzo de la “libertad” ocurre cuando comprendemos que no somos la mente y somos capaces de “observar” al que piensa. En ese instante hemos logrado un nivel más alto de conciencia. Hemos descubierto que hay un inmenso reino de la inteligencia, más allá del pensamiento y que el pensamiento es solo un aspecto de esa inteligencia. También habremos descubierto que lo que importa verdaderamente son la belleza, el amor, la alegría, la paz interior, todas las cuales surgen de un lugar más allá de la mente.
19,20,21-EL DESPERTAR / LA PAZ / EL SER
¡¡¡Hemos comenzado a “despertar” !!!. Es importante estar atentos a cuando escuchamos un pensamiento, ya que no solo somos conscientes del pensamiento sino que somos testigos de él. El pensamiento pierde su poder sobre nosotros y ya no nos identificamos con él. Al perder esa identidad habrá momentos sin pensamientos que nos darán quietud y “paz”. Ese es el comienzo de nuestro estado natural de percepción de la unidad con “el Ser”.
22-LE DESIDENTIFICACION DEL CUERPO Y DE LA MENTE
Por otro lado la “identificación con el cuerpo” es una de las formas más básicas del ego; pero, por otro lado es también la más fácil de trascender. Esto no se logra haciendo un esfuerzo por convencernos de que no somos cuerpo, sino dejando de prestar atención a la forma corporal externa y a las formas mentales del cuerpo (bello, fuerte, fuerte, débil, gordo) para centrar la atención en la sensación de vida que lo anima. Independientemente de la apariencia externa del cuerpo, más allá de la forma exterior hay un campo de energía intensamente vivo. Lo que se llama el “cuerpo interior” no es realmente cuerpo sino energía vital, el puente entre la forma y lo informe. Es casi como una paradoja: al estar en contacto con el cuerpo interior “deja uno de identificarse con el cuerpo y con la mente”. Quiere decir que ya no nos identificamos con la forma sino que nos apartamos de esa identificación hacia lo informe, para identificarnos con el Ser. Esa es nuestra identidad esencial.
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Hay una afirmación cuyo autor no tengo presente que dice que el percibidor y lo percibido son entidades diferentes. En cuanto percibimos el cuerpo y la mente es que no somos ni lo uno ni lo otro, sino LO QUE ES. Ramesh Balsekar en uno de sus libros nos dice algo que me parece interesante, sugerente, difícil de “comprender”, pero de la mayor profundidad: “¿Quién busca qué?”. La ciencia nos dice que el “quién” no existe salvo como un patrón de energía vívida que vibra a una velocidad increíble en un patrón determinado. Entonces el “quien” se desvanece. El “qué” no es algo que se pueda percibir con ninguno de nuestros sentidos, de modo que también, se desvanece. Sin apoyo alguno del “quién” y del “qué”, ¡la búsqueda también se desvanece !. La búsqueda desaparece en esa nada, en ese silencio nouménico puro, donde no hay buscador, ni búsqueda, ni nada que buscar.” Transcribiré un texto de Sri Nisargadatta Maharaj, de su libro Semillas de Conciencia, que me parece extraordinariamente lúcido y esclarecedor para el tema materia de este trabajo. El texto está formulado como un diálogo entre Nisargadatta Maharaj (Mah) y un Interlocutor (Int): “Nisargadatta: Una persona puede tener el intelecto más brillante que exista; con la ayuda de ese intelecto, podrá recoger toda la información asequible sobre el mundo, pero todo eso será inútil, pues la base es falsa. Después de escuchar el significado de estas palabras, ¿ha alcanzado Ud. su estado original? Int.: No. Mah.: Es debido a su identificación con su cuerpo-mente y al orgullo de él. Int.: ¿Por qué vemos un mundo? ¿Por qué nuestra visión es falsa? Mah.:Al hacer esta pregunta, ¿es consciente de usted mismo, o se identifica con su cuerpo? Int.: Sí, me identifico. Mah.: Abandone esa idea. Int.: ¿Cómo puedo hacerlo? Mah.: A decir verdad, no hay nada que abandonar. Ud. tiene un nombre, piensa que es ese nombre, pero no lo es. Int.: ¿Cuál es la función del nombre? ¿De mi cuerpo? ¿De mi personalidad? Mah.: Usted no tiene personalidad. ¡Ella no existe más que en su mente! Int.: Pero tengo una mente y mi mente me dice que tengo una personalidad. ¿Qué puedo hacer? 14
