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Meditaciones Semanario No. 41
“Una iglesia deberá tener estos cuatro ingredientes en su liderazgo. Abundancia, obediencia, diligencia y prudencia. Tal vez tengamos que revisar lo que hacemos y cómo lo estamos haciendo, o de lo contrario corremos el riesgo de quedarnos sin vino y en ese caso: Apague y vámonos.”
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JESÚS ES LA PALABRA DE DIOS Lectura para hoy Lunes: Juan 2:1-11 El evangelio de Juan es el niño diferente de los Evangelios. Y como a los niños distintos, se le quiere de forma especial. Me explico, no es el hijo bobo del Nuevo Testamento. Más bien yo diría que es el niño nerd, al cual hay que ponerle mucho cuidado para poder entenderlo. Por lo profundo; casi siempre anda solito. Los sinópticos se acompañan y hasta se complementan. Pero él prefiere ir por su camino y contar la historia de Jesús de una forma muy original. Uno de los elementos significativos y aparentemente contradictorios, es que el evangelista Juan no hace énfasis en los milagros porque prefiere la Palabra, es decir, la Enseñanza del Maestro a los actos taumatúrgicos (léase milagros). Sin embargo, cuenta ese Mensaje por medio de seis o siete u ocho señales, (porque los teólogos no se quieren poner de acuerdo) para aclarar que más que un espectáculo, para emocionar a los espectadores y dejar oír el MUYYY amado HUYYYY… la Predicación de Jesús buscaba el cambio Real y Definitivo de la vida de la persona que escuchara sus palabras. A eso lo llamó Juan, Nacer de Nuevo. Entonces el evangelista comienza su relato con unas cuantas historias en el capítulo uno, las cuales enmarca con un mismo título Al siguiente día (1:25, 39,43) para llamar la atención con la primera de todas las señales en el ministerio de Jesús, en el capítulo dos. LA BODA DE CANÁ DE GALILEA, la cual Él subraya con el anuncio de al tercer día. No tengo que decir lo que sonaba en el corazón de los oyentes, cuando se citaba esa frase… al tercer día…, pero de todas formas lo digo: Vida, Gozo, Victoria, Seguridad, Alegría, Belleza, Bondad, Exaltación, Perdón, Alabanza y mucho más. Para el apóstol Juan, Jesús nunca fue un artista ni posó de serlo; como veremos, éste y los demás milagros, fueron solo una oportunidad para que la gente incluyendo sus discípulos creyeran en su Mensaje, antes que en sus poderes y sus milagros. Todo el evangelio está cargado de la evidencia de esta Verdad que permanentemente enfatiza Juan en su evangelio, por ejemplo: “Y muchos creyeron en Él, viendo las señales que hacía, pero Jesús no se fiaba de ellos, porque conocía a todos…pues sabía lo que había en los corazones” (2:24-25). En toda la historia de la cristiandad y hasta ahora, se ha insistido en los eventos sobrenaturales para validar una particular vocación. Mejor dicho, santo que no haga milagros no es tan santo, porque el hecho de anunciar una verdad no es suficiente, si no se acompaña con algún acto espectacular; el crecimiento numérico de cualquier movimiento religioso está en proporción a los eventos grandiosos que se muestran, llámense estos sanidades, milagros, profecías, exorcismos, conciertos, peleas de boxeo, desfiles de modas, dramatizados, concursos de danza, etc. Todo comenzó como apoyo para el Mensaje del Evangelio, para convertirse en su remplazo.
Meditación: Si quisiera resumir en pocas palabras el mensaje de los dos primeros capítulos del Evangelio podría decir. La Palabra que vino al mundo para dar Vida, e iluminar nuestra oscuridad, fue anunciada sin mayores espavientos, por un hombre llamado Juan, quien prometió que además esa Palabra hecho Ser, nos bautizaría con el Espíritu Santo. Los primeros discípulos de Jesús, fueron Andrés y Simón Pedro, además de Felipe y Natanael. Y su primer milagro fue convencer a cada uno de los anteriores, sin una sola señal espectacular, de que Jesús era el Hijo de Dios y el Salvador. Jesús es la Palabra de Dios y no su show.
