CAPÍTULO III COORDENADAS GEOGRÁFICAS

CAP´ITULO III ´ COORDENADAS GEOGRAFICAS ´Indice del cap´ıtulo. § La forma de la Tierra § Latitud y longitud § Distancias y rumbos sobre la superficie

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Instituto de Matemática Cálculo Integral Profesora Elisabeth Ramos Coordenadas polares El sistema de coordenadas polares es un sistema de coordenadas

SISTEMA DE COORDENADAS CARTESIANAS
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE INGENIERÍA DIVISIÓN DE CIENCIAS BÁSICAS COORDINACIÓN DE MATEMÁTICAS SISTEMA DE COORDENADAS CARTES

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CAP´ITULO III ´ COORDENADAS GEOGRAFICAS ´Indice del cap´ıtulo. § La forma de la Tierra § Latitud y longitud § Distancias y rumbos sobre la superficie de la Tierra § Problemas propuestos § Bibliograf´ıa

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´ COORDENADAS GEOGRAFICAS Para determinar la posici´ on de un objeto en el cielo se requieren de varios datos: el punto de vista del observador, el lugar que ocupa el objeto y el tiempo en que se produce la observaci´ on. Al primero de estos tres elementos es al que se dedicar´ a el presente cap´ıtulo.

§1 La forma de la Tierra Dependiendo de la zona de la Tierra desde la que se contemple el firmamento, el mismo astro puede situarse m´ as o menos elevado en el horizonte, o m´ as hacia el este o el oeste o, incluso, ser visible en unos continentes y permanecer oculto en otros. Ello es debido a la forma casi esf´erica del planeta. Si la Tierra fuese plana, esta circunstancia no se presentar´ıa, pero, por desgracia para la complejidad de los c´ alculos, eso no es as´ı. Si arriba se ha mencionado la “forma casi esf´erica del planeta” se debe a que no se ajusta del todo a una esfera. En primer lugar, existen accidentes sobre el terreno, las monta˜ nas, que rompen cualquier supuesto de esfericidad, aunque estas rugosidades de la corteza puedan considerarse despreciables en comparaci´ on con el radio medio de la Tierra. Por radio medio de la Tierra se entiende al radio de una esfera de ´ igual volumen que la Tierra. Este est´ a estimado en unos 6.371 Km, mientras que el pico m´ as alto de todos, el Everest, posee una altitud de 8, 85 Km, tan solo el 0, 139% del radio medio. Por otro lado, sobre la masa de la Tierra se ejercen dos fuerzas que moldean su forma. La fuerza gravitatoria y la fuerza centr´ıfuga debida al movimiento de rotaci´ on. Si se calcula la superficie en donde esas fuerzas se equilibran el resultado es un elipsoide de revoluci´ on cuyo eje menor coincide con el eje de rotaci´ on (figura III.1). Si a y b son las respectivas longitudes de los semiejes mayor y menor, al cociente a−b a 2

se le denomina achatamiento. No obstante, para el caso de la Tierra, el achatamiento estimado resulta ser la mitad del medido, lo cual se debe a haber considerado en el planteamiento del problema a toda la masa del planeta concentrada en su centro de gravedad.

Si se arguye teniendo en cuenta

esta circunstancia y se resuelve la nueva ecuaci´ on diferencial, la superficie obtenida ya no es un elipsoide, sino otra distinta conocida como geoide. Estos razonamientos, para la persona interesada en los detalles, pueden ser consultados, por ejemplo, en F´ısica con ordenador.

Adem´ as, por si fuese poca la dificultad, la distribuci´ on de masa en el interior de la Tierra no es del todo uniforme, lo cual conlleva que su superficie tampoco se ajuste a la de un geoide. De hecho, son pocos los puntos de la geograf´ıa en los que la recta determinada por la plomada corta al eje de rotaci´ on terrestre. La “vertical” pasar´ a por uno u otro lado del eje dependiendo de si hay m´ as materia hacia el este o hacia el oeste. Por fortuna, para achatamientos peque˜ nos como el de nuestro planeta, el geoide est´ a bastante pr´ oximo al elipsoide, raz´ on por la cual, en la pr´ actica, se suele considerar a la Tierra como un elipsoide de revoluci´ on determinado 3

por los valores a = 6.378, 1 Km para el radio ecuatorial o semieje mayor, y b = 6.356, 7 Km para el radio polar o semieje menor. Estas cifras proporcionan el achatamiento a−b 1 ≈ = 0, 003367, a 297 con el semieje menor b el 99, 66% del semieje mayor a. Una ojeada a estas cifras muestra lo cercano a la esfericidad de la superficie terrestre.