Mah.: No es la mente sino el soplo vital el que le hace sentirse una personalidad separada. La fuerza vital suscita los pensamientos, sin ella no hay ninguna mente. El soplo vital suscita los pensamientos en el mundo y Ud. no hace mas que observarlos. Mientras se identifique con el cuerpo-mente este tema estará más allá de su comprensión. Debe ir más allá de la mente. Debe meditar sobre esto: usted no es el cuerpo. Int.: Pienso en ello todo el tiempo, pero en vano, no avanzo. Mah.: Continúe ejerciendo su facultad de reflexión y de discriminación (discernimiento). Cuando el cuerpo muere no es usted quién muere. Int.: Ese “usted” debe ser una parte de mí mismo que no conozco. Conozco mi cuerpo, mi nombre, mi personalidad. Eso es todo lo que conozco. Mah.: Siga pensando sobre ello. Lea al respecto y reflexione “
A estas alturas, hechas todas las consideraciones anteriores, el niño que perdió a su madre y el adulto que perdió su potencia sexual, han quedado en un contexto completamente distinto. Yo he reflexionado muy profundamente sobre todas las afirmaciones aquí formuladas. Hay muchas más que enriquecerían lo que se propone en este trabajo, pero sería de nunca acabar... He meditado por años y he logrado efectivamente desprenderme de algunas de las condicionantes psicológicas que han determinado mis circunstancias personales, dos de las cuales han sido explicitadas aquí, genéricamente. Ha cambiado y sigue cambiando el sentido de mi vida. He logrado algunas veces y por espacios de tiempo diferentes, desidentificarme del cuerpo y de la mente y con ello sentirme parte de la Totalidad. He logrado acercarme a la la “vacuidad” llena de contenido. Este es el “vacío con conciencia”, que me ha proporcionado la quietud y la cercanía a la felicidad.
23-LO TRANSPERSONAL
La terapia transpersonal, en cuanto “astronomía” del Ser, está en las mejores condiciones para acompañar en este viaje exigente, el que a mí me ha hecho “buscar” con fruición, y como consecuencia de ello, crecer y madurar.
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He debido ampliar la conciencia y abrir la mente de una manera insospechada al momento de hacerme cargo de los dos hechos de mi vida que me “sobrepasaron”, y que son el “pretexto” de este trabajo. La consecuencia final es haber aprendido, por haber “comprendido”, a vivir con plenitud y en paz. Lo transpersonal pone un acento muy marcado en el poder transformador de algo tan sencillo y a la vez tan poderoso como el hecho de hacerse consciente. Otro tanto ocurre respecto a la tremenda acción transformadora que conlleva el “darse cuenta”. De todo esto hemos hablado abundantemente en las páginas precedentes y me parece constituyen líneas de acción terapéutica con un evidente enfoque transpersonal, característica que debía poseer este trabajo de fin de curso. Me ha parecido interesante por la claridad y lúcida síntesis, agregar dos textos referidos a la psicología transpersonal. El primero es una aseveración de William James que dice: “No me cabe la menor duda de que la mayoría de las personas viven, sea física, intelectual o moralmente, en un círculo muy restringido de la potencialidad de su ser. Sólo se valen de una porción muy pequeña de su conciencia posible…como si un hombre, de todo su organismo corporal, se habituase a usar y mover sólo el dedo meñique…Todos tenemos, para recurrir a ellas, reservas de vida con las que ni siquiera soñamos” Me parece que además de premonitoria la aseveración de William James, es una advertencia muy aguda a la soberbia y pretenciosa idea de quienes sostienen y defienden valores absolutos respecto de cualquier ámbito del saber humano.
El otro texto es de Darío Lostado, pensador español, quien entre otras entre otras cosas sostiene respecto a la psicología transpersonal lo que sigue: “La Psicología Transpersonal es la más profunda, completa y satisfactoria visión de la esencia humana con su específica y diferenciada terapia personal. “Ateniéndonos a su etimología, hemos de decir que la Psicología Transpersonal intenta investigar y conocer qué hay en el ser humano más allá de su persona o personalidad. ”El ser humano no solo es su personalidad sino el SER que hace que su personalidad sea, exista y se desarrolle. Es el Ser que hace que la persona sea lo que es. “Los orientales llaman Vichara al trabajo de la investigación para descubrir el Ser real del ser humano. Esta investigación no puede realizarse por los métodos empíricos tradicionales de la Psicología, sino a través de la experiencia adquirida en el estado meditativo por la paralización de la mente.