YO SÉ QUIÉN SABE LO QUE USTED NO SABE Lectura para hoy Martes: Juan 2:1-11 La opinión de Juan es que el Maestro inició su ministerio público en Caná de Galilea y no en Capernaum como lo citan los otros evangelios. En su criterio también, Jesús no considera que es hora de darse a conocer en ese momento y lugar, sino que más bien ese hecho se da por una situación ajena a sus planes y provocada por otros. Veamos. Un matrimonio es el escenario. La madre de Jesús está en la fiesta y mi percepción es que ella tiene que ver con la organización del festejo. Juan destaca la diferencia entre la esposa de José, o sea, María quien estaba en la fiesta, y Jesús y sus discípulos, que llegan como invitados. Lo que quiero decir es que si ella era también invitada, podría haberse dicho: “Y fue invitado Jesús, junto con sus discípulos y su madre”. Pero todo indica que ella es más que una invitada. En todo caso invitada o no, anfitriona o no, es la madre de Jesús la que se da cuenta que se acabó el vino. Mejor dicho, se acabó la fiesta, porque celebración judía sin vino es como convento sin monjas, o hamburguesa sin carne o escuela dominical sin niños. Era tan grave la situación que la bella señora se atreve a pedirle a Jesús que salve la fiesta. “No tienen vino” (3). Ella sabía que el único que podía hacer algo, era su Hijo porque con toda seguridad ya conocía de sus virtudes y poder. Su acercamiento y petición no es como mamá, sino como discípula. Apliquemos esto que es supremamente importante. La fiesta en la teología de Juan, llámese boda o pascua, representa el mundo, es decir lo opuesto al Reino de Dios y de Cristo. La parranda del mundo la alegra su vino, el cual es deseado y disfrutado por todos. En realidad es lo que da sentido a la vida en el mundo. Pero es una discípula de Jesús la que se da cuenta que el vino se acabó. Ninguno de los principales en la reunión estuvo al tanto de las necesidades y dificultades de la fiesta. Típico de los gobernantes, legisladores y líderes religiosos de nuestro mundo. Asumir nuestra responsabilidad como iglesia para captar las necesidades del mundo y a sus necesitados, es de obligatorio cumplimiento. Ver lo que se necesita y captar la crisis, está más en función de nuestra relación con Dios, que con el mundo. Observar en qué podemos ayudar y a quién podemos acudir, es parte de nuestra vocación como iglesia. Tristemente cada vez menos nos preguntamos qué es lo que le hace falta al otro, por estar pensando en todo lo que me falta a mí; y entonces aparecen los extremos; los que no se van para algún claustro o monte a retirarse para mantener y acrecentar su santidad, sin que les interese lo que pasa en el mundo del que Jesús pidió a Dios que no nos quitara, se quedan en la fiesta disfrutando a plenitud de lo que se puede sin que les importe otra cosa más que ellos mismos.
Meditación: Acercarse a Jesús para rogar por otros se llama interceder. E interceder es una responsabilidad nuestra, que va más allá de las circunstancias y de las personas. Si nos damos cuenta de las dificultades ya es algo, pero no es suficiente. Hay que ir a Dios para contarle lo que está pasando, y rogarle que actúe en esa particular situación. Con toda seguridad, Él nos escuchará y al hacerlo responderá de la manera más asombrosa.
MOTIVACIÓN EN AMOR Y COMPROMISO EN VALOR Lectura para hoy Miércoles: Juan 2: 1-11 La respuesta de Jesús ¿Qué tienes conmigo mujer? es la causante de montones de interpretaciones. Permítanme hablar de una o dos de ellas. La más conocida dice que Jesús debe llamar la atención de su señora madre por estar involucrándolo en una situación que no es su problema. En su respuesta el deja claro que todavía no es hora de darse a conocer. Pero esta lectura posee problemas porque lo que sigue inmediatamente contradice la supuesta radicalidad de Jesús, al ordenar a los siervos a que “hagan todo lo que Él les diga”. Quedaría más o menos así: La mamá de Jesús le dijo: Jesús: “Se les acabó el vino” y entonces él respondió. Mire señora, a mí no me meta en esos problemas, ni se meta usted; yo estoy aquí como un invitado. No es hora todavía de mostrar mi poder, entonces ella les dijo a los que servían: Muchachos hagan todo lo que él diga. Como dije, esa lectura es contradictoria y se aparta de toda lógica. La que sigue es más curiosa todavía. En mi versión personal sería más o menos así: María dijo: ¿Si sabe mijo? se les acabó el vino ¿qué hacemos? y Jesús responde: ¿Qué pasa mujer? a mí déjeme sano…mejor dicho déjeme quieto, que estas no son horas de trabajar y entonces la madre de Jesús dijo: “Hey sirvientes háganle caso en todo. No está de buen genio.” Lo que quiero decir es que la lectura de una respuesta negativa y hasta grosera de parte de Jesús hacia su mamá, no tiene ningún fundamento. La clave de interpretación está