Las

desviaciones afectan tan solo a la observaci´ on de objetos relativamente cercanos como la Luna o los sat´elites artificiales. De ah´ı que, dado el car´ acter elemental de este curso, de ahora en adelante se supondr´ a a la Tierra con forma esf´erica de radio 6.371 Km. Los puntos donde el eje de rotaci´ on corta a la esfera se denominan polo norte y polo sur y se representar´ an mediante las letras N y S. Al c´irculo m´ aximo de polos N y S se le llama ecuador, y a cada uno de los semic´ırculos m´ aximos perpendiculares al ecuador con extremos N y S se les conoce como meridianos de longitud o simplemente meridianos.

§2 Latitud y longitud En t´erminos coloquiales, una asignaci´ on de coordenadas consiste en asociar a cada punto de un espacio un conjunto de n´ umeros que lo determine de manera un´ıvoca. Tanto en el plano como en el espacio tridimensional eucl´ıdeo, la forma habitual de asignar coordenadas parte de fijar un punto O (el origen de coordenadas), elegir dos (en el caso del plano) o tres (en el espacio) rectas perpendiculares entre s´ı (los ejes coordenados), y escoger de cada recta la semirrecta con origen en O que tendr´ a sentido positivo. Ahora, cada punto P tiene tres proyecciones perpendiculares sobre los ejes. Las coordenadas cartesianas de P son las distancias de estas proyecciones al origen afectadas de signo m´as o menos dependiendo de si reposan sobre la semirrecta de sentido positivo o sobre su sim´etrica respecto de O. Todo esto es conocido y antiguo. De hecho, la asignaci´ on de coordenadas 4

cartesianas a los puntos (introducida por primera vez por R. Descartes en El discurso del m´etodo, de ah´ı el t´ermino “cartesianas”) permiti´ o un tratamiento algebraico de los problemas geom´etricos que supuso un gran avance para toda la ciencia. Paro aparte de las coordenadas cartesianas, existen determinadas circunstancias en las que otros sistemas de asignaci´ on de coordenadas se muestran m´ as amables para la formulaci´ on o resoluci´ on de determinadas ´ cuestiones. Este es el caso de las coordenadas polares, cil´ındricas o esf´ericas. Aqu´ı nos ocuparemos de las coordenadas esf´ericas.

Fijado un sistema de ejes coordenados en el espacio eucl´ıdeo tridimensional (v´ease la figura III.2), a cada punto P se le asignan las coordenadas (r, λ, φ), donde r es la distancia entre P y el origen, λ el ´ angulo entre la semirrecta on ortogonal de P sobre el plano determinado por las positiva x y la proyecci´ rectas y y x, y φ el ´ angulo entre la semirrecta positiva z y la que tiene origen en O y pasa por P . Lo normal es medir λ en el intervalo (−180◦ , 180◦ ] y φ en el [0◦ , 180◦ ]. Es obvio que la proyecci´ on ortogonal de P sobre el eje z est´ aa r cos φ del origen. Y como la proyecci´ on perpendicular P 0 de P sobre el plano xy se encuentra a una distancia r sen φ de O, resulta que x = r sen φ cos λ y = r sen φ sen λ z = r cos φ son las ecuaciones que convierten coordenadas esf´ericas en cartesianas. Obs´ervese 5

que aqu´ı la asignaci´ on de coordenadas a los puntos no es del todo un´ıvoca. o 180◦ y cualquier λ, y, de Los puntos del eje z, por ejemplo, tienen φ = 0◦ ´ entre ellos, el propio origen de coordenadas queda determinado por r = 0 y cualesquiera λ, φ. Ahora bien, exceptuando estas situaciones, hay una correspondencia biun´ıvoca entre puntos y coordenadas esf´ericas. Las coordenadas esf´ericas son, en ocasiones, muy u ´tiles. Por poner un caso, mientras que la ecuaci´ on, escrita en coordenadas cartesianas, de una esfera de radio R centrada en el origen es x2 + y 2 + z 2 = Rr , en coordenadas esf´ericas se reduce a r = R. Aparte de que m´ as adelante se recurrir´ a a las coordenadas esf´ericas para el c´ alculo de las efem´erides, si se han mencionado aqu´ı es precisamente por esta situaci´ on, por la de la esfera r = R. Los puntos que est´ an sobre ella est´ an determinados solo por dos angulos, λ y φ. Ello sugiere un m´etodo est´ ´ andar de fijar coordenadas sobre una esfera S.