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“La Psicología tradicional se ha ocupado de las formas, la naturaleza de la personalidad, sus cualidades, clases y diversos comportamientos, con sus conflictos correspondientes. La Psicología Transpersonal, en cambio, intenta llegar a la experiencia del Ser, origen de todas las formas. A este Ser los orientales lo llaman Atman y en occidente lo llamamos Ser Real, Ser Profundo, Espíritu… “Desde su infancia, el ser humano va formándose una idea de sí mismo a través de los conceptos que los demás tienen de él y él mismo ha ido observando y experimentando en sí mismo. Esta idea de sí es siempre muy limitada y suele ser comúnmente muy defectuosa. Ella será la protagonista durante toda su existencia. Más todavía: el niño llega a creer que él “es” esa idea. Es el YO-IDEA. Este yo-idea estará sustituyendo a “su” realidad. Pensará, sentirá y vivirá guiado e impulsado por este yo-idea que se convierte en su YO personal. Este es ante todo egocentrado y se considera autónomo, separado de todos y del TODO. Esta idea de separación será la causa y el error original (pecado original) de todas las torpezas, guerras, rivalidades, desconciertos y extravíos en su conducta. El yo-idea quiere siempre afirmarse y quién no coopere y apoye esa su afirmación será tenido como su rival o enemigo. De ahí surgirán la mayoría de los conflictos humanos. “El trabajo de las terapias psicológicas tradicionales consiste precisamente en aquietar, armonizar, calmar y adaptar ese yo-idea o yo personal, egoico, temeroso, ambicioso de fama y poder, a su entorno y la sociedad en que vive. La Psicología y terapia transpersonal orientan al ser humano a descubrir su YO-REAL, la verdadera naturaleza nouménica de sí, frente al yo-idea que es la naturaleza fenoménica o manifestación externa de sí. Tú y yo no somos una idea. Somos una realidad. Vivir creyendo que somos nuestro yo-idea es creer que somos una simple idea y no una auténtica realidad. “Cuando el ser humano llega a una intuición clara de su Ser Real, todos los conflictos del yo-idea o yo personal desaparecen o se consideran irrisorios por su ilusoriedad. “Se dan dos visiones distintas: desde el yo-idea, los pequeños problemas de la personalidad adquieren una magnitud exagerada y a lo ilusorio se lo considera como real. Desde el Yo-Real, en cambio, hay un claro discernimiento y se ve lo real como real y lo ilusorio como ilusorio. En eso consiste la verdadera iluminación. El gran sabio de nuestros tiempos, Sri Nisargadatta Maharaj está una vez mas con nosotros para decirnos: “En vuestro mundo todo está en conflicto, en el mío, en cambio, todo está en paz”
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Conclusión
La idea que subyace a este texto en que están expuestas dos circunstancias traumáticas de una vida, que la han marcado brutalmente, es que solo es visto así desde una perspectiva, que es en la que funciona, en la vida cotidiana, la mayoría de la humanidad. Si miramos esos mismos hechos desde otro punto de observación, desde otra posición de la conciencia, la que he expuesto desordenadamente y en forma incompleta, la visión es completamente distinta. No tengo dudas en cuanto a que la mirada convencional es simplista, reducida e insuficiente. Pero, es real y concreta para quien no ha tenido la oportunidad de intervenirla y modificarla fundamentalmente. El asunto es que debemos propiciar el desarrollo personal de la humanidad, la ampliación de la conciencia, cambiar la visión de la realidad que predomina en el planeta, en la perspectiva que se ha insinuado en este texto, que es insuficiente y defectuoso dadas las limitaciones que posee el autor.
Santiago de Chile, febrero de 2013
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Bibliografía El Poder del Ahora, Eckhart Tolle Una Nueva Tierra, Eckhart Tolle Habla la Conciencia, Ramesh Balsekar La Conciencia sin Fronteras, Ken Wilber Más allá del ego, Maslow, Capra, Wilber, Dass, Tart y otros La Revolución del Silencio, Consuelo Martin El Arte de la Contemplación, Consuelo Martin Revista Viveka Meditación, Osho Semillas de Conciencia, Sri Nisargadatta Maharaj (Algunas apreciaciones de estos autores han sido transcritas en forma textual)
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Namasté
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