en el modismo hebreo que usa Juan. Literalmente se traduce ( ti emoí kai soí gunai) como: ¿Qué a mí y a ti mujer?, ¿Qué tienes conmigo mujer? Es una pregunta muy común entre ejércitos enemigos que se mantenían en tregua, pero que al avanzar uno de ellos para atacar, el agredido antes de responder enviaba un emisario con la pregunta. ¿Qué tienes conmigo rey…? (Jueces 11:12) Eso significa en español sencillo ¿Por qué me atacas?; ¿cuál es tu motivo? Ahora cobra sentido: Veamos cómo queda: La madre de Jesús le dijo: “No tienen vino” entonces Él preguntó: “Mujer ¿cuál es tu motivo para pedirme eso?; no es tiempo ahora de manifestar mi poder” entonces, la madre de Jesús le dijo a los que servían: “Hagan tal cual Él les diga” una discípula de Jesús intercede por alguien en medio de una confusa situación. Aclaradas las motivaciones, la bella dama procede a pedir a los servidores (diáconos) que estén atentos a las indicaciones del Maestro porque de seguro actuará. Lo que significa que ante una crisis, no es suficiente mi oración sino además la aclaración de mi motivación y mi decisión de participar en la solución poniendo todo de mi parte. Ese es el papel de los diáconos que servían en la fiesta. Mensaje precioso para los hermanos de las iglesias que al identificar una necesidad oran y trabajan en la guía y dirección de Dios. Si no sabemos por qué pedimos y cuánto estamos dispuestos a aportar para la solución, mejor no oremos.
Meditación: No nos podemos imaginar cuantas oraciones han sido ignoradas por Dios, por encontrarse impregnadas de motivaciones perversas. Y tampoco podemos saber cuántas buenas y bellas oraciones, no han encontrado siervos dispuestos a participar de la respuesta de Dios, en virtud del trabajo y el servicio abnegado. Si la fe sin obras es muerta, las iglesias sin trabajo y dedicación, también son un moridero.
ABUNDANCIA, OBEDIENCIA, DILIGENCIA Y PRUDENCIA Lectura para hoy Jueves: Juan 2: 1-11 La descripción de Juan sobre las tinajas de piedra para la purificación, reafirma nuestra tesis acerca de que Jesús decide tomar parte de la situación, luego de la conversación con su mamita. Se está hablando de seis tinajas con capacidad para casi ochenta litros cada una. Es decir tenían tinajas para casi quinientos litros de agua. Eso habla de lo generosa que iba a estar la fiesta en vino, luego del milagro. Una boda para esos tiempos duraba entre cinco y siete días. En cada día se servía vino con los alimentos y después como acompañante para las conversaciones, los juegos y los bailes. Acabarse el vino antes de tiempo, era una verdadera vergüenza. El evangelista Juan muestra una interesante verdad evangélica y esta es la abundancia en el Reino de Dios. Lo que Jesús entrega con absoluta generosidad. No hay mezquindad alguna. Por ejemplo: “Yo les doy vida y vida en abundancia” (10:10), “porque de su plenitud o abundancia tomamos todos y gracia sobre gracia” (1:16). La tacañería del mundo se opone a la generosidad del Reino de Dios. Jesús ordenó que las llenaran y los diáconos consecuentemente las llenaron hasta arriba. Lo que quiere decir que Los siervos de un Dios generoso son también generosos. Hacer las cosas para Dios, con diligencia, o sea, sin pereza, deberá ser una de las muchas virtudes de los siervos y discípulos de Jesús. El trabajo era dispendioso, pero la voluntad del Maestro era esa y ya se había indicado que se debía hacer todo lo que Él dijera. Es fácil obedecer al Señor cuando no existen intereses distintos a los de amarlo y servirlo, pero cuando otras son las motivaciones, cuesta moverse. Se resalta aquí también la obediencia a los llamados, tanto de María como de Jesús mismo. Pero el otro ingrediente después de la obediencia y la generosidad; es la fe. Es que de lo que estaban llenando las tinajas era de agua, y lo que se necesitaba era vino. Lo más práctico era hacer vaca para comprar vino y cubrir el faltante, pero ¿qué sentido tiene llenar un poco de tiestos con agua? eso es lo que la Biblia considera como fe. “La certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). La sencillez de la escena nos permite ver también la pureza y humildad del mensaje de Jesús. “Ya que hicieron lo que les dije, ahora saquen un poco y llévenlo al maestresala” y justo así hicieron. El mayordomo que estaba encargado de servir la comida, en este caso de los novios y sus invitados, era el mismo que probaba el vino antes de servirlo. Obviamente ya había degustado el primer vino y se disponía para la nueva tanda. Todo indica que este tampoco sabía del problema de escasez. Y aquí cabe la cuarta virtud de los servidores o diáconos. La prudencia. Ellos se limitaron a cumplir las órdenes del Maestro sin preguntas, ni quejas y de pago recibieron la bendición de ver la Gloria de Dios y disfrutar del conocimiento de la Verdad.