´ Este consiste en elegir un punto arbitrario A de S (figura III.3), considerar el polo de A (c´ırculo m´ aximo a 90◦ de A), y escoger un c´ırculo m´ aximo por A como origen de medida de ´ angulos. Ahora, cada punto P de la esfera est´ a determinado por el par de ´ angulos (λ, φ) de la figura III.3, donde φ es un arco 6

del c´ırculo m´ aximo determinado por A y P . De nuevo hay dos excepciones a ant´ıpoda con φ = 0◦ ´ o 180◦ la biunicidad punto-coordenadas, las de A y su ´ y cualquier λ. En el caso de la Tierra representada por una esfera, resulta natural la elecci´ on del polo norte N como punto de partida de un sistema de coordenadas. Para determinar por completo el sistema de coordenadas se necesita especificar un c´ırculo m´ aximo que pase por N (y, por consiguiente, tambi´en por S). A este fin, en el siglo XIX se adopt´ o el convenio de escoger, como meridiano priviligiado, el que pasa por el telescopio principal de posici´ on del observatorio de Greenwhich, cercano a la capital londinense. Esta selecci´ on es, en realidad, arbitraria. Cualquier otro meridiano hubiera servido. De hecho, antes de la unificaci´ on, se usaban el meridiano de Par´ıs o el de Madrid u otros m´ as como meridianos origen para el sistema de coordenadas.

Pues bien, fijados N y el meridiano de Greenwich que pasa por el punto G (v´ease la figura III.4), la posici´ on de cada punto P sobre la Tierra queda determinada por el arco N P y el ´ angulo esf´erico GN P . La latitud φ y la longitud λ de P se definen por medio de φ = 90◦ − N X λ = GN X. 7

Al arco N X se le denomina colatitud de P . Es obvio que todos los puntos del semic´ırculo m´ aximo N P S tienen la misma longitud. Sin embargo, el lugar geom´etrico de los puntos de la esfera con la misma latitud que P no es un c´ırculo m´ aximo, sino una circunferencia de radio r| cos φ| denominada paralelo de latitud o simplemente paralelo. Los paralelos y meridianos integran una red de coordenadas sobre la superficie de la Tierra. Por convenio, la longitud se mide en grados sexagesimales entre 0◦ y 180◦ (inclusive) en direcci´ on este o positiva, y de 0◦ a −180◦ (excluido) en direcci´ on oeste o negativa. La latitud se mide entre 0◦ y 90◦ en direcci´ on norte o positiva, y de 0◦ a −90◦ en direcci´ on sur o negativa. En definitiva, cualquiera que sea el punto P , se tiene −90◦ ≤ φ ≤ 90◦

− 180◦ < λ ≤ 180◦ .

y

Los u ´nicos puntos que solo precisan de una coordenada para quedar determinados son los polos norte y sur, con respectivas latitudes 90◦ −90◦ y cualquier longitud.

§3 Distancias y rumbos sobre la superficie terrestre Puede probarse que dados dos puntos P y Q sobre una esfera, de entre todas las curvas regulares (diferenciables con derivada no nula) contenidas en la esfera y de extremos P y Q, la de longitud m´ as corta resulta ser un arco del c´ırculo m´ aximo que pasa por P y Q, denominado ort´ odroma. Esta es entonces la distancia entre dos lugares sobre la superficie terrestre, la cual puede expresarse en unidades de longitud (kil´ ometros) o en grados, teniendo en cuenta que 1◦ ≈ 111, 111Km

y

10 =≈ 1.852m.

Esta u ´ltima cantidad (1.852 m) es la conocida milla marina. El nudo, que es una medida de velocidad, se define como una milla por hora. 8

El problema de determinar la distancia entre dos puntos P1 y P2 sobre la Tierra de respectivas coordenadas geogr´ aficas (λ1 , φ1 ) y (λ2 , φ2 ) se resuelve utilizando el teorema del coseno.

Consid´erese el tri´ angulo esf´erico N P1 P2 (v´ease figura III.5), usualmente denominado tri´ angulo polar. Del teorema del coseno se obtiene cos d = cos(90◦ − φ1 ) cos(90◦ − φ2 )+

+ sen(90◦ − φ1 ) sen(90◦ − φ2 ) cos(λ2 − λ1 ). Teniendo en cuenta que el seno de un ´ angulo coincide con el coseno del complementario, la f´ ormula que proporciona la distancia d entre dos puntos de coordenadas (λ1 , φ1 ) y (λ2 , φ2 ) es (III-1)

cos d = sen φ1 sen φ2 + cos φ1 cos φ2 cos(λ2 − λ1 ).

Tambi´en tiene importancia en navegaci´ on el ´ angulo N P1 P2 que forma el meridiano de P1 con el c´ırculo m´ aximo determinado por P1 y P2 , denominado rumbo. A fin de cuentas, si se quiere viajar desde P1 hasta P2 siguiendo 9

la l´ınea m´ as corta, habr´ a que partir con rumbo N P1 P2 . Si este rumbo lo denotamos por α, el teorema de los senos proporciona la igualdad sen(90◦ − φ2 ) sen d = , sen α sen(λ2 − λ1 ) de donde (III-2)

sen α =

cos φ2 sen(λ2 − λ1 ) . sen d

Sin embargo, conviene advertir que si se parte de P1 con rumbo α y se pretende llegar a P2 siguiendo una ort´ odroma, la f´ ormula (III-2) evidencia que habremos de ir alterando el rumbo en funci´ on de las coordenadas variables de nuestra posici´ on.

En definitiva, las singladuras ortodr´ omicas no son,

salvo circunstancias concretas, trayectorias de rumbo constante. A las curvas regulares sobre la esfera que forman ´ angulo constante con los meridianos (rumbo) se les denomina lox´ odromas. La diferencia entre lox´ odromas y ort´ odromas se visualiza con facilidad sobre una proyecci´ on de Mercator de la Tierra. Para navegar, resulta inc´ omodo manejar cartas de forma esf´erica. Lo normal es que las cartas y los mapas sean planos. Ello implica recurrir a distintas formas de transformar una esfera en un plano por medio de funciones matem´ aticas. De estas transformaciones hay varios tipos, cada una con su utilidad correspondiente. Aqu´ı nos ocuparemos ´ de la introducida por Gerhard Mercator en 1569. Esta goza de la interesante propiedad de respetar los ´ angulos, es decir, si dos curvas regulares sobre la esfera se cortan en un punto bajo un ´ angulo α, entonces sus transformadas mediante la proyecci´ on de Mercator son curvas planas que se intersecan con el mismo ´ angulo α. Las f´ ormulas de la transformaci´ on de Mercator son  (III-3)

x = Rλ, y = R ln tan(45◦ + φ/2).

Aqu´ı, λ y φ son las coordenadas del punto de la Tierra a transformar, (x, y) las coordenadas (planas) del punto transformado y R una constante arbitraria a 10

efectos de escala. En la figura III.6se representa un fragmento de la proyecci´ on de Mercator de la banda terrestre comprendida entre los paralelos de latitud −70◦ y 70◦ .

Figura III.6 Todos los puntos de un meridiano tienen longitud λ constante.

De

las ecuaciones (III-3) se deduce entonces que el meridiano de longitud λ se transforma (por la proyecci´ on de Mercator) en la recta vertical de ecuaci´ on x = Rλ. De forma an´ aloga, el paralelo de latitud φ se transforma en la recta horizontal de ecuaci´ on y = R ln tan(45◦ + φ/2). Sim embargo, el factor de escala R solo funciona como tal para medir las distancias entre puntos omo siendo situados sobre el ecuador. En efecto, obs´ervese en la figura III.6 c´ uniforme la distribuci´ on de los meridianos, los paralelos se dispersan m´ as y m´ as conforme se alejan del ecuador.

Ello es debido a la peculiaridad

de la transformaci´ on φ 7→ R ln tan(45◦ + φ/2). Cuando φ se aproxima a 90◦ (puntos cercanos al polo norte), la tangente de 45◦ + φ/2 tiende a infinito y, por consiguiente, tambi´en su logaritmo neperiano. Si, por el contrario, se consideran puntos en los aleda˜ nos del polo sur (longitudes pr´ oximas a −90◦ ), la tangente tiende a cero y su logaritmo a −∞. De hecho, jam´ as podr´ an representarse los polos terrestres mediante proyecciones de Mercator. De ah´ı que suelan restringirse las cartas de Mercator a bandas de latitudes entre −80◦ y 80◦ . En una proyecci´ on como la de la figura III.7, se advierte una deformaci´ on de Groenlandia, Am´erica del Norte o Siberia, proclive hacia el 11

agigantamiento si se comparan con sus respectivas representaciones sobre un globo terr´aqueo. Mientras que el globo terr´ aqueo proporciona una idea real de las dimensiones, la proyecci´ on de Mercator las estira para puntos lejanos al ecuador.