Meditación: Una iglesia deberá tener estos cuatro ingredientes en su liderazgo. Abundancia, obediencia, diligencia y prudencia. Tal vez tengamos que revisar lo que hacemos y cómo lo estamos haciendo, o de lo contrario corremos el riesgo de quedarnos sin vino y en ese caso: Apague y vámonos.
NO ERA EL VINO…ERA EL MENSAJE Lecturas para hoy Viernes: Juan 2: 1-11. Sacad ahora y llevadlo al maestresala. “Y se lo llevaron”. ¡Qué diáconos tan eficientes! La presentación oficial del vino nuevo, es un hecho maravilloso. Había un orden preestablecido para la servida del vino. Primero se ofrecía el vino de alta calidad, pues los invitado sobrios podrían discernir con mucha propiedad, qué tipo de vino era y hasta de qué casa y de qué cosecha. Más tarde se podía servir uno de inferior calidad, pues la gente para esas horas estaba chapeta y no tenía todas las capacidades del catador. En la última parte de la fiesta se podía servir cualquier chicha porque el borrachito no distinguiría ya, entre vino fino y orines con colorante rojo, como en efecto pasaba en aquellas fiestas donde los esclavos se burlaban de sus alcoholizados y torpes amos. De ahí el comentario del maestresala, que literalmente detuvo la fiesta para hacer llamar al novio y decirle lo original que había sido su decisión en cuanto al vino. Es decir, que escogiera servir el mejor vino al final de la fiesta y el no tan bueno al principio. Es que el vino hecho por Jesús comparado con el otro, por bueno que fuera, terminaba siendo una guapanela. Lo curioso es que a excepción de los diáconos, los discípulos y Jesús, nadie en esa boda sabía de lo que ese señor estaba hablando. La intervención de Jesús en esa fiesta, como respuesta a la intercesión de su querida madre de Él, y con la ayuda de los re juiciosos diáconos, pues determinó la primer señal que daba inicio al ministerio público de Jesús, sin que el mundo lo supiera. A Jesús le encantaba el anonimato o como llaman, el bajo perfil. Él no pidió los créditos ni tampoco tenía por lo menos hasta ese momento, aduladores que pelearan por buscar para Él, el reconocimiento como cualquier lagarto en coctel. Al terminar la fiesta, el Maestro sale con sus discípulos como los otros invitados y el secreto mesiánico que no es solo de los sinópticos, se vuelve a dar aquí también. Es que Jesús les huye a las cámaras y a los periodistas. La primera señal, como la llama Juan, es solo una herramienta para que sus discípulos crean en su mensaje y en esta ocasión las lecciones eran varias. 1. Somos nosotros los primeros en darnos cuenta de las necesidades del mundo, en el que Dios nos puso. 2. Sabemos quién tiene la respuesta definitiva y maravillosa, para las más grandes crisis de la vida y el mundo. 3. Debemos pedir a Dios, con corazón limpio, motivado únicamente por el amor al prójimo y al Reino de Dios. 4. Siempre hay que estar dispuestos a ayudar y servir en obediencia a los mandatos del Señor. 5. No trabajamos, esperando la Gloria de los hombres sino la Gloria de Dios y la bendición del prójimo. 6. El vino de Dios, es infinitamente más sabroso y exquisito que el del mundo. 7. Jesús de Nazaret es el más sabio, humilde, hermoso, bondadoso, y poderoso Maestro de todos los tiempos. Lo amamos y creemos en Él.
Meditación: Me pregunto: ¿Cómo es una borrachera con vino hecho por Dios?, ¿será que el guayabo es el mismo?, ¿cuándo la gente se emborracha con ese vino habla las mismas bobadas que con el otro?, ¿manchará los dientes y dañará el diseño de sonrisa como los demás? ¿si ven que no era el vino?, sino el Mensaje y las lecciones de vida. Por eso entre menos publicitado el milagro, mejor.