Figura III.7 Hay quien ha querido ver en esto una herramienta de opresi´ on de las naciones ricas, situadas en regiones norte˜ nas y, por lo tanto, dibujadas por grandes manchas en los mapas, respecto de los pa´ıses pobres del hemisferio sur, m´ as cercanos al ecuador y empeque˜ necidos por la perversi´ on de la matem´ atica del primer mundo. Sin comentarios.

Lo que nos interesa es observar que las trayectorias de rumbo fijo ser´ an 12

aquellas que intersequen a los meridianos bajo un ´ angulo constante. Como en la proyecci´on de Mercator los meridianos son rectas verticales, las lox´ odromas habr´ an de constituirse en rectas. As´ı, la lox´ odroma (o singladura de rumbo constante) entre dos puntos de la Tierra queda representada sobre una carta de Mercator por el segmento rectil´ıneo entre las proyecciones de los puntos. En la figura III.8 se muestran la lox´ odroma y la ort´ odroma entre dos puntos sobre una carta de Mercator. Obs´ervese c´ omo no coinciden. Adem´ as, se da el hecho curioso de que la lox´ odroma (segmento rectil´ıneo) no es la trayectoria m´ as corta. Quien haya viajado en avi´ on desde M´ alaga, por ejemplo, a Tokio, quiz´ as le haya llamado la atenci´ on que la ruta seguida por el capit´ an pasa cerca del polo norte. Ello se debe a que se ha ajuatado a una ort´ odroma para ahorrar combustible. Conviene que el lector experimente con la figura interactiva III.8.

§4 Problemas propuestos En todos los problemas se considera a la Tierra como una esfera de radio r = 6371 Km. Problema 1. Calc´ ulese el radio del paralelo −25◦ . Problema 2. Sabiendo que Montevideo se encuentra a 34◦ 360 de latitud sur y 58◦ 280 3000 de longitud oeste, ¿cu´ antos kil´ ometros habr´ a que desplazarse hacia el este para recorrer un grado? ¿Y hacia el norte? Problema 3. Si Roma est´ a a 30◦ 80 de longitud oriental y la isla de Hierro se encuentra a 17◦ 390 de longitud oeste (ambas en relaci´ on a Greenwich), ?cu´ al ser´ a la longitud del Hierro respecto del meridiano de Roma? Problema 4. Calc´ ulese la longitud de la milla geogr´ afica, la cual se define como

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de un arco de 1◦ de ecuador terrestre. Para este ejercicio u ´sese

el radio ecuatorial. Problema 5. Mientras que M´ alaga y la localidad siciliana de Passero comparten la latitud norte de 36◦ 430 , la primera ciudad se encuentra a 4◦ 260 13

de longitud oeste y la segunda a 15◦ 70 de longitud este. Si en vez de viajar de M´alaga a Passero con rumbo este constante, se sigue la trayectoria m´ as corta, ¿cuantos kil´ ometros menos se recorren? Problema 6. La Meca, la ciudad santa del Islam, est´ a a 21◦ 270 de latitud norte y 39◦ 490 de longitud oeste. Situados en M´ alaga, ¿cu´ al es el rumbo exacto con el que hay que orientar la alfombra si se quiere orar en direcci´ on a La Meca? ¿Qu´e distancia media entre M´ alaga y La Meca? Problema 7. H´ allense las distancias entre M´ alaga y el polo sur a) sobre la superficie de la Tierra y b) en l´ınea recta, esto es, excavando un t´ unel. Problema 8. Escr´ıbase la ecuaci´ on que liga la longitud y la latitud de la lox´ odroma de rumbo α que pasa por el punto de intersecci´ on del ecuador con el meridiano de Greenwhich. Problema 9.

Dense ejemplos en los que lox´ odromas y ort´ odromas

coincidan. Problema 10. Un avi´ on viaja del Aeropuerto Carrasco (−56◦ , −34◦ 500 ) en Montevideo al de Fiumicino (12◦ 140 , 41◦ 180 ) en Roma siguiendo la trayectoria m´ as corta. H´ allense las coordenadas del punto M en el que se atraviesa el meridiano de Greenwich. Indicaci´ on: Si P1 y P2 representan el origen y el final de la singladura, resu´elvase el tri´ angulo esf´erico P1 N M . Problema 11. ¿Cu´ al es la latitud m´ as septentrional que alcanzar´ a un barco que viaja de C´ adiz a Nueva York? (C´ adiz (−6◦ 180 , 36◦ 320 ), Nueva York (−74◦ , 40◦ 470 )). Indicaci´ on: Cualquiera de los tri´ angulos esf´ericos determinados por el polo norte, el punto m´ as septentrional de la singladura y el origen o el destino de la misma es rect´ angulo.

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