OTRA BOTELLA PARA ÉSTA MESA Lectura para hoy Sábado: Juan 2: 1-11 Pero a lo mejor… SÍ es el vino lo más importante, si se habla del Vino de Dios. Esta es mi personal hermenéutica de este bellísimo pasaje. Cuando uno se detiene a ver el mundo en el que vive, se da cuenta que se le están acabando muchas cosas. El agua, los árboles, la capa de ozono, un motón de especies en fauna y flora, los caballeros, las mujeres damas femeninas, el honor, el respeto a los padres y a los demás venerables ancianos, la autoridad con los hijos y la fe, etc. Pero cualquiera de esas importantes y fundamentales cosas y recursos, podría ser el vino que se le está acabando al mundo y lo está dejando sin alegría. Mejor dicho, le está aguando la fiesta. No obstante, las alertas para esas cosas, las alarmas ya están puestas, y en ese sentido, el texto no correspondería, porque todo el mundo está hablando de esas inminentes crisis. Lo que quiero decir es que según el apóstol, los de la fiesta no saben qué está pasando. Es un discípulo de Jesús, más exactamente una discípula la que se da cuenta de la terrible situación. Entonces cabe preguntar: ¿Cuál es el vino que se le está acabando al mundo y nadie se está dando por enterado? Bien. Conociendo la teología de Juan es fácil averiguarlo. El vino que está agotando el mundo es el Amor. El Amor que alcanza si se tiene suficiente, para amarse a uno mismo, al prójimo, al planeta, a Dios. El hombre se está dando cuenta de los síntomas y las consecuencias, pero no de lo que lo provoca. Solo un discípulo de Jesús puede saber lo que está faltando, porque justo ese, fue el milagro de Jesús en su vida. La mujer samaritana, la mujer adúltera, el hijo del noble, el ciego de nacimiento y la madre de Jesús, tú y yo, podemos identificar claramente cuál es el vino que le está faltando al mundo donde vivimos, un ratico nada más. Pero lo más importante, quien lo tiene en abundancia y de mejor calidad. El vino de Jesús es de mayor calidad, si se compara con el que el mundo agota a diario y no lo sabe. Hay más preocupación por la baja en la capacidad de las fuentes hídricas, que por el nivel del tanque de amor natural y humano que está marcando reserva. La señal se entiende cuando en el Reino de los cielos, Jesús fabrica el buen vino con la ayuda de los diáconos y lo comparte en abundancia con todos, a través de las manos y el ministerio de los mismos siervos. Y alcanza hasta para los enemigos. Es un trabajo en equipo y los resultados pueden ser maravillosos. Por eso somos iglesia. No por nada más. Al final, el mundo es bendecido, incluso sin entender claramente quién es el responsable de su felicidad. Los diáconos siguieron siendo diáconos, porque ellos sabían que su exaltación era en la eternidad, que es donde vale, y a la madre de Jesús, no se le hizo un busto. Jesús sigue siendo un maestro más entre otros y a Él no le incomoda. Él sabe quién es el mejor.
Meditación: Con este vino, entre más vino más sobrios, más sabios, más generosos, más conciliadores, más dulces, nada vengativos, nada violentos, nada evadidos. Con muy buena memoria, nada morbosos, nada jactanciosos, más agradecidos, más leales. Cero irresponsabilidades, cero caídas, cero ridículos, cero guayabo. Por favor Señor, otra botella para esta mesa.
“ESTUDIO BÍBLICO” Miércoles 6:30 p.m. Confesión para la semana Amado Padre, en tu presencia y solo en ella podemos reconfortar nuestra alma, renuevas nuestras fuerzas y das vigor y aliento a nuestro ser. Cómo apartarnos de tu presencia, si es ella quien nos sostiene cada día vivido y nos anima a seguir perseverando a mejorar y hacer tu perfecta voluntad. Como tus amados hijos y como hermanos nos reunimos para agradecer a nuestro Padre, quién nos da su protección y perfecto Amor. Rechazamos Señor divisiones entre nosotros o el seguir maltratando nuestras almas por pretender defender nuestros argumentos, solo deseamos estar perdidos en ti. Señor, Tú tienes un lugar guardado para todos nosotros, no tenemos más razones de seguir discutiendo. Solo en Ti y por Ti, anhelamos seguir amándonos. Por Jesús. Amén
Temas del año 2013
Febrero:
La ley de la verdad.
Marzo:
La ley de la bondad.
Abril:
La ley de la retribución
Mayo:
La ley de la conciliación.
Junio:
La ley de la atracción.
Julio:
La ley del descanso
Agosto:
La ley del amor.
Septiembre:
La ley de la gratitud.
Octubre:
La ley de la honradez
Noviembre:
La ley de la pulcritud